12 • CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
ALEJANDRO VELAZQUEZ, JEAN FRAN~OIS MAS, RAFAEL MAYORGA SAUCEDO, JOSE LuIs PALACIO, GERARDO Bocco,
GABRIELA GOMEZ RODRiGUEZ, LAURA LUNA GoNzALES,
IRMA TREJO, JOSE LOPEZ GARCiA, MARDOCHEO PALMA,
ARMANDO PERALTA, JORGE PRADO MOLINA Y FRANCISCO GoNzALEZ MEDRANO
A 10largo de la historia, y paniculannente
enla actualidad,los bosqueshall sido uno
de los recursos naturales fundamentales,
rues la madera,una de las fuentesde energia y de rnateriasprirnas masimponantes
en el planeta,proviene deellos. Asi mismo,
losbosquessoncraveen el suministrode 10
que boy se denomina bienes servicios
ambientales,adernasde poseerotrasmultiples funciones y usos.
Actualmente, seestima que un tercio de
la superficieterrestrecontinental C3.54mil
millones de hectareas)aun se encuentra
conformada par cubiena forestal. La proporci6n entrebosquey poblaci6n hurnana,
sin embargo,ha venido disminuyendo de
1.2 hectareasper capita en 1960 a 0.6 en
1995; la expectativa para 2025 es de 0.4.
Los ultimos datos de la FAadocumentan
un incremento en la superficie forestalde
los raises del none, mientras que en los
raises del sur se registra un continuo
proceso de deforestaci6n. Esta acelerada
perdida de los bosques conlleva grandes
problemas ambientales,entre los que se
destacanlas inundaciones,los deslizamientos de laderas,la perdida de biodiversidad
y par ende la productividad y otros fen6menDsque traen consecuenciastragicasa
!as poblacioneshurnanas. EI calentamiento global y sus repercusioneses resultado
parcialde estastasasaceleradasde deforestaci6n, rues contribuye con alrededorde
25% de las emisionesde co2ala atm6sfera.
En Mexico,la situaci6nesligeramentemas
grave que la media mundial. Los datos de
1960,1995y!as prediccionespara2025 son,
respectivamente,
de 0.8, 0.6 Y 0.3 hectarea
~
Bosque de Chapultepec,ca. 1923.
de bosque per capita. Las consecuencias de
estos procesos de perdida de la vegetaci6n
son carla vez mas obvias y en ocasiones desastrosas. Las politicas de desarrollo rural
que han fomentado la sustituci6n de la cobertura forestal (primaria) par OtTOtipo de
coberturas de mayor producci6n a carta
plaza (cultivos y pastizales inducidos) pero
de bajo rendimiento a mediano y largo
plazas son las causasprincipales de la deforestaci6n. POT10tanto, se hace urgente contar con estirnaciones precisas de las tasas
de deforestaci6n en aras de identificar que
se pierde y en d6nde ocurre para parler generar estrategias que conlleven a reducir la
drastica perdida de 105bosques y todo el
bagaje genetico que albergan.
Las estirnaciones de !as tasasde deforestaci6n para el Mexico varian entre 370 mil
Y 1 500 millones hectAreaspar ana, esto es,
entre 0.8 y 2% anual. Estas divergencias se
deben principalmente ados fuentes de
error: la falta de datos de todo el territorio
que seanconsistentes obtenidos con metodos comparables y a la ausencia de un
rnarco conceptual que permita identificar
entidades geograficas denorninadas segUn
un sistema jerarquico y compatible con la
literatura ya existente. Esta situaci6n hace
que !as estimaciones no sean confiablesy;
como consecuencia, no se disponga de 105
insumos para fundamentar pol1ticas enfocadas a contrarrestar 105procesos de deforestaci6n. Asi, pesea 105esfuerzosde diferentes
sectores gubernamentales y sociales en
Mexico, se estirna que, de la superficie original forestal del pais, al menDs 50 % ha
desaparecido 0 se ha deteriorado de tal ma-
nero que ha perdido su papel eco16~co
ori~nal. POT10 tanto, es crucial promover
politicas que conduzcan a un manejo adecuado del bosque remanente, que permita
su aprovechamiento y conservaci6n de
forma integrada. Para ello, el inventario y el
subsiguiente monitoreo del recurso forestal
son insumos imprescindibles.
La vegetaci6n esconsiderada como el componente del paisaje mas dinaInico, dadasu
susceptibilidad a cambios tanto naturales
como los inducidos pOT el hombre. Esta
ademas,albergamultiples recursos naturales
para el uso directo e indirecto de los venebrados en general y en especial para el
hombre. POTestasy otrasrezonesque revelan
su imponancia, la vegetaci6n (tanto la que
aporta bienes maderables como los no
maderables)necesitaestarbien documentada
en cuanto a diversidad, distribuci6n,
abundancia y grado 0 condici6n de conservaci6n. Los inventarios forestalesrepre sentan
el mecanismo legal para reunir estainformaci6n, y hastaahora se habian venido realizando esfuerzos aislados en Mexico, siguiendo
enfoques geograficos (mapeo de la cobertura) , eco16gicos (basado en los principios
fison6micos y floristicos) y forestales (con
enfasis en la estimaci6n volumetrica del
recurso maderable). La base de datos generada a panir del inventario forestal 2000
reune!as bondades de estos tres enfoques y
permite seTactualizada de manera expedita
al estar organizada en un formato digital
rigurosamente elaborado. Estabasede datos
hacefactible la comparaci6n l6gica con otras
ya exisrentes,como !as del INEGI
(serie II) POT
habeT sido disefiada para tal fin.
c~
64 OC1UBRE-DK:IEMBRE
2001
.13
Indígenas de Atlixco, ca. 1925.
México es de 0.6 hectáreas per cápita; en
Brasil (con una supericie aproximada a 4
veces mayor a la de México) es de 3.4 hectáreas per cápita; y en Colombia (con cerca
de la mitad de la supericie de México) es de
1.5 ha per cápita. Los datos presentados en
este estudio muestran un escenario más
optimista, pues la supericie forestal sensu
stricto (bosques y selvas) de México supera
por 4% los datos estimados por la FAO. No
obstante, México posee supericies forestales menores per cápita si se compara proporcionalmente a los tres países ya antes
mencionados. Estos tres países muestran
tasas de deforestación acelerada y nuestro
país, a pesar de la pobre información existente, parece ir a la vanguardia. Por esta
razón, resulta prioritario contar con bases
de datos robustas, actualizables y disponibles
para múltiples usuarios (e.g., tomadores de
decisiones, políticos, manejadores de recursos) que buscan estrategias de uso y conservación de la vegetación a largo plazo.
EL GRADO DE DETERIORO
14 • CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
Con base en los datos obtenidos se establecieron porcentajes y supericies de cada
una de las formaciones vegetales y tipo de
vegetación. En cuanto a las primeras, una
proporción de cada formación se en- cuentra en algún grado de deterioro, por lo que
los totales deben leerse tomando en cuenta
que cierto porcentaje es considerado como
área perturbada. Los “matorrales” cubren
la mayor porción con casi 30%, esto es,
alrededor de 55 millones de hectáreas; le
siguen en orden descendente los “cultivos”
con 23 por ciento y casi 45 millones; continúan los “bosques” con 17% y más de 30
millones; siguen las “selvas” con 15% y
alrededor de 30 millones, y enseguida los
pastizales con poco más de 10% y menos
de 20 millones de hectáreas. Las otras
coberturas cubren en su conjunto menos
de 10% de la supericie total del país. La
distribución espacial de estas formaciones
de vegetación se muestra en el mapa que
se encuentra en la tercera de forros del
Inventario (mapa de la distribución actual
de la vegetación de Méxi- co). Así, las tres
formaciones de mayor cobertura del país
(matorrales, bosques y selvas), cubren más
de 61% del territorio nacional; pero cerca
de 17% de la supericie del territorio nacional ocupada se encuentra considerado
como vegetación secundaria derivada de
selvas, bosques y matorrales. Es decir, el
mapa muestra un escenario optimista,
pues no denota las supericies de matorrales, bosques y selvas perturbadas que
prosperan en el país. Como ejem- plo,
los bosques que ocupan 16.92% del país,
incluyen 6.34% de áreas de bosques con
predominio de especies secundarias herbáceas y arbustivas.
En lo que se reiere al tipo de vegetación, el “matorral xeróilo” cubre la mayor
supericie con más de 50 millones de hectáreas; le siguen la “agricultura de temporal”
y la “agricultura de riego y humedad”, con
más de 20 millones cada una, esto es, casi
12%. Las selvas caducifolias y subcadu-
Panorámica de Mil Cumbres, ca. 1925.
cifolias cubren más de 20 millones de
hectáreas y los pastizales un poco menos
de esta misma cifra; los bosques de coníferas y latifoliadas menos de 15 millones,
los de sólo latifoliadas 10 millones, y aquellos exclusivamente de coníferas alrededor
de 8 millones; las selvas perennifo- lias y
subperennifolias cubren 10 millones de
hectáreas, mientras que tipos de vegetación como el bosque mesóilo de montaña,
el mezquital y otros más no llegan siquiera
a cinco millones de hectáreas.
USO POTENCIAL DE LOS RESULTADOS
Los resultados generados en el presente
trabajo proporcionan una base de datos
de gran utilidad para las tareas de manejo
y conservación de la biodiversidad, entre
las cuales se destacan tres líneas de trabajo:
la identiicación de áreas de alta heterogeneidad (diversidad Beta), la condición de
las diversas áreas protegidas del país, y la
vinculación entre las diversas bases de da-
tos existentes y entidades geográicas. El
resultado inicial de este inventario muestra
un sistema jerárquico de agregación de la
vegetación que permite elaborar cuatro
modelos cartográicos en forma rápida. El
primer modelo, en la categoría de formación
(escalas entre 1:8 millones y 1:4 millones), permitirá visualizar la heterogeneidad
en todo el país y comparar la proporción de
coberturas alteradas por el hombre con la
de las coberturas naturales. El segundo modelo, en la categoría de tipo de vegetación
(escalas entre 1:1 millones y 1:500 mil),
aporta elementos para la planeación en los
estados, la regionalización y la búsqueda
de entidades ecológicas. El tercer mapa, en
la categoría de comunidad (escalas entre 1:
250 mil y 1:125 mil) muestra la complejidad para el manejo de diversas regiones
en la categoría de grupo de municipios
(región económica). Se podrán generar
políticas de manejo y conservación de
la biodiversidad con base en índices de
heterogeneidad municipal y planes conjun-
tos con municipios vecinos que comparten
comunidades y problemáticas aines. Además, permitirá identiicar áreas de gran
biodiversidad con alto grado de fragmentación. Con esta información se tendría
la base para la elaboración de planes de
manejo regional para modelos de aprovechamiento y conservación en municipios,
comunidades, ejidos y de organizaciones
sociales.
Existen numerosas evidencias empíricas
sobre el papel de la cobertura vegetal en
el balance hídrico en diferentes regiones
ecológicas, así como las consecuencias
ne- ga tivas (directas e indirectas) causadas
por la remoción de ésta en una cuenca. De
manera análoga, la relación entre cober- tura
vegetal y erosión y conservación de suelos ha sido estudiada en forma detallada
durante al menos 70 años. Así, los datos
de cobertura proporcionados por el presente
trabajo permitirán generar modelos de predicción de erosión en los cálculos de obras
de conservación. Disponer de estos datos de
CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001 • 15
LA METODOLOGÍA
En México se han desarrollado
múltiples esfuerzos para la elaboración de cartografía de uso del suelo
y temas relacionados, entre los que
destacan los trabajos de Miranda y
Hernández-X., J. Rzedowski, del INEGI,
el Inventario forestal nacional periódico, de Dirzo y Masera, y el mapa de
vegetación elaborado con base en
imágenes AVHRR. Cada una de estas
experiencias ha sido realizada con
objetivos y con criterios diferentes,
así como a escalas diversas (desde
1:50 000 hasta 1:8 millones). Por la
diversidad de enfoques, objetivos
e insumos, las comparaciones se
diicultan. Por ejemplo, en algunos
casos se enfatiza en la vegetación
potencial y en otros en la cobertura vegetal real del terreno.
Esta actividad comparativa, sin
embargo, es imprescindible para
múltiples ines, entre los que destacan el análisis del cambio del
uso del suelo y la priorización de
políticas de manejo, conservación
y restauración de los recursos naturales en general.
En el país existen, principalmente, datos provenientes de dos
inventarios forestales nacionales.
El primero, iniciado en la década
de los setenta, se basó en el uso
de fotografías aéreas (escala 1:75
mil) y un periodo de trabajo de
campo intenso (más de diez años).
Los resultados se consideraron satisfactorios para el sector forestal
por incluir información de calidad
de sitio para cada entidad geográica. Los datos, no obstante,
resultaron desactualizados al momento de ser concluido debido a
la duración de la interpretación y
de los trabajos de campo, y a que
la cartografía no fue elaborada
con rigor. El segundo inventario
se realizó en un periodo de 2 años
y concluyó en 1994. Los insumos
principales fueron imágenes de
satélite (sensor Landsat TM 5); los
resultados se representaron a una
escala 1:250 mil. En este caso se
redujo drásticamente el periodo
16 • CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
Figura 1. Diagrama de lujo que muestra los pasos metodológicos seguidos en este estudio.
de desarrollo; sin embargo, se
detectaron algunos problemas
relacionados con inconsistencias
en la leyenda (lo cual diiculta su
correlación y comparación) y la calidad de los documentos utilizados
para la interpretación (baja calidad
de las imágenes impresas).
A principios del año 2000 se
inició el trabajo de cartografía del
nuevo inventario forestal. La transformación de un sistema de clasiicación de la vegetación en una
leyenda fue el primer reto de este
estudio. Para tal in se revisaron los
sistemas más convencionales utilizados y de ahí, en conjunto con
el INEGI y la SEMARNAP, se convocó a
una serie de talleres que ayudaron
a generar un sistema jerárquico que
permite cambiar del nivel micro (al-
ta resolución) al macro (baja resolución). Este sistema de arreglo de
la leyenda, además, es compatible
con las experiencias de INEGI (serie
I generada en los ochenta y serie
II generada en los noventa y aún
no disponible para el público en
general), lo que facilita los estudios
de cambio de uso de suelo y por
ende las estimaciones sistemáticas
de tasas de deforestación. Esta nueva leyenda permitió resolver tres
problemáticas: la tipificación de
la cobertura a diversos niveles de
resolución espacial; una organización jerárquica de la vegetación que
incluya criterios deinidos para cada
nivel de agregación; y una representación objetiva de la dinámica
de la vegetación por incluir clases
en continua transformación (el ni-
vel de subcomunidad). Los criterios
para la cartografía de la vegetación
combinaron enfoques biológicos
(elementos como la fisonomía,
fenología, composición lorística,
entre otros atributos) y espectrales
(relectancia de cada cobertura en
las diferentes bandas espectrales).
Para tal in se vincularon, por medio de bases de datos digitales, las
clases informativas existentes (INEGI
serie II) y las espectrales generadas
durante este proyecto. Las bases de
datos de campo de INEGI y la supervisión por parte de los intérpretes
de cada región permitió abordar
las categorías con cierto grado de
perturbación. Esto se indicó con
entidades geográicas que incluyen la dinámica de la vegetación
secundaria arbustiva y herbácea.
La segunda fase del proyecto, en
paralelo con la anterior, consistió
en la formulación del esquema
técnico de interpretación usando
datos actuales del último sensor
de la familia Landsat (ETM +, con
imágenes de noviembre de 1999 a
mayo de 2000). De éstos se derivaron la representación cartográica,
la elaboración de la estructura de
metadatos, y el diccionario y catálogo de datos, y la producción inal, en
concordancia con los lineamientos
proporcionados por INEGI en cuanto a cartografía de la cobertura
vegetal y uso del suelo (fig.1).
Para la interpretación visual se
utilizaron impresiones de los
compuestos a color a escala 1:
125 mil en plóters y papel ambos
de muy alta calidad. El análisis de
los patrones de las respuestas
espectrales se complementó con
los mapas digitales de vegetación
y uso del suelo de INEGI (serie II). Se
optó por la interpretación visual de
imágenes después de una revisión
bibliográica ad hoc. Se prestó especial atención a las ligas entre
hojas de INEGI, de tal manera que
los extremos de cada mapa fueran
coherentes con los de las hojas adyacentes. Asimismo, se realizó un
control de calidad de la etiqueta
de cada polígono tanto en formato
analógico así como mediante un
programa de cómputo que permite
detectar los polígonos vecinos no
probables. Simultáneamente, se
elaboraron espaciomapas (es decir, composiciones de imágenes
satelitales a color, con referencia
geográica) acompañados de la
información topográica básica y
una leyenda simpliicada de rasgos
espectrales.
Tomando en cuenta que un mapa es un modelo de la realidad, y
como en cualquier modelo existe
un cierto grado de incertidumbre,
se incluyó una evaluación de la exactitud mediante un índice. Para esto
se diseñaron líneas de vuelo separadas por una distancia de 50 a 100
kilómetros. A lo largo de cada línea
de vuelo se fotograió con cámaras digitales escala de 1: 8 mil a
1: 16 mil. Para la evaluación de la
exactitud se optó por un diseño estadístico estratiicado mediante el
cual se seleccionaron aleatoriamente
un cierto número de fotografías por
categoría (tipo de vegetación) que
expertos locales interpretaron
visualmente para conformar una
base de datos de referencia que
sirvió de verdad de campo. La base
de datos de referencia se comparó
con la base de datos del modelo
(mapa resultante) para calcular un
índice de exactitud general y por
categoría.
La conformación de la leyenda
incluyó cuatro niveles jerárquicos:
formaciones vegetales (incluye
ocho categorías), tipo de vegetación
(17 categorías), comunidad (47
categorías) y subcomunidad que
indica el grado de deterioro para
la vegetación natural y el tipo de
cultivo para las categorías agrícolas;
el nivel de subcomunidad sólo aplica
para 28 de las 45 comunidades, lo
cual da un total de 75 categorías
en el nivel más detallado. El arreglo
de estas 75 categorías guarda una
relación estricta de acuerdo con el
grado de ainidad entre cada uno
de los cuatro niveles jerárquicos;
la formación bosque, por ejemplo, incluye 4 tipos de vegetación
entre los cuales se encuentran las
coníferas; éstas agrupan cuatro
comunidades (bosques de táscate, oyamel, pino y matorral de
coníferas). Cada una de estas comunidades, a su vez, tiene dos variantes en el nivel de subcomunidad,
la primera que indica dominio de
vegetación secundaria arbustiva y herbácea, y la segunda la condición de
vegetación predominante primaria.
La nomenclatura de la leyenda
adoptó un enfoque predominantemente ecológico y muy difundido
en los diversos sectores dedicados a
la gestión y manejo de los recursos
forestales.
Los productos obtenidos en el
ámbito de este trabajo fueron los
espaciomapas y mapas, escala 1:
250 000 para todo el territorio nacional; la base de datos de cubierta
vegetal en formato vectorial de Arc/
Info y el acervo de fotografías aéreas digitales. Se realizó también un
importante esfuerzo para divulgar
y documentar este trabajo a través
de una página internet, metadatos,
diccionario de datos y glosario donde se describen las categorías de la
leyenda y se deinen los términos
técnicos utilizados.
Finalmente, los sistemas de clasiicación de la vegetación (elaborados bajo enfoques predominantemente ecológicos) provienen de
estudios escala 1 a 1 en los cuales
se utilizan criterios observados en
campo para clasiicar la vegetación
(composición lorística, fenología,
isonomía, estructura, entre otros).
El enfoque forestal también utiliza
observaciones o mediciones en campo y las conjunta con entidades
geográicas delimitadas con base
en fotografías aéreas detalladas en
las cuales se estiman parámetros
como densidad, espesura y altura
del estrato arbóreo. Las categorías
resultantes son, por ejemplo “bosque de oyamel abierto”, “selva
baja, mediana o alta”. La principal
limitación de estos dos enfoques
es que la generación de la información necesaria para describir y
cartograiar la vegetación toma
una gran cantidad de tiempo, de
tal manera que resulta inoperante
en su ejecución para un país tan diverso, extenso y dinámico como México. Por el contra rio, el mapeo de
la cobertura vegetal basado en el uso
de las imágenes de satélite presenta numerosas ventajas entre las cuales se pueden mencionar la visión
sinóptica, el bajo costo, la rapidez
de adquisición y procesamiento.
Sin embargo, existen ciertas consideraciones que deben tomarse
en cuenta.
1) La resolución espacial. En las
imágenes Landsat que se utilizaron
cada pixel mide aproximadamente
30 m, de tal manera que los objetos más pequeños que se pueden
distinguir claramente son los que
están representados por varios
pixeles (1 hectárea). Con base
en estas imágenes no es posible
inducir con certidumbre criterios
como densidad de árboles, por
ejemplo.
2) La información espectral. Una
imagen está compuesta por varias
bandas que indican la cantidad de
energía que relejan las cubiertas
del suelo en distintas porciones
del espectro, generalmente del
visible y del infrarrojo. No existe
una correspondencia perfecta entre respuesta espectral y tipo de
cubierta, es decir que dos cubiertas
que se pretende distinguir pueden
presentar respuestas espectrales
muy similares o bien que a veces
un mismo tipo de cubierta puede
presentar distintas respuestas
espectrales según su estado. Si
se utilizan imágenes de una sola
fecha no se pueden aprehender
características como los cambios
fenológicos de la vegetación en
el transcurso del año. Durante la
interpretación visual de una imagen de satélite el intérprete utiliza
también criterios como la textura,
la forma o la ubicación de los objetos, así como su propio conocimiento, lo que limita parcialmente
el problema de confusión espectral
que mencionamos más arriba.
Las imágenes de satélite resultan
ser una herramienta limitada si se
pretende llegar a una clasiicación
que tenga el nivel de detalle de estudios realizados con trabajo de campo y
con fotografías aéreas de pequeña escala. Resulta entonces muy atractiva
la conjunción de ambos enfoques,
lo cual reúne las ventajas y excluye
las limitaciones de cada aproximación.
En el Inventario Nacional Forestal
2000 se buscó integrar estas
ventajas, incluyendo los trabajos
de campo de INEGI (escala 1:1) a
partir de los cuales se derivan las
etiquetas; la rodalización utilizada
para la serie II del mismo INEGI que
se representan en un formato vectorial en un sistema de información
geográica y las imágenes de satélite del año 2000 para lograr un
producto actualizado, expedito y
robusto técnicamente hablando.
La estructura y conceptualización
de la leyenda (simpliicada de 642
a 75 categorías), la interpretación
supervisada por diversos grupos de
expertos y el procesamiento de la
información satelital fueron condiciones imprescindibles para lograr
un resultado aceptable en este estudio. La generación de una nueva
cartografía basada únicamente en
la información satelital no hubiera
permitido llegar a este grado de
detalle.
CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001 • 17
Platanal, Atoyac, ca. 1923.
manera general y regional, así como en lo
referente a las cuencas, permite describir,
explicar y predecir los patrones de erosión
laminar y en cárcavas, y estimar la producción de sedimentos y la tasa de depósito
en niveles de base locales y regionales. Asimismo, estos datos ofrecen la posibilidad
de establecer escenarios de simulación para
pérdida de suelos y para catástrofe de eventos
extraordinarios. La cobertura vegetal y los
cambios en el tiempo de la misma tienen
un papel fundamental en ambos procesos.
Particularmente, los riesgos y procesos
influidos por la cobertura son aquellos
desencadenados por eventos hidrometeorológicos extraordinarios, es decir, de
alta magnitud pero de relativamente baja
frecuencia. La cobertura vegetal, particularmente la forestal, actúa como elemento
protector de las laderas frente a dichos
eventos, cuya dinámica es inluida por la
interferencia antrópica en los patrones de
cambio global. De la misma manera que
en los casos anterio res, los datos proporcionados por este trabajo contribuyen a
deinir cuáles son las zonas susceptibles de
18 • CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001
sufrir altos grados de afectación por efectos
de eventos extraordinarios. Por lo tanto, el
componente cobertura es clave en los modelos de predicción de desastres.
Uno de los indicadores más importantes de
un desarrollo balanceado con la conser- vación de los recursos naturales, mudial- mente
y en nuestro medio, es la cuantiicación del
cambio en la cobertura y uso del suelo. La
deforestación es un proceso cuyo desarrollo
se ha acelerado en regiones intertropicales, a
favor de políticas de incre- mento de la productividad económica (usos maderables),
pero no del desarrollo inte- gral, o bien, por
falta de control en la imple- mentación de
políticas correctas. El cambio drástico de
áreas perturbadas por áreas totalmente antropizadas, aunado al incre- mento del CO2
en la atmósfera producto de la actividad
humana, ha sido considerado como la mayor causa de pérdida de germo- plasma de
manera global. Desde esta pers- pectiva, la
conservación y restauración de la cobertura vegetal primaria y las diversas fases
sucesionales son prioritarias para asegurar
aspectos esenciales de la calidad de vida
del hombre. Así, los estudios detallados
que documenten la dinámica del cambio
de uso del suelo permitirán conocer las
tendencias que llevan a que un tipo de
vegetación sea sustituido por otro y por
lo tanto las implicaciones que tiene esto
en el CO2 existente. Con la información
adicional de las tasas de incremento anual
por especie característica de cada una de
las comunidades de vegetación se podría
calcular el total de CO2 que potencialmente
es posible capturar por tipo. Esto, multiplicado por la supericie que ocupa cada
comunidad, se podría traducir en el total
de toneladas de CO2 que se capturan por
año. El impacto que ejerce el cambio de
uso de suelo en los patrones climáticos
aún necesita ser evaluado y desarrollado,
así como la información complementaria
necesita ser generada por medio de futuras
investigaciones, pero el insumo básico de
todo el país ya se encuentra disponible en
formato digital.
El uso de la percepción remota coloca al
usuario en la necesidad de clasiicar, no ob-
jetos naturales, como ocurre durante el trabajo de campo, sino objetos espectrales, es
decir, caracterizados por su respuesta espectral en las bandas que el sensor detecta.
Esta limitación determina la capacidad de
discri- minación de clases informativas (es
decir, congruentes para su uso en la toma
de deci sio nes) y debe ser compensada por
la posibilidad de mapear grandes zonas
(capaci dad sinóptica de los sensores, sean
fotos o imágenes). El inventario forestal
indica que es posible fusionar un enfoque
espectral de interpretación (cartografía de
vegetación usando imágenes de satélite,
con resolución de 30 m en el terreno), con
datos preexistentes obtenidos mediante fotointerpretación, interpretación de imágenes de satélite, e intensa veriicación de
campo (datos proporcionados en formato
digital por INEGI, serie II de cartografía de
uso del suelo y vegetación). De esta manera,
y siempre y cuando los intérpretes tengan
buena experiencia de campo, una estrategia
de mapeo puede beneiciarse de estos dos
componentes. En cuanto a la interpretación
de imágenes, haber optado por un esquema
de trabajo visual (y no automatizado, supervisado o no), a partir de propuestas como las
de Batista y Tucker, y Sader y colaboradores,
permitió incorporar toda la experiencia de
los intérpretes, y no invertir el tiempo en tratamientos automatizados que luego deben
editarse de manera pormenorizada.
De este estudio se deriva la necesidad de
actualizar y monitorear de forma permanente la cobertura vegetal. La realización
de inventarios en lapsos de meses es
com- plicado y arriesgado, considerando
la diver- sidad de condiciones que caracterizan a México. Otros países (como
Canadá, Japón, Costa Rica) cuentan con
parcelas permanen tes de monitoreo y un
sistema de almacenamiento de la información que se va gene- rando de manera
local y periódica. Los inventarios forestales
en estos países, por lo tanto, consisten en
un ejercicio de actua- lización continuo.
Esto se favorece, por un lado, al contar
con información actualizada, y por el otro
con la capacidad de generar información
expedita. De esta forma se puede alimentar
un sistema de información geográica que
apoye las tareas de toma de decisiones.
Para tal in, en México se hace necesario
incluir la información de bases de datos ya
existentes (INEGI, CONABIO) para incrementar
de manera sustancial la exactitud y haber
generado un mecanismo de integración
de datos puntuales (observacio- nes de
campo) con entidades cartográicas. Por
otro lado, está pendiente la cartografía de
formas del relieve, a diferentes escalas, de tal
manera que pueda ligarse a la cartografía de
suelos y aptitud de uso, por un la do, y de
vegetación, por el otro. Este instrumento sería
de gran utilidad para tareas de evaluación de
aptitud, conlictos de uso, y planiicación del
medio físico, todos ellos insumos críticos del
ordenamiento ecológico.
El esfuerzo interinstitucional (SEMARNAPINEGI-UNAM) resulta muy provechoso en la
deinición de metas, objetivos, estrategia y
ejecución del proyecto de manera exitosa
en un lapso menor al año. Las bases de datos espaciales (mapas y espacio-mapas) y
estadísticas obtenidas conforman un acervo importante acerca de la información
sobre recursos naturales del país. El reto
consiste en utilizar esta información para
enriquecer procesos analíticos tanto del
gobierno como de los sectores académico,
privado y social.
AGRADECIMIENTOS
Los resultados provienen del proyecto Inventario
Forestal Nacional 2000 realizado por el INEGI y la
UNAM y financiado por SEMARNAP. Agradecemos el
apoyo brindado por la M. en C. J. Carabias, el Dr.
F. Tudela y el Dr. J. del Valle. El Dr. A. Challenger y
la Biól. M. García Rendón ayudaron en la coordinación operativa y técnica del proyecto. Damos un
especial reconocimiento al Biól. F. Takaki, Biól. A.
Victoria y al Dr. J. Rzedowski por la colaboración
en el desarrollo conceptual del proyecto y su ejecución técnica. La geógrafa M. E. García Villagómez
elaboró el mapa que se muestra en la tercera de
forros. Finalmente reconocemos el apoyo de los
otros 52 colaboradores que trabajaron de tiempo
completo en la ejecución de este proyecto.
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JORGE PRADO
GEOGRAFÍA; GERARDO BOCCO
GÓMEZ RODRIGUEZ, INSTITUTO
DE
Y
GABRIELA
ECOLOGÍA; FRANCISCO GONZÁLEZ
CIENCIAS 64 OCTUBRE-DICIEMBRE 2001 • 19