ALGUNAS APORTACIONES PSICOLÓGICAS
Y SOCIOLÓGICAS A LA EDUCACIÓN
Gerónimo Mendoza Meráz
María Amelia Reyes Seáñez
Pedro Barrera Valdivia
(coordinadores)
Este libro fue apoyado con recursos PIFI 2013, asignados al Cuerpo Académico UACHCA-108, proyecto 05, Meta 5.1.2.2.6.
Primera edición, 2014
D.R. © Pedro Barrera Valdivia, Luis René Bautista Castro, Beatriz Calvo Pontón, José Eliseo De la Rosa Ríos, Carlos González Herrera, Ramón Leonardo
Hernández Collazo, Jannay Hernández Guzmán, Carlos Ibáñez Bernal, Perla
Meléndez Grijalva, Gerónimo Mendoza Meraz, Irlanda Olave Moreno, Diana
Marcela Ortiz Sierra, Ricardo Pérez-Almonacid, Margareth Melina Rangel
Cárdenas, María Amelia Reyes Seáñez, Sebastián Salem Escalante, Jairo Ernesto Tamayo Tamayo, Sara Torres-Hernández, Ana Cecilia Villarreal Ballesteros.
D.R. © 2014, Universidad Autónoma de Chihuahua
Dirección de Extensión y Difusión Cultural
Campus Universitario I
C.P. 04510, Chihuahua, Chihuahua
ISBN: 978-607-77242-98-2
Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o
parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la
previa autorización por escrito de los editores.
Impreso y hecho en México / Printed and made in Mexico
APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
Ricardo Pérez-Almonacid, Margareth Melina Rangel Cárdenas, Luis René
Bautista Castro, Jannay Hernández Guzmán, Diana Marcela Ortiz Sierra
Centro de Estudios e Investigaciones en Conocimiento y Aprendizaje Humano
Universidad Veracruzana
Es una idea común en el ámbito educativo que el aprendizaje de conceptos es uno de sus objetivos fundamentales (cf. Taba, 1962; Pozo, 1992;
Aebli, 2002) aunque ciertamente no el único. Los dominios disciplinares
ofrecen categorías y conceptos que se espera que los estudiantes aprendan como parte del repertorio cultural que pretende desarrollarse (Ribes,
2008). Aprender el concepto de masa y de fuerza, en física; el concepto de
reproducción sexual y de metabolismo, en biología; o de derechos humanos y
de globalización en ciencias sociales, son ejemplos de lo que se espera que
el estudiante aprenda en su paso por la escuela.
El aprendizaje de conceptos se ha contrastado con el aprendizaje de
hechos de carácter memorístico (Pozo, 1992), y se ha asociado con lo que
Ausubel (2000) denomina aprendizaje signiicativo, uno que trasciende
justamente el recuerdo de instancias y pretende alcanzar una comprensión lexible y aplicable del conocimiento aprendido. Y en cierto sentido
esa relación se justiica por el hecho de que en las principales tradiciones
en la psicología del lenguaje y el pensamiento, como aquella representada
por Vygostky (1981), se caracteriza el desarrollo intelectual en función
del logro progresivo de conceptos abstractos a partir de fases iniciales de
relación asociativa con instancias aisladas.
A pesar de reconocer que el aprendizaje conceptual es un objetivo
educativo, que en la tradición psicológica se han desarrollado por décadas
varios estudios y teorías para comprender mejor cómo se logra y cuál es
su dinámica, y que han surgido cientos de modelos pedagógicos encaminados a promoverlo, lo cierto es que los indicadores educativos en nuestros países (v.gr. SEP, 2013) sistemáticamente sugieren que la mayoría de
los niños no están aprendiendo conceptualmente.
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
La investigación es un paso inicial para abordar el problema. El espectro de posibilidades investigativas va desde la pregunta especíica por la
efectividad de diferentes programas de enseñanza de competencias muy
deinidas en dominios de conocimiento, hasta la investigación más básica
de los procesos psicológicos involucrados en el aprendizaje conceptual
extensible a cualquier dominio de conocimiento. El presente capítulo
pretende reseñar las principales conclusiones obtenidas hasta la fecha
en una línea de investigación orientada de esta segunda forma. Se trata
de una línea emprendida en el Centro de Estudios e Investigaciones en
Conocimiento y Aprendizaje Humano (CEICAH), de la Universidad Veracruzana, y que involucra a estudiantes de licenciatura y doctorado; su
interés reside en estudiar las relaciones empíricas entre el logro conceptual, la abstracción y el lenguaje. En especíico, hemos intentando evaluar
relaciones de necesidad y suiciencia entre interactuar lingüísticamente
de cierto modo en tareas en las que se requiere identiicar y abstraer un
concepto. Por su naturaleza básica, la investigación no se ha planteado
directamente para atender el problema educativo reseñado anteriormente; su vocación es disciplinaria psicológica, es decir, el objetivo ha sido
comprender cómo se relacionan los factores mencionados. No obstante,
lo que estudia es pertinente para interpretar lo que pasa cuando los estudiantes aprenden conceptos y, en esa medida, puede servir de punto de
referencia para pensar nuevas aproximaciones didácticas que favorezcan
tal aprendizaje.
LOGRO CONCEPTUAL, LOGRO CATEGORIAL, CONCEPTUALIZACIÓN Y CATEGORIZACIÓN
El enfoque que hemos hecho del fenómeno ha estado inspirado en la
psicología interconductual de Kantor (1959), en la Teoría de la Conducta
(TC) de Ribes y López (1985), y en algunas ideas de la obra de Vygotsky
(1934/1981), y sus principales coordenadas se presentan a continuación:
Se airma que una persona logró un concepto cuando al exponerse a
una tarea en la que se le presentan varias instancias (objetos o eventos)
que varían en muchas propiedades excepto en una o algunas relacionadas
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
entre sí, la persona indica consistentemente si cada instancia es o no un
ejemplar de la(s) propiedad(es) invariante(s). Esto implica dos asuntos
importantes: en primer lugar, el concepto se está considerando como el
criterio de instanciación, es decir, justamente como aquella propiedad invariante que delimita si una instancia es o no un ejemplar.
Por ejemplo, el concepto de selección natural en biología se reiere a
la conservación de las variaciones que han favorecido la vida de los individuos ante ciertas condiciones ambientales, debido a que fueron ventajosas
en la competencia por recursos limitados (Darwin, 1859). Al proponer un
concepto, se está delimitando o segmentado un fenómeno de cierta forma que es relevante para una práctica social particular (cf. Ribes, 2006).
Siguiendo con el ejemplo, de los individuos viviendo y reproduciéndose
en cierto nicho ecológico, se delimitan ciertas propiedades y relaciones
que resultan relevantes para comprender y explicar lo que se propone la
biología evolutiva: justamente esas que recoge el concepto de selección
natural. Para la psicología los conceptos son relevantes teóricamente sólo
cuando hay una persona comportándose en relación con ellos. Así, la primera y más simple modalidad de comportamiento respecto a un concepto
es lograrlo, es decir, comportarse de acuerdo con esa delimitación, y este
es el segundo asunto que implica el enfoque con que abordamos el fenómeno. Así como el concepto es un criterio de instanciación, su logro es
ajustarse a ese criterio; no se trata de complejos procesos hipotéticos que
tienen lugar dentro de nosotros sino de relaciones que establecemos con
situaciones y sus propiedades. Siguiendo el ejemplo, una persona logra
el concepto de selección natural si lo que hace y dice con relación a él
corresponde con sus propiedades. Si se reiere como selección natural a
variaciones fenotípicas que son resultado de otras condiciones distintas
a su ventaja en la competencia por recursos limitados (v.gr. intervenciones genéticas), está cometiendo un error conceptual y decimos que no es
un concepto logrado aún por esa persona.
Estudiar experimentalmente el logro de un concepto tan soisticado
como el de selección natural es una labor difícil, pues implica muchas
variables que se escapan del control metodológico. Es por eso que en la investigación básica se procura utilizar conceptos que supongan un mínimo
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
de conocimiento y habilidades para ser logrados. El concepto más simple
que podemos pensar es el de una propiedad aparente que es invariante
respecto a otras propiedades variantes, como por ejemplo “rojo”. Y la tarea
más simple al respecto es clasiicar si una instancia es un ejemplo o no de
poseer esa propiedad. Así, entonces, se presentan 50 objetos de diferente
color, tamaño, textura, forma, etc., y la persona que logra el concepto
tiende a clasiicar como ejemplares aquellos objetos que son rojos y como
no ejemplares aquellos que no lo son. Cuando esto ocurre decimos que
la persona logró el concepto rojo y la clasiicación fue el procedimiento
que utilizamos para airmarlo. Si quisiéramos hacer algo análogo con el
concepto de selección natural tendríamos que presentar 50 casos donde
hay variaciones fenotípicas de individuos algunas de las cuales fueron
ventajosas para competir por recursos limitados y otras no; u otras que
no son variaciones, etc., y el individuo las clasiicaría como casos o no de
selección natural. Como es evidente, a diferencia del concepto “rojo”, el
de “selección natural” tiene muchas más propiedades que dan lugar a más
combinaciones de no ejemplaridad que lo hacen más difícil de lograr. Pero
además, la evidencia de logro conceptual en estos casos suele ser también
más compleja, como por ejemplo evaluar cómo habla una persona de la
selección natural, qué preguntas hace al respecto, cómo la relaciona con
otros conceptos, etc. Es por esto que algunos autores han enfatizado que
el logro conceptual se da como una cualiicación de la acción, es decir, lo
tratan como un término de naturaleza adverbial reiriéndose a él como
“uso conceptual” (cf. Ribes, 2006; Slaney y Racine, 2011) muy cercano a
la forma como Wittgenstein (1953) tocó el tema. De hecho, este abordaje
faculta fácilmente estudiar aquellos casos en donde el criterio es difuso
o borroso (cf. Belohlavek y Klir, 2011), es decir, donde la instanciación no
responde a criterios estrictos de necesidad y suiciencia, como es el caso
del concepto “rojo”. El de “selección natural” puede enfrentarse a límites
borrosos en algunos de sus componentes como, por ejemplo, conceptos
subordinados como el de “variación” y “competencia” que lleve a casos de
instanciación dudosos. A pesar de lo anterior, el primer paso que dimos en
esta línea fue la opción más simple: utilizar conceptos deterministas (no
borrosos), unos más complejos que otros en términos de la cantidad de
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
propiedades y relaciones implicadas como criterio de instanciación, y con
la tarea más simple, la de clasiicación de instancias como ejemplares o
no ejemplares de dicho concepto. Este paradigma es clásico y ha sido altamente productivo (cf. Bruner, Goodwin y Austin, 1956; Bourne, Ekstrand
y Dominowski, 1975).
El logro conceptual es sólo un tipo de evidencia de comportamiento
relacionado con un criterio de instanciación. Además de éste, hay dos tipos genéricos de comportamiento relacionados con un concepto, que son
de interés psicológico: la conceptualización (o abstracción conceptual) y
la categorización (o abstracción categorial); éstos a su vez, distinguen dos
tipos en su interior: el constativo y el productivo.
La conceptualización o abstracción conceptual consiste en el aislamiento lingüístico del criterio de instanciación. Es decir, no sólo es comportarse pertinentemente de acuerdo con él sino además formularlo explícitamente. Es constativa si se hace una vez que se ha delimitado el concepto,
y se restringe a reconocer tales límites; o bien, es productiva si lo que se
hace es delimitar explícitamente el concepto para que en un momento
posterior pueda ser constado o reconocido.
La categorización o abstracción categorial consiste en el aislamiento lingüístico del criterio de pertinencia de un criterio de instanciación. Como
se ha sugerido, un criterio es un límite que distingue dos o más condiciones; así, un criterio de instanciación es el límite que distingue a las
instancias ejemplares de las que no lo son. Por su parte, un criterio de pertinencia es el límite que distingue a un criterio de instanciación de otro en
términos de lo que tiene sentido hacer y decir (es pertinente) o no lo tiene
(es impertinente o absurdo) en cada uno a diferencia del otro. Dicho de
otra manera, el criterio de pertinencia es lo que deine el límite entre decir
que una instanciación fue correcta o incorrecta pero pertinente, y decir que
fue impertinente o absurda y por tanto no cabría incluso decir que fue incorrecta. En ese sentido es un criterio de instanciación de orden superior,
pues mientras que el criterio de instanciación de primer orden admite
sólo instanciaciones correctas como ejemplares, el criterio de pertinencia
(o de instanciación de orden superior) admite tanto ejemplares como no
ejemplares (de acuerdo con el criterio de instanciación de primer orden)
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
siempre y cuando sean pertinentes; así, su ejemplar es que sea pertinente
y no que sea correcto. Esto implica que siempre que hay logro conceptual
hay un logro categorial implícito e incluso, se da éste cuando no hay logro
conceptual pero se hacen cosas pertinentes a éste.
Por ejemplo, si la persona clasiica a una igura roja como ejemplar,
fue una instanciación correcta del concepto “rojo”; si clasiicó una verde
como ejemplar fue una instanciación incorrecta de tal concepto pero aun
así fue pertinente; en cambio, si clasiicó una fotografía de un animal
como ejemplar de ese concepto no fue incorrecto: fue impertinente, no
tiene sentido, pertenece a otra categoría, “animales”; decimos entonces
que la persona está cometiendo un error categorial. Si clasiica un discurso comunista como ejemplar del concepto “rojo”, lo está haciendo de
forma impertinente a la categoría “colores” pero de forma pertinente a la
categoría “ideologías”. En este caso, el error asume la forma de confusión
categorial por la multifuncionalidad del concepto “rojo”. Como se puede
inferir, el criterio de pertinencia delimita lo que se puede predicar con
sentido de algo y esto se vincula con el tratamiento que hicieron Aristóteles (Organon I. Categories, 1908, [traducción inglesa]) y Ryle (1971) de las
categorías, y que fue retomado posteriormente por Ribes (2006).
La categorización como aislamiento lingüístico del criterio de pertinencia de un criterio de instanciación es progresivamente más difícil a
medida que se va alejando de las instancias. Por ejemplo, abstraer conceptualmente el “rojo” como criterio es relativamente simple; abstraer categorialmente que rojo es un color y que por tanto lo que es pertinente de
las instancias es identiicar su color supone una demanda conductual mayor porque se trata de lenguaje operando sobre lenguaje. Y si la persona se
expone a muchos problemas distintos que tienen en común que el criterio
de instanciación es tener un valor de una sola propiedad (ya sea color,
tamaño, textura, etc.), la categoría es más inclusiva y podría denominarse “unidimensionalidad” o “mono-propiedad” o “singularidad de propiedades”, etc. Aislar esta categoría lingüísticamente se topa con los límites
mismos del lenguaje o del repertorio promedio de las personas comunes,
y eso lo hace más difícil. Piénsese cómo aumentará la complejidad con
conceptos más complejos como el de “selección natural”. Si alguien habla
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
de la selección natural como un proceso pareciera que comete un error
categorial pues el concepto se reiere a la conservación de variaciones
que han favorecido la vida en condiciones de competencia por recursos
limitados; es decir, se reiere al hecho de que las variaciones persisten diferencialmente respecto de otras; es un resultado de un proceso y no sólo un
proceso; ésa es su categoría y por tanto, su criterio o límite para decir cosas
con sentido respecto de la selección natural. Puede airmarse algo incorrecto
respecto a variaciones conservadas y ahí se cometería un error conceptual
pero pertinente; en cambio, dejaría de serlo y sería un error categorial, si
se reiere a algo diferente al hecho de la conservación de tales variaciones
como si fuera selección natural.
La categorización o abstracción categorial también puede ser constativa cuando se reconocen o hacen constar los límites de pertinencia de
un concepto, una vez establecidos. Así mismo, es productiva, cuando lo
que se hace es establecer las limitaciones de pertinencia explícitamente
para que posteriormente puedan ser constadas o reconocidas. No es difícil
ver cómo esto supone, por lo menos, un desarrollo lingüístico soisticado, y
cómo es un tipo de logro relativamente escaso por parte de las personas.
Esto es diferente del logro categorial básico que se describe como “tener
la idea de que algo no corresponde” o como cierta sensibilidad a que “no
pueden revolverse peras con manzanas”, por ejemplo.
LOGRO CONCEPTUAL, CONCEPTUALIZACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA INTERACCIÓN LINGÜÍSTICA
Las instancias, los criterios de instanciación y los criterios de pertinencia
guardan entre sí una relación de subordinación, de modo que podemos
reconocer un eje “vertical” en el fenómeno. Sin embargo, en cada nivel
hay relaciones “horizontales” de diversos tipos como las de equivalencia
funcional entre ejemplares de un mismo concepto, relaciones de extensión, y otras muchas deinidas por el domino del que se trate. Pero, además
y principalmente, dado que el fenómeno no es un objeto lógico sino un
fenómeno de comportamiento, hay múltiples relaciones que atraviesan
los ejes verticales y horizontales de diversos modos y cuyos componentes
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
son eventos de la tarea y de lo que hace la persona en ella. Así, por ejemplo, hay una cantidad de ensayos, una forma de retroalimentar, ciertas
instrucciones, una densidad particular de problemas distribuidos en los
ensayos, ciertas propiedades y relaciones que deinen al concepto, etc.;
pero así mismo, la persona observa, selecciona, habla respecto de lo que
ocurre, va modiicando sus elecciones en virtud de la interacción entre
todo lo anterior, etc. Por eso, resulta de utilidad enfocar el fenómeno que
nos interesa como un sistema de relaciones (Pérez-Almonacid, 2012; PérezAlmonacid, Rangel y Hernández, 2015).
Lo que hace la persona es lo que permite que el sistema de relaciones
sea una sola unidad funcional, es decir, que se logren y abstraigan conceptos y categorías en el contexto especíico de la tarea que se resuelve.
Se dice que las acciones de la persona son mediadoras del sistema en el
sentido acuñado por Vygotsky (1934/1981) y por Ribes y López (1985), es
decir, que son articuladoras de las relaciones; sin esas acciones no se establecerían éstas. Si lo que hace la persona es vincular diferentes segmentos
del sistema gesticulado, hablando o escribiendo, y en virtud de propiedades pertinentes al sistema completo, se dice que la mediación fue lingüística (cf. Pérez-Almonacid, 2012; Pérez-Almonacid y cols., 2015). Algunas
acciones mediadoras no son lingüísticas sino que fungen como soporte
instrumental para que el sistema se establezca (cf. Pérez-Almonacid y
Quiroga, 2010) y otras relaciones no requieren de la mediación de la
acción de la persona pero ésta puede modiicar lo que hace en función
de aquéllas.
El sistema de relaciones funcionales como unidad es el comportamiento mismo que nos interesa entender. No son los conceptos en abstracto ni sus relaciones lógicas, aunque esto haga parte del sistema que
se pretende caracterizar. Lo que hace la persona para integrar funcionalmente el sistema está condicionado por las características mismas de éste,
así como algunas de estas características también dependen de lo que la
persona haga. Así, entonces, lo que se puede investigar experimentalmente es cómo se integra funcionalmente el sistema en función de diversos
parámetros de la tarea que debe resolverse así como de lo que la persona
hace. Cierta combinación de esos parámetros permitirá que se “ascienda”
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
por el sistema hasta cierto punto y que se haga de cierta manera, imprimiéndole una dinámica particular.
La línea de investigación comenzó con los logros más sencillos conductualmente (logro y abstracción conceptual), así como con conceptos
que no supusieran un conocimiento previo para ser logrados, y la tarea
más intuitiva: la de clasiicación. Considerando la naturaleza lingüística
de los sistemas funcionales que involucran conceptos y categorías (cf.
Vygotsky, 1934/1981; Ribes, 2006), nos hemos preguntado por la condición que imponen diferentes tipos de interacción lingüística durante el
procedimiento que lleva al logro conceptual, en dos sistemas distintos:
uno organizado a partir de conceptos unidimensionales, es decir, aquellos
que se deinen sólo por poseer una propiedad deinitoria (p.ej., “rojo”,
“cuadrado”, “grande”, etc.), y otro estructurado a partir de conceptos condicionales, aquellos que establecen una condición para que una propiedad adicional sea ejemplo (p.ej. “si es rojo entonces además debe ser triángulo para ser ejemplar”).
Hay consenso entre los investigadores que el concepto unidimensional es más simple que el condicional (Neisser y Weene, 1962; Giambra,
1973; Feldman, 2000) y eso puede entenderse fácilmente al considerar
lo siguiente: para clasiicar a una instancia como ejemplar de “rojo” sólo
tiene que atenderse a su color y no hay duda para su clasiicación. En
cambio, para clasiicar a una instancia como ejemplar de “si es rojo entonces además debe ser triángulo para ser ejemplar” no basta con ver su
color: también debe observarse su forma. Sin embargo, si la igura es un
triángulo azul también es un ejemplar e incluso, si fuera un círculo azul
¡también es un ejemplar! La razón es que la única condición que se establece es que si algo es rojo debe ser además otra cosa pero esa condición
no incluye si algo es azul o de otro color. Así, el único caso en el que encontraremos una instancia no ejemplar de ese criterio es cuando siendo
rojo no es triángulo. Las cuatro condiciones en las que se cumple o no
el antecedente y el consecuente conforman la conocida tabla de verdad
de la implicación en el ámbito de la lógica simbólica (Copi, 1962). En ese
sentido, estos primeros experimentos se restringen a este ámbito porque
es útil para ejempliicar conceptos más o menos complejos y a la vez sui-
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
cientemente sencillos como para que cualquier persona pueda lograrlos.
A la larga el objetivo será veriicar qué tanto las relaciones encontradas en
este ámbito se encuentran también en otros que no tienen que ver con la
lógica en sí misma como dominio.
Finalmente, los tipos de interacción lingüística que hemos diseñado
son: a) de interferencia verbal, en donde la persona realiza una operación
aritmética simultánea a la resolución de la tarea de logro conceptual, supervisada por el investigador, con el in de que interiera lo que se dice
sobre la tarea. Esta tarea nos permitiría acercarnos a la evaluación del
papel de lenguaje como condición necesaria para el logro de conceptos;
b) descripción contingencial, en donde la persona describe las relaciones presentadas en un momento previo, incluyendo lo que él hizo y el
resultado de hacerlo en términos de la ejemplaridad o no de la instancia;
c) construcción de ejemplares, en la que se construye una instancia novedosa que se considere puede ser un ejemplar de acuerdo con lo que
se ha aprendido durante el procedimiento; y d) formulación del criterio,
en el que la persona plantea a manera de hipótesis (como criterio plausible), según lo que ha ocurrido durante su desempeño, cuál es criterio de
instanciación. Estos diversos tipos de interacción lingüística representan
diferentes referentes, es decir, diferentes aspectos del sistema sobre los
que puede decirse algo. Y en esa medida, podrían esperarse diferencias
cuando interactuaban con la complejidad conceptual, respecto al logro
y la abstracción conceptual. A continuación presentamos las principales
conclusiones obtenidas hasta el momento, sustentadas en datos extraídos
de diferentes estudios que están en proceso de publicación.
A
MEDIDA QUE EL CONCEPTO SE HACE MÁS COMPLEJO SE HACE MÁS NECESARIA LA ME-
DIACIÓN LINGÜÍSTICA MIENTRAS QUE EN MODALIDADES MÁS SIMPLES ÉSTA ES SUFICIENTE
PERO NO NECESARIA
La Figura 1 esquematiza esta conclusión preliminar. Al parecer, los conceptos más simples, que en nuestros experimentos fueron unidimensionales, pudieron lograrse incluso cuando hubo interferencia verbal; pero
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
si había una interacción lingüística eso fue suiciente para lograrlos. En
cambio, los conceptos condicionales no pudieron ser logrados a menos
que hubiese una dependencia sistemática de la elección de ejemplares
respecto a interactuar lingüísticamente con lo que se estaba haciendo.
Los soportes de esta conclusión se encuentran en las Figuras 2 y 3. En la
Figura 2 se muestra algunos ejemplos obtenidos en la condición de interferencia verbal tanto en los conceptos simples como en los complejos; así
mismo, la Figura 3 muestra un ejemplo de la dependencia lingüística en
los casos en los que se logró un concepto condicional.
SUFICIENCIA
LINGÜÍSTICA
NECESIDAD
LINGÜÍSTICA
Conceptos más
simples
Conceptos más
complejos
Figura 1. Esquema de la condición de necesidad y suiciencia lingüística en función de
la complejidad conceptual.
Figura 2. Datos del desempeño en tareas del logro conceptual en condiciones de interferencia verbal.
Como puede apreciarse en la gráica superior de la Figura 2, que
ilustra el desempeño en una tarea con criterio unidimensional, algunas
personas respondieron en un nivel de azar (entre 0.4 y 0.6) pero otros
tendieron a elegir ejemplares a pesar de la interferencia. Por su parte, en
la gráica inferior que ilustra la interferencia verbal cuando el criterio era
condicional, se observa que la tendencia fue a responder en el nivel de
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
azar. El caso de la persona (S1) que muestra altibajos en su desempeño
alcanzando en cuatro ocasiones un desempeño superior a 0.7 (considerado el criterio de logro), no diiere en ninguno de los 12 problema con
una distribución aleatoria de respuestas, según lo sugiere una prueba de
rachas (0.09 < p < 0.925).
Figura 3. Datos de un participante (S1) que logró el concepto condicional. (a) Indica
su porcentaje de aciertos en tres problemas; (b) Proporción móvil de aciertos en cada
problema mostrando un patrón positivamente desacelerado a medida que avanzaba
el problema; (c) Proporción de correspondencias entre elección de ejemplar (primer
miembro del par, correcto - C - o incorrecto - I -) y la descripción contingencial (segundo
miembro del par, correcto - C - o incorrecto - I -).
Por su parte, la Figura 3 detalla el desempeño del participante S1,
quien describió contingencias en una tarea para identiicar un concepto
condicional. Como se observa, el participante obtuvo un porcentaje de
aciertos superior a 0.8 en tres problemas (a). Así mismo, el patrón de elec-
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
ciones en los tres problemas describe una función positiva desacelerada,
sugiriendo una regularidad temprana en la elección de ejemplares (b). Y
inalmente, en la gráica (c) se observa que muy pronto en el bloque de
100 ensayos que conformaron un problema, se establece un nítido contraste entre un mayor número elecciones de ejemplares seguidas de descripciones contingenciales correctas por un lado, y un menor número de
elecciones de ejemplares seguidas de descripciones incorrectas, por otro.
A esto se añade el hecho de que la probabilidad condicional de elegir un
ejemplar dado que se hubiera descrito correctamente el ensayo anterior
alcanzó un valor de 0.8. Estos cuatro indicadores en conjunto nos permiten suponer que el logro conceptual estuvo mediado lingüísticamente, es
decir, que la clasiicación en términos de ejemplaridad se hizo en función del acierto en la interacción lingüística correspondiente, que en este
caso fue descripción contingencial. No hemos encontrado aún un caso en
el que haya habido logro sistemático de un concepto condicional sin esa
dependencia de acertar en la interacción lingüística, es decir, de referir
pertinente y correctamente el aspecto solicitado en la tarea, y en particular, las relaciones entre eventos que están teniendo lugar.
EL LOGRO DE CONCEPTOS MÁS COMPLEJOS SE ASOCIA CON UN ARREGLO DEL SISTEMA QUE
PROMUEVA UN CONTACTO ENRIQUECIDO CON SUS DIFERENTES REGIONES Y QUE PERMITA
QUE SE INTEGREN PROGRESIVAMENTE EN UNA SOLA UNIDAD MÁS INCLUYENTE
Esta conclusión le apunta a dos asuntos: el contacto enriquecido con las
diferentes regiones del sistema y su integración funcional progresiva. El
primero se reiere a que lo que la persona hace se vincule con regiones
muy acotadas y diferenciales del sistema, y no sólo que tenga un contacto
“grueso” con ella. El segundo se reiere a que se integren diferentes regiones o diferentes aspectos entre diversas regiones, como unidades funcionales; lograr esto requiere fundamentalmente de mediación lingüística
organizada en función de tal integración.
Dentro de la evidencia del primer asunto, el contacto enriquecido,
tenemos que de los tipos de interacción lingüística manipulados la des-
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
cripción contingencial ha promovido logro conceptual en ambos tipos de
conceptos y particularmente en los complejos, aun siendo escasos los casos en los que esto ocurre. Esto se ha replicado en todos los estudios. La
relevancia de este dato radica en que la descripción contingencial orientó
a la persona hacia la estructura relacional que involucra a los parámetros
de la tarea y su propia conducta en función de eso. Ensayo tras ensayo la
persona atendió a lo que se le presentó, lo que hizo, el efecto de lo que
hizo y cómo eso en conjunto dotaba de identidad funcional a cada instancia como ejemplar o no ejemplar. Progresivamente el desempeño de
estas personas fue mejor y vinculado con el acierto en tales descripciones,
como lo indican las gráicas (b) y (c) de la Figura 3.
La descripción contrasta por un lado, con la propuesta de ejemplares
posibles, que deja implícito el contacto diferencial con las contingencias
del sistema; y por otro, con la formulación del criterio, que promueve la
integración funcional misma del sistema desde el inicio. Esta última condición ha sido suiciente con un concepto simple cuyo criterio se agota en
una propiedad aparente; en cambio, no ha sido suiciente con el concepto
condicional y su inluencia se vio supeditada a dos condiciones: a su combinación con los demás tipos de interacción lingüística, o bien, cuando se
incluyó la escritura como soporte. La Figura 4 ilustra el efecto conjunto de
las diversas interacciones lingüísticas. Como se observa, algunas personas
lograron aciertos cercanos a 0.8 en dos o tres problemas; una réplica sistemática aplicando sólo el tercer problema sugirió que el decaimiento en
su desempeño fue producto de su lugar en la secuencia, pues en la réplica
también presentó valores superiores de desempeño.
Figura 4. Logro conceptual de un criterio condicional cuando se combinó
en cada ensayo la descripción contingencial, la
construcción de un ejemplar posible y la formulación del criterio.
72
APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
De esta manera, el contacto enriquecido se vio en que la persona
tuvo que orientarse simultáneamente, ensayo tras ensayo, a diferentes
aspectos relevantes de la tarea. Otra evidencia interesante que apoya la
conclusión preliminar sobre el contacto enriquecido y diferencial con aspectos y relaciones especíicos de las diferentes regiones del sistema, se
presenta en la Figura 5.
Tal y como se observa en la Figura, el participante 2 mantuvo un
nivel de aciertos alto durante los tres problemas. Al diferenciar el patrón
de aciertos en función de los casos posibles de ejemplaridad y no ejemplaridad del criterio condicional (derecha), se observa una relación entre
mayor logro conceptual y mayor ajuste al único caso de no ejemplaridad
(VF- se cumple la condición antecedente pero no la consecuente; un mayor ajuste corresponde a una barra cerca al 0), pues en el tercer problema
donde tiene un descenso en su nivel de aciertos, tiene un peor ajuste a la
condición de no ejemplaridad. Los demás participantes con menor logro
conceptual muestran un reconocimiento casi nulo de la no ejemplaridad
(estas gráicas se omiten por razones de espacio). Lo relevante de este
dato es que el logro conceptual se asoció a ajustarse de forma diferencial
y precisa (cf. Ribes, 2004) a “lo que es” y “no es” en la trama de relaciones
que deinen un criterio. El sistema se fue organizando en dos regiones
claras, la de la ejemplaridad y no ejemplaridad, como la distinción crítica
establecida en la tarea pero retroalimentada a partir de componentes del
sistema y no de las regiones completas dadas.
Figura 5. Izquierda: logro de un criterio condicional describiendo contingencias de forma productiva. Derecha: ajuste a cada caso de ejemplaridad condicional por parte del
participante 2 de la izquierda.
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El segundo aspecto de la conclusión, el de la integración funcional
progresiva, cuenta con dos propiedades: uno, un muestreo suiciente de la
variación irrelevante y la constancia relevante, que deine una región conceptual del sistema; y dos, un soporte conductual que simbolice tales regiones (cf. Pérez-Almonacid y Quiroga, 2010) y que permita la mediación
lingüística entre ellas. Con respecto a la primera, la evidencia obtenida
sugiere que a mayor número de relaciones de contraste entre la variación
irrelevante y la constancia relevante es más probable el logro conceptual.
Esto se ha cumplido en la variación intra e interproblemas. La Figura 6
muestra cómo los tres primeros problemas en una tarea de logro de un
criterio condicional con descripción de contingencias, en la que cada problema tenía 50 ensayos, son altamente variables; sin embargo, en dos participantes tal variabilidad disminuyó y se estabilizó por encima de los
niveles de acierto después de exponerse a distintos problemas del mismo
criterio de segundo orden. La Figura 3 (a) presentada anteriormente es un
ejemplo de cómo en los mismos tres problemas iniciales en la misma condición experimental, se homogeniza el desempeño en valores superiores
cuando el número de ensayos de cada problema fue 100.
Figura 6. Logro conceptual de un criterio condicional con descripción de contingencias
en 12 problemas, cada uno de 50 ensayos.
Por su parte, el soporte conductual que facilita tal integración funcional de regiones del sistema, se ha encontrado por medio de la escritura. El
efecto de ésta puede ser de tal magnitud que interactúa con la variabilidad
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
reseñada en los párrafos anteriores hasta el punto de sustituir su efecto.
Por ejemplo, la condición experimental de la gráica de la izquierda de la
Figura 5, reprodujo la de la Figura 3 (a) pero disminuyó de nuevo a 50 los
ensayos de cada problema. La única diferencia, a la que se le puede atribuir por lo pronto sus altos valores de acierto y homogéneos entre las personas, es que éstas describieron escribiendo en un formato abierto. Otro
ejemplo del soporte conductual que ofrece la escritura se encuentra en
la Figura 7, en la que se muestra el desempeño de dos participantes que
abstrajeron por escrito el criterio de cada problema y posteriormente, al
inal, formularon el criterio más genérico a partir de sus propios apuntes.
En esta condición una de las personas (S1), logró el 75% de abstracciones
conceptuales y la abstracción categorial condicional. Éste ha sido el único
caso en la serie experimental que se ha llevado a cabo.
Figura 7. Logro conceptual de un criterio condicional con descripción contingencial,
en el que las personas escribían después de cada problema cuál había sido el criterio.
SÍNTESIS Y RECOMENDACIONES EDUCATIVAS
De los experimentos realizados en la línea de investigación se han extraído dos conclusiones preliminares que se sintetizan así: los conceptos más
complejos requieren necesariamente mediación lingüística para que se
logren. Ésta tiene lugar en medio de un contacto enriquecido, diferencial
y preciso, con las diferentes relaciones del sistema, con un muestreo sui-
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PÉREZ-ALMONACID, RANGEL CÁRDENAS, BAUTISTA CASTRO, HERNÁNDEZ GUZMÁN Y ORTIZ SIERRA
ciente de lo que es irrelevante y relevante, y con la integración progresiva
de regiones del sistema por medio de la escritura, que al parecer puede
fungir como símbolo que indica tales regiones (cf. Pérez-Almonacid y Quiroga, 2010).
Las principales implicaciones y recomendaciones para promover el
aprendizaje y la abstracción de conceptos en el ámbito escolar, que se
derivan de tales conclusiones, son:
1. Explicitar de forma detallada cuál es el sistema de relaciones que
coniguran el concepto que requiere aprenderse. Esto incluiría,
por lo menos, cuál es la categoría a la que pertenece el concepto,
sus propiedades deinitorias e irrelevantes, ejemplos de los casos
posibles de instanciación y contraejemplos que muestren los límites del concepto.
2. Diseñar la situación para que el concepto se logre de modo que
especiique cuáles son los usos conceptuales legítimos, los límites
borrosos y nítidos de tales usos en términos de predicados con
sentido y absurdos. Esto requiere un muestreo suiciente de usos
equivalentes funcionalmente y los límites en los que la equivalencia comienza a ser parcial hasta llegar a ser nula. La situación
puede implicar la clasiicación pero también otras tareas que exijan un involucramiento natural con las relaciones implicadas en
el concepto.
3. Distinguir y deinir los logros conceptuales, categoriales, de conceptualización y categorización, y las vías especíicas en las que
pueden lograrse. Éstas no necesariamente han de partir de las instancias hacia los criterios sino que pueden tener la dirección inversa, o bien, iniciar con relaciones iso-ordinadas de diferente nivel.
4. Promover que el aprendiz “transite por las diferentes vías” del sistema auspiciando que las haga explícitas así como las razones por
las cuales son así y no de otra manera. Este “tránsito” por las relaciones del sistema puede incluir diversas acciones lingüísticas y
no lingüísticas pero al parecer son fundamentales dos: la anticipación de lo que pueden ser relaciones no contactadas a partir
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APRENDIZAJE Y ABSTRACCIÓN CONCEPTUAL
de las contactadas, que bien puede concebirse como hacer explícito lo implícito o hacer inferencias autorizadas (Clark, 1977); y
la integración simbólica de segmentos del sistema que permitan
su manipulación y relación con otros segmentos, y que separe
al aprendiz del terreno de las instancias particulares y lo mueva
hacia el terreno de los criterios en sí mismos.
Los hallazgos reportados aún son incipientes pero consideramos que
orientan la implementación de acciones básicas que pueden impactar el
aprendizaje conceptual.
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