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ENSAYO: LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA UN RETO ETICO PARA LA SOCIEDAD. Yurley Cárdenas Riaño A-191 Jesús Vargas Díaz Docente UNIDADES TECNOLOGICAS DE SANTANDER BUCARAMANGA-SANTANDER 2016 INTRODUCCION Si bien nos hemos dado cuenta, la ciencia y la tecnología han tenido un gran avance en cuanto a descubrimientos y muy buenos aportes para llevar mejor nuestras vidas con el transcurrir de los días, desarrollando diferentes capacidades de acuerdo al ámbito tecnológico en el que cada cual se desarrolla. La ciencia y la tecnología son ámbitos que han transformado el mundo con descubrimientos y demás, pero, por otro lado también ha sido de mucha discordia en esos entornos en los cuales los valores, la moral, el bienestar, entre otros, son lo más importante, y por ende no está de acuerdo con muchos adelantos que dichos ámbitos nos han proporcionado. De esta manera, por ejemplo, la religión y la ética han sido los mayores críticos sobre todo de la ciencia, ya que estos llevan pensamientos muy tradicionalistas y de acuerdo a una serie de normas o creencias que ponen al ser humano en la cumbre de importancia, es decir, que su vida, y por tanto sus derechos deben ser respetados en su máxima expresión, y que De esta manera la ciencia y la tecnología han irrumpido en la mayoría de entornos causando así una serie de reformas en el manejo de los mismos, uno de esos entornos es la ética, en la cual se enfocara este ensayo. DESARROLLO TEMATICO: La ciencia y la tecnología, un reto ético para la sociedad. Gracias al avance que ha tenido la ciencia se han venido desarrollando grandes aportes tecnológicos a la sociedad, con esto se ha hecho posible disfrutar de la comodidad material y de la riqueza asombrosa, se han creado diferentes aparatos que facilitan las tareas y trabajos cotidianos del ser humano en los ámbitos de la comunicación, en la parte laboral y en los oficios domésticos entre otros. Es bien conocida la idea de que la ciencia es un sistema lógicamente estructurado de conocimientos verdaderos, y que su objetivo o propósito fundamental consiste en descubrir las leyes objetivas de los fenómenos y encontrar la explicación de ellos. Pero también se sabe que todo conocimiento, por teórico que sea, está en relación directa con todos los aspectos de la vida, en relación directa con las personas. Es irrefutable que este conocimiento que muestra la realidad también condiciona la posibilidad de influir sobre la misma. Por ello se puede afirmar que todo conocimiento científico tiene una relación directa con el hombre. Es por ello que la actitud frente a la ciencia, por necesidad, constituye una actitud frente al hombre y por ello involucra el aspecto moral. De ahí que toda actividad científica deba orientarse por el reconocimiento del individuo como valor supremo, pues es precisamente el ser humano, su vida, su bienestar y salud, su cultura, su libertad y progreso, quien le confiere sentido real a la ciencia. De no ser así el actuar del hombre de ciencia se convierte en un problema social. Para la ciencia las teorías científicas son fundamentales pero ello es sólo una parte de sus resultados. Esos resultados se alcanzan en virtud de una práctica social. Todos esos rasgos transparentan la naturaleza social de la ciencia, ya que son procesos y entidades sociales que sólo se pueden explicar en relación con el contexto social que los condiciona. Con la tecnología sucede idénticamente. Esta es mucho más que una suma de aparatos cada vez más caros y sofisticados; sino que es una práctica social que involucra conocimientos, destrezas, recursos humanos y materiales, valores e ideologías. De ahí que los cambios tecnológicos, experimentos sociales en sí, requieren de control social. Por ende la visión que deben tener los actores de la ciencia y la tecnología necesita ser educada en principios que respondan ante la sociedad, es decir, éticos. La ciencia y la tecnología aparecen y se desarrollan gracias a la actividad práctica de los hombres, a su relación social. Sin embargo así como estos avances tecnológicos facilitan la vida del ser humano, a su vez nos afectan en gran manera en diversos aspectos. Tras varias investigaciones y encuestas se ha determinado que estas fuerzas no han tenido efectos ambivalentes. Se plantea, pues, ante la humanidad un problema que nos involucra a todos. Su parte más oscura reside en criterios que intentan fundamentar teóricamente una actitud evasiva por parte de la ciencia y los científicos en relación con la responsabilidad por el uso de sus resultados. De esta forma se plantea que no se puede pensar en la existencia de algún gran descubrimiento científico que en principio no pueda tener una u otra aplicación con fines inhumanos. O sea, que un mismo resultado científico, puede tener diversos destinos, utilizarse para el bien del hombre o para su destrucción. El desarrollo científico y tecnológico es una de los factores más influyentes sobre la sociedad contemporánea. La globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posibles. Así también es inobjetable, que en los momentos actuales abordar la relación naturaleza – sociedad, como procesos que interaccionan, tiene una importancia significativa, se trata de explicar el comportamiento de la humanidad ante los retos de la Revolución Científica Técnica, que si bien ha constituido un gran salto en la acumulación de saberes humanos, también ha propiciado la acelerada destrucción y apropiación irracional del medio ambiente, con la consecuente derivación hacia problemas tales como: aumento poblacional, salud, vivienda, educación, alimentos e incluso conflictos armados. La situación global de la protección del medio ambiente se caracteriza por el carácter global y la urgencia que ha adquirido el debate ecológico en la contemporaneidad, manifestándose éste por todo un amplio espectro de rasgos que gravitan negativamente en todos los confines de la sociedad y la economía planetarias, en tanto que ha surgido un nuevo debate ético: el motivado por los cambios ambientales que a escalas global y local afectan a toda la Humanidad. Sin lugar a equívocos, ante tal desafío el planeta se divide entre dos grandes grupos de países, de una parte una minoría industrializada, poderosa y rica, con un alto desarrollo de la ciencia y la tecnología y una mayoría atrasada, pobre y desposeída, con un incipiente desarrollo científico técnico, dotadas ambas con marcadas diferencias en el nivel de vida, pero semejantes al compartir una baja calidad de vida. Recordemos que más del 90 % de la capacidad científica y tecnológica mundial está en manos de un reducido grupo de países y algunos centenares de grandes corporaciones transnacionales. Tal proceso de concentración es parte del proceso de marginalización que la actual globalización reserva para numerosos grupos humanos y países. La ciencia y la tecnología son parte de la dinámica de concentración de riqueza y poder. Es precisamente en el seno de los países poderosos donde se encuentra el origen de la pobreza ambiental predominante en el mundo de hoy, al imponer a la Humanidad los actuales patrones de desarrollo, donde ha predominado la ignorancia ambiental, junto a la avaricia, el egoísmo y la necedad propios de la especie humana. Mientras que de una parte, la minoría de la Humanidad se aísla en un ambiente de consumismo, artificial enajenado y pobre en sus componentes sociales y ecológicos, la otra parte minoritaria, subsiste en precarias condiciones de vida, matizada por la agonía que representa el círculo vicioso donde se opta por la pobreza, el hambre, la insalubridad, el analfabetismo, el deterioro ambiental y otras secuelas derivadas del estilo de desarrollo impuesto desde el Norte del mundo. Son diversos los problemas ocasionados por el ser humano al medio ambiente, pues de hecho se asiste a una profunda crisis ambiental, originada por la especie biológica más poderosa, que ha crecido en población de forma desmedida en los últimos lustros (de 160 millones de habitantes en 1950, a 500 millones en el 2000); ha realizado un uso irracional de los recursos y condiciones naturales, al sobrepasar las capacidades de renovación de los mismos; ha ejecutado una despiadada deforestación (dos millones de kilómetros cuadrados, a un ritmo anual de cincuenta mil kilómetros cuadrados); ha erosionado y desertificado los suelos (un total de dos millones de kilómetros cuadrados, equivalente al 10 % del suelo fértil); ha lacerado los sistemas costeros por las incongruentes construcciones, la contaminación de las aguas y los derrames de hidrocarburos; ha generado una dañina contaminación ambiental a consecuencias de la proliferación y disposición inadecuada de productos químicos, tóxicos, radioactivos y peligrosos en sentido general; así como ha deteriorado la calidad de vida urbana, producto del creciente desabastecimiento y la contaminación de aguas, las dificultades con la disposición final de los residuos sólidos, la polución de la atmósfera, los riesgos de accidentes industriales y las lluvias ácidas entre otros males Si a todo ello se suma la degradación del ambiente social y económico en que se desenvuelve la vida humana (miseria, hambre, desempleo, insalubridad, analfabetismo, violencia, drogadicción, prostitución, deuda externa y otros flagelos, no cabe dudas de que nos encontramos ante los perversos tributos que el actual orden político, económico, social y ecológico, que el ser humano ha impuesto a todos los inquilinos de La Tierra. En consecuencia, por la magnitud y la urgencia del asunto que convoca a la Humanidad en su conjunto a la solución de esta problemática , el objetivo del presente trabajo está dirigido a valorar algunos de los principales problemas sociales derivados de la ciencia, la técnica y la tecnología, que sustentan los hasta ahora conocidos modelos de desarrollo y la complejidad que enfrenta la propia humanidad para enfrentar su solución, frente al reto que le impone el nuevo paradigma del desarrollo sustentable. De este modo se empieza a profundizar la relación y la influencia que tiene la ética y la bioética para desarrollar la ciencia y la tecnología. La ética es conocida como aquella palabra que significa la distinción entre el mal y el bien que recae en nuestra conciencia. La ciencia como tal, es el estudio de la vida y sus componentes, mientras que la tecnología es el estudio que crea nuevas herramientas para el progreso de la ciencia y de la sociedad.  El poder del hombre sobre la naturaleza, por la ciencia y la tecnología es limitado debido a que llega el momento en el que los productos humanos cobran vida propia y escapan del control de su creador. Independientemente de la teoría sobre las leyes de la naturaleza, lo cierto es que el ser humano no las inventa ni las controla, sino que las descubre o las describe y es preciso aprender a respetarlas y usarlas para beneficio de la humanidad y no para su autodestrucción.  Los avances que la sociedad ha tenido sobre la ciencia y especialmente la tecnología han tenido impactos positivos y negativos que obviamente son consideradas como ventajas o desventajas para la humanidad.  Gracias a la tecnología hemos vencido los límites del cuerpo, dominando la naturaleza, conquistando parte del espacio y controlando la sociedad, sin embargo, estamos pagando un alto precio por ello, tal como resulta ser la marginación, la causa de enfermedades y los efectos adversos como el cambio climático que de forma ética representa una desventaja para el propio ser humano.  La humanidad lo que busca es la justicia y la felicidad y para ello, la tecnología debe ponerse a su servicio para conseguirlo en beneficio de todos. La elevada producción y el consumo exacerbado dejan tras de sí toneladas de basura y desechos industriales provocando así una crisis ecológica; de ahí nace la cuestión: ¿Quién es el responsable de tal situación? Este tipo de preguntas dan a la ciencia y la tecnología una dimensión ética.  Ahora bien, la era tecnológica también se conoce como la era fáustica, según el cual no podemos obtener un bien si no es por medio de un mal. Como se menciono anteriormente, los avances que hemos tenido en los últimos años han mejorado la vida del ser humano pero sin perder de vista el hecho de que ha traído consigo la producción de contaminación excesiva, enfermedad, pobreza y desperdicio. Algo de lo que todos deberíamos de estar consientes es que en el último siglo la ciencia y la tecnología constituyen un aspecto más en la vida del hombre moderno, sino que son el contexto temporal en el que vivimos, es decir, una nueva era en el estilo de vida. Un aspecto negativo a considerar es que ahora los hogares están totalmente automatizados en vez de hacer las cosas propias del hogar de forma práctica, propia y común como solía ser; lo cual a nosotros nos vuelve cada vez mas deficientes e ignorantes en todos los aspectos, lo cual nos trae a reflexionar que es importante aprender a manejarlo y decidir de forma ética para así tener un mejoramiento para todos. Se ha acuñado el concepto “tecno -ciencia” para referirse al entramando que en la actualidad existe no solo entre ciencia y tecnología, sino que incluye también a la naturaleza y a la sociedad. Esto significa que la tecno- ciencia no es asunto solo de los científicos ni técnicos, sino que siendo el producto de tradiciones culturales históricas, corresponde a todos los agentes sociales determinar la forma de cómo se use y para qué fines se utiliza. El poder de la naturaleza y la sociedad que ejerce el hombre por medio de la tecno-ciencia debe ser controlado por el hombre mismo, ya que él es el único que puede dejar que avance o ponerle un fin, para esto hay que introducir el deber del poder a partir del establecimiento y respeto de consideraciones de índole ética. También hay que recordar el carácter histórico y cultural de la moral: al enfrentar distintos problemas, esta cambia de época en época y de una sociedad a otra y nosotros por vivir dentro de esta época y pertenecer a ciertos grupos sociales, tenemos otras exigencias éticas. Se dice que ya no hay valores ni moralidad (expresión dirigida sobre todo a los adolescentes) sin embargo, muchos de ellos son aun más conscientes del problema que la mayoría de los adultos o personas mayores independientemente de si actúan al respecto o no. La ciencia puede ser metafóricamente evaluada como una especie de “Golem” y la forma de cómo su creador podría controlar sus actos conforme a la metáfora, seria la ética.  Como bien se dice: “Las obras humanas con frecuencia salen del control de su creador” Y esto a mi me parece que hace en resumen la forma en que la sociedad actual actúa frente a la situación por la que estamos pasando con respecto al avance tecnológico y de la ciencia.  En vez de someter sus métodos de producción y comercialización al arbitrio de normas éticas, algunos grupos de poder como el compuesto por los empresarios o industriales, han optado nuevamente apoyándose en los avances de las ciencias, esta vez humanas, por establecer mecanismos médicos, disciplinarios, psicológicos y psicosociales para contener, revertir o eliminar los conflictos sociales que sus malas prácticas generan.  Si hasta hace poco no se tomaba mucho en cuenta el impacto social y ecológico de los logros científicos y, por tanto, los códigos eran escasos, hoy en día existe un creciente interés en conducir ética y democráticamente la investigación científica. Ahora bien, una ética común en torno a la ciencia y la tecnología debe surgir tomando en cuenta los problemas comunes que afectan a toda la humanidad. Todo ser humano y comunidad tienen derecho a vivir en un medio ambiente sano, equilibrado y seguro, a disfrutar de la biodiversidad presente en el mundo y a defender el sustento y continuidad de su entorno para las nuevas generaciones. Entonces, la ética tiene mucho que decir respecto a los avances de la tecno-ciencia, tanto así que en la mayoría de los foros locales, nacionales e internacionales, cada vez es más frecuente el recurrir a las nociones expresadas por filósofos de todos los tiempos para contar con las herramientas teóricas que permiten pensar los problemas desde ámbitos discursivos de alcance universal. Un concepto que marca la declaración en ese sentido, vinculado con la necesidad de “globalizar la solidaridad” entendida como “una exigencia ética con un carácter de corresponsabilidad entre todos. Por lo tanto, en mi opinión debemos de aprender a utilizar de forma correcta y responsable el uso de la ciencia y la tecnología para beneficiarnos sin la necesidad de auto provocarnos consecuencias negativas y crecer éticamente entre la sociedad. La bioética es una rama de la ética que se aplica a problemas que surgen a la hora de aplicar la ciencia y la técnica fundamentalmente en los ámbitos de la salud, la procreación, la alimentación y el medio ambiente. Así pues, en esta nueva rama del saber, tanto biólogos como especialistas en ética reflexionan sobre distintos problemas relacionados con la medicina y la biología. El objetivo que todos  ellos persiguen consiste en prever y resolver situaciones conflictivas como la que se ha creado a raíz del descubrimiento del genoma humano, la manipulación genética y la clonación, la eutanasia y la donación de órganos. Con esto para finalizar, se puede decir que la tecnología ha invadido todos los ámbitos de nuestra existencia. Esto ha supuesto que la sociedad se caracterice por un rasgo fundamental: ser una sociedad dominada por una difusión total de la técnica. La política, economía y educación se han visto afectadas por la introducción de la televisión, los ordenadores y las comunicaciones por redes. Incluso el arte se ha visto influenciado por la revolución tecnológica. La presencia de la tecnología en todos los ámbitos ha supuesto una serie de consecuencias: -El culto a la novedad. Esto provoca una transformación continua y un envejecimiento prematuro de casi todos los artefactos técnicos que adquirimos. Todo esto convierte a nuestra sociedad en una sociedad momentánea, en la que pocas cosas conservan su valor y prestigio por mucho tiempo, y la mayoría de ellas se ve sustituida por algo más nuevo y mejor. -La indefensión del individuo de la calle. La complicación y sofisticación de los adelantos técnicos provocan un distanciamiento respecto a ellos. Así el mundo que nos rodea se vuelve tan misterioso como debía de ser el entorno natural para el hombre primitivo. Hoy más que nunca dependemos de la palabra de los técnicos-expertos. -El bienestar como valor supremo. La principal contribución de la tecnología es la mejora de las condiciones materiales de vida. La tecnología ayuda eficazmente a conseguir el máximo bienestar. Esto en sí mismo no es negativo ya que favorecer nuestro bienestar es una meta importante. Sin embargo, cuando el bienestar material pasa a ser un valor supremo y se someten a él todos los demás, entonces nos encontramos frente a una sociedad materialista que ha perdido el valor fundamental de lo humano. La solución es un desarrollo sostenible, que nos permita compaginar la ciencia con nuestro bienestar, con la conservación de la naturaleza y por supuesto que permita un equilibrio económico y social entre los países desarrollados y los subdesarrollados, porque aunque no lo crean estas diferencias entre países también nos perjudican. Tenemos que reformar la organización social y el uso de la ciencia, para que nuestro planeta pueda recuperarse de todo el daño que le hemos hecho. Debemos transformar radicalmente el mundo si queremos garantizar la supervivencia del planeta y lograr que la ciencia y la tecnología sean verdaderas valuarte del desarrollo sostenible ante los retos de la globalización. En materia de desarrollo tecnológico nuestros países se ven muchas veces influenciados por las estrategias y el grado de avance tecnológico alcanzado en los países industrializados. Necesitamos generar una visión propia, que atienda la realidad social de nuestros países, que parta de nuestra cultura, que sea integradora, donde los factores sociales que inciden en la capacidad de innovación sean correctamente interpretados. Se requiere contribuir desde el Estado a una cultura de la innovación a un mayor relacionamiento e intercambio de conocimientos, tener la capacidad de identificar aquellos instrumentos que mejor se adaptan a cada realidad y generar una visión para una mayor cooperación en materia de innovación y desarrollo tecnológico y social. La tecnología demuestra una y otra vez su peligrosidad, le causa graves daños, incluida la muerte y la discapacidad, y produce importantes externalidades negativas a su entorno. Lo que llamamos progreso, especialmente en el sentido de desarrollo económico y crecimiento, jamás habría tenido lugar en el mundo sin la tecnología y su evolución. Muy poco de lo que vemos a nuestro alrededor, de lo que hacemos, y de lo que constituye nuestra vida diaria, estaría ahí sin la tecnología. Y los más de seis mil millones de habitantes que a duras penas soporta nuestro planeta en la actualidad, muchos de ellos en condiciones infrahumanas desgraciadamente, de ninguna manera podrían ser tantos sin ella. A pesar de todo ello, muchos hombres han rechazado y rechazan la tecnología, a la que consideran causa importante de la deshumanización del mundo y a la que asignan autonomía, rebeldía y poder destructor. Lo peor, por otra parte, para todos los que se encuentran a disgusto en un mundo tan artificial y tecnológico como el actual, es que la creación de tecnología parece ser una característica innata del hombre. CONCLUSION Podemos concluir que, si bien la ciencia y la tecnología han traído innumerables avances que han mejorado la calidad de vida de muchos, por el contrario hay otro tanto que consideran dichos avances como poco éticos y en contra de principios básicos que vienen desde mucho tiempo atrás, pensando de esta manera que el ser humano, por decirlo en palabras del común “está jugando a ser Dios” o algo parecido, y que en un futuro e incluso en el presente la humanidad no tiene la capacidad de vivir sin estos factores. Por otro lado pienso que, en parte es mas culpa de la sociedad que de dichos avances y su mal uso, ya que estos fueron creados con propósitos de énfasis positivo y no para causar daño o molestar a los demás, también creo que ir de acuerdo a determinados principios no está mal, pero el fanatismo que se tiene hacia los mismos y simplemente porque vienen de generación en generación, no es tan bueno ya que no nos permitirá desarrollarnos completamente como personas y en ciertas circunstancias de la vida en las que se necesite de dichos ámbitos las decisiones que se tomen posiblemente serian erradas afectando de esta manera a un buen número de personas. 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