Adolescentes
y familias en
conlicto
Terapia familiar centrada en la
alianza terapéutica
Manual de Tratamiento
Adolescentes y familias
en conlicto:
Terapia familiar centrada en la
alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Dirección del Manual
Dr. Valentín Escudero
Coordinación
Cristina Muñiz de la Peña
Fundación Meniños
Programa “Conecta” para adolescentes y familas
Equipo de trabajo
Mónica Permuy, Directora General
Kucha Movilla, Directora Técnica
Alberto Abascal, Técnico de intervención
Roberto Antón, Técnico de intervención
Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
Universidad de A Coruña
Equipo de trabajo
Valentín Escudero, Director
Nuria Varela, Coordinadora técnica
Dolores Romero, Dirección clínica
Cristina Muñiz, Ayte. de dirección
Asesores
Micki Friedlander, University at Albany, State University of New York
Gary Diamond, Ben-Gurion University of the Negev, Israel
Este manual está disponible de forma gratuita en: www.meniños.org
Copyright: Fundación Meniños, 2011
Índice
Presentación
10
1. Introducción
22
2. Crear el sistema terapéutico
30
2.1.
2.2.
2.3.
2.4.
Incluir a la familia
Considerar el conlicto
Comunicación
Mapa del sistema
31
35
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40
3. Fundamentos del modelo de intervención
44
3.1.
3.2.
La alianza terapéutica
3.1.1. El concepto de alianza terapéutica
3.1.2. Investigación sobre la alianza
3.1.3. El modelo Softa-Soatif
La investigación sobre terapia familiar con adolescentes
4. Estructura del modelo de intervención: cinco estratos
4.1.
4.2.
4.3.
4.4.
4.5.
Primer estrato. Crear y mantener alianza terapéutica
con adolescente y familia
4.1.1. Las cuatro dimensiones de la alianza
4.1.2. Actitudes iniciales
Segundo estrato. Conocer y potenciar el sistema familiar: valoración
inicial del sistema
4.2.1. La ecuación del balance
4.2.2. Estructura de recursos para el cambio
4.2.3. Estructura que mantiene el problema
4.2.3.1. Ajustes en la autonomía e independencia
4.2.3.2. Apego
4.2.3.3. Trauma relacional
4.2.4. Crisis y cronicidad: el factor tiempo
4.2.5. Las preguntas clave
Tercer estrato. Re-encuadre para construir una meta terapéutica
“de la familia para la familia”
4.3.1. La formulación del re-encuadre
4.3.2. “Yo no tengo un problema, son mis padres”
4.3.3. “Ya no podemos hacer nada más, hemos hecho de todo
con él/ella”
Cuarto estrato. Promover cambios mediante actuaciones técnicas
Quinto estrato. Terminar
5. Metodología de la Intervención
5.1.
Aspectos contextuales de la terapia
5.1.1. El equipo
5.1.2. Grabación de sesiones
5.1.3. Estructura de trabajo: antes, durante y después de la sesión
5.1.4. Uso de escalas y cuestionarios
5.1.5. Documentar la terapia
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5.2. Habilidades básicas
5.2.1. Ritmo ajustado y claridad en el leguaje
5.2.2. Observar interacciones durante la sesión
5.2.3. Estructurar la información
5.2.4. Empatía/conexión emocional
5.2.5. Autenticidad/credibilidad
5.2.6. Normalización
5.2.7. Estimular que el cliente hable
5.2.8. Manejo de las emociones/conlicto
5.2.9. Unirse a la familia (joining)
5.2.10. Qué evitar en las entrevistas
5.3. Técnicas especíicas: la entrevista como intervención
5.3.1. Preguntas relexivas
5.3.2. Preguntas circulares
5.3.3. Trabajo en el presente y proyección al futuro
5.3.4. Soluciones intentadas
5.3.5. Esceniicación (enactment)-reconstrucción (re-enactment)
5.3.6. Ampliicar cambios/elogiar avances
5.3.7. Re-encuadre
5.3.8. Trabajo con las emociones
5.3.9. Rastreo (tracking)
5.3.10. Trabajar con límites y alianzas
5.3.11. Inversiones
5.3.12. Uso de tareas
5.3.13. Técnicas activas
5.4. Técnicas de tipo psico-social
5.4.1. Colaboración con la comunidad
5.4.2. Colaboración con el sistema educativo
5.4.3. Colaboración con iscalía
5.4.4. Servicio comunitario
5.5. Terapia de grupo con los adolescentes
5.5.1. Ingredientes para la intervención grupal con adolescentes
5.5.2. Al inicio de la terapia del grupo
5.5.3 Durante la terapia
5.5.4. Algunas técnicas útiles en el trabajo de grupo
5.5.5. Al inal de la terapia
6. El proceso de intervención paso a paso
6.1. El caso de Roberto
6.1.1. Primer paso: Observar y responder a las actitudes iniciales
ante la terapia.
6.1.2. Segundo Paso: Crear alianza con el adolescente
6.1.3. Tercer paso: Crear alianza con los padres
6.1.4. Cuarto paso: Análisis y preparación del re-encuadre
6.1.5. Quinto paso: El re-encuadre sistémico: trabajo conjunto
con la familia
6.1.6. Sexto paso: Construcción de objetivos e indicadores
de cambio
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6.1.7. Séptimo paso: Trabajo de avance con el adolescente
6.1.8. Octavo paso: Trabajo de avance con los padres
6.1.9. Noveno paso: Trabajo familiar conjunto y inal
6.2. El caso de Julián
6.2.1. Primer paso: Observar y responder a las actitudes iniciales
ante la terapia
6.2.2. Segundo paso: Crear alianza con el adolescente
6.2.3. Tercer paso: Crear alianza con los padres
6.2.4. Cuarto paso: Análisis y preparación del re-encuadre
6.2.5. Quinto paso: El re-encuadre sistémico – trabajo conjunto con
la familia
6.2.6. Sexto paso: Construcción de objetivos e indicadores de cambio
6.2.7. Séptimo paso: Intervención en crisis – Julián es internado en
un centro
6.2.8. Octavo paso: Trabajo de reformulación y consecución
de objetivos
6.2.9. Noveno paso: Trabajo familiar conjunto y inal – vuelta a casa
7. Procedimientos para evaluar la adherencia del terapeuta al manual
7.1.
7.2.
7.3.
7.4.
7.5.
7.6.
Guía para observadores
Habilidades básicas
Habilidades especíicas
Habilidades psicosociales
Terapia de grupo
La terapia como proceso: los estratos
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202
206
208
Referencias
228
Anexos
238
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Programa Conecta
Modelo de información a las familias
Cuestionarios SOATIF para clientes y terapeutas
Modelos de Hojas de Registro de Sesiones
Modelo de consentimiento informado
Cuestionario inicial de problemas
Cuestionarios Post-sesión
Cuestionario Pre-sesión
SOATIF observaciones para valorar las sesiones
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256
257
Presentación
Valentín Escudero
10
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
El desafío
familiar de la
adolescencia
La adolescencia es una transición en el ciclo de vida que marca la
transformación de la infancia hacia el mundo de las responsabilidades y derechos adultos. La adolescencia es, por lo tanto, un gran
desafío individual, familiar, y social.
La adolescencia es un desafío para todos y cada uno de los niños y
niñas en su trayectoria vital. Tienen que afrontar y disfrutar los cambios que esa etapa implica. Cambios biológicos, cambios cognitivos, cambios que provienen de la toma de decisiones que comienza
a ser suya y no siempre de los mayores, cambios en las expectativas
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
que se abren sobre ellos y en las que ellos mismos descubren sobre
su propia vida. La adolescencia es una etapa en la que sus protagonistas tienen mucho de qué disfrutar, una enorme gama de posibilidades nuevas por descubrir (la sexualidad, la amistad, la exploración
de nuevas capacidades, el descubrimiento de espacios nuevos de
ocio y también de conocimiento…). Al mismo tiempo, la adolescencia, al igual que gran parte de las transiciones y transformaciones vitales, tiene elementos de desconcierto y diicultad: exige adaptación
y aprendizaje.
También la adolescencia es un desafío familiar. Podríamos llamar
“familia adolescente” a la familia que tiene un adolescente. Porque
los cambios que el adolescente experimenta son cambios en todo el
sistema familiar. La familia ha de transformarse en su conjunto: las
normas y rutinas de la convivencia, los roles de autoridad y decisión,
la distancia emocional y de afecto físico, la distribución del tiempo
y el espacio en el hogar. Y también hay una exigencia de cambio
psicológico: las relaciones familiares cambian y la deinición que hacen los padres de sí mismos como padres y como pareja se ve en
ocasiones desaiada por la realidad de las nuevas relaciones que se
producen ante la transformación de un hijo en su adolescencia.
Es muy común que los padres de hijos adolescentes estén entre los
38 y los 58 años (dependiendo de si se trata del primer hijo o de la
adolescencia de los hijos menores). Y pocas veces se pone atención
a esta combinación de edades de los padres y de los hijos. Es un
“cruce” de edades singular. Cuando los hijos se encuentran en plena
expansión de sus perspectivas (decisiones sobre lo que quieren hacer en la vida, de nuevas amistades, sexualidad, etc.) los padres se
suelen encontrar en una etapa de estancamiento o decremento (en
las relaciones sexuales, en lo que pueden esperar a nivel profesional
y en sus relaciones sociales, en el margen de maniobra que les dejan
sus compromisos inancieros y familiares, etc.).
A veces nos parece que es una mala combinación de edades lo que
complica las cosas cuando surgen diicultades en la transición de la
adolescencia. Muchas de las familias que vemos en terapia tienen
un problema que ha surgido de una diicultad muy común y mundana… pero que la familia en su conjunto no ha sabido y no ha podido
afrontar bien. Un problema que requiere atención terapéutica surge habitualmente cuando la ineicacia en afrontar adecuadamente
algunas crisis naturales y esperables se reitera y se croniica. Hay
“problemas de la vida” y “problemas que no nos dejan vivir”. En la
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Presentación
adolescencia hay un riesgo alto de que el primer tipo de problema
(las diicultades esperables en el transcurso de la vida) se convierta
en un problema que paraliza la vida de la familia y el desarrollo afectivo, psicológico, y social de los menores. Ese riesgo proviene de
que muchas de las actitudes y estrategias que funcionaban bien con
niños pequeños ya no sirven cuando éstos son adolescentes. Así
que los padres se ven abocados a tener nuevas actitudes y nuevas
estrategias, y no siempre es fácil; en realidad, casi nunca es fácil.
Hay una exigencia de energía y creatividad que en ocasiones choca
con la rutina de los padres y de toda la familia.
La intervención terapéutica que se presenta en este manual parte de
esta idea sencilla: ayudar a todo el sistema familiar a hacer los ajustes adecuados, a reparar los problemas que han estancado y bloqueado el desarrollo y bienestar de todo el sistema familiar. Cuando
la terapia tiene éxito, la familia ha resuelto “un problema que no nos
deja vivir”… y la preparamos para que afronte con buen ánimo y
creatividad los “problemas de la vida” que sin duda toda familia tiene
en el proceso de ciclo vital.
La adolescencia implica también un desafío social, una tarea de la
comunidad; no es algo privado de cada familia. El proceso de cambio, la transformación de la infancia hacia un modelo adulto, se hace
en la escuela y en la comunidad tanto como en la familia. Lo que
la sociedad en la que vivimos espera de los adolescentes, y lo que
les proporciona para que consigan cumplir esas expectativas, es un
pilar básico del modelo social que construimos entre todos. La forma en que se produce esta transición del ciclo de vida representa
la identidad y la fortaleza de una sociedad. Cuando la incidencia del
conlicto y de las disfunciones personales y familiares de los adolescentes es muy alta, toda la comunidad debe hacer una relexión e
implicarse en las soluciones. El tratamiento que se presenta en este
manual se focaliza en los adolescentes y sus familias, pero sabemos
que el éxito depende también de factores que están en un marco
más amplio, y que implican la responsabilidad de toda la comunidad.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
Los fundamentos
de este manual
de tratamiento
Este manual se ha confeccionado con una orientación clara: investigar lo que hacemos en la práctica terapéutica con adolescentes y
poner en práctica lo que nos dice la investigación. El manual es por
lo tanto un instrumento para guiar el tratamiento de las familias que
se ha fundamentado en evidencias acumuladas de la investigación.
Tanto de la investigación más relevante que nos ofrecen las publicaciones de referencia como en la investigación realizada durante los
últimos años por nuestra unidad de investigación en colaboración
con el equipo técnico de los programas de la Fundación Meniños.
Hemos intentado, en la medida de lo posible, que nuestro apego
particular a modelos teóricos determinados o a formulaciones terapéuticas que nos resultan cómodas o conocidas no determinen las
directrices prácticas del manual. Seguro que solo lo conseguimos
de forma parcial, pero hemos intentado honestamente durante los
últimos 4 años poner en práctica lo que la investigación dice que
funciona y recoger en el manual todo aquello que nos ha ayudado,
organizándolo de acuerdo a nuestra experiencia.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
La idea más fundamental ha resultado ser sencilla: la consecución
de alianza terapéutica con el adolescente y la familia es una precondición que determina cómo va a ser el proceso y el resultado de la
terapia. Esta airmación es un dato recurrente de la investigación
en psicoterapia, y en nuestra experiencia resulta clave. Por eso el
manual describe un modelo concreto para entender qué es y cómo
se crea la “alianza terapéutica” cuando se está trabajando con un
adolescente y su familia. Un buen modelo técnico para la terapia y
un conjunto exquisito de técnicas fracasan con mucha facilidad si se
aplica sin la colaboración del cliente; se produce ese fenómeno que
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
identiicamos como “la operación ha sido un éxito pero el paciente
falleció”. Por eso la creación de alianza terapéutica con el adolescente y la familia no es algo “supletorio” al proceso terapéutico sino
un pilar fundamental del mismo. Cuando el tratamiento es algo que
se sustenta por las alianzas creadas entre el equipo profesional y la
familia (incluidas las alianzas que promocionamos entre adolescente
y padres para comprometerse con la terapia) los cambios y mejoras
luyen a partir de las técnicas más sencillas propuestas por el terapeuta.
Un concepto esencial que nos parece muy cercano al de la alianza terapéutica es el apego afectivo entre padres e hijos. Cuando
el deterioro de la convivencia y el nivel de conlicto en la familia es
muy alto, el contacto inicial del profesional con la familia puede ser
engañoso: muchas veces parece que solo hay emociones negativas, distancia, indiferencia e incluso desprecio. Sin embargo, en este
manual se pone mucho énfasis en que el terapeuta no debe hacer
conclusiones precipitadas sino que debe trabajar para crear un clima de “re-conexión” de las emociones y experiencias positivas que
comparten los miembros de la familia. No es una tarea fácil pero es
imprescindible hacer este trabajo. Por esa razón el manual sugiere
como estrategia inicial la creación de alianza con el adolescente y
con los padres, para después trabajar el compromiso y la conexión
emocional entre ellos.
Para entender y reparar las diicultades y trastornos del apego hemos visto que es muy importante conocer la “experiencia de los padres como hijos”, es decir, cómo fue la experiencia de los padres
de nuestros adolescentes en tratamiento cuando ellos fueron niños
y adolescentes. No se pretende con esto hacer un viaje intenso y
profundo hacia el desarrollo psicológico de los progenitores, sino
simplemente entender mejor qué factores personales diicultan en
ocasiones el cambio en las relaciones presentes con los hijos. La
experiencia de trabajar en terapia familiar nos ha hecho a algunos de
nosotros deinirnos, en tono de humor, como “deterministas relacionales”. Nuestra formación tradicional como psicólogos nos impuso
la idea de que las relaciones (como las que se tienen en la pareja o
en la familia) pueden predecirse a partir del conocimiento de los individuos (“según cómo son las personas, así serán sus relaciones”).
Sin embargo, la práctica nos ha hecho dar la vuelta a ese argumento
y pensamos ahora que son las relaciones las que predicen cómo son
las personas y cómo es su comportamiento: “cuando vives una re-
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
lación positiva y segura, tú eres una persona segura y positiva”. Por
ello, el apego lo entendemos en este manual como un fundamento
del tratamiento, pero siempre bajo la perspectiva de que el apego no
solo es el resultado de una relación, sino una forma de relacionarse.
Otro de los fundamentos básicos para entender y ayudar a solucionar el conlicto del adolescente en su familia es el balance entre la
autonomía y la dependencia. Este balance es también un eje fundamental de las relaciones humanas en general. La independencia de
los demás, la autonomía propia, es una necesidad humana que se
vincula con la madurez y el sentido de identidad personal. Pero la
dependencia y el sentido de pertenencia también son una necesidad
esencial: saber que hay reciprocidad en nuestra necesidad de los
demás, saber que el afecto de otras personas nos cobija y conirma
nuestra identidad. Estas dos necesidades, autonomía y dependencia, parecen contradecirse pero son dos caras de la misma moneda.
Son dos polos que en cada persona y en cada familia regulan un
equilibrio particular e idiosincrásico. En la adolescencia suele producirse una transformación muy dramática en relación con este equilibrio: el adolescente maximiza su reclamación de autonomía dentro
de la familia, y maximiza su sentido de inter-dependencia y pertenencia dentro del grupo de amigos y compañeros. Es algo natural
para desarrollarse psicológica y socialmente, pero el cambio que se
produce en el seno de la familia no siempre es inocuo; en ocasiones
pone en entredicho la capacidad adaptativa de todo el sistema familiar. La tradición de la terapia familiar nos ha dado muchas estrategias consolidadas de intervención para ayudar a las familias en la
consecución de este equilibrio entre autonomía y dependencia. En
el tratamiento de los adolescentes y sus familias que se describe en
este manual se pone mucha atención a este aspecto que aparece en
relaciones familiares que se han etiquetado como “sobreprotectoras”, o “desligadas”, a “caóticas”, o “aglutinadas”, etc. El manual no
reconoce ninguna estructura familiar particular como alternativa garantizada y saludable, hay muchas variables culturales y especíicas
de cada familia que determinan su propia forma adecuada de funcionar. Pero el tratamiento contempla formas de ayudar a las familias a
encontrar su propio balance entre autonomía y dependencia.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
Qué es, cómo se
hizo, y cómo usar
este manual
Este manual es una guía fundamentada en la investigación y también en estudios de casos. No es un manual que prescribe de forma
rígida cómo debe hacerse el tratamiento sesión a sesión. Es una
guía que describe operativamente una formulación de la terapia familiar que cualquier terapeuta o profesional podría incorporar (total
o parcialmente) en su contexto y estilo de trabajo. Una Guía, al igual
que un Mapa, te ayuda a recorrer un camino, a llegar a un sitio determinado, sin que se excluyan otras formas de llegar al mismo sitio.
Una Guía intenta facilitarte las cosas y siempre que es posible te da
opciones, indicando claramente lo que se sabe de cada una de esas
alternativas. Un Mapa no te marca el ritmo que has de seguir, pero te
da indicaciones de la distancia y del recorrido; eso pretendemos con
este manual de tratamiento.
Pensamos que manualizar una experiencia de tratamiento es útil y
en cierto modo una obligación ética. Es una manera de deinir cómo
hacemos nuestro trabajo para que pueda valorarse su eicacia y para
que tanto los profesionales que derivan las familias a un programa
de tratamiento, así como las propias familias que son clientes de
nuestro servicio, puedan conocer los fundamentos y la metodología
de nuestra forma de trabajar.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
La Fundación Meniños (www.meniños.org) es una organización con
más de una década de experiencia en la intervención familiar en el
contexto de protección a la infancia. Dentro de sus programas de
‘reuniicación familiar’ (orientados a intervenir en las familias que tienen un menor en un centro de protección con el objetivo de propiciar unas condiciones que permitan la vuelta del niño a su contexto
familiar) como en sus programas de ‘atención familiar con menores
en riesgo’ (tanto en un contexto preventivo como en familias intervenidas por los servicios de protección a la infancia) ha acumulado una
larga experiencia de trabajo con adolescentes y familias. Ese trabajo
ha tenido desde hace 4 años una colaboración especíica con la Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar (UIICF) de la
Universidad de A Coruña para el desarrollo del programa terapéutico
‘Conecta’ dirigido a adolescentes y familias (ver anexo 1). La UIICF
(ver anexo 2) es un equipo de investigación aplicada que desde hace
13 años se ha responsabilizado también de la formación de especialistas en intervención familiar (mediante el curso de postgrado que
capacita para el título ‘Experto en Intervención Familiar’). La UIICF
cuenta con un centro que atiende a 40 familias al año en tres programas de terapia que además de su función de tratamiento represen-
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
tan líneas de investigación aplicada. Uno de esos programas atiende
especíicamente a adolescentes y familias.
El presente manual es producto de un compromiso entre la Fundación Meniños y la UIICF para colaborar en la creación de un programa piloto para la atención a adolescentes y familias en conlicto, el
programa ‘Conecta’. El manual recoge el resultado de esa colaboración, que ha incluido el análisis conjunto de casos y terapias de
grupo, así como la discusión de los principios fundamentales del
tratamiento.
En Junio de 2009 se realizó un encuentro de investigación sobre la
terapia familiar con adolescentes que tuvo como invitados a Micki
Friedlander, profesora de la State University of New York at Albany
(USA) y a Gary Diamond, Co-Director del Center for Family Intervention Science, Children’s Hospital of Philadelphia (USA). Ambos,
expertos en la terapia familiar con adolescentes, se sumaron como
asesores al equipo de trabajo y su contribución ha sido fundamental
para el desarrollo del programa ‘Conecta’ y del presente manual.
El procedimiento de confección del manual se ha basado desde el
principio en una retroalimentación continua entre las fuentes cientíicas de calidad (investigación en publicaciones de prestigio) y la
discusión en equipo de una serie de casos tratados en la UIICF y
que fueron elegidos como muestra de referencia para la operacionalización del tratamiento. Las condiciones de tratamiento de la UIICF
incluyen la grabación en vídeo de las sesiones de terapia, la recogida
de información mediante auto-informes de los clientes y terapeutas
antes y después de cada sesión, y el seguimiento de las sesiones
en tiempo real por parte del equipo mediante un circuito cerrado de
televisión. Todas esas condiciones, siempre ejecutadas con el consentimiento informado de las familias, han sido esenciales para el
desarrollo del presente manual.
Las fuentes documentales principales que sustentan la formulación
del trabajo terapéutico que se describe en este manual están referenciadas en la sección de referencias bibliográicas del mismo; sin
embargo es obligado citar tres trabajos previos que han conigurado
el apoyo principal del presente manual: (a) el modelo “SOFTA-SOATIF” de alianza terapéutica en terapia familiar (Escudero y Friedlander, 2003; Friedlander, Escudero, y Heatherinton, 2006, 2009; www.
20
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Presentación
softa-soatif.net), la Guía Práctica para la Intervención Familiar en el
contexto de los servicios sociales, confeccionada y publicada por
iniciativa de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla
y León (Escudero, 2009), descargable desde www.jcyl.es.
En nombre de todo el equipo de trabajo y con un agradecimiento
especial a todas las familias que nos han ofrecido una fuerte alianza
para el trabajo terapéutico, esperamos que este manual te sea útil y
que de esa forma la colaboración y la alianza se extienda también a
ti como lector y usuario del manual.
21
1. Introducción
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Roberto,
es un adolescente de 17 años que no logra explicarse cómo es que
se encuentra con su abuelo esperando a tener una entrevista con una
psicóloga en un centro que trata familias. Está enfadado, las cosas se
han puesto de una manera que no le queda más remedio que estar
ahí. Pero Roberto sabe que su abuelo ya ha avisado de su enfado, le
ha oído decir por teléfono antes de acudir al centro que “el chico dice
que irá a la fuerza pero que no va a hablar, que no va a decir nada”. El
abuelo está también nervioso, siente que ya no puede hacer mucho
más y la actitud agresiva de Roberto en el último año le desborda; se
siente cansado, impotente, y tiene una enorme necesidad de que este
servicio consiga cambiar la actitud de Roberto. Cuando la terapeuta
les recibe y comienza a hablar con ellos la tensión es muy grande.
El abuelo está muy pendiente de cómo va a reaccionar Roberto,
al punto de que no puede poner mucha atención a las preguntas
que le hace la psicóloga. Roberto está tenso porque no soporta la
preocupación y la vigilancia de su abuelo, pero está comprobando
que al menos puede hacerle ver que se siente “atrapado” y que “no
es justo” obligarle a pasar por esto; le cuesta también atender a la
psicóloga, aunque para su sorpresa no se encuentra demasiado
incómodo con la manera en que ella ha comenzado, ¡al menos no se
ha centrado en la lista de quejas que trae su abuelo preparadas!
23
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Esta es una situación inicial real (transformada en nombres y otros
datos para mantener la conidencialidad) bastante común en la
intervención con adolescentes y su familia. ¿Qué historia hay detrás
de esta tensión de Roberto y su abuelo ante la orientadora que va a
intentar ayudarles a recomponer su convivencia?
Roberto vive desde muy pequeño con sus abuelos, a los que llama
“madrina” y “padrino”, nació cuando sus padres eran muy jóvenes
y su matrimonio apenas duró dos años. Su madre se estableció
en otra ciudad para trabajar en un negocio familiar y su padre
“desapareció” por un tiempo largo. Roberto tuvo un diagnóstico
de diabetes ya en su infancia, y la necesidad de cuidados médicos
añadida a la situación de precariedad económica y separación de
sus padres hizo que siempre estuviese viviendo en un ‘acogimiento
de hecho’ con sus abuelos. Sin embargo, nunca perdió el contacto
con su madre; y tuvo periodos en los que su padre “aparecía” y
mantenía cierto contacto con él, contacto que jamás resultó estable.
Recientemente, los problemas de comportamiento de Roberto (salir
sin cumplir el horario establecido por los abuelos, fumar porros,
saltarse clases y suspender muchas asignaturas, faltas de respeto a
profesores) derivaron en escaladas de agresividad con sus abuelos.
Estos decidieron pedir ayuda al padre biológico de Roberto con el
que no habían perdido del todo el contacto, pensaron que quizás
él pudiese “imponer respeto”. El padre respondió positivamente y
comenzó a venir a la casa de Roberto para advertirle que se iba a
ocupar de controlar su comportamiento inaceptable. Roberto vivió
estas “visitas” como una gran traición por parte de sus abuelos, con
una gran rabia, y cada visita se convirtió en una agria discusión. En la
tercera “visita” del padre la discusión derivó en agresividad y Roberto
propinó a su padre un golpe y un empujón que le arrojaron al suelo.
El padre denunció la agresión con la anuencia de los abuelos y la
crisis generó una prescripción de tratamiento de Roberto.
24
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Julián,
un adolescente de 14 años, se encuentra tenso y preocupado en
su primera sesión de terapia; no le inquieta nada tener que estar
aquí ni el terapeuta que parece tranquilo y seguro, lo que le pone
tenso y en actitud defensiva es la ansiedad que muestran sus padres,
especialmente su madre. Julián se pregunta si va a tener que estar
siempre con sus padres en estas reuniones, y cómo evitar que su
madre se ponga a llorar cada vez que el terapeuta intente saber algo
de él o de lo que él hizo. Juan (electricista, 45 años) y María (ama de
casa, 44 años) son los padres de Julián y saben que la situación de su
hijo puede complicarse mucho: han sido derivados desde el equipo
psico-social de la Fiscalía del menor a raíz de una serie de denuncias
por la participación de Julián en unos robos. Ellos temen que todo eso
terminará mal porque hace más de un año que perdieron las riendas
de lo que Julián hacía en la calle, incluyendo su abandono del colegio.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Julián tiene una hermana de 20 años, Andrea, con una discapacidad
intelectual que conlleva un considerable grado de dependencia de
los padres y del personal de un centro de día especializado. Julián
también tiene un hermano de 19 años, Abel, que se fue de casa hace
cerca de dos años a raíz de un ultimátum que los padres le hicieron
por su mal comportamiento. Julián dice tener una buena relación con
su hermano, y habla de él con respeto y cierto grado de admiración,
le gustaría seguir sus pasos y llevar una vida como la que lleva él, lo ve
como una persona autónoma que gana dinero y hace lo que quiere.
Los padres también mantienen una buena relación con el hermano
actualmente y están contentos con cómo ha resultado todo con él.
Con Andrea dicen llevarlo bien, aunque es una gran responsabilidad
y cansa mucho. Dicen que Andrea no suele dar problemas porque
es muy obediente y tranquila, excepto en tiempos en que hay más
discusiones en casa, como ahora, en los que se altera mucho y
requiere una mayor atención y cuidado para que se tranquilice.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Un clima de angustia reina en la primera entrevista con esta familia; ni
Julián ni sus padres tienen reparo en participar. Después de diversas
citas en servicios sociales y en la iscalía del menor ven la terapia
como una alternativa que les podría salvar de algo peor. A Juan y
María les preocupa mucho que le puedan internar en un centro por
sus absurdos delitos. Airman que Julián en el fondo es un “buenazo”
y que todo lo que ha hecho se debe a lo infantil que es y a que ellos
no han sabido apartarle de las malas compañías. Julián dice no saber
por qué ha cometido los robos de los que se le acusan, se muestra
confundido con todo lo que está pasando y conirma lo que dicen
sus padres de manera automática y poco creíble: dice que se dejó
llevar por esos amigos pero que ya no lo va a hacer más… así que
ya todo irá bien y no hay más problemas. Al igual que a sus padres,
a él también le cuesta centrarse en lo que el terapeuta le pregunta
porque esta reunión la vive como un eslabón más de una posibilidad
que les asusta: la separación si tiene que ingresar en un centro. Ahora
se dan cuenta de que su situación escolar es incierta porque ha sido
expulsado de su actual instituto y está en proceso de ser trasladado a
otro centro. Para Julián su no asistencia al instituto parecía una cosa
menor, siempre pensó que no pasaba nada y que el tiempo le daría
libertad para hacer lo que quisiera; ahora le gustaría arreglarlo todo
rápido y mostrar que no hay ningún problema.
María se muestra extremadamente ansiosa en sesión, no cesa de
balancearse en su asiento y de frotarse las manos efusivamente.
Incluso cuando el terapeuta le pide que se intente tranquilizar y que
adopte una posición más relajada, no es capaz de reducir su grado
de tensión. Juan comenta que María es muy nerviosa, que siempre lo
ha sido. María lo corrobora pero airma que su marido es demasiado
pasivo y que no se impone como debería. Esto les hace discutir
mucho. Según Julián, los nervios de su madre le hacen estar nervioso
a él y le frustran, lo cual hace que haya mucho conlicto entre ellos.
A pesar de que lleva un tiempo bajo tratamiento psiquiátrico y con
medicación por su ansiedad, María fuma cerca de tres paquetes de
cigarrillos al día y bebe mucho café. Juan, por otro lado, parece ser
más tranquilo, aunque coniesa optar por evadirse viendo la televisión
y manteniéndose al margen de los problemas porque “ya bastante
se preocupa María por los dos”. Esto hace que María sienta que no
puede coniar en él. Según Julián, los padres discuten muy a menudo
y “es insoportable estar en casa”.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
Desde la primera sesión se hace evidente que la ansiedad de María
está también relacionada a experiencias traumáticas con un hermano
muerto y dos en la cárcel por problemas con las drogas. Le da mucho
miedo que sus hijos puedan seguir esos mismos pasos. También
le da miedo tener que llegar al extremo que se llegó con Óscar, el
hermano de Julián, cuando lo echaron de casa, no solo porque es
más pequeño, sino porque tiene más miedo de que no sepa salir
adelante. Coniesa que a Julián siempre lo ha protegido y mimado
más, lo cual hace que ande más detrás de él y acaben discutiendo a
menudo. Juan suele ser el que más límites pone. No obstante Julián
mantiene una relación muy íntima con su padre, hace cosas con él y
se siente cómodo contándole sus cosas. Como del hermano, Julián
habla del padre con respeto y admiración.
En situaciones como las de estos adolescentes surgen una serie
de preguntas inevitables para los profesionales de los servicios
de intervención familiar que pueden recibir el encargo de trabajar
con esta familia, preguntas esenciales que abordamos a lo largo de
este Manual: ¿Cómo manejar la tensión y el conlicto inicial para
28
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Introducción
hacer posible una ayuda terapéutica para adolescentes como
Roberto o Julián y sus familias? ¿Quiénes han de formar parte del
tratamiento (generalmente el adolescente ya viene marcado como
foco del problema)? ¿Cuál va a ser el objetivo de la intervención en
términos prácticos -ya que la visión del conlicto es tan divergente
entre el adolescente y los adultos-? ¿Cómo formular la intervención
terapéutica? ¿Cómo proceder paso a paso para completar el
tratamiento?
En el ejemplo de Roberto, una característica muy destacable del
clima inicial en la terapia es la rabia de Roberto, su necesidad
de expresar ira delante de sus abuelos. Esta característica es
muy común en los adolescentes en conlicto, aunque también en
ocasiones encontramos adolescentes con sintomatología depresiva
u obsesiva, y adolescentes que interiorizan su agresividad y su rabia
hacía ellos mismos.
En el caso de Julián, el principal foco de conlicto es la tensión
provocada por los miedos y la ansiedad. Por parte de los padres,
particularmente de la madre, existe un alto grado de preocupación
por Julián por el miedo a que siga los pasos que llevaron a sus
hermanos a la cárcel y a perder la vida. La ansiedad en los padres
también viene asociada a los problemas de conianza y comunicación
dentro de la pareja. Por parte de Julián, su alto grado de ansiedad se
relaciona a las tensiones constantes entre los padres, por un lado,
y a la preocupación y vigilancia de ellos hacia él, por otro. María
“calma” su ansiedad fumando grandes cantidades de tabaco y
con medicación que le ha sido prescrita. Juan y Julián tienden a
responder a las tensiones con conductas de escape; Juan opta por
adoptar una actitud pasiva y despreocupada y Julián pasa la mayor
parte del tiempo fuera de casa, fumando cannabis con los amigos y
realizando conductas de riesgo. El alto grado de tensión en la familia
viene acompañado de frecuentes conlictos y discusiones, que no
hacen más que aumentar el grado de desconianza y preocupación
en los padres, y la frustración y conducta de escape de Julián.
29
2. Crear el sistema
terapéutico
2.1
Incluir a la
familia
Si partimos de un ejemplo como el de Roberto, lo primero que hemos de clariicar es qué razones tenemos para estar tan seguros de
que merece la pena crear un sistema de trabajo que integre a toda
la familiar en lugar de trabajar de forma aislada con el adolescente.
Por un lado están las razones que se basan en la investigación de
la eicacia de tratamientos para adolescentes con diferentes tipos
de problemas (y que revisamos más abajo, sección 3.1.2): hay motivos para pensar que el tratamiento conjunto del adolescente y de
la familia, además de mostrar eicacia equivalente a tratamientos individuales (Pinsof, Wynne, & Hambright, 1996; Shadish, Ragsdale,
Glaser, & Montgomery, 1995), tiene beneicios adicionales para todo
el sistema familiar.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
Pero además es constatable que los adolescentes raramente solicitan ellos mismos ayuda de tipo terapéutico. Por otra parte, cuando
la crisis del adolescente está asociada a conducta antisocial (uso
de drogas, no cumplimiento de normas escolares o sociales) es aún
más difícil que la motivación y demanda de tratamiento provenga
del adolescente, especialmente porque en esos casos casi siempre
el conlicto con sus padres y el desafío a iguras de autoridad forma
parte del contexto en el que se inicia el trabajo (Karver, Handelsman,
Fields, & Bickman, 2006; Shirk & Karver, 2003).
Finalmente, desde una perspectiva sistémica, parece lógico que
cuando la familia forma parte de la estructura que mantiene el problema (Escudero, 2009; Pinsof, 1995), bien sea por su forma de funcionar –estructura familiar–, o por las soluciones que intentan –patrones de solución ineicaces con el adolescente–, o debido a carencias
en el plano afectivo –diicultades de apego–, la intervención tienda a
incluir a la familia como recurso para el cambio.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
Sin embargo, la creación de un sistema terapéutico que integre a la
familia y al adolescente conlleva un nivel de complejidad que exige
una formación especíica del terapeuta familiar, tanto de tipo conceptual como en el plano de las habilidades. La fuente principal de
complejidad, que marca una diferencia con respecto a la terapia
individual, es que se han de manejar múltiples niveles de relación
y múltiples motivaciones entre los miembros de la familia. Relaciones y motivaciones diferentes que además con frecuencia están en
abierta contradicción. Nuestro ejemplo de Roberto ilustra esa situación: el adolescente no quiere acudir y se siente obligado y atrapado, el abuelo por su parte busca desesperadamente una ayuda
después del desastroso resultado de intentar que el padre biológico
de Roberto se convirtiese en una fuente de autoridad y disciplina. La
relación entre el abuelo y el adolescente es muy difícil e interiere en
la relación que la terapeuta quiere establecer con ellos: tanto Roberto como su abuelo están más pendientes de cómo reacciona el otro
ante la terapeuta que de responder a lo que ella les pregunta. Detrás
de todo este escenario, en el caso de Roberto, hay una crisis causada por una agresión que ha sido denunciada, todo el entorno familiar está por lo tanto sometido a un presión especial, y no sabemos
todavía qué papel pueden jugar los padres y la abuela. Hay lógicamente muchos otros periles, diferentes al de Roberto, del contexto
inicial de trabajo, algunos mucho menos extremos y complicados,
pero otros incluso más conlictivos y de mayor crisis. Sin embargo,
es muy frecuente que la creación del sistema terapéutico parta de
estas características comunes: (a) la relación entre los miembros de
la familia es conlictiva y hay un clima emocional negativo, y (b) hay
miembros de la familia que ven en la terapia una posibilidad valiosa
de ayuda pero otros vienen sin ganas o incluso sintiéndose obligados o “acusados” de algo.
Por lo tanto, la creación del sistema terapéutico se enfrenta con mucha frecuencia al hecho de que concurran motivos y expectativas en
conlicto (Beck, Friedlander, y Escudero, 2006) y el terapeuta ha de
afrontar la ardua labor de establecer un contexto de colaboración
con el grupo de personas que asisten a la sesión, para lo cual tiene
que establecer una alianza con cada individuo y con el conjunto de
todos ellos. Incluso en ocasiones en las que los motivos para buscar ayuda pueden parecen a primera vista similares, o por lo menos
congruentes (por ej., ambos padres de un adolescente están igualmente preocupados por su comportamiento y el mismo adolescente
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
reconoce que ha de hacer algo para no ser expulsado del colegio),
no es infrecuente que el terapeuta se encuentre en las primeras sesiones con situaciones o motivaciones muy contrapuestas, cuando
no conlictivas (por ej., el padre considera que el hijo “necesita un
escarmiento” y no le vendría tan mal ser expulsado, la madre quiere
que la terapia sirva para que el “padre se implique más en controlar
a su hijo”, el hijo quiere simplemente cumplir con el requisito de algunas sesiones para “que se aleje la amenaza” de una expulsión).
En el ejemplo de Julián, tanto él como sus padres parecen unidos
y comprometidos con la terapia. El temor a un internamiento como
consecuencia de las denuncias cursadas contra Julián produce un
efecto de aparente unión para estar en terapia, incluso repiten mecánicamente los mismos argumentos, casi las mismas frases (“no me
daba cuenta y me dejé llevar por los amigos”, “ya sé que me porté
mal, es normal el enfado”, etc.). Pero esta unión inicial no garantiza
que la familia vaya a comprometerse con cambios en aquellos factores del funcionamiento familiar que mantienen el nivel de riesgo en
las conductas de Julián.
Tanto la investigación como la experiencia clínica relejan que la creación de un sistema terapéutico de colaboración familiar, basado en
el establecimiento de alianza terapéutica, representa un reto no solo
por el número de personas involucradas, sino también por la complejidad y diversidad (a veces contradicción) de las motivaciones y
expectativas sobre la terapia (Friedlander et al., 2009).
El conlicto en los motivos y expectativas de la terapia no son tampoco algo circunscrito a la propia familia, hay ocasiones en las que
el contexto de derivación es vivido por la familia como una intrusión,
por ejemplo por parte de los Servicios de protección a la infancia, de
los Juzgados de Familia, o del sistema escolar. Las condiciones para
la creación de una buena relación terapéutica pueden estar dañadas
de antemano por una situación de coerción que la familia va a proyectar en su relación inicial con el terapeuta.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
2.2
Considerar
el conlicto
Dentro de la complejidad de la dinámica de relaciones iniciales que
afectan a la creación de una buena relación terapéutica con la familia hay algunos aspectos de gran relevancia (Friedlander, Escudero,
y Heatherington, 2009): (1) la estructura de poder de la familia, que
puede hacer vulnerables a determinados miembros de la familia (con
mucha frecuencia los menores, y también las mujeres respecto a los
hombres), y esta vulnerabilidad puede ser extrema si aquellos que
hacen uso de ese poder son abusivos; (2) el conlicto en crisis, expresado en el hecho de que muy a menudo las familias buscan –o aceptan- la ayuda profesional cuando hay un conlicto agudo entre sus
miembros. En la intervención con adolescentes es importante hacer
una buena valoración del nivel de riesgo en que se encuentran los
miembros de la familia más vulnerables en la situación de conlicto; a
veces el riesgo sobre el propio adolescente, y en ocasiones el riesgo
de los padres o de otros hermanos. Además de una valoración adecuada del nivel de riesgo, el terapeuta debe contener y manejar adecuadamente las expresiones más negativas del conlicto. El trabajar
con la familia conlleva que lo que sucede en la sesión no solo puede
estar contaminado del conlicto en sí, sino que lo que acontece en la
sesión tiene consecuencias en la vida cotidiana (Friedlander, 2000).
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
Otro corolario del conlicto es que en muchas ocasiones los secretos
van unidos al conlicto (Imber-Black, 1993). Y los secretos también
tienen una inluencia diferenciada en la terapia familiar conjunta, con
consecuencias particulares en el establecimiento de un clima de colaboración y alianza de trabajo con el terapeuta. Como describimos
más abajo (sección 5 de este Manual), el proceso de trabajo con el
adolescente y la familia incluye sesiones individuales con el adolescente y sesiones con los padres, o bien el terapeuta dedica tiempo
a solas con cada subsistema. Durante el tiempo que el terapeuta
dedica a solas con el adolescente, éste elige qué va a revelar y qué
no, y tiene lógicamente que coniar en la conidencialidad del terapeuta; sin embargo, en las sesiones conjuntas (bien entre los padres,
bien de padres y adolescentes) cada miembro de la familia no puede
controlar lo que otros decidan decir y cada uno de los participantes
está expuesto a lo que otros quieran desvelar; también puede darse
el temor a que el terapeuta desvele algo que han contado en sesiones separadas (solo con los padres o solo con el adolescente). Al
igual que los miembros de la familia no pueden esquivar un secreto cuando alguno de ellos decide destaparlo, el terapeuta tampoco
puede controlar totalmente que esto se produzca y tenga efectos no
deseados sobre el clima más adecuado para la colaboración de todos. La creación del sistema terapéutico está marcada por las cuatro
dimensiones de la alianza terapéutica descritas en detalle más abajo
(sección 4.1.1), pero una de esas dimensiones, la creación de Seguridad, es vital en las fases más iniciales. La terapia familiar con el
adolescente requiere de la creación de un contexto seguro para todos. Esta es por lo tanto una tarea esencial y primaria del proceso de
terapia que algunos autores consideran incluso una “pre-condición”
para un posterior desarrollo adecuado de la terapia (Escudero, Friedlander, Varela, y Abascal, 2008).
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
2.3
Comunicación
La comunicación entre terapeuta y familia está enmarcada a su vez
en el tipo de comunicación que tienen los miembros de la familia
entre ellos. Podemos airmar que, al igual que pasa en una terapia
individual, es esencial la forma en la que el terapeuta construye la
historia y la deinición del problema, a partir de las quejas y demandas de ayuda de los clientes. Sin embargo, tal y como hemos descrito en nuestro ejemplo del caso de Roberto, es frecuente que en la
terapia familiar algunos miembros de la familia comiencen la terapia
menos interesados en el punto de vista del terapeuta que en cómo
van a deinir el problema los otros miembros de la familia. Roberto
estaba muy centrado en qué tipo de “acusaciones” iba a recibir del
abuelo, y éste estaba muy pendiente de qué reacciones iba a tener
Roberto, incluyendo el temor de que abandonase la sala o se pusiese agresivo con él delante de la psicóloga. En aquellas familias en
las que hay poca comunicación (por un clima emocional distante y
frío, o bien muy conlictivo y cargado de agresividad) lo más común
es que el adolescente no tenga una idea correcta de cómo le ven sus
padres y hermanos; y los padres no tienen tampoco mucha idea de
cómo los ve su hijo adolescente.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
En el caso de Julián, todos parecen compartir la idea de que el que
necesita ayuda terapéutica es él, por tanto el grado de discordia es
algo menor. Sin embargo, el nivel de ansiedad que caracteriza las
interacciones en esta familia, provocada por los miedos de los padres y la frustración de Julián, puede invadir la comunicación entre
la familia y el terapeuta desde el inicio de la terapia. Tanto en el caso
de Roberto como en el de Julián, la ansiedad y la tensión están presentes en la relación terapéutica como una consecuencia de la relación familiar. El terapeuta familiar tiene que estar preparado (desde
un punto de vista teórico y también en su formación práctica) para
afrontar esta ansiedad adecuadamente y crear un clima seguro y de
alianza terapéutica (Friedlander, Escudero, y Heatherington, 2009;
Carpenter, Escudero, y Rivett, 2008). La preparación del terapeuta
familiar tiene que servir para que sea capaz de mostrar receptividad
a las preocupaciones de todos los miembros de la familia, ya que esa
receptividad puede determinar la motivación de éstos para comprometerse con el tratamiento más allá de la primera sesión (Shapiro,
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
1974). La complejidad del tratamiento conjunto de una familia reside
en que cada miembro no solo le expresa (verbal y no verbalmente) al
terapeuta sus sentimientos y reacciones, sino que expresa también
en cierta manera (generalmente indirecta) los sentimientos y reacciones hacia todos los demás que están en la sala (Pinsof y Catherall,
1986; Rait, 1998).
El vínculo que establece el terapeuta con el cliente tiene un foco claro en el caso de la terapia individual, pero es multi-focal y complejo
en el caso del tratamiento de una familia. Ese vínculo tiene que ser
fuerte con todos los miembros de la familia, no únicamente con los
que acuden a todas las sesiones, sino también con miembros de
la familia que tienen un rol más indirecto en el sistema terapéutico
(Pinsof, 1995). Por ejemplo, el padre de Roberto acudió solamente a
una sesión pero se hizo patente que tenía una gran inluencia sobre
las opiniones del abuelo; tampoco la madre de Roberto podía hacerse presente en las sesiones pero a pesar de no vivir con Roberto su
inluencia no era menor ya que hablaba 2 o 3 veces a la semana con
él por teléfono. Paralelamente, en el caso de Julián, el papel de su
hermano Abel es importante puesto que lo ve como modelo a seguir
y porque sirve como apoyo para los padres al proporcionar su perspectiva personal de cómo llevar la situación. Su hermana Andrea, por
otro lado, proporciona información emocional de gran valor por sus
reacciones espontáneas ante la emocionalidad de los otros miembros de la familia. La presencia de Abel y de Andrea en la sesión el
día en que Julián fue internado en el centro fue determinante. Por un
lado, Abel ofreció gran apoyo e inspiró esperanzas para movilizar a
la familia para seguir adelante con el trabajo terapéutico. Por otro,
las reacciones de Andrea durante la sesión ayudaron al terapeuta a
detectar cuando la madre comenzaba a sentirse muy angustiada por
lo que oía.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
2.4
Mapa
del sistema
Es importante que el terapeuta familiar tenga un “mapa” amplio y
ecológico del sistema terapéutico en el trabajo con los adolescentes.
En los dos casos presentados anteriormente fue importante considerar y utilizar en la terapia el papel de iguras no directamente relacionadas con el problema: la tía de Roberto y el hermano mayor de
Julián. En ese mapa hay que incluir también todo el contexto profesional. No debería sorprender que algunas diicultades para crear un
contexto amplio de colaboración provengan del propio sistema profesional: tensiones o conlictos entre el terapeuta y algunos miembros importantes de la red profesional en la que el adolescente está
implicado, otros miembros del equipo –el supervisor, un educador
–, orientador o director del centro escolar, personal de la iscalía del
menor, personal responsable de un tratamiento por el uso de drogas,
etc. Hay que considerar que la complejidad es mayor a medida que
aumenta el número de personas en (a) el sistema directo del adolescente (miembros de la familia que acuden juntos a la terapia), (b)
el sistema indirecto del adolescente (miembros de la familia que no
participan directamente en la terapia pero que tienen inluencia), (c)
el sistema directo del terapeuta (miembros del equipo profesional involucrados directamente en una sesión dada en un momento determinado) o (d) el sistema indirecto del terapeuta (miembros del equipo
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Crear el sistema
terapéutico
que no participan directamente en la terapia y otros miembros de la
red profesional que tienen relación con el caso) (Pinsof, 1994). Una
visión amplia del sistema terapéutico –“mapa sistémico”– proporciona mejores recursos potenciales para crear y consolidar contextos
terapéuticos seguros.
En el caso de los adolescentes, un tipo de diicultad especíica en la
creación de un contexto de trabajo basado en la alianza terapéutica
se da cuando la familia acude al tratamiento por mandato judicial, ya
sea del Jugado de Familia o de los Servicios de Protección a la infancia y la adolescencia, o cuando los adolescentes asisten a terapia
muy presionados por miembros de su familia, o cuando instituciones
externas (aún sin mandato judicial) tienen poder directo o indirecto
sobre ellos. Precisamente en esos casos, el enfoque basado en la
creación de alianza terapéutica es aún más pertinente.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Crear el sistema
terapéutico
Un fenómeno característico únicamente de la terapia de familia y
que es muy relevante en la intervención familiar con los adolescentes
es la “alianza dividida” (Muñiz de la Peña, Friedlander, y Escudero,
2009). Ese patrón en la relación terapéutica se da cuando uno de
los miembros de la familia se siente mucho más vinculado emocionalmente al terapeuta que otro. La alianza dividida de tipo “severo”
es la más perniciosa para el proceso de terapia ya que predice el
abandono del tratamiento (Muñiz de la Peña, et al., 2009); este tipo
de alianza dividida se da cuando los sentimientos positivos de alguno de los clientes hacia el terapeuta (buena conexión emocional) se
contraponen al claro y patente antagonismo hacia el terapeuta por
parte de otros miembros de la familia. En el trabajo con los adolescentes es fácil que una buena relación del profesional con los padres
se contraponga a una reticencia o rechazo hacia el terapeuta por
parte del adolescente. Pero también ocurre a veces lo contrario, que
una buena conexión del terapeuta con el adolescente genere sospechas y reticencias en los padres. También el terapeuta ha de considerar el riesgo de “alianza dividida” en las fases de trabajo con los
padres o cuidadores sin el adolescente (en los casos en los que se
trabaja con más de un adulto), ya que es fundamental que la alianza
se de con todos.
El terapeuta debe entender que hay factores relacionados con la
propia naturaleza y dinámica del sistema familiar que explican que
resulte más fácil (o más espontánea) la relación del terapeuta con
algunas partes de la familia que con otras. El terapeuta es un adulto, y por ello los niños y especialmente los adolescentes tienden a
percibirle inicialmente como un “aliado de sus padres”. Si los padres
del adolescente son una pareja heterosexual, el género del terapeuta
es el mismo que el de uno de los dos clientes y opuesto al del otro.
También la coincidencia del género del terapeuta y del adolescente
va a inluir de forma espontánea en un primer momento.
42
3. Fundamentos
del modelo de
intervención
Nuestro trabajo de intervención familiar con adolescentes se sustenta en dos pilares básicos: (1) la alianza terapéutica, como base para
crear unión y fuerza en la familia, y (2) la investigación sobre eicacia
en el tratamiento familiar de los adolescentes en diicultad, que nos
ofrece información relevante sobre factores y procedimientos que
podemos integrar en el tratamiento.
Sprenkle y Blow publicaron un artículo en el año 2004 titulado “Los
Factores Comunes y Nuestros Modelos Sagrados” que tuvo una
gran inluenza en nuestra formulación del trabajo terapéutico. En ese
artículo los autores revisan la investigación de proceso-resultado en
la psicoterapia en general y en la terapia familiar en particular, para
concluir que si bien los modelos concretos de intervención son relevantes y necesarios, deberían basarse más en lo que conocemos
sobre los factores comunes en psicoterapia, ya que esos aspectos
de la psicoterapia son los que realmente ofrecen información relevante para la mejora de los tratamientos. Nuestra investigación sobre la relación terapéutica en la terapia familiar (Escudero, Friedlander, Varela, y Abascal, 2008; Friedlander, Escudero, y Heatherington,
2009) orientó nuestro trabajo clínico de forma que la creación y el
mantenimiento de la alianza terapéutica se convierten en una directriz constante que marca el proceso de intervención de principio a
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
in. La alianza terapéutica, deinida en el modelo concreto (SOFTASOATIF) de cuatro dimensiones que describimos más abajo (sección
3.1.3), facilita la integración de otros aspectos de gran importancia
en la terapia familiar con menores, como lo referente a las diicultades de apego (Diamond, 2005) o asociadas a traumas relacionados
con abuso y maltrato (Johnson y Greenman, 2006; Johnson, Wright,
y Ketring, 2002).
46
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
3.1
La alianza
terapéutica
El trabajo del terapeuta familiar para crear un sistema terapéutico
caracterizado por las alianzas debe sustentarse en aspectos tanto
técnicos como teóricos (Carpenter, Escudero, y Rivett, 2008). Es importante que el terapeuta entienda bien el concepto de alianza terapéutica y que tenga un modelo claro de qué aspectos o dimensiones
esenciales coniguran la alianza terapéutica en el tratamiento conjunto de parejas o familias (Friedlander et al., 2009). Por ello, revisamos
a continuación los aspectos teóricos de la alianza, la investigación
más relevante, y describimos un modelo especíico y operativo.
3.1.1. El concepto de alianza terapéutica
El uso del término alianza ha tenido una larga y signiicativa historia
en el ámbito de la psicoterapia, y se puede airmar que fue originalmente planteado por Freud (1940-1959) al diferenciar la ‘alianza’ de
la ‘transferencia’. La transferencia se reiere el desplazamiento hacia
el analista de los sentimientos, impulsos y necesidades del paciente
relacionados con otras personas signiicativas para él. Por el contrario, la alianza de trabajo estaría relacionada, en esta perspectiva psicoanalítica, con la transferencia «no objetable» o «positiva» (Freud,
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
1940), entendida como el afecto y la conianza del paciente en relación con el terapeuta, es decir, aspectos que no son objeto del
análisis, y que proporcionan la base y la motivación para el trabajo
terapéutico (Muran y Safran, 1998).
Entre la conceptualización psicoanalítica y la actual deinición de la
alianza terapéutica ha habido muchas aportaciones valiosas (puede
verse una revisión completa en Friedlander, et al., 2006-2009, cap.
1). Entre ellas, de Bibring (1973) y Sterba (1934), psicólogos del Yo
(“ego psychology”) que argumentaron y fundamentaron objeciones
al principio de las relaciones objetales, por el cual todo lo que un
cliente siente en relación con el terapeuta es una reacción transferencial. Estos autores aportaron una perspectiva nueva centrando su
atención en la adaptación del paciente a la realidad y en los aspectos positivos y no trasferenciales de la relación terapéutica. Muran y
Safran (1998) consideran que el reconocimiento de que la alianza terapéutica era tan importante como el trabajo sobre la transferencia,
hizo posible que algunos terapeutas de formación y práctica psicoanalítica iniciaran intervenciones distintas de la interpretación de la
transferencia y se planteasen adoptar una posición terapéutica que
no fuera la de la estricta neutralidad.
Una contribución muy importante fue la realizada por Strupp (1973)
al fundamentar la idea de que la alianza terapéutica es decisiva no
solamente en el contexto de la psicoterapia psicoanalítica, sino en
todos los modelos de terapia. Strupp describe la alianza como un
constructo que traspasa diferentes modelos teóricos y que inluye
en la eicacia de cualquier terapeuta aunque use técnicas diferentes
(analíticas, de modiicación de conducta, Gestálticas, etc.). En esa
misma línea, ya a inales de los años 70, Bordin construyó una deinición global que incorporaba las contribuciones teóricas previas realizadas desde diferentes modelos. La conceptualización de la alianza
hecha por Bordin (1979) es el modelo de alianza más heurístico, el
que ha tenido mayor inluencia en la psicoterapia individual. Bordin
deinió la alianza de trabajo sobre la base de tres componentes: (1)
el acuerdo entre el terapeuta y el cliente acerca de las metas del tratamiento, (2) el acuerdo de ambos sobre las tareas necesarias para
conseguir esos objetivos, y (3) los lazos afectivos necesarios entre
ellos para sostener el a veces arduo trabajo que representa el cambio terapéutico. De manera que a partir de esa conceptualización, la
alianza terapéutica representa la cualidad y la fortaleza de la relación
de colaboración entre el cliente y el terapeuta incluyendo “los lazos
48
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
afectivos entre ambos, tales como la conianza mutua, el consenso
en el respeto y el interés…, un compromiso activo con las metas de
la terapia y con los medios para alcanzarlas…, y un sentido de asociación” (Horvath y Bedi, 2002, pág. 41).
En la tradición de la terapia familiar sistémica, el tratamiento teórico
y la importancia otorgada a la alianza terapéutica es muy dispar. Rait
(1988) describió un continuo de posturas teóricas sobre la relación
terapéutica organizado en dos polos extremos. En un extremo se
sitúan las terapias experienciales (por ejemplo, Satir, 1964), en las
que destaca la persona del terapeuta, y donde la calidez, el apoyo y la colaboración mutua son características fundamentales. En
el otro extremo del espectro están las terapias multigeneracionales
que tienen una inluencia psicodinámica (por ejemplo, Bowen, 1966),
donde el terapeuta se mantiene a distancia de la transferencia para
así permanecer objetivo y diferenciado. También hacia ese extremo
puede situarse el modelo de Milán (Selvini, Palazzoli, Boscoso, Cecchin y Prata, 1978), en el que la estricta neutralidad y las intervenciones prescriptitas de tipo paradójico no contemplan la importancia
del vínculo con el terapeuta.
Sin duda W. Pinsof ha sido un autor clave en la conceptualización
sistémica y en la investigación de la alianza terapéutica en el marco
de la terapia de pareja y familia (Pinsof, 1994, 1995; Pinsof y Catherall, 1986). Este autor fue el primero en describir la causalidad
recíproca en la alianza, haciendo ver que la simple operación de sumar la relación de cada cliente con el terapeuta no sirve para valorar
la alianza «en su conjunto»; muy al contrario, las alianzas de cada
miembro de la familia con el terapeuta, y las del terapeuta con cada
subsistema familiar (por ejemplo, su alianza con los padres diferenciada de su alianza con los hijos) y la alianza global del terapeuta con
todo el grupo familiar, afectan a todos entre sí y generan un complejo
sistema de inluencias recíprocas. Otra de las aportaciones relevantes de Pinsof (1994, 1995) es la deinición de una nueva dimensión
interpersonal de la relación terapéutica que ya hemos citado más
arriba al referirnos al sistema terapéutico directo e indirecto: la alianza intra-sistema, que se reiere a las alianzas en el seno de la familia
(entro todos los miembros y subsistemas, al margen del terapeuta)
y también a las alianzas intra-sistema del terapeuta (alianzas dentro
del entorno profesional al margen de la familia: terapeuta y co-terapeuta, terapeuta y supervisor, o terapeuta y otros profesionales que
trabajan con la familia).
49
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
3.1.2. Investigación sobre la alianza
Actualmente, el reconocimiento de la importancia de la alianza terapéutica y su relación con la eicacia del tratamiento es muy general en todos los modelos de psicoterapia, incluso en aquellos que
han estado tradicionalmente más interesados en los mecanismos
especíicos del cambio que en la propia relación terapéutica, como
el caso de la terapia cognitivo-conductual o las terapias sistémicas
breves.
Si nos desplazamos del ámbito teórico a la investigación empírica
nos encontramos con que la investigación orientada a estudiar la
relación entre proceso de terapia y resultado de la misma ha otorgado una importancia muy notable a la alianza terapéutica. Uno de
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
los resultados más consistentes de la investigación de proceso en
psicoterapia es que la alianza terapéutica es predictiva del resultado
del tratamiento para una variedad de enfoques terapéuticos (individuales) cuando se mide al principio del tratamiento, y especialmente
cuando se mide desde la perspectiva del cliente –es decir, en base a
los autoinformes del cliente– (Castonguay, Constantino, & Holtforth,
2006; Horvath y Symonds, 1991). Veamos de forma muy resumida
algunos de los principales resultados de la investigación.
En 1996, una revisión amplia de la investigación sobre Depresión
del NIMH en Estados Unidos (National Institute of Mental Health
Treatment of Depression Collaborative Research Program) arrojó
sorprendentes resultados sobre la importancia de la alianza en relación con el resultado del tratamiento en una comparación a gran
escala de diversos tipos de terapia: interpersonal, terapia cognitivoconductual y farmacoterapia (Krupnick, Stosky, Simmons, Moyer, Elkin, Watkins y Pilkonis, 1996). Se comprobó que aproximadamente
el 21% de la varianza en el éxito de la terapia era atribuible a la percepción que el cliente tiene de la alianza con el terapeuta, sin importar demasiado el enfoque o modelo de tratamiento.
La investigación mediante técnicas de meta-análisis también ha conirmado la importancia de la relación entre la alianza terapéutica en
el proceso y el resultado inal del tratamiento. Un meta-análisis (Horvath y Symonds, 1991) que incluyó 20 estudios diferentes (con terapeutas experimentados y de formación principalmente psicodinámica, experiencial y cognitivo-conductual) mostró un tamaño de efecto
combinado de .26, «moderada, pero iable» (Horvath y Symonds,
1991, pág. 139). Un meta-análisis todavía más amplio que analizó 79
estudios con mayor amplitud en cuanto al tipo de terapia, tipologías
de pacientes y de problemas clínicos (Martin, Garske y Davis, 2000),
encontró una medida de efecto ligeramente más baja pero todavía
signiicativa de .22. Más aún, en una revisión actualizada de Horvath
y Bedi (2002), incluyendo estudios de terapias para el tratamiento de
drogadicción, volvió a encontrar una medida de efecto de .25.
Un estudio reciente (Friedlander, Escudero, Heatherington, y Diamond, en prensa) ha realizado por primera vez un meta-análisis
sobre la relación entre alianza terapéutica y resultado de la terapia
centrándose exclusivamente en terapias de pareja y familia. Dicho
meta-análisis se realizó sobre 24 estudios (7 eran investigaciones
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Fundamentos del modelo
de intervención
con terapia de pareja, y 17 con terapia familiar; en total se acumulaban 1.461 clientes) y encontró un tamaño de efecto de .26 claramente signiicativo (z=8.13; p<.000; con un intervalo de conianza
del 95% de .33 y .20) mostrando por lo tanto una asociación entre
alianza y resultado muy similar a la encontrada en estudios de psicoterapia individual.
Sin embargo, no deberían interpretarse estos datos de la investigación como una prueba de que una buena alianza terapéutica en la
fase inicial del tratamiento “causa” un buen resultado inal. Los diseños que se han utilizado en la investigación no pueden garantizar
que la percepción de los clientes (y de los terapeutas) sobre la alianza en fases intermedias o avanzadas del tratamiento no se hallen
inluenciadas por los beneicios ya experimentados en el tratamiento
cuando éste ha ido bien hasta ese momento. No se puede por lo
tanto airmar con rotundidad que no sea el resultado de la terapia el
que esté inluyendo en la percepción de la alianza y no al revés (DeRubeis y Feeley, 1990; Feeley, DeRubeis y Gelf, 1999)
A diferencia del amplio bagaje de investigación sobre la relación entre la alianza y el resultado del tratamiento en el marco de la psicoterapia individual con adultos, la investigación empírica sobre el
papel de la alianza terapéutica con los adolescentes ha sido hasta
el momento muy escasa (Shirk & Karver, 2003; Shelef , Diamond,
Diamond, y Liddle, 2005). Aun así algunos estudios realizados en
los últimos años encontraron resultados muy similares a los que se
han encontrado repetidamente en la psicoterapia con adultos. Por
ejemplo, en una revisión con metodología de meta-análisis sobre la
investigación del proceso de terapia con niños, adolescentes y jóvenes, Karver et al. (Karver, M. S., Handelsman, J. B., Fields, S. & Bickman, 2006) encontraron una asociación signiicativa entre la alianza
terapéutica y el resultado de los tratamientos. En concreto, los resultados de 49 estudios publicados entre 1973 y 2006 que estudiaron
la asociación entre la calidad de la relación terapéutica y el resultado
del tratamiento para niños y adolescentes revelaron un tamaño del
efecto promedio de .24, algo muy similar a lo encontrado en estudios
con pacientes adultos.
En un reciente estudio (Karver, Shirk, Handelsman, and Fields, 2008)
se ha encontrado que la formación de alianza con adolescentes durante la primera fase del tratamiento terapéutico, medida a lo largo
52
Adolescentes y familias en conlicto:
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Fundamentos del modelo
de intervención
de diferentes sesiones, con diferentes métodos (auto-informes y observación de conductas relacionadas con la alianza), y en diferentes
modelos de terapia (cognitivo-conductual versus terapia no directiva), estaba asociada signiicativamente con el nivel de implicación
de los adolescentes en la terapia. Es decir, cuando se crea una buena alianza con el adolescente en el inicio de la terapia, el enganche
del adolescente en todo el proceso posterior será mayor, al margen
del método de medir la alianza y del modelo de tratamiento usado.
Como ya hemos señalado más arriba, la existencia de niveles de
alianza con el terapeuta muy diferentes por parte del adolescente y
de sus padres conigura un patrón denominado “alianza dividida”.
Este patrón es relativamente frecuente en la terapia familiar con adolescentes y puede inluir seriamente en el abandono de la terapia
(Muñiz de la Peña, Friedlander, & Escudero, 2008). Algunos estudios
sugieren que este tipo de discrepancias entre diferentes miembros
de la familia en la alianza con el terapeuta es más nocivo para el
proceso de tratamiento que el nivel de alianza de cada miembro de
la familia considerado aisladamente (Robbins, Liddle, Turner, Dakof,
Alexander, & Kogan, 2006; Robbins, Turner, Alexander, & Perez, 2003,
Symonds & Horvath, 2004). Según este resultado de la investigación
podemos esperar que el hecho de que el adolescente y sus padres
tengan niveles de alianza discrepantes interiera más en el proceso
de terapia que el que todos ellos (padres y adolescente) tengan un
nivel de alianza similarmente bajo.
Por lo general, cuando se da un patrón de “alianza dividida”, es el
adolescente el que tiene la alianza negativa con el terapeuta, mostrando una conexión emocional más endeble con él que la que
muestran el padre o la madre (Diamond et al., 2000; Friedlander et
al., 2006), aunque no es este el caso en algunos programas de intervención orientados al adolescente (Muñiz de la Peña et al., 2008).
Un estudio que evaluó la eicacia de intervenciones centradas en
el adolescente (Hogue, Dauber, Samuolis, & Liddle, 2006) encontró
que las intervenciones más eicaces (que resultaron predictoras de
mejoría en algunos casos –no en todos-) eran estas: tener sesiones
individuales con el adolescente de forma regular, el trabajo especíico de crear y mantener una fuerte alianza terapéutica, focalizarse
en los problemas más particulares del adolescente, practicar habilidades sociales con el adolescente y otras habilidades relativas a su
proceso evolutivo.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Fundamentos del modelo
de intervención
3.1.3. El modelo SOFTA-SOATIF
Sobre la base de los fundamentos teóricos y de la relevancia que la
investigación ha dado al concepto de alianza terapéutica, un grupo de
trabajo compuesto por investigadores de España y Estados Unidos
iniciamos el desarrollo de un modelo de evaluación de la alianza terapéutica que incluyese especíicamente las características diferenciales
de la terapia sistémica con parejas y familias, pero integrando también
las características comunes a cualquier modalidad de psicoterapia
(colaboración del cliente y lazos afectivos entre éste y el terapeuta)
que fueron claramente deinidas por Bordin (1979). Dicho modelo y los
instrumentos de evaluación que lo componen (Friedlander, Escudero,
y Heatherington, 2006, 2009) se han desarrollado simultáneamente en
español –SOATIF– (Sistema de observación de la alianza terapéutica
en intervención familiar) y en inglés –SOFTA– (System for observing
family therapy alliances). Toda la documentación y los instrumentos
de observación, autoinformes, y formatos de entrenamiento y supervisión clínica, están disponibles de forma gratuita en www.softa-soatif.
net. Describimos a continuación lo esencial de este modelo y más
abajo (apartado 4.1) exponemos la aplicación clínica del mismo.
Las tres directrices que guiaron la creación del SOATIF fueron: (1) la
aplicabilidad trans-teórica de la alianza, de forma que el modelo y los
instrumentos de evaluación relejasen la alianza como factor común
de la psicoterapia y no un enfoque terapéutico particular; (2) la importancia de las conductas del cliente, dando protagonismo a los indicadores conductuales que en el transcurso de una sesión de terapia
relejan aspectos positivos y negativos de la alianza, especialmente en
lo concerniente a las alianzas intra-familia relejadas en interacciones
entre los miembros de la familia presentes en la sesión; y (3) la superposición conceptual y empírica entre metas y tareas de la terapia que
se había encontrado en la investigación previa (Horvath y Bedi, 2002),
de manera que una sola dimensión integrase aspectos relacionados
con las tareas y las metas de la terapia.
El proceso empírico de desarrollo y validación del SOATIF (Friedlander,
Escudero et al., 2006) concluyó en un modelo de cuatro dimensiones
que coniguran en conjunto la alianza terapéutica (Figura 2): Enganche en el proceso terapéutico, Conexión emocional con el terapeuta,
Seguridad dentro del sistema terapéutico y Sentido de compartir el
propósito en la familia.
54
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
Figura 1
Representación del modelo SOATIF
La primera de esas cuatro dimensiones releja aspectos relativos a
la colaboración en la deinición de objetivos y metas de la terapia
entre terapeuta y clientes. La segunda dimensión releja un componente clásico en la literatura sobre la alianza, el vínculo personal
entre cliente y terapeuta, pero estudiado en el contexto de la terapia
familiar. Las otras dos dimensiones (Seguridad, y Sentido de compartir el propósito en la familia) son más diferenciales de la terapia de
pareja y familia; la tercera tiene que ver con la necesaria creación de
un contexto seguro para la apertura emocional y psicológica de cada
miembro de la familia en presencia de los otros; y la cuarta dimensión se reiere especíicamente a lo que Pinsof (1995) deinió como
alianza intra-sistema, en este caso la alianza dentro de la familia en
relación con acudir y utilizar de manera conjunta la terapia.
El SOATIF incluye dos instrumentos de evaluación de cada una de
las cuatro dimensiones de la alianza: un sistema de observación,
SOATIF-o, aplicable durante las sesiones de terapia o a sesiones
grabadas en vídeo (anexo 15 y 16), y un autoinforme, SOATIF-s
(anexos 3 al 6), (para todos los participantes en una sesión, incluido
el terapeuta) aplicable al término de una sesión de terapia. El manual
de uso del SOATIF-o proporciona directrices para realizar inferencias
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
acerca de la fortaleza de las cuatro dimensiones subyacentes, a partir de las observaciones de las conductas del cliente y del terapeuta.
El cuestionario de auto-informe (SOATIF-s) se deriva directamente
del instrumento observacional y se compone de 16 items de fácil
aplicación con clientes mayores de 13 años. (Ejemplares de los distintos formatos del SOATIF-s se incluyen en los anexos 3, 4, 5 y 6 ).
El SOATIF ha sido utilizado con iabilidad en la investigación de procesos en la terapia familiar conjunta (Beck, Friedlander, y Escudero,
2006; Escudero, Friedlander, Varela, y Abascal, 2008; Friedlander,
Lambert, Escudero, y Cragun, 2008; Muñiz de la Peña, Friedlander
y Escudero, 2009) y ha mostrado utilidad para el entrenamiento y la
supervisión de terapeutas familiares en sus comienzos profesionales
(Carpenter, Escudero, y Rivett, 2008). La forma de uso del instrumento puede variar dependiendo del objetivo particular del usuario:
un terapeuta o un supervisor puede analizar la fortaleza de la alianza
terapéutica en una sesión determinada o a lo largo de todas las sesiones; centrando el análisis en una, varias, o las cuatro dimensiones
de la alianza; y focalizando la observación en un miembro de la familia, o en la familia como grupo. La aplicación clínica del SOATIF en
la intervención familiar con adolescentes se describe más abajo en
el apartado 4.1.
56
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Fundamentos del modelo
de intervención
3.2
La investigación
en terapia familiar
con adolescentes
A pesar de las diicultades ya señaladas de tratar los problemas de
los adolescentes en el marco de tratamientos que integran a la familia, la terapia familiar ha demostrado ser un formato muy eicaz para
un rango amplio de problemas en los adolescentes. Revisiones de
la investigación realizadas con técnicas de Meta-análisis muestran
que la terapia familiar es la forma preferida de tratamiento para adolescentes con problemas como el consumo de drogas (Cormack &
Carr, 2000; Rowe & Liddle, 2003; Shelef et al., 2005), problemas de
conducta (Brosnan & Carr, 2000; Shelef et al., 2005), desordenes de
ansiedad y depresión (Moore & Carr, 2000), trastornos alimentarios
(Mitchell & Carr, 2000) y ajuste a situaciones difíciles de divorcio de
los padres (O’Halloran & Carr, 2000).
Cuatro modelos de tratamiento han destacado en el panorama de la
investigación sobre el tratamiento de adolescentes por haber demostrado de forma consistente su eicacia: Terapia Familiar Estratégica
Breve (Szapocznik et al., 2002), Terapia Familiar Multidimensional
(Liddle, 2005), Terapia Multisistémica (Borduin, Henggeler, Blaske,
& Stein, 1990), y Terapia Familiar Basada en el Apego (Diamond, Siqueland & Diamond, 2003).
La Terapia Familiar Estratégica Breve (BSFT, Brief Strategic Family
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Fundamentos del modelo
de intervención
Therapy) es una modalidad de tratamiento desarrollada por José
Szapocznik y colaboradores (Szapocznik et al., 2002) en la Universidad de Miami (USA). El modelo estratégico breve tiene como premisas básicas que la conducta problemática del adolescente está
enraizada en interacciones familiares maladaptativas, alianzas familiares inapropiadas, límites demasiado rígidos o difusos, y que no es
un único individuo el culpable de los problemas. La BSFT combina
elementos de los modelos clásicos estructural (Minuchin, 1979) y
estratégico de la terapia familiar, y que se orienta fundamentalmente a producir cambios en los patrones familiares disfuncionales que
mantienen (según el análisis de su modelo) las diicultades en el adolescente. La BSFT también incluye intervenciones directas con per-
58
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
sonas del contexto escolar y de otros ámbitos de la vida del adolescente para reducir los factores de riesgo de consumo y reforzar otros
factores protectores externos a la familia. Durante las década de los
80 y 90 se realizaron varios estudios controlados sobre la eicacia
de la BSFT, principalmente en una población de familias Hispanas,
demostrando que esta modalidad de tratamiento era eicaz en la reducción del consumo de drogas y de otros problemas de conducta
asociados (Robbins, Szapocznik, y Perez, 2007, hacen una revisión
amplia de los estudios).
La Terapia Familiar Multidimensional (MDFT, Multidimensional Family
Therapy, Liddle, 2005) es otro enfoque de tratamiento conjunto de
adolescentes y familias desarrollado a partir de elementos de la terapia familiar estructural y estratégica, y asentándose además en principios de la psicología evolutiva y de la teoría ecológica de la familia.
En la MDTF el énfasis inicial es en el desarrollo de una alianza terapéutica con el adolescente, los padres, y otros miembros importantes de la familia. Para ello, los terapeutas en la MDTF emplean sus
conocimientos sobre el desarrollo evolutivo en la adolescencia para
modelar el contenido de la terapia y hacerlo personalmente relevante
para cada miembro de la familia (Liddle & Diamond, 1991). Los síntomas de los adolescentes se tratan mediante intervenciones orientadas a mejorar e incrementar sus conductas positivas pro-sociales:
práctica de conductas evolutivamente apropiadas, fomento de las
relaciones con iguales, trabajo sobre la identidad del adolescente,
fomento del vínculo con la escuela y de la autonomía en las relaciones con los padres. Este tipo de terapia incluye sesiones con los
padres sin el adolescente centradas en mejorar sus estrategias de
cuidado y disciplina parental, y también incluye reuniones con miembros de la familia extensa y de otros grupos sociales que puedan
tener inluencia en los adolescentes (asociaciones, clubs, etc.). La
MDFT está reconocida como uno de los programas “mejor establecidos” para tratar el problema de abuso de drogas en adolescentes
(Waldron & Turner, 2008).
La Terapia Multisistémica (MST, Multisystemic Therapy, Borduin,
Henggeler, Blaske, & Stein, 1990; Henggeler, Schoenwald, Borduin,
Rowland, & Cunningham, 1998) es en la actualidad uno de los tratamientos mejor fundamentados y eicaces para tratar adolescentes
con problemas de conducta antisocial, delictiva, y abuso de drogas.
La MST considera que los problemas son fruto de múltiples factores
59
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Fundamentos del modelo
de intervención
en múltiples sistemas. Así, la MST identiica y trabaja sobre factores
de riesgo individuales, en la familia, en el grupo de iguales, en el colegio, en la comunidad, etc. Al igual que la MDTF, la MST se centra
en aspectos evolutivos del adolescente (sistema del individuo), en la
estructura y funcionamiento de la familia (sistema familiar), y en los
sistemas sociales que son claves en la vida del adolescente (escuela,
amigos, etc.). Es una modalidad de trabajo muy intensivo y por ello
los terapeutas que trabajan en este tipo de programas tienden a ver
un número reducido de familias para poder trabajar estrechamente
con personas de todos los ámbitos en los que se desenvuelve la
vida del adolescente y tener la posibilidad de intervenir en las crisis
rápidamente cuando ocurren.
La Terapia Familiar basada en el Apego (ABFT, Attachment-Based
Family Therapy) es una modalidad de tratamiento de adolescentes
desarrollada en el Hospital Infantil de Filadelia, USA, (Diamond, Siqueland & Diamond, 2003; Diamond, 2005) que ha demostrado su
eicacia en varios estudios diseñados especíicamente para tratar
a adolescentes con niveles severos de depresión y conductas suicidas. Este modelo de terapia familiar está basado en (a) principios
de la teoría psicológica del Apego, (b) intervenciones tomadas de
la terapia familiar estructural, (c) elementos de la MDFT y de las intervenciones focalizadas en las emociones, y (d) en la investigación
sobre desarrollo evolutivo del adolescente. El objetivo principal es
reestablecer una relación de apego seguro entre padres y adolescentes de manera que promueva el desarrollo de su autonomía e
identidad (Diamond, Diamond, & Hogue, 2007). Como la MDFT, la
ABFT enfatiza también la importancia de desarrollar una fuerte alianza terapéutica con toda la familia como paso previo y vital para la
terapia. Otra tarea clave de la ABFT es la de educar a los padres,
teniendo en cuenta las características evolutivas de la adolescencia,
con el in de enseñarles a establecer límites adecuados y monitorizar
a sus hijos sin perturbar los lazos emocionales con ellos. A partir de
una mejora en el apego y en las habilidades parentales, se persigue
una redeinición adecuada de la estructura en el sistema familiar.
Cabe destacar algunos ingredientes terapéuticos que comparten los
cuatro modelos que contribuyen a la base teórica del presente manual. La premisa principal en todos los modelos es el enfoque sistémico que considera los problemas de conducta y emocionales del
adolescente como relejo de una estructura relacional disfuncional en
60
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Fundamentos del modelo
de intervención
el sistema familiar directo, así como en los sistemas menos directos
(la familia extensa, la escuela, la comunidad, el sistema judicial, etc.).
El principal objetivo es, por tanto, trabajar en la redeinición de las
relaciones entre los elementos del sistema (miembros de la familia) y
entre los sistemas (la familia con los otros sistemas). Asimismo, los
modelos tienen en cuenta las características evolutivas particulares
de familias con adolescentes en conlicto, particularmente las diicultades a las que se enfrenta la familia en el proceso de adaptación
a los cambios evolutivos por los que pasa el adolescente. Por ello,
los modelos enfatizan la necesidad de educar a los padres con el in
de que desempeñen su papel parental estableciendo límites irmes y
ofreciendo apego seguro, que promuevan una fuerte conexión emocional con sus hijos al mismo tiempo que el desarrollo de su sentido
de la responsabilidad, identidad y autonomía.
La tarea previa y necesaria que los cuatro modelos destacan como
elemento vital para que estos cambios sean posibles es el establecimiento de una alianza terapéutica. Como está descrito arriba, el
modelo SOFTA-SOATIF proporciona un marco de referencia teórico y una herramienta de trabajo útil para estudiar y trabajar con la
alianza terapéutica en la familia. No solo es crítico que el terapeuta
desarrolle una alianza con cada miembro, de manera que se sientan
seguros, compartiendo el propósito de la terapia, emocionalmente
conectados con el terapeuta y enganchados en el proceso. Es crítico
también que el terapeuta trabaje en fortalecer estos cuatro aspectos
entre los miembros entre sí, de forma que cada uno se sienta seguro, compartiendo objetivos, enganchado en el proceso y emocionalmente conectado con el resto de la familia, para que los cambios
deseados tengan lugar.
61
4. Estructura
del modelo
de intervención:
cinco estratos
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Proceso:
mantener la alianza
y reparar rupturas
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Figura 2
Representación gráica de la estructura el modelo
de intervención en forma de 5 “estratos” o tareas
La intervención en nuestro modelo de trabajo está estructurada en
cinco niveles que no son fases cronológicas rígidas sino que pueden
ser entendidas como tareas o “estratos” del proceso de intervención. Esos estratos se representan en la Figura 2, la característica
esencial de este modelo de trabajo es que se “asienta” en la creación de la alianza terapéutica de acuerdo a una formulación muy
especíica (SOFTA-SOATIF) y en el mantenimiento posterior de dicha
alianza durante todo el proceso como una garantía de la eicacia del
mismo. A continuación describimos brevemente esos estratos (para
una información más detallada de este modelo en el contexto de los
Servicios Sociales ver Escudero, 2009).
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Estructura del modelo
de interveción
4.1
Primer estrato:
crear y mantener
la alianza
terapéutica con
adolescente y
familia
La creación de alianza terapéutica con el adolescente y la familia
se basa en las 4 dimensiones del Modelo SOATIF: (1) Enganche el
proceso terapéutico, (2) Seguridad en el sistema terapéutico, (3) Conexión emocional con el terapeuta, y (4) Sentido de compartir el propósito de la terapia en la familia. A continuación describimos sucintamente la aplicación clínica de estas cuatro dimensiones (para una
descripción más extensa ver Friedlander, Escudero, y Heatherington,
2006-2009).
4.1.1. Las cuatro dimensiones de la alianza
(1) Enganche en el proceso de intervención. Un enganche óptimo en el proceso de intervención puede deinirse por estas
características: la intervención en sí misma y las tareas que
implica tienen sentido para el cliente (tanto adolescente como
el padre/cuidador); éste se siente involucrado y trabaja con
el terapeuta, considera que las metas y tareas de la terapia
se pueden discutir y que él puede formar parte de su deinición, cree que es importante tomarse en serio la intervención
y confía en que el cambio es posible.
64
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Estructura del modelo
de interveción
Cuando un miembro de la familia expresa abiertamente, o
mediante conductas indirectas pero claras, que la intervención no sirve o no funciona, o bien muestra indiferencia por
lo que se comenta o propone, el terapeuta debe reconocer
que la alianza de trabajo está amenazada y re-direccionar sus
esfuerzos. Para promover el enganche, el terapeuta puede
cambiar las estrategias, moderar el ritmo o trabajar las motivaciones. La confrontación directa con los adolescentes que
se muestran indiferentes, faltos de motivación, o que expresan claramente su alienación, está en general contraindicada
y solo se debería utilizar si todos los demás intentos para
conseguir la colaboración han fracasado.
Probablemente, la fortaleza del enganche en el proceso de
intervención de un adolescente es la dimensión de la alianza
más fácilmente observable. Hay tres aspectos conductuales
del enganche: (1) la participación del adolescente en la deinición de las metas y objetivos (2) la participación del adolescente en tareas especíicas de intervención (por ejemplo,
expresar los sentimientos, trabajar los compromisos, realizar
las tareas asignadas para casa, rellenar cuestionarios) y en
marcar el ritmo de la intervención (por ejemplo, la frecuencia
de las sesiones de trabajo y la duración, los tiempos en la deinición de objetivos), y (3) el reconocimiento claro por parte
del adolescente de pequeñas mejorías cuando se producen,
especialmente de los resultados positivos de las tareas y de
los esfuerzos hechos por otros miembros de la familia.
(2) Seguridad en el sistema de intervención. Como ya hemos indicado más arriba, es muy frecuente que en el trabajo con
adolescentes, ellos u otros miembros de la familia hayan llegado al contexto de intervención bajo algún tipo de presión,
en situación de conlicto abierta, y con motivaciones divergentes cuando no antagónicas. Este contexto inicial es una
fuente de emociones negativas, temores y desconianza, que
suponen una barrera para el desarrollo de una buena alianza
terapéutica. La dimensión de seguridad es por ello esencial
en las fases iniciales del tratamiento. La Seguridad óptima
se expresa cuando el cliente (adolescente y adultos) considera el contexto de terapia como un ámbito donde puede
asumir riesgos y mostrarse abierto, vulnerable y lexible; tiene
una sensación de comodidad y la expectativa de que habrá
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
de interveción
nuevas experiencias y aprendizajes; de que el resultado de
aceptar la ayuda será para bien; de que se puede manejar el
conlicto familiar sin que haya daños; y de que no hay necesidad de estar a la defensiva.
El manejo de la hostilidad intrafamiliar en las entrevistas conjuntas del adolescente con la familia es sin duda un factor
clave para crear un contexto seguro. La capacidad del terapeuta para controlar y canalizar las expresiones de culpa,
desprecio y hostilidad depende mucho de su formación y de
su experiencia. Un profesional eicaz se caracteriza por reconocer los sentimientos de vulnerabilidad que expresan los
clientes –señales de temor, actitudes defensivas, ansiedad
excesiva o explosiones de llanto. No es raro que el adolescente y otros miembros (bien adultos o menores) de la familia necesiten protección del acoso y las acusaciones de los
otros, especialmente en contextos de violencia y abuso.
Desde el punto e vista sistémico de la alianza, la falta de seguridad tiene que ver con la dinámica del propio sistema familiar –conlicto, dejación del cuidado, diicultades de apego,
etc.– o con una relación de desconianza entre el adolescente
o la familia hacia los profesionales. Hay que poner mucha
atención para no confundir las amenazas a la seguridad generadas dentro de la propia familia de las amenazas que son
consecuencia de diicultades entre cada uno de los miembros de la familia individualmente en su relación personal con
el terapeuta. Una idea clave es que la Seguridad es un prerequisito esencial para desarrollar el Enganche activo que hemos deinido más arriba.
(3) Conexión emocional del cliente con el terapeuta. Este sería el
peril de una óptima conexión emocional entre el terapeuta y
el adolescente, peril que puede aplicarse también al resto de
los familiares que participan en la terapia:
El adolescente ve al profesional como una persona importante en ese momento de su vida, le trata con familiaridad,
pero no como a un “colega”; tiene la sensación de que la
relación se basa en la conianza, el afecto, el interés y el sentido de pertenencia; de que más allá de reconocer su función
profesional, al terapeuta le importa de verdad lo que dice o
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Adolescentes y familias en conlicto:
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de interveción
pueda decir el adolescente y que «está ahí» para escucharle y
echarle una mano; el adolescente tiene la sensación de que el
profesional puede entender o compartir su visión del mundo
o sus experiencias porque tiene una sabiduría que le avala.
Aunque esta deinición se reiere a las relaciones individuales
–del terapeuta con el adolescente o con un adulto– y no al
vínculo emocional del terapeuta con la familia en su conjunto, ambas cosas están estrechamente relacionadas. Como
ya hemos señalado al inicio de este Manual a partir del ejemplo inicial (Roberto y su abuelo), tanto el adolescente como
los adultos se ijan en cómo los otros miembros de la familia
interactúan con el terapeuta; también es común que se ijen
en cómo los otros hablan sobre el profesional cuando éste no
está presente.
En general, los resultados de la investigación en el ámbito
de la psicoterapia indican que los clientes, tanto adolescentes como adultos, valoran a los terapeutas que son cálidos,
activos, con “los pies en la tierra”, informales, de conianza,
optimistas, seguros, con sentido del humor, interesados por
ellos y comprensivos. La reciprocidad es un aspecto central
del desarrollo de conexión emocional: las conductas positivas que muestran los clientes (por ejemplo, la conianza,
la cordialidad, el cumplimiento y la receptividad) han de ser
correspondidas por la autenticidad, la calidez, la aceptación,
y la empatía del terapeuta.
La conexión emocional se identiica muy bien en el trabajo
con el adolescente cuando éste se atreve a comentar alguna
cosa desagradable que le produce ansiedad o angustia. En
esos momentos, una escucha adecuada del profesional genera gran conexión emocional: el adolescente va a sentirse
acompañado, menos aislado en su experiencia de dolor, no
juzgado sino comprendido, y generalmente aliviado. Este tipo
de pauta de conexión es también aplicable al trabajo con los
adultos.
(4) Sentido de compartir el propósito de la terapia en la familia.
Esta es una dimensión de la alianza de trabajo que tiene una
importancia vital en la intervención familiar con los adoles-
68
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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centes. Esta dimensión se ha de generar dentro del sistema
familiar, es decir, se trata de la alianza entre los miembros de
la familiar para comprometerse con la terapia y los objetivos
de la misma. El sentido de compartir el propósito en relación con la terapia no implica obligatoriamente que todos los
miembros de la familia tengan el mismo objetivo particular,
algo que es casi imposible en el trabajo con adolescentes: el
adolescente va a enfatizar conseguir una convivencia marcada por su libertad y autonomía, mientras que los padres por
lo general van a esperar una convivencia marcada por las
normas y la pertenencia. Lo esencial es que esta dimensión
de la alianza intra-familiar representa que la terapia es considerada por los miembros de la familia “nuestra terapia” y
no “la terapia de mi hijo” (a la que tenemos que acudir) o la
“terapia de mis padres” (a la que me mandan ir).
Esta es la descripción, según el SOATIF, de un fuerte sentido de compartir el propósito de la terapia en la familia: Los
miembros de la familia consideran que están trabajando en
colaboración para mejorar la relación familiar y conseguir objetivos comunes para la familia; tienen un sentido de solidaridad en relación con la terapia (“estamos juntos en esto”) y valoran el tiempo que comparten en actividades que conforman
la terapia; es esencialmente un sentimiento de unidad dentro
de la familia en relación con la diicultad y el tratamiento para
mejorar la situación.
El sentido de compartir el propósito de una familia está relacionado con las otras dimensiones deinidas previamente,
especialmente con la Seguridad: puede debilitarse mucho el
sentido de compartir el propósito cuando se desvelan secretos que alguna parte de la familia no quería desvelar o si el
nivel de conlicto no consigue ser adecuadamente contenido
y canalizado por el terapeuta. Pero en el trabajo con adolescentes, la alianza intra-familiar está muy ligada a la re-conexión afectiva de los padres con el adolescente. La teoría del
apego y la contribución de la ABFT (Terapia Familiar Basada
en el Apego) mencionada más arriba son de gran utilidad.
Desde el punto de vista de la alianza terapéutica, la Conexión
Emocional del terapeuta con el adolescente y con los padres
en un contexto de Seguridad sirve de puente para una re-
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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conexión emocional entre ellos. Por ello, una desavenencia o
un incidente que rompe la buena relación de un miembro de
la familia con el terapeuta puede generar un debilitamiento de
la alianza interna de toda la familia.
4.1.2 Actitudes iniciales
Cabe considerar el papel que la actitud inicial de los participantes en
la terapia juega en el establecimiento de una alianza inicial positiva.
A continuación se describe una tipología frecuente en el marco de
los servicios sociales (Escudero, 2009; Friedlander, Escudero y Heatherington, 2006-2009) que recoge algunas descripciones muy útiles
realizadas por los terapeutas centrados en soluciones (Berg y Millar,
1992; DeJong y Berg, 1998) y otras procedentes de la investigación
cualitativa sobre la alianza (Beck, Friedlander, y Escudero, 2006):
(1) actitud solícita, que reconoce una diicultad/problema y solicita ayuda comprometiéndose personalmente;
(2) demandante, mostrando la existencia de un problema, e incluso llevándolo a terapia, pero presentándose como ajeno
al trabajo de solución del mismo; hay varios periles de demandante (Escudero, 2009): el que “señala” el problema en
otro (fácil de integrar en la terapia), el que fundamentalmente se “queja” del mismo (emocionalmente más negativo que
simplemente señalarlo), el que tiene una actitud de “acusar
y culpar” a otro (generalmente envuelto en un nivel alto de
conlicto y emociones negativas), y el que se presenta como
“víctima” de otro/s (por lo general mostrándose impotente y
desamparado bajo el paradigma, ya revisado más arriba, de
“no puedo hacer nada, ya he hecho de todo”);
(3) el visitante, que no reconoce el problema y está “circunstancialmente” en el contexto de terapia por alguna presión o
conveniencia;
(4) el rehén de la terapia, que no solo no reconoce un problema sino
que se siente atrapado o acusado injustamente y muestra abiertamente su hostilidad –a veces en forma de resistirse a hablar
pero mostrando hostilidad o desprecio de manera no verbal–;
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
de interveción
(5) de forma excepcional en casos extremos, y en contextos con
obligación para hacer un tratamiento, hay clientes que –cariñosamente y sin connotaciones negativas– llamamos fugitivos; por ejemplo, adolescentes que saben que tienen que
acudir a una terapia (enviados por la iscalía del menor u otras
entidades) y que saben que el terapeuta les espera y éste a
su vez sabe que ellos saben que tienen que acudir… pero
los intentos de contacto iniciales del terapeuta son siempre
infructuosos.
Es muy importante que el terapeuta considere con qué actitud inicial
se presenta cada miembro de la familia para adaptar sus intervenciones de manera que fomenten el sentido de que la terapia será útil
y beneiciosa para todos los miembros y de que no hay culpables
únicos de los problemas de la familia. En este sentido, es frecuente
que los adolescentes vengan a terapia en actitud de “rehenes” (Friedlander et al., 2006) o “visitantes” (Berg & Miller, 1992) ya que suelen
venir forzados y tienden a ser culpados por los problemas familiares. Por ello es importante que el terapeuta no fuerce o insista en la
participación del adolescente sin antes atender a estas actitudes.
De acuerdo con Sharry (2004) no existe tal cosa como un cliente sin
motivación; todos, incluyendo los adolescentes, pueden tener una
motivación importante para la terapia. La diicultad aparece porque
estas motivaciones tienden a diferir de las de los otros miembros de
la familia. El terapeuta debe esforzarse en incorporar las preocupaciones y deseos del adolescente en la terapia, de manera que se le
proporcione un mayor sentido de control en el proceso (Diamond,
Hogue, Liddle, and Dakof, 1999; Sharry, 2004).
71
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
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4.2
Segundo estrato:
conocer y potenciar
el sistema familiar.
Valoración inicial del
sistema
4.2.1. La ecuación del balance
Durante el proceso de intervención, y de forma casi simultánea al primer estrato o tarea (crear y mantener alianza), es esencial conocer lo
mejor posible tanto la situación de riesgo que puede estar generando el problema del adolescente como los recursos y fortalezas de la
familia para afrontar cambios. En nuestro modelo de intervención, un
buen conocimiento del sistema del adolescente (fundamentalmente
su sistema familiar pero también otros ámbitos como el escolar y
social) es esencial a la hora de planiicar y desarrollar propiamente
la intervención. El conocimiento y valoración del sistema del adolescente se representa en una formulación sobre el “balance” entre los
recursos de la familia para el cambio y la estructura que mantiene el
problema del adolescente (Escudero, 2009). En el anexo 7 se incluye
un ejemplar de la hoja de análisis que utilizamos en la UIICF para
facilitar esta formulación. En dicha formulación se consideran estos
cuatro parámetros:
(1) cómo se suceden e interaccionan los diferentes factores que
mantienen el problema del adolescente y el consiguiente nivel
de riesgo;
72
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
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(2) qué recursos podemos activar en el adolescente, la familia, y
su entorno, para producir cambios que propicien la estabilidad y protección necesarias;
(3) qué equilibrio se produce en la familia entre los recursos protectores que se dan en el sistema y los factores que están
manteniendo una situación problemática de riesgo;
(4) qué indicadores de cronicidad y de crisis se dan en la situación problemática de la familiar particular con la que estamos
trabajando.
Una forma de expresar estos parámetros de forma sistémica es la
“ecuación de balance en el sistema familiar” (Escudero, 2009) representada en la Figura 3 (ver página. 80). Esta fórmula es una metáfora
matemática, no un procedimiento de cálculo, que sirve como herramienta para entender y valorar el funcionamiento de la familia. Lo
que se busca es un equilibrio o balance positivo entre el numerador
y el denominador de la ecuación.
4.2.2. Estructura de Recursos para el Cambio
La expresión ERC del numerador representa la Estructura de Recursos para el Cambio y, por lo tanto, simboliza el conjunto de recursos que pueden activarse o movilizarse en una familia concreta
para propiciar los cambios que se requieren ante el problema sobre
el que estamos interviniendo. Los recursos para el cambio incluyen
factores biológicos –RBio; procesos evolutivos, salud física, etc.–,
psicológicos –RPsic; apego seguro entre padres e hijos, alto nivel de
motivación, etc.–, relacionales –RRel; patrones de interacción familiar saludables– y sociales –RSoc; una buena red de apoyo por parte
de familia extensa, amigos, asociaciones, etc–. Una buena evaluación de estos cuatro tipos de recursos depende de la calidad de
la alianza de trabajo establecida con el sistema familiar (AIT). Este
factor es importante porque, en casos de escasez de recursos para
el cambio, una fuerte alianza terapéutica puede provocar un balance
positivo al proporcionar la seguridad del equipo profesional.
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
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4.2.3. Estructura que mantiene el problema
La expresión EMP la usamos para representar la Estructura que Mantiene el Problema, es decir, el conjunto de condicionantes que está
manteniendo la situación de riesgo para el adolescente o para unidad familiar que se ha deinido como foco de la intervención. Al igual
que los recursos, los condicionantes que mantienen el problema
incluyen factores biológicos –CBio; enfermedad, adicciones, etc.–,
psicológicos –CPsic; apego inseguro entre padres e hijos, experiencias traumáticas, etc.-, relacionales –CRel; triangulaciones, subgrupos intergerneracionales, agresividad, evitación interpersonal, etc–,
y sociales –CSoc; pobreza, aislamiento, discriminación, etc. El peso
de estos factores está determinado por la respuesta a la intervención
inicial (RespInt), ya sea una de colaboración que ayudará a generar
cambios, ya sea una de indiferencia o conlictiva que obstaculizará
el progreso.
Una situación de equilibrio o de balance positivo entre ambos aspectos del sistema familiar (EMP en el denominador –la dinámica
de factores que mantienen el problema y por tanto el riesgo para el
adolescente y para la familia–, y ERC como numerador –el conjunto
de recursos que pueden movilizarse para el cambio–) indica que el
trabajo de apoyo psicosocial a la familia y la potenciación de sus
recursos propios debería ser suiciente para generar un cambio a
través de la terapia. Una familia en la que encontramos un gran desequilibrio desfavorable a los recursos para el cambio, es decir, pocos
recursos ante una fuerte estructura de mantenimiento del problema,
nos puede indicar la necesidad de intervenciones diferentes a la terapia (como el uso de un centro de día para el adolescente, o condicionar la terapia a un tratamiento médico o de desintoxicación, etc.).
4.2.3.1. Ajustes en la autonomía e independencia
Al hacer una valoración del balance entre recursos de cambio y factores que mantienen los problemas en familias con
adolescentes es pertinente tener en cuenta ciertos aspectos
que suelen caracterizar a estas familias. Las familias con hijos adolescentes se adentran en una fase evolutiva de transición que implica la difícil tarea de adaptarse a grandes cambios psicobiológicos en sus hijos (Szapocznik et al., 2003).
Esta fase es considerada particularmente difícil puesto que
la adolescencia es quizás el cambio evolutivo más dramático
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Adolescentes y familias en conlicto:
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en la vida de los hijos. Además de una creciente habilidad
de pensar en abstracto y de comunicarse verbalmente, los
adolescentes necesitan cada vez más autonomía con el in de
deinir su identidad y explorar su sexualidad (Sharry, 2004).
Por tanto, estos cambios requieren una reformulación de los
roles familiares y de la distribución del poder en la familia. Los
adolescentes demandan y necesitan mayor control sobre sus
propias decisiones pero aún dependen y necesitan del control
y apoyo de los padres en esta difícil transición.
La necesidad y demanda de los adolescentes para que sus
padres les conieran mayor independencia no es fácilmente asimilado por la familia, particularmente por parte de los
miembros con más autoridad. De hecho, muchas familias no
consiguen hacer frente a estos cambios en comportamiento,
roles y expectativas con éxito. Con frecuencia, los padres responden otorgando demasiada o demasiada poca autonomía y
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Adolescentes y familias en conlicto:
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responsabilidad al adolescente. Por ello es importante valorar
si los roles y expectativas asignadas a cada miembro de la familia se adecuan a las necesidades evolutivas tanto cognitivas
como emocionales del adolescente. No obstante, no es una
tarea fácil determinar cuánta libertad y cuánta vigilancia es
adecuado para cada familia. En este contexto, es importante
que el terapeuta tenga en cuenta la herencia cultural de la familia y su historia pasada, así como que cuestione su propia
herencia cultural y experiencias personales que pueden estar inteririendo en su habilidad de hacer juicios culturalmente
sensibles y adecuados (APA, 2003).
4.2.3.2. Apego
Dos situaciones de gran importancia teórica y clínica en la
intervención familiar con adolescentes son (a) las diicultades
de Apego entre el adolescente y sus padres o cuidadores, y
(b) las situaciones traumáticas derivadas de experiencias de
abusos y maltrato dentro del seno de la familia (trauma relacional). Para llegar a un conocimiento de esos factores y de
sus corolarios psicológicos y conductuales es necesario crear
unas buenas condiciones de alianza terapéutica, especialmente en lo concerniente a la dimensión de Seguridad.
De acuerdo con la Teoría del Vínculo de John Bowlby (1968),
existe una tendencia natural en los seres humanos a establecer relaciones íntimas y estables, tendencia que comienza desde los primeros meses de vida y se evidencia en las
diversas formas que el niño tiene para obtener y/o mantener
la proximidad con sus padres o cuidadores. El apego en un
menor se expresa cuando “está absolutamente dispuesto a
buscar la proximidad y el contacto” con sus cuidadores. Por
tanto, el apego “es una relación emocional perdurable con
una persona en particular que produce seguridad, sosiego,
consuelo, agrado y placer. La pérdida o la amenaza de pérdida de esta persona, evoca una ansiedad intensa”. El apego es
la relación única de vinculación singular y especíica entre dos
personas que persiste en el curso del tiempo y probablemente
sea el vínculo más sólido del ser humano.
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Estructura del modelo
de interveción
La teoría del apego sugiere que las tempranas relaciones padre-hijo son algo esencial para el desarrollo psicológico y tienen repercusiones en la estabilidad emocional del individuo
no solo en la infancia y la niñez sino también en la vida adulta.
Así, la calidad del apego es un importante determinante de las
relaciones sociales y de la personalidad, así como de todas
las manifestaciones de la conducta, incluyendo la conducta
internalizante y la externalizante, la regulación de las emociones y el establecimiento de una identidad integrada.
En base a cómo los individuos responden en relación a su
igura de apego cuando están ansiosos, Ainsworth, Blehar,
Waters y Wall (1978) deinieron los tres patrones más importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven: el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el evasivo.
Los niños con estilos de apego seguro son capaces de usar
a sus cuidadores como una base de seguridad cuando están
angustiados. Ellos cuentan con cuidadores que son sensibles
a sus necesidades, por eso tienen conianza en que sus iguras de apego estarán disponibles, que responderán y les
ayudarán en la adversidad. En el dominio interpersonal, las
personas con apego seguro tienden a ser más cálidas, estables y a tener relaciones íntimas satisfactoria.
Los niños con estilos de apego ansioso ambivalente responden a la separación con angustia intensa y mezclan comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo
y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades
emocionales de sus cuidadores, estos niños no tienen expectativas de conianza respecto al acceso y respuesta de sus
cuidadores.
Los niños con estilos de apego evasivo huidizo exhiben un
aparente desinterés y desapego a la presencia de sus cuidadores durante períodos de angustia. Estos niños tienen poca
conianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia
los demás, miedo a la intimidad y preieren mantenerse distanciados de los otros.
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También se ha identiicado el apego desorganizado que se
da en personas que han sufrido situaciones traumáticas en
sus vínculos de apego: abandono, negligencia severa, abuso
emocional físico y/o sexual. Estos niños pueden mostrar procesos disociativos y su vida emocional es caótica con tendencia a la explosividad.
En resumen, el apego seguro en nuestra valoración del sistema parental puede deinirse a partir de padres que:
(a) Representan una igura parental iable.
(b) Responden a la vulnerabilidad y necesidades del hijo.
(c) Permiten exploración y experimentación.
(d) Proporcionan estructura (normas).
(e) Se muestran lexibles pero irmes.
(f) Favorecen la expresión de emociones.
(g) Tienen una comunicación directa, facilitan discusión y resolución de problemas.
Las diicultades de apego pueden aparecer cuando nos encontramos:
(a) Padres ausentes, inconsistentes, frustrados, violentos, intrusivos, negligentes.
(b) El entorno no proporciona alivio al adolescente.
(c) Diicultad de regular emociones en la relación padres-hijos.
(d) Falta de conianza en las sensaciones y
emociones propias del menor.
(e) Falta de conianza en otros.
(f) Fuerte ansiedad, rabia, conductas de disociación o auto-destrucción.
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4.2.3.3 Trauma relacional
Deinimos el ‘trauma relacional’ como un acontecimieno/situación en el que el sentido de seguridad emocional y/o física
se ha roto o violado por conductas de sus familiares o cuidadores (Sheinberg y True, 2008). Tales situaciones incluyen, entre otras, un divorcio-separación angustioso, la muerte de un
padre, ser criado por un padre/cuidador alcohólico, ser testigo
de violencia doméstica, sufrir abuso intrafamiliar. En la evaluación de la EMP se debe poner mucha atención a los indicadores de este tipo de acontecimientos en la vida del adolescente
o de sus padres. El terapeuta tiene que explorar las rupturas
relacionales que se han producido y las barreras que se han
generado como consecuencia para alentar la recuperación de
apego y conexión emocional entre los miembros de la familia
afectados. El trauma relacional suele presentarse cuando se
producen:
•
•
•
Múltiples y/o prolongados eventos traumáticos de naturaleza interpersonal (Frecuentemente dentro de la familia).
Abandono físico, emocional, educacional, maltrato.
Se muestran síntomas como diicultades severas en varias áreas de funcionamiento conductual y emocional.
4.2.4. Crisis y cronicidad: el factor tiempo
El factor tiempo se introduce en la valoración del funcionamiento
familiar mediante dos preguntas esenciales: ¿existen indicadores de
cronicidad en la estructura que mantiene el problema? Y ¿existen indicadores de crisis en la situación actual de la familia? Estas preguntas son importantes a la hora de estimular una exploración detallada
del contexto e historia de la familia. Es importante considerar la posibilidad de que la familia esté pasando por algún acontecimiento vital,
que puede estar relacionado con un periodo de crisis (por ejemplo
la emancipación de los hijos, una pérdida, jubilación, etc.). Cuando
el evento de una determinada diicultad se prolonga en el tiempo
sin que la familia consiga resolverlo adecuadamente, se puede decir
que el problema se ha croniicado.
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Figura 3
Representación del balance entre los factores que
mantienen el problema y los recursos de la familia para el
cambio (reproducido de Escudero, 2009)
El factor tiempo queda representado en la fórmula con el término t
y es considerado un factor importante en el carácter más o menos
croniicado de los problemas. Tener en cuenta el factor tiempo permite valorar si el equilibrio o desequilibrio entre recursos y factores
problemáticos que encontramos en el sistema del adolescente lleva
mucho o poco tiempo sucediendo. El tiempo nos dice si la situación
de la familia está croniicada, pero también nos informa de cuándo
una familia tiene un equilibrio “positivo” (es decir, con evidencia de
recursos suicientes para afrontar el cambio) y, por tanto, hay una
situación de estabilidad y resiliencia de la familia.
El numerador de la ecuación representa la interacción de todos
los recursos del sistema familiar que pueden movilizarse
para generar los cambios necesarios ante el problema;
donde:
RBio
RPsic
80
representa a los Recursos Biológicos de todos los
miembros del sistema familiar
apego, motivación representa el conjunto de Recursos
Psicológicos de los miembros de la familia, con una
consideración especial a los aspectos de experiencias
de Apego (tanto de padres y/o cuidadores como de los
menores) y Motivación para el cambio
Adolescentes y familias en conlicto:
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Manual de tratamiento
RRel
RSoc
AIT
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representa el conjunto de Recursos del tipo Relacional,
todo lo que tiene que ver con relaciones positivas dentro
de la familia
red apoyo representa el conjunto de Recursos de Tipo
Social, especialmente lo que pueda conigurar la red de
apoyo social de la familia
Representa la Alianza de Trabajo que muestra la familia
ante la intervención inicial, siendo este un factor que
aparece a partir de la relación con el sistema profesional
El denominador de la ecuación representa la interacción de todos
los factores o condicionantes que mantienen el problema,
creando una estructura particular de mantenimiento del
problema en cada familia; los términos del denominador
representan
CBio
Condicionantes Biológicos de los miembros de la familia
que afectan al problema (como edad, enfermedad,
adicciones, limitaciones de tipo físico o intelectual)
CPsic apego, trauma Condicionantes Psicológicos de los
miembros de la familia, con especial atención a
situaciones que derivan de un apego disfuncional (en
los menores o en la historia de vida de los cuidadores)
y de reacciones conductuales derivadas de situaciones
traumáticas (sufrimiento de maltrato y abuso)
CRel
Condicionantes Relacionales, todo tipo de patrones
de relación en la familia que mantienen el problema:
conlicto, sobreprotección, rivalidad…
CSoc pobreza, aislamiento Condicionantes Sociales con
especial atención a situaciones de problema y aislamiento
que suelen propiciar marginalidad y desprotección
RespInt Este término releja una Respuesta negativa a la
Intervención profesional que se añade a la estructura de
mantenimiento del problema
El exponente t representa el tiempo que afecta a la razón entre
la estructura de mantenimiento del problema y los
recursos para el cambio: el tiempo croniica y empeora
una situación de balance negativo (pocos recursos y gran
fortaleza de los factores que mantienen el problema) y
también estabiliza y fortalece un balance positivo (cuando
los recursos de cambio/afrontamiento se igualan o
superan a los factores del problema)
81
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
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4.2.5. Las preguntas clave
La plasmación clínica de este estrato del proceso de intervención
(valoración del balance entre los recursos para el cambio y la estructura que mantiene el problema que ha causado la demanda) es muy
concreta: el terapeuta va a explorar con la familia las respuestas a
estas dos preguntas:
1.- ¿Qué está impidiendo a esta familia
afrontar las diicultades del adolescente y
avanzar?
2.- ¿Qué recursos hacen que la familia vaya
afrontar el cambio y avanzar? ¿Cómo va a
ser ese cambio?
A partir de la exploración de estas dos preguntas se inicia la deinición de la meta global y los objetivos concretos de cambio con el
adolescente y la familia. El terapeuta puede, o bien formular la pregunta directamente adaptándola al caso, como en el caso de Julián:
“Es muy frecuente que familias con hijos en la edad de
Julián tengan disputas y diicultades. Los chicos a esta
edad demandan, y necesitan, una mayor independencia pero también necesitan que los padres les pongan
límites en cuanto a lo que pueden o no hacer. Esto no
es tarea fácil y es común que surjan conlictos, como
los que vivisteis con Abel. No obstante, ¿qué ha habido
en vosotros o en vuestra historia que os haya impedido
resolver esto con Julián? ¿Qué ha habido de diferente
que os impidiera ser capaces de manejar esta situación
con Julián?”.
No obstante, los factores que mantienen el problema y los recursos
se pueden explorar de manera más indirecta, durante la discusión
de aspectos como la historia o la situación familiar. En el caso de
Roberto, por ejemplo, explorando la historia de la familia, la terapeuta detecta en comentarios de los abuelos que su relación con
Roberto fue siempre muy estrecha y que se preocuparon siempre
mucho por su bienestar. La terapeuta comenta “por lo que decís, me
da la impresión de que a pesar de los conlictos que tenéis os queréis
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Adolescentes y familias en conlicto:
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mucho y estáis muy preocupados por Roberto”. Es importante que
la terapeuta ayude a la familia a entender y valorar el papel de esos
factores como recursos para el cambio preguntando por ejemplo
“¿cómo creéis que el cariño que sentís los unos por los otros os puede ayudar en vuestro esfuerzo por mejorar la situación?”.
83
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de interveción
4.3
Tercer estrato:
re-encuadre para
construir una meta
terapéutica “de
la familia para la
familia”
4.3.1. La formulación del re-encuadre
La primera parte de la construcción de esta meta es lo que llamamos el re-encuadre sistémico del problema. Lo más común es que
el problema venga deinido como un comportamiento disfuncional,
o de riesgo, o inaceptable, o ilegal… del adolescente. El reencuadre
se apoya en la pregunta ¿Qué mantiene esa situación que no nos
permite un desarrollo más aceptable como familia? Para realizar ese
re-encuadre el terapeuta tiene que prestar atención simultánea a las
necesidades del sistema, entrelazándolas de una forma que tenga
sentido para todos mediante el “re-encuadre” del problema, y tiene
que ser consciente de que las respuestas acusatorias y culpabilizadoras a la pregunta ¿Qué está manteniendo el problema? no aportan
nada nuevo y no han sido útiles para la familia. Muy al contrario, el
re-encuadre suele incluir señalar las buenas intenciones de todos
(Pittman, 1987), así como enfatizar los valores comunes y las for-
84
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Estructura del modelo
de interveción
talezas del conjunto (Coulehan, Friedlander y Heatherington, 1998)
mediante la exploración de todos los recursos de la familia para el
cambio. Asimismo, al ofrecer una o más explicaciones del problema
alternativas a la que la familia ha desarrollado, el re-encuadre aporta
mayor potencial para el cambio (Rivett & Street, 2009).
El trabajo de re-encuadre inicial del problema es básico porque la
creación de una buena alianza con el sistema familiar en su conjunto y entre los miembros de la familia exige muchas veces transformar las metas individuales en metas del grupo familiar, de forma
que la terapia sea experimentada por cada miembro de la familia
como “nuestra terapia” y no como “tenemos que venir a la terapia
de nuestro hijo”. Por ejemplo, en el caso de Julián la madre estaba
muy preocupada por las consecuencias legales de las conductas de
su hijo y dolida por las frecuentes faltas de respeto hacia ella, sobre
todo con respecto a su estrés. Julián, por su parte, se quejaba de
que la madre “está siempre encima de él”, muy estresada, y que lo
quiere menos que a su hermano. Un re-encuadre del problema más
positivo y que promueve el sentido de que comparten el propósito
de la terapia redeinió las actitudes de madre e hijo como relejo de
su amor y preocupación el uno por el otro.
Entiendo que, por un lado, a ti (Julián) te moleste el que
tu madre esté tan pendiente y preocupada de lo que haces o dejes de hacer. También entiendo que a ti, María,
te duela que tu hijo se queje y haga comentarios sobre
tu estrés y ansiedad. Si lo pensáis, ambas cosas son
muestras de que los dos os preocupáis por el bien del
otro y de que queréis lo mejor para el otro.
Por un lado, el estrés de la madre con respecto a su hijo es muestra de su preocupación por él, al igual que las faltas de respeto del
hijo hacia la madre por su estrés son muestras de la preocupación
que siente por ella. Por otro lado, el hecho de que ambos se sientan dolidos por el otro (la madre por los desprecios de su hijo y el
hijo porque se siente que ella lo quiere menos que a su hermano)
demuestran que a ambos les importa mucho que el otro los quiera
y acepte. Con este re-encuadre del problema, el terapeuta encontró
un objetivo crucial que madre e hijo comparten y es el de mejorar la
relación entre ellos para sentirse más cercanos el uno al otro. (Para
más explicación sobre la técnica del re-encuadre, ver punto 5.3.7).
85
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
de interveción
4.3.2. “Yo no tengo un problema, son mis padres”
En el trabajo de intervención familiar con adolescentes es muy común encontrarnos con algunos de los paradigmas contradictorios
sobre la ayuda terapéutica que se dan con frecuencia en el marco de
los servicios sociales: “no tengo un problema”, “el problema es otro
–otra persona-”, “tengo un problema pero ya no puedo hacer nada
–no tiene remedio–“, y “no tengo un problema, tú –el terapeuta– eres
mi problema” (Escudero, 2009). En concreto, es muy frecuente encontrarnos con que el adolescente plantea “no tengo ningún problema, son mis padres el problema”, y también con que los padres
expresan que “nuestro hijo es el problema”, y “no podemos hacer nada, ya hemos hecho todo”.
Cuando en esta fase de re-encuadre y deinición sistémica de la
intervención el terapeuta se enfrenta a un paradigma del tipo “no
tengo un problema, son mis padres el problema”, puede usar estas
directrices básicas:
86
•
Lo más importante es no reforzar o ampliicar ese planteamiento, por ejemplo, insistiendo al adolescente en que sí tiene un problema y presentando pruebas. Pon mucha atención a no crear patrones que consigan lo contrario de lo que
pretendes, es decir, patrones que mantienen o ampliican el
problema; no insistas en lo que otros profesionales con toda
seguridad ya han hecho sin éxito: cuanto más insistas en que
el adolescente tiene un problema, mas defensivo se va a encontrar contigo. Sin embargo, no hay que confundir la idea
de no insistir y no ampliicar la posición defensiva del adolescente con “conirmarle en su creencia de que no pasa nada”.
•
Conecta emocionalmente con el adolescente (dimensión de
la alianza), céntrate en conocer su forma de vida, su historia,
no solo lo que tiene que ver con el problema sino también
otros aspectos positivos de su vida; explora con curiosidad
cómo han sucedido las cosas para que se vea en una situación de intervención terapéutica. Tu curiosidad e interés no
tiene porqué implicar que justiicas conductas negativas que
pueden haber causado daño o sufrimiento.
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
de interveción
Yo no tengo
un problema,
son mis padres.
•
Esto es lo más difícil: tienes que “Crear” un problema. Has de
basarte en las necesidades del adolescente, en sus quejas o
en sus aspiraciones, pero tienes que conectarlas en lo posible con las necesidades y quejas de la familia como conjunto,
sin caer en crear una coalición “contra” otra parte de la familia. Si el adolescente piensa que el problema son sus padres
puedes empezar por explorar “¿Cómo vas a conseguir vivir
mejor con esos padres, de qué manera yo te puedo ayudar
con eso?”. Es esencial no imponer nada.
•
No te “enredes” demasiado en el pasado, en lo que se hizo o
se dejó de hacer, trabaja dibujando un cambio para la familia
basado en la proyección al futuro y en objetivos de pequeños
cambios escalonados.
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4.3.3. “Ya no podemos hacer nada más, hemos hecho de
todo con él/ella”
Si los padres –también este planteamiento lo hacen a veces los adolescentes– deinen la situación bajo el paradigma de “no podemos
hacer nada, ya hemos hecho de todo”, éstas son las directrices
que pueden ser de utilidad:
88
•
También en este caso, como en casi todas la situaciones de
inicio, lo más importante es no reforzar o ampliicar ese planteamiento, por ejemplo, insistiendo en que si quieren se puede hacer mucho, en que deben hacerlo, etc.
•
Conectar emocionalmente con ellos (dimensión de la alianza), en este caso tienes que escuchar con respeto e interés
su historia de resignación y desamparo, pero sin dejar por un
momento de hacerles ver que “es normal que ellos se sientan
así, es la respuesta lógica después de tantos (o tan graves)
problemas, pero nosotros estamos acostumbrados a remontar ese tipo de situaciones.”
•
Si la persona o familia se siente “víctima” (por ejemplo, los
padres de un adolescente muy problemático que les ha generado muchos conlictos), debes intentar que se sientan ya
como “pacientes” (dejarse cuidar, hacer caso de las indicaciones y consejos profesionales, etc.) como paso previo a
que se comprometan poco a poco como “clientes” (participación activa en el cambio). A esto lo llamamos la “mutación
víctima-paciente-cliente”.
•
Cuando sea posible, asume una parte de responsabilidad y a
cambio pídeles otra pequeña responsabilidad y compromiso
a ellos. Por ejemplo, “nosotros (el equipo profesional) vamos
a mediar en que Juan (el adolescente) entre en un recurso que
alivie a la familia (un curso de capacitación, un centro de día,
etc.) pero necesitamos que vosotros (los padres, cuidadores)
acudáis a las citas que programemos (o participéis en un grupo de familiares, llevéis a los niños, etc.)”. Es muy importante que el “tono” de esta “transacción” sea de establecer un
compromiso de ayuda y que por lo tanto no sea interpretado
por la familia como un tono de “chantaje” o “amenaza.”
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Estructura del modelo
de interveción
También en estas situaciones hay que centrarse más en el
futuro que en rememorar el sufrimiento pasado o presente,
generar optimismo trabajando hacia el futuro y con cambios
escalonados. Esto no signiica ignorar o minusvalorar indicadores de experiencias traumáticas pasadas o de diicultades
emocionales que pueden entorpecer el proceso terapéutico.
Es importante atender a estas experiencias para empatizar
y entender cómo hoy día contribuyen a los problemas en la
unidad familiar.
El resultado esperable de un buen trabajo en el re-encuadre sistémico del problema en términos de la alianza terapéutica es que la
dimensión Sentido de compartir el propósito pase a tener una valencia positiva y aparezcan indicadores claros de alianza en la interacción de la familia cuando se realizan las sesiones conjuntas. A partir
de haber conseguido este cambio en la deinición del problema y
en la consiguiente involucración de toda la familia en la terapia, las
actuaciones terapéuticas que siguen están orientadas a deinir objetivos de cambio y aplicar técnicas terapéuticas para empujar esos
cambios al tiempo que se hacen reconocimientos continuos de los
avances por pequeños que sean.
89
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Estructura del modelo
de interveción
4.4
Cuarto estrato:
promover
cambios mediante
actuaciones
técnicas
Esta tarea del proceso de intervención es la que podríamos considerar más “técnica” en el sentido de que depende mucho del tipo
de formación y orientación terapéutica que tenga el profesional. En
general, una vez realizado con éxito el trabajo de re-encuadre sistémico, resulta de gran utilidad una buena deinición de objetivos
concretos de cambio a corto plazo que estén en consonancia con
dicho re-encuadre. El enfoque de la terapia familiar breve y terapia
centrada en soluciones nos aporta muchos recursos para esta labor.
De manera global, las técnicas consideradas más útiles son descritas en el apartado 5 de este manual.
Un formato útil para deinir con la familia objetivos de trabajo eicientes y coherentes con un buen mantenimiento de la alianza consiste
de 9 pasos (adaptado de Escudero, 2009):
1. Identiicar y discutir sin restricciones con la familia cualquier
aspecto o necesidad del que pueda esperarse un cambio o
mejoría con la intervención y que sea coherente con el reencuadre sistémico trabajado con la familia.
90
Adolescentes y familias en conlicto:
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de interveción
2. Poner Etiquetas positivas. Traducir las necesidades de cambio habladas con la familia en objetivos. Para ello hay que
ayudar a que la familia deina mediante etiquetas positivas,
breves y claras qué espera conseguir en relación con cada
uno de los problemas/necesidades identiicados (ver ejemplos en la igura 4).
3. Identiicar Indicadores de logro. Seleccionar un ‘indicador’
de consecución de cada meta. El indicador es la conducta,
la habilidad, o la situación concreta que mejor representa la
consecución del objetivo; no es una descripción detallada de
cómo serán las cosas sino simplemente un símbolo claro y
potente de que se ha conseguido (ver igura 4).
4. Escalar los avances. Resulta más fácil y más accesible un objetivo del que conocemos el recorrido necesario para alcanzarlo y, por lo tanto, sabemos en qué momento estamos del
proceso de avance. Por eso, es recomendable ir deiniendo
pequeños pasos. En la igura 4 se deinen los indicadores del
“primer paso” para describir qué supondrían pequeños cambios para la familia.
5. Señalar la situación actual e indicadores de retroceso. Aunque lo esencial es deinir y empujar la consecución de pequeños cambios, en algunos casos es importante reconocer los
riesgos de no cambiar y la posibilidad de un empeoramiento de la situación y sus consecuencias. Esto ayuda a prevenir futuras diicultades o anticipar maneras de afrontamiento
ante posibles recaídas. Este paso puede obviarse cuando la
situación de riesgo del adolescente o de la familia no es muy
severa (ver igura 4).
6. Objetivos múltiples sí, pero no demasiados y preferiblemente
relacionados. Es conveniente no trabajar con muchos objetivos al tiempo (a veces los padres quieren “arreglar” a la vez
muchas cosas que les preocupan) y evitar objetivos muy individuales o que no tengan relación con la meta familiar común
que se trabajado en el re-encuadre.
7. Deinir actuaciones ligadas a los objetivos. Las respuestas a
las pregunta ¿Cómo vamos a conseguir esto? ¿qué nos impi-
91
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Estructura del modelo
de interveción
de llegar a este punto? deben traducirse en actuaciones de la
familia o en actuaciones técnicas. En este punto cabe pensar
que las actuaciones estén en un rango muy amplio de posibilidades: desde tareas sencillas y conductuales para realizar
en casa o en la sesión de terapia, hasta por ejemplo la necesidad de una desintoxicación en el adolescente si se considera necesario en el caso de una adicción. Lo fundamental
para no perder la directriz central de la alianza terapéutica
con la familia es que la familia en su conjunto participe en la
deinición y ejecución de estas actuaciones. (Ver igura 4).
8. Buscar un refrendo externo a la familia y la terapia cuando sea
posible. En general, en la intervención con adolescentes y en
el ámbito de los servicios sociales resulta útil buscar el refrendo de entidades o ámbitos externos para garantizar el valor
de los objetivos, por ejemplo: “¿este plan de cambio será
reconocido por el colegio?” “¿los servicios de protección del
menor reconocen y están de acuerdo con estas ideas y plazos para cambiar la situación de violencia en la familia?”
9. Valorar adecuadamente la consecución de los objetivos. Valorar en conjunto los avances, incluidos los pequeños avances,
y estimular el reconocimiento del esfuerzo es fundamental.
Desde la óptica del sistema profesional, es también importante valorar los avances con otros profesionales del mismo
equipo o con los profesionales de la red de servicios involucrados en el caso.
92
Adolescentes y familias en conlicto:
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Estructura del modelo
de interveción
Meta
“Recuperar la conianza”
Tiempo
Actuaciones Técnicas
Indicadores de que lo
hemos conseguido
Julián y los padres pueden pasar tiempo
juntos en casa relajados y sin discutir
excesivamente. Los padres confían en
Julián al darle dinero y dejarle salir con los
amigos. Julián cumple horarios y normas.
Valorar en 3 meses,
seguimiento en 8
meses
Valoración en el equipo y
con la familia. Si se avanza
adecuadamente, se espaciarán
las sesiones para un seguimiento
“otro paso”
(intermedio)
Julián y los padres participarán en cuatro
sesiones para hablar de los problemas
e intentar buscar una forma de reducir la
tensión y desconianza entre ellos
4 semanas posteriores
al “primer paso”
La terapeuta y el equipo se
encargarán de estas sesiones.
Se verá el resultado en la sesión
conjunta dentro de 4 sesiones
donde se decidirá cómo continuar
para consolidar avances
Indicadores del
“primer paso”
Julián podrá salir en horario limitado. María
y Juan coniarán más en Julián mientras
que serán irmes con las consecuencias
acordadas al incumplimiento de horarios.
Se programa una actividad para la familia
en conjunto (p.ej. alquilar una película
y verla juntos) que tratarán de disfrutar
relajadamente.
4 semanas
La familia atenderá a la
terapia semanalmente. Hay
compromiso por parte de todos
a venir y tratar de cambiar. Se
cita a todos para la semana
siguiente para examinar el
cumplimiento de la tarea
Situación actual
Acaba de producirse una denuncia contra
Julián por delito de robo. Hay un clima
de tensión después de varios meses de
conlicto.
Desde hace unos
6 meses hay mucha
tensión en la familia
por sensación de
descontrol de los
padres y preocupación por las conductas de Julián
(Denuncia legal en curso y
pendiente de resolución). Se ha
realizado una sesión conjunta
con la terapeuta y toda la familia
en la que se ha dedicado algún
tiempo a solas con Julián y con
los padres
Bajar
Cualquier conducta de riesgo (delictiva y
consumo de cannabis) de Julián. Reducir
ansiedad y adicción de María.
Compromiso de 12
meses de seguimiento
Compromiso de la familia (durante
12 meses de intervención
semanal y seguimiento)
Figura 4
Ejemplo de esquema de deinición de metas
(adaptada de la Guía Práctica para la Intervención familiar; Escudero, 2009)
93
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Estructura del modelo
de interveción
4.5
Quinto estrato:
terminar
Cerrar y concluir la intervención es lógicamente la tarea inal del proceso. Es un estrato que se asienta en los demás pero que tiene una
gran importancia. Desde la perspectiva de la alianza terapéutica esta
tarea inal debe estar marcada por claros indicadores de Seguridad
en la familia ante la perspectiva de concluir la terapia y, por lo tanto, de no necesitar la ayuda profesional. También debe haber indicadores claros de un cambio en el clima emocional: la terminación
sería problemática si las emociones negativas, las acusaciones y el
conlicto siguiesen estando presentes de alguna manera en la convivencia del adolescente y la familia, incluso aunque otros objetivos
conductuales (evitar la expulsión del colegio, una mejora en notas,
un cambio de horario) se hubiesen conseguido.
Desde el plano técnico, las intervenciones representativas de la terminación son: entrevista para valorar y reforzar lo que la familia ha
conseguido (atribución interna de logros), prevenir diicultades (preparar a la familia para afrontar adecuadamente diicultades que normalmente suelen aparecer en una convivencia normal), y explorar
cómo los cambios de la familia son reconocidos y valorados tanto
por los miembros de la familia como por personas y entidades externas a la misma (amigos, familiares, el colegio, los vecinos, etc.).
94
5. Metodología de
la intervención
5.1
Aspectos
contextuales
de la terapia
Los aspectos contextuales del “setting” terapéutico son aquellos
que tienen que ver con el equipo de profesionales, el modo de trabajo, la supervisión, los medios utilizados, etc. A pesar de ser externos
a la terapia en sí, estos aspectos ejercen una gran inluencia sobre
lo que ocurre durante la sesión entre terapeuta y clientes. Por ello,
es importante prestar atención a las que puedan ser condiciones
óptimas de trabajo y hacer esfuerzos para aproximarse a ellas en la
medida de lo posible. Estas condiciones contextuales se describen
a continuación.
5.1.1. El equipo
El modelo de trabajo que se propone en este manual incluye el trabajo en equipo. Si bien es normalmente un solo terapeuta el que trabaja directamente con la familia, es de gran importancia contar con
un equipo que supervise las sesiones y colabore en todo el proceso
terapéutico. Se recomienda que este equipo cuente con al menos
dos profesionales además del terapeuta y que éste tenga formación
especíica en terapia familiar. Es importante que todos los miembros
del equipo hayan leído e incorporado los principios del manual en
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
sus relexiones a través de una formación especíica en la aplicación
de los mismos. Además, las observaciones del equipo deberían referirse tanto a las acciones de la familia como a las del terapeuta.
Para ello, se hace necesario al menos un método de observación,
bien sea un espejo unidireccional, sistema de vídeo, etc. También es
importante contar con al menos un medio de comunicación entre el
equipo y el terapeuta (auricular, teléfono, etc.).
Se recomienda la mayor transparencia posible con la familia acerca de todos los aspectos contextuales que afectarán el trabajo con
ellos. Esto puede incluir presentar los miembros del equipo a la familia al inicio de la terapia e incluso mostrar la sala de supervisión a
la familia para que se sientan familiarizados e incluidos.
En el caso de que el terapeuta trabaje sin equipo o sin los medios
con los que cuenta esta descripción, existe una serie de alternativas.
Por ejemplo, para terapeutas que trabajen solos, es recomendable
que cuenten con otro/s profesional/es que ayuden a supervisar su
trabajo o que sirvan de consultores. En la ausencia de equipo, se
recomienda grabar todas o algunas de las sesiones para ayudar en
la tarea de supervisión y consulta con otros profesionales. Puede ser
útil e importante que el terapeuta trabaje con un co-terapeuta en la
medida de lo posible, si no en todas las sesiones, al menos en parte
de ellas.
98
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.1.2. Grabación de sesiones
Es un gran recurso el disponer de los medios para grabar las sesiones de terapia en vídeo por su utilidad en la supervisión continua del
trabajo. Disponer de las sesiones grabadas no solo permite al terapeuta revisar su propio trabajo sino que también facilita el ejercicio
de supervisión, pudiéndose complementar las relexiones del equipo
con la revisión de los fragmentos de sesión concretos a los que se
reieren. La grabación de sesiones requiere del consentimiento informado y irmado de la familia, el cual debe obtenerse previamente al
comienzo de la terapia. (Un ejemplar del consentimiento utilizado en
la UIICF se incluye en el anexo 6). Esto signiica que el equipo deberá
informar a todos los miembros de la familia que participan en terapia
del modo de trabajo que guiará la terapia, incluyendo la grabación
de las sesiones, la colaboración y observación continua por parte del
equipo, la posibilidad de comunicación durante las sesiones entre
terapeuta y equipo, etc.
5.1.3. Estructura de trabajo: antes, durante y después de
la sesión
La estructura de trabajo propuesta en el presente manual incluye el
uso de al menos 15 minutos antes y después de cada sesión para
planiicar y revisar el trabajo con la familia. Además del tiempo antes
y después, se recomienda hacer una pausa hacia el inal de la sesión para discutir con el equipo sobre aspectos del contenido y del
proceso ocurridos durante la misma y decidir la intervención inal
que el terapeuta realizará a continuación. Esta estructura permite un
trabajo cooperativo de planiicación, ejecución y revisión completo y
minucioso de la terapia con la familia. Los temas que se recomienda
tratar antes de cada sesión (Pote et al., 2004) incluyen:
•
construir o disponer del genograma (p.ej. árbol familiar) con
la información aportada por el derivante y la familia,
•
resumir los temas principales señalados por el derivante y
por la familia y considerar la información obtenida que deba
ser profundizada,
99
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
•
tener en cuenta los eventos vitales recientes de la familia,
•
considerar las diicultades para establecer una buena alianza o que estén afectando a la alianza ya establecida con la
familia,
•
tener en cuenta aspectos del sistema más amplio para deinir
redes entre el sistema familiar y los otros sistemas (social,
educativo, judicial, etc.),
•
discutir todos los temas, ideas, hipótesis y sugerencias que
puedan ser relevantes para la familia acerca de los factores
que mantienen los problemas, los recursos para el cambio y
posibilidades de actuación terapéutica,
•
considerar las hipótesis y explicaciones que la familia formula
actualmente.
Tras la primera parte de la sesión, en la que se ha recogido mucha
información acerca de los progresos y las diicultades de la familia,
el terapeuta hace una pausa en la que se reúne con el equipo que ha
estado observando la sesión. Durante esta pausa, se repasa la información recogida por si hubiera discrepancias o dudas acerca de la
valoración que el equipo hace de los factores que mantienen los problemas y los recursos de cambio en la familia. Este debate debe ser
breve, de cinco o diez minutos, y el principal objetivo es tomar una
decisión acerca de la intervención que se planteará a continuación
de la pausa. Durante la intervención es el terapeuta principalmente
el que habla, transmitiendo a la familia cómo el equipo percibe la
situación y qué pasos creen necesarios para mejorarla. La intervención puede incluir sumarios, síntesis o interpretaciones que el equipo
construye sobre las circunstancias que contribuyen al problema de
la familia. Particularmente importante durante la intervención puede
ser el ofrecer el re-encuadre de los problemas que el terapeuta ha
construido con ayuda del equipo. Dependiendo del punto en que se
encuentre la familia en el proceso terapéutico, la intervención puede
incluir sugerencias o prescripción de tareas. Además, es frecuente y
recomendable que durante la intervención se ofrezca un elogio acerca de los aspectos positivos que presenta la familia y agradecerles y
valorar su compromiso con el in de promover una actitud más positiva y optimista ante la situación.
100
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
Después de la sesión, el equipo se reúne para revisar el trabajo realizado y discutir sobre:
•
Las principales intervenciones del terapeuta y las respuestas
de la familia.
•
Ideas para las sesiones futuras y temas a los que se debe
volver para profundizar.
•
Retroalimentación al terapeuta acerca de sus actuaciones.
•
Relexiones del terapeuta sobre los temas propuestos por el
equipo durante la sesión.
•
Revisión de la información actual, incluyendo una revisión del
sistema directo y los indirectos a la familia.
5.1.4. Uso de escalas y cuestionarios
El uso de cuestionarios y escalas ha demostrado ser de gran utilidad
no solo para propósitos de investigación sino también a nivel clínico,
pudiendo proporcionar información valiosa acerca de la experiencia
que los clientes tienen del proceso terapéutico, del estado de sus
problemas, de su percepción de los avances, etc. Como parte del
protocolo de la UIICF, todos los clientes (mayores de 12 años) completan un cuestionario breve de entrada al comienzo de la terapia
en el que describen brevemente sus quejas y demandas para la terapia. A la salida de cada sesión, todos los clientes completan otro
cuestionario en el que valoran en formato de escala su experiencia
del trabajo realizado durante la sesión y del terapeuta. A partir de la
segunda sesión, al inicio de todas las sesiones los clientes completan una escala en la que valoran la utilidad de la última sesión y el
estado de sus problemas. El terapeuta también completa una escala
breve después de cada sesión en la que valora el trabajo realizado.
Además de estos cuestionarios, cada tres sesiones, tanto clientes
como terapeuta completan un autoinforme más prolongado valorando el progreso de la terapia y su experiencia de la alianza terapéutica
(SOATIF-s). Ejemplares de todas estas escalas se incluyen en los
anexos.
101
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
En general, se puede decir que la experiencia en la UIICF es que
estos cuestionarios han llegado a jugar un papel muy signiicativo
en el proceso de la terapia tanto para el terapeuta como para los
clientes. Por un lado, estas escalas informan al equipo terapéutico
de la experiencia subjetiva que los clientes tienen de las sesiones
y del terapeuta que, de no ser por escrito, probablemente no llegan a expresar. Esta información sirve de guía para detectar, por
ejemplo, cuándo la dirección de la terapia no está siendo útil para
el cliente o cuándo hay algún aspecto del terapeuta o de su manera
de intervenir que no es apreciado positivamente por el cliente. La
experiencia dice que, en estos casos, es más fácil para el cliente
expresar estas preocupaciones por escrito. Por otro lado, estas escalas llegan a resultar útiles para los clientes, quienes con frecuencia
adoptan el lenguaje de escala utilizado en las mismas para expresar
sus percepciones o preocupaciones durante la sesión. Por ejemplo,
un cliente puede decir: “pues no llego a poner un 6 en la escala del
problema porque para mí no llega a haber lo que hace falta para que
afronte el problema solo.” Otro ejemplo es una cliente que utilizaba
el cuestionario de escala para escribir palabras clave de los temas
que quería tratar durante la sesión, ayudando así a no dejar de lado
algo importante.
102
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.1.5. Documentar la terapia
En el contexto de la terapia sistémica manualizada, se recomienda
que cada familia atendida disponga de un documento estructurado
que contenga los registros completos del trabajo con ella (Pote et
al., 2004). Esta icha debe contener un registro de las sesiones que
tenga un lenguaje adecuado, legible, organizado, con fecha y irmados. Esto es importante tanto para el uso que el equipo hace de la
información que concierne al trabajo con la familia como el posible
uso que la familia quiera hacer de su propia información (en casos
en que así se solicite). El documento del caso deberá incluir: la hoja
de información sobre la unidad familiar, el genograma, la información
aportada por el derivante, cualquier comunicación escrita, registro
de asistencia, notas de sesión y anotación de cada contacto que se
haga con la familia. En el caso del registro de cada sesión, es importante que se tome nota de la fecha y número de la misma, del nombre de los asistentes a la terapia, del terapeuta que los atiende y de
los miembros del equipo, los temas principales tratados (incluyendo
palabras clave del lenguaje utilizado por la familia), observaciones
del equipo, registro de las intervenciones e ideas clave para retomar
en sesiones posteriores. La documentación del caso puede recoger
gran parte de los formularios de análisis y registro de información
que se presentan en los Anexos de este manual.
103
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.2
Habilidades
Básicas
Las habilidades básicas en terapia familiar son aquellas que tienen
que ver con el mantenimiento de una comunicación adecuada tanto al inicio como a lo largo del tiempo que dura la terapia. Estas
habilidades son especialmente importantes por su papel en el establecimiento y desarrollo de una alianza terapéutica con todos los
miembros de la familia. A continuación se describen algunas de las
habilidades básicas más importantes y cómo se relacionan con las
cuatro dimensiones de la alianza deinidas en el modelo SOFTASOATIF (Friedlander et al., 2006-2009).
5.2.1. Ritmo ajustado y claridad en el lenguaje
Siendo la terapia un contexto nuevo para la familia, para promover
que la familia se sienta segura y cómoda es importante que el terapeuta tenga cuidado de no usar lenguaje demasiado técnico o de ir
demasiado rápido en el proceso de la entrevista. Esto requiere que
el terapeuta se adapte continuamente al vocabulario y a las posibilidades de la familia sin apresurar ni ralentizar demasiado el proceso
(López & Escudero, 2003).
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Metodología
de la intervención
5.2.2. Observar interacciones durante la sesión
El terapeuta debe esforzarse en observar continuamente las interacciones de la familia en sesión ya que se asume que éstas son
relejo de los patrones que ocurren en su vida diaria y que forman
parte del problema que les trajo a terapia (Rivett & Street, 2009). La
terapia implica una tarea en sí misma para la familia y les obliga a interaccionar para resolver situaciones nuevas y negociar respuestas
a las preguntas planteadas por el terapeuta. Por ello, observar las
interacciones de la familia aporta una información muy valiosa para
dilucidar cómo son las cosas en casa. Rivett & Street (2009) recomiendan observar por ejemplo quién entra en la sala primero, cómo
se organizan al sentarse, quién da las instrucciones y toma la iniciativa, quién interrumpe y a quién lo hace más, cómo reaccionan los
hijos cuando los padres discuten, etc. Es recomendable incluso comentar estas observaciones en el “aquí y ahora” con la familia para
ayudarles a establecer conexiones con los patrones que ocurren en
casa. Por ejemplo, el terapeuta puede comentar “he observado que
ahora, mientras ustedes discutían, su hijo la ha interrumpido numerosas veces a usted (a la madre), ¿es esto lo que ocurre en casa?”.
5.2.3. Estructurar la información
Con frecuencia la familia presenta la información de forma desestructurada, conlictiva e incluso contradictoria. Por ello, el terapeuta debe hacer un esfuerzo para focalizar la entrevista en lo que es
más importante, proporcionando a la familia una guía para aportar
información útil (López & Escudero, 2003). El objetivo es focalizar las
preguntas en las relaciones entre los comportamientos de los distintos miembros de la familia para ir encuadrando, desde el inicio de
la terapia, el problema desde un foco sistémico. El terapeuta puede
ayudar a estructurar proporcionando retroalimentación o resúmenes
acerca de lo que relata la familia, destacando tentativamente los temas comunes y los patrones circulares que se van observando (Rivett & Street, 2009).
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.2.4. Empatía/conexión emocional
La habilidad del terapeuta de expresar empatía y promover una conexión emocional estrecha con los clientes está determinada por su
capacidad de hacer ver que escucha de manera activa, relejando
los sentimientos y mostrando un interés genuino por lo que cada
miembro dice y expresa (Friendlander et al., 2006-2009). Además de
mostrar interés por lo que preocupa a la familia, el terapeuta debe
mostrar interés por la familia como tal, por sus circunstancias, su
historia, etc. En este sentido, las preguntas y los comentarios empáticos deben tratar de capturar a la familia como sistema, enfatizando
las relaciones entre los sentimientos de los distintos miembros (Rivett & Street, 2009).
5.2.5. Autenticidad/credibilidad
Para que los miembros de la familia confíen en el terapeuta y se sientan seguros, el terapeuta debe mostrarse sincero y espontáneo. Esto
implica inspirarse en los procedimientos y esquemas profesionales
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Metodología
de la intervención
pero manteniendo una naturalidad y lexibilidad para adaptarlos a la
familia y a su situación concreta (Escudero, 2009). En este sentido,
algunos autores señalan la importancia del trabajo personal previo y
continuado del terapeuta de relexionar sobre su propia familia y de
entender los discursos que la caracterizan y su rol en ellos (Rivett &
Street, 2009). Este trabajo personal permite al terapeuta revisar sus
prejuicios y sesgos a la hora de interpretar las interacciones de la familia a la que atiende. De lo contrario, los sesgos personales fruto de
las experiencias del terapeuta en su propia familia pueden fomentar
juicios que impidan al terapeuta ser neutral, genuino y congruente en
su trabajo.
5.2.6. Normalización
Es frecuente que la familia describa comportamientos o ideas con
mucha angustia por sentir que son raros, atemorizantes o locos. El
papel del terapeuta es hacerles ver que eso que les preocupa es un
comportamiento común en las circunstancias en las que se encuentran. Esto es particularmente importante en familias con adolescentes, ya que frecuentemente los padres interpretan el mal comportamiento de su hijo/a como teniendo una intención maliciosa (Rivett &
Street, 2009). El terapeuta puede asumir un rol relativamente psicoeducativo para enmarcar ciertos comportamientos del adolescente
como parte normal de la etapa evolutiva en la que se encuentra,
como relejo de su búsqueda de autonomía e identidad separada
de los padres. No obstante, normalizar los problemas no signiica
infravalorar la importancia que la familia otorga al problema o el sufrimiento que éste provoca. Conviene tener cautela en cómo se verbalizan las normalizaciones, manteniendo un equilibrio entre normalizar
el problema y validar la preocupación y sufrimiento de la familia.
5.2.7. Estimular que el cliente hable
Puesto que el terapeuta suele tener una postura preponderante en
terapia, es importante que se preocupe por que todos y cada uno de
los miembros de la familia se sientan incluidos y que se les ofrezcan
oportunidades para expresar sus puntos de vista. Esto implica animar y estimular a cada miembro con cuidado de que no se sientan
presionados o forzados a ello. Esta habilidad es básica para fomentar el enganche de todos los miembros de la familia en la terapia,
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Adolescentes y familias en conlicto:
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de la intervención
particularmente cuando se trabaja con adolescentes (Friedlander et
al., 2006-2009). En el trabajo con familias con adolescentes en conlicto es especialmente importante que el terapeuta trate de transmitir al adolescente que su punto de vista importa, incluso aunque
contradiga el de los padres.
5.2.8. Manejo de las emociones/conlicto
El terapeuta debe mantener el equilibrio entre la necesaria expresión
de emociones intensas que aparecen en terapia y la posibilidad de
conversar y trabajar colectivamente. En otras palabras, cuando alguna emoción intensa aparece en un miembro de la familia, éste debe
tener la oportunidad de desahogarse y expresarla pero no en una
manera que interiera en el avance de la terapia (López & Escudero,
2003). Ignorar signos de que algún participante está sintiéndose vulnerable por alguna emoción intensa (p.ej., frustración, rabia, tristeza,
miedo, etc.) puede perjudicar seriamente la alianza, sobre todo en lo
que se reiere a la conexión emocional (Friedlander et al., 2006).
Rivett & Street (2009) destacan dos tareas básicas en el control de
emociones: contener y alternar. Contener emociones implica ayudar
a un miembro a expresar las emociones intensas que sienta al mismo tiempo que atiende a lo difícil que puede resultar para los otros
miembros escucharlo. Por ejemplo, en una sesión, la hija adolescente muestra su enojo por haberse sentido obligada a cuidar de
su madre deprimida y el terapeuta valida sus sentimientos a la vez
que comprueba las reacciones de la madre al oír esto. En ocasiones
basta con enfatizar la importancia de expresar y escuchar cosas que
puedan doler como paso necesario para “curar” ese dolor (Rivett &
Street, 2009). En otras ocasiones, sin embargo, el terapeuta deberá
“alternar”, cambiando el tema o cambiando el enfoque para aliviar
el grado de emoción que haya llegado a ser demasiado intenso. En
el ejemplo, el terapeuta puede decidir preguntar al padre cómo ve la
situación, lo cual permite a la madre y a la hija un descanso de tanta
tensión.
En general, es importante que el terapeuta propicie la expresión de
emociones al tiempo que garantiza un nivel de seguridad y confort
psicológico a todos los miembros de la familia. Después del momento
más expresivo (cuando el cliente “desahoga” su estado emocional),
el terapeuta debe propiciar una conversación sobre el signiicado
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Metodología
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e impacto que ha tenido esa expresión de emociones para todos los
presentes en la sesión. El terapeuta puede preguntar, por ejemplo,
¿qué frase o qué palabra de las que se han dicho aquí han provocado
tu llanto? ¿Cómo describirías en palabras lo que sientes? ¿Qué ha
pasado por tu mente al ver llorar a tu padre?, etc.
5.2.9. Unirse a la familia (joining)
Hay varias técnicas que pueden enmarcarse dentro de la tarea de
“unirse a la familia” o “joining”. Según la BSFT (Szapocznik et al.,
2003), joining es una técnica amplia, deinida por los pasos que da
el terapeuta para preparar a la familia para el cambio. Algunas de las
técnicas incluyen presentarse como un aliado, conluir con las maneras que la familia tiene de comunicarse y comportarse, y presentarse de forma que los miembros de la familia perciban al terapeuta
como la igura de mayor dominancia sobre la unidad familiar. Se dice
que el terapeuta se ha unido a la familia cuando es aceptado por
todos como un “miembro especial temporal”, habiendo ganado su
conianza y respeto (Szapocznik et al., 2003). Es aparente la estrecha
relación entre “joining” y la formación de una fuerte alianza terapéutica con la familia.
Una de las maneras más útiles de unirse a la familia es la de respetar
la estructura de poder existente apoyando a aquellos que están en
posición de poder (p.ej., los padres o cuidadores). Esto es importante porque, por un lado, éstas son las que tienen el poder de aceptar
al terapeuta dentro de la familia como igura líder y también tienen el
poder de terminar o no regresar a terapia. Por otro lado, es importante porque es frecuente que la persona en posición de poder en la
familia sea la más difícil y menos grata con la que unirse. Teniendo
esto en cuenta, sin embrago, es esencial que el terapeuta se una a
todos los miembros, sin posicionarse con ningún “bando”.
5.2.10. ¿Qué evitar en las entrevistas?
Aunque no es una decisión de “sí o no” clara, resulta útil considerar
qué conductas o actitudes suelen no ser recomendables durante la
terapia. En primer lugar, es importante evitar una actitud paternalista
aconsejando excesivamente a la familia u ofreciendo juicios basados en cuestiones morales o creencias personales. Asimismo, se
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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de la intervención
recomienda evitar utilizar etiquetas diagnósticas innecesarias, hacer
interpretaciones excesivas e intelectualizar sin ofrecer un contexto
que lo justiique. Es preferible conducir a la familia por medio de
preguntas y comentarios breves a que ellos formulen sus propios
problemas y objetivos, aquellos aspectos que no les están favoreciendo o que están contribuyendo al problema. Es mucho más eicaz
para que la familia alcance cambios que sean ellos mismos quienes
generen sus propias metas y alternativas.
En segundo lugar, el terapeuta debe tener cuidado, sobre todo al
principio de la terapia, de no enzarzarse en un diálogo en forma de
interrogatorio cuando la familia encuentra diicultades en expresar
sus puntos de vista. Ante estas circunstancias, en lugar de continuar
insistiendo con preguntas, es importante atender a qué factores pueden estar entorpeciendo en la capacidad de la familia para expresarse. Es crucial ijarse en aquellos aspectos de la alianza terapéutica
que pueden necesitar atención, como por ejemplo en aspectos que
puedan estar haciendo que los miembros de la familia no se sientan
seguros para expresarse o en condiciones especíicas con las que
se presenta la familia que pueden contribuir a un grado muy bajo de
compartir propósito entre ellos.
A un nivel no verbal, aunque parezcan evidentes, conviene atender
a algunos aspectos relevantes. Por ejemplo, no hay que menospreciar la importancia de la postura, evitando que pueda incomodar a
algún miembro de la familia o que pueda interferir en la estructura del
sistema familiar (por ejemplo, acercarse mucho a un miembro y no
a los otros). El terapeuta también debe mantener un nivel apropiado de contacto ocular con todos los participantes y un tono de voz
ni muy alto ni muy bajo. En este sentido, disponer de un equipo de
trabajo que supervisa la sesión es de gran utilidad para proporcionar
retroalimentación acerca de qué aspectos no verbales debe trabajar
el terapeuta.
El SOFTA/SOATIF en su formato de observación para el terapeuta
sirve como una guía útil y sintetizada de habilidades básicas que
contribuyen a cada una de las cuatro dimensiones (enganche en el
proceso, conexión emocional, seguridad y sentido de compartir el
propósito). Se recomienda consultar estos indicadores en el ejemplar que incluimos en los anexos 15 y 16 del presente manual, tanto
los indicadores positivos como los negativos (mostrados en cursiva).
110
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.3
Técnicas
especíicas:
la entrevista
como intervención
Aunque el espectro de técnicas de entrevista en terapia familiar es
amplio, existe un número de ellas que son las más comúnmente utilizadas. Estas técnicas son particularmente útiles al inicio de la terapia, en la entrevista inicial, pero continúan siendo importantes a lo
largo de todo el proceso terapéutico (López & Escudero, 2003). Aquí
se presenta una serie de técnicas especíicas a modo de “caja de
herramientas” con el in, no de que el lector trate de usarlas todas,
sino de que tenga ideas de donde escoger según su caso y las circunstancias del mismo.
5.3.1. Preguntas relexivas
Las familias con problemas suelen enzarzarse en el mismo tipo de
interacción una y otra vez como si fuera un baile que han aprendido juntos, cada uno con un rol y unos “pasos” asignados (Rivett &
Street, 2009). Cuando la familia “baila este baile” en sesión repetidamente, puede sentirse desesperanzada y si el terapeuta permite
que continúe ocurriendo, el baile puede obstaculizar la terapia. Por
ello, es importante que la familia sienta que el terapeuta es capaz
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
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de tolerar, contener y afrontar estos patrones. El terapeuta debe interrumpir el “baile” sutilmente mediante preguntas que orienten la
atención hacia la interacción. Por ejemplo, en el caso del hijo que
interrumpe enfadado a la madre en su discusión con el padre sobre
sus preocupaciones por él, el terapeuta puede extender la mano al
hijo para calmarlo y preguntar a la madre “su hijo parece enfadado,
¿ocurre esto en casa? y ¿qué hace usted cuando esto ocurre?” y al
hijo “¿qué pasó ahí cuando te enfadaste?” El terapeuta puede también formular preguntas que indirectamente sugieran cambios en el
comportamiento o idea de uno o más miembros de la familia, conectándolos circularmente. Así, en lugar de preguntar directamente a un
cliente acerca de la posibilidad de un cambio, por ejemplo “¿podrías
encontrar formas de consolar a tu esposa en lugar de frustrarte?”,
una pregunta relexiva se podría formular “¿qué piensas que pasaría
si tu padre consolara más a tu madre en lugar de enfadarse?”
En este contexto, es de gran utilidad el uso de preguntas en escala
a través de las cuales se pide a uno o más clientes que valoren en
una escala de 0 a 10 la intensidad de una determinada conducta o
problema. Estas preguntas ayudan a la familia a hablar de sus interacciones de manera relexiva y a evaluar la percepción que los otros
tienen de las diicultades en un determinado momento de la terapia.
Así, la pregunta en escala puede utilizarse al inicio de la terapia o
más adelante, para evaluar el progreso o cambios experimentados.
Como se describe más arriba, el uso de preguntas en escalas forma
parte del protocolo en la UIICF, a través del cual se pide a los clientes, por ejemplo, que valoren sus problemas al inicio de la terapia y
antes de cada sesión.
5.3.2. Preguntas circulares
Las preguntas circulares permiten explorar el problema de la familia
ofreciendo un enfoque más global y sistémico. A un nivel básico, las
preguntas circulares pretenden conectar lo que un miembro de la
familia dice, siente o hace con lo que dice, siente o hace otro miembro (Rivett & Street, 2009). En este tipo de preguntas se conectan
conductas y emociones y su contribución en un tipo de interacción
determinado (Szapocznik et al., 2003). Por ello, estas preguntas son
efectivas para explorar y dilucidar las relaciones entre los distintos
miembros de la familia y sus respectivas ideas, conductas y emocio-
112
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
nes. Este tipo de preguntas animan a la relexión personal acerca de
cómo uno es percibido por los demás y de cómo la conducta de uno
afecta a otros.
Las preguntas circulares pueden utilizarse para preguntar acerca del
estado (¿cómo cree que su hijo se está sintiendo?), del impacto de
un comportamiento (¿Qué cree que siente su esposo cuando le grita?) o de las creencias de otro miembro del sistema (¿Qué ideas cree
que sus hijos podrían tener al respecto?). Las preguntas en formato circular también son útiles para ofrecer perspectivas alternativas
(Qué piensa su hijo acerca de su rendimiento escolar? Si le preguntáramos a su profesora, ¿qué diría ella?) y para explorar las relaciones
familiares de manera directa (si entiendo bien, ¿las niñas no pueden
ni verse?) o indirecta (¿Cómo reaccionan sus hijos cuando les ven
discutir?). Por último, el formato circular sirve para plantear deiniciones sistémicas del problema (Cuando ustedes se ponen a discutir y
su hija llora, ¿qué hace Juan a continuación?) y en combinación con
preguntas de escala (de cero a diez, ¿quién es el que más se molesta
cuando no está papá? y ¿quién le sigue?).
5.3.3. Trabajo en el presente y proyección al futuro
Aunque puede resultar necesario y útil dedicar tiempo a entender el
problema que trajo la familia a terapia, lo cual requiere atención al
pasado, es importante que el terapeuta procure enfocarse en el presente (Szapocznik et al., 2003). Esto signiica que la atención debe
dirigirse a las interacciones que contribuyen al mantenimiento de los
problemas de la familia en la actualidad. Es importante alentar a la
familia a que entable en sesión el mismo tipo de intercambios que los
que entablan en su vida diaria para poder ayudarles a modiicarlos.
Mientras se atiende a las interacciones disfuncionales actuales que
contribuyen al malestar de la familia, es importante trabajar para que
todos y cada uno de los miembros imaginen y expresen los cambios
que desean. La proyección al futuro implica preguntas que clariiquen qué tipo de cambios esperan ver, cómo se notarán esos cambios e incluso cómo los cambios se empezarán a notar. Es importante ser creativo y motivador para animar a todos los miembros de la
familia a expresarse abiertamente para así obtener información concreta sobre indicadores de cambio. Por ejemplo, el terapeuta puede
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Adolescentes y familias en conlicto:
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formular la “pregunta milagro”: “Imaginad que esta noche os vais a
dormir y ocurre un milagro, mañana os levantáis y han desaparecido
vuestros problemas, ¿En qué lo notaríais? ¿En qué pequeñas cosas
os daríais cuenta de que ya no tenéis problemas?”
5.3.4. Soluciones intentadas
Esta técnica cosiste en rastrear detenidamente lo que la familia ha
intentado hasta el momento para mejorar la situación. Es importante
obtener detalles concretos y especíicos de las cosas intentadas al
mismo tiempo que clasiicar estas soluciones en categoría, por ejemplo “castigar” o “intentar que lo entienda”. También es importante
distinguir entre las soluciones que no han funcionado de aquellas
que fueron eicaces al principio u ocasionalmente. Las “excepciones” son aquellas soluciones que la familia ha intentado y que funcionaron al menos en algún momento. Estas excepciones son útiles
porque puede bastar con modiicar algún elemento de la solución
que hizo que dejase de funcionar y que la familia no había considerado. También es útil explorar posibles obstáculos que se presentan
cuando se intentan soluciones que, de no estar ahí, deberían funcionar. Por ejemplo, en el caso de Julián, las experiencias traumáticas
de los padres, sobre todo de María, son un obstáculo cuando se
intenta que la madre reduzca su actitud vigilante y angustiada con
respecto a Julián.
Es frecuente también que algunas de las soluciones intentadas puedan ser en sí mismas factores que mantienen o agravan el problema.
Por ejemplo, María coniesa que su manera de intentar que Julián se
comporte es estar “encima de él” preguntándole y vigilando lo que
hace constantemente y eso hace que Julián quiera huir más de casa
y acudir a sus estrategias de escape. Asimismo, interesa examinar
los intentos fallidos ya que es posible que de ellos se haya extraído
algún aprendizaje positivo.
114
Adolescentes y familias en conlicto:
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Metodología
de la intervención
5.3.5. Esceniicación (enactment)
- reconstrucción (re-enactment)
En lugar de descripciones verbales, a veces el terapeuta necesita
tener acceso directo al patrón de interacción habitual de la familia
(Rivett & Street, 2009). Por ello, a veces el terapeuta puede animar a
la familia a tener en la sesión una discusión sobre un tema relevante
al problema con el in de observar las interacciones de la familia en
plena discusión. Otras veces, el terapeuta puede pedir que la familia
realice una tarea concreta y así reconstruir situaciones que ocurren
en su vida diaria. Desde un punto de vista estructural y estratégico,
esta técnica es muy útil tanto como instrumento de observación de
los patrones de interacción como para examinar la lexibilidad de la
familia para modiicarlos. Asimismo, la técnica de representación-re-
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Adolescentes y familias en conlicto:
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construcción es también útil en momentos de bloqueo en la terapia
o en casos en que algún miembro se encuentra desenganchado del
proceso (Rivett & Street, 2009).
La representación-reconstrucción ocurre en tres fases (Rivett &
Street, 2009). Primero, el terapeuta observa a la familia mientras interactúa con ellos, ganando conciencia de los patrones y temas más
repetitivos. En una segunda fase, el terapeuta pide a la familia que
discuta sobre un tema o que represente alguna situación concreta y
adopta una postura de observador. La fase inal sirve al terapeuta de
oportunidad para participar en la reconstrucción haciendo preguntas
concretas o haciendo sugerencias para ofrecer a la familia maneras
alternativas de actuar.
5.3.6. Ampliicar cambios/elogiar avances
Cada cambio o indicador de cambio es relevante y, como tal, el terapeuta debe acentuar esta importancia y mostrar optimismo cuando aparezca alguno. Por ello es importante que el terapeuta familiar
mantenga su atención y rastree la posible ocurrencia de pequeños
cambios que la familia puede pasar por alto o minimizar para así poder subrayar su importancia y elogiarlos. Además de explorar detalladamente cómo ocurrió y cómo lo percibieron los distintos miembros
de la familia, es importante proyectar al futuro preguntando cómo y
cuando esperan que ocurra un cambio similar.
5.3.7. Re-encuadre
La técnica del re-encuadre es conocida como una de las técnicas
más eicaces para transformar interacciones negativas en unas más
positivas (Robbins et al., 2000). El propósito es cambiar la defensividad y hostilidad familiar inicial mediante una redeinición del problema que ofrezca una nueva visión más positiva donde la culpabilidad quede enmarcada desde una perspectiva de responsabilidad
y proyección al futuro. Esta técnica es compleja y requiere de gran
destreza y creatividad por parte del terapeuta. No es tarea fácil que
esta nueva perspectiva sea bien recibida por todos y cada uno de
los miembros de la familia. Aparte de ser creativo, es importante que
el terapeuta sea persuasivo y convincente para “vender” su interpre-
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Adolescentes y familias en conlicto:
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tación a la familia (Szapocznik et al., 2003). Para ello, el re-encuadre
no debe ser impuesto ni basarse en una interpretación que no se
sustente en la queja de la familia. Para que sea relevante y eicaz,
el re-encuadre debe validar no solo la información, sino también los
sentimientos y emociones de todos los miembros de la familia en relación con el problema. El re-encuadre evita “culpables” en su explicación, estando formulado bajo un marco sistémico, enfatizando los
recursos positivos de la familia, de manera que transmita el mensaje
de que unidos pueden afrontarlo.
Es recomendable usar esta técnica desde la entrevista inicial con el
in de aliviar los intensos sentimientos negativos con los que acuden
las familias a terapia (Szapocznik et al., 2003). Hay varios aspectos
importantes que el re-encuadre trata de reformular. En primer lugar,
las emociones negativas son reformuladas para incitar sentimientos
más positivos (p. ej. Lo que parece es que el que tu madre sea tan
“machacona”, como dice tu hermano, es relejo de que se preocupa
mucho por vosotros). El re-encuadre busca además transformar los
patrones en los que se basa la explicación que la familia tiene del
problema, que frecuentemente son intrapsíquicos, a unos patrones
de carácter diádico, triádico, intergrupal o indiferenciado (p. ej. Parece que tu hijo no es simplemente un rebelde, sino que cuanto más
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Adolescentes y familias en conlicto:
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tensión y discusiones hay en casa, más tiende él a escaparse y hacer
gamberradas). De esta forma, se externalizan las fuentes del problema, anteriormente atribuidos solo al cliente que muestra la conducta
aparentemente más problemática (en este caso el/la adolescente).
También se busca cambiar la atribución causal del problema de un
marco lineal a un marco más complejo o circular que releje el papel
que los distintos miembros de la familia juegan en la situación problemática. Otro aspecto que el re-encuadre trata de reformular es el
“tiempo”, reformulando una explicación estática e histórica del problema a una más luctuante y ahistórica (p. ej. Entonces parece que,
aunque llevas mucho tiempo así, no has estado deprimida siempre y
que ha habido algunos acontecimientos en la familia que han inluido
en que te sientas tan mal). El factor “espacio” se re-encuadra con
el in de relejar el papel que juega el contexto en la ocurrencia del
problema (p. ej. Si entiendo bien, dices que cuando estás en la casa
de la playa estás mucho más relajada y eres más capaz de controlar
a tus hijos. Eso me dice que tu diicultad no solo depende de tu capacidad como madre, sino de otros factores en tu entorno habitual
que te estresan).
Por tanto, un re-encuadre efectivo incluye aspectos narrativos y emocionales que permitan redeinir la explicación que la familia presenta
del problema desde una perspectiva nueva. Para que sea efectivo,
el re-encuadre debe encajar en el lenguaje de la familia, validar las
emociones y creencias de la familia y bloquear los elementos que
bloquean el cambio (culpabilidad, hostilidad, inmovilidad, etc.). De
esta forma, el re-encuadre promueve la sensación de seguridad de
los participantes al ayudar a disminuir los ataques y las actitudes
defensivas y proporciona un mayor sentido de compartir el propósito
en el que nadie es culpable único del problema ni responsable único
de su solución. En nuestro modelo de trabajo, el re-encuadre conigura una fase o estrato fundamental del proceso de terapia.
118
Adolescentes y familias en conlicto:
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de la intervención
5.3.8. Trabajo con las emociones
Szapocznik et al. (2003) destacan la importancia no solo de promover espacio para el afecto sino también de usarlas como “herramientas” para mover a la familia a interacciones más positivas. Desde una
perspectiva de la terapia de familia basada en el apego, el trabajo
con las emociones es crucial para fomentar un apego seguro e íntimo entre padres e hijos (Diamond et al., 2003). Por ello es primordial
que el terapeuta cree un espacio seguro para que los miembros de
la familia se sientan a salvo de expresar y compartir sus emociones.
De hecho, algunos sugieren que el terapeuta debe jugar un papel de
igura de apego segura para fomentar la expresión emocional y para
modelar conductas propias de un apego saludable y positivo (Rivett
& Street, 2009).
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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En este sentido, es importante ayudar a los padres a aprender a responder de manera empática y protectora cuando sus hijos se muestran vulnerables. Para ello, los padres necesitan primero ayuda para
entender las expresiones de sus hijos. Por ejemplo, cuando el hijo
adolescente en una familia llora, se le puede preguntar a la madre
“¿qué crees que signiican las lágrimas de tu hijo?” e incluso puede
dirigirle a que le pregunte directamente a su hijo diciéndole “¿podrías
preguntarle a él si lo que has dicho es realmente lo que hay detrás de
sus lágrimas?” De este modo, no solo se reconoce la emoción y se
tienen en cuenta los sentimientos que hay detrás, sino que se promueve una comunicación más íntima y vulnerable entre los miembros de la familia. Además, ayudar a la familia a expresar y compartir
sus emociones de una manera más positiva les ayuda a sentirse más
seguros y emocionalmente conectados. El hecho de compartir emociones íntimas puede dar lugar también a re-encuadres acerca de las
emociones y conductas negativas que caracterizan los problemas
de la familia.
5.3.9. Rastreo (tracking)
La técnica de rastreo está muy relacionada con la de unirse (joining)
en que ambas tratan de atender al modo de interactuar que tiene la
familia. La particularidad del rastreo es que el terapeuta no solo se
limita a respetar estas maneras de interactuar de la familia y se une a
ellas sino que además se aprovecha de ellas para establecer un plan
terapéutico de acción (Szapocznik et al., 2003). A veces, las familias
actúan espontáneamente en sesión, hablando tal y como lo hacen
en casa, pero no siempre es así. Cuando esto no ocurre, es importante que el terapeuta encuentre maneras de animar a los miembros
de la familia a que actúen de manera más natural. Una manera útil
consiste en pedir a los miembros de la familia que hablen los unos
a los otros directamente sobre el tema que les preocupa. Permitir y
animar a que los miembros de la familia discutan directamente entre
ellos sobre el problema en sesión ofrece la oportunidad idónea para
que el terapeuta observe y rastree el lenguaje y la forma de comunicarse en la familia que contribuyen al problema. Lo importante no
es el contenido de las discusiones sino el proceso, ya que es éste
el que informa de las relaciones de poder dentro de la familia, de
las reglas familiares implícitas y del tipo de emociones que permiten
ser expresadas. Por tanto, aunque a veces el terapeuta haga uso
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Adolescentes y familias en conlicto:
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del contenido para promover discusión, el propósito del rastreo es
llegar a modiicar el “proceso”, la organización y comunicación en la
familia.
5.3.10. Trabajar con límites y alianzas
Ciertas alianzas en la familia son beneiciosas. Por ejemplo, cuando
las personas al cargo de los hijos están fuertemente aliadas se encuentran en una mejor posición para manejar a sus hijos adolescentes (Szapocznik et al., 2003). Sin embargo, en casos en los que una
igura parental se alía con uno de los hijos es frecuente que ocurran
problemas derivados del hecho de que dicha alianza proporciona un
poder al hijo que no le corresponde y, por tanto, se hace difícil poner
límites en sus conductas problemáticas.
Un elemento esencial en las alianzas es el de límite. El objetivo del
terapeuta es ayudar a deinir límites claros entre las personas, para
que tengan cierta independencia, a la vez que lexibles, para promover la interdependencia necesaria entre los miembros de la familia.
En familias con adolescentes es frecuente que haya que trabajar en
fortalecer la alianza entre los padres y, por tanto, en disolver los límites entre ellos. También es frecuente que haya que dedicar esfuerzos
a endurecer los límites intergeneracionales, por ejemplo entre una
madre y una hija que solían estar fuertemente aliadas, para que la
madre recupere la autoridad que pierde por la debilidad de límites
que había entre ellas. Por tanto, es importante trabajar en modiicar
alianzas no funcionales de manera que se restaure el poder en manos de los padres y se establezcan límites lexibles pero claros entre
padres e hijos. Es importante que el terapeuta trabaje de manera
sutil, incluso sigilosa, en lugar de directa y explícitamente hablar de
las alianzas. Por ejemplo, un terapeuta puede pedir a unos padres
que no tienen una fuerte alianza que se sienten a acordar una lista de
normas claras con respecto a los hijos. Un terapeuta puede también
pedir a un padre que tiene una alianza débil con su hijo que lo lleve a
alguna actividad que los dos puedan disfrutar juntos.
Otro fenómeno frecuente en las familias con adolescentes es el de
triangulaciones. Las triangulaciones ocurren cuando en un conlicto entre dos miembros de la familia se involucra a un tercero para
manejar las emociones difíciles que el conlicto provoca. Por ejem-
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Metodología
de la intervención
plo, un padre con problemas de agresividad se altera mucho por
los comportamientos normales de su hija adolescente. El miedo que
siente la madre hacia el padre hace que esté muy encima de la hija
para que ésta sea completamente correcta. Ésta actitud de la madre ayuda a mantener cierto equilibrio (ya que mantiene activa a la
madre y relativamente tranquilo al padre) pero provoca gran presión
en la hija, que por ello se comporta cada vez peor. El terapeuta puede observar que el problema de pareja entre los padres, basado en
el miedo, trianguliza a la hija haciéndola foco de tensiones que no
debían afectarle. Es importante que el terapeuta oriente esfuerzos a
trabajar en fortalecer la relación entre los padres mientras que mantiene al margen a la hija.
5.3.11. Inversiones
La técnica de la “inversión” implica pedir y animar a uno o más miembros de la familia a decir o hacer lo opuesto de lo que normalmente
diría o haría (Szapocznik et al., 2003). Esto permite romper los patrones de interacción rígidos que dan lugar y mantienen los problemas
así como proporcionar patrones alternativos a los habituales. Por
ejemplo, el terapeuta entrena a una madre, que normalmente se enfada y grita cuando se siente presionada por el padre para que discipline a su hija adolescente, a que le conteste al padre “me siento
orgullosa de lo mucho que te preocupas por nuestra hija” o “tengo
miedo de decepcionarte como madre”.
5.3.12. Uso de tareas
La técnica de asignación de tareas es básica en toda intervención
familiar tanto dentro de la sesión como fuera de ella. La asignación
de tareas proporciona una herramienta valiosa para orquestar oportunidades para que la familia se comporte de manera diferente (Szapocznik et al., 2003). Esta técnica es complementaria a otras ya descritas, por ejemplo el caso de los padres a los que se les pide que
hagan una lista de normas juntos. Es recomendable que el terapeuta
asigne primero tareas en sesión para poder evaluar la capacidad o
disposición de los distintos miembros de la familia para cumplir tareas. Asimismo, la asignación de tareas en la sesión permite proporcionar a la familia una experiencia de éxito y, consecuentemente, se
sentirá más competente y motivada para llevarla a cabo fuera.
122
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
Conviene tener en cuenta que lo más probable es que la familia no
lleve a cabo la tarea a la perfección o incluso puede que no la lleve a
cabo en absoluto. No solo las tareas son nuevas formas de comportamiento sino que la familia está engranada en un modo antiguo de
comportamiento del que es difícil salir. Lo importante en esos casos
es examinar los obstáculos que impiden la realización de tareas adecuadamente y buscar maneras de modiicarlas para adaptarlas a la
familia. Conviene explorar si el obstáculo es de carácter motivacional o de actitud, en cuyo caso el terapeuta debe dirigir sus esfuerzos
a trabajar la alianza terapéutica antes de prescribir tareas para casa.
5.3.13. Técnicas activas
De la tradición psicodramática se dispone de una serie de técnicas
que son especialmente útiles en el trabajo con adolescentes. Por
su carácter lúdico y activo, empleadas adecuadamente, las técnicas
psicodramáticas son eicaces para promover la alianza en la familia.
Además, estas técnicas ayudan a los participantes a conectar con
emociones más profundas y a expresarlas de una manera controlada
y en un contexto más seguro. Por ejemplo, los juegos de roles pueden
ser de gran utilidad para ensayar conductas nuevas en el contexto
de la terapia, ayudando luego a generalizar el aprendizaje en la vida
real. Otras técnicas activas utilizan elementos indirectos que asisten
especialmente a aquellas personas a las que les es difícil expresar
emociones directamente. Por ejemplo, el uso de la escultura humana
(o con la ayuda de un muñeco articulado), de plastilina modelable,
marionetas o trapos sirve a los participantes para expresar de forma
creativa situaciones o escenas relacionadas con el problema y hablar de ellas a través de un objeto intermedio. Se recomienda usar la
estrategia del soliloquio en el contexto de este tipo de técnicas que
consiste en pedir a la persona que ponga palabras en boca del objeto (ya sea la escultura, los trapos, etc.) como si estuviera diciendo
sus pensamientos en alto.
124
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
5.4
Técnicas de tipo
psico-social
Desde la perspectiva de la terapia familiar multidimensional se enfatiza la importancia de trabajar no solo con el sistema directo de
la familia sino también con los otros sistemas que contribuyen a
las diicultades de la familia. El papel del contexto social, cultural y
económico no debe ser olvidado ya que puede determinar muchas
de las circunstancias de la familia. Particularmente, cuando se trata
de familias con adolescentes en conlicto, es importante considerar
posibles presiones relacionadas con presiones del entrono externo
(diicultades económicas, carencia de apoyo social, discriminación,
etc.) (Rivett & Street, 2009). Estos factores son especialmente relevantes cuando se trata de familias no tradicionales (madre soltera,
padres/madres del mismo sexo, familias de minorías étnicas o inmigrantes, etc.). En estos casos, es importante tener en cuenta el papel
de los factores externos tanto en el trabajo en sesión con la familia
(reconociendo y validando estas diicultades) como en actuaciones
con los sistemas indirectos y factores contextuales que le afectan.
Así pues, el terapeuta debe plantearse posibles intervenciones en
la esfera educativa, en la del grupo de “iguales”, en la de servicios
sociales, en la de la comunidad, y en la judicial en la medida de lo
posible y si es pertinente. En este sentido, la terapia multidimensional propone una serie de áreas de intervención con los sistemas
indirectos que a continuación se describen.
125
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.4.1. Colaboración con la comunidad
Un aspecto importante para fomentar el apoyo psico-social es que
el terapeuta trabaje de forma cercana con agencias en la comunidad
que contribuyan a crear un círculo de apoyo fuerte para la familia.
Estas agencias son importantes también para que padres e hijos
obtengan los recursos y la educación necesarios para aprender nuevas habilidades que les ayuden a mejorar su situación. Existen guías
especíicas que pueden asistir al terapeuta en la tarea de conectar
a la familia con los recursos comunitarios disponibles. Por ejemplo,
existen guías creadas por algunos ayuntamientos que describen detalladamente los servicios sociales y agencias disponibles en el área
que pueden ser de gran utilidad.
5.4.2. Colaboración con el sistema educativo
La colaboración con el personal del sistema educativo que trata
directamente con el adolescente es importante para abogar por la
mejora de su situación. El objetivo principal es ayudar a que el adolescente progrese académicamente de manera positiva y con éxito.
Una de las tareas es la de conectar a los padres con el personal del
centro educativo para que establezcan una relación positiva de colaboración que fomente el alcance y uso de los recursos educativos
disponibles por parte del adolescente.
5.4.3. Colaboración con iscalía
Se recomienda que el terapeuta trabaje de manera estrecha con el
personal del sistema judicial en caso de que el adolescente tenga
conlictos legales por su comportamiento. El objetivo es ayudar a los
padres a que asuman un rol de apoyo para el adolescente en la tarea
de cerrar el caso y prevenir la ocurrencia de nuevos arrestos. Esto
requiere ayudar a los padres a involucrarse en el sistema legal mediante el establecimiento de relaciones positivas con aquél personal
responsable del caso de su hijo/a. Asimismo, es importante abogar
por el adolescente en situaciones de injusticia legal o cuando se
considere que las decisiones que toman los servicios legales pueden
perjudicar al adolescente.
126
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
Un ejemplo que ejempliica el trabajo del terapeuta con el sistema
educativo y legal es el caso de un chico adolescente que está siendo
juzgado por un robo y que ha sido expulsado por segunda vez del
instituto. El personal educativo y de menores están en proceso de
decidir si lo trasladan a otro centro y el terapeuta considera que esa
actuación puede empeorar aún más las situación. El terapeuta se
pone en contacto con el personal educativo de los servicios legales
para aportar su punto de vista como terapeuta de la familia y decide
informar y animar a los padres de la posibilidad de recurrir la decisión si fuera necesario.
5.4.4. Servicio comunitario
En casos de adolescentes con problemas de conducta, se recomienda que el terapeuta trabaje estrechamente con los responsables del
adolescente (tanto padres como profesores o incluso oiciales del
contexto legal) para crear oportunidades de servicio comunitario que
promuevan comportamientos prosociales. El objetivo es encontrar
una labor en algún organismo comunitario que fomente la realización
por parte del adolescente de tareas de ayuda adaptadas a sus habilidades y madurez evolutiva. Es importante examinar las alternativas
disponibles para encontrar aquella que maximice la probabilidad de
que el adolescente disfrute de la tarea y tenga éxito en ella.
127
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
5.5
Terapia
de grupo con
los adolescentes
Durante las últimas décadas, la terapia de grupo ha experimentado
un considerable incremento en su popularidad y en el valor que los
profesionales de la salud le han otorgado como modalidad terapéutica. Además de por sus ventajas prácticas y económicas, los beneicios terapéuticos de la terapia de grupo han sido bien delineados
en un estudio meta-analítico (Smith & Glass, 1981). Considerando la
importancia que las relaciones con iguales adquiere durante la adolescencia, MacLennan & Dies (1992) describen la terapia de grupo
como la modalidad idónea para los adolescentes.
Sin embargo, a pesar de los claros beneicios del trabajo en grupo
con adolescentes en su eicacia para mejorar conductas y actitudes,
no está clara la eicacia a largo plazo de estas mejoras (MacLennan,
2000). Según MacLennan, parece relativamente fácil ayudar en terapia grupal a que los adolescentes mejoren su actitud y comportamiento cuando viven en un contexto positivo con iguras importantes
de apoyo tanto en casa como en el colegio. En cambio, cuando los
adolescentes provienen de un contexto familiar altamente conlictivo, pertenecen a un grupo de iguales de carácter delictivo o sufren
de trastornos severos de alimentación o adictivos, se hacen necesa-
128
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
rias intervenciones que permitan cambios en estas otras áreas de la
vida del adolescente. Teniendo en cuenta las características de conlicto de los adolescentes y las familias a los que suelen atender los
servicios sociales, se recomienda el uso de terapia de grupo como
estrategia complementaria y no única con el in de responder a la
complejidad de sus necesidades terapéuticas.
Partiendo de la literatura existente y de la experiencia directa en la
UIICF con terapia de grupo para adolescentes, delineamos a continuación algunas recomendaciones. Una premisa importante para
poder tratar con la población adolescente de manera efectiva es que
el terapeuta relexione sobre sus propias experiencias como ado-
129
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
lescente y haya llegado a un profundo entendimiento de esta etapa
de su vida (MacLennan, 2000). Esto se hace necesario para que el
terapeuta pueda empatizar y establecer relaciones positivas con los
adolescentes de manera que tenga capacidad de maniobra y liderazgo con ellos.
Otra condición recomendable para el trabajo en un grupo de adolescentes es que el terapeuta responsable del grupo no sea el terapeuta
del trabajo individual con alguno de los adolescentes. Si bien, es
conveniente que conozcan y tengan información del motivo/diicultades que llevaron a los adolescentes a las sesiones individuales. En
la UIICF, la terapia grupal se ofrece como complemento a la terapia
familiar. De este modo, el equipo terapéutico evalúa cada adolescente que acude a terapia con sus familias por separado y determina
si la terapia de grupo es un complemento recomendable y potencialmente beneicioso. Un factor importante que el Equipo considera
a la hora de decidir si la terapia de grupo es buen complemento en
cada caso es la calidad de la alianza que el/la adolescente y su familia han formado durante la terapia familiar. En aquellos casos en
que se considera apropiado, el terapeuta familiar plantea la idea al
chico/a (en presencia o no de los padres, dependiendo del caso) enfatizando el carácter voluntario de la participación.
Si las condiciones del equipo terapéutico no posibilitan que un terapeuta no tenga relación previa con los adolescentes, el terapeuta
deberá tener en cuenta la relación previa de alianza que posee con
los adolescentes que lleva en la terapia individual. Será importante
que el terapeuta trabaje la alianza con el resto de los adolescentes
del grupo que no tienen esa condición previa. Además, es crucial la
total impermeabilidad de la información entre la terapia individual
y la de grupo, de forma que aquello que el terapeuta hable con el
adolescente en el trabajo individual no se comparta en el contexto
del grupo.
130
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
5.5.1. Ingredientes para la intervención grupal con
adolescentes.
Existen una serie de componentes con un importante peso en la
intervención y que tienen un carácter transversal a todas las estrategias y herramientas empleadas en el proceso terapéutico. Algunas
de las más características son:
•
La consideración del grupo como un sistema: el sistema debe
llegar a tener vida propia, y el modo de observarlo debe tener
muy en cuenta el proceso interaccional de construcción grupal, y las reglas habitualmente observadas en los sistemas.
•
Alianza: al igual que en el sistema familiar, en el grupo es
importante prestar atención a la alianza diferencial entre los
distintos integrantes. En nuestra experiencia, por ejemplo, es
frecuente que al inicio de la terapia algunos chicos se encuentren seguros y otros no, dependiendo de las condiciones
en que vinieron a la terapia. El terapeuta tiene la tarea de buscar estrategias para balancear esta alianza.
•
Grupo como espejo: una de las mayores potencialidades que
presenta el grupo es el de convertirse en un espejo de las
cogniciones, las actitudes, los sentimientos y las conductas
de los participantes. El grupo ofrece retroalimentación constante sobre éstos y otros aspectos permitiendo un contexto
idóneo para el aprendizaje y crecimiento interpersonal.
•
Grupo como ensayo: el grupo también posee un potencial
de ensayo de determinadas conductas en un medio controlado, con un número reducido de participantes y en el que se
pueden abordar situaciones que podrán ser experimentadas
posteriormente en la vida real.
•
Gestión de los diferentes roles grupales: Atender a los distintos
integrantes y a su papel dentro del grupo resulta central para
planiicar estrategias de intervención. Por ejemplo, en nuestra experiencia puede resultar útil emplear aquellos miembros
que tienen un rol más protagonista o que reclaman atención
para redirigir su energía a ayudar a los otros miembros.
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
Una entrevista individual previa al inicio de la terapia de grupo es un
elemento a tener en cuenta para mejorar la alianza y garantizar la
conexión emocional entre el terapeuta y el adolescente. En la UIICF,
puesto que los adolescentes ya acuden a terapia con sus familias,
es el terapeuta familiar el que sugiere y negocia la idea de terapia
de grupo con el adolescente. Una vez acordado, el terapeuta de la
familia presenta al chico/a al terapeuta del grupo, quien le realiza una
entrevista inicial. Esta entrevista inicial permite un primer contacto
con el terapeuta responsable de la terapia de grupo y así presentar
las condiciones de la terapia de grupo al adolescente y responder a
sus dudas y preguntas. Asimismo, esta primera entrevista permite
que el adolescente tenga un primer contacto con la Unidad y las
condiciones de trabajo del Equipo.
El número adecuado de participantes en el grupo puede ser entre
5-6 adolescentes. La experiencia que tenemos con este formato de
terapia es que un grupo de 4 adolescentes es suiciente, ya que,
dado el nivel de energía en esta edad, el control de un grupo de más
de 6 adolescentes resulta relativamente difícil. El equipo debe valorar
en qué medida cada miembro del grupo pueda distorsionar/impedir
el desarrollo positivo del grupo o interferir en la conexión emocional
entre los participantes y, consecuentemente, en la apertura emocional de los mismos durante la terapia.
Las sesiones con adolescentes no deben ser muy largas, ya que
pueden cansarse con mayor facilidad que participantes adultos. Según nuestra experiencia, una duración de aproximadamente 90 minutos y un número total de unas 10 sesiones parece ser apropiado.
Además, se recomienda una sala cómoda y amigable, que fomente
la naturalidad y espontaneidad, y el uso de sillas con ruedas para
una mayor libertad de movimiento por parte del terapeuta.
5.5.2. Al inicio de la terapia de grupo
La primera sesión de la terapia de grupo es crucial para el futuro
desarrollo del mismo. Durante esta sesión comienza a deinirse el
contexto y la identidad del grupo, sus normas implícitas y explícitas
y las pautas de conducta que serán más o menos aceptadas. Para
promover la seguridad dentro del grupo, de manera que los adolescentes se sientan a salvo para hablar de cualquier problema y/o dii-
132
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
cultad, se deben establecer reglas claras al inicio de la terapia. Todas
y cada una de las normas deberán ser acordadas de forma cooperativa por parte de todos los miembros del grupo y el terapeuta. Es
primordial que todos los participantes comprendan y compartan la
necesidad e importancia de cada norma y que tengan oportunidad
de aportar sus propias sugerencias. Se recomienda poner las normas por escrito para poder recordarlas a los participantes a lo largo
de la terapia.
Un ejemplo de normas que el terapeuta debe discutir desde el primer día es la importancia de no mantener ninguna relación entre los
miembros del grupo fuera de las sesiones, principalmente mientras
dura la terapia de grupo. La posibilidad de que entre los participantes se genere un acercamiento/amistad fuera de las sesiones puede
diicultar posteriormente el sentido de seguridad y apertura emocional entre los miembros del grupo. La conidencialidad es otra norma
crucial que debe ser discutida y entendida por todos los participantes, teniendo claro que no estará permitido comentar nada de lo que
se trate durante la terapia fuera de ese contexto.
5.5.3. Durante la terapia
En el caso del que el terapeuta comparta sesiones individuales con
alguno de los adolescentes, tendrá un especial cuidado en mantener
las dos terapias en dos dimensiones bien diferenciadas; lo que se
trabaja en la terapia de grupo no se tratará en las sesiones individuales y viceversa. La misma regla se mantendrá para los demás terapeutas que no están involucrados en la terapia de grupo, respetarán
de forma natural que aquellos temas y/o problemas que surjan en la
terapia de grupo, se tratarán en la terapia de grupo.
Se ha observado cómo el grupo se va cohesionando y creciendo en
fuerza hasta que, a partir de la 5ª o 6ª sesión llega a un punto en el
que se conduce prácticamente solo. En relación a los objetivos de
intervención, se van deiniendo más concretamente y se hacen explícitos a partir de la segunda sesión.
Existen una serie de temas de crucial importancia durante la adolescencia que deberán adquirir foco de atención durante la terapia,
antes o después y acorde al nivel de cohesión y seguridad del grupo.
133
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
Uno de los aspectos abordables desde la primera sesión es el de la
identidad del adolescente, que se continuará trabajando a lo largo
de todo el proceso terapéutico. El terapeuta grupal trata de ahondar
de manera gradual en cómo se ven a sí mismos y cómo creen que se
les ve desde fuera, buscando concreción y reforzando la sinceridad
y las aportaciones que vayan en esa dirección. Otro aspecto fundamental a tratar y fomentar en el grupo es el de la intimidad. El objetivo es que los adolescentes encuentren en el grupo un escenario
seguro y de conexión emocional fuerte para poder abrirse y recibir
el apoyo de los otros miembros. Por último, es importante trabajar
el sentido de autocontrol y responsabilidad, ayudando a los participantes a adquirir un mayor locus de control interno y a compartir
estrategias para controlar sus conductas y emociones.
5.5.4. Algunas técnicas útiles en el trabajo en grupo
Muchas de las técnicas que han sido descritas en el trabajo con
familias son también recomendables en terapia de grupo con los
adolescentes. Por ejemplo, las preguntas circulares para fomentar
el reencuadre de los problemas dentro de una explicación sistémica. Asimismo, la externalización, normalización y el reencuadre de
los problemas también son importantes y particularmente útiles en
el contexto del grupo de iguales. El disponer de otros adolescentes
como tú que relejan y validan experiencias mientras aportan puntos
de vista alternativos proporciona una herramienta valiosa para este
tipo de técnicas. Al igual que en terapia familiar, es importante que el
terapeuta fomente el optimismo y una actitud de cambio, reencuadrando los problemas de los adolescentes en términos esperanzadores, buscando excepciones y fomentando el sentido de colaboración en la búsqueda de soluciones y toma de decisiones.
Aparte de las técnicas descritas arriba, a continuación se describen
una serie de estrategias particularmente relevantes en el trabajo con
adolescentes por sus características evolutivas.
•
134
La “Tercera Dimensión”: para fomentar la conidencialidad,
la seguridad y la cohesión en el grupo se plantea la idea de la
terapia como una “tercera dimensión” o lugar seguro separado de la vida real donde se cuentan aspectos íntimos que
no deben traspasar a otras dimensiones (fuera de la terapia).
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Metodología
de la intervención
•
Prestar atención a los tiempos de participación de cada uno
de los asistentes para que sean equilibrados, asegurándose
de que todos los participantes tienen voz.
•
Utilización de comunicación no verbal para dirigir y expresar. El terapeuta actúa como un director de orquesta, por
ejemplo alzando la mano, señalando con un dedo, apartando
con una mano, dando paso con la otra a la persona que va a
hablar, etc.
•
Búsqueda de denominadores comunes grupales (elementos de cohesión grupal). El terapeuta grupal ampliica situaciones en que un miembro cuenta una experiencia o diicultad y otro comenta que la comparte. Se intenta enfatizar las
similitudes intentando concretarlas al detalle y extenderlas al
resto del grupo.
•
Concreción. Una actitud de curiosidad y de interés por lo
que aportan los adolescentes se puede mostrar preguntando
por aspectos concretos de información que pueden resultar
relevantes respecto a los objetivos planteados para el grupo.
•
Metáforas. A la hora de trabajar temas tan íntimos y subjetivos como el autoconcepto, resulta útil salirse del encorsetamiento de un lenguaje lineal a un lenguaje más alegórico, utilizando metáforas del tipo “Si fueses un instrumento musical,
¿cuál serías?”
•
Preguntas de escala (“¿Cómo estás de tu problema de o
a 10?”) son útiles porque, dado su carácter más concreto,
son más fácilmente entendibles y manejables por parte de
los adolescentes.
•
Autoapertura. Estratégicamente se pueden utilizar experiencias personales como potenciadores de cambio o normalizadores de ciertas situaciones. Puede resultar útil comenzar
con comentarios de bajo riesgo y analizar el feedback del
grupo, antes de realizar movimientos arriesgados acerca de
experiencias personales.
135
Adolescentes y familias en conlicto:
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Metodología
de la intervención
•
Resumen. Marcar los tiempos cerrando un determinado tema
con un buen resumen, que pueda abrir el siguiente aspecto
resulta útil para estructurar y para centrar la dinámica grupal.
•
Comentarios de experto. En determinados momentos, el
grupo necesita guía y el terapeuta puede servir como líder
que decida o clariique dudas o para que tome las riendas en
momentos en que haya confusión.
•
Utilización de técnicas activas. Este tipo de herramientas
suelen ser útiles en la interacción terapéutica con los adolescentes por mantener un tono dinámico que promueva la
motivación y la participación.
•
Cambio de roles. Solicitar a los participantes que cambien
de rol y asuman el de otro miembro puede ser particularmente útil en el trabajo con adolescentes ya que fomenta
la consideración del autoconcepto aportando visiones de
cómo uno es visto desde fuera. Además, esta técnica puede
ser útil para regular la conducta de aquellos miembros que
interieran en el progreso del grupo, por ejemplo acaparando
mucha atención.
•
Utilización del humor. El humor es fundamental en el trabajo
con adolescentes para promover una atmósfera distendida
que les permita relajarse en un contexto controlado por adultos. Es recomendable incluso enmarcar determinadas técnicas como juegos o bromas.
•
Reto. En determinadas situaciones puede resultar útil plantearle al grupo o a un integrante algo en términos de que “no
vais a ser capaces de hacer esto”, a modo de técnica paradójica.
5.5.5. Al inal de la terapia
La terminación de un grupo de terapia es importante para consolidar
los cambios conseguidos así como para ayudar a los participantes
a manejar y expresar los sentimientos de pérdida que acompañan
136
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Metodología
de la intervención
la inalización del mismo. Así, la última fase de la terapia de grupo
supone una oportunidad para relexionar sobre el trabajo realizado
y los progresos conseguidos, y para compartir los sentimientos generados entre los miembros del grupo y el terapeuta a raíz de las
estrechas relaciones establecidas a lo largo de la terapia. Por ello,
es importante dedicar tiempo durante la última sesión a actividades
que fomenten la discusión y relexión acerca de la terapia, así como
a algún ritual que permita la expresión de los sentimientos de aprecio
por los demás en el grupo y de tristeza por la pérdida.
Un buen ejemplo de actividad es una rueda de relexión y de “anécdotas” en la que se invita a los miembros a compartir qué balance
hacen del trabajo con el grupo y que cuenten una anécdota que sea
signiicativa para ellos. Como ritual para inalizar, se puede proponer el “espejo relexivo” mediante el cual el equipo pasa a la sala de
terapia y hablan de sus relexiones sobre el grupo mientras que los
chicos/as observan en la sala de supervisión.
137
6. El proceso
de intervención
paso a paso
6.1
El ejemplo
de Roberto
En este apartado del Manual vamos a describir sucintamente cómo
se desarrolla el proceso de intervención en el modelo focalizado en
la alianza terapéutica. Para ello vamos a utilizar el ejemplo presentado en la introducción, aunque no pretendemos hacer un estudio de
caso en profundidad sino simplemente una ilustración práctica de
cómo se desarrollan paso a paso los cinco estratos o tareas descritas en la sección anterior.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
El proceso de intervención
paso a paso
6.1.1. Primer paso:
Observar y responder a las actitudes iniciales ante la terapia
(Sesión 1)
El primer paso es recibir al adolescente y su familia de la forma más
natural posible y comenzar a deinir un contexto de Seguridad. Como
hemos descrito en la introducción, Roberto llega con su abuelo y
en una situación de tensión entre ellos que ocupa gran parte de su
atención y emociones iniciales. Por otra parte Roberto, después de
la agresión a su padre, está obligado y se siente “rehén” (Friedlander, Escudero, y Heahterington, 2006) de la terapia. El proceder de
la terapeuta está orientado ya a hacerles ver que entiende la tensión
que hay entre ellos y que puesto que conoce este tipo de situaciones, aunque siente que lo estén pasando mal, lo encuentra natural
desde su perspectiva profesional. De esta forma la terapeuta está
haciéndoles ver que ella se siente segura de que la situación puede
mejorar y que el conlicto que arrastran hasta la sala de terapia no le
va a afectar a ella. En esta fase inicial, la terapeuta se muestra abierta sobre la forma de trabajar de su centro, e invita a que pregunten
cualquier duda que ellos puedan tener.
Lo más importante quizás es lo que NO hace: no permite que el
patrón de acusaciones-defensa que ambos traen a la terapia tenga
espacio en la sesión. Al contrario, escucha con mucha curiosidad
el sentido particular que cada uno le da a la situación de crisis y al
hecho de encontrarse en la terapia. Además de esto, la terapeuta
se interesa por el contexto familiar, escolar y social de Roberto y de
su familia, mostrando interés genuino por aspectos que no están
directamente relacionados con el problema, entre ellos destaca, por
ejemplo, el talento musical que tiene Roberto (ha estudiado varios
años de guitarra en el conservatorio –aunque ahora lo tiene un poco
abandonado–) y que también tiene su abuelo (tocó en una orquesta
cuando era joven).
En esta sesión la terapeuta ya puede ir conociendo los recursos de
la familia y comenzando a valorar también el nivel de riesgo (no olvidemos que hay un episodio de agresión de Roberto a su padre y
quejas de agresividad en su trato con los abuelos). No obstante, hay
dos focos en este paso inicial: (1) crear un contexto de Seguridad y
140
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
El proceso de intervención
paso a paso
buena Conexión Emocional (creación de alianza) y (2) evaluar la posición inicial de ambos ante la terapia.
En la primera sesión, Roberto comenzó con una actitud de “rehén”
y su abuelo como un “demandante con peril de víctima”. Se le da
una cita a Roberto para tener una sesión individual y otra al abuelo
para otra sesión con él y la abuela. La terapeuta entiende claramente
(y decide respetarlo inicialmente) que Roberto no quiere “ni que se
mencione a su padre” como parte de la terapia, y también que la madre es “excusada” por todos de la responsabilidad de venir debido
su trabajo y la distancia de la ciudad en la que vive.
6.1.2. Segundo Paso:
Crear alianza con el adolescente (2 sesiones)
Este paso puede darse en una o en varias sesiones; en el caso de
Roberto se hicieron dos sesiones en el mismo período de tiempo en
que se hicieron otras dos con los abuelos. El objetivo de estas sesiones es doble: crear una fuerte alianza con el adolescente y explorar,
desde la perspectiva del adolescente, qué mantiene su conducta de
rabia y agresividad y cuáles son los recursos que pueden facilitar el
cambio.
La terapeuta sigue las directrices iniciales que hemos descrito más
arriba en el apartado 4.3.2: no insiste en negar la airmación de Roberto de que “yo no tengo ningún problema, mis abuelos me hicieron
esto, ellos no entienden nada de mi vida”, y se centra en conocerle
más y en querer conocer su historia y los incidentes que han generado la crisis desde su perspectiva. La terapeuta busca puntos de conexión personal con Roberto y destacar sus fortalezas (por ejemplo,
contrapone el talento musical del adolescente a su “falta total” de
sentido musical). También se interesa por su “sentido de identidad”
pidiéndole que en la segunda sesión traiga una “foto que le guste de
sí mismo, una foto que le represente tal y como a él le gusta ser”.
Roberto trae la foto a la segunda sesión, muestra la foto en su teléfono móvil a la terapeuta: aparece él en un primer plano que deja ver
su guitarra y un cigarrillo en la mano, viste un gorro y tiene detrás su
141
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
El proceso de intervención
paso a paso
ordenador. En esta segunda sesión individual Roberto está más tranquilo y se abre mucho más: expresa vehementemente que siempre
se ha sentido abandonado y traicionado por su padre, y que el colmo
ha sido que sus abuelos lo hayan traicionado también haciendo venir
a su padre a casa para “hacer de matón”. Sin embargo, la terapeuta
capta que debajo de la rabia hacia sus abuelos hay un fuerte apego
y que son las iguras esenciales de afecto en la vida de Roberto. Roberto puede haber tenido en esta sesión la experiencia de sentirse
emocionalmente entendido por la terapeuta, hay indicadores claros
de buena conexión emocional en la sesión.
Por otra parte, la terapeuta empieza a explorar qué utilidad tendría
la terapia para Roberto, y su respuesta es clara: “bueno, necesito
que no me estén tan encima, me tratan como a un niño pequeño y
enfermo, se desviven por mí y no lo aguanto”, y además “quiero que
se comprometan a no meter a mi padre en medio de mi vida después
de tantos años sin hacerme caso”.
6.1.3. Tercer paso:
Crear alianza con los padres (abuelos en este caso)
(2 sesiones)
En este paso se realizaron dos sesiones con los padres, pero esto
es variable, y mientras que en otros casos una sesión es suiciente,
hay situaciones que pueden requerir alguna más. Los abuelos se
muestran muy cansados y desamparados, creen que “alguien debe
hacer algo por Roberto, nosotros ya no podemos”. De forma que
la terapeuta sigue las indicaciones iniciales marcadas en la sección
4.3: evita mencionar que ellos “pueden hacer mucho más”, y se centra en entender cómo se sienten y escuchar su historia familiar con
Roberto y todo lo que han hecho por él. Las emociones luyen rápidamente en forma de lágrimas cuando describen todos sus desvelos
desde que lo acogieron de pequeño y el sentimiento de temor que
tuvieron por su enfermedad, y de vergüenza ante el hecho de que los
padres de Roberto no pudiesen ocuparse de él.
142
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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paso a paso
La terapeuta les hace ver que entiende su cansancio y su sensación
de impotencia, y que cuentan con ella y con el equipo que trabaja
con ella para mejorar las cosas. Ellos muestran alivio y agradecimiento al haber comprobado que Roberto no se ha negado a venir
a las primeras sesiones, pero también muestran su temor a que él
abandone si se siente presionado. La terapeuta acepta la responsabilidad y les pide a cambio que colaboren viniendo a la terapia puesto que “su ayuda es muy importante”.
En general, en este paso de crear alianza con los padres, es interesante que el terapeuta explore cuál fue la experiencia de los padres
“como hijos”, es decir, su propia experiencia en la infancia y adolescencia. En este caso, al tratarse de los abuelos, la terapeuta explora
cómo fue su experiencia de padres con la madre de Roberto y con
otra hija que tienen.
El momento más emotivo se produce en la segunda de estas sesiones iniciales, cuando reconocen que “fue un triste error” intentar que
el padre “se ocupara de meterle en cintura”. Ambos lloran y expresan a la terapeuta que ellos mismos ven que fue una “traición” para
Roberto. Al tiempo explican que su intención fue buena y que ellos
están preocupados por los problemas de comportamiento de Roberto y por el hecho de que se pueda “meter en las drogas”. También
airman que nunca pensaron que Roberto pudiese llegar a agredir a
su padre.
La terapeuta conirma y refuerza todo lo que han hecho por Roberto y les transmite su impresión de que ellos son las personas más
importantes para Roberto, tanto en el plano afectivo como en su
desarrollo personal y social. Si bien ellos aceptan este mensaje de
la terapeuta, muestran también angustia acerca de “qué será de él
cuando nosotros no estemos”.
En estas sesiones la terapeuta consigue que los abuelos se sientan
entendidos y atendidos, y logra también su compromiso para colaborar viniendo a la terapia y haciendo “pequeñas cosas” que la
terapeuta pueda necesitar. Para la terapeuta queda claro que hay
una respuesta de sobre-implicación emocional de los abuelos hacía
Roberto: toda la historia del acogimiento de Roberto desde muy niño
y la preocupación por su enfermedad y por su “abandono” descrita
por los abuelos está narrada en un tono de sobre-implicación y so-
143
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bre-protección; las diicultades de la adolescencia y la interferencia
del padre de Roberto agudizaron el temor y la angustia de los abuelos. Otros detalles cotidianos referidos por los abuelos conirman
esta actitud de ellos hacia Roberto: sobre-vigilancia de su habitación
y sus cosas, comprar y tener siempre cigarrillos disponibles para él
a pesar de que no quieren que fume, comprar comida por teléfono
cuando a él no le gusta algo que han cocinado, etc.
6.1.4. Cuarto paso:
Análisis y preparación del re-encuadre
En este paso, que se da en el momento en que hay un conocimiento
suiciente del funcionamiento del sistema familiar y se han conseguido unas condiciones mínimas de alianza terapéutica, se trata de
hacer una valoración del balance entre la EMP (Estructura de mantenimiento del problema) y la ERC (Estructura de recursos para el
cambio), siguiendo el esquema de la Figura 4. Sobre ese análisis
se prepara también el re-encuadre sistémico que se trabajará en la
próxima sesión en la que se verán conjuntamente al adolescente y a
los abuelos.
El análisis puede ser muy rico y más completo cuando la terapeuta
tiene el privilegio de trabajar en equipo y compartir la información
de las sesiones previas con sus compañeros de equipo (bien porque
hayan seguido las sesiones en vivo o porque la terapeuta pueda
desgranarles esa información). No obstante, cuando esto no es posible, es importante que el terapeuta haga este análisis y dedique
un poco de tiempo a la planiicación de los siguientes pasos de la
intervención.
En el caso de Roberto, el análisis se hizo en equipo, requirió dos horas de discusión de equipo, y se llegó a las siguientes conclusiones
relejadas en la igura 5.
144
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Figura 5
Esquema de análisis del balance en la familia
(1)EMP (Estructura que Mantiene el Problema):
a.
Historia de abandono de Roberto por parte de los padres
b.
La rabia y el sentimiento de abandono y traición que tiene Roberto
respecto a sus padres es un factor importante en su conducta
agresiva.
c.
La sobreprotección y sobre-implicación emocional de los abuelos
ante ese mismo sentimiento de abandono y vulnerabilidad de Roberto
desde niño está actualmente manteniendo la conducta irascible (y
con riesgo de agresividad) de Roberto.
d.
La conducta de “llamar” al padre fue un acto de inseguridad y sobreimplicación de los abuelos que incrementó la rabia y el temor al
abandono por parte de Roberto, lo cual generó la agresividad.
e.
Un aspecto psicológico y relacional que mantiene el conlicto es la
inluencia que tuvo la historia de abandono-enfermedad de Roberto.
Patrones circulares (interpersonales o intrapersonales) mantenedores
145
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(2) ERC (Estructura de Recursos para el Cambio)
a.
Existe una historia de apego considerablemente seguro entre Roberto
y sus abuelos
b.
En la familia en su conjunto hay recursos afectivos y relacionales
que pueden movilizarse en la terapia para generar cambios en las
interacciones que mantienen el conlicto. La alianza con Roberto y
con los abuelos es suicientemente buena.
c.
Hay un compromiso de evitar episodios de agresividad o faltas graves
de respeto que se ha cumplido y que hay que reforzar para dar
continuidad a la terapia, no hacen falta medidas coercitivas externas.
d.
Compromiso por parte de los abuelos de modiicar su actitud
protectora y vigilante con Roberto
146
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(3) Equilibrio del Sistema
-
Recursos (ERC): Se dispone de recursos afectivos y del compromiso
de los participantes – escala = 5
-
Riesgo (EMP): nivel de riesgo moderado a alto por el nivel de tensión
y agresividad entre Roberto y sus abuelos – escala = 6
Recursos/Riesgo = 5/6 = 0,8
Nivel moderado, siendo importante la terapia con Roberto y sus abuelos
¿Indicadores de Crisis?
La agresividad de Roberto que dio lugar a la denuncia por parte de su
abuelo supuso cierto grado de crisis, pero sin necesitar intervención
urgente actualmente.
¿Indicadores de Cronicidad?
La dinámica sobre-protectora de los abuelos hacia Roberto y de falta
de responsabilidad por parte de Roberto está considerablemente
croniicada, pero la agresividad y tensión son algo más temporales,
habiéndose intensiicado en los últimos meses
(4) Preparación del Re-Encuadre
a.
Reforzar la conianza y los lazos entre Roberto y los abuelos pasa por
trabajar con ellos esos sentimientos de inseguridad que comparten.
Pero esa re-conexión emocional solo se puede hacer si los abuelos
generan conianza en Roberto dándole un poco más de autonomía y
menos vigilancia.
b.
Roberto por su parte tiene que generar conianza en sus abuelos
respondiendo adecuadamente a la autonomía que se negocie en la
terapia.
147
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6.1.5. Quinto paso:
El re-encuadre sistémico: trabajo conjunto con la familia
(1 sesión)
En esta sesión conjunta la terapeuta explora con los abuelos y con
Roberto una idea compartida de lo que puede ser la terapia (alianza
intra-familiar), mostrando todo lo que tienen en común y todo lo que
signiican los unos para los otros, su afecto mutuo y sus experiencias
compartidas. La terapeuta utiliza la buena conexión con cada parte
para “re-conectarlos emocionalmente”. Para iniciar el re-encuadre
la terapeuta usa esta formulación: “Muchas familias tienen disputas
cuando los hijos tienen la edad de Roberto, siempre surge la necesidad de independencia de los hijos junto al temor y responsabilidad
de los padres. Pero vosotros, una familia en la que hay aprecio y
necesidad mutua de afecto, ha llegado a una crisis tan desagradable como la que habéis pasado… ¿qué ha habido en vosotros o en
vuestra historia que os haya impedido resolver esto como la mayoría? ¿Qué está impidiendo que podáis ser mas felices o sufrir todos
menos?”.
Los abuelos responden contando la preocupación y el temor que
han tenido siempre por Roberto desde niño debido a su diabetes y a
la separación y negligencia de sus padres. Roberto atiende sorprendido pero respetuoso y cuando ellos terminan aporta su punto de
vista:”estoy de acuerdo, pero ahora no soy un niño y hago todo mejor
si no me agobiáis tanto… vale, yo puedo portarme mejor, es verdad,
pero necesito que no estés encima todo el tiempo”. Posteriormente,
la terapeuta suscita el tema del padre de Roberto y “la pelea”; ante
la sorpresa de Roberto los abuelos son capaces de reconocer que
fue un error y que no volverá a pasar, quieren que Roberto cuando
tenga cualquier problema o necesidad se dirija a ellos sin miedo de
que “metan a su padre en medio”.
Bajo este nuevo re-encuadre las emociones comienzan a ser más
positivas y permiten hacer un trabajo orientado a negociar la autonomía y las obligaciones de Roberto. En ese compromiso de la familia
se incluye que Roberto va a tratar con la terapeuta el asunto de los
porros y los abuelos dan un voto de conianza a la terapeuta comprometiéndose.
148
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6.1.6. Sexto paso:
Construcción de objetivos e indicadores de cambio
(1 sesión conjunta y 1 sesión con Roberto)
En estas sesiones de trabajo (una o dos son suicientes) posteriores
al re-encuadre, se planiican objetivos de trabajo que fueron apuntados ya en la sesión de re-encuadre. Fundamentalmente se comienza
a trabajar que la conianza entre los tres que se ha generado en las
sesiones (alianza terapéutica) se generalice a la convivencia en casa.
Los objetivos en la sesión con los abuelos y Roberto tienen que ver
con reducir su sobre-implicación a través de conductas positivas:
recuperar su vida social y familiar, preparar su jubilación que llegará
en dos años, y dejar responsabilidades a Roberto. En un nivel microanalítico todo esto se traduce en cosas como visitar a su otra hija, no
comprar los cigarrillos a Roberto y darle el dinero semanalmente y
no diariamente, o hablar sin tapujos de sus planes de jubilación con
Roberto o delante de él.
En cuanto a la sesión con Roberto solo, se centra en conseguir un
compromiso para que venga a terapia en algunas sesiones individuales para tratar de ayudarle a conseguir más autonomía respecto
de sus abuelos y reducir el consumo de porros a alguna ocasión especial (él no acepta un objetivo de dejar totalmente de fumar). Otro
objetivo esencial es dejarse ayudar por la terapeuta para no volver
a tener ningún episodio agresivo en casa. Sin embargo, lo más sorprendente es que es Roberto el que pregunta por su padre de esta
manera:
R- ¿Él va a venir por aquí o tener que ver con esto?
T- No, y sobre todo sin que tú lo sepas y lo apruebes.
R- ¿Tú quieres hablar con él?
T- ¿Te parece interesante que lo haga?, la verdad es que sí tengo curiosidad de
conocerle pero no es necesario
R- Él se parece mucho a mi, bueno yo a él (sonriendo), físicamente me reiero…
si quieres hablar con él no tengo problema, pero no quiero que mis abuelos
vuelvan a hablar con él.
T- Bueno, puede que más adelante sea interesante, ya lo hablaremos”
149
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paso a paso
6.1.7. Séptimo paso:
Trabajo de avance –consecución de objetivos– con el
adolescente (4 sesiones)
El trabajo posterior individual con el adolescente ocupó 4 sesiones.
En nuestro modelo de trabajo se tiende a hacer sesiones conjuntas
con más frecuencia, pero en determinados casos como el de Roberto los adolescentes necesitan y reclaman las sesiones individuales
como parte de su emancipación y autonomía. En 3 de esas sesiones se trabajaron fundamentalmente los avances de los objetivos
particulares de Roberto en relación con el consumo de porros y su
responsabilidad en la autonomía que estaba ganando desde que los
abuelos y él comenzaron la terapia. Técnicamente el trabajo puede
describirse como centrado en soluciones. Este modelo de trabajo
puede integrar también técnicas de tipo cognitivo y técnicas activas,
tanto cuando se trabaja con alguna parte del sistema familiar como
en las sesiones conjuntas.
Sin embargo, el tema del vínculo con su padre nunca estuvo ausente
de las conversaciones en la terapia, y la terapeuta planteó a Roberto,
después de la tercera sesión de esta fase, que tenía interés en conocer a su padre y pidió la “autorización” de Roberto para hacerlo.
Este accedió y la terapeuta tuvo una llamada de teléfono y una posterior reunión con el padre de Roberto. Esta reunión fue muy útil para
que la terapeuta entendiese mejor los sentimientos contradictorios
de Roberto: su padre era una persona atractiva e interesante en su
conversación y comunicación (muy parecido a Roberto en su rasgos faciales), pero dejó muy claro que no podía hacer gran cosa por
Roberto y que había intentado ser “mejor padre” con dos hijas de
una pareja posterior a las cuales estaba intentando “cuidar mejor”.
La última sesión con Roberto de esta fase se dedicó a comentar la
reunión de la terapeuta con el padre de Roberto, intentando ayudarle
a él a entender mejor sus sentimientos de rechazo y rabia hacia su
padre. Posteriormente a esta sesión, Roberto contó que había sido
por iniciativa propia a ver a su padre y a reconciliarse. A pesar de
que le había ayudado a sentirse aliviado de la rabia que sentía hacia
él, Roberto se daba cuenta que su problema principal no era con su
padre sino consigo mismo y su deseo de independencia. Por tanto,
el trabajo en la relación entre Roberto y su padre y la resultante reconciliación permitió enfocar la terapia en los objetivos personales
de emancipación de Roberto.
150
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6.1.8. Octavo paso:
Trabajo de avance –consecución de objetivos– con los
padres (3 sesiones)
El trabajo con los abuelos en esta fase consistió de 3 sesiones de las
cuales una fue solamente con el abuelo porque la abuela no pudo
acudir. Básicamente el trabajo se centró en generar conianza en los
avances que Roberto estaba haciendo y que eran percibidos y reconocidos por los abuelos: no agresividad, más tranquilidad y mejor
convivencia, no fumaba delante de ellos y apenas en la casa, había un cumplimiento de horarios aceptable, y además Roberto había
vuelto a practicar con la guitarra. Lo esencial del trabajo de la terapeuta con los abuelos es hacerles asociar estas mejorías en Roberto
con los cambios que ellos estaban haciendo: reducir sus conductas
de sobre-protección y sobre-vigilancia centrándose un poco más en
ellos mismos y en su entorno social. En esta fase del trabajo pueden
integrarse también muchos tipos de técnicas, especialmente técnicas orientadas a las soluciones y técnicas activas, pero el bagaje de
formación y experiencia del terapeuta es el que va a marcar más el
tipo de técnicas utilizadas.
6.1.9. Noveno paso:
Trabajo familiar conjunto y inal (2 sesiones)
Las sesiones conjuntas inales sirven para comprobar la capacidad
de la familia de generar interacciones positivas, tanto en el plano
emocional como en el plano más de contenido. La terapeuta hace
un trabajo de estimulación de la interacción de la familia suscitando
aquellas cosas en las que se han conseguido cambios y dejando a
la familia revisarlas y re-negociarlas sin interferir demasiado. En general, en estas sesiones conjuntas se trata de reforzar el cambio de
pautas en la familia pero sin un gran protagonismo de la terapeuta,
preparando así la terminación de la terapia.
En la última sesión, ya anunciada como sesión inal en el momento
que se acuerda la cita con la familia, se trata de revisar todo lo que se
ha conseguido. Estas son algunas preguntas usadas en la última se-
151
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paso a paso
sión con Roberto y sus abuelos: “¿En qué sesión comenzasteis a ver
que las cosas parecían ir mejor? ¿Qué va a suponer para ti Roberto
el superar esta crisis? ¿Y para ustedes, ahora que están ya cerca
de la jubilación? ¿Qué esperáis que pase ahora, esta semana y las
próximas semanas? Si vuelve a haber riesgo de conlicto ¿en qué te
darías cuenta tú Roberto? ¿Y ustedes? ¿Cuál sería el primer signo?
¿Cómo usarías tu conocimiento/experiencia en manejar este problema si intenta resurgir? Si otras familias que enfrentan un problema
similar al vuestro os preguntasen cuál es la clave de vuestro éxito,
¿qué les diríais? ¿Qué me aconsejáis, a mi y a otros profesionales,
para poder ayudar eicazmente a otras familias que pasen por lo que
vosotros habéis pasado?”
152
Adolescentes y familias en conlicto:
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El proceso de intervención
paso a paso
6.2
El ejemplo
de Julián
A continuación vamos a describir un segundo ejemplo de cómo se
desarrolla el proceso de intervención en el modelo basado en la
alianza terapéutica. Como en el ejemplo descrito anteriormente, no
pretendemos hacer un estudio de caso en profundidad sino simplemente una ilustración práctica de cómo se desarrollan paso a paso
los cinco estratos o tareas descritas en la sección anterior.
153
Adolescentes y familias en conlicto:
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El proceso de intervención
paso a paso
6.2.1. Primer paso:
Observar y responder a las actitudes iniciales ante la terapia
(Sesión 1)
Hay dos focos principales en el trabajo durante la sesión inicial: (1)
crear un contexto de Seguridad y buena Conexión Emocional (creación de alianza) y (2) evaluar la posición inicial de ambos ante la
terapia.
Julián y sus padres acuden a la entrevista inicial con una tensión evidente debido a la situación legal del chico. Desde un comienzo, se
hace evidente que los padres de Julián están enfadados por la conducta de Julián y muy preocupados por lo que pueda pasar con él a
nivel judicial. Julián, por otro lado, se muestra sumiso, aunque con
algunas muestras de estar avergonzado de sus acciones. Por tanto,
Julián no parece presentar una actitud inicial de visitante, puesto
que reconoce el mal de sus acciones y la necesidad de cambiar su
situación, pero tampoco se muestra en actitud demandante y de
participación activa debido a la presión y la vergüenza que siente.
La tarea principal del terapeuta en este momento es crear un contexto de seguridad que les permita relajarse y hablar abiertamente
de la situación sin sentirse a la defensiva. Por un lado, el terapeuta
reduce el grado de tensión de los padres airmando que entiende sus
preocupaciones y asegurándoles que la terapia es una oportunidad
para mejorar la situación. El terapeuta coniere optimismo enfatizando que el equipo tiene mucha experiencia y preparación con este
tipo de situaciones y que hará cuanto esté en su mano para ayudarles. También es importante recalcar que la actitud de Julián es muy
positiva porque reconoce su responsabilidad y que estas actitudes,
tanto las de los padre como la de Julián, son muy importantes para
que la familia se sienta unida en su esfuerzo por mejorar la situación.
Con esto, el terapeuta comienza a trabajar también el sentido de
compartir el propósito de la familia. Al reducir la preocupación de los
padres e inspirar optimismo y unión entre ellos, Julián se siente más
relajado y comienza a participar algo más activamente.
En esta fase inicial, el terapeuta se muestra abierto sobre la forma de
trabajar de su centro, e invita a que pregunten cualquier duda que
ellos puedan tener. Es importante aclarar que, a pesar de que vienen
154
Adolescentes y familias en conlicto:
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paso a paso
derivados de iscalía, el trabajo que se hará con ellos en la unidad se
mantendrá entre el equipo y la familia y que cualquier comunicación
con personas externas a la unidad se consultará y discutirá con la
familia previamente.
En cuanto a lo que el terapeuta NO hace, es importante que no permita que el nivel de tensión y enfado de los padres continúe, y menos
aún que aumente, ya que la presión que ejerce sobre Julián hace que
éste se muestre aún más pasivo y avergonzado. Para ello, potenciar
los recursos que presenta la familia reforzando que son una familia
muy fuerte, que ha pasado por mucho juntos, y que van poder con
esto también. Es importante también que el terapeuta alivie tensiones
y trabaje la conexión emocional interesándose por el contexto familiar, escolar y social de Julián y de su familia. El terapeuta muestra interés genuino por aspectos que no están directamente relacionados
con el problema, que aportan información clave para comprender
la situación en la que se encuentran. Por ejemplo, el hecho de que
María sea tan ansiosa hace que discuta más con Julián y éste se
sienta estresado y huya en búsqueda de escape fuera del hogar, con
amigos, fumando cannabis y delinquiendo. También surge el hecho
de que tanto María como Juan hayan perdido hermanos por motivos
de delincuencia y drogas, lo cual explica el grado de preocupación
que sienten por Julián. La terapeuta pregunta también por la vida de
Julián (por ejemplo, el hecho de que soliera jugar al fútbol y disfrutar
pero que lo haya dejado recientemente) y por la vida en familia (por
ejemplo, que a pesar de los recientes problemas, disfrutan haciendo
cosas juntos (como ver películas).
A medida que se exploran los diferentes aspectos de la familia, se
trabaja la seguridad y la conexión emocional, el terapeuta puede ir
valorando los recursos y el nivel de riesgo de la familia. Es importante tener en cuenta el riesgo que Julián corre de fumar y delinquir
de nuevo al estar expulsado del instituto, con tanto tiempo libre, y
con la incertidumbre de lo que vaya a pasar con él legalmente. Para
comenzar a fomentar la conexión con Julián y su seguridad, el terapeuta dedica unos minutos a solas con él en los que lo importante
es hablar distendidamente con él y enfatizar la idea de que la terapia
es para él, no en contra de él. El terapeuta valida lo difícil que debe
ser la presión que siente por la preocupación de sus padres y por
la incertidumbre sobre su futuro, y trata de hablar de cosas más
triviales utilizando el humor para que Julián se sienta cómodo. Para
155
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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paso a paso
fomentar el compromiso y nivel de implicación de Julián, el terapeuta
enfatiza la idea de que es importante que él vea la terapia como algo
bueno para él mismo y pregunta acerca de sus objetivos (¿en qué te
gustaría que nosotros te ayudáramos? o ¿qué te gustaría a ti sacar
de esto?).
6.2.2. Segundo Paso:
Crear alianza con el adolescente (1 sesión)
En este caso, el terapeuta trabaja la alianza con Julián tanto en presencia de los padres como por separado, dedicándole un tiempo a
solas durante la segunda sesión. Junto con los padres, por ejemplo,
el terapeuta pregunta qué cualidades positivas creen que tiene Julián, de lo que surge que es muy buena persona y un buen amigo de
sus amigos, que solía jugar al fútbol y era muy bueno, que su hermana lo adora aunque desde que se porta mal no lo puede ni ver. Con
estos comentarios, se hace evidente que Julián es un buen chico,
al que quieren mucho, pero que últimamente se ha desmadrado.
Además, también se releja aquí que la visión que todos tienen del
problema no es que el comportamiento de Julián sea algo innato
o temperamental sino temporal, situacional, y reciente. Así, Julián
siente el apoyo y aprecio de su familia, la desaprobación de su comportamiento, no de él como persona. Esta idea es importante para
reforzar la conexión emocional con Julián y la seguridad en terapia.
Es también importante explorar con la familia la relación entre la situación familiar y de la pareja con la aparición del mal comportamiento de Julián. De esta manera, el terapeuta introduce la idea de
que es el funcionamiento del sistema, y no de Julián aisladamente,
el que contribuye al problema. Los dos padres reconocen los problemas por los que han estado pasando como pareja, relacionados con
la falta de conianza de María hacia Juán, con el estrés y la adicción
de María y con los conlictos que tuvieron cuando Abel se marchó
de casa. Esto refuerza el sentido de compartir el propósito entre los
presentes.
Con el chico a solas, el terapeuta trata de explorar la visión que Julián tiene de por qué se ha llegado a la situación en la que están y
los recursos que poseen para salir de ella o impedir que continúen
los problemas. Julián comenta que la situación en casa era insopor-
156
Adolescentes y familias en conlicto:
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paso a paso
table, entre las continuas peleas y que su madre le agobia mucho
porque está todo el día estresada controlando lo que hace. Tanta
tensión, cuenta Julián, hacía que él se fuera cada vez más de casa y
pasara más tiempo en la calle, buscando vías de escape y evasión.
Sin aprobar la conducta de Julián, el terapeuta valida la presión a la
que se ha visto sometido y se interesa por cómo se siente Julián,
tanto en casa como fuera, con sus amistades. Al no sentirse juzgado
y gracias a la empatía del terapeuta, Julián se muestra más vulnerable, mostrando arrepentimiento por sus malas conductas y su preocupación por las consecuencias de sus acciones. Al explorar las
posibilidades para mejorar la situación, el terapeuta trata de formular
con Julián objetivos personales en la terapia. Julián airma que si sus
padres se encuentran mejor como pareja y su madre cuida su ansiedad, eso ayudaría mucho a que él mejorara su comportamiento. El
terapeuta refuerza el potencial de la terapia para poder ayudar a que
esos problemas mejoren.
6.2.3. Tercer paso:
Crear alianza con los padres (1 sesión)
Durante la segunda sesión, el terapeuta también dedicó un tiempo
a solas con los padres para trabajar la alianza con ellos. María se
muestra muy angustiada por las posibles consecuencias de las conductas de Julián y se pregunta ¿qué hemos hecho mal? Juan, por su
parte, hace vanos esfuerzos por calmarla y minimiza sus preocupaciones. El terapeuta evita rebatir los sentimientos que aparecen y adjudicar responsabilidades; se centra en entender cómo se sienten y
escuchar su historia familiar. Se hace evidente el sentimiento de derrota que sienten los dos por sentir que puedan haber fallado como
padres, primero con Abel, y ahora con Julián. Es importante validar
estos sentimientos dadas las diicultades por las que se han visto
pasar con los dos hijos adolescentes a la vez que se enmarcan desde una perspectiva más optimista. El terapeuta comenta que ésos
son sentimientos comunes en muchos padres en situación similar
y que relejan una preocupación sana que, de ser bien encauzados
y con la ayuda del equipo, podrán servir de motor para mejorar los
problemas. Es importante recalcar lo positivo de su actitud no culpabilizadora y de que asuman parte de la responsabilidad, valorar
157
Adolescentes y familias en conlicto:
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la evidente unión y amor que se aprecia entre ellos y reforzar la idea
de que el terapeuta y el equipo pondrán todo su esfuerzo para encauzar esa energía en mejorar la situación. Ellos muestran sorpresa
y alivio al percibir su preocupación y sentimiento de culpa desde una
visión positiva pero también muestran su temor a que nada de lo que
puedan hacer ya vaya a cambiar las consecuencias legales que se
avecinan.
En este paso de crear alianza con los padres, es interesante explorar
la experiencia de los padres “como hijos”. Tanto María como Juan
provienen de familias numerosas en que las drogas ejercieron gran
daño en varios de sus hermanos. Ambos comentan su empeño en
haber tratado siempre de actuar de manera diferente a sus padres
para evitar que sus propios hijos fueran por el mismo camino de
autodestrucción. Explorando esto, se hace evidente que, en el fondo, ambos creen que el ultimátum que pusieron a Abel sirvió para
que éste “espabilara”, buscara trabajo y se responsabilizase de su
independencia. Comentan que nunca fueron tan duros con Julián.
El terapeuta aprovecha para reforzar lo positivo de sus acciones
como padres con Abel y la posibilidad de actuar con Julián para que
también él se responsabilice de su comportamiento. Si bien ellos
se muestran algo más optimistas, sienten aún miedo de que en el
aspecto legal no importe qué hagan ahora diferente porque a pesar
de todo le pueden acabar metiendo en un centro. Por un lado, el terapeuta recalca lo positivo que, para un juez, pueda parecer el que
la familia esté en terapia y tenga informe positivo. Por otro lado, el
terapeuta enfatiza la importancia de que, incluso en el peor de los
casos y con más razón, la familia trabaje en terapia para fortalecerse
y mejorar los aspectos que les llevaron donde están.
El terapeuta conirma y refuerza todo lo que han hecho por sus tres
hijos. La gran labor que han hecho con Andrea, el coraje que requiere actuar como lo hicieron con Abel, y el valor que tiene el que
hayan acudido a terapia para ayudar a Julián. María y Juan se muestran comprendidos y valorados y con un mayor grado de esperanza. Comentan los dos que si hay algo que puedan hacer ante esta
situación, pondrán todo su empeño. De esta manera, el terapeuta ha
conseguido rebajar el nivel de tensión y potenciar el compromiso y
esperanza de los padres para cambiar la situación.
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Adolescentes y familias en conlicto:
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Para el terapeuta comienza a estar claro que hay un mayor sentimiento de protección hacia Julián que puede haber contribuido a
una falta de normas y límites apropiados.
Junto a la sobre-protección, parece que los miedos relacionados
con experiencias traumáticas pasadas con sus hermanos hacen
que, sobre todo María, se muestre excesivamente vigilante y ansiosa con respecto a Julián. Estos factores, sumados a una situación
de problemas de pareja, contribuyen a un alto grado de estrés en
la casa, con continuas peleas entre María y Juan y entre ellos dos y
Julián. Ante las tensiones en el hogar, y facilitado por la falta de normas, Julián encontró una vía de escape en compañía de chicos que
delinquen.
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Adolescentes y familias en conlicto:
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6.2.4. Cuarto paso:
Análisis y preparación del re-encuadre
Una vez se conoce suiciente información acerca del funcionamiento
del sistema familiar y se han desarrollado unas condiciones mínimas
de alianza, el siguiente paso consiste en la valoración del balance
entre la EMP (Estructura de mantenimiento del problema) y la ERC
(Estructura de recursos para el cambio). Este análisis sirve como herramienta para preparar el re-encuadre sistémico que se trabajará en
la próxima sesión en la que se verán conjuntamente al adolescente
y a los padres.
En el caso de Julián, el análisis se hizo en equipo, requiriendo alrededor de dos horas de discusión de equipo, y llegando a las siguientes
conclusiones presentadas en la igura 6:
160
Adolescentes y familias en conlicto:
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El proceso de intervención
paso a paso
Figura 6
Esquema de análisis del balance en la familia
(1) ERC (Estructura de Recursos para el Cambio):
a.
En la familia en su conjunto hay recursos afectivos y relacionales
que pueden movilizarse en la terapia para generar cambios en las
interacciones que mantienen el conlicto. La alianza con Julián y sus
padres es suicientemente buena.
b.
Hay un compromiso por parte de Julián de evitar el mal comportamiento, sobre todo los actos delictivos. También hay compromiso por
todas las partes de atender y participar en la terapia.
c.
Buena relación con Abel, el hermano mayor, que supone un modelo
positivo para Julián y, para los padres, una evidencia de éxito en su
labor como padres.
161
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paso a paso
(Continuación Figura 6)
(2) EMP (Estructura que Mantiene el Problema):
a.
Alto grado de estrés y tensión en casa, en relación a las frecuentes
discusiones entre sus padres, y los conlictos con Julián.
b.
Actitud sobre-protectora e hiper-vigilante de los padres con Julián
c.
Ansiedad y miedos relacionados con experiencias de carácter
traumático que han sufrido los padres con sus propios hermanos.
d.
Conductas de riesgo de Julián (fumar cannabis, delinquir, faltar a
clase, etc.) y situación de expulsión escolar.
e.
Incertidumbre acerca de las posibles consecuencias legales del
proceso judicial que está teniendo lugar a raíz de los delitos de Julián.
Existe el riesgo de internamiento.
162
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paso a paso
(continuación Figura 6)
(3) Equilibrio del Sistema
- Recursos (ERC):
Se dispone de recursos afectivos y del compromiso de los padres y
Julián, además del apoyo de Abel – escala = 6
- Riesgo (EMP):
Nivel de riesgo alto por el nivel de tensión y la incertidumbre acerca
de la situación legal de Julián – escala = 9
Recursos/Riesgo = 6/9 = 0,66
Nivel moderado a alto, siendo necesaria la terapia con Julián y sus abuelos
¿Indicadores de Crisis?
Si bien no hay necesidad de una intervención de urgencia, la situación
tiene cierto grado de crisis por la situación legal de Julián, no
sabiendo el dictamen del juez
¿Indicadores de Cronicidad?
La actitud sobre-protectora de los padres, sobre todo de María hacia
Julián está considerablemente croniicada al igual que su ansiedad.
(4) Preparación del Re-Encuadre
a.
Reducir el nivel de tensión en la familia y fortalecer los lazos requiere
de una mejoría en la relación de pareja de los padres, reducción de
ansiedad de María, y planiicación ante las posibles decisiones legales
que conciernen a Julián.
b.
Julián, por su parte, tiene que generar conianza en sus padres
comprometiéndose a mejorar su comportamiento dentro y fuera de
casa.
163
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El proceso de intervención
paso a paso
6.2.5. Quinto paso:
El re-encuadre sistémico - trabajo conjunto con la familia
(1 sesión)
En esta sesión conjunta el terapeuta explora con los padres y con
Julián una idea compartida de lo que puede ser la terapia (alianza
intra-familiar), mostrando todo lo que tienen en común y todo lo que
signiican los unos para los otros, su voluntad de mejorar la situación
y el papel que todos y cada uno de ellos puede jugar en el proceso
de cambio. El terapeuta utiliza la buena conexión con cada parte
para explorar y deinir con todos los aspectos disfuncionales que
han contribuido a la situación actual. Para iniciar el re-encuadre el
terapeuta usa esta formulación: “Es muy frecuente que familias con
hijos en la edad de Julián tengan disputas y diicultades. Los chicos
a esta edad demandan, y necesitan, una mayor independencia pero
también necesitan que los padres les pongan límites en cuanto a lo
que pueden o no hacer. Esto no es tarea fácil y es común que surjan
conlictos, como los que vivisteis con Abel. No obstante, ¿qué ha
habido en vosotros o en vuestra historia que os haya impedido resolver esto con Julián? ¿Qué ha habido de diferente que impidiera ser
capaces manejar esta situación con Julián?”.
Los padres reconocen haber fallado a la hora de imponer su autoridad con Julián y plantearle normas irmes. Comentan que con Julián,
a diferencia que con Abel, sienten un mayor sentido de protección,
como si tuvieran miedo o les diera pena ser demasiado duros con él.
María añade que la diferencia en la edad en que uno y otro comenzaron a rebelarse (Abel con 17, Julián con 14) lo hace difícil porque
el ver a Julián tan niño diiculta decidir cuán duros debían ser con él.
No obstante, ambos padres reconocen que de siempre vieron a Julián como más frágil, como un “buenazo”, y que eso hizo que lo protegieran más que a Abel. Juan admite que Julián es “el niño de sus
ojos,” de siempre han tenido una gran relación, aunque últimamente
se han distanciado. Julián se muestra sorprendido e interesado y señala que aun así, él es responsable de las malas acciones que le han
llevado donde están y que está comprometido a mejorar.
El terapeuta retoma con los tres el papel pueda jugar la situación e
historia familiar general. Los padres comentan el débil estado en el
164
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se encontraba su relación últimamente, que ha impedido que prestaran la atención y energías necesarias a Julián. Éste indica que para
él simplemente era insoportable estar en casa, entre las peleas y que
mi madre está siempre encima mirando lo que hago. María y Juan
ven claro que esto último se asocia a los miedos comentados en la
sesión anterior en relación a sus experiencias con sus hermanos que
acabaron muertos o en la cárcel.
Bajo este nuevo re-encuadre las emociones comienzan a ser más
positivas y permiten hacer un trabajo orientado a poner normas y
límites claros a Julián mientras que se mejora la situación familiar y
de pareja. Los padres se comprometen a trabajar sus problemas relacionales mientras que María se compromete a cuidar su ansiedad
y adicción al tabaco. Julián se compromete a mejorar sus compañías
y su comportamiento.
6.2.6. Sexto paso:
Construcción de objetivos e indicadores de cambio
(1 sesión conjunta)
En esta sesión de trabajo posterior al re-encuadre se planiican objetivos de trabajo que fueron apuntados ya en la sesión de re-encuadre. Fundamentalmente se comienza a trabajar que la conianza entre los tres que se ha generado en las sesiones (alianza terapéutica)
se generalice a la convivencia en casa. Los objetivos concretos para
los padres incluyen mejorar su habilidad para acordar entre ellos
normas claras y ser irmes con ellas. Con el in de fortalecer el sistema parental, también se plantea como objetivo discutir en terapia,
dedicándose tiempo a solas con ellos, sus diicultades de pareja y su
historia pasada que inluye en sus preocupaciones con Julián. Con
respecto a Julián, se plantea como objetivo trabajar en mantener
un buen comportamiento, incluyendo el respeto de normas dentro y
fuera de casa y un rendimiento académico adecuado.
Los padres señalan algunas mejorías. María coniesa esforzarse mucho en reducir su tabaco y su ansiedad, como pareja se sienten más
unidos y airman ver mejor a Julián. El terapeuta reconoce y valora
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Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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paso a paso
estos esfuerzos. No obstante, algunas diicultades y obstáculos se
hacen también evidentes. Por un lado, desde la sesión anterior en
la que se discutió ya la importancia de los límites, los padres coniesan haber tenido ya desacuerdos. María, habiendo visto algunas
mejorías en el comportamiento de Julián, le compró unas zapatillas
nuevas que él después dijo haber prestado a un amigo como ianza.
Juan no había estado de acuerdo. Por otro lado, Julián señala que su
situación (está expulsado y a la espera de que decidan y tramiten su
traslado) es una diicultad. Dice que esta situación hace que tenga
mucho tiempo libre y poco que hacer, lo cual le incita a querer salir
de casa.
El terapeuta decide dedicar un tiempo a solas con los padres para
discutir sobre sus diicultades para negociar juntos las normas y premios de Julián. De una manera algo psicoeducativa, el terapeuta
explica la importancia de que estén de acuerdo como padres, de no
premiar conductas que aún no llegan a un nivel de satisfacción adecuado, y de poner límites claros ante conductas desaiantes como el
hecho de que prestara sus zapatillas nuevas como ianza a un amigo. El terapeuta también se queda a solas con Julián para explorar
su nivel de compromiso y las diicultades que parece tener en llevar
a cabo los propósitos expresados en la última sesión. Él coniesa
que va a ser más difícil de lo que pensaba. Dice aburrirse mucho en
casa, lo que le hace querer salir a la calle, donde los únicos que están son los chicos “que no van a clase”.
T- ¿Tienes algún amigo o conoces de alguien que haya cambiado mucho su
comportamiento? ¿Alguien que fuera muy desastre y que se volviera muy
bueno de repente?
J- Sí, mi amigo Antón. Era un cafre y de repente empezó a portarse bien, se
echó novia y todo. Pero cuando todo iba bien, le han metido en un centro
por algo que hizo en el pasado.
T- ¿Cómo crees que consiguió cambiar tanto?
J- Creo que en parte por la novia...pero... ¿cómo son los centros esos? ¿Están
tan mal? Parece que no son tan malos como se dice.
T- Sí, sí son malos, son una faena, no es nada fácil estar ahí metido, lejos de la
familia y sin libertad.
En este fragmento, se hacen evidentes dudas en el compromiso y
conianza que Julián tiene en su capacidad de cambiar la situación.
Parece temer que, a pesar de cualquier esfuerzo en mejorar su com-
166
Adolescentes y familias en conlicto:
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portamiento, al inal puede terminar como su amigo en un centro e
incluso comienza a verlo como una posibiliad atractiva. El terapeuta decide invitar a Abel, el hermano mayor de Julián, a la siguiente
cita como recurso para inspirar mayor compromiso en Julián y para
usar su perspectiva ante las diicultades de los padres en negociar
límites.
6.2.7. Séptimo paso:
Intervención en crisis –Julián es internado en un centro–
(1 sesión)
A esta sesión se presentan los padres con Abel y Andrea. Se muestran todos derrotados, María llora desconsolada porque esa misma
mañana recogieron a Julián para internarlo en un centro. A María le
cuesta mucho hablar por su tristeza y expresa que no ha servido
de nada los esfuerzos que han hecho, lo hemos hecho todo mal,
actuamos demasiado tarde, ya no hay nada que hacer. Andrea mira
preocupada a su madre y Juan se sienta al lado de María, le agarra
la mano y trata de consolarla. La preocupación es palpable en todos,
aunque Abel trata de mostrar optimismo y dice que esto no debe
servir para rendirse, al revés, debe servir como oportunidad para seguir trabajando y preparar las cosas en casa para cuando vuelva. El
terapeuta se enfoca en validar y empatizar con la tristeza y preocupación a la vez que se esfuerza en inspirar esperanza y desbloquearles de su sentido de derrota, sobre todo a María.
“Entiendo vuestra preocupación, esto es una faena, justo cuando sentíais que todo empezaba a encauzarse. No
obstante, tanto yo como el equipo estamos muy satisfechos y orgullosos de los esfuerzos que habéis hecho
hasta ahora. No debéis pensar que ese trabajo es en balde, sino pensar que ahora, con más razón hay que seguir
trabajando para estar fuertes. Os necesitáis los unos a
los otros más que nunca, y Julián especialmente.”
167
Adolescentes y familias en conlicto:
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paso a paso
Durante esta sesión, la presencia de Abel fue determinante. Desde
su perspectiva, Abel ofreció información muy valiosa acerca de lo
que le ayudó a él la decisión de los padres cuando él empezaba a
desmadrarse y lo que cree que ahora se debe hacer con Julián. Comenta que el ultimátum que le pusieron fue muy positivo y que gracias a ello está donde está, orgulloso de su independencia y responsabilidad. Abel les dice “Sí, habréis cometido muchos errores con
Julián y entiendo que os sintáis mal, pero no podéis dejaros derrotar.
Debéis usar esos errores para aprender lo que tenéis que hacer diferente a partir de ahora”. El terapeuta explora con Abel qué cree que
llevó a la situación con Julián y qué aconsejaría hacer a los padres.
Abel comenta que seguramente, entre las discusiones en casa y los
problemas que tenían entre ellos sus padres, Julián se encontró sin
un lugar ni nadie con quien hablar y que por eso se apoyó en las malas compañías e hizo lo que hizo. Pero eso ya pasó, ahora que todos
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paso a paso
empezaban a estar más fuertes deberían seguir fortaleciéndose para
que Julián tenga donde apoyarse. Mi hermano está pidiendo a gritos
normas. Las palabras de Abel no solo ayudaron a animar a María y
Juan para continuar con el trabajo, sino que también les validó su
labor como padres con él mismo y les transirió esperanzas en poder
hacerlo bien con Julián a partir de ahora.
El terapeuta se comprometió a contactar con el centro para negociar la posibilidad de que permitieran a Julián acudir a terapia. La
siguiente sesión se programa con Julián y los padres.
6.2.8. Octavo paso:
Trabajo de reformulación y consecución de objetivos
(3 sesiones)
Con el consentimiento del centro reformatorio, la terapia pudo continuar con Julián, que acude directamente del centro, y con los padres. Las condiciones de trabajo son muy diferentes, ya que ahora la
terapia supone una oportunidad de reunión de la familia en la situación de separación en la que se encuentran. Se hace evidente desde
el primer encuentro en terapia el nivel de emocionalidad, con llanto
fácil y muchas muestras de cariño unos hacia los otros. Lo difícil
que supone estar internado, tanto para Julián como para los padres,
hace que el nivel de enganche y de sentido de compartir el propósito
aumenten considerablemente. Es importante validar las diicultades
de la situación en que se encuentran y permitir el espacio suiciente
para que la familia se salude y comparta los intensos sentimientos
que les apoderan en ese momento; se abrazan unos a otros, lloran,
se dicen que se echan de menos, los padres preguntan a Julián por
su vida en el centro, etc.
El principal objetivo del terapeuta en este punto es conducir las actitudes positivas de motivación y compromiso hacia la redeinición y
consecución de los objetivos. La familia puede sentir cierta impotencia ante la situación de separación forzosa y la incertidumbre acerca
del futuro de Julián. Por tanto el terapeuta se esfuerza en reforzar la
sensación de capacidad y esperanza en hacer algo para mejorar la
169
Adolescentes y familias en conlicto:
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paso a paso
situación. Por ejemplo, ante la preocupación de María de que esto
esté resultando muy duro para Julián, el terapeuta pregunta de manera circular ¿Qué podéis hacer vosotros desde fuera para apoyar a
Julián ante esta situación?¿Qué pensáis que le puede ayudar a Julián
ver en vosotros para sentirse más fuerte dentro del centro? Juan y
María plantean que, aparte de llamarle con frecuencia y mostrar preocupación, será importante que ellos estén fuertes en casa, como
pareja e individualmente; Julián corrobora lo dicho. Así, se vuelven a
plantear como objetivos que María se cuide su ansiedad y su adicción y que, junto con Juan, refuercen su relación. El terapeuta dedica tiempo a solas en alguna sesión para trabajar con ellos a solas
sus diicultades de conianza y comunicación. Del mismo modo, el
terapeuta plantea a Julián la pregunta ¿Qué crees que puedes hacer
tú, Julián, para transmitir fuerza y apoyar a tus padres? Él indica que
si hace todo lo que le dicen y se porta bien, cumpliendo normas y
aplicándose en los estudios, los padres sentirán que esto va a servir
para algo.
Durante el primer permiso de in de semana de Julián, se hace evidente la sobreprotección y carencia de límites por parte de los padres, quienes ya le estaban premiando y permitiendo para compensar lo duro del centro. Aquí surge como tarea crucial del terapeuta el
ayudar a los padres a comprender el riesgo que conlleva esa actitud
con Julián y a comprender la importancia de mantener unas normas
irmes. A solas con los padres, el terapeuta comenta Comprendo
que el estar separados y ver lo difícil que es para Julián estar en
el centro hace que queráis expresarle mucho cariño en sus visitas
y compensar ese sufrimiento, pero es importante que, sin dejar de
mostrarle el cariño que sentís por él, mantengáis reglas claras y premiéis solo aquellas conductas positivas. En ese sentido, el centro es
la consecuencia a sus comportamientos y es una obligación suya el
cumplir esa sentencia. Se hace evidente la importancia de ayudar
a los padres a reducir su sobreprotección y a reforzar unos límites
claros.
Con estos objetivos en mente, las siguientes sesiones se centran en
guiar a la familia en llevar a cabo estos objetivos, en generar conianza en los avances que se van consiguiendo, y en la capacidad
de asociar esos avances a los esfuerzos de cada uno. Es importante
que todos perciban el efecto que sus esfuerzos y cambios genera
en los demás, por ejemplo el efecto positivo que tiene el que los pa-
170
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El proceso de intervención
paso a paso
dres estén unidos y que reduzcan su conducta sobreprotectora en la
actitud de Julián hacia ellos. Las siguientes visitas de in de semana
de Julián se utilizan como oportunidad para testar los avances en
los objetivos planteados y explorar las diicultades para llevarlos a
cabo. El trabajo hecho durante estas sesiones ayuda a la familia a
prepararse para visitas más prolongadas y, inalmente, para la salida
deinitiva de Julián.
172
Adolescentes y familias en conlicto:
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El proceso de intervención
paso a paso
6.2.9. Noveno paso:
Trabajo familiar conjunto y inal - vuelta a casa
(5 sesiones)
Gracias a las mejoras en el comportamiento de Julián y en las evaluaciones positivas recibidas, iscalía toma la decisión de adelantar
la salida de Julián con la condición de continuar en terapia. Esta
decisión sirve para reforzar los esfuerzos hechos por parte de todos
y ayuda a fomentar la motivación para continuar con los cambios
alcanzados. Las sesiones conjuntas inales sirven para comprobar
la capacidad de la familia de mantener interacciones positivas junto
con una actitud irme en cuanto a las normas que conciernen a Julián. Es importante que en este punto el terapeuta estimule la interacción entre los miembros de la familia suscitando aquellas cosas
en las que se han conseguido cambios y permitiendo que exploren
y negocien sin interferir demasiado. Los avances conseguidos se
hacen evidentes en que el terapeuta gradualmente participa menos
en estas discusiones y la familia es capaz de negociar y tratar temas
de manera eiciente. Esta actitud del terapeuta ayuda a preparar a
la familia para terminar la terapia. Tras dos sesiones en esta línea, el
terapeuta ayuda a la familia a reconocer los avances y refuerza los
esfuerzos realizados. Se acuerda entonces la terminación de la terapia y se prepara la última sesión.
La última sesión se centra en revisar todo el trabajo realizado, tanto los avances como los obstáculos encontrados por el camino. El
terapeuta ayuda a la familia a relexionar sobre qué supuso el mayor
reto y con qué retos se pueden encontrar a partir de ahora. Preguntas como ¿Qué crees Julián que le ha sido más difícil cambiar a tu
madre? ¿En qué notas que lo ha cambiado? Y lo mismo a los padres
sobre Julián. Es importante explorar con toda la familia los aspectos en que aún se ven con diicultades y ayudarles a anticipar cómo
actuarían para prevenir recaídas ¿En qué cosas notaríais que estáis
laqueando en estas mejorías? ¿De qué os puede servir la experiencia y aprendizajes que tenéis ahora para actuar ante esa situación?
173
7. Procedimientos
para evaluar
la adherencia
del terapeuta
al manual
Protocolo de
adherencia
del terapeuta
al modelo
de terapia
para familias
con adolescentes
en conlicto basado en
la alianza terapéutica
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
7.1
Guía para
observadores
176
•
Antes de comenzar la observación de las sesiones, es necesario que te familiarices con los indicadores que componen
este protocolo de adherencia. Se recomienda, aunque no es
requisito, observar cada sesión entera antes de comenzar la
valoración de la adherencia del terapeuta al protocolo.
•
Los indicadores observables presentes en esta guía de adherencia están basados en el manual del modelo de intervención para familias con adolescentes en conlicto basada en la
alianza y organizados en base a los aspectos fundamentales
en los que se basa el manual.
•
A lo largo de la observación y valoración de cada vídeo, deberás tomar notas que sirvan de recordatorios y ejemplos especíicos de las observaciones que contribuyeron a la valoración de la adherencia.
•
La valoración de cada indicador se hace en base a una escala de 7 puntos mediante la que se valora el grado en que los
terapeutas se han adherido a los indicadores del protocolo
durante la sesión.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
•
Esta guía ofrece una descripción del nivel mínimo de adherencia considerada suiciente y ejemplos para cada indicador. Se recomienda consultar estas directrices a la hora de
hacer las valoraciones.
•
En aquellos casos en que el indicador no es aplicable, no se
deberá valorar y, en su lugar, deberá anotarse No aplicable o
N/A.
177
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
7.2
Habilidades
básicas
1. ¿Ha mantenido el terapeuta un enfoque sistémico?
El terapeuta se enfoca en la familia como sistema y en el contexto
más amplio en el que se sitúa. Las preguntas van dirigidas a las interacciones entre los miembros del sistema familiar y entre éstos y los
elementos de otros sistemas del contexto. Es importante no enfocarse en un solo miembro de la familia y, si se hace en alguna medida,
el terapeuta amplía el foco atendiendo a los puntos de vista de otros
miembros de la familia y a las relaciones entre éstos. Por tanto, el
terapeuta no habla de los problemas de la familia como localizados
en un solo miembro (“Juan está deprimido” “Julia tiene problemas de
conducta”) sino que trata de enmarcar las diicultades como fruto de
las relaciones e interacciones entre los miembros de la familia (“Juan
tiende a mostrarse más deprimido cuando Pedro está con él” o “Julia
se porta especialmente mal delante de vosotros”).
178
Adolescentes y familias en conlicto:
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
•
El nivel de adherencia a este indicador se valora como al menos suiciente si el terapeuta dirige sus preguntas a los distintos miembros presentes, se enfoca en las relaciones entre
ellos, enmarca las diicultades como fruto de las relaciones,
atiende al punto de vista de todos y considera la relación entre los miembros de la familia y el contexto más amplio.
•
El nivel de adherencia es insuiciente si el terapeuta se enfoca en un solo individuo sin atender a los otros miembros de
la familia, habla de los problemas como fruto de aspectos
individuales o considera solo las características de la familia
sin atender a factores del entorno y de otros sistemas (social,
legal, educativo, etc.).
2. ¿Ha mantenido el terapeuta un ritmo ajustado y claridad
en el lenguaje?
Para valorar este indicador se debe tener en cuenta que el tipo de
lenguaje y vocabulario que la gente utiliza y las interacciones entre ellos construyen la realidad de su vida diaria. Una valoración de
adherencia alta a este indicador debería relejar la habilidad del terapeuta de identiicar el lenguaje y expresiones que la familia utiliza
para explicar su situación y de incorporarlo al leguaje de la terapia
para desarrollar explicaciones alternativas.
Por lo general, el lenguaje utilizado por el terapeuta debe ser coloquial y carente de tecnicismos o expresiones complicadas. Si bien
en ocasiones el terapeuta puede utilizar palabras o expresiones técnicas, deberá ir acompañado de una explicación o “traducción” a
un lenguaje más informal que asegure que la familia comprende el
mensaje. Es también importante para valorar este indicador que el
terapeuta se exprese de manera clara y concisa a la vez que trate de
ajustarse al ritmo de la familia sin ir demasiado rápido ni demasiado
pausado.
179
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
Este indicador se valorará por lo bajo si el terapeuta pierde oportunidades para utilizar el vocabulario, expresiones o metáforas presentadas por la familia referentes a los problemas. Este indicador
también deberá ser valorado por lo bajo si el terapeuta muestra una
tendencia a hablar demasiado rápido o condensadamente o, por el
contrario, demasiado lento o escaso durante la sesión.
•
El nivel de adherencia del terapeuta a este indicador se valorará como suiciente o por encima si el terapeuta emplea el
lenguaje o vocabulario presentado por la familia para explorar
y desarrollar nuevas líneas de pensamiento. El terapeuta no
habla demasiado rápido para la familia ni demasiado lento.
•
El nivel de adherencia del terapeuta a este indicador se valorará como insuiciente si éste se limita a recurrir a su propio
lenguaje o ideas, habla mucho o muy rápido, o bien poco o
muy lento en relación con la manera de comunicarse de la
familia.
3. ¿Observa y tiene en cuenta el terapeuta las interaccines
entre los miembros de la familia durante la sesión?
Sobre todo al inicio de la terapia, pero siendo importante durante
toda la terapia, el terapeuta debe observar cómo interactúan los
miembros de la familia ya que estas interacciones ofrecen información de cómo se comportan fuera de la terapia. Las observaciones
permiten identiicar los patrones disfuncionales relacionados con los
problemas de la familia y cambiarlos. Por ejemplo, es interesante
observar quién entra primero, quién habla más, quién interrumpe y a
quién lo hace, quién se mantiene callado, etc. El terapeuta observa
estos patrones y los incorpora en sus intervenciones y a la hora de
elegir sus comentarios para trabajar en modiicarlos. Por ejemplo, el
terapeuta puede comentar “he observado que ahora, mientras uste-
180
Adolescentes y familias en conlicto:
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
des discutían, su hijo la ha interrumpido numerosas veces a usted (a
la madre), ¿es esto lo que ocurre en casa?”.
•
Para valorar el nivel de adherencia a este indicador como
“suiciente” o más que suiciente, el terapeuta comenta algo
relacionado a como interactúa la familia al menos una vez a
lo largo de la sesión.
•
Para valorar este indicador como menos que suiciente, el
terapeuta no ofrece ningún comentario ni indicio de estar observando como interactúa la familia.
4. ¿Estructura el terapeuta la información?
Las familias que acuden a terapia tienden a presentar la información
de manera desorganizada, conlictiva e incluso contradictoria. Por
ello, para valorar este indicador, deberá haber evidencia en la sesión de que el terapeuta se esfuerza por enfocar y estructurar lo que
cuenta la familia ofreciéndoles una guía que incite más información
con respecto a las relaciones entre los miembros de la familia que
contribuyen al problema. Es frecuente el uso de resúmenes sobre lo
que dice la familia, guiar a la familia al tema central cuando la conversación se desvía a temas secundarios o preguntar sobre la relación de algo nuevo comentado por la familia con el problema.
•
Para valorar el nivel de adherencia a este indicador al menos
como “suiciente”, el terapeuta debe presentar preguntas e
intervenciones que ayuden a organizar o enfocar las información presentada por la familia, o bien utilizando resúmenes,
o bien cambiando de tema para volver al foco central, o bien
tratando de relacionar lo nuevo que cuenta la familia con las
diicultades que pasan.
181
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
Para valorar como insuiciente, el terapeuta debe mostrarse
sin esfuerzos por guiar ni organizar la información presentada
por la familia. Esto se hace evidente cuando el terapeuta permite que la familia dirija los temas que se discuten y no trata
de resumir, estructurar o conectar lo que cuenta con el tema
central que les trae a terapia.
5. ¿Muestra el terapeuta empatía con los miembros de la
familia?
La empatía se hace evidente cuando el terapeuta muestra que escucha de manera activa, relejando sentimientos, respondiendo a ellos
tanto verbal como no verbalmente y mostrando interés genuino por
lo que cada miembro dice y expresa. Además, el terapeuta muestra
interés por la familia como tal, por sus circunstancias, por su historia,
etc. El terapeuta comenta, por ejemplo “entiendo el dolor que debéis
sentir por una pérdida tan grande. Me pregunto cómo le hacéis saber
cada uno a los demás de la familia que lo estáis pasando mal.” También puede expresarse empatía mediante un gesto que releje que el
terapeuta siente lo que siente la familia (p.ej. llorar con ellos).
182
•
Para valorar que el terapeuta es al menos suicientemente
empático, debe haber evidencia de su esfuerzo por mostrar
a la familia que entiende las diicultades por las que están
pasando. Al menos en una ocasión, el terapeuta releja verbal
o no verbalmente que siente lo que sienten ellos. Si lo hace
no verbalmente, esto deberá ir acompañado por algún componente verbal.
•
Para valorar que el terapeuta no es lo suiciente empático, el
terapeuta no hace ningún comentario que releje su intención
por mostrar a la familia que los comprende o bien lo hace de
manera no verbal pero no hace ningún comentario.
Adolescentes y familias en conlicto:
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
6. ¿Se muestra el terapeuta genuino y creíble?
Para que los miembros de la familia se sientan cómodos y confíen
en el terapeuta, éste debe inspirarse en los esquemas profesionales
mientras que mantiene una actitud espontánea y natural. Por tanto,
es importante que el terapeuta se muestre tranquilo, con conianza,
y que utilice un lenguaje y expresiones informales. Un requisito para
mostrar autenticidad y credibilidad es que el terapeuta no deje que
su frustración o inseguridades personales interieran o se transmitan
en su trabajo con la familia. Si en algún momento parece que sus
propios prejuicios o inseguridades se hacen evidentes en su tono o
comentarios, es importante que el terapeuta discuta en la medida de
lo posible éstos abiertamente con la familia de manera que ésta le
perciba como una persona congruente. Por ejemplo, cuando el terapeuta siente que su frustración se hace evidente en la sesión, éste
hace un esfuerzo por relejar sobre ella “por un momento he dejado
que la frustración me pudiera, pero no lo voy a permitir porque confío
en el potencial que tenéis para trabajar juntos y estar mejor”.
•
El terapeuta se adhiere al menos de manera suiciente a este
indicador si durante la mayor parte de la sesión se muestra
seguro, relajado y espontáneo y hace esfuerzos por mostrarse congruente.
•
La adherencia a este indicador no será suiciente si el terapeuta aparece de manera general o en numerosas ocasiones
incongruente, o bien porque sus frustraciones y prejuicios o
porque su inseguridad como terapeuta se hacen evidentes y
no son discutidos abiertamente en ningún momento.
183
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7. ¿Hace esfuerzos el terapeuta por normalizar las diicultades de la familia?
Ante la angustia con la que generalmente describe la familia sus diicultades, el terapeuta debe tratar de hacer ver que sus preocupaciones son comunes y comprensibles. Sin minimizar la diicultad e
importancia de la situación familiar, el terapeuta se esfuerza en hacer
sentir a la familia que no es sorprendente ni rara las circunstancias
en las que se presentan a terapia. Esto es especialmente importante
en familias con adolescentes. El terapeuta puede comentar a los padres, por ejemplo, “aquí nos encontramos con muchas familias con
diicultades similares cuando los hijos empiezan a demandar independencia y se rebelan” o al adolescente “a tu edad es normal que
quieras y necesites más libertad y control sobre tus decisiones. Casi
todas las familias pasan por un mal trago cuando esto pasa porque
es un gran cambio”.
184
•
Para valorar la adherencia a este indicador al menos como
suiciente, el terapeuta debe mostrar de manera evidente algún esfuerzo por hacer ver a la familia que sus problemas son
comunes y comprensibles.
•
La adherencia a este indicador será insuiciente si el terapeuta no atiende a la angustia de la familia ante sus problemas y
no hace ningún comentario para comunicar que sus diicultades no son sorprendentes.
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8. ¿Estimula el terapeuta que todos los miembros de la familia participen?
Durante la sesión, los miembros de la familia suelen mostrar diferentes grados de participación. Por ello, el terapeuta debe tratar de
mostrar interés por el punto de vista de todos y animar, sin presionar,
a que todos participen en la discusión. Es importante que el terapeuta se muestre neutral y apoye a todos sin tomar partido con ningún
miembro. Esto es importante sobre todo en familias con adolescentes en conlicto, puesto que éstos suelen acudir a la fuerza y suelen
mostrarse reservados y con actitudes negativas. En estos casos, el
terapeuta puede emplear distintas estrategias (p.ej., preguntar por
su punto de vista como hijo, mostrar humor, cambiar a temas no
relacionados con los problemas, etc.) para ayudar al adolescente a
sentirse más cómodo para expresarse.
•
Para que la adherencia a este indicador sea al menos suiciente, el terapeuta deberá haber atendido a todos los miembros de la familia y animado a todos a expresar su punto de
vista.
•
Para que la adherencia del terapeuta a este indicador se valore como insuiciente, debe ser evidente que el terapeuta ha
dejado pasar la oportunidad a lo largo de la sesión de atender
a algún miembro y animarle a que hable.
185
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9. ¿Maneja el terapeuta eicazmente las emociones y el
conlicto?
Para que la terapia avance, es requisito que el terapeuta facilite y
promueva la expresión de emociones difíciles, a la vez que contiene
o alterna cuando estas emociones sean demasiado intensas. Un manejo apropiado de las emociones, por tanto, implica que el terapeuta
atienda a las señales emocionales de vulnerabilidad de los clientes,
que los anime a expresar esas emociones, que valide la diicultad
que supone tanto expresar como escuchar dichas emociones y que
busque formas de contener, al menos temporalmente, en aquellas
situaciones en que la intensidad emocional parezca excesiva para
algún miembro. Por ejemplo, el terapeuta puede preguntar “¿qué
frase o qué palabra de las que se han dicho aquí han provocado tu
llanto?” o puede comentar “sé que escuchar esto de tu hija no debe
de ser fácil pero esto es muy importante para que entendamos vuestras diicultades y podamos mejorar vuestra relación”. En el caso de
que la familia se enzarce en una discusión, el terapeuta puede desviar la atención “veo que este tema no es cosa fácil para vosotros.
Me pregunto qué hace la hermana cuando tenéis estas discusiones
en casa.”
186
•
La adherencia a este indicador se valora al menos como suiciente cuando el terapeuta facilita la expresión de emociones
a la vez que detecta cuando éstas son muy intensas y muestra un esfuerzo por aliviar la tensión sin evitar el tema.
•
El terapeuta se adhiere insuicientemente a este indicador
cuando no anima la expresión de emociones, no identiica
ni atiende las señales que los clientes muestran de vulnerabilidad o no contiene emociones intensas que conducen a
conlicto.
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10. ¿Se une el terapeuta a la familia? (joining)
Para preparar a la familia para el cambio, el terapeuta emplea estrategias que faciliten un sentido de unión con la familia, de que es un
aliado en el que pueden coniar para tratar las diicultades en las que
se encuentran. El terapeuta hace esfuerzos de presentarse como
aliado, de conluir con las maneras que la familia tiene de comunicarse y comportarse y persigue el tomar una posición en la familia en
la que, durante la terapia, tenga mayor dominancia sobre la unidad
familiar. Inicialmente, es importante que el terapeuta respete la estructura de poder existente, apoyando a aquellos que están en posición de poder. No obstante, el terapeuta hace esfuerzos por unirse
a todos, sin posicionarse. Por ejemplo, después de permitir que el
padre describa el problema que los trae a terapia y de observar que
el adolescente se resiste a participar, el terapeuta dice al padre “me
parece que a su hijo no le es fácil hablar de esto en su presencia,
¿cree que si le dejáramos un tiempo a solas le sería más fácil?”. En
este ejemplo, el terapeuta considera y muestra un respeto hacia la
perspectiva del padre.
•
Para valorar la adherencia a este indicador como al menos
“suiciente”, el terapeuta debe mostrar una actitud evidente
de tratar de respetar y acomodarse a los patrones de poder y
comunicación que presenta la familia.
•
Para valorarlo como insuiciente, el terapeuta no respeta los
patrones de poder de la familia, bien interrumpiéndolos, bien
enfrentándose a ellos (p.ej., interrumpe a la madre y deja que
domine la discusión el adolescente).
187
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7.3
Habilidades
especíicas
11. ¿Utiliza el terapeuta preguntas relexivas?
Las preguntas relexivas asisten a la familia a interrumpir interacciones problemáticas y a orientar la atención hacia ellas para examinarlas. El objetivo es conseguir adoptar con la familia una perspectiva
relexiva sobre sus interacciones, permitiendo así discutir sobre ellas
desde fuera, en lugar de enzarzados en la interacción. Por ejemplo,
ante una situación en que la madre se queja y muestra su vulnerabilidad, el padre se frustra con ella y la regaña y el hijo hace un comentario despreciativo “¿pero por qué lloras ahora?¿ya estás llorando
otra vez?”, el terapeuta dice al padre “Tú y tu hijo habéis respondido
los dos con frustración ante el lloro de tu mujer, ¿por qué crees que
tu hijo se enfada por que su madre llore?” y al hijo “¿Qué crees tú
que pasaría si tu padre no se enfadara y la consolara?”
188
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•
Para que la adherencia a este indicador sea al menos suiciente, el terapeuta debe utilizar oportunidades en que la
familia se enzarza en interacciones problemáticas para interrumpir y hacer preguntas que les ayude a tomar perspectiva
y hablar de la interacción desde fuera.
•
La adherencia a este indicador será insuiciente si el terapeuta
desperdicia toda oportunidad para interrumpir interacciones
problemáticas y ayudar a la familia a tomar perspectiva para
hablar de la interacción sin estar enzarzado en ella. También
será insuiciente si el terapeuta tan solo interrumpe la interacción pero no hace esfuerzos para promover una discusión
relexiva sobre ella.
12. ¿Utiliza el terapeuta preguntas en escala?
Con preguntas en escala, el terapeuta pide a uno o más clientes que
valoren en una escala (p.ej.. de 0 a 10) la intensidad de una determinada conducta o problema. Estas preguntas ayudan a la familia a
hablar de sus interacciones de manera relexiva, y ayudan a evaluar
la percepción que la familia tiene de las diicultades en un determinado momento de la terapia. Así, la pregunta en escala puede utilizarse al inicio de la terapia o más adelante, para evaluar el progreso
o cambios experimentados.
•
Para valorar la adherencia a este indicador como al menos
suiciente, el terapeuta debe preguntar al menos una vez a
lo largo de la sesión que uno o más miembros de la familia
valoren algún comportamiento, sentimiento, reacción, o problema en base a una escala.
•
La adherencia al indicador será insuiciente si el terapeuta
no pide una valoración algún comportamiento, sentimiento,
reacción, o problema en ningún momento durante la sesión.
189
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13. ¿Utiliza el terapeuta preguntas circulares?
Las preguntas circulares conectan lo que un miembro de la familia
dice, siente o hace con lo que dice, siente o hace otro miembro. En
este tipo de preguntas se conectan conductas y emociones y su
contribución en un tipo de interacción determinado, permitiendo explorar las relaciones entre los distintos miembros de la familia y sus
respectivas ideas, conductas y emociones. Este tipo de preguntas
animan a la relexión personal acerca de cómo uno es percibido por
los demás y de cómo la conducta de uno afecta a otros.
Las preguntas circulares pueden utilizarse para preguntar acerca de:
•
•
•
•
el estado (¿cómo cree que su hijo se está sintiendo?)
el impacto de un comportamiento (¿Qué cree que siente su
esposo cuando le grita?)
las relaciones familiares de manera directa (si entiendo bien,
¿las niñas no pueden ni verse?) o indirecta (¿Cómo reaccionan sus hijos cuando les ven discutir?)
las creencias de otro miembro del sistema (¿Qué ideas cree
que sus hijos podrían tener al respecto?)
Las preguntas en formato circular también son útiles para ofrecer
perspectivas alternativas (¿Qué piensa su hijo acerca de su rendimiento escolar? Si le preguntáramos a su profesora, ¿qué diría ella?)
y para plantear deiniciones sistémicas del problema (Cuando ustedes se ponen a discutir y su hija llora, ¿qué hace Juan a continuación?) y en combinación con preguntas de escala (de cero a diez,
¿quién es el que más se molesta cuando no está papá? y ¿quién le
sigue?).
•
190
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el terapeuta usa un rango de preguntas circulares al hablar con la
familia en un estilo conversacional y comprensible. Las preguntas circulares deberán componer un porcentaje alto (al
menos de un tercio) de las intervenciones del terapeuta.
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•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
Para valorar la adherencia a este indicador como insuiciente,
si el terapeuta no introduce preguntas circulares o, si lo hace,
son demasiado complejas o irrelevantes a las ideas que la
familia presenta. También es insuiciente si el terapeuta introduce demasiadas preguntas circulares (más de un tercio de
sus intervenciones).
14. ¿Trabaja el terapeuta en el presente y con proyección
al futuro?
El terapeuta dirige la atención a las interacciones que contribuyen al
mantenimiento de los problemas de la familia actualmente y trabaja
para que los miembros de la familia imaginen y expresen los cambios
que desean. Proyección al futuro implica preguntas que clariiquen
qué tipo de cambios esperan ver, cómo se notarán esos cambios e
incluso cómo los cambios se empezarán a notar. La creatividad y la
capacidad de animar a la familia a imaginar y expresar sus expectativas para el futuro son importantes. Por ejemplo, el terapeuta puede
formular la “pregunta milagro”: “Imaginad que esta noche os vais a
dormir y ocurre un milagro, mañana os levantáis y han desaparecido
vuestros problemas, ¿en qué lo notaríais? ¿en qué pequeñas cosas
os daríais cuenta de que ya no tenéis problemas?” Es frecuente que
ante estos esfuerzos la familia responda volviendo a enfocarse en
las quejas y en el pasado, por ello es importante la insistencia y capacidad del terapeuta de motivar para conseguir orientar la atención
hacia el presente y el futuro.
•
La adherencia a este indicador se valora como al menos suiciente si el terapeuta orienta la atención de la familia a su
situación presente y a sus deseos, miedos, expectativas para
el futuro. El terapeuta enfoca las preguntas a examinar los
factores relacionados a los problemas en la actualidad y hace
191
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esfuerzos por provocar e inspirar a la familia para que proyecte hacia el futuro. En caso de resistencia por parte de la
familia, el terapeuta deberá evidenciar esfuerzos por dirigir la
atención de la familia.
•
La adherencia a este indicador se valora como insuiciente
si el terapeuta no hace esfuerzos por orientar la atención de
la familia al presente y al futuro o se rinde ante la resistencia
de la familia, permitiendo que ésta continúe enfocada en las
quejas y en su historia problemática.
15. ¿Explora el terapeuta las soluciones intentadas?
El terapeuta pregunta por lo que la familia ha intentado para tratar
de mejorar la situación hasta el momento. Esto ocurre sobre todo
al inicio de la terapia. Es importante obtener detalles concretos y
especíicos de las cosas intentadas al mismo tiempo que clasiicar
estas soluciones en categoría, por ejemplo “castigar” o “intentar que
lo entienda”, y distinguir entre las soluciones que no han funcionado de aquellas que fueron eicaces al principio u ocasionalmente.
Estas soluciones ineicaces pueden ser en sí mismas factores que
mantienen o agravan el problema. Las “excepciones” son aquellas
soluciones que la familia ha intentado y que funcionaron al menos en
algún momento. De todas estas soluciones intentadas, tanto de las
que funcionaron como de las que no, es importante que el terapeuta
explore el aprendizaje extraído por la familia de ellas.
•
192
La adherencia a este indicador se valora al menos como suiciente si el terapeuta hace un amplio rango de preguntas para
explorar lo que la familia ha intentado para solucionar/mejorar
la situación. Para ser suiciente, el terapeuta debe preguntar
por cuáles de esos intentos funcionaron y cuáles no, además
de por las conclusiones que extraen de esas experiencias.
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•
Procedimientos para
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La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no pregunta sobre las soluciones intentadas o, si lo hace, no
explora con detenimiento las que fueron eicaces de las que
no y qué es lo que la familia aprendió de esas experiencias.
16. ¿Utiliza el terapeuta la esceniicación (enactment)?
Mediante la esceniicación, el terapeuta anima indirectamente o pide
directamente a la familia que muestre en sesión un tipo de interacción relacionada con sus diicultades. De una manera indirecta, el
terapeuta puede animar a la familia a que discuta sobre un tema
relevante para poder observar de manera directa, en vivo, cómo interactúa la familia ante dicha tarea. De una manera más directa, el
terapeuta puede pedir a la familia que esceniique una situación descrita o una relacionada con sus diicultades tratando de imitar cómo
ocurre en su vida real. Tras la esceniicación, el terapeuta debe intervenir con preguntas exploratorias sobre las percepciones y reacciones de cada miembro y sugiriendo maneras alternativas de actuar.
•
Para valorar la adherencia del terapeuta a este indicador
como suiciente, debe ser evidente que el terapeuta pide activamente a la familia o facilita de manera activa un tipo de interacción que releja las interacciones fuera de la terapia, tras
la cual explora con preguntas acerca de sus percepciones y
reacciones y de posibles maneras alternativas de actuar.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si no hay muestra de esfuerzo activo por parte del terapeuta de provocar o
animar directamente a la familia a representar una interacción
o, si lo hace, no acompaña de preguntas exploratorias acerca
de sus reacciones percepciones y de maneras alternativas de
actuar.
193
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17. ¿Ampliica el terapeuta los cambios y elogia avances?
El terapeuta acentúa y elogia cualquier signo de cambio e indicador
de avance mostrando interés y optimismo genuinos. El terapeuta familiar dedica su atención y rastrea la posible ocurrencia de pequeños
cambios que la familia puede pasar por alto o minimizar mediante
preguntas exploratorias minuciosas.
•
Para valorar la adherencia a este indicador como suiciente,
el terapeuta hace preguntas especíicas acerca de cambios
y avances ocurridos hasta el momento o bien detecta y recalca activamente cambios mencionados por la familia que
ésta parezca obviar. El terapeuta enfatiza la importancia del
cambio percibido y expresa su valoración positiva del mismo.
Si la familia por sí misma no ofrece información referente a
cambios o avances, es necesario que el terapeuta haga preguntas dirigidas a explorarlos directamente.
•
El terapeuta se adhiere insuicientemente a este indicador si
no pregunta especíicamente acerca de cambios y avances
experimentados hasta el momento o bien no detecta y elogia cambios o avances mencionados espontáneamente por
la familia.
18. ¿Re-encuadra el terapeuta los problemas y
explicaciones de la familia?
194
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Mediante el re-encuadre, el terapeuta ofrece una redeinición sistémica de los problemas que ofrezca una nueva visión más positiva
donde la culpabilidad quede enmarcada desde una perspectiva de
responsabilidad y proyección al futuro. Además que una técnica per
se, el re-encuadre es una actitud constante mediante la que se trata
de redeinir continuamente los comentarios de la familia que contengan emociones negativas, carácter rígido y estable y explicaciones
simpliicadas. El terapeuta trata de ser creativo, persuasivo y convincente en su propuesta de re-encuadre del problema. Para ello, el
re-encuadre debe contener información relevante presentada por la
familia y validar los sentimiento expresados por los distintos miembros en relación al problema. El re-encuadre busca reformular:
•
•
•
•
•
Las emociones negativas en sentimientos más positivos (“el machaqueo de tu madre releja que está
muy preocupada por ti”)
Los patrones de explicación intrapsíquicos, diádicos, triádicos, intergrupal e indiferenciado (“parece
que tu hijo no es simplemente un rebelde, sino que
cuanto más tensión hay en casa, más tiende él a
rebelarse”).
Las atribuciones causales lineales a atribuciones
circulares más complejas.
Explicaciones estáticas e históricas a explicaciones
más luctuantes y ahistóricas.
Explicaciones aisladas a explicaciones ecológicas,
considerando el contexto.
•
Para valorar la adherencia a este indicador como suiciente, debe haber evidencia de que el terapeuta hace esfuerzos activos por redeinir las emociones negativas para evocar
sentimientos más positivos, por ofrecer una explicación del
problema más circular y lexible que incluya el papel de los
distintos miembros de la familia y por considerar el papel del
contexto en sus diicultades.
•
El re-encuadre es insuiciente cuando el terapeuta permite
que el tono de la sesión permanezca acusatorio, no considera las relaciones circulares entre los miembros del sistema
que contribuyen al problema o no atiende a los factores situacionales/contextuales relacionados con la situación familiar.
195
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19. ¿Trabaja el terapeuta con las emociones?
El terapeuta facilita la expresión de emociones y las utiliza como
herramientas para promover la reparación de un apego seguro entre
padres e hijos. El terapeuta presta atención a las señales de vulnerabilidad y promueve su expresión y la exploración junto con los demás miembros de su percepción y reacciones ante tales emociones.
Para ello el terapeuta también protege a aquellos miembros que estén mostrando vulnerabilidad de los posibles ataques del resto. Los
comentarios defensivos y atacantes son tratados como signos de
vulnerabilidad en sí mismos y el terapeuta explora los sentimientos
que los conducen. Para promover la conexión emocional y apego
dentro de la familia, ante la expresión de alguna emoción íntima,
el terapeuta utiliza preguntas circulares (“¿qué crees que signiican
las lágrimas de tu hijo?”) y promueve la interacción directa entre los
miembros (“¿podrías preguntarle a él que te cuente qué signiican?”).
196
•
El terapeuta trabaja de manera suiciente las emociones si
detecta señales de vulnerabilidad y aprovecha éstas para facilitar la expresión y exploración de las emociones con todos
los miembros de la familia. Para que sea suiciente, el terapeuta no solo debe facilitar la expresión sino que debe dirigirse también a los otros miembros de la familia para explorar
con ellos sus percepciones y reacciones.
•
El trabajo con las emociones es insuiciente si el terapeuta
pierde oportunidades en que los clientes muestran señales
de vulnerabilidad o bien no promueve la expresión de emociones. También es insuiciente si el terapeuta no promueve
la inclusión del resto de los miembros de la familia en la expresión de emociones y no presta atención a sus reacciones.
Adolescentes y familias en conlicto:
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20. ¿Utiliza el terapeuta el “rastreo”?
El terapeuta observa las pautas de interacción que son habituales en
la familia, y se une a ellas respetándolas al mismo tiempo que aprovecha su posición dentro del sistema para modiicarlas. El rastreo se
observa cuando el terapeuta se encuentra posicionado dentro de la
interacción, hablando y expresándose en el leguaje y maneras de la
familia, y, desde esa posición, sugiere maneras alternativas de responder y anima a la familia a llevarlas a cabo en sesión.
•
La adherencia a este indicador se valora al menos como suiciente si se observa que el terapeuta interactúa con la familia
respetando sus maneras y aprovecha para modiicar sus patrones sugiriendo una forma alternativa.
•
La adherencia será insuiciente si el terapeuta no hace nada
relacionado a esta técnica o bien respeta las interacciones
de la familia pero no trata de modiicarlas desde su posición.
21. ¿Trabaja el terapeuta con los límites dentro de la
familia?
Trabajar los límites dentro de la familia implica una variedad de estrategias para ayudar a reparar alianzas que son importantes en subsistemas familiares (p.ej. entre los padres o personas a cargo) y construir límites entre subsistemas o miembros de la familia que están
difusos (p.ej., entre padres y adolescente). Por ejemplo, es frecuente
que familias con adolescentes acudan a terapia con una alianza dé-
197
Adolescentes y familias en conlicto:
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bil entre los padres, unos límites poco deinidos con el adolescente
y, en ocasiones, con una alianza fuerte entre uno de los padres y
el adolescente. Ante este tipo de situación, el terapeuta hace esfuerzos por acercar emocionalmente a los padres (p.ej. facilitando la
expresión emocional entre ellos, ayudándoles a crear compromiso y
acuerdo sobre las normas, a encontrar formas de apoyarse mutuamente, etc.). El terapeuta también dedica tiempo a trabajar los límites conjuntamente con padres y adolescente otorgando el poder que
corresponde a los padres y ayudándoles a recuperar el control. Es
frecuente que también exista una alianza o apego débil entre el adolescente y uno o los dos padres. En este caso, el terapeuta dedica
tiempo a mejorar la relación entre ellos a la vez que se trabajan unos
límites claros. Es importante que, junto con el trabajo mencionado, el
terapeuta acompañe sus intervenciones con alguna explicación que
enfatice explícitamente la importancia de que los padres (o personas
a cargo) estén unidas y tengan un acuerdo y de que haya unos límites claros para los hijos.
•
La adherencia a este indicador se valora al menos como suiciente si el terapeuta hace esfuerzos claros por mejorar la
relación y el acuerdo entre algunos miembros de la familia
(p.ej., entre los padres como pareja o entre alguno de los dos
y el adolescente) y por fortalecer unos límites claros entre
subsistemas (p.ej., padres-hijos). El terapeuta debe hablar
explícitamente de estos temas.
•
La adherencia a este indicador será insuiciente si no se trabajan las relaciones ni los límites dentro de la familia o si se
trabajan las relaciones pero no se dan pasos para trabajar los
límites y viceversa.
22. ¿Utiliza el terapeuta las inversiones?
198
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La técnica de la “inversión” implica pedir y animar a uno o más miembros de la familia a decir o hacer lo opuesto de lo que normalmente
diría o haría. Por ejemplo, el terapeuta entrena a una madre, que normalmente se enfada y grita cuando se siente presionada por el padre
para que discipline a su hija adolescente, a que le conteste al padre
“me siento orgullosa de lo mucho que te preocupas por nuestra hija”
o “tengo miedo de decepcionarte como madre”.
•
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta pide explícitamente a algún miembro de la familia
que actúe en sesión a la inversa de lo que normalmente hace
o que diga lo contrario de lo que normalmente dice.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no pide explícitamente que algún miembro diga o haga lo
contrario a lo que normalmente dice o hace.
23. ¿Utiliza el terapeuta la petición de tareas?
El uso de tareas implica pedir a la familia o a algún miembro que
realice algo especíico sugerido por el terapeuta. El terapeuta debe
explicar la tarea claramente y buscar el acuerdo en la familia preguntándoles tentativamente si están dispuestos a llevarla a cabo y
examinando los miedos o reticencias. El terapeuta debe proveer de
argumentos comprensibles a la familia para que ésta comprenda las
razones y beneicios de llevar a cabo la tarea. Es importante que la
tarea no sea impuesta y que la familia comprenda por qué es bueno
intentarla.
•
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta explica la tarea, las razones y beneicios de llevarla
a cabo, y se asegura de que la familia comprenda su importancia y esté de acuerdo con su realización.
199
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•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta pide a la familia que realice una tarea pero no la explica
adecuadamente, si no explica los argumentos que hacen a
la tarea útil e importante, si no se asegura de que la familia lo
entienda y esté de acuerdo o si se la impone.
24. ¿Utiliza el terapeuta técnicas activas?
Las técnicas activas tienen carácter psicodramático ya que requieren
de la familia que dramatice y se exprese creativamente, de manera
activa en sesión. Lo importante de estas técnicas es que requieren
movimiento, tanto físico como emocional. Estas técnicas son muy
variadas y lexibles, permitiendo variaciones en función de la situación y características de la familia. No obstante, en su mayoría, estas
técnicas requieren que alguno o todos los miembros de la familia
jueguen un papel (juegos de roles), o bien que expresen a través de
un medio poco habitual (con esculturas, trapos, marionetas y otros
elementos). El terapeuta propone la técnica animadamente, se asegura de que la familia la entiende y está de acuerdo en realizarla y
comienza caldeando la situación para ir metiendo a los participantes en situación. Una vez dentro de la tarea, el terapeuta aprovecha
la oportunidad para promover la expresión de emociones haciendo
preguntas exploratorias, circulares y relexivas. Es importante usar el
soliloquio, que consiste en pedir a la persona que ponga palabras en
boca del objeto o persona (ya sea el rol que juega, la escultura, los
trapos, etc.) como si estuviera diciendo sus pensamientos en alto.
•
200
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta propone alguna actividad que implique dramatización o expresión creativa, o bien con movimiento o con elementos indirectos. El terapeuta debe explicarla y justiicarla
adecuadamente y asegurarse de la disposición de la familia a
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terapeuta al manual
realizarla. También es importante que el terapeuta aproveche
la realización de la técnica para preguntar por las emociones,
percepciones y experiencias de los participantes.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
propone algún tipo de actividad lúdica o creativa pero, o bien
no ofrece una explicación adecuada de la misma, o bien no
se asegura de que la familia está de acuerdo y dispuesta, o
bien no aprovecha la realización de la actividad para explorar
emociones en los participantes.
201
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evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
7.4
Técnicas
psicosociales
25. ¿Colabora el terapeuta con los recursos en la
comunidad?
El terapeuta conoce y establece contacto con servicios e instituciones dentro de la comunidad que pueden jugar un papel en el círculo
de apoyo de la familia. Estas agencias incluyen servicios sociales,
legales, de ocio, culturales, de salud, preventivos, económicos, etc.
Es importante que el terapeuta y el equipo estén en contacto y colaboren con estos servicios e incorporen estas relaciones en la terapia.
•
202
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta muestra evidencia de colaborar con servicios de
la comunidad, proponerlos a la familia y facilitar el uso de los
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recursos disponibles relacionados a esos servicios. El terapeuta pone en conocimiento de la familia estos servicios y
facilita el contacto con ellos.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no mantiene contacto con recursos en la comunidad, no tiene en cuenta estos servicios en la terapia, o bien los considera pero no informa adecuadamente o no facilita a la familia el
contacto con ellos.
26. ¿Colabora el terapeuta con el sistema educativo?
El terapeuta mantiene contacto con el sistema educativo y colabora
con el personal del centro al que el adolescente pertenece para fomentar el avance académico y el acceso a recursos educativos disponibles que faciliten ese avance. El terapeuta mantiene a la familia
al tanto de los contactos mantenidos con el personal del centro y
atiende a las preocupaciones que pueda tener la familia con respecto a ello.
•
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta muestra evidencia de colaborar con el personal del
centro educativo del adolescente, los discute abiertamente
con la familia y atiende a sus percepciones y preocupaciones
relacionadas con la educación y con el centro en sí.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no mantiene contacto con el sistema educativo o lo mantiene al margen de la terapia sin discutirlo abiertamente con la
familia o sin atender a las preocupaciones y demandas de la
familia con respecto a la educación del adolescente.
203
Adolescentes y familias en conlicto:
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
27. ¿Colabora el terapeuta con iscalía del menor?
En caso de que el adolescente y la familia se encuentren en el contexto de medidas legales (p.ej. por intervención de menores, por delitos del adolescente, por temas de custodia, etc.), el terapeuta se
mantiene en relación estrecha y colabora con iscalía y con la delegación de menores del gobierno local en la toma de decisiones que
conciernen al adolescente. Además, el terapeuta trata abiertamente
estos temas en terapia ofreciendo información y atendiendo a las
preocupaciones y demandas de la familia con respecto a las medidas legales.
•
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el terapeuta muestra evidencia de mantener contacto y colaborar
con el sistema legal y delegación de menores pertinentes a la
familia. El terapeuta trata este tema abiertamente en sesión,
ofrece información y explora las preocupaciones relacionadas.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no mantiene contacto con el sistema legal, o lo mantiene al
margen de la terapia sin discutirlo abiertamente con la familia
o sin atender a las preocupaciones y demandas de la familia
con respecto a la situación legal del adolescente.
28. ¿Promueve el terapeuta el servicio comunitario?
En caso de adolescentes con problemas de conducta, el terapeuta
mantiene contacto con agencias locales para tener acceso a oportunidades para hacer servicio comunitario, proponiéndoselo y facili-
204
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
tándoselo al adolescente. Estas agencias deben ofrecer la oportunidad al adolescente de colaborar de manera voluntaria con tareas de
ayuda y conductas prosociales.
•
La adherencia a este indicador es al menos suiciente si el
terapeuta muestra evidencia de tener contacto con agencias
locales que ofrezcan oportunidades de voluntariado y ayuda.
El terapeuta propone activamente y facilita el acceso a estas
oportunidades al adolescente.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no mantiene contacto con estas agencias, no propone activamente al adolescente la colaboración con ellas o no ofrece
la suiciente información para facilitar el acceso a ellas.
205
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
7.5
La terapia
de grupo
29. ¿Utiliza el terapeuta la terapia de grupo?
Para valorar la adherencia a este indicador como suiciente, se deben cumplir al menos las siguientes condiciones:
•
•
•
•
206
Un total de 6 a 12 sesiones con un grupo de entre 4 y 12 adolescentes.
Los adolescentes comparten algunos aspectos de la problemática que los condujo a terapia inicialmente (p.ej. problemas de conducta).
La terapia de grupo es voluntaria y se dispone del consentimiento de los padres o tutores legales de los participantes.
La duración de las sesiones es de una a dos horas.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
•
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta dispone de formación en el modelo de terapia
familiar focalizado en la alianza terapéutica en el que se basa
este protocolo.
Las sesiones son observadas por un equipo, bien en vivo,
bien en grabaciones, de al menos dos personas.
Al menos una persona del equipo (ya sea el terapeuta, ya
sean los observadores) está acreditado como experto en terapia familiar y proporciona supervisión (en el caso de que no
sea el terapeuta).
207
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
7.6
La terapia como
proceso: los
estratos
Primer estrato:
Crear y mantener la alianza terapéutica con adolescente
y familia
Para evaluar la adherencia del terapeuta a las intervenciones y habilidades relacionadas con la creación y desarrollo de una alianza
terapéutica con la familia, se incluye con el permiso de los autores
el Sistema de Observación de la Alianza terapéutica en la Terapia
Familiar (SOFTIF-o; www.softa-soatif.net ). Este sistema sirve como
herramienta para hacer una valoración más exhaustiva de la adherencia del terapeuta a este estrato. El SOATIF-o requiere que valores
la adherencia del terapeuta a los indicadores listados bajo cada dimensión: seguridad en la terapia, enganche en el proceso, conexión
emocional con el terapeuta y sentido de compartir el propósito.
En primer lugar, se registra la ocurrencia de indicadores especíicos
durante toda la sesión, referidos a cada dimensión y, en segundo
lugar, se hace una estimación global para cada una de las cuatro
dimensiones del SOATIF-o. Esa estimación se hace en una escala
208
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
ordinal entre -3 (p.ej., la conducta del terapeuta contribuye mucho
al detrimento de la experiencia del cliente en la dimensión concreta)
y +3 (la conducta del terapeuta contribuye mucho a una experiencia positiva de la dimensión concreta), correspondiendo el 0 a “no
reseñable” o “neutral”. La puntuación en cada escala depende de la
valencia, la frecuencia, la intensidad, y el contexto de las conductas
observadas. La mayoría de los descriptores relejan comportamientos observables, tales como si hace o no una pregunta determinada,
relejar la postura corporal, etc. Sin embargo, algunos descriptores
requieren de ciertas inferencias basadas en el comportamiento del
terapeuta. En otras palabras, se espera que el evaluador haga en
ocasiones inferencias basadas en expresiones verbales de los familiares, lo cual requiere de cierta subjetividad.
Pautas para valorar cada dimensión:
1. Si no hay marcas en una dimensión determinada la puntuación debe ser 0. Esto quiere decir que no hay descriptores
reseñables, no hay sesgos visibles hacia una dirección negativa o positiva, por lo tanto se ve en el terapeuta al menos una
moderada contribución alianza.
2. Si solo se encuentran descriptores negativos, la puntuación
debe ser menos de 0, es decir, un número negativo. Se puntuará con un -3 (muy problemática) solo si está claro que el
terapeuta ha contribuido muy negativamente a posicionar a
los clientes contrariamente a la terapia, y con un -2 o -1 dependiendo del grado de negatividad de la intervención del
terapeuta.
3. Si solo se han marcado descriptores positivos, la puntuación
debe sobrepasar el 0, deberá ser por tanto una puntuación
positiva.
4. Solo se dará un +3 (muy fuerte) si está claro que el terapeuta
ha contribuido mucho a la experiencia del cliente de la dimensión concreta
5. Si hay marcados descriptores positivos y negativos, la puntuación será -1, 0, ó +1, dependiendo del juicio que haga el
evaluador sobre el balance de los descriptores positivos y
negativos en cuanto a su frecuencia, o importancia y signiicación en la terapia.
6. Una puntuación de -3 (muy problemática) se da únicamente
cuando el terapeuta no conecta en absoluto con los clientes
y por tanto resulta muy problemática su alianza.
209
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
1. Contribución del terapeuta al enganche en el proceso
de terapia:
•
El terapeuta explica cómo funciona la terapia
______________________________________________________
•
El terapeuta pregunta al cliente acerca qué quiere hablar en la
sesión
______________________________________________________
•
El terapeuta estimula que el cliente deina sus metas en la
terapia
______________________________________________________
•
El terapeuta pregunta al cliente por su disposición para hacer
una tarea en la sesión
______________________________________________________
•
El terapeuta pregunta cuál es la disposición del cliente para
seguir una indicación/sugerencia para hacer una tarea
______________________________________________________
•
El terapeuta pregunta al cliente por el impacto valor de una
tarea asignada previamente
______________________________________________________
• El terapeuta expresa optimismo o señala que un cambio positivo ha ocurrido o puede ocurrir.
______________________________________________________
210
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta captura la atención del cliente (por ej.inclinándose
hacia delante, usando el nombre del cliente, dirigiéndose a él/
ella directamente, etc.)
______________________________________________________
•
El terapeuta pregunta si el cliente tiene alguna duda o pregunta que hacer
______________________________________________________
•
El terapeuta elogia la motivación del cliente para colaborar o
para cambiar
______________________________________________________
•
El terapeuta deine metas terapéuticas o impone tareas o
procedimientos sin pedir la colaboración del cliente
______________________________________________________
•
El terapeuta discute con el cliente acerca de la naturaleza,
propósito o valor de la terapia
______________________________________________________
•
El terapeuta critica cómo hizo (o por no hacerla) el cliente una
tarea para casa
______________________________________________________
Puntúe la contribución del terapeuta para Enganche:
-3 -2 -1 0 +1 +2 +3
211
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
2. Contribución del terapeuta a la conexión emocional
con el cliente:
•
El terapeuta comparte un momento humorístico o un chiste
con el cliente.
______________________________________________________
•
El terapeuta expresa conianza o que cree en el cliente
______________________________________________________
•
El terapeuta expresa interés en el cliente al margen de la discusión terapéutica propiamente dicha
______________________________________________________
•
El terapeuta expresa afecto o toca afectivamente al cliente
dentro de lo apropiado al contexto profesional (por ej., darle
la mano, una palmada, etc.)
______________________________________________________
•
El terapeuta desvela sus reacciones o sentimientos personales hacia el cliente o hacia la situación
______________________________________________________
•
El terapeuta desvela algún aspecto de su vida personal
______________________________________________________
•
El terapeuta señala o describe similitudes con el cliente en
sus valores o experiencias
______________________________________________________
212
Adolescentes y familias en conlicto:
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•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta expresa explícitamente empatía (verbal o noverbalmente) con las diicultades que sufren los clientes (por
ejemplo, “Se lo duro que debe ser”, “Siento tu dolor”, o llorar
con el cliente)
______________________________________________________
•
El terapeuta normaliza o acoge la vulnerabilidad emocional
del cliente (por ej., llorar, mostrar sentimientos dolorosos)
______________________________________________________
•
El terapeuta tiene interacciones hostiles o sarcásticas con el
cliente
______________________________________________________
•
El terapeuta no responde a expresiones de interés personal o
afecto hacia él por parte del cliente
______________________________________________________
Puntúe la contribución del terapeuta para Conexión Emocional:
-3 -2 -1 0 +1 +2 +3
3. Contribución del terapeuta a la seguridad
•
El terapeuta reconoce que la terapia implica aceptar riesgos
o discutir cuestiones privadas
______________________________________________________
•
El terapeuta proporciona estructura y directrices de conidencialidad y seguridad
______________________________________________________
213
Adolescentes y familias en conlicto:
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•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta propicia la discusión sobre elementos el contexto de terapia que pueden intimidar al cliente (por e j., equipos
de grabación, informes a terceras partes, equipo terapéutico,
espejo unidireccional, investigaciones, etc.)
______________________________________________________
•
El terapeuta ayuda al cliente a hablar sinceramente y a no
estar a la defensiva con los demás
______________________________________________________
•
El terapeuta intenta contener, controlar, o manejar la hostilidad abierta entre clientes
______________________________________________________
•
El terapeuta protege activamente a un miembro de la familia
de otro (por e.j., de acusaciones, hostilidad, o intrusividad
emocional)
______________________________________________________
•
El terapeuta cambia la conversación hacia algo agradable o
que no genera ansiedad (programas de la tele, diversión, elementos de la sala, etc.) cuando parece que hay tensión o
ansiedad
______________________________________________________
•
El terapeuta pide a un cliente (o subgrupo de clientes) que
salga de la sala para quedarse solo con un cliente (o subgrupo) durante una parte de la sesión
______________________________________________________
•
El terapeuta permite que el conlicto familiar se escale hacia
el abuso verbal, amenazas, o intimidación
______________________________________________________
214
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta no atiende a expresiones claras de vulnerabilidad de un cliente (por ej., llanto, defensividad, etc.)
______________________________________________________
Puntúe la contribución del terapeuta para Seguridad en el sistema terapéutico:
-3 -2 -1 0 +1 +2 +3
4. Contribución del terapeuta al sentido de compartir
el propósito:
•
El terapeuta alienta acuerdos de compromiso entre los clientes
_____________________________________________________
•
El terapeuta anima a los clientes a preguntarse entre ellos por
sus puntos de vista respectivos
______________________________________________________
•
El terapeuta elogia a los clientes por respetar los puntos de
vista de los otros
______________________________________________________
•
El terapeuta subraya lo que tienen en común las diferentes
perspectivas de los clientes sobre el problema o solución
______________________________________________________
•
El terapeuta destaca lo que comparten los clientes en cuanto
a valores, experiencias, necesidades, o sentimientos
______________________________________________________
215
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
El terapeuta anima al cliente a mostrar afecto, interés o apoyo
a otro cliente
______________________________________________________
•
El terapeuta anima a un cliente a pedir conirmación y opinión
(feedback) a otro/s
______________________________________________________
•
El terapeuta no interviene (o queda descaliicada su intervención) cuando miembros de la familia discuten entre ellos
acerca de las metas, el valor, o la necesidad de la terapia
______________________________________________________
•
El terapeuta ignora las preocupaciones explicitadas por un
cliente discutiendo únicamente las preocupaciones de otro
cliente
______________________________________________________
Puntúe la contribución del terapeuta para Sentido de Compartir el Propósito:
-3 -2 -1 0 +1 +2 +3
© Escudero, Friedlander & Deihl, 2004.
Reproduced by permission of the authors.
216
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
Una vez completado el SOATIF-o, valora los siguientes
indicadores:
Para valorar la adherencia a los siguientes cuatro indicadores conviene basarse en las puntuaciones obtenidas en el SOATIF-o. Si las
puntuaciones son positivas, la adherencia es suiciente. Si la puntuación es 0, el observador ha de juzgar si el terapeuta ha contribuido
en alguna medida a la dimensión pertinente durante la terapia. Si la
puntuación es negativa, la adherencia al indicador es insuiciente.
30. ¿Promueve el terapeuta una sensación de seguridad a todos
los miembros?
31. ¿Promueve el terapeuta el enganche en la terapia de todos
los miembros?
32. ¿Promueve el terapeuta una conexión emocional con todos
los miembros?
217
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
33. ¿Promueve el terapeuta un sentido de compartir el propósito?
34. ¿Tiene en cuenta el terapeuta las actitudes iniciales a la hora
de adaptar sus intervenciones?
El terapeuta debe prestar atención a la actitud inicial con la que se
presenta cada miembro de la familia a terapia y adaptar sus preguntas y comentarios en consonancia. Por ejemplo, el terapeuta no presiona a un adolescente callado y resistente a responder de manera
excesiva, ni permite que la persona más demandante domine gran
parte de la sesión y contagie su actitud culpabilizadora. Lo importante es que el terapeuta sea sensible a las actitudes iniciales de cada
uno y adapte sus intervenciones con el in de promover una alianza
terapéutica con todos.
La adherencia a este indicador no es suiciente si el terapeuta muestra intervenciones que obviamente presionan en demasía o ignoran
a clientes con actitud inicial negativa hacia la terapia.
218
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
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SEGUNDO ESTRATO:
Conocer y potenciar el sistema familiar. Valoración inicial del
sistema
35. ¿Hace el terapeuta una valoración de los factores que mantienen los problemas en la familia?
A la hora de hacer una valoración inicial de la familia, se considera el
balance entre los factores mantenedores del problema, los recursos
para el cambio disponibles, en función del nivel de crisis o cronicidad en que se encuentre la familia. Aunque la mayor parte de este
análisis se elabora fuera de la sesión, durante la discusión de equipo,
el terapeuta da muestras claras en sesión de explorar detenidamente todos estos elementos con preguntas especíicas sobre ellos.
Acorde a este indicador, el terapeuta hace preguntas exploratorias,
desde un enfoque sistémico y considerando elementos desde un
mapa amplio del sistema (p.ej. sistema individual, familiar, socioeconómico, educativo, legal y de la comunidad). Es importante que
el terapeuta examine factores biológicos (problemas de salud, historia de enfermedades importantes), psicológicos (apego, motivación,
expectativas, etc.), relacionales (p.ej. relaciones conlictivas, mala
comunicación, etc.) y sociales (p.ej. ausencia de apoyo, amistades,
familia extensa, etc.). Por ejemplo, el terapeuta puede hacer preguntas directas del tipo ¿Qué está impidiendo a esta familia afrontar las
diicultades del adolescente y avanzar? O puede explorar las áreas
mencionadas indirectamente ¿Entonces dices que no tienes familia
cerca? ¿Tienes a alguien que te ayuda en un día como el que comentas?
219
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
•
Para que la adherencia a este indicador sea suiciente, el terapeuta hace preguntas exploratorias sobre los factores que
mantienen los problemas. Debe haber consideración clara y
amplia de los distintos sistemas que inluyen en la vida de la
familia (comunidad, escuela, sistema legal, etc.) y de los distintos aspectos (psicológicos, biológicos, relacionales, etc.).
•
La adherencia a este indicador es insuiciente cuando el terapeuta no explora los factores que mantienen los problemas
o lo hace de manera insuiciente porque no considera todos
los subsistemas (comunidad, escuela, etc.) o bien no explora
los aspectos más importantes (psicológicos, biológicos, etc.)
36. ¿Hace el terapeuta una valoración de los recursos para el
cambio de los que dispone la familia?
Al igual que con la exploración de los elementos que mantienen los
problemas, el terapeuta explora y enfatiza los recursos que puedan
ayudar a mejorar la situación existentes en los distintos subsistemas
(comunidad, escuela, sistema legal, etc.) y relacionados a los diferentes aspectos (biológicos, relacionales, psicológicos, etc.). Además de hacer preguntas directas del tipo ¿Qué recursos hacen que
la familia vaya afrontar el cambio y avanzar? ¿Cómo va a ser ese
cambio? El terapeuta puede también explorar más indirectamente
¿cómo creéis que el cariño que sentís los unos por los otros os puede ayudar en vuestro esfuerzo por mejorar la situación? O enfatizar
algo mencionado espontáneamente por algún miembro de la familia.
•
220
Para que la adherencia a este indicador sea suiciente, el terapeuta explora directa o indirectamente, sugiere y enfatiza los
recursos para el cambio al alcance de la familia. Debe haber
consideración clara y amplia de los distintos sistemas que
inluyen en la vida de la familia (comunidad, escuela, sistema
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
legal, etc.) y de los distintos aspectos (psicológicos, biológicos, relacionales, etc.).
•
La adherencia a este indicador es insuiciente cuando el terapeuta no considera los recursos para el cambio o lo hace de
manera insuiciente porque no considera todos los subsistemas (comunidad, escuela, etc.) o bien no explora los aspectos más importantes (psicológicos, biológicos, etc.).
37. ¿Considera el terapeuta las posibles señales de crisis o cronicidad de los problemas?
El terapeuta atiende a elementos que puedan estar relacionados con
situaciones de crisis por el desequilibrio provocado en el sistema
familiar (exceso de tensión y agresividad intrafamiliar, arresto de un
hijo, separación de los padres, pérdida de un familiar, situación de
pobreza extrema, etc.). Por ejemplo, los eventos vitales son factores
importantes que en ocasiones van acompañados de un desequilibrio que, si no es conducido adecuadamente, puede provocar una
situación emocional problemática en la familia (p.ej. la emancipación de un hijo, la jubilación de uno de los padres, el nacimiento de
otro hijo, etc.). El terapeuta tiene en cuenta la seriedad, duración y
riesgo asociados a dicho desequilibrio y enfatiza la importancia de
esos riesgos a la familia. Por ejemplo, ante una madre que menciona
la agresividad de su hijo, el terapeuta explora detenidamente esta
agresividad y el contexto en el que ocurre y enfatiza la seriedad y los
riesgos a corto y largo plazo de la conducta del hijo.
221
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
TERCER ESTRATO:
Re-encuadre para construir una meta terapéutica
38. ¿Hace el terapeuta un re-encuadre inicial de la situación de la
familia?
Lo que distingue este estrato de la técnica especíica del re-encuadre
descrita más arriba es que, al inicio de la terapia es particularmente
importante deinir una meta terapéutica que una a los miembros de
la familia con un sentido de que comparten el propósito en la terapia.
Con ayuda del re-encuadre inicial, el terapeuta ayuda a construir una
meta inicial común para todos a partir de la cual se puede empezar a
trabajar. Para ello, al inal de la primera sesión o durante la segunda,
el terapeuta re-encuadra las quejas de la familia desde un enfoque
sistémico (consultar indicador 1) que tenga en cuenta las interacciones entre los miembros de la familia y entre éstos y el contexto más
amplio. El principal objetivo del re-encuadre inicial es modiicar las
pautas acusatorias y derrotistas con que frecuentemente se presenta la familia a terapia ayudando a la familia a entender lo entrelazado de sus comportamientos y necesidades en el mantenimiento del
problema. Por tanto, el re-encuadre inicial es crucial para construir
un contexto terapéutico que permita a todos sentir que trabajan para
un mismo in. (Puede consultarse el indicador 18 para más detalles
sobre el re-encuadre).
•
222
El nivel de adherencia a este estrato es al menos suiciente
si, al inicio de la terapia, el terapeuta hace esfuerzos por reformular la explicación que trae la familia de sus problemas
de manera que se tengan en cuentan las relaciones entre los
distintos miembros del sistema y de éste y el contexto más
amplio. Este re-encuadre redeine las emociones negativas
y acusatorias en otras más positivas, las explicaciones simpliicadas y rígidas en otra más amplia y lexible y las metas
individuales en otra común para la familia.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
La adherencia a este estrato es insuiciente si el terapeuta no
se esfuerza por re-encuadrar las quejas de la familia al inicio
de la terapia o bien lo hace sin considerar las relaciones entre
los miembros de la familia y entre éstos y el contexto más
amplio. Tampoco es suiciente si el re-encuadre no ayuda a
modiicar las emociones negativas en otras más positivas y a
construir una meta común.
CUARTO ESTRATO:
Promover cambios mediante actuaciones técnicas
39. ¿Deine el terapeuta con la familia objetivos concretos de
trabajo?
Deinir objetivos especíicos con la familia implica identiicar y discutir sin restricción con la familia cualquier aspecto susceptible de
cambio. El terapeuta fomenta la discusión sobre cualquier tipo de
aspecto que la familia siente que contribuya a sus diicultades y facilita la conexión de estas quejas con el re-encuadre inicial. Así, el
terapeuta mantiene un enfoque sistémico de los objetivos, estando
todos relacionados entre sí. Es importante traducir estas quejas en
términos positivos, de posibilidad y potencial de acción y que no
sean demasiados. El terapeuta, junto con la familia, hace esfuerzos
por disgregar los objetivos en pasos más pequeños, permitiendo escalar los avances desde los más factibles e inmediatos a los más
profundos y a largo plazo. Se identiican también indicadores de logro, así como indicadores de estancamiento o retroceso (particularmente para familias en situación de riesgo severo).
223
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
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Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
•
Para valorar la adherencia a este indicador como al menos
suiciente, el terapeuta debe hacer esfuerzos por deinir con
la familia los objetivos, ayudando a relacionarlos con el reencuadre, a deinirlos en términos positivos y en pequeños
pasos escalados. También deine los indicadores de logro.
Solo con familias en situación de riesgo severo es necesario
deinir indicadores de estancamiento y retroceso.
•
La adherencia a este indicador es insuiciente si el terapeuta
no deine objetivos con la familia, o los hace de manera insuiciente, o no los relaciona con el re-encuadre inicial, o no los
etiqueta positivamente.
40. ¿Deine el terapeuta actuaciones para la familia?
Una vez deinidas las metas, el terapeuta se esfuerza para traducirlas con la familia en actuaciones especíicas. Estas actuaciones incluyen tanto aquellas que la familia debe llevar a cabo dentro y fuera
de la terapia (p.ej. acudir a terapia, mejorar el acuerdo de los padres
sobre las normas, reforzar la irmeza de los límites, etc.) como aquellas de carácter técnico que el terapeuta (y el equipo) van a emplear
en sesión (p.ej. trabajar con emociones para mejorar el apego entre
padres e hijos, fomentar las interacciones en sesión y emplear el rastreo para trabajar las que sea problemáticas, etc.).
La discusión acerca de las actuaciones técnicas que el terapeuta
va a llevar a cabo no tiene por que ser explícita pero sí debe haber
una mención acerca del papel que va a jugar el terapeuta y la terapia
para mejorar la situación (“yo voy a hacer lo posible por ayudaros a
mejorar vuestra relación y vuestra capacidad de poner límites irmes
a Juan”). En el caso de algunas técnicas especíicas (p.ej. técnicas
activas, inversiones, juegos de roles, uso de tareas, etc.), el terapeuta explica la intención y el beneicio de la misma (“se me ocurre una
224
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
cosa que me sería muy útil para entender mejor cómo pasa esto en
casa y cómo os hace sentir. Me gustaría que hicierais un juego de
roles...”).
•
El nivel de adherencia a este indicador es suiciente si el terapeuta ayuda a deinir las actuaciones que la familia debe llevar a cabo para alcanzar las metas propuestas. El terapeuta
también mantiene informada a la familia de las actuaciones
que se llevan a cabo en terapia para ayudarles a avanzar en
la consecución de objetivos.
•
El nivel de adherencia a este indicador es insuiciente si el
terapeuta no deine actuaciones prácticas para la familia o no
les informa de las actuaciones técnicas que se llevan a cabo
en terapia.
41. ¿Valora el terapeuta la consecución de metas por parte de la
familia?
Es importante reconocer y valorar adecuadamente la consecución
de objetivos y estimular en la familia el reconocimiento del esfuerzo.
El terapeuta enfatiza los logros que se van alcanzando y ayuda a
que todos los miembros de la familia los reconozcan y valoren mutuamente los esfuerzos que cada uno ha puesto. Puede ser útil, e
importante en casos en situación de riesgo, que el terapeuta cuente
con un refrendo externo (p.ej. personal educativo, servicios sociales, etc.) con el que discutir el avance que se aprecia en la familia.
Esto permite tener una perspectiva externa de aspectos que puedan
pasar por alto en terapia. También es importante para fomentar en
estos refrendos externos el reconocimiento de logros que pueden no
haber identiicado.
225
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
•
La adherencia a este indicador es suiciente si el terapeuta discute con la familia los progresos en la consecución de
metas y fomenta su reconocimiento y valoración por parte de
todos los miembros. Es importante que el terapeuta fomente
el reconocimiento mutuo entre los miembros.
•
La adherencia es insuiciente si el terapeuta no discute los
avances con la familia, o lo hace sin fomentar un reconocimiento y valoración de los esfuerzos dedicados para conseguirlo.
QUINTO ESTRATO:
Terminar
42. ¿Revisa el terapeuta con la familia el trabajo realizado?
El terapeuta fomenta una discusión sobre el progreso de la familia
desde el comienzo de la terapia. El terapeuta fomenta el reconocimiento de los obstáculos presentados durante el proceso y de los
esfuerzos y logros alcanzados. También se exploran posibles miedos a recaídas futuras y se discuten estrategias útiles ante el advenimiento de posibles diicultades. Es importante evaluar junto a la
familia el grado de satisfacción con estos logros y promover que los
distintos miembros hablen sobre los esfuerzos y logros de los demás
en la familia.
•
226
La adherencia a este indicador es suiciente si el terapeuta
revisa con la familia el progreso en la terapia y promueve una
discusión sobre los obstáculos y logros alcanzados.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
•
Procedimientos para
evaluar la adherencia del
terapeuta al manual
La adherencia es insuiciente si el terapeuta no revisa con la
familia el progreso de la terapia o no promueve una discusión
sobre los obstáculos y logros alcanzados.
43. ¿Fomenta el terapeuta la seguridad en la familia para
terminar?
Ante la perspectiva de terminar la terapia, el terapeuta atiende a la
percepción de la familia y sus posibles miedos y preocupaciones.
Para fomentar el sentido de seguridad en la familia, es importante
discutir cualquier miedo a concluir la terapia y fomentar su sentido
de autonomía y una actitud optimista de que pueden continuar sin
ayuda terapéutica. Esto puede requerir, por un lado, discutir las maneras para prevenir conlictos y preparar a la familia para afrontar
diicultades y, por otro, explorar más exhaustivamente los logros alcanzados y ayudar a la familia a reconocerlos y percibirlos.
•
La adherencia a este indicador es suiciente si el terapeuta
fomenta el sentido de seguridad en la familia, atendiendo a
sus preocupaciones ante la idea de concluir la terapia y preparándoles para prevenir diicultades en el futuro.
•
La adherencia es insuiciente si el terapeuta no fomenta la
seguridad ignorando las preocupaciones de la familia ante
la idea de terminar o no preparándoles adecuadamente para
prevenir futuras diicultades.
227
Referencias
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Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
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237
Anexos
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 1
Folleto del programa Conecta
239
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 2
Ficha informativa de la UIICF para las familias
Unidad de investigación en intervención y cuidado familiar
(UIICF)
Estas son la preguntas más frecuentes sobre
qué es y cómo funciona la UIICF:
¿Qué es?
La Unidad de Intervención y Cuidado Familiar es un servicio que ofrece atención gratuita a familias y personas con problemas diversos.
La unidad tiene también la función de formar profesionales y realizar
investigaciones para mejorar la calidad de la atención familiar.
¿Qué tipo de problemas se atienden?
La Unidad de Intervención y Cuidado Familiar ofrece una intervención de calidad a familias y personas con diferentes problemas: relaciones de pareja, problemas psicológicos, maltrato, fallecimiento
de un familiar, problemas escolares, familias en las que algún miembro padece una enfermedad física crónica, diicultades en la tercera
edad, adolescencia, etc.
¿Qué profesionales atienden a las familias?
La unidad está dirigida y atendida por un equipo de profesores de
Enfermería y Psicología de la Universidad de A Coruña. En ocasiones, junto con los profesionales y docentes, el equipo está formado
por alumnos en prácticas de postgrado o de titulaciones como enfermería, psicopedagogía, psicología, y trabajo social. Siempre, toda
la atención ofrecida en la unidad está supervisada por los profesores
que tienen el título de expertos en intervención familiar. Además, la
unidad cuenta con la colaboración de un grupo de expertos internacionales que asesoran al equipo profesional de la unidad supervisando y evaluando los programas de intervención que se llevan a cabo.
240
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
¿Es gratis?
Si, el único compromiso de las personas y familias que son atendidas es cubrir o responder a los cuestionarios que se utilizan para la
investigación que se desarrolla en la unidad. Todos los cuestionarios
y procedimientos de investigación son anónimos y tienen que ser
explicados previamente y ser aceptados por las personas que los
cubren.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento se basa en entrevistas con uno de los profesionales
de la unidad y su equipo. Por lo general las entrevistas duran entre
40 y 50 minutos. En la sala de entrevista solamente están la persona o personas que son atendidas y un terapeuta. Pero el equipo de
apoyo puede seguir la entrevista en otra sala mediante un circuito
cerrado de televisión. Las entrevistas también son grabadas en vídeo. Después de cada entrevista el profesional se reúne brevemente
con el equipo (unos 10 o 15 minutos) y vuelve de nuevo a hablar con
las personas atendidas para transmitirles las sugerencias, prescripciones, consejos, etc. que se considere pueden ser de ayuda.
El tratamiento puede implicar alguna de las siguientes cosas:
•
•
•
Consejo y asesoramiento ante un problema o diicultad
Información y educación para conocer y manejarse mejor
ante una diicultad o enfermedad
Terapia familiar para generar cambios en los comportamientos y en la comunicación de las personas involucradas en
una situación problemática
¿Cuánto tiempo hace falta?
La duración establecida es de 10 sesiones. Las sesiones pueden ser
semanales o cada 2 o 3 semanas. Sin embargo puede resultar suiciente con 2 o 3 sesiones. También puede alargarse el tratamiento si
después de 10 sesiones los profesionales y los clientes consideran
necesario continuar.
241
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
¿Es eicaz la intervención?
En los últimos 3 años se han realizado evaluaciones de la satisfacción de las personas que han utilizado los servicios de la unidad de
intervención familiar, tanto al inalizar el tratamiento como en seguimientos realizados por teléfono 6 meses después. En más del 65 %
de los casos el resultado se considera positivo. En ningún caso se ha
informado de que el resultado haya tenido efectos negativos.
¿Cómo puedo estar seguro de coniar en la unidad de
intervención?
Hay tres condiciones que son importantes para sentirse seguro en
un tratamiento:
242
•
Que se respete mi intimidad y todo sea conidencial. En la
unidad de intervención y cuidado familiar todo el personal tiene el deber de respetar el derecho a la intimidad y conidencialidad de todos los datos, escritos y grabados, así como
de la información que se obtiene en el proceso de la relación
terapéutica, y a que nadie pueda acceder a ellos sin previa
autorización. Tenemos la obligación de obtener por escrito el
consentimiento, libre y voluntario, de toda persona que reciba atención en la Unidad y de la grabación de las sesiones.
La persona que es atendida conoce personalmente a todo
el equipo de trabajo porque todos son presentados desde el
primer contacto.
•
Que no me sienta obligado. En la unidad todo es voluntario
y consultado con todos los usuarios atendidos. Tampoco se
permite que nadie obligue a otro familiar a acudir a una entrevista o realizar cualquier actividad relacionada con el tratamiento.
•
Que entienda lo que se hace. Una de las directrices básicas
del personal de la unidad es explicar siempre a los usuarios
todo lo que se hace y resolver cualquier duda que tengan
sobre la intervención. No solo se acepta de buen grado, sino
que se estimula, que las personas que son atendidas pregunten todo aquello que consideren necesario.
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
¿Cómo se pide una cita? ¿Qué horario tiene?
Cualquier persona puede pedir una cita, pero la unidad da prioridad
a las familias que son derivadas por algunas instituciones y asociaciones con las que tenemos un convenio de colaboración.
El teléfono de contacto es 6461. La unidad tiene consultas los martes, miércoles y jueves de 4 de la tarde a 9 de la noche y los viernes
de 10 de la mañana a 2 de la tarde.
¿Dónde está?
La unidad está ubicada en la primera planta (Zona C) del Hospital
Básico de la Defensa, San Pedro de Leixa. Ferrol.
¿Quiénes son los responsables?
La Escuela Universitaria de Enfermería es la entidad responsable de
la Unidad de Intervención Familiar.
•
D. Valentín Escudero, Doctor en psicología, profesor del Departamento de psicología de la UDC y Director de la unidad.
•
Dña. Nuria Varela, Diplomada en Enfermería y Licenciada y
Doctora en Antropología, Experta en Intervención Familiar,
Directora de la E.U. de Enfermería y Podología y Coordinadora de la Unidad.
•
Dña, Dolores Romero, psicóloga clínica especialista, experta
en intervención familiar por la UDC
243
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 3
ANEXO 3 – CUESTIONARIOS SOATIF PARA CLIENTES Y TERAPEUTAS
Cuestionarios
soatif para clientes y terapeutas
SOATIF (Terapeuta-individual)
Nombre:
Historia:
Fecha:
Nº Sesión:
Nº
Valore las siguientes afirmaciones y rodee con un círculo:
244
Nada
Poco
Algo
Bastante Mucho
1. Lo que hacemos en terapia puede solucionar los
problemas de el/los cliente/es
2. Comprendo a esta cliente.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
3. Las sesiones le sirven al cliente para abrirse (por
ejemplo: expresar sentimientos o probar cosas
nuevas).
4. Resulta difícil que el cliente y yo comentemos lo que
hay que hacer en terapia.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
5. Estoy haciendo todo lo posible por ayudar a este
cliente.
6. Creo que los clientes se sienten cómodos y
relajados en las sesiones.
7. Siento que estoy trabajando en equipo con mi cliente
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
8. Creo que me he convertido en una persona
importante para mi cliente.
9. Hay algún tema del que el cliente no se atreven a
hablar en terapia.
10. El cliente entiende el sentido de lo que se hace
aquí
11. Me faltan conocimientos y capacidad para ayudar a
este cliente.
12. Todos en la familia se ayudan entre si para
conseguir en terapia lo que necesitan.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
SOATIF (Terapeuta-familia)
Nombre:
Historia:
Fecha:
Nº Sesión:
Nº
Valore las siguientes afirmaciones y rodee con un círculo:
Nada
Poco
Algo
1
2
1
4
5
3
4
5
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
6. Estoy haciendo todo lo posible por ayudar a esta
familia.
7. Creo que los clientes se sienten cómodos y
relajados en las sesiones.
8. Todos los que vienen a terapia valoran el esfuerzo y
el tiempo invertido por los demás aquí.
9. Siento que estoy trabajando en equipo con mis
clientes
10. Creo que me he convertido en una persona
importante para mis clientes.
11. Hay algunos temas de los que los clientes no se
atreven a hablar en terapia.
12. Algunos miembros de la familia consideran que sus
objetivos son incompatibles con los de los demás.
13. Los clientes entienden el sentido de lo que se hace
aquí
14. Me faltan conocimientos y capacidad para ayudar a
esta familia.
15. A veces los clientes se muestran a la defensiva en
las sesiones
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
16. Todos en la familia se ayudan entre si para
conseguir en terapia lo que necesitan.
1
2
3
4
5
1. Lo que hacemos en terapia puede solucionar los
problemas de el/los cliente/es
2. Comprendo a esta familia.
3. Las sesiones les sirven a los clientes para abrirse
(por ejemplo: expresar sentimientos o probar cosas
nuevas).
4. Los que vienen a terapia quieren conseguir lo mejor
para su familia y resolver los problemas.
5. Resulta difícil que la familia y yo comentemos lo que
hay que hacer en terapia.
1
2
3
Bastante Mucho
Copyright: Unidad
de Investigación
en Intervención
y Cuidado Familiar
Copyright:
Escudero
y Friedlander,
2006
245
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
SOATIF (Individual)
Nombre:
Historia:
Fecha:
Nº Sesión:
Nº
Valore las siguientes afirmaciones y rodee con un círculo:
Nada
Poco
Algo
1. Lo que hacemos en terapia puede solucionar
nuestros problemas.
2. El terapeuta me comprende.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
3. Las sesiones me sirven para abrirme (por ejemplo:
expresar sentimientos o probar cosas nuevas).
4. Resulta difícil comentar con mi terapeuta lo que hay
que hacer en terapia.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
5. El terapeuta está haciendo todo lo posible por
ayudarme.
6. Me siento cómodo/a y relajado/a en las sesiones.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
7. Siento que estoy trabajando en equipo con el
terapeuta.
8. Considero que el terapeuta se ha convertido en una
persona importante para mí.
9. Hay algún tema del que no me atrevo a hablar en
terapia.
10. Entiendo el sentido de lo que se hace en terapia.
11. Al terapeuta le faltan conocimientos y capacidad
para ayudarme.
12. A veces estoy a la defensiva en las Sesiones.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
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Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
Copyright: Escudero y Friedlander, 2006
246
Bastante Mucho
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
SOATIF (familia)
Nombre:
Historia:
Fecha:
Nº Sesión:
Nº
Valore las siguientes afirmaciones y rodee con un círculo:
Nada
Poco
Algo
1
1
2
2
1
5
3
3
4
4
5
5
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
8. Todos los que venimos a terapia valoramos el
esfuerzo y el tiempo invertido por los demás aquí.
9. Siento que estoy trabajando en equipo con el
terapeuta.
10. Considero que el terapeuta se ha convertido en una
persona importante para mí.
11. Hay algún tema del que no me atrevo a hablar en
terapia.
12. Algunos miembros de la familia consideran que sus
objetivos son incompatibles con los de los demás.
13. Entiendo el sentido de lo que se hace en terapia.
14. Al terapeuta le faltan conocimientos y capacidad
para ayudarme.
15. A veces estoy a la defensiva en las Sesiones.
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
1
1
2
2
3
3
4
4
5
5
1
2
3
4
5
16. Todos en la familia intentamos ayudar a que los
demás consigan en terapia lo que necesitan.
1
2
3
4
5
3. Las sesiones me sirven para abrirme (por ejemplo:
expresar sentimientos o probar cosas nuevas).
4. Los que venimos a terapia queremos conseguir lo
mejor para nuestra familia y resolver los problemas.
5. Resulta difícil comentar con mi terapeuta lo que hay
que hacer en terapia.
6. El terapeuta está haciendo todo lo posible por
ayudarme.
7. Me siento cómodo/a y relajado/a en las sesiones.
1
2
3
Bastante Mucho
4
1. Lo que hacemos en terapia puede solucionar
nuestros problemas.
2. El terapeuta me comprende.
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
Copyright: Escudero y Friedlander, 2006
247
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 4
Hoja
de4 –registro
de sesiones
de laDEUIICF
ANEXO
HOJA DE REGISTRO
DE SESIONES
LA UIICF
Nº Caso:
Terapeuta:
Título sesión
Fecha 1ª sesión:
Equipo
Notas tomadas por:
Duración:
Queja/demanda/problema
(describir el problema o la demanda de ayuda en palabras de los clientes; describir las emociones
expresadas el contar el problema)
Actitud inicial
solícita
demandante/queja
visitante
rehén
fugitiva
Quién?
Indicadores de mejoría expresados por la familia
¿qué debería ocurrir para que haya un cambio en la escala del problema?
+1
+2
+3
Indicadores de Crisis?
Indicadores de Cronicidad?
248
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Factores que Mantienen el Problema (EMP)
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
Equilibrio del Sistema
ERC
Recursos para el Cambio (ERC)
EMP
Re-encuadre (intervención inicial)
Objetivos
249
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Unidad de Investigación en
Intervención y Cuidado Familiar
Nº Caso:
Terapeuta:
Sesión:
Título sesión
Equipo
Fecha:
Notas tomadas por:
Duración:
Tareas – cumplimiento y resultados
Cambios observados
¿Se han explorado recursos para el cambio?...................................Sí
¿Se han explorado factores que mantienen el problema?...............Sí
Otros comentarios
Intervención final de sesión (tarea, re-encuadre, elogio, sugerencia, etc)
Próxima entrevista (fecha):
Hora:
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
250
Participantes:
No
No
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 5
Modelo de consentimiento informado
ANEXO 5
CONSENTIMIENTO INFORMADO
Art. 10 de la Ley General de Sanidad (25/4/1986).
Art. 8 de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del
paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación
clínica.
D/Dña. ....................................... mayor de edad, con D.N.I. ......................., vecino/a de
.............................................. calle ..................................... teléfono
.....................................
MANIFIESTO:
Que he sido informado/a de forma verbal por.................................................en
fecha .........../.........../201........, y que me ha sido entregada por escrito la información
sobre las características referidas al servicio ofrecido en la “Unidad de Intervención y
Cuidado familiar” e igualmente de los beneficios y los inconvenientes que se espera de
mi participación en las sesiones.
He comprendido toda la información que se me ha proporcionado, habiendo sido
aclaradas mis dudas satisfactoriamente, y también que mi participación en las
sesiones es libre y voluntaria. Entiendo que el consentimiento de que se me informa
es requisito para todas las personas que participen en este servicio.
Por lo tanto:
CONOZCO Y CONSIENTO:
1) Participar en las sesiones con uno de los profesionales de la Unidad y su
equipo en las condiciones establecidas y según me han explicado de forma
verbal y por escrito.
2) Cubrir y responder a los cuestionarios que se utilizan para la investigación
que se desarrolla en la Unidad.
3) A que las sesiones que se desarrollan con el terapeuta y su equipo se
graben en video con el fin de recoger mejor la información y de hacer posible
un trabajo de equipo y supervisión.
251
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
4) A que el material grabado pueda ser utilizado para la investigación y
formación de profesionales, siempre de forma confidencial y sujeto a secreto
profesional.
5) A la presencia en el equipo, junto con los profesionales y docentes, de
estudiantes de postgrado o de titulaciones como enfermería, psicopedagogía,
psicología y trabajo social.
6) Que la Unidad NO emite informes ni evaluaciones a los usuarios, ni tampoco
a otras personas, centros o instituciones
7) Se que en cualquier momento puedo revocar mi consentimiento.
8) Aclaro que he leído y entendido cada párrafo de este documento, y para que
así conste:
Firmo dos ejemplares en: .................... a ....... de ................... de 200.....
Firma
Firma del terapeuta
Fdo...........................
Fdo..........................
El día ..........de.......................... de 200..... he decidido REVOCAR el consentimiento
para la realización del procedimiento referido en este documento.
Firma
(o persona autorizada)
Firma testigo
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
252
Firma terapeuta
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 6
Cuestionario inicial de problemas
ANEXO 6 – CUESTIONARIO INICIAL DE PROBLEMAS
CUESTIONARIO P1-Pre
Nombre:
Fecha:
Caso nº:
Por favor, escriba los principales problemas por los que viene a la UICF
1.- _____________________________________
2.- _____________________________________
3.- _____________________________________
Ahora, valore en una escala entre 1 y 10 la situación actual de cada uno de los
problemas que ha señalado (marque con un círculo)
Para el problema 1:
1
Muy mal
2
3
4
5
6
7
8
9
10
5
6
7
8
9
10
Bastante Puedo
bien
afrontarlo
bien
Resuelto, ya no
necesito ayuda
Para el problema 2:
1
Muy mal
2
3
4
Puedo
Bastante afrontarlo
bien
bien
Resuelto, ya no
necesito ayuda
Para el problema 3:
1
Muy mal
2
3
4
5
6
Bastante Puedo
bien
afrontarlo
bien
7
8
9
10
Resuelto, ya no
necesito ayuda
253
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 7
Cuestionarios post-sesión (cliente)
ANEXO 7 – CUESTIONARIO POST-SESIÓN (cliente)
Nombre:
Sesión:
Nº Exp:
Fecha:
Valore las siguientes afirmaciones y señale con un círculo:
Nada
Poco
Algo
El terapeuta me comprende
1
2
3
4
5
Me siento cómodo/a y relajado/a en las
sesiones
1
2
3
4
5
Entiendo el sentido de lo que se hace
en la terapia.
1
2
3
4
5
Todos en la familia intentamos ayudar a que
los demás consigan en terapia lo que necesitan
1
2
3
4
5
Mucho
peor
Peor
Igual
Mejor
Mucho
mejor
-2
-1
0
+1
+2
Después de esta sesión de hoy me siento:
Bastante Mucho
Durante la sesión de hoy, ¿ha ocurrido algo relevante para usted?
SI
NO
En caso afirmativo, anótelo aquí:
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
254
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
CUESTIONARIO POST-SESIÓN (terapeuta)
Terapeuta:
Nº Expediente:
Sesión:
Fecha:
Valore las siguientes afirmaciones y señale con un círculo:
Nada
Poco
Algo
Siento que estoy trabajando en equipo con mis
clientes
1
2
3
4
5
Estoy haciendo todo lo posible por ayudar a esta
familia
1
2
3
4
5
Creo que los clientes se sienten cómodos y
relajados en las sesiones
1
2
3
4
5
Los que vienen a terapia quieren conseguir lo mejor
para su familia y resolver los problemas
1
2
3
4
5
Nada
Poco
Algo
Bastante
Mucho
1
2
3
4
5
Mi nivel de satisfacción con esta sesión es:
Bastante Mucho
255
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
Anexo 8
Cuestionarios pre-sesión
ANEXO 8 – CUESTIONARIO PRE-SESIÓN (cliente)
Nombre
Sesión:
Nº Exp:
Fecha:
Valore las siguientes afirmaciones y señale con un círculo:
NADA
útil
POCO
útil
ALGO
útil
BASTANTE
útil
MUY
útil
1
2
3
4
5
Ninguna
Ligera
Moderada
Mucha
Muchísima
1
2
3
4
5
¿Cómo de útil le resultó la sesión anterior?
¿Ha habido alguna mejoría desde el
inicio de la terapia hasta hoy?
Cómo ve hoy su problema en un
escala entre 0 y 10
Siendo 1 lo peor posible y 10 lo mejor
esperable
1
2
3
4
5
6
7
8
¿Ha ocurrido algo relevante o importante en el tiempo transcurrido desde la
sesión
anterior hasta
hoy?
SI
NO
En caso afirmativo, anótelo aquí:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________
Copyright: Unidad de Investigación en Intervención y Cuidado Familiar
256
9
10
Sesión #
Fecha:
Enganche en el Proceso
En esta sesión, ¿el cliente…
Quién
indica su acuerdo con las metas propuestas por el
terapeuta?
describe o discute un plan para mejorar la situación?
Terapeuta:
Conexión emocional con el terapeuta
En esta sesión, ¿el cliente…
comparte un momento humorístico o una broma con el
terapeuta?
verbaliza su confianza en el terapeuta?
introduce un problema para discutirlo?
expresa interés en aspectos de la vida personal del
terapeuta?
acepta hacer las tareas para casa que se le sugieren?
indica que se siente entendido o aceptado por el
terapeuta?
indica que ha hecho una tarea o la ha visto como útil?
expresa físicamente o verbaliza su afecto por el
terapeuta?
expresa optimismo o indica que ha tenido lugar un
cambio positivo?
imita, reproduce, la postura corporal del terapeuta?
cumple las peticiones del terapeuta para discutir entre
ellos o alguna otra interacción?
evita el contacto ocular con el terapeuta?
menciona el tratamiento, el proceso de terapia, o una
sesión en concreto?
tiene interacción hostil o sarcástica con el terapeuta?
se inclina hacia delante (postura corporal) mostrando
atención en la entrevista?
expresa sentirse “atascado” o afirma que la
ha sido o no es útil?
terapia no
usuario muestra indiferencia acerca de las tareas o
proceso de terapia?
Enganche en el Proceso
-3
-2
-1
0
+1
Observaciones, comentarios:
+3
hace comentarios sobre la incompetencia o
inadecuación del terapeuta?
Conexión Emocional con el terapeuta
-3
-2
-1
0
+1
+2
+3
Observaciones, comentarios:
257
Anexos
© Escudero & Friedlander, 2006
+2
del
rechaza o es reticente a responder al terapeuta?
Quién
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Caso #
Anexo 9
SOATIF observaciones para valorar las sesiones
ANEXO 9 – SOATIF/SOFTA-O (cliente)
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Caso #
Terapeuta:
Anexos
Sesión #
Fecha
Seguridad dentro del sistema
terapéutico
En esta sesión, ¿el cliente…
indica o afirma que la terapia
es un contexto seguro, un
lugar en el que confía?
varía su tono emocional
durante la sesión? (por ej., se
ríe o llora)
“abre” su intimidad? (por ej.,
comenta sentimientos
dolorosos, intimidades, llora,
etc.)
En esta sesión, ¿la familia…
Quién
ofrecen un acuerdo de
compromiso?
(humor) comparten entre ellos
una broma o un momento
gracioso?
se preguntan entre ellos sobre
sus puntos de vista?
tiene una postura corporal
abierta? (relajada; observar la
parte superior del cuerpo)
validan mutuamente sus puntos
de vista?
anima al otro miembro de la
familia a “abrirse” o
“decir la verdad”?
evitan el contacto ocular entre
ellos?
revela un secreto o algo que
ningún miembro de la familia
sabe?
reflectan-reproducen posturas
corporales similares?
pregunta directamente al otro
que opine de él/ella como
persona o de sus conductas?
se culpan unos a otros?
se protege de forma no
verbal? (por ej., cruza los
brazos, no se quita el abrigo o
el bolso…)
tratan de aliarse con el
terapeuta en contra del otro?
responde defensivamente a
otro miembro de la familia?
no están de acuerdo entre sí
sobre el valor, el propósito, las
metas, o las tareas de la terapia,
o sobre quien debe ser incluido
en las sesiones?
expresa ansiedad de forma
no verbal? (por ej., da
golpecitos, se agita, se mueve)
rechaza o es reticente a la
hora de responder cuando
otro miembro de la familia le
habla?
menciona de forma
ansiosa/incómoda, la
supervisión, procedimientos
de investigación..?
-3
-2
Seguridad
-1 0 +1 +2
+3
Observaciones, comentarios:
© Escudero & Friedlander, 2006
258
Quién
Compartir el propósito de la terapia en
la familia
devalúan la opinión o
perspectiva del otro?
hacen comentarios hostiles o
sarcásticos al otro?
-3
Compartir el propósito
-2 -1 0 +1
+2
Observaciones, comentarios:
+3
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Anexos
SOATIF/SOFTA-O (terapeuta)
Caso #
Terapeuta:
Sesión #
Fecha:
Contribución del terapeuta al Enganche
en el Proceso
Contribución del terapeuta a la
Conexión Emocional con el cliente
explica cómo funciona la terapia?
comparte un momento humorístico
o una broma con el cliente?
En esta sesión, ¿el terapeuta…
pregunta al cliente acerca de qué
quiere hablar en la sesión?
estimula al cliente a definir sus metas
en la terapia?
pregunta al cliente por su disposición
para hacer una tarea en la sesión?
pregunta cuál es la disposición del
cliente para seguir una indicaciónsugerencia o hacer una tarea en
casa?
pregunta al cliente por el impacto o
valor de una tarea asignada
previamente?
En esta sesión, ¿el terapeuta…
expresa confianza o que cree en el
cliente?
expresa interés en el cliente al
margen de la discusión terapéutica
propiamente dicha?
expresa afecto o toca afectivamente
al cliente? (dentro de lo apropiado al
contexto profesional, por ej., darle la
mano)
desvela reacciones o sentimientos
personales hacia el cliente o hacia la
situación?
desvela algún aspecto de su vida
personal?
expresa optimismo o señala que un
cambio positivo ha ocurrido o puede
ocurrir?
señala o describe similitudes con el
cliente en sus valores o
experiencias?
pregunta si el cliente tiene alguna
duda o pregunta que hacer?
normaliza o acoge la vulnerabilidad
emocional del cliente? (por ej., llorar,
mostrar sentimientos dolorosos)
captura la atención del cliente? (por
ej., inclinándose hacia delante, usando
el nombre del cliente, dirigiéndose a
él/ella directamente, etc.)
elogia la motivación del cliente para
colaborar o para cambiar?
define metas terapéuticas o impone
tareas o procedimientos sin pedir la
colaboración del cliente?
discute con el cliente acerca de la
naturaleza, propósito o valor de la
intervención?
critica cómo hizo (o por no hacerla) el
cliente una tarea para casa?
Enganche en el Proceso
-3
-2
-1
0
+1
Observaciones, comentarios:
+2
+3
expresa explícitamente empatía
(verbal o no-verbalmente) con las
dificultades que sufren los cliente?
(por ejemplo, “Se lo duro que debe
ser”, “Siento tu dolor”, o llorar con el
cliente)
tiene interacciones hostiles o
sarcásticas con el cliente?
no responde a expresiones de
interés personal o afecto hacia él
por parte del cliente?
Conexión Emocional con el
terapeuta
-3
-2
-1
0
+1
+2
Observaciones, comentarios:
+3
© Escudero & Friedlander, 2006
259
Adolescentes y familias en conlicto:
Terapia familiar centrada en la alianza terapéutica.
Manual de tratamiento
Caso #
Terapeuta:
Sesión #
Fecha
Contribución del terapeuta a la
Seguridad dentro del sistema
terapéutico
En esta sesión, ¿el terapeuta…
Contribución del terapeuta al sentido de
Compartir el propósito de la
terapia en la familia
En esta sesión, ¿el terapeuta…
reconoce que la terapia implica
aceptar riesgos o discutir cuestiones
privadas?
alienta acuerdos de compromiso entre
los clientes?
propicia la discusión sobre
elementos del contexto terapéutico
que pueden intimidar al cliente? (por
ej., equipos de grabación, espejo
unidireccional, investigaciones, etc.)
elogia a los usuarios por respetar los
puntos de vista de los otros?
proporciona estructura y directrices de
confidencialidad y seguridad?
ayuda al cliente a hablar sinceramente
y a no estar a la defensiva con los
demás?
intenta contener, controlar, o manejar
la hostilidad abierta entre clientes?
protege activamente a un miembro de
la familia de otro? (por ej., de
acusaciones, hostilidad, o intrusismo
emocional)
cambia la conversación hacia algo
agradable o que no genera ansiedad?
(programas de la tele, elementos de la
sala, etc.) cuando parece que hay
tensión o ansiedad
pide a un cliente (o subgrupo de
clientes)que salga de la sala para
quedarse solo con un cliente (o
subgrupo) durante una parte de la
sesión?
permite que el conflicto familiar se
escale hacia el abuso verbal,
amenazas, o intimidación?
desatiende a expresiones claras de
vulnerabilidad de un cliente/usuario?
(por ej., llanto, defensividad, etc.)
Seguridad
-3
-2
-1
0
+1
Observaciones, comentarios:
© Escudero & Friedlander, 2006
260
Anexos
+2
+3
anima a los clientes a preguntarse
entre ellos por sus puntos de vista
respectivos?
señala lo que tienen en común las
diferentes perspectivas de los cliente
sobre el problema o solución?
destaca lo que comparten los clientes
en cuanto a valores, experiencias,
necesidades, o sentimientos?
anima al cliente a mostrar afecto,
interés o apoyo a otro cliente?
anima a un cliente a pedir
confirmación y opinión (feedback) a
otro/s?
no interviene (o queda descalificada su
intervención) cuando miembros de la
familia discuten entre ellos acerca de
las metas, el valor, o la necesidad de la
terapia?
ignora las preocupaciones explicitadas
por un cliente discutiendo únicamente las
preocupaciones de otro cliente?
Compartir el propósito
-3
-2
-1
0
+1
Observaciones, comentarios:
+2
+3