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Las Damas sedentes en la escultura ibérica e iberorromana

The journey through Mediterranean Sea of an excellent sculpture from the Syrian shores will provide to the Iberian society with new religious and sculptural elements. These new elements will be locally developed and widespread in the Iberian workshops along with the external influences during centuries. The importance that had in the Iberian booming imaginary, especially in the funerary matter, led to the Greated Dames were created. After their moment of glory, gradually decline until their final with the Romanization of the Iberian society

LAS DAMAS SEDENTES EN LA ESCULTURA IBERICA E IBERO-ROMANA MARIO LARA VALVERDE 1 RESUMEN: El viaje de una excepcional pieza por el Mediterráneo desde las costas de Siria, nutrirá a la sociedad ibérica de un nuevo corpus religioso y escultórico. Será desarrollado localmente y ampliamente extendido en los talleres ibéricos con las importantes influencias externas con el paso de los siglos. La importancia que tuvo en el floreciente imaginario ibérico, especialmente en el tema funerario, dio lugar a que se realizaran las grandes damas, dando como resultado auténticas joyas escultóricas. Tras su momento de esplendor, comenzará el paulatino declive hasta su final con la romanización de la sociedad ibérica. ABSTRACT: The journey through Mediterranean Sea of an excellent sculpture from the Syrian shores will provide to the Iberian society with new religious and sculptural elements. These new elements will be locally developed and widespread in the Iberian workshops along with the external influences during centuries. The importance that had in the Iberian booming imaginary, especially in the funerary matter, led to the Greated Dames were created. After their moment of glory, gradually decline until their final with the Romanization of the Iberian society. 2 I. INTRODUCCIÓN……………………………………..5 II. ANTECEDENTES ETAPA FENICIO PÚNICA…….7 1. DAMA DE GALERA……………………………………………….………7 2. DAMA DE CÁDIZ………………………………………………………....9 3. DAMA DE VILLARICOS……………………………………………….…10 4. TERRACOTAS IBICENCAS………………………………………………10 a) Necrópolis de Puig des Molins…………………………………………………10 b) Cueva Santuario de Es Cuyeram……………………………………….....…..12 III. ÉPOCA IBÉRICA……………………………………14 1. ORÍGENES IDENTIDAD Y LOCALIZACIÓN……………………..…………14 2. ORIGEN DE LA TÉCNICA Y TALLERES ESCULTÓRICOS…………………15 3. LAS DAMAS………………………………………………….…………17 a) Características……………………………………………………………...…….17 b) Dama de Baza……………………………………………………………………20 c) Dama de El Cigarralejo………………………………………………………….25 d) Dama de Cabecico del tesoro…………………………………………………..27 e) Dama de Vizcarra………………………………………………………………..29 f) Dama de la Alcudia……………………………………………….…………......30 g) Dama sedente del Llano de la Consolación………………………………….32 4. EXVOTOS FEMENINOS SEDENTES……………………………………..35 IV. ÉPOCA IBERORROMANA…………………….…40 V. CONCLUSIONES………………………………….43 VI. CUADROS Y GRÁFICOS…………………………47 VII. BIBLIOGRAFÍA………………………..……………58 3 I. INTRODUCCIÓN Como indica el título del trabajo, vamos a estudiar el tipo escultórico ibérico de las Damas Sedentes. Como bien diría A. GARCÍA Y BELLIDO (1980, 31) dentro del dominio de las artes figurativas es precisamente la escultura donde el sentido artístico de los iberos puede exhibir pruebas de un desarrollo considerable y de una perfección1. La escultura por tanto se establece como el arte plástico más importante en la sociedad ibérica estando además fuertemente ligado al corpus religioso y social. Antes de comenzar a abordar la etapa más plenamente ibérica que coincidiría con los siglos V y III a.C2, tendríamos que preguntarnos de donde procede la influencia y como se desarrollan en el territorio estas damas sedentes. La respuesta proviene del otro lado del mediterráneo en los talleres orientales del levante coincidiendo con la expansión fenicia, conocida como la Dama de Galera o la Diosa de Galera, aunque más tarde la abarcaremos en profundidad, es preciso señalar para este inicio que se trataría de una obra realizada en un taller áulico costero del Norte de Siria relacionada la fecha en el apogeo de los reinos siriohititas de mediados del siglo VIII a.C. Su realización en el norte de Siria y su hallazgo en la necrópolis ibérica de Galera en una tumba datada en la primera mitad del siglo V a.C sin descartar algo anterior en el siglo VI a.C. Sin haber encontrado nada parecido en la península que pertenezca a esa cronología, podemos decir que esta Dama tras un periplo por el Mediterráneo, se establece en la península ibérica como un elemento novedoso tanto escultórico como simbólico, al desaparecer el poder regio sacro en las crisis políticas que se observan a lo largo del Mediterráneo del siglo VI a.C estas imágenes de la divinidad pasaron a la sociedad3. Nutrida por tanto la sociedad ibérica de este nuevo corpus de origen oriental, comenzaría el desarrollo de estas damas sedentes no sin antes mencionar que la escultura feno-púnica de Hispania conformó la denominada escultura ibérica cuyos inicios más orientalizantes deberían denominarse escultura tartesio ibérica A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 31 E. RUANO RUIZ (1989 II), 140 3 M. ALMAGRO GORBEA (2009), 7-8, 25-26 1 2 4 puesto que es esa escultura tartesia la que constituye el eslabón de enlace entre los modelos fenicios y las esculturas propiamente ibéricas lo que nos permite valorar mejor el carácter de la escultura feno-punica y su influencia esencial en las culturas tartesia e ibérica4. Continuando esta introducción de un modo cronológico comenzaría ahora la etapa ibérica. La realización de las damas sedentes no fue un fenómeno aislado ni su número escaso pero si variado en tamaños y accesorios entre otros. La más destacada por su belleza y conservación sería la Dama de Baza la cual más tarde analizaremos en profundidad. Existen otras damas repartidas por el sur y levante peninsular, que igualmente serán también analizadas, coincidiendo con los lugares donde la tradición feno-púnica fue mayor así como la ibérica en consecuencia. Aunque trataremos el tema de las esculturas en sí, no menos importante será el tema de los lugares donde se hallaron estas damas y su relación con la sociedad ibérica como son el mundo funerario y religioso. Para concluir esta introducción el último apartado que trataremos será en la época iberorromana donde la evolución de la plástica ibérica, ya consolidada y absorbida por los talleres locales, se entrelazará con los nuevos modelos latinos dando como resultado una escultura hibrida que paulatinamente caerá en declive siendo uno de los últimos reductos donde esta hibridación está mejor constatada en algunas colecciones del Santuario Ibérico del Cerro de los Santos así como en varias ciudades de la rica provincia de la Bética. 4 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 333 5 II. ANTECEDENTES ETAPA FENICIO PÚNICA Para resumir de forma breve los antecedentes de esta etapa, es importante comenzar conociendo que el imaginario femenino de carácter sacro ocupó un importante lugar en el repertorio iconográfico procedente de Egipto y el Próximo Oriente que en el I Milenio a.C. circuló por el Mediterráneo, como consecuencia de la actividad colonizadora y comercial de las gentes de Fenicia y Grecia. Observaremos por lo tanto en las damas que analizaremos la influencia de algunos modelos iconográficos de procedencia egipcia, siria y griega5. 1. DAMA DE GALERA Bajo este antecedente la dama que analizaremos en primer lugar será la Dama o Diosa de Galera, se trata de una pequeña estatua realizada en alabastro de 18.5 cm de alto descubierta en 1916 en la necrópolis de Tutugi en la actual Galera, Granada. El origen y la cronología han sido muy discutidos pero puede considerarse una obra de un taller del norte de Siria por lo que su fecha debe relacionarse con el apogeo de los reinos siriohititas a mediados del siglo VIII a.C.6 principios del VII a.C7. Representa a una diosa entronizada, flanqueada por dos esfinges sosteniendo un cuenco en su regazo bajo sus pechos como vemos en la imagen 1. Lo más destacado sin duda son los huecos que posee en los pechos y en la cabeza que nos muestra la función ritual que poseía esta diosa. El líquido de las libaciones sería vertido en la cabeza y de esta fluiría hasta la abertura de los pechos hasta desembocar en el gran cuenco8. En cuanto a la función ritual y su significado, está ampliamente relacionada con otros objetos de tradición egipcia como paletas de ungüentos y otros vasos estando adornados en general con diosas, esfinges y el árbol de la vida. Todos ellos en su origen tanto vasos como aceites, poseen connotaciones místicas de carácter regio teniendo la función de recipiente ritual para contener perfume destinado a ungir la propia estatua así como la del monarca sacro. La diosa representada en este precioso vaso sería Asherat-Astart siendo la diosa de la vida y la felicidad en el Más Allá, en este caso ella misma es el Árbol de la Vida. Por ello, brotaría el M. J. LÓPEZ GRANDE, J. TRELLO ESPADA (2000), 337. 344. M. ALMAGRO GORBEA (2009), 7-8 7 E. RUANO RUIZ (1987), 261 8 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 188, 193 5 6 6 néctar o aceites perfumados a través de sus pechos, que alimentan y dan la vida eterna al monarca en el más allá, estando pues completamente relacionado con la iconografía egipcia de la diosa-árbol. Estas creencias características de las regiones orientales serán difundidas por el mediterráneo gracias a la colonización fenicia donde llegaron hasta occidente donde el corpus religioso tartésico las asimiló a partir del siglo VII a.C9. Una vez resumido de forma breve su significado y su función ritual habría que señalar la importancia de las circunstancias del hallazgo. Como se ha dicho anteriormente, la diosa fue hallada en la necrópolis de la antigua Tutugi, hoy Galera. En concreto en la tumba número 20, la más grande del complejo, situada en la parte central y punto dominante de la necrópolis10. Al margen de su importante posición geoestratégica de dominación de la necrópolis, en la misma cámara funeraria se observa también su grado de relevancia, constaría de un corto dromos excavado en la roca que desembocaría en la cámara rectangular en cuyo centro se encontraba un pilar central que sostenía la techumbre del túmulo. En el plano decorativo hay constancia de un suelo de yeso en cuyos bordes hay restos de pintura roja así como otra banda blanca que rodea la sepultura con la forma de piel de toro o lingote chipriota como podemos apreciarlo en la imagen 211. Observamos por tanto la clara función sacro ideológica de esta estructura que confirma la gran importancia de la cámara. Esto ha dado lugar a considerar esta sepultura como la del rex iniciador del complejo funerario que sería enterrado en la primera mitad del siglo V o finales del VI a.C12. Todo lo visto sobre la Diosa de Galera y su hallazgo en la necrópolis es necesario completarlo con la importancia del contexto cultural y socio ideológico para darnos cuenta del significado y valor que tuvo esta pequeña estatua de alabastro en la emergente sociedad ibérica. El culto al antepasado regio era necesario para mantener la protección divina y lograr el apoyo sobre el que se fundamenta el poder siendo estos rituales parte esencial del poder político siendo este por M. ALMAGRO GORBEA (2009), 20, 24-25 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES (2010), 194 11 M. O. RODRÍGUEZ ARIZA ET AL (2008), 171-175 12 M. ALMAGRO GORBEA (2009), 8-11 9 10 7 tanto exclusivo de las elites. Trasladadas estas creencias desde su origen oriental a los enclaves del sur y levante peninsular, se convirtieron en tradición regia sacra en la época ibérica. Se ha propuesto que este rey-sacro ibérico de Tutugi se enterró con la estatua en un momento de crisis política promovida por el cambio ideológico y social ocurrido a partir de finales del siglo VI a. C. La desaparición del poder regio sacro, observada en varios puntos del mediterráneo, habría trasladado estas imágenes de la divinidad a la sociedad, quedando así esta, progresivamente, empapada de un nuevo corpus iconográfico, divino y ritual que más tarde será evidenciado en las damas ibéricas con su carácter regio y divinizado.13 14 2. DAMA DE CÁDIZ Una vez producido este cambio en el sustrato ideológico social, la siguiente dama que analizaremos como muestra de esa progresiva evolución será la conocida como Dama de Cádiz. Fue hallada en una necrópolis en la que los enterramientos están documentados entre el siglo VI a.C y época tardorromana por lo que para su fechación aproximada hubo que recurrir al análisis estilístico de paralelos. Se trata de una escultura que representa una dama entronizada realizada en bloques de piedra ostionera gaditana. El uso de bloques, en plural, es sugerido por la pérdida de los antebrazos y la cabeza los cuales se creen que estarían unidos al bloque principal por medio de espigas. La escultura estaría pintada observándose trazos de pigmentos azul y rojo estando además estucada como bien se detalla en la imagen 3. Considerada una obra del siglo V a.C por la manera de vestir el peplo que remite a modelos de fines del arcaísmo, se ha propuesto además que la dama representada sea la diosa Astarté o Tanit. Su función ritual sería la de una imagen de culto emplazada en un santuario oracular ya que se cree que presentaba los brazos y la cabeza articulados cuyos movimientos se interpretarían como indicador de negación o asentimiento. Esa función es bien 13 14 M. ALMAGRO GORBEA (2009), 25-26 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 230-232 8 conocida en el mundo fenicio documentada en la Península Ibérica en la llamada Astarté del Carambolo15. 3. DAMA DE VILLARICOS Otra pieza parecida tanto en su posición común, la sedente, la frontalidad y el mal estado de conservación sería la conocida como Dama de Villaricos. Su importancia reside en que está considerada la escultura sedente o entronizada más antigua de la península realizada por manos ibericas con la idea o prototipo de la ya mencionada Diosa de Galera según E. RUANO (1987)16. Hallada en la necrópolis de la antigua Baria, Almería, esta escultura está labrada en piedra blanca calcárea, posee una altura de 36.5cm según la última medición en 1991. Ha llegado a nosotros en un mal estado de conservación y se aprecian elementos toscamente ejecutados pero que sin duda estarían en su momento mejor acabados con una capa de estuco. Junto con la ya mencionada Dama de Cádiz, habría que destacar el prominente vientre sugiriendo un embarazo apreciable en la imagen 4. Esta iconografía se considera representación de la conocida como Dea Tyria Gravida lo que nos da un grado de divinidad en este caso una posible diosa de la fertilidad, la Koshart de la mitología cananea. A pesar de ello su recurrente presencia en las necrópolis evidencia una función funeraria como protectora del difunto en la otra vida17. 4. TERRACOTAS IBICENCAS Para cerrar este capítulo abandonaremos la península ibérica para llegar hasta la isla de Ibiza. Repasaremos de forma breve dos lugares que nos interesan. a) Necrópolis de Puig des Molins El primer lugar estaría en la bahía de la ciudad de Ibiza donde se encontraba el asentamiento de Ibosim fundado por los cartagineses en el 654 a. C sobre un cerro en una posición dominante de la bahía18. M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 51-54 E. RUANO RUIZ (1987), 280 17 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 274-277 18 M. TARRADEL I MATEU (1974), 11 15 16 9 Pero sin duda lo más relevante del asentamiento y lo que atañe a nuestro tema será la Necrópolis de Puig des Molins ubicada en un cerro cercano a la capital, se trata de un vasto cementerio con millares de tumbas subterráneas de donde se recuperaron las colecciones19. Su parte más arcaica posee una superficie de 1.2ha lo que nos indica el importante grado de población del asentamiento 20. Esto será determinante para comprender y abarcar las terracotas sedentes halladas en esta necrópolis las cuales, la mayoría, presentan otra iconografía distinta a las anteriores damas estudiadas, estas terracotas poseen influencia griega21. Las más antiguas están fechada a finales del siglo VI comienzos del V a.C ya que se corresponden a modelos corrientes de las escuelas coroplásticas griegas de inicios del siglo VI a.C. Aunque la colección sea numerosa vamos a comentar únicamente dos, las consideradas más antiguas por esos paralelos griegos, serán la B8544 y la PM5340 según el catálogo realizado por M.J ALMAGRO (1980, 152 154). La primera de ellas de 19cm de altura, estaría fabricada a molde copiado o importado de escuelas griegas, en barro cocido y representa a una mujer entronizada vestida con una túnica lisa larga mientras reposa los pies en un taburete. El respaldo del trono nos muestra dos apéndices alados que junto con el tocado cónico y el pelo nos indica su tipología arcaizante, podemos observarla en la imagen 522 23 24. La última que analizaremos de la necrópolis de Puig des Molins, presenta diferencias con la anterior pero no por ello cambia ni su tipología ni su cronología. Corresponde también a las mismas escuelas griegas que la anterior. La figura viste la misma túnica larga pero la diferencia se encuentra el tocado, mientras que la anterior portaba un tocado cónico corto, esta presenta un alto polos o kalathos. Su trono carece también de los apéndices a modo de alas25. b) Cueva- Santuario de Es Culleram M. TARRADEL I MATEU (1974), 13 J. RAMÓN TORRES (2011), 843-844. 857 21 M. J ALMAGRO GORBEA (1980), 61 22 IBÍDEM, 152 23 M. TARRADEL I MATEU (1974), 114 24 F. PRESEDO VELO (1973), 48 25 M. J ALMAGRO GORBEA (1980), 154 19 20 10 El segundo lugar relevante para nuestro estudio es la cueva-santuario de Es Culleram, ubicada al noreste de la isla en lo alto de la ladera de una colina. La cronología del santuario es difícil al carecer de referencias estratigráficas. De las 4 fases advertidas a lo largo de la vida del santuario, la más antigua iniciada en el siglo V a.C es la peor documentada. Precisamente hablamos de esta etapa porque es a la que se han adscrito los exvotos o figuras esquemáticas sedentes. Enmarcadas en el grupo II de la colección por M. C. MARÍN, M. BELEN, A. M JIMENEZ (2011), destacan 4 piezas sentadas en un trono esquemático. Derivan claramente de prototipos griegos, algunas importadas y otras imitadas de manera tosca. Dos son las más destacadas una de probable factura jónica, considerada la más antigua y otra con el trono flanqueado por dos esfinges como la Dama de Galera26. Atendiendo a los paralelos existentes por todo el mediterraneo así como a tan solo unos kilómetros en la misma isla de Ibiza, se las podría considerar fechables entre finales del siglo VI principios del siglo V a.C. Como hemos visto las terracotas ibicencas aunque también poseen influencia tipológica oriental, tienen una mayor aportación griega que las damas vistas en la Península Ibérica hasta ahora. Esta relación puede venir por la cercanía de la isla de Ibiza al “hinterland” de las emergentes colonias griegas a principios del siglo VI a.C con la fundación de Massalia en la costa sur de Francia y Emporion al noreste de la Península Ibérica por griegos focenses que recibirá en el último cuarto del siglo VI a.C una gran corriente comercial procedente del Ática que se verá incrementada en el siglo V a.C por la nueva política comercial independiente de Massalia27 28 29. Para concluir estos antecedentes vamos hacer una recapitulación de lo que sabemos y como esto se adapta al mundo indígena ibérico. Como hemos visto las damas encontradas proceden en su mayor parte de necrópolis por lo que tienen que relacionarse con ritos funerarios. En cuanto a materiales, son más variados siendo la Dama de Galera en fino alabastro. Las damas de Cádiz y Villaricos están realizadas en calcarenitas de tipo B, habitual por su fácil M. C. MARÍN CEBALLOS ET AL (2011), 134 146 152 A. PUJOL PUIGVEHÍ (1985), 28-29 28 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 10 12 29 J. BERMEJO TIRADO (2007), 34 26 27 11 extracción, disponibilidad y para su labra. Las damitas sedentes ibicencas estaban realizadas en barro cocido. Las técnicas de talla y estucado en el periodo puramente fenicio evidencian un gran conocimiento de las más avanzadas e innovadoras técnicas siendo imprescindible para el desarrollo de la escultura en la Península Ibérica. Estas técnicas proceden en su mayor parte de Egipto y Próximo Oriente sentando el precedente de la futura escultura con influjos greco orientales, siendo los primeros del arcaísmo griego fechados hacia el siglo VI a.C con la helenización del mundo fenicio. Es a partir de esa fecha cuando nuestras damas comienzan a tomar forma, fechadas las más antiguas, las terracotas ibicencas a finales del siglo VI, principios del V a.C y las damas de Villaricos y Cádiz en la primera mitad del siglo V a.C. Siendo por tanto evidente la influencia de la plástica griega en estas damas entronizadas como helenización formal de las tradiciones fenicias propias. Estas damas vistas, presentan una larga tradición que explicaría el profundo significado de estas esculturas precisando su relación con las, futuras, damas funerarias ibéricas. Siendo en su origen diosas protectoras funerarias, con la transmisión de las concepciones regias y sacras del periodo orientalizante, serán absorbidas por las elites regias tartesias e ibéricas siendo estas concepciones a su vez, trasladadas al resto del pueblo tras las crisis de las monarquías de tipo sacro del siglo VI a.C30. III. ÉPOCA IBÉRICA 1. ORÍGENES, IDENTIDAD Y LOCALIZACIÓN 30 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 335-368 12 Para comprender mejor esta etapa es necesario analizar brevemente los orígenes de la identidad ibérica. Citado el nombre de iberos y otras tribus y pueblos de la Península Ibérica por Hecateo ya en el siglo VI a.C31, la cultura ibérica se entiende como la evolución propia interna las poblaciones indígenas sin olvidar las importantes influencias greco-orientales con el cercano precedente de Tartessos como mejor ejemplo32. Esta evolución sin embargo es posible que hubiera comenzado a finales de la primera Edad del Hierro entre los siglos VII y VI a. C desde un foco irradiador ubicado en los centros culturales almerienses desde donde se expandieron por el levante Mediterráneo hasta alcanzar en el siglo IV a.C una identidad propia33. De todos los pueblos ibéricos los que más nos interesan para nuestro estudio de las damas sedentes estarían ubicados, a groso modo como veremos a continuación, en el levante y sureste mediterráneo. El primero de estos pueblos serán los Bastetanos su localización se distribuye en el sureste peninsular comprendiendo parte de las provincias de Jaén, Murcia y Granada donde estaría uno de sus grandes centros de población, Basti, como punto clave del gran arco litoral que abarca el mundo ibérico levantino y andaluz34 35. La necrópolis de Tutugi, cercana a Basti, albergaba la Dama de Galera señalándonos también ese estrecho vínculo entre este pueblo y las gentes de Fenicia. El mundo funerario bastetano era muy importante como lo indican sus ricas necrópolis abundantes en cámaras funerarias a las que va unida su escultura más famosa que estudiaremos más tarde, la Dama de Baza36. Siguiendo la costa levantina el siguiente pueblo serán los Contestanos que abarcarían geográficamente parte de Murcia, Albacete, sur de Valencia y la provincia de Alicante37. Se trata de uno de los pueblos con más personalidad del mundo ibérico como demuestra su excelente tradición escultórica con la Dama de Elche como máximo exponente y su rica y variada cerámica con Ilici como J. A. GAYÁ NUÑO (1964), 28 J. BERMEJO TIRADO (2007), 30 33 J.A. GAYÁ NUÑO (1964), 28 34 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 52 35 L. ABAD CASAL (1989), 152 36 J. BERMEJO TIRADO (2007), 76-79 37 IBÍDEM, 80 31 32 13 uno de los centros más importantes38 39. Un área cercana y en estrecha relación con los contestanos sería la zona sureste de la provincia de Albacete con el Santuario del Cerro de los Santos, el Llano de la consolación o la Necrópolis de Pozo Moro como lugares emblemáticos de la cultura ibérica.40 Entre Bastetanos y Contestanos se extiende una zona en la que aún no está bien definido su poblamiento ya que persisten los debates sobre las fuentes. Este “pueblo” serían los Mastienos localizados aproximadamente en la provincia de Murcia41 42. La cultura y la identidad de todos estos pueblos desde su florecimiento a mediados del siglo VI a.C, irían desapareciendo paulatinamente, por las fuertes influencias romanas tras los primeros contactos a partir de la Segunda Guerra Púnica a finales del siglo III a.C hasta finalmente ya en el siglo I a.C cuando están plenamente romanizados43 44. 2. ORIGEN DE LA TÉCNICA Y TALLERES ESCULTÓRICOS Conocidos los orígenes y la distribución espacial de estas damas sedentes así como sus pueblos productores comenzaremos a analizar cómo se realizaron. Para ello estudiaremos la técnica en los talleres escultóricos ibéricos del siglo V a.C mediante el ejemplo del detallado análisis de las esculturas encontradas en el yacimiento de Cerrillo Blanco en la localidad de Porcuna, Jaén. Se trata de un conjunto escultórico ibérico único en la alta Andalucía y de gran valor por la destreza escultórica propia de una escuela formada que es equiparable e incluso supera en ciertos aspectos al otro importante foco del sureste localizado en Alicante, Albacete y Murcia. De tipología más griega que orientalizante, se han hallado en el yacimiento 1486 fragmentos y esculturas con gran variedad de tipos desde grupos, altorrelieves o elementos arquitectónicos L. ABAD CASAL (1989), 152-153. 164 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 44 40 J. BERMEJO TIRADO (2007), 83 41 L. ABAD CASAL (1989), 154 42 J. BERMEJO TIRADO(2007), 80 43 N. V. SANTOS YANGUA (1994), 372 44 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 33 38 39 14 entre un gran abanico todas además realizadas en el mismo material, piedra calcarenita blanca de grano fino45 46. La realización de este magnífico conjunto sigue un proceso de trabajo que está bien analizado y es posible definirlo en las piezas estudiadas. La extracción de los bloques en la cantera estaría supervisada por alguien capaz y con conocimientos escultóricos, ya que mediante el análisis de una escultura se ha podido observar como para su realización tuvo que ser utilizado un bloque especial que se adaptara a la obra pudiendo además existir una labor de desbaste de los bloques en la misma cantera47. Así pues tras el cortado y transporte de los bloques, las piezas se iban desbastando a martillo y cincel grueso de boca de 4 cm. Para las formas precisas de la obra se utilizaron cinceles con las bocas más estrechas según la necesidad, estando incluso analizado un fino cincel de fino curvo de tipo mediacaña para conseguir mejor volumen. Finalmente las obras serían rematadas con un meticuloso y desarrollado lijado que nos ha dejado unos modelados exquisitos y sensibles48. Observamos pues, habiendo analizado brevemente este proceso escultórico, que la existencia de talleres y escultores formados con unos conocimientos muy extensos, cuyo oficio es más santuario casi que artístico, estaría ya plenamente desarrollado en el siglo V a.C. Sin embargo es necesario comentar que esta técnica alcanzada que hemos visto no puede proceder únicamente de un proceso evolutivo interno si no que fue conducido y facilitado en primer lugar por la mano fenicia y más tarde por la griega y púnica, pero siempre con ese toque ibérico de reinterpretación de los elementos mediterráneos49. Si ya M. TARRADEL en 1968, 7 años antes que se llevara a cabo la primera excavación de Cerrillo Blanco, afirmaba que las esculturas ibéricas por su ejecución y capacidad expresiva no podían ser fruto de la improvisación, que detrás de cada obra había una tradición, oficio y taller y que estos maestros, considerados escasos, partirían desde sus centros de formación hacia donde A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 74, 76 I. NEGUERUELA MARTÍNEZ (1990), 77-78 47 T. CHAPA BRUNET ET AL (2009), 164 48 I. NEGUERUELA MARTÍNEZ (1990), 77-82 49 J. BLÁZQUEZ PÉREZ (1992), 129 45 46 15 sus servicios fueran requeridos50. Por lo tanto es perfectamente aceptable que estos talleres y escuelas escultóricas ya constatados en la primera mitad del siglo V a.C, se desarrollaran en todo el sureste peninsular y fueran los que realizarían las damas sedentes, décadas después, que veremos a continuación. 3. LAS DAMAS Como hemos comprobado, recapitulando desde el principio de nuestro trabajo, este tipo escultórico de las damas sedentes que encontramos en época ibérica, tiene una gran tradición en el Mediterráneo oriental desde tiempos remotos 51. Las realizadas en época ibérica plena abarcan una cronología que va desde finales del siglo V a.C hasta finales del siglo III a.C. a) Características La característica principal como su nombre indica, es que están en posición sedente en un trono. Sus tamaños van desde el metro treinta a los 40 centímetros. En cuanto a la actitud que nos muestran las esculturas, permanecen todas sentadas como es normal, variando únicamente la posición de sus brazos ya sean flexionados a la altura de la cintura y las palmas abiertas en sus rodillas, es la postura más común de las esculturas del Cerro de los Santos remontándose este modelo al segundo milenio. Existe otra variedad que es con la mano derecha apoyada sobre la rodilla y con la izquierda sosteniendo un pichón, como lo veremos en la Dama de Baza. Hay también alguna otra excepción en las figuras más deterioradas como veremos después en el estudio individual de las damas. Los tronos de estas damas les otorgan a través de esta posición una categoría superior, dignifican al personaje que lo ocupa. Por ello observamos dos tipos generales y otros más específicos que del mismo modo que hemos dicho en el tema de la actitud, los veremos en el estudio individual de las damas. El primero es el más difundido por el Mediterráneo, posee dos alas como prolongación del respaldo y patas acabadas en garras de animal como lo vemos en el caso de la Dama de Baza o terracotas ibicencas como ejemplos más cercanos. Las esculturas procedentes del Cerro de los Santos se sientan en sillones más 50 51 E. RUANO RUIZ (1987), 34-35 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 40 16 sencillos con respaldos más cortos, suelen formar un bloque con el resto de la escultura confundiéndolo en ocasiones con el manto de la dama e incluso dificultando distinguirlo de otros modelos mediterráneos. Lo que si comparten todos los modelos es que estos sillones o tronos es que están apoyados sobre un escabel o peana. A continuación vamos a abordar de forma general la indumentaria, joyería, tocados y peinados que se observan en estas damas. La indumentaria es generalmente envolvente y pesada, todas las damas portan mantos que les cubren los brazos con pliegues amplios y simétricos. Velos, mitras o cofias que les cubren la cabeza así como varias túnicas colocadas unas sobre otras, siendo tres las usadas normalmente y pudiendo estar abiertas o cerradas y en ocasiones ajustadas con un cinturón como las damas del Cerro de los Santos. Para concluir este apartado de indumentaria es preciso señalar que todas las damas van calzadas con un tipo de zapato ajustado común en la indumentaria ibérica. En cuanto a la joyería el ejemplo mejor conservado, rico y completo lo vemos en la Dama de Baza que porta collares, sortijas, pendientes y pulseras que más tarde veremos con detenimiento. También portan collares la Dama de Vizcarra y la gran Dama sedente del Llano de la Consolación52 53 54 55. Para concluir este apartado, debemos preguntarnos quienes eran estas damas, si eran representaciones de divinidades o mujeres de las elites ibéricas. Para ello es necesario analizar el lugar donde se encontraron estas esculturas y a que contextos hay que vincularlas. La mayoría de ellas hay que vincularlas a necrópolis y tan solo las del Cerro de los Santos a santuarios56. Las líneas de investigación de la arqueología en las necrópolis nos señalan la incorporación de las imágenes femeninas en este repertorio la plástica ibérica funeraria a finales del siglo V comienzos del IV a.C indicándonos un nuevo lenguaje en la plástica figurativa de los talleres ibéricos así como una creciente participación de E. RUANO RUIZ (1987), 262-282 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 53 54 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 20-22 55 I. IZQUIERDO PERAILE ( 2008), 124-126 56 E. RUANO RUIZ (1987), 280, 288 52 53 17 la mujer en el rito funerario. Esto algo normal en una sociedad muy estructurada como la ibérica, con una marcada jerarquización, en la que sus elites privilegiadas utilizan esa iconografía para proyectar su ideología, rangos, valores y ritos. El mejor ejemplo de esta jerarquización y “feminización” del espacio funerario en época plena, lo tenemos en la tumba de la Dama de Baza que nos muestra la importancia del enterramiento de una mujer, según los análisis de los restos de la cremación, así como varias teorías sobre el parentesco de la mujer con el aristócrata local de una tumba cercana57 58 59. Como vemos, la posibilidad de que estas damas sean realmente mujeres de la aristocracia local, se basan en la realidad de la sociedad ibérica que han plasmado en su plástica, el cambio producido en un momento concreto en la estructura social durante el siglo V a.C y los estudios de la arqueología del género60. En relación a la posible divinidad de las damas sedentes hay diversos autores que no dudan que sean imágenes de diosas basándose en las características que hemos visto como los tronos ornamentados, joyería, rica indumentaria e incluso la misma postura ya que la dama sentada es una dama que aguarda ser servida, que recibe ofrendas, evidenciando por tanto un grado de dignificación o si se quiere divinización. La dificultad reside en saber cuál era el culto que se le rendía y que diosa representaban así como su nombre. Se han barajado nombres de diosas orientales y helénicas61. Lo que parece claro por su dispersión, es que la idea de la diosa sedente en los pueblos ibéricos es antigua pero la iconografía proviene de influencia oriental62. Sin embargo lo que sí que parece claro es que esta posible divinización del tipo sedente no hay que aplicarlo a todas la esculturas puesto que en el caso de las damas del Cerro de los Santos no portan atributos especiales que pudieran considerarlas diosas si no que son mujeres fieles ataviadas con sus mejores L. IZQUIERDO PERAILE, L. PRADOS TORREIRA (2004), 159-163 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 24 59 L. PRADOS TORREIRA (2007), 218 60 J. BERMEJO TIRADO (2007), 137 61 F. PRESEDO VELO (1973), 54 62 E. RUANO RUIZ (1987), 289 57 58 18 vestidos y joyas y que están en actitud solemne emulando a la imagen divina sedente haciendo resaltar su estrato social elevado en el marco de la comunidad ibérica, pudiendo ser por lo tanto consideradas como exvotos63 64. Vistas por tanto las características generales de estas damas de forma general, vamos a comenzar el estudio individual de las damas sedentes de época ibérica encontradas hasta la fecha. b) Dama de Baza Como no podía ser de otra manera, vamos a comenzar este estudio individualizado con la dama sedente mejor conservada, mejor estudiada y más ricamente adornada. Esta bella escultura cuya función fue la de una urna cineraria, fue hallada el 20 de julio de 1971 por el equipo del Doctor Francisco Presedo Velo en los terrenos de la necrópolis de la antigua Basti, concretamente en el conocido como Cerro del Santuario. Esta necrópolis conocida ya su ubicación antes de comenzar las campañas, hay que situarla cronológicamente en torno al siglo IV a.C. Se trata de una necrópolis grande, compleja y variada en tipología de tumbas que ha sufrido a lo largo de los siglos por las labores de alisado de los cerros para el cultivo. La tumba rectangular donde fue hallada la dama es la número 155 siendo de la tipología más grande de la necrópolis con una profundidad de 1.80 metros y 2.60 metros de lado. Se cree que pudo contar en su interior con una estructura de madera y adobe. La escultura estaba adosada a la pared norte de la tumba con las cenizas depositadas en el lado derecho del trono. El ajuar de la tumba consta de fragmentos de falcatas y otras armas de hierro rotas y deformadas por el fuego de la pira funeraria rodeada de vasos de cerámica pintada así como en las cuatro esquinas de la estructura otras ánforas de tipología fenicia, toda la tumba así como sus elementos se pueden ver en la figura 665 66 67 68. J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 23-24 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 40 65 F. PRESEDO VELO (1973), 5-40 66 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 52-53 67 J. BERMEJO TIRADO (2007), 171-173 68 T. CHAPA BRUNET, I. IZQUIERDO PERAILE (2010), 70 63 64 19 En cuanto a la escultura y su análisis técnico, el material en el que está realizada es en un bloque de caliza grisácea extraída del entorno. Consta de un peso de unos 800 kilos y unas medidas de 1.30 metros de altura y 1.05 metros de anchura de ala a ala del trono. Una vez esculpida, la pieza recibió un estucado o revestimiento de una delgada capa de yeso con silicatos disuelto en agua preparándola para la aplicación de la pintura. Se han encontrado cuatro tipos de pigmentos de la excelente conservación de la policromía en la escultura todos ellos aglutinados con yeso, azul egipcio de silicato de cobre, rojo bermellón del cinabrio, marrón ocre de la tierra natural y negro de carbón de huesos animales. Los mejores restos de esta pintura se conservan en las zonas donde la filtración del agua desde el techo de la tumba dificultó más su erosión como puede ser el sillón y sus paredes verticales donde se encontró la pintura más viva. Abarcaremos ahora el análisis estilístico de esta dama. Se trata de una mujer joven sentada en un trono en actitud frontal, rígida y solemne. Como sabemos va estucada y pintada en su totalidad salvo algunas roturas y desconchados fruto del paso de los siglos, el clima e incluso la actividad sísmica de la Bastetania. Se aprecia un buen modelado en el rostro, vestidos y el trono pero siempre con esa gran rigidez. El rostro es ovalado con una frente alta y recta acompañando a una nariz muy perfeccionada así como ojos, pestañas, cejas finas y labios gruesos, todo pintado en sus correspondientes colores. El cabello es rizado, negro y peinado en bandós recogido en rodetes en las mejillas asomando bajo el tocado. El cuello y pecho va ricamente ornamentado con joyería y pliegues del manto. La mano derecha se posa sobre la rodilla mientras que con la izquierda aprisiona un pichón pintado en azul. Ambas manos van adornadas con sortijas y sus pies calzados con unas babuchas rojas o chapines que descansan sobre un escabel rectangular con restos de pintura azul en el cojín69 70 71. F. PRESEDO VELO (1973), 40-45 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 52-54 71 E. RUANO RUIZ (1987), 262 69 70 20 A continuación nos centraremos en las vestimentas que porta la dama. Va cubierta con un manto que la cubre de la cabeza a los pies terminando los pliegues en punta triangular. Los colores del manto constan de azul claro para todo el manto con ya escasos restos, en los bordes de dentro hacia afuera el manto va decorado de en primer lugar una franja continua en rojo de 6 cm de ancho y seguidamente otra banda de ajedrezado blanco y rojo en tres líneas para acabar con un borde azul intenso. Además del manto exterior, se observa que también viste tres túnicas por los distintos pliegues que aparecen por encima de los pies con el borde de la primera túnica del mismo motivo decorativo que el manto. Así mismo en la cabeza lleva un tocado que consiste en una cofia ceñida a la cabeza decorada en tres franjas transversales, siendo la última de ellas la que posee una sarta de veintisiete pequeñas perlitas a modo de tiara o diadema siendo seguramente de oro. La dama está ricamente adornada con joyas como hemos visto anteriormente en la franja de la cofia. Comenzaremos por los pendientes que lleva son voluminosos, consisten en unos gruesos aros conocidos como morcillas que atraviesan el lóbulo, de estos aros pende un gran prisma en forma de tronco piramidal de base rectangular del que a su vez caen unos colgantes a modo de flecos. Este tipo de pendientes tiene paralelos en la orfebrería fenicia y púnica con varios paralelos en el mediterráneo como en la necrópolis de Tánger, pero nunca de tanto volumen como estos que lleva la dama. El cuello está ceñido por tres gargantillas superpuestas con hileras de collar compuesta cada una por cuentas circulares engarzadas en el hilo y pintadas de blanco, separadas estas cuentas circulares por otras de forma discoidal. Existe otra cuarta gargantilla de las mismas características pero esta descansa ya sobre el pecho y no ceñida al cuello72 73 74 75. F. PRESEDO VELO (1973), 42-43 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 54 74 M. J. ALMAGRO GORBEA (1990), 117 75 E. RUANO RUIZ (1987), 267 - 268 72 73 21 Sobre el pecho descansan a parte de la gargantilla ya vista, otros dos grandes collares. El primero de ellos es un collar compuesto por tres tipos de cuentas, de tonelete, discoidal y estriada, de su hilera penden 7 colgantes en forma de ova o bulla de lengüeta de los cuales se aprecian cinco de frente y los otros dos parcialmente tapados por la túnica. Debajo este collar se encuentra el último, de su engarce penden tres grandes colgantes en forma de anforillas o de hojas acorazonadas. Llegando a las muñecas vemos representadas 5 pulseras en la mano izquierda y dos en la derecha, en el yacimiento se han encontrado en algunas tumbas pulseras de bronce que son parecidas a las que lleva la dama. Para concluir la copiosa orfebrería, llegamos a las sortijas, en su mano derecha portaría tres, una en el anular y dos en el índice mientras que en la mano izquierda llevaría cinco, una en el índice y cuatro en el anular, dos en la primera falange y los otros dos en la segunda falange. Esta disposición de los anillos sugiere que no son fortuitas si no que debieron seguir algún tipo de ritual, costumbre o moda en las damas ibéricas de las elites. La rica orfebrería vista, es indudablemente de origen orientalizante con paralelos cercanos en la joyería fenicia y púnica por todo el Mediterráneo e incluso en la misma península. Los parecidos más antiguos rondarían el siglo VII a.C pero parece claro que llegaría al mundo ibérico con variaciones evidentes pero siempre inspirados en esas piezas antiguas76 77 78 79. Se cree además que las alhajas estarían recubiertas de estaño para aumentar el impacto visual y dar ese toque metalizado80. Para finalizar esta descripción de la figura vamos a hacerlo con el trono o sillón sobre el que está sentado la dama. Se trata de la representación de un precioso y clásico trono con cuatro patas verticales y apéndices alados que parten desde el respaldo. Este tipo de mueble corresponde al llamado TIPO I de GISELA RICHTER. Analizando brevemente la estructura y sus medidas sabemos que mide 75.4 cm de alto, el largo de las alas es de 103 cm, 33.7cm de ancho y los brazos F. PRESEDO VELO (1973), 42-44 M. J. ALMAGRO GORBEA (1990), 117-119, 128 78 E. RUANO RUIZ (1987), 267-268 79 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 54-55 80 T. CHAPA BRUNET, I. IZQUIERDO PERAILE (2010), 73 76 77 22 30.6cm. Las patas delanteras con una altura de 41.2cm, se estrechan desde los braceros hacia abajo hasta una moldura para finalizar en unas detalladas garras este tipo proviene desde el antiguo Egipto. Las traseras son similares pero no acaban con esos detalles de las garras. La siguiente característica más llamativa del trono son sin dudas las dos alas como prolongación del respaldo, este tipo estuvo muy desarrollado en las terracotas del entorno Mediterráneo, especialmente las ciudades griegas y su área de influencia, encontrando los ejemplos más cercanos en Ibiza como hemos visto en el capítulo I de este trabajo. Así mismo el mueble está pintado en su mayor parte de color marrón oscuro imitando la madera, incluso en algunos sitios se intentan imitar los nudos de la madera cortada, y una franja blanca en el interior de las alas que se ha interpretado como una madera clara posiblemente de tilo. No hay duda por las formas logradas y las características del trono, que el escultor debió partir de un diseño de sillón que estaría de moda entre las elites ibéricas realizados por artesanos ebanistas, ya que la ejecución del diseño sugiere un gran conocimiento de la madera y su tratamiento para lograr esa pieza. Para terminar el trono descansa sobre una peana y sobre esta un escabel o almohadón con restos de color azul donde descansaban los pies81 82 83 84. A continuación abarcaremos la función que tuvo esta escultura, que no es otra que el de una urna funeraria. Es sin duda el detalle más importante pues revela su finalidad. La cavidad que alojó durante siglos las cenizas se encontraba en la parte derecha del trono entre un travesaño y el bracero en un agujero de 17 cm de ancho, 16 de alto y 22 de fondo85. El análisis de los restos de la cremación dio como resultado que se trataba de una mujer y a tenor de esto, se pusieron en marcha una serie de teorías sobre la identidad de esta dama. Una teoría considera que la mujer allí enterrada que estaba emparentada con la alta aristocracia de Basti en concreto, se cree que puede ser la madre del varón de la cercana tumba 176. Mientras que otras la F. PRESEDO VELO (1973), 44 E. RUANO RUIZ (1987), 271-272 83 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 55 84 E. RUANO RUIZ (1990), 28-30 85 F. PRESEDO VELO (1973), 44 81 82 23 consideran como un personaje importante para la comunidad con atribuciones religiosas o que tuvo gran peso ideológico y se divinizo su imagen86 87. Para concluir este estudio individual de la Dama de Baza vamos recapitular lo que sabemos. La escultura o urna funeraria, fue realizada a mediados del siglo IV a.C por algún artesano de los florecientes talleres escultóricos ibéricos del arco andaluz levantino. El tipo de la estatua es claramente de influencia griega si bien se observan además influencias fenicio púnicas en la joyería así como ese toque local en la indumentaria. Tenemos por lo tanto un cúmulo de influencias plasmado en el conjunto de la escultura, indicador de esa antigua tradición fenicia, las nuevas influencias griegas procedentes del levante durante el siglo V a.C y la floreciente identidad ibérica durante todo el siglo V a.C tras el cambio en la estructura de la sociedad. El debate que surge sobre esta pieza reside en la identidad de la misma. Su posición sedente, sus adornos, su rico trono y el pichón que aprisiona con la mano nos hacen pensar sin duda en que se trataría de la imagen de una diosa pero como hemos comentado anteriormente, la cantidad de teorías hace que este aspecto no pueda ser, aun, unificado. Podemos observar más detenidamente a esta dama y su trono en las imágenes 7, 8, 9 y 10. c) Dama de El Cigarralejo El yacimiento de El Cigarralejo se encuentra en la provincia de Murcia, en el término municipal de Mula. Se trata de un complejo yacimiento que cuenta con poblado, santuario y necrópolis ubicado en un cerro alargado88. La dama fue hallada en la necrópolis la cual se conoce desde que, por un casual, se descubriera en 1946 en unos bancales al noreste del cerro. Objeto de campañas sistemáticas hasta 1988, se constatan 54789 tumbas cuyos restos están destruidos y repartidos por todo el terreno ya que como en el caso de la necrópolis de Baza, la zona había sufrido por las remociones de tierra en las labores agrícolas durante siglos así como el constatado uso de la necrópolis durante un gran periodo de tiempo, entre el siglo IV a.C y I a.C90, ya que se L. PRADOS TORREIRA (2006), 218 I. IZQUIERDO PERAILE, L. PRADOS TORREIRA (2004), 162-163 88 E. CUADRADO DÍAZ (1950), 13-18 89 V. PAGE DEL POZO (2006), 45 90 IBÍDEM, 45 86 87 24 observa el aprovechamiento de fragmentos escultóricos y arquitectónicos de las tumbas en otras más nuevas91. En concreto fue hallada en la tumba doble número 452 en la que su descubridor, E. CUADRADO DÍAZ92, plantea que pertenecía a una mujer y un hombre con sus respectivos ajuares, pudiendo tratarse de un matrimonio. En cuanto al análisis técnico de la pieza, está realizada en arenisca local, calizas duras y margas flojas de color amarillo93. Tallada en varios bloques, la parte superior de la escultura ha sufrido mucho deterioro y no se conserva la cabeza, brazos ni algunas partes del pecho. En relación a las medidas, tiene una altura total de 1 metro, 55 cm de ancho y 55 cm de profundidad. Estilísticamente, como la Dama de Baza, se trata de una mujer ataviada con túnicas y manto acabado en dos borlas en los picos como se observa en la parte mejor conservada, los pliegues de los ropajes están bien definidos como se aprecia en la imagen 11. El calzado es muy parecido también, con los típicos chapines o babuchas terminadas en pico asomando por las túnicas, pero en este caso no descansan sobre un escabel si no sobre el suelo o el mismo pedestal de la escultura. A pesar de su deterioro, se conservan detalles de la joyería que portaba, tres collares se intuyen sobre el pecho, el primero liso con un colgante, el segundo torceado con un colgante también y el ultimo con lo que se cree un colgante en forma de lengüeta. La mano derecha presenta también joyería pero su estado de conservación es precario. En cuanto al trono es aquí donde se aprecian detalles muy concretos, se trata de un trono con una estructura simple pero bien decorado al menos en lo que se conserva. El frente de las patas delanteras está decorado con formas rectangulares rehundidas en hasta tres planos. En el lateral de la pata que llega hasta el suelo se ven también dos formas rectangulares hundidas así como la terminación de la pata en forma de pirámide truncada. Los dos travesaños que parten de la pata delantera y que en su origen se unirían al respaldo, también aparece decorado con un motivo muy similar94. Otro elemento característico sobre esta dama es el pajarillo de 12 cm de altura, representado junto a la pata del trono con la cabeza mirando al exterior y el ala R. CASTELO RUANO (1990), 27-29 E. CUADRADO DÍAZ (1995), 247-250 93 E. CUADRADO DÍAZ (1950), 13 94 D. GONZÁLEZ SÁNCHEZ (2013) 91 92 25 desplegada en tres cuartos. La representación de aves en las damas sedentes no es un elemento novedoso, la Dama de Baza tiene uno aprisionado en su mano. Se trata posiblemente de una representación simbólica vinculada a la fecundidad. La cronología para esta pieza la sitúa por paralelos a mediados del siglo IV a.C, coincidiendo con la plenitud de la época ibérica y es que la influencia griega es evidente en el tratamiento de la indumentaria especialmente95. El trono a pesar de no ser tan boyante como pueda ser por ejemplo de la Dama de Baza, es un trono simple pero que sin embargo los detalles del rebajado rectangular hasta en tres capas, nos indica ya su valor tanto como mobiliario o como por su significado, el de ser el asiento de otra dama aristocrática divinizada o diosa ibérica. La escultura en su origen estaría encima de la tumba adornando todo el complejo escultórico de la necrópolis lo que es de mención puesto que la dama de Baza se encontró dentro de la cámara. La destrucción a la que fue sometida la escultura no fue casual, se ha constatado que a finales del siglo V e inicios del siglo IV a.C, los monumentos que adornaban la necrópolis, fueron destruidos y reutilizados sus fragmentos en construcciones más modernas96. d) Dama del Cabecico del Tesoro o de Verdolay Fue encontrada en el yacimiento conocido como Cabecico del Tesoro, perteneciente al término municipal de La Alberca en la provincia de Murcia. Similar al Cigarralejo, se trata de un completo yacimiento al que le corresponde una necrópolis, el cercano santuario de la Luz y un poblado. Conocido el conjunto desde el siglo XVIII, las primeras campañas se emprenden en la década de 1930, concretamente en el 35 y 36 hasta que se vieron paralizadas por la guerra civil, fueron emprendidas de nuevo en el 42, 44 y 55. Llegaron a hallarse hasta 595 enterramientos, tratándose de la necrópolis con mayor número de sepulturas del mundo ibérico97 98. La cronología nos indica que la necrópolis estuvo en funcionamiento desde el siglo IV a.C hasta el I a.C con varios tipos de enterramientos pero siendo el común el hoyo con la urna en el centro y el ajuar. La cantidad de elementos D. GONZÁLEZ SÁNCHEZ (2013) E. RUANO RUIZ (1987) 90-91 97 F. QUESADA SANZ (2006), 42-43 98 V. PAGE DEL POZO, J. M. GARCIA CANO (1993) 35 95 96 26 escultóricos encontrados, que sabemos que fueron reutilizados ya desde los primeros momentos de la necrópolis, es un indicador de que se trató de un recinto importante y rico por su decoración99. La dama sedente, apreciable en la imagen 12, fue hallada en la campaña del 36 pero fragmentada y sus restos dispersos entre dos enterramientos, el 114 y el 119, variando incluso la profundidad de sus hallazgos. Como el resto de este tipo escultórico, representa a una dama entronizada, en actitud rígida y con los brazos descansando en sus rodillas. Como decimos, se encontró fragmentada y le falta la cabeza, cuello, brazo derecho y la parte inferior. En relación al análisis técnico está realizada en piedra local, arenisca molasa de tono amarillo, posee una altura de 67.3 cm, 47.5cm de ancho y 61 cm de profundidad. En cuanto a la indumentaria está arropada por amplio manto que pasa por debajo del brazo mejor conservado y llegaría a recogerse en el hombro contrario, se observan además pliegues muy incisos en forma de zigzag, la túnica que lleva cae recta hacia abajo pero por falta de conservación no sabemos cómo terminaría, posiblemente con el calzado típico asomando. En cuanto a joyería, solo se ha podido constatar la existencia de un anillo. El trono o sillón no está muy bien conservado pero lo poco apreciable nos indica que posee un respaldo alto con base maciza y braceros redondeados100. Sobre la cronología de la pieza no hay consenso por falta de datos arqueológicos, pero por paralelos y su estilo arcaico estaría fechada a finales del siglo V principios del IV a.C mientras que unos autores la consideran más antigua101. Sin embargo tras todo lo que hemos visto sobre esta figura existe una problemática sobre su sexo, ya que la cabeza unida al cuerpo no está conservada, se le atribuyó una cercana a los restos y es que la cabeza presenta un peinado típico masculino griego, esto unido a estudios comparativos sobre los ropajes con otras esculturas masculinas por M. RUIZ BREMÓN y E. RUANO RUIZ F. QUESADA SANZ (2006), 196 E. RUANO RUIZ (1987), 278 101 V. PAGE DEL POZO, J. M. GARCÍA CANO (1993), 36-37 99 100 27 da validez al argumento de la posibilidad de que la figura entronizada sea un varón102 103 104. Los paralelos que encontramos en la cultura mediterránea e ibérica nos hace pensar que se trataría de una dama entronizada, esa diosa ibérica conocida desde antiguo pero con representaciones tardías partiendo de estilos greco orientales. e) Dama de Vizcarra Esta escultura fue localizada en el partido de Vizcarra de la Alcudia de Elche. La Alcudia se localiza a unos dos kilómetros al sur de la ciudad de Elche, provincia de Alicante, en la margen izquierda del rio Vinalopó, ubicada en el centro de una llanura que está cortada por el norte por las estribaciones de la sierra de Crevillente. Esta zona según el estudio estratigráfico estaría habitada durante cinco milenios, siendo el yacimiento el resultado de asentamientos superpuestos como se ha comprobado en las sistemáticas campañas desde 1935 y el buen conocimiento de la zona desde las últimas décadas del siglo XIX 105. La dama fue hallada por una vecina en 1802 en el partido de Vizcarra muy cerca de la Alcudia106. Fue registrada El 31 de marzo de 1803 por el Conde de Lumiares en cuyo registro adjuntó unos dibujos de las piezas encontradas107. Es a partir de este dibujo, que se puede ver en la imagen 13, como la comentaremos. Hallada sin cabeza, sin pies y prácticamente sin restos del trono, esta dama presenta la misma actitud que las anteriores, sedente, por supuesto, y con los brazos flexionados descansando las manos en las rodillas. Parece esculpida en un solo bloque, probablemente en arenisca local como la gran mayoría de la escultura ibérica, mide 56 cm de alto108. Porta un manto que le cubre los brazos y las piernas cayendo en pliegues como se puede ver en el dibujo. Túnicas posiblemente llevaría entre dos y tres aunque tampoco se observa con claridad pero sería normal conociendo las damas anteriores M. RUIZ BREMÓN (1991), 83-97 V. PAGE DEL POZO, J. M. GARCÍA CANO (1993), 38 104 E. RUANO RUIZ (1987), 16 105 R. RAMOS FERNÁNDEZ (2004), 15 106 A. RAMOS FOLQUÉS 150 107 R. CEBRIÁN FERNÁNDEZ (2002), 267-268 108 E. RUANO (1987), 295 102 103 28 además se observa que es de manga larga. Lo que si se aprecia son los motivos geométricos de las túnicas que caen en zigzag desde el vientre hasta los pies. A esta pieza no se la puede incluir en ningún contexto por que las circunstancias de su hallazgo no son muy conocidas. En esa planicie de la Alcudia se extendía la necrópolis ibérica desde principios del siglo IV a.C109 así que podría pertenecer a esta o quizá pertenecía al conjunto del cercano santuario de la Alcudia. Tampoco conocemos su cronología aunque por paralelos con esa rigidez y una indumentaria algo arcaica podría datarse a comienzos del siglo IV a.C f) Dama de la Alcudia Fue hallada, como la de Vizcarra, en el llano de la Alcudia. Se encontró en 4 fragmentos, 3 de ellos casan entre sí. Corresponden a una parte de la pierna derecha unida a un trozo de la pata delantera del trono, un fragmento superior que también se observa parte del vestido y unas molduras del trono así como parte del bracero derecho del trono, brazo derecho de la dama con la mano apoyada en la rodilla y extendiéndose hacia el pecho pudiendo ver la indumentaria observable en la imagen 14. El cuarto y último fragmento se trata de un apéndice alado que partiría del respaldo del trono. A partir de estos fragmentos en 1997 se puso en marcha su reconstrucción a cargo de Rafael Ramos Molina110. Fue realizada en caliza local de tono blanco como se aprecian en las fotografías. Tiene una altura de 85 cm A pesar de su estado la actitud parece la misma que las anteriores con los brazos flexionados a la altura de la cadera y las manos en las rodillas111. En cuanto a la indumentaria se aprecia en la imagen 15 un manto por el que saca su brazo derecho, los pliegues de este manto presentan movilidad y están sujetados a la altura del vientre por un broche circular. Además lleva joyería constatándose una pulsera en forma de espiral y se atisba en el pecho lo que parece un collar formado por un haz de hilos del que pende una bula de lengüeta, A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 44 FUNDACIÓN ALCUDIA (2014) 111 E. RUANO RUIZ (1987), 295 109 110 29 parecido a dos collares de la Dama de Elche por que podría ser un tipo muy común en la zona112. Sin embargo esta dama a pesar de su estado, nos muestra varias curiosidades. En primer lugar hay que destacar en el fragmento que aparece su mano derecha, como con ella sujeta una ramita con frutos de lo que se ha considerado que es adormidera113. Esta planta está asociada al mundo funerario en el entorno Mediterráneo desde el 1600-1400a.C así que no sorprende que en el mundo ibérico se represente con la misma simbología, ya que además de la representación que aparece en la dama, existen otros ejemplos cercanos precisamente en el área Contestana114. Por ello aunque carezcamos del contexto donde fue hallada esta escultura, sabemos al menos por la adormidera que estaría relacionada con el ritual funerario y por lo tanto asociada a la necrópolis. Otra curiosidad es que fue hallada con restos de policromía aunque desconocemos el color de los pigmentos115. Finalmente habría que hablar del trono de la dama, es poco lo que se ha encontrado pero lo suficiente como para poder hacernos una idea de que no era un simple sillón. En primer lugar el fragmento más inferior de la escultura que nos muestra una parte de la pata delantera, ya vemos como se reduce el cuerpo de la pata hacia un tramo más estrecho para, posiblemente, como se ve en la reconstrucción, acabara de nuevo ensanchándose. También vemos un ligero achaflanado en los vértices a media altura de las patas hasta ese estrechamiento. En el fragmento superior se aprecian se aprecian unas molduras en la parte superior de las patas con unos motivos semicirculares divididos en dos cuerpos. Así mismo la parte del bracero parece estar a dos alturas, pareciendo que la primera está incluso acolchada. Por esta tipología E. RUANO RUIZ lo adjunta al tipo III de G. Richter. El trono no termina aquí si no que para concluir, estarían los laterales del respaldo rematados con dos alas, se ha encontrado solo una moldura, la que pertenece al lado derecho y en ese fragmento se aprecian motivos que parecen A. RAMOS FOLQUÉS (2005), 695 T. MONEO RODRÍGUEZ (2003), 424 114 E. GUERRA DOCE (2002), 52-54 115 E. RUANO RUIZ (1987), 274 112 113 30 plumas. Como hemos podido ver a pesar de la fragmentación, se trata de una dama ricamente enjoyada sentada en trono decorado, dando muestras de su importancia y que tanto con las alas como con la rama de adormidera, sabemos que está ligada a un contexto funerario. Es por ello que aquí debemos preguntarnos lo mismo que con las demás, si se trata de una dama de la aristocracia divinizada o una diosa ibérica. g) Dama sedente del Llano de la Consolación Este yacimiento se encuentra en la provincia de Albacete en el término municipal de Montealegre del Castillo, concretamente a 5 km del conocido santuario del Cerro de los Santos116. El lugar es conocido oficialmente como yacimiento en 1891 comenzando la primera excavación ese mismo año a finales del verano por A. J. González en el lugar conocido como Campo de Blas donde se recuperaron los primeros materiales117. Es precisamente en esta primera excavación donde se halla a nuestra dama descrita, como se ve en la imagen 16, como una dama sedente acéfala, fue cedida formando parte de un lote a Arthur Engel donde acabó descansando en el Louvre hasta 1941 cuando en un intercambio entre Francia y España, en el cual le acompaña la Dama de Elche entre otras, vuelve de nuevo para que reposara definitivamente en el Museo Arqueológico Nacional118. El contexto de su hallazgo fue muy discutido durante gran parte del siglo XX ya que desde el principio se asoció el yacimiento del Llano de la Consolación a un santuario como el vecino del Cerro de los Santos, hasta que en 1980 M. C. MARÍN CEBALLOS119 tras un análisis de los materiales hallados, llega a la conclusión de que se trataría de una necrópolis y no un santuario como se creía. En relación al análisis técnico de la pieza, está realizada en un solo bloque de piedra caliza local120. Mide 100 cm, como vemos un gran tamaño, siendo la M. C. MARÍN CEBALLOS (1980), 233 A. FERNÁNDEZ DE AVILÉS (1953), 198 118 M. C. VALENCIANO PRIETO (1998) 119 M. C. MARÍN CEBALLOS (1980), 238-239 120 MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL 116 117 31 segunda dama sedente más grande hallada hasta la fecha tras la Dama de Baza121. Esta escultura nos muestra la misma actitud que el resto de la colección de las damas sedentes, con una actitud rígida y frontal descansando sobre un trono. El brazo derecho va ocultado pero se aprecia su forma a través del denso manto, lo lleva flexionado con la mano dirigida al pecho mientras que el brazo izquierdo lo flexiona a la altura de la cintura y acaba con la palma de la mano hacia arriba, pudiendo llevar en su origen alguna ofrenda, símbolo u objeto como en los casos de la Dama de Baza y la Dama de la Alcudia por ejemplo. Las piernas al igual que el brazo derecho, están envueltas en varias capas de túnicas y el manto, ambas flexionadas y descansando los pies, seguramente con el calzado típico, en un escabel muy deteriorado. Su indumentaria como hemos dicho consta de un gran manto con las puntas rematadas con dos borlas como las que hemos visto anteriormente en la Dama del Cigarralejo, el manto parece ser pesado pero cae grácilmente y se observan los pliegues. Así mismo si nos fijamos en la parte inferior se ve que porta al menos dos túnicas. Acerca de las joyas podemos ver en el hueco que deja el manto sobre el pecho, un collar con colgantes discoidales del que penden otros con forma de lengüeta similares a los de otras damas vistas. En cuanto al trono, corresponde al tipo III de G. M Richter y se trata de un sillón no muy complejo con cuatro patas verticales, respaldo a media. Posee un aspecto leñoso imitando a un rico mueble con paralelos directos en el mundo griego constatándose por tanto esa fuerte corriente jónica que llegó a la península a partir del siglo VI a.C y que se difundió por todo el Mediterráneo como se ve también en las cercanas terracotas de Ibiza. Es por ello así como por la gracilidad y suavidad de los ropajes representados que la dama habría que fecharla en torno a finales del siglo V a.C.122 123 124. Sobre la disposición de la estatua se ha discutido también y es que se desconoce si estuvo dentro de una tumba, a pesar de que no se ha constatado ninguna lo suficientemente profunda en el yacimiento como para albergarla o sin embargo E. RUANO RUIZ (1987), 295 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 40-41 123 E. RUANO RUIZ (1987), 273-278 124 MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL 121 122 32 sobre ella colocada a modo de estela funeraria y perteneciendo al programa decorativo de la necrópolis del Llano de la Consolación125. Sabemos además de la existencia de otras damas sedentes pero por falta de acceso a la bibliografía, siendo además escasa sobre estas, no hemos podido realizar la descripción característica que hemos realizado con las demás damas. Solo de la conocida como Dama de Benimassot126, Alicante, hemos podido conocerla por la imagen 17, observándose a una dama sedente acéfala realizada en un único bloque de caliza local muy desgastada apreciándose tímidamente unos pliegues en el manto que la cubre, el respaldo del trono así como las piernas y los brazos. Las otras dos damas de las que carecemos de suficiente información son las procedentes de Fuerte del Rey, Jaén, las cuales se dudan de su autenticidad, solo conocemos la medida de una que sería de 21 cm127. Podemos señalar también de forma muy breve las teorías de que la Dama de Elche y la dama de Cabezo Lucero en Guardarmar del Segura, ambas localizadas en Alicante, siendo bustos, podrían ser realmente en sus formatos originales damas sedentes típicas del sureste como hemos visto128 129 130. Visto el catálogo de las grandes damas podemos señalar tres características que tienen en común y que nos sirven para dar el salto al último apartado de este capítulo. En primer lugar todas corresponden cronológicamente al periodo conocido como ibérico pleno que abarcaría desde comienzos del siglo V a.C hasta mediados del siglo III a.C siendo algunas del periodo más arcaico por su tipología y labra y otras pertenecientes a fechas más cercanas por su apreciable evolución estilística131 En segundo lugar como hemos comprobado la mayoría están adscritas a un contexto funerario, incluso las que no están constatadas por su falta de documentación, se intuyen por los restos del entorno. M. C. VALENCIANO PRIETO (1998) T. MONEO RODRÍGUEZ (2003),424 127 E. RUANO RUIZ (1987 I), 295 128 M. BENDALA GALÁN, R. RAMOS (1997), 248-249 129 J. M. BLÁZQUEZ MARTÍNEZ (1995), 111 130 A. JODIN, E. A. LLOBREGAT CONESA (1990), 115 131 E. RUANO RUIZ (1987 II), 140-159 125 126 33 Por último, todas por las características estilísticas de su trono, indumentaria e incluso la posición, están relacionadas con imágenes divinas, diosas protectoras de los difuntos, la representación de una antigua diosa ibérica sedente e incluso la heroización o divinización de una mujer perteneciente a la aristocracia local132. Así pues hablaremos ahora para concluir este capítulo de otro tipo de escultura de dama sedente que posee un formato menor y están localizadas en otro contexto, el de los santuarios. 4. EXVOTOS FEMENINOS SEDENTES En este apartado comentaremos las dos colecciones de estos exvotos que encontramos en el área Ibérica, tanto en el Cerro de los Santos como en el santuario de Torreparedones. Comenzaremos con el Cerro de los Santos, está localizado a escasos kilómetros del ya visto Llano de la Consolación, en el mismo término municipal de Montealegre del Castillo, en la provincia de Albacete. Las primeras noticias provienen de las primeras décadas de 1800 cuando el bosque que cubría el cerro es talado y florecen los restos. Arqueológicamente será conocido y excavado en sucesivas campañas desde 1860 alargándose hasta la última en 1981133. Si por algo destaca este yacimiento es por su cantidad de esculturas y fragmentos hallados en lo que se considera un templo o santuario, ya que se ha constatado la existencia de un edificio de carácter sacro. La cronología que abarca el santuario parte con toda seguridad desde el siglo IV a.C siendo adscritas a esta fase más antigua una parte pequeña de los exvotos, la fase más floreciente santuario comienza a mediados del siglo III a.C llegando hasta finales del siglo II a.C, comienzos del I a.C, a partir de esta fecha comenzaría el declive del lugar a partir del siglo I d.C. El auge y declive del santuario se corresponde con su emplazamiento en la vía Heraclea, lugar de obligado paso entre las zonas costeras y el interior, así como la evolución de la presencia romana en la península, floreciendo en época republicana y tardorrepublicana para comenzar el declive en época imperial por el cambio del tráfico comercial y tránsito humano. Es precisamente en la fase más floreciente donde nuestros exvotos femeninos 132 133 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 21-23 E. RUANO RUIZ (1987), 88-94 34 sedentes son creados en los talleres de los exteriores del santuario entre finales del siglo III y comienzos del II a. C134. Son 10 los hallados hasta la fecha y de ellos comentaremos las características más generales de todos así como de una manera más descriptiva los dos más característicos. El material en el que están realizados es una arenisca local de muy fácil labra y con tono amarillento y blanquecino135. Sobre los tamaños el exvoto femenino sedente más pequeño sería de 27 cm mientras que el mayor tendría 59 cm, situándose el resto entre esos extremos oscilando entre los 30 y 42 cm136. La actitud de estos exvotos no varía mucho con las damas vistas ya que además se cree que parten como referencia de las terracotas mediterráneas, están sentadas en unos tronos o sillones más simples, correspondiendo al tipo IV de G. M. Richter tienen elementos comunes con tronos griegos arcaicos del siglo V a.C, de una forma rígida y frontal con los brazos flexionados a la altura de la cintura y las manos apoyadas sobre las rodillas. En relación a la indumentaria los mantos llevan son grandes y pesados y caen desde los hombros o cabeza cubriendo los brazos hasta las piernas, como es normal bajo el manto portan túnicas plisadas o acampanadas, así como el calzado típico cerrado y redondeado. El tocado también es variado desde simples velos hasta complicadas mitras esferoides. Para finalizar, en cuanto a joyería, lo más común son las con diademas y uno o varios collares137 138. Vamos a comentar ahora los dos exvotos más característicos que se pueden ver en las imágenes 18 y 19, el primero se trata de, por supuesto, una dama sedente de 39,4 cm de alto. Por el aspecto aparenta ser una mujer joven, con finos labios y ojos almendrados. En la cabeza porta una cofia decorada con motivos geométricos así como ínfulas lisas con los extremos rematados con pequeñas cuentas tras ser recogidas con dos barras horizontales, lleva además una diadema con dos filas de cuentas superpuestas. El manto, por debajo del velo, le cae desde la cabeza cubriéndole brazos y piernas dejando ver hasta tres túnicas, ajustadas con un cinturón, de distintos motivos, siendo tres también los M. RUIZ BREMÓN (1989), 91, 195-196 IBÍDEM, 85, 99 136 E. RUANO RUIZ (1987 I), 294-295 137 M. RUIZ BREMÓN (1989), 89-139 138 E. RUANO RUIZ (1987 I), 272 134 135 35 collares que podemos verle en el pecho. En cuanto al trono, tiene las patas delanteras curvadas con unos braceros anchos. Todo el conjunto está asentado en una peana de base gruesa. A continuación vamos a describir la última, es la pieza más grande de la colección de exvotos femeninos sedentes con una altura de 59 cm. Siguiendo el mismo tipo y actitud, presenta sin embargo un curioso tocado esferoide con atisbos de una decoración geométrica, esta mitra parte desde el cuello tapando las orejas y envolviendo la cabeza en un voluminoso tocado, bajo este aparece una diadema similar a la de la dama anterior pero con una fila más de cuentas menores. Por el tocado, el manto le cae desde los hombros y no desde la cabeza, envolviéndole igualmente brazos y piernas. Son dos túnicas las que lleva, ajustadas también con un cinturón, una lisa hasta un poco más arriba de la cintura y una con motivos romboidales que le llega hasta los pies. En cuanto a joyas lleva un collar con cuentas entorchadas. El trono es de un tipo simple139 140 141. Para concluir vamos a abordar los exvotos femeninos sedentes del santuario de Torreparedones en el municipio de Baena, Córdoba. Son 5 los encontrados, todos ellos localizados en las inmediaciones del santuario y como ejemplo los vemos en las imágenes 20 y 21. Corresponden cronológicamente al mismo periodo que los del Cerro de los Santos o quizá algo posteriores. En cuanto a características generales, están realizadas en caliza local con una talla muy pobre, estando las piezas generalmente mal conservadas. El rango de medidas abarca desde 17 cm el más pequeño hasta 35 cm el mayor. Representadas en un único bloque, se advierten algunos detalles del trono pero por el esquematismo, parecen más sillas o sillones que un trono. La postura de estos exvotos también varía en cuanto a la posición de los brazos. Tres piezas los tienen flexionados en forma semicircular y pegados al cuerpo mientras que las otras dos parecen sostener con la mano sobre sus rodillas un vaso. La representación de la indumentaria y ornamentación es muy pobre, apareciendo en algunos detalles que inducen a pensar que podría tratarse de un velo o collar142. IBÍDEM, 267, 294 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), 40 141 M. RUIZ BREMÓN (1989), 136, 156 142 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 9-20 139 140 36 En las dos colecciones, los exvotos presentan una diferencia claramente apreciable y es que los exvotos del Cerro de los Santos están mejor realizados evidenciando la existencia de un taller bastante más completo que el del Santuario de Torreparedones. Así mismo habría que escindir también estas dos colecciones de las grandes damas vistas en este capítulo. Para empezar, a las grandes damas sedentes se las considera divinidades por su localización, atributos, indumentarias y el trono que descansan siendo por lo tanto imágenes muy completas. Sin embargo los exvotos vistos, parecen todo lo contrario y es que el mismo concepto de exvoto nos indica que es una ofrenda, duradera, realizada a una divinidad143. La cantidad de exvotos hallados en ambos santuarios y lo más importante, de diferente tipología, nos indica que estos exvotos sedentes no son imágenes divinas si no que son mujeres ibéricas representadas con sus mejores galas que van a estos santuarios para adorar a la divinidad pidiendo a cambio algún favor144. Es en la interpretación religiosa de estos santuarios donde existen distintas teorías, una de ellas es la de asociar ambos complejos al culto o ritual de aguas con propiedades terapéuticas. En el caso del Cerro de los Santos se constatan aguas con alto contenido en sales de sulfatado-magnesiadas así como en Torreparedones con manantiales de los que brota agua con propiedades terapéuticas, esto unido a los exvotos portando vasos o cuencos podría estar en relación con algún tipo de ritual con libaciones con las aguas145. Estos exvotos, así como algo más tarde los togados, hay que considerarlos como los eslabones que unen la tradición de las damas sedentes ibéricas con las futuras realizadas en época iberorromana que veremos a continuación146. M. RUIZ BREMÓN (1989), 83 GARCÍA Y BELLIDO (1980), 40 145 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 26-27 146 E. RUANO RUIZ (1987 II), 162 143 144 37 38 IV. ÉPOCA IBERORROMANA El contexto posterior a la última etapa vista en el capítulo anterior coincide aproximadamente con el inicio de la actividad cartaginesa dentro de la península ibérica a manos de la familia bárquida en el 237 a.C, tras el cruce del Ebro por Aníbal en el 218 a.C, comienzan las hostilidades y la declaración de guerra de Roma a Cartago147. Durante la guerra y con la victoria final de Roma en la segunda guerra púnica a finales del siglo III a.C, comienza la ocupación y el influjo de arte romano conocido como romanización de los pueblos ibéricos. No hay que olvidar así mismo la existencia durante los años de ocupación cartaginesa, un claro influjo punicizante plasmado generalmente en exvotos y figuras de pequeño formato realizados de una manera tosca a lo largo de todo el cinturón levantino-andaluz, especialmente en santuarios, que perduraron aproximadamente hasta época imperial148 149. El periodo iberorromano comenzaría por tanto desde ese final del siglo III comienzos del II a.C hasta la plena romanización del sustrato ibérico hacia el siglo I150. Esta romanización de la sociedad en los primeros decenios se tradujo en la creación de un nuevo lenguaje artístico con clara influencia itálica, conocido como el último helenismo ibérico y con numerosos ejemplos escultóricos151. El más antiguo de estos ejemplos sería el relieve de Minerva en Tarraco, fechada a finales del siglo III a.C. Los antiguos talleres ibéricos del Cerro de los Santos, Torreparedones, Osuna, Porcuna y varios centros del sureste, entre otros, continuarían su producción adaptándose, poco a poco, a los añadidos del imaginario romano especialmente con la llegada masiva de gentes procedentes de la península itálica a partir de la segunda mitad del siglo I a.C que incrementaría la demanda de los talleres locales que en estos primeros momentos seguirían con su tradición centenaria con el uso de calizas, areniscas y sus herramientas apropiadas así como estucados y el uso de pigmentaciones152. E. HERNÁNDEZ PRIETO (2012), 26, 44 E. RUANO RUIZ (1987 II), 152 149 J. M. NOGUERA CELDRÁN, P. RODRÍGUEZ OLIVA (2008),379, 386-387 150 E. RUANO RUIZ (1987 I), 159 151 P. RODRÍGUEZ OLIVA (1998), 323 152 J. M. NOGUERA CELDRÁN, P. RODRÍGUEZ OLIVA (2008), 382-383 147 148 39 En cuanto al tema que nos atañe, la iconografía de las damas sedentes fue paulatinamente decreciendo como vimos en el capítulo anterior. Durante el siglo II a.C no tenemos ninguna pieza como referente por la continua aceleración del proceso de adopción del imaginario y modelos escultóricos romanos. Es en el transcurso del siglo II al I a.C cuando tenemos una escultura, que a pesar de no ceñirse estrictamente a nuestras damas sedentes, es un buen ejemplo para observar ese tránsito artístico realizado a la manera local pero siguiendo las tendencias romanas153. La escultura en cuestión es conocida como el Matrimonio de Orippo, apreciable en la imagen 22, se trata de un grupo sedente realizado en un mismo bloque de caliza en el que aparece representado un hombre y una mujer. Ambos expresan su amor por medio de un cariñoso gesto con las manos. La vestimentas de la mujer así como el concepto del grupo siguiendo paralelos itálicos de tumbas monumentales del siglo II a. C, nos indican ya el grado de romanización alcanzado. Es sin embargo en el sagum turdetano que lleva el hombre, la rigidez de las formas y la técnica escultórica donde se aprecia esa tradición o conservadurismo local tanto por el uso de la caliza, el cincelado superficial así como los laterales y la parte posterior de la escultura desbastados unidos al uso de estuco y pigmentos. Por lo tanto todo ello nos coincide en la cronología asignada entre finales del siglo II a.C y el primer tercio del siglo I a.C154. Vista esta pieza a modo de transición, habría que adentrarse ya en época tardorrepublicana y comienzos del imperio para seguir con nuestra colección de damas sedentes. Comenzaremos con las dos damas sedentes procedentes de Las Cabezas de San Juan, la antigua Conobaria, en la provincia de Sevilla. Se trata de unas esculturas que, como se puede observar en la imagen 23, representan dos damas sentadas dentro de un tipo de nicho u hornacina. Están adscritas a un contexto funerario, ambas portan el manto romano o pallium observándose perfectamente la cantidad exagerada de los pliegues. Una de ellas tiene la cabeza totalmente destrozada, sin embargo la otra está bien conservada y se aprecia el velo que lleva cubriéndole la cabeza. Están 153 154 E. RUANO RUIZ (1987 II), 163-164 M. CAMACHO MORENO (2009), 149-153 40 realizadas de un modo muy esquemático todavía con reminiscencias de técnica escultórica ibérica, con el uso de caliza local entre otras características, a pesar de la indumentaria claramente romana. Ambas por lo tanto, estando adscritas al contexto funerario, habría que considerarlas como dos retratos funerarios fechadas en el último tercio del siglo I a.C155 156. A estas esculturas podría parecerse en el tipo sedente, una estatua femenina hallada en Pinos Puente, Córdoba pero conservada a día de hoy en el Museo Parroquial de la Iglesia de Santa María de Écija. Se conserva únicamente la parte superior de la escultura, como se ve en la imagen 24, desde la cintura hacia arriba y aun así desprende un aire muy similar y característico de esa técnica escultórica iberorromana de los inicios del imperio así como la representación de la indumentaria y la actitud de la dama. La cronología estaría perfectamente enmarcada por el peinado de la mujer, similar al de la emperatriz Livia, mujer de Augusto, en el último tercio del siglo I a.C, coincidiendo pues con todas las características vistas y su posible relación tipológica con las damas sedentes de Conobaria157. Para concluir, ya alejándose de nuestras fechas adentrándonos en el siglo I de nuestra era, sería conveniente mencionar la estatua sedente de Mazarrón considerada Terra Mater, su cronología es como decimos avanzada para nuestro trabajo pero se sigue apreciando técnicamente como el escultor aún posee reminiscencias de la tradición escultórica ibérica a pesar de que se trata de un momento en el que la península estaría ya completamente romanizada158. V. CONCLUSIONES Como hemos podido observar durante este estudio, el tipo escultórico analizado es más singular de lo que en un primer momento podía pensarse. Con su origen tanto escultórico como simbólico en Egipto y el levante Mediterráneo, llegaría a J. M. NOGUERA CELDRÁN, P. RODRÍGUEZ OLIVA (2008), 437, 442 L. BAENA DEL ALCÁZAR (2009), 964-965 157 J. M. NOGUERA CELDRÁN, P. RODRÍGUEZ OLIVA (2008), 436 158 L. BAENA DEL ALCÁZAR (2009), 965 155 156 41 nuestras costas a través de la diáspora de las gentes de Fenicia durante los siglos X y VII a.C de una manera, en un principio intangible o cultual y con la colonización ya de un modo material asentándose por primera vez en la Península Ibérica. La evidencia más antigua como es la Dama o Diosa de Galera nos puso de manifiesto la importancia tanto del tipo como su significado. La realización en un rico material en un experimentado taller oriental, su posterior viaje y finalmente descanso en la tumba del rex de una población Bastetana en los confines del hasta entonces mundo conocido, es un claro indicador de que se estaba acrecentando el cambio en el sustrato ideológico y en consecuencia el social de las poblaciones indígenas de la Península Ibérica. La distribución fenicia por las costas del sur y parte del levante peninsular durante siglos promovió que se realizaran las primeras damas sedentes como hemos podido ver en Baria y Gadir. Su realización no corresponde meramente a un fenómeno escultórico aislado sino que como hemos visto están fuertemente asociadas al mundo religioso y funerario, forman ambos conceptos un mismo corpus simbiótico que fomentará la expansión de las damas. El punto de inflexión que hemos apreciado en cuanto a la representación técnica, que marcará la evolución de las damas ibéricas, fue sin duda la llegada de los influjos tipológicos griegos a partir del siglo VI a.C con las primeras constataciones en la coroplastia ibicenca y es que las nuevas tendencias griegas serán rápidamente absorbidas por los florecientes talleres escultóricos ibéricos dando como resultado esa característica escultura ibérica con influjos orientales, griegos y por supuesto el toque local. La distribución espacial observada de estas esculturas corresponde con el arco sureste levantino, es decir a zonas donde la identidad ibérica fue más fuerte correspondiendo cronológicamente en el periodo conocido como ibérico pleno. Es precisamente en este momento de gran esplendor donde la problemática en torno a estas damas es mayor. Sus lugares de hallazgos asociadas generalmente a necrópolis, sus ricas prendas y adornos, actitud y otros símbolos nos han hecho preguntarnos, quienes eran estas damas. Esta sería la pregunta clave cuya respuesta daría significado a todo un apartado de la escultura ibérica 42 así como de su historia. Con la discrepancia entre autores sobre este tema, en nuestra opinión creemos que se tratarían de imágenes divinas, diosas protectoras del difunto en el más allá. Son muchos los indicios, vistos durante este estudio, que nos hacen creer que fue esta la realidad de estas esculturas a pesar de que carecemos del nombre de la diosa. A finales del siglo IV y mediados del siglo III a.C asistimos al comienzo del paulatino declive de las grandes damas puesto que el tipo persistirá se cambiarán dos características importantes, como son la reducción del formato y el lugar de hallazgo situándose ahora en entornos sacros a modo de exvotos. Esta escisión hace reforzar aún más la teoría de la divinidad de las grandes damas por un lado y la representación de mujeres ibéricas en los exvotos. Es con la llegada de los contingentes latinos a finales del siglo III y durante todo el siglo II a.C cuando el proceso de declive se acelerará por el creciente cambio en el sustrato religioso ibérico. La demanda de las elites locales, en su fase de romanización, obligarían por la nueva demanda a los talleres escultóricos con sus técnicas ancestrales, a comenzar a readaptarse a estos nuevos tipos latinos surgiendo así las esculturas finales en la época iberorromana. En definitiva fuesen imágenes divinas o damas pertenecientes a las elites locales, es evidente que durante siglos la imagen femenina sedente tuvo un enorme peso y calado en el imaginario ibérico, su adscripción al mundo funerario y en consecuencia al religioso nos delatan una vez más su importancia en la sociedad ibérica hasta el punto que no es sino con la romanización, cuando este tipo comienza a desaparecer. CONCLUSION. In this work we are analyzing the sculptural type of Seated Dames. It’s more unique than you might at first think. The sculptural and symbolic type was originated in Egypt and the Levant. It arrived to our shores through the diaspora of people of Phoenicia during the X and VII centuries BC. First of all, it was shown 43 in a cult or intangible way. Afterwards with the colonization, it was represented in a material way settling for the first time in the Iberian Peninsula. The oldest evidence is the Lady or Goddes of Galera that reveal us the importance of the sculptural type and her meaning. It’s manufactured with a rich material in an experienced Syrian workshop. Her journey through the Mediterranean Sea and finally her rest in a tomb of an Iberian local king, indicated clearly that the change in the ideological and social substrate was increasing. The distribution of the Phoenicians in the south and southeast of the Iberian Peninsula shores, promoted that the first Seated Dames were created in the towns of Baria and Gadir. Their production does not correspond to an isolated sculptural phenomenon but as we have seen, is strongly associated to religious and funerary worlds. Both concepts form a symbiotic relation that promotes the expansion of the Seated Dames. The defining moment that we have seen in terms of technical representation that will mark the evolution of the Iberian dames, was undoubtedly the arrival of the Greeks typological influences from the sixth century BC with the Ibizan figurines as first examples. Greek new trends are quickly absorbed by the booming Iberian sculpture workshops and it will result a sculpture with Oriental, Greek and, of course, the local influences. The spatial distribution observed on these sculptures corresponds to the Levantine southeast arc, i.e. in areas where the Iberian identity was strong. It corresponds chronologically with the known-period “full Iberian”. It is precisely at this moment of great splendor where the problems surrounding these dames are higher. Their discovery places - usually associated with cemeteries - their rich clothes and ornaments, and other symbols have made us wonder who these dames were. This would be the key question whose answer would give us the meaning of a part of the Iberian sculpture and its history. With the discrepancy between authors on this subject, we believe that they are divine images and protective goddesses of the deceased in the afterlife. There are many clues saw during this study that make us believe that it was this reality of these sculptures although lack the name of the goddess. 44 In the late fourth century BC and the middle of the third century BC we witnessed the beginning of the gradual decline of the great Seated Dames. Meanwhile the type persisted, two important characteristics had changed: the size was reduced and the discovery place was in sacred environments in a mode like a votive offerings. It is with the arrival of the Latins contingents in the late third century BC and throughout the second century BC when the process of decline was accelerated by the growing change in the Iberian religious substrate. The demand of local elites, at the stage of Romanization would force the ancient sculpture workshops with Iberian techniques to start readjusting to these new and emerging Latins sculptures types in the final period Iberian-roman. In conclusion, it is clear that Seated Dames’ images had a huge weight and depth in the Iberian imagination for centuries. Their relation with the funeral world and consequently with the religious, betray us once again their importance in the Iberian society, to the point that it is only with the Romanization when the type starts to disappear. 45 VI. CUADROS Y GRÁFICOS 1. Dama de Galera159 2. Túmulo 20 de Galera160 159 160 M. ALMAGRO GORBEA (2009), 8 M. O. RODRÍGUEZ ARIZA ET AL (2008) 46 3. Dama de Cádiz161 4. Dama de Villaricos162 161 162 M. ALMAGRO GORBEA, M. TORRES ORTIZ (2010), 48 IBÍDEM, 272 47 5. Terracota Ibicenca163 6. Tumba número 155164 163 164 M. TARRADEL I MATEU (1974), 144 F. PRESEDO VELO (1973), 17 48 7. Dama de Baza165 165 F. PRESEDO VELO (1973), LÁMINA III 49 8. Dama de Baza166 9. Dama de Baza167 166 167 IBÍDEM, LÁMINA IV F. PRESEDO VELO (1973), LÁMINA V 50 10. Posible representación del trono de la Dama de Baza como un mueble ibérico168 11. Dama del Cigarralejo169 168 169 E. RUANO RUIZ (1990), 31 D. GONZÁLEZ SÁNCHEZ (2013) 51 12. Dama de Verdolay fragmentos y reconstrucción170 13. Dibujos de la Dama de Vizcarra171 170 171 V. PAGE DEL POZO, J. M. GARCIA CANO (1993), 37 R. CEBRIÁN FERNÁNDEZ (2002), 268 52 14. Fragmento del brazo de la Dama de la Alcudia172 15. Reconstrucción Dama de la Alcudia173 172 173 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), Fig. 55 FUNDACIÓN ALCUDIA (2014) 53 16. Dama del Llano de la Consolación174 17. Dama de Benimassot175 174 175 A. GARCÍA Y BELLIDO (1980), fig. 45 V. M. DÁVILA VEGAS (2002) 54 18 y 19. Exvotos femeninos sedentes del Cerro de los Santos176 176 M. RUIZ BREMÓN (1990), 258-259 55 20 y 21. Exvotos sedentes de Torreparedones177 22. Matrimonio sedente de Orippo178 177 178 J. A. MORENA LÓPEZ (1999), 11, 13 M. CAMACHO MORENO (2009), 149 56 23. Damas de Conobaria179 24. Dama de Écija180 179 180 J. M. NOGUERA CELDRÁN, P. RODRÍGUEZ OLIVA (2008), 439 IBÍDEM, 437 57 VII. 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