[REV. MED. CLIN. CONDES - 2021; 32(3) 311-318]
REVISTA MÉDICA CLÍNICA LAS CONDES
https://www.journals.elsevier.com/revista-medica-clinica-las-condes
Osteogénesis imperfecta
Osteogenesis imperfecta
Angélica Ibáñeza , Felipe Hodgsona.
a
Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
INFORMACIÓN
DEL ARTÍCULO
Historia del
Artículo:
Recibido: 30 06 2020.
Aceptado: 11 09 2020.
Palabras clave:
Ontogénesis
Imperfecta; Fragilidad
Ósea.
Key words:
Osteogenesis Imperfecta;
Bone.
RESUMEN
La osteogenesis imperfecta (OI) es un grupo de trastornos del tejido conectivo que genera anomalías esqueléticas
caracterizadas por fragilidad y deformidades óseas. Las características genéticas son variables y se han descrito
nuevos subgrupos los últimos años agregando información a las clasificaciones tradicionales. Su incidencia es
de 1/10.000 a 20.000 RN vivos. Existe un amplio espectro de manifestaciones clínicas, que van desde una leve
fragilidad ósea, en niños asintomáticos, hasta versiones que son letales al momento de nacer. El diagnóstico
es principalmente clínico y debe diferenciarse de otras anomalías del esqueleto que producen fragilidad y de
lesiones por maltrato infantil. El tratamiento es multidisciplinario y está orientado a mejorar la calidad de vida
de los pacientes. Para lo que se debe mejorar la densidad ósea, a través de medicamentos, buena musculatura
y cargas fisiológicas. Las fracturas se tratan con períodos cortos de inmovilización y carga precoz, o con cirugías
que limiten el tiempo de inmovilización. Por otro lado, las deformidades esqueléticas deben tratarse en forma
quirúrgica utilizando osteosíntesis que sean extensibles y mantengan la corrección a medida que el niño crece.
El manejo coordinado de los distintos profesionales involucrados es de gran importancia para lograr los mejores
resultados en esta enfermedad crónica que involucra al niño y todo su entorno.
SUMMARY
Osteogenesis Imperfecta (OI) is a group of connective tissue disorders involved in skeletal abnormalities
characterized by bone fragility and deformities. Genetic abnormalities are variable and new subgroups
have been described recently, adding information to traditional classifications. There is a wide spectrum of
clinical manifestations, ranging from mild bone fragility, in otherwise asymptomatic children, to versions
that are lethal at birth. Its incidence is 1/10.000-20.000 newborns. The diagnosis is mainly clinical and
must be distinguished from other skeletal abnormalities and child abuse. The treatment is multidisciplinary,
and it is aimed to improve the quality of life of patients. For which the bone density must be improved,
through medications, strong musculature, and physiological loads. Fractures are treated by immobilizing for
short periods, trying to load at soon as possible, or by surgeries that limit immobilization time. On the other
hand, skeletal deformities should be treated surgically using dynamic rods that are extensible and maintain
correction as the child grows. The coordinated management of the different professionals involved is of the
utmost importance to achieve the best results in this chronic disease that involves the child and his entire
environment.
Autor para correspondencia
Correo electrónico:
[email protected]
https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2020.09.004
e-ISSN: 2531-0186/ ISSN: 0716-8640/© 2019 Revista Médica Clínica Las Condes.
Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND
(http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).
311
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2021; 32(3) 311-318]
INTRODUCCIÓN
La fragilidad ósea, característica de la OI se produce en la
mayoría de los casos por mutaciones estructurales o cuantitativas de los genes del colágeno 1 (COL1A1 y COL1A2). La
primera descripción de una enfermedad hereditaria con fragilidad ósea fue hecha en una tesis doctoral de Ekman en 1788.
Desde esa fecha la OI ha recibido numerosas denominaciones
y sólo en el siglo XX se logró formar una unidad diagnóstica en
aquellos pacientes que presentan como característica, fragilidad ósea, escleras azules y sordera.
La debilidad ósea está causada por: disminución de la masa ósea,
alteración en la organización del tejido óseo y alteración en la
geometría ósea (Figura 1).
Estudios histológicos han demostrado un aumento del recambio
óseo en OI. Esto es lo que justifica el uso de bifosfonatos para
reducir la reabsorción ósea mediada por osteoclastos, cuyos
resultados han sido alentadores.
La administración cíclica de bifosfonatos reduce el dolor óseo y la
incidencia de fracturas, aumentando la densidad ósea y el nivel
de deambulación, con mínimos efectos colaterales. Su efecto en
el hueso incluye aumento del tamaño de los cuerpos vertebrales
y el engrosamiento del hueso cortical.
Estos resultados permiten una corrección quirúrgica más efectiva
a través de enclavado endomedular e instrumentación paravertebral.
Programas específicos de fisioterapia y terapia ocupacional son
muy importantes en el tratamiento de esta patología.
CLASIFICACIÓN
Se han descrito distintos tipos y clasificaciones, siendo la más
clásica la de Sillence en 19791, quien describió 4 tipos, de
acuerdo a la base genética y a las características clínicas, la que
ha ido complementándose con nuevos subtipos, a medida que
se conocen características moleculares específicas.
Figura 1. Estructura ósea desorganizada
La mayoría de los tipos presentan alteraciones de uno de los dos
genes que codifican el colágeno de tipo 1. En las formas recientemente descritas, se han encontrado defectos en otras proteínas
(Síndromes de Bruck y Osteoporosis- Pseudoglioma).
Clasificación de Sillence
Tipo I: herencia autosómica dominante. Corresponde al tipo más
frecuente (dos tercios). Se caracteriza por osteoporosis generalizada, escleras azules por toda la vida y sordera de conducción. Es
de intensidad leve, por lo que las fracturas son ocasionales y las
deformidades escasas. De acuerdo a la existencia o no de dentinogénesis imperfecta se subdivide en A y B.
Tipo II: es la de mayor letalidad. Antiguamente se creía que tenía
herencia autosómica recesiva debido a que la enfermedad se
presentaba en hijos de padres sanos. Sin embargo, se demostró
que la causa de esto era por mosaicismo del DNA de uno de los
padres.
Presenta una elevadísima mortalidad perinatal debido a la
extrema fragilidad ósea. Presentan fracturas a nivel de cráneo y
tórax in útero y durante el parto, que acarrean diversas complicaciones letales.
Tipo III: herencia autosómica dominante. Presenta severa fragilidad ósea, con múltiples fracturas y numerosas deformidades.
Las escleras son azulosas al nacer y se van haciendo más blancas
hacia la adolescencia. Una imagen característica de este tipo es la
epífisis en “pop corn”.
Tipo IV: herencia autosómica dominante. La severidad es algo
mayor que la tipo I y con escleras blancas. La osteoporosis y fragilidad ósea es variable. De acuerdo a la dentición se clasifican en
A y B.
Muchos casos de osteogenesis imperfecta no se encuadran
dentro de las cuatro categorías anteriormente descritas. Por ello
se han agregado tres tipos más en los cuales no se han encontrado mutaciones en los genes para el colágeno I: tipo V, VI y VII2.
Tipo V: herencia autosómica dominante. Se caracterizan por
desarrollar callos hipertróficos luego de una fractura, calcificación
temprana de la membrana interósea en el antebrazo y bandas
metafisiarias hiperdensas.
No presentan escleras azules ni dentinogénesis imperfecta.
La histología muestra que el hueso laminillar se agrupa de una
manera irregular.
Tipo VI: se caracterizan por un defecto de mineralización. Tienen
fracturas frecuentes, compresión vertebral y deformidad de
huesos largos. Presentan densidad mineral ósea disminuída.
Histológicamente hay abundante osteoide con ausencia de hipocalcemia, hipofosfatemia, o hipovitaminosis D.
312
[Osteogénesis imperfecta - Angélica Ibáñez y col.]
Tipo VII: descrita en población nativa del norte de Quebec.
Presentan acortamiento rizomélico de extremidades y coxa vara.
Es similar al tipo IV, pero es de herencia autosómica recesiva.
Clasificación clínica
El 2014 se decribió una clasificación clínica, según fenotipo, más
simple de recordar, que los agrupa en 5 grupos. (Tabla 2)4.
Se han descrito otros sindromes con fenotipos similares a OI en
los cuales el defecto molecular no está en el colágeno:
Tabla 2. Clasificación clínica
- Síndrome de Bruck: contractura congénita de rodillas, tobillos
y pies; en que hay una deficiencia de la telopeptido lisil hidroxilasa específica de hueso, que causa una aberrancia en el cross link
del colágeno.
Nueva
clasificación
Severidad, fenotipo
Tipo OI
1
Leve, no
deformante
I
2
Severa, letal
II
3
Moderada a severa,
deformidad
progresiva
III, VI, VIII, IX, X, Sd.
Bruck tipo 1
Moderada
Moderada, incluye
sindromes con
calcificación
de membranas
interóseas
IV, VII, XI, XII, XIII
V, Sd. Osteoporosispseudoglioma,
Osteoporosis
idiopática juvenil, Sd.
Bruck tipo 1 y 2
- Sindrome Osteoporosis Pseudoglioma: disminución de masa
ósea, fracturas, deformidad y alteraciones oculares.
4
Clasificación expandida
En 2015 fue descrita y luego complementada el 2017, la clasificación expandida basada en los defectos genéticos3-5,17.
5
Tabla 1. Clasificación expandida
TIPO OI
HERENCIA
FENOTIPO
DEFECTO GENÉTICO
Defectos en de colágeno, estructura o procesamiento
I
AD
Leve
COL1A1
II
AD
Letal
COL1A1 o COL1A2
III
AD
Deformidad progresiva
COL1A1 o COL1A2
IV
AD
Moderada
COL1A1 o COL1A2
XIII
AR
Leve a moderada
BMP1
V
AR
Variable
IFITMS
VI
AR
Moderada a severa
SERPINF
Defectos mineralización ósea
Defectos en modificación colágeno
VII
AR
Severa a letal
CRTAP
VIII
AR
Moderada a letal
LEPRE1
IX
AR
Severa
PPIB
XIV
AR
TMEM38B
Defectos en forma de colágeno y cross-link
X
AR
Severa a letal
SERPINH1
XI/BRKS1
AR
Leve a severa
FK8P10
BRKS2
AR
Moderada a severa
PLOD2
Defectos en desarrollo de osteoblastos con deficiencia de colágeno
XII
AR
Severa
SP7
XV
AR
Severa
WNT1
XVI
AR
Severa
CREB3L1
XVII
AR
Severa
SPARC
XVIII
AR, link X
Moderada a severa
MBTPS2
Abreviaciones: AD: autosómica dominante; AR autosómica recesiva
313
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2021; 32(3) 311-318]
PATOGENIA
Antiguamente se consideraba que la OI tenía su origen en alteraciones exclusivamente del colágeno tipo 1. Con los avances
en biología molecular y análisis genético, se ha comprobado
la presencia de alteraciones en otras proteínas que generan
síndromes muy similares de OI.
En las OI tipo I hasta la IV, la base de la enfermedad es una falla
en la producción y organización del colágeno, debido a distintas
mutaciones de los genes del colágeno ubicados en el brazo largo
del cromosoma 17 y 7 (COL1A1 y COL1A2 respectivamente) y
en errores de transcripción de éste. Han sido identificados más
de 150 mutaciones específicas que pueden dañar estos genes y
conducir a la OI.
La actividad de los osteoblastos es normal, pero la producción
específica del colágeno tipo I se encuentra alterada, en cantidad
o calidad. En la OI tipo I la alteración es en la cantidad de procolágeno sintetizada, siendo de aproximadamente la mitad que la
de una célula normal. En los otros tipos de OI (II, III y IV) la alteración no es en la cantidad sino en la calidad del procolágeno
sintetizado, lo que alteraría la estabilidad de las moléculas, impidiendo la formación normal de fibrillas de colágeno, siendo éstas
delgadas y de distintos largos. Los proteoglicanos son normales.
El tejido óseo mantiene las proporciones de los componentes
minerales y orgánicos, pero pierde la organización trabecular
habitual. Los osteoblastos se encuentran en zonas de amplio
material osteoide y aumentados en número. Grandes y numerosos osteocitos se encuentran rodeados de escasa cantidad de
matriz. Los osteoclastos son numerosos y poseen una alta superficie de absorción ósea. Todos estos cambios son indicadores de
un alto recambio óseo.
PRESENTACIÓN CLÍNICA:
El diagnóstico de la enfermedad es clínico y se caracteriza por
numerosas fracturas y deformidades secundarias a la gran fragilidad ósea. La presentación, evidentemente, depende del tipo y
subtipo de OI de cada paciente6.
Los cuadros congénitos y severos se caracterizan por fracturas
in útero y durante el parto, con complicaciones serias a nivel
encefálico y pulmonar, generalmente fatales. Los cuadros leves y
moderados, son la mayor parte de los pacientes y corresponden
al tipo I de OI, presentando pocas fracturas, deformidades y
complicaciones.
La consolidación ósea no se encuentra alterada, por lo que se
logra en tiempos similares a los pacientes sanos.
A consecuencia de las numerosas fracturas y de la tracción
muscular se produce deformación de los huesos largos, que puede
llegar a ser muy marcada en los casos más severos. Los pacientes
314
con OI leves habitualmente no presentan mayores deformidades
debido al menor número de fracturas y a la menor fragilidad ósea.
Lo contrario ocurre en los pacientes con OI severa, en los que las
múltiples fracturas y microfracturas producen retardo de crecimiento, encontrándose habitualmente bajo el percentil 30.
Las deformidades óseas más comunes son:
- Fémur: antecurvatum y varo. Es el hueso más frecuentemente
fracturado y presenta una deformidad en “callado de pastor”.
Además, puede presentar coxa vara y protrusión acetabular.
- Tibia: antecurvatum y valgo.
- Húmero: angulado lateralmente.
- Antebrazo se encuentra con mínima pronación y presenta luxación de la cabeza del radio por acortamiento del cúbito.
- Columna: 80-90% de los pacientes con OI severa presentan
escoliosis, con severas y progresivas curvas de difícil manejo,
debido a las fracturas, osteoporosis e hiperlaxitud. En casos
moderados la escoliosis se presenta en el 40%.
- En columna cervical se puede producir impresión basilar en
cerca del 2% de los pacientes (más frecuente OI tipo IV).
Otras manifestaciones de la OI en tejidos blandos
- Laxitud ligamentosa aumentada.
- Problemas cardíacos por falla de válvulas.
- Problemas pulmonares por mala mecánica y falla del tejido
pulmonar por colágeno defectuoso.
- Hipoacusia: puede estar presente, pero no es una constante en los
pacientes con OI. Se desarrolla con mayor frecuencia después de la
adolescencia. Se produce por alteraciones a nivel de la conducción
sonora en el oído medio (otoesclerosis), por alteraciones de tipo
neurosensorial del oído interno o una combinación de ambas.
Presentan una fascie característica. Poseen una frente amplia con
grandes huesos temporales y parietales, lo que genera una cara
de tipo triangular.
Las escleras azules son indicadoras de la variante de OI dominante, si bien no es algo exclusivo y absolutamente constante de
este grupo. La tonalidad azul está dada por pigmentos intraoculares que se logran observar por la delgadez de la esclera determinada por la alteración del colágeno.
Debido a las múltiples fracturas y a la inmovilización que ellas
conllevan, se produce atrofia muscular que puede dificultar
la rehabilitación y futura función de los pacientes. Junto a esto
presentan piel delgada y fragilidad capilar.
La dentadura está comprometida en algunas variantes de la
enfermedad, debido a alteraciones de la dentina. Presentan
fragilidad dental, con predisposición a las fracturas y formación
de caries. Son identificables por el color café o azul opalescente.
El compromiso dental en la OI se presenta en los tipos I B y IV B, y
puede estar presente en los tipo III.
[Osteogénesis imperfecta - Angélica Ibáñez y col.]
Con respecto a la expectativa de vida, los pacientes con OI
tipo I, tienen longevidad normal. Las fracturas comienzan cuando
el niño comienza a caminar y presenta fragilidad ósea durante
toda la vida. Hacia la adolescencia las fracturas comienzan a
disminuir, pero pueden recurrir posterior a periodos de reposo,
post-parto y hacia la menopausia7.
En OI tipo II, la sobrevida del Recién Nacido depende de la integridad del tórax y del cráneo. Al nacer, el niño presenta múltiples
fracturas en distintas etapas de consolidación. Los huesos están
severamente osteoporóticos, deformados y a menudo sin hueso
cortical. Las vertebras están aplanadas.
En el resto de los tipos moderados, con tratamiento adecuado,
tienen buena expectativa de vida.
HALLAZGOS RADIOGRÁFICOS
En las radiografías se observan algunas características propias de
la menor densidad ósea, como también deformidades por tracción muscular y por fracturas a repetición en el lugar de mayor
deformidad del hueso largo.
Lo más común es observar:
• Metáfisis ensanchadas
• Epífisis con imágenes tipo “pop corn” (tipo III)
• Costillas delgadas poco calcificadas
• Compresiones vertebrales
• Cráneo: hueso wormiano (60%)
• Huesos largos:
- Múltiples fracturas en distintas etapas de consolidación
- Deformidades
- Fémur: antecurvatum, varo (Figura 2)
- Tibia: antecurvatum, valgo (Figura 3)
Figura 2. Fémur
Figura 3. Tibia
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Lo fundamental es identificar los distintos cuadros que presentan
fragilidad ósea en la infancia, lo cual puede presentar en ocasiones
gran dificultad. Algunas patologías que cursan con osteoporosis
son la osteoporosis idiopática juvenil, algunas neoplasias de la
adolescencia (como la leucemia), tirotoxicosis, enfermedad de
Cushing, etc. Junto a esto nunca se debe olvidar en pacientes
con numerosas y “espontáneas” fracturas un diagnóstico muchas
veces olvidado, el maltrato infantil.
TRATAMIENTO
El tratamiento está enfocado a maximizar la función, disminuir el
riesgo de fracturas, evitar la deformidad y optimizar la adaptación
del niño a las actividades de la vida diaria. Para esto es necesario
darle un apoyo integral y multidisciplinario.
En general, las formas leves sólo requieren manejo de las fracturas, en cambio en las más severas requieren manejo médico
y quirúrgico permanente para corregir las deformidades que se
van generando.
El tratamiento médico está compuesto por medicamentos,
apoyo de órtesis y rehabilitación.
A.-TRATAMIENTO MÉDICO
Se han probado numerosos métodos para aumentar la masa ósea
y disminuir la frecuencia de fracturas, entre ellos el fluoruro de
sodio, calcitonina, esteroides anabólicos, flavonoides, vitamina
C y D, hormona de crecimiento humana recombinante, sin que
ninguno de ellos haya demostrado efectos significativos en la
historia natural de la enfermedad.
Excepción a esto es el uso de bifosfonatos endovenosos, que han
mostrado resultados alentadores en cuanto a mejorar masa ósea
y reducir frecuencia de fracturas.
i. Bifosfonatos
Son análogos sintéticos del pirofosfato que se unen a la hidroxiapatita en el hueso y son potentes inhibidores de la reabsorción
ósea mediada por osteoclastos. Su uso en osteoporosis en adultos
está bien documentado. Desde hace pocos años se ha iniciado su
uso en niños.
Actualmente el más usado es el pamidronato endovenoso a
intervalos de 4 a 6 meses.
Los resultados a la fecha sugieren que el pamidronato es un tratamiento efectivo para las formas severas de OI, en especial cuando
se inicia precozmente. Aunque no interviene en la causa genética
de la enfermedad, si mejora la historia natural y la calidad de vida
de los pacientes.
315
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2021; 32(3) 311-318]
De igual manera, se usa el alendronato en forma oral semanal, el
que también ha demostrado mejorar la densidad ósea.
También se están usando otros bifosfonatos más nuevos como el
zoledronato y risendronato8,9.
otra u otras en el ápice de la curva a corregir. Desde proximal se
introducen los componentes macho y hembra13. Las osteotomías
se realizan en forma percutánea con pequeñas incisiones en la
piel (Figura 4).
Queda por demostrar la eficacia y seguridad del tratamiento a
largo plazo, la duración del tratamiento, el uso de otros bifosfonados orales, y su uso en niños y adultos con OI más leves como
la tipo I.
La inmovilización post operatoria debe ser, lo más breve posible
para prevenir osteoporosis por la inmovilización. No se utiliza yeso
pelvipedio a menos que las osteotomías estén muy inestables.
El hueso que con mayor frecuencia requiere de corrección, es
el fémur, seguido de la tibia. Con menor frecuencia se realiza en
extremidades superiores.
ii. Suplementos
a. Calcio
b. Vitamina D
c. Hormona de crecimiento
Figura 4. Enclavijado de ambos fémures y tibias
con clavo Fassier Duval
B.-TRATAMIENTO ORTOPÉDICO Y QUIRÚRGICO
A. Fracturas:
En general, las fracturas en pacientes con OI leves se tratan igual
que en el resto de la población, pero con períodos de inmovilización lo más cortos posibles, de manera de no producir fragilidad
ósea por desuso.
En fracturas de huesos largos se puede utilizar un enclavijado
endomedular, idealmente con sistema telescópico, para reducir
la fractura y dar soporte para prevenir deformidades. Debe
evitarse el uso de placas y tornillos ya que la delagada cortical no
es capaz de soportarlos.
En el caso de fracturas en huesos de forma muy alterada, puede
aprovecharse la oportunidad de la fractura para realizar la
correción.
B. Deformidades:
El tratamiento de las deformidades de los huesos largos es de
vital importancia para evitar fracturas de éstos, al alinearlos y
dejarlos en condiciones mecánicas más favorables10,11.
La corrección se realiza mediante osteotomías correctoras a varios
niveles (osteotomías en rosario) y se fijan mediante clavos según
la técnica descrita por Sofield y Millar en 1959. Estas se fijan con
clavos estáticos como agujas de Kirshner, TENS o clavos de Rush,
o mediante clavos telescópicos. Estos últimos, son el tratamiento
de elección y tienen la ventaja de alargarse junto con el crecimiento del niño. Se anclan a las epífisis superior e inferior12.
El clavo Dubow-Bailey fue el primero en el mercado, teniendo
buenos resultados, pero se han descrito complicaciones como
migración y aflojamiento de sus componentes.
Fassier desarrolló una técnica mínimamente invasiva usando
el clavo Fassier-Duval. Esta se realiza a través de una incisión
proximal y depende del grado de deformidad la necesidad de
316
Son dos las indicaciones para el enclavijado de las extremidades
superiores: dificultad funcional debido a la deformidad y fracturas
a repetición si limitan el uso de bastones o andador, generando
problemas con la movilidad. Los antebrazos se enclavijan con
agujas de Kirschner, mientras en el húmero se pueden utilizar
clavos telescópicos.
Las complicaciones más frecuentes son: migración del implante,
fractura del implante y no telescopaje.
Los resultados al comparar clavos telescópicos versus fijos han
demostrado una tasa de entre 40 y 50% de re-operación para
los fijos, y entre un 20 y 40% para los telescópicos. Con respecto
a las complicaciones, se reportan tasas de 50 y 72% respectivamente11,14,15.
En cuanto a la columna, el uso de corset no es útil en OI debido a
que una caja torácica frágil no permite una transferencia efectiva
de la presión del corset hacia la columna vertebral y además la
presión externa puede empeorar las deformidades del tórax.
[Osteogénesis imperfecta - Angélica Ibáñez y col.]
Las indicaciones quirúrgicas son: escoliosis progresiva con curva
mayor a 45° en formas leves de OI y mayor de 30-35° en las
formas severas. Debido a que en OI tipo III y IV el crecimiento
del tronco es limitado, la cirugía puede realizarse a los 7-8 años
de vida.
Como forma de mejorar la densidad ósea se sugiere realizar ejercicios de bajo impacto, actividades en agua, siempre teniendo
en cuenta las restricciones deportivas que deben tener, dependiendo del tipo de OI y las condiciones de cada caso.
Es importante recordar el alto riesgo anestésico de los pacientes
con OI severa debido a problemas de vía aérea, enfermedad
pulmonar restrictiva, impresión basilar, intubación difícil, riesgo
de fracturas durante las manipulaciones y un mayor riesgo de
hipertermia maligna.
NUEVOS TRATAMIENTOS EN ESTUDIO:
El trasplante de médula ósea también se encuentra en estudio
al aportar stem cells que son precursores de osteoblastos. Así se
produce un mosaicismo de osteoblastos normales y anormales.
Los resultados de este tratamiento son controversiales debido
a la dificultad para aislar los osteoblastos y el uso de inmunosupresión.
C.-REHABILITACIÓN
Es fundamental un adecuado plan de rehabilitación en los niños
con OI, en especial con el uso actual de pamidronato que ha
disminuido la fragilidad ósea y ha mejorado el pronóstico para la
bipedestación.
Los niños con OI pueden presentar:
- Deformidad de huesos largos
- Compresión vertebral
- Deformidades de columna
- Debilidad muscular por desuso
- Plagiocefalia
- Caderas con flexión y rotación externa
- Pie equino
Estos problemas pueden limitar la adquisición de destrezas
motoras, en especial el control de cabeza y tronco, sentarse,
gatear, levantarse y caminar. La sobreprotección de los padres
también limita la independencia funcional.
Los objetivos de la rehabilitación son:
- Promover el desarrollo motor
- Facilitar las formas seguras de movimiento
- Maximizar la independencia funcional y así su calidad de vida
Las estrategias de rehabilitación van cambiando con la edad;
en la infancia precoz los niños deben ser movilizados con especial cuidado, con cambios de posición permanentes y evitar
los movimientos rotacionales debido al riesgo de fracturas. Al
iniciar la marcha se les debe apoyar con buena rehabilitación
para mejorar la coordinación y la fuerza muscular de modo de
minimizar el riesgo de caídas. En ocasiones se pueden utilizar
órtesis protectoras para prevenir deformidades y contracturas.
Otra estrategia en estudio, es la modificación genética de osteoblastos defectuosos extraídos del paciente para su posterior reinfusión. Esta y otras técnicas genéticas se encuentran en estudios
muy preliminares y su uso en humanos aún está lejano.
Otras terapias en estado experimental16,17 pero prometedor, son:
• Denosumab: Anticuerpos anti RANK (receptor activator of
nuclear factor-ſB). Hay Algunos ensayos clinicos pequeños
prometedores, pero aún en etapa experimental.
• Hormona de crecimento: tiene poco efecto en el crecimiento y
no se ha descrito efecto en el riesgo de fracturas.
• Hormona paratiroidea recombinante.
• Anticuerpos anti sclerotina.
• Transplante células mesenquimales (prenatal y postnatal).
CONCLUSIÓN
Ha habido avances muy significativos en el tratamiento y la patogenia de la OI. Se han descrito nuevos tipos de OI no colagenosas
que han ampliado el campo de estudio de esta patología. El
enfoque moderno es multidisciplinario e incluye tratamiento con
bifosfonatos tempranamente, cirugías ortopédicas periódicas
programadas y rehabilitación. Esto ha mejorado la historia natural
y la calidad de vida de los pacientes. Lo que queda por desarrollar
son las terapias genéticas que serán la solución definitiva a esta
enfermedad.
Por último, pero de la mayor importancia, es el soporte psicológico al paciente y su grupo familiar, a través de educación y
terapia de apoyo18. Existen hoy grupos de apoyo entre familas
de niños con OI, donde intercambian experiencias y se ayudan
entre ellas.
Declaración de conflicto de interés
Los autores declaramos que no tenemos conflicto de intereses.
317
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2021; 32(3) 311-318]
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
318
Sillence, D., Senn, A. & Danks, D. Genetic heterogeneity in osteogenesis
imperfecta.J. Med.Genet.16, 101–116 (1979)
Glorieux FH et al. Cyclic administration of pamidronate in children
with severe osteogénesis imperfecta. NEJM 1998; 339 (14):
947-952.
Robinson ME, Rauch F. Mendelian bone fragility disorders. Bone.
2019; 126:11-17. doi:10.1016/j.bone.2019.04.021
Van Dijk, F S, and D O Sillence. “Osteogenesis imperfecta: clinical
diagnosis, nomenclature and severity assessment.” American
journal of medical genetics. Part A vol. 164A,6 (2014): 1470-81.
doi:10.1002/ajmg.a.36545
Bonafe L, Cormier-Daire V, Hall C, et al. Nosology and classification
of genetic skeletal disorders: 2015 revision. Am J Med Genet A.
2015;167A(12):2869-2892. doi:10.1002/ajmg.a.37365
Kocher MS, Shapiro F. Osteogenesis imperfecta. J Am Acad
Orthop Surg. 1998;6(4):225-236. doi:10.5435/00124635199807000-00004
Paterson CR, Ogston SA, Henry RM. Life expectancy in osteogenesis
imperfecta.
BMJ.
1996;312(7027):351.
doi:10.1136/
bmj.312.7027.351
Rijks E, B, G, Bongers B, C, Vlemmix M, J, G, Boot A, M, van Dijk
A, T, H, Sakkers R, J, B, van Brussel M: Efficacy and Safety of
Bisphosphonate Therapy in Children with Osteogenesis Imperfecta:
A Systematic Review. Horm Res Paediatr 2015; 84:26-42. doi:
10.1159/000381713
Shi, Chang Gui MD; Zhang, Ying MD, PhD; Yuan, Wen MD Efficacy
of Bisphosphonates on Bone Mineral Density and Fracture Rate
in Patients with Osteogenesis Imperfecta, American Journal of
Therapeutics: May/June 2016 - Volume 23 - Issue 3 - p e894-e904
doi: 10.1097/MJT.0000000000000236
Luhmann SJ, Sheridan JJ, Capelli AM, Schoenecker PL. Management
of lower-extremity deformities in osteogenesis imperfecta with
extensible intramedullary rod technique: a 20-year experience. J
Pediatr Orthop. 1998;18(1):88-94.
Hill, M., Lewis, C., Riddington, M., Crowe, B., DeVile, C., Götherström,
C., & Chitty, L. (2018). Exploring the impact of Osteogenesis
Imperfecta on families: A mixed-methods systematic review.
Disability and Health Journal. doi:10.1016/j.dhjo.2018.12.003
Bailey RW, Dubow HI. Evolution of the concept of an extensible
nail accommodating to normal longitudinal bone growth:
clinical considerations and implications. Clin Orthop Relat
Res.1981;(159):157-170
Fassier, Francois MD Fassier-Duval Telescopic System: How I Do It?
Journal of Pediatric Orthopaedics: September 2017 - Volume 37 Issue - p S48-S51 doi: 10.1097/BPO.0000000000001024
Zionts LE, Ebramzadeh E, Stott NS. Complications in the use
of the Bailey-Dubow extensible nail. Clin Orthop Relat Res.
1998;(348):186-195.
Scollan, J. P., Jauregui, J. J., Jacobsen, C. M., & Abzug, J. M. (2017).
The Outcomes of Nonelongating Intramedullary Fixation of the
Lower Extremity for Pediatric Osteogenesis Imperfecta Patients.
Journal of Pediatric Orthopaedics, 37(5), e313–e316. doi:10.1097/
bpo.0000000000000970
Thomas IH, DiMeglio LA. Advances in the Classification and Treatment
of Osteogenesis Imperfecta. Curr Osteoporos Rep. 2016;14(1):1-9.
doi:10.1007/s11914-016-0299-y
Franzone, J. M., Shah, S. A., Wallace, M. J., & Kruse, R. W. Osteogenesis
Imperfecta. Orthopedic Clinics of North America. 2019 50(2),
193–209. doi:10.1016/j.ocl.2018.10.003
Alharbi, S. A. (2015). A Systematic Overview of Osteogenesis
Imperfecta. Molecular Biology, 05(01). doi:10.4172/2168