Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas
ISSN: 1665-7330
[email protected]
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado
México
Miranda Aguirre, Arturo Pavel; Soto Amaro, Jaime; Montes Núñez, Emilio; Pérez Aguilar, Fernando;
Torres Mendoza, Mauricio
Quiste gigante de colédoco: a propósito de un caso
Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas, vol. 12, núm. 3, septiembre-diciembre, 2007, pp. 50-54
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
Mexico, México
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Caso clínico
Caso clínico
Quiste gigante de colédoco: a propósito de un caso
1
2
3
3
4
Miranda Aguirre Arturo Pabel, Soto Amaro Jaime, Montes Núñez Emilio, Pérez Aguilar Fernando, Torres Mendoza
Mauricio
1
2
Médico Residente de Tercer año de la Especialidad de Cirugía General, Médico Adscrito y Profesor Titular del Curso de Cirugía
3
4
General, Médico Adscrito al Servicio de Cirugía General, Médico Residente de Cuarto año de la Especialidad de Cirugía General;
Hospital General Dr. Fernando Quiroz Gutiérrez del I.S.S.S.T.E. México D.F.
Correspondencia.- Dra. Miranda Aguirre Arturo Pabel. Hospital General Dr. Fernando Quiroz Gutiérrez del ISSSTE,
México D.F. Domicilio particular: Cerrada de Confederaciones No. 2, Col. La Fama, México, D.F. C.P. 14269.
Recibido.- Abril 2007
Aceptado.- Noviembre 2007
Resumen
Se presenta el caso de una mujer de 43 años con
padecimiento de 15 años de evolución caracterizado por
dolor en epigastrio e hipocondrio, acompañado de nausea
y vómito, se presenta al Servicio de Urgencias con cuadro
agudo de fiebre, dolor e ictericia. A la exploración física:
abdomen con discreta resistencia muscular voluntaria,
doloroso en hipocondrio derecho y epigastrio se palpa tumor
de consistencia blanda, bordes definidos y lisos, doloroso,
tamaño de 10 x 6 cm. El ultrasonograma (USG) mostró
imagen anecoica, ovalada bien delimitada de 6 mm de grosor
con interior homogéneo, no pudo determinar sí era de
origen pancreático o del colédoco. La Tomografía
Computarizada (TC) abdominal tampoco fue útil para ubicar
el origen de la lesión, la colangiopancreatografía por
Resonancia Magnética (RM), demostró lesión quística de
colédoco tipo I de Todani. Se realizó laparotomía
exploradora, encontrándose un quiste gigante de colédoco
de 166 x 81 x 116 mm, se realizó exéresis de la lesión y
reconstrucción con hepatoyeyuno anastomosis en Y de
Roux.
Palabras clave.- Quiste de colédoco, Todani, dilatación
quistica de la vía biliar.
50
Summary
A case of 43 years old female with abdominal pain, nausea
and vomit during 15 years is presented. She is admitted in
emergency department with acute fever, right hypochondria
and epigastrium pain plus jaundice. Physical evaluation:
voluntary mild muscular resistance abdominal; painful, well
delimited border, soft consistence side 10 cm x 6 cm.
epigastrium mass echography an anechoic, homogeneous
inside, delimitated oval image was evidenced but it could
not determinate pancreas or choledoco origin. Abdominal
Computerized Tomography (CT) either could definite mass
origin; Magnetic Resonance Cholangiopancreatography a
choledochal cyst, type 1 of Todanis classification was definite.
She underwent an exploratory laparotomy, a giant
choledochal cyst of 166mm x 81mm x 116 mm side was
resection surgical with hepato-jejuno-anastomosis Roux Y
type.
Key words.- Choledochal cysts, Todani, hepatic ducts
dilatation.
Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas Volumen 12, Núm. 3 (septiembre - diciembre)
Caso clínico
Introducción
A pesar de que han pasado poco más de 250 años desde la
1
primera descripción de un quiste de colédoco, aún es
considerada como una patología poco frecuente, cuya
etiología no está totalmente aclarada y de la cual todavía
existen controversias en cuanto a su manejo.
Clásicamente se ha definido al quiste coledocociano como la
dilatación congénita aislada o combinada del árbol biliar
extrahepático o intrahepático y constituye el 1% de todas
las lesiones biliares benignas. Es más frecuente que se
diagnostique en la infancia, donde su mayor incidencia es
durante la primera década de la vida, sin embargo, hasta
más del 20% de los casos se diagnostica en adultos, en países
occidentales se ha reportado una incidencia de entre 1 por
cada 100,000 y 1 por cada 150,000 nacidos vivos.
Existe mayor prevalencia en el sexo femenino, con una
relación mujer: hombre de hasta 4:1 y en Asia se han
diagnosticado más de dos tercios de todos los casos
2,-4
comunicados con un total de 3000 pacientes.
La primera descripción anatómica de un quiste de colédoco
1
fue realizada por Vater y Ezler en 1723, sin embargo, la
descripción del primer caso se le atribuye a Douglas, en
1823, con una mujer de 17 años con ictericia recurrente y
dolor crónico que presentó un quiste de colédoco en el
5
examen postmortem.
La primera resección quirúrgica de esta entidad fue realizada
6
por Mc Whorter en 1924 con buenos resultados. Alonso7
Lej realizó una revisión de los casos reportados hasta 1959
y publicó un sistema de clasificación que posteriormente
8
Todani y col. modificaron en 1977 para publicar la
clasificación que lleva su nombre, misma que permanece
vigente hasta la fecha, a pesar que se han publicado
9
modificaciones a ésta en otras series.
La teoría más comúnmente aceptada en la etiología de los
10
quistes de colédoco se basa en los reportes de Babbit,
quien encontró una unión anómala entre el conducto
pancreático y el colédoco que crea un largo canal común
(>15 mm) antes de su entrada a la pared duodenal y el cual
ha sido comprobada por otros autores en hasta el 80% y
90% de los pacientes con quiste de colédoco; lo anterior
permitirá un reflujo del jugo pancreático a la vía biliar común,
lo cual en combinación causaría la dilatación de la dilatación.
Aunque la anormalidad de la unión entre el colédoco y el
conducto pancreático se observa en casi todos los pacientes
con un quiste coledocociano, también se ve en pacientes sin
dilatación quística, por lo que aún no esta claro la relación
que guarda la unión anómala de estas estructuras y la
dilatación quística de las vías biliares. Más recientemente se
ha reportado a la función anormal del esfínter de Oddi como
factor predisponerte del reflujo pancreático al árbol biliar y
se ha encontrado el espasmo de este esfínter asociado a
quistes de colédoco. Otros factores que se ha involucrado
son la innervación autónoma inadecuada o la inadecuada
11
vacuolización durante la organogénesis.
Así pues, la clasificación de Todani incluye 5 tipos: tipo I,
dilatación del árbol biliar extrahepático, tipo II, divertículo
sacular, tipo III coleodococele, tipo IVa dilatación del árbol
biliar intrahepático y extrahepático, tipo IVb múltiples
quistes extrahepáticos y tipo V, dilatación limitada a los
conductos intrahepáticos (enfermedad de Caroli). De éstos,
el más frecuente es el tipo I el cual se reporta en 40 a 60% de
8,11
los casos.
El tratamiento del quiste coledocociano continúa siendo
eminentemente quirúrgico, ya que su manejo oportuno
evitará tales complicaciones como pancreatitis, colangits
recurrente, coledocolitiasis, cirrosis biliar, hipertensión
portal, transformación maligna e incluso se han reportado
2, 9, 11, 12
casos de colecistitis alitiasica aguda.
El objetivo del presente trabajo es reportar el caso de una
paciente femenina con diagnostico de quiste gigante de
colédoco, tanto como la manera en que se integró del
diagnostico como la descripción del tratamiento quirúrgico.
Presentación del caso
Mujer de 43 años de edad originaria del D.F. sin
antecedentes de importancia; 15 años previos a su
ingreso presentó dolor de tipo cólico localizado en
epigastrio e hipocondrio derecho, de intensidad
moderada acompañado de discreta ictericia, náusea y
vómitos relacionado con alimentos colecistoquinéticos, el
cual cedió con analgésicos y antiespasmódicos, presentando
dolor de manera ocasional desde entonces, por lo menos
una vez al año, el cual respondía favorablemente a los
analgésicos convencionales. Se presenta al servicio de
urgencias con padecimiento de 24 h. de evolución
caracterizado por dolor de tipo cólico en epigastrio, de
intensidad 8/10, constante, con irradiación hacia
hipocondrio derecho, acompañado de fiebre de hasta 39ºC,
así como náusea y vómito de contenido gastroalimentario
en tres ocasiones, ictericia y acolia, aparentemente
secundario a la ingesta de colecistoquineticos, sin otra
sintomatología.
A la exploración física se encuentra consciente, buena
hidratación, ictericia generalizada ++. Conjuntivas ictericas
++. Cardiopulmonar sin compromiso Abdomen con
discreta resistencia muscular voluntaria, pero depresible,
doloroso a nivel de hipocondrio derecho y epigastrio, donde
se palpa tumor de consistencia blanda, con bordes bien
definidos y lisos, dolorosa a la palpación, adherida a planos
profundos de aproximadamente 10 x 6 cm, poco móvil, con
Murphy positivo, sin hepato ni esplenomegalia.
Se encontró por análisis de laboratorio, citometria hemática,
química sanguínea y electrolitos séricos dentro de rangos
normales, salvo la cuenta leucocitaria la cual se reporto
3
con un valor de 13,000/mm con una neutrofilia de 84.8%;
dentro de las pruebas de función hepática se reportó
bilirrubina total 7.6 mg/dl, directa 4.9 mg/dL, indirecta 2.7
mg/dL, alanin aminotransferasa 318 UI, aspartato
aminotransferasa 232 UI, fosfata alcalina 715 UI, proteínas
totales 6.2 y albúmina 2.6. El examen general de orina
aspecto turbio, densidad 1.030, proteínas +, Cuerpos
cetónicos trazas, hemoglobina ++++, bilirrubinas +++,
células ++, leucocitos 6-8 xC, eritrocitos incontables,
bacterias +++. Mediante el ultrasonido se reportó el
hígado con dilatación de la vía biliar intrahepática, con
datos de colecistitis crónica alitiásica sin datos de
agudización al momento del estudio, e imagen anecoica
ovalada y bien delimitada con dimensiones de 173x79x89
mm en sus ejes longitudinal, anteroposterior y transverso,
de paredes ecogénicas, lineales y delimitadas de 6 mm de
grosor con interior homogéneo, la cual presenta un cuello
acodado, sin poder delimitarse su sitio de inserción, que
sugiere la probabilidad de un quiste de cabeza de páncreas
pediculado de gran tamaño vs. quiste gigante de colédoco.
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Caso clínico
La tomografía computarizada de abdomen revelo la
presencia de una imagen quistica homogénea que abarca
desde el origen de la vía biliar extrahepática y hasta la
cabeza de páncreas, sin poderse identificar su origen por
el tamaño que presentaba, así como dilatación de la vía
biliar intrahepática (Figura 1). Se intenta realizar CPRE la
cual es insatisfactoria por compresión extrínseca de la
primera y segunda porción duodenal (Figura 2); por lo
anterior, se decide realizar colangiografía por resonancia
magnética la cual confirmo la existencia de un dilatación
quistica de la vía biliar extrahepática de aproximadamente
166 x 81 x 116 mm, con dilatación de la vía biliar intrahepatica
compatible con un quiste gigante de colédoco tipo I de
acuerdo a la clasificación de Todani (Figura 3).
Se somete a laparotomía exploradora mediante incisión
media supra e infraumbilical encontrándose un quiste
gigante de colédoco que dependía del árbol biliar
extrahepático, corroborando las dimensiones reportadas
Figura 1. TC abdominal que muestra la imagen quística.
Nótese la dilatación de la vía biliar intrahepática.
Figura 3. Colangiografía por resonancia magnética que
revela la presencia de un quiste de colédoco tipo 1, con
dilatación de la vía biliar intrahepática.
Figura 2. Dilatación de la 2ª porción del duodeno que impide
la canalización del ámpula de Vater por medio del
duodenoscopio.
52
por la colangiografía por resonancia magnética, con
dilatación desde la bifurcación hasta la porción
retroduodenal, con un hígado colestásico (Figura 4). Se
realizó descompresión del colédoco con trocar de Oshner
obteniendo aproximadamente 1000 mL de líquido biliar y
a través abordaje interno se diseca toda la pared anterior,
así como la mayor parte de la pared posterior, dejando un
escaso remanente de la misma por estar estrechamente
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Caso clínico
Figura 4. Quiste de colédoco incidido de manera
transversal.
Figura 5. Quiste de colédoco disecado, el dilatador muestra
la entrada del conducto al duodeno.
adherida a la pared posterior de la primera porción del
duodeno, donde se realizó únicamente mucosectomía, el
aspecto macroscopico de la mucosa fue de color café cobrizo,
rugosa, brillante, de aproximadamente 7 mm de espesor
(Figura 5). Se resecó el quiste desde la bifurcación de los
hepáticos derecho e izquierdo hasta la porción
retroduodenal y se realizó cierre con sutura en bolsa de
tabaco de la porción distal del colédoco así como derivación
de la porción proximal con una hepatoyeyuno anastomosis
en Y de Roux. La paciente evoluciona en su postoperatorio
de manera favorable, siendo manejada con analgésicos y
antibióticos, siendo egresada a los ocho días por mejoría.
Actualmente se encuentra con seguimiento a nivel de la
consulta externa, asintomática, sin ictericia y con niveles
normales de bilirrubinas.
Discusión
Se ha mencionado como forma de presentación del paciente
con quiste de colédoco a la triada clásica que incluye dolor
abdominal, masa palpable en hipocondrio derecho e ictericia, la
cual se ha reportado en 2 a 38% de los pacientes y estuvo presente
en el caso presentado; esta forma de presentación es más
2,3, 9,11
común que se presente en niños y es rara en adultos.
Dentro de los métodos para llegar al diagnostico, el
ultrasonido puede diagnosticar quistes de colédoco, sobre
todo en niños, con una especificidad del 97%, sin embargo,
con sensibilidad que puede caer a el 71%, en el caso
presentado, este estudio mostró sensibilidad alta para
determinar la presencia de un quiste pero fue poco especifico
para diferenciar el origen del mismo.
La gammagrafía se ha usado por largo tiempo en el
diagnostico de los quistes de colédoco, con una exactitud
para distinguir entre quiste de colédoco y atresia de vías
biliares del 100%. Los quistes de colédoco pueden ser
diagnosticados con una sensibilidad del 100%, pero sólo
dos terceras partes de quistes tipo IV pueden ser
detectados.
La TC abdominal puede delinear el tamaño, la localización y la
extensión de la dilatación de la vía biliar intra y extrahepática
en pacientes con un quiste coledocociano, sin embargo,
existen resultados de algunos estudios en los que los quistes
no fueron diagnosticados correctamente y requirieron otros
métodos confirmatorios; en el caso de la paciente, la TC
abdominal no logro diferenciar entre un quiste de colédoco
y un quiste de páncreas por lo que fue necesaria la realización
de colangiografía por resonancia magnética.
Asimismo, la CPRE es una excelente herramienta para la
definición de la anatomía de las vías biliares, así como para
el diagnóstico de los quistes de colédoco; no obstante, las
desventaja de este procedimiento es que no esta exento de
complicaciones por ser una técnica invasiva, además que en
el caso de quistes extrahepáticos grandes, el volumen de
contraste necesario para llenar el quiste y definirla anatomía
intrahepática es grande y la visualización completa del árbol
2,9,11
biliar intra y extrahepatico puede ser difícil.
Por múltiples razones, la colangiografía por resonancia
magnética representa actualmente el estándar de oro para
el diagnóstico de quistes de colédoco, esta técnica muestra
alta exactitud en la detección y clasificación de quistes de
colédoco y también revela coledocolitiasis y colangiocarcinoma
concurrente, por lo que puede reemplazar el papel en el
diagnostico de los quistes a la CPRE.
Sin embargo, esta técnica muestra limitada capacidad para
detectar anormalidades menores en los ductos, así como en
13
la unión pancreático biliar o pequeños coledococeles.
El objetivo principal en el manejo quirúrgico es la excisión
completa del quiste con variaciones en la técnica de acuerdo
al tipo de quiste. Para los quistes tipo I, II, y IVb se puede
usualmente manejar con la escisión completa y la
2,3,9,10
reconstrucción con hepatoyeyunoanastomosis.
El manejo del quiste IVa es controversial, el involucro
extenso de la vía biliar intrahepática puede dificultad su
escisión completa y la anastomosis hepaticoenterica extensa
es recomendado aunque no esta claro si la escisión de
únicamente el quiste extrahepatico, previene la
4,14
transformación maligna.
Por otra parte, aunque se
considera la hepatoyeyunoanastomosis como la técnica con
mejores resultados, existen series pequeñas que apoyan la
realización de hepatoduodenoanastomosis como una
15,16
alternativa en niños.
El tratamiento de la paciente fue una escisión prácticamente
total de la lesión y la hepatoyeyunoanastomosis con un
resultado exitoso.
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Caso clínico
Aunque el quiste de colédoco sigue siendo una
patología infrecuente, de la que aún se desconocen
varios aspectos, es necesario tenerla presente como una
lesión benigna de la vía biliar causante de ictericia en el
paciente adultos.
El estándar de oro en el diagnóstico de esta lesión es la
colangiografía por resonancia magnética, la cual nos ayudará
a precisar el tipo de quiste y la anatomía de la vía biliar.
El tratamiento debe siempre estar encaminado a la escisión
completa con reconstrucción hepatoyeyuno anastomosis en
Y de Roux, lo que evitará complicaciones tardías y la
malignización de esta entidad.
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Conclusiones
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