IMBRICACIONES
Con Rosario Bernatene.
VIDA COTIDIANA DE HOMBRES Y ARTEFACTOS
Rosario Bernatene y Pablo Ungaro
Ponencia presentada en el
IV Encuentro Nacional de Historia Oral
Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires – Agencia nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
Buenos Aires 25, 26 y 27 de agosto de 1999.
INTRODUCCION
Yo no sabía.
Canale, Guillermo, inédito
“Yo no sabía”. Lo decía con voz cansada y bajito.
“Yo no sabía, que si hubiera sabido, no sé, hacía alguna otra cosa...” Y con la mano acariciaba con cuidado la cabecita del bebé. Paseaba los dedos con cariño por los ojitos cerrados, las manitas yertas, los labios violáceos.
“No sé, hacía alguna otra cosa, qué sé yo, quemaba alcohol... Porque el frío le hacía mal, le daba un catarro muy fuerte” . Miraba de reojo las grietas que nunca terminaban de cerrar en las chapas de la pieza.
“Yo no sabía”. Era como una letanía, mientras acariciaba la carita amoratada y fría.
Sólo después de un rato permitió que se llevaran al bebé.
Y sacaron el brasero al patio.
En el diálogo entablado entre las proposiciones de la tecnología y las recepciones de los usuarios
Entendemos la noción de usuario mucho más abarcativa que lo referido estrictamente a niveles de "uso" meramente instrumental de los objetos. O bien ampliamos la noción de "uso" hasta abarcar cuestiones simbólicas, afectivas, de dependencia, alienación, etc En síntesis, se trata de una suma de cuestiones operativas y de significación., se presenta una interacción dinámica.
En efecto, no es el de los usuarios un rol meramente pasivo en la recepción de los productos tecnológicos. Ni son los objetos meros instrumentos funcionales.
A diferencia del etnocentrismo de las prácticas de uso propuestas por la Tecnología, la forma, los códigos y convenciones de apropiación son culturales y variables según los diferentes públicos.
El mundo de los artefactos, limita la producción de sentido, pero no la agota.
No habría así, una lectura universal y abstracta de cada producto, sino distintas comunidades de interpretación. Y esto sucede porque los objetos proponen múltiples niveles de significación: en lo económico, lo histórico, social, estético, funcional.
Esto nos habla también de una pluralidad del mundo del usuario y de una pluralidad de públicos.
A pesar de la globalización, el público nunca es uno, sino muchos y cada artefacto se
re-escribe de un modo particular en la vida de cada persona.
Historia Oral ¿Qué se busca en los testimonios?
Buscamos observar cómo se re-escriben las tecnologías y los artefactos en el cuerpo, las conductas y la memoria de las personas, en qué consiste y cuál es la extensión de esa reescritura. Para esto consideramos los registros como la construcción de un nuevo texto.
Una posibilidad de indagar esa re - escritura estaría dado por su rastreo en la literatura y la poesía argentinas, pero sólo nos interesa esta vía de modo tangencial.
No perseguimos investigaciones cuantificadoras ni obtener registros estadísticos de los testimonios. Apelamos a los números cuando es necesario ilustrar un testimonio con la fuerza de un dato oficial: el crecimiento de las unidades de máquinas de coser producidas en la Argentina entre el '40 y el '60 por ejemplo.
Tampoco nos contentamos obviamente con una mera tarea de compilación. Si bien ésta tarea de por sí es valiosa, y es un paso inicial que debemos encarar, tratamos de que nuestra búsqueda contribuya al conocimiento de diferentes ramas del saber: a la Historia del Diseño Industrial y a la práctica de las disciplinas proyectuales por un lado, a la Historia de la Técnica y de la Industria Argentina por otro y finalmente a la Historia Argentina a secas.
Sí nos interesa sacar a los usuarios del estado de bichos de bioterio, cual piezas de análisis conductista de un laboratorio.
Nos interesa jerarquizar los testimonios elevándolos a la categoría de registros poéticos, donde buscamos extraer las metáforas que iluminan las relaciones con el mundo de la época y las huellas de una subjetividad conjunta.
Rescatamos aquéllas instantáneas de hombres interactuando con cosas, y de su observación tratamos de dilucidar que le dio el uno al otro.
Es que en el trato con los objetos, no hay distancia crítica, hay pegoteo, fusión.
Pues en la decisión y disposición sobre los objetos - aún en la pobreza- el hombre está obligado a medirse con su propio modelo de felicidad y su escala de valores. Y, - sabemos -, la mayor parte de estas asociaciones no transcurren de modo racional.
La distancia crítica viene a posteriori del contacto y tras un esfuerzo de separación entre el Sujeto y el Objeto que ocurre ya en el plano del conocimiento científico y tampoco de un modo absoluto.
Mientras tanto, sólo hay relaciones de seducción, amor - rechazo, alienación, dependencia o liberación.
Sin este espesor "biográfico" que proponen los objetos no habría lugares de anclaje para la memoria de sucesos y personas.
Este descentramiento de la relación Sujeto- Objeto, cuando advertimos que no somos los hombres los que sostenemos esta relación sino que son los Objetos los que también nos sostienen a nosotros nos causa un cierto estupor. Sin embargo este descentramiento del lugar en que nos colocó Descartes y luego el humanismo renacentista y la Ilustración no tiene nada de peligroso. Significa que uno se pierde de un cierto lugar para encontrarse en otro.
Hay mensajes en los objetos cuya única forma de leerlos es a través de alguien que tiene palabra. Nosotros leemos las palabras de los testimonios para rescatar, traducido o transfigurado por las personas, lo que los objetos tienen para decirnos.
Los artefactos son mucho más que " prótesis - como las ve Maldonado- individuos técnicos que vienen a reemplazar las faltas, innatas o adquiridas- del hombre en su relación operativa y/o comunicativa con el ambiente físico y social."
Maldonado, Tomás. El futuro de la Modernidad Jùcar Universidad Barcelona 1990
Un hombre con un artefacto es mucho más que un "hombre + un artefacto" como pretende Maldonado. El Walkman adosado a los oídos no viene a reemplazar ninguna falta ni representa ninguna extensión de nuestro cuerpo, sin embargo es otro hombre el que camina.
Buscamos, en última instancia, trascender el tipo de análisis Texto- Contexto, tan caro a la Sociología estructuralista de los años '70. Aquél tipo de análisis que pretendía agotar la comprensión de un objeto, una obra, a través de las condiciones sociales, económicas e históricas de producción. Superar sus limitaciones y entender un Texto a través de otro representa el corazón de esta investigación.
Historias argentinas
La historia argentina está llena de situaciones particulares, anécdotas, situaciones insólitas y tragicómicas sobre estos temas.
A las destrezas e ingenios desarrollados en la época de la Sustitución de Importaciones, para fabricar de forma casi casera los insumos imposibles de importar, debe agregarse la experiencia de gran cantidad de inmigrantes que habían vivido la guerra y traían consigo un cúmulo de actitudes y costumbres asociadas a estrategias de supervivencia y conservación.
De estas dos importantes experiencias queda un extenso anecdotario de habilidades manuales y apelaciones a recursos insólitos tanto como la tendencia obsesiva al guardado de innumerable variedad de utensilios y elementos en su mayoría inútiles, para el "día en que sean necesarios". Así, encontramos desde corchos hasta tapones de bolsas de agua caliente, entre insospechados deshechos en galpones atiborrados, hasta el ingenioso arte del infinito "reciclaje".
También fue muy particular de nuestra historia las generaciones de "inventores locos", descripto por Beatriz Sarlo
Sarlo, Beatriz. La imaginación técnica Editorial Nueva Visión Buenos Aires 1992, sobre la fascinación que la técnica ejerció entre los varones de las décadas del '20 al '30 sobre todo, pero que se extendió por mucho tiempo más y que derivara en relaciones fantásticas y hasta míticas con la tecnología.
Periodización
El período de 50 años que concentra la investigación va desde la década del '40 a la del '90. Su elección no es fortuita, no ha sido operativa ni técnica. Sino que se fundamenta histórico - socialmente.
Corresponde, en el ámbito nacional, a un ciclo que se abre con un impulso político, crediticio y cultural incipiente para el desarrollo propio de las tecnologías, - y que con altibajos logró mantenerse hasta los '70-, a la anulación lisa y llana de esta capacidad hacia los '90, provocada desde el ascenso de la dictadura en el '76, con la apertura global de las importaciones y la fuga de un importante caudal de científicos.
En el consumo se registra como el pasaje desde un tímido "compre nacional" al consumo preferencial de marcas extranjeras por achicamiento, desprestigio y desmantelamiento de la industria nacional.
Se observa en todos los artefactos estudiados, un despegue en sus producciones locales hacia los '40, coincidente también con una difusión masiva de la electricidad y la aparición competitiva de nuevas fuentes de energía.
Este período, a su vez, corresponde no sólo a la vida de un solo hombre sino que se encuentran implicadas al menos tres generaciones.
Contamos con dos maneras de obtener registros orales: una espontánea, de la propia gente que decidió responder por escrito a una convocatoria sobre historias de vida hecha a través del Clarín Porteño
Sección pequeña, que dentro del diario se ubica en la última página y cuenta anécdotas y mensajes propios de la edición y de los lectores.
Las revistas utilizadas fueron Mía, Para Ti y Luna del año '96. y varias revistas femeninas, y otra, a través de entrevistas a informantes calificados.
Para la elección de los informantes se tuvo en cuenta que sus historias de vida permitan reconstruir los modos de calefaccionar ambientes, cocinar, y vincularse con la radio, máquinas de coser y otros elementos domésticos desde 1940 a 1990, por lo que elegimos personas que en 1940 contasen al menos con 10 años de edad, lo que se supuso, permitiría un recuerdo bastante nítido.
Los cortes temporales vendrían dados por el mismo informante a partir de sus propios episodios personales, incorporación de nuevos artefactos, cambios de domicilio, matrimonio, etc.
Así se descubre, a través de los registros, que las personas que eran jóvenes en los años '30 y '40, pertenecen a una generación que se sitúa en el límite entre la "tradición" y la "modernidad".
Entendiendo "tradición" como un conjunto de prácticas que se repiten dentro de la vida privada de las personas, que imponen cierta continuidad, heredadas de generación en generación, mantenidas algunas, con ligeros cambios, desde tiempos remotos. Y por "modernidad" un recorte histórico-conceptual marcado esencialmente por un régimen de temporalidad particular, "expresado por la aceleración con que el futuro viene a nuestro encuentro y porque este futuro está ligado a la idea del Progreso. En lo cotidiano se expresa, a diferencia de la continuidad de las tradiciones, como una serie ininterrumpida de rupturas tanto en los equipamientos como en las conductas ligadas a su uso, códigos y costumbres.
(Para definición de Modernidad y ampliación de lo expuesto ver Koselleck, Op cit)
Pero también es la generación que comienza a disponer de nuevas fuentes de energía y que identifica al "progreso" como la rápida incorporación de estos nuevos combustibles y artefactos, una generación que inaugura, a escala popular, una nueva perspectiva histórica.
Las prácticas cotidianas de estos hombres y mujeres se verán notablemente modificadas en el transcurso de la niñez a la adultez, y en ese "cambiar" se alimentará el concepto de "confort", que en Argentina se refiere ya en 1911 a la "comodidad, bienestar material de que se goza en el hogar"
Segovia Lisandro. Diccionario de argentinismos. Buenos Aires 1911 pág. 390
Método
Para la toma de los registros se optó por utilizar el grabador aún sabiendo que el uso, la presencia del grabador, puede modificar la actitud del entrevistado.
Con respecto al cuestionario base se pensó más que un cuestionario, una guía para el entrevistador.
La evocación emocional pareció ser la puerta de entrada a temas más puntuales, porque comprobamos que era más difícil lograr una "evocación emocional" luego de referirse técnicamente a los artefactos o sistemas, que haciéndolo en una primera instancia.
La transcripción de entrevistas grabadas se ha realizado sin signos de puntuación, a los efectos de no interferir en el relato.
Problemas a afrontar con la investigación
Lo desarrollado anteriormente se inscribe en la tensión entre la consideración de la no-neutralidad de las tecnologías, con la pretensión universal de sus usos y aplicaciones, que impondrían su impronta
"Impronta" entendida como normas y sistemas de uso, legitimación y jerarquización social. sobre las sociedades y las culturas; y la necesidad psicológico-social de creer que ese mundo es controlable a través de prácticas culturales (políticas, ideológicas, artísticas), que serían en definitiva las que propiciarían, aceptarían o rechazarían determinadas creaciones tecnológicas.
Se presentan aquí varios problemas que intentaremos dilucidar para el análisis:
1- No neutralidad de las Tecnologías.
Damos por descartada la neutralidad de los productos tecnológicos, o la concepción de la técnica como una mera cuestión instrumental, dado que cada instrumento o artefacto trae consigo un modo de ver, de acceder y de interactuar con la realidad, casi una manera de instalarse en el mundo
“Hay quienes propician una apropiación pragmática de las posibilidades de la tecnología, entendiendo que Técnica es uso pragmático frente a los problemas de la realidad. Un tecnicismo antiintelectual que opone la idea de cultura técnica a la de cultura intelectual.” comenta Francisco Liernur en su prólogo a Dal Co, Francesco, en "Dilucidaciones. Modernidad y arquitectura" Paidós estética.
”El instrumento no es neutral en la prefiguración de un objeto, y dependerá de cuál se utilice para que éste sea intencionado de manera diferente. No “da” lo mismo proyectar utilizando croquis, cerámica o un gráfico producido por ordenador. La no neutralidad del instrumento es un dato que debe ser comprendido por el diseñador y en consecuencia aprovechado en sus posibilidades expresivas. El contexto global, con la ‘suma de conceptos que provee’ orienta hacia la valoración de cada forma, conseguida según la consecución de determinados instrumentos.” Adriana Cortese en “Diseño y Morfología. Los signos del racionalismo y del post racionalismo en objetos de diseño industrial” . Edición de la autora. FADU UBA Buenos Aires 1990.
2- Secuencialidad de los acontecimientos
Otro aspecto del problema a considerar es si el mundo de la Técnica Moderna representa un universo autónomo, con sus propias leyes y su propia normatividad, que se realimenta a sí mismo y no necesita de las Sociedades nada más que se presten como campos de aplicación y de multiplicación de sus hallazgos.
En efecto, “mientras concibamos la técnica como instrumento, vamos a permanecer apegados a querer dominarla y omitiremos la esencia de la técnica.” Heidegger, Martín. Ciencia y técnica. La pregunta por la técnica. Editorial Universitaria Colección El saber y la Cultura Santiago de Chile. 1984 págs. 92, 103, 106
Y -en el pensar de Heidegger-, lo que la esencia de la técnica moderna devela, es aquélla permanente actitud pro-vocante, que pretende que la naturaleza provea una energía y recursos -incluídos los humanos- que en cuanto tales, puedan ser extraídos (o explotados), acumulados y puestos a disposición como stock para el consumo.
Donde cada ente es entendido desde el horizonte de la utilidad : aquel ordenamiento o comando de lo que es necesario apoderarse para ser organizado y estar disponible para el consumo en el ente global.
Donde no tiene objeto la reparación, porque todo debe ser consumido ya y reemplazado de antemano. Y así, ser sustituto y ser reemplazable son modalidades de todo ente dentro de los confines de la modernidad.
De aquí que resulte vana la pretensión de una apropiación de los productos de la técnica moderna, sin “contaminarse” de sus alcances y prerrogativas.
Dicho más claramente, a posteriori del surgimiento de cada producto o de cada nueva tecnología se crea un espacio cultural a su alrededor que propicia o rechaza la apropiación de estos. En este campo se ubica nuestra investigación, en los aprovechamientos particulares y diferenciados que hemos hecho de algunas tecnologías.
Pero esto sucede a posteriori de la aparición de ciertos desarrollos. Por lo tanto la cuestión se desplaza hacia la secuencialidad de los acontecimientos.
Si la Técnica Moderna o la lógica de los Institutos de desarrollo tecnológico imponen sus creaciones a un público que en el mejor de los casos, puede decidir qué y cómo tomar estos productos, pero que le son impuestos sin siquiera tener expectativa previa de ellos, la pregunta pasa a ser si es posible cambiar el orden de esta secuencialidad, y que sean las expectativas culturales, políticas e ideológicas las que ordenen la producción tecnológica.
Las oficinas de Marketing nos hacen creer que esto es así, que nuestros gustos y aspiraciones son tenidos en cuenta y es más, nos dicen que están abocados a la detección de nuestras nuevas necesidades. Sin embargo, a poco de observar en qué cuestiones somos tenidos en cuenta, advertimos que es acerca de cuestiones absolutamente irrelevantes y que ninguna presupone cuestiones importantes de decisión y poder.
3- Globalización
El arquitecto argentino Cesar Pelli permanentemente aclara que sus torres son diferentes según sea el entorno geográfico y cultural donde se levanten. Esto se anticipa al temor -no ya sobre las torres mismas- sino a su proliferación. Expresa el temor de que el paisaje de Praga se torne idéntico al de Manhattan o Hong Kong. Justamente, los nuevos diseños se instalan en esa tensión : entre prácticas y tecnologías homogeneizantes y la necesidad cultural de que no todo se vuelva homogéneo.
Por lo tanto, detrás de nuestras investigaciones hay un trasfondo problemático, que decidimos mantenerlo así, como problema, para dejar el espacio libre a las distintas respuestas que provengan de los relevamientos de campo.
Experiencia y expectativa
Como se observa en los párrafos anteriores, hemos escogido las categorías de "experiencia " y "expectativa" extraídas de la Historia Conceptual
corriente historiográfica alemana desarrollada por Reinhard Koselleck en su libro Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos. Paidós Basica. Barcelona 1993 o Histórika de Reinhard Koselleck por resultar funcionales y congruentes para relacionar las prácticas de uso cotidianas con un recambio tecnológico y tipológico permanente. Aluden al "movimiento" presente en el recambio y la sucesión de distintas producciones.
Pero la elección de estas categorías no supone la solución a la problemática planteada anteriormente, sino que colaboran en su planteo.
En efecto, en una primera aproximación se piensa que el recambio de técnicas y artefactos responde a una "expectativa" si no ya sobre los artefactos mismos, al menos sobre una expectativa de "progreso" general, que acepta y acompaña el devenir de las innovaciones. Y esta "expectativa" de mayor confort, estaría basada en la "experiencia" de situaciones de disgusto y disconfort pasadas.
Es casi "natural" e inmediata la adopción de productos que solucionan problemas reconocidos o alivian pesadas tareas.
Sin embargo, esta explicación tan simple, choca con la observación de situaciones de franco rechazo, demora o resistencia en la adopción de ciertas nuevas tecnologías, que no eran expresión de ninguna expectativa particular ni general.
Esto presupone admitir que hay una gran parte de los desarrollos que no responden a expectativa real ni manifiesta de grandes grupos de población.
Temporalidad
Por lo tanto la ausencia de expectativas sobre amplios desarrollos de la industria que luego son resistidos o admitidos con dificultad, nos habla de un forzamiento, de un "llevar a la rastra", de un estar exigidos y tironeados por fuerzas que no logramos dirigir ni manejar. Resulta evidente que la temporalidad de las renovaciones tecnológicas es distinta de la temporalidad de los usos y rituales de apropiación.
La velocidad y la aceleración en el cambio permanente son vividas con estupor, ansiedad y a veces con angustia. Exige una sobreadaptación y a menudo quedamos en "situación de discapacidad"
"Discapacidad situacional": término proveniente de la ergonomía francesa que designa aquellas situaciones donde las personas, más allá de sus capacidades físicas efectivas, no se encuentran en condiciones de responder a la medida de sus expectativas y conforme a lo que entienden como respuesta satisfactoria. con respecto a los nuevos aparatos.
A tal punto, que la mayor expectativa social sobre la formación en las escuelas, reside hoy en día en el dominio de nuevas tecnologías, y generalmente asociado a "estrategias de pertenencia a la sociedad, un reaseguro contra el peligro de la exclusión.( ) La cultura en este momento, es más instrumental que formativa."
Ana Wortman, socióloga argentina en entrevista de Clarín del 21 de febrero de 1999 "Ser culto hoy es manejar tecnología".
Análisis de textos
Para la presente ponencia se seleccionaron tres testimonios para su posterior análisis. Están referidos a distintos objetos de uso cotidiano en el ámbito doméstico: artefactos y sistemas de calefacción, máquinas de coser y radios. Se han escogido por la variedad de aportes y relaciones que ofrece cada uno.
(Se respetan puntuaciones, mayúsculas y faltas como en el original)
ENTREVISTA 8
Informante: José Messina, La Plata 1930, estudios secundarios
Cuando era bebé a los niños nos fajaban hasta el cuello lo único que quedaba afuera era la cabeza las fibras que se utilizaban en las vestimentas eran más cálidas (algodón y lana) que las sintéticas que son más frías.
Antes de nacer mis viejos tenían solo una habitación con una mesita precaria y arriba un calentador primus a kerosén que servía para calentar y cocinar pero ya tenían un brasero.
Cuando nací yo ya teníamos una pieza y una cocina (la casa era de madera afuera forrada de cinc el techo también de cinc por dentro forrada toda de machimbre y los pisos de tierra y la letrina en el fondo).
De chicos siempre jugábamos con el fuego hacíamos un pozo y encendíamos una fogata y para asustar a alguna chica agarrábamos un tizón y lo soplábamos y con la luz de las brasas se exageraban los rasgos y parecía una calavera y ellas rajaban.
El ambiente se calentaba de dos maneras una mientras se estaba cocinando que se cocinaba con una cocina económica a leña (un fogón de ladrillos mampostería una especie de cuadrado abierto donde se encendía el fuego y se apoyaban las ollas, al tiempo le agregamos una plancha de hierro fundido arriba ahí se hacían los bifes se hacía todo) y los ambientes eran más reducidos una habitación una cocinita y pará de contar el que tenía cocinael que no tenía todo en una misma pieza (empezaba así la gente) o también se ponía en la habitación un braserito un pequeño brasero de tres patas de hierro fundido y al principio una lata de aceite de 20 litros (cuadrada) se le hacía un agujero una boca y arriba se le ponía una especie de rejilla y se cargaba con las brasas.
En esa época había mucha caña y árboles secos el fuego se encendía afuera luego cuando se hacían las brasas se llevaba adentro como estaban las brasas al rojo no había peligro de gas de carbono.
En mi caso mi hermano y yo (tres años de diferencia) el mayor cuidaba al más chico para que no se queme y mi mamá se encargaba de la casa así que ella mantenía el brasero prendido había peligros comunes de la casa por ejemplo mi hermano se quemó el pecho con sémola caliente que estaba en la económica.
En el fondo siempre tuvimos un horno para hacer el pan y las pizzas y se usaba siempre tanto en verano y en invierno mas o menos se encendía una vez por semana para hacer el pan. Mi mamá era experta porque allá en Italia hay horno en todas las casas (actualmente también) además como el hombre sale a trabajar la mujer siempre se encargaba de encenderlo y cocinar pero nunca lo usábamos como elemento de calefacción ni nos acercábamos en invierno para calentarnos con él.
Después aparte para calentar la cama para dormir tranquilo se ponía un ladrillo en el brasero y cuando estaba caliente se envolvía en un trapo o diarios y se lo metía en la cama y se calentaba los pies el pecho o la espalda.
También se usaba el mismo brasero para poner un recipiente a hervir eucalipto para perfumar el lugar e inclusive servía para descontaminar y hacía bien a los bronquios a la parte respiratoria también se ponían sobre el brasero cabezas de ajo enteras batatas o papas dulces naranjas salvia y sauco .
El brasero siempre en el centro porque irradia el calor y se ponía las sillas cerca alrededor era muy raro que se ponga el brasero debajo de la mesa cuando se comía y también era peligroso porque siempre nos enterábamos de criaturas que se caían arriba del brasero.
Los recuerdos más lindos son cuando uno era chico y lo relaciono con el brasero una época más pura más sana no es que yo sea un necio que estoy en contra del modernismo pero estoy hablando de la calidez.
Con el brasero se ve el fuego y hay un punto de euforia porque cuando uno lo mira al fuego es como una droga visual yo conozco personas que se quedan ensimismadas con el fuego a mi me gusta más mirar el fuego cuando se cocina el asado que comerlo.
Antes nos reuníamos en torno al brasero pero no como ahora estamos frente al televisor porque frente al televisor uno tiene que hacer mutis y frente al brasero no ahí charlábamos cambiábamos ideas cuentos las vivencias lo que pasó en el día con el tevé no se dice shh cállate que está fulano.
En el año cuarenta más o menos incorporamos una estufa a kerosene el quemador transforma al combustible en gas con un mechero con válvula de punto .
En la escuela primaria no había calefacción central ni ninguna otra no había nada absolutamente y nosotros en invierno esperábamos que venga el recreo para ir a correr y sacarnos el frío yo me descompuse más de cuatro veces porque pisábamos la zanjita congelada y te tenían que dar un poquito de Licor de las Hermanas.
Después seguí estudiando en la escuela de la base del Astillero, estamos hablando del año 44, y tenía calefacción central de vapor con radiadores. Había un radiador por cada aula y no se sentía frío además por la misma juventud no te daba para tener frío ahí.
Cuando entré a trabajar en el astillero nos moríamos de frío. ¿Sabés lo que es estar en invierno al lado de un biela de 800 kilos de fierro que chupan frío y todos galpones de cemento ? Nos poníamos dos pares de medias de lana camiseta y tampoco podíamos estar con mucha ropa sino como te movías para trabajar cuando vinieron los italianos dijeron que nosotros estabamos locos que semejante edificio (300 metros de largo por 100 de ancho y diecisiete de
altura ) porque no había calefacción de ninguna especie decían que tenían que usar calefacción a vapor o algo .
Recién alrededor del setenta me pasaron a una oficina y teníamos una estufa eléctrica a resistencia esas redondas con una resistencia enrollada en un conito de cerámica.
Después en la casa compramos una estufa con las cuatro velas un quemador
por cada velas de estas que eran de cerámica y la llama azul se elevaba
hasta calentar estos radiantes y se le daba bomba y andaban bárbaro pero una
vuelta hubo problemas porque se tapó y yo casi me quemo vivo y tuve que
sacarlo afuera porque casi se incendia la casa no es como el gas.
Mamá era muy tradicionalista y seguía usando el brasero que para ella era
alguien más de la familia y cuando ya estaba muy viejita para evitar el
peligro y además mis hijas eran chicas y mamá se dormía en la silla al lado
el brasero le hicimos entender el peligro y decididos sacárselo mas o menos
en el año 72.
Del cuarenta y cinco en adelante se empezó a utilizar el gas licuado con los
tubos pero nosotros lo utilizábamos solamente en la cocina y la estufa
siguió siendo la de querosene y mi vieja seguía usando el brasero porque a
ella le gustaba mucho. Después empezamos a usar el mismo mechero de
querosene pero adaptado para usarlo con una garrafa.
Cuando viene el gas natural todo el mundo pone estufas de gas pero nosotros
no porque a mi no me gustaban y seguimos con la de querosene hasta los
setenta más o menos en que se prendió fuego y le adapté los quemadores para
que funcione con una garrafa y esa la tuve funcionando unos años hasta que
se rompió. El problema de los accidentes con las de kerosén era culpa
nuestra porque había que hacerle algún mantenimiento limpiarle los
quemadores y cuando estaban sucios largaban el kerosén crudo y se incendiaban.
Entonces compramos una estufa eléctrica esas de cuarzo a mi me decían que
era carísima y yo sostengo que es más barata que el gas y son mejores porque
calientan mejor porque no absorben el oxígeno. Aparte son más limpias uno la
puede trasladar a donde quiere para mi la mejor es la eléctrica además no
son para nada peligrosas lo que si es que hay que tener una buena red
eléctrica en la casa y algunas precauciones incluso se puede calentar se
puede colocar la pava encima para tomar mate .
Pero con la estufa eléctrica también se perdió eso de estar alrededor
calienta sola se pone en un rincón y no pasa nada ya no es mas una droga
visual yo solo la miro para ver si está prendida
RELATO 3
Esta historia de una máquina de coser se encuentra íntimamente relacionada con la vida y los sueños de mi madre: Emilia Battistón, nació el 9 de Julio de 1904, en el Trébol, Pcia. De Santa Fe. Ella pudo recibir esta máquina de regalo, por parte de sus padres pero; consecuente con la filosofía de vida, que nos dejó en herencia, la compró siendo niña, con pequeñas labores manuales, que luego vendía. En días largos, porque iban acompañados por sus noches de trabajo, ganó muchos kilos de sabroso pan, ganamos techo para todos, escuela, sabiduría y gozo, del empeño de la madre buena. Y hoy que ella ha partido, su Singer silenciosa, en el merecido descanso, nos acompaña y nos apoya, en nuestros legítimos esfuerzos. Vicenta Antonia Gonzáles Battistón. DN 3670324 Tucumán 1121 Jesús María Córdoba. Espero que esto pueda ayudarla en algo, el homenaje a mi madre, ya ha sido hecho.
RELATO 5
(Fragmento)
Cuando he leído los temas que tus compañeros tratan de indagar en las entrañas de su historia, quisiera contarle algunas cosas que recuerdo, espero no ser pesada y puedan extraer algunos datos.
Nací en 1950 y el Distrito de Saavedra fue el que me albergó junto a mi familia campesina.
En esos años, en el campo se acostumbraba a vivir como en una especie de familia matriarcal, (dado que mi abuelo había fallecido). Mi abuela, Graciana Esponda de Buscaichipy era como que significaba el AMA. Mis padres desde su casamiento vivieron con ella y un tío soltero. Todos trabajaban en el tambo y laboreaban la tierra, claro que sin máquinas.
Cuando comencé a tener un poco de conciencia de lo que me rodeaba, recuerdo a mi abuela rezongando el día que milagrosamente se presentaba sin viento (Esta zona es muy ventosa) para mí era una delicia puesto que podía disfrutar los juegos al aire libre. Ahora la comprendo. No había energía eléctrica, entonces sobre la casa muy cerquita del techo había un molinito. El viento transmitía su energía a una batería que tristemente encendía unas lamparitas que en algunas oportunidades servían de iluminación pero lo que más quería mi abuela es que anduviera la RADIO, lo destaco porque me viene a la memoria una radio grande, que necesitaba una mesa para ella, construída especialmente, tenía un lugar privilegiado era blanca con gran cantidad de botoneras y como mi abuela era muy afecta a las novelas había dos horas en el día que nos reunía en familia a escucharla. La primera era a las 15 hs. la otra a las 22hs. A mí particularmente me gustaba la de la noche ¿Sabés por qué?
Porque la radio tenía una luz que alumbraba la cara de mis seres queridos. ¡Por supuesto el resto de las luces estaban apagadas! Hasta que la novela terminaba o mi mamá ponía el "sol de noche" que era un farol y mientras se ocupaba de la cena.
Pasaron los años y en el '59 nos vinimos a vivir al pueblo cada uno a su casa, es decir mi abuela logró tener su casa propia y mis padres la de ellos, quedó atrás la radio a batería y la nostalgiosa novela de Javier Rizzo escuchada con interferencias de Onda corta y vaya a saber de qué nombre la de Onda larga.
Comienzan las sorpresas para el personaje que destaco que por supuesto compartimos el resto de la familia. Doña Graciana continuaba escuchando las novelas pero ENCHUFABA una radio que había bajado su tamaño y transformó su forma y color. Cabía en su mesa de luz. También era un canto a la vida porque las ceremonias se sucedían; esta vez se preparaba un equipo de mate y como siempre algún nieto la acompañaba por la noche se armaba una mateada mientras sonaban los temas de su interés.
Allá por el '62 o '63 tal vez ya sería conocida en otros lados, pero en Saavedra se localizó en esos años LA RADIO A TRANSISTORES.
Te das cuenta? ¿Podés imaginar a mi abuela con una radio pequeñita en la que se enchufaban unos auriculares pequeñitos que se introducían en la oreja? Y que se recargaba con "pilas"!.
Te cuento algo muy cómico ( ahora porque en el momento vivido fue un papelón). Yo siempre andaba de "colita" de la abuela. Ella era muy dinámica y no se perdía nada. En el Cine Teatro Español se pasaban películas, pero la función empezaba a las 21hs. (a las 22 hs HORA DE NOVELA).
Mi abuela estrenaba su radio a transistores. A la hora de haber empezado la película y estando en un punto cúlmine de su desarrollo, Graciana enciende su radio, se coloca los auriculares para "no molestar" pero su acentuada sordera le hace levantar el volumen. Muy pronto comenzaron los chistidos de todos lados. Quería estar en la misa y en la procesión. Ni quieras imaginar cuando apareció la televisión pero logró ver la tele en colores pegadita como en la radio. Murió cuando cumplió 90 años pero disfrutando cada cambio plenamente. Me la imagino diciendo ¡Esto es cosa de Mandinga! Si viera los lavarropas automáticos a a sus bisnietos haciendo maravillas con una computadora.
Verás, quise transmitirte su experiencia y me doy cuenta que he llegado casi a la mitad de siglo yo también he sido protagonista. Pero recordarla y recordar a mis padres es un diario homenaje. ( )
En el segundo caso, la máquina de coser es la corporización de una filosofía de vida. La moral protestante de contracción al trabajo y la moral cristiana del espíritu de sacrificio le llega a los hijos a través de la máquina tanto como a través de la transmisión de los valores maternos. Al punto tal que no podía ser recibida por regalo sino que su obtención misma debía ser parte de un esfuerzo. Y además de servir para la manutención de la familia, esta moral - compartida y simbolizada por la máquina misma- producía un gozo.
A través de estas palabras la máquina nos habla de un mensaje moral y ambos - la santa madre y la Singer- comparten una misma filosofía de vida, por la cual no se sabe donde termina el trabajo y cuando comienza la religión.
El tercer testimonio, brillantemente narrado por la nieta, nos habla de una apropiación gozosa de la tecnología. La radio es vivida como portal para la entrada al mundo de la ficción y la fantasía. Dispara la imaginación y los sueños individuales aunque este rito sea compartido por toda la familia. En sus primeros momentos es motivo de reunión y esto es lo que seduce a la nieta, pero la abuela, que podría ser el elemento más resistente a los cambios es la más decidida a aprovecharla de nexo con otros mundos.
Si bien la abuela no podía resolver la contradicción que plantea el aislamiento de los auriculares y la necesidad de "estar en todo" y "no perderse nada", su temprano recurso del zapping nos habla a las claras de un reconocimiento instantáneo de los beneficios y los costos, de los alcances y los límites que trae consigo cada nueva relación.
En la entrevista a José Messina se ve claramente cómo la tecnología no es una ajenidad. Por el contrario, se verifica en su testimonio un apadrinamiento de las nuevas tecnologías, -que no por primitivas menos complejas-. Aprovechamiento funcional y uso rico de los recursos naturales y energéticos sin despegarse de la función simbólica, - en este caso del fuego- y su profunda significación.
Tanto del presente testimonio como en otros similares se nos habla de una mezcla profana de diversas tecnologías, fuentes de energía y usos variados en combinaciones tan creativas como recursos se dispongan: soles de noche para calentar agua, la pava para el mate en la estufa eléctrica, asados en la chimenea. Hay una permanente transgresión de los sentidos originales para los cuales fueron hechos ciertos aparatos, libertad en los reciclajes, valor agregado en los elementos "perreados" en los lugares de trabajo, que muestran una relación activa y creativa de las diferentes tecnologías. Un conocimiento del lenguaje que hablan los aparatos para poder limpiarlos, destaparlos, repararlos. Todo esto nos habla de una convivencia tan forzosa como ingeniosa.
Cada aparato representa una solución y es a la vez la fuente de un nuevo problema.
En todos los casos es visible como lo funcional es superado por la importancia de los valores afectivos y simbólicos, porque después de todo, ¿de qué le sirve a Don José tener calor seco y parejo sin "la droga visual", y sin ser el "centro de una reunión"?
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