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LA ENVIDIA

2024, La envidia: una admiraciòn disimulada

LA ENVIDIA: la (a)dmiracion disimulada. La ENVIDIA es un fenómeno complejo que va mas alla de solo desear lo que el otro tiene., sino que se trata mas bien de no poder aceptar la alteridad, de no poder ser igual al Otro y por lo tanto en lugar de recurrir a la admiración, se procede a envidiar a aquel cuyo objeto creemos que posee y que le "completa la falta". Cuando hay dispariedad entre lo que tenemos y lo que otros poseen, en lugar de sostener la admiración, al no poder acceder a las cualidades del otro, el sujeto recurre a la envidia. Esto tambien se puede pensar a la inversa, cuando un sujeto cree que otro le tiene envidia : "Uno cree que el Otro hablaría como hablo Yo", pero ¿quién habla?... Eso habla, es decir, el discurso del Otro, desde donde (se) habla (goza).

LA ENVIDIA: la (a)dmiracion disimulada. La ENVIDIA es un fenómeno complejo que va mas alla de solo desear lo que el otro tiene., sino que se trata mas bien de no poder aceptar la alteridad, de no poder ser igual al Otro y por lo tanto en lugar de recurrir a la admiración, se procede a envidiar a aquel cuyo objeto creemos que posee y que le “completa la falta”. Cuando hay dispariedad entre lo que tenemos y lo que otros poseen, en lugar de sostener la admiración, al no poder acceder a las cualidades del otro, el sujeto recurre a la envidia. Esto tambien se puede pensar a la inversa, cuando un sujeto cree que otro le tiene envidia : “Uno cree que el Otro hablaría como hablo Yo”, pero ¿quién habla?... Eso habla, es decir, el discurso del Otro, desde donde (se) habla (goza). La envidia viene a ser un significante más del Otro, sin embargo, esto viene acompañado de la certeza de “Querer lo que el otro tiene o porque el otro (lo) tiene”. Pero ¿Cómo se introduce en juego el deseo, uno que circula en función de esa terceridad?. Quizás aquí se trata más de cómo se desea, en lugar de la cosa en si, “que es eso que debo desear”. Por ejemplo, cuando se desea algo que la mayoría también desea, Eso es deseado por el Otro, por ese supuesto saber “necesitas ser o tener eso” y por ello es que se puede “querer o necesitar” eso. Pero ¿quien desea? pensando que el deseo es el deseo del Otro y no solo del sujeto…Si algo se quiere es porque hay un lugar de saber que lo propone como tal, puesto que el Yo es Otro. Para sostener la imposibilidad puede aparecer la respuesta envidiosa: celos, rivalidad, agresividad, desaprobación. Soren Kierkegaard refiere la envidia como “una admiración disimulada”. “El admirador que presiente que no va a ser feliz si se entrega a lo que admira, escoge enfrentarse a ello envidiandolo”, en este caso el que envidia se posiciona desde ese lugar de saber, denigrando y minimizando aquello que admira en el otro, porque “si no lo tengo yo, tampoco es digno de admirar en el otro”, lo privo de eso . En este sentido, “La admiración es un abandono feliz, la envidia, en cambio, no es mas que una desgraciada reivindicación personal”.  El envidioso siente una profunda admiración negativa por el objeto de su envidia, por aquello que nunca tendrá: el objeto (a) que colme la falta. El tema surge ante la amenaza de ser privado de lo que de entrada no se puede poseer. Eso lleva al sujeto a la comparación constante que le hace sentir inferioridad y resentimiento por aquellos que aparentemente tienen aquel objeto preciado que creen que deben tener y que por tanto les falta, perturbando al Yo- imagen del sujeto. Por lo tanto, la envidia es una forma sintomática de sostener fallidamente la demanda del Otro en tanto “Yo soy, debo tener” y al no alcanzar ese ideal del Yo, recurren a la envidia en lugar de resignarse a admirar aquello que no pueden tener.