AULA DE PATRIMONIO CULTURAL
UNIVERSIDAD DE CANTABRIA – VICERRECTORADO DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
La pieza del mes
Julio 2010
Frontal del altar mayor de la Colegiata Santillana del Mar
E
n el altar mayor de la colegiata de Santillana del Mar se encuentra una
de las piezas de orfebrería más relevantes de cuantas se conservan en
Cantabria. Se trata de un frontal de plata que don Luis Sánchez de Tagle
envió desde México a Santillana del Mar con el objeto de honrar a su colegiata.
Don Luis Sánchez de Tagle (1642-1701) nació en Santillana, de donde
marchó a México siendo muy joven. Allí se dedicó a financiar la minería y el
comercio de la plata, gracias a lo cual amasó una gran fortuna que le llevó a
detentar en 1686 el cargo de cónsul. En 1690 fue nombrado caballero de Alcántara
y en 1691 y 1692 ocupó el puesto de prior del Tribunal del Consulado de México.
Por su importante papel al hacer frente a la sublevación que tuvo lugar en 1692 fue
nombrado maestre de Campo del Regimiento de infantería de comercio. En 1704
Felipe V le concedió el título de vizconde de Tagle y primer Marqués de Altamira.
Fue, sin duda alguna, uno de los miembros más destacados del no menos
ilustre linaje de los Sánchez de Tagle. Esta familia se sentía especialmente
vinculada a la colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar, pues consideraban
que había sido fundada por el “príncipe Tagle”, descendiente de los reyes suevos
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de Galicia. Según la leyenda, el sepulcro del príncipe y el de su mujer, doña
Cadmidona, estaban en el templo, a la salida de la sacristía. Por tanto, los Sánchez
de Tagle creían que la colegiata, pese a ser de Patronato Real, era una fundación
propia a la que, por este mismo motivo, dejaron numerosos legados.
Don Luis Sánchez de Tagle, envió en 1686 este frontal de plata repujada a la
colegiata, a la que también donó más de ocho mil pesos, un Santo Cristo de marfil
con cruz de ébano y cantoneras de plata y numerosas alhajas del mismo material,
entre las que sobresale un juego de seis candeleros o blandones.
Asimismo, don Luis trató de hacerse con una capilla funeraria en el templo.
Concretamente con la sacristía nueva que se adosó al ábside en 1682 y que en
1694 se pensaba ceder en propiedad a este ilustre personaje en gratificación por
las alhajas de plata y el dinero que había enviado a la colegiata. A ello se sumaron
los 15.000 reales que don Luis Sánchez de Tagle había ofrecido para la nueva
obra. A pesar de que se había previsto abrir un pasadizo subterráneo bajo las
gradas del altar mayor para que se pudiera acceder a la capilla sin entorpecer los
oficios litúrgicos, finalmente esta empresa no se llevó a cabo y la estancia se
mantuvo como camarín.
Los 400 ducados que don Luis envió a la colegiata en 1697 posiblemente se
destinaron a la construcción de los añadidos (sacristía y sala capitular) que se
hicieron por esos años en el edificio colegial con objeto de renovar la antigua
fábrica medieval con la intención de dotarla con la prestancia necesaria para hacer
de ella la sede del nuevo obispado.
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Otros miembros del linaje de los Sánchez Tagle también enviaron donativos a
la colegiata de Santillana desde Indias. Así, consta que don Pedro Sánchez de
Tagle, segundo marqués de Altamira, legó numerosas piezas de plata
sobredorada. Francisco Antonio Sánchez de Tagle fue uno de los montañeses que
contribuyó con sus bienes a la obra del coro, mientras que Pedro Anselmo Sánchez
de Tagle, obispo de Valladolid de Michoacán, financió la nueva portada principal en
1767.
Estas piezas de plata donadas por los Sánchez de Tagle a la colegiata no
fueron las únicas de procedencia americana que ornaron el templo, pues consta
que en 1688 los capitanes don Miguel y don Francisco de Peredo, residentes en
Indias, remitieron un acetre con su hisopo; en 1740 don Roque Gómez del Corro
envió una pareja de acólitos, etc.
El frontal donado en 1686 por don Luis Sánchez de Tagle fue colocado en el
altar mayor de la colegiata de Santa Juliana sobre una tabla traída de Bilbao. Está
realizado con las técnicas del grabado, cincelado y repujado. Es una pieza
rectangular dividida en tres pisos, de los que el inferior se subdivide en siete tramos
a modo de marcos. En ellos se representa, en el centro, a Santa Juliana en una
tarja manierista. La Santa, situada en un óvalo rodeado por motivos vegetales de
tallos entrecruzados y roleos pulidos, porta en su mano derecha una palma y una
corona, mientras que en la izquierda lleva una cadena con la que sujeta al diablo,
situado a sus pies con cabeza de toro y cola de dragón. A ambos lados de este
marco central hay otros dos decorados con jarrones que contienen flores de
pétalos redondeados o puntiagudos y capullos que inundan todo el contorno del
marco. Finalmente, en los extremos hay otros marcos ornamentados con flores
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octofoliadas desde las que se disponen simétricamente los tallos entrecruzados de
fino cincelado.
Por encima de esta zona inferior discurre un friso decorado con motivos
vegetales y sobre éste se sitúan once cuadrados que acogen elementos florales.
Aunque carece de marcas, la comparación de este frontal con otros muy
semejantes, como el de la capilla del Sagrario de la prioral del Puerto de Santa
María, parece indicar que pudo ser realizado por José Medina.
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BIBLIOGRAFÍA
ARAMBURU-ZABALA, M.A. y SOLDEVILLA ORIA, C.: Arquitectura de los indianos en Cantabria.
Siglos XVI-XIX. T. I. Santander, 2007.
GÓMEZ MARTÍNEZ, J.: “La época heroica de los Sánchez de Tagle. La forja de un mayorazgo
indiano”. En SAZATORNIL RUIZ, L. (ed.): Arte y mecenazgo indiano. Del Cantábrico al Caribe.
Santander, 2007, pp. 287-316.
CARRETERO REBÉS, S.: Platería religiosa del Barroco en Cantabria. Santander, 1987.
FICHA TÉCNICA
Universidad de Cantabria
VICERRECTORADO DE DIFUSIÓN DEL CONOCIMIENTO Y PARTICIPACIÓN SOCIAL:
Consolación Arranz de Andrés
DIRECTOR DEL AULA DE PATRIMONIO: José Luis Pérez Sánchez
Autora del texto y coordinadora del proyecto ‘LA PIEZA DEL MES’:
Isabel Cofiño Fernández, doctora en Historia del Arte por la Universidad de Cantabria
La pieza del mes
‘LA PIEZA DEL MES’ es un proyecto de divulgación del Patrimonio Cultural de Cantabria
promovido por el Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria.
Se plantea como objetivo, una vez al mes (en concreto el primer viernes), acercar a la
sociedad de una manera divulgativa y comprensible un objeto mueble o un elemento singular
del legado artístico con que cuenta esta región. De este modo, se trata de poner en valor una
obra de arte gracias a la repercusión de esta iniciativa en los medios de comunicación y a su
divulgación a través de Internet.
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