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Libro Protestas Sociales

PROTESTAS SOCIALES EN LA ARGENTINA RECIENTE PROTESTAS SOCIALES EN LA ARGENTINA RECIENTE Un estudio teórico y empírico desde la escala local (Río Cuarto, 1989-2003) Celia Basconzuelo María Virginia Quiroga (coordinadoras) Basconzuelo, Celia Cristina Protestas sociales en la Argentina reciente: un estudio teórico y empírico desde la escala local (Río Cuarto 1989-2003) / Celia Cristina Basconzuelo; María Virginia Quiroga. – 1a edición para el profesor – Río Cuarto: Celia Cristina Basconzuelo, 2023. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-88-9524-6 1. Análisis Sociológico. 2. Historia Argentina. 3. Historia de la Provincia de Córdoba. I. Quiroga, María Virginia. II. Título. CDD 303.60982 Imagen de tapa: LibroLab ARTAI Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son responsabilidad exclusiva del/los autor/es. Protestas sociales en la Argentina reciente TeseoPress Design (www.teseopress.com) Índice Presentación......................................................................................9 Matriz teórica y consideraciones metodológicas................ 17 Celia Basconzuelo, María Virginia Quiroga e Iván Baggini Dinámica sociohistórica de un ciclo de protestas sociales situadas. Río Cuarto, 1989-1991.............................. 49 Celia Basconzuelo El ciclo de protesta 1994-1996. Las reformas estructurales desde los espacios subnacionales ................... 87 Marcela Susana Brizzio 1998-2000: entre la resistencia a la reforma estatal y el reclamo por trabajo. Una mirada comunicacional a las dinámicas de la protesta social en Río Cuarto ................... 119 Claudia Kenbel y María Eugenia Isidro 2001-2003: ribetes de la multicrisis y las protestas sociales situadas .......................................................................... 147 María Virginia Quiroga e Iván Baggini Epílogo. Situar(nos) para comprender. Recorrido transversal por las protestas sociales en Río Cuarto entre 1989 y 2003....................................................................... 173 Marcela Brizzio, María Eugenia Isidro y Claudia Kenbel Notas sobre las autoras y los autores.................................... 193 7 Presentación Protestas sociales en la Argentina reciente. Un estudio teórico y empírico desde la escala local, es el título escogido para este libro que presenta los resultados finales del proyecto de investigación financiado durante los años 2018 a 2021 por el Ministerio de Ciencia y Tecnología del gobierno de Córdoba. El objetivo general del trabajo era realizar un estudio de la protesta social en dos ciudades intermedias de la provincia de Córdoba, Río Cuarto y Villa María, delimitando varios ciclos históricos comprendidos entre 1989 y 2003. Tal inquietud se inspiró en el hecho de que las investigaciones previas acerca del pasado reciente de ambas localidades, las dos más importantes de la provincia luego de la capital, no se habían detenido en el análisis sobre esta dimensión del conflicto social, de manera extensa y exhaustiva. En esa senda, procuramos identificar y analizar los colectivos movilizados, sus demandas, destinatarios, repertorios y formas organizativas. El marco conceptual delineado, así como el enfoque escogido, se corresponden con la conformación interdisciplinar del equipo de investigación, abarcando los campos de la historia, la ciencia política, el trabajo social y la comunicación; de manera que estas diferentes, aunque complementarias miradas, se hallan presentes en los sucesivos capítulos de este volumen, manteniendo coherencia y conservando autonomía. Ya en marcha, la situación pandémica condicionó fuertemente el acceso a los archivos locales, hemerotecas y demás repositorios inicialmente propuestos, configurando un contexto de investigación que significó, para el conjunto de las ciencias, también para las sociales, replantear objetivos y metodologías. En razón de ello, esta obra se concentra en la comarca riocuartense, mientras la investigación empírica se fundamenta en el relevamiento periodístico de los 9 10 • Protestas sociales en la Argentina reciente eventos de protesta a través de la consulta al diario local Puntal. En dicha ciudad del sur cordobés, nos interesa abordar la problemática de las protestas en la historia reciente. En efecto, una de las contribuciones del presente texto es inscribirse en este campo de estudio de relevancia creciente. Según afirman Franco y Levín (2007), la historia reciente refiere “procesos históricos cuyas consecuencias directas conservan aún fuertes efectos sobre el presente” (p. 18). Las protestas sociales, por cierto, no solo emparentan con tradiciones críticas como la historia social, la historia desde abajo, la historia de los trabajadores, la historia de género, entre otras, sino que pueden ser consideradas una de las áreas sensibles y preocupantes de la actualidad, por cuanto tornan visibles las movilizaciones de diferentes colectivos sociales que desde el rasgo contencioso de sus acciones interpelan, reclaman, se organizan, convocan y hasta pueden incidir en el curso de las políticas públicas en las distintas escalas donde se manifiestan. Particularmente, nos ocupamos del período comprendido entre 1989 y 2003, un pasado cercano en cuyo transcurso se asiste, en todo el país, a la recuperación y reconstrucción democrática argentina con sus tensiones sociales, económicas y políticas que complejizaron la agenda de la historia nacional y subnacional. En ese lapso se vivenciaron coyunturas especialmente críticas, como la hiperinflación de 1989 y el colapso de 2001; sumado a los contextos específicos de crisis provincial en 1995. Todo ello implicó grandes desafíos en términos de gobernabilidad, representación política, modelo y planes económicos, demandas sociales, entre otros. Mayo de 2003 significó el punto de corte de nuestra delimitación temporal, en tanto asumió un nuevo gobierno electo que pretendía retornar a la “normalidad institucional”, tras la renuncia del primer mandatario Fernando de la Rúa (21 de diciembre de 2001) y las secuelas de un escenario de fuerte crispación social y preocupante inestabilidad económica, financiera y político institucional. Protestas sociales en la Argentina reciente • 11 En este libro las protestas se estudian en una escala local, la ciudad de Río Cuarto, correspondiéndose, también, con un campo de estudio en expansión para los abordajes históricos y de las ciencias sociales en general. Es cierto que “lo local tiene una virtud heurística”, que no debiera interpretarse simplemente como “una suerte de modelo reducido de una dinámica general” y que, por el contrario, permite valorizar actores y singularidades (Lepetit, 2015, p. 105). Sin embargo, esa situacionalidad que confiere la escala no implica necesariamente resaltar las diferencias, sino también destacar las similitudes y conexiones con lo registrado en otros niveles de la realidad nacional (Frederic y Soprano, 2006). Se entenderá, entonces, la escala local de análisis como una construcción espacial y, a la vez, una variación del espacio subnacional. En ella se inscribirá el análisis empírico de las protestas y su interpretación a partir de dimensiones cuali y cuantitativas seleccionadas especialmente para este proceso investigativo. De esta manera, buscamos dar cuenta de las dinámicas situadas y, a la vez, conectadas que se desencadenan al calor de los procesos de acción colectiva. Así, vamos desandando la trama de las luchas sociales de un tiempo y lugar específico, pero que anudan malestares y disconformidades de períodos más extensos, experiencias de múltiples latitudes, y propuestas alternativas diversas. En torno a esta idea de demostrar el potencial teórico, metodológico y empírico de las protestas en clave local, se desarrolla la presente obra, aproximándonos a diversos actores sociales (trabajadores y trabajadoras, vecinos y vecinas, empresarios y empresarias del agro y los servicios, ciudadanía en general, etc.), a sus demandas, sus organizaciones institucionalizadas o autoconvocadas, sus repertorios y sus interpelaciones, siempre en el marco de un contexto que, tal como anticipamos, se corresponde, por momentos, con “coyunturas críticas”. Es decir, situaciones donde “las influencias estructurales en la acción política sean económicas, culturales, ideológicas, organizativas, se agudizan significativamente durante un período relativamente corto 12 • Protestas sociales en la Argentina reciente y la contingencia se vuelve primordial” (Capoccia y Kelemen, 2007, p. 344). La prensa escrita, representada en este caso por el diario Puntal, ha sido la fuente principal para la recolección de los datos que en cada capítulo adquieren una expresión cuantitativa, al mismo tiempo que fundamentan el análisis cualitativo. Se procedió, así, a la revisión de los ejemplares del periódico correspondientes a la etapa bajo estudio, los cuales se encuentran a disposición pública en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río Cuarto. Para cada edición, se identificaron las notas referidas a las protestas, a la vez que se registraron las alusiones a los principales hechos del contexto nacional, provincial y, especialmente, local. Luego, con los datos obtenidos se elaboraron fichas de relevamiento hemerográfico, cuestión que explicaremos con más detalle en el primer capítulo de este libro. Vale advertir que hemos tenido presente tanto aquellos aspectos que favorecen la utilización de la prensa como fuente de información, como las limitaciones que conlleva (Gordillo et al., 2012; Scribano, 2003). En ese sentido, no desconocemos que las acciones de protesta publicadas son el producto mediatizado de la realidad, por lo que, para acercarnos a un registro lo más objetivo posible, se procedió a cotejar la fuente a partir de nuestros marcos teóricos y los relevamientos o trabajos previos sobre el período, junto a la información que proporcionaba el periódico sobre el contexto. A pesar de estas limitaciones, consideramos que es un inicio importante para acercarnos a una sistematización de la protesta en Río Cuarto. La organización del trabajo de investigación y de campo insumió varias jornadas en cuyo transcurso se diseñaron las fichas para el relevamiento de las protestas a partir de la fuente periodística y se consensuaron los conceptos y dimensiones de análisis, constituyéndose en el soporte teórico metodológico para el armado de este estudio. Como resultado de todo este recorrido se organizaron los escritos que integran la presente publicación. Cada capítulo se Protestas sociales en la Argentina reciente • 13 ocupa de un ciclo de protesta y en él se describe su frecuencia, la articulación con el contexto, además, se observan los actores que protagonizaron dichos eventos, sus repertorios, demandas y respectivas formas organizativas. El capítulo inicial del volumen está dedicado a las consideraciones teóricas y metodológicas requeridas para entender cuándo se está frente a una acción de protesta y cuáles dimensiones resultan claves para su abordaje desde una perspectiva socio histórica. Sus autoras, Celia Basconzuelo y María Virginia Quiroga, junto a Iván Baggini, definen las dos nociones centrales del trabajo, “protesta” y “ciclo de protesta” y, valiéndose del análisis crítico de la bibliografía pertinente, explicitan las dimensiones escogidas que permiten a lo largo de la obra centrar la mirada en los conceptos asociados a la unidad de análisis (la protesta riocuartense). Asimismo, indican la estrategia metodológica que se emplea tanto en la instancia de organizar el abordaje del tema, así como en el relevamiento de los datos. El capítulo de Celia Basconzuelo, por su parte, examina la dinámica de la protesta desde una perspectiva socio histórica y para ello escoge tres dimensiones de análisis: la trayectoria, el entorno y la acción contenciosa. Así, demuestra que entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido, a la vez que una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales articulando sus demandas y repertorios con otros que sincrónicamente acontecían en el territorio nacional, mientras expresaban en y desde lo local algunas notas peculiares de la conflictividad. Resaltando la importancia que tuvieron los años noventa y las particularidades que presentaron en el espacio subnacional cordobés, así como en la escala local, Marcela Brizzio describe y analiza la difícil coyuntura de mediados de la década de 1990 y particularmente la conflictividad del año 1995 en la ciudad de Río Cuarto. Muestra que las reacciones de la ciudadanía riocuartense frente a la situación socioeconómica por la que atravesaba, cuyas raíces explicativas se encuentran tanto en el cambio de paradigma económico 14 • Protestas sociales en la Argentina reciente y político a nivel nacional como en la coyuntura provincial, podían asumir características propias y diferenciales respecto de otros actores y procesos de escala nacional. Desde un planteo que recupera las movilizaciones de fines de los años noventa en Río Cuarto, el aporte de Claudia Kenbel y María Eugenia Isidro permite observar la conflictividad social local en el ciclo 1998–2000, período en el que continúa el protagonismo de los trabajadores organizados en sindicatos como actores del espacio público, al que se suman trabajadores desocupados, en lo que se constituye como la antesala al estallido social del 2001. En este capítulo se analizan las protestas sociales de fin de siglo haciendo foco especialmente en quienes son los actores protagonistas de estas acciones contenciosas, qué demandas sostienen y con qué repertorios de acción se presentan en la arena pública local. Para esto, las autoras proponen una mirada a las protestas sociales desde el campo comunicacional. Cerrando el período bajo estudio, el texto conjunto de María Virginia Quiroga e Iván Baggini recoge la pretensión de analizar algunas de las dimensiones implicadas en las protestas sociales del lapso 2001–2003 en Río Cuarto, a saber: la frecuencia de las acciones colectivas, los actores sociales que se movilizaron, las formas de organización, los repertorios de la acción contenciosa y las demandas que se plantearon. Ello con miras a construir una aproximación “situada” de los ribetes de la multicrisis en la escala local. En definitiva, Quiroga y Baggini plantean que analizar la protesta conduce al desafío de, por un lado, considerar los procesos nacionales y provinciales de manera relacional y conectada con el contexto local y, por el otro, reconocer aquellas singularidades que tuvo la acción contenciosa en las dimensiones elegidas para su estudio. Finalmente, Marcela Brizzio, María Eugenia Isidro y Claudia Kenbel construyen un epílogo donde recuperan los hallazgos centrales del libro, y se animan a identificar algunas continuidades y rupturas en las dinámicas de la protesta social durante el lapso 1989–2003. Protestas sociales en la Argentina reciente • 15 Sin mayores preludios, invitamos a la lectura atenta del devenir contencioso de la ciudad de Río Cuarto, con miras a contribuir a la reconstrucción de su historia reciente y aportar al análisis de las acciones colectivas y sus contextos, en el marco de relaciones recíprocas y de mutua incidencia. Referencias Capoccia, G. y Kelemen, D. (2007). The Study of Critical Junctures: Theory, Narrative, and Counterfactuals in Historical Institutionalism. World Politics, 59(3), 341–369. Franco, M. y Levín, F. (2007). Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Frederic, S. y Soprano, G. (comps.). (2009). Política y variaciones de escalas en el análisis de la Argentina. Buenos Aires, Argentina, Prometeo. Gordillo, M.; Arriaga, A.; Franco, M. J.; Medina, L.; Natalucci, A. Solis, A. (2012). La protesta frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo. Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. Lepetit, B. (2015). De la escala en historia. En J. Revel. (Direct.), Juegos de escalas. Experiencias de microanálisis (pp. 87–114). Buenos Aires, Argentina: UNSAM edita. Scribano, A. (2003). Reflexiones sobre una estrategia metodológica para el análisis de las protestas sociales. Sociologías, 5 (9), 64–104. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86819565003 Matriz teórica y consideraciones metodológicas1 CELIA BASCONZUELO, MARÍA VIRGINIA QUIROGA E IVÁN BAGGINI Resumen Este primer capítulo tiene el propósito de presentar y desarrollar los conceptos que consideramos pertinentes con el campo de estudio de la protesta en escalas locales, y, sobre esta base teórica y metodológica, se emprende, luego, un análisis descriptivo explicativo que ocupa los restantes capítulos. Los eventos acaecidos en Río Cuarto entre 1989 y 2003 constituyen la unidad de análisis y se recolectan los datos de la información a partir del análisis del diario local Puntal. Inicialmente, se propone un análisis crítico de las categorías “protesta social” y “ciclo de protesta”; luego, se presenta una sistematización de la categoría protesta sobre la base de un conjunto de dimensiones, a la vez que se explicitan las principales decisiones metodológicas, la unidad de información empleada y las técnicas para el procesamiento y análisis de los datos. Introducción En el campo de estudio de la sociología y de la historia, el análisis de la protesta social tiene una larga trayectoria. Sus aportes conceptuales, metodológicos y empíricos han sido 1 Este capítulo es una revisión y ampliación respecto de la versión original. Véase Basconzuelo, Quiroga, et al. (2022). 17 18 • Protestas sociales en la Argentina reciente amplios y variados. En el ámbito historiográfico europeo una línea pionera identificada con el marxismo británico había asociado diversos colectivos con las primeras expresiones contenciosas (Hobsbawm, 1952; Thompson, 1984; Rudé, 1998). Por su parte, la sociología histórica, preocupada por la teoría de la acción colectiva, hizo foco en algunos repertorios clásicos (Shorter y Tilly, 1986; Tarrow, 1997), mientras el enfoque pragmático ha trabajado sobre nuevas modalidades de la protesta a la vez que explica cómo se construye el sujeto plural (Fillieule y Tartakowsky, 2015; Lemieux, 2019; Thévenot, 2019). Esas perspectivas encauzaron los primeros estudios de la protesta social en Argentina (Jelín,1978; Marín, 1984; Korzeniewicz, 1993; Iñigo Carrera et al., 1995; Schneider, 2005). A inicios del siglo XXI, particularmente luego de los acontecimientos que enmarcaron la crisis de 2001, esa corriente de indagación se intensificó, multiplicándose las investigaciones sobre el tema y comprendiendo tanto los escenarios urbanos como rurales, metropolitanos y provinciales, con un fuerte énfasis en las nuevas formas de protesta (Giarracca, 2001; Farinetti, 2002; Auyero, 2002a, 2002b; Schuster et. al., 2006; Svampa y Pereyra, 2003; Lobato y Suriano, 2003; Iñigo Carrera y Cotarelo, 2004; Svampa, 2009; Gordillo, Arriaga, et. al., 2012; Rossi, 2023). Durante ese trayecto fue de importancia también la elaboración de una historiografía de la protesta social (Lobato, 2003). El abordaje de estos antecedentes se constituyó en el punto de partida de nuestro interés por las protestas sociales; de manera que un primer desafío supuso acordar categorías y dimensiones de análisis, a la vez que derroteros metodológicos. Es por ello que sentamos una sistematización de nociones como resultado de discusiones teóricas previas y como paso concreto para la explicación e interpretación del tema a tratar, que diera lugar a correlaciones con los eventos observados. Así, se elaboró una matriz y, por eso, este primer capítulo resulta introductorio al tema y basal, al mismo tiempo, Protestas sociales en la Argentina reciente • 19 para los restantes. Se presentan y desarrollan conceptos que consideramos muy pertinentes con el campo de estudio de la protesta en escalas locales, y, sobre este soporte teórico y metodológico, se emprende luego un análisis descriptivo explicativo. Los eventos acaecidos en Río Cuarto entre 1989 y 2003 constituyen la unidad de análisis y se recolectan los datos de la información a partir del análisis del diario local Puntal. Inicialmente se propone un análisis crítico de las categorías “protesta social” y “ciclo de protesta”, a partir del diálogo con autores y autoras que se han escogido por su reconocida contribución al tema y cuentan, además, con las mayores referencias para avanzar en una propuesta teórica que condensa nuestra mirada interdisciplinar. Seguidamente, se presenta una sistematización de la categoría protesta sobre la base de un conjunto de dimensiones y subdimensiones que recogen en su formulación nuestro debate y precisiones respecto de contenidos y alcances de cada una de ellas. A la vez que sugerimos definiciones para dichas nociones, dejamos trazado, a través del parágrafo contiguo, un posible derrotero metodológico mediante el cual se pudieron abordar cuatro ciclos históricos de protestas localizadas en Río Cuarto, correspondientes a los períodos 1989–1991; 1994–1996; 1998–2000 y 2001–2003. Este momento de la investigación se correspondió con la confección de una ficha para la recolección de los datos. Finalmente, toda la información obtenida sobre las protestas que efectivamente tuvieron lugar en la ciudad sureña cordobesa se estructura a través de un relato que, a lo largo de los restantes capítulos de la obra, procura desentrañar los aspectos relevantes considerados por sus autores. 20 • Protestas sociales en la Argentina reciente Protesta y ciclo de protestas Delineamos la búsqueda de una perspectiva teórica conducente a la comprensión de la dinámica de la protesta, lo que nos llevó a plantear la idea de que ésta no constituye un punto de partida homogéneo y estático; es decir, no habría un núcleo duro con rasgos específicos (de clase, género, etnia, entre otros) según el cual pueda ser definida en todo lugar y momento. Por el contrario, entendemos a la protesta social como una forma de acción colectiva situada, de carácter contencioso, deliberado, con visibilidad pública, protagonizada por actores sociales con demandas específicas que expresan un malestar o descontento y se dirige, directa o indirectamente, al Estado en sus diferentes niveles2. Esta propuesta teórica busca distanciarse de definiciones esencialistas que vinculan a las protestas sociales con contenidos previamente determinados o con actores sociales delimitados a priori (Quiroga y Magrini, 2020), y se aproxima a los criterios sugeridos por estudiosos del tema, en el sentido de sentar una noción lo suficientemente amplia que permita comprender tanto las iniciativas en un solo lugar y en un único momento, como las acciones encadenadas y dispersas en varios espacios simultáneos (Schuster, 2005). En el proceso de construcción de la categoría puede señalarse otro aspecto. Si se acepta que la protesta tiene carácter situado, contencioso, deliberado y con visibilidad pública, tal afirmación remite a una trama de sentidos, relaciones y oposiciones en las cuales las acciones colectivas se van gestando y reconfigurando, y ello acontece en el marco de contextos históricos. Con esta expresión referimos a las condiciones estructurales y al entorno situado de la 2 La conceptualización adoptada es resultado de los intercambios del grupo de investigación, considerando fundamentalmente los aportes de Tilly (1978); Tarrow (1997); Traugott (2002); Auyero (2002); Schuster (2005); Svampa (2009); Gordillo, Arriaga, Franco et al. (2012); Calderón Gutiérrez (2012). Se emplea esta definición en Basconzuelo (2021) y Quiroga y Baggini (2020). Protestas sociales en la Argentina reciente • 21 protesta, el cual comprende, por un lado, los marcos políticos, culturales, sociales y económicos en que las acciones se generan y, por el otro, su escala de manifestación. Desde esta perspectiva, puede afirmarse que el carácter situado de la protesta vincula el accionar que ésta conlleva con las dimensiones de un tiempo y un espacio concretos; y, a la vez, con las dinámicas históricas y ciclos de conflictividad en que se inserta (Calderón Gutiérrez, 2012). Es necesario, entonces, reparar en el encadenamiento de las protestas sociales, donde una iniciativa específica se relaciona con otras y evidencia continuidades con formas previas de acción, que se complementan y potencian con otras más novedosas (Auyero, 2002). El carácter contencioso de las protestas sociales se manifiesta en su irrupción conflictiva/litigiosa en el espacio público; con la pretensión de visibilizar una o varias demandas previamente insatisfechas, y desplegándose frente a un “otro” que niega la posibilidad de responder a esas demandas. Claramente, se trata de procesos organizados e intencionales (deliberados), que requieren del discurso y de la acción para lograr exteriorizarse (adquiriendo visibilidad pública), aunque pueden estar también vinculados a períodos de latencia (Melucci, 1999; Scribano, 2003). Nuestra definición establece, además, que la demanda (o demandas) que articulan la protesta expresan la disconformidad y/o el malestar con alguna situación que se considera injusta, por lo cual requiere de una acción para ser revertida. Esa acción contenciosa puede inclusive trascender la particularidad del colectivo afectado, a partir de la elaboración de una o varias demandas que, recurriendo a un lenguaje de derechos, consigue instalarse y legitimarse en el espacio público (Gordillo, Arriaga, Franco et al., 2012). Estas cuestiones son importantes para dar cuenta, por un lado, de las relaciones de cooperación y construcción de equivalencias entre diversos actores protestatarios que se articulan a partir de la común insatisfacción de sus demandas; y, por otro, del trazado de fronteras y el 22 • Protestas sociales en la Argentina reciente distanciamiento con aquellos actores, instituciones, agentes responsables de la insatisfacción de esas demandas (Laclau, 2005). Ello resulta clave para comprender que la protesta social implica la conformación de un “nosotros”, en contraposición con un “ellos”, que interrumpe un estado normal de cosas al poner en escena una “injusticia”, ante la cual se reacciona colectivamente. Por otra parte, nuestra definición ubica también al Estado como actor a quien se dirige la acción contenciosa, sea de manera directa o indirecta, con el propósito de solicitar su intervención. Cabe acotar que ese Estado no siempre representa, para quienes se movilizan, su alter; puede ser tan solo depositario de la demanda. Así definida la categoría se avanzó en un segundo término que nos permitió comprender aspectos de la dinámica temporal específica que toda acción contenciosa implica, ya que los estudios empíricos muestran generalmente un patrón de flujo y reflujo, niveles de movilización y confrontación más intensos en unos períodos que en otros. Para estos rasgos de la protesta consideramos la noción de ciclo de protestas, que de acuerdo con Sidney Tarrow (1997) puede entenderse como: una fase de identificación de los conflictos y la confrontación en el sistema social, que incluye una rápida difusión de la acción colectiva de los sectores más movilizados a los menos movilizados; un ritmo de innovación acelerado en las formas de confrontación; marcos nuevos o transformados para la acción colectiva; una combinación de participación organizada y no organizada; y unas secuencias de interacción intensificada entre disidentes y autoridades que pueden terminar en la reforma, la represión y, a veces, en una revolución. (pp. 263–264) El concepto nos permite pensar la especificidad de un conjunto de acciones contenciosas cuando se presentan como un ciclo articulado, se caracterizan por un aumento en Protestas sociales en la Argentina reciente • 23 el nivel de frecuencia del conflicto que incluye a diferentes sectores sociales, que pueden o no haber tenido experiencia previa, pero que articulan su demanda o demandas y legitiman su reclamo a través de nuevos marcos referenciales o significativos. También comprende una rápida difusión territorial del conflicto y cambios de escala de la protesta (local, provincial, nacional o viceversa), por lo que resulta necesario examinar los mecanismos que facilitan su expansión y las redes explícitas o subyacentes de quienes organizan el movimiento, así como la disponibilidad de canales de comunicación que favorecen la dispersión de los marcos de sentido, tácticas y repertorios (Tarrow, 1997; Herrera, 2008; Quiroga y Baggini, 2020; Isidro y Kenbel, 2020). Ciclo de protestas es así un concepto fructífero para aprehender la intensidad, diversidad, expansión, movimiento de las acciones colectivas contenciosas en la dimensión temporal. A continuación, daremos cuenta del paso de las categorías teóricas precedentes a la formulación de las dimensiones y subdimensiones operativas que las mismas refieren. La mirada metodológica a la protesta social situada Luego de ubicar a nuestra investigación en un diseño estructurado con un alcance descriptivo, en nuestra tarea de hacer observable la noción de protesta social nos guiamos por trabajos previos propios (Quiroga y Baggini, 2020; Quiroga y Magrini, 2020; Basconzuelo, 2021) y de terceros (Tilly, 1978; Traugott, 2002; Auyero, 2002; Aboy Carlés, 2001; 2011; Barros, 2002 y 2017, Schuster, 2005; Svampa, 2009; Gordillo, Arriaga, Franco, et al., 2012; Calderón Gutiérrez, 2012). Al mismo tiempo, este proceso requirió de un permanente diálogo reflexivo entre la unidad de análisis (protestas que conforman un ciclo) y la fuente de información utilizada a lo largo de nuestra investigación, el diario Puntal. 24 • Protestas sociales en la Argentina reciente Dicha publicación se constituyó en la principal fuente para identificar las protestas sociales en el espacio tiempo de estudio; en relación a ello procuramos tener presente tanto aquellos aspectos que favorecen a su utilización, como las limitaciones que conlleva. Esto quiere decir que los hechos noticiosos registrados por la prensa no son ajenos a la construcción discursiva y el posicionamiento ideológico del periódico, cuestiones que atraviesan la lógica de construcción de la noticia. En ese sentido, no desconocemos que las acciones de protesta publicadas son el producto mediatizado de la realidad por lo que, para acercarnos a un registro lo más objetivo posible, se procedió a cotejar la fuente a partir de nuestros marcos teóricos y los relevamientos o trabajos previos sobre el período, junto a la información que proporcionaba el periódico sobre el contexto bajo estudio. A pesar de estas limitaciones de la fuente, consideramos que nos permite un importante primer acercamiento con la intención de mapear el devenir de la protesta en la ciudad de Río Cuarto3. Sostenemos que el abordaje de las protestas sociales puede emprenderse desde al menos cuatro aristas o dimensiones implicadas en su trama: la situada, la del actor colectivo, la de movilización, y la de alteridad. Cada una de estas dimensiones, a su vez y respectivamente, admite subdimensiones. Veamos esto con mayor detenimiento. Dimensiones y subdimensiones En primer lugar, la dimensión situada contempla la ubicación de la protesta en su coordenada histórica, espacial 3 En el mismo sentido, Gordillo et al. (2012) y Scribano (2003), advierten sobre las limitaciones y riesgos que existe para hacer investigación a partir de periódicos, pero, a su vez, legitiman esta fuente y remarcan la reflexividad del investigador o investigadora como un reaseguro para la construcción de la información. Protestas sociales en la Argentina reciente • 25 y temporal y se pregunta por las características que presenta el entorno de la protesta considerando a su vez las escalas (nacional, provincial y local). Su aplicación para el análisis de los eventos puede orientarse a partir de algunas preguntas: ¿Cuáles son las condiciones materiales, sociales, políticas y culturales que enmarcan la protesta, teniendo en cuenta, especialmente, estos aspectos en el espacio nacional y subnacional? ¿Qué acontecimiento/s desencadena/n la protesta? ¿En qué espacio geográfico se origina? ¿Cuál es el lugar donde se hace visible? En tal sentido, se proponen dos subdimensiones respectivas: a. El contexto. Según la RAE la palabra contexto deriva del latín “contextus” y refiere el “entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho”4. La importancia del “entorno” ha sido señalada por aquellos trabajos que resignifican las dimensiones materiales del quehacer social. De acuerdo con Sewell (2006), las prácticas sociales no solo estarían discursivamente constituidas, sino que podrían considerarse actos “en y sobre entornos materiales” (p. 66). Las acciones humanas construyen y transforman los entornos, aunque éstos también están “prefigurados por los constreñimientos y posibilidades del entorno construido previamente existente” (p. 69). b. La escala. Nos ocupa una noción empleada en los estudios geográficos. En este sentido, y en consonancia con un enfoque socio espacial, Lopes de Souza (2013), propone el concepto “escala de acción” para referir el alcance espacial de las prácticas de los agentes, particularmente donde tienen lugar las acciones colectivas junto con el papel de los sujetos involucrados en ellas, cuyo nivel puede comprender desde un barrio, una ciudad, una metrópoli, una región, la nación, hasta lo 4 Véase https://dle.rae.es/contexto 26 • Protestas sociales en la Argentina reciente global. La escala local, por su parte, se refiere a “un recorte espacial, socialmente construido y dinámico” (p. 182). Dicha noción ha sido de gran utilidad también en el campo de la historia (Revel, 2015), donde se ha propuesto que su abordaje no quede ceñido simplemente a “reflejar lo general”, como así tampoco “analizar la localidad, sino estudiar determinados problemas acciones conflictos o experiencias en la localidad” (Pons y Serna, 2007, p. 23). Cabría preguntarse, entonces, qué aspectos particulares revisten las protestas sociales observadas en Río Cuarto, qué dimensiones les otorgan especificidad en razón de lo cual pueden interpelar las evidencias recogidas por los estudios generales; y, a la vez, qué aspectos de su dinámica comparte con otras protestas similares que han sido analizadas por otros autores en la escala nacional. En segunda instancia, la dimensión del actor se refiere a los colectivos sociales que protagonizan las protestas, la denominación que se atribuyen y la que reciben por parte de terceros, sus formas organizativas y las relaciones que establecen con otros actores a la hora de generar alianzas y/o redes. En el marco de esta dimensión, se intenta responder centralmente a: ¿quiénes emprenden las acciones de protesta? ¿Cómo se autodenominan? ¿Qué identificaciones se les atribuye? ¿Pertenecen a organizaciones formalizadas o se constituyen espontáneamente a partir de la acción colectiva? ¿Se establecen vínculos con otros actores en el devenir de la protesta? Para su estudio se proponen como subdimensiones: a. La identificación. Dicho término es preferible al de identidad, según la perspectiva de Zaira Navarrete Cazales (2015), por cuanto este último es aporético; es decir, “tiene la condición de necesariedad y a la vez de imposibilidad […] es algo irrepresentable, sólo se puede hablar de ella, pero jamás representarla en términos Protestas sociales en la Argentina reciente • 27 tangibles, definitivos, exhaustivos, ni categóricos” (p. 464). Desde un repertorio discursivo y psicoanalítico de carácter teórico, con base en la teoría del discurso y el análisis político de influencia laclauniana, la autora recupera el concepto de identificación para entender mejor el proceso de construcción identitaria. En este sentido, sostiene que “la identificación es un proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste” (p. 269). La identidad no estaría fijada de manera definitiva y esencialista. Por eso, se trata de “una construcción, un proceso nunca acabado”, es condicional y sujeta a la contingencia (p. 270). En su aplicación a los actores colectivos entenderemos la identificación como un proceso de construcción identitaria de los individuos en sujetos, en sentido relacional y diferencial con los “otros” y que deviene, por lo tanto, de la tensión entre la auto identificación y la hetero identificación. b. La organización: refiere a las diversas formas organizativas que libremente constituyen los colectivos sociales, permite identificarlos en el proceso de la acción contenciosa. A través de ellas quienes protestan deciden sobre las vías y modalidades que adoptarán para expresar sus demandas en el espacio público. Las mismas pueden reconocer una existencia previa y presentar una formalidad constitutiva (sindicatos, asociaciones, etc.) o bien configurarse a partir de la acción de protesta. En el caso de consolidarse a lo largo del tiempo, pueden dar lugar a la constitución de movimientos sociales (Alguacil Gómez, 2007). c. Las alianzas: son las relaciones de cooperación que se entablan con otros actores que acompañan la dinámica del conflicto (vecinos de territorios involucrados, profesionales, medios de comunicación, entre otros posibles). Esos aliados no necesariamente se ven afectados 28 • Protestas sociales en la Argentina reciente por el malestar que conduce a la protesta, pero se comprometen con ella participando de la coordinación de acciones, la denuncia, los lazos de solidaridad, la facilitación de recursos, etc. (Giarracca y Mariotti, 2012). Ello puede derivar en la conformación de redes de apoyo con actores que se encuentran situados en diferentes lugares geográficos y en distintas escalas (desde lo local a lo internacional); aunque estas redes incluyen también las construidas en el mismo lugar donde se manifiesta la protesta. En síntesis, lo que este proceso aporta es la conformación de un espacio político y de acción política conjunta, potenciando los momentos de visibilidad, y canalizando las demandas a nuevas arenas de interlocución y vías posibles de resolución. En tercer lugar, puede considerarse la dimensión de la movilización que pretende retratar la acción contenciosa en sí misma, su dinámica temporal, reivindicativa y organizativa. Ello significa fundamentalmente preguntarse cuándo irrumpe, para qué y cómo se protesta; por lo tanto, nos acerca a la cronología de la protesta social, la explicitación de la/s demanda/s, y los repertorios y recursos organizativos empleados por sus actores. Así, esta dimensión se presenta relacionada con lo que autores como Laclau y Mouffe (2004), denominan conceptualmente construcción equivalencial; noción que remite al proceso por el cual un colectivo crea y recrea un “nosotros”, a partir de la común insatisfacción de algunas demandas. En otras palabras, cuando las múltiples demandas no son satisfechas por los canales administrativos, la insatisfacción podría abonar la emergencia de un sentido de frustración múltiple, capaz de despertar la solidaridad entre ellas. Las distintas demandas serán, en principio, equivalentes en relación a aquello que las niega, la institucionalidad que no les hace lugar. Las subdimensiones más pertinentes para su estudio son las siguientes: Protestas sociales en la Argentina reciente • 29 a. Periodización de la protesta: hace referencia a la temporalidad específica de la protesta y permite identificar, por un lado, su cronología, es decir, el momento en que la acción protestaria se hace visible en el espacio público societal y señala su fijación temporal; así como también su duración, para referir el lapso durante el cual se desarrolla la acción contenciosa, que puede ser horas o días. Esta secuencia advierte acerca de la representación de un único evento o bien su repetición a lo largo de una escala temporal más amplia (Basconzuelo, 2021). Esta comprensión de la dinámica temporal nos aproxima al concepto ciclo de protestas, por cuanto facilita aprehender (según se dijo con anterioridad) la intensidad, diversidad, expansión y movimiento de las acciones colectivas contenciosas. b. Demanda: la constitución de la demanda es un elemento central, que define el para qué de la protesta. Laclau (2005) considera que constituye “la forma elemental de la construcción del vínculo social” (p. 98). De allí que, pensar en la conformación de las acciones colectivas, requiere ahondar en el proceso de construcción de articulaciones entre demandas diversas en torno a un significante común, antes que dar cuenta de ellas como acciones aisladas y homogéneas. A la vez, siguiendo a autores como Barros (2006; 2017), Retamozo (2015) y Schuster (2005), es preciso distinguir el contenido particular de la demanda, de los sentidos más generales que conlleva. Es decir, por un lado, las identidades colectivas presentan una propuesta específica, como respuesta a una demanda insatisfecha; y, por otro lado, también portan una promesa de plenitud más amplia, que trasciende la reivindicación concreta para asumir un carácter más general. Mientras que el primer aspecto parece vincularse con la formulación de la demanda como pedido–solicitud; el segundo, lo hace con la noción de reivindicación. “La reivindicación, a diferencia de la simple solicitud, 30 • Protestas sociales en la Argentina reciente tendrá un contenido de insatisfacción que es elevado a una instancia diferente a la que originalmente se había dirigido la demanda” (Barros, 2006, p. 66). Esto quiere decir que la reivindicación trasciende el contenido literal de una demanda para plantear cuestionamientos más profundos al orden vigente. En definitiva, el seguimiento de la demanda tiene un alto potencial analítico para explicar el surgimiento de las acciones colectivas que adquirieron cierta identidad colectiva, organización, continuidad en el tiempo y extensión en el espacio. c. Repertorio de la acción: es el formato o forma en que adquiere visibilidad la acción de protesta, es decir, el modo en que se presenta en la escena pública. De acuerdo con Charles Tilly, un autor clásico de los estudios sobre acción colectiva, el repertorio se define como “la totalidad de los medios de que dispone un grupo para plantear exigencias de distinto tipo a diferentes individuos o grupos” (citado por Tarrow, 1997, p. 67). Pueden ser parroquiales, particulares o bifurcados, según se orienten a asuntos locales, varíen de acuerdo con la situación y el grupo, o bien la acción directa contemple objetivos locales y asuntos nacionales, respectivamente. Otra cualidad es que se modifican lentamente a lo largo del tiempo (Tilly, 1978). Tarrow (1997) agrega que el repertorio es un concepto estructural y a la vez cultural, por cuanto se trata de la acción llevada a cabo por la gente cuando se halla en conflicto con otros, realizada mediante las formas culturales de esa sociedad. d. Recursos organizativos: Son los instrumentos que emplean los actores en un tiempo y lugar determinados, y a los que se recurre, tanto a partir de su racionalidad estratégica, como de las tradiciones e historias subjetivas de los individuos o grupos que actúan para concretar la acción de protesta. Algunos recursos son visibles materialmente (por ejemplo, panfletos, telefonía móvil, megáfonos, redactores, suscriptores, etc.), otros son Protestas sociales en la Argentina reciente • 31 virtuales (redes sociales), otros responden a un carácter simbólico (modelos de petitorio, de solicitada, experiencia previa, experticia de profesionales). En algunas protestas los recursos se combinan, o bien puede prevalecer uno de ellos. Finalmente, cabe distinguir la dimensión de alteridad. Ésta, remite a las relaciones de diferenciación y oposición que se van construyendo, y delimitan fronteras políticas con aquello que se identifica como “lo otro” de la protesta. Pero, esa “otredad” no alude solamente a un tercero diferente y externo, sino que señala a los responsables de la insatisfacción de las demandas que originaron la protesta. Parafraseando a Laclau y Mouffe (2004) la alteridad es parte de las condiciones de existencia de una protesta social, ya que se reconoce como causante de la situación de “malestar” que condujo a la acción colectiva; es decir, sin ese “ellos” que agravian, molestan e invisibilizan, no sería posible la organización de un “nosotros” (p. 38). En el ámbito de los estudios de la acción colectiva y de las protestas sociales, diversos autores reconocen la importancia de esta dimensión como arista constitutiva de las protestas, aunque señalan que con la sola presencia de la alteridad no alcanza, sino que debe darse un proceso de significación interna para que el grupo logre vincular la insatisfacción de sus demandas con la responsabilidad de un determinado actor. Al respecto, consideramos dos preguntas centrales: ¿Ante quiénes se posicionan los actores protestatarios o los actores que protestan? ¿Qué relaciones de oposición se construyen? A partir de ellas pueden enunciarse dos subdimensiones: a. Demandados: son los involucrados indirectamente en el malestar de la protesta y pueden, no obstante, intermediar en la búsqueda de soluciones. En otras palabras, es el actor interpelado, a quien se plantea la demanda: 32 • Protestas sociales en la Argentina reciente el Estado en sus diversos niveles5, algún funcionario en particular, los medios de comunicación, entre otros. b. Adversarios: se trata del otro diferente y contrapuesto que se reconoce como implicado directamente en la situación de malestar o descontento y que abona el origen de la protesta. Es el antagonista y puede referir al Estado (nacional, provincial o municipal), una empresa, un partido político, una/s figura/s individual/es del ámbito público o privado, entre otros. En definitiva, la multiplicidad de dimensiones y subdimensiones implicadas en esta operacionalización de la categoría protesta social (ver Tabla 1), reafirma que se trata de un proceso complejo, que no deriva mecánicamente de la estructura social, ni se explica por decisiones estratégicas o meramente emocionales; aunque, de algún modo, todos estos factores intervienen en su trama. De esta manera, procuramos reparar tanto en las relaciones de equivalencia entre actores y demandas diversas, pero comúnmente insatisfechas, como así también en las relaciones de diferencia y de oposición con aquellos que son identificados como responsables del malestar que dio origen a la acción colectiva. Es en ese entramado de articulaciones que se abren los cuestionamientos sobre el orden establecido, y los conflictos entre los lugares “naturalmente” asignados y las alternativas de cambio. 5 El Estado presenta la particularidad de ser referido en la fuente periodística a veces como actor demandado y otras como adversario. Protestas sociales en la Argentina reciente • 33 Tabla 1. Nociones operativas de la categoría protesta social PROTESTA SOCIAL PREGUNTAS ORIENTADO- DIMENSIONES DE ANÁLIRAS SIS ¿Cuáles son las condiciones materiales, sociales, políticas y culturales que enmarcan la protesta? DIMENSIÓN SITUADA SUBDIMENSIONES DE ANÁLISIS Contexto político, económico, socio cultural nacional y provincial ¿Dónde se origina? ¿Dónde se desenvuelve? Escala local (espacio geográfico y lugar de la protesta) ¿Qué acontecimiento/s desencadena/n la protesta? Acontecimiento/s desencadenante/s ¿Quiénes realizan las acciones de protesta? ¿Cómo se autodenominan? ¿Cómo son denominados por terceros? DIMENSIÓN DEL ACTOR Identificación (auto y hetero) ¿Pertenecen a organizaciones formalizadas previamente o se constituyen a partir de la acción colectiva? Organización ¿Se establecen vínculos cooperativos con otros actores en el devenir de la protesta? Alianzas ¿Cuándo los actores adquieren visibilidad en el espacio público? DIMENSIÓN DE MOVILIZACIÓN ¿Por qué se movilizan? Demanda ¿Cómo eligen manifestarse? Repertorio ¿Qué recursos eligen/ emplean? ¿Ante quiénes se dirige la protesta? ¿Qué relaciones de oposición se construyen? Periodización Recursos organizativos DIMENSIÓN DE ALTERIDAD Demandados Adversarios Fuente: Elaboración propia a partir de los debates del grupo de investigación. 34 • Protestas sociales en la Argentina reciente El trabajo de campo La realización del trabajo de campo y el tratamiento de la fuente periodística, el diario Puntal, requerían de un criterio metodológico particular que permitiese relevar todas las noticias referidas a las protestas acontecidas durante las etapas seleccionadas. Tal como puede observarse en la Tabla 2, la ficha de recolección de datos confeccionada permitió emprender la tarea de relevar cada protesta consignada por el diario Puntal. Si bien la mayor parte de las variables indicadas en la Tabla podían cuantificarse, en tanto de las otras iban a obtenerse registros cualitativos, se procedió a realizar el trabajo de campo con conocimiento de que la fuente podía eventualmente no precisar información sobre algunos indicadores. Luego, de relevada la información se emprendió un análisis cuantitativo de carácter descriptivo cuyos resultados se traducen en gráficos, según se verá en cada capítulo y, de acuerdo con cada ciclo de protesta. En cada uno de ellos se contabilizan la cantidad de protestas, los actores, las formas organizativas, las demandas y los repertorios. Protestas sociales en la Argentina reciente • 35 Tabla 2. Ficha de relevamiento hemerográfico N° de Ficha: Año Mes Día Extensión Contexto Escala Lugar Acontecimiento desencadenante Actor Autoidentificación Identidad atribuida por la prensa Organización Demanda Satisfacción de la demanda Repertorio Recursos Demandados Adversarios Alianzas Observaciones Fuente: Elaboración propia a partir de los debates del grupo de investigación. Tal como se desprende de la lectura de la ficha, las dimensiones y subdimensiones cuantificables y cualitativas se corresponden con términos que integran el siguiente glosario de utilidad para comprender qué información concreta requirió ser completada: N° de Ficha: Se coloca el número en forma secuencial y corresponde a cada protesta. Es decir, se registra cada evento independientemente de que el mismo se suceda a lo largo de varios días. En tal caso, todos los datos que ofrece la noticia periodística se consignan en la misma ficha. Año, Mes y Día: Se consigna la cronología de la protesta y es diferente a la fecha en que el diario da a conocer la noticia. Extensión: Se indica desde la cantidad de horas que dura la protesta a la totalidad de días, en tal caso. 36 • Protestas sociales en la Argentina reciente Contexto: Remite al entorno de la protesta constituido por las condiciones generales desde el punto de vista social, económico, político y cultural, que sirven de marco de referencia para situar el evento contencioso en su coordenada temporal y en el espacio nacional y subnacional. Escala: Es el espacio geográfico donde se genera la protesta (ciudad, ámbito rural o periurbano), sin desconocer su articulación con otras escalas (subnacional y global). Lugar: Es donde efectivamente se desenvuelve la protesta: (la plaza, el barrio, la ruta, la fábrica, etc.). Acontecimiento que desencadena la protesta: es el episodio que el diario registra y que se puede asociar con la decisión de ir a la protesta. Actor: Es el colectivo que protagoniza el evento. Autoidentificación: Son los términos empleados por el actor protestatario mediante los cuales se define a sí mismo. Identidad atribuida por la prensa: Son los términos utilizados por la prensa para definir al actor de la protesta. Organización: Define las formas organizativas que los actores emplean para llevar a cabo la protesta, que pueden ser institucionalizadas o más bien espontáneas y autoconvocadas. Alianzas: Son los vínculos y las relaciones de cooperación que construyen quienes protestan con otros adherentes; apoyos que pueden provenir de la misma escala o bien de otros espacios. Demanda: Es lo que solicita el actor, el objetivo que moviliza a la acción Satisfacción de la demanda: Indica si el actor ha conseguido obtener alguna respuesta a su demanda. Repertorio: Es el formato de la protesta y describe el modo que los actores escogen para dar visibilidad a su reclamo (manifestación, huelga, corte, toma, piquete, lockout, escrache, acampe, cacerolazo, etc.). Recursos: son los elementos materiales asignados a la protesta (financiamiento, tecnología, afiches, etc.). Protestas sociales en la Argentina reciente • 37 Demandados: es el actor ante quien se dirige la demanda (Estado, gobierno local, el gobierno provincial, empresarios, etc.). Adversarios: es el antagonista. Suele no aparecer de manera explícita en el diario (multinacionales, capitalismo financiero, monopolios, modelo neoliberal, etc.) Observaciones: Se anota aquí la existencia de imágenes que acompañan la noticia, también si es portada del diario o cualquier otro dato de relevancia. Este capítulo inicial reviste el carácter de introductorio; por eso, se ha desarrollado la arquitectura conceptual y metodológica de la obra mientras en los siguientes se trabajarán los períodos delimitados entre los años 1989 a 2003. Cabe aclarar, finalmente, que la delimitación de esos momentos de la historia social de las protestas sea en bienios (1994–1996; 1998–2000) y trienios (1989–1991; 2001 –2003), se hizo sobre la base de acontecimientos que signaron la historia nacional o bien subnacional. En el primer sentido se explica que las fechas iniciales y terminales del relevamiento (1989 y 2003), además del 2001, coincidan con momentos claves de la historia nacional, en tanto las restantes se corresponden con sucesos que marcaron el devenir de la provincia de Córdoba y de la localidad del sur. Es una combinación cronológica que muestra, pues, la importancia de indagar en la escala local sin soslayar su articulación con el nivel nacional y subnacional. Procesamiento y análisis de la información Debido a que las dimensiones y subdimensiones revisten un nivel abstracto del proceso de operacionalización y no es posible medirlas de manera directa, se elaboraron un conjunto de categorías operables para cada una de ellas para poder, de ese modo, facilitar la tabulación de los datos. Así, procedemos a mostrar aquí la selección emprendida para el 38 • Protestas sociales en la Argentina reciente posterior análisis empírico que se explaya en cada capítulo de este libro. Consideramos, entonces, la dimensión del actor (concretamente la identificación y la organización); y la dimensión de movilización (particularmente demandas y repertorios). En primer lugar, para la subdimensión identificación (en el marco de la dimensión del actor arriba citada) se eligieron los indicadores siguientes: a. trabajadores y trabajadoras, entendida como toda aquella persona que desempeña un trabajo o una actividad regular dentro de una sociedad y de la cual recibe una contribución monetaria (generalmente salario, paga). A su vez, distinguimos trabajadores/as de la salud, de la administración pública, de la educación, de servicios, de comercio, de industria, por cuenta propia y jubilados o jubiladas6; b. empresarios y empresarias, quienes cuentan con la propiedad de los medios de producción, comercialización y/o servicios y, en general, tienen empleados a su cargo. También los subdividimos en empresariado del agro, de servicios, de comercio, de industria; c. desocupados y desocupadas, todas aquellas personas pertenecientes a la población económicamente activa que se encuentran en condición de desempleo, es decir, que están disponibles para trabajar y quieren hacerlo, pero no consiguen una fuente laboral; d. estudiantes, alude a quienes cursan de manera regular alguno de los niveles del sistema educativo formal; e. ciudadanos y ciudadanas, quienes se nuclean y movilizan a partir de reconocerse como miembros de una misma comunidad política; f. vecinos y vecinas, designa a quienes habitan en proximidad de morada con otros, y se nuclean y movilizan en torno a la cuestión territorial barrial; y, g. familiares y amistades de.., hace alusión a quienes se nuclean y movilizan 6 Por jubilados/as se define a los y las trabajadoras en condición pasiva, quienes cumplieron un ciclo laboral y/o de cuidado y en la actualidad pasaron a retiro. Cabe destacar que lo incluimos en la variable trabajadores, pues un porcentaje importante sigue de manera parcial o total vinculado al mercado de trabajo más allá de ser considerado como parte de la población económicamente pasiva. Protestas sociales en la Argentina reciente • 39 por la cercanía (de sangre o afinidad) con la víctima de un perjuicio. En segunda instancia, para la subdimensión de organización (también en el marco de la dimensión del actor), trabajamos con: a. institucionalizada, en tanto modalidad organizativa que surge y se desarrolla siguiendo las iniciativas y propuestas de alguna institución, asociación o entidad en particular; incluimos las variantes sindical/gremial; empresarial; partidaria; religiosa; estudiantil; territorial, entre otras; b. autoconvocada, organización que surge y se desarrolla de modo espontáneo, siguiendo la propia iniciativa y voluntad de sus miembros; c. multisectorial, modalidad organizativa mixta caracterizada por reunir la iniciativa y participación mancomunada de diversos sectores, tanto institucionalizados como no. En tercer lugar, para la subdimensión de la demanda (ya en el marco de la dimensión de movilización), se construyeron como indicadores, a. vivienda; b. educación; c. justicia; d. salarial; e. derechos humanos; f. trabajo, la cual definimos como los reclamos derivados de las condiciones de acceso al mercado de trabajo por parte de los actores a nivel macroeconómico y social, pero no se refiere al pedido de mejora en las remuneraciones (porque ello remite a la demanda salarial) ni al incumplimiento del régimen laboral o a las condiciones de trabajo (ya que éstas pertenecen a la demanda laboral); g. laboral, demanda que se refiere al trabajo en lo concerniente a sus aspectos jurídicos legales y las condiciones generales de su desarrollo; h. seguridad, alude al reclamo dirigido al Estado y sus organismos estatales con el fin de “resguardar la libertad, la vida, el patrimonio, los derechos y garantías de las personas y la plena vigencia de las instituciones” (Ley de Seguridad Interior, año 1992); i. seguridad social, remite al conjunto de demandas referidas a las obras sociales y al funcionamiento del régimen previsional a nivel nacional y/o provincial. Dentro de este último se destacan, por ejemplo, el aumento de jubilaciones y/o pensiones, el seguro por desempleo, por maternidad, ejercicio 40 • Protestas sociales en la Argentina reciente del derecho jubilatorio. Complementan este universo de indicadores de las demandas, las denominadas j. Gobierno y k. política económica. La primera apunta a los reclamos planteados por los actores a la política gubernamental en su conjunto, ya sea en su dimensión administrativa de lo público como a la representación republicana. En relación a la primera se incluyen reclamos sobre el mal desempeño de las funciones inherentes a un cargo político y a la clase política (críticas del accionar de los funcionarios por corrupción, nepotismo, exceso de sus atribuciones, incumplimiento de sus obligaciones, entre otras). En cuanto a los reclamos por representación republicana se alude a aquellos relacionados con el régimen de gobierno republicano democrático como, por ejemplo, el modo de acceso y/o ejercicio referido a la participación pública y representación política, así como al proceso de toma de decisiones (reforma política, presupuesto participativo, impugnación de elecciones). También se deben incluir en este ítem a los pedidos de consulta popular y a las exigencias de recambios en los representantes y expresiones del tipo “que se vayan todos”. Por política económica entendemos al conjunto de demandas planteadas por los actores en contra del modelo económico en general, como también en rechazo a medidas concretas que son tomadas y ejecutadas por las autoridades en los diferentes niveles y ámbitos de la política sobre materia económica. Se incluyen manifestaciones contra las privatizaciones o las estatizaciones, contra el ajuste, contra la desregulación económica, la presión fiscal, la derogación o aparición de nuevos impuestos, contra los organismos financieros internacionales, es decir, en reacción de aquello que perjudica a los actores en materia económica y que es percibido como un daño a su patrimonio y/o bienestar económico. Finalmente, para el repertorio de la protesta (también dentro de la dimensión de movilización) se utilizaron los siguientes indicadores: a. corte de vía pública; b. caravana de automóviles; c. saqueos; d. petitorios; e. toma, la cual hemos Protestas sociales en la Argentina reciente • 41 definido como una medida de acción directa que está asociada a la ocupación de un lugar o espacio de propiedad pública o privada; f. movilización, entendemos aquellas manifestaciones consistentes en la concentración de un grupo o grupos de personas que circulan y/o se reúnen en el espacio público, procurando alcanzar amplia visibilidad y reivindicar alguna demanda o demandas en particular; g. huelga, que es un repertorio consistente en la abstención (total o parcial) de realizar las actividades laborales que regularmente se desarrollan. Bajo este repertorio incluimos modalidades diversas como el paro, abandono de tareas, quita de colaboración, entre otras; h. cacerolazo, entendida como la expresión de un grupo/s de personas que se reúnen con cacerolas o cualquier utensilio de metal para producir el mayor ruido posible en pos de visibilizar una demanda; i. asamblea, designa una reunión de individuos pertenecientes a un colectivo o varios, que es convocada de modo reglamentario, con el propósito de decidir sobre asuntos comunes y eventualmente adoptar decisiones. Caracteriza este repertorio el tipo de vínculos horizontales que mantienen sus miembros y resulta acorde con el modo de representación directa que los identifica; y j. paro empresarial, la definimos como una medida consistente en la paralización total o parcial de las actividades de uno o varios establecimientos o actividades económicas, por decisión de la patronal, quien puede proceder del ámbito agrario, comercial y/o industrial. Vale reiterar que esta operacionalización, pensando en la tabulación de los datos, fue el resultado de un proceso reflexivo entre la unidad de análisis (protestas que conforman un ciclo) y la fuente de información utilizada (diario Puntal). De ese modo, el procesamiento y posterior análisis de la información sobre las protestas requirió de un abordaje cuantitativo descriptivo, pero sin descuidar algunas consideraciones cualitativas; pues la complejidad del estudio de los ciclos de protesta requiere diversas aproximaciones, tanto teóricas como metodológicas y empíricas. 42 • Protestas sociales en la Argentina reciente Consideraciones finales A lo largo de este capítulo basal para el resto de las presentaciones, se ha trabajado con una categoría construida desde una perspectiva interdisciplinar y multidimensional: la de protestas sociales, para luego demostrar su abordaje metodológico en un registro de ciclos de acciones contenciosas que adquirieron visibilidad en la ciudad de Río Cuarto. Partimos de exponer el diseño de la investigación, apoyada en dimensiones, subdimensiones y categorías de análisis. Así, se abordaron los años 1989 a 1991, 1994 a 1996, 1998 a 2000 y 2001 a 2003; de ese modo, pudo presentarse un panorama abarcador del conjunto de actores, movilizaciones, demandas y alteridades que se expresaron en contextos signados por cambios notables en el panorama de las políticas públicas adoptadas. A su vez, la visibilidad de las acciones colectivas contenciosas, a través del estudio del diario Puntal, permitió su abordaje en la escala local (la ciudad de Río Cuarto) a partir del reconocimiento de diferentes elementos clave (actores, repertorios, formatos organizativos, periodización, entre otros) que otorgan a cada protesta y a cada ciclo una impronta particular. Por su parte, la propuesta teórica revisita los referentes clásicos y actuales sobre protesta social y elabora una formulación propia del equipo de investigación (una entre las muchas posibles) y sustentada en un conjunto de nociones a partir de las cuales aquella categoría pudo ser analizada o trabajada empíricamente. Así, la intención es mostrar, a lo largo de los capítulos siguientes, las particularidades de esos ciclos de acciones contenciosas en la escala local, su carácter dinámico, heterogéneo y procesual conforme se iban modificando los contextos, nacional y provincial. Fue ese accionar colectivo el que permitió visibilizar problemáticas sociales, traducir conflictos y conflictividades y mostrar tensiones emergentes de los contextos. Y, a la vez, fueron esas condiciones del entorno las que incentivaron Protestas sociales en la Argentina reciente • 43 las diversas iniciativas de los colectivos sociales locales en sus disputas cotidianas. Referencias Aboy Carlés. G. (2001). 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Luego, se relacionará el derrotero contencioso local con el entorno contextual que lo enmarcaba y finalmente se analizará la acción contenciosa en sí misma con sus actores, demandas, repertorios y formas organizativas. Se demostrará que entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido de protestas, con una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales en conexión con una coyuntura crítica que se desenvolvía en todo el territorio nacional. Así, destacarán trabajadoras y trabajadores públicos (docentes y empleados estatales), de transportes y servicios, en lugar de los sectores obreros industriales. Junto con las y los trabajadores municipales expresarían en y desde lo local algunas notas peculiares de esa conflictividad. Mediante esta hipótesis se espera contribuir a la historia social de las protestas en la Argentina reciente, particularmente en un momento de implementación del 49 50 • Protestas sociales en la Argentina reciente modelo neoliberal y, a la vez, reflexionar acerca de los matices que presentó la escala local de estudio respecto del conjunto nacional. Introducción El estudio de la protesta social en Argentina se ha ido consolidando como un campo de análisis específico en las últimas décadas en sintonía con renovadas tesis que comenzaron a discutir el supuesto de una ciudadanía apática tras el fervor participativo que fue tan notable en la sociedad argentina al recuperarse la vida democrática. Entre algunos momentos destacables de la historia reciente que simbolizan precisamente la manifestación de estallidos sociales puede mencionarse el año 1989, cuando miles de ciudadanos afectados por la pérdida de poder adquisitivo, desabastecimiento de alimentos junto con el rebrote hiperinflacionario, expresaron su malestar en el espacio público. Cabe acotar, que la actividad huelguística había sido intensa también en los años precedentes1 En ese momento ejercía la presidencia de la Nación Raúl Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical y primer mandatario de la democracia recuperada, quien no consiguió sortear las presiones de los poderosos grupos económicos y tampoco contó con fuertes bases de apoyo en el arco político partidario opositor. Su renuncia el 12 de junio de 1989 y la entrega anticipada del mando a Carlos Saúl Menem, candidato del Frente Justicialista de Unidad Popular (FREJUPO)2, reiteraba así algunas dificultades formales del régimen democrático argentino, a la par de los persistentes problemas económicos que, en este contexto, asestaban 1 2 Véase el trabajo de Santella y Scodeller (2012) para todo el país. Menem había sido electo el 14 de mayo reuniendo un 47 % de los votos, frente al 37 % que obtuvo el candidato oficialista Eduardo Angeloz, por entonces gobernador de la provincia de Córdoba. Protestas sociales en la Argentina reciente • 51 un duro golpe al Plan Primavera de 1988, del mismo modo que ocurrió con su antecesor más cercano, el Plan Austral de 19853. Así, la devaluación de la moneda, el alza descomunal de los precios y la apreciación incontenible del dólar arrastró consigo tres ministros de economía en un breve lapso de tiempo (de febrero a mayo), contextualizó la elección presidencial y finalmente marcó un ambiente sumamente complejo para el traspaso del poder. En términos de Capoccia y Kelemen (2007) era una “coyuntura crítica”4. Allí comenzaron a desplegarse decisiones políticas. Entre finales del año 1989 y el año 1990 se sancionaron dos reformas: la Ley de Emergencia Económica (Nº 23.696) y la de Reforma del Estado Nº 23.6975. Con posterioridad, el 27 de marzo de 1991, se acordó la ley de Convertibilidad N° 23.928, según la cual las reservas de libre disponibilidad del Banco Central en oro y divisas extranjeras serían equivalentes al ciento por ciento de la base monetaria. La administración pública en su conjunto era así foco de una histórica reforma estructural por medio de leyes y decretos (Blutman, 1994), señalizando el final de un ciclo político y 3 4 5 El Plan Austral fue un programa de estabilización monetaria, ideado por el ministro de economía, Juan Vital Sourrouille, que –entre otras medidas– significó reemplazar el peso argentino por una nueva moneda, cuya denominación fue “Austral”. Si bien se contuvo la inflación, el efecto fue transitorio y tres años más tarde debió ser reemplazado por el Plan Primavera que, ante la evidente recesión económica, buscó combinar medidas de apertura de la economía con la privatización de empresas estatales. La bibliografía sobre ambos planes es abundante, del mismo modo que las discusiones relacionadas. En línea con este capítulo véanse Massano (2018) y Rossi (2022) por cuanto plantean la conexión entre el Plan Austral y las reformas estructurales. Según los autores, las coyunturas críticas se caracterizan por una situación en que las influencias estructurales (económicas, culturales, ideológicas, organizativas) pueden agudizarse durante un período relativamente corto y la contingencia se vuelve primordial (p. 344). En un brevísimo lapso de tiempo (agosto y septiembre) se redactaron, legislaron y sancionaron ambas leyes, cuyas implicancias y alcances fueron diferentes, aunque complementarios ya que, si la primera modificaba el anterior sistema de protección industrial y desregulaba la economía, la segunda abría las puertas para el ajuste junto con la reestructuración y privatización de las empresas estatales nacionales. 52 • Protestas sociales en la Argentina reciente económico (Svampa, 2005) y del modelo de Estado de Bienestar (Barbeito y Lo Vuolo, 1995). Esa coyuntura crítica y la mística reformista contextualizaron la conflictividad social, siendo las protestas una de sus expresiones. Hacia este plano de análisis se orienta el presente capítulo cuyo objetivo es abordar desde una perspectiva socio histórica el ciclo de protestas acontecido en esos años 1989 a 1991, con especial atención de su dinámica. Esta dimensión que se desprende del propósito historicista adoptado y en concordancia con él se caracterizará, por un lado, la trayectoria de la protesta situada, es decir, su devenir durante el período temporal escogido, valiéndonos para ello de las nociones de ciclo, ola y frecuencia. Luego, se relacionará el derrotero contencioso local con el entorno contextual que lo enmarcaba y finalmente se analizará la acción contenciosa en sí misma con sus actores, demandas, repertorios y formas organizativas. Resulta oportuno precisar por qué se escogió la ciudad de Río Cuarto. La importancia de esta ciudad en el conjunto provincial se sustenta en varios aspectos. A la vez que representa el segundo conglomerado poblacional luego de la capital provincial, se ha constituido a lo largo de su historia en un polo de desarrollo en el marco regional y nudo comunicacional y de transporte en las conexiones entre la capital del país hacia Cuyo, así como desde el norte hacia el sur. Es sede de la universidad nacional desde 1971 y se distingue, además de esta actividad académica y científica, por el comercio y los servicios, mientras la producción agropecuaria se localiza en la región correspondiente a la Pampa húmeda. Por esos años ochenta y noventa, la industria se asentaba en el rubro alimentos y bebidas y productos metálicos. Otra explicación resulta igualmente plausible . Es nuestra intención subrayar que lo acontecido en Río Cuarto plantea nuevas aproximaciones para comprender la importancia de las escalas locales, en tanto partícipes de los espacios subnacionales, cuando sus colectivos sociales expresan el malestar reinante, de modo que la protesta se convierte Protestas sociales en la Argentina reciente • 53 en una dimensión analítica para comprender qué sucedió en distintos espacios y temporalidades específicas. La mirada sobre ese ciclo histórico de protestas se halla presente en una sugerente literatura sociológica e histórica. Una vertiente de estudios se interesó por interpretar la tipología de los eventos, aunque distanciándose en su clasificación. Así, mientras Carrera y Cotarelo (2001) consideraron que los acontecimientos de mayo–julio de 1989 y febrero –marzo de 1990, deberían interpretarse como “revueltas”, ya que supuso un choque entre particulares” (p. 2), Schuster (2006) planteó unos años después la conveniencia de emplear la noción de “protesta social”, siendo su objeto de estudio entre 1989 y 1998, con base en fuentes periodísticas nacionales. Un segundo grupo de trabajos subrayó la problemática de la conflictividad y los repertorios predominantes. En esta línea pueden reconocerse aportes que sentaron una periodización con alcance territorial nacional, identificando los años 1989 y 1990 como los momentos más críticos (Gómez, 1997) y advirtiendo acerca de la innovación que significaban algunas acciones como los saqueos y ollas populares, pero reflejando esas protestas en las ciudades metropolitanas (Neufeld y Cravino, 2007; Lobato, 2012). Otros autores señalaron que los años ochenta fueron de intensa actividad huelguística y, sin embargo, no se tradujeron en una mayor confrontación antagonista en el sistema social (Santella y Scodeller, 2012). Por el contrario, otros estudios, focalizados en la clase obrera industrial sostuvieron que la tendencia fue la disminución de la cantidad de conflictos protagonizados por los trabajadores asalariados, mientras la fase ascendente se habría iniciado en 1992 (Piva, 2006, p. 29). Finalmente, pretendemos recuperar las investigaciones llevadas a cabo en los espacios subnacionales y las tesis que interpelaban los resultados precedentes o bien añadían matices a partir de los nuevos estudios de caso. Así, Norma Giarraca (2001, 2003) notó un proceso de desterritorialización por cuanto los centros urbanos no industrializados se 54 • Protestas sociales en la Argentina reciente sumaron a los escenarios del conflicto. Otros autores, profundizaron en los emblemáticos estallidos de 1993 como el Santiagazo (Gamallo, 2020; Retamozo y Trujillo, 2018); o los episodios de rebelión de 1991 que se desataron en el noreste chubutense (Pérez Álvarez, 2008), o los que se registraron en Neuquén (Aiziczon, 2005). En Córdoba, otro de los escenarios, la conflictividad habría sido muy intensa en los años 1990 y 1991, destacándose las protestas de sectores sindicales estatales, no estatales y comunitarios (Gordillo, 2012). En vistas de dichos antecedentes resulta pertinente preguntarse si las tendencias protestatarias observadas en otras escalas se replicaron de modo similar en una ciudad intermedia como es Río Cuarto, configurando así un mapa relativamente homogéneo de la confrontación o bien, si es posible detectar sensibles o significativas diferencias, por cuanto se trata sobre todo de un espacio donde el sector industrial y trabajadores y trabajadoras afines no predominaban en la composición socio económica, y sí, en cambio, los insertos en actividades terciarias y de servicios. En línea con esta problemática, este capítulo mostrará que entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido de protestas, a la vez que una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales articulando sus protestas con otras sucedidas en el territorio nacional, mientras expresaban en y desde lo local algunas notas peculiares de la conflictividad. Esta hipótesis torna relevante el abordaje del tema por cuanto contribuye a la historia social de las protestas en la Argentina reciente y a la vez reflexiona acerca de los matices que imprimen las escalas locales en el conjunto nacional. Respecto del criterio metodológico, la investigación plantea un diseño de tipo flexible, se basa en un estudio de caso, de base empírica y alcance descriptivo explicativo. Para ello se escogen criterios de análisis cualitativos que resultan válidos para el tratamiento de las dimensiones de la protesta, así como también cuantitativos que aplican para Protestas sociales en la Argentina reciente • 55 estudiar las tendencias acerca de la temporalidad de las protestas, los actores movilizados, los tipos de demandas y repertorios, así como las formas organizativas. La principal fuente ha sido el diario Puntal, localizado en el Archivo Histórico Municipal, según ya se indicó en el capítulo precedente. Se relevaron todas las protestas publicadas entre 1989 y 1991, de acuerdo con una ficha hemerográfica. La información obtenida fue sistematizada a través de una tabla Excel y graficada mediante un histograma confeccionado para cada dimensión, como podrá observarse en las figuras que acompañan el texto. En consideración con los propósitos señalados, el capítulo se organizó en tres partes. El primer apartado trabaja la trayectoria de la protesta riocuartense y, como tal, se analiza su temporalidad teniendo en cuenta como subdimensiones constitutivas, el ciclo, la ola y la frecuencia de los múltiples eventos. El segundo acápite hace particular hincapié en el entorno situado que enmarcan las protestas, examinando para ello las condiciones económicas y sociales imperantes en el plano nacional, provincial y local, para dar paso luego a la última sección que se ocupa de la acción contenciosa, respecto de la cual se considerarán: a) los colectivos movilizados; b) sus demandas; c) los repertorios y d) las formas organizativas. Finalmente, en las conclusiones, se retoman las principales ideas expuestas a lo largo del trabajo. Trayectoria de una protesta situada Entiendo por tal concepto el curso o devenir de una acción contenciosa a lo largo del tiempo, pudiendo describir en su desplazamiento fases ascendentes o descendentes, intensas variaciones, retracciones y/o amesetamientos6. Si se 6 La definición se inspira en el estudio de las relaciones entre la acción del tiempo, las prácticas y los ciclos según Bourdieu (2013). Véase el capítulo 6. 56 • Protestas sociales en la Argentina reciente considera el ciclo de protesta comprendido entre 1989 y los años noventa puede notarse claramente cómo se describe una trayectoria con flujos y reflujos. Sin embargo, según se observa en el histograma siguiente (Ver Gráfico 1), los dos años más intensos fueron 1989 y 1990, con una intensificación en 1995, no obstante, el proceso se conformó con un registro menor de protestas7. Gráfico 1. Evolución histórica del ciclo de protestas situadas. 1989–2003 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. Esas fluctuaciones que describen las protestas también pueden ser conceptualizadas. Se denominan olas de protesta (Koopmans, 1993), las cuales se tornan visibles cuando su comienzo está indicado por un incremento significativo en la actividad de protesta, luego seguido por un repliegue que puede continuarse con un nuevo ascenso o bien con un estancamiento. Un ciclo puede así presentar varias olas de 7 El año 1995 fue sumamente conflictivo en Córdoba desde el punto de vista social y político. Transcurría la tercera gestión de Angeloz al frente del poder ejecutivo provincial en medio de una crisis financiera y la denuncia de hechos de corrupción interna, junto con una crecida ola de protestas que incluyeron la quema de la Casa Radical. El 12 de julio renunció, sucediéndole Ramón B. Mestre, por el mismo partido radical, quien había resultado electo en mayo. Fue durante su mandato cuando, según M. Gordillo (2012) se inició una “rígida política de ajuste en la provincia” (p. 15). Protestas sociales en la Argentina reciente • 57 protesta (Inclán Oseguera, 2017). A su vez, al interior de un ciclo pueden contabilizarse los eventos que transcurren a lo largo de un año y en cada uno de los meses que lo componen. Es la frecuencia de la protesta (Quiroga y Biaggini, 2020, p. 70). Estos conceptos aplicados al ciclo 1989–1991 posibilitaron estudiar en sus magnitudes esenciales la cantidad de protestas y su comportamiento. Una vez consultado el periódico, se relevaron 241 protestas, y si se tiene en cuenta el total del período hasta 2003, puede concluirse que los correspondientes al ciclo particularmente elegido, representaron el 38,3% del total. Los tres años seleccionados describen una intensa ola interanual de protestas, cuya frecuencia no volvería a registrarse durante los años siguientes, ni siquiera durante el crítico año 2001. ¿Qué características presentó la trayectoria del ciclo? Si se observa el Gráfico 2 puede inferirse una imagen general, de acuerdo con la cual hubo fluctuaciones permanentes sin que desapareciera totalmente el accionar contencioso, y por otro, una en particular que se desprende de las frecuencias mensuales y anuales. El año 1989 inició con una ola de protestas en mayo para luego decrecer en junio y julio y mantener oscilaciones, siendo críticos los meses de agosto y noviembre, para descender hacia el final. Las acciones de protestas volvieron a mostrarse entre febrero y marzo de 1990, siendo menos intensas en el segundo trimestre para recuperar un fuerte ritmo entre junio y setiembre, decayendo en el último trimestre del año. 1991 fue un año en que las movilizaciones se debilitaron, aunque no desaparecieron. En general, se mantuvo un número promedio de 15 protestas por mes. 58 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 2. Frecuencia de una ola de protestas situadas Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. La propensión que muestra esta trayectoria local es similar a la observada por M. Gómez (1997) y F. Schuster (2006) para todo el país. Ya en el espacio subnacional cordobés se constituye en un aporte relevante que complementa el estudio y los datos recolectados por Mónica Gordillo (2012) puesto que la autora y su equipo no se detienen en el año 1989 como así tampoco en la escala riocuartense. En otro orden, la frecuencia local de 1990 muestra semejanza con el conjunto provincial cordobés y la correspondiente a 1991 se distingue pues la ola de protestas no solo remitió al mes de junio (tal como se vio en Córdoba capital) sino prácticamente en gran parte de todo el año8. Precisamente, esa trayectoria sostenida, aunque fluctuante de la protesta situada riocuartense, fue seguida desde las páginas del diario capitalino La Voz del Interior9. Del 8 9 Los años 1994 y 1995 también fueron de intensa protesta riocuartense. Ello permite complementar lo estudiado por M. Gordillo (2012) a nivel provincial, pues considera que la conflictividad decayó en el interior luego de 1990 hasta 1992, para luego amesetarse hasta el año 2000 (p. 69). Véase La Voz del Interior, sobre todo los meses de enero a marzo de 1990; luego junio a octubre de 1990. Para el caso de Río Cuarto, véase el período Protestas sociales en la Argentina reciente • 59 mismo modo, es llamativa en relación a otra ciudad de similar rango urbano como es Villa María10. Ahora bien, ¿cómo explicar el inicio de esa ola de protestas y la frecuencia intensa entre los años 1989 y 1990 para luego perder potencia e iniciar un amesetamiento más claro hacia 1991? En torno de esta pregunta se desarrolla el acápite siguiente. El entorno de las protestas Al considerar esta dimensión de análisis que nos sitúa frente al contexto en el cual tienen lugar las protestas, ubicándonos inclusive en el clásico debate acerca de las interacciones entre agencia y estructura, cabe una digresión. Coincidimos con Schuster (2005) cuando el autor señala que la acción colectiva no es un mero reflejo de las condiciones estructurales, es producto de la acción humana, por lo cual confluyen aspectos intencionales y no intencionales; de manera entonces que toda protesta se constituye en una muestra de la contingencia, es decir, de la posibilidad de una acción colectiva sin fundamento. “La protesta puede irrumpir de la nada” (p. 46). El criterio es cálido por cierto al tratarse de la consideración teórica de “una protesta”. Sin embargo, la sucesión de este tipo de eventos y su reiteración, como se vio, invita a replantear en parte aquel supuesto y evaluar la incidencia del contexto (y sus respectivas escalas) como una dimensión explicativa de la trayectoria de las protestas. 10 abril–julio y particularmente el relato de los saqueos, ocurridos el 28 de mayo de 1989. Si bien no es objeto particular de este estudio remitir al caso villamariense, mientras en Río Cuarto sucedieron 88 protestas en 1989 y 117 en 1990, en aquella ciudad hubo 47 y 72 movilizaciones respectivamente, de acuerdo con los datos obtenidos del periódico local, El Diario. Véase nuestro proyecto “Hacia un mapeo de la protesta social en ciudades intermedias y agro– universitarias de la provincia de Córdoba. Río Cuarto y Villa María en coyunturas históricas recientes y conflictivas (1989–2003)”, subsidiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba, Mincyt, 2017–2019. 60 • Protestas sociales en la Argentina reciente Para la descripción y el análisis del contexto que vivió el país, la provincia y la ciudad de Río Cuarto durante el ciclo histórico de protesta 1989–1991 nos apoyaremos en los trabajos que, desde las ciencias sociales, han estudiado ese momento, con un énfasis principalmente en la agenda de políticas públicas implementadas en torno de la cual se produjo y reprodujo el deterioro de las condiciones que afectaron a trabajadores y trabajadoras del sur cordobés. La escala nacional y provincial Desde inicios del año 1989 la economía argentina se vio abrumada por las turbulencias financieras11, a lo cual se añadía el endeble consenso político sobre el cual se sustentaba el gabinete alfonsinista12, siendo que se avecinaban las elecciones presidenciales para el mes de mayo. Precisamente, en este contexto la situación se agravó y fue un mes intenso de protestas. Parecía muy difícil controlar el mercado de divisas, fijar un único tipo de cambio, como tampoco sentar pauta alguna en relación con el precio de alimentos y combustibles. Las fotos incluidas en las portadas del diario Puntal ilustraban el humor de los inversionistas y su perplejidad frente a las pizarras de las casas de cambio, donde se anunciaba que la moneda estadounidense había trepado 11 12 En febrero cayeron las reservas del Banco Central, según las portadas del diario Puntal, mientras el dólar aumentó alrededor del 40% con respecto al austral argentino. Por su parte, el Banco Mundial recortó los préstamos acordados en 1988. En menos de dos meses hubo sucesivos reemplazos áreas de la administración de la macro economía, como en el ministerio homónimo (Juan Carlos Pugliese por Juan V. Sourrouille), en la secretaría de comercio exterior, Banco Central y Hacienda). A ello se sumaban las fuertes críticas por parte del cordobés y radical Eduardo C. Angeloz, por entonces candidato a presidente, respecto de la conducción económica. Sus propuestas incluían privatizar, lograr la estabilidad económica e implementar una política social a los sectores más perjudicados por el contexto económico (Puntal. 11/5/ 1989, p. 6). Protestas sociales en la Argentina reciente • 61 en su valor desde marzo (17,70 australes por dólar) a 170 en mayo, mientras las tasas de interés eran llevadas al 127% y la inflación subía de manera incontenible al 78,5%. Los diarios nacionales, de los cuales se hacía eco la prensa local, hablaban de “una crisis sin precedentes”, al tiempo que los bancos asistían al retiro masivo de depósitos. Los grandes grupos económicos eran blanco de las acusaciones por parte del oficialismo, que aludía a un “terrorismo económico” (Puntal. 2/5/1989, p. 7)13. Aun así, hubo elecciones. El 14 de mayo participó un total de 17.091.620 votantes sobre una población por entonces de 32.263.559. El partido denominado FREJUPO con la postulación de Carlos Menem en la presidencia y Eduardo Duhalde como vice, se aseguró una mayoría absoluta, pues obtuvo el 47,36% de los votos, reuniendo 310 electores, en tanto Angeloz conseguía el 37,7% lo que significaba 211. Cabe recordar que todavía se mantenía el sistema indirecto para elección del ejecutivo nacional. El triunfo peronista también se logró en Córdoba, inclusive en la ciudad de Río Cuarto14. Mientras tanto, la fragilidad de la economía argentina se acentuaba día a día. El plan de emergencia que prometía castigar a los especuladores resultó ineficaz y tampoco se consiguieron grandes resultados a pesar de la suba de retenciones a las exportaciones agropecuarias (en un 30%), a las industriales (en un 20%), y el control de precios. Muy por el contrario, comenzó a reconocerse la escasez de productos, mientras las remarcaciones de precios se transformaban en práctica cotidiana. El diario local tituló en su portada del 28 13 14 Alrededor de treinta empresas aparecían en el foco de las críticas. Entre ellas, Cargill, Siderca, FACA, IBM, Molinos Río de la Plata, Swift, Armour, Polisur, Propulsora Siderúrgica, Acindar, Indupa, Dreyfus, Alpargatas, Safra, Renault, Sancor, Frigorífico Meatex, Frigorífico Rioplatense. En el conjunto de la provincia, el peronismo obtuvo 44,65% de votos para electores y el radicalismo el 42,32%, mientras en la ciudad del sur cordobés el FREJUPO recogió el 46,4 % (particularmente se impuso en los circuitos Alberdi y Banda Norte), mientras la UCR contabilizó el 32,4% de los votos, sobre todo en el circuito centro (Puntal. 15/5/1989, p. 7). 62 • Protestas sociales en la Argentina reciente de mayo “Caos social en el país” (Puntal. 28/5/1989), mientras estallaba un proceso hiperinflacionario sin precedentes (Krikorian, 2010) y, simultáneamente, se sucedían saqueos a supermercados y comercios en los grandes conglomerados urbanos: Rosario, Gran Buenos Aires, Mendoza, Tucumán y Salta. Ante ello, el estado de sitio se decretó en todo el país y comenzó a circular la versión de una entrega anticipada del poder (Puntal. 21/5/1989, p. 6; 22/5/1989, p. 3), hecho que se concretó en la noche del 12 de junio cuando Alfonsín anunció su renuncia, efectivizándose el día 30, es decir, cinco meses antes de que concluyera su mandato. En el mes de agosto, nuevamente los trabajadores y trabajadoras riocuartenses ocuparon el espacio público. ¿Cómo explicar este movimiento ascendente? Ya había iniciado la presidencia de Menem (8 de julio de 1989)15 y rápidamente avanzaron las primeras leyes de reforma estatal16, siendo acompañadas con medidas de ajuste económico y un plan de privatización de empresas públicas que comenzaría con la empresa de telecomunicaciones ENTel (Puntal. 28/7/ 1989; 17/8/1989; 13/9/1989). Setiembre también repitió el ritmo fuerte protestatario, en ocasión de sancionarse la Ley de Emergencia Económica, Nº 23.696 (Puntal. 1/9/1989, p. 3) y acordarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI) (Puntal. 21/9/1989). Noviembre despuntó nuevamente con protestas, aun luego de que el gobierno nacional otorgase un incremento salarial para la administración pública y para los privados, mientras se anunciaba que el FMI y el Banco Mundial (BM) desembolsarían un préstamo por 400 millones de dólares (Puntal. 1/11/1989). Ya en diciembre se decidió aplicar el denominado “Plan Año Nuevo”, el cual consistía en un ajuste de tarifas públicas, libre convertibilidad de australes en 15 16 Su permanencia en el poder duró diez años, desde el 8 de julio de 1989 hasta el 10 de diciembre de 1999 en que asumió su sucesor, Fernando de la Rúa. En agosto la reforma del Estado fue ley (Nº 23.697) (Puntal. 10/8/1989; 18/ 8/1989). Protestas sociales en la Argentina reciente • 63 dólares, paridad cambiaria, paritarias sin techo y un piso de salario mínimo vital y móvil, junto con una baja en los aranceles de importación y la ratificación de la libertad de precios. Para entonces, se hallaba muy avanzado el proceso de reestructuración de empresas públicas, un área donde los trabajadores y trabajadoras riocuartenses resultarían afectados (Puntal. 30/12/1989). Paradójicamente, muy atrás habían quedado los contenidos fuertes del discurso menemista de campaña que agitaba como banderas el salariazo y la revolución productiva, mientras el ministerio de economía en manos de Erman González confirmaba una alianza entre el gobierno y el grupo Bunge y Born (Puntal. 16/12/ 1989). En Córdoba, la provincia gobernada desde 1983 por el radicalismo con su ejecutivo en manos Eduardo Angeloz17, avanzaban reformas, aunque bajo un tono gradualista y “manteniendo elementos de la matriz del Estado benefactor” (Gordillo, Arriaga, 2012, p. 16). El 24 de octubre de 1989 se sancionó la Ley de Emergencia Económica y a inicios de noviembre se aprobó la Reforma del Estado provincial (Puntal. 4/11/1989; 24/11/1989) que redefinía sus funciones e inclusive promovía en algunas áreas del desarrollo provincial la incorporación de capitales privados, pero sin que ello implicara abrirse a los capitales internacionales, marcando así una pauta diferencial con las políticas públicas nacionales (Gordillo, Arriaga, 2012, pp. 32 y 35). Otra nueva ola de protestas se tornó visible entre febrero y marzo de 1990, en paralelo a las fuertes decisiones que emanaban del ministerio de economía. La racionalización de organismos estatales implicaba privatizar empresas, y ENTel se contó entre las primeras afectadas (Puntal. 6/1/ 17 Eduardo Angeloz llegó a la gobernación de Córdoba el 30 de octubre de 1983, en consonancia con el partido que también ganaba en la escala nacional. En 1987 se reformó la Constitución de la provincia que permitió la reelección del gobernador y la modificación del régimen municipal. Es así como Angeloz resultó reelecto, con un tercer mandato que se prolongó hasta 1995. 64 • Protestas sociales en la Argentina reciente 1990)18, al tiempo que se avanzó sobre las entidades bancarias, interviniendo el BANADE, cerrando el Banco Hipotecario Nacional y la Caja de Ahorro (Puntal. 5/3/1990). Simultáneamente, se decidió un nuevo ajuste tarifario aplicable a los transportes y combustibles (Puntal. 6/2/1990; 18/2/1990). Quedaba claro entonces la decisión del elenco gubernamental nacional de trazar una política económica conforme lo sugerido por el Consenso de Washington, es decir, disciplina fiscal, reducción del gasto público, liberalización comercial, privatización, desregulación y seguridad jurídica a la propiedad. El peronismo se volvía “contra el Estado” (Sidicaro, 2002, p. 143) y se construía “una nueva hegemonía” (Bonnet, 2007). El discurso político oficial, por su parte, acompañaba esas tendencias instalando una imagen de ineficiencia del Estado frente a las bondades del mercado (Barros, 2002). No es de extrañar entonces que esa primera mitad del año 1990 estuviese marcada por reiteradas alusiones al FMI, precisamente cuando en abril aprobó la carta de intención con el propósito de destrabar un crédito inicialmente pactado de 1.400 millones de dólares (Puntal. 7/ 4/1990; 26/5/1990) y en agosto haciendo lo propio el BM mediante un crédito por 150 millones de dólares (Puntal. 10/8/1990). Entre junio y setiembre los trabajadores y trabajadoras riocuartenses volvieron a ganar la calle. Justamente, en esos meses ENTel dejó de pertenecer al Estado nacional (Puntal. 28/6/1990), Aerolíneas Argentinas fue adquirida por el consorcio Iberia (Puntal. 13/7/1990) y se firmaron los decretos para la licitación de Obras Sanitarias, ENCOTEL, Gas del Estado, YPF, SEGBA y la administración general de puertos. La medida comprendió también la red ferroviaria y los servicios de la Casa de La Moneda, además de 18 El nombre de María Julia Alzogaray como interventora de la empresa nacional de telecomunicaciones era un claro indicador del avance partidario de los liberales, cuyas ideas representaba. Protestas sociales en la Argentina reciente • 65 concesiones de las rutas nacionales. Paralelamente incidía un proceso que alcanzaba a los espacios municipales, como era la descentralización del Estado (Puntal. 11/7/1990). Llama la atención, sin embargo, que octubre no haya sido aquí un mes álgido de protestas cuando en otros puntos del territorio nacional en cambio sí resultaban crecientes. Tal el caso del “Chubutazo” (Puntal. 18/10/1990) y las manifestaciones respectivas en Jujuy, Santa Fe y Tucumán (23/10/1990; 31/10/1990; 6/11/1990), lo que prueba que las redes de la protesta a veces seguían un comportamiento sincrónico y en otros diacrónico; pauta que requeriría de un estudio en particular. Claramente el repliegue de los eventos contenciosos llegó en 1991 cuando el Plan de Convertibilidad diseñado por el economista Domingo Cavallo y su equipo de tecnócratas de la Fundación Mediterránea comenzó a arrojar resultados en apariencia muy alentadores, como el incremento del PBI y el control de la inflación junto con una paridad cambiaria según la cual un peso era equivalente a un dólar. Esa ecuación, en términos de política económica, recibió el respaldo tanto del arco partidario propio y opositor como por parte de la ciudadanía. Sin embargo, encerraba enormes costos sociales que los años siguientes pondrían de relieve, particularmente al promediar la década en coincidencia con la reelección de Menem. La escala local De acuerdo con el censo nacional de 1980, el departamento Río Cuarto contabilizaba 191.006 habitantes, mientras la provincia de Córdoba registraba una población de 2.407.75419; residiendo en nuestra ciudad 113.190 habitan- 19 De acuerdo con el censo anterior, de 1970, su población era de 169.510 habitantes. 66 • Protestas sociales en la Argentina reciente tes. Para 1991, los riocuartenses eran 134.355 y 217.876 los habitantes en todo el departamento. La población femenina superaba en seis puntos a la masculina en ambos momentos censales. Además, es de destacar que la ciudad había crecido poblacionalmente “a un ritmo más acelerado del que lo hizo el departamento en su conjunto en el período 1970–1990” (Baronio, 2005, p. 43). ¿Cuál es el marco socio económico de la ciudad de Río Cuarto en el cual se inscribe la dinámica contenciosa situada? El diario local se ocupó de reflejar en sus portadas del mes de mayo de 1989 con cuánta intensidad la aguda crisis económico financiera que azotaba al país se dejaba sentir también aquí. Así, el índice de precios llegó al 54% entre abril y mayo (Puntal. 6/5/1989, p. 5; 30/5/1989, p. 7). Inclusive se propagó a la región donde comenzó a notarse el cierre de los comercios, como en Huinca Renancó, Berrotarán, Laboulaye, General Cabrera, La Carlota y Villa Valeria (Puntal. 31/5/1989, p. 12). En octubre, otro mes álgido de protestas como ya se dijo, el costo de vida en Río Cuarto había aumentado el 9,4% respecto del mes anterior (Puntal. 7/10/1989). Algunos indicadores socio económicos despertaron una atención más sistemática por parte de los periodistas y así se dio a conocer en la portada de Puntal del 9 de julio de 1989 que el número de desocupados en este conglomerado sureño cordobés ascendía a 2.000 personas, en tanto, se estimaba la cifra de 10.000 familias carenciadas. Una situación que merecía (en palabras de sus editores) ser descripta como “un cuadro desolador que no reconoce anales de la crónica ciudadana local” (Puntal. 9/6/1989, p. 8). Por otro lado, y si bien se notaba una preocupación por reflejar el cuadro de la pobreza, el subempleo y el aumento de la marginalidad, las cifras correspondían al panorama nacional y no local (Puntal. 6/3/1990; 28/11/1990; 3/12/1990), por lo que esta fuente si bien es indicativa de tales problemáticas resulta insuficiente para un análisis al respecto y abre, por lo tanto, la inquietud por un estudio más en profundidad. Protestas sociales en la Argentina reciente • 67 En esta línea iniciamos una valoración de tales indicadores a partir de los censos de población y vivienda, así como la encuesta permanente de hogares que elaboró el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), correspondientes a los años de nuestro estudio (INDEC, 2001). En otro trabajo (Basconzuelo, 2022) hemos demostrado que durante el lapso 1980–1991 los porcentajes de tres indicadores del bienestar de la población (necesidades básicas insatisfechas20, viviendas con características deficitarias y precariedad habitacional), mejoraron en el marco del departamento Río Cuarto21. Sin embargo, la tasa de empleo que en 1991 se hallaba dentro del promedio de la provincia (86.455 trabajadores y trabajadoras), disminuyó siete puntos cuatro años después, según se observa en la Tabla 1; en tanto la desocupación se quintuplicó durante igual período, alcanzando a 12.774 personas, mientras tanto aparecía como dato novedoso los subocupados. Es de destacar que el porcentaje de desocupados se hallaba muy por encima en comparación de los restantes departamentos del sur cordobés. 20 21 Es un indicador introducido por la CEPAL para estudiar principalmente la situación de pobreza. Se refiere a los hogares que presentan hacinamiento, vivienda precaria, ausencia de artefactos sanitarios, inasistencia escolar de los menores de edad y con escasa capacidad de subsistencia. Sobre un total de 7.149 hogares el porcentaje disminuyó del 20.1% al 11,5%. Una tendencia similar pudo observarse en otros distritos pertenecientes a la misma región del sur de Córdoba, a diferencia de los departamentos del noroeste donde las cifras se elevaron del 53% al 64%. Las viviendas con algunos déficits habitacionales pasaron de un 28,0% al 20,0%, en tanto las precarias pasaron de 5,3 al 2,0 (INDEC, 2001, pp. 37 y 44). 68 • Protestas sociales en la Argentina reciente Tabla 1. Indicadores laborales. Departamento Río Cuarto, 1991–1995 Años censales Tasa de empleo22 Tasa de desocupación23 Tasa de subocupación24 1991 53.9 4.9 s/d 1995 40.8 20.1 14.2 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados de INDEC, 2001, pp. 96, 97, 102 y 104. Por otro lado, consideramos la evolución de las dos actividades más dinámicas que caracterizaban a la ciudad por esos años ochenta y noventa. La industria se asentaba en el rubro alimentos y bebidas y productos metálicos, por lo que la clase obrera totalizaba (según el primer censo industrial de 1997) unas 4.865 personas ocupadas en relación con 587 empresas25. Por su parte, el comercio se hallaba representado en todo el departamento Río Cuarto con 6007 establecimientos que ocupaban a 16.981 personas. Es de notar, sin embargo, que se había producido una involución en el sector entre los años 1974 a 1994, de acuerdo con los datos de los censos nacionales económicos ya que, si en la primera fecha había 5.655 negocios con 14.013 personas empleadas, en 1985 esa cifra ascendió a 7.008 con 18.727 trabajadores y trabajadoras, pero en 1994 el número de comercio descendió a 6.007 y el personal también lo hizo en 16.981. Como se aprecia la dinámica comercial revestía mayor fortaleza que la industria, y del mismo modo su sector trabajador, viéndose fuertemente afectados en el transcurso de los años 22 23 24 25 Esta tasa representa el porcentaje de la población ocupada con respecto a la población total. Dicha tasa corresponde al porcentaje de la población desocupada con respecto al total de la población económicamente activa. Expresa el porcentaje de ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias con respecto a la población económicamente activa. Véanse estos datos en Baronio (2005, p. 198). Protestas sociales en la Argentina reciente • 69 de nuestro estudio. Así, pues, el comercio se resintió y de igual modo el mercado laboral. Sin embargo, estos datos dejan abierto un interrogante pertinente pues no fueron precisamente esos sectores mercantiles los que encabezaron las protestas. Veremos seguidamente que los mayores colectivos movilizados se reclutaron en relación con el área de servicios y del Estado. Entendemos entonces que el análisis de los marcos contextuales en sus respectivas escalas constituye una variable explicativa, de modo suficiente, aunque no exhaustivamente en orden a interpretar por qué la gente protesta en el espacio público o en su lugar de trabajo. La acción contenciosa26 Esta dimensión condensa un cuerpo de conceptos ya trabajados en el capítulo 1, por lo que las subsecciones siguientes les confieren un tratamiento específico a partir del análisis empírico local. Los actores La fuente periodística consultada permitió computar para la ciudad de Río Cuarto un total de 241 protestas entre 1989 y 1991. Un importante colectivo social, los trabajadores y trabajadoras de la educación en sus tres niveles, protagonizaron 129 eventos (53,9%). En efecto, las fuentes periodísticas mostraban muy activos a los y las docentes agrupados en UEPC y CTERA con 81 protestas, en tanto, el personal de escuelas técnicas aportó 5 protestas y los docentes de institutos terciarios de la provincia, 3. Por su parte, los y las docentes de la Universidad Nacional de Río 26 Este apartado es una versión revisada y ampliada de un trabajo precedente. Véase Basconzuelo (2022). 70 • Protestas sociales en la Argentina reciente Cuarto (UNRC) organizaron 26 eventos mientras el personal no docente, 14. Luego, un 18,2% aglutinó a trabajadores y trabajadoras de servicios quienes emprendieron 44 protestas. Aquí, los bancarios27 se movilizaron en 16 oportunidades28, los empleados y empleadas del correo totalizaron 6 protestas, los de obras sanitarias de la nación 6, los telefónicos un total de 6 eventos y los ferroviarios 3 huelgas; los empleados de la empresa provincial de energía (EPEC) con 4 protestas y trabajadores del servicio penitenciario de la provincia con 3. En orden siguiente y completando 31 protestas (12,8%) se encontraban los empleados y empleadas de la administración pública provincial quienes emprendieron 24 eventos29. Por su parte, los trabajadores y trabajadoras del municipio protagonizaron 7 protestas. Los empleados y empleadas en el área de salud también participaron. Eran los médicos y personal de enfermería de los hospitales públicos mayormente quienes emprendieron 29 protestas (12,0%). Finalmente, un total de 8 protestas (3,3%) podría subdividirse entre los obreros de empresas industriales (metalúrgicos) quienes estuvieron presentes en 3 protestas; los vecinos y vecinas de los barrios llevaron a cabo 2 protestas, del mismo modo que los empresarios del agro (2), mientras los jubilados y jubiladas se movilizaron en 1 oportunidad. 27 28 29 Me refiero a quienes prestaban sus servicios en Banco de la Provincia de Córdoba y Banco Social, así como aquellos que trabajaban en entidades nacionales (Banco Nación, Banco Hipotecario Nacional, Banco Nacional de Desarrollo, Banco Central,CajaNacionaldeAhorroySeguro). Noescasualeldatoyaqueelsectorfinancieroenlosnoventa,aldecirdeR.Sidicaro (2002), “sufrió un doble proceso de concentración y extranjerización”, las cuales si en 1991 eran 213 llegaron a 119 para el final de la década cuando existían tan solo “dosbancosestatales yunbancoprivadolocal”(p.188). Nuestro período de estudio se corresponde con una etapa donde se instrumentaron propuestas para reestructurar la administración pública, de acuerdo con un nuevo perfil estatal que se vio debilitado en áreas como salud, educación, promoción social, las cuales tradicionalmente habían canalizado los intereses públicos colectivos; en cambio, se fortaleció en áreas administrativas de carácter represivo que acrecentaron el gasto público de carácter político en el Ministerio de Economía, de Defensa, Interior y Presidencia, tal como ha mostrado el trabajo de López, CorradoyOuviña(2005). Protestas sociales en la Argentina reciente • 71 Gráfico 3. Los colectivos sociales movilizados y cantidad de protestas, 1989–1991 Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. Ahora bien, de todo ese complejo y abigarrado colectivo social y si se consideran los grupos mayormente movilizados (educación, servicios y administración pública) se advierte que del total general 233 acciones contenciosas, equivalente al 96,6,7% fue protagonizada por los trabajadores y trabajadoras estatales, es decir, pertenecientes a los tres niveles del Estado: nacional, provincial y también municipal. Cabe aclarar que no se han contabilizado los 2 eventos de saqueos que se produjeron en los últimos días del mes de mayo, pues en razón de sus características propias no correspondería clasificarlos como protestas sociales30. A la luz de estos hallazgos cabe establecer una relación con los sectores más dinámicos de la ciudad, pues como ya se dijo en 30 Véanse para el análisis teórico e histórico de este tipo de acción colectiva, Pérez y Rebón (2012) y Di Meglio y Serulnikov (2017), respectivamente. Ramírez y Vigura (2006) tampoco los consideran formas de protesta sino “une réaction désespérée dessecteurslesplusvulnérables delasociété”(p.64). 72 • Protestas sociales en la Argentina reciente 1991 el número de empleados y empleadas era 86.455, pero de ese total el 15.1% pertenecía al sector público mientras el 33.4% al privado y un 26.5% eran trabajadores y trabajadoras por cuenta propia. Es decir, que si la movilización se realizó mayormente dentro del sector público y éste representaba un tercio del total de los asalariados y asalariadas es importante resaltar la participación de este colectivo, pequeño por su composición dentro del total, aunque fuertemente gravitante en las luchas sociales. Entonces, si bien la ciudad giraba en torno principalmente de las actividades comerciales y de servicios, fueron los trabajadores y trabajadoras afectados a la amplia cadena de servicios quienes llevaron a cabo las protestas en esta ciudad del sur cordobés y aquí se hace necesario conectar la acción colectiva con el contexto reinante para entrever cómo la privatización de los servicios pertenecientes a la órbita nacional, la descentralización, la transferencia de los establecimientos nacionales a la órbita provincial, los recortes presupuestarios en la educación conformaban un cuadro de situación crítica para los actores involucrados. De manera muy semejante se presenta la composición de los sectores movilizados en otras ciudades del país, pudiendo inferirse así la prevalencia de un modelo de terciarización de la dinámica contenciosa (Gómez, 1997). Pero, si bien ello resulta correcto, el caso riocuartense se perfila todavía bajo una fina peculiaridad: las dirigencias sindicales nucleadas en UEPC, AGD (Asociación Gremial Docente de la UNRC) y FATUN (Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales) no solo articularon sus luchas con las entidades representativas sino también participaron de sus respectivos cuadros directivos31. 31 VéaseestatesisylasentrevistasrealizadasaOscarOlmedo,JorgeCardelliyEduardoTelloenBasconzuelo (2022). Protestas sociales en la Argentina reciente • 73 Las demandas sociales Según los datos recolectados en la fuente periodística, el requerimiento salarial fue predominante, luchando por la recomposición, lo cual significaba actualizar los montos, o bien solicitar aumentos. Según muestra el Gráfico 4, de las 241 protestas contabilizadas, 188 se hicieron tras este reclamo (78%). Se trata de un indicador clave en materia de ingresos familiares que resultaba fuertemente afectado a causa de la hiperinflación y estuvo presente en la mayoría de las protestas nacionales. En orden siguiente, la gente se movilizó cuando el proceso privatizador avanzó en la ciudad como una réplica de lo que sucedía en la Nación y en la provincia. Entonces 24 protestas (9,95%) expresaron el malestar contra el rumbo de las políticas públicas cuando en Córdoba el gobierno angelocista intentó desmembrar la EPOS, (empresa provincial de obras sanitarias), privatizar los servicios y transferirlos a los municipios. También se encuadraron en dichas reivindicaciones los empleados/as públicos de la provincia, de luz y fuerza, bancarios/as y ferroviarios. Este grupo de colectivos sociales es muy importante destacarlos ya que, gracias a la intensa y sostenida ola de protestas particularmente la bancaria, así como la de luz y fuerza y de agua, se consiguió evitar por esos años el desmantelamiento de las empresas involucradas en el territorio provincial. Luego, los actores de la educación sumaron 15 reclamos fuertes (6,2 %) a favor de mayores recursos, mejoramiento de las condiciones edilicias de las escuelas, incremento del presupuesto para los establecimientos y para la Universidad pública. Significaba también la “defensa irrestricta” de la escuela nacional y popular. Luego, entre fines de 1990 y principios del año siguiente, las demandas integraron el cuestionamiento a la aplicación de la Ley Federal de Educación, la cual entre otros efectos provocaría la desaparición de las escuelas técnicas. 74 • Protestas sociales en la Argentina reciente Asimismo, la lucha por mejorar las condiciones laborales, concertar con el Estado o bien con los empresarios para evitar despidos y cesantías estuvo presente en 7 jornadas de lucha (2,90%) siendo sus portavoces los empleados y empleadas públicos, bancarios, bancarias y obreros metalúrgicos. A ellas se sumaron 2 eventos que reclamaron por mantener el trabajo. Las demandas por política social (2) fueron planteadas cuando se movilizaron actores comunitarios (vecinos y vecinas de los barrios), en este caso por la asistencia más regular en los centros de salud municipal y provisión de alimentos cuando sucedió el pico hiperinflacionario, con el propósito de que se implementasen ferias francas controladas por las comisiones vecinales. Por su parte, los empresarios agrarios sentaron 3 demandas exigiendo la rebaja de retenciones. Gráfico 4. Composición de las demandas en el total de las protestas Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. Protestas sociales en la Argentina reciente • 75 Es importante aclarar que en repetidas ocasiones las demandas se combinaron. Por ejemplo, los educadores y educadoras al mismo tiempo que luchaban por mejoras salariales se expresaban contra la orientación de la política educativa, por mejoras en las condiciones de trabajo no solo en referencia a las escuelas urbanas sino también rurales, por su obra social y aportes previsionales. En sentido similar, los empleados y empleadas del sector público se pronunciaron contra los despidos y simultáneamente en rechazo a la reforma administrativa del Estado. Este análisis empírico sobre los reclamos amerita un contraste con algunos estudios previos. En este sentido, Schuster (2006) observó que no existe siempre “una relación directa entre crisis económica y cantidad de protestas”. Sin embargo, la escala riocuartense mostraría que sí hubo una correspondencia entre proceso hiperinflacionario y las protestas, sino en la totalidad de ellas al menos en buena parte. En este sentido, varios autores han relevado una serie de indicadores socio económicos y laborales para mostrar cómo desde mediados de la década del setenta fueron configurando un panorama sumamente inestable y de progresivo deterioro en términos generales que afectó a la capa de trabajadores y trabajadoras argentinos (Kessler y Di Virgilio, 2008; Del Cueto y Luzzi, 2013; Pereyra, 2016; Retamozo y Trujillo, 2018). Por eso, coincidimos por una parte con Norma Giarracca (2003), cuando afirma que se trató de protestas de defensa ya que “las demandas estuvieron fuertemente orientadas a preservar derechos sociales adquiridos durante el siglo XX”, entre ellos, las condiciones de trabajo, salarios dignos, educación pública, etc. (p. 260). No obstante, es importante recalcar, algunas demandas (en el caso de los y las docentes y empleadas y empleados bancarios y de EPEC) que sentaban su crítica al modelo económico. Cabe agregar, finalmente, que tanto en unas como en otras acciones gran parte de los trabajadores y trabajadoras 76 • Protestas sociales en la Argentina reciente que hicieron visible su descontento en el espacio público urbano pertenecían a la clase media, cuyo proceso de empobrecimiento (analizado por varios especialistas ya) se acentuó durante esos años; constituyéndose en otra problemática que sería importante profundizar. Las formas de la lucha social y el Estado en el foco de la interpelación En Río Cuarto, y tal como puede deducirse del Gráfico 5 hubo en buena parte de las protestas una persistencia de los repertorios clásicos, ya que los colectivos movilizados emplearon como medio de acción predominante la huelga (197 eventos), manteniendo su modalidad convocante y caracterizando a casi todas las organizaciones sindicales. No obstante, solía combinarse con otras estrategias y así es como hubo movilizaciones (17), asambleas (14) y petitorios (4). Por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras de la educación, así como las personas que pertenecían al área de salud y los bancarios decidían ir a la huelga, con previa discusión en asambleas; de manera similar actuaron los empleados y empleadas de la administración pública, quienes solían añadir a esas medidas, las movilizaciones. A su vez, hubo colectivos que mostraron innovaciones en las formas de reclamar, tal como ocurrió con los trabajadores y trabajadoras municipales que organizaron 2 ollas populares, además de solicitadas (3). Asimismo, se relevaron 2 tomas, concretadas por el personal de la salud pública provincial y municipal. Finalmente, los empresarios rurales quienes fueron responsables de 2 acciones calificadas como “paro agrario”, de acuerdo con la expresión de Puntal. Protestas sociales en la Argentina reciente • 77 Gráfico 5. Los repertorios predominantes Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. Respecto del principal actor institucional y político que resultaba depositario de gran parte de las demandas, identificamos al Estado en sus tres niveles. Así, quien había obrado durante los cuarenta años precedentes como referente articulador de los derechos sociales, era el foco central de las demandas, en razón precisamente de la amplia refuncionalización que era objeto, mientras un fino discurso oficial subraya su ineficiencia y el final de un ciclo. De la lectura atenta de la crónica periodística también se pudo inferir que, frente al repertorio confrontativo por parte de la sociedad civil, el Estado opuso (tal como ocurrió en 1989) un repertorio de contención del conflicto que incluyó desde la represión a la mediación, constituyéndose en estrategias que ameritan estudios de mayor profundidad. Las estrategias organizativas Resulta insoslayable resaltar la vitalidad que mantenían varias organizaciones sindicales tradicionales durante esos años, cuyo 78 • Protestas sociales en la Argentina reciente alcance nacional les permitía conservar una importante representatividad en los respectivos gremios. En este caso, mientras algunas se mostraron muy combativas32, otras actuaron desde un modesto segundo plano33. En cuanto a los gremios con presencia en el espacio subnacional cordobés podrían destacarse tres con gran fortaleza organizativa y movilizadora: la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), la Empresa Provincial de Obras Sanitarias (EPOS) y los Empleados Públicos de la Provincia (SEP). Por otro lado, desde la Universidad cobraron fuerte protagonismo tanto la entidad que nucleaba al personal docente (AGD) como no docente (ATURC), destacándose en ambos casos la articulación que promovieron sus respectivas dirigencias con las entidades que actuaban en la escala nacional, es decir, con CTERA y CONADU, por un lado, y FATUN, por el otro. De acuerdo con el Gráfico 6 fueron las organizaciones institucionalizadas las que mayormente movilizaron a los colectivos sociales. De ellas los sindicatos ocuparon un rol clave, pues impulsaron el 98% de las protestas, en tanto las entidades empresariales agrarias y las asociaciones territoriales (vecinales) desarrollaron el 2% restante, respectivamente. Una modalidad autoconvocada es la que reunió a los jubilados y jubiladas perfilándose como una novedosa estrategia de descontento ciudadano. 32 33 Me refiero a la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), Asociación Argentina de Telegrafistas, Radiotelegrafistas y Afines (AATRA) y FOECyT (Federación Obrera de Empleados de Correos y Telecomunicaciones), Asociación Obrera de la Industria del Transporte Automotor (AOITA), Unión Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Federación Obrero de Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA). En referencia a la UOCRA (Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina)ylaUTA(UniónTranviariosAutomotor). Protestas sociales en la Argentina reciente • 79 Los resultados de esas sistemáticas movilizaciones fueron disímiles y así mientras quedó claro que los representantes de trabajadores y trabajadoras vinculados a empresas nacionales que se privatizaron (ferroviarios y telefónicos) protagonizaron fuertes derrotas, los bancarios y bancarias consiguieron presentar y triunfar momentáneamente con un frente de resistencia. En tanto, el gremialismo docente (en sus distintos niveles) exhibió capacidad movilizadora y relieve dirigencial; configurándose este patrón en dos aspectos significativos que merecen una indagación más profunda por sugerir, entonces, que no solo las dimensiones contextuales podrían explicar la dinámica protestataria sino además las tradiciones organizativas sindicales, todavía muy activas y ciertamente portadoras de estrategias clásicas y novedosas de resistencia, algunas34, que supieron confrontar con el embate neoliberal de esos años. Gráfico 6. Las organizaciones movilizadas Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario Puntal. 34 En alusión, por ejemplo, a la “Carpa Blanca” que llevaron a cabo los docentes de todo el país con su acampe en Plaza de Mayo entre 1997 y 1999, constituyéndose enunadelasprotestasmásextensasdeladécadadelnoventa. 80 • Protestas sociales en la Argentina reciente A modo de conclusión A lo largo de estas páginas, se expuso una mirada analítica sobre la protesta social situada, aquella que aconteció en Río Cuarto, en medio del contexto hiperinflacionario que vivió todo el país en 1989 y avanzó, luego de la llegada al poder de Carlos Menem, hacia una profunda reforma cuyos contornos bien nítidos se advirtieron entre 1990 y 1991. El objetivo central fue examinar la dinámica de esas protestas. Para ello, se tuvo en consideración primeramente la trayectoria que describieron, es decir, su devenir durante el período temporal escogido para abordar luego el contexto en que esos eventos se desarrollaron, haciendo referencia a las condiciones que regían en la escala nacional, provincial y local, para recalar finalmente en algunos componentes de la acción contenciosa situada. Esas tres dimensiones de análisis mostraron cómo se expresaron los ciudadanos en esta escala del sur cordobés. Sus protestas describen una vigorosa ola interanual de eventos (1989 y 1990), cuya frecuencia decreció en los años siguientes de la Convertibilidad hasta 1994–1995. Y si bien no volverían a registrarse con tanta fuerza, ni siquiera en el crítico año 2001, el horizonte de la confrontación no desapareció. Ello nos llevó a pensar en la agenda de políticas públicas que se implementaron en la escala nacional y, sobre todo, subnacional, así como la incidencia de indicadores estructurales que se acentuaron ante la coyuntura crítica de esos años iniciales de neoliberalismo en la Nación, mientras algunas bases del Estado bienestarista cordobés aún se conservaban. Actores, repertorios y formas organizativas mostraron cómo se hallaba permeada esa escala local por un proceso desenvuelto en el espacio nacional y subnacional que lleva a suponer conexiones sincrónicas con otros colectivos que apelaban a estrategias de resistencia, resignificaciones y reconfiguraciones cuyo estudio en profundidad merecería emprenderse. Protestas sociales en la Argentina reciente • 81 Por su parte, el conjunto de protestas situadas presenta algunas notas compartidas con otras escalas, como ser la reconfiguración de la frecuencia de las protestas, por cuanto oscilan para disminuir significativamente hacia 1994, así como es de destacar la fragmentación de los colectivos movilizados con prevalencia de los trabajadores y trabajadoras estatales. Algo similar ocurre con la fuerte demanda salarial y el predominio excluyente de las organizaciones sindicales con su repertorio huelguístico. Otros aspectos, en cambio, resultan distintivos de la escala local, como ser las protestas de los trabajadores/as municipales que introdujeron como nuevo repertorio de lucha las ollas populares y mostraban los desafíos de la profunda reforma administrativa del Estado y en paralelo su descentralización. Así también puede destacarse las intensas movilizaciones que encabezaron los trabajadores y trabajadoras docentes en los tres niveles de la educación pública, con dirigencias muy vigorosas, como el caso de la UEPC y de quienes representaban tanto a los docentes como no docentes de la universidad nacional. También en este sentido, el trabajo abre nuevas y promisorias aristas de indagación para esta escala del sur cordobés. Referencias Aiziczon, F. (2005). Neuquén como campo de protesta. En O. Favaro, y G. Iuorno. (Comp.), Sujetos sociales y política. Historia reciente de la norpatagonia argentina (pp. 1–23). Buenos Aires, Argentina: La Colmena. Auyero, J. (2002). Retratos de la beligerancia popular en la Argentina democrática. Buenos Aires, Argentina: Libros del Rojas. Azpiazu, D., Basualdo, E. y Khavisse, M. (1986). El nuevo poder económico. Buenos Aires, Argentina: Hyspamérica. 82 • Protestas sociales en la Argentina reciente Baronio, A. (2005). El Atlas Regional. 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El ciclo de protesta 1994-1996 Las reformas estructurales desde los espacios subnacionales MARCELA SUSANA BRIZZIO Resumen Los inicios de la década de 1990 para Argentina significaron una época de cambios. En la búsqueda de soluciones a la crisis económica se irán implementando políticas de reforma estructural de corte neoliberal. Dichas políticas (y posteriormente su fracaso) tuvieron fuertes y regresivos impactos sociales que llevaron al aumento de la conflictividad social, tomando diversos ribetes tanto a escala nacional como local. Este capítulo pretende retratar la conflictividad ciudadana riocuartense entre los años 1994–1996, tomando en consideración algunas dimensiones implicadas en la categoría “protesta social”: actores, demandas, repertorios, formas de organización. Al estudio cuantitativo se suman consideraciones analíticas respecto de las particularidades que asume la conflictividad social en espacios subnacionales. Asimismo, el capítulo avanza en la reconstrucción de la coyuntura histórica, tanto local como provincial y nacional, para aportar elementos explicativos con la pretensión de demostrar que ya al promediar la década de 1990 se comenzaban a notar los efectos regresivos de las “reformas estructurales” llevadas a cabo por el Ejecutivo Nacional, que dichas reformas impactaron primeramente en los ámbitos 87 88 • Protestas sociales en la Argentina reciente subnacionales, y activaron tempranamente la protesta social ciudadana. Introducción Desde el año 1983, Argentina inicia un proceso de recuperación de la democracia y del Estado de Derecho. Las esperanzas estaban puestas en la reorganización del sistema político y de la economía. Si bien, desde entonces, el Estado de derecho no ha conocido profundas alteraciones (ello en la medida que la crisis del 2001 pudo ser resuelta institucionalmente), no podemos decir lo mismo del desempeño económico. La recuperación de la economía estuvo condicionada por la crisis de endeudamiento externo y la inflación incontrolable. En la búsqueda de soluciones a estos problemas se dio paso progresivamente a la configuración de una economía neoliberal (Arriaga et al. 2012). La implementación de políticas de cambio estructural (y posteriormente su fracaso) tuvieron fuertes y regresivos impactos sociales, que llevaron al aumento de la conflictividad social, tomando diversos ribetes tanto a escala nacional como local. Este capítulo analiza un ciclo de protesta en la ciudad de Río Cuarto que corresponde a los años 1994–1996. En las páginas que siguen trataremos de dar cuenta de las diferentes acciones colectivas de protesta, los actores y sus repertorios, sus principales demandas, teniendo como base documental el periódico riocuartense Puntal1. Cabe aclarar que en esta instancia el periódico se constituyó como fuente principal para identificar las protestas sociales. Hemos tomado en consideración que su utilización implica algunas limitaciones, en tanto la realidad es mediada por la 1 El periódico local Puntal se edita desde la década de 1980 y es la fuente utilizada para el registro de las acciones de protesta. Los ejemplares consultados se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río Cuarto. Protestas sociales en la Argentina reciente • 89 construcción discursiva y el posicionamiento ideológico que subyace al periódico2. A pesar de esta limitación entendimos que es un inicio importante para acercarnos a un mapeo y sistematización de la protesta social en la ciudad de Río Cuarto, que fue el objetivo general de la investigación. En sus aspectos cuantitativos la indagación periodística arrojó una serie estadística que mostró un incremento notable de protestas durante el año 1995, llegando a 103, a diferencia del año 1994 que contabilizó 45, o de 1996 que lo hizo con 24. Más específicamente el primer semestre de ese año registró el 48% de las acciones de todo el período relevado. Asimismo, se visibilizaron como actores principales las trabajadoras y los trabajadores llegando en el año 1995 a realizar el 85% de las acciones contenciosas; muchos de ellos eran empleados públicos provinciales (de la educación, de la salud, de la administración), quienes se presentaban con un alto nivel de organización gremial y que hacían oír sus reclamos (principal pero no solamente salariales) a partir de una combinación de repertorios más tradicionales, como la huelga, con otros más novedosos como ollas populares o manifestaciones. Ello nos motivó a preguntarnos el porqué de ese momento crítico en 1995, conociendo de antemano que el entonces presidente Carlos Menem había sido reelecto con un alto porcentaje de aprobación, especialmente por sus visibles logros macroeconómicos. ¿Qué relación podrían tener el incremento de la conflictividad en la ciudad de Río Cuarto con el modelo político económico implementado a nivel nacional? ¿Cuál era la situación cordobesa que hizo a sus trabajadores y trabajadoras del sector público activar el descontento social? ¿Qué particularidades nos presenta el ámbito riocuartense respecto de la “protesta social” a escala nacional? ¿Qué cambios o continuidades hay 2 Gordillo et al. (2012) y Scribano (2003), nos advierten sobre las limitaciones y riesgos que existe para hacer investigación a partir de periódicos, pero, a su vez, legitiman esta fuente y remarcan la reflexividad del investigador en el proceso de investigación como un reaseguro para la construcción de la información. 90 • Protestas sociales en la Argentina reciente en los actores, repertorios, demandas entre el conflictivo año 1995 y los años 1994 y 1996? Para dar respuesta a estos interrogantes y a partir de los postulados teóricos sostenidos por el equipo de investigación3, se inició una búsqueda que nos permitió avanzar en una reconstrucción de la coyuntura histórica en que sucedía la protesta. A partir tanto de fuentes primarias (en este caso una de ellas es el periódico Puntal) como secundarias, bibliográficas, pudimos establecer aspectos clave de la situación política y socio económica nacional, provincial y local. Este capítulo se inicia entonces, cumpliendo ese primer objetivo: en la primera parte nos abocamos a hacer una breve descripción de la política, la economía y la situación social en las escalas local, provincial y nacional durante el período. Seguidamente, presentaremos los datos relevados del accionar contencioso en la ciudad de Río Cuarto. Allí, junto a la descripción y cuantificación de algunas de las dimensiones implicadas en la categoría “protesta social”, bosquejaremos un retrato de la conflictividad ciudadana riocuartense, las similitudes o diferencias que presenta respecto de otras escalas y algunos elementos que nos permitan entender sus particularidades. Para concluir, el capítulo se cierra con algunas consideraciones que aportan elementos explicativos para demostrar que ya al promediar la década de 1990 se comenzaban a notar los efectos regresivos de las “reformas estructurales” llevadas a cabo por el Ejecutivo Nacional a cargo del presidente Carlos Menem (1989– 1998) que, impactando primeramente en los ámbitos subnacionales, activaron la protesta social ciudadana. 3 Para las precisiones teóricas y conceptuales véase Basconzuelo, Quiroga, et al. (2022). Protestas sociales en la Argentina reciente • 91 Política y economía entre los años 1994 y 1996 El ciclo de protesta se enmarca dentro de los últimos años de la primera presidencia de Carlos Saúl Menem y los inicios del segundo mandato producto de la reforma de la Constitución Nacional del año 1994. La implementación del programa de reformas estructurales de cuño neoliberal (privatizaciones, liberalización de los mercados productivos, comerciales y financieros, desregulación económica, descentralizaciones y reducción del aparato del Estado, entre otras) y del plan de convertibilidad, como programa de estabilización, fueron los hitos de estos años de gestión. La provincia de Córdoba estaba gobernada por el Partido Radical bajo el liderazgo del gobernador Eduardo César Angeloz. Era su tercer período desde que comenzó en 1983 y planteó a Córdoba como la “Isla de Bienestar” (Gordillo, 2012, p. 15). Inclusive había participado de la batalla electoral por la presidencia en 1989, con un discurso a favor de las reformas estructurales, y si bien fue coherente con él, la reforma provincial se fue implementando de manera gradual y adoptando características propias del “modelo cordobés” (Gordillo, 2012, p. 16 y Arriaga, et. al, 2012, p. 26). Una de ellas es el carácter particular que introdujo el gobierno provincial incorporando instancias de negociación y participación de los grupos de intereses sociales y de la burocracia estatal con el fin de que los problemas planteados no excedieran el radio de acción de los recursos disponibles (Arriaga, et al., 2012, p. 28). Dicho formato se vehiculizó en espacios institucionalizados y jerarquizados de concertación4 con grupos de poder y en donde el Estado se reservaba la última palabra5. El supuesto programático del gobierno radical era de una democracia política con 4 5 Por ejemplo, la Mesa de Concertación de Políticas Sociales, el Consejo de Partidos Políticos y el Consejo Económico y Social. Carlos La Serna (1997) considera a esta modalidad de legitimación como Neocorporativista. 92 • Protestas sociales en la Argentina reciente contenido social, de sesgo social demócrata, con una fiscalidad progresista, cobertura en salud y educación amplia y de tendencia universalista, altos salarios, jubilaciones también altas (La Serna,1997, pp. 104–105). Respecto de los cambios operados en el Estado cordobés, el marco regulatorio fue la Ley N° 7850 de Reforma Administrativa del Estado Provincial del año 1989. La norma preveía la reestructuración administrativa, privatizaciones parciales, descentralización, desregulación y desmonopolización de algunas actividades, entre otras. No todas las iniciativas en relación a dichos temas fueron sostenidas en el tiempo; además, fueron muy graduales. Dada la política de negociación encarada por Angeloz antes citada, diversos sectores se movilizaron ofensivamente para sostener sus demandas (Arriaga, et al, 2012, p. 35). Su gobierno culminó en julio de 1995 cuando Ramón Bautista Mestre asumió anticipadamente. En sus primeros meses de gestión se obtuvieron créditos y financiamiento, se emitió el CECOR (un bono de cancelación de deuda) que actuó como cuasi moneda y permitió al Estado provincial pagar salarios y gastos corrientes adeudados, superando así la crisis financiera y recuperando cierta calma social. En el mediano plazo se comenzaron a implementar reformas de racionalización administrativa, al tiempo que también se producía un cambio en el tipo de intervención y un modo de construcción política distinta a la gestión anterior, centralizando las decisiones y dejando de lado la participación de actores interesados6. A nivel general, en materia económica cuatro eran los sectores típicos que componían (y componen actualmente) la mayor parte de la actividad en la provincia: agricultura, 6 A lo largo de su gobierno (1995–1999) Mestre efectivizó buena parte del ajuste y la reestructuración del Estado provincial realizando algunas privatizaciones como la de DIPAS (Agua), reduciendo la estructura administrativa fusionando ministerios, reduciendo personal y salarios, llevando a cabo estrategias de descentralización (en salud, por ejemplo), por lo que algunos autores consideran a esta gestión como Post Bienestarista (La Serna,1997). Protestas sociales en la Argentina reciente • 93 industria, comercio y actividades inmobiliarias. El norte y oeste son las regiones más pobres de Córdoba y tienen una economía con poca actividad productora de bienes y escasa diversificación. En el centro y este provincial la estructura es más amplia; en varios departamentos hay preponderancia de actividad industrial y un reparto más balanceado en el resto de los rubros. Capital es el departamento con mayor diversificación productiva, junto con Río Cuarto y San Justo, además de tener el peso más elevado en la economía provincial. En tanto, el sur y el sudeste también tienen una estructura poco diversificada, pero son predominantemente agropecuarios y con los mayores niveles de riqueza de la provincia (Valdemarca, et al. 2017). Desde mediados del siglo XX, en pleno auge de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), Córdoba capital ocupaba un papel importante como productora de bienes industriales destacándose en las ramas metalmecánica y automotriz. Los efectos del nuevo régimen social de acumulación dan cuenta de una notoria reducción en las industrias manufactureras y un pronunciado deterioro de las condiciones de empleo de los trabajadores y trabajadoras. En términos generales, en el período 1983–2001, con las políticas de apertura económica y la eliminación de barreras arancelarias a las importaciones, la industria sufrió un fuerte reacomodo: se produjo un cierre masivo de pequeños y medianos establecimientos fabriles y, consecuentemente, el desempleo de un considerable número de trabajadores (Arriaga, et al. 2012, pp. 455–458). En las zonas agropecuarias desde mediados de la década de 1990 se hizo evidente un nuevo patrón socio productivo, el agronegocio. En líneas generales, supuso una penetración masiva del capital financiero en la actividad agropecuaria y el despliegue de una lógica de tipo empresarial donde el conocimiento de las nuevas tecnologías y saberes ocupó un lugar central. Una de las aristas más visibles de las transformaciones que trajo aparejadas el modelo del agronegocio fue la asombrosa expansión del cultivo de soja, lo que sirvió 94 • Protestas sociales en la Argentina reciente para caracterizar al proceso bajo la denominación de sojización (Arriaga, et al. 2012, p. 458). La ciudad de Río Cuarto está situada en la zona sur de la provincia, rodeada por un cinturón rural de producción agropecuaria. Siempre se caracterizó por ser un centro comercial, financiero y de servicios; además de un polo educativo en tanto contaba desde los años setenta con una Universidad Nacional (actualmente además hay Universidades privadas). La mayor cantidad de empresas y empleo se concentran entonces en dichas ramas. Era intendente el contador Benigno Antonio Rins, del mismo partido político que el gobernador Angeloz (Unión Cívica Radical), acercándose ideológicamente a la línea Córdoba (más liberal), pero a su vez contó con el apoyo del Movimiento de Renovación y Cambio (de tinte alfonsinista). Ganó la intendencia en el año 1991, siendo reelegido en 1995. Desde el inicio de su gestión avanzó en una racionalización y modernización del aparato estatal municipal, llevando adelante un nuevo formato de gestión financiera, sobre todo en la realización de obras públicas. A tono con los tiempos y con su propuesta de gestión, favoreció la descentralización de servicios municipales (riego, desmalezado, prestación de atención primaria de salud, salas maternales) en las vecinales7; la conformación de un ente descentralizado para la provisión de agua potable y cloacas (EMOS), de un ente de control municipal (EDITSA, hoy EDECOM), asimismo optó por la licitación y concesión privada de algunos servicios (la recolección de residuos pasó a manos de la Empresa Aseo y el alumbrado público a la empresa Siemmens). Durante su mandato se impulsó la convocatoria a una Convención Constituyente para la sanción de la 7 Las vecinales son asociaciones de vecinos de un determinado barrio, que por lo general cuentan con personería jurídica y un sistema organizativo y atienden problemáticas vinculadas al sector urbano en el que se afincan. Fueron adquiriendo mayores funciones en la década del 90 y estuvieron fuertemente vinculadas a la gestión municipal en tanto el financiamiento para la prestación de los servicios provenía de la municipalidad. Protestas sociales en la Argentina reciente • 95 Carta Orgánica Municipal (habilitada por la reforma constitucional de 1994, la carta orgánica se sancionará en el año 1995)8. La presencia del municipio en la prestación de servicios de salud y asistencia social aparecen como otros aspectos relevantes en la gestión, sobre todo en los años 1995 y 1996, que como se verá más adelante, demandaron la presencia activa del Estado municipal frente a la crisis socioeconómica reinante. La situación económico-social y el ciclo de protesta En los años considerados, y tras los hechos de protesta de diciembre de 1993 ocurridos en La Rioja y Santiago del Estero, se van a desarrollar una serie de protestas9 en contra de la aplicación de políticas de ajuste en distintas provincias del país. Casi todos los Estados provinciales parecieron colapsar en medio de millonarios déficits presupuestarios (agravados en el caso de Córdoba en 1995 por los efectos de la crisis del Tequila mexicano) que llevaron a atrasos en el pago a sus proveedores y a los asalariados estatales, al pago de salarios con bonos provinciales, a reducciones salariales y pago en cuotas, a rescindir contratos de los trabajadores, a la modificación del régimen de licencias, así como al traspaso de las cajas jubilatorias provinciales a la Nación, privatizaciones de empresas públicas de electricidad y agua, bancos provinciales (Cotarelo, 2016, p. 197). 8 9 Es importante destacar la relevancia de contar con Carta Orgánica Municipal, en tanto brinda al municipio un formato jurídico y una autonomía mayor que la asignada por la Ley Orgánica de Municipalidades. Por ejemplo: Jujuy: marzo y abril de 1994 y agosto y octubre de 1995; Tucumán: septiembre y octubre de 1995; Salta: abril de 1994 y agosto de 1995; San Juan: julio y diciembre de 1995; Mendoza: octubre de 1995; Chaco octubre de 1994; Córdoba: marzo a julio de 1995; Río Negro: abril y octubre de 1995. 96 • Protestas sociales en la Argentina reciente Un hecho destacable en el mes de julio de 1994 fue la denominada Marcha Federal, convocada por gremios, partidos políticos, organizaciones sociales y empresarias, contra el plan económico del gobierno. Las columnas partieron desde el interior del país, confluyendo en la Capital Federal, en Plaza de Mayo, el día 6 de julio y reunió a más de 45.000 manifestantes. Los inicios del año 1995 estuvieron marcados por la campaña electoral para la renovación de autoridades tanto nacionales, como provinciales y municipales. El tema económico saliente fueron los efectos de la “crisis Tequila”10. En los primeros meses del año 1995 se produjo una reducción de las inversiones, crisis en los mercados, bajas en la Bolsa de Comercio de un 35%, acentuando los problemas de liquidez financiera del Estado nacional y sobre todo de los Estados provinciales. Desde el gobierno nacional se implementó un paquete de medidas de ajuste, especialmente una reducción del gasto público y un aumento en la recaudación, en el mes de marzo el IVA (Impuesto al Valor Agregado) se elevó al 21%. No es de extrañar entonces que el 72 % de los hechos de protesta a nivel nacional en el año 1995 fueron llevados a cabo por trabajadores y trabajadoras estatales (Cotarelo, 2016, p. 201), aunque en algunos momentos el apoyo de la ciudadanía por los reclamos y la participación activa en las acciones propuestas llegó a desbordar los límites sindicales y transformarse en estallidos sociales. La reducción del presupuesto universitario, conjuntamente con el tratamiento y la aprobación en la cámara de diputados el 8 de junio y en senadores el 21 de julio, de 10 La Crisis Tequila fue una crisis de liquidez del Estado mexicano, iniciada en diciembre de 1994, por la falta de reservas internacionales causando la devaluación del peso. El “Efecto Tequila” impactó más directamente a Argentina ya que la percepción que tenían los agentes económicos sobre países emergentes hizo que se observara a Argentina en similitud a México. Este efecto contagio de la crisis mexicana trajo para inicios de 1995 una enorme fuga de capitales en el país. Protestas sociales en la Argentina reciente • 97 la Ley de Educación Superior favoreció las protestas estudiantiles y docentes universitarias a nivel nacional. Durante el año 1996, si bien la crisis económica había sido controlada y se habían recuperado algunos índices macroeconómicos, una serie de disputas y escándalos, llevan a la salida en julio del ministro de economía Domingo Cavallo y su reemplazo por Roque Fernández, quien avanzó en un paquete de medidas de ajuste, entre las que se contó una “Segunda Reforma del Estado”11. Aunque el tema saliente era la propuesta de profundización de la Flexibilización Laboral12, buena parte de los conflictos (tres huelgas generales) provenían del debate en torno a ella. Debemos aclarar que, desde años anteriores, la Confederación General del Trabajo (CGT) había sufrido escisiones. Por un lado, una CGT oficialista propensa a negociar con el presidente de la Nación algunas cuotas de poder; por otro, el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), liderado por sindicatos importantes como el de transporte; y, finalmente, el Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA) abiertamente crítico tanto de la política socio–económica del gobierno como del modelo sindical vigente. Por último, recordemos que en junio de 1996 se produjo el primer corte de ruta en Neuquén en las localidades de Cutral Có y Plaza Huincul, que dará inicio a la movilización de trabajadores y trabajadoras desocupados, movimiento que tendrá preeminencia en la conflictividad social en años posteriores. Respecto de la situación social en los primeros meses del año 1994 a nivel nacional se produjo el aumento de los 11 12 La segunda reforma del Estado buscaba profundizar las reformas estructurales, reduciendo el déficit fiscal, el gasto público, incrementando las descentralizaciones y privatizaciones pendientes. La primera reforma laboral se dio en 1991 con la Ley Nacional de Empleo. En el año 1995 se dieron dos nuevas leyes flexibilizadoras: un nuevo régimen de contrato de trabajo y un régimen laboral diferencial para las Pymes. En 1996 se firmaron tres decretos que flexibilizaban las relaciones laborales, que afectaron los convenios colectivos de trabajo y reducían las atribuciones de las centrales sindicales. 98 • Protestas sociales en la Argentina reciente índices de pobreza y de desocupación (Puntal, 10/2/1994; 3/4/1994). Mientras que en enero de 1995 la desocupación ascendía al 12%; y se esperaba que para el mes de junio de ese mismo año aumentara al 14%, el ministerio de trabajo en el Boletín de Estadísticas Laborales registró oficialmente una tasa de desempleo abierto del 17,5% para ese año13. Un año más tarde la desocupación a nivel nacional se mantenía en esos guarismos. Muchos de los desocupados y desocupadas eran jóvenes14. En lo atinente a los índices de pobreza, en 1995 por ejemplo, el 19,5% de la población del país era pobre según un informe de un relevamiento realizado por el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría (Puntal, 7/7/1995). Varios autores consultados coinciden en que los índices de pobreza se habían reducido en los tres primeros años de la década del noventa, rondando cerca del 16%, y que va a ser a partir de 1995 cuando los índices crezcan, llegando en el año 2002 a cifras que rondaban el 45%. Respecto de la situación socio económica cordobesa si bien en febrero del año 1994 Córdoba era una de las provincias con menor índice de pobreza del país (alrededor del 10,4%), según cifras dadas a conocer por el gobierno nacional; la situación empeoró y a finales de ese mismo año, la ciudad capital cordobesa era la cuarta con mayor índice de pobreza del país según la Encuesta Permanente de Hogares (Puntal, 19/11/1994). Para el año 1995 y a partir de un relevamiento privado realizado a nivel nacional, la población con necesidades básicas insatisfechas en Córdoba ascendía al 12,4% de la población (Puntal, 7/7/1995). En el período histórico analizado, la desocupación crecía, paulatina, pero sostenidamente, tanto en la capital cordobesa como en el 13 14 Véase http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/Bel/historico.asp El diario Puntal, en su edición del 8 de enero de 1995, informaba que alrededor de un 50% eran jóvenes, alrededor de 800.000 estaban con problemas de empleo. Protestas sociales en la Argentina reciente • 99 resto de la provincia15. La problemática se transparentó en numerosas ediciones del diario Puntal, en las cuales se informó de despidos en numerosas empresas privadas tanto industriales como de servicios, en la capital cordobesa (Puntal, 3/2/1995, 24/3/1995, 2/8/1995,6/8/1995, 4/1/1996). Por último, cabe mencionar que la Encuesta Permanente de Hogares (onda mayo de 1996) estableció la desocupación en el Gran Córdoba en un 17,2%. Dentro de la coyuntura local el periódico advirtió que el desempleo era un problema central. Hacia finales de 1994 se informó que “10.000 riocuartenses tienen problemas de trabajo (esto es 1 de cada 4 y medio riocuartense), que 5000 están desocupados y 5000 sub ocupados”; en el mismo editorial se planteó que los desocupados provenían tanto de la estructura estatal, de industrias que cerraron sus puertas, como de comercios locales que cerraron por la baja de las ventas por la crisis del sector agrícola ganadero (Puntal, 27/ 11/1994). En los primeros meses del año 1995 recrudeció la crisis social. Un indicador de la situación la brindó el diario al advertir que cada vez más gente concurría a los dispensarios municipales en búsqueda de prestaciones de salud (Puntal, 19/4/1995), mientras que los círculos vecinales se transformaban en vectores de la ayuda para la solución de necesidades básicas. En el mes de julio de 1995 se detectó casos de desnutrición (Puntal 19/7/1995). Tanto la iglesia católica en voz de su obispo diocesano como la CGT Regional manifestaron su preocupación por un posible desborde social lo cual puso de manifiesto el grado de incidencia de la crisis (Puntal, 23/4/1995). En diciembre de 1995 se dieron a conocer los datos de la Primera Encuesta Permanente de Hogares realizada en la ciudad y a octubre de ese año la desocupación en Río Cuarto era del 20,2%, ocupando el tercer puesto entre las ciudades con mayor índice 15 En el gran Córdoba el desempleo abierto creció del 7,8% en mayo de 1994 al 17,2% en el mismo mes de 1996. Véase http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/Bel/historico.asp 100 • Protestas sociales en la Argentina reciente de desocupación, mientras que la subocupación rondaba el 14%. Una medida que reflejó la complejidad de la situación social fue que en el mes de noviembre la Municipalidad otorgó 23.000 “carnets de carecientes”, como forma de organizar la prestación de servicios asistenciales. La situación social se agravó durante el año 1996, si bien la desocupación y la subocupación descendieron al 18% la primera y al 13% la segunda, para octubre de 1996 el periódico informó que la pobreza “golpea al 37% de los hogares riocuartenses” (Puntal, 6/10/1996), siendo el 22% de ellos nuevos pobres. Mientras que los carnets de carecientes alcanzan al 28% de la población, en número absoluto, esto es 39.000 carnets (Puntal, 6/10/1996). El período comprendido entre los años 1994 y 1996 puede ser caracterizado entonces como una etapa en la cual comenzaron a notarse los regresivos efectos económicos y sociales de las políticas neoliberales encaradas por el ejecutivo nacional. Ellos se hicieron sentir duramente en los espacios subnacionales, alimentaron las protestas de diversos actores sociales quienes se movilizaron a lo largo y ancho del país. En ese marco, la provincia de Córdoba y la ciudad de Río Cuarto en particular, como caso bajo estudio, no serán excepciones, aunque las acciones colectivas, sus modalidades, demandas y formas cobraron peculiaridad en función de su propia trayectoria socio histórica. Retratando la protesta social en la ciudad de Río Cuarto Los datos obtenidos durante la investigación permiten esbozar el entramado de la situación riocuartense y de la conflictividad. Este apartado pretende bosquejar tanto los aspectos cuantitativos como algunos cualitativos del accionar contencioso de la ciudadanía; sus demandas (muchas de ellas surgidas de situaciones puntuales que trataremos de Protestas sociales en la Argentina reciente • 101 explicar) sus repertorios y formatos de organización, y las particularidades que presenta el espacio local en relación a las dimensiones de análisis. El relevamiento realizado a partir de la fuente periodística muestra que en el año 1994 en la ciudad de Río Cuarto se registraron un total de 45 protestas, mientras que en 1995 el total fue de 103 acciones y en 1996 fueron 24. Estos datos permiten afirmar que dentro del ciclo podemos apreciar un incremento notable de las protestas en el año 1995. Gráfico 1. El ciclo de protestas 1994–1996 Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. En el año 1994 hubo dos ciclos de protesta: uno corresponde a los meses de abril y mayo (con 17 acciones) y el otro a agosto y septiembre (con 12). Respecto del año 1995, que caracterizamos como un año de fuerte conflictividad social, el número de protestas se duplicó sobradamente respecto del año anterior. Un total de 83 protestas, es decir el 80,58% 102 • Protestas sociales en la Argentina reciente se dieron entre marzo y julio de ese año y coincide con la crisis financiera del Estado provincial. Para el año 1996 podemos apreciar que, del total de 24 protestas, los meses de agosto (con 6) y noviembre diciembre (con 9) registraron la mayor cantidad de acciones de protesta. Estos últimos meses acumularon el 37,5% del total de las mismas. Es preciso hacer una breve digresión e introducir aquí algunas explicaciones sobre la crisis de 1995 y por qué el “modelo cordobés” concluyó a mediados de la década. La crisis financiera internacional de ese año “puso fin al tipo de financiamiento sobre el que se sustentaba la gestión angelocista (créditos internacionales negociados por la banca provincial)” (Arriaga, et al, 2012, p. 38). La demora o abiertamente la negativa, por un lado, de la Banca internacional en el otorgamiento de créditos16 y por el otro, del gobierno nacional a salir en socorro de la provincia (en tanto se consideraba que no hacía los ajustes que el PEN solicitaba) llevó a la crisis financiera del Estado cordobés. La escasez de recursos hizo que la administración no pagara a sus proveedores y definiera casi diariamente el cronograma de pagos a jubiladas y jubilados y empleadas y empleados estatales (Puntal, 7/2/1995). A mediados de año, el Estado provincial adeudaba salarios, en algunos casos de hasta 3 meses. En la capital cordobesa desde marzo se sucedieron casi diariamente marchas y movilizaciones por las calles céntricas. En junio de 1995, la provincia impulsó un duro paquete de medidas económicas que se debatió en la legislatura provincial y dio como resultado la Ley de Emergencia Económica, Financiera y Previsional del sector público provincial (N° 8472), sancionada el 22 de junio. Un día después se produjo en la capital un estallido social que incluyó la quema de la Casa Radical (Puntal, 24/6/1995). La ola de protestas que se 16 La provincia gestionó a fines de junio y primeros días de julio un crédito, a través de la colocación de títulos, con el Banco neoyorquino Dillon Read, que fracasó (Puntal, 30/6/1995 y 6/7/1995). Protestas sociales en la Argentina reciente • 103 había iniciado en marzo recrudeció. La situación política en el ejecutivo provincial era compleja, ya que en esos meses se estaba produciendo la transición para la entrega del poder y la asunción del gobernador electo Ramón Bautista Mestre (también de la UCR). Las intensas protestas que se dieron sobre todo en la capital profundizaron la crisis que llevó a la renuncia anticipada de Eduardo Angeloz el 6 de julio de 1995 y a la asunción de Ramón Mestre la semana siguiente. Esta breve explicación nos permite entender los datos relevados respecto de la dimensión de los actores, es decir, los colectivos sociales que llevan adelante las protestas. El 82% fueron protagonizadas por trabajadoras y trabajadores (de todas las subcategorías desglosadas)17. De ese total, el 66% correspondió a las empleadas y los empleados públicos de los diferentes niveles del Estado y de las diversas áreas, salud, administración, aunque prima los conflictos laborales con docentes. Por los resultados obtenidos advertimos que quienes más llevaron adelante acciones de protesta fueron las trabajadoras y los trabajadores en relación de dependencia y dentro de ellos, los estatales, que como se expuso más arriba y a raíz de la crisis financiera provincial se vieron impedidos de cobrar sus salarios en tiempo y forma. Aunque hay que aclarar que también tomaron protagonismo en 1995 otros actores vinculados con la problemática salarial como fueron jubiladas y jubilados provinciales. Y en el caso de jubiladas y jubilados nacionales el reclamo se centró en la crisis de la Obra Social PAMI, que los afectó en el año 1996.18 Las y los estudiantes también aumentan su participación. Mientras en 1994 las acciones estudiantiles fueron 2, y en 1996 fueron 3, en el año 1995 se incrementaron a 7, tanto efectuadas por estudiantes secundarios como universitarios. 17 18 Me refiero a las subcategorías: educación, salud, administración pública, servicios, comercio, industria, autónomos y jubilados. En este caso convergen con las acciones desarrolladas por las empleadas y los empleados de la Obra Social. 104 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 2. Protestas de 1994 y 1995 por actor social Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Protestas sociales en la Argentina reciente • 105 Gráfico 3. Protestas de 1996 por actor social Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. En relación a las demandas, el 61% de las protestas reclamaban por la cuestión salarial. Ello se explica en razón de la demora en el pago de salarios y jubilaciones del Estado provincial, que como fue dicho, en algunos casos llegó a 3 meses. Asimismo, se visibilizaron reivindicaciones por educación y salud; y políticas económicas generales y sectoriales. Se llevaron a cabo tres marchas en reclamo de justicia y seguridad, una de ellas respondiendo a la convocatoria nacional de repudio por el Atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) ocurrido en Buenos Aires, el 18 de julio de 1994. En el caso de estudiantes secundarios, la principal demanda tuvo que ver con la incertidumbre por el dictado de clases durante el primer semestre de 1995 y la aplicación de la Reforma Educativa Provincial en 1996 que estimulará el descontento tanto en la población educativa (docentes, alumnos, padres) como en la población en general. La sanción de la Ley de Educación Superior ampliamente rechazada por las y los estudiantes de la Universidad Nacional de Río Cuarto fue la principal demanda de dicho colectivo. 106 • Protestas sociales en la Argentina reciente La preocupación por la política económica desarrollada por el ejecutivo nacional a cargo del presidente Carlos Menem, irá cobrando protagonismo. Proporcionalmente, mientras que en el año 1994 las acciones que tenían como principal demanda la “política económica” representaron el 6.6 % del total de protestas y en el año 1995 el índice asciende al 11,6%, en el año 1996 dicho porcentaje se incrementó hasta alcanzar un 25% del total de las mismas. Una acción de la ciudadanía en general que tuvo como principal demanda esta última cuestión fue el apagón general de 5 minutos impulsado por 40 organizaciones riocuartenses y a nivel nacional por el FREPASO (Frente País Solidario) que se llevó a cabo el día 12 de septiembre de 1996, cabe acotar que el periódico registró un elevado acatamiento de la ciudadanía a la medida (Diario Puntal, 1/9/1996). Gráfico 4. Protestas de 1994 por demanda Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Protestas sociales en la Argentina reciente • 107 Gráfico 5. Protestas de 1995 por demanda Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Gráfico 6. Protestas de 1996 por demanda Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. 108 • Protestas sociales en la Argentina reciente Dentro de los repertorios, la huelga fue primordial con casi el 53% aunque hubo modalidades novedosas. Un ejemplo fueron las acciones de las trabajadoras y los trabajadores del poder judicial en 1995 quienes optaron por la modalidad de “trabajo a desgano”, transformándose luego, y por dos meses en “abandono de tareas”, esto es, el personal completaba la ficha de asistencia y luego se retiraba del lugar de trabajo. En el caso de docentes provinciales, combinaron el paro sin asistencia a los lugares de trabajo con la modalidad “retención de tareas”. La visibilización en el espacio público de la problemática salarial, educativa y de salud, fue una constante durante el ciclo de protesta. Por ello, es dable apreciar la combinación de repertorios con asambleas, petitorios y movilizaciones. La Marcha de la Tristeza realizada el 3 de abril de 1995, por docentes de la DEMES, culminó en el obispado de Río Cuarto, oportunidad en la cual su titular leyó un telegrama que elevó al gobierno provincial reclamando por el no pago de los haberes del mes de febrero. La asamblea en los lugares de trabajo fue un repertorio muy utilizado por docentes de nivel primario y secundario, ello implicaba la suspensión de clases en dos horas del turno. Las marchas y movilizaciones por las calles céntricas como repertorio principal se emplearon en el 22% de las protestas. En 1994 se registró un paro patronal agrario, de alcance nacional (cese de comercialización tranqueras afuera, que tuvo impacto en diversos sectores de la ciudad de Río Cuarto) y un repertorio bastante novedoso como fue el apagón de vidrieras de los comerciantes, repertorio que se repetirá en años posteriores19. En el primer caso, el adversario fue el Estado nacional y el principal reclamo eran las políticas agropecuarias. En el segundo caso, también el adversario fue el Estado nacional y la principal demanda fue de carácter impositivo, esta acción contó con el apoyo de Fedecámaras (Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la 19 Los comerciantes protagonizaron dos apagones de vidrieras, los días 9 y 22 de septiembre de 1994. Véase Puntal en ambas fechas. Protestas sociales en la Argentina reciente • 109 República Argentina), a nivel provincial y la Sociedad Rural de Río Cuarto a nivel local. La realización de ollas populares fue un repertorio utilizado por el personal de salud del Hospital Central en una calle de alta circulación como es la Avenida Sabattini. Cabe aclarar que en ese momento el Hospital Central se encontraba en la zona sur de la ciudad y a cinco cuadras de la avenida en la que se registró la protesta, por lo tanto, trasladar la olla popular de mate cocido de las puertas del nosocomio a una arteria más transitada le otorgó visibilidad pública al reclamo. Otro repertorio novedoso fue la toma de instalaciones. En la mayoría de los casos correspondieron a edificios públicos. Se producen 5 tomas en total, como repertorio principal. Son tres las acciones estudiantiles: dos llevadas a cabo por estudiantes en la Universidad Nacional de Río Cuarto, en el marco del plan de lucha contra la sanción de la Ley de Educación Superior, y una por el Centro de Estudiantes del IPET N°33. Respecto de los espacios privados: una toma se realizó en el Instituto de Servicios Sociales Bancarios por parte de sus trabajadores en repudio a la liquidación del mismo, y otra la llevaron adelante trabajadores de la SATCRC (Sociedad Anónima de Transporte de la Ciudad de Río Cuarto), quienes además efectuaron un paro por 24 horas en demanda de la reincorporación de trabajadores despedidos, así como el pago de indemnización correspondiente a aquellos que fueran cesanteados. Asimismo, cabe resaltar la toma de la Zona Sanitaria N° 7 que fue desarrollada por los trabajadores y trabajadoras de la salud en el marco de un plan de lucha que llevaron adelante durante cinco días en el mes de junio de 1995. 110 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 7. Protestas de 1994 por repertorio Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Gráfico 8. Protestas de 1995 por repertorio Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Protestas sociales en la Argentina reciente • 111 Gráfico 9. Protestas de 1996 por repertorio Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Respecto de las formas organizativas, las distintas protestas fueron llevadas a cabo mayoritariamente desde las agrupaciones sindicales. La articulación entre organizaciones gremiales y otros actores sociales (referentes religiosos como el obispo diocesano y políticos como el intendente municipal y concejales, padres de alumnos, vecinalistas) pone de relevancia las redes construidas en un año particularmente conflictivo como fue 199520. En relación a los aliados y mediadores, la fuente resalta la figura del obispo diocesano, monseñor Ramón Artemio Staffolani y del intendente municipal, Benigno Antonio Rins. 20 Por ejemplo, los días 4 y 5 de abril, los/as docentes de escuelas públicas provinciales y escuelas privadas desarrollaron acciones conjuntas, cuyas demandas en un principio salariales se tornaron prontamente en reivindicaciones en la defensa de la educación. Esas articulaciones se repetirán el 19 de mayo, el 20 de junio y el 5 de julio. El día 4 de abril se realizó una Marcha hacia el Concejo Deliberante convocada por la UEPC (Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba) y padres y docentes autoconvocados, con el objetivo de poner de manifiesto la problemática educativa. Fueron recibidos por los concejales, quienes prometieron tratar la problemática, hecho que se concretó en la sesión especial del 6 de abril. 112 • Protestas sociales en la Argentina reciente Consideramos oportuno introducir la idea que, en ciudades intermedias como Río Cuarto, las demandas que tenían como principal adversario a instancias estatales nacionales o provinciales, solían ser canalizadas por instituciones relevantes del espacio local, ya sea la iglesia católica o el poder político comunal. La cercanía territorial permitió este tipo de articulaciones. La repercusión de acciones de protesta a nivel nacional fue fluctuante en la ciudad. En el año 1995 se realizaron dos paros nacionales generales (21 de abril y 6 de septiembre) convocados por los gremios opositores (CTA MTA); en ambos el acatamiento fue dispar en la ciudad de Río Cuarto (según lo rescata la fuente consultada). La fragmentación de las centrales sindicales quedó puesta de relieve en el hecho que el mismo 21 de abril la CGT Regional Río Cuarto convoca a un paro y movilización contra el plan económico nacional, pero la fuente se encargó de aclarar que se realizó al margen del convocado por las centrales sindicales nacionales. Sí tuvo mayor adhesión el paro provincial decretado el día 10 de agosto de 1995 por gremios del sector público provincial y de la actividad privada, contando con numerosos adherentes sindicales como CGT Regional, gremios nacionales como UTA, Metalúrgicos, Gremio de la Carne; y partidos políticos como el Frente Grande. Es importante destacar que el periódico registró para el año 1996 tres paros generales decretados por la CGT a los que se sumaron la CTA y el MTA (Puntal del 8/8/ 1996, 27/9/1996 y 26/12/1996); desarrollándose el 8 de agosto, el 26 de septiembre (de 36 horas) y el 26 de diciembre. En todos ellos dos fueron los temas salientes: la política socio económica del gobierno y la flexibilización laboral. Recordemos que en el mes de julio de 1996 asumió como nuevo ministro de economía, Roque Fernández impulsando una segunda reforma del Estado y modificaciones en las relaciones laborales y gremiales. El ataque frontal a los convenios colectivos y a los formatos de negociación, que implicaban también una arremetida contra el poder sindical, fueron Protestas sociales en la Argentina reciente • 113 respondidos por los líderes gremiales con medidas de fuerza contundentes. En dos de ellos se registró una “masiva adhesión” como así también articulaciones entre la CGT Regional, partidos políticos, agrupaciones de desocupados, autoridades municipales y religiosas. El paro general de 36 horas que incluyó movilización y misa en la Catedral local fue caracterizado por el periódico como “mayor protesta nacional contra el gobierno menemista” (Puntal, 27/ 9/1996). El devenir de la sociedad local durante el ciclo de protesta Esta breve descripción de los datos obtenidos del período bajo estudio, que consideramos fue un mapeo general, nos permitió delinear a grandes trazos el devenir de la sociedad riocuartense en una de sus aristas, a saber, las acciones y reacciones de la ciudadanía frente a la situación socio política y económica por la que atravesaba ante el cambio de paradigma de acumulación social y el modelo estatal consecuente. La misma muestra un momento álgido a inicios del año 1995. La duplicación de acciones en el año 1995 respecto del año 1994 (en el año 1994 se registraron un total de 45 protestas, mientras que en 1995 el total fue de 103 protestas y en 1996 fueron 24), tuvo directa relación con la crisis financiera provincial y el retraso en el pago de salarios por parte del Estado cordobés. Como sucedió a nivel nacional, en Río Cuarto, el mayor número de hechos contenciosos en el ciclo aquí expuesto, fueron llevadas a cabo por las trabajadoras y los trabajadores; y en un porcentaje importante por empleadas y empleados públicos provinciales tanto de la Educación y la Salud como de la administración en general, respondiendo según cada año a una coyuntura particular. Si bien, podemos apreciar que el principal reclamo fue 114 • Protestas sociales en la Argentina reciente salarial, los datos muestran una ampliación de las demandas, avanzando hacia otras relativas a políticas sectoriales y de financiamiento de todo el sistema de salud y educación (tanto provincial como nacional), servicios que eran considerados nodales por la comunidad toda; a políticas económicas aplicadas desde los Estados nacional y provincial y sus consecuencias, tanto en lo relativo al ámbito del trabajo (desempleo, flexibilización laboral) como empresarial (desregulación, carga impositiva). Asimismo, de una lucha en principio sectorial, donde las asociaciones gremiales (estudiantiles, empresariales, de trabajadores) tuvieron fuerte protagonismo en las convocatorias, se pasó a un reclamo que involucró a la sociedad en su conjunto. Esta aseveración se comprueba tanto en la articulación entre diversos actores (por ejemplo, docentes, padres, estudiantes, directivos de escuelas privadas), como en las alianzas estratégicas forjadas al calor de los sucesos (obispo diocesano y concejales). El incremento de la conflictividad en el espacio local puede tener como primera explicación el impacto de la transferencia de responsabilidades jurisdiccionales (y sus modalidades) desde el Estado nacional a espacios subnacionales, otorgando mayor protagonismo a los niveles provinciales y locales (en servicios como Salud y Educación) que incrementó el peso del empleo público provincial (Oszlak, 2003, p. 3). Si bien la descentralización se había iniciado en el último gobierno de facto, la gestión menemista en los años 90, a través de la Ley de Reforma del Estado, va a completar ese proceso. En segundo lugar, se puede argumentar la vulnerabilidad de la economía y las finanzas (tanto nacionales como provinciales) frente a los vaivenes económicos internacionales (por ejemplo, el efecto tequila). Mientras que la vulnerabilidad externa (tanto por ingresos de capitales productivos o especulativos externos como por deudas contraídas por el Estado o los particulares) es una cuestión recurrente en la historia económica argentina, va a ser también en esos Protestas sociales en la Argentina reciente • 115 años que tiende a incrementar su peso por las políticas de liberalización de la década (Bellini y Korol, 2012, p. 255). En este aspecto y para el caso de Córdoba habría que añadirle el formato de financiamiento por el que había optado la administración Angeloz de solicitar préstamos a corto plazo negociados en el mercado financiero internacional por la banca pública provincial (Bancos Social y de la Provincia de Córdoba), lo cual tornaba más vulnerable las finanzas provinciales. Más allá del éxito del plan de convertibilidad en controlar la inflación, el ajuste estructural, en sus sucesivas aplicaciones y la recesión posterior a la crisis del tequila tendrá impactos negativos sobre la producción y el empleo a escala nacional. La búsqueda de una solución en la flexibilidad laboral que hiciera más atractivas las inversiones va a estimular como vimos algunas acciones durante el año 1996. Respecto de Córdoba, la gestión mestrista con su dosis de cambios estructurales también está en la base explicativa de las reacciones ciudadanas. Una tercera explicación que podemos presentar y que complementa a la ya expuesta, es la tesis que presenta Mónica Gordillo (2012, p. 16), respecto del formato político que habría desarrollado la administración del entonces gobernador Angeloz (de negociación en espacios institucionalizados y jerarquizados, características de la matriz estado céntrica) y que habría dado lugar al empoderamiento de las trabajadoras y los trabajadores públicos (entre otros actores) incrementando su accionar ofensivo derivado del mantenimiento de estructuras, prácticas y discursos propios de dicha matriz. Ese accionar ofensivo registra una modalidad privilegiada como es la huelga y una primacía de la forma sindical institucionalizada en los formatos de organización. Los datos ofrecidos para el año 1995 en la ciudad de Río Cuarto así lo corroboran. Si bien ello tuvo un cambio durante la gestión Mestre, el poder gremial siguió siendo importante en todo el período analizado. 116 • Protestas sociales en la Argentina reciente A modo de conclusión Las acciones contenciosas de la ciudadanía riocuartense entre 1994 y 1996 fueron nuestro objeto de estudio. Avanzamos en la presentación de algunos datos relevados a partir de la prensa local. Tomamos especialmente en cuenta, dentro de las dimensiones establecidas, los actores implicados, sus demandas, formas organizativas y repertorios de acción, así como la situación histórica nacional, provincial y local. Aún quedan muchas cuestiones por responder. Sólo para dar un esbozo de otras problemáticas nos preguntamos: ¿Qué identidad portaban esos actores? ¿Cómo fue el proceso de su construcción? ¿Se articularon alianzas? ¿Se construyeron redes? ¿Se conformó un espacio político y de acción política conjunta? Si fue así, ¿cuáles persistieron a lo largo del tiempo y qué impacto tuvieron en las identidades particulares de los actores? Para dar respuesta a algunas de ellas la investigación deberá avanzar hacia otras fuentes de información. Las voces de los participantes deberían ser un instrumento privilegiado. Poner en primera persona la dinámica social, sacar el filtro que los medios de comunicación suponen, quizás nos permita ir coloreando el retrato del conflicto social en la ciudad de Río Cuarto. Referencias Arriaga, A., Franco, M. J., Medina, L. y Natalucci, A. (2012). Un Estado en transición: Córdoba ante el embate neoliberal. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. C. Solís. (Comps.), La protesta social frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 25–64). Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. Protestas sociales en la Argentina reciente • 117 Auyero, J. (2002). La Protesta. 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El período se destaca por la presencia de distintos signos políticos a nivel nacional, provincial y local, lo que traerá cambios en políticas públicas, sobre todo de tipo económicas, con repercusión en servicios a cargo del Estado como la educación, la salud y el trabajo en dependencias públicas. Como respuestas a estas políticas, el sector trabajador organizado en sindicatos sale a la calle, realiza paros y movilizaciones, aunque a medida que nos acercamos al 2000, toma preeminencia un actor que será protagonista en el estallido del 2001 a nivel nacional: el colectivo de trabajadores desocupados. Las demandas de las protestas ya no ponen el foco solo en mejoras laborales, sino en el acceso al trabajo con originales repertorios de acción que incluyen a ciudadanos y ciudadanas con demandas básicas insatisfechas como el alimento. Desde una perspectiva comunicacional, buscamos dar cuenta de los datos más significativos de este período, destacando los actores, qué demandan, cómo lo hacen y 119 120 • Protestas sociales en la Argentina reciente de qué modo se organizan, así como el contexto en que ocurren. Introducción Aportes para pensar las protestas sociales desde la comunicación La protesta social es quizás, en los últimos tiempos, la acción directa más popular y eficaz con la que cuentan los ciudadanos y ciudadanas para hacer visibles sus demandas y reclamos, hacer escuchar su voz y ejercer la ciudadanía. En consecuencia, también se ha convertido en un fenómeno ampliamente abordado por las Ciencias Sociales desde diversas disciplinas, principalmente, la Ciencia Política y la Sociología, y desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas. En este capítulo continuamos con el mapeo socio histórico de la protesta social en la ciudad de Río Cuarto que nos propusimos realizar en el marco de esta investigación, específicamente nos centramos en el ciclo comprendido entre 1998 y 2000, es decir, la antesala del estallido social del 2001. Sin embargo, antes de comenzar nos resulta oportuno señalar dos perspectivas de abordaje desde las Ciencias de la Comunicación, ámbito disciplinar de las autoras, que entendemos, pueden aportar al estudio de las protestas sociales. Por un lado, el reconocimiento de la comunicación como “ámbito de debate socio político cultural, también económico y tecnológico donde los sujetos organizan sus vincularidades en función de objetivos y propósitos” (Uranga y Thompson, 2016, p. 39) está estrechamente vinculada a la noción de ciudadanía en tanto “modo específico de aparición de los individuos en el espacio público, caracterizado por su capacidad de constituirse como sujetos de demanda y proposición en diversos ámbitos vinculados con su experiencia” (Mata, 2002, p. 67). Se asocia al “reconocimiento Protestas sociales en la Argentina reciente • 121 recíproco”, es decir, “al derecho a hablar y ser escuchado, imprescindible para poder participar en las decisiones que conciernen a la colectividad” (Martín–Barbero, 2010, p. 47). En este sentido, la comunicación posibilita poner en circulación sentidos y generar espacios de confrontación de ideas, tan necesarios para el ejercicio ciudadano y la vida en democracia. Y de manera complementaria, la comunicación, vía los medios masivos, “dota de existencia pública a los individuos visibilizándonos ante los demás y permitiendo verse representarse a sí mismos” (Martín–Barbero, 2010, p. 68). Los medios cobran una gran relevancia en torno a las protestas sociales en tanto permiten ampliar la visibilidad de los reclamos, condición existencial para que las acciones colectivas no sólo sean visibles por aquellos que ocasionalmente pasan por el lugar, sino también por los demandados y la sociedad en general, sin embargo, “las voces de quienes protestan van a pasar necesariamente por el filtro que les imponen los medios, por lo tanto el mensaje ya no será el de quienes protestan sino el que los medios dicen que los que protestan dicen” (Berti y Cantú, 2020, p. 46). Es decir, el tratamiento que los medios hacen está condicionado por la manera en que enfocan la información, por aquello que visibilizan y lo que ocultan. Se enfatiza así la “necesidad de distinguir entre la protesta como hecho y su construcción como acontecimiento mediático y la importancia que revisten los procesos de significación como otro aspecto a tener en cuenta en el estudio de las acciones colectivas” (Berti y Cantú, 2020, p. 37). Pues “la lucha no se libra tan solo en el campo social (a través de prácticas específicas) sino que tiene lugar también en (o se da a través de) las no menos importantes disputas por las significaciones que encuentran en los medios un lugar privilegiado” (p. 38). Si aceptamos esta aserción, prosiguen las autoras, estudiar la protesta supone atender el cruce entre los abordajes de índole más sociológica y política con aquellos que los estudios sobre medios nos pueden ofrecer. 122 • Protestas sociales en la Argentina reciente En definitiva, desde el campo comunicacional hay, al menos, dos cuestiones que nos resultan relevantes en el marco de este capítulo. Por un lado, entender que las construcciones discursivas que hacen los medios de comunicación suponen perspectivas parciales sobre las protestas que visibilizan que no necesariamente son todas las que acontecieron1. Por otro lado, y de manera complementaria, el aspecto vincular de la comunicación en la construcción de colectivos y movimientos sociales, así como de disputa de sentidos en el espacio público y en el marco de la ampliación de derechos ciudadanos, cuestión susceptible de ser abordada en estudios posteriores a la presente investigación. Ahora sí, hecha esta primera aproximación al abordaje que proponemos, nos adentramos en las protestas del ciclo 1998–2000. Protagonizadas principalmente por trabajadores y trabajadoras organizados en instituciones sindicales que reclaman en contra de las políticas económicas de recorte presupuestario y las reformas estatales tendientes a la privatización tanto a nivel nacional como provincial. En este periodo se contabilizaron 115 protestas que tuvieron lugar en la ciudad de Río Cuarto según el registro del diario Puntal2. Al interior del ciclo, así como se identifica un crecimiento progresivo de la cantidad de protestas a lo largo de los años (34 fueron relevadas en 1998, 37 en 1999 y 44 aparecen retratadas en el 2000), también observamos el aumento progresivo de aquellas cuyos actores centrales son los ciudadanos y ciudadanas desocupados que reclaman el acceso a un trabajo, muestra del correlato local de la creciente conflictividad social que se vivió por entonces a nivel nacional en la antesala de la crisis económica, social y político institucional que estalla en Argentina en el 20013. 1 2 3 Para ampliar, consultar el capítulo 1. Es importante destacar que este relevamiento se hizo sobre los diarios disponibles en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río Cuarto y que para el ciclo en cuestión se detectó el faltante de algunos ejemplares. Sobre esto ahondaremos en el capítulo siguiente. Protestas sociales en la Argentina reciente • 123 Los invitamos a recorrer más en profundidad las protestas de fin de siglo. Dimensión situada. El neoliberalismo en el corazón del país El ciclo 1998–2000 se explica en buena medida por los impactos del modelo neoliberal que se instaura desde inicios de la década del ‘90 en el país y la región. En este apartado reconstruimos las principales coordenadas de ese proceso para situar las acciones de protesta identificadas. Retomamos materiales secundarios provenientes de investigaciones que se han interesado especialmente por lo que sucedió durante el ciclo analizado en la provincia de Córdoba y la ciudad de Río Cuarto, escenario de la investigación. Veamos. Las secuelas del proceso iniciado en 1976 con la última dictadura cívico militar se ponen de manifiesto en los años siguientes a la recuperación de la democracia. A partir de la segunda mitad del gobierno de Alfonsín (1983–1989) se produce un deterioro de la situación económica y social, agravándose la calidad de vida de los sectores medios y bajos, escenario que se profundiza más aún con el programa económico neoliberal implementado por Carlos Menem, quien gobernó Argentina durante una década (1989–1999). De acuerdo a Retamozo (2011), en el marco del Consenso de Washington4, las recomendaciones de liberalización comercial, privatizaciones, apertura 4 El Consenso de Washington consiste en un corpus de ideas neoliberales que, a inicios de los años noventa, devino hegemónico para la mayoría de los Estados latinoamericanos. En Argentina implicó una reestructuración económica que, a partir de la implementación de un paquete de leyes (entre ellas la ley de Reforma del Estado y la de Emergencia Económica), se plantearon una serie de reformas en la que se destacó la privatización de las empresas del Estado (Duarte, 2002). 124 • Protestas sociales en la Argentina reciente y desregulación del mercado y ajuste estructural fueron en gran parte seguidas por la administración de Carlos Menem por lo que el país se convirtió en un ejemplo de las políticas impulsadas por los organismos internacionales. (p. 4) Esto trajo como consecuencia la precarización del empleo, la flexibilidad laboral y una alta concentración económica que contribuyó al aumento de las desigualdades sociales y a una desocupación sin precedentes. La provincia de Córdoba no estuvo al margen de estas políticas acogidas a nivel nacional. Según reconstruye Carlos Reynoso (2017), Eduardo Angeloz, entonces gobernador de la provincia de Córdoba, por la fuerza política Unión Cívica Radical (en adelante UCR) y opositor al modelo del Ejecutivo Nacional, proyectó a la provincia “como una alternativa (posible)” (p. 54), buscando colocarla como un “modelo a seguir”, distinto de lo que pasaba a nivel central. La preeminencia del partido político radical (primero con Angeloz y luego con su sucesor Ramón Mestre) desde la vuelta a la democracia, se vio interrumpida por el triunfo del peronismo cordobés de José Manuel de la Sota en 1999, cuya fuerza política gobierna hasta la actualidad (2022)5. Lo mismo sucederá a nivel nacional, a los 10 años del gobierno peronista de Carlos Menem (1989–1999), le siguió el triunfo 5 La ex alianza “Unión por Córdoba” (UpC) y hoy “Hacemos por Córdoba” (HpC) hegemonizó la política cordobesa enhebrando triunfos consecutivos en las elecciones de 2003, en donde De la Sota (51,84%) doblegó al radical Oscar Aguad (37,23%); en 2007 con la polémica victoria de Schiaretti sobre Luis Juez; en 2011, con la amplia victoria de De la Sota (42,60%) sobre el mismo Juez (29,58%) y sobre el radical Oscar Aguad (22,91%); en 2015, con la victoria de Schiaretti (39,99%) sobre la alianza “Cambiemos” encabezada nuevamente por Oscar Aguad (33,74%) y sobre la fórmula de “Córdoba Podemos”, conformada por Eduardo Acastello y Luis “Cacho” Buenaventura (17,7%); y finalmente en 2019, con la contundente reelección de Schiaretti (57,38%) ante las fórmulas de Mario Negri y Héctor Baldassi de “Córdoba Cambia” (18,85% ) y de Ramón Javier Mestre y Carlos Brinner por la UCR (11,60%). Véase https://revistas.unc.edu.ar/index.php/CuadernosConyuntura/article/view/38848/38961 Protestas sociales en la Argentina reciente • 125 del gobierno de la Alianza (UCR FREPASO) con la presidencia de Fernando de la Rúa y Carlos Álvarez. En síntesis, en relación a las coordenadas políticas del ciclo que analizamos (1998–2000), a nivel nacional sucedieron dos gobiernos de distinto signo político, Carlos Menem hasta 1999 y luego Fernando de la Rúa. A nivel provincial, ocurrió un proceso similar, de Mestre (UCR, 1995–1999) a José Manuel de la Sota (PJ) que retomó el poder en 1999 y gobernó la provincia en tres oportunidades no consecutivas (1999–2007 y 2011–2015). De acuerdo a Arriaga, Franco, Medina y Natalucci (2012), la perspectiva provincial con la que se encontró Ramón Mestre en 1995 no era “prometedora”, ya que “la provincia se encontraba sin financiamiento y con una grave crisis social y política” (p. 39). Los autores señalan que ese período “se constituyó como un gobierno de transición: de desarticulación del Estado de bienestar y de su reorganización bajo postulados neoliberales y también de transformación de los modos de participación y construcción política precedentes” (Arriaga, et al., 2012, p. 48). Como sostiene Reynoso (2017), la gestión de Mestre se caracterizó por “una búsqueda de reordenamiento administrativo y financiero” (p. 57) y lo hizo a partir de leyes nodulares que marcarían su impronta de gobernabilidad. A decir de Arriaga (2012), estas normas se expresaron en la reducción de personal y de salarios. A su vez, se estableció un límite al derecho a huelga de los trabajadores estatales, “por el cual una vez llamada la conciliación obligatoria ni aquellos ni las entidades gremiales podían disponer de una medida de fuerza que afectara la prestación del servicio público, bajo la advertencia de aplicar descuentos en sus remuneraciones” (p. 43). Según Reynoso (2017), la reducción del personal del Estado fue uno de los datos más significativos durante el gobierno de Mestre. El cambio de paradigma de la administración pública, la racionalización del gasto público y la falta de articulación con sectores sociales y políticos tuvo como 126 • Protestas sociales en la Argentina reciente correlato la movilización de diferentes sectores estatales y no estatales. En síntesis, la gestión de Mestre significó un desmantelamiento del Estado interventor en áreas sociales y coincidentes con los principios del gobierno nacional, modificó no sólo las estructuras burocráticas y administrativas del Estado, sino que transformó los niveles de participación y de consenso que caracterizaban al gobierno de Angeloz (p. 58). A nivel local, durante el ciclo de protesta analizado, se sucedieron las intendencias de Antonio Rins por la Unión Cívica Radical (1991–1999) y de Alberto Cantero (1999– 2004) por el Partido Justicialista. Nótese que se presenta la misma situación que a nivel nacional y provincial de signos políticos opuestos que se suceden en los años analizados. En términos socio económicos, la cifra de desempleo en Río Cuarto, que por entonces contaba con unos 156.800 habitantes, promedió el 12%6 en los años analizados, dado que la crisis que atravesaba el país y que fuera reseñada anteriormente, afectó sus actividades económicas centrales7 puesto que la ciudad actúa como centro de comercio y servicios en una región con predominio de la actividad agropecuaria. Según un informe especial publicado por el diario Puntal8, hacia 1998 el 52% de la actividad económica local estaba concentrada en lo comercial y de servicios; el 34% al sector agropecuario y el 14% a la actividad industrial. En este sentido, Río Cuarto puede ser caracterizada como una agrociudad (Carniglia, 2015) en tanto en la ciudad funcionan comercios proveedores de insumos, casas matrices de empresas agropecuarias nacionales y regionales, bancos 6 7 8 Dato extraído de la Encuesta Permanente de Hogares. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6 “En Río Cuarto se están sintiendo los primeros síntomas de la crisis”. Diario Puntal, 4/10/98, p. 29. “Los números de Río Cuarto. Informe especial”. Diario Puntal, 8/11/98, p. 33. Protestas sociales en la Argentina reciente • 127 que ofrecen servicios financieros para el ámbito agropecuario, instituciones públicas y privadas vinculadas a la actividad, industrias transformadoras de productos agropecuarios, entre otros. Al mismo tiempo, dada esta dinámica económica, la ciudad brinda otros servicios que completan las necesidades comerciales de las empresas, tales como: numerosas plazas hoteleras, servicios de gastronomía, salones de reuniones y eventos, entre otros (Maldonado y Finola, 2017). Con este breve racconto de coordenadas, empezamos a desandar los datos más significativos del ciclo 1998–2000 agrupados en tres aristas de análisis: los actores, las demandas y los repertorios de acción de las protestas sociales. Los trabajadores y trabajadoras, históricos protagonistas de las protestas sociales El actor colectivo9 más movilizado en el ciclo 1998/2000 de acuerdo a las notas periodísticas del diario Puntal fue el de los trabajadores y trabajadoras, de los que se destaca su pertenencia a los siguientes sectores: educación (26)10, servicios (13), administración pública (11), en general (11) y salud (8). Estos números se integran a la lectura general del período analizado (1989/2003) y muestran el amplio protagonismo de este actor colectivo como movilizador de acciones de protesta a nivel local. Los actores que siguen de acuerdo a las notas periodísticas son los ciudadanos y ciudadanas (11), los estudiantes 9 10 Resulta importante destacar que las maneras en las que nombramos a los actores colectivos (trabajadores, ciudadanos, vecinos, etc.) surge de la forma en la que el diario Puntal refiere a ellos en el marco de las noticias relevadas. A lo largo de este capítulo consignaremos entre paréntesis la cantidad de notas periodísticas relevadas referidas a las dimensiones o subdimensiones que estemos desarrollando. 128 • Protestas sociales en la Argentina reciente (9), los desocupados y desocupadas (8) y los familiares y amigos (7). Gráfico 1. Actores de las protestas sociales ciclo 1998–2000 Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Dentro del grupo trabajadores y trabajadoras, las diferencias más notorias se vinculan a los rubros de pertenencia. Mientras los vinculados a la educación aparecen como constantes en los tres años relevados, los relacionados a servicios se destacan en el año 2000. Más adelante en este capítulo analizamos el vínculo de los actores con las demandas que los agrupan y motivan la visibilidad de las protestas. Otro dato que interesa relevar se refiere a la forma organizativa con la cual los actores se manifiestan públicamente. En el gráfico 2 se muestran los resultados. Protestas sociales en la Argentina reciente • 129 Gráfico 2. Formas organizativas de los protagonistas de las protestas sociales en el ciclo 1998–2000 Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Al igual que en el período total analizado (1989/2003), puede apreciarse una tendencia que privilegia ampliamente los formatos de carácter institucionalizado (principalmente la acción sindical gremial) en los tres años que constituyen el ciclo de protesta (1998/2000) con un total de 61 notas sobre 115 relevadas; luego siguen las iniciativas de tipo autoconvocadas (20), y las protagonizadas por multisectoriales (11). Completan el gráfico las formas organizativas de tipo institucionalizada territorial (7), estudiantil (3), otras (2)11 y empresarial (1). Si realizamos una lectura integrada acerca de los actores de las protestas sociales, podemos observar la relación directa entre las formas organizativas institucionalizadas, por caso, en sindicatos y gremios, con quienes se han 11 En la denominación “Otras” agrupamos aquellas protestas que no hemos podido agrupar en las formas organizativas precedentes por no contar con información precisa a partir de la reconstrucción noticiosa que hace la prensa. 130 • Protestas sociales en la Argentina reciente movilizado. De esta forma, los trabajadores y trabajadoras de la educación agrupados principalmente en gremios (UEPC, SADOP, AGD), así como en organizaciones de segundo grado, caso confederaciones (CTERA, CONADU), encabezan las movilizaciones en el período 1998/2000. Por ejemplo, en abril de 1999 UEPC y SADOP congregados en la CTERA llamaron a la realización de un paro sin asistencia a los lugares de trabajo para demandar al gobierno nacional el cobro del incentivo docente en el marco de un pedido generalizado por mejoras salariales y laborales. En septiembre del año 2000, días previos a la conmemoración del Día del Maestro, se realizaron lecturas de cartas en los actos de los colegios con fuertes críticas al gobierno nacional y a los intentos de “tercerizar” la educación, lo que al entender de los gremios ponía en peligro la calidad educativa y generaba precarización laboral12. Lo que variará luego en los acontecimientos retratados por el diario es cómo ha resultado la convocatoria a nivel local dependiendo, por ejemplo, si a los y las docentes les descuentan o no la ausencia. Ejemplos de protestas protagonizadas por trabajadores y trabajadoras vinculados a la administración pública son las que han realizado los bancarios en 1998 ante la inminente “fusión de bancos (social y provincia de Córdoba)” y la “posible privatización del Banco Nación a nivel nacional”, lo cual representa un caso con seguimiento por parte de la prensa por varios meses por las consecuencias del hecho y la centralidad de las organizaciones en cuestión13. En torno a trabajadores relacionados a servicios, se pueden mencionar las movilizaciones protagonizadas por 12 13 “Carta de los maestros a los padres”, sección Información General. Puntal 8 de septiembre de 2000. “Bancarios postergaron el paro”, p. 11, 17/01/1998; “Al Banco ‘le sobra’ personal. Las autoridades de la entidad crediticia provincial admitieron la posibilidad de despidos", p. 12, 22/01/1998; “Mestre negó cesantías masivas en el Banco”, p. 12, 23/01/1998; “Bancarios, en gira por los festivales”, p. 12, 27/01/1998; “Adhesión al reclamo bancario”, p. 16, 11/02/1998; “Preocupación por el futuro de los bancarios”, p. 14, 04/05/1998. Protestas sociales en la Argentina reciente • 131 taxistas y remiseros para pedir mayor seguridad en el trabajo o mejoras en las tarifas de sus prestaciones. En todos los casos prevalecen las formas organizativas institucionalizadas tipo gremios/sindicatos y la formación de multisectoriales con aliados en general institucionalizados. Por su parte, las modalidades organizativas autoconvocadas han sido mayoritariamente protagonizadas por actores colectivos agrupados en las categorías vecinos y vecinas, ciudadanos y ciudadanas, estudiantes, familiares y amigos y desocupados y desocupadas. Ejemplos que podemos mencionar los constituyen protestas vinculadas a hechos de violencia o accidentes de tránsito que motivan la movilización de familiares y amigos para pedir justicia y celeridad en las causas. Estudiantes del Colegio Normal que en noviembre del año 2000 hicieron una sentada frente al edificio para pedir mejoras edilicias ante la presencia de murciélagos. Un grupo de vecinos y vecinas pidió la reincorporación de un médico contratado por el Municipio en un dispensario y que fuera despedido por “irregularidades administrativas”14. Protestas frente a hipermercados de la ciudad por parte de familias de desocupados y desocupadas para pedir alimentos15, así como también medidas de fuerza protagonizadas por “comercios ligados al sector agropecuario” y un “grupo de empresarios de la zona sur de la ciudad” en apoyo a un paro convocado por entidades agropecuarias durante una semana en abril de 1999. Finalmente, en torno a las formas organizativas multisectoriales, mencionamos algunos ejemplos: en 1998, una convocada por el CECIS y contribuyentes individuales para manifestar su desacuerdo ante un impuesto inmobiliario urbano que se implementó sin previos avisos, medida que contó con aliados institucionalizados tales como el Defensor 14 15 “Movilización de vecinos en Bimaco”. Diario Puntal, 26/03/98, p. 16. Nota en tapa “Marchan a un hipermercado para pedir alimentos”. La nota completa está en Sección Locales, p. 13, acompaña una fotografía de la concentración de vecinos afuera del supermercado VEA de Banda Norte. Diario 02/04/99. 132 • Protestas sociales en la Argentina reciente del Pueblo, dirigentes vecinalistas, el CECIS y legisladores opositores al gobierno provincial. En el 2000, una multisectorial formada por “los universitarios” se manifestó en contra del recorte presupuestario anunciado para la educación superior, con focos en Salta, La Plata y en un contexto de “pobreza” y “falta de alimentos”. Hicieron parte del paro sin asistencia a los lugares de trabajo y de la realización de una marcha, las federaciones que agrupan a la comunidad universitaria y sus distintos estamentos: CONADU por el personal docente, FATUN por los no docentes y la FURC por los estudiantes. Dimensión de la movilización. Demandas y repertorios en el espacio público Como ya se ha reseñado en capítulos anteriores, la movilización refiere a la acción contenciosa en sí misma, es decir, la dinámica concreta de la protesta a través de la irrupción en un tiempo determinado y explicitando una demanda que se manifiesta por un/os canal/es específico/s. Para su abordaje interesan el estudio de las demandas (el para qué de la protesta), los repertorios de acción (las formas en que se visibilizan las protestas), los recursos organizativos a los cuales recurren los actores colectivos para concretar las demandas y la cronología de las protestas (surgimiento y duración). Mientras que referirnos a los actores explora quiénes protestan y de qué forma se organizan, la movilización hace referencia al por qué o para qué, al cómo, con qué y cuándo esos actores se hacen visibles. Toda acción colectiva tiene que cumplir con la condición necesaria de la visibilidad, es decir ser visibles no sólo por aquellos que ocasionalmente pasan por el lugar de la protesta sino también por los demandados y la sociedad en general (Schuster y Pereyra, 2001). Se trata de una condición Protestas sociales en la Argentina reciente • 133 existencial que deben cumplir las acciones colectivas para ser escuchadas y lograr instalarse en la agenda mediática y pública. En este sentido, el espacio público es fundamental para hacer valer la ciudadanía pues es allí donde “los ciudadanos pueden expresarse, peticionar, deliberar, exigir el cumplimiento de sus derechos y garantías básicas”, en definitiva, “alcanzar el reconocimiento como sujetos de una construcción social” (Schuster, 2005, p. 74). Espacio público y ciudadanía son, para el autor, dos conceptos que se necesitan mutuamente por sus implicancias en términos de derechos. Actualmente, según sostiene Schuster (2005) esa articulación se da en forma problemática y conflictiva, en tanto los derechos no son necesariamente garantizados de modo universal por todos los estados a todos los ciudadanos y, por otra parte, las necesidades y demandas se extienden y transforman al punto de que el espacio público es el lugar de redefinición de derechos y garantías. (p. 72) En este escenario y, siguiendo a Carlosena (2017), la comunicación puede ser entendida como un derecho ciudadano, como proceso de interacción que favorece los intercambios de experiencias y proyectos, como constructora de vínculos y propulsora de acciones colectivas transformadoras, facilitadora de los diálogos para conocer lo que pasa en la sociedad, visibilizadora de las demandas, de los sueños y propuestas. (p. 80) Asumida de este modo, es la puerta para la asunción de otros derechos civiles, políticos, sociales y económicos. Permite además argumentar y dotar de sentido a la movilización colectiva ya no solo en términos de demandas y reclamos, sino de propuestas surgidas de las experiencias y las utopías de los movimientos sociales. Veamos entonces qué demandas y recursos fueron puestos en el espacio público por los actores de las protestas sociales en el ciclo 1998–2000. 134 • Protestas sociales en la Argentina reciente Demandas Las protestas se articularon fundamentalmente en torno a demandas vinculadas a la política económica (35) y a cuestiones laborales (16), sumando entre ambas el 44% sobre el total de las acciones registradas. Otras demandas que se destacan en este periodo son las salariales (11), las vinculadas a los derechos humanos (9), la educación (9), el trabajo (7), la seguridad (7) y la justicia (7). En un número más bajo se encuentran protestas que tuvieron como foco de reclamo a la salud (5), la política social (5), el gobierno (3) y la seguridad social (1). En el gráfico 3, podemos observar más detalladamente la distribución porcentual de las demandas. Gráfico 3. Porcentaje de demandas sobre el total de protestas del ciclo 1998–2000 Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Protestas sociales en la Argentina reciente • 135 En relación a las demandas vinculadas a la política económica, en 1998, 9 protestas la tuvieron como protagonista compartiendo la cima con la demanda laboral; en 1999 el número asciende a 15 y en el 2000, si bien baja a 11, sigue ocupando el primer lugar por delante de las demás. Estos números evidencian el nivel de descontento social hacia las decisiones gubernamentales, tanto a escala nacional como provincial, en lo que respecta a lo económico con afectaciones a nivel presupuestario y que repercutieron directamente en la calidad de los servicios públicos y de áreas prioritarias como la salud y la educación. La demanda laboral desciende considerablemente de 1998 a 1999 registrándose nueve protestas en el primer año y solo una en el segundo. En el 2000 ocupa el tercer lugar con 6 casos, apenas por debajo de la demanda por educación que tiene su pico más alto durante este año (9). El reclamo salarial disminuye progresivamente (pasa de 5 en 1998, a 4 en 1999 hasta llegar a 2 en 2000) mientras la demanda por trabajo aumenta de 2 en 1998 a 4 en el año 2000. Para entender por qué sucedió esto es importante tener en cuenta quiénes son los actores de estas protestas. En el año 2000, de las cuatro protestas que tuvieron como foco de demanda al trabajo, tres fueron protagonizadas por desocupados y desocupadas, es decir, el reclamo ya no era sólo por tener mejores condiciones laborales o salarios más altos sino, principalmente, por acceder a puestos de trabajo16. 16 En relación a esto, es importante destacar que el colectivo de trabajadores desocupados de la ciudad de Río Cuarto, además de trabajo, continuidad de planes y la aceleración de trámites para la conformación de cooperativas obreras, también reclamaban por bolsones de comida y subsidios que les permitieran mejorar sus condiciones de vida. Más allá de las lógicas coyunturales de lo que sucedía en el ámbito local, esta diversidad de objetivos tiene su correlato con lo que sucediera en otras ciudades del país con este colectivo de actores que constituyen movimientos de trabajadores desocupados (Artese, 2011). 136 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 4. Demandas del ciclo 1998–2000 por año Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Como podemos observar en el gráfico 4, con el correr de los años se diversifican las demandas y se amplía el espectro de las mismas. En 1998, las protestas se centraron en ocho demandas diferentes (laboral, política económica, derechos humanos, seguridad, trabajo, salud, salarial y educación) y luego se agregan dos por año (en 1999, justicia y política social y en el 2000, seguridad social y gobierno). La demanda por los derechos humanos se mantiene relativamente constante en los dos primeros años (entre 4 y 5) y en el 2000 no se contabiliza ninguna protesta de acuerdo a los registros revisados. Repertorios Con respecto a los repertorios, los tres más recurrentes son: huelga en 45 ocasiones, movilización en 29 y la asamblea en 15 oportunidades lo que significa el 77% de las protestas visibilizadas por Puntal en el ciclo 1998–2000. Por otro lado, el corte de ruta fue implementado en 6 protestas mientras Protestas sociales en la Argentina reciente • 137 que la entrega de petitorios, en 5. En el gráfico 4 podemos observar la categoría otros que en este caso incluye todos aquellos repertorios que se implementaron menos de cinco veces durante el ciclo, por ejemplo, los escraches, tomas, caravanas, apagones, cortes de ruta, radios abiertas, entre otros tantos. Gráfico 5. Porcentajes de cada repertorio sobre el total de protesta del ciclo 1998– 2000 Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. El alto número de protestas en las que se utiliza las huelgas y asambleas como repertorios podemos comprenderlo a la luz de los actores, pues son los trabajadores y trabajadoras quienes adquieren mayor protagonismo durante este ciclo. Estas dos metodologías implementadas les permiten hacer visibles sus reclamos, no asistiendo a sus lugares de trabajos o bien manteniendo reuniones asamblearias, cualquiera sea 138 • Protestas sociales en la Argentina reciente el caso, ponen un alto a su jornada laboral y llaman la atención de sus demandados. Así como estos repertorios son una herramienta para trabajadores y trabajadoras, la movilización se convierte en un repertorio al que la ciudadanía en general o grupos específicos como empresarios, familiares y amigos o estudiantes acude para hacer visibles sus reclamos. Veamos ahora qué sucede al interior del ciclo con los repertorios más implementados. La huelga se mantiene en el primer lugar durante los tres años: en 1998, 13 protestas usaron este repertorio; mientras que en 1999 y 2000, se implementó en 16 oportunidades cada año. Por ejemplo, en el año 1998 varias de las acciones de protesta protagonizadas por el personal bancario en reclamo por la unificación de entidades en el Banco Social y el planteo de la desafectación de trabajadores y trabajadoras y su traslado a otras dependencias públicas provinciales sin reconocimiento de la antigüedad, motivó huelgas y asambleas en los lugares de trabajo y en zonas céntricas como la Plaza Roca para visibilizar la demanda. En abril de 1999 y durante tres días se produjo un paro convocado por entidades gremiales del sector agropecuario (Federación Agraria Argentina, Sociedad Rural Argentina, Confederación Rural Argentina y Coninagro) que produjo la “no comercialización de productos ni actividades comerciales y bancarias”. El hecho que desencadena la protesta es la “insuficiencia de las respuestas dadas por el gobierno nacional a los requerimientos del sector”, en un contexto en que el secretario de Agricultura, Pesca y Alimentación era el sucesor del riocuartense Gumersindo Alonso. La medida fue acompañada por “entidades del comercio y la industria, transportistas, acopiadores y consignatarios”17. Otro ejemplo del año 2000 es con los empleados y empleadas vinculados al Poder Judicial de la provincia que 17 “El campo cierra sus tranqueras”, sección Economía, p. 14. Diario Puntal, 19/04/99. Protestas sociales en la Argentina reciente • 139 mediante asamblea decidieron ceses de actividades para reclamar la inclusión de partidas relacionadas a ascensos y movilidad de la planta laboral en el presupuesto 2001 y poner en la agenda pública “el estado de emergencia en que se encuentra la justicia”18. La movilización, por su parte, pasó de ser utilizada en 5 ocasiones al inicio del ciclo a un pico de 14 en 1999, hasta llegar a 10 en el 2000. A este repertorio acuden fundamentalmente aquellos actores cuyas formas organizativas son autoconvocadas como los casos de desocupados y desocupadas, ciudadanos y ciudadanas que reclaman justicia ante hechos de violencia o accidentes, organizaciones de derechos humanos, entre otras. Por ejemplo, el 30 de noviembre de 1999, familiares y amigos de dos jóvenes que protagonizaron un accidente en la vía pública, se movilizaron ante la liberación de uno de los imputados tras el pago de la fianza. En la ocasión se exhibieron “carteles con los rostros de los demandados y el pedido de justicia”19. Este tipo de repertorios también es utilizado por las multisectoriales para mostrar la correlación de fuerzas, tal el caso del sector educativo universitario que en noviembre de 2000 marcha por las calles de la ciudad en reclamo de la deuda que el gobierno nacional mantiene con las universidades y en contra de los anuncios a posibles recortes presupuestarios20, (Nota Puntal, 7 de noviembre de 2000). El repertorio asambleario tuvo su pico más alto en 1998 cuando se efectuaron 7 protestas con este formato, luego descendió a 2 y hacia finales de ciclo volvió a tomar fuerza ya que en el año 2000 se usó en 6 oportunidades. Se trata de una metodología de protesta que prevalece entre 18 19 20 “Los empleados judiciales pararon por una hora”, sección Información General, p. 18. Diario Puntal 01/08/2000. “Marcharon por Rita y Milena”, sección Información General, p.15. Diario Puntal, 22/10/99. “La Universidad cierra sus puertas para reclamar por el presupuesto”, sección Información General, p. 15 y “No al recorte”, foto y nota en tapa, p. 1, Diario Puntal de los días 7 y 8 de noviembre de 2000. 140 • Protestas sociales en la Argentina reciente las trabajadoras y los trabajadores de los más diversos sectores (educación, salud, etc.) pues de las 15 asambleas realizadas en el ciclo, 12 fueron efectuadas por estos actores, lo que equivale al 80% de las mismas, un porcentaje considerablemente alto. En dos ocasiones fueron empleadas por estudiantes y en un solo caso, por ciudadanos y ciudadanas. Un hecho que amerita que nos detengamos es el incremento del número de cortes de ruta o calles de la ciudad hacia el año 2000. Mientras que en 1998 y 1999 sólo se contabiliza una protesta por año con este formato, hacia inicios del nuevo siglo, fueron 4 en las que se implanta esta modalidad para hacer visibles los reclamos. Esto podría interpretarse en correlato con lo que sucede a nivel nacional donde también se observa el crecimiento de este tipo de formato en las protestas de este periodo debido a que son trabajadores y trabajadoras desocupados quienes empiezan a ganar las calles haciendo visibles sus reclamos. Sin embargo, esto no sucede en la ciudad de Río Cuarto. De los 6 cortes de la vía pública que se registran en este ciclo, solo uno es protagonizado por estos actores (específicamente, en 1998) mientras que los cinco restantes fueron realizados en cada caso por un actor diferente (estudiantes, trabajadores, empresarios del agro, etc.). Esto significa que, a partir de los datos relevados, no podemos encontrar una relación directa entre el aumento del uso de este repertorio y el incremento de notoriedad que van ganando los desocupados y las desocupadas en la esfera pública local. Aunque resulta interesante la creatividad de los formatos empleados por estos actores que van desde tomas de espacios públicos como la catedral hasta mateadas con los funcionarios. Protestas sociales en la Argentina reciente • 141 Cómo se comunica el conflicto en la prensa gráfica. Una lectura integrada Antes de pasar a las Consideraciones Finales de este capítulo, queremos destacar en este apartado algunas reflexiones a modo de integración de las distintas dimensiones de análisis que se tuvieron en cuenta para identificar las protestas sociales, particularmente en el ciclo 1998–2000. En relación a los actores protagonistas de las acciones de protestas del ciclo 1998–2000, decíamos que son los trabajadores y trabajadoras quienes “ganan” el espacio público con repertorios diversos, combinando la asistencia a los lugares de trabajo, con la realización de asambleas, con paros de actividades en períodos variables y con movilizaciones para visibilizar y darle más legitimidad a los reclamos. Varias de las protestas analizadas se movilizan no solo para pedir mejoras en las condiciones laborales de los protagonistas, sino que las demandas son más amplias: más presupuesto, mejor educación, sistema de salud, o justicia, reducción de la pobreza, y trabajo. Puede decirse que los trabajadores y las trabajadoras en relación de dependencia, así como aquellos desocupados y desocupadas que demandan en el espacio público por comida y trabajo, amplían el espectro de las protestas, poniendo de relieve las tramas políticas, económicas y sociales de acontecimientos protagonizados por actores institucionales en distintos niveles y con afectación en áreas sensibles para la población. Las formas organizativas institucionalizadas mediante sindicatos, gremios y multisectoriales fueron a su vez las predominantes en el ciclo analizado. Los actores agrupados fueron parte de las voces protagonistas, realizando acciones de protestas a través de varios repertorios de acción y convocando a su vez a aliados institucionales de relevancia como concejales, cúpulas policiales, legisladores provinciales, intendentes, secretarios o rectores. Si consideramos los factores de valor noticioso, aquellas protestas que se realizaron en la ciudad de Río Cuarto, 142 • Protestas sociales en la Argentina reciente ganan el protagonismo en la cobertura que el medio Puntal realiza. Sea a través de fotografías, de la aparición de los anticipos en tapa, de los testimonios relevados, o a través de los seguimientos informativos por varios días, y de las repercusiones de las acciones en distintos ámbitos de la cotidianeidad citadina. Este protagonismo en ocasiones coincide con acciones de protesta que suceden a nivel provincial y/o nacional, y que son mencionadas en las notas periodísticas para situar lo que acontece a nivel local. En relación al despliegue del contenido, la mayoría de las notas identificadas forman parte de la sección que el medio menciona como de “Información general”. Es decir, más allá de que las demandas sean por cuestiones laborales, en defensa de la educación o de la salud, en reclamo al Estado por mejores condiciones para la prestación de servicios, las notas se ubican mayoritariamente en la sección mencionada. Una diferencia en tal sentido puede encontrarse con aquellas notas de demandas de justicia ante hechos delictivos o accidentes, que se ubican en la sección de Policiales. Lo anterior, de algún modo, abona a la idea de que es tan importante estudiar la protesta en sí, sus componentes y repercusiones, como el modo en que se la tematiza y encuadra a través de la prensa gráfica en la investigación que realizamos, aspecto que no fue parte de los objetivos de conocimiento, y que requeriría otras entradas y análisis en trabajos posteriores. Consideraciones finales Este ejercicio de análisis del ciclo 1998–2000 nos ha permitido arribar a algunas reflexiones en torno a la producción de sentidos acerca de las acciones colectivas, objeto de interés. Cuestión que quizás no aparece con tanta fuerza en el planteo inicial del proyecto y en el enfoque propuesto, centrado directamente en las protestas sociales del período Protestas sociales en la Argentina reciente • 143 1989–2003, dando por sentada esa construcción que realiza el medio de comunicación. Siguiendo los planteos de Berti y Cantú mencionados con anterioridad podríamos decir que el proyecto está enfocado en la protesta y su articulación con los movimientos sociales y no en el circuito comunicacional que construye ese hecho en acontecimiento noticioso. Creemos que una mirada transversal que permita encontrar elementos de análisis en tal sentido enriquecería el enfoque sobre las acciones colectivas. Por caso, nos gustaría compartir a modo de notas finales, algunos de tales indicios sobre los cuales sería interesante indagar. Si nos focalizamos en la dimensión situada, es decir en el encuadre de las acciones de protesta, el ejercicio de análisis podría ir en la línea de cotejar cuáles han sido los acontecimientos que a mayores escalas se han registrado, si se encuentran en secciones cercanas (en el caso de la prensa) o no a las que contienen a las protestas. Es decir, si le permiten al lector o a la lectora un ejercicio de relacionamiento o de contextualización de las acciones colectivas. Si nos enfocamos en la dimensión de los actores, nos puede interesar, como de hecho ocurre en el relevamiento del que participamos, cuál es la denominación con que aparecen en los medios, cómo se visibilizan las alianzas que se van tejiendo, si los elementos gráficos (tales como las fotografías) retratan otorgándole rostros a quienes participan de las protestas. Así mismo resultaría interesante analizar el modo en que aparece asociado el concepto de “protesta” en las notas periodísticas, si a los actores que participan, las demandas o los repertorios empleados. Esto último se podría traducir en la pregunta: ¿a qué dimensión de los estudios sobre protestas sociales se le otorga mayor valor noticioso o se valora a los fines de convertir a la protesta en hecho noticioso? Finalmente, si vamos por el lado de la movilización, es decir de las acciones en sí mismas, de los repertorios empleados aquí también nos puede interesar cómo se construyen tales elementos relacionados a la movilización en 144 • Protestas sociales en la Argentina reciente términos del hecho periodístico, si aparecen elementos gráficos que acompañan, qué se destaca de esta dimensión21. Es decir, consideramos que una problematización sobre las construcciones de sentidos para los estudios acerca de las protestas sociales a partir de hechos noticiosos podría resultar un aporte significativo para enriquecer y problematizar la mirada pública sobre las acciones colectivas. Referencias Arriaga, A. et al. (2012). Un estado en transición: Córdoba ante el embate neoliberal. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. Solis. (Comps.), La protesta frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 25–63). Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. Artese, M. (2012). Violencia política y protesta social en la Argentina de fin de siglo. Un estudio aplicado a los cortes de ruta. Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad, XIX(52), 171 – 193. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/espiral/v19n54/v19n54a6.pdf. Berti, S. y Cantú, A. (2020). Entre la calle y la pantalla. Reflexiones sobre la mediatización de la protesta. 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A 50 años. Repensando el ciclo de protestas. Buenos Aires, Argentina: CLACSO/ Córdoba. Editorial de la UNC. Maldonado, G. y Finola, A. (2017). Ciudad y modernización agropecuaria. Río Cuarto como plataforma para la territorialización de las transformaciones agropecuarias. Boletín de Estudios Geográficos, 107. Martín–Barbero, J. (2010). Comunicación, espacio público y ciudadanía. Revista Folios, 23B Edición especial, 37–51. Mata, M. (2002). Comunicación, ciudadanía y poder. Pistas para pensar su articulación. Revista Diálogos, 64, 64–76. Retamozo, M. (2011). Movimientos sociales, política y hegemonía en Argentina. Revista Polis, 10 (28). 243–279. Reynoso, C. (2017). “Movimiento” autoconvocados en la ciudad de Río Cuarto 1989–2002. Un estudio exploratorio de su génesis y dinámica (Tesis de maestría). Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto, Río Cuarto, Argentina. Schuster, F. y Pereyra, S. (2001). 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Buenos Aires, Argentina: Editorial Patria Grande. 2001-2003: ribetes de la multicrisis y las protestas sociales situadas MARÍA VIRGINIA QUIROGA E IVÁN BAGGINI Resumen El ciclo 2001–2003 resulta especialmente significativo en la historia argentina reciente porque constituyó un hito en las luchas sociales contemporáneas y marcó una inflexión en las lógicas neoliberales predominantes desde la última dictadura cívico militar en adelante. Se trató de una etapa de profunda conflictividad, con numerosas protestas sociales portadoras de demandas que hacían eco del rechazo a las medidas de ajuste económico y a las instancias y canales tradicionales de representación y participación política. En ese marco, el presente capítulo recoge la pretensión de extender la mirada e interpretación de los hechos ocurridos en las grandes urbes, principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hacia espacios locales de la provincia de Córdoba: concretamente la ciudad de Río Cuarto. En esa senda, se procura dar cuenta de algunas de las dimensiones implicadas en las protestas, a saber: la frecuencia de las acciones colectivas, los actores sociales que se movilizaron, las formas de organización, los repertorios de la acción contenciosa y las demandas que se plantearon, en miras a construir una aproximación “situada” de los ribetes de la multicrisis en la escala local. 147 148 • Protestas sociales en la Argentina reciente Introducción El ciclo 2001–2003 resulta especialmente significativo en la historia argentina reciente porque constituyó un hito en las luchas sociales contemporáneas y marcó una inflexión en las lógicas neoliberales predominantes desde la última dictadura cívico militar en adelante. Entendemos, entonces, a este período como una multicrisis generalizada (Calderón, 2012) que desestabiliza el orden social, político y económico vigente; es decir, no sólo se trataría de un desequilibrio económico y financiero, sino también de lesivas consecuencias sociales y profundas dificultades de orden político institucional. En ese sentido, cabe destacar que, entre los meses de agosto de 2001 y febrero de 2002, la conflictividad social se reveló con especial notoriedad. Durante ese lapso se desencadenaron fuertes cuestionamientos y denuncias por la compleja situación macroeconómica del país y también se visibilizaron las problemáticas cotidianas que, a lo largo y ancho del territorio nacional, atravesaban distintas familias para satisfacer sus necesidades básicas. En vinculación con ello, esta coyuntura mostró la extensión de diversas protestas sociales con un heterogéneo abanico de repertorios de acción y demandas de transformación. Las mismas hacían eco del rechazo a las medidas de ajuste económico y a las instancias y canales tradicionales de representación y participación política. ¡Ya Basta!, ¡Que se vayan todos!, ¡Bancos y políticos corruptos!, Neoliberalismo, ¡nunca más!… eran algunas de las consignas que resonaban con vehemencia en las sucesivas movilizaciones, piquetes y asambleas barriales de aquellos meses. Por su parte, entre julio de 2002 y abril de 2003, advertimos, en general, un amesetamiento en la frecuencia de las acciones colectivas. Si bien fue en enero de 2002 que se logró confirmar a un nuevo presidente (Eduardo Duhalde, designado por el Congreso para culminar el mandato de Fernando de la Rúa), fue recién, a partir de mediados de ese año, que amainó la crispación social. Tal como se analiza Protestas sociales en la Argentina reciente • 149 en apartados siguientes, ello se vincularía con un amplio abanico de estrategias de contención (desde iniciativas en favor de recuperar la “normalidad” económico institucional, hasta la represión y criminalización de las protestas, y la masificación de los programas sociales). Vale recordar que, en mayo de 2003, asumió el nuevo presidente, Néstor Kirchner, electo por voto popular, dando paso a una nueva etapa de gestión estatal. Nos interesa destacar, además, la existencia de una profusa producción académica sobre la etapa bajo estudio, que, si bien focaliza en aspectos diferenciales (la economía, el proceso histórico, la crisis de representación, la dinámica de la movilización, entre otros tópicos), tiende a coincidir en la desestructuración a la que aludíamos. Es decir, la mayoría de las investigaciones sostiene que la multicrisis del 2001 marcó un hecho histórico a nivel estructural, como también en la dinámica de las prácticas sociales y en la subjetividad de múltiples ciudadanos y ciudadanas de Argentina. A su vez, resulta notorio que dicha prolífera producción tiende a centrar la mirada en las áreas metropolitanas y capitalinas. En consonancia con ello, son escasos los análisis del devenir de la crisis y las reacciones que suscita en las ciudades intermedias del interior del país, especialmente en aquellas que conservan un perfil agropecuario y de servicios. Al respecto, la investigadora Mónica Gordillo (2010) advierte sobre la necesidad de rastrear la historicidad y la multiescalaridad de los acontecimientos del período; es decir, reconstruir las huellas anteriores que incidieron en las jornadas épicas del 19 y 20 de diciembre del 2001 y, asimismo, procurar dar cuenta de las conexiones y tensiones a lo largo y ancho del país. El presente capítulo recoge, entonces, la pretensión de extender la mirada e interpretación de los hechos ocurridos en las grandes urbes, principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hacia espacios locales de la provincia de Córdoba: concretamente la ciudad de Río Cuarto. En esa senda, se procura dar cuenta de algunas de las dimensiones 150 • Protestas sociales en la Argentina reciente implicadas en las protestas, a saber: la frecuencia de las acciones colectivas, los actores sociales que se movilizaron, las formas de organización, los repertorios de la acción contenciosa y las demandas que se plantearon, en miras a construir una aproximación “situada” de los ribetes de la multicrisis en la escala local. Así, analizar la protesta, nos conduce al desafío de, por un lado, considerar los procesos nacionales y provinciales de manera relacional y conectada con el contexto local y, por el otro, reconocer aquellas singularidades que tuvo la acción contenciosa en las dimensiones elegidas para su estudio. En cuanto a la organización del texto, el primer apartado se dedica a la contextualización general de la coyuntura crítica asociada a la crisis del 2001, hasta reparar en los aspectos específicos que atañen a la ciudad de Río Cuarto. A su vez, se hace especial hincapié en la particular frecuencia de las protestas en la escala local, atendiendo a sus posibles vinculaciones con el entorno. En una segunda parte, se caracteriza a los actores movilizados y sus formas predominantes de organización. En el tercer apartado, se exhiben los principales repertorios de acción y las demandas planteadas. Por último, se incluyen algunas reflexiones finales, enfatizando los hallazgos centrales y las líneas futuras de indagación. Momento histórico y emergencia de las protestas Al caracterizar el contexto bajo estudio, partimos de remarcar su relevancia para la historia argentina reciente. Tal como anticipábamos, se trata de un período de multicrisis (Calderón, 2012) en el que emergieron diversos cuestionamientos acerca de las relaciones políticas, los patrones institucionales y los modelos de desarrollo que parecían haberse normalizado y estabilizado a lo largo del tiempo (Capoccia y Kelemen, 2007). Esta multicrisis marcó, justamente, una inflexión en el predominio del orden Protestas sociales en la Argentina reciente • 151 neoliberal (Pérez, 2010; Magrini y Quiroga, 2012; Pucciarelli y Castellani, 2014). A nivel nacional, desde 1999, gobernaba la coalición política denominada “Alianza” (conformada por los partidos Unión Cívica Radical y Frente País Solidario). El presidente Fernando de la Rúa había sostenido, durante su campaña, un discurso sumamente crítico con el gobierno anterior (de Carlos Menem); no obstante, en lo sustancial, el discurso neoliberal siguió articulando la formación política. En armonía con las recomendaciones de los organismos financieros internacionales, se aplicaron distintas medidas de ajuste, las cuales implicaron congelamiento del gasto público, reducción de salarios, recortes al presupuesto educativo, entre otras. Ello profundizó el deterioro de las condiciones socio económicas de diversos sectores sociales. En la provincia de Córdoba, el año 1999 había significado un corte con la hegemonía política de la Unión Cívica Radical (UCR) imperante desde 1983, a través de la elección de José Manuel de la Sota en el marco de la coalición peronista Unión por Córdoba (UpC). La gestión delasotista se había caracterizado por profundos cambios en las estructuras y funciones del Estado, a partir de un conjunto de disposiciones legales con la finalidad de introducir un modelo gerencial en la administración pública en alianza con el capital privado. Esta política se plasmó en la privatización de empresas estatales, la participación de sectores productivos en la gestión pública, entre otras acciones gubernamentales, acompañadas de algunas medidas sociales destinadas a mitigar la problemática del desempleo como el Plan Primer Paso y el Volver al Trabajo, entre otras (Arriaga et al., 2012). Es preciso advertir aquí que estos lineamientos, identificados con el discurso neoliberal, permitieron reconocer consonancias entre las medidas del Ejecutivo Nacional (tanto con Menem, como con De la Rúa) y el proyecto político del gobernador de Córdoba (Arriaga et al., 2012; Reynares, 2014). No obstante, más allá del clima general de inestabilidad política, económica y social; no hubo un desplazamiento de la elite gobernante en el nivel provincial. La coalición UpC y el 152 • Protestas sociales en la Argentina reciente sector privado mantuvieron su hegemonía en el juego político y continuaron pregonando la introducción del Estado en una lógica empresarial de mercado (Reynares, 2014). En sintonía con la provincia, la ciudad de Río Cuarto también había vivenciado, en 1999, el recambio de fuerzas políticas en la intendencia, que pasó de la UCR1 a UpC bajo gestión del intendente Alberto Cantero (1999–2003). Particularmente, Río Cuarto no estaba exenta de las problemáticas que atravesaba la Argentina en ese entonces. Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda del año 2001, la cantidad de habitantes del Departamento Río Cuarto con necesidades básicas insatisfechas correspondía al 11,1% (25.402 personas de un total de 227.877 censados); mientras que la población en condición de desempleo representaba el 23,50% (equivalente a 23.576 habitantes). En esa misma línea, diversas noticias en el periódico local (Diario Puntal) advertían sobre el crecimiento de la pobreza2, el desempleo3, la desigualdad social4 y la recesión económica5. A su vez, algunos testimonios de funcionarios 1 2 3 4 5 Desde el retorno a la democracia la ciudad fue gobernada por Miguel Ángel Abella (1983–1991) y Benigno Antonio Rins (1991–1999) ambos por la UCR, cumplimentando cada uno dos mandatos. En 1999 tuvo lugar el triunfo de Alberto Cantero,poreljusticialismo cordobés,conunsolomandatohasta2004. Durante el primer semestre del 2001 encontramos notas del periódico que apuntan a la creciente demanda de ayuda social al Municipio (por ejemplo: “31% de la población, es decir, 50.000 personas del total de los habitantes perciben algún tipo de ayuda social municipal” Puntal, 16/05/2001). Hacia fines del 2001, el diario destaca el crecimiento de los indicadores de pobreza que alcanzarían al 30% de los riocuartenses (Puntal11/12/2001). En diciembre de 2001 el periódico Puntal alude a un crecimiento del 35% en los índices de desempleo; además, registra los numerosos pedidos de seguros en ANSES y las solicitudes masivas en el marco del programa nacional nuevo empleo (Puntal,edicionesdeenerode2002). “Los ricos ganan 23 veces más que los pobres en Río Cuarto” (Puntal, 06/09/2001). “En Río Cuarto los ricos ganan 38 veces más que los pobres”, citando estimaciones delINDEC(Puntal,22/05/2002). LasedicionesdePuntaldemediadosdel2001registranlascaídasenlarecaudación municipal producto de los recortes a nivel nacional y provincial. También se habla del “cierre de cincuenta empresas en un año” (Puntal, 15/06/2001) y “caídas del ordendel5porcientoenlasventasdelcomercio” (Puntal,24/06/2001). Protestas sociales en la Argentina reciente • 153 locales y referentes territoriales6 trazaron un diagnóstico crítico de la situación económica y política durante aquella coyuntura: fuerte incremento de la deuda externa, achicamiento del gasto público, recesión, desocupación, ampliación de la brecha social, crisis de representación, entre otras problemáticas. Ante este panorama, las reacciones sociales no tardaron en visibilizarse en todo el país. Como hitos conflictivos del período cabe destacar las manifestaciones, en diversas localidades, en contra del plan de ajuste anunciado por el flamante ministro de Economía Ricardo López Murphy (marzo 2001); las huelgas y marchas en oposición a los recortes en los salarios públicos implementados por el nuevo ministro Domingo Cavallo (agosto 2001); los altos porcentajes de abstencionismo electoral y el protagonismo del “voto bronca” en ocasión de las elecciones legislativas (octubre 2001)7; y, finalmente, los fuertes rechazos a la medida conocida como “corralito”8 (diciembre 2001). Vale recordar que el día 13 de diciembre de 2001, las confederaciones de trabajadores declararon un paro general, con alto acatamiento en todo el territorio nacional. A su vez, se vivían jornadas de movilización permanente en repudio al Gobierno de De la Rúa y al modelo de ajuste vigente. El Ejecutivo respondió declarando el Estado de Sitio, lo que aumentó el descontento popular y culminó con una masiva marcha hacia los lugares símbolos del poder político durante los días 19 y 20, especialmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como consecuencia, el presidente De la Rúa 6 7 8 Dichas expresiones formaron parte de la actividad “Ciclo de Conversatorios en Red: El 2001 en las miradas locales”, desarrollada en noviembre de 2021 entre la UNVMylaUNRC.Almismotiempo,serecuperaronenunciacionesvertidasenel DiarioPuntal(edicionesdediciembrede2021)a20añosdelossucesosdel2001. En la provincia de Córdoba “los votos nulos, blancos o recurridos, definidos como “voto protesta”, alcanzaron el 18.5%” (Gordillo et al., 2012, p.154, comillas originales); por su parte, en Río Cuarto el voto negativo fue del 17% (Puntal, 15/10/2001). El corralito remitía a un virtual congelamiento de los depósitos bancarios afectando tanto las cuentas de ahorros como la libre disposición del dinero de los salarios. 154 • Protestas sociales en la Argentina reciente abandonó el cargo y se sucedieron “los locos diez últimos días de diciembre de 2001”9 (Ansaldi, 2004, p.27). En este marco contextual es posible situar la emergencia de protestas sociales que, en la escala local, pretendían visibilizar la gravedad de la crisis y pugnar por opciones de transformación (de diversa magnitud y sentido). Según el diario Puntal, en Río Cuarto se registraron 100 protestas entre enero de 2001 y mayo de 2003 (46 en el 2001, 40 en el 2002, y 14 en el lapso enero mayo de 2003). Gráfico 1. Cantidad de protestas por año y por meses 9 Dicha frase alude al frenético ritmo en que se desarrollaron los cambios en el ejecutivo nacional. Al no haber vicepresidente en funciones (ya que Carlos Álvarez había renunciado en octubre del año 2000), el cargo quedó interinamente en manos de Ramón Puerta (en su condición de presidente de la Cámara de Senadores); luego, el Congreso nombró a Adolfo Rodríguez Saá (entonces gobernador de la provincia de San Luis), quien unos días más tarde fue reemplazado por Eduardo Camaño (en calidad de presidente de la Cámara de Diputados). Finalmente, el 2 de enero de 2002, se nombró al senador Eduardo Duhalde con mandato hasta diciembre de 2003. Protestas sociales en la Argentina reciente • 155 Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Al respecto podemos notar que los picos en la frecuencia de la movilización social correspondieron, en primer lugar, a los meses de agosto y diciembre del año 2001, con 9 y 10 protestas respectivamente. En agosto, las acciones colectivas acompañaron el rechazo nacional a los recortes en los salarios públicos, de allí que resultaron mayormente protagonizadas por trabajadores y trabajadoras estatales en el marco de sus sindicatos. En diciembre, destacó la confluencia de varias iniciativas a lo largo de diferentes espacios de la ciudad, con protagonismo de los citados actores además de la ciudadanía autoconvocada, y empresarios y empresarias del agro y el comercio. Cabe resaltar las caravanas y movilizaciones durante la jornada del 19 de diciembre, los cacerolazos del día 20 e, incluso, los primeros intentos de saqueos en dos supermercados10. A diferencia de lo que sucedía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, no se registraron enfrentamientos ni hechos de violencia (Giarracca et al., 2007). La dirigencia local respondió con un reforzamiento de las partidas sociales y se mostró abierta a las demandas y reclamos que, hasta ese momento, 10 Hablamos de “intentos” porque dichas iniciativas no lograron consumarse. Tanto los relatos de funcionarios locales, como las noticias en diario Puntal, refieren al reforzamiento de las partidas sociales para evitar saqueos. “El Municipio anunció la entrega de 5 mil cajas con mercadería, con la colaboración de la Provincia y de algunos hipermercados” (Puntal, 7/12/2021). 156 • Protestas sociales en la Argentina reciente se centraban primordialmente en el orden nacional: “Contra la recesión y el empobrecimiento” (Puntal,19/12/2001); “Basta”, “Fuera Cavallo”, “políticos corruptos” “Río Cuarto unido” (Puntal, 20/12/2001). Durante enero y febrero de 2002, persistió el clima de movilización permanente y “la tensión social llegó a su nivel más elevado” (Puntal, 7/12/2021). Por aquel entonces se desarrollaron las iniciativas de mayor intensidad en la ciudad, principalmente manifestaciones y cacerolazos en contra del intendente Alberto Cantero y los concejales, e, inclusive, se impulsaron algunos escraches frente a reparticiones públicas y viviendas de referentes partidarios. En esta línea, destacamos los sucesos del 17 de enero, ocasión en que el Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios (CECIS) organizó una masiva marcha que derivó en un brote de violencia inusitada para Río Cuarto11. La sede del poder legislativo fue el epicentro de las protestas: “Los manifestantes causaron destrozos y pintadas (…) Algunos concejales tuvieron que retirarse por la puerta secundaria del recinto para evitar ser alcanzados por los vecinos” (Puntal, 9/12/2021). Tal como relata el entonces presidente del Concejo Deliberante: “Fue una situación dura e imprevisible, ya que en Río Cuarto no percibíamos el clima social que a uno le llegaba a través de los medios, algo que comenzó con la renuncia de De la Rúa” (Puntal, 9/ 12/2021). Para atenuar el malestar, el conjunto de ediles acordó recortar sus dietas a la mitad12 y el intendente se comprometió a una reforma política que pretendía reducir concejales, tribunos, sesionar todo el año y la elección directa del defensor o defensora del pueblo. No obstante, la conflictividad no cesó y durante las jornadas del 25 de enero y el 14 de febrero se desarrollaron 11 12 Como saldo se registraron 14 detenidos y 7 policías heridos (Puntal, 18/1/ 2002). Las protestas frente al Concejo Deliberante iniciaron con la presentación de un petitorio (que, entre otras cuestiones, planteaba justamente que los concejales y las concejalasganaranlomismoqueundirectorodirectoradeescuelaprimaria). Protestas sociales en la Argentina reciente • 157 nuevas movilizaciones y cacerolazos, aunque sin incidentes y en sintonía con convocatorias nacionales (Puntal, 26/1/2002 y Puntal, 15/2/2002). El clima contencioso de enero, febrero y mayo de 2002 fue aminorando. En este último mes, el empresariado agropecuario fue el sector que se mostró activo, en reacción a la medida nacional que reintrodujo las retenciones a las exportaciones de productos primarios (en el caso de Río Cuarto llevaron adelante siete protestas con diferentes repertorios). Desde junio de 2002 hasta finales de año, es posible reconocer un amesetamiento de las acciones colectivas; en el caso de nuestra ciudad solo contabilizamos dos o tres protestas mensuales13. Ello podría vincularse con el paulatino proceso de recomposición del sistema político argentino, que respondería a tres factores clave: el disciplinamiento económico y fiscal; la masiva distribución de planes sociales; y el aumento de la represión de los conflictos y movilizaciones sociales (Ansaldi, 2003; Burkart et al., 2008; Quiroga, 2017). En el nivel local, algunos funcionarios de la época destacan sobremanera la asistencia a los sectores más desfavorecidos como una vía eficaz para contener las protestas14. Hacia el año 2003 la frecuencia de las protestas locales continuó con bajos registros, salvo durante el mes de marzo (con varias iniciativas protagonizadas por trabajadores y trabajadoras de la educación). Tratándose de un año electoral, la mirada recayó en las urnas: en mayo, Néstor Kirchner fue proclamado presidente (tras no presentarse Menem al ballotage) y, en junio, De la Sota resultó reelecto como gobernador. Si bien éste no logró apoyo en sus aspiraciones presidenciales, sí se consolidó 13 14 El pico de protestas durante ese lapso se registra con tres iniciativas en junio, en sintonía con el nivel nacional. Se trataba del repudio a la represión en Puente Pueyrredón (que une la ciudad de Buenas Aires con la localidad de Avellaneda), que se cobró las vidas de los militantes Kosteki y Santillán en manos de las fuerzas policiales. Resultan ilustrativas las palabras del entonces subsecretario de promoción social: “LasmedidasquesetomarondesdeeliniciodelagestióndeCanterosirvieronpara atenuarelimpactodelestallido dediciembrede2001”(Puntal,8/12/2001). 158 • Protestas sociales en la Argentina reciente en la gobernación con la mayoría de los votos en la primera vuelta electoral. En el ámbito local, la contienda por la intendencia llegará recién en el 2004, ocasión en la que el intendente Cantero no logró ser reelegido y el radicalismo retornó al poder municipal. Actores sociales movilizados y formas predominantes de organización Teniendo presente que el actor colectivo dinamiza de manera contenciosa la protesta y es su principal protagonista, se destacan durante este período a los trabajadores y las trabajadoras con 49 protestas y, luego, a ciudadanos y ciudadanas con 21 iniciativas, y vecinos y vecinas con 11, incrementándose estos últimos dos a lo largo del año 2002. Le siguen en orden decreciente la protesta de empresarios y empresarias con 7, estudiantes con 6 y personas desocupadas, por un lado, y familiares y amistades, por otro, con 3 acciones conflictivas cada uno de ellos. Gráfico 2. Principales actores protagonistas de las protestas 2001–2003 Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. En conjunto se puede afirmar que los actores que más protestaron fueron trabajadores y trabajadoras, ciudadanos Protestas sociales en la Argentina reciente • 159 y ciudadanas, vecinos y vecinas con un total de 81 iniciativas, seguidos por un segundo grupo integrado por empresarios y empresarias, estudiantes, desocupados y desocupadas, familiares y amistades que totalizaron 19 protestas. Resulta interesante señalar que los trabajadores y las trabajadoras siguen siendo el actor más contencioso durante todo este ciclo concentrando el 49% del protagonismo, lo que denota las consecuencias de la crisis a nivel local durante esos años. Una mención especial dentro de estos últimos lo tuvieron los docentes y no docentes de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), quienes conjuntamente con los estudiantes desarrollaron un activo plan de lucha en defensa del presupuesto universitario ante los ajustes anunciados en marzo de 2001 por el entonces ministro de Economía Ricardo López Murphy que afectaban directamente al sistema público educativo. En varias oportunidades esas iniciativas contaron con el apoyo de la ciudadanía en general, y desplegaron sus reclamos por diversos espacios de la ciudad. Luego, las acciones colectivas a nivel país y provincia se intensificaron en el segundo semestre, acompañando el rechazo al “déficit cero” del nuevo mandatario de economía, Domingo Cavallo, y los recortes salariales. En consonancia con lo que registra Gordillo (2010) para la ciudad de Córdoba, en los álgidos meses de agosto a diciembre de 2001, Río Cuarto destaca por diversas protestas de trabajadores y trabajadoras, principalmente en el marco de sus sindicatos. Se puede ilustrar este clima de malestar económico y social generalizado con la convocatoria a una caravana de protesta, para el día 19 de diciembre de 2001, por parte del Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios (CECIS) y personas autoconvocadas del sector comercial (Puntal, 13/12/2001), a la que se sumaron, como organizadores, la Sociedad Rural Argentina (SRA) y productores y productoras del agro. Durante enero y febrero de 2002 persistió la participación de los empresarios y empresarias de la rama agropecuaria y del comercio que se agrupaban en el CECIS (Puntal, 17/01/2002), quienes pretendían 160 • Protestas sociales en la Argentina reciente diferenciar sus iniciativas de aquellas protagonizadas por los y las comerciantes independientes y la ciudadanía autoconvocada.15 Particularmente, el empresariado agropecuario se mostró activo entre abril y mayo de 2002, en reacción a la medida nacional que reintrodujo las retenciones a las exportaciones de productos primarios. Por su parte y según lo señala Reynoso (2017), las acciones de protesta que venían desarrollando los y las comerciantes autoconvocados y autoconvocadas desde el año 2000 en disidencia con la política del CECIS, contribuyó a que la crisis del año siguiente nucleara a su alrededor a un conjunto amplio de representantes de la sociedad civil no vinculados exclusivamente a la actividad mercantil, dando nacimiento a los ciudadanos autoconvocados de Río Cuarto. Emergió, de ese modo, un actor colectivo que tuvo un protagonismo relevante durante el ciclo de protesta; el cual, conjuntamente con el movimiento de vecinos y vecinas, interpeló las formas institucionales clásicas de hacer política y desarrolló, a través de las asambleas, una dinámica de participación social que fue inédita en la vida política argentina. La forma en que los citados actores organizaron su protesta es otra dimensión de análisis que no debe soslayarse. A partir del relevamiento y procesamiento de la información periodística puede apreciarse (tal como muestra el gráfico 4) tendencias similares a lo largo de los años analizados, aunque con un notorio cambio en el año 2003. En el transcurso del 2001, la mayoría de las protestas fueron de carácter institucionalizado (19), principalmente del subtipo sindical laboral (18); en cercanía numérica se ubicaron las iniciativas 15 Para el 17 de enero, por ejemplo, el CECIS organizó una marcha que contó con una participación masiva, y tuvo un desborde de violencia inusitada para la ciudad. Como saldo se registraron 14 detenidos y 7 policías heridos (Puntal, 18/1/2002). Al tiempo que comenzaron a visualizarse diferencias entre los actores movilizados, así el CECIS buscó distanciarse rápidamente de la protesta de los ciudadanos autoconvocados, y afirmó que hubo “infiltrados” para causar los actos de violencia (Puntal, 18/1/2002). Protestas sociales en la Argentina reciente • 161 de tipo autoconvocadas (17) y, luego, multisectoriales (9). Durante 2002, la forma predominante de organización fue autoconvocada (18); luego, institucionalizada (15, de las cuales 8 son del subtipo sindical laboral y las otras 7 responden a nuevas variantes como religiosa y empresarial); y, en tercer lugar, aparecen las acciones multisectoriales (8). En el 2003, de las 14 protestas registradas por la prensa, 10 tuvieron una organización institucionalizada con predominio de la sindical laboral (10), seguido de la autoconvocada con 2 casos y la multisectorial con la misma cantidad. Gráfico 3. Principales formas de organización de los actores movilizados Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Como puede observarse en el gráfico 3, la forma de organización de la protesta fue similar entre los años 2001 y 2002 en lo atinente al comportamiento general de la dimensión. Mientras que, en el año 2001, la modalidad institucionalizada tiene 19 expresiones, en el 2002 disminuye a 15 y aumenta en uno la autoconvocada (de 17 en 2001 se incrementa a 18 en el 2002). Mientras tanto, la multisectorial solo registra una unidad de aumento (de 9 en el 2001 a 8 en el 2002). Lo notorio se advierte si comparamos con los datos del año 2003 en donde predomina la forma 162 • Protestas sociales en la Argentina reciente de protesta institucionalizada (10 casos) frente al quiebre significativo de la autoconvocada y multisectorial con dos casos cada una. ¿Por qué se produce ese abrupto cambio en la organización de la protesta? Varios factores convergen, a nuestro parecer, para esbozar una respuesta posible a la pregunta. La vigencia de la legitimidad de los canales y formas tradicionales de protesta, en especial la laboral sindical ampliamente utilizada por los empleados y empleadas de la Administración Pública, trabajadores y trabajadoras de la Salud, Educación y Servicios, que continuaron con una lógica contenciosa expresada de manera institucionalizada. Diferente fue la posición de quienes apelaron al formato autoconvocado (asambleas), postura que se evidenció en la ciudadanía, vecinos y vecinas, familiares y amistades quienes optaron por canales no institucionalizados para expresar sus reclamos de manera unánime y sostenida en el tiempo; aunque la frecuencia fuera disminuyendo hacia inicios del año 2003 de manera considerable ya sea por la falta de sostenimiento de la participación política directa en el espacio público de los y las asambleístas, la reorganización de la estructura de gobierno que provocó el cierre de las oportunidades políticas16, entre otros factores. Se puede sostener, de este modo, una correlación entre las dimensiones analizadas, actores colectivos contenciosos y formas de expresión de su reclamo a partir de la articulación que entabló cada colectivo con un formato predominante de protesta: así, aquellos actores que tenían trayectoria consolidada colectivamente de reclamo a través de los sindicatos y/o entidades corporativas (empresarios y empresarias del agro, CECIS) siguieron apelando a modalidades tradicionales y fueron poco permeables a innovar en 16 Entendemos por oportunidades políticas a las condiciones del contexto marco que influyen en el devenir de la acción colectiva. Con fines analíticos y metodológicos McAdam et al. (1999) desagregaron el concepto señalando que puede hacer referencia tanto al grado de apertura del sistema político, como a la estabilidad/inestabilidad en las alineaciones entre las elites; e incluso a la capacidad represiva del Estado. Protestas sociales en la Argentina reciente • 163 nuevos formatos. Es más, los y las representantes del CECIS se deslindaron del grupo de comerciantes autoconvocados que recurrieron a otras instancias de representación como la asamblea. Estos últimos, al igual que la ciudadanía autoconvocada y otros actores introdujeron a nivel local la dinámica de participación y organización no institucionalizada que emergió como resultado de la crisis de representatividad que atravesaba a todos los actores en aquel momento. El ejercicio directo del poder de representación, la toma colectiva de decisiones, la no mediación social para expresar las demandas fueron acciones que cambiaron la forma de protestar y que, a nivel local, tuvieron su auge en los años 2001 y 2002 para luego entrar en un declive significativo. Estos cambios, además, nos ayudan a pensar la complejidad de la protesta en términos de las otras dimensiones seleccionadas como el repertorio y las demandas de los actores. Demandas planteadas y repertorios de acción En cuanto a las demandas manifiestas en las protestas, cabe advertir que se articularon alrededor de dos motivos específicos vinculados con temas políticos y económicos17. De manera igualitaria, se ubican las exigencias al Gobierno en su dimensión administrativa o de representación republicana (19 protestas presentan como demanda principal cambios en medidas puntuales o modificaciones en sus representantes) y la mejora inmediata de la política económica (19 protestas expresan esa demanda como la principal reivindicación) y, en vinculación con ello, aparece, en segundo lugar, la solicitud de aumento salarial (18 protestas). Un grupo importante de demandas estaba 17 Aclaramos que se tuvo en cuenta la principal demanda de la protesta que señala la prensa para confeccionar el gráfico; es decir, el motivo original por el cual se convoca a la protesta, pues en su desarrollo se pueden sumar otras demandas complementarias. 164 • Protestas sociales en la Argentina reciente encabezado por el respeto y defensa a los Derechos Humanos (10 protestas se desencadenaron por ese motivo), educación (7) y trabajo (5). Finalmente, un último conjunto de demandas las encabeza vivienda con 4 protestas; laboral y justicia con 3; reclamos agrarios, seguridad y salud con 2, y políticas sociales y defensa ambiental con 1. De esta manera, entendemos que la necesidad de lograr estabilidad económica y gubernamental era prioritaria para los riocuartenses en aquellos momentos. Gráfico 4. Principales demandas de las protestas Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Durante las jornadas álgidas de diciembre 2001, las demandas arriba mencionadas se expresaron claramente articuladas. Los actores movilizados convocaban a protestar en rechazo del modelo económico y el Gobierno de la Alianza, y sostenían la consigna “Contra la recesión y el empobrecimiento” (Puntal,19/12/2001). Según la fuente relevada, de las caravanas del 19 de diciembre participaron “más de 500 vehículos y cientos de caminantes”, bajo Protestas sociales en la Argentina reciente • 165 consignas tales como: “Basta”, “Fuera Cavallo”, “políticos corruptos” “Río Cuarto unido” (Puntal, 20/12/2001). También, de acuerdo al periódico local, los días siguientes y los primeros meses posteriores a la salida de De la Rúa, evidenciaron la persistencia de las protestas en la ciudad, las cuales portaban fuertes exigencias al Estado por asistencia social y reiteradas manifestaciones de descontento para con la clase política. En la sub etapa de diciembre 2001 a febrero 2002, las consignas de las protestas locales aludían, en general, a la “construcción de un nuevo edificio social” y al impulso de una “política que reactive la economía y mejore la calidad de vida”, en contra de los “representantes políticos que no hacen causa común con el pueblo” (Puntal, 22/2/2002). A ello, durante los meses posteriores, se sumaron algunas demandas de política económica en directa vinculación con la política agraria y la cuestión salarial. La intención de reconstruir un nuevo contrato político social subyace a todas las demandas de la sociedad civil y obligó a los dirigentes políticos a implementar medidas urgentes que tendieran a satisfacer los reclamos. Para que las peticiones sean visibles ante la opinión pública es importante el formato a través del cual se ejerce la protesta, es decir, el repertorio de la acción colectiva. La movilización y la huelga se registraron como las modalidades predominantes y más recurrentes de la etapa estudiada (se apela a la movilización en 42 protestas, y a la huelga en 19 oportunidades); luego corte (12) y cacerolazo (7). En ese sentido, vale destacar que casi nunca se trataba de una sola iniciativa, sino que se combinaron dos o más formatos de acción. Esta cuestión resulta más visible, incluso, a partir de diciembre de 2001 y durante los primeros meses del 2002, cuando aparecen formatos “nuevos” (como el cacerolazo, la caravana y el escrache), que vienen a complementar a otros ya existentes (huelga, toma, corte, entre otros). 166 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 5. Principales repertorios de las protestas Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico. Los cacerolazos, por ejemplo, resultaron un repertorio privilegiado durante la jornada del 20 de diciembre del 2001, replicándose masivamente en los espacios públicos del centro de la ciudad. Tal formato de acción también se utilizó para acompañar la movilización del día 15 de enero de 2002, instancia en que apareció por primera vez la modalidad del escrache dirigida a algunos políticos locales: “marchaban mientras crecía la violencia de sus reclamos. Fueron a las casas de algunos políticos y, mientras insultaban, tiraban huevos contra las viviendas” (Puntal, 26/01/2002). El 16 de enero de 2002 el Ejecutivo Municipal y el Concejo Deliberante invitaron a una asamblea popular en el Salón Blanco de la municipalidad de Río Cuarto para buscar alternativas a la crisis en la escala local. Ese mismo día, el CECIS organizó una marcha y cacerolazo para la jornada del 17 de enero, que también fue acompañada de escraches con huevos, tarros de pinturas, aerosoles, rotura de vidrieras y frentes de entidades bancarias, destrozos generalizados y enfrentamientos con la policía. Protestas sociales en la Argentina reciente • 167 Pensadas en conjunto, estas dimensiones retratan un panorama social que se caracterizó por la urgente necesidad de satisfacer las demandas vinculadas a la política económica, salarial y estabilidad gubernamental, a través de repertorios variados, pero con predominio de la movilización y el corte de la vía pública; es decir, formatos ya institucionalizados por los actores a lo largo del tiempo. La emergencia de nuevos repertorios (cacerolazo, escrache, caravana, entre otros) fue muy lenta en el ámbito local y no llegó a consolidarse en ese momento coyuntural a pesar de que forma parte de los recursos materiales y simbólicos a los que apelan quienes protestan en la actualidad. Conclusiones La ciudad de Río Cuarto evidenció un arco diverso de protestas sociales durante la etapa 2001–2003, las cuales alcanzaron especial magnitud en la coyuntura crítica de diciembre 2001 a febrero de 2002. En ese sentido, se trata de tres meses álgidos de conflictividad, con iniciativas contenciosas que formaron parte del escenario cotidiano. Cabe destacar que la frecuencia de las protestas fue disminuyendo de diciembre a febrero (de 10 a 6), mientras que su intensidad fue en aumento registrándose las acciones de mayor virulencia hacia mediados de enero. Tal como relatábamos a lo largo del texto, los efectos de la multicrisis de 2001 impactaron en los cambios en la conducción política a nivel del Ejecutivo Nacional, con la salida de De la Rúa y la asunción de Eduardo Duhalde como presidente provisional. Mientras Duhalde procuraba recomponer la estabilidad institucional y económica, y contener el malestar social; en la provincia de Córdoba continuó gobernando De la Sota (incluso reelecto en el 2003), preservando los principales lineamientos de un modelo gerencial de Estado. En la ciudad de Río Cuarto, tampoco 168 • Protestas sociales en la Argentina reciente se registraron modificaciones en el arco político, ya que el entonces intendente se mantuvo en el cargo (aunque no logró la reelección en 2004) y no se advirtieron cambios sustantivos en los modos de vinculación entre ciudadanía y política, o en el diseño e implementación de buena parte de las políticas públicas municipales. Este escenario de relativa recomposición político institucional y medidas tendientes a mitigar los impactos socio económicos de la crisis (especialmente programas sociales), repercutió en una disminución en la frecuencia protestataria. En la escala local, las fuentes consultadas enfatizaron el fuerte accionar de la Iglesia Católica y el municipio en el reparto de bolsones de alimentos como vía para contener los reclamos y evitar su radicalización; como así también, la implementación de nuevos programas sociales y la extensión de su alcance. Justamente esa intervención directa de actores mediadores ante la protesta social puede mostrarse como un rasgo particular del devenir de la conflictividad en localidades de tamaño intermedio, como la ciudad de Río Cuarto. Otra nota peculiar que, de alguna manera cuestiona la reconstrucción nacional metropolitana de los sucesos del 2001, remite a que ciertamente las jornadas épicas del estallido social del 19 y 20 de diciembre no alcanzaron tal magnitud en nuestra localidad. Si bien se registraron diferentes acciones colectivas, no lograron total articulación ni un carácter fuertemente disruptivo. Las dificultades para construir identidades mancomunadas entre actores sociales diversos también es un rasgo discordante con lo que se ha señalado a nivel nacional, a lo que se suma la escasa o nula presencia de personas desocupadas organizadas colectivamente (según permite inferir la fuente consultada). Entretanto, los sectores que muestran mayor protagonismo, además de los trabajadores y trabajadoras, se vinculan con las actividades de servicios y del agro, acorde con el perfil socio económico de la ciudad. Protestas sociales en la Argentina reciente • 169 Es significativo pensar, por otra parte, los cruces analíticos que pueden desarrollarse entre las citadas dimensiones para mostrar la complejidad que tuvo la protesta situada. Así, una aseveración que podemos realizar es la existencia de una relación estrecha entre actor, demanda, repertorio, según la forma en que los primeros organizaron la protesta distinguiéndose dos grandes grupos: sectores que contaban con una trayectoria de militancia y que hicieron de la movilización y huelga su principal formato de acción contenciosa para reclamar aumento salarial y mejoras en la política económica, y actores sin experiencia de militancia sindical política que expresaron su malestar ante la crítica situación social y económica a través de asambleas y cacerolazos, es decir, procedimientos no institucionalizados de organización. Este hecho nos anima a considerar que el ciclo de protesta fue protagonizado por actores fragmentados, ya que hubo muy pocas instancias, según la prensa, donde la manifestación incluyó a un colectivo que superara los intereses sectoriales o corporativos. El carácter segmentado de los actores se transluce en las otras dimensiones de análisis mostrando una protesta que se caracteriza por reproducir prácticas institucionalizadas e instituidas. No obstante, el movimiento asambleario mostró que también se pudo instalar una práctica política instituyente en el cual las decisiones estuvieran cercanas a un ideal de democracia directa; expresión que fue ampliamente celebrada por la sociedad civil en su momento. A veinte años de los hechos estudiados y partiendo del convencimiento que los temas de investigación pueden revisarse a partir de nuevos interrogantes, nos preguntamos: ¿cuál fue el impacto en la política y en lo político de este ciclo de protestas, es decir, con su performatividad?, ¿qué sucedió con el espíritu no representativo de las asambleas?, ¿se transformaron los diferentes repertorios de acción y formas de organización en patrimonio de las 170 • Protestas sociales en la Argentina reciente futuras protestas?, ¿qué rol desempeñaron los mediadores en la protesta, como la Iglesia Católica, los partidos políticos y las organizaciones territoriales barriales? Respuestas que, sin dudas, inauguran nuevas líneas de investigación sobre la protesta social situada. Referencias Ansaldi, W. (2004). El faro del fin del mundo. La crisis de 2001 o cómo navegar entre el riesgo y la seguridad. En: G. Funes. (Comp.), La historia dice presente en el aula (pp. 15–46). Neuquén, Argentina: Educo. Arriaga, A. E., Franco, M. J., Medina, L., Natalucci, A. (2012). Un Estado en transición: Córdoba ante el embate neoliberal. En: M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. Solis. (Comps.), La protesta frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 25–63). Córdoba, Argentina: Ed. Ferreyra. Burkart, M., Cobe, L., Fornillo, B., Zipcioglu, P. (2008). Las estrategias políticas de las organizaciones de desocupados a partir de la crisis de 2001. En: S. Pereyra, G. Pérez y F. Schuster. (Eds.), La huella piquetera (pp. 35–64). Buenos Aires, Argentina: Ediciones al Margen. Calderón Gutiérrez, F. (coord.) (2012). La protesta social en América Latina. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. Capoccia, G., y Kelemen, D. (2011). The Study of Critical Junctures: Theory, Narrative, and Counterfactuals in Historical Institutionalism. World Politics (59), 341–360. Giarracca, N., Mariotti, D., Zibechi, R. y Teubal, M. (2007). Tiempos de rebelión: “Que se vayan todos”: calles y plazas en la Argentina 2001–2002. Buenos Aires, Argentina: Editorial Antropofagia. Gordillo, M. (2010). Piquetes y Cacerolas. El “argentinazo” del 2001. Buenos Aires, Argentina: Sudamericana. Protestas sociales en la Argentina reciente • 171 Gordillo, M., Arriaga, A., Franco, M. J., Medina, L., Natalucci, A. y Solis, A. (2012). La protesta frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo. Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. McAdam, D., Mc Carthy, J. y Mayer, Z. (1999). Movimientos Sociales: perspectivas comparadas. Madrid, España: Istmo. Pérez, G. (2010). Genealogía del quilombo: una exploración profana sobre algunos significados del 2001. En: S. Pereyra, G. Perez y F. Schuster. (Eds.), La huella piquetera (pp. 93–116). Buenos Aires, Argentina: Ediciones al Margen. Pucciarelli, A. y Castellani, A. (2014). Los años de la Alianza. La crisis del orden neoliberal. Buenos Aires, Argentina: Ed. Siglo XXI. Quiroga, M. 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(2017). “Movimiento” autoconvocados de la ciudad de Río Cuarto 1989–2002. Un estudio exploratorio de su génesis y dinámica. (Tesis maestría). Río Cuarto, Argentina: Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto. 172 • Protestas sociales en la Argentina reciente Fuente hemerográfica Ediciones registradas del periódico Puntal sobre protesta en Río Cuarto: 16/05/2001; 15/06/2001; 24/06/2001; 15/10/2001; 8/12/2001; 11/12/2001; 19/12/2001; 20/ 12/2001; 16/01/2002; 18/01/2002; 19/01/2002; 26/ 01/2002; 30/01/2002; 15/02/2002; 22/05/2002; 7/12/ 2021; 9/12/2021. Fuente estadística Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas del año 2001. Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Argentina. Recuperado de https://www.indec.gob.ar Epílogo Situar(nos) para comprender. Recorrido transversal por las protestas sociales en Río Cuarto entre 1989 y 2003 MARCELA BRIZZIO, MARÍA EUGENIA ISIDRO Y CLAUDIA KENBEL Introducción La historia reciente de la Ciudad de Río Cuarto que hemos transitado en este libro a partir de la problemática de la “protesta social” no estaría completa sin una mirada de conjunto al ciclo histórico 1989–2003. Como ya se expresó, el período comprendido representa un pasado cercano en cuyo transcurso se asiste, en todo el país, a la recuperación y reconstrucción democrática con sus tensiones sociales, económicas y políticas que complejizan la agenda de la historia nacional y sub nacional. Coincide con un momento de fuertes cambios en la sociedad argentina: el reemplazo de un modelo de acumulación mercado internista y de su correlato socio político (matriz Estado céntrica), por un modelo de acumulación centrado en el cambio del rol del Estado y la liberalización de las variables macroeconómicas (matriz mercado céntrica) (Cavarozzi, 2010). La etapa bajo estudio se cierra en 2003, tras la crisis económica, social y política que hizo eclosión en diciembre de 2001, con la asunción de un nuevo gobierno elegido democráticamente que avanzó en una serie de reformas, buscando recomponer el orden político, devolver cierta calma social y mejorar la situación económica. En ese lapso se vivenciaron coyunturas especialmente críticas, como la hiperinflación de 1989 y el colapso de 2001, sumado a los contextos 173 174 • Protestas sociales en la Argentina reciente específicos de crisis como la financiera provincial en 1995. Abordar este estudio desde Río Cuarto nos permitió visualizar algunas particularidades del ámbito local en relación a aspectos estructurales que acontecían a nivel nacional y provincial. En cuanto a las coordenadas políticas del período que analizamos, en la esfera nacional se sucedieron gobiernos de distinto signo político. Se inicia con la presidencia de Raúl Alfonsín de la Unión Cívica Radical (1983–1989), a quién lo sucede Carlos Menem del Partido Justicialista (1989–1999) y luego Fernando de la Rúa (1999–2001), por la Alianza UCR–Frepaso. En la provincia ocurrió un proceso similar. Pasamos de un período de predominio de la UCR con las gobernaciones de Eduardo Angeloz (1983–1995) y Ramón Mestre (1995–1999) a la hegemonía del PJ desde que asume José Manuel de la Sota en 1999. Dicha alternancia va a ocasionar tensiones en las relaciones entre la Nación y la provincia de Córdoba y, en consecuencia, generará, a nivel local, situaciones de conflictividad. La particular coyuntura socio económica y política que atravesaron los riocuartenses en el período también ha sido explicitada. Los vaivenes de una economía centrada sobre todo en los servicios (agropecuarios, bancarios, educativos, de salud, comercial) llevó a una inestabilidad tanto para el empresariado como, y más profundamente, para el sector trabajador. Paulatina, pero sostenidamente, el ajuste estructural, el cambio en el rol del Estado, las privatizaciones, los salarios insuficientes, la desocupación y la pobreza van mostrando a lo largo del período su cara más cruel, al mismo tiempo que se van activando las acciones de la ciudadanía. La dinámica temporal de la protesta social que los estudios empíricos muestran, con sus patrones de flujos y reflujos, serán abordados en la primera parte de este epílogo. A continuación, avanzaremos en la presentación de algunas aristas (a saber: actores, formas de organización, demandas y repertorios) de las dimensiones implicadas en la noción de protesta social que fueran presentadas y desagregadas en el capítulo 1 de este libro. La selección y el recorte propuesto nos permitirán desandar la trama de las luchas sociales en una larga década de cambios Protestas sociales en la Argentina reciente • 175 para la sociedad argentina, en general, y la riocuartense, en particular. Cambios y continuidades en las protestas sociales locales Durante el período histórico analizado y según lo registrado por el diario local Puntal, se contabilizaron 628 acciones de protesta. En una mirada de conjunto podemos apreciar que la acción contenciosa presentó momentos o fases ascendentes y descendentes, flujos y reflujos, amesetamientos, sin que desapareciera por completo. Gráfico 1. Protesta por año Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido de protestas, a la vez que una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales en conexión con una coyuntura 176 • Protestas sociales en la Argentina reciente crítica1 que se desenvuelve en todo el territorio nacional, mientras expresaban en y desde lo local algunas notas peculiares de esa conflictividad. Esta doble característica de las protestas sociales, es decir, localización y conexión con el marco epocal, también integra la trama de las acciones contenciosas que se estudian en los períodos consecutivos. Así, mientras en el año 1995 la situación de emergencia financiera provincial estuvo en la base del incremento de las protestas, la multicrisis2 del año 2001 desatada a escala nacional se dejó sentir con fuerza en la ciudad de Río Cuarto al igual que en los principales centros urbanos del país. Dentro de cada ciclo relevado3 se visualizó una tendencia al incremento del número de protestas en algunos meses del año, a saber: mayo, junio, julio y agosto. Sin embargo, es importante destacar que, en coyunturas específicas, se apreciaron “olas de protestas” en otros meses del año, como por ejemplo en 1989, sucedió con los meses de agosto y noviembre, o los meses de febrero y marzo de 1990. En el año 1995 la ola de protestas inició en marzo y se cerró en julio, momento que coincidió con la emergencia financiera provincial. Y en la coyuntura crítica de los años 2001 y 2002, la conflictividad social se reveló con especial notoriedad entre los meses de agosto de 2001 y febrero de 2002. Protagonistas de las protestas locales Entre 1989 y 1995 los principales actores de la conflictividad social fueron las trabajadoras y los trabajadores. Luego de ese período entraron en escena otros como vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos, comenzando a cobrar mayor relevancia, al mismo tiempo que se diversificaron tanto las demandas como 1 2 3 ConceptoutilizadoydefinidoporBasconzuelo enelcapítulo2. ConceptoutilizadoydefinidoporQuirogayBagginienelcapítulo5. Recordemos que los ciclos que consideramos en el marco de nuestro estudio fueron:1989–1991,1994–1996,1998–2000y2001–2003. Protestas sociales en la Argentina reciente • 177 los formatos de las protestas. 1999 fue un año particularmente conflictivo para el sector empresarial, mientras que el colectivo estudiantil tanto de los secundarios como de la Universidad que habían aparecido como actores protestatarios en 1994, conservó un importante protagonismo durante todo el período con pequeñas oscilaciones. Hay que destacar que las desocupadas y los desocupados aparecieron en los registros periodísticos a partir de 1998. Si tomamos este dato en referencia a la esfera nacional, la situación se da de manera tardía en el ámbito local, a pesar de que la ciudad de Río Cuarto presentó durante el período altos índices de desocupación que promediaron el 16%4. Gráfico 2. Porcentaje de protestas por año, por actor social Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. 4 Estedatofueestablecido apartirdelainformaciónrecogidaenlaEncuestaPermanente de Hogares que puede ser consultada en: https://www.indec.gob.ar/indec/ web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6 178 • Protestas sociales en la Argentina reciente Entre las trabajadoras y los trabajadores señalados por el diario local con más apariciones públicas por las acciones de protesta desplegadas, se destacan los vinculados a la educación (ver gráfico 3), que comprende tanto a docentes primarios y secundarios, ambos dependientes del estado provincial, como así también a docentes universitarios, dependientes del Estado nacional. Si a ello sumamos el personal de salud (quienes en su mayoría prestan servicios en el área pública) y a quienes trabajaban en la administración, vemos que las empleadas y los empleados del Estado (en sus diferentes niveles) tuvieron un accionar contencioso destacado. Podemos interpretar que las reformas pro mercado que incluyeron la reducción de funciones, tamaño y presupuesto de servicios estatales (tanto a nivel nacional como provincial), conjuntamente con la fortaleza y organización gremial de las empleadas y los empleados públicos, abonaron a la preeminencia de estos actores. Gráfico 3. Porcentaje de Protestas por actor principal Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Protestas sociales en la Argentina reciente • 179 En lo referido a las formas organizativas, coincidentemente con los principales actores movilizados (las trabajadoras y los trabajadores), éstas se caracterizan por ser predominantemente de tipo institucionalizadas, a través de sindicatos o gremios. En el gráfico 4 vemos que del total de protestas durante los años 1989–2003 más de las tres cuartas partes corresponden a este formato. Es decir, la mayoría de las protestas eran convocadas, organizadas y llevadas a cabo por sindicatos y asociaciones de tipo gremial corporativo, tanto de representantes de los intereses de trabajadoras y trabajadores, como en el caso de estudiantes o el sector empresarial. Ello demostraría que las organizaciones sindicales exhibían por estos años una vitalidad notoria. Es importante recalcar que aquellos actores que tenían trayectoria de reclamo consolidada colectivamente a través de los sindicatos y/o entidades corporativas siguieron apelando a modalidades tradicionales como paros con y sin asistencia a los lugares de trabajo, movilizaciones, etc. Hacia finales del período (entre los años 2000 y 2003) podemos apreciar que las desocupadas y los desocupados apelaron en forma mayoritaria a formas organizativas de tipo institucionalizada territorial, mientras jubiladas y jubilados, vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos en general recurrieron a otras instancias de representación: autoconvocadas y multisectoriales. Estos actores introdujeron a nivel local la dinámica de participación y organización no institucionalizada que emergió como resultado de la crisis de representatividad que caracterizaba aquel momento. 180 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 4. Porcentaje de protesta según forma de organización Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Las principales demandas y repertorios de acción El gráfico 5 muestra que el requerimiento salarial fue la demanda predominante entre los años 1989–2003, según la fuente periodística consultada. Sin embargo, las protestas que cuestionaban la política educativa y la económica también integraron, aunque en una proporción menor, los reclamos en estos años. La preocupación por la política económica llevada adelante por el ejecutivo nacional a cargo del presidente Carlos Menem y su sucesor Fernando de la Rúa, así como las implementadas por los sucesivos gobiernos provinciales, irá cobrando cada vez mayor protagonismo. Así, mientras que en el año 1994 las acciones que tenían como principal demanda la política económica representó el 6,6% del total de protestas, ya en el año 1995 el índice ascendió al 11,6% y, en el año 1996, dicho porcentaje se incrementó hasta Protestas sociales en la Argentina reciente • 181 alcanzar un 25% del total de las mismas. En el ciclo 1998– 2000 el porcentaje se eleva a un 30%, mostrando un pico en el año 1999. Gráfico 5. Porcentaje de protestas según demandas Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Aunque ya en el año 2000 se realizaron protestas cuya demanda se encontraba bajo la categoría gobierno, fue en el ciclo 2001–2003 donde este reclamo cobró mayor importancia compartiendo protagonismo con la reivindicación por la mejora inmediata de la política económica, relegando lo salarial a un segundo plano. Esto lo podemos ver en los guarismos que arrojó el período: el 19% de las protestas se realizaron exigiendo al gobierno modificaciones en su dimensión administrativa o de representación republicana; otro 19% reclamaba por cambios en la política económica; mientras que el 18% se centraba en lo salarial. Por último, nos parece oportuno remarcar un dato relevante en cuanto a la demanda por el trabajo. Si bien es en 1995 y 1996 que se aprecian los índices más altos de 182 • Protestas sociales en la Argentina reciente desempleo en la ciudad, valor que ronda el 20%5, las protestas sociales de esos años no tienen como demanda principal dicho reclamo. Sin embargo, y esto es lo que llama la atención, mientras que el índice de desempleo baja considerablemente con el correr de los años (estableciéndose en torno al 12% en 1998), comienzan a aparecer protestas cuyo reclamo principal es el trabajo, así como también surgen organizaciones que nuclean a trabajadoras desocupadas y trabajadores desocupados. La relación entre quienes fueron los colectivos protestatarios y cuáles las demandas que los impulsaron en sus acciones contenciosas nos permiten visualizar la compleja articulación entre los intereses y problemáticas sectoriales y aquellas que afectan a la comunidad toda. Si bien la demanda principal de las trabajadoras y los trabajadores tuvo directa vinculación con sus intereses particulares (lo salarial y laboral), en numerosas oportunidades, y como muestra el gráfico 6, trascendieron las mismas hacia otras temáticas relevantes para el conjunto social. Por ejemplo, las y los docentes van a luchar mancomunadamente por un mayor presupuesto educativo con las y los estudiantes, mientras que el sector bancario y demás trabajadoras y trabajadores de servicios lo harán en contra de las políticas de privatización. Las vecinas y los vecinos se movilizaron por un variado núcleo de demandas que fueron desde la vivienda a las políticas económicas y sociales y un aspecto importante como fue la temática ambiental que aparece en la crónica periodística al finalizar el período estudiado. Por su parte, desde el ámbito empresarial se movilizaron por intereses específicos relativos a su rubro (comercial, agrario, etc.) pero, al mismo tiempo, por políticas económicas generales. En 5 Los datos de la desocupación en Río Cuarto fueron extraídos de la Encuesta Permanente de Hogares. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/ web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6 Protestas sociales en la Argentina reciente • 183 cuanto a las ciudadanas y los ciudadanos frecuentemente se movilizan por consignas que agrupamos bajo las leyendas “gobierno, derechos humanos y política económica”, como se explicó en el Capítulo 1. Gráfico 6. Porcentaje de protestas según demanda por año Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. 184 • Protestas sociales en la Argentina reciente Gráfico 7. Porcentaje de protestas según demanda por actor social Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Ahora bien, los actores apelaron a una variedad de repertorios para expresar sus demandas y hacerlas visibles en el espacio público. En el gráfico 8 se presentan en valores absolutos los diversos repertorios utilizados durante todo el período analizado. Protestas sociales en la Argentina reciente • 185 Gráfico 8. Protestas por repertorio Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal. Si el mayor número de protestas fue llevado a cabo por las trabajadoras y los trabajadores, convocadas y organizadas por las asociaciones gremiales, no llama la atención que el principal repertorio haya sido la huelga. En muchos casos este repertorio clásico se combinó con otros como movilizaciones y marchas, entrega de petitorios, asambleas; incluso los cacerolazos, ollas populares, caravanas, escraches, cortes o tomas pasaron a formar parte de las modalidades de protesta utilizadas. La movilización como repertorio principal cobró fuerza a fines del período. Esta modalidad de protesta fue implementada, fundamentalmente, por aquellos actores cuyas formas organizativas eran autoconvocadas como las desocupadas y los desocupados que reclaman trabajo, las ciudadanas y los ciudadanos que como vimos tuvieron un amplio abanico de demandas; las organizaciones de derechos humanos, entre otros. 186 • Protestas sociales en la Argentina reciente Hacia fines de siglo se produce un incremento del número de cortes de vía pública (rutas y calles). Mientras que en 1998 y 1999, sólo se contabiliza una protesta por año con este formato, en el año 2000 fueron 4 en las que se utilizó esta modalidad, mientras que en el ciclo 2001–2003 se contabilizan 12. A este repertorio apelaron diversos actores sociales desde trabajadoras y trabajadores, vecinas y vecinos, empresarias y empresarios, desocupadas y desocupados para hacer visibles una amplia variedad de reclamos. Otra innovación que se manifiesta en el recodo entre ambos siglos en la dimensión repertorios es la emergencia de los cacerolazos y los escraches como vehículo social para exteriorizar la conflictividad del momento. El incremento del malestar ciudadano, que cobró en algunos casos ribetes de violencia, se materializó en distintas jornadas, tal como fuera descrito en capítulos precedentes. Por ejemplo, los cacerolazos resultaron un repertorio privilegiado durante las álgidas jornadas de diciembre del 2001, replicándose masivamente en los espacios públicos del centro de la ciudad. A modo de cierre A lo largo del epílogo realizamos un recorrido, sin pretensión de exhaustividad, de las principales aristas de la protesta social haciendo foco en los cambios y continuidades entre ciclos relevados, apelando a criterios de transversalidad en el análisis propuesto. Las acciones contenciosas de la ciudadanía riocuartense frente a la situación socio política y económica por la que atravesaba, fueron contextualizadas a partir de lo que sucediera también en la escala nacional y en la provincial. La crisis hiperinflacionaria cierra el gobierno de Raúl Alfonsín, quién entregó anticipadamente el poder al electo Carlos Menem. Éste inició una serie de reformas estructurales (Ley de Reforma del Estado, Ley de Emergencia Protestas sociales en la Argentina reciente • 187 Económica, Leyes y Decretos modificando las relaciones laborales) y un programa de estabilización (Ley de Convertibilidad), que trascendió su mandato, ya que “el modelo”6 se mantuvo durante la presidencia de Fernando de la Rúa. En la escala subnacional de la provincia de Córdoba, la implementación de políticas públicas de ajustes y cambio estructural presentan tiempos diferentes. Algunas bases del Estado bienestarista se conservaron hasta mediados de la década, ya que “el gobernador de Córdoba marcó la diferencia y legitimó su acción de gobierno mediante la metáfora de la «isla de bienestar», para referirse a la situación de la provincia como una que aplicaría un modelo propio de reforma donde subsistieron los parámetros del anterior Estado benefactor” (Gordillo, 2012, p. 15). La coyuntura crítica de 1995 dio pie para que las gobernaciones de Ramón Mestre primero y José Manuel de la Sota después, emprendiesen una serie de reformas y replanteos en el rol del Estado en consonancia con las llevadas a cabo por el Ejecutivo nacional (La Serna, 2001; Moreira Slepoy y Romero, 2022; Arriaga, et al., 2012). En la escala local, Miguel Ángel Abella culminó su intendencia en 1991, dando paso a las dos gestiones de Benigno Antonio Rins, quien en 1999 fue sucedido por Alberto Cantero. Progresivamente el municipio fue adoptando políticas de cambio, aggiornando la gestión municipal, efectuando procesos de descentralización, apoyándose en las empresas privadas, impulsando la gestión mixta para la provisión de servicios públicos, etc. más a tono con los tiempos liberales que se vivían. Las consecuencias de la adopción del paradigma neoliberal y del plan de Convertibilidad aparecieron bien temprano en el horizonte. Entre las económicas podemos mencionar un retroceso y desarticulación del sector 6 Con esta denominación numerosos autores (Sidicaro, 2003; Novaro, 2011) dan cuenta de la imbricación de todas las variables implicadas y la imposibilidad de alterar algunas de ellas sin alterar la estabilidad macroeconómica. 188 • Protestas sociales en la Argentina reciente manufacturero, una nueva modalidad en el agro pampeano, incremento del endeudamiento externo, peso cada vez mayor de los sectores financieros y de servicios (muchos de ellos extranjerizados) en el conjunto económico. Entre los efectos sociales se acentuó la distribución regresiva del ingreso, el deterioro de los salarios reales al tiempo que aumentaban el desempleo, la pobreza y la marginalidad social. Todas estas consecuencias estuvieron en la base de las protestas y movilizaciones sociales que se realizaron en todo el país y durante todo el período. El estudio de los hechos contenciosos que se ha presentado en este libro muestra particularmente quiénes fueron los actores de las protestas, cómo efectuaron sus reclamos y porqué se movilizaron en el espacio público. Como mirada de conjunto podemos decir que, entre 1989 y 2003, las dinámicas de las protestas locales, según fueran registradas por la prensa local, mostraron una diversificación en lo relativo a los actores, sus formas de organización, demandas y repertorios de acción. Al inicio y de manera sostenida las trabajadoras y los trabajadores fueron los mayores actores protestatarios, organizados en sindicatos, emplearon la huelga como principal repertorio para manifestar el reclamo salarial como su demanda central. Mientras que hacia el final del período y por impacto del modelo de políticas económicas y sociales adoptadas, perdieron su preeminencia que empezó a ser compartida con otros actores sociales (vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos, desocupadas y desocupados), con otras formas de organización (territoriales, multisectoriales, autoconvocadas), con otros repertorios (movilizaciones, ollas populares, cortes de ruta) y demandas (políticas económicas, gobierno, trabajo). A lo largo de esta investigación pudimos apreciar una doble y simultánea conexión con las coyunturas provincial y nacional; y, al mismo tiempo, cuánto tuvo de particular y resignificante el accionar protestatario local. En ese sentido, destacamos algunas cuestiones que marcan distanciamientos Protestas sociales en la Argentina reciente • 189 respecto de la reconstrucción histórica que suele realizarse desde una mirada nacional o metropolitana. Por un lado, resulta relevante resaltar lo que ocurría con el colectivo de trabajadores desocupados y los repertorios que utilizaron para manifestarse pues a diferencia de lo que sucedió en las grandes urbes como Buenos Aires o Córdoba, en Río Cuarto entre 1998 y 2003, estos actores además de realizar cortes de calles o rutas como metodología para visibilizar sus reclamos, en cambio emplearon un variado y creativo abanico de repertorios7. Otra particularidad que marca la diferencia con lo acontecido en otras escalas remite a las jornadas de diciembre del 2001, donde las acciones colectivas no alcanzaron gran magnitud ni tuvieron un carácter fuertemente disruptivo8. En otro orden, un rasgo particular del devenir de la conflictividad en localidades intermedias como Río Cuarto fue la intervención directa de actores mediadores, como la Iglesia Católica en la voz de su obispo diocesano o el poder político comunal, quienes resultaron cruciales a la hora de evitar desbordes sociales en coyunturas críticas como los años 1995 y 2001, momentos en los cuales las demandas referenciaban como adversario a instancias estatales provinciales o nacionales. Concluida la investigación que da lugar a este libro, los caminos se han diversificado a razón de los resultados aquí presentados. Gran parte del equipo de investigación continúa sus trabajos, profundizando en aquellos datos que aquí se muestran por primera vez como, por ejemplo, aquellas instancias mediadoras que han cobrado notoriedad en diversas acciones de protesta9. Otra parte del equipo se interesa por problemáticas contemporáneas que comienzan a gestarse hacia finales del 2001. Nos referimos a los 7 8 9 Para ampliar puede revisarse el capítulo 4 de este libro. Para ampliar puede revisarse el capítulo 5 de este libro. Basconzuelo, C. Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. PICT 2020…. 190 • Protestas sociales en la Argentina reciente trabajadores y las trabajadoras referenciados por entonces como “desocupados” en el medio local y cuya trayectoria puede comprenderse desde la economía popular10. Se trata de aquellos trabajadores que se ganan la vida con diversas actividades, no asalariadas y que enfrentan condiciones de desigualdad en su validación social y en el reconocimiento por parte del Estado, cualquiera sea su nivel. A la pregunta ¿cómo puede caracterizarse la protesta social local en el período 1989–2003? Hemos buscado responder destacando sus rasgos más significativos, prestando atención a cómo diversos actores sociales han intentado visibilizar sus demandas, ocupar los espacios públicos, tejer alianzas, leer el contexto para encontrar momentos favorecedores de visibilización de las acciones contenciosas y saber también cómo legitimarlas socialmente. La constante en el período analizado muestra características de la movilización ciudadana que hoy podríamos leer bajo el lente de los movimientos sociales. Antes o después nuestra preocupación no es sólo de generación de conocimiento, sino también la de contribuir a la construcción de una historia reciente local con diversos protagonismos, leída y comprendida desde las demandas y las conflictividades sociales. Aún queda por indagar y profundizar, en ese camino sinuoso nos encontramos, desde la educación pública de una universidad nacional en el interior cordobés. Referencias Arriaga, A., Franco, M. J., Medina, L. y Natalucci, A. (2012). Un Estado en transición: Córdoba ante el embate 10 Proyecto IMPACTAR “Estudio interdisciplinario de la economía popular en la provincia de Córdoba: generación de conocimiento y herramientas de intervención orientadas al ámbito público”, Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Disponible en https://idacor.conicet.gov.ar/proyecto– impact–ar–en–economia–popular–cordoba/ Protestas sociales en la Argentina reciente • 191 neoliberal. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. C. Solís. (Comps.), La protesta social frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 25–64). Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. Cavarozzi, M. (2010). Autoritarismo y Democracia. Buenos Aires, Argentina: Eudeba. Gordillo, M. (2012). Introducción. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. C. Solís. (Comps.), La protesta social frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 9–24). Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor. La Serna, C. (2001). Reforma y Democracia: el caso del Estado de la provincia de Córdoba en el periodo 1995– 1997. Administración pública y sociedad, 14, 87–107. Córdoba, Argentina: IIFAP. Moreira Slepoy, J. y Romero, J. (2022). Una cartografía del cordobesismo. Algunas lecturas y una agenda pendiente: Sección Perspectiva. Cuadernos de coyuntura, 7 (Núm. Continuo), 1–17. Recuperado de https://revistas.unc.edu.ar/index.php/CuadernosConyuntura/article/view/38848 Novaro, M. (2011). Historia de la Argentina.1955–2010. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. Sidicaro, R. (2003). Los tres peronismos. Estado y poder económico 1946–55/1973–76/1989–99. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores. Notas sobre las autoras y los autores Celia Cristina BASCONZUELO Es Doctora en Historia (UNCu), Magister en Partidos Políticos (CEA–UNC) y Posdoctor en Ciencias Sociales (CEA –UNC) con título de grado en Historia. Actualmente es Investigadora Independiente en el ISTE (Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas, dependiente del CONICET). Es Profesora Titular en la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC (Departamento de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales y Departamento de Historia). Es Miembro de Número de la Junta Provincial de Historia de Córdoba y directora del Centro de Estudios y de Gestión en Redes Académicas (CEGRA–Fac. Cs. Hs). Dirige los siguientes proyectos de investigación Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. 1989–2001 (Agencia); La configuración de lo político en protestas sociales localizadas (SECYT–UNRC). Desarrolla su experticia actual en la configuración de actores colectivos y particularmente de sus prácticas de protesta en la escala local. E–Mail: [email protected] María Virginia QUIROGA Doctora en Estudios Sociales de América Latina (CEA– UNC); Licenciada en Ciencia Política (UNRC). Actualmente Investigadora Adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con lugar de trabajo en el Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (ISTE), con temas relativos a la protesta social, las identidades colectivas y el contexto político 193 194 • Protestas sociales en la Argentina reciente suramericano. Es, además, Profesora Adjunta de la carrera Lic. en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas (UNRC). Dirige el Proyecto de Investigación: Movilización social y articulaciones político territoriales. Una mirada de la ciudad de Río Cuarto en el contexto de la Argentina reciente; financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNRC. Ha publicado diversos artículos en revistas nacionales e internacionales, capítulos de libros y presentaciones en jornadas y congresos, sobre temas referidos a la acción colectiva, las identidades políticas, el Estado, el populismo, entre otros tópicos. E–Mail: [email protected] Iván BAGGINI Es Doctor de Investigación en Ciencias Sociales con mención en Sociología y Maestro en Ciencias Sociales (FLACSO –México). Cuenta con un Posdoctorado en Ciencias Sociales (CEA–FCS–UNC) y es Profesor y Licenciado en Historia por la UNRC. Ex profesor en la BUAP (México) y en la UNVM (Argentina) y actualmente es Profesor Adjunto en la Facultad de Ciencias Humanas (Deptos. De Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales y Trabajo Social). Desarrolla tareas de investigación en el ISTE (Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas, dependiente del CONICET y la UNRC) e integra los proyectos de investigación Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. 1989–2001 (Agencia) y La configuración de lo político en protestas sociales localizadas (SECYT– UNRC). El área temática de investigación es los aspectos culturales de la acción colectiva, los movimientos sociales y la protesta además de la metodología cualitativa. E–Mail: [email protected] Protestas sociales en la Argentina reciente • 195 Marcela BRIZZIO Es Profesora en Historia por la Universidad Nacional de Río Cuarto. Ha cursado trayectos de Posgrado sobre Políticas Sociales y Partidos Políticos. Actualmente es Docente en las áreas de Historia Americana y Argentina Contemporánea para los Departamentos de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales y de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC. En los últimos años se ha abocado al estudio de protestas, actores sociales y articulaciones políticas en momentos de conflictividad social en el espacio local (Ciudad de Río Cuarto). Participa de los proyectos de investigación Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. 1989–20001 (Agencia) y “Movilización social y articulaciones políticas socioterritoriales. Una mirada de la ciudad de Río Cuarto en el contexto de la Argentina Reciente” (SECYT–UNRC) E–Mail: [email protected] Claudia KENBEL Es Doctora en Comunicación Social (UNR) y Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNRC). Investigadora Adjunta del Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (CONICET, UNRC), docente del Depto. De Cs. de la Comunicación (FCH UNRC) y Coordinadora Adjunta del Doctorado en Ciencias Sociales (FCH– UNRC). Integra la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Comunicación y la Red de Investigación Acción sobre Residuos. Dirige el PICT “Mediaciones y articulaciones de y entre sectores vulnerables. Un estudio acerca de los diálogos, las expectativas y las proyecciones de cambio social de las poblaciones rurbanas entre sí y con otros actores sociales de intervención en el territorio (FONCYT) y participa del Proyecto ImpaCT.AR “Estudio interdisciplinario de la economía popular en la provincia de Córdoba: generación 196 • Protestas sociales en la Argentina reciente de conocimiento y herramientas de intervención orientadas al ámbito público” (Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación). Sus temas de interés se dirigen hacia problemáticas de comunicación y desarrollo social. E–Mail: [email protected] María Eugenia ISIDRO Es Comunicadora Social y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). En el marco de su formación de posgrado cursa el Doctorado en Ciencias Sociales (UNRC). Forma parte del Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (ISTE), instituto de doble dependencia entre la UNRC y el CONICET. Sus investigaciones se centran en la conflictividad socioambiental y en los movimientos socioterritoriales que resisten al agronegocio. Participa de proyectos de investigación sobre protesta social y transformaciones socioterritoriales. E–Mail: [email protected]