Relaciones
España - Marruecos
Coordinador: Haizam Amirah Fernández - Informe 19 | Octubre 2015
Real Instituto Elcano - Madrid - España
www.realinstitutoelcano.org
El Real Instituto Elcano es un think-tank
español de estudios internacionales
y estratégicos que analiza el mundo
desde una perspectiva española,
europea y global.
El Real Instituto Elcano nació en 2001
como una fundación privada, bajo
la presidencia de honor de S.A.R. el
Príncipe de Asturias. Su Patronato está
compuesto por iguras destacadas
de la vida española vinculadas a la
política exterior, los representantes
de las grandes empresas que hacen
posible el funcionamiento del Instituto,
así como los ministros de Asuntos
Exteriores y de Cooperación, Defensa,
Educación, Cultura y Deporte, y
Economía y Competitividad.
Los informes Elcano, cada uno de
ellos fruto de la reflexión de un amplio
grupo de trabajo de especialistas que
representan a diferentes ámbitos y
visiones de la sociedad, responden a
la necesidad de aportar propuestas
concretas a temas relevantes para la
política exterior española.
© 2015 Real Instituto Elcano
C/ Príncipe de Vergara, 51
28006 Madrid
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ISSN: 1698-885X
Depósito Legal: M-53423-2004
ÍNDICE
RESUMEN EJECUTIVO
7
INTRODUCCIÓN
13
ESPAÑA-MARRUECOS: UNA VECINDAD COMPLEJA
Condicionantes de la vecindad
Imágenes mutuas y opiniones públicas
La presencia global de España y Marruecos
El “colchón de intereses”, a prueba
17
18
21
26
26
MARRUECOS: UN VECINO CLAVE
31
LA ECONOMÍA: UN PILAR DE LA RELACIÓN
Fortalezas y debilidades
Europa y la relación bilateral
Problemas que han quedado atrás y otros que no
37
38
40
43
POTENCIALIDADES Y RIESGOS EN AMBAS DIRECCIONES
El comercio agrícola
Energías renovables
Seguridad de inversiones, contratos públicos y diferencias comerciales
Negociaciones comerciales Marruecos-UE
47
47
49
52
54
LA DIMENSIÓN MIGRATORIA
La inmigración marroquí en España: cifras y situación legal
Características sociodemográicas
Integración social y percepciones mutuas
Cooperación en materia migratoria-laboral
La colaboración hispano-marroquí en el control de la inmigración irregular
57
57
60
61
62
64
SEGURIDAD Y DEFENSA
La cooperación militar, de lo institucional a lo práctico
Estado y expectativas de las Fuerzas Armadas Reales
La cooperación policial, lista para ampliar y profundizar
69
69
71
72
COOPERACIÓN ANTITERRORISTA ENTRE ESPAÑA Y MARRUECOS
Del atentado en el hotel Atlas Asni al 11-M
Una excelente cooperación antiterrorista
Mantenimiento y mejora de la cooperación
Prevención de la radicalización
77
77
78
80
82
COOPERACIÓN Y DESARROLLO EN MARRUECOS
Marruecos, país prioritario para la cooperación española
¿Es España un donante importante para Marruecos?
La dimensión europea de la cooperación al desarrollo
Inversiones y desarrollo
CULTURA, EDUCACIÓN Y CIENCIA EN LAS RELACIONES ESPAÑA-MARRUECOS
Mirando al otro: las relaciones culturales entre España y Marruecos
La educación como clave para la comprensión mutua
Aprendiendo español en Marruecos
La lengua y cultura marroquíes en el sistema educativo español
LOS RETOS DE CEUTA Y MELILLA
85
85
87
89
91
97
97
101
102
106
111
LA POSICIÓN DE ESPAÑA SOBRE EL CONFLICTO DEL SÁHARA OCCIDENTAL
El conflicto en contexto
Condicionantes de la posición española
La dimensión económica
Más allá de la relación bilateral
La postura oicial española
España tiene derecho a deinir una preferencia estratégica
121
121
123
125
126
128
128
EL FUTURO DE LA RELACIÓN
Una relación entre la continuidad y el cambio
De la excepcionalidad a la normalidad
“Cisnes negros” en el Estrecho de Gibraltar
133
133
134
135
RECOMENDACIONES
ANEXOS
I. Cuestionario enviado a especialistas en las relaciones hispano-marroquíes
II. Miembros del Grupo de Trabajo sobre Relaciones Bilaterales
España-Marruecos
BIBLIOGRAFÍA
(Resumen ejecutivo en árabe)
141
147
147
149
153
161
RESUMEN EJECUTIVO
RESUMEN EJECUTIVO
Marruecos es, por muchos motivos, una prioridad para la política exterior
española. A pesar de ello, desde la Transición no ha habido una política de Estado
explícita –con objetivos deinidos y consensos básicos sobre recursos, enfoques
y medidas– que guíe la política de España hacia su vecino del sur. Sin embargo,
a pesar de esa carencia y de los altibajos en las relaciones hispano-marroquíes,
éstas han estado marcadas por una estabilidad relativa durante las tres últimas
décadas. Ahora bien, esa estabilidad en las instituciones y en los mecanismos de
toma de decisión no debe darse por sentada, máxime en un período en que ambos
países se enfrentan a importantes retos internos y en que el Mediterráneo tiene
que intentar superar varias crisis simultáneas en sus dos orillas.
Dos rasgos que han caracterizado tradicionalmente las relaciones entre España y
Marruecos son su complejidad y los frecuentes vaivenes. La proximidad geográica,
sumada a la presencia de una importante comunidad marroquí en España (más de
800.000 personas), al diferencial de renta per cápita (27.865 euros frente a 2.885
euros en 2013, según el Banco Mundial) y a las diferencias políticas, demográicas
y culturales, suponen un terreno abonado para las divergencias y fricciones.
No obstante, esas mismas realidades hacen que también existan motivos para
cooperar más y buscar fórmulas de complementariedad beneiciosas para ambas
sociedades, máxime cuando se solapan múltiples crisis económicas, sociales y
políticas a ambos lados del Estrecho de Gibraltar.
Es sabido –pero siempre conviene destacarlo– que en las últimas décadas las
relaciones bilaterales entre Marruecos y España se han vuelto más extensas,
profundas e interdependientes. A pesar de esa evolución, hay una coincidencia
a ambos lados del Estrecho de Gibraltar en que aún falta mucho por hacer para
que esas relaciones sean más sólidas, provechosas y sostenibles. En numerosos
ámbitos, los niveles de cooperación e intercambios entre los dos vecinos son
considerablemente inferiores al potencial que existe entre dos países contiguos y
con importantes complementariedades.
La fórmula del “colchón de intereses” que sigue estructurando buena parte del
pensamiento estratégico español hacia el vecino del sur resulta estrecha para
acomodar una realidad cada vez más compleja: Marruecos y España han cambiado
mucho, y también lo ha hecho el contexto regional y global. La concepción
original del “colchón” ha quedado superada conceptualmente y, en todo caso, no
7
Relaciones España - Marruecos
es capaz de gestionar las crecientes interdependencias de la relación bilateral.
Las nuevas realidades requieren una narrativa de complementariedad y no de
competencia, de convergencia de preferencias en vez de divergencias. La buena
noticia es precisamente que el excelente tono durante los últimos tiempos de la
relación política bilateral entre España y Marruecos, capaz de gestionar asuntos
que, en otras circunstancias, hubiesen podido acarrear disgustos importantes
(como le ha ocurrido a Francia durante el pasado año), hace innecesaria la
instrumentalización de los intereses económicos.
Parte de ese regreso de la política a la relación bilateral se debe a que los intereses
o preferencias compartidas se extienden ahora mucho más allá de la economía,
y afectan a cuestiones de seguridad en que los instrumentos económicos sólo
pueden actuar como acompañamiento. Un “colchón” diversiicado a ámbitos más
allá de la economía y un discurso más soisticado en materia económica puede
ser un patrón de transición hacia un modelo en el que las relaciones políticas
se establezcan en torno a preferencias convergentes, más que sobre intereses
económicos que en ocasiones pueden acabar percibiéndose como excluyentes.
España es el único país europeo con presencia territorial en el norte de África
y, en consecuencia, con frontera terrestre con Marruecos. Esa realidad, sumada
a la intensidad de la agenda bilateral y la naturaleza diferente de los sistemas
políticos, condicionan las relaciones entre España y Marruecos. Por otra parte, las
relaciones entre ambos países vienen marcadas por la existencia de conflictos
cíclicos, por la rivalidad entre Marruecos y Argelia por la hegemonía regional y
por la competencia entre Francia y España por ejercer su influencia en el Magreb.
Las grandes diferencias existentes en la naturaleza de los regímenes políticos
a ambas orillas del Mediterráneo occidental y la interacción entre la política
nacional y exterior dotan a estos conflictos de un carácter estructural.
Numerosas cuestiones que afectan a las relaciones con Marruecos son parte de
la política nacional española, más que cuestiones pertinentes a las relaciones
internacionales (la inmigración, el Sáhara Occidental, las posesiones españolas
en el norte de África, la amenaza terrorista y el tráico de drogas, entre otras). Las
percepciones juegan un papel muy importante a la hora de deinir las relaciones
entre ambos países, tanto a nivel social como a nivel de la elaboración de
políticas. A pesar de que las encuestas demuestran que las poblaciones marroquí
y española son conscientes de la gran importancia que el vecino tiene para el
propio país, aún falta mucho por hacer para fomentar el conocimiento recíproco,
conectar a ambas sociedades y desmontar estereotipos en las dos direcciones.
8
Resumen ejecutivo
A España le interesa –y mucho– la modernización de Marruecos por múltiples
motivos que se plantean a lo largo de este informe. Entre ellos, cabría destacar
la importancia de tener un vecino meridional estable con el cual se puedan
desarrollar más todo tipo de relaciones mutuamente beneiciosas y contener las
amenazas comunes. También interesa el desarrollo del conjunto del Magreb, área
de influencia natural de España, con cuyos países se deberían buscar asociaciones
para la proyección conjunta en África, en la cuenca atlántica y en América Latina.
En la actualidad, España se sitúa casi a la par con Francia como principal socio
comercial de Marruecos (en 2012 y 2014 fue el primero). De hecho, Marruecos
es ya el segundo cliente de España fuera de la Unión Europa, sólo por detrás de
EEUU. Eso está permitiendo a empresas y a profesionales españoles de distintos
sectores buscar oportunidades en este país, y viceversa.
Desde hace algunos años se ha constatado una mejora en el clima de las
relaciones bilaterales hispano-marroquíes tras períodos de tensiones cíclicas y
cierta crispación. Eso se ha debido, en buena medida, a la voluntad de ambos
gobiernos de emplear un enfoque práctico y realista que ha permitido intensiicar
la cooperación en ámbitos económicos, migratorios y de seguridad. No obstante,
eso a lo que algunos denominan “etapa dulce” parece ser el resultado de que no
se aborden aspectos de fondo que han enturbiado la relación en el pasado y que,
con bastante probabilidad, podrían volver a hacerlo en el futuro.
Marruecos es para España un socio clave, y viceversa.1 Teniendo en cuenta
los seis objetivos estratégicos identiicados en el Informe Elcano Hacia una
renovación estratégica de la política exterior española,2 Marruecos está ligado a
todos ellos de una forma o de otra. Los asuntos espinosos entre ambos países
siguen ahí y son conocidos por todos. La buena disposición mostrada por los
dirigentes de ambos países debería servir para entablar una comunicación franca
y constructiva sobre cómo resolver esos asuntos espinosos de forma aceptable
y gradual, en lugar de no actuar y dejar que las situaciones de conflicto puedan
reaparecer en el futuro.
1 La Estrategia de Acción Exterior publicada en octubre de 2014 por el Ministerio de Asuntos
Exteriores y de Cooperación de España considera a Marruecos como un “socio imprescindible”.
En ella se fija como objetivo compartido por ambos países “seguir tejiendo una densa malla
de relación e intereses cruzados” que amortigüen las divergencias ocasionales.
2 Véase Ignacio Molina (coord.) (2014), Hacia una renovación estratégica de la política
exterior española, Informe Elcano nº 15, febrero.
9
Relaciones España - Marruecos
A pesar del buen momento a nivel político y económico entre los dos países,
aún falta mucho por hacer en el plano social y humano. Entre las poblaciones
de los dos vecinos existen grandes niveles de desconocimiento mutuo, que
se extiende a sus elites y dirigentes. Si se quiere consolidar la buena relación
actual, hace falta dedicar más atención y esfuerzo a construir más puentes entre
ambas sociedades. Los malentendidos y la desconianza se nutren de la falta de
conocimiento del “otro”, algo que no se resuelve únicamente mediante mayores
contactos a nivel de las elites. Tejer más relaciones humanas y profesionales pasa
por la creación de nuevos espacios, el fomento de los intercambios, la revisión de
la política de concesión de visados y una presencia cultural y comunicativa más
eicaz y proactiva en las dos direcciones.
El rey Felipe VI, en su discurso de proclamación ante las Cortes Generales el
19 de junio de 2014, destacó que “nuestros vínculos antiguos de cultura y de
sensibilidad tan próximos con el Mediterráneo, Oriente Medio y los países árabes,
nos ofrecen una capacidad de interlocución privilegiada […] en una zona de tanta
relevancia estratégica, política y económica”. La sociedad española tiene mucho
que ganar si Marruecos se convierte en un espacio privilegiado de inversión y
desarrollo común. Y también la sociedad marroquí tiene mucho que ganar a nivel
de su desarrollo humano.3 Para que eso sea una realidad, es necesario aprovechar
las complementariedades entre ambos países, fortalecer los lazos entre sus
sociedades civiles, intensiicar el contacto entre sus instituciones, abordar los
asuntos delicados y mantener un diálogo fluido y crítico cuando sea necesario. Si
a ello contribuye la buena sintonía entre dos monarcas de la misma generación,
mejor le irá a los vecinos de un lado y de otro.
3 Según el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) de 2014, Marruecos ocupaba el puesto 129 de un total de 187 países,
mientras que España estaba en el puesto 27.
10
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
España y Marruecos comparten una vecindad caracterizada por su complejidad
y los frecuentes vaivenes. Además de la cercanía geográica, existen vínculos
históricos y elementos de un patrimonio cultural común que se remontan siglos
atrás y que condicionan los aspectos más visibles de las relaciones bilaterales
entre ambos países. Esas relaciones representan en la actualidad un compendio
de prácticamente todos los asuntos que, a la vez, acercan y separan las orillas
norte y sur del Mediterráneo. En un sentido más amplio, la vecindad hispanomarroquí refleja dinámicas que, en el imaginario colectivo, se asocian al conflicto
–y también a la cooperación– entre Occidente y Oriente.
En las últimas décadas, las relaciones bilaterales entre
España y Marruecos se han vuelto más extensas, profundas
e interdependientes. Sin embargo, hay una coincidencia
a ambos lados del Estrecho de Gibraltar en que aún
falta mucho por hacer para que esas relaciones sean
más sólidas, provechosas y sostenibles. En numerosos
ámbitos, los niveles de cooperación e intercambios entre
los dos vecinos son sensiblemente inferiores al potencial
que existe entre dos países contiguos y con importantes
complementariedades.
En este informe se pretende hacer un diagnóstico del
estado de las relaciones entre España y su vecino inmediato
del sur. Sin poder ser exhaustivo, pues los ámbitos de la
relación son numerosos y cada vez más técnicos, este
ejercicio aspira a llenar un vacío que existe en el estudio
de las relaciones exteriores de España desde un enfoque
práctico y dirigido a la toma de decisiones políticas. Por
un lado, se tratará de identiicar posibles cambios que
puedan alterar dichas relaciones. Por otro, se propondrán
medidas para aprovechar las oportunidades existentes, así
como respuestas ante los retos actuales o diicultades que
puedan surgir.
En las últimas
décadas, las
relaciones
bilaterales
entre España
y Marruecos
se han vuelto
más extensas,
profundas e
interdependientes.
Aún falta mucho
por hacer para que
esas relaciones
sean más sólidas,
provechosas y
sostenibles.
13
Relaciones España - Marruecos
Este Informe es producto de la labor colectiva del equipo del Real Instituto Elcano,
en especial de Aitor Pérez, Ángel Badillo, Carmen González Enríquez, Carola GarcíaCalvo, Federico Steinberg, Félix Arteaga, Fernando Reinares, Gonzalo Escribano,
Haizam Amirah Fernández, Ignacio Molina, Iliana Olivié, María Dolores de Azategui,
María Solanas, Miguel de Avendaño y Rafael Estrella. También ha contado con la
ayuda en la investigación de Diana Barrantes y Alfonso Casani. Los miembros
del Grupo de Trabajo sobre Relaciones Bilaterales España-Marruecos (véase el
Anexo II) aportaron valiosas contribuciones y asesoramiento durante el proceso
de elaboración del informe. El coordinador desea agradecer a todas las personas
que, en España y en Marruecos, compartieron su tiempo y sus conocimientos para
la elaboración de este estudio. Ese agradecimiento se extiende a quienes leyeron
distintos borradores de este informe y, con sus comentarios y sugerencias,
contribuyeron a su mejora.
14
ESPAÑA-MARRUECOS:
UNA VECINDAD COMPLEJA
ESPAÑA-MARRUECOS:
UNA VECINDAD COMPLEJA
El Magreb constituye una de las regiones prioritarias
para la política exterior española, junto a Europa y
América Latina.4 Aunque la Península Ibérica esté a 14
kilómetros de distancia de la costa africana, la realidad
es que España y Marruecos son países que “se tocan”.
Un dato evidente, aunque no por ello presente siempre en
el debate público, es que España es el único Estado de la
Unión Europea (UE) con presencia territorial en el norte de
África y, en consecuencia, con frontera terrestre con un
país norteafricano, árabe y musulmán.
Marruecos es, por diferentes motivos, una prioridad para
la política exterior española. A pesar de ello, desde la
Transición no ha habido una política de Estado explícita
–con objetivos deinidos y consensos básicos sobre
recursos, enfoques y medidas– que guíe la política de
España hacia su vecino del sur. Sin embargo, a pesar
de esa carencia y de los altibajos en las relaciones
hispano-marroquíes, éstas han estado marcadas por
una estabilidad relativa durante las tres últimas décadas.
Ahora bien, esa estabilidad en las instituciones y en los
mecanismos de toma de decisión no debe darse por
sentada, máxime en un período en que ambos países
se enfrentan a importantes retos internos y en que el
Mediterráneo tiene que intentar superar varias crisis
simultáneas en sus dos orillas.
A pesar de los
altibajos en las
relaciones hispanomarroquíes,
éstas han estado
marcadas por una
estabilidad relativa
durante las tres
últimas décadas.
Esa estabilidad en
las instituciones y
en los mecanismos
de toma de decisión
no debe darse por
sentada, máxime
en un período en
que ambos países
se enfrentan a
importantes retos
internos.
Las relaciones entre los países situados a ambas orillas
del Estrecho de Gibraltar hunden sus raíces en la historia
y han sido testigo de formas extremas de cooperación y
de conflicto. El legado de la presencia islámica en la Península Ibérica, que dio
comienzo en el año 711 y se prolongó durante ocho siglos, es una parte innegable
de las raíces culturales de España. En época más reciente, la existencia de un
Protectorado español en el norte de Marruecos (1912-1956) intensiicó las
relaciones entre ambos países, pero también creó dinámicas negativas que siguen
4 Para un análisis de la política exterior española hacia el Magreb hasta principios de este
siglo, véase Bernabé López García y Miguel Hernando de Larramendi (2003), “España y el norte
de África: Hacia una ‘estabilidad dinámica’”, Àgora. Revista de Ciencias Sociales, vol. 1, nº 8, pp.
101-24.
17
Relaciones España - Marruecos
moldeando las percepciones mutuas que tienen sectores de ambas sociedades.
Debido a la fuerte presencia de otras potencias coloniales en el Mediterráneo,
España sólo pudo extender su influencia durante el inal del siglo XIX y la primera
mitad del siglo XX sobre aquellos territorios de la orilla sur del Mediterráneo más
inmediatos (la región del Rif en el norte de Marruecos) y la fachada atlántica
no lejos de las Islas Canarias (el Sáhara Occidental, conocido con el nombre de
Sáhara Español desde 1884 hasta 1976).
España y Marruecos son países mucho más cercanos de lo que parece, pero
bastante más distantes de lo deseable. Existe en Marruecos la percepción
de que la sociedad española no conoce, ni por tanto
valora, las reformas políticas llevadas a cabo por el
España y
país en los últimos años. Es cierto que Marruecos sigue
apareciendo entre los países parcialmente libres en el
Marruecos son
índice de Freedom House5 y entre los autoritarios en el
países mucho
Democracy Index de The Economist,6 pero también que
más cercanos
viene realizando progresos, aunque desde luego muy
lentos, apenas reconocidos en España. Esta dimensión
de lo que parece,
es importante porque existe el peligro de que se instale
pero bastante
en España (y en Europa) una añoranza perversa basada
más distantes de
en la idea de que el Mediterráneo funcionaba mejor
cuando los regímenes totalitarios gobernaban la ribera
lo deseable.
sur. Ese argumento no sólo resulta cínico, sino erróneo
en la medida en que choca frontalmente con el marco
conceptual de la paz liberal.
Condicionantes de la vecindad
España es el único país europeo con presencia territorial en el norte de África y,
en consecuencia, con frontera terrestre con Marruecos. Esa realidad, sumada a
la intensidad de la agenda bilateral y la naturaleza diferente de los sistemas de
gobierno, condicionan las relaciones entre España y Marruecos. Por otra parte,
las relaciones entre ambos países vienen marcadas por la existencia de conflictos
cíclicos, la rivalidad entre Marruecos y Argelia por la hegemonía regional y por
la competencia entre Francia y España por ejercer su influencia en el Magreb.
Las grandes diferencias existentes en la naturaleza de los regímenes políticos a
ambas orillas del Mediterráneo occidental y la interacción entre la política nacional
y exterior dotan a estos conflictos de un carácter estructural.7
5 En concreto, Marruecos aparece como “parcialmente libre” en Freedom of the World 2015, “no
libre” en Freedom of the Press 2015 y “parcialmente libre” en Freedom on the Net 2014.
6 En 2014, con una puntuación de 4,0 (3,79 en 2010), aparece en la posición 116 de un ranking
de 189 países.
7 Véase Haizam Amirah Fernández (2008), “La política española hacia Marruecos y Argelia:
buscando equilibrios en las relaciones con los vecinos del sur”, en Yahia Zoubir y Haizam Amirah
Fernández (eds.), El Magreb: Realidades nacionales y dinámicas regionales, Síntesis, Madrid, pp.
421-49.
18
España-Marruecos: una vecindad compleja
La suma de diversos factores hace que Marruecos reciba
un trato preferencial en las relaciones de España con el
Magreb, a pesar de la existencia de varios contenciosos y de
conflictos sin resolver a nivel bilateral. Ese trato preferencial
se ve reflejado en la norma no escrita según la cual el
primer viaje oicial al exterior de cada nuevo presidente del
gobierno español se realiza al reino alauí, algo que se repite
desde principios de los años 80.
Las relaciones
entre ambos
países vienen
marcadas por
la existencia
de conflictos
cíclicos, debido
a lo imprevisible
de algunas
decisiones que se
toman en Rabat.
Durante décadas, las relaciones de España con el Magreb
se han visto a través del prisma de los intereses nacionales
vinculados a Marruecos, en lo que podría describirse
como una “relación obsesiva”. Las disputas territoriales
han ocupado un lugar prominente en las relaciones
hispano-marroquíes. Existen todavía varios contenciosos
pendientes, cuya resolución parece lejana incluso en los
momentos en los que las relaciones bilaterales son más
cordiales. Marruecos reclama la soberanía de todas las posesiones españolas en
el norte de África: Ceuta, Melilla y un conjunto de rocas y promontorios situados
frente a la costa marroquí. La demarcación de las aguas territoriales entre ambos
países constituye otra fuente de conflictos, como se detalla más adelante.
Numerosas cuestiones que afectan a las relaciones con Marruecos se consideran
como parte de la política nacional española, más que cuestiones pertinentes a las
relaciones internacionales (la inmigración, el Sáhara Occidental, las posesiones
españolas en el norte de África, la amenaza terrorista y el tráico de drogas, entre
otras). Las percepciones juegan un papel muy importante a la hora de deinir las
relaciones entre ambos países, tanto a nivel social como a nivel de la elaboración
de políticas.
España dedica un gran esfuerzo diplomático a su relación con Marruecos. No
obstante, durante las últimas décadas, las relaciones hispano-marroquíes han
seguido un patrón de amor-odio que ha dado como resultado un movimiento que
oscila entre las muestras de amistad y buena vecindad hasta situaciones de alta
tensión. El caso extremo se produjo en julio de 2002 con el estallido de la “crisis
de Perejil”8 que puso a ambos países al borde de un enfrentamiento armado. A
pesar de ello, los momentos de tensión han sido pasajeros y se ha vuelto a una
normalidad aparente en un plazo de tiempo no muy largo. En el contexto actual,
no hay garantía alguna de que crisis semejantes no se vayan a repetir, en parte
8 Para un repaso sobre el trasfondo y la evolución de la crisis, véase Richard Gillespie (2006),
“‘This Stupid Little Island’: A Neighborhood Confrontation in the Western Mediterranean”,
International Politics, vol. 43, nº 1, febrero, pp. 113-6. Véase también Ana Planet y Miguel Hernando
de Larramendi (2003), “Maroc-Espagne: la crise de l’îlot du Persil”, en Rémy Leveau (ed.), Afrique
du Nord Moyen-Orient. Espaces et conflits, Les études de la Documentation française, París.
19
Relaciones España - Marruecos
El objetivo
último de todos
los gobiernos
españoles en
el Magreb ha
sido garantizar
la estabilidad
de la región y el
florecimiento de
las relaciones
económicas y
comerciales.
debido a lo imprevisible de algunas decisiones que se toman
en Rabat.9
El objetivo último de todos los gobiernos españoles en el
Magreb ha sido garantizar la estabilidad de la región, al
tiempo que se intenta crear el entorno adecuado que permita
el florecimiento de las relaciones económicas y comerciales.
Los esfuerzos de intensiicación de las relaciones entre
España y los países del Magreb se han visto interrumpidos
con frecuencia por la persistencia de conflictos sin resolver
y diferencias –en ocasiones, incompatibilidades– en los
estilos de gobierno y coniguraciones institucionales a
ambos lados del Estrecho de Gibraltar. En el pasado no lejano,
la mejora de las relaciones con una de las dos potencias
regionales magrebíes –ya sea Argelia o Marruecos– se
solía producir a expensas de la calidad de las relaciones con
el otro país. Esa tendencia se ha mitigado en los últimos
tiempos, aunque podría reproducirse si cambia el contexto
regional.
Con el in de establecer relaciones más cercanas con sus vecinos del sur, mejorar
la convivencia regional y evitar el uso de la fuerza en el caso de que surgieran
disputas, España irmó un Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación
con Marruecos en julio de 1991,10 que no entró en vigor hasta 1995 tras un lento
proceso de ratiicación. Un acuerdo similar fue alcanzado con Argelia 11 años
después, en un momento en el que las relaciones hispano-marroquíes habían
llegado a su punto más bajo. Ambos tratados establecen que deben celebrarse
Reuniones de Alto Nivel (RAN) con una periodicidad anual, si bien en el caso de
España y Marruecos únicamente se han celebrado 11 encuentros en 23 años (en
1993, 1994, 1997, 1998, 1999, 2003, 2005, 2007, 2008, 2012 y 2015). Posponer las
reuniones de alto nivel puede ser visto como una forma de expresar descontento
por las expectativas incumplidas o, según otra interpretación, porque la relación
marcha bien, por lo que no se requiere que los jefes de gobierno se reúnan con
tanta frecuencia. Esta táctica actúa como una especie de termómetro que permite
medir la calidez de las relaciones bilaterales y el nivel de expectativas que cada
uno de los países pone en las mismas.
9 Haizam Amirah Fernández (2014), España-Marruecos, sintonía real y mucho por hacer,
Comentario Elcano nº 51/2014, Real Instituto Elcano, 25/VII/2014.
10 El Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre el Reino de España y el Reino de
Marruecos está disponible en http://www.boe.es/boe/dias/1993/02/26/pdfs/A06311-06314.pdf
20
España-Marruecos: una vecindad compleja
Imágenes mutuas y opiniones públicas
Marroquíes y españoles son conscientes de la gran importancia que el otro
país tiene para la política exterior del propio. Esto ha quedado constatado en
sendas encuestas, una realizada en España en la primavera de 2014 (BRIE 35)11
y otra realizada en Marruecos en enero de 2015. Esta segunda formó parte del
Barómetro de Imagen de España,12 realizado en 10 países, entre ellos Marruecos
y Argelia. Así, en opinión de los españoles, Marruecos y el norte de África es la
zona más importante para España en sus relaciones exteriores después de la UE.
Gráico 1. Encuesta sobre las áreas geográicas prioritarias para España
Zonas prioritarias de interés para España
100
90
80
70
África Subsahariana; 1%
Rusia; 2%
Asia; 5%
América Latina; 11%
África Subsahariana; 2%
Rusia; 3%
Asia; 7%
África Subsahariana; 3%
Rusia; 6%
América Latina; 17%
Asia; 17%
Estados Unidos; 23%
América Latina; 18%
Estados Unidos; 16%
60
50
Marruecos y
el Norte de África;
23%
40
Marruecos y el Norte de
África; 14%
30
20
La Unión Europea;
37%
10
Estados Unidos; 17%
Marruecos y el Norte de
África; 14%
La Unión Europea; 26%
La Unión Europea; 13%
0
Prioritario
Segundo
Tercero
Respuestas a la pregunta: “En su opinión, ¿cuáles son las tres áreas geográicas que España
debe tener más en cuenta en sus relaciones internacionales?”.
Por otra parte, las opiniones recogidas en ese mismo BRIE sobre las principales
amenazas internacionales para España muestran que los españoles identiican
como algunos de los más peligrosos tres fenómenos (narcotráico, terrorismo
islamista y migración irregular) que afectan directamente a las relaciones
hispano-marroquíes.
11 Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), 35ª oleada, resultados de abril de 2014.
12 Barómetro de Imagen de España (BIE), 5ª oleada, diciembre 2014-enero 2015.
21
Relaciones España - Marruecos
Gráico 2. Encuesta sobre la percepción de amenazas para España
100%
90%
86%
85%
84%
84%
80%
80%
67%
70%
66%
61%
60%
50%
50%
40%
30%
20%
10%
Los gobiernos populistas de América Latina
Las tensiones entre Rusia y Ucrania
La conversión de China en potencia mundial
La globalización
La inmigración irregular
El calentamiento global
El terrorismo islamista
El narcotráico
Los problemas de abastecimiento de energía
0%
Amenazas para España. El valor corresponde al porcentaje de entrevistados que considera la
amenaza como importante o muy importante.
Por su parte, los marroquíes opinan que para su país es importante o muy
importante mantener buenas relaciones con España (el 91% de los marroquíes
opina esto). Pero marroquíes y españoles juzgan de forma distinta el estado
actual de las relaciones entre ambos países. Mientras que los españoles conceden
de media un 4,5 en la escala 0-10 a la situación de esas relaciones (por tanto,
22
España-Marruecos: una vecindad compleja
por debajo del aprobado),13 los marroquíes consideran que las relaciones entre
España y Marruecos son buenas (67%) o muy buenas (17%). Si convirtiéramos
estas respuestas a una escala 0-10, obtendríamos una media de 6,7. Es decir,
más de dos puntos por encima de la media de los españoles. En deinitiva, los
marroquíes están más satisfechos de sus relaciones con España que viceversa.
Por otra parte, existe un nada despreciable 16% de marroquíes que considera
malas o muy malas las relaciones de su país con España, mientras que a la vez
opinan que esas relaciones son importantes. Como se aprecia en la Tabla 1, en
Marruecos existe una insatisfacción entre el deseo de tener buenas relaciones
con España y la sensación de que éstas no son aún lo bastante buenas. Como
se ve, el 74% de los que dicen que las relaciones entre España y Marruecos son
malas, opinan que para su país es muy importante (52%) o bastante importante
(22%) mantener buenas relaciones.
Tabla 1. Percepciones en Marruecos sobre las relaciones con España
Diría Vd. que, para
su país (Marruecos),
mantener buenas
relaciones con España
es…?
Muy importante
Bastante importante
Poco importante
Nada importante
NS-NC
¿Cómo son las relaciones que mantiene su país con España?
Muy buenas
Buenas
Malas
Muy malas
Total
88,2
8,8
1,5
1,5
0,0
69,9
23,8
4,5
1,5
0,4
51,9
22,2
9,3
16,7
0,0
30,0
10,0
10,0
50,0
0,0
69,6
20,7
4,7
4,7
0,2
Esto implica que, desde la perspectiva de la opinión pública, existe un apoyo
popular para la mejoría de las relaciones entre ambos países, un apoyo que es
más claro en Marruecos que en España.
En la última oleada del Barómetro de Imagen de España
(BIE 5) se ha indagado sobre la valoración de España en los
diferentes países incluidos en la muestra. En comparación
con el resto de los países entrevistados en Europa, América,
Asia y el Magreb, Marruecos es el que da una puntuación
más baja a España, un 5,8 en la escala 0-10, frente a la
media de 6,9 obtenida en el conjunto de la muestra. En
comparación con la valoración que hacen los marroquíes de
los países incluidos en el cuestionario, España se sitúa al
mismo nivel que Italia, por encima de Grecia, México y Brasil,
pero bastante por debajo de Francia, Alemania, el Reino
Unido, EEUU y China.
Existe un apoyo
popular para la
mejoría de las
relaciones entre
ambos países.
13 Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), 34ª oleada, resultados de diciembre de 2013.
23
Relaciones España - Marruecos
Gráico 3. Valoración de distintos países desde Marruecos
10
9
8,4
8
8,2
7,7
7,8
7,4
7
5,9
5,8
6
5,5
4,7
5
4,3
4
3
2
1
CHINA
ESTADOS UNIDOS
BRASIL
MÉXICO
ESPAÑA
REINO UNIDO
ITALIA
GRECIA
FRANCIA
ALEMANIA
0
Por otra parte, aunque en conjunto la valoración de España en Marruecos es más
positiva que negativa, Marruecos es el país de la muestra del BIE 5 en que con
menos fuerza se ponderan cualidades de España como la honradez, la fuerza, la
tolerancia y el paciismo. Además de ello, los marroquíes se dividen por la mitad
respecto a si España inspira o no conianza, y lo mismo ocurre con la disyuntiva
respecto a si los españoles son solidarios o egoístas, ricos o pobres, religiosos
o laicos. Un elevado número de marroquíes cree que España es corrupta, débil,
conflictiva e intolerante. Probablemente el hecho de que los marroquíes opinen
de España que es más laica que religiosa y que es intolerante está relacionada
con la opinión de los marroquíes residentes en España respecto a la actitud de
la sociedad española ante su práctica del islam. Sin embargo, esta percepción
choca con el hecho de que en España no existan partidos políticos ni movimientos
xenófobos influyentes, así como con la ausencia de graves o repetidos incidentes
racistas en poblaciones españolas, hechos que sí se dan en otros países europeos.
24
España-Marruecos: una vecindad compleja
Gráico 4. Peril de imagen de España en Marruecos
Tradicional; 36,2
Moderno; 63,8
No insp. conf; 49,6
Inspira conf.; 50,1
Autoritario; 20,7
Democrático; 79,1
Corrupto; 34,2
Honesto; 65,6
Ocioso; 16,7
Trabajador; 82,5
Campo; 36,2
Ciudad; 63,8
Debilidad; 35,4
Fuerza; 64,1
Conflictivo; 34,7
Pacíico; 65,3
Egoista; 45,9
Solidario; 54,1
Pobre; 47,4
Rico; 52,6
Religioso; 45,1
Laico; 54,9
Intolerante; 37,4
100,0
Tolerante; 62,1
50,0
0,0
50,0
100,0
Leyenda en color: aspectos ambivalentes.
Gráico 5. Peril de imagen de España en el conjunto de países estudiados
Tradicional; 63,1
Moderno; 36,0
No insp. conf; 24,2
Inspira conf.; 71,4
Autoritario; 22,2
Democrático; 74,2
Corrupto; 30,0
Honesto; 65,8
Ocioso; 23,5
Trabajador; 74,1
Campo; 31,9
Ciudad; 66,1
Debilidad; 27,0
Fuerza; 69,9
Conflictivo; 25,4
Pacíico; 72,3
Egoista; 23,5
Solidario; 73,5
Pobre; 43,8
Rico; 53,1
Religioso; 60,3
Laico; 37,4
Intolerante; 19,5
100,0
50,0
Tolerante; 78,0
0,0
50,0
100,0
No contamos con resultados de encuestas que nos permitan evaluar la imagen
de Marruecos en España.
25
Relaciones España - Marruecos
La presencia global de España y Marruecos
España ocupaba en 2014 el puesto 11º en el ranking de países, según el Índice
Elcano de Presencia Global,14 con un valor índice de 169,01. Dicho índice calcula
la proyección exterior de los países en función de sus dimensiones económica
(exportaciones e inversiones), militar (tropas y capacidad de despliegue) y blanda
(deportes, turismo, cultura, cooperación al desarrollo, ciencia, etc.). Por su parte,
con un valor índice casi 10 veces inferior (14,14), Marruecos se sitúa en el puesto
66 de los 80 países que ordena dicho índice. En este sentido, cabe señalar que los
puestos ocupados por diferentes países en este ranking correlacionan altamente
con los tamaños demográico y económico de los Estados.
Comparada con el resto de la UE, España se proyecta hacia el exterior sobre
bases blandas. Éste sería también el caso de Marruecos, cuyas variables blandas
contribuyen en mayor medida al peril de proyección exterior del país (53,73%)
que en el caso de España (51,23%). Esto se debe, sobre todo, al turismo, rasgo
que comparten ambos países. Destacan también en Marruecos el peso de
lo militar (6,40%) mientras que las variables económicas tendrían un peso
comparativamente menor (39,87% frente a 47,43%).
Tabla 2. Contribuciones económica, militar y blanda a la presencia global de
Marruecos y España
Marruecos 2014
VALOR CONTRIBUCIONES
VARIABLE
ÍNDICE
DE PRESENCIA
PRESENCIA
GLOBAL
PRESENCIA
ECONÓMICA
PRESENCIA
MILITAR
PRESENCIA
BLANDA
14,14
--%
14,66
39,87%
5,86
6,40%
16,58
53,73%
VARIABLE
PRESENCIA
GLOBAL
PRESENCIA
ECONÓMICA
PRESENCIA
MILITAR
PRESENCIA
BLANDA
España 2014
VALOR CONTRIBUCIONES DE
ÍNDICE
PRESENCIA
169,01
--%
209,40
47,43%
14,77
1,34%
189,29
51,23
Fuente: Índice Elcano de Presencia Global, Real Instituto Elcano.
El “colchón de intereses”, a prueba
Con el objetivo de poner in a la naturaleza cambiante e incierta de las relaciones
hispano-marroquíes, los responsables de la política exterior española acuñaron
durante la década de los 90 el término “colchón de intereses” como expresión
de la necesidad de crear una extensa red de lazos multidimensionales entre
España y Marruecos que permitiera mitigar los efectos de las crisis cíclicas. Se
14
Para más información sobre el Índice Elcano
http://www.globalpresence.realinstitutoelcano.org/es.
26
de
Presencia
Global,
véase
España-Marruecos: una vecindad compleja
presentó entonces la interdependencia como garantía
para impedir la ruptura de la diplomacia tradicional y como
medio para disuadir a ambos países del uso de la fuerza. El
mero recurso a esta estrategia de mitigación de conflictos
es de por sí indicativo de que las relaciones contienen
componentes estructuralmente conflictivos. Pese a las
buenas intenciones y al establecimiento de lazos mucho
más fuertes entre ambos países, este “colchón de intereses”
no pudo impedir la aparición de graves crisis, justo en el
momento que más falta hacía, como por ejemplo entre 2001
y 2003, período en que se enfriaron las relaciones bilaterales.
Algo parecido ocurrió –aunque en menor medida– en otras
crisis posteriores de menor calado.
El “colchón de
intereses” se
presentó como
garantía para
impedir la ruptura
de la diplomacia
tradicional y
como medio para
disuadir a ambos
países del uso de
la fuerza.
La “crisis de Perejil” de julio de 2002 evidenció varias
cuestiones: en primer lugar, que el “colchón de intereses”
constituía un marco insuiciente para impedir el surgimiento
de un conflicto grave. La crisis dejó también claro que
“cuando un conflicto real amenazó al Mediterráneo
occidental, ni la Asociación Euromediterránea ni la PESC
(la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE) pudieron impedirlo: más
bien, fue la intervención de EEUU, en calidad de superpotencia (…) lo que ayudó a
España y Marruecos a restaurar la ‘normalidad’ en sus relaciones diplomáticas”.15
Todo ello a pesar de la existencia del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y
Cooperación irmado por ambos países en julio de 1991. Es más, la “crisis de
Perejil” y su desenlace pusieron de maniiesto que España mantenía una relación
oscilante con Marruecos no sólo cuando gobiernos de diferente signo político
estaban en el poder, sino también en diferentes períodos de tiempo bajo el mismo
gobierno, tal como quedó claramente evidenciado con los esfuerzos dedicados al
restablecimiento de las relaciones durante la cumbre de Marrakech de diciembre
de 2003. De forma llamativa, e independientemente del deterioro de las relaciones
diplomáticas bilaterales, el comercio entre ambos países aumentó durante el
período de crisis.
La asimetría económica es lo que en realidad subyace en el concepto de “colchón
de intereses” desarrollado por la diplomacia española: en el caso hispanomarroquí, la lógica de aumentar el coste de oportunidad del conflicto no descansa
tanto en las teorías idealistas de la “paz liberal” (peace & trade) como en que,
en un contexto asimétrico, el “colchón” siempre se espera más mullido del lado
español; es decir, el coste de oportunidad del conflicto siempre será mayor para
Marruecos (cerca del 20% de sus exportaciones, segundo origen de inversiones
extranjeras, importantes flujos de cooperación al desarrollo, etc.). Este enfoque
15 Richard Gillespie (2006), op. cit., p. 111.
27
Relaciones España - Marruecos
La inconsistencia de
la instrumentalización
de las medidas
económicas es una de
las debilidades de la
relación bilateral entre
España y Marruecos.
presenta al menos dos problemas: (1) confunde
instrumentos y objetivos; y (2) realiza un análisis
demasiado simpliicador de una interdependencia
cada vez más compleja.
El primer problema es tal vez el más grave, al degradar
la economía al carácter de instrumento (u objetivo
intermedio) al servicio de las relaciones políticas.
En los esquemas de “paz liberal”, el aumento de
la interdependencia económica es un objetivo
intermedio básicamente porque la liberalización
de los flujos económicos redunda en un mayor
desarrollo económico, un in deseable en sí mismo.
Para que ese desarrollo económico genere apertura social y política, hacen falta
también medidas políticas, no sólo económicas. Este es precisamente uno de los
principales fallos de diseño del entramado institucional euromediterráneo. Por
otro lado, el carácter meramente instrumental de las relaciones económicas suele
conducir a la inconsistencia de las medidas. Algunos ejemplos son: resistirse a la
liberalización agrícola al tiempo que se persigue un acuerdo pesquero; promover
un acuerdo de libre comercio y mantener Ceuta y Melilla fuera de la Unión Aduanera;
o apoyar la Unión para el Mediterráneo (UpM) pero mostrarse reacio a su Plan
Solar. Esta inconsistencia en la instrumentalización de las medidas económicas
es una de las debilidades de la relación bilateral entre España y Marruecos.
28
MARRUECOS:
UN VECINO CLAVE
MARRUECOS: UN VECINO CLAVE
Marruecos goza de una situación política generalmente estable, en comparación
con otros países del Magreb y del mundo árabe. El monarca y su entorno juegan
un papel central en las decisiones que se toman en distintos ámbitos, que va más
allá de las grandes decisiones de Estado y abarca con frecuencia la micro-gestión
de asuntos cotidianos. Esa característica de la realidad política marroquí genera
tensiones entre los distintos actores dentro de Marruecos, así como disfunciones
en el funcionamiento del Estado y sus instituciones. Asimismo, provoca con
relativa frecuencia malentendidos y conflictos –de mayor o menos intensidad–
con países vecinos. España no escapa a ese tipo de situaciones, que suelen surgir
de forma imprevista y tienen un impacto considerable en las opiniones públicas
de uno o de los dos países.16
El monarca es la igura dominante en la escena política marroquí, con la
colaboración de su entorno palaciego (conocido como el majzen). El rey también
actúa como “comendador de los creyentes” (amir al-muminín), igura equivalente
a la de guía espiritual que ha aportado legitimidad a la monarquía alauí de cara
a sectores amplios de la población. Es de prever que esa fuente de legitimación
se vea modiicada, en parte por los cambios sociales y culturales que afectan a
algunos sectores sociales, sobre todo entre parte de la población joven y urbana.
Por un lado, el monarca proyecta la imagen de un líder querido por su pueblo;
por otro, existe una insatisfacción social creciente con los procesos políticos
formales, debido a la percibida incapacidad de los dirigentes marroquíes de
mejorar las condiciones socioeconómicas y de atajar males extendidos como la
corrupción y la arbitrariedad del sistema judicial.
Mientras que los datos macroeconómicos de Marruecos transmiten una imagen
de estabilidad, eso no impide que exista un riesgo real de que aumente el malestar
social si no mejoran las condiciones de vida de una manera visible. Tanto la
renta per cápita (actualmente próxima a los 3.000 dólares anuales),17 como las
insuicientes tasas de crecimiento (2,7% en 2012, 4,4% en 2013 y 2,5% en 2014)
y los niveles de desigualdad son fuentes potenciales de conflicto. Por ello, se
hace necesario que el modelo de desarrollo impulsado en Marruecos alcance
16 Haizam Amirah Fernández (2013), España-Marruecos, una apuesta por el acercamiento,
Comentario Elcano nº 46/2013, 29/VII/2013.
17 Existe un gran diferencial de renta per cápita entre España y Marruecos: 27.865 euros frente
a 2.885 euros en 2013, según el Banco Mundial. La frontera de España con Marruecos es una de
las más desiguales de cualquiera de los 34 miembros de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE).
31
Relaciones España - Marruecos
Los gobiernos
marroquíes temen
enfrentarse al riesgo
de estallidos sociales
provocados por el
empobrecimiento, las
desigualdades y la
falta de empleo.
un crecimiento mayor y más inclusivo, reduzca
las desigualdades de renta, mejore los servicios
sociales y, sobre todo, combata el desempleo
y el subempleo que afectan gravemente a las
expectativas vitales de la juventud.
Los gobiernos marroquíes, tanto el actual
encabezado por el islamista Partido Justicia y
Desarrollo (PJD) como muy probablemente sus
sucesores, temen enfrentarse al riesgo de estallidos
sociales provocados por el empobrecimiento, las
desigualdades y la falta de empleo. Por ello, se
trata de mantener el gasto social en educación,
sanidad, subsidios y proyectos de infraestructuras
y viviendas, cuyo objetivo es limitar la exclusión social y económica. Sin embargo,
el gasto social se enfrenta a crecientes restricciones y vulnerabilidades debido
a los elevados déicit iscales. Estos, a su vez, están forzando el levantamiento
progresivo de subsidios a la energía y a productos básicos, medidas que resultan
impopulares y tienen un coste político considerable. Mientras no aumenten los
ingresos estatales, no se ataje la ineiciencia de la burocracia y no se ponga coto
al nepotismo y la corrupción, resultará difícil para el gobierno marroquí de turno
mejorar los indicadores socioeconómicos al ritmo necesario para garantizar la
estabilidad social y política.18
La primera oleada de las revueltas antiautoritarias árabes, iniciada a inales de
2010, no tuvo un profundo impacto social en Marruecos, aunque sí provocó una
acción preventiva por parte de Palacio mediante una reforma otorgada de la
Constitución. La reforma refuerza el papel del primer ministro y del Parlamento,
aunque la realidad está demostrando que ello no limita la influencia del monarca
y de su entorno real, que siguen marcando la agenda legislativa y controlan los
“ministerios de soberanía” (Interior, Exteriores, Justicia y Asuntos Religiosos) y
puestos clave en los demás ministerios. Es de prever que esa situación no se
modiique, salvo que surja un cambio abrupto del statu quo.
El control de los flujos migratorios es un ámbito donde se ha intensiicado la
interdependencia entre España y Marruecos.19 Se trata de una interdependencia
asimétrica, puesto que Marruecos dispone de mayor capacidad de influencia según
cómo aplique los acuerdos de readmisión y según cómo vigile los accesos a las
18 Los indicadores del Bertelsmann Stiftung Transformation Index (2014) reflejan un
estancamiento en la transformación política y económica marroquí, a pesar de las expectativas
de cambio anunciadas entre 2011 y 2013.
19 Entre otros elementos de cooperación, y además de los acuerdos sobre inmigración
mencionados, se llevan ahora a cabo patrullas mixtas terrestres, marítimas y aéreas, intercambio
de oiciales de enlace, oiciales de enlace en los aeropuertos de Casablanca y Madrid, centros
conjuntos de cooperación policial en Tánger y Algeciras o encuentros a alto nivel (G 4, Ministerios
y Direcciones Generales de los Cuerpos y Fuerzas de seguridad de ambos Estados).
32
Marruecos: Un vecino clave
vallas y la salida de pateras. Pero también lo es para Marruecos, ya que depende
de las iniciativas españolas. Por un lado, la presión europea y la española han
contribuido a que Marruecos modiique su política migratoria, por lo que ha dejado
de aliviar su presión migratoria como en el pasado, endureciendo la represión
contra los inmigrantes irregulares subsaharianos que acaban convirtiéndose en
residentes en su territorio o expulsándolos a Argelia. Al hacerlo, Marruecos ha
visto cómo aumentan y se consolidan las bolsas migratorias que atraviesan su
territorio en dirección a Europa. Por ello, reclama a la UE y a España fondos y
asistencia para atender y repatriar a emigrantes ilegales como resultado de la
adopción de una política migratoria más garantista. En lugar de ser una fuente de
problemas como en el pasado, el control de la inmigración, y el de las fronteras en
general, podría ser una fuente de interdependencia positiva en el futuro.
33
LA ECONOMÍA:
UN PILAR DE LA RELACIÓN
LA ECONOMÍA: UN PILAR DE LA RELACIÓN
Las relaciones económicas bilaterales entre España y Marruecos están marcadas
por una profunda asimetría. Con datos de 2013, el PIB de Marruecos supone
alrededor del 7% del español. Marruecos es el destino del 2,3% de las exportaciones
españolas y el origen del 1,23% de las importaciones, mientras que España es el
primer socio comercial marroquí con casi el 17% de sus exportaciones y el 13% de
sus importaciones (sin incluir el “comercio atípico” con Ceuta y Melilla). España
desbancó a Francia en 2012 como primer suministrador de Marruecos.
Respecto a los flujos inversores, España destinó a Marruecos apenas el 0,5%
de sus inversiones extranjeras en el período 2007-2012, lo que representa el
segundo stock de inversiones en el país, muy por detrás de Francia. Cuando se
añade la asimetría dictada por la pertenencia de España a la UE, se encuentra
una de las fuentes de debilidad de la relación bilateral: las relaciones asimétricas
tienen ventajas, pero sólo una gestión cuidadosa puede evitar que degeneren en
problemas.
Una perspectiva de la importancia de Marruecos para España en el ámbito
de las relaciones económicas puede obtenerse a partir del Índice Elcano de
oportunidades y riesgos estratégicos para la economía española,20 con datos
de 2014 para el caso de España. Este índice trata de establecer la importancia
relativa, para el país analizado, de los países con los que se establecen las
relaciones económicas más intensas a partir de la combinación de dos índices:
el índice de interdependencia y un índice de riesgo país. La
interdependencia se construye a partir de las relaciones
comerciales (exportaciones, importaciones sin inputs de
Las relaciones
combustibles, importaciones de inputs de combustibles,
económicas
turismo y flujos y stocks de inversiones directas).
Como se refleja en el Gráico 6, Marruecos es la 25º
economía de mayor importancia para España, ocupando un
lugar relativamente poco destacado y en un lugar de riesgo
intermedio, menor que el de los países europeos o EEUU,
pero mayor que algunos países de los que España importa
20 Véase Federico Steinberg y Alfredo Arahuetes (coords.) (2014), V
Índice Elcano de oportunidades y riesgos estratégicos para la economía
española, Informe Elcano nº 17, octubre.
bilaterales
entre España y
Marruecos están
marcadas por
una profunda
asimetría.
37
Relaciones España - Marruecos
hidrocarburos, como Venezuela, Libia e Irak. España, por su parte, es la segunda
economía con la que más interdependencia tiene Marruecos, sólo por detrás de
Francia. Esto supone, por tanto, una relación asimétrica en favor de España.
Gráico 6. Radar de oportunidades y riesgos estratégicos de la economía
española (datos de 2014)
12
Alemania
Reino Unido
Suecia
Noruega
Dinamarca
Austria
Finlandia
10
Francia
8
Países Bajos
6
Estados Unidos
Luxemburgo
Italia
México
4
Brasil
Rusia
Portugal
Arabia Saudí
2
Nigeria
Suiza
China
Chile
Japón
0
Argelia
Bélgica
Polonia
Kasajistán
AAA AA+ AA AA- A+ A AAaa Aa1 Aa2 Aa3
Colombia
Venezuela
Turquía
Irlanda
Libia
Angola
Argentina
Marruecos
Irak
BBB+ BBB BBB- BB+ BB BB- B+ B B- CCC+ CCC CCC- CC C SD D
A1 A2 A3 Baa1
Baa2
Baa3
Ba1 Ba2
Ba3
B1
B2
B3
Caa1
Caa2
Caa3
Ca C
En el eje vertical aparece la intensidad de la interdependencia, mientas que en el horizontal igura
el índice de riesgo general basado en los ratings de las agencias internacionales de caliicación.
Fuente: V Índice Elcano de oportunidades y riesgos estratégicos para la economía española.
Fortalezas y debilidades
El exceso de simpliicación en el análisis de las relaciones económicas entre
España y Marruecos se maniiesta en varios aspectos. Primero, Marruecos pudo
suponer sólo el 2,3% de las exportaciones españolas en 2013, pero no dejan de
ser 5.500 millones de dólares, apenas 2.000 millones de dólares menos que la
suma de exportaciones españolas a China y Brasil, y
por supuesto más que las realizadas a varios Estados
España es el primer socio miembros de la UE. Segundo, Marruecos es un socio
natural de España por cercanía geográica y existencia
comercial de Marruecos.
de ventajas comparativas complementarias en un
marco comercial euromediterráneo establecido.
38
La economía: un pilar de la relación
Tercero, incorporar a Marruecos a la frontera de producción
española redunda en ganancias de eiciencia de las que
ya dependen algunas empresas españolas deslocalizadas
en ese país, pero que podría tener mucho más recorrido
en el futuro en ámbitos como la agricultura o las energías
renovables.
En general, el enfoque español ha tendido a ser defensivo,
sobreestimando la competencia en algunos sectores
e infravalorando las complementariedades en los
restantes. Estos son precisamente los puntos fuertes de
la relación económica bilateral: mercados importantes
pese a su asimetría, cercanía geográica, marco
institucional euromediterráneo y ventajas comparativas
complementarias. Todos ellos son fortalezas básicamente
estructurales.
Marruecos es
un socio natural
de España
por cercanía
geográica
y existencia
de ventajas
comparativas
complementarias
en un marco
comercial
euromediterráneo
establecido.
Tal vez la mayor debilidad sea la capacidad de las tensiones
políticas para distorsionar las relaciones económicas: la
versión faquir del “colchón de intereses”. Es cierto que en
los últimos años los flujos económicos han capeado los
vaivenes políticos, pero también que lo han hecho a pesar de los mismos. El marco
euromediterráneo, tanto o más que el “colchón”, ancla las relaciones económicas
y las aísla de las tensiones bilaterales. Otra fuente de debilidad es la dimensión
económica de las tensiones territoriales –cuando surgen– en relación con Ceuta
y Melilla. El proteccionismo agrícola también ha generado en ocasiones un clima
innecesariamente tenso en la relación bilateral, y sería importante que no se
reprodujese con la misma intensidad en otros ámbitos como el de las energías
renovables.
Para Marruecos, un deterioro de la situación en el Sahel y África Occidental
presentaría riesgos evidentes porque lleva años intentando diversiicarse
económicamente hacia África Subsahariana en busca de los mercados que
la ausencia de integración magrebí le niega. Pese a que las cifras han sido
modestas, el crecimiento del continente y el posicionamiento marroquí empiezan
a dar sus frutos, por ejemplo mediante operaciones signiicativas de triangulación
de España y Francia con los países del África Occidental (un ejemplo claro es
la canalización de operaciones del Banco Santander hacia su participado
Attijariwafa Bank). Un deterioro económico prolongado de la región podría reducir
la ventana de diversiicación geográica marroquí, algo que iría en contra de los
intereses económicos españoles.
39
Relaciones España - Marruecos
Europa y la relación bilateral
La conveniencia o no de “europeizar” las relaciones bilaterales, así como los
límites de esa estrategia, es otro de los debates recurrentes en España acerca
de Marruecos. Se trata de un debate en buena medida estéril: la europeización
viene dada en muchos aspectos y lo importante es la forma de aplicarla. Cuando
España ha recurrido a transferir sus preferencias económicas directas, ha pecado
de inconsistente (proyectar al tiempo preferencias defensivas y cooperativas), ha
encontrado límites claros en el seno de la UE y no sólo no ha sido capaz de diluir
su responsabilidad sino que en ocasiones incluso ha cargado con los obstáculos
planteados por otros Estados miembros. Pero, en realidad, la “europeización”
no es una opción, sino una institucionalidad a gestionar. A diferencia de lo que
ocurre con países como Argelia o Libia, la UE sí proporciona incentivos adecuados
para las preferencias marroquíes, que buscan sobre todo poder exportar, recibir
inversiones y turistas, y obtener mejores condiciones de movilidad de la mano
de obra. Es decir, el marco económico euromediterráneo, con sus insuiciencias,
sí resulta aplicable a Marruecos y proporciona estabilidad a la relación bilateral.
Evidentemente, España no se ha quedado en la “europeización”. De hecho, ha
utilizado vectores económicos no (o poco) europeizados, como la cooperación
al desarrollo y la inmigración, para proyectar sus preferencias económicas allí
donde los instrumentos comunitarios no las recogían de manera suiciente. Un
caso especial, sobre el que se volverá, es el de Ceuta y
Melilla, fuera de la Unión Aduanera. Pero para el conjunto
de las relaciones económicas, parece que la política
El Estatuto
euromediterránea ofrece canales suicientes para la
Avanzado,
gestión de la interdependencia económica hispanomarroquí. De hecho, la entrada de Ceuta y Melilla en la
destinado a
Unión Aduanera supondría la europeización parcial de la
alcanzar la plena
dimensión económica de la realidad que viven esas dos
participación de
ciudades autónomas.
Marruecos en el
Mercado Único,
tiene como modelo
a largo plazo un
Espacio Económico
Euromediterráneo
a imagen y
semejanza del
Espacio Económico
Europeo.
40
Por otro lado, las asimetrías económicas también se
reproducen con y en la UE. Evidentemente, con la UE
el desequilibrio en el tamaño de mercado y el peso de
los flujos bilaterales es todavía mayor: la UE representa
históricamente más del 70% de las exportaciones
marroquíes y un porcentaje semejante de sus
importaciones. Pero además, como Estado miembro,
España tiene la capacidad (limitada) de imponer
sus preferencias, por ejemplo, en materia de política
comercial comunitaria para los productos agrícolas
marroquíes. Curiosamente, existe una asimetría dentro
de la asimetría: España parece relativamente más eicaz
a la hora de bloquear medidas de interés económico
La economía: un pilar de la relación
para Marruecos (comercio agrícola) que de promover actuaciones de interés
mutuo –aunque discutible– como el acuerdo pesquero.
Respecto a las relaciones económicas Marruecos-UE, el 1 de marzo de 2013 se
lanzaron las negociaciones para alcanzar un acuerdo de libre cambio completo
y profundo entre Marruecos y la UE. Este paso supone la culminación, por el
momento, del fervor negociador euro-marroquí desplegado en los últimos tiempos.
El 1 de marzo de 2012 se completó el desmantelamiento arancelario iniciado
por Marruecos en 2000 en el marco del Acuerdo de Asociación Marruecos-UE,
que incluye un Acuerdo de Libre Comercio cuyas fases transitorias terminaron
en 2012 (el grueso de las exportaciones industriales marroquíes entra libre de
derechos arancelarios en el mercado comunitario desde 1976). El 1 de octubre
de 2012 entró en vigor el Acuerdo Agrícola UE-Marruecos, y el 1 de noviembre
de ese mismo año lo hizo otro sobre la prevención y resolución de diferencias
comerciales relativas a la aplicación del Acuerdo de Asociación.
El 15 de julio de 2014, tras largas negociaciones, entró inalmente en vigor el
Acuerdo de Pesca bilateral entre la UE y Marruecos, de cuatro años de duración.
Una vez concedidas las licencias, los buques españoles encontraron resistencia
de pescadores marroquíes, obligando a los primeros a interrumpir sus pesquerías
de forma temporal. En la actualidad, prosiguen las negociaciones sobre la
liberalización de los servicios, que incluye asuntos centrales como la libertad de
establecimiento.
Las nuevas negociaciones comerciales pretenden darle cuerpo al elusivo
contenido del Estatuto Avanzado alcanzado entre la UE y Marruecos en 2008,
cuyo desarrollo e implicaciones han pasado inadvertidos hasta el momento para
los operadores económicos. En realidad, este nuevo paso sigue la senda de otros
acuerdos comerciales de última generación irmados por la UE, adentrándose en
los aspectos normativos e institucionales. La agenda negociadora abarca las
normas de acceso a los mercados públicos, la política de competencia, la normativa
sanitaria y itosanitaria, así como la de propiedad industrial e intelectual, el marco
institucional de los movimientos de capital y sus rendimientos, y la facilitación del
comercio y de los trámites aduaneros.
El objetivo último consiste en equiparar progresivamente las condiciones de
acceso de Marruecos al Mercado Único a las de sus otros participantes, pero
sin poder participar en sus decisiones, algo semejante a lo que ya ocurre con
Noruega y, de manera más selectiva, con Suiza. Es evidente que profundizar en
los aspectos normativos puede reducir los costes de transacción del comercio
bilateral y, sobre todo, modernizar el marco institucional de la economía marroquí
mediante su europeización. Todo lo que redunde en una mayor capacidad de
gestión de las relaciones bilaterales (por ejemplo, la solución de diferencias
comerciales) será positivo para España.
41
Relaciones España - Marruecos
El problema es profundizar sin completar, la otra aspiración de Marruecos y la UE.
Para completar el libre comercio, éste debe extenderse primero a la agricultura,
y el acuerdo agrícola vigente dista de hacerlo; y luego a los servicios, cuyas
negociaciones están en curso pero que difícilmente incorporarán el modo 4 de
prestación de servicios que supondría introducir la movilidad de la mano de
obra.21 Profundizar es importante, pero completar es lo que hace la profundización
verdaderamente importante.
En suma, una vez en pleno vigor el Acuerdo de Libre Comercio (ALC) y superado
el escollo del último Acuerdo Agrícola, los vectores de negociación se centran
en la profundización del ALC y las negociaciones sobre la movilidad de la mano
de obra. No obstante, también requerirán la atención española en el medio plazo
cuestiones como la inclusión de Marruecos en el Tratado de la Comunidad de
la Energía o nuevas negociaciones agrícolas y de pesca. El Estatuto Avanzado,
destinado a alcanzar la plena participación de Marruecos en el Mercado Único (con
un horizonte de perspectivas semejantes a las actuales de Suiza y Noruega), tiene
como modelo a largo plazo un Espacio Económico Euromediterráneo a imagen y
semejanza del Espacio Económico Europeo. Sin embargo, la infra-especiicación
y vaguedad de los conceptos europeos de Vecindad, Unión para el Mediterráneo y
Estatuto Avanzado, generan incertidumbre acerca de su capacidad de integración
y anclaje económico para con Marruecos, al igual que para los demás vecinos del
Sur.
Construir un modelo de integración creíble y reconocible para los operadores
económicos (ALC, Espacio Económico, incluso Unión Aduanera, frente a la infraespeciicación de los conceptos antes citados) con horizontes temporales claros
debería constituir una prioridad de la relación bilateral, pues obrará en favor de las
preferencias españolas. Nótese que la petición de Marruecos de integrarse en la
Unión Aduanera siguiendo el modelo de Turquía fue inalmente desestimada, en
parte por el ALC que Marruecos irmó con EEUU en junio de 2004, cuya entrada
en vigor tuvo lugar en 2006. Una Unión Aduanera con Marruecos tendría todo el
sentido geo-económico y no puede descartarse a más largo plazo, especialmente
en un escenario de irma de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la
Inversión (TTIP, en sus siglas en inglés), lo que permitiría a Marruecos integrarse
en la Unión Aduanera y comerciar con EEUU bajo el TTIP. Ello plantea retos
adicionales al actual encaje económico de Ceuta y Melilla.
21 El modo 4 de prestación de servicios (terminología OMC) supone el desplazamiento del
prestador del servicio al país donde tal servicio se presta, y se ha planteado aplicarlo a temporeros
de los sectores agrícola y de hostelería.
42
La economía: un pilar de la relación
Problemas que han quedado atrás y otros que no
La relación económica bilateral en los últimos años ha
venido marcada por conflictos más mediáticos que de
peso económico real. Los problemas de la pesca y de la
competencia agrícola (comúnmente asociada a los tomates)
han dejado un poso que ha hecho difícil superar la lógica
de la “competencia” y explorar la de la complementariedad.
Afortunadamente, conforme ambos vectores han ido
perdiendo importancia relativa frente a otros, como los
flujos industriales e inversores, la deslocalización (también
agrícola y pesquera) y el desarrollo del comercio intra-irma,
su sensibilidad se ha ido aminorando muy lentamente.
La relación
económica
bilateral en los
últimos años ha
venido marcada
por conflictos más
mediáticos que de
peso económico
real.
Sin embargo, la renuencia española a liberalizar la agricultura,
especialmente en un contexto de crisis económica y de desempleo, sigue planteando
obstáculos al desarrollo de la cooperación en otros sectores. Más que un problema
real, la liberalización agrícola se ha convertido en un estigma de la relación bilateral,
pues los estudios realizados (citados más adelante) estiman un impacto limitado
sobre la agricultura española, y un efecto tractor sobre otros sectores, como el
agroindustrial, el transporte, la distribución, etc. En cambio, la pesca prácticamente
ha desaparecido del listado de puntos calientes de la relación bilateral y su impacto
se ha reducido casi al ámbito local, cuya repercusión mediática es limitada. Algo
semejante podría pasar con la agricultura en el medio plazo.
Uno de los temas bilaterales que más preocupación causó en España fue el eventual
impacto de las prospecciones petroleras en Canarias. El problema se deriva de la
falta de delimitación de las aguas territoriales y espacios marítimos. Aunque los
resultados de las recientes prospecciones hayan sido negativos y, por tanto, el
problema haya desaparecido, nada asegura que futuras exploraciones o hallazgos
no lo reproduzcan. En retrospectiva, es cierto que las prospecciones encontraron
su principal oposición en Canarias y no en Marruecos, país que también está
explorando su plataforma continental en varios puntos. Éste supone un ejemplo
claro de contenciosos con ciclos de auge y declive en su conflictividad conforme
evoluciona la coyuntura, pero que se fundan en un problema de fondo estructural,
en este caso la no delimitación de las respectivas aguas territoriales.
43
POTENCIALIDADES Y
RIESGOS EN AMBAS
DIRECCIONES
POTENCIALIDADES Y RIESGOS
EN AMBAS DIRECCIONES
El comercio agrícola
El nuevo Acuerdo Agrícola UE-Marruecos está en vigor desde octubre de 2012
y amplía de manera moderada la liberalización agrícola recíproca, aumentando
tímidamente los contingentes de importación de los productos sensibles para
Europa (y España), y ampliando su ámbito a los productos de la pesca y a los
productos agrícolas y pesqueros transformados. Dado que no se modiican los
calendarios ni los precios de entrada, los cambios en la protección comercial
europea frente a las exportaciones marroquíes son ciertamente limitados, lo que
no ha impedido las frecuentes quejas por parte de los agricultores españoles,
expresadas ante el Comité Económico y Social Europeo y durante la cumbre UEMarruecos, celebrada en marzo de 2010 en Granada.
La liberalización del comercio agrícola es un asunto arduo, repleto de cuestiones
técnicas y, para muchos, tedioso. La literatura económica relacionada es
igualmente dura y los resultados y matices de sus modelos resultan poco
accesibles a los políticos y a la opinión pública. En realidad, es un tema tan sensible
políticamente que probablemente lo que digan los estudios tenga un impacto
marginal sobre la toma de decisiones. Sin embargo, puede resultar interesante
clariicar los resultados de algunos de los estudios realizados sobre el impacto de
la liberalización agrícola euromediterránea.22
Por parte comunitaria, el nuevo Acuerdo Agrícola consiste básicamente en la
ampliación de los contingentes arancelarios para seis productos sensibles:
tomates, fresas, ajos, clementinas, calabacines y pepinos. A cambio, Marruecos
liberaliza su mercado agrícola de manera recíproca, siempre de manera selectiva
y asimétrica. Pero el grueso del impacto, al menos en la opinión pública, se
centra en el tomate. Antes del Acuerdo, la UE aplicaba un contingente de 233.000
toneladas de tomate marroquí a un arancel preferencial. Superada esa cantidad,
el arancel se volvía prohibitivo. Los productores españoles se quejaban (y se
siguen quejando) de que los exportadores marroquíes no siempre respetan esos
contingentes y que, rebasándolos, no se aplicaban los aranceles previstos. Con
22 Para adoptar un sesgo deliberadamente español y académico, sólo se comentarán trabajos
de investigación con participación de investigadores españoles.
47
Relaciones España - Marruecos
el nuevo acuerdo, el contingente se amplía algo más del 20% en cuatro años, lo
que no parece demasiado espectacular, en particular cuando se compara con las
demandas marroquíes.
Marruecos pedía, además de la ampliación de los contingentes arancelarios,
la rebaja de los precios de entrada y la remodelación de los calendarios de
entrada. Es decir, la minoración del completo arsenal proteccionista diseñado
para restringir el acceso al mercado comunitario a las exportaciones agrícolas de
Marruecos y otros socios mediterráneos. También solicitaba la participación en
la Organización Común de Mercado de frutas y hortalizas. De todas las medidas
posibles, la ampliación de los contingentes arancelarios es, claramente, la menos
liberalizadora. Una ampliación de los contingentes arancelarios del tomate en
un 50% supondría un descenso en las ventas de los productores comunitarios
de tomate del 0,43%, y un aumento de las ventas de Marruecos del 10,86%. En
cambio, la eliminación de los precios de entrada reduciría las ventas comunitarias
en un 5,7% y ampliaría las marroquíes en un 174,98%. La arancelización uniforme
de los calendarios de entrada tendría un impacto semejante al anterior.23 Es decir,
de todas las medidas liberalizadoras, se escogió la de menor impacto.
Si la UE liberalizase unilateral y completamente el acceso al mercado agrícola
a sus socios mediterráneos, el efecto sobre la economía marroquí sería un
aumento del 1,48% del PIB por año y un impacto sobre el empleo cercano a los
90.000 puestos de trabajo.24 Ciertamente, las ventas de los productores europeos
se resentirían un 11% a lo largo de cinco años. Esta estimación es similar a la
anterior y, aunque importante, no parece inasumible. Aunque los resultados de
todo estudio econométrico son discutibles y perfectibles, estas cifras ayudan a
poner el problema en perspectiva, pero sólo en parte.
En un análisis más dinámico, y bajo un escenario de integración productiva en el
sector agrícola y agro-alimentario euromediterráneo, que ya se está produciendo, el
futuro está en explotar la complementariedad y no en protegerse de la competencia.
España tiene mucho que ofrecer: inversiones, tecnología, saber hacer, materiales,
logística, clusters agro-industriales, etc. Es cierto que la agricultura española,
especialmente los exportadores hortofrutícolas, ha sufrido en los últimos años,
pero no es sensato culpar al vecino antes de acometer las reformas estructurales
internas que se necesitan. No son los exportadores marroquíes los únicos que
deprimen los precios de los productos hortofrutícolas españoles. Contribuye en
23 José María García Álvarez-Coque, Víctor Martínez-Gómez y Miquel Villanueva (2007), “F&V
Trade Model to Assess Euro-Med Agreements. An Application to the Fresh Tomato Market”,
http://ideas.repec.org/p/ags/eaa103/9414.html.
24 “Pillars for a Euro-Mediterranean Agricultural Pact”, FEMISE Background Paper, octubre de
2003,
http://www.uned.es/deahe/doctorado/gescribano/agriculture%20femise%20report%20
oct%202003.pdf
48
Potencialidades y riesgos en ambas direcciones
mayor parte a ello la deiciente estructura del sector,
caracterizado por la fragmentación en cooperativas
y la falta de cooperación entre ellas, que les impide
afrontar de forma organizada el poder de mercado
de los grandes compradores, otro de los grandes
problemas del sector.
Las próximas
negociaciones
agrícolas deberían
afrontarse por parte
española con un
enfoque más creativo
y proactivo que la
mera ralentización de
la negociación.
A título prospectivo, parece que el enfoque
defensivo frente a la liberalización agrícola sólo
puede frenar el proceso, aunque con un alto coste
para las relaciones bilaterales, muy por encima
de su signiicación económica (que no política).
Ese estigma frena la cooperación no sólo en
otros sectores, sino también en el mismo sector
agrícola y agro-industrial, donde el potencial
bilateral es importante. Una de las aspiraciones
marroquíes es convertirse en un productor agro-industrial con capacidad de
abastecer tanto a su mercado interno como a los europeos. En el medio plazo, las
próximas negociaciones agrícolas deberían afrontarse por parte española con un
enfoque más creativo y proactivo que la mera ralentización de la negociación y
minimización de las concesiones. Como en muchos otros aspectos de la relación
bilateral (y no sólo en los económicos), es necesario renovar el discurso y superar
el contencioso agrícola mediante una nueva narrativa sobre la complementariedad
más enfocada a favorecer la apertura de la agricultura marroquí y su sector agroindustrial a las inversiones españolas.
Energías renovables
Es evidente que España no mantiene con Marruecos el mismo tipo de
interdependencia energética que con otros países norteafricanos como Argelia,
Libia y Egipto. España no importa hidrocarburos de Marruecos, sino que le exporta
electricidad, en parte generada en el sur de Andalucía con renovables, además de
productos reinados del petróleo. Asimismo, dada la escasez de hidrocarburos del
país, Marruecos es uno de los países emergentes con un programa más ambicioso
de energías renovables (en el que participan empresas españolas). Los aspectos
geo-económicos de la integración eléctrica y de las energías renovables tienen
desde luego menos atractivo que la geopolítica del gas y el petróleo y, al igual
que ocurre con el comercio agrícola, su análisis requiere de un buen número de
tecnicismos. Pero también presentan un peril menos conflictivo, más cooperativo
y más abierto a la innovación institucional, tanto bilateral como euromediterránea.
Este aspecto está además en línea con las preferencias marroquíes. El Plan
Solar Marroquí pretende desplegar para 2020 una capacidad solar de 2.000 MW,
49
Relaciones España - Marruecos
España y Marruecos
cuentan con la única
interconexión eléctrica
operativa entre las
riberas norte y sur del
Mediterráneo.
alrededor del 14% de la capacidad instalada en
esa fecha, en cinco emplazamientos: Ouarzazate,
Ain Bni Mathar, Foum Al Oued, Sebkhat Tah y
Bojador en el Sáhara Occidental. Las empresas
españolas participan de varios de estos proyectos.
Además, Marruecos tiene un potencial eólico
importante, sobre todo en la costa atlántica, en
cuya explotación también participan empresas
españolas. El objetivo del gobierno es alcanzar un
40% de su capacidad instalada renovable conjunta
de generación eléctrica en 2020.
Por otro lado, España y Marruecos cuentan con la única interconexión eléctrica
operativa entre las riberas norte y sur del Mediterráneo, y Marruecos está
sincronizado al sistema eléctrico europeo (UCTE) gracias precisamente a su
interconexión con España. Red Eléctrica de España ha jugado un gran papel
en esa sincronización y sigue trabajando en la del conjunto del anillo eléctrico
euromediterráneo. Por supuesto, también hay intereses fuera del campo de las
renovables, como por ejemplo el tramo del gasoducto Magreb-Europa que discurre
entre la frontera con Argelia y el Estrecho de Gibraltar, así como una participación
de Endesa del 32% en la central de ciclo combinado de 380 MW de Tahaddart.
Además, en 2009, Repsol y Gas Natural descubrieron gas en la zona exploratoria
de Tánger-Larache, a 40 kilómetros de la costa de Marruecos. Finalmente, dadas
las proyecciones de fuerte incremento de la demanda energética en Marruecos, el
mercado presenta oportunidades dimensionadas a su tamaño para las empresas
españolas, incluyendo las empresas de servicios energéticos.
El marco institucional de las relaciones energéticas con Marruecos es
esencialmente europeo, aunque hay iniciativas bilaterales importantes, como la
existencia de la interconexión eléctrica. El Tratado de Lisboa permite explícitamente
la cooperación con terceros países para promover proyectos de interés mutuo
y asegurar la interoperabilidad, especialmente mediante la estandarización
técnica. Existen numerosas provisiones sobre la participación de terceros países
en proyectos conjuntos de interés europeo del acervo comunitario. Además, la
Directiva 2009/28/CE sobre energías renovables regula los mecanismos bajo los
cuales esos proyectos conjuntos pueden llevarse a cabo y, sobre todo, el régimen
bajo el cual pueden producirse dos tipos de importaciones de electricidad de
origen renovable: física y virtual, esta última mediante transferencias estadísticas.
Para la electricidad generada con fuentes renovables importada de Marruecos,
las medidas de flexibilidad no permiten las transferencias estadísticas. Sólo las
importaciones físicas de terceros países pueden computarse en los objetivos de
aportación de las renovables de los Estados miembros. Aunque la transferencia
estadística con terceros países queda excluida, la propia Directiva apunta que a
50
Potencialidades y riesgos en ambas direcciones
las partes contratantes del Tratado de la Comunidad de la Energía podrían serles
de aplicación las mismas medidas de flexibilidad que a los Estados miembros, si
así se decidiese. Y Marruecos es un candidato claro a formar parte de aquélla o
de una versión mediterránea de la misma, ya sugerida por la Comisión Europea.
El último peldaño de las relaciones energéticas euromediterráneas lo constituye
precisamente el Plan Solar Mediterráneo de la UpM. Lanzado con grandes
expectativas en paralelo a la iniciativa Desertec, el Plan ha ido languideciendo
y perdiendo credibilidad y tracción, como el propio Desertec. La conjunción de
factores como la crisis inanciera, la caída de los precios del petróleo, la fatiga del
apoyo a las renovables en Europa y la ausencia de un diseño normativo creíble y
atrayente que ofrezca perspectivas claras a países clave como España mantiene
las incertidumbres en torno al proyecto. Pero una de las grandes realidades
geopolíticas energéticas de España es su cercanía a los recursos renovables
del norte de África, y la certeza de que en el futuro la tecnología será capaz de
aprovecharlos de manera cada vez más eiciente. No hay nada de prospectivo
en airmar que seguirá habiendo sol en el Sáhara y viento en la costa atlántica
marroquí, ni en descontar descensos en las curvas de aprendizaje de las
tecnologías renovables.
España no debería mantenerse al margen de las oportunidades que ello implica. En
la actualidad, la ya mencionada fatiga renovable y la falta de perspectivas claras
del Plan Solar Mediterráneo para España han enfriado el entusiasmo español por
el proyecto, hasta el punto de llegar a vetarlo en su momento. El gobierno pareció
apostar todo a la situación estratégica de España como
corredor eléctrico necesario del proyecto. Pero no debe
obviarse la posibilidad de que los corredores con Marruecos
Una de las
sean exclusivamente virtuales (transferencias estadísticas
grandes
de certiicados verdes que computan en los objetivos 20/20)
realidades
en caso de adhesión del país al Tratado de la Comunidad
de la Energía o igura asimilada. En ese escenario, el retraso
geopolíticas
en el posicionamiento español podría dejarlo fuera del
energéticas
esquema.
de España es
su cercanía a
los recursos
renovables del
norte de África.
Para evitar que las renovables hereden el protagonismo
(negativo) de los tomates, es aconsejable obrar al menos
en dos campos. Primero, mantener un discurso favorable
al despliegue de las energías renovables en Marruecos y,
en general, a la integración de las mismas en un sistema
energético pan-euromediterráneo; en ambos casos las
preferencias
hispano-marroquíes
son
compartidas.
Segundo, enfocar el asunto en mayor medida desde sus
diferentes externalidades positivas: medioambientales, de desarrollo humano,
erradicación de la pobreza energética, pero destacando también las industriales
51
Relaciones España - Marruecos
y económicas (transferencia de tecnología, deslocalización de procesos
industriales, cooperación técnica y en formación, etc.). Al igual que ocurre con las
relaciones bilaterales de otros países, y en general con la “marca España”, insuflar
un mayor contenido medioambiental y de cooperación al desarrollo a la relación
puede recoger algo del “poder blando” que caracteriza a las renovables, y que
España estaría desaprovechando.
En clave interna, parece urgente que la postura del gobierno español no refleje las
incoherencias entre diferentes ministerios (en este caso Exteriores e Industria).
Esa inconsistencia daña la relación bilateral debilitando la posición española, y
debe remediarse cuanto antes.
Seguridad de inversiones, contratos públicos y diferencias comerciales
Uno de los obstáculos de la relación económica bilateral consiste en el entorno
institucional de los negocios imperante en Marruecos. Las empresas extranjeras,
incluidas las españolas, tienen con cierta frecuencia
problemas relacionados con la seguridad jurídica,
así como diicultades para resolver diferencias
Marruecos es un
comerciales con sus socios, o se consideran
mercado complejo que
postergadas en el mercado de contratos públicos.
Es cierto que Marruecos es un mercado complejo
requiere asesorarse
que requiere asesorarse legal y contablemente, así
legal y contablemente,
como contar con socios locales y un conocimiento
así como contar
importante del país. Pero es innegable la mejora en
el entorno de los negocios en las últimas décadas
con socios locales
y, más concretamente, en los últimos años. Los
y un conocimiento
progresos son lentos e insuicientes, pero el
importante del país.
entorno económico institucional es identiicado
por el país como uno de los ámbitos prioritarios
de mejora. Pese a estos avances, además de los
problemas mencionados hay otros relacionados, como la corrupción y la falta de
transparencia en las licitaciones. El marco regulatorio resulta poco previsible y
estable y, en general, el riesgo país sigue siendo percibido como elevado.
Sigue existiendo una percepción –algo obsoleta– del entorno económico
institucional de Marruecos, el cual, con todas sus carencias, ha mejorado en los
últimos años sin que se le haya dado suiciente reconocimiento. Entre 2010 y 2015,
Marruecos ha escalado de la posición 128 a la 71 del ranking del Banco Mundial
Doing Business, por encima de China (90) y Brasil (120). A este respecto, cabe
destacar que el ascenso en ese ranking se ha dado prácticamente en todos los
52
Potencialidades y riesgos en ambas direcciones
subíndices evaluados, en ocasiones de manera muy
signiicativa (exceptuando “obtención del crédito”
El marco regulatorio
y “resolución de la insolvencia”). La mejora en la
resulta poco previsible
gobernanza de las instituciones económicas puede
y estable y, en general,
verse reflejada en la mejora de tres subíndices:
“apertura de un negocio”, “gestión de permisos
el riesgo país sigue
de construcción” y “obtención de electricidad”.
siendo percibido como
En la comparación con Brasil y China destaca la
elevado.
diferencia existente en cuatro de los subíndices:
en “comercio transfronterizo”, donde la posición
general del país magrebí es muy alta, así como
en “apertura de un negocio”, “gestión de permisos de construcción” y “pago de
impuestos”. Sin embargo, en “obtención de crédito” y “resolución de insolvencia”
se sigue situando por detrás de ambas potencias emergentes.
Hay un elemento más sutil que el marco institucional, y son los equilibrios de
economía política. Marruecos es un mercado que mantiene sectores enteros
poco abiertos a la competencia, con una estructura oligopólica en la que las
barreras informales de entrada son muy importantes. Para los grandes proyectos
de inversión, esas barreras se han levantado en algunas ocasiones para atraer
una actividad nueva y avanzar localmente en la curva de aprendizaje; pero
una vez el socio local se ve introducido en el negocio ha intentado expulsar al
socio extranjero del mercado. La opacidad de la vida económica está dominada
por un número reducido de grupos empresariales, destacando el del rey y sus
colaboradores cercanos, lo que unido a su reducido tamaño permite un cierto
control de la actividad económica.
En este contexto, la profundización del ALC con la UE es la mejor manera de
proyectar las preferencias económicas españolas en materia de acceso a los
mercados públicos, transparencia, competencia, seguridad jurídica y mecanismos
de solución de diferencias. La extensión del acervo comunitario en esas materias
es un claro ejemplo de europeización como mecanismo de modernización
institucional. Conforme Marruecos avance en ese proceso, y es probable que lo
haga de forma lenta y gradual, los factores de riesgo tenderán a disminuir y la
integración de Marruecos en la frontera productiva española aumentará. Pero
esa mayor interdependencia contará con mecanismos de regulación estables e
institucionalizados que harán más sencilla su gestión. Respecto a la eventual
ofensiva francesa por recuperar su posición de primer suministrador marroquí,
cuanto más transparente y anclado al acervo comunitario europeo sea el marco
institucional económico marroquí, menos influencia tendrían las presiones
políticas francesas.
53
Relaciones España - Marruecos
Negociaciones comerciales Marruecos-UE
Los esfuerzos de pasar de una integración basada en los flujos físicos a otra
impulsada por la convergencia normativa siempre han estado presentes en
la Política Europea de Vecindad que sucedió en el tiempo a la Asociación
Euromediterránea nacida en la Conferencia de Barcelona de 1995, y que se
superpuso a la misma, no siempre de manera consistente ni armoniosa.25 Lo
profundo de la integración depende ciertamente de su componente institucional,
lo que plantea la necesidad de mejorar las capacidades marroquíes para poder
digerir el denso acervo comunitario que le espera. En 2010, la UE puso en marcha
la primera fase de un paquete de medidas especíico para ello bajo el programa
Réussir le Statut Avancé (algo así como “que tenga éxito el Estatuto Avanzado”),
dotándolo con 230 millones de euros. El programa es de carácter multi-sectorial
y abarca la aproximación legislativa al acervo comunitario, así como una
cooperación reforzada en políticas sectoriales como la empresa, la energía y el
transporte, entre otras.
25 Gonzalo Escribano (2005), ¿Europeización sin Europa? Una reflexión crítica sobre la Política
de Vecindad para el Mediterráneo, Documento de trabajo nº 23/2005, Real Instituto Elcano,
16/V/2005.
54
LA DIMENSIÓN
MIGRATORIA
LA DIMENSIÓN MIGRATORIA
Desde le perspectiva migratoria, Marruecos es el país de atención prioritaria
para España, no sólo porque la comunidad de origen marroquí constituye la más
numerosa de entre los diferentes grupos de inmigrantes extracomunitarios en el
país, sino por el papel de Marruecos como país de tránsito de la inmigración que
intenta entrar irregularmente en Europa a través del Estrecho de Gibraltar o de
Ceuta y Melilla. Estos dos aspectos se tratan aquí por separado.
La inmigración marroquí en España: cifras y situación legal
La inmigración marroquí es la más antigua de las migraciones por motivos
laborales que ha recibido España. Comenzó a mediados de los años 80 del siglo
pasado cuando inmigrantes marroquíes comenzaron a asentarse en zonas de
agricultura intensiva y de regadío en el litoral mediterráneo español, primero
en Cataluña y después en la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. En esos
primeros años, la inmigración marroquí, como la de cualquier otro origen nacional,
se encontraba con un vacío legal y, a partir de 1985, con una norma migratoria
meramente restrictiva que no ofrecía canales verosímiles de inmigración legal.
Hasta 1991, la entrada en territorio español era fácil para la población marroquí,
a la que no se exigía visado, al igual que a los ciudadanos de otros países
norteafricanos. A partir de ese año se impuso el visado para esas poblaciones
como resultado de la adhesión de España al Convenio de Schengen.
Sin embargo, la irregularidad continuó siendo la norma ante la demanda de
trabajadores en el sector agrícola (abandonado poco o poco por los españoles),
así como la falta de vigilancia en las fronteras marítimas españolas, la ausencia
de canales de inmigración legal y la práctica inexistencia de control policial o de
inspección laboral sobre el trabajo irregular. Por ello, durante los años 90 miles de
jóvenes marroquíes, varones en su gran mayoría, cruzaron el Estrecho de Gibraltar
en pateras y encontraron trabajo en España en la agricultura y la construcción.
Sólo a partir de la Ley de Extranjería de 2000, que concedía incentivos a los
inmigrantes irregulares para empadronarse, afloró estadísticamente el número de
extranjeros residentes en el país. También en los años 2000-2001 se produjeron
en España las primeras grandes operaciones de regularización de la inmigración
irregular acumulada tras años de inadecuación del marco normativo a la realidad
migratoria. Así, en 2002 se encontraban residiendo en España 370.720 inmigrantes
marroquíes, el mayor grupo nacional de extranjeros con gran diferencia.
57
Relaciones España - Marruecos
El despliegue del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) en 2002 en el área
del Estrecho y después en otros puntos de la costa sur peninsular y de Canarias,
condujo en poco tiempo a la detección de prácticamente todas las barcas que
transportaban inmigrantes, que eran devueltos de inmediato a Marruecos en
virtud del acuerdo irmado entre ambos países en 1992. Como consecuencia, la
llegada de nuevos inmigrantes irregulares marroquíes por vía marítima descendió
muy sustancialmente, hasta convertirse en una vía anecdótica de entrada. En
la última de las regularizaciones extraordinarias, la de 2005, el porcentaje de
marroquíes que presentaron su solicitud fue muy bajo (el 16% sobre el total de
marroquíes empadronados, comparado con el 50% de media entre los demás
grupos) porque ya entonces la gran mayoría de los inmigrantes marroquíes eran
regulares. Desde entonces, el porcentaje de irregularidad entre los inmigrantes
marroquíes es el más bajo de todos los grupos nacionales (este porcentaje se
calcula comparando el número de personas empadronadas con el de permisos
de residencia para personas de esa nacionalidad).
Gráico 7. Número de empadronados en España nacidos en Marruecos
900.000
800.000
700.000
600.000
500.000
400.000
300.000
200.000
100.000
0
2002
2003
2004 2005 2006
2007
2008 2009
2010 2011
2012 2013
2014 2015
Los datos de 2015 son provisionales.
Fuente: INE, Padrón Municipal.
Como se aprecia en el Gráico 7, la inmigración marroquí se duplicó en España
desde que existen los primeros datos iables, correspondientes a enero de 2002
y, aunque su ritmo de crecimiento se frenó a raíz de la crisis, siguió aumentando
hasta el año 2012. Desde entonces se ha experimentado un ligerísimo descenso
(779.481 personas empadronadas en 2012 frente a 772.580 en 2014). Sin embargo,
hay indicios de que la cifra real es menor que la recogida en el Padrón. Así, por
58
La dimensión migratoria
ejemplo, testimonios recogidos en Marruecos
dentro del proyecto Ithaca26 señalan que muchos
inmigrantes se han marchado de España para vivir
en el propio Marruecos, donde el coste de vida es
mucho menor, o en otros países de la UE, mientras
que mantienen el empadronamiento en España
para no perder derechos de estancia. También
otros autores sugieren que se está produciendo una
movilidad no registrada estadísticamente.27
Prácticamente todos los
migrantes marroquíes
empadronados en
España están en
situación regular
mientras que algunos de
los que tienen permiso
no residen en ella.
En la actualidad, se da la paradoja de que el número
de permisos de residencia en vigor para marroquíes
(785.180) es mayor que el número de personas
nacidas en Marruecos y viviendo en España
(772.580), lo que implica que prácticamente todos
los migrantes marroquíes empadronados en España están en situación regular
mientras que algunos de los que tienen permiso no residen en ella. El 88% de los
permisos de residencia a marroquíes en España son de larga duración,28 lo que les
permite legalmente estancias largas fuera del país sin perder su estatus.
El acceso a la nacionalidad española por parte de los inmigrantes marroquíes es
bajo: sólo un 19,5% de los nacidos en Marruecos ha adquirido la nacionalidad
española, frente al 33% de la media de los no comunitarios y el 46% de los originarios
de América Latina (INE, enero de 2014). Los marroquíes se encuentran en una
situación desfavorable a este respecto porque las normas españolas permiten
a la mayor parte de los inmigrantes extracomunitarios, los latinoamericanos,
solicitar la ciudadanía tras dos años de estancia legal, mientras que para el resto
se exigen 10 años.29 Por otra parte, la discrecionalidad del juez a la hora de juzgar
hasta qué punto un inmigrante está “integrado” –requisito para acceder a la
nacionalidad– ha perjudicado a menudo a los marroquíes, especialmente cuando
se trata de personas con un nivel muy bajo de español y, en general, educativo,
una combinación que se da en muchas de las mujeres marroquíes residentes en
España.
26 El Real Instituto Elcano participa en el proyecto europeo de investigación Ithaca (Integration,
Transnational Mobility and Human, Social and Economic Capital Transfers) y dentro de él estudia
las relaciones migratorias entre Marruecos y España. Véase http://globalgovernanceprogramme.
eui.eu/ithaca/.
27 Véase, por ejemplo, Colectivo IOÉ (2010), “El impacto de la crisis económica en la situación
laboral de los inmigrantes marroquíes en España”, Notas Socioeconómicas de Casa Árabe, nº
11/2010, www.casaarabe-ieam.es.
28 http://extranjeros.empleo.gob.es/es/Estadisticas/operaciones/con-certiicado/index.html.
29 Sobre las diferencias en el acceso a la nacionalidad puede verse Carmen González Enríquez
(2013), “El precio de la ciudadanía española y europea”, ARI nº 22/2013, Real Instituto Elcano, 14/
VI/2013.
59
Relaciones España - Marruecos
Características sociodemográicas
En comparación con otros grupos de inmigrantes y con la población española,
la inmigración marroquí en España es joven (el 53% tiene entre 25 y 45 años),
masculina (58%) y casada (64%). Estos dos últimos factores indican un modelo
migratorio clásico en el que el hombre emigra primero para traer después a la
esposa y, en su caso, a los hijos. Los hogares marroquíes en España son más
grandes (cuatro personas de media) que los hogares marroquíes en otros países
europeos y la natalidad es relativamente alta, con 2,75 hijos por mujer. Su nivel
educativo es bajo en comparación con el de los demás grupos nacionales o con
el de los marroquíes en otros países europeos: el porcentaje de analfabetismo es
alto (20%), especialmente entre las mujeres, así como el de los que carecen de
educación formal (21%), y sólo un 10% tiene educación universitaria.30
Durante los años de intenso crecimiento económico español (1996-2007),
los hombres marroquíes encontraron empleo principalmente en el sector de la
construcción, seguido por la agricultura y los servicios. En comparación con otros
grupos, la participación de los marroquíes en la agricultura triplicaba la de los
demás grupos, y multiplicaba por 30 la de los españoles. El empleo en ocupaciones
profesionales de alta cualiicación era anecdótico. Por su
parte, sólo una tercera parte de las mujeres marroquíes
estaba empleada.
España no ha
ejercido un papel
de atracción de
la inmigración
cualiicada
marroquí,
que se dirige
tradicionalmente
a Francia y, más
recientemente, a
Canadá.
Sobre este panorama, el efecto de la crisis económica
resultó demoledor para toda la población inmigrante, pero
especialmente para la marroquí por su concentración en
el sector de la construcción. Los datos de la Encuesta
de Población Activa (EPA) muestran para esta población
una tasa de paro del 54%, más que duplicando la tasa de
los españoles y superando en 20 puntos a la media de
la población extranjera (datos del 4º trimestre de 2013).
España no ha ejercido un papel de atracción de
la inmigración cualiicada marroquí, que se dirige
tradicionalmente a Francia y, más recientemente, a
Canadá. Pese a la cercanía, el número de estudiantes
universitarios marroquíes en España siempre ha sido
bajo, en comparación con los procedentes de otros
países, pero ha descendido aún más a raíz de los recortes presupuestarios
y el aumento de las tasas universitarias. En 2004, el número de estudiantes
30 Héctor Cebolla y Miguel Requena (2009), “Los inmigrantes marroquíes en España”, en David
Reher y Miguel Requena (eds.), Las múltiples caras de la inmigración en España, Alianza Editorial,
Madrid, pp. 251-287.
60
La dimensión migratoria
marroquíes en España era de 3.374 y en 2013 había descendido a 1.856 (como
comparación, en la misma fecha había 4.685 estudiantes estadounidenses y
2.918 mexicanos). También ha descendido el número de estudiantes marroquíes
de secundaria y bachillerato en los institutos españoles en Marruecos, que es
una vía previa a la universidad española. Las normas españolas no favorecen de
ninguna forma la atracción de esos estudiantes: cuando acaban su carrera en
España se encuentran en la misma situación legal que cualquier otro extranjero
para obtener un permiso de residencia y trabajo en el país. En este terreno, España
debería aprender de la experiencia francesa, que ejerce una atracción activa de
los mejores estudiantes marroquíes, con matrículas universitarias y residencias
estudiantiles a bajo precio.
Integración social y percepciones mutuas
Existe ya una abundante literatura sobre las opiniones, actitudes y percepciones
recíprocas de los marroquíes y españoles que refleja sistemáticamente diicultades
en la convivencia y en la valoración mutua. Las encuestas de opinión realizadas
por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran desde inales de
los 90 que los marroquíes forman el colectivo de inmigrantes menos valorado
por los españoles. Esta mala posición en la opinión pública ya existía antes
del 11 de septiembre de 2001, y fue reforzada desde entonces al establecerse
una relación entre islamismo y terrorismo y, especialmente, tras los atentados
del 11 de marzo de 2004 en los trenes de Madrid en los que participaron varios
inmigrantes marroquíes. Después de este último golpe terrorista, el entorno
social se deterioró y los medios de comunicación informaban en 2004 que los
inmigrantes marroquíes encontraban cada vez más diicultades para alquilar un
piso o para conseguir un trabajo.
Afortunadamente, esta actitud negativa provocada por el ataque se ha templado
desde entonces, pero los marroquíes siguen formando el grupo de inmigrantes
menos apreciado por la población general. El retraso de las zonas rurales de las
que muchos de estos inmigrantes proceden, el analfabetismo de algunos de ellos
–especialmente de las mujeres– y su uso del velo se convierten en argumentos
utilizados por los españoles para explicar su rechazo.31
Por otra parte, la población marroquí, y la musulmana en general, han encontrado
muchas diicultades para abrir mezquitas y lugares de culto en los municipios
españoles. A falta de una normativa urbanística especíica sobre los centros
religiosos, y ante la oposición popular que en muchas ocasiones se ha enfrentado
31 Carmen González Enríquez y Berta Álvarez-Miranda (2005), Inmigrantes en el barrio. Un
estudio cualitativo de opinión pública, Observatorio Permanente de la Inmigración, Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid. Versión electrónica en http://extranjeros.mtas.es/es/
general/publicaciones.html.
61
Relaciones España - Marruecos
a la apertura de esos centros en los vecindarios, las mezquitas se han abierto a
menudo en lugares inapropiados, como locales industriales en las periferias de
las ciudades. El uso del velo por las jóvenes marroquíes en los colegios ha sido
también objeto de debates públicos, aunque de una intensidad mucho menor a la
alcanzada en Francia en torno al mismo tema. Cabe destacar que, a pesar de lo
anterior, en España no existen partidos ni movimientos con discursos abiertamente
xenófobos que tengan un gran impacto electoral o social. Asimismo, hasta la
fecha no se han dado incidentes racistas graves o repetidos en poblaciones
españolas de la forma en que se han producido en otros países europeos.
La integración de las peculiaridades culturales marroquíes en la vida educativa,
laboral y municipal ha seguido caminos muy diversos, que en buena parte se
explican por el tamaño de la población marroquí. En general, allí donde ésta
es muy numerosa es también más probable que la escuela, la empresa o el
ayuntamiento adopten normas que facilitan las prácticas musulmanas, como la
Fiesta del Sacriicio y el Ramadán.
Cooperación en materia migratoria-laboral
España y Marruecos irmaron en 2001 un acuerdo sobre mano de obra, que no
fue activado hasta 2004, cuyo objeto era la gestión conjunta de movimientos
laborales de temporada. En ese año se produjo la primera experiencia
importante: la contratación en origen de mujeres para la recogida de la fresa en
Huelva, seleccionadas por la Agencia Nacional de Promoción del Empleo y de
las Competencias de Marruecos (ANAPEC, en sus siglas en francés). Aquella
experiencia fue un fracaso por varias razones: gran parte de las mujeres que
recibieron su permiso de estancia temporal procedían de ciudades, no tenían
experiencia agrícola y, sobre todo, no tenían intención de volver a Marruecos.
Muchas de esas mujeres ni siquiera se presentaron en las incas de fresas y un
60% de las contratadas no regresó a Marruecos. Este porcentaje de no retorno
hacía insostenible el proyecto de contar con
trabajadoras marroquíes de forma estable para las
siguientes campañas. Por este motivo, en 2005, la
En España no
ANAPEC y las autoridades españolas implicadas
existen partidos
adoptaron un acuerdo para revisar los criterios de
ni movimientos
selección: a partir de entonces sólo se seleccionó a
mujeres rurales con experiencia agrícola y con hijos
con discursos
dependientes.
abiertamente
xenófobos que tengan
un gran impacto
electoral o social.
62
También en 2005 la ANAPEC recibió una importante
ayuda europea, a través de los fondos MEDA, para
su desarrollo institucional, que contribuyó de modo
La dimensión migratoria
claro al perfeccionamiento de las capacidades de
esta agencia y a la transparencia de sus procesos
de selección. El resultado de los nuevos criterios
de selección y de la mayor implicación de los
empresarios españoles en ella fue un descenso
hasta el 8% de los casos de no retorno, lo que
hizo posible el mantenimiento del programa y el
aumento del número de mujeres contratadas hasta
un máximo de 16.000 en 2009. Junto a la zona
fresera de Huelva, hay otras dos áreas, Almería y
Lleida, que practican la contratación temporal en
origen en Marruecos para labores agrícolas, pero
con volúmenes mucho menores.
España y Marruecos
irmaron en 2001 un
acuerdo sobre mano
de obra, que no fue
activado hasta 2004,
cuyo objeto era la
gestión conjunta de
movimientos laborales
de temporada.
La gestión de la migración marroquí de temporada
desde Huelva, o, más exactamente, desde Cartaya,
el centro de la zona fresera, se ha convertido en un modelo que la Comisión
Europea, el Banco Mundial y la Organización Internacional de las Migraciones
(OIM), junto a otras organizaciones internacionales, muestran a menudo como
referencia de buena práctica. Eso se debe a que se ha conseguido aunar los
intereses de los empresarios agrícolas con la seguridad jurídica y los intereses
de los trabajadores migrantes. El programa ha recibido ayudas europeas a través
de dos proyectos sucesivos: AENEAS de la Comisión Europea (Programme for
Financial and Technical Assistance to Third Countries in the Area of Migration and
Asylum) y después a través de otro programa europeo, el M@res, dedicado a la
gestión fronteriza.
La crisis económica española ha tenido un impacto apreciable en el número
de mujeres contratadas en Marruecos. Los trabajadores autóctonos españoles
abandonaron el sector a lo largo de los años 90 para incorporarse a otras
actividades (construcción y servicios), pero la crisis iniciada en 2007 ha motivado
la vuelta a la agricultura de muchos autóctonos o inmigrantes ya residentes en
España, un proceso perceptible a partir de 2009, coincidiendo con el agotamiento
de las prestaciones por desempleo de los que perdieron su trabajo a lo largo de
2007 y 2008. En 2010 se contrataron en Huelva sólo 6.000 mujeres marroquíes,
frente a las 16.000 del año anterior, y en 2014 el número se había reducido a
2.000. En cualquier caso, hay que resaltar que, desde la incorporación de Rumanía
y Bulgaria a la UE, Marruecos es el único país no miembro de la UE en el que
se sigue realizando esta contratación de inmigrantes para el sector fresero y
que el mantenimiento de esta forma de cooperación con Marruecos se debe
principalmente a la voluntad del gobierno español de mantener este lazo.
63
Relaciones España - Marruecos
La colaboración hispano-marroquí en el control de la inmigración
irregular
Desde 2004, el gobierno marroquí colabora estrechamente con el español en
el control de la inmigración irregular para evitar que los inmigrantes salgan
desde sus costas hacia España. Esta colaboración es muy sustancial y de
primera necesidad para España y se concreta en múltiples formas entre las que
destacan las patrullas conjuntas de la Guardia Civil y la Gendarmería Real de
Marruecos y el establecimiento de comisarías conjuntas en Algeciras y Tánger.
Sin esta colaboración, la situación española, y la
del conjunto del espacio europeo de Schengen,
sería mucho más débil en el terreno de la gestión
gobierno
migratoria.
El
marroquí colabora
estrechamente con el
español en el control
de la inmigración
irregular para evitar
que los inmigrantes
salgan desde sus
costas hacia España.
Sin embargo, el gobierno marroquí sigue sin aceptar
la devolución de los subsaharianos llegados a
España desde sus costas, pese a su ratiicación en
octubre de 2012 del acuerdo de 1992 que preveía
esta devolución. Marruecos, que intenta jugar un
papel de líder regional en los países más cercanos
del África subsahariana, quiere evitar ser visto
como colaborador de la UE en este terreno.
Paradójicamente, en este contexto, el desarrollo del
SIVE y de las actividades de salvamento marítimo
se puede ver como un factor de riesgo y atracción en la medida en que haya
embarcaciones que se arriesguen a la partida en la esperanza de que la alerta
a las autoridades de salvamento les garantice una entrada segura en puertos
españoles.
La principal debilidad española en este terreno es la dependencia de la buena
voluntad y las buenas relaciones con el gobierno y las fuerzas de seguridad
marroquíes en la zona. El caso más claro es el de Ceuta, Melilla y los islotes
despoblados que gestiona directamente el Ministerio de Defensa español. Sin la
cooperación marroquí sería imposible impedir un flujo continuo de inmigrantes
irregulares subsaharianos desde las áreas circundantes de Ceuta y Melilla, así
como desde el litoral cercano a las islas y peñones de la zona de Alhucemas
donde, por ejemplo, la Isla de Tierra se encuentra a escasos 50 metros de la playa.
De la misma forma, sin la cooperación marroquí en la vigilancia contra la
inmigración irregular impidiendo que los subsaharianos se lancen al agua para
llegar a nado o en pequeñas balsas a las costas de Ceuta y Melilla, o sin sus
periódicas operaciones de desalojo en los montes de las cercanías de las ciudades
64
La dimensión migratoria
autónomas, los asaltos a las vallas de Ceuta y
Melilla o la entrada a nado serían mucho más
frecuentes. Por último, la aceptación por Marruecos
de las llamadas “devoluciones en caliente” de los
inmigrantes irregulares detenidos entre las dos
vallas del perímetro de las ciudades autónomas, es
imprescindible para la actual política española de
control de la inmigración irregular.
Marruecos ha
comenzado a
desarrollar una
política de inmigración
y asilo, hasta ahora
inexistente
Esa cooperación, vital para los intereses españoles,
depende de la buena voluntad del vecino y pone
en sus manos un instrumento de influencia. La
debilidad de los cimientos de esa cooperación se puso de maniiesto en agosto
de 2014, cuando en dos días entraron en España más de 1.000 inmigrantes
subsaharianos, ante la pasividad de las fuerzas marroquíes. Eso ocurrió tras
un incidente en el que una patrulla de la Guardia Civil se acercó en una acción
rutinaria a una embarcación fondeada en aguas cercanas a Ceuta solicitando
la identiicación de sus ocupantes, resultando que a bordo se encontraba el rey
Mohamed VI, de cuya presencia los agentes no tenían conocimiento previo.
Marruecos está a su vez realizando esfuerzos importantes para reducir la llegada
a su territorio de inmigrantes subsaharianos que acaban quedándose en el país
ante la imposibilidad de acceder a España. Los cálculos que manejan fuentes
marroquíes estiman en unas 40.000 personas el número de inmigrantes en
esa situación. A ello se debe la propuesta de fortalecer su frontera con Argelia,
principal puerta de entrada de los subsaharianos en territorio marroquí, mediante
la construcción de una valla en la parte norte de la frontera.
En otro sentido, Marruecos, en parte como resultado de la presión de la UE y en
parte como un intento de mejorar sus relaciones con los países subsaharianos,
ha comenzado a desarrollar una política de inmigración y asilo, hasta ahora
inexistente, y prestar más atención a los derechos humanos de los inmigrantes.
El gobierno español se ha ofrecido a colaborar con Marruecos en el diseño de la
reforma migratoria. Como resultado del proceso de regularización de inmigrantes
llevado a cabo durante 2014, Marruecos concedió cerca de 18.000 permisos de
residencia a inmigrantes irregulares, la mayoría procedentes de países de África
subsahariana.
La atención a los inmigrantes menores de edad no acompañados es otro punto
débil de la política de contención, especialmente en Ceuta y Melilla, donde los
menores marroquíes de las provincias cercanas pueden entrar libremente, como
toda la población de esas áreas (con la condición de que las abandonen antes de
las 12 de la noche). De acuerdo con las normas españolas sobre protección a la
infancia, no pueden ser devueltos al país de origen o de tránsito a no ser que se
65
Relaciones España - Marruecos
asegure la recepción por su familia o por una institución dedicada a su cuidado, y
deben ser acogidos y recibir una educación hasta que llegan a la mayoría de edad
(18 años).
Las estimaciones oiciales señalan que, en la actualidad, los menores marroquíes
acogidos en España son unos 1.500. Su viaje se realiza de forma generalmente
programada por las familias que envían a estos muchachos a España para que
se les proporcione formación y trabajo, a la espera de que puedan enviar remesas
en el futuro. Cuando las cifras de menores llegados eran reducidas, los centros
se ocupaban de ayudarles a encontrar un trabajo y a conseguir un permiso de
residencia al cumplir los 18 años. Sin embargo, el aumento del número de llegadas
y la constatación de que se estaba produciendo un “efecto llamada” causado
por la protección prestada, motivó un cambio de actitud y ahora los jóvenes son
devueltos a su país de origen al llegar a la mayoría de edad, lo que frustra el
proyecto familiar migratorio que estaba detrás de la llegada.32
32 Para frenar esa llegada, el gobierno español y las Comunidades Autónomas más afectadas
(Andalucía, Canarias, Madrid y Cataluña) han inanciado la construcción y mantenimiento de
centros dedicados a la protección de los menores en Marruecos. Por su parte, este país se
comprometió en 2007 a agilizar la repatriación de los menores, pero el acuerdo no fue ratiicado
hasta octubre de 2012 y Marruecos sigue rechazando la devolución de menores.
66
SEGURIDAD Y DEFENSA
SEGURIDAD Y DEFENSA
La cooperación militar, de lo institucional a lo práctico
La cooperación militar entre España y Marruecos progresa vinculada a las
relaciones bilaterales (de Estado a Estado) y multilaterales (dentro de la Iniciativa
5+5 entre los países del Mediterráneo occidental, desde 2004).33 No existe
ninguna organización multilateral en la que coincidan como Estados miembros,
aunque Marruecos ha colaborado en operaciones de la UE y de la OTAN (de cuyo
“Diálogo Mediterráneo” Marruecos es miembro desde 1995). En 2004, las Fuerzas
Armadas españolas y las Fuerzas Armadas Reales marroquíes participaron de
forma conjunta en la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití
(MINUSTAH, en sus siglas en francés), integrándose una compañía marroquí en
un batallón español, una experiencia que no se ha vuelto a repetir.
Las relaciones bilaterales se incluyen en el Convenio de Cooperación en el ámbito
de la Defensa, irmado el 27 de septiembre de 1989. Se programan en el Plan de
Diplomacia de Defensa y se impulsan mediante las Comisiones Mixtas de Alto Nivel.
Son relaciones prioritarias –sólo superadas por la UE y EEUU– dentro del Plan de
Diplomacia de Defensa, en particular las que se mantienen tradicionalmente con
Marruecos.34 La cooperación con Marruecos comprende la enseñanza y ejercicios
anibios, de defensa aérea y de búsqueda y rescate, entre otras 25 actividades
incluidas en el Plan que se actualiza mediante las reuniones de una Comisión
Mixta. Además de las cuestiones relacionadas con la contaminación marítima,
Marruecos está muy interesado en que sus Fuerzas Auxiliares –un cuerpo
armado de naturaleza militar dependiente del Ministerio del Interior– colabore
con la Unidad Militar de Emergencias (UME) española (desde 2012 las Fuerzas
Auxiliares marroquíes colaboran con la UME y tienen un oicial de enlace). Dentro
de la formación, España y Marruecos intercambian alumnos y profesores en las
escuelas de Estado Mayor, cursos de especialización y maniobras conjuntas para
el adiestramiento de las fuerzas navales (Medatex y Maes), aéreas (Atlas y Balsar)
y de emergencias (Curiex).
Dentro de la Iniciativa 5+5, las relaciones se enfocan a fomentar la conianza entre
los países de ambas orillas del Mediterráneo occidental y entre los participantes
33 Argelia, España, Francia, Italia, Libia, Malta, Marruecos, Mauritania, Portugal y Túnez.
34 Este plan contó con una partida presupuestaria especíica del Ministerio de Defensa de 1,09
millones de euros para gastos de personal y de 50.000 euros para operaciones en 2013.
69
Relaciones España - Marruecos
Dentro de la Iniciativa
5+5, las relaciones
se enfocan a
fomentar la conianza
entre los países
de ambas orillas
del Mediterráneo
occidental y entre los
participantes del norte
de África.
del norte de África, especialmente entre Argelia
y Marruecos, que a hacer frente a problemas de
seguridad compartidos.35 La Iniciativa se enfrenta
al reto de trascender la cooperación militar y
abordar proyectos que refuercen las capacidades
locales de respuesta frente a los retos regionales
como el terrorismo, la inmigración, los tráicos
ilícitos o la inseguridad marítima, entre los ya
mencionados. Algunos países como Argelia han
apoyado la participación de otras agencias36 y
la Presidencia española de 2014 tenía entre sus
objetivos fomentar la cooperación militar ante
desastres y emergencias.
España organiza desde 2008 el ejercicio Seaborder
para el adiestramiento conjunto y combinado en
el control de tráico marítimo, búsqueda y rescate,
abordaje e inspección de buques (las últimas en septiembre de 2014 en Málaga),
mientras que Malta e Italia organizan los ejercicios Canale en el Mediterráneo
oriental.
Sin embargo, la cooperación militar entre España y Marruecos no ha estado
a la altura de las relaciones de amistad y de seguridad que se comparten. La
industria española no se ha beneiciado de las grandes inversiones del programa
de modernización marroquí que se ha repartido entre EEUU y Francia, salvo
algunas estaciones de radar, vehículos y sistemas de gestión de tráico aéreo.
Con un gasto anual de 4.000 millones de dólares, Marruecos adquirió 24 cazas
F-16 en una operación valorada en unos 2.000 millones de dólares iniciada en
2007 y unos 200 carros M1 Abrams y 60 piezas de artillería M109A5 excedentes
del Ejército de EEUU por valor de unos 1.000 millones de dólares en 2012. De
Francia, una fragata FREMM –la Mohamed VI– que ha supuesto una inversión
próxima a los 500 millones de euros, además de la flota de helicópteros Puma
iniciada en 2007 por valor de unos 2.000 millones de euros, y de los Países Bajos
tres fragatas SIGMA, dentro de una diversiicación de suministro en la que no
35 Cuenta con un Plan de Acción anual de actividades y varios proyectos a largo plazo
como el Centro Virtual Regional de Control de Tráico Marítimo, una Academia de Defensa, el
Centro Euro Magrebí de Estudios Estratégicos, Centro de Desminado, Puntos de Contacto y
Centro no Permanente de Planiicación y Coordinación Operativa en emergencias, Manual de
Procedimientos Comunes en seguridad marítima y Mecanismo de Coordinación de las marinas
de los países de la Iniciativa que lidera España.
36 No obstante, los proyectos aprobados o en estudio y los planes de acción se van abriendo
hacia ámbitos de seguridad como la protección civil, las emergencias, la seguridad marítima, la
contaminación, el salvamento e, incluso, se evalúa la posibilidad de ampliarla a la inmigración
ilegal y la lucha contra el crimen organizado en la Declaración Conjunta de los ministros de
Defensa de la Iniciativa 5+5 (Guimaraes, Portugal, 11/XII/2013).
70
Seguridad y defensa
se descarta a Rusia. Su presupuesto de defensa se ha incrementado de 3.160
millones de dólares en 2010 a 3.900 en 2015 (un aumento del 23,41%), a lo que
habría que añadir unos 46 millones de asistencia militar de EEUU.
Por otro lado, la cooperación militar debería profundizarse por el lado operativo,
ya que la presencia y actuaciones armadas de grupos yihadistas en el norte de
África representan una amenaza para la seguridad de ambos países. Por ello,
parece lógico que sus fuerzas armadas exploren nuevas vías de colaboración para
hacerles frente.
Estado y expectativas de las Fuerzas Armadas Reales
Las Fuerzas Armadas marroquíes cuentan con personal entrenado, equipamiento
moderno y relaciones de cooperación con Fuerzas Armadas de otros países que
le permiten desarrollar sus misiones más importantes: el control del Sáhara
Occidental y el apoyo a la monarquía. Siendo una institución importante en
Marruecos, las Fuerzas Armadas no participan en la lucha por el poder y están
bajo el control directo del rey, que cuenta con un ministro delegado de Defensa y
un inspector general. Las unidades operativas están principalmente en el Sáhara
Occidental y en la frontera con Argelia.
Las Fuerzas Armadas Reales marroquíes cuentan con experiencia en misiones
internacionales y la propia en el Sáhara Occidental. Su Fuerza Aérea participa
en las operaciones aéreas de la coalición internacional sobre Irak contra el
autoproclamado Estado Islámico (Daesh, en sus siglas en árabe) y en las de la
coalición árabe en Yemen contra las fuerzas rebeldes e insurgentes. La experiencia
de combate adquirida podría facilitar la cooperación
aérea bilateral en operaciones similares.
Marruecos comparte la preocupación por la
seguridad del Sahel, pero sus desavenencias con
Argelia le impiden trabajar eicazmente en marcos
regionales como los de la Unión del Magreb Árabe
(UMA), la Unión Africana (de la que Marruecos no
es miembro) y la Comunidad de Estados del SahelSáhara (CEN-SAD), a la que no pertenece Argelia.
Marruecos recibe apoyo militar, antiterrorista y
económico de EEUU, la UE y las monarquías árabes
del Golfo y se encuentra relativamente alejado de
los focos de desestabilización yihadista de Libia
y del Sahel. Además, cuenta con unas fuerzas de
seguridad eicaces en la lucha contra el terrorismo.
Marruecos comparte
la preocupación por la
seguridad del Sahel,
pero sus desavenencias
con Argelia le impiden
trabajar eicazmente
en marcos regionales
como los de la UMA,
la Unión Africana y la
Comunidad de Estados
del Sahel-Sáhara
71
Relaciones España - Marruecos
Las Fuerzas Armadas se ven en la disyuntiva de continuar con sus funciones
tradicionales o participar más activamente en la lucha contra el yihadismo que
anida en el Sahel, una labor en la que ya han participado Argelia, Mali, Níger y
Túnez, mientras que Marruecos ha preferido entrenar a soldados malienses en su
territorio. Por un lado, Marruecos continúa desarrollando lazos de cooperación
con EEUU (ha reanudado en 2014 los ejercicios
African Lion que interrumpió en 2013 por la posición
estadounidense sobre el Sáhara Occidental) y, por
El principal reto
otro, continúa recibiendo ofertas del Consejo de
de las relaciones
Cooperación del Golfo para que entre a formar
parte de las Fuerzas Conjuntas que están creando.
bilaterales parece ser
En su última reunión de 2014, los ministros de
el de desarrollar una
Defensa de la Iniciativa 5+5 acordaron incrementar
cooperación enfocada
el intercambio de información sobre el yihadismo y
la ciberdefensa.
a reforzar la seguridad
común frente a los
actores no estatales
violentos que actúan
en el Sahel.
El principal reto de las relaciones bilaterales parece
ser el de desarrollar una cooperación enfocada a
reforzar la seguridad común frente a los actores
no estatales violentos que actúan en el Sahel.
Además de lo anterior, la seguridad marítima
parece otro de los ámbitos donde es posible la
cooperación bilateral. A más largo plazo, España
podría colaborar con Marruecos para una mayor integración en las misiones de la
UE en África aprovechando las expectativas de participación de Marruecos en las
misiones PCSD que se abrió en la cumbre UE-Marruecos de 2010.
La cooperación policial, lista para ampliar y profundizar
España no tiene con Marruecos un acuerdo marco general que ampare toda la
cooperación policial, por lo que se recurre a acuerdos de cooperación especíicos.
España inancia la mayoría de las acciones de intercambio, refuerzo institucional,
cursos, unidades de intervención y análisis derivadas de esos acuerdos. También
recurre al programa Euromed para la formación antiterrorista y contra el crimen
organizado. Con Marruecos se han establecido Centros de Coordinación Policial
–antiguas comisarías conjuntas– para acelerar el intercambio de información
policial, además de ayudar en la gestión del tránsito y asistencia a emigrantes.
Desde 2004, Marruecos colabora en la vigilancia de sus costas para evitar la salida
de inmigración irregular desde ellas y se han establecido patrullas conjuntas de
la Guardia Civil y la Gendarmería Real marroquí, con intercambios de personal, en
varios puntos: Granada-Alhucemas, Almería-Nador, Algeciras-Tánger y El AaiúnFuerteventura.
72
Seguridad y defensa
En 2006 se puso en marcha el programa Seahorse
Atlántico de la Comisión Europea para la
Entre las asignaturas
cooperación policial (visitas, cursos de formación
marítima e inmigración, patrullas mixtas, oiciales
pendientes de la
de enlace y conferencia policial Europa-África)
cooperación policial
entre España, Portugal, Marruecos, Mauritania,
se encuentra la
Senegal y Cabo Verde, al que siguió la instalación
sostenibilidad, ya que
de una red de comunicaciones (Seahorse Network)
que se ampliaron luego a Marruecos, Gambia y
la programación se
Guinea Bissau (Seahorse Cooperation Centres). En
resiente de los recortes
Gran Canaria se sitúa el Centro de Coordinación
de fondos y personal.
Regional, apoyado por el Centro de Coordinación
de Vigilancia Marítima desde Madrid. A través de
esta red, los países de origen y de destino de las
embarcaciones pueden compartir información en
tiempo real, cooperando en su distribución, en la localización de embarcaciones
sospechosas y en tareas de salvamento y de intercepción.
Marruecos también participa, junto a Argelia y Egipto, en las iniciativas del Foro
Global Contra el Terrorismo (Global Counter-Terrorism Forum, GCTF) en la lucha
contra los fenómenos terroristas de los combatientes yihadistas, el secuestro
y pago de rescates, y la radicalización, entre otros. Además, y dentro de la
cooperación entre ministros del Interior de Francia, Portugal, Marruecos y España
(G 4), esta última ha apoyado la ampliación de la cooperación policial a la lucha
contra el terrorismo y los flujos ilícitos en el Sahel.
Entre las asignaturas pendientes de la cooperación policial se encuentra la
sostenibilidad, ya que la programación se resiente de los recortes de fondos y
personal. La cooperación tiene que tener en cuenta las prioridades de seguridad,
que coinciden en el caso del terrorismo, pero no en igual medida en la lucha contra
el crimen organizado y la emigración, una diferencia que hay que añadir a las
peculiaridades propias. Dentro del terrorismo, la cooperación podría extenderse
a la lucha contra la radicalización. Finalmente, la cooperación policial tiene que
extenderse al ámbito industrial.
Según la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013 y la Estrategia de Acción
Exterior de 2014, el Sahel, el Cuerno de África y el Golfo de Guinea son zonas
vitales para la seguridad de España, lo que implica la necesidad de reforzar la
cooperación de las fuerzas armadas y de seguridad de ambos países para hacer
frente a los riesgos compartidos.
73
COOPERACIÓN
ANTITERRORISTA ENTRE
ESPAÑA Y MARRUECOS
COOPERACIÓN ANTITERRORISTA ENTRE
ESPAÑA Y MARRUECOS
En nuestros días, referirse a la cooperación antiterrorista entre las autoridades
españolas y las marroquíes es hacerlo a la cooperación bilateral contra actores
individuales y colectivos implicados en actividades de terrorismo yihadista
inspiradas en una u otra variedad de la ideología del salaismo yihadista. Esta
visión fundamentalista y belicosa del credo islámico es una de las variantes del
salaismo y, como tal, resulta extraña al entendimiento consuetudinario de la
religión, concretamente el asociado a la escuela y al rito malikí, que es la forma
oicial y moderada del islam propia de la gran mayoría de los musulmanes en
Marruecos, quienes suponen un 99,4% de la población del país, prácticamente en
su totalidad sunníes.
La radicalización yihadista afectó a centenares de súbditos marroquíes que,
durante los años 80 del pasado siglo, se trasladaron a Afganistán, respondiendo
de este modo a un llamamiento a la denominada yihad defensiva emitido por
múltiples autoridades religiosas de orientación salaista establecidas en distintos
países del mundo islámico –incluida alguna formada en el rigorismo doctrinal
saudí que predicaba en el norte de Marruecos– a raíz de la invasión soviética
del país asiático. Pero no será hasta la siguiente década, ya avanzados los 90,
cuando se detecte en territorio español la presencia de células terroristas de
orientación yihadista, directa o indirectamente relacionadas con al-Qaeda, entre
cuyos miembros se incluían inmigrantes marroquíes procedentes de ciudades
como Tánger, Tetuán y Casablanca, entre otras.
Del atentado en el hotel Atlas Asni al 11-M
La movilización yihadista de los años 80 y 90 fue el fenómeno que condujo a los
primeros intercambios en materia de antiterrorismo entre España y Marruecos.
Aunque ya en agosto de 1994 se produjo un acto de terrorismo yihadista en el
hotel Atlas Asni de Marrakech, como consecuencia del cual perdieron la vida dos
turistas españoles y otro más resultó herido, esos intercambios se desarrollaron
en especial como consecuencia de dos acontecimientos especialmente
importantes ocurridos en uno y otro país con posterioridad. En primer lugar, en
España, debido al desmantelamiento en noviembre de 2001 de la célula que alQaeda había fundado siete años antes, cuyo líder había conseguido captar a
algunos marroquíes, aunque en su mayoría estuviese formada por individuos de
77
Relaciones España - Marruecos
origen sirio. A continuación, en Marruecos, por los atentados perpetrados el 16 de
mayo de 2003 en Casablanca, uno de cuyos blancos fue el restaurante y lugar de
ocio Casa de España. Entre los 45 muertos ocasionados por esos atentados hubo
tres fallecidos españoles, por lo que en el Audiencia Nacional se abrió un sumario
en el marco del cual se avanzó en el intercambio de información antiterrorista
entre las autoridades españolas y las marroquíes.
Ahora bien, la cooperación antiterrorista entre España y Marruecos registró un
salto cualitativo después de estos dos sucesos, y más concretamente tras la
matanza que tuvo lugar el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Recordemos que la
red del 11-M estuvo integrada en su mayoría por marroquíes. Algunos de estos
lograron huir de España, pero fueron detenidos en
Marruecos o extraditados posteriormente a éste,
La red del 11-M
su país de origen, tras ser capturados en Siria.
estuvo integrada
Marruecos, como es sabido, no extradita a sus
nacionales. Sin embargo, esos individuos fueron
en su mayoría por
juzgados y condenados en dicho país por hechos
marroquíes.
relacionados con la preparación y ejecución del
11-M. Para entonces, el gobierno español había
tomado la decisión de destacar en Rabat a un
magistrado de enlace que, además de agilizar el intercambio judicial en casos
de terrorismo, facilitó esos encausamientos y los consiguientes veredictos
condenatorios. Esta innovadora y valiosa igura del magistrado español de enlace
establecido en Marruecos persiste.
Una excelente cooperación antiterrorista
Tanto las autoridades judiciales –en concreto la Fiscalía de la Audiencia
Nacional, única jurisdicción que en España se ocupa de delitos de terrorismo–
como policiales españolas –los respectivos servicios de información del Cuerpo
Nacional de Policía y de la Guardia Civil con competencias en terrorismo dentro del
territorio nacional– coinciden en señalar que, en estos momentos, la cooperación
antiterrorista con Marruecos se desarrolla en unos términos muy positivos: mejor
que nunca antes.37 Como ilustración de ello baste reseñar que en 2013 y 2014
los cuerpos policiales españoles y marroquíes desarrollaron conjuntamente seis
operaciones antiterroristas, con un saldo de 40 detenidos a ambos lados de la
frontera: Operación Cesto (junio-septiembre de 2013), Operación Azteca (marzo
de 2014), Operación Gala (junio de 2014), Operación Kibera (agosto de 2014 y
diciembre 2014) y Operación Farewell (septiembre de 2014).
37 Véase Fernando Reinares y Carola García-Calvo (2015), “Cooperación antiterrorista entre
España y Marruecos”, ARI nº 18/2015, Real Instituto Elcano, 31/III/2015.
78
Cooperación antiterrorista entre España y Marruecos
En relación con los riesgos y amenazas asociados
al terrorismo internacional, esta colaboración con
En relación con
el vecino del sur es fundamental para España.
los riesgos y
Ello obedece no sólo a factores de proximidad
amenazas asociados
geográica, sino también al hecho de que la gran
al terrorismo
mayoría de los residentes en España que proceden
de países con poblaciones mayoritariamente
internacional, esta
musulmanas son de origen marroquí. Añádase
colaboración con
a ello la evidencia de que, entre la totalidad de
el vecino del sur es
terroristas muertos o condenados en España entre
1996 y 2012 por actividades relacionadas con el
fundamental para
terrorismo yihadista, el 27,4% tenía nacionalidad
España.
marroquí (cifra que alcanzó el 40,7% para cuantos
de estos fueron detenidos o se inmolaron con
posterioridad a 2003) y hasta un 28,8% había nacido
en Marruecos (dato que se eleva hasta el 42,6% desde 2004).
Igualmente fundamental en materia de prevención y lucha contra el terrorismo
internacional es para España la cooperación con Francia. Ambos países
comparten similar valoración respecto a los focos y fuentes de la amenaza
terrorista, además de una preocupación especial respecto a yihadistas de origen
marroquí, en el caso francés sobre todo respecto a segundas generaciones, es
decir, descendientes de inmigrantes procedentes de Marruecos. Pese a que en
el pasado reciente han funcionado incluso equipos conjuntos de cooperación
judicial antiterrorista compuestos por miembros de los tres países, los
intercambios de Francia con Marruecos, en relación al mismo problema común,
se deterioraron extraordinariamente a lo largo de 2014, una circunstancia que,
aunque subsanada a inicios de 2015, ha contribuido a elevar aún más el peril
adquirido en la actualidad por el alcance de la relación hispano-marroquí.
Aun cuando la cooperación antiterrorista entre España y Marruecos es en la
actualidad excelente, los desafíos que ambos países afrontan, de la misma
manera que lo hacen otros en y alrededor del Mediterráneo occidental, no se
han manifestado en su previsible potencial. Muy especialmente respecto a la
excepcional movilización yihadista relacionada con Siria e Irak que tiene lugar
desde inales de 2011, cuyo impacto en términos de riesgos y amenazas terroristas
incide sobre los países del Magreb y sobre el entorno europeo inmediato. Ello
invita a reflexionar sobre el mantenimiento e incluso la mejora en la cooperación
bilateral antiterrorista con Marruecos, socio que es el país más estable en la
región del Magreb por lo que atañe a la incidencia del terrorismo –entre 2011 y
2013 se registró en el país un solo atentado terrorista, lo que contrasta con no
menos de 33 ocurridos en Túnez, 77 en Argelia y 353 en Libia durante ese mismo
período de tiempo–, en sus distintos niveles estructural, organizativo e individual.
79
Relaciones España - Marruecos
En paralelo a la cooperación antiterrorista hispanomarroquí desarrollada entre las respectivas
autoridades judiciales y policiales, también se lleva
a cabo una discreta y eicaz colaboración bilateral
en el ámbitos de los Servicios de Inteligencia
(CNI por parte española y DGED/DGST por parte
marroquí), cuya actividad va más allá de la acción
represiva sobre la actividad criminal de las células
terroristas de tendencia salaista-yihadista, con
un carácter preventivo del fenómeno y un alcance
estratégico. Dicha colaboración se ejecuta de
forma coordinada con las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado y se está centrando en el
problema de los individuos de origen marroquí
desplazados a la “tierra de yihad” en Siria e Irak.
Está enfocada a la obtención de información que
permita neutralizar este fenómeno que representa una amenaza para ambos
países. La eicacia de esta cooperación sólo puede medirse indirectamente, si
bien a juzgar por la ausencia en los últimos 10 años de atentados similares a los
del 11-M –en los que jugaron un papel principal individuos de origen marroquí–
se puede inferir que la cooperación está teniendo resultados satisfactorios.
En paralelo a
la cooperación
antiterrorista hispanomarroquí, también
se lleva a cabo una
discreta y eicaz
colaboración bilateral
en el ámbitos de
los Servicios de
Inteligencia.
Mantenimiento y mejora de la cooperación
En el nivel estructural no debe minimizarse la importancia de los condicionamientos
políticos, pese a la autonomía relativa que se atribuye a la relación existente entre
agencias estatales de seguridad de España y Marruecos. Es más, a diferencia de
lo que ocurre con otros países de la región o con otros sectores de las relaciones
bilaterales, España y Marruecos carecen aún de un convenio que proporcione el
marco jurídico para desarrollar más adecuadamente la cooperación bilateral en
materia de seguridad, incluyendo la lucha contra el terrorismo. Su inexistencia
en la fecha de redacción de este informe, que sería recomendable subsanar con
prontitud, revela que las relaciones bilaterales entre ambos países han sido, en el
plano político general, más irregulares de lo que conviene a una eicaz cooperación
antiterrorista.
Respecto a la Administración de Justicia y la cooperación antiterrorista, una vez
culminado el Programa de Modernización de dicho sector –entre cuyos principales
logros destacan la mejora técnica de las instituciones judiciales y la creación de
una red de cooperación judicial hispano-marroquí– y tras ponerse en marcha una
segunda fase del mismo, al igual que otras iniciativas relacionadas, es preciso
reformar protocolos bilaterales ya obsoletos a in de favorecer la colaboración
antiterrorista en el ámbito judicial. Estos, en cualquier caso, deben acomodarse
80
Cooperación antiterrorista entre España y Marruecos
a un principio de reciprocidad que, por ejemplo,
permita la entrega temporal, de Marruecos a España
y viceversa, de encausados en procedimientos
abiertos sobre terrorismo que se encuentren en
uno de esos países mientras la acción judicial que
le afecta se desarrolla en el otro. Así se atenuarían
las diicultades derivadas de que las autoridades
marroquíes no extraditen a sus nacionales.
España y Marruecos
carecen aún de
un convenio que
proporcione el marco
jurídico para desarrollar
más adecuadamente la
cooperación bilateral en
materia de seguridad,
incluyendo la lucha
contra el terrorismo.
A un nivel organizativo y en el ámbito judicial,
adquiere un valor singular la existencia de un grupo
cuatripartito de trabajo entre iscales antiterroristas
de España, Francia, Bélgica y Marruecos. A este
mismo nivel organizativo, pero en el campo policial,
la realidad de la cooperación entre España y
Marruecos es dual. El Cuerpo Nacional de Policía,
a través de su Comisaría General de Información, se relaciona con la Dirección
General de la Seguridad Nacional (DGSN) marroquí, mientras que el correspondiente
servicio de Información de la Guardia Civil lo hace con la Gendarmería del vecino
al sur. Las potenciales disfunciones de coordinación a que ese tipo de arreglos
duales pueden subsanarse a través, por una parte, de la División Antiterrorista
del recientemente creado Centro de Inteligencia contra Terrorismo y Crimen
Organizado (CITCO) y, por otra, mediante el trabajo efectivamente conjunto a la vez
que integrado, es decir, sin sesgos corporativos, de los miembros de las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado destinados en Rabat para desempeñar tareas
relacionadas con las competencias internacionales propias del Ministerio del
Interior, independientemente del cuerpo al que pertenezcan.
Es precisamente a este último respecto, en el nivel individual, donde cabe insistir
en algunos aspectos que requieren un particular cuidado para el desarrollo de
una cooperación antiterrorista tan crítica para España como lo es la que se
mantiene con Marruecos. Convendría así, con el propósito de que las relaciones
personales de cariz informal basadas en la conianza que tanta importancia tienen
para canalizar con la mayor rapidez y efectividad las relaciones oicialmente
formalizadas, subrayar la importancia que tienen el hecho de que los miembros
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado destinados como consejero
o agregados de Interior en la Embajada de España en Marruecos tengan, como
requisito imprescindible, además del rango apropiado para tratar con sus
interlocutores locales y sólida experiencia en el campo de la Información, un buen
manejo de la lengua francesa, además de incrementarse el número de quienes se
expresen con fluidez en árabe.
81
Relaciones España - Marruecos
Prevención de la radicalización
El Plan Nacional
de Prevención de
la Radicalización
contempla la
colaboración hispanomarroquí en áreas
como la formación de
imames.
Hay una faceta preventiva, en el ámbito de la
cooperación hispano-marroquí contra el terrorismo
internacional, que debe ser traída a colación. Se
trata del empeño de las autoridades marroquíes
en controlar la designación de los imames que
ejercen en lugares de culto islámico en España,
particularmente en aquellos oratorios cuya
congregación es principalmente compuesta
por musulmanes de origen marroquí, a in de
evitar que predicadores extremistas promuevan
la radicalización entre sus nacionales. Esto es
de interés para España, que aún no tiene las
capacidades necesarias para intervenir en ese sector religioso ni sobre temas de
cultura marroquí en otros aines como el educativo. Ahora bien, estas iniciativas
deben estar, además de concertadas con las autoridades españolas en el marco de
las relaciones bilaterales, controladas por ellas. En este sentido, el Plan Nacional
de Prevención de la Radicalización es una adecuada iniciativa dentro de la cual
encuadrarse.
Dicho programa de prevención de la radicalización, en lo que se reiere a la
radicalización yihadista, contempla de hecho la colaboración hispano-marroquí
en áreas como la formación de imames –una faceta a la que Marruecos viene
dedicando una especial atención en el contexto norteafricano, habiéndose
convertido en referente regional–, la participación de docentes marroquíes en la
impartición de contenidos sobre lengua y cultura de su país en colegios españoles
a descendientes de inmigrantes procedentes del mismo, e incluso la inanciación
del culto islámico en Ceuta y Melilla. Ahora bien, esta colaboración prestada por
las autoridades de Marruecos en iniciativas orientadas a inhibir procesos de
radicalización en el seno de colectividades de origen marroquí establecidas en
España, ofrece a Rabat posibilidades de ejercer sobre las mismas una influencia
que podría terminar sirviendo mejor a los intereses marroquíes que a los intereses
nacionales de España.
82
COOPERACIÓN Y
DESARROLLO EN
MARRUECOS
COOPERACIÓN Y DESARROLLO EN MARRUECOS
Marruecos, país prioritario para la cooperación española
Marruecos es un país prioritario para la cooperación española. Según el Plan Director
de la Cooperación Española vigente,38 Marruecos se encuentra entre los 23 países
de asociación en los que la ayuda española está llamada a concentrarse durante
el período 2013-2016. Cabe destacar que, a pesar
de la tradicional orientación de la cooperación
española hacia América Latina y el Caribe y, en
Marruecos es un país
menor medida, el norte de África y Oriente Medio,
prioritario para la
de esta última región sólo son prioritarios cuatro
países o territorios (Marruecos, Mauritania, la
cooperación española.
población saharaui y los Territorios Palestinos),
quedando excluidos otros países del norte de
África con necesidades de desarrollo y relevancia
geoestratégica para los países del sur de Europa (como Túnez, Egipto y Argelia).
De este modo, a la importancia de Marruecos como socio de la cooperación se
le suma la de constituirse en un pivote de las relaciones con otros países de la
región norafricana y subsahariana. En relación a esta última, Marruecos podría
convertirse incluso en un socio de cooperación triangular, por ejemplo a través de
un proyecto de agua y saneamiento en Mauritania.
La ayuda española en Marruecos se ha visto drásticamente reducida desde su
pico en 2009 de 167 millones de euros en términos netos, hasta algo más de 15
millones de euros en 2013. Sin embargo, los recortes no han hecho sino acentuar
la importancia relativa de Marruecos como principal socio de la región: antes
recibía la mitad de la ayuda al norte de África, y ahora recibe el 80%. Cabe destacar,
no obstante, que, en sentido contrario, la proporción de ayuda destinada al norte
de África ha perdido peso sobre el conjunto de la ayuda oicial al desarrollo (AOD)
española como consecuencia de los recortes.39
38 MAEC (2013), Plan Director de la Cooperación Española 2013-2016, Ministerio de Asuntos
Exteriores y de Cooperación, Madrid.
39 Más información en https://infoaod.maec.es/ y http://stats.oecd.org/.
85
Relaciones España - Marruecos
Gráico 8. Evolución y distribución de la AOD española en Marruecos
Evolución AOD neta, 2005-13
160.000.000
140.000.000
120.000.000
100.000.000
80.000.000
60.000.000
40.000.000
20.000.000
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: AECID.
3%
AOD bruta por sectores, 2009-13
1% 5%
Educación
7%
Salud, población, agua y saneamiento
18%
Gobernanza y sociedad civil
Otros sectores sociales
12%
Servicios e infraestructuras
económicas
9%
36%
9%
Sectores productivos
Seguridad alimentaria
Fuente: http://stats.oecd.org/.
6%
15%
Apoyo presupuestario
Contribuciones a entidades
2%
8%
Subvenciones a proyectos
5%
Asistencia técnica y expertos
Becas y similares
Otros
71%
Fuente: http://stats.oecd.org/.
86
2013*
Cooperación y desarrollo en Marruecos
La AOD española en Marruecos está muy diversiicada tanto en sectores como
en instrumentos, tal como se refleja en el Gráico 8. También desde el punto de
vista de los actores es una ayuda diversa, con una participación importante de
Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y actores de la Administración General
del Estado distintos de la AECID. El predominio de las subvenciones a proyectos
como instrumento de cooperación, además, ha ayudado a ONG y universidades
españoles a establecer lazos de cooperación con sus homólogos españoles.40
En Marruecos también se han puesto en marcha otras intervenciones más
recomendadas por la agenda de la eicacia de la ayuda, como por ejemplo, el
apoyo presupuestario directo en los sectores de la salud y la educación. Más
recientemente, el país ha servido de laboratorio para nuevas modalidades e
instrumentos de la ayuda. Por ejemplo, junto con Colombia, Perú y México,
forma parte de los países en los que se han puesto a prueba las posibilidades de
colaboración público-privada para el desarrollo. En el ámbito europeo es también
pionero en el apoyo presupuestario conjunto o la evaluación conjunta.
En términos más amplios, la variedad e intensidad de las relaciones bilaterales
–migratorias, comerciales, inversoras, etc.– hacen de Marruecos un país idóneo
para ensayar nuevas formas más integradas de acción exterior, siguiendo los
principios de coherencia e integración pautados en la recientemente aprobada
Ley de la Acción Exterior y del Servicio Exterior del Estado (LAESEE). En este
sentido, se podría iniciar un proceso de reflexión que llevara a una apuesta
más integral –whole-of-government– en la aproximación a las relaciones con
el país vecino, planteando, para la renovación del actual Marco de Asociación
País (MAP) vigente desde 2012, que dicho documento marco incluyese un mayor
número de dimensiones de las relaciones bilaterales, más allá de las que atañen
de forma estricta a la cooperación al desarrollo. En este sentido, y siguiendo el
mismo planteamiento señalado en el acta de la Comisión Mixta,41 el MAP debería
tener en cuenta todos los actores e instrumentos que afectan a la dimensión del
desarrollo.
¿Es España un donante importante para Marruecos?
Por distintos motivos ligados a la estabilidad política, los intereses económicos
o su posición geoestratégica, Marruecos no sólo es un socio atractivo para la
cooperación española, sino también para muchos donantes tradicionales (EEUU,
40 Según las estadísticas de la OCDE, sólo en 2013 se registraron 221 subvenciones a proyectos,
inanciadas por municipios (150), Comunidades Autónomas (43), universidades (16), AECID (11)
y ejecutadas en su mayor parte por ONG españolas (160). Además, se registraron 24 acciones
de asistencia técnica ejecutadas por universidades y centros de estudios (14) y diversas
administraciones públicas (10).
41 Acta de la I Reunión de la Comisión Mixta Marroquí-Española de Cooperación, http://www.
exteriores.gob.es/Portal/es/SalaDePrensa/Multimedia/Publicaciones/Paginas/Cooperacion/
Planiicacion.aspx.
87
Relaciones España - Marruecos
Francia y Alemania) y emergentes (como Kuwait). En la actualidad, hay hasta 39
países o fondos bilaterales o multilaterales con compromisos vivos de AOD (Tabla 3).
Tabla 3. Compromisos de AOD con Marruecos: media de los compromisos
anuales, 2008-2012 (en millones de dólares corrientes y en % de los
compromisos totales)
Nº País
Media
2008-12
761,30
Media
2008-12
3,19
29,17
21 BAfD
0,12
2 Instituciones UE
510,55
19,56
22 Países Bajos
2,53
0,10
3 Fondo Árabe (AFESD)
263,68
4 Kuwait (KFAED)
220,13
10,10
23 UNHCR
1,82
0,07
8,43
24 UNFPA
1,69
0,06
5 EEUU
209,48
8,03
25 Dinamarca
1,67
0,06
6 Alemania
185,47
7,11
26 UNICEF
1,34
0,05
7 Japón
169,94
6,51
27 UNDP
1,19
0,05
8 España
100,67
3,86
28 Luxemburgo
0,91
0,03
1 Francia
9 Emiratos Árabes Unidos
% Nº País
%
44,41
1,70
29 WHO
0,79
0,03
10 OFID
30,00
1,15
30 Finlandia
0,64
0,02
11 Bélgica
28,76
1,10
31 Australia
0,60
0,02
12 Portugal
11,82
0,45
32 UNAIDS
0,37
0,01
13 Banco Islámico de
Desarrollo
14 Fondo Global
11,62
0,45
33 Grecia
0,28
0,01
11,16
0,43
34 Austria
0,20
0,01
15 Canadá
8,43
0,32
35 Irlanda
0,17
0,01
16 GEF
6,20
0,24
36 Noruega
0,08
0,003
17 Reino Unido
5,59
0,21
37 Suecia
0,05
0,002
18 Corea del Sur
4,98
0,19
38 República Checa
0,02
0,001
19 Italia
4,69
0,18
39 Eslovenia
20 Suiza
3,76
0,14
Total
0,001 0,00003
2.610
100.0
Fuente: http://stats.oecd.org/.
La Tabla 3 refleja un país con ayuda fragmentada, lo que a los ojos de la OCDE
es un problema en términos de eicacia de la ayuda, por cuanto que muchos
donantes con donaciones pequeñas generan altos costes administrativos. Esta
institución precisa la fragmentación de la ayuda a Marruecos indicando que de
las 27 relaciones que mantiene con países donantes, 18 son no signiicativas.
Es decir, la ayuda de la mayoría de los donantes en Marruecos no destaca ni en
relación a otras ayudas del donante (la proporción de ayuda en el país socio es
88
Cooperación y desarrollo en Marruecos
inferior a la contribución del mismo donante a la ayuda mundial) ni en relación a
otras ayudas del receptor (el donante no se encuentra entre el grupo de donantes
que aporta el 90% da la ayuda en el país receptor).
La relación de España con Marruecos sí es signiicativa. En el marco de un estudio
realizado por el Real Instituto Elcano para el Parlamento Europeo,42 se pidió a
los representantes de los donantes con presencia en Marruecos que identiicaran
los donantes líderes y, particularmente, los que son miembros de la UE.
Curiosamente, ningún representante –ni siquiera los de las propias instituciones
europeas– identiicaron como tal a la delegación europea. Sin embargo, Francia
fue mencionada nueve de las 10 veces, España siete y Alemania cuatro.
La dimensión europea de la cooperación al desarrollo
La relación de cooperación al desarrollo entre España y Marruecos trasciende la
dimensión bilateral, cobrando especial importancia
el papel de la UE en el país magrebí y el papel
La relación de
potencial que podría desempeñar España en esta
dimensión europea. Por una parte, a pesar del foco
cooperación al
de la cooperación comunitaria en los países de renta
desarrollo entre España
baja y menos adelantados, un país de renta media
y Marruecos trasciende
baja como Marruecos es de suma importancia para
la Unión por una mera cuestión de vecindad. Por
la dimensión bilateral,
otra parte, con los recortes de la ayuda española y el
cobrando especial
mantenimiento de las contribuciones multilaterales
importancia el papel de
obligatorias, su aportación al presupuesto europeo
se ha convertido en una de las partidas más
la UE en el país magrebí
importantes de la ayuda española, lo que obliga,
y el papel potencial que
en aras de la eicacia, a una reflexión estratégica
podría desempeñar
desde la cooperación española sobre los principales
objetivos de la cooperación europea y la capacidad
España en esta
de España para moldearlos.43
dimensión europea.
A diferencia de otras políticas comunitarizadas
–como la agrícola y la comercial– o que permanecen
bajo la responsabilidad de los gobiernos y administraciones de los Estados
miembros –como la sanitaria–, la política de cooperación internacional para el
desarrollo se encuentra en una situación excepcional e intermedia. Si bien existe
42 Iliana Olivié, Aitor Pérez y Rafael Domínguez (2013), “The Cost of Non-Europe in Development
Policy: Increasing Coordination between EU Donors. Case Study: Morocco”, PE 494.464 CoNE, nº
1/2013, Annex II, Parlamento Europeo, Bruselas.
43 José María Larrú y Javier Sota (2014), “La Unión Europea y la Agenda de Desarrollo post2015”, Documento de Trabajo CECOD, nº 25, Centro de Estudios de Cooperación al Desarrollo,
Madrid.
89
Relaciones España - Marruecos
un presupuesto europeo de ayuda al desarrollo, que bebe de las aportaciones
obligatorias de los Estados miembros, ejecutado por instituciones europeas
(Comisión Europea y Banco Europeo de Inversiones, entre otras), también se
mantienen y coexisten las políticas bilaterales de cooperación al desarrollo de
los Estados miembros; de modo que con frecuencia las instituciones europeas
terminan actuando como un donante más en un panorama fragmentado de la
ayuda europea.
Los altos costes administrativos o la imposibilidad de constituir a Europa en
un actor global del desarrollo bajo estas circunstancias –y a pesar de que los
presupuestos de ayuda agregados convierten a la Unión en el primer donante
mundial– han llevado a diversas iniciativas políticas para la coordinación e
integración de los donantes europeos. Así, la UE se ha sumado sin matices a la
“ortodoxia” de la agenda de eicacia de la ayuda44 de la OCDE, que aboga por una
mayor apropiación por parte de los países socios, la coordinación de donantes
y la homogeneización de las prácticas de la cooperación. En paralelo, la UE ha
promovido su propio Programa para el Cambio45 que incluye, por ejemplo, una
concentración de la ayuda europea en un menor número de sectores.
A pesar de ello, los avances hacia una mayor coordinación han sido, en muchos
casos, decepcionantes. En general, esto puede tener que ver con los muy distintos
procedimientos internos de cada donante europeo o con la falta de coordinación
entre las instituciones de un mismo país donante –habitual, por ejemplo, entre la
cooperación inanciera reembolsable y la no-reembolsable–. Pero además, en el
caso de Marruecos, estos pobres resultados podrían estar relacionados con las
diicultades de encajar la agenda de la eicacia de la ayuda –concebida, en buena
medida, para la cooperación con países de renta baja o menos adelantados–
en un país vecino, con fuerte atractivo geoestratégico, la presencia de un gran
número de donantes, una administración local fuerte y centralizada y una renta
per cápita y unos niveles de desarrollo humano superiores a la media de los países
prioritarios de la cooperación europea.
En estas condiciones, y frente a la agenda “ortodoxa” o “dura” de la coordinación
europea, podrían lograrse mayores niveles de integración, en un país como
Marruecos, con una agenda “heterodoxa”; y, dada la posición de liderazgo de la
cooperación española en Marruecos, España podría impulsar este proceso de
integración blanda de la cooperación europea. Esta integración blanda consistiría
en cambiar el objetivo de integración total de toda la ayuda europeo por un
objetivo intermedio y menos ambicioso de integrar las principales aportaciones
de la ayuda europea. En el caso especíico de Marruecos, esto se concretaría
en coordinar las ayudas de la cooperación francesa y la española y, en paralelo,
44 http://www.oecd.org/dac/effectiveness/thehighlevelforaonaideffectivenessahistory.htm.
45 http://eeas.europa.eu/delegations/nicaragua/press_corner/all_news/news/2011/13102011_
es.htm.
90
Cooperación y desarrollo en Marruecos
facilitar los mecanismos de la cooperación delegada por la cual un Estado
miembro pone en manos de otro su presupuesto de ayuda para un determinado
país, sector o programa –dada la diicultad de homogeneizar distintos y complejos
procedimientos administrativos de un país miembro a otro–. Asimismo, en
paralelo, es imprescindible que mejore la comunicación e integración de la
cooperación española planiicada y ejecutada bilateralmente con Marruecos
con la deinición de la posición española para la coniguración de la cooperación
europea con el país vecino.
Inversiones y desarrollo
La AOD no es la única fuente de inanciación externa de la economía marroquí
ni, por lo tanto, la única dimensión de las relaciones externas que puede tener un
efecto en los niveles de desarrollo económico y social del país magrebí. De hecho,
en el último decenio, las entradas netas de ayuda del exterior han rondado los
1.000 millones de dólares corrientes anuales, mientras que la media de entradas
netas de inversión extranjera directa (IED) se ha situado en más de 2.000
millones, las remesas de migrantes en cerca de 5.800 millones y los ingresos por
exportaciones de bienes y servicios en más de 25.700 millones.
Gráico 9. Fuentes de inanciación externa de la economía marroquí en el
período 2003-2012
35.000
Exportaciones
de bienes
y servicios
30.000
25.000
Remesas
personales
recibidas
20.000
15.000
Entrada neta
de IDE
10.000
AOD neta
5.000
0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: Banco Mundial, World Development Indicators online.
91
Relaciones España - Marruecos
Las políticas de
promoción de la
internacionalización
de la empresa
española no deberían
ignorar los objetivos
de la política de
cooperación española.
Las remesas de migrantes, la inversión directa y
los ingresos por exportaciones no se producen
necesariamente con el objetivo último de la mejora
de los niveles de desarrollo. Además, el tipo de
agentes que intervienen en el envío de una remesa
–generalmente migrantes–, la exportación de un
bien o la creación de una nueva empresa con capital
extranjero –empresarios locales o extranjeros–
no son los mismos que los que intervienen en las
relaciones de cooperación internacional para el
desarrollo.
Con todo, estas otras dimensiones de las relaciones
internacionales influyen en variables de desarrollo
local: las remesas movilizan ahorro, las exportaciones de bienes y servicios
contribuyen a pagar la factura de importaciones y la inversión directa puede
tener efectos en el empleo, la pauta de crecimiento –con mayor o menor cambio
estructural–, el equilibrio de la balanza de pagos, la provisión de nuevos bienes
y servicios y la contribución a los bienes públicos locales y globales. No hay
que perder de vista que este efecto en desarrollo puede ser positivo, o también
negativo.46
Además, algunos de estos flujos, como los de IDE, pueden provenir de los
mismos países donantes de ayuda y pueden verse influidos por políticas públicas
articuladas desde las mismas administraciones. En el caso de España, existe una
política de promoción de la internacionalización de la empresa que se ejecuta a
través de distintos organismos –como la Corporación Financiera de Desarrollo
(COFIDES) y la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación
(CESCE) –, programas y herramientas –como las ferias comerciales y el Fondo
para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) gestionado desde el Ministerio
de Economía y Competitividad–.
Siguiendo los criterios de unidad de acción en el exterior y de coherencia, recogidos
en la LAESSE mencionada más arriba, todas las herramientas de la acción exterior
española podrían o deberían perseguir un conjunto coherente de objetivos. Así,
podría argumentarse que las políticas de promoción de la internacionalización de
la empresa española no deberían ignorar los objetivos de la política de cooperación
española.
Esta sinergia de objetivos puede resultar particularmente interesante en Marruecos,
donde se ha dado un proceso relativamente importante de deslocalización de la
empresa española. Además, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones en
46 Iliana Olivié y Aitor Pérez (2014), “How to Deal with the ‘Black Box’ of Foreign Investment and
Development: A Case Study in the Dominican Republic and a Methodological Proposal”, Canadian
Journal of Development Studies, vol. 35, nº 4, pp. 539-59.
92
Cooperación y desarrollo en Marruecos
desarrollo, en Marruecos buena parte del peso de la deslocalización empresarial
española lo llevan las pequeñas y medianas empresas (pymes), lo que se debe
en parte a la cercanía geográica y a los bajos costes de deslocalización que
se derivan de ésta. Así como para España la internacionalización de las pymes
sigue siendo un proceso pendiente –desde la intensa internacionalización de
las grandes empresas en los 90–, para Marruecos la capilaridad de las pymes
–necesitadas de vínculos productivos con la economía local– y sus sectores de
actividad productiva –la agricultura, el textil y el tratamiento de residuos, entre
otros– ofrecen un importante potencial para la dinamización de procesos de
desarrollo económico y social.
En el sector agrícola, por ejemplo, se ha producido una entrada importante de
pymes españolas como resultado de la política de apertura y arrendamiento de
incas de propiedad pública. Con ello, se están introduciendo técnicas de cultivo
signiicativamente más productivas que las locales. Teniendo en cuenta que la
mayoría de los hogares pobres de Marruecos dependen de ingresos agrarios,
la absorción de estas tecnologías por parte de los productores locales tendría
una enorme incidencia en desarrollo y aianzaría los vínculos de los empresarios
agrarios españoles con la sociedad y autoridades marroquíes. Una orientación
estratégica de las herramientas públicas de internacionalización de la empresa
española en Marruecos –que tuviera en consideración los objetivos de desarrollo
de la cooperación española– podría ofrecer importantes beneicios para ambos
países.
Si bien en la retórica de la cooperación tienen cada vez más presencia el sector
privado u otros flujos internacionales,47 más allá de la ayuda, esto no ha dado
lugar a un cambio sustancial en la práctica de la cooperación. Los motivos son
de muy distinto orden, desde las resistencias de los actores más tradicionales
de la cooperación al desarrollo hasta la falta de capacidades, pero cabe destacar
que el sistema de cooperación lleva décadas trabajando fundamentalmente
con dos grupos de actores –gobiernos o administraciones y organizaciones
de la sociedad civil– por lo que trabajar con un nuevo tipo de actor –el sector
empresarial público o privado– requiere de distintos cambios en la arquitectura
de la ayuda, lo que nos lleva a sugerir las siguientes tres recomendaciones.48
En primer lugar, el énfasis de la colaboración entre dos políticas tradicionalmente
aisladas –la de la internacionalización de la empresa y la de cooperación
internacional para el desarrollo– ha de ponerse en los objetivos, no en los
instrumentos. En los últimos años han proliferado análisis y documentos oiciales
sobre la integración del sector privado empresarial en el sistema de ayuda al
47 Véase, por ejemplo, la Declaración del IV Foro de Alto Nivel sobre la Eicacia
de la Ayuda, celebrado en Busan en 2011, http://www.oecd.org/dac/effectiveness/
fourthhighlevelforumonaideffectiveness.htm.
48 Iliana Olivié, Aitor Pérez y Manuel Gracia (2013), “Cómo articular la colaboración públicoprivada para el desarrollo en el Norte de África”, ARI nº 24/2013, Real Instituto Elcano, 21/VI/2013.
93
Relaciones España - Marruecos
desarrollo desde el punto de vista del diálogo entre dos herramientas. Así, los
esfuerzos se están concentrando en la forma de articular partenariados públicoprivados o en la reorientación de la cooperación inanciera reembolsable para la
promoción empresarial. No obstante, el foco debería estar en el objetivo: es en aras
de la creación de empleo –que, por cierto, es el objetivo de diversas actuaciones
de la cooperación española en Marruecos–,49 de la sostenibilidad de la balanza
de pagos marroquí o del fomento de un patrón de crecimiento más inclusivo y
sostenible que deberán diseñarse herramientas de cooperación en las que
participe el sector empresarial español (o marroquí). Este enfoque cobra aún más
importancia si se tiene en cuenta que, de los tres ejes de la cooperación española
para el desarrollo con Marruecos, uno de ellos es precisamente la promoción
de oportunidades económicas para los más pobres. Este eje se materializa, por
ejemplo, en el apoyo al desarrollo del sector pesquero mediante el fortalecimiento
de dos centros de formación en Larache y Alhucemas, el programa Nauta y el
apoyo a la pesca artesanal.
Para ello, la promoción de una internacionalización de la empresa española con
efectos en el desarrollo de Marruecos ha de estar incluida en el MAP. De hecho,
distintas estrategias de desarrollo marroquíes –el Plan Marruecos Verde, el Plan
de Emergencia Industrial y la Visión 2020 para el Turismo– cuentan con la IED
como una fuente y forma de inanciación para el desarrollo económico y social.
Y, en tercer lugar, para que un MAP más integral, desde el punto de vista de las
herramientas en funcionamiento para la promoción del desarrollo de Marruecos,
pueda llevarse a cabo, es necesario reforzar las capacidades en el terreno,
concretamente en la Oicina Técnica de Cooperación (OTC). La OTC en Marruecos
debe ser capaz, por ejemplo, de analizar la actividad empresarial con un enfoque
de desarrollo para identiicar potenciales colaboraciones público-privadas entre
la cooperación y las empresas españolas con actividad en Marruecos o, incluso,
de identiicar nuevas IED que pudieran colaborar en el proceso de desarrollo en
Marruecos.
49 Como el proyecto de apoyo institucional al departamento de Empleo del Ministerio de Empleo
y Formación Profesional, el proyecto regional, en colaboración con la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) de promoción de empleo juvenil en Argelia, Mauritania, Marruecos y Túnez, o
diversas medidas para el refuerzo de las políticas públicas de empleo de Marruecos.
94
CULTURA, EDUCACIÓN Y
CIENCIA EN LAS RELACIONES
ESPAÑA-MARRUECOS
CULTURA, EDUCACIÓN Y CIENCIA EN LAS
RELACIONES ESPAÑA-MARRUECOS
Las relaciones bilaterales en educación, investigación cientíica y cultura tienen
sus bases en sendos convenios de cooperación irmados en 1979 (cooperación
cientíica y técnica) y 1980 (cooperación cultural y educativa), este último
revisado en 2012 tras la irma de un nuevo Convenio de Asociación Estratégica
en materia de Desarrollo y de Cooperación Cultural, Educativa y Deportiva entre el
Reino de España y el Reino de Marruecos. La irma del Convenio de Cooperación
Cientíica y Técnica de 1979 y el Protocolo de Aplicación de dicho convenio (en
julio de 1990) supuso el instrumento de conducción de la cooperación española
en ese campo, y en particular la concesión de becas de estudios, el intercambio
de documentación y de información, el intercambio de especialistas, materiales
y equipos tecnológicos, el Programa de Cooperación Interuniversitario Hispano
Marroquí (iniciado en 1996), el de Lectorados universitarios, el desarrollo del
Hospital Español de Tánger y, más recientemente, el establecimiento de un
Memorándum de Entendimiento para la promoción de Campus Transfronterizos
(2011).
Mirando al otro: las relaciones culturales entre España y Marruecos
La cooperación cultural con el Magreb es uno de los ejes contemporáneos de
la acción exterior española al menos desde que, durante los primeros años de
la dictadura y el consiguiente aislamiento internacional (1946-1955), los países
árabes se convirtieran con los iberoamericanos en dos pilares de la política
exterior española. Tras la creación en 1954 del Instituto Hispano-Árabe de
Cultura –transformado en Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe en 1988
e integrado en la AECI en 1989– y la irma de un primer acuerdo de cooperación
cultural hispano-marroquí en 1957, España creó sus primeros centros culturales
en Marruecos –Casablanca en 1963, seguido por Fez, Tánger y Rabat, hasta el de
Tetuán en 1984, que se convertirán después en sedes del Instituto Cervantes–,
que aunque dotados de escasos recursos mantienen la actividad y el interés por
las culturas mutuas.
Durante esas décadas centrales del siglo, el desarrollo de la radio y la televisión
suponen un modo cotidiano de contacto cultural de la población marroquí con
los contenidos culturales españoles, dado que en el norte del país se captan
97
Relaciones España - Marruecos
las señales radios y televisiones españolas –en particular para los contenidos
deportivos y, sobre todo, el fútbol–, y lo mismo ocurre con las emisiones de la
televisión marroquí en algunas zonas del sur de España. En todo caso y en parte
como consecuencia de la diferencia de recursos, la cultura española está mejor
difundida en Marruecos de lo que lo está la marroquí en España.50
Las actuales relaciones culturales entre la España democrática y Marruecos
tienen sus raíces en el Convenio de Cooperación Cultural irmado por los dos
países en 1980 y ratiicado por Marruecos cinco años después.51 Si bien el nuevo
texto proporciona un marco más activo a la cooperación cultural entre ambos
países, el aumento de la actividad cultural española no parece tener suiciente
impacto en la sociedad, por lo que un nuevo acuerdo general se puso en marcha
en 1991, el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación, con el que se
promovía la cooperación educativa, la promoción de las lenguas y culturas mutuas
y la colaboración entre entes de radiotelevisión, cinematográicos, artísticos y
deportivos (arts. 7-9) y el comienzo de las RAN celebradas desde entonces por
ambos países.
Bajo el paraguas del Tratado de 1991, la década de los 90 supuso una
transformación de las relaciones bilaterales en materia de cultura o educación,
con la preocupación por parte de ambos países de incrementar la cooperación
y avanzar en el conocimiento y comprensión mutuos. En aquel contexto, la RAN
hispano-marroquí de 1996 creó el Comité Averroes, formado por intelectuales y
personalidades de ambos países, como “un instrumento que pudiera actuar en un
horizonte temporal más amplio sobre las respectivas opiniones públicas y superar
susceptibilidades excesivas o desconianzas provenientes del pasado”.52 Con una
trayectoria llena de altibajos, su actividad fue desapareciendo a partir de 2008,
cuando se pusieron en marcha otros organismos más orientados sectorialmente,
como el Consejo Económico Hispano Marroquí, creado por las patronales
empresariales de ambos países en 2013.
Mientras que el contexto de la década de los 90 servía para estructurar y potenciar
fuertemente la cooperación educativa a través de varios instrumentos que se
comentarán más abajo, en el caso de la cultura son los centros culturales y las
actividades desarrolladas desde las sedes del Instituto Cervantes –coordinados
por la Consejería de Cultura de la Embajada en Rabat– las que mantienen una
50 Paloma González del Miño (2005), Las relaciones entre España y Marruecos: perspectivas
para el siglo XXI, Los Libros de la Catarata, Madrid.
51 Convenio de Cooperación Cultural entre el Gobierno de España y el Gobierno del
Reino de Marruecos, irmado en Rabat el 14/X/1980, http://www.boe.es/buscar/doc.
php?id=BOE-A-1985-20897.
52 Bernabé López García (2009), “La sociedad civil y las relaciones con Marruecos: el Comité
Averroes, ¿un instrumento para el acercamiento entre las sociedades o la retórica de la mediación
civil?”, en Miguel Hernando de Larramendi y Aurelia Mañé (eds.), La política exterior española
hacia el Magreb: Actores e intereses, Ariel y Real Instituto Elcano, Barcelona, pp. 195-208.
98
Cultura, educación y ciencia en las relaciones España-Marruecos
programación estable de presencia cultural
española en el país. No obstante, existen dos
Mientras España
aspectos por mejorar: la ausencia de una estrategia
desarrolla a partir de los
clara para el ámbito cultural que se traduzca en un
años 90 una importante
diseño que combine recursos de los dos ministerios
implicados en la acción cultural española –un
actividad cultural en
problema que se repite insistentemente como uno
Marruecos, la presencia
de los males estructurales de la acción cultural
de la cultura marroquí
exterior de España– y cierto “sesgo paternalista”53
en algunas de las aproximaciones a la cooperación
en España viene siendo
cultural bilateral. Y, ante todo, la asimetría:
casi inexistente.
mientras España desarrolla a partir de los años 90
una importante actividad cultural en Marruecos, la
presencia de la cultura marroquí en España viene
siendo casi inexistente y, en todo caso, impulsada más desde el lado español que
desde la administración marroquí.
La última década ha visto –desde la reactivación de las relaciones tras el incidente
del islote de Perejil de 2002 y hasta la retracción del gasto público resultado de
la crisis económica– incrementarse seriamente las iniciativas de cooperación
cultural, en particular con “Tiempo de España en Marruecos y de Marruecos en
España” (2005-2006), cuya celebración venía discutiéndose desde los últimos
años del gobierno Aznar, pero que se concretó tras la RAN de Rabat en 2003, la
reunión de los ministros de Cultura de ambos países en mayo de 2004 y la irma
de un Memorándum de Entendimiento entre ambos en materia cultural. Además
de diversiicar la cooperación cultural más allá de la promoción de la lengua con
manifestaciones culturales diversas o la formación de profesionales de la cultura,
el año cultural dual supuso también una importante novedad: la apuesta por
invertir el flujo y traer a España la cultura de Marruecos.
Aunque los resultados de aquel año cultural conjunto no fueron tantos como se
ambicionaba –en particular en el caso de la presencia marroquí en España–, la
iniciativa sirvió para dar comienzo al programa Encuentro Cultural con Marruecos,
que ha constituido uno de los principales ejes de la acción cultural española en
el exterior desde entonces, y que entre 2004 y 2012 ha vertebrado la actividad
más intensa de las últimas décadas de la cultura española en ese país. La
programación fue construida a partir de la idea de “encuentro” entre la producción
cultural española y la marroquí, tratando de superar los enfoques paternalistas
o promocionales, y buscando el contacto entre artistas, creadores, gestores y
actores culturales para estimular una agenda cultural intensa e híbrida a lo largo
de todo el año.
53 Cecilia Fernández Suzor (2005), “El ‘Año de Marruecos en España’ / El ‘Año de España en
Marruecos”, Afkar/Ideas, invierno, pp. 100-102.
99
Relaciones España - Marruecos
Después de los potentes programas de 2005 y 2006, los tres años siguientes
mantuvieron una programación construida en torno a la poesía, el teatro –en
particular con el programa Al Mutamid de la Fundación Instituto Internacional
Teatro del Mediterráneo–, talleres de grabado, música y cine. Desde 2010,
la actividad se ha reducido enormemente, aunque son destacables la Feria
Internacional de Arte Contemporáneo de África y el Mediterráneo en Casablanca
(2011) y el Foro Casablanca (2011 y 2012) para el estímulo de las relaciones entre
las industrias culturales de ambos países. En 2012, la programación se agrupó
en torno al festival “Zankat: Nuevas Culturas Urbanas”, dedicado a la promoción
de la producción cultural española, que llevó a varias ciudades una programación
compuesta por música, moda, danza, teatro y artes plásticas. Junto a ellos se
han desarrollado programas como “Tánger Crea” y el Procultura del gobierno de
Canarias y la región Souss-Massa-Draa.
El descenso general del gasto público en las instituciones que colaboraban en la
programación –AECID, el Instituto Cervantes, AC/E y el Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte– ha terminado por hacer casi desaparecer la programación de
cultura española en Marruecos, lo que se comprueba revisando la actividad de las
instituciones españolas encargadas de este tema. En los últimos dos años Acción
Cultural Española (AC/E) ha desarrollado sólo dos actividades en Marruecos:
“Foto a foto: un retrato de España” –en Rabat, Casablanca y Fez– y “Escrituras
en libertad” –en las sedes del Cervantes de Tánger, Tetuán, Fez y Rabat– sobre la
poesía experimental en español en el siglo XX.
Tabla 4. Actividades realizadas dentro del Programa Cultural con Marruecos,
2005-2012
Actividades
2005
50
2006
70
2007
30
2008
40
2009
17
2010
30
2011
12
2012
5
Fuente: Presupuestos Generales del Estado. Actividades realizadas (ejecutadas) del programa
cultural con Marruecos, según las memorias del programa 144A del Ministerio de Asuntos Exteriores.
100
Cultura, educación y ciencia en las relaciones España-Marruecos
Gráico 10. Inversión en cooperación cultural española en Marruecos: línea
“Cultura y desarrollo” del Plan Director (en euros)
2.259.159
2.233.801
2.027.403
6.322
2009
2010
2011
2012
Fuente: AECID, SGCID.
La educación como clave para la comprensión mutua
Los vínculos entre España y Marruecos son muy estrechos en el ámbito educativo,
en particular en la cooperación española, hasta el extremo de que Marruecos
“es el primer receptor de becas españolas para
estudios e investigación, en número de Institutos
Cervantes, en centros de enseñanza públicos
Los vínculos entre
españoles, en número de profesores y alumnos
impartiendo y enseñando español respectivamente,
España y Marruecos
en colaboración universitaria y asesorías
son muy estrechos en
lingüísticas”.54 La revisión de las cifras de la
el ámbito educativo,
inversión en cooperación educativa con Marruecos
muestra cómo el descenso es tan acusado como
en particular en la
en las cifras globales de cooperación, en un
cooperación española.
campo que constituye más de la cuarta parte de
la cooperación española con Marruecos (el 29,9%
del total de 15,3 millones de euros de cooperación
hispano-marroquí en 2012).
54 Paloma González del Miño (2005), op. cit.
101
Relaciones España - Marruecos
Gráico 11. Inversión en cooperación cultural española en Marruecos: línea
“Educación” del Plan Director (en euros)
35.000
Exportaciones
de bienes y
servicios
30.000
25.000
Remesas
personales
recibidas
20.000
15.000
Entrada neta de
IDE
10.000
5.000
AOD neta
0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: AECID, SGCID.
Aprendiendo español en Marruecos
Los datos sobre hablantes de español que anualmente revisa el Instituto Cervantes
sitúan a Marruecos como el cuarto país del mundo por número de hablantes de
español no nativo, por detrás de la UE, EEUU y Brasil, con 1,5 millones de marroquíes
con “competencia limitada” en español,55 y el octavo por número de estudiantes de
español, con 82.000 matriculados.56 La existencia de una comunidad importante
de estudiantes de español en el país explica, también, que Marruecos sea el tercer
importador –fuera de Europa– de libros de enseñanza de español, tras Brasil y
EEUU; de hecho, casi la cuarta parte de las exportaciones editoriales españolas
totales a África son a Marruecos.57
En un país en el que la Constitución de 2011 reconoce como lenguas oiciales
sólo al árabe y al tamazight, el francés –en el que se habían formado las elites
55 En un informe del Institut Royal des Etudes Stratégiques (IRES) de 2012 sobre las relaciones
bilaterales hispano-marroquíes se hace mención a 4 millones de hablantes de español, aunque
no se cita ninguna fuente, y se advierte de que no existe ninguna estadística iable al respecto.
56 Instituto Cervantes (2014), El español: una lengua viva. Informe 2014, Instituto Cervantes,
Madrid.
57 FECL (2014), Comercio exterior del libro: 2013, Federación Española de Cámaras del Libro,
Madrid, p. 97.
102
Cultura, educación y ciencia en las relaciones España-Marruecos
sociales durante el protectorado, y sobre el que se construye un sistema educativo
universalizado apoyado por la llegada de miles de cooperantes– es una lengua
de comunicación que domina un tercio de la población,58 mientras que el español
tiene un papel muy secundario. Tras el reconocimiento de la independencia del
país en 1956, el primer acuerdo de cooperación cultural de 1957 –vigente hasta
1980– no muestra muchos logros; el español sobrevive durante el largo período
que lleva al inal de la dictadura en las escuelas, centros culturales y bibliotecas
de manera inconexa y aislada. Hasta que en los años 90 se puso en marcha la
cooperación educativa entre ambos países, Marruecos tuvo mucha voluntad
y poca ayuda de España para el mantenimiento del español en su sistema
educativo. Dos datos extensamente comentados pueden servir para comprender
esta situación: la mayor parte de los materiales docentes para la enseñanza
del español eran producidos en Francia, y la mayor parte de los hispanistas
marroquíes habían estudiado con profesores y en universidades francesas,59
realidad que sólo recibirá una atención especíica en 2008 a través del acuerdo
con la Universidad Mohammed V para la formación
de hispanistas marroquíes.
El crecimiento de
La década de los 90 supuso, una vez más, la
los intercambios
primera gran transformación, con varias bases:
(1) la creación de la Consejería de Educación en
económicos entre los
Marruecos en 1989, que signiicó la reorganización
dos países supone,
de la acción educativa española en el país y la
progresivamente, una
puesta en marcha de un mecanismo inmediato de
interlocución con las autoridades educativas del
mayor necesidad de
país tanto para la enseñanza del español como del
cooperación en el
árabe en España; (2) la creación en 1991 de una
ámbito educativo
Comisión Interministerial de Exteriores, Cultura
y Educación que replanteó la acción cultural y
educativa española en Marruecos; (3) la creación
del Instituto Cervantes, que haría suyos los centros culturales españoles en
Marruecos; y, sobre todo, (4) la irma del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y
Cooperación de 1991.
El eje central de este nuevo impulso es la Consejería de Educación de España
en Marruecos, con sede en Rabat, que gestiona in situ las relaciones con las
autoridades locales, estructura equipos de apoyo para la enseñanza del idioma,
publica la revista anual Aljamía y pone en marcha los premios Rafael Alberti de
poesía y Eduardo Mendoza de narración corta. El crecimiento de los intercambios
económicos entre los dos países supone, progresivamente, una mayor necesidad
de cooperación en el ámbito educativo; en primer lugar, porque los flujos
58 OIF (2010), La langue française dans le monde 2010, Nathan, París.
59 Zineb Benyaya (2007), “La enseñanza del español en Marruecos: del pasado al presente”,
Porta Linguarum, nº 7, pp. 167-180.
103
Relaciones España - Marruecos
migratorios van ijando más población marroquí en
España, y al tiempo porque el español se convierte
en Marruecos en un recurso económico con un
valor especíico en el mercado laboral del país.
Además, dentro del Plan Nacional para la “Alianza
de las Civilizaciones”, España ha apoyado a partir
de 2008 un programa de formación de hispanistas
marroquíes en colaboración con la Universidad
Mohammed V de Rabat. También como parte de
ese Plan, se promovió la creación en Tetuán de una
institución universitaria binacional, la Universidad de los Dos Reyes. El proyecto
se mantuvo como parte de la política del Ministerio hasta el último cambio de
gobierno, cuando desapareció del programa de Enseñanzas Universitarias del
Ministerio de Educación.
De los 22 centros
educativos que
España tiene en todo
el mundo, la mitad
está en Marruecos.
La revisión de todo el sistema educativo marroquí con la aprobación de la Charte
Nationale d’Éducation et de Formation (1999) y el Libro Blanco (2002) incorpora
dos lenguas extranjeras en la enseñanza obligatoria desde 2005-2006: la primera
es el francés, en el tercer curso de primaria (ocho años), con ocho horas lectivas
semanales; la segunda lengua, en el tercer curso de la educación secundaria
obligatoria (14 años) con dos horas lectivas semanales, permite al estudiante
elegir entre inglés, español, alemán, italiano o portugués –aunque el inglés
domina en esa elección–. Al llegar al bachillerato la segunda lengua tiene mayor
o menor presencia en función de la especialización elegida. Como reflejan los
últimos datos del Ministerio español de Educación, “el español se ha llegado a
ofrecer hasta en el 51% de los centros; de hecho, es la tercera lengua extranjera,
aunque a mucha distancia del inglés”.60 El nuevo convenio de cooperación cultural
y educativa de 2012 refuerza la presencia del español en el sistema educativo de
primaria y secundaria marroquí.
Tabla 5. Estudiantes de español en la secundaria marroquí, 2010-2011
Ciclo
Alumnos
Secundaria colegial (obligatoria)
18.642
Secundaria cualiicante (no obligatoria)
52.151
Total
70.793
Fuente: MECD (2013), últimos datos hechos públicos.
Profesores
131
585
716
Centros
138
310
448
En cuanto a los centros propios –en los que los estudiantes pueden seguir el
sistema español desde primaria a bachillerato–, de los 22 centros educativos que
España tiene en todo el mundo, la mitad (11) está en Marruecos: cuatro son de
enseñanza primaria, cuatro son centros integrados de primaria y secundaria, dos
60 MECD (2013), El mundo estudia español 2012, Subdirección General de Documentación y
Publicaciones, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid.
104
Cultura, educación y ciencia en las relaciones España-Marruecos
son centros de secundaria y uno de Formación Profesional. De ellos, tres están
en Tetuán, dos en Tánger, y los restantes en Rabat, Nador, Larache, Casablanca y
Alhucemas, apoyados a su vez por cuatro centros de recursos docentes en Rabat,
Agadir, Casablanca, Tánger, Tetuán y Nador. Entre sus 4.669 estudiantes de 2013,
el 75% de los alumnos son de nacionalidad marroquí, un 23% tiene nacionalidad
española y el resto son de otras nacionalidades.61 A través de la Consejería de
Educación en Marruecos y un programa especíico de becas, se estimula que
los mejores estudiantes de estos centros puedan continuar sus estudios en
universidades como las de Castilla-La Mancha, Granada, Málaga, Salamanca y
Valencia.
Tabla 6. Estudiantes universitarios de ilologías en Marruecos en grado y
postgrado, 2009-2010
Árabe
Francés
Inglés
Grado
10.158
11.988
13.999
%
26
30
35
Máster
1.009
568
346
%
50
28
17
Total
11.167
12.556
14.345
Español
Alemán
Italiano
Portugués
Tamazight
2.358
6
91
4
2.449
487
1
11
1
498
98
0
98
39
0
39
632
2
632
39.759
100
2.025
100
41.784
Los últimos datos hechos públicos por el gobierno marroquí son de 2009-2010.
Fuente: Ministère de l’Enseignement supérieur, de la Recherche scientiique et de la Formation.
Los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación marroquí muestran
el interés de los estudiantes universitarios de grado en ese país por el árabe (el
26% de los estudiantes de lenguas), francés (30%) e inglés (35%), con el español
en un discreto segundo plano con 2.358 estudiantes (un 6% de los estudiantes de
grado en lenguas). En el caso de los estudios de máster, los datos del gobierno
marroquí muestran que el español tiene un papel secundario en el interés de los
estudiantes de lengua y literatura. De los 2.000 estudiantes de ilologías que
cursaban sus terceros ciclos en universidades marroquíes en el curso 2009-2010,
la mitad se especializó en árabe y la otra mitad en francés (28%), inglés (17%),
español (4%) y alemán (1%).
Por último, el español puede también estudiarse fuera del sistema educativo
gracias a la presencia del Instituto Cervantes con seis sedes en el país (de las
10 que el Instituto tiene en toda África). Estas se encuentran en Marrakech,
Casablanca, Rabat, Tánger, Tetuán y Fez, herederas de los primeros centros
culturales españoles consecuencia del primer Convenio Cultural de 1957. La
61 MECD (2013), op. cit.
105
Relaciones España - Marruecos
excepcional presencia del Cervantes –heredada pero mantenida– supone la
segunda mayor presencia de sedes de la institución en un solo país en todo el
mundo, sólo por detrás de Brasil.
Tabla 7. Actividad de los centros del Instituto Cervantes en Marruecos en el
período 2012-2013
N.º de matrículas
N.º de alumnos
Rabat
Centro del Instituto Cervantes
3.210
2.120
Casablanca
4.441
2.546
Tánger
1.911
1.393
Marrakech
2.001
1.137
Tetuán
1.270
960
775
544
13.608
8.700
Fez
Total
Fuente: Instituto Cervantes.62
La lengua y cultura marroquíes en el sistema educativo español
Respecto a la educación en lengua árabe y cultura marroquí en España, se articula
a través del Programa Hispano Marroquí de Lengua Árabe y Cultura Marroquí
(LACM), establecido a partir del Convenio de Cooperación Cultural de 1980 y
puesto en marcha en el curso 1994-1995. El programa LACM ha quedado renovado
en el nuevo convenio bilateral de 2012. En un modelo exitoso que funciona en
varios países (Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Noruega, el Reino Unido
y España), el gobierno selecciona entre sus profesores de primaria a aquellos
que impartirán Lengua y Cultura marroquí en el sistema educativo español para
un período de cuatro años, tras los cuales los profesores regresan a su país.
Durante ese tiempo, su retribución corre a cargo de la Fundación Hassan II para
los Marroquíes Residentes en el Extranjero. Estudiando la demanda de cada una
de las áreas consulares y en coordinación con el Ministerio de Educación español
y las consejerías de las Comunidades Autónomas, el gobierno de Marruecos
distribuye a sus docentes en centros de todo el país. En la actualidad, el programa
se imparte en 86 centros de 12 comunidades por 311 profesores, y cuenta con
7.469 estudiantes.
62 Los datos aparecen en David Fernández Vítores (2014), La lengua española en Marruecos,
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) e Instituto de
Estudios Hispano-Lusos. Véase http://www.exteriores.gob.es/Embajadas/RABAT/es/Noticias/
Documents/LENGESPMARR.pdf
106
Cultura, educación y ciencia en las relaciones España-Marruecos
Tabla 8. Principales magnitudes del programa de Lengua Árabe y Cultura
Marroquí en España, curso 2013-2014
Comunidad Autónoma
Centros
Andalucía
18
Aragón
2
Baleares
2
Canarias
6
Castilla la Mancha
5
Cataluña
24
Extremadura
10
Galicia
4
La Rioja
3
Madrid
7
Murcia (Región de)
2
País Vasco
3
Total
86
Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Profesores
71
7
6
14
17
110
10
23
15
25
5
8
311
Estudiantes
2019
159
120
514
556
1955
422
315
318
685
216
190
7.469
107
LOS RETOS DE
CEUTA Y MELILLA
LOS RETOS DE CEUTA Y MELILLA
Ceuta y Melilla representan un escollo en las relaciones de España con Marruecos
debido a las periódicas reivindicaciones de soberanía por parte del país magrebí. En
la actualidad, la reivindicación marroquí de ambas ciudades autónomas mantiene
un peril muy bajo, tanto en el discurso oicial como en el activismo de grupos
reivindicativos, lo que parece el resultado de un cálculo político hecho desde Rabat
en el contexto actual. España continúa contando con los mismos argumentos
políticos y jurídicos para su defensa, pero sus instrumentos económicos y
sociales se están deteriorando.63 Por un lado, la viabilidad económica de Ceuta
y Melilla se ha apoyado hasta ahora en un subsidio
estatal elevado,64 en un régimen iscal especial
con reducciones impositivas importantes, en el
Ceuta y Melilla
contrabando y, sobre todo, en la no pertenencia a
representan un escollo
la Unión Aduanera. Por otro, presentan problemas
en las relaciones de
demográicos y migratorios derivados de su
localización geográica.
España con Marruecos
debido a las periódicas
El reto más importante es el demográico porque
reivindicaciones de
altera el equilibrio político y social de la población
que reside en ambas ciudades autónomas, mientras
soberanía por parte
que el migratorio no altera ese equilibrio –por mucha
país magrebí.
repercusión mediática que tengan los asaltos a las
vallas– ya que tarde o temprano los inmigrantes
que entran ilegalmente en las dos ciudades se
acaban derivando fuera de ellas hacia la Península. Por último, la radicalización ha
prendido entre ciertos sectores de sus comunidades musulmanas si atendemos a
indicadores como la presencia de residentes en escenarios de conflictos armados
o la de células yihadistas dedicadas a su reclutamiento (como las desarticuladas
en junio 2013 en Ceuta y en marzo y septiembre de 2014 en Melilla).
del
63 Véase una argumentación más detallada en Félix Arteaga (coord.) (2014), España mirando al
Sur: del Mediterráneo al Sahel, Informe Elcano nº 18, noviembre, pp. 153-62.
64 Según datos del Ministerio de Economía y Hacienda de 2005, Melilla (33,97%) y Ceuta
(28,56%) lideran el gasto del sector público regional y ocupan los puestos 4º (6,46%) y 7º (5,75%)
de superávit iscal (El País, 15/X/2013). Según los de Eurostat (2014), Ceuta y Melilla son la
segunda y tercera regiones con más paro de la UE (35,6% y 34,4%, respectivamente) y Ceuta
presenta un 72.7% de paro juvenil.
111
Relaciones España - Marruecos
La transformación demográica de las poblaciones de Ceuta y Melilla (aumento de la
proporción de habitantes de origen no peninsular) es consecuencia del incremento
de las tasas de nupcialidad y natalidad. Frente a los escasos matrimonio mixtos
registrados, Ceuta y Melilla tienen la tasa de nupcialidad más alta de España: 5,6
y 4,3 por cada 1.000 habitantes, respectivamente, en comparación con la media
española de 3,5 matrimonios al año. En 2011, el 75% de los nacimientos de padres
de nacionalidad española en Melilla correspondía a hijos de padres con apellidos
originarios de Marruecos (eran el 70% en 2007). El tamaño de la población de
origen árabe o bereber en Ceuta y Melilla es un dato no publicado que requiere un
conteo de los apellidos, puesto que la población de origen marroquí ha accedido
en su inmensa mayoría a la nacionalidad española. De hecho, las ciudades
tienen un porcentaje de extranjeros semejante a la media nacional, del 15% en
Melilla y del 10% en Ceuta, la mitad de ellos nacidos en Marruecos. El proceso
es mucho más intenso en Melilla que en Ceuta. Según los datos del Padrón de
2013, el 22% de la población de Melilla nació en Marruecos (en 2006 era el 16%),
frente al 10% de la población de Ceuta (en 2006 era el 7%). El endurecimiento de
las condiciones para el reagrupamiento familiar ha reducido su contribución al
crecimiento, pero se mantienen mecanismos de concesión automática como el
acceso a la nacionalidad de los nacidos en hospitales de ambas ciudades si sus
madres también nacieron en ellas.
Estos cambios demográicos presentan varios riesgos. Primero, el de un
conflicto social. La estructura económica de las ciudades no permite integrar en
condiciones aceptables este aumento de población y el resultado son tasas de
paro muy altas (el 38% y el 32%, respectivamente, en Ceuta y Melilla), así como los
peores indicadores españoles de marginación social. Como consecuencia, existe
un riesgo de conflictos sociales que pueden expresarse como conflictos étnicoreligiosos.65 El grueso de la población musulmana tiene menores porcentajes de
actividad y de ocupación, reside en peores viviendas y barrios en peor estado, y
sufre un mayor fracaso escolar que se refleja en las estadísticas educativas como
un fracaso general de ambas ciudades. Lo anterior explica que Ceuta y Melilla
ocupen los dos últimos puestos entre las Comunidades Autónomas en relación
a su éxito educativo, según datos del Ministerio de Educación (2011). El hecho
de que la lengua materna (tamazight en Melilla o árabe dialectal en Ceuta) sea
diferente a la vehicular en la escuela (castellano) y de que buena parte de los
padres y, sobre todo, madres sean analfabetos o sin estudios primarios son graves
obstáculos para la educación de estos alumnos.
65 Como ejemplo se pueden señalar los disturbios periódicos que se producen por quienes no son
seleccionados en los planes de empleo en Melilla, cada vez más violentos, como los registrados
en enero de 2014 (El País, “El reparto de empleos públicos incendia Melilla”, 11/I/2014). Véase
al respecto Carmen González Enríquez y Ángel Pérez González (2008), “Ceuta y Melilla: nuevos
elementos en el escenario”, ARI nº 159/2008, Real Instituto Elcano, 4/XII/2008.
112
Los retos de Ceuta y Melilla
Se produce además una separación física
El nexo social entre
entre ambas comunidades, con la población
musulmana concentrada en varios barrios,66
ambas comunidades
una separación que se expresa desde la
es débil. Con todo,
infancia en el sistema escolar: la población de
la convivencia es
origen no musulmán suele acudir a los colegios
concertados y la de origen musulmán se
básicamente pacíica.
concentra en los públicos, con lo que se acentúa
la fragmentación social.67 La convivencia
entre musulmanes e “hispanos” no siempre es fácil y los segundos hablan de
coexistencia más que de integración para deinir la relación. El nexo social entre
ambas comunidades es débil, como muestran esa separación residencial y
escolar, o el pequeño peso de los matrimonios mixtos.68 Con todo, la convivencia
es básicamente pacíica con situaciones esporádicas de violencia verbal o física.
Otro riesgo es el de un conflicto político. La concesión de la nacionalidad en 1986
a los musulmanes residentes en ambas ciudades se encontró con el rechazo de
la población hispana, que se manifestó de forma multitudinaria en contra de dicha
medida. Tras esa primera expresión política del conflicto social, las elecciones
de 1995 dieron representación electoral por primera vez a partidos musulmanes
en Ceuta y en Melilla. Desde entonces, el voto a los partidos musulmanes no ha
dejado de crecer hasta llegar en las elecciones locales de mayo de 2015 al 24%
en Ceuta y al 26% en Melilla, a la vez que la población hispana concentra su voto
en torno al Partido Popular (obtiene mayoría incluso en los barrios de mayoría
musulmana donde el porcentaje de abstención es muy alto). La fragmentación
étnica del voto constituye un factor añadido al riesgo de fractura social a medio
plazo. A eso hay que añadir factores negativos que restan efectividad e interés
a la participación ciudadana y generan cierto clima de falta de esperanza y
perspectivas: una elevada percepción de corrupción, procesos judiciales abiertos
contra cargos públicos, consolidación de una cultura de subvenciones, planes de
empleo, etc.
66 Según el Censo especíico elaborado por el INE en 1986 para ambas ciudades, en Ceuta el
73% de la población musulmana residía en tres barriadas sobre un total de 33 en la ciudad. En
Melilla la concentración no es tan pronunciada.
67 Los Estatutos de Autonomía de ambas ciudades se ijaron como objetivo: “la superación de
las condiciones económicas, sociales y culturales que determinan el desarraigo de colectivos de
población” (artículos 5) para responder a las demandas de los grupos musulmanes que venían
denunciando “la marginación” de la población musulmana desde el principio de los 90. Según el
Consejo Escolar del Estado, la brecha socioeconómica y cultural entre ambos centros es la más
alta de España (0,98) y superior a la media nacional (0,62) y de la OCDE (0,43), según José L.
López Belmonte (El País, 14/IV/2013).
68 El INE no publica datos de matrimonios con extranjeros desglosados por Comunidad
Autónoma. Un análisis referido a 2003 en Ceuta –a partir del registro de los nombres y residencia
de los contrayentes– muestra que sólo el 11% de las bodas celebradas se realizaron entre una
persona musulmana y una hispana, mientras que el 33% enlazaron a una persona musulmana de
Ceuta con una marroquí residente en Marruecos (en Melilla, según datos referidos a 2001, el 34%
de los matrimonios implicaba a un extranjero).
113
Relaciones España - Marruecos
El cambio de identidad podría verse favorecido por dos factores latentes. Por
un lado, la población de origen español tiende a trasladarse a la Península o a
convertirse en población flotante. Sea porque contemplan con aprensión la
evolución demográica de las ciudades o porque tienen diicultades de educación
(los colegios concertados son pocos y están saturados) o de salidas profesionales.
Aumenta el número de los que compran viviendas en el sur peninsular y sólo
residen en las ciudades autónomas durante la semana laboral, de lunes a viernes
(este es un factor de cambio demográico que precisaría un estudio en profundidad
por su alto impacto sobre la identidad tradicional).
El segundo se reiere al adoctrinamiento en valores identitarios que se fomenta
desde las mezquitas donde predican imames dependientes de Marruecos que,
aunque no tenga que ver con la radicalización de los creyentes musulmanes,
sí pueden acentuar las diferencias en los códigos de valores. Un factor de
cambio identitario que podría acelerarse a medida que se acentuara el cambio
demográico o la presión de Marruecos, especialmente si se tiene en cuenta que el
rey de Marruecos es el “comendador de los creyentes” para muchos musulmanes
de Melilla (menor en el caso de Ceuta por la extensión de la secta tabligh). Por
otra parte, la previsible evolución demográica de
Ceuta y Melilla hará que acaben predominando en
ellas poblaciones con rasgos culturales diferentes
A corto plazo, parece
a los de la mayoría de la población española. La
descartado que la
reivindicación del uso oicial del tamazight y del
árabe dialectal marroquí y la demanda de mayores
población de origen
competencias en materia educativa (son los únicos
marroquí favorezca
territorios del Estado español sin transferencia de la
mayoritariamente
gestión educativa) forman parte de ese intento de
reforzamiento de una identidad diferenciada.
la demanda de
Marruecos respecto a
la soberanía. A mayor
plazo, esa previsión
podría variar.
A corto plazo, parece descartado que la población
de origen marroquí favorezca mayoritariamente la
demanda de Marruecos respecto a la soberanía
sobre las ciudades, tanto por las mayores
prestaciones sociales que reciben de España como
por el limitado peso político con el que cuentan.69
A mayor plazo, esa previsión podría variar porque
progresivamente se incrementará el peso político de las –hasta ahora– minorías,
pasando de estar en condiciones de obtener concesiones de los partidos
69 Existen casos aislados como el Omar Dudú, líder bereber de Melilla, que fue nombrado asesor
del Ministerio del Interior en un gesto de buena voluntad hacia la comunidad musulmana en pleno
proceso de regularización extraordinaria de 1986. Dos meses después abandonó su puesto y
reapareció en Melilla presentándose como enviado del rey marroquí, reclamando la soberanía
marroquí y acusando de traición a los musulmanes que no compartieran esta reclamación (luego
abandonó España para vivir deinitivamente en Marruecos bajo la protección económica de su
gobierno).
114
Los retos de Ceuta y Melilla
mayoritarios a desplazar a esos partidos y estar en condiciones de reforzar
las señas de identidad musulmanas, bereberes o marroquíes, provocando una
tensión centro-periferia semejante a la que existe entre el gobierno de España
y varias Comunidades Autónomas, con la importante diferencia de que esas
señas de identidad son compartidas en este caso con el país vecino que, además,
reclama su soberanía.
En resumen, el crecimiento de población de Ceuta y Melilla es un riesgo para
su estabilidad social y política porque no se sostiene sobre un crecimiento
económico paralelo y su consecuencia es una
degradación media de las condiciones de vida. En
perspectiva, la situación es más preocupante en
El “comercio atípico”
Melilla por su mayor crecimiento demográico y
supone una parte
su mayor dependencia económica del “comercio
importante de la
irregular” con Marruecos –a su vez muy
vulnerable–, sin que otras actividades económicas
actividad económica
parezcan vislumbrarse en un futuro cercano. La
de Ceuta y Melilla y
fuerte diferencia social entre la población hispana
una forma de vida
–que será pronto minoritaria en Melilla y más
tarde en Ceuta– y la musulmana puede provocar
entre segmentos
conflictos de tipo étnico y religioso que ya se están
importantes de la
expresando electoralmente. Por otra parte, una
población marroquí
política destinada a reducir esa brecha social con
mayores ayudas a las comunidades musulmanas
circundante.
puede convertirse en un potenciador de la atracción
de la población marroquí hacia las ciudades y, por
tanto, realimentar el problema.
La dimensión económica de la cuestión de Ceuta y Melilla es demasiado compleja
como para tratarla adecuadamente en un trabajo de esta extensión, y bien
requiere una reflexión especíica mucho más completa. De hecho, una de las
conclusiones que ya se avanza al respecto es la necesidad de realizar cuanto
antes un estudio que permita valorar las diferentes opciones que se abren para
el encaje económico de las dos ciudades autónomas. No obstante, para los
objetivos de este estudio puede bastar con presentar dichas opciones y realizar
algunas conjeturas preliminares.
En primer lugar, la viabilidad económica de Ceuta y Melilla ha exigido hasta la fecha
un régimen iscal especial con reducciones impositivas importantes, un peso
elevado del empleo público y, sobre todo, la no pertenencia a la Unión Aduanera.
Este último elemento es el que tiene una mayor incidencia desde la perspectiva de
las relaciones bilaterales, pues permite a ambas ciudades importar con aranceles
inferiores a los comunitarios y vender a ciudadanos marroquíes esos productos
para su posterior introducción irregular en Marruecos, donde se revenden con
115
Relaciones España - Marruecos
una ganancia marginal. Aunque no hay datos iables sobre el “comercio atípico”,
es una evidencia que éste supone una parte importante de la actividad económica
de Ceuta y Melilla, que se ha convertido en una forma de vida entre segmentos
importantes de la población marroquí circundante, y que constituye un coste
cierto (y elevado) para Marruecos en términos de pérdida de ingresos arancelarios
y de impuestos indirectos.
Desde una perspectiva política, la no pertenencia de Ceuta y Melilla a la Unión
Aduanera es un anacronismo de difícil justiicación, sobre todo cuando su
consecuencia es una economía basada en flujos irregulares. Además, dada
la ausencia total de estudios, es imposible siquiera aproximar cuál sería el
impacto económico (en PIB, recaudación iscal y empleo, por ejemplo) sobre
ambas ciudades de un bloqueo prolongado. Tampoco se sabe el efecto de una
hipotética entrada en la Unión Aduanera, compensada en mayor o menor medida
por mecanismos de ultra-periicidad, tal como ocurre en Canarias, que sí forma
parte de la Unión Aduanera pero mantiene impuestos indirectos reducidos. La
ausencia de información impide evaluar opciones alternativas a la existente, cuya
vigencia puede quedar en entredicho conforme avance la integración comercial
euro-marroquí, o verse amenazada por un aumento de la presión por parte
de Marruecos. A largo plazo, conforme el norte de Marruecos se desarrolle y
aparezcan alternativas a la actividad del contrabando, el coste de oportunidad del
cierre o el bloqueo puede menguar considerablemente.
La no pertenencia de
Ceuta y Melilla a la
Unión Aduanera es
un anacronismo de
difícil justiicación,
sobre todo cuando su
consecuencia es una
economía basada en
flujos irregulares.
En todo caso, sorprende la propuesta realizada
por Ceuta de sumarse a la Unión Aduanera sin esa
estimación previa de su impacto económico. La
oposición de Marruecos a la integración de Ceuta
y Melilla en la Unión Aduanera se ha interpretado
como una defensa de las redes de contrabando, e
incluso como un intento de evitar el malestar social
que ello entrañaría, al dejar a parte importante de
la población marroquí cercana sin esos recursos.
Siendo ambos puntos relevantes, no debe perderse
de vista que la oposición marroquí también se explica
por motivos estratégicos y de más largo plazo:
su renuencia a una mayor integración económica
de Ceuta y Melilla en la UE y sus implicaciones
geoeconómicas y, por tanto, geopolíticas.
Además de la cuestión central del “comercio atípico”, la situación de Ceuta y Melilla
presenta otras vulnerabilidades que, en el mejor de los casos, conllevan costes
económicos importantes. Esto afecta a ámbitos como el transporte, la energía, las
telecomunicaciones, el agua y la presión sobre los servicios públicos. La situación
es especialmente complicada en Melilla por la mayor distancia a que se encuentra
116
Los retos de Ceuta y Melilla
de la Península y las mayores diicultades logísticas
que ello entraña. El abastecimiento de agua o de
alimentos también podría plantear problemas
de coste muy superiores a los de la extinción del
“comercio atípico”.
El enfoque económico
español sobre ambas
ciudades resulta
caduco y abocado
al agotamiento y
requiere de una
reflexión renovada.
En suma, en ausencia de estimaciones rigurosas
acerca de los costes y beneicios de modelos
económicos alternativos para Ceuta y Melilla,
España carece de espacio negociador, de capacidad
prospectiva ni de decisión informada. Es cierto que
en los últimos años se han realizado desde ambas
ciudades esfuerzos por mejorar la interlocución
económica con su entorno marroquí, y que se han teorizado modelos tipo
“polo de desarrollo”, tratando de visualizar modelos complementarios (más
que sustitutivos) de interdependencia económica. En cualquier caso, parece
que el enfoque económico español sobre ambas ciudades resulta caduco y
abocado al agotamiento y que requiere de una reflexión renovada y bien fundada
empíricamente. Un enfoque más creativo y menos rígido al respecto, en positivo y
respaldado por un mejor conocimiento del problema, parece uno de los elementos
inexcusables del nuevo discurso económico español sobre Marruecos por que se
aboga en este documento.
117
LA POSICIÓN DE ESPAÑA
SOBRE EL CONFLICTO DEL
SÁHARA OCCIDENTAL
LA POSICIÓN DE ESPAÑA SOBRE EL CONFLICTO
DEL SÁHARA OCCIDENTAL
La cuestión que mejor ha reflejado el lado conflictivo
La cuestión que
de las relaciones entre España y sus vecinos
inmediatos al sur durante las últimas cuatro
mejor ha reflejado el
décadas es el conflicto del Sáhara Occidental. La
lado conflictivo de
soberanía de esa antigua colonia española está en
las relaciones entre
disputa entre Marruecos y el Frente Popular para la
Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro (Frente
España y sus vecinos
Polisario). Éste reclama la autodeterminación del
inmediatos al sur
territorio, mientras que Marruecos lo considera un
durante las últimas
movimiento “separatista”. Por su parte, Marruecos
controla la mayor parte del territorio desde 1975 y
cuatro décadas es el
es considerado “ocupante” por el Frente Polisario.
conflicto del Sáhara
La cuestión sufre un prolongado bloqueo, resultado
Occidental.
de dos conflictos de larga duración y de difícil
solución. Uno es el choque del nacionalismo
marroquí con el saharaui y, aunque hace tiempo que
cesaron las hostilidades armadas, no han desaparecido los efectos del sufrimiento
mutuo, más evidente en la parte saharaui. El otro conflicto es la competencia entre
Marruecos y Argelia por la hegemonía en el Magreb, reflejado en unas relaciones
bilaterales maniiestamente mejorables.
El conflicto en contexto
El actual territorio del Sáhara Occidental, que se corresponde con la suma de dos
antiguos distritos administrativos (Saguia el-Hamra al norte y el Río de Oro al sur),
fue colonizado por España a partir de 1884. En 1946 recibió el nombre de África
Occidental Española (con un ámbito más amplio que incluía zonas actualmente
reconocidas internacionalmente como parte de Marruecos) y en 1958 pasó a
denominarse Sáhara Español, con su actual delimitación, llegando incluso a formar
parte de la organización provincial española durante los últimos seis años de
administración colonial (1969-1975). Aunque se llegó a planear un referéndum de
autodeterminación, la activa oposición marroquí a que la colonia se convirtiese
en un nuevo Estado y la indeinición de un dictamen del Tribunal Internacional de
Justicia se saldaron con el llamado Acuerdo Tripartito de Madrid, irmado el 14 de
noviembre de 1975. En ese acuerdo España entregaba de facto la administración
del territorio a Marruecos y Mauritania.
121
Relaciones España - Marruecos
Tras la precipitada retirada española, culminada en 1976, se inició un conflicto
armado entre esos dos países magrebíes –que habían decidido la partición del
territorio sin ninguna cobertura de derecho internacional– y el Frente Polisario, que
reivindica la representación del pueblo saharaui y pretende la independencia de
la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Argelia apoyó
militarmente al Frente Polisario y acogió refugiados saharauis en campamentos
que aún siguen instalados en Tinduf, en el fronterizo desierto argelino. Mauritania
retiró sus pretensiones en 1979 (irmando en Argel la paz con el Frente Polisario),
pero el tercio meridional del territorio que, en teoría, le correspondía, fue reivindicado
e invadido por Marruecos que ya ocupaba los dos tercios septentrionales. La
comunidad internacional nunca ha reconocido esa soberanía que pretende Rabat
bajo la denominación de “Provincias del Sur”. De hecho, la RASD –pese a que el
Polisario sólo controla una pequeña área desértica llamada “zonas liberadas”–
ha recibido reconocimiento oicial de numerosos Estados africanos, incluyendo la
Organización para la Unidad Africana (OUA) y su sucesora Unión Africana (UA), así
como de algunos otros en América Latina y Asia.
Naciones Unidas decidió implicarse más en el conflicto a inales de los años 80
instando la negociación entre las dos partes. En 1991 se alcanzó un alto el fuego
auspiciado por la ONU que permitió a Marruecos conseguir una administración
menos convulsa de la práctica totalidad del territorio y al Frente Polisario,
debilitado durante más de 10 años de guerra, albergar la esperanza que supone
el despliegue de la Misión de Naciones Unidas para la Organización de un
Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Desde entonces han pasado casi
25 años de conflicto congelado y hoy el Sáhara Occidental es formalmente, para
la comunidad internacional y por tanto para España, un territorio no autónomo
reclamado por Marruecos y el Frente Polisario.
La situación actual en el interior del territorio no es bien conocida y las estadísticas
demográicas son poco iables, además de sujetas a fuerte controversia por su
potencial impacto en ese referéndum de autodeterminación indeinidamente
aplazado. El censo español de 1974 –que, pese a haber sido cuestionado, se
considera la mejor base por todas las partes para realizar un cálculo verídico–
arrojaba unas cifras de cerca de 75.000 saharauis y 20.000 residentes españoles.
A partir del mismo, la MINURSO había identiicado en 1999 a 86.425 potenciales
votantes legítimos (incluyendo en ese número a muchos desplazados a los
campos de Tinduf). Hoy día, sin contar los más de 150.000 militares marroquíes
desplegados, se calcula que en la zona bajo administración marroquí la población
supera las 250.000 personas; un número que incluye tanto a nativos originarios
(los saharauis) como a los marroquíes que se han ido instalando a lo largo de los
últimos 40 años y que en este momento superan con creces a los primeros (la
proporción sería del orden de siete a uno).
122
La posición de España sobre el conflicto del Sáhara Occidental
La población residente en el territorio es muy joven (el 45% tendría menos de 14
años) y crece a un ritmo de más del 3% (con una tasa de fertilidad de 4,3). Por
su parte, en la pequeña área controlada por el Frente Polisario, se estima una
población de unos 30.000 nómadas, algo flotante entre esa zona externa al muro
construido por Marruecos y los territorios limítrofes de Mauritania y Argelia. En
esos dos países viven otros varios miles de saharauis étnicos que no son nativos
del territorio disputado, con la excepción obvia de los cerca de 140.000 refugiados
de los campamentos de Tinduf (donde, para mayor complejidad, también se acoge
a desplazados de otras partes del Sahel atraídos por la cooperación internacional,
principalmente española).
Condicionantes de la posición española
La mayor parte de
La mayor parte de la opinión pública y diversas
la opinión pública
fuerzas políticas españolas apoyan, de un modo u
y diversas fuerzas
otro, el derecho de autodeterminación del pueblo
70
saharaui, tal como ha sido establecido por la
políticas españolas
ONU. Muchos españoles consideran que España
apoyan, de un modo
tiene una responsabilidad histórica y moral con los
u otro, el derecho de
saharauis por haberse retirado apresuradamente
de la antigua colonia en febrero de 1976 sin
autodeterminación del
antes haber permitido la autodeterminación, a
pueblo saharaui.
la cual el pueblo saharaui tenía derecho según el
derecho internacional. La existencia de un amplio
movimiento de solidaridad con la causa saharaui71
ha dado lugar a fricciones periódicas entre España y Marruecos. Los sucesivos
gobiernos han tratado de evitar que éstas contaminen al conjunto de la relación
bilateral.
En cuanto al Sáhara Occidental, los gobiernos democráticos españoles han
expresado durante décadas su plena adhesión a las resoluciones de la ONU, al
tiempo que mantenían una posición de “neutralidad activa” en sus relaciones con
las partes implicadas. Todos los gobiernos democráticos se han visto atrapados
entre la presión de una opinión pública que apoya la autodeterminación en el
Sáhara Occidental y un enfoque de realpolitik, desde la creencia compartida por
dirigentes españoles de que ejercer presión sobre la monarquía marroquí para
que se adhiera a la legalidad internacional podría debilitarla internamente y
complicaría mucho más las relaciones hispano-marroquíes.
70 Varias administraciones autonómicas, partidos políticos y grupos de presión apoyan al Frente
Polisario. Según el Barómetro del Real Instituto Elcano de junio de 2015, el 58% de los españoles
considera que España debería apoyar la independencia del Sáhara Occidental, frente a un 15% que
cree que la mejor solución pasa por conceder al territorio una autonomía amplia bajo soberanía
marroquí. Barómetro del Real Instituto Elcano (BRIE), nº 36, www.realinstitutoelcano.org.
71 Por ejemplo, cada verano, miles de niños saharauis son acogidos por familias españolas
durante dos meses.
123
Relaciones España - Marruecos
El miedo a lo desconocido ha sido hábilmente utilizado por Marruecos para mantener
el statu quo y recibir el apoyo de las potencias occidentales a su posición en el
conflicto del Sáhara Occidental. España, la antigua
potencia colonial del territorio saharaui, ha tenido
un limitado margen de maniobra para solucionar
España, la antigua
el conflicto debido a diversos factores, como
potencia colonial del
una opinión pública interna predominantemente
territorio saharaui,
pro-saharaui (en todo el espectro ideológico), la
persistencia de la rivalidad argelino-marroquí, los
ha tenido un limitado
vetos de facto que impone Marruecos y la ausencia
margen de maniobra
de una coalición internacional amplia y creíble que
para solucionar el
esté dispuesta a aplicar cualquier acuerdo al que
lleguen las partes.
conflicto debido a
diversos factores.
La evolución de la política exterior española desde
2004 ha tendido hacia un giro en el discurso oicial
de Madrid respecto del conflicto, dejando a un lado
el principio de “neutralidad activa”. La posición de los gobiernos españoles, tanto
del PSOE como del PP, nace de la convicción de que la continuidad del conflicto
constituye un obstáculo serio para la estabilidad regional, diicultando el proceso
de integración del Magreb e impidiendo un mayor desarrollo político, económico
y social. La ausencia de avances en estos frentes es percibida como uno de
los factores que generan descontento social, el cual se asocia a la voluntad de
emigrar y a fenómenos de radicalización. Marruecos ha recibido con buenos ojos
la nueva postura española. No obstante, esa postura ha generado desconianza
en el Frente Polisario y en Argelia. Si bien los sucesivos gobiernos españoles
han realizado intensos esfuerzos diplomáticos con el in de establecer líneas de
comunicación directas con todas las partes implicadas, la percepción de algunos
actores de que España apoya activamente el proyecto de autonomía presentado
de forma unilateral por Marruecos en abril de 2007 ha limitado su capacidad como
intermediario para la consecución de la paz.
El conflicto del Sáhara Occidental complica la relación política de España con
Marruecos, Argelia y el Frente Polisario. España continúa apoyando una resolución
en el marco de la ONU, pero en 2013 se opuso junto con Francia y Rusia a que
prosperara la idea planteada por EEUU al Grupo de Amigos del Sáhara (EEUU,
España, Francia, el Reino Unido y Rusia) de que se incluyera la supervisión de los
derechos humanos en el mandato de la MINURSO.72
72 España apoyó a Marruecos frente a la iniciativa estadounidense de ampliar el mandato de la
MINURSO a la vigilancia de los derechos humanos en abril de 2013. Como represalia, Marruecos
canceló las maniobras militares African Lion con EEUU. El presidente francés apoyó a Marruecos
pero hizo ver que su postura estaba condicionada a contrapartidas económicas (España adelantó
a Francia en 2012 como socio comercial).
124
La posición de España sobre el conflicto del Sáhara Occidental
La represión ejercida por las fuerzas de seguridad marroquíes de derechos y
libertades, concretamente los asociados a la autodeterminación saharaui, y su
falta de supervisión internacional complican el apoyo europeo a Marruecos en
su postura sobre el Sáhara Occidental. A las movilizaciones motivadas por el
descontento social –las de noviembre de 2010 en el campamento de Gdeim Izik a
las afueras de El Aaiún fueron anteriores a las de Túnez y Egipto– se unen en los
últimos tiempos las muestras de malestar debido al deterioro de las condiciones
materiales y humanitarias de los campamentos de refugiados afectados por la
caída de la cooperación internacional.73 A corto plazo, y mientras las posiciones de
Marruecos, el Frente Polisario y Argelia se mantengan, la capacidad de influencia
española en la resolución del conflicto es limitada y sus iniciativas se restringen
a fomentar medidas que alivien las necesidades de la población saharaui en los
campamentos de refugiados. Alternativamente, se deberían explorar nuevas
iniciativas en otros campos como el desarrollo, el turismo y la cultura y educación
en español, que puedan resultar beneiciosos para la población saharaui y
marroquí.
La dimensión económica
Desde el punto de vista económico, las
oportunidades dependen de la solución del
La gestión de los
conflicto. La gestión de los recursos naturales del
recursos naturales
Sáhara Occidental es muy compleja legalmente
del Sáhara Occidental
y genera incertidumbres y focos de conflicto. El
territorio cuenta con recursos importantes como los
es muy compleja
fosfatos, la pesca, hidrocarburos y otros recursos
legalmente y genera
renovables solares y eólicos, así como minerales
incertidumbres y
en las zonas desérticas. La participación en su
explotación está limitada por la oposición de parte
focos de conflicto.
del Parlamento Europeo a que entren productos
agrícolas o fosfatos del Sáhara Occidental bajo el
Acuerdo de Libre Comercio UE-Marruecos y por la
resistencia de movimientos activistas como Western Sahara Resource Watch a
que se expolien esos recursos. Algunas empresas españolas han sido acusadas
de participar en la industria pesquera del Sáhara o de importar fosfatos, mientras
otras interesadas en sectores como la energía solar fotovoltaica o la eólica se
abstienen de hacerlo para evitar esas acusaciones (Siemens afrontó una campaña
denunciando su participación en un proyecto eólico emplazado cerca de El Aaiún,
en el que no quisieron participar empresas españolas).
73 El secretario general de la ONU analizó las manifestaciones y la insatisfacción en los
campamentos en su informe al Consejo de Seguridad (S/2014/258 del 10 de abril).
125
Relaciones España - Marruecos
En contra de lo que suele aducirse, Marruecos no depende de los depósitos
saharauis de fosfatos para liderar, junto a Rusia, el mercado internacional.
Aproximadamente sólo el 10% de sus exportaciones procede de las minas de Bu
Craa. La situación es distinta respecto a la pesca porque una parte importante
de los bancos pesqueros marroquíes se han ido desplazando hacia el sur por
la sobrepesca. En la actualidad, los puertos del Sáhara Occidental registran un
porcentaje elevado de las capturas desembarcadas. La inclusión de la plataforma
del Sáhara Occidental en el acuerdo pesquero con la UE ha planteado problemas
recurrentes con los propios saharauis y con Estados miembros como Suecia, los
Países Bajos y el Reino Unido, planteando una oposición al acuerdo pesquero UEMarruecos de diciembre de 2013 y ratiicado por Marruecos en julio de 2014.
Tanto Marruecos como el Frente Polisario han concedido permisos de exploración
de hidrocarburos para airmar sus derechos e internacionalizar el conflicto (las
licencias del segundo sólo serían efectivas si se produce la independencia).
Según la doctrina establecida en 2002 por el asesor jurídico de la ONU, Hans
Corell, Marruecos no tiene derecho a seguir realizando actividades de exploración
y explotación de recursos minerales en el territorio “sin atender a los intereses y
deseos del pueblo del Sáhara Occidental”.74 Marruecos, por su parte, ha ofertado
varios bloques de exploración en territorio saharaui a través de la Compañía
Nacional de Petróleos de Marruecos (ONHYM), aunque muchas empresas
occidentales los han dejado expirar para evitar problemas.
Es previsible que la presión internacional sobre la explotación de los recursos
naturales del Sáhara vaya en aumento en ausencia de una solución al conflicto.
Esto no parece un problema económico demasiado importante para España, que
no tiene grandes intereses en territorio saharaui. Los siempre aludidos intereses
pesqueros son marginales para la economía española, y no parecen a la altura de
su eventual coste futuro en términos de “imagen de España” y de perturbación de
las relaciones económicas con Marruecos.
Más allá de la relación bilateral
El contencioso del Sáhara Occidental es hoy una de las cuestiones más
controvertidas de la relación bilateral entre España y Marruecos. No obstante, es
un asunto que trasciende el carácter bilateral pues afecta también a las siguientes
cuatro dimensiones:
(1)
El marco multilateral de la ONU, ya que la paciicación y la determinación del
estatus inal del territorio forma parte de la agenda de gestión de conflictos
de la comunidad internacional. Como se ha apuntado, la ONU ha desplegado
diferentes esfuerzos para el cese de las hostilidades armadas entre el ejército
74 Véase la carta dirigida al Presidente del Consejo de Seguridad por el secretario general
adjunto de Asuntos Jurídicos (S/2002/161), con fecha 12/II/2002.
126
La posición de España sobre el conflicto del Sáhara Occidental
de Marruecos y el Frente Polisario y para tratar
de desbloquear el conflicto. El primer objetivo
ha sido relativamente exitoso y el segundo un
absoluto fracaso. Las diferentes iniciativas
(que incluyen desde 1991 la MINURSO y los
planes e iniciativas elaboradas por enviados
y representantes de la ONU como James
Baker, Peter van Walsum y Christopher Ross)
han servido para mantener el alto el fuego
pero no para implementar el Derecho de
Autodeterminación del pueblo saharaui. España
participa de forma destacada en esos esfuerzos
y es miembro del llamado “Grupo de Amigos”
pero, por la suma de elementos que hacen muy
complicada su posición, preiere no asumir más
protagonismo.
España es miembro
del llamado “Grupo
de Amigos” pero,
por la suma de
elementos que hacen
muy complicada su
posición, preiere
no asumir más
protagonismo.
(2)
Las relaciones intrarregionales en el Magreb (e indirectamente la gobernanza
multilateral africana), pues el conflicto ha envenenado desde los años 70
las relaciones entre las dos principales potencias de la zona. Marruecos y
Argelia, compitiendo por la hegemonía en el Magreb desde su conformación
como Estados soberanos en la segunda mitad del siglo XX, vienen chocando
gravemente en torno al Sáhara Occidental y eso ha provocado que las relaciones
entre ambos sean hoy malas y pobres. Una realidad que impide avanzar en la
cooperación diplomática o de seguridad entre Rabat y Argel, y en la integración
comercial y política de todo el Magreb (además de mantener a Marruecos fuera
de la Unión Africana desde que la OUA reconoció a la RASD en 1984). Todo eso
supone desperdiciar grandes oportunidades políticas, económicas y sociales
para la región, con un impacto negativo para todo el Mediterráneo occidental.
(3)
La existencia de una relación bilateral especíica –aunque lógicamente sui
generis– entre España y los saharauis. Aunque España, al igual que el resto
de países de la UE, no reconoce a la RASD como un Estado, sí se acepta al
Frente Polisario como representante legítimo del pueblo saharaui y parte en
el conflicto. En Madrid existe una activa Delegación del Frente Polisario y, por
ejemplo, la cooperación española es la primera donante bilateral de ayuda
humanitaria a la población saharaui –así denominada–, que sigue siendo una
prioridad especíica en el período de planiicación en vigor 2013-2016.
(4)
El plano propiamente interno, donde se combinan diversos intereses, valores y
sensibilidades sobre el asunto, que alcanza un alto grado de politización.
127
Relaciones España - Marruecos
La postura oicial española
De acuerdo a la Estrategia de Acción Exterior española (aprobada en diciembre
de 2014 por el Consejo de Ministros), la política exterior sobre esta cuestión debe
pivotar sobre dos consideraciones: (1) el marco construido por la comunidad
internacional para resolver el conflicto; y (2) la compleja posición que se acaba de
mencionar. Una complejidad que incluye el ser la antigua potencia colonizadora,
la buena vecindad con Marruecos, las simpatías de una importante parte de la
sociedad española con la causa saharaui y, más en general, la evidente cercanía
con el área estratégica del Magreb, de donde provienen oportunidades y desafíos
muy importantes en el terreno de la seguridad, el desarrollo, el comercio y la
inversión, el abastecimiento de energía y los flujos de personas.
El posicionamiento oicial es sobradamente conocido y estable: “compromiso
irme con la búsqueda de una solución política justa, duradera y mutuamente
aceptable que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en
el marco de la Carta de las Naciones Unidas”. Es tal vez la única posición posible
y, por tanto, resulta acertada. No obstante, también es cierto que coniar en el
entendimiento entre las partes o en que la ONU consiga impulsar una solución
resulta poco realista en el corto y medio plazo.
Al mismo tiempo que el conflicto del Sáhara Occidental sufre un prolongado
bloqueo, hay una serie de elementos preocupantes que se van añadiendo o
deteriorando. Cada vez es más insostenible la situación humanitaria de los
refugiados en los campos de Tinduf. Igualmente, la relación enquistada entre dos
vecinos tan importantes para España como Marruecos y Argelia lastra el desarrollo
y la cooperación en la región. A todo eso se añaden nuevas complicaciones
como la proliferación de grupos yihadistas en el Sahel, que hace más verosímil la
inquietante posibilidad de que éstos aprovechen el caldo de cultivo que favorece
la falta de solución del conflicto para radicalizar a grupos sociales sumidos en el
descontento.
España tiene derecho a deinir una preferencia estratégica
España no puede ni debe variar su posición oicial, pero sí puede explorar alguna
línea de avance (en sintonía con sus valores e intereses) o, si se quiere, deinir
qué solución preiere. Cualquier solución debe ser el resultado de un acuerdo
entre las partes para ejercer el derecho a la autodeterminación. A día de hoy eso
signiica conceder veto a la solución tanto al Frente Polisario (que quiere que
ese referéndum decida sobre la independencia) como a Marruecos (que quiere
conirmar la integración en su territorio). Ese doble derecho de veto viene impuesto
por las propias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
128
La posición de España sobre el conflicto del Sáhara Occidental
No obstante, cuando las condiciones resulten
favorables (lo que implica una mejora en la
Cualquier solución
situación de los derechos humanos en el territorio,
debe ser el resultado
avances democratizadores en Marruecos, una
de un acuerdo entre
actitud constructiva de Argelia y el reconocimiento
de que la población del Sáhara Occidental,
las partes para
además de la originaria, incluye ahora otras
ejercer el derecho a la
tantas o más personas originarias del norte),
autodeterminación.
cabría sondear si Marruecos y el Frente Polisario
podrían llegar a aceptar que el pueblo saharaui se
gobierne a sí mismo con una autonomía plena e
internacionalmente garantizada. El pleno autogobierno nacional de un pueblo no
implica necesariamente (y no lo ha hecho en otros casos de descolonización) la
creación de un Estado independiente.
En una solución así, que podría ser apoyada por España como vía para desbloquear
el conflicto, el Reino de Marruecos retendría las competencias de defensa y
política exterior y obtendría el reconocimiento por la comunidad internacional
de que es soberano en el Sáhara Occidental con los límites que establezca una
fórmula acordada por todas las partes relevantes. Por su parte, el pueblo saharaui
obtendría autogobierno pleno y una mejora sustancial de su actual situación.
Obviamente, eso exigiría un acuerdo entre ambas partes que tendría que ser
sometido a referéndum del pueblo saharaui, lo que plantearía la necesidad de
elaborar un censo actualizado. Por último, la cooperación regional en el Magreb
podría salir de su actual bloqueo.
129
EL FUTURO DE LA RELACIÓN
EL FUTURO DE LA RELACIÓN
Hace tiempo que las relaciones hispano-marroquíes en general, y las económicas
en particular, precisan de un nuevo discurso. La fórmula del “colchón de intereses”
que sigue estructurando buena parte del pensamiento estratégico español hacia
el vecino del sur resulta estrecha para acomodar una realidad cada vez más
compleja: Marruecos y España han cambiado mucho, y también lo ha hecho el
contexto regional y global. La concepción original del “colchón” ha quedado
superada conceptualmente y, en todo caso, no es capaz de gestionar la variedad
de vectores de interdependencia que articulan la relación bilateral. Las nuevas
realidades requieren una narrativa de complementariedad y no de competencia,
de convergencia de preferencias en vez de divergencias. Es evidente que no debe
caerse en la ingenuidad, pero tampoco en la trampa del realismo.
Una relación entre la continuidad y el cambio
El recurso sistemático a instrumentos económicos para gestionar las relaciones
políticas supone en cierta forma el fracaso de la política. Los instrumentos
económicos deben reservarse para gestionar una interdependencia económica
creciente y cambiante, lo que ya de por sí constituye una tarea suicientemente
compleja. La buena noticia es precisamente que el excelente tono durante los
últimos tiempos de la relación política bilateral entre España y Marruecos, capaz
de gestionar asuntos que, en otras circunstancias, hubiesen podido acarrear
disgustos importantes (como le ha ocurrido a Francia durante el pasado año), hace
innecesaria la instrumentalización de los intereses económicos.
Parte de ese regreso de la política a la relación bilateral se debe, desde luego, a que
los intereses o preferencias compartidas se extienden ahora mucho más allá de la
economía, y afectan a cuestiones de seguridad en que los instrumentos económicos
sólo pueden actuar como acompañamiento. Un “colchón” diversiicado a ámbitos
más allá de la economía y un discurso más soisticado en materia económica
puede ser un patrón de transición hacia un modelo en el que las relaciones políticas
se establezcan en torno a preferencias convergentes, más que sobre intereses
económicos que en ocasiones pueden acabar percibiéndose como excluyentes.
La versión de economía política de la paz perpetua kantiana exige tres pilares:
(1) interdependencia económica y sus externalidades políticas asociadas;
133
Relaciones España - Marruecos
(2) instituciones internacionales que reduzcan los costes de transacción; y
(3) Estados democráticos que las gestionen. La intensidad de las relaciones
económicas hispano-marroquíes cumplen efectivamente con el requisito de
elevar el coste de oportunidad del conflicto, y este argumento es especialmente
apreciado por España por su naturaleza asimétrica. España es económicamente
mucho más importante para Marruecos que a la inversa: España es el primer
socio comercial de Marruecos, mientras que Marruecos representa menos del
3% de las exportaciones españolas, y algo semejante ocurre con las inversiones
o las remesas de emigrantes. 75 En un primer análisis, el coste de oportunidad
del conflicto sería por tanto mayor para Marruecos, pero se trataría de una visión
reduccionista que no incorpora la nueva naturaleza de un comercio bilateral
dominado por el comercio intra-industrial e intra-irma: las empresas españolas
también soportarían costes.
Además, los intereses económicos también pueden
convertirse en rehenes de la realpolitik, sobre
todo en ausencia de instituciones que los regulen.
Es igualmente cierto que el marco económico
euromediterráneo, con todas sus carencias,
proporciona mecanismos adicionales para evitar
la politización de las relaciones económicas. Pero,
al menos en el marco conceptual aludido, nada
puede sustituir al elemento de estabilidad a largo
plazo que supone una democratización genuina.
La implicación no es que no deba trabajarse en los
pilares económico e institucional, sino que ese trabajo nunca sustituye plenamente
la tarea de favorecer los procesos de democratización.
Nada puede sustituir
al elemento de
estabilidad a largo
plazo que supone
una democratización
genuina.
De la excepcionalidad a la normalidad
Por cercanía, complementariedad y entramado institucional, España y Marruecos
son socios naturales a muchos niveles. Por ello, es necesario actualizar la narrativa
existente entre ambos países y ahondar en enfoques como la competitividad
compartida, la complementariedad dinámica y la convergencia de preferencias.
Es evidente que esas preferencias compartidas se extienden a nuevos aspectos
económicos, sean sectoriales (integración en cadenas industriales de valor,
energías renovables) o geoeconómicos (emergencia de África, coniguración de
75 Ello en absoluto supone minimizar la relevancia de Marruecos como socio comercial de
España, como destaca el Informe Económico y Comercial de 2014, elaborado por la Oicina
Económica y Comercial de España en Rabat. Marruecos es el noveno mercado mundial de España,
el segundo fuera de la UE, sólo por detrás de EEUU, y por supuesto su primer mercado africano.
El informe está disponible en http://internacional.ivace.es/dms/estudios/informacion_paises/
informe-pais/Marruecos-web2006/Marruecosinformeicex%202014.pdf
134
El futuro de la relación
la Cuenca Atlántica). Pero también se extienden
a asuntos de mayor peso político relacionados
con la situación de seguridad, tanto interior
(cooperación antiterrorista) como en un norte de
África ampliado y de mayor profundidad estratégica
con desbordamientos hacia el Sahel y el Golfo de
Guinea. A eso hay que añadir aspectos sociales
como la consolidación de una comunidad marroquí
en España y las importantes mejoras en la gestión
de una inmigración irregular cuya naturaleza
también está cambiando.
El desarrollo económico
y la modernización
de Marruecos tienen
externalidades positivas
sobre España y sobre la
relación bilateral.
Una nueva narrativa entre España y Marruecos
debe ser positiva pero no ingenua, y no exime de
considerar escenarios de tensión política con impacto sobre otras dimensiones
de las relaciones bilaterales. El desarrollo económico y la modernización de
Marruecos tienen externalidades positivas sobre España y sobre la relación
bilateral, y deben apoyarse bilateralmente y en el seno de la UE, evitando
contradicciones e incoherencias de política. En demasiadas ocasiones las
tensiones económicas se han sobrevalorado (caso de la pesca y del comercio
agrícola) y las oportunidades infraestimado (cercanía y complementariedad).
También debe evitarse exagerar el potencial económico de la relación bilateral:
Marruecos es un país en desarrollo con un mercado pequeño y problemas
económicos importantes. No debe esperarse de su mercado una relevancia que
no tendrá en el futuro cercano, pero tampoco desdeñarlo.
“Cisnes negros” en el Estrecho de Gibraltar
El Mediterráneo occidental se enfrenta a varias crisis simultáneas en sus dos
orillas. Por un lado, el sur de Europa arrastra varios años de crisis económica con
un creciente coste social y cuestionamiento de sus sistemas políticos. Por otro
lado, en las sociedades del Magreb y de Oriente Medio se están manifestando
los primeros síntomas de una profunda transformación social, acompañada de
una gradual pérdida del miedo a cuestionar los sistemas de gobierno, que son
vistos por diversos sectores sociales como un impedimento a la hora de alcanzar
mayores niveles de desarrollo humano.
A pesar de los altibajos en las relaciones entre España y los países magrebíes,
éstas han estado marcadas durante las últimas décadas por una continuidad y
una estabilidad en las instituciones y en los mecanismos de toma de decisión.
Aunque ahora se vea como algo poco probable, no cabe descartar que los cambios
económicos y sociales que puedan producir las actuales crisis en el Mediterráneo
occidental tengan como resultado la modiicación de las dinámicas que ahora
135
Relaciones España - Marruecos
son relativamente previsibles, tanto a nivel institucional como social. La aparición
de “cisnes negros” (acontecimientos que se creen altamente improbables pero
que, cuando ocurren, tienen un enorme impacto, y que después de ocurridos se
racionalizan en retrospectiva)76 en torno al Estrecho de Gibraltar puede tener unos
efectos profundos en la seguridad y estabilidad de los países de la zona.
Ante el escenario de mayor conflictividad en el Mediterráneo occidental, España
debe preparar planes de contingencia en previsión de situaciones de inestabilidad
que comprometan sus intereses y seguridad. Para ello, su política exterior debería
desarrollar una mayor capacidad de anticipación a procesos de ese tipo y,
aunque parezcan poco probables, contar con un abanico de respuestas previstas
con antelación y tener una buena política de comunicación hacia las opiniones
públicas, tanto la propia como las de los países
del sur. A continuación se plantean algunos de los
“retos previsibles” a los que hay que anticiparse.
España debe preparar
planes de contingencia
en previsión de
situaciones de
inestabilidad en
el Mediterráneo
occidental.
El primer reto previsible al que necesariamente
se enfrentará la política exterior española en
el Mediterráneo occidental en años sucesivos
es la estabilidad política en el Magreb. Las
razones de fondo que propiciaron el inicio de
las revueltas antiautoritarias en algunos países
árabes a inales de 2010 (malestar social, penurias
socioeconómicas, corrupción, falta de expectativas
de la juventud, etc.) siguen presentes allá donde
no ha habido cambio de régimen, como en Argelia
y Marruecos. A eso habría que sumar las crisis que se podrían producir en un
escenario de sucesión presidencial conflictiva en Argelia o de cuestionamiento de
las instituciones del Estado en Marruecos, incluida la monarquía.
Al mismo tiempo, aquellos países que ya han iniciado sus transiciones (Egipto,
Libia y Túnez) se enfrentan a grandes diicultades como son la caída de ingresos,
los escasos éxitos en materia socioeconómica de las nuevas autoridades, la
debilidad relativa de las actuales estructuras estatales, los intentos de descarrilar
los procesos por parte de actores antidemocráticos internos y del exterior, la
polarización social, etc. Para España y sus socios europeos, la cautela se hace
necesaria a la hora de actuar en un contexto tan lleno de incertidumbres, aunque
esa cautela no debería confundirse con un apoyo sin reservas al statu quo o con
la inacción, pues algunos problemas no harían más que agravarse.
Un segundo reto a tener en cuenta en el convulso escenario norteafricano se reiere
a un escenario –en apariencia poco probable pero tampoco del todo inverosímil–
76 Véase Nassim Nicholas Taleb (2008), El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable,
Paidós Ibérica, Barcelona.
136
El futuro de la relación
en el que las presiones internas en el sur lleven a sus autoridades a querer desviar
la atención de sus opiniones públicas “tensando la cuerda” con el exterior. Existen
precedentes en ese sentido si se atiende al historial de las pendulares relaciones
hispano-marroquíes, sobre todo cuando se detecta fragilidad en la situación
política interna en España (tensiones territoriales, crisis económica, etc.), y son
independientes del partido en el gobierno.
Los “pulsos vecinales” podrían manifestarse mediante diversos procesos, como
la intensiicación de las reivindicaciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla o los
islotes españoles, el incremento de la presión migratoria procedente del África
subsahariana y del Magreb, el auge de discursos populistas –tanto nacionalistas
como religiosos– que pongan a España en el centro de sus reivindicaciones,
así como la creación de un clima más hostil hacia la presencia económica y
empresarial española. Esto último en el caso de Argelia podría implicar un riesgo
elevado para el suministro energético de España, sobre todo de gas natural, que
depende de forma creciente –y, a ojos de muchos, excesiva– de las importaciones
desde Argelia.
El último de los grandes retos previsibles apunta a las posibles consecuencias
en el Mediterráneo occidental de conflicto y enfrentamientos bélicos en Oriente
Medio. A los conflictos “tradicionales” hay que añadir una Libia convertida en un
país sin instituciones que funcionen, donde las milicias y los grupos extremistas
imponen su voluntad por la fuerza; una Siria sumida en un devastador conflicto
interno con efectos cada vez más nocivos en Oriente Medio y en el Mediterráneo; un
gobierno israelí cuyas políticas alejan las perspectivas de una paz negociada con
los palestinos; un Egipto que retorna al autoritarismo duro, donde la polarización
social es a la vez elevada y potencialmente contagiosa y cuyo régimen apoyado
por los militares excluye a todo opositor de cualquier proceso político; y unas
monarquías árabes del Golfo que intervienen cada vez de forma más abierta en
los diversos conflictos regionales y que desconfían del acuerdo alcanzado por las
grandes potencias e Irán en julio de 2015.
137
RECOMENDACIONES
RECOMENDACIONES
(1)
Los últimos años han visto una mejora en el clima de las relaciones bilaterales
hispano-marroquíes. Sin embargo, éstas contienen factores de tensión de
carácter estructural. Su persistencia en el tiempo supone un elemento de
fragilidad en la relación, lo que podría provocar que algunos de los avances
logrados fueran reversibles. El enfoque pragmático y realista empleado por
ambos gobiernos –y que ha permitido intensiicar la cooperación en ámbitos
económicos, migratorios y de seguridad– debería extenderse para abordar
aspectos de fondo que han enturbiado la relación en el pasado y que, con
bastante probabilidad, podrían volver a hacerlo en el futuro.
(2)
Es imprescindible aianzar los lazos entre los dos países y sus sociedades.
A pesar del buen momento a nivel político y económico entre los dos
vecinos, aún falta mucho por hacer en el plano social y humano. Entre ambas
poblaciones existen grandes niveles de desconocimiento mutuo, que se
extiende a sus elites y dirigentes. Si se quiere consolidar la buena relación
actual, hace falta dedicar más atención y esfuerzo a construir más puentes
entre ambas sociedades. Los malentendidos y la desconianza se nutren de la
falta de conocimiento del “otro”, algo que no se resuelve únicamente mediante
contactos a nivel de las elites. Tejer más relaciones humanas y profesionales
pasa por la creación de nuevos espacios, el fomento de los intercambios,
la revisión de la política de concesión de visados y una presencia cultural y
comunicativa más eicaz y proactiva en las dos direcciones.
(3)
Resulta necesario actualizar la percepción que existe en España de Marruecos
y su economía: pocos españoles saben que la principal exportación de
Marruecos no son los tomates (nunca lo fueron), sino productos del sector
automovilístico y electrónico integrados en redes industriales europeas con
importante participación española. Transitar de la percepción tradicional de
competidor en sectores de bajo valor añadido a socio integrado en la cadena
de valor es un ejercicio complementario a actuaciones similares en campos
como la seguridad o la gestión de la inmigración irregular. Las autoridades
marroquíes pueden hacer más para dar a conocer los cambios en su país
mediante la organización de encuentros, exposiciones, congresos y otras
iniciativas de difusión de cara a la opinión pública española.
141
Relaciones España - Marruecos
142
(4)
Una de las asignaturas pendientes de la cooperación hispano-marroquí, en
general, es la sostenibilidad y la duración en el tiempo. Con frecuencia, los
programas y proyectos se resienten de los recortes de fondos y personal. Eso
cuando no languidecen por la falta de impulso político, como en el caso del
Comité Averroes.
(5)
Sería muy deseable elevar el peril educativo del inmigrante medio marroquí
en España, imitando a Francia o a Canadá en su atracción de estudiantes
universitarios y graduados marroquíes, así como de una inmigración
cualiicada. Esto mejoraría la imagen de la sociedad marroquí en España,
ahora asociada a un tipo de migrante rural de baja formación. A su vez, esto
podría mejorar la imagen de España en Marruecos, ahora muy influida por
las áreas de conflicto y también por la percepción de los propios inmigrantes
marroquíes que se sienten minusvalorados. Los inmigrantes cualiicados
tienen menos diicultades de integración, sus experiencias laborales y vitales
son más satisfactorias y, por ende, transmiten en origen una imagen más
positiva del país de destino. Son además más influyentes como líderes de
opinión.
(6)
Cuando en España mejore la situación económica, convendría diseñar
una política de becas especíica para estudiantes marroquíes, dirigida a
carreras con buena salida en el mercado de trabajo (medicina, enfermería e
ingenierías) y asociada a la apertura de ese mercado de forma temporal para
los graduados o los posgraduados formados en España. Los permisos de
trabajo en este caso podrían ser de un año con la posibilidad, condicionada al
regreso a Marruecos, de estancias laborales o formativas en años posteriores.
De esta forma se evitaría la “fuga de cerebros” permanente, permitiendo a los
profesionales marroquíes que hicieran un grado o un posgrado en España y
adquirir en ella experiencia laboral y contactos útiles en Marruecos, dejando la
puerta abierta a posteriores estancias en el país para actualizar la formación
o establecer redes profesionales, comerciales o empresariales.
(7)
También cuando la situación económica y laboral española lo permita,
convendría abrir el sector turístico a la inmigración de temporada desde
Marruecos, diseñando un permiso de estancia temporal adaptado a las
características de este sector. El permiso temporal actual está pensado
para el sector agrícola y obliga al empresario a asumir obligaciones que
están relacionadas con los bajos salarios de ese sector y con la ausencia
de vivienda disponible en las zonas rurales, condiciones que no se dan en
muchas de las ocupaciones turísticas.
(8)
La cooperación al desarrollo española con Marruecos debería promover un
Marco de Asociación País más integral, que incluya otras dimensiones de
las relaciones bilaterales más allá de la cooperación como, por ejemplo, las
Recomendaciones
que afectan a las migraciones o a la internacionalización de las empresas
españolas. Se debería liderar una integración blanda de la ayuda europea:
consorcio de donantes líderes y cooperación delegada, mejor coordinación
intra-donante y una mayor integración de la política bilateral con la que se
articula a través de la UE.
(9)
España debe profundizar en los instrumentos de cooperación cultural para
estimular el conocimiento mutuo, el fomento de los proyectos de creación
cultural entre ambos países y la lucha contra los estereotipos negativos. Sólo
un programa especíico, que recupere la voluntad política de acercamiento
intercultural del Encuentro Cultural con Marruecos (2005-2010), combinando
los recursos de la cooperación, la acción cultural interior y exterior y el
Instituto Cervantes, puede establecer horizontes nuevos para la cultura
de los dos países. Para ello, es importante apoyar el trabajo que realizan
instituciones dedicadas a la cooperación cultural y a la diplomacia pública
como Casa Árabe, el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), la Fundación
Tres Culturas y Casa Mediterráneo.
(10) Las autoridades españolas competentes deben tomar medidas para mejorar
la difusión de la lengua y cultura españolas en Marruecos. A pesar de que
ese país es uno de los principales destinatarios de la acción educativa y
cultural española en el exterior, la presencia de la lengua y cultura española
y en español en Marruecos está muy por debajo del nivel que, en principio, se
hubiera podido esperar atendiendo a esos esfuerzos, a los vínculos históricos
y geográicos y al interés de la población marroquí. Una prioridad debería ser
la promoción más activa de la enseñanza del español como segunda lengua
en la enseñanza primaria y secundaria en los centros del sistema educativo
marroquí, incluso con la creación de secciones bilingües marroquí-español.
La apertura de extensiones de universidades españolas, públicas y privadas,
en territorio marroquí contribuiría a alcanzar este objetivo.
(11) Los contextos nacionales y regionales cambiantes en el Mediterráneo
occidental hacen aconsejable establecer redes más estrechas y densas
entre las sociedades e instituciones de España y Marruecos para favorecer
el conocimiento y la transferencia de experiencias. Esto se debería extender
a los ámbitos de las universidades, los partidos políticos, los medios de
comunicación, los organismos de la Administración, los municipios, la
juventud y las actividades deportivas, entre otros.
143
ANEXOS
Anexos
ANEXOS
I. CUESTIONARIO ENVIADO A ESPECIALISTAS EN LAS RELACIONES
HISPANO-MARROQUÍES
Marco general:
¿Cómo describiría el estado actual de las relaciones entre España y
Marruecos?
1
¿Cuáles son, a su juicio, los principales intereses de España en su relación
con Marruecos? ¿Y viceversa?
2
¿Qué aspectos de la relación bilateral considera que están menos
desarrollados o que se les presta menos atención de la necesaria?
3
Cuestiones bilaterales:
4
¿Cuáles son los principales problemas pendientes de la agenda bilateral?
¿Qué nuevos elementos podrían surgir en las relaciones entre España y
Marruecos que alteren sensiblemente la agenda bilateral?
5
¿Cree que pueden mejorarse los canales de comunicación entre ambos
países, y a qué niveles? En caso airmativo, ¿qué aspectos se pueden mejorar y
cómo?
6
Reformas en Marruecos:
¿Cree que el ritmo de las reformas en Marruecos es el adecuado para mantener
la estabilidad interna?
7
¿Cómo puede España apoyar a Marruecos, de forma bilateral o en el marco
de la UE, en su programa de reformas políticas y socioeconómicas, con el in de
reforzar la estabilidad en el Mediterráneo occidental?
8
Cuestiones económicas:
Dadas las cifras crecientes de los intercambios comerciales y de cooperación
empresarial, ¿qué ámbitos o políticas podrían reforzar esos lazos de forma positiva
para ambos países?
9
¿Cómo se podrían fortalecer los vínculos entre los sectores privados de
ambos países pymes, grandes empresas, flujos de trabajadores, etc.?
10
147
Relaciones España - Marruecos
¿Cómo podrían apoyarse mutuamente España y Marruecos para paliar los
efectos de las crisis que afectan al Mediterráneo occidental?
11
Cuestiones de seguridad:
¿Cómo pueden España y Marruecos mejorar su cooperación en materia
antiterrorista?
12
¿Cómo pueden España y Marruecos cooperar en otros asuntos de seguridad,
tales como los tráicos ilícitos o las migraciones irregulares?
13
Otros ámbitos:
¿Cómo cree que se podría reforzar la cooperación en materia educativa y
cultural entre los dos países?
14
¿Cree que podría mejorar la imagen que las sociedades española y marroquí
tienen la una de la otra? De ser así, ¿qué ámbitos de actuación concretos propondría
para alcanzar tal in?
15
¿Qué efecto atribuye a la cooperación al desarrollo en el fortalecimiento de
las relaciones hispano-marroquíes? ¿Dónde cree que debería concentrarse la
cooperación española en Marruecos?
16
¿Echa en falta algún aspecto relevante que no se haya incluido en este
cuestionario?
17
148
Anexos
II. MIEMBROS DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE RELACIONES
BILATERALES ESPAÑA-MARRUECOS
Haizam Amirah Fernández, investigador principal de Mediterráneo y Mundo Árabe,
Real Instituto Elcano
Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa, Real Instituto Elcano
Isaías Barreñada Bajo, profesor de Relaciones Internacionales, Universidad
Complutense de Madrid
Miguel Ángel Bastenier, periodista y profesor de la Escuela de Periodismo, El País
Emilio Cassinello, director general, Centro Internacional de Toledo para la Paz
(CITpax)
Ignacio Cembrero, periodista y ex-corresponsal en el Magreb, El País y El Mundo
Carlos Echeverría, profesor de Relaciones Internacionales, UNED
Ramón Enciso, coordinador español, Comité Averroes
Gonzalo Escribano, director del Programa de Energía, Real Instituto Elcano
Rafael Gómez-Jordana, director del Área de África, Grupo Santander
Carmen González Enríquez, directora del Observatorio Imagen de España, Real
Instituto Elcano
Miguel Hernando de Larramendi, director del Grupo de Estudios sobre las
Sociedades Árabes y Musulmanas, Universidad de Castilla-La Mancha
Carlos Jiménez Piernas, catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones
Internacionales, Universidad de Alcalá
Kristina Kausch, responsable del Programa de Oriente Medio y Norte de África,
FRIDE
Bernabé López García, catedrático honorario de Estudios Árabes e Islámicos,
Universidad Autónoma de Madrid
Cristina Manzano, directora, esglobal.org
Hélène Michou, investigadora asociada, European Council on Foreign Relations
(ECFR)
Jesús A. Núñez Villaverde, codirector, Instituto de Estudios sobre Conflictos y
Acción Humanitaria (IECAH)
Olivia Orozco de la Torre, coordinadora de Formación y Economía, Casa Árabe
Andrés Ortega Klein, investigador senior asociado, Real Instituto Elcano
Ana Planet, directora del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos (TEIM),
Universidad Autónoma de Madrid
149
Relaciones España - Marruecos
Fernando Reinares, investigador principal de Terrorismo Internacional, Real
Instituto Elcano
Paqui Santonja, vocal asesora, Ministerio de Hacienda y Administraciones
Públicas
María Solanas, coordinadora de proyectos, Real Instituto Elcano
Eduard Soler i Lecha, coordinador de investigación, CIDOB
Alejandro del Valle Gálvez, catedrático de Derecho Internacional Público y
Relaciones Internacionales, Universidad de Cádiz
150
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الجميع .وينبغي أن يكون ااستعداد الذي أبداه قادة البلدين أداة إقامة اتصاات
وبناءة حول كيفية حلحلة هذه القضايا الشائكة بطريقة مقبولة وتدريجية،
صريحة ّ
بدل الركود وترك هذه النزاعات عرضة للعودة في المستقبل .ؤ
ومع أن العاقات بين البلدين تمر في مرحلة جيدة على الصعيدين السياسي
وااقتصادي ،ا يزال هناك الكثير من العمل في المجالين ااجتماعي واانساني.
فنجد بين الشعبين مستويات عالية من عدم معرفة اآخر تمتد الى النخبة وحتى
الى القيادات .فإذا أردنا توطيد العاقات الحالية الجيدة ،ينبغي أن نخصص
المزيد من اأهتمام والجهد لمد الجسور بين المجتمعين .إن عدم معرفة "اآخر"
يؤدي الى سوء التفاهم وعدم الثقة ،وهذا ما ا يمكن حله فقط عبر زيادة
ااتصاات على مستوى النخبة .إن حياكة عاقات انسانية ومهنية تمر من
خال أيجاد فضاءات جديدة وتعزيز التبادات إواعادة النظر في سياسة منح
تأشيرات الدخول ،ناهيك عن تواجد ثقافي وتواصلي أكثر فعالية وكفاءة في كا
ااتجاهين .ؤ
شدد الملك فيليب السادس في خطاب تتويجه أمام البرلمان ومجلس الشيوخ
ّ
ااسبانيين في 19يونيو من العام 2014على أن "روابطنا الثقافية القديمة
وشعورنا نحو البحر المتوسط والشرق اأوسط والبلدان العربية تمنحنا قدرة
مميزة على الحوار [ ]...في منطقة ذات أهمية استراتيجية وسياسية واقتصادية
كبيرة" .المجتمع ااسباني سوف يستفيد كثي ار إذا تحول المغرب الى فضاء
مميز لاستثمار والتنمية المشتركة ،كما وسينتفع المجتمع المغربي على صعيد
ّ
التنمية البشرية .3وكي تصبح هذه الحالة حقيقة واقعة ،من الضروري اقتناص
التكامل بين البلدين ،وتقوية الروابط بين المجتمعات المدنية وتكثيف ااتصاات
بين المؤسسات ومعالجة القضايا الحساسة والحفاظ على حوار سلس وناقد عند
الضرورة .ان انسجاما جيدا بين العاهلين من شأنه أن يساهم في تحقيق أفضل
النتائج بما في ذلك من منفعة للجيران على الجهتين .ؤ
158
السياسات .وعلى الرغم من أن استطاعات الرأي تثبت أن الشعبين المغربي
وااسباني يدركان أهمية حسن الجوار ،إا انه ا يزال هناك الكثير من العمل
الدؤوب لتشجيع التفاهم المتبادل وترابط المجتمعين إوازالة الصور النمطية في
كا ااتجاهين .ؤ
وتجدد المغرب في مصالح اسبانيا الى حد كبير أسباب عديدة
يصب تحديث
ّ
يتطرق اليها هذا التقرير .من بينها ،يجدر تسليط الضوء على أهمية وجود
ّ
جار جنوبي يتمتع بااستقرار ويشارك في تطوير كافة أنواع العاقات المتبادلة
والمفيدة ،ناهيك عن احتواء التهديدات المشتركة .كما ويصب في مصلحة
اسبانيا تطور منطقة المغرب العربي بأكملها ،وهي منطقة نفوذ اسباني طبيعي،
ينبغي العمل مع بلدانها سعيا وراء الشراكات من أجل التوسع المشترك نحو
أفريقيا والحوض اأطلسي وأمريكا الاتينية .ؤ
تكاد تكون اسبانيا اليوم على قدم المساواة مع فرنسا كالشريك التجاري الرئيسي
للمغرب (احتلت اسبانيا المرتبة اأولى في عامي 2012و .)2014ويحتل
المغرب ،بالفعل ،المرتبة الثانية في ائحة زبائن اسبانيا خارج ااتحاد ااوروبي
مباشرة بعد الوايات المتحدة اأمريكية .مما يسمح للشركات والمهنيين ااسبان
من مختلف القطاعات السعي وراء فرص في هذا البلد ،والعكس بالعكس .ؤ
تحسن ملموس في السنوات اأخيرة في مناخ العاقات الثنائية المغربية
حصل ّ
التحسن عائد
التشنج .هذا
ااسبانية بعد فترات من التوترات الدورية وبعض
ّ
ّ
الى حد كبير الى استعداد الحكومتين استخدام نهج عملي وواقعي أدى الى
تكثيف التعاون في المجالين ااقتصادي واأمني كما وفي مجال الهجرة .ومع
التعمق في
ذلك ،يبدو أن ما يسميه البعض "المرحلة الحلوة" ليس إا نتيجة عدم ّ
معالجة الجوانب اأساسية التي ع ّكرت العاقات في الماضي والتي من المحتمل
تعكرها مجددا في المستقبل .ؤ
جدا ان ّ
يعتبر المغرب بالنسبة اسبانيا شريكا أساسيا ،والعكس بالعكس .1استنادا الى
ااهداف ااستراتيجية الستة التي حددها تقرير معهد ألكانو الملكي "نحو تجديد
استراتيجي في السياسة الخارجية ااسبانية" ،2يرتبط المغرب بكل هذه اأهداف
بطريقة أو بأخرى .وتبقى اأمور الشائكة عالقة بين البلدين ومعروفة من
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التصور اأصلي لصيغة "أرضية
الصعيدين اأقليمي والعالمي .ولقد تم تخطي
ّ
المصالح المشتركة" من الناحية النظرية ولكنها ،في أية حال ،عجزت عن إدارة
الترابط المتزايد في العاقات الثنائية .تتطلّب الوقائع الجديدة خطابا مرسخا في
التكامل ا في التنافس ،وفي تقارب اأولويات ا في التنافر .وما يثلج الصدر
هو على وجه التحديد هذه اللهجة البناءة التي سادت على العاقات الثنائية بين
أسبانيا والمغرب في اآونة اأخيرة ،القادرة على إدارة شؤون كان من الممكن أن
تؤدي الى عواقب وخيمة (كما حصل لفرنسا خال العام الماضي) ،والتي جعل
استخدام المصالح ااقتصادية أغراض سياسية أم ار غير ضروري .ؤ
ويعود جزء من هذا الرجوع الى السياسة في العاقات الثنائية الى انتشار
المصالح أو اأولويات المشتركة الى ما هو أبعد من القضايا ااقتصادية،
وتأثيرها على المسائل اأمنية بأن اأدوات ااقتصادية ا تعمل اا كمرفق.
متنوعة تخرج عن نطاق اأمور ااقتصادية ،الى جانب خطاب
بإمكان أرضية ّ
أكثر تطو ار في المجال ااقتصادي ،أن يشكا قدوة لانتقال نحو نموذج تتمحور
اأولويات المتضافرة أكثر منها حول المصالح
فيه العاقات السياسية حول
ّ
ااقتصادية التي ُينظر اليها أحيانا على أنها مستثنية .ؤ
اسبانيا هي ،من جهة ،الدولة ااوروبية الوحيدة التي تمتد أراضيها الى شمال
أفريقيا وبالتالي لها حدود برية مع المغرب .هذا الواقع ،إضافة الى كثافة ااجندة
الثنائية واختاف طبيعة اأنظمة السياسية ،يؤثر على العاقات بين اسبانيا
والمغرب .ومن جهة أخرى ،تتأثر العاقات بين البلدين بالتنازعات الدورية
بينهما وبالصراع القائم بين المغرب والجزائر من أجل الهيمنة ااقليمية ،وكذلك
بالتنافس بين اسبانيا وفرنسا على النفوذ في المغرب العربي .ان ااختافات
الكبيرة الموجودة في طبيعة اأنظمة السياسية على ضفتي المتوسط الغربي
والتفاعل بين السياستين الداخلية والخارجية يمنحان هذه التنازعات طابعا هيكليا.
ؤ
تشكل العديد من المسائل التي تؤثر على العاقات مع المغرب جزءا من
السياسة الداخلية ااسبانية أكثر من كونها مسائل في العاقات الدولية (الهجرة
والصحراء الغربية والممتلكات ااسبانية في شمال أفريقيا والتهديد اارهابي
التصورات دو ار في غاية اأهمية عند تحديد
وتهريب المخدرات وغيرها) .وتلعب
ّ
العاقات بين البلدين ،سواء على الصعيد ااجتماعي أو على صعيد وضع
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الملخص التنفيذي
)(Resumen ejecutivo en árabe
أولوية بالنسبة للسياسة الخارجية اإسبانية .ومع
يعتبر المغرب ،أسباب كثيرةّ ،
ذلك ،ومنذ المرحلة اإنتقالية في إسبانيا ،لم نشهد سياسة دولة واضحة -ذات
التوجهات واإجراءات -تقود
أهداف محددة إواجماع أساسي بشأن الموارد و ّ
السياسة اإسبانية نحو جارها الجنوبي .وهكذا بالرغم من هذه الفجوة والتقلّبات
في العاقات اإسبانية المغربية ،إتّسمت هذه اأخيرة باستقرار نسبي في العقود
الثاثة اأخيرة .ولكن هذا ااستقرار ،سواء كان على مستوى المؤسسات أو في
آليات صنع القرار ،ا يجب أن ُيسلّم به ،وخاصة في فترة يواجه فيها البلدين
تحديات داخلية مهمة ،ويحاول فيها البحر اأبيض المتوسط تخطّي العديد من
ّ
اأزمات التي تعصف على ضفتيه في آن واحد .ؤ
اتّسمت العاقات بين إسبانيا والمغرب بميزتين تقليديتين ،أا وهما تعقيدها
وتقلباتها المتكررة .ويشكل القرب الجغرافي ،الى جانب جالية مغربية مهمة في
اسبانيا (أكثر من 800ألف شخص) ،والتفاوت القائم بين الناتج القومي للفرد
( 27.865يورو مقابل 2.885يورو في سنة ،2013وفقا للبنك الدولي)،
ناهيك عن ااختافات السياسية والديموغرافية والثقافية ،أرضا خصبة للتباعد
وااحتكاكات .ومع ذلك ،تمهّد هذه الحقائق الطريق أمام المزيد من التعاون
والبحث عن سبل التكامل المفيدة لكا المجتمعين ،وخاصة مع تزامن عدة أزمات
أقتصادية وأجتماعية وسياسية على ضفتي مضيق جبل طارق .ؤ
من المعروف ،ولكن ينبغي التشديد عليه ،ان العاقات الثنائية بين المغرب
التعمق والترابط .وعلى
إواسبانيا قد شهدت في العقود اأخيرة المزيد من ااتساع و ّ
الرغم من هذا التطور يتفق الجانبان على ضفتي مضيق جبل طارق أنه ا يزال
أمامهما الكثير من العمل لتوطيد هذه العاقات وااستفادة منها وجعلها مستدامة.
إن مستويات التعاون والتبادات بين الجارتين في العديد من المجاات هي أقل
بكثير من القدرة الموجودة بين بلدين مجاورين وبهذا التكامل المهم .ؤ
لم تعد صيغة "أرضية المصالح المشتركة" ،التي يتمحور حولها جزءا مهما من
التفكير ااستراتيجي ااسباني نحو الجار الجنوبي ،تتسع استيعاب واقع يزداد
تعقيدا :طرأت على اسبانيا والمغرب تغييرات كثيرة ،كما وطرأت أيضا على
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العاقات ااسبانية المغربية
المنسق :هيثم عميرة فرناندث ـ تقرير رقم 19ـ أكتوبر 2015
معهد ألكانو الملكي ـ مدريد ـ إسبانيا
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