PROTESTAS SOCIALES EN LA ARGENTINA RECIENTE
PROTESTAS SOCIALES
EN LA ARGENTINA
RECIENTE
Un estudio teórico y empírico
desde la escala local
(Río Cuarto, 1989-2003)
Celia Basconzuelo
María Virginia Quiroga
(coordinadoras)
Basconzuelo, Celia Cristina
Protestas sociales en la Argentina reciente: un estudio teórico y
empírico desde la escala local (Río Cuarto 1989-2003) / Celia
Cristina Basconzuelo; María Virginia Quiroga. – 1a edición para el
profesor – Río Cuarto: Celia Cristina Basconzuelo, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-88-9524-6
1. Análisis Sociológico. 2. Historia Argentina. 3. Historia de la Provincia de Córdoba. I. Quiroga, María Virginia. II. Título.
CDD 303.60982
Imagen de tapa: LibroLab ARTAI
Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son
responsabilidad exclusiva del/los autor/es.
Protestas sociales en la Argentina reciente
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Índice
Presentación......................................................................................9
Matriz teórica y consideraciones metodológicas................ 17
Celia Basconzuelo, María Virginia Quiroga e
Iván Baggini
Dinámica sociohistórica de un ciclo de protestas
sociales situadas. Río Cuarto, 1989-1991.............................. 49
Celia Basconzuelo
El ciclo de protesta 1994-1996. Las reformas
estructurales desde los espacios subnacionales ................... 87
Marcela Susana Brizzio
1998-2000: entre la resistencia a la reforma estatal y el
reclamo por trabajo. Una mirada comunicacional a las
dinámicas de la protesta social en Río Cuarto ................... 119
Claudia Kenbel y María Eugenia Isidro
2001-2003: ribetes de la multicrisis y las protestas
sociales situadas .......................................................................... 147
María Virginia Quiroga e Iván Baggini
Epílogo. Situar(nos) para comprender. Recorrido
transversal por las protestas sociales en Río Cuarto
entre 1989 y 2003....................................................................... 173
Marcela Brizzio, María Eugenia Isidro y
Claudia Kenbel
Notas sobre las autoras y los autores.................................... 193
7
Presentación
Protestas sociales en la Argentina reciente. Un estudio teórico y
empírico desde la escala local, es el título escogido para este
libro que presenta los resultados finales del proyecto de
investigación financiado durante los años 2018 a 2021 por
el Ministerio de Ciencia y Tecnología del gobierno de Córdoba. El objetivo general del trabajo era realizar un estudio
de la protesta social en dos ciudades intermedias de la provincia de Córdoba, Río Cuarto y Villa María, delimitando
varios ciclos históricos comprendidos entre 1989 y 2003.
Tal inquietud se inspiró en el hecho de que las investigaciones previas acerca del pasado reciente de ambas localidades,
las dos más importantes de la provincia luego de la capital,
no se habían detenido en el análisis sobre esta dimensión
del conflicto social, de manera extensa y exhaustiva.
En esa senda, procuramos identificar y analizar los
colectivos movilizados, sus demandas, destinatarios, repertorios y formas organizativas. El marco conceptual delineado, así como el enfoque escogido, se corresponden con la
conformación interdisciplinar del equipo de investigación,
abarcando los campos de la historia, la ciencia política, el
trabajo social y la comunicación; de manera que estas diferentes, aunque complementarias miradas, se hallan presentes en los sucesivos capítulos de este volumen, manteniendo
coherencia y conservando autonomía.
Ya en marcha, la situación pandémica condicionó fuertemente el acceso a los archivos locales, hemerotecas y
demás repositorios inicialmente propuestos, configurando
un contexto de investigación que significó, para el conjunto
de las ciencias, también para las sociales, replantear objetivos y metodologías. En razón de ello, esta obra se concentra
en la comarca riocuartense, mientras la investigación empírica se fundamenta en el relevamiento periodístico de los
9
10 • Protestas sociales en la Argentina reciente
eventos de protesta a través de la consulta al diario local
Puntal.
En dicha ciudad del sur cordobés, nos interesa abordar
la problemática de las protestas en la historia reciente. En
efecto, una de las contribuciones del presente texto es inscribirse en este campo de estudio de relevancia creciente.
Según afirman Franco y Levín (2007), la historia reciente refiere “procesos históricos cuyas consecuencias directas
conservan aún fuertes efectos sobre el presente” (p. 18).
Las protestas sociales, por cierto, no solo emparentan con
tradiciones críticas como la historia social, la historia desde
abajo, la historia de los trabajadores, la historia de género,
entre otras, sino que pueden ser consideradas una de las
áreas sensibles y preocupantes de la actualidad, por cuanto
tornan visibles las movilizaciones de diferentes colectivos
sociales que desde el rasgo contencioso de sus acciones
interpelan, reclaman, se organizan, convocan y hasta pueden incidir en el curso de las políticas públicas en las distintas escalas donde se manifiestan. Particularmente, nos
ocupamos del período comprendido entre 1989 y 2003, un
pasado cercano en cuyo transcurso se asiste, en todo el país,
a la recuperación y reconstrucción democrática argentina
con sus tensiones sociales, económicas y políticas que complejizaron la agenda de la historia nacional y subnacional.
En ese lapso se vivenciaron coyunturas especialmente críticas, como la hiperinflación de 1989 y el colapso de 2001;
sumado a los contextos específicos de crisis provincial en
1995. Todo ello implicó grandes desafíos en términos de
gobernabilidad, representación política, modelo y planes
económicos, demandas sociales, entre otros. Mayo de 2003
significó el punto de corte de nuestra delimitación temporal, en tanto asumió un nuevo gobierno electo que pretendía retornar a la “normalidad institucional”, tras la renuncia
del primer mandatario Fernando de la Rúa (21 de diciembre
de 2001) y las secuelas de un escenario de fuerte crispación
social y preocupante inestabilidad económica, financiera y
político institucional.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 11
En este libro las protestas se estudian en una escala local,
la ciudad de Río Cuarto, correspondiéndose, también, con
un campo de estudio en expansión para los abordajes históricos y de las ciencias sociales en general. Es cierto que “lo
local tiene una virtud heurística”, que no debiera interpretarse simplemente como “una suerte de modelo reducido
de una dinámica general” y que, por el contrario, permite
valorizar actores y singularidades (Lepetit, 2015, p. 105).
Sin embargo, esa situacionalidad que confiere la escala no
implica necesariamente resaltar las diferencias, sino también destacar las similitudes y conexiones con lo registrado
en otros niveles de la realidad nacional (Frederic y Soprano,
2006). Se entenderá, entonces, la escala local de análisis como
una construcción espacial y, a la vez, una variación del espacio subnacional. En ella se inscribirá el análisis empírico
de las protestas y su interpretación a partir de dimensiones
cuali y cuantitativas seleccionadas especialmente para este
proceso investigativo. De esta manera, buscamos dar cuenta de las dinámicas situadas y, a la vez, conectadas que se
desencadenan al calor de los procesos de acción colectiva.
Así, vamos desandando la trama de las luchas sociales de
un tiempo y lugar específico, pero que anudan malestares
y disconformidades de períodos más extensos, experiencias
de múltiples latitudes, y propuestas alternativas diversas.
En torno a esta idea de demostrar el potencial teórico,
metodológico y empírico de las protestas en clave local,
se desarrolla la presente obra, aproximándonos a diversos
actores sociales (trabajadores y trabajadoras, vecinos y vecinas, empresarios y empresarias del agro y los servicios, ciudadanía en general, etc.), a sus demandas, sus organizaciones institucionalizadas o autoconvocadas, sus repertorios y
sus interpelaciones, siempre en el marco de un contexto
que, tal como anticipamos, se corresponde, por momentos, con “coyunturas críticas”. Es decir, situaciones donde
“las influencias estructurales en la acción política sean económicas, culturales, ideológicas, organizativas, se agudizan
significativamente durante un período relativamente corto
12 • Protestas sociales en la Argentina reciente
y la contingencia se vuelve primordial” (Capoccia y Kelemen, 2007, p. 344).
La prensa escrita, representada en este caso por el diario Puntal, ha sido la fuente principal para la recolección
de los datos que en cada capítulo adquieren una expresión
cuantitativa, al mismo tiempo que fundamentan el análisis
cualitativo. Se procedió, así, a la revisión de los ejemplares
del periódico correspondientes a la etapa bajo estudio, los
cuales se encuentran a disposición pública en el Archivo
Histórico Municipal de la ciudad de Río Cuarto. Para cada
edición, se identificaron las notas referidas a las protestas,
a la vez que se registraron las alusiones a los principales
hechos del contexto nacional, provincial y, especialmente,
local. Luego, con los datos obtenidos se elaboraron fichas
de relevamiento hemerográfico, cuestión que explicaremos
con más detalle en el primer capítulo de este libro. Vale
advertir que hemos tenido presente tanto aquellos aspectos
que favorecen la utilización de la prensa como fuente de
información, como las limitaciones que conlleva (Gordillo
et al., 2012; Scribano, 2003). En ese sentido, no desconocemos que las acciones de protesta publicadas son el producto
mediatizado de la realidad, por lo que, para acercarnos a
un registro lo más objetivo posible, se procedió a cotejar
la fuente a partir de nuestros marcos teóricos y los relevamientos o trabajos previos sobre el período, junto a la
información que proporcionaba el periódico sobre el contexto. A pesar de estas limitaciones, consideramos que es un
inicio importante para acercarnos a una sistematización de
la protesta en Río Cuarto.
La organización del trabajo de investigación y de campo insumió varias jornadas en cuyo transcurso se diseñaron
las fichas para el relevamiento de las protestas a partir de
la fuente periodística y se consensuaron los conceptos y
dimensiones de análisis, constituyéndose en el soporte teórico metodológico para el armado de este estudio. Como
resultado de todo este recorrido se organizaron los escritos que integran la presente publicación. Cada capítulo se
Protestas sociales en la Argentina reciente • 13
ocupa de un ciclo de protesta y en él se describe su frecuencia, la articulación con el contexto, además, se observan los
actores que protagonizaron dichos eventos, sus repertorios,
demandas y respectivas formas organizativas.
El capítulo inicial del volumen está dedicado a las
consideraciones teóricas y metodológicas requeridas para
entender cuándo se está frente a una acción de protesta y
cuáles dimensiones resultan claves para su abordaje desde
una perspectiva socio histórica. Sus autoras, Celia Basconzuelo y María Virginia Quiroga, junto a Iván Baggini, definen
las dos nociones centrales del trabajo, “protesta” y “ciclo de
protesta” y, valiéndose del análisis crítico de la bibliografía
pertinente, explicitan las dimensiones escogidas que permiten a lo largo de la obra centrar la mirada en los conceptos
asociados a la unidad de análisis (la protesta riocuartense).
Asimismo, indican la estrategia metodológica que se emplea
tanto en la instancia de organizar el abordaje del tema, así
como en el relevamiento de los datos.
El capítulo de Celia Basconzuelo, por su parte, examina
la dinámica de la protesta desde una perspectiva socio histórica y para ello escoge tres dimensiones de análisis: la trayectoria, el entorno y la acción contenciosa. Así, demuestra
que entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido, a la vez que una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales articulando sus demandas y
repertorios con otros que sincrónicamente acontecían en el
territorio nacional, mientras expresaban en y desde lo local
algunas notas peculiares de la conflictividad.
Resaltando la importancia que tuvieron los años noventa y las particularidades que presentaron en el espacio subnacional cordobés, así como en la escala local, Marcela Brizzio describe y analiza la difícil coyuntura de mediados de la
década de 1990 y particularmente la conflictividad del año
1995 en la ciudad de Río Cuarto. Muestra que las reacciones
de la ciudadanía riocuartense frente a la situación socioeconómica por la que atravesaba, cuyas raíces explicativas
se encuentran tanto en el cambio de paradigma económico
14 • Protestas sociales en la Argentina reciente
y político a nivel nacional como en la coyuntura provincial, podían asumir características propias y diferenciales
respecto de otros actores y procesos de escala nacional.
Desde un planteo que recupera las movilizaciones de fines
de los años noventa en Río Cuarto, el aporte de Claudia
Kenbel y María Eugenia Isidro permite observar la conflictividad social local en el ciclo 1998–2000, período en el que
continúa el protagonismo de los trabajadores organizados
en sindicatos como actores del espacio público, al que se
suman trabajadores desocupados, en lo que se constituye
como la antesala al estallido social del 2001. En este capítulo se analizan las protestas sociales de fin de siglo haciendo
foco especialmente en quienes son los actores protagonistas de estas acciones contenciosas, qué demandas sostienen
y con qué repertorios de acción se presentan en la arena
pública local. Para esto, las autoras proponen una mirada a
las protestas sociales desde el campo comunicacional.
Cerrando el período bajo estudio, el texto conjunto de
María Virginia Quiroga e Iván Baggini recoge la pretensión
de analizar algunas de las dimensiones implicadas en las
protestas sociales del lapso 2001–2003 en Río Cuarto, a
saber: la frecuencia de las acciones colectivas, los actores
sociales que se movilizaron, las formas de organización, los
repertorios de la acción contenciosa y las demandas que se
plantearon. Ello con miras a construir una aproximación
“situada” de los ribetes de la multicrisis en la escala local.
En definitiva, Quiroga y Baggini plantean que analizar la
protesta conduce al desafío de, por un lado, considerar los
procesos nacionales y provinciales de manera relacional y
conectada con el contexto local y, por el otro, reconocer
aquellas singularidades que tuvo la acción contenciosa en
las dimensiones elegidas para su estudio.
Finalmente, Marcela Brizzio, María Eugenia Isidro y
Claudia Kenbel construyen un epílogo donde recuperan los
hallazgos centrales del libro, y se animan a identificar algunas continuidades y rupturas en las dinámicas de la protesta
social durante el lapso 1989–2003.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 15
Sin mayores preludios, invitamos a la lectura atenta del
devenir contencioso de la ciudad de Río Cuarto, con miras
a contribuir a la reconstrucción de su historia reciente y
aportar al análisis de las acciones colectivas y sus contextos,
en el marco de relaciones recíprocas y de mutua incidencia.
Referencias
Capoccia, G. y Kelemen, D. (2007). The Study of Critical Junctures: Theory, Narrative, and Counterfactuals in Historical Institutionalism. World Politics, 59(3), 341–369.
Franco, M. y Levín, F. (2007). Historia reciente. Perspectivas
y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires,
Argentina: Paidós.
Frederic, S. y Soprano, G. (comps.). (2009). Política y variaciones de escalas en el análisis de la Argentina. Buenos
Aires, Argentina, Prometeo.
Gordillo, M.; Arriaga, A.; Franco, M. J.; Medina, L.; Natalucci, A. Solis, A. (2012). La protesta frente a las reformas
neoliberales en la Córdoba de fin de siglo. Córdoba, Argentina: Ferreyra Editor.
Lepetit, B. (2015). De la escala en historia. En J. Revel.
(Direct.), Juegos de escalas. Experiencias de microanálisis
(pp. 87–114). Buenos Aires, Argentina: UNSAM edita.
Scribano, A. (2003). Reflexiones sobre una estrategia metodológica para el análisis de las protestas sociales. Sociologías, 5 (9), 64–104. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86819565003
Matriz teórica
y consideraciones metodológicas1
CELIA BASCONZUELO, MARÍA VIRGINIA QUIROGA E IVÁN BAGGINI
Resumen
Este primer capítulo tiene el propósito de presentar y desarrollar los conceptos que consideramos pertinentes con
el campo de estudio de la protesta en escalas locales, y,
sobre esta base teórica y metodológica, se emprende, luego,
un análisis descriptivo explicativo que ocupa los restantes
capítulos. Los eventos acaecidos en Río Cuarto entre 1989
y 2003 constituyen la unidad de análisis y se recolectan los
datos de la información a partir del análisis del diario local
Puntal.
Inicialmente, se propone un análisis crítico de las categorías “protesta social” y “ciclo de protesta”; luego, se presenta una sistematización de la categoría protesta sobre la
base de un conjunto de dimensiones, a la vez que se explicitan las principales decisiones metodológicas, la unidad de
información empleada y las técnicas para el procesamiento
y análisis de los datos.
Introducción
En el campo de estudio de la sociología y de la historia, el
análisis de la protesta social tiene una larga trayectoria. Sus
aportes conceptuales, metodológicos y empíricos han sido
1
Este capítulo es una revisión y ampliación respecto de la versión original.
Véase Basconzuelo, Quiroga, et al. (2022).
17
18 • Protestas sociales en la Argentina reciente
amplios y variados. En el ámbito historiográfico europeo
una línea pionera identificada con el marxismo británico
había asociado diversos colectivos con las primeras expresiones contenciosas (Hobsbawm, 1952; Thompson, 1984;
Rudé, 1998). Por su parte, la sociología histórica, preocupada por la teoría de la acción colectiva, hizo foco en algunos
repertorios clásicos (Shorter y Tilly, 1986; Tarrow, 1997),
mientras el enfoque pragmático ha trabajado sobre nuevas
modalidades de la protesta a la vez que explica cómo se
construye el sujeto plural (Fillieule y Tartakowsky, 2015;
Lemieux, 2019; Thévenot, 2019).
Esas perspectivas encauzaron los primeros estudios de
la protesta social en Argentina (Jelín,1978; Marín, 1984;
Korzeniewicz, 1993; Iñigo Carrera et al., 1995; Schneider,
2005). A inicios del siglo XXI, particularmente luego de
los acontecimientos que enmarcaron la crisis de 2001, esa
corriente de indagación se intensificó, multiplicándose las
investigaciones sobre el tema y comprendiendo tanto los
escenarios urbanos como rurales, metropolitanos y provinciales, con un fuerte énfasis en las nuevas formas de protesta (Giarracca, 2001; Farinetti, 2002; Auyero, 2002a, 2002b;
Schuster et. al., 2006; Svampa y Pereyra, 2003; Lobato y
Suriano, 2003; Iñigo Carrera y Cotarelo, 2004; Svampa,
2009; Gordillo, Arriaga, et. al., 2012; Rossi, 2023). Durante
ese trayecto fue de importancia también la elaboración de
una historiografía de la protesta social (Lobato, 2003).
El abordaje de estos antecedentes se constituyó en el
punto de partida de nuestro interés por las protestas sociales; de manera que un primer desafío supuso acordar categorías y dimensiones de análisis, a la vez que derroteros
metodológicos. Es por ello que sentamos una sistematización de nociones como resultado de discusiones teóricas
previas y como paso concreto para la explicación e interpretación del tema a tratar, que diera lugar a correlaciones
con los eventos observados.
Así, se elaboró una matriz y, por eso, este primer capítulo resulta introductorio al tema y basal, al mismo tiempo,
Protestas sociales en la Argentina reciente • 19
para los restantes. Se presentan y desarrollan conceptos que
consideramos muy pertinentes con el campo de estudio de
la protesta en escalas locales, y, sobre este soporte teórico
y metodológico, se emprende luego un análisis descriptivo
explicativo. Los eventos acaecidos en Río Cuarto entre 1989
y 2003 constituyen la unidad de análisis y se recolectan los
datos de la información a partir del análisis del diario local
Puntal.
Inicialmente se propone un análisis crítico de las categorías “protesta social” y “ciclo de protesta”, a partir del diálogo
con autores y autoras que se han escogido por su reconocida contribución al tema y cuentan, además, con las mayores referencias para avanzar en una propuesta teórica que
condensa nuestra mirada interdisciplinar. Seguidamente, se
presenta una sistematización de la categoría protesta sobre la
base de un conjunto de dimensiones y subdimensiones que
recogen en su formulación nuestro debate y precisiones
respecto de contenidos y alcances de cada una de ellas.
A la vez que sugerimos definiciones para dichas nociones, dejamos trazado, a través del parágrafo contiguo, un
posible derrotero metodológico mediante el cual se pudieron
abordar cuatro ciclos históricos de protestas localizadas en
Río Cuarto, correspondientes a los períodos 1989–1991;
1994–1996; 1998–2000 y 2001–2003. Este momento de
la investigación se correspondió con la confección de una
ficha para la recolección de los datos. Finalmente, toda la
información obtenida sobre las protestas que efectivamente
tuvieron lugar en la ciudad sureña cordobesa se estructura
a través de un relato que, a lo largo de los restantes capítulos de la obra, procura desentrañar los aspectos relevantes
considerados por sus autores.
20 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Protesta y ciclo de protestas
Delineamos la búsqueda de una perspectiva teórica conducente a la comprensión de la dinámica de la protesta, lo que
nos llevó a plantear la idea de que ésta no constituye un
punto de partida homogéneo y estático; es decir, no habría
un núcleo duro con rasgos específicos (de clase, género,
etnia, entre otros) según el cual pueda ser definida en todo
lugar y momento. Por el contrario, entendemos a la protesta
social como una forma de acción colectiva situada, de carácter contencioso, deliberado, con visibilidad pública, protagonizada por actores sociales con demandas específicas que
expresan un malestar o descontento y se dirige, directa o
indirectamente, al Estado en sus diferentes niveles2.
Esta propuesta teórica busca distanciarse de definiciones esencialistas que vinculan a las protestas sociales con
contenidos previamente determinados o con actores sociales delimitados a priori (Quiroga y Magrini, 2020), y se aproxima a los criterios sugeridos por estudiosos del tema, en el
sentido de sentar una noción lo suficientemente amplia que
permita comprender tanto las iniciativas en un solo lugar
y en un único momento, como las acciones encadenadas y
dispersas en varios espacios simultáneos (Schuster, 2005).
En el proceso de construcción de la categoría puede
señalarse otro aspecto. Si se acepta que la protesta tiene
carácter situado, contencioso, deliberado y con visibilidad
pública, tal afirmación remite a una trama de sentidos, relaciones y oposiciones en las cuales las acciones colectivas se
van gestando y reconfigurando, y ello acontece en el marco de contextos históricos. Con esta expresión referimos
a las condiciones estructurales y al entorno situado de la
2
La conceptualización adoptada es resultado de los intercambios del grupo
de investigación, considerando fundamentalmente los aportes de Tilly
(1978); Tarrow (1997); Traugott (2002); Auyero (2002); Schuster (2005);
Svampa (2009); Gordillo, Arriaga, Franco et al. (2012); Calderón Gutiérrez
(2012). Se emplea esta definición en Basconzuelo (2021) y Quiroga y Baggini (2020).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 21
protesta, el cual comprende, por un lado, los marcos políticos, culturales, sociales y económicos en que las acciones se
generan y, por el otro, su escala de manifestación.
Desde esta perspectiva, puede afirmarse que el carácter
situado de la protesta vincula el accionar que ésta conlleva
con las dimensiones de un tiempo y un espacio concretos;
y, a la vez, con las dinámicas históricas y ciclos de conflictividad en que se inserta (Calderón Gutiérrez, 2012). Es
necesario, entonces, reparar en el encadenamiento de las
protestas sociales, donde una iniciativa específica se relaciona con otras y evidencia continuidades con formas previas
de acción, que se complementan y potencian con otras más
novedosas (Auyero, 2002).
El carácter contencioso de las protestas sociales se
manifiesta en su irrupción conflictiva/litigiosa en el espacio público; con la pretensión de visibilizar una o varias
demandas previamente insatisfechas, y desplegándose frente a un “otro” que niega la posibilidad de responder a esas
demandas. Claramente, se trata de procesos organizados e
intencionales (deliberados), que requieren del discurso y de
la acción para lograr exteriorizarse (adquiriendo visibilidad
pública), aunque pueden estar también vinculados a períodos de latencia (Melucci, 1999; Scribano, 2003).
Nuestra definición establece, además, que la demanda
(o demandas) que articulan la protesta expresan la disconformidad y/o el malestar con alguna situación que se considera injusta, por lo cual requiere de una acción para ser
revertida. Esa acción contenciosa puede inclusive trascender la particularidad del colectivo afectado, a partir de la
elaboración de una o varias demandas que, recurriendo a un
lenguaje de derechos, consigue instalarse y legitimarse en el
espacio público (Gordillo, Arriaga, Franco et al., 2012).
Estas cuestiones son importantes para dar cuenta, por
un lado, de las relaciones de cooperación y construcción de equivalencias entre diversos actores protestatarios
que se articulan a partir de la común insatisfacción de
sus demandas; y, por otro, del trazado de fronteras y el
22 • Protestas sociales en la Argentina reciente
distanciamiento con aquellos actores, instituciones, agentes
responsables de la insatisfacción de esas demandas (Laclau,
2005). Ello resulta clave para comprender que la protesta
social implica la conformación de un “nosotros”, en contraposición con un “ellos”, que interrumpe un estado normal
de cosas al poner en escena una “injusticia”, ante la cual se
reacciona colectivamente.
Por otra parte, nuestra definición ubica también al
Estado como actor a quien se dirige la acción contenciosa,
sea de manera directa o indirecta, con el propósito de solicitar su intervención. Cabe acotar que ese Estado no siempre
representa, para quienes se movilizan, su alter; puede ser
tan solo depositario de la demanda.
Así definida la categoría se avanzó en un segundo término que nos permitió comprender aspectos de la dinámica
temporal específica que toda acción contenciosa implica,
ya que los estudios empíricos muestran generalmente un
patrón de flujo y reflujo, niveles de movilización y confrontación más intensos en unos períodos que en otros.
Para estos rasgos de la protesta consideramos la noción
de ciclo de protestas, que de acuerdo con Sidney Tarrow
(1997) puede entenderse como:
una fase de identificación de los conflictos y la confrontación
en el sistema social, que incluye una rápida difusión de la
acción colectiva de los sectores más movilizados a los menos
movilizados; un ritmo de innovación acelerado en las formas
de confrontación; marcos nuevos o transformados para la
acción colectiva; una combinación de participación organizada y no organizada; y unas secuencias de interacción intensificada entre disidentes y autoridades que pueden terminar
en la reforma, la represión y, a veces, en una revolución. (pp.
263–264)
El concepto nos permite pensar la especificidad de
un conjunto de acciones contenciosas cuando se presentan
como un ciclo articulado, se caracterizan por un aumento en
Protestas sociales en la Argentina reciente • 23
el nivel de frecuencia del conflicto que incluye a diferentes
sectores sociales, que pueden o no haber tenido experiencia
previa, pero que articulan su demanda o demandas y legitiman su reclamo a través de nuevos marcos referenciales
o significativos. También comprende una rápida difusión
territorial del conflicto y cambios de escala de la protesta
(local, provincial, nacional o viceversa), por lo que resulta
necesario examinar los mecanismos que facilitan su expansión y las redes explícitas o subyacentes de quienes organizan el movimiento, así como la disponibilidad de canales
de comunicación que favorecen la dispersión de los marcos
de sentido, tácticas y repertorios (Tarrow, 1997; Herrera,
2008; Quiroga y Baggini, 2020; Isidro y Kenbel, 2020).
Ciclo de protestas es así un concepto fructífero para
aprehender la intensidad, diversidad, expansión, movimiento de las acciones colectivas contenciosas en la dimensión
temporal. A continuación, daremos cuenta del paso de las
categorías teóricas precedentes a la formulación de las
dimensiones y subdimensiones operativas que las mismas
refieren.
La mirada metodológica a la protesta social situada
Luego de ubicar a nuestra investigación en un diseño estructurado con un alcance descriptivo, en nuestra tarea de hacer
observable la noción de protesta social nos guiamos por
trabajos previos propios (Quiroga y Baggini, 2020; Quiroga
y Magrini, 2020; Basconzuelo, 2021) y de terceros (Tilly,
1978; Traugott, 2002; Auyero, 2002; Aboy Carlés, 2001;
2011; Barros, 2002 y 2017, Schuster, 2005; Svampa, 2009;
Gordillo, Arriaga, Franco, et al., 2012; Calderón Gutiérrez,
2012). Al mismo tiempo, este proceso requirió de un permanente diálogo reflexivo entre la unidad de análisis (protestas que conforman un ciclo) y la fuente de información
utilizada a lo largo de nuestra investigación, el diario Puntal.
24 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Dicha publicación se constituyó en la principal fuente
para identificar las protestas sociales en el espacio tiempo
de estudio; en relación a ello procuramos tener presente
tanto aquellos aspectos que favorecen a su utilización, como
las limitaciones que conlleva. Esto quiere decir que los
hechos noticiosos registrados por la prensa no son ajenos a
la construcción discursiva y el posicionamiento ideológico
del periódico, cuestiones que atraviesan la lógica de construcción de la noticia. En ese sentido, no desconocemos que
las acciones de protesta publicadas son el producto mediatizado de la realidad por lo que, para acercarnos a un registro lo más objetivo posible, se procedió a cotejar la fuente
a partir de nuestros marcos teóricos y los relevamientos o
trabajos previos sobre el período, junto a la información
que proporcionaba el periódico sobre el contexto bajo estudio. A pesar de estas limitaciones de la fuente, consideramos
que nos permite un importante primer acercamiento con la
intención de mapear el devenir de la protesta en la ciudad
de Río Cuarto3.
Sostenemos que el abordaje de las protestas sociales
puede emprenderse desde al menos cuatro aristas o dimensiones implicadas en su trama: la situada, la del actor colectivo, la de movilización, y la de alteridad. Cada una de estas
dimensiones, a su vez y respectivamente, admite subdimensiones. Veamos esto con mayor detenimiento.
Dimensiones y subdimensiones
En primer lugar, la dimensión situada contempla la ubicación de la protesta en su coordenada histórica, espacial
3
En el mismo sentido, Gordillo et al. (2012) y Scribano (2003), advierten
sobre las limitaciones y riesgos que existe para hacer investigación a partir
de periódicos, pero, a su vez, legitiman esta fuente y remarcan la reflexividad
del investigador o investigadora como un reaseguro para la construcción de
la información.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 25
y temporal y se pregunta por las características que presenta el entorno de la protesta considerando a su vez las
escalas (nacional, provincial y local). Su aplicación para el
análisis de los eventos puede orientarse a partir de algunas
preguntas: ¿Cuáles son las condiciones materiales, sociales,
políticas y culturales que enmarcan la protesta, teniendo en
cuenta, especialmente, estos aspectos en el espacio nacional
y subnacional? ¿Qué acontecimiento/s desencadena/n la
protesta? ¿En qué espacio geográfico se origina? ¿Cuál es el
lugar donde se hace visible? En tal sentido, se proponen dos
subdimensiones respectivas:
a. El contexto. Según la RAE la palabra contexto deriva del
latín “contextus” y refiere el “entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra
índole, en el que se considera un hecho”4. La importancia del “entorno” ha sido señalada por aquellos trabajos
que resignifican las dimensiones materiales del quehacer social. De acuerdo con Sewell (2006), las prácticas
sociales no solo estarían discursivamente constituidas,
sino que podrían considerarse actos “en y sobre entornos materiales” (p. 66). Las acciones humanas construyen y transforman los entornos, aunque éstos también
están “prefigurados por los constreñimientos y posibilidades del entorno construido previamente existente”
(p. 69).
b. La escala. Nos ocupa una noción empleada en los estudios geográficos. En este sentido, y en consonancia
con un enfoque socio espacial, Lopes de Souza (2013),
propone el concepto “escala de acción” para referir el
alcance espacial de las prácticas de los agentes, particularmente donde tienen lugar las acciones colectivas
junto con el papel de los sujetos involucrados en ellas,
cuyo nivel puede comprender desde un barrio, una
ciudad, una metrópoli, una región, la nación, hasta lo
4
Véase https://dle.rae.es/contexto
26 • Protestas sociales en la Argentina reciente
global. La escala local, por su parte, se refiere a “un
recorte espacial, socialmente construido y dinámico”
(p. 182). Dicha noción ha sido de gran utilidad también
en el campo de la historia (Revel, 2015), donde se ha
propuesto que su abordaje no quede ceñido simplemente a “reflejar lo general”, como así tampoco “analizar la localidad, sino estudiar determinados problemas
acciones conflictos o experiencias en la localidad” (Pons
y Serna, 2007, p. 23).
Cabría preguntarse, entonces, qué aspectos particulares revisten las protestas sociales observadas en Río Cuarto, qué dimensiones les otorgan especificidad en razón de
lo cual pueden interpelar las evidencias recogidas por los
estudios generales; y, a la vez, qué aspectos de su dinámica
comparte con otras protestas similares que han sido analizadas por otros autores en la escala nacional.
En segunda instancia, la dimensión del actor se refiere
a los colectivos sociales que protagonizan las protestas, la
denominación que se atribuyen y la que reciben por parte
de terceros, sus formas organizativas y las relaciones que
establecen con otros actores a la hora de generar alianzas
y/o redes. En el marco de esta dimensión, se intenta responder centralmente a: ¿quiénes emprenden las acciones de
protesta? ¿Cómo se autodenominan? ¿Qué identificaciones
se les atribuye? ¿Pertenecen a organizaciones formalizadas
o se constituyen espontáneamente a partir de la acción
colectiva? ¿Se establecen vínculos con otros actores en el
devenir de la protesta? Para su estudio se proponen como
subdimensiones:
a. La identificación. Dicho término es preferible al de identidad, según la perspectiva de Zaira Navarrete Cazales
(2015), por cuanto este último es aporético; es decir,
“tiene la condición de necesariedad y a la vez de imposibilidad […] es algo irrepresentable, sólo se puede
hablar de ella, pero jamás representarla en términos
Protestas sociales en la Argentina reciente • 27
tangibles, definitivos, exhaustivos, ni categóricos” (p.
464). Desde un repertorio discursivo y psicoanalítico
de carácter teórico, con base en la teoría del discurso
y el análisis político de influencia laclauniana, la autora
recupera el concepto de identificación para entender
mejor el proceso de construcción identitaria. En este
sentido, sostiene que “la identificación es un proceso psicológico mediante el cual un sujeto asimila un
aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste” (p.
269). La identidad no estaría fijada de manera definitiva y esencialista. Por eso, se trata de “una construcción,
un proceso nunca acabado”, es condicional y sujeta a la
contingencia (p. 270).
En su aplicación a los actores colectivos entenderemos la identificación como un proceso de construcción
identitaria de los individuos en sujetos, en sentido relacional y diferencial con los “otros” y que deviene, por
lo tanto, de la tensión entre la auto identificación y la
hetero identificación.
b. La organización: refiere a las diversas formas organizativas que libremente constituyen los colectivos sociales,
permite identificarlos en el proceso de la acción contenciosa. A través de ellas quienes protestan deciden
sobre las vías y modalidades que adoptarán para expresar sus demandas en el espacio público. Las mismas
pueden reconocer una existencia previa y presentar
una formalidad constitutiva (sindicatos, asociaciones,
etc.) o bien configurarse a partir de la acción de protesta. En el caso de consolidarse a lo largo del tiempo,
pueden dar lugar a la constitución de movimientos
sociales (Alguacil Gómez, 2007).
c. Las alianzas: son las relaciones de cooperación que se
entablan con otros actores que acompañan la dinámica
del conflicto (vecinos de territorios involucrados, profesionales, medios de comunicación, entre otros posibles). Esos aliados no necesariamente se ven afectados
28 • Protestas sociales en la Argentina reciente
por el malestar que conduce a la protesta, pero se comprometen con ella participando de la coordinación de
acciones, la denuncia, los lazos de solidaridad, la facilitación de recursos, etc. (Giarracca y Mariotti, 2012).
Ello puede derivar en la conformación de redes de
apoyo con actores que se encuentran situados en diferentes
lugares geográficos y en distintas escalas (desde lo local a
lo internacional); aunque estas redes incluyen también las
construidas en el mismo lugar donde se manifiesta la protesta. En síntesis, lo que este proceso aporta es la conformación de un espacio político y de acción política conjunta,
potenciando los momentos de visibilidad, y canalizando las
demandas a nuevas arenas de interlocución y vías posibles
de resolución.
En tercer lugar, puede considerarse la dimensión de la
movilización que pretende retratar la acción contenciosa en
sí misma, su dinámica temporal, reivindicativa y organizativa. Ello significa fundamentalmente preguntarse cuándo
irrumpe, para qué y cómo se protesta; por lo tanto, nos
acerca a la cronología de la protesta social, la explicitación
de la/s demanda/s, y los repertorios y recursos organizativos empleados por sus actores.
Así, esta dimensión se presenta relacionada con lo que
autores como Laclau y Mouffe (2004), denominan conceptualmente construcción equivalencial; noción que remite al
proceso por el cual un colectivo crea y recrea un “nosotros”,
a partir de la común insatisfacción de algunas demandas.
En otras palabras, cuando las múltiples demandas no son
satisfechas por los canales administrativos, la insatisfacción
podría abonar la emergencia de un sentido de frustración múltiple, capaz de despertar la solidaridad entre ellas.
Las distintas demandas serán, en principio, equivalentes en
relación a aquello que las niega, la institucionalidad que no
les hace lugar.
Las subdimensiones más pertinentes para su estudio
son las siguientes:
Protestas sociales en la Argentina reciente • 29
a. Periodización de la protesta: hace referencia a la temporalidad específica de la protesta y permite identificar,
por un lado, su cronología, es decir, el momento en
que la acción protestaria se hace visible en el espacio
público societal y señala su fijación temporal; así como
también su duración, para referir el lapso durante el
cual se desarrolla la acción contenciosa, que puede ser
horas o días. Esta secuencia advierte acerca de la representación de un único evento o bien su repetición a lo
largo de una escala temporal más amplia (Basconzuelo, 2021). Esta comprensión de la dinámica temporal
nos aproxima al concepto ciclo de protestas, por cuanto
facilita aprehender (según se dijo con anterioridad) la
intensidad, diversidad, expansión y movimiento de las
acciones colectivas contenciosas.
b. Demanda: la constitución de la demanda es un elemento central, que define el para qué de la protesta. Laclau
(2005) considera que constituye “la forma elemental de
la construcción del vínculo social” (p. 98). De allí que,
pensar en la conformación de las acciones colectivas,
requiere ahondar en el proceso de construcción de
articulaciones entre demandas diversas en torno a un
significante común, antes que dar cuenta de ellas como
acciones aisladas y homogéneas.
A la vez, siguiendo a autores como Barros (2006; 2017),
Retamozo (2015) y Schuster (2005), es preciso distinguir el contenido particular de la demanda, de los
sentidos más generales que conlleva. Es decir, por un
lado, las identidades colectivas presentan una propuesta específica, como respuesta a una demanda insatisfecha; y, por otro lado, también portan una promesa
de plenitud más amplia, que trasciende la reivindicación concreta para asumir un carácter más general.
Mientras que el primer aspecto parece vincularse con
la formulación de la demanda como pedido–solicitud;
el segundo, lo hace con la noción de reivindicación.
“La reivindicación, a diferencia de la simple solicitud,
30 • Protestas sociales en la Argentina reciente
tendrá un contenido de insatisfacción que es elevado a
una instancia diferente a la que originalmente se había
dirigido la demanda” (Barros, 2006, p. 66). Esto quiere decir que la reivindicación trasciende el contenido
literal de una demanda para plantear cuestionamientos
más profundos al orden vigente.
En definitiva, el seguimiento de la demanda tiene un
alto potencial analítico para explicar el surgimiento de
las acciones colectivas que adquirieron cierta identidad colectiva, organización, continuidad en el tiempo y
extensión en el espacio.
c. Repertorio de la acción: es el formato o forma en que
adquiere visibilidad la acción de protesta, es decir, el
modo en que se presenta en la escena pública. De acuerdo con Charles Tilly, un autor clásico de los estudios
sobre acción colectiva, el repertorio se define como “la
totalidad de los medios de que dispone un grupo para
plantear exigencias de distinto tipo a diferentes individuos o grupos” (citado por Tarrow, 1997, p. 67). Pueden ser parroquiales, particulares o bifurcados, según
se orienten a asuntos locales, varíen de acuerdo con la
situación y el grupo, o bien la acción directa contemple
objetivos locales y asuntos nacionales, respectivamente. Otra cualidad es que se modifican lentamente a lo
largo del tiempo (Tilly, 1978). Tarrow (1997) agrega
que el repertorio es un concepto estructural y a la vez
cultural, por cuanto se trata de la acción llevada a cabo
por la gente cuando se halla en conflicto con otros, realizada mediante las formas culturales de esa sociedad.
d. Recursos organizativos: Son los instrumentos que emplean
los actores en un tiempo y lugar determinados, y a los
que se recurre, tanto a partir de su racionalidad estratégica, como de las tradiciones e historias subjetivas
de los individuos o grupos que actúan para concretar
la acción de protesta. Algunos recursos son visibles
materialmente (por ejemplo, panfletos, telefonía móvil,
megáfonos, redactores, suscriptores, etc.), otros son
Protestas sociales en la Argentina reciente • 31
virtuales (redes sociales), otros responden a un carácter
simbólico (modelos de petitorio, de solicitada, experiencia previa, experticia de profesionales). En algunas
protestas los recursos se combinan, o bien puede prevalecer uno de ellos.
Finalmente, cabe distinguir la dimensión de alteridad.
Ésta, remite a las relaciones de diferenciación y oposición
que se van construyendo, y delimitan fronteras políticas
con aquello que se identifica como “lo otro” de la protesta.
Pero, esa “otredad” no alude solamente a un tercero diferente y externo, sino que señala a los responsables de la
insatisfacción de las demandas que originaron la protesta.
Parafraseando a Laclau y Mouffe (2004) la alteridad es parte
de las condiciones de existencia de una protesta social, ya
que se reconoce como causante de la situación de “malestar”
que condujo a la acción colectiva; es decir, sin ese “ellos”
que agravian, molestan e invisibilizan, no sería posible la
organización de un “nosotros” (p. 38).
En el ámbito de los estudios de la acción colectiva
y de las protestas sociales, diversos autores reconocen la
importancia de esta dimensión como arista constitutiva de
las protestas, aunque señalan que con la sola presencia de
la alteridad no alcanza, sino que debe darse un proceso de
significación interna para que el grupo logre vincular la
insatisfacción de sus demandas con la responsabilidad de
un determinado actor. Al respecto, consideramos dos preguntas centrales: ¿Ante quiénes se posicionan los actores
protestatarios o los actores que protestan? ¿Qué relaciones
de oposición se construyen? A partir de ellas pueden enunciarse dos subdimensiones:
a. Demandados: son los involucrados indirectamente en el
malestar de la protesta y pueden, no obstante, intermediar en la búsqueda de soluciones. En otras palabras,
es el actor interpelado, a quien se plantea la demanda:
32 • Protestas sociales en la Argentina reciente
el Estado en sus diversos niveles5, algún funcionario en
particular, los medios de comunicación, entre otros.
b. Adversarios: se trata del otro diferente y contrapuesto
que se reconoce como implicado directamente en la
situación de malestar o descontento y que abona el origen de la protesta. Es el antagonista y puede referir al
Estado (nacional, provincial o municipal), una empresa, un partido político, una/s figura/s individual/es del
ámbito público o privado, entre otros.
En definitiva, la multiplicidad de dimensiones y subdimensiones implicadas en esta operacionalización de la
categoría protesta social (ver Tabla 1), reafirma que se trata
de un proceso complejo, que no deriva mecánicamente de
la estructura social, ni se explica por decisiones estratégicas
o meramente emocionales; aunque, de algún modo, todos
estos factores intervienen en su trama. De esta manera,
procuramos reparar tanto en las relaciones de equivalencia
entre actores y demandas diversas, pero comúnmente insatisfechas, como así también en las relaciones de diferencia
y de oposición con aquellos que son identificados como
responsables del malestar que dio origen a la acción colectiva. Es en ese entramado de articulaciones que se abren los
cuestionamientos sobre el orden establecido, y los conflictos entre los lugares “naturalmente” asignados y las alternativas de cambio.
5
El Estado presenta la particularidad de ser referido en la fuente periodística
a veces como actor demandado y otras como adversario.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 33
Tabla 1. Nociones operativas de la categoría protesta social
PROTESTA SOCIAL
PREGUNTAS ORIENTADO- DIMENSIONES DE ANÁLIRAS
SIS
¿Cuáles son las condiciones
materiales, sociales, políticas y culturales que enmarcan la protesta?
DIMENSIÓN SITUADA
SUBDIMENSIONES DE
ANÁLISIS
Contexto político, económico, socio cultural nacional y
provincial
¿Dónde se origina? ¿Dónde
se desenvuelve?
Escala local (espacio geográfico y lugar de la protesta)
¿Qué acontecimiento/s
desencadena/n la protesta?
Acontecimiento/s desencadenante/s
¿Quiénes realizan las acciones de protesta? ¿Cómo se
autodenominan? ¿Cómo
son denominados por terceros?
DIMENSIÓN DEL ACTOR
Identificación (auto y hetero)
¿Pertenecen a organizaciones formalizadas previamente o se constituyen a
partir de la acción colectiva?
Organización
¿Se establecen vínculos
cooperativos con otros
actores en el devenir de la
protesta?
Alianzas
¿Cuándo los actores
adquieren visibilidad en el
espacio público?
DIMENSIÓN DE MOVILIZACIÓN
¿Por qué se movilizan?
Demanda
¿Cómo eligen manifestarse?
Repertorio
¿Qué recursos eligen/
emplean?
¿Ante quiénes se dirige la
protesta?
¿Qué relaciones de oposición se construyen?
Periodización
Recursos organizativos
DIMENSIÓN DE ALTERIDAD
Demandados
Adversarios
Fuente: Elaboración propia a partir de los debates del grupo de investigación.
34 • Protestas sociales en la Argentina reciente
El trabajo de campo
La realización del trabajo de campo y el tratamiento de
la fuente periodística, el diario Puntal, requerían de un
criterio metodológico particular que permitiese relevar
todas las noticias referidas a las protestas acontecidas
durante las etapas seleccionadas.
Tal como puede observarse en la Tabla 2, la ficha de
recolección de datos confeccionada permitió emprender
la tarea de relevar cada protesta consignada por el diario Puntal. Si bien la mayor parte de las variables indicadas en la Tabla podían cuantificarse, en tanto de las
otras iban a obtenerse registros cualitativos, se procedió
a realizar el trabajo de campo con conocimiento de que
la fuente podía eventualmente no precisar información
sobre algunos indicadores.
Luego, de relevada la información se emprendió un
análisis cuantitativo de carácter descriptivo cuyos resultados se traducen en gráficos, según se verá en cada
capítulo y, de acuerdo con cada ciclo de protesta. En
cada uno de ellos se contabilizan la cantidad de protestas, los actores, las formas organizativas, las demandas y
los repertorios.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 35
Tabla 2. Ficha de relevamiento hemerográfico
N° de Ficha:
Año
Mes
Día
Extensión
Contexto
Escala
Lugar
Acontecimiento
desencadenante
Actor
Autoidentificación
Identidad atribuida por la
prensa
Organización
Demanda
Satisfacción de
la demanda
Repertorio
Recursos
Demandados
Adversarios
Alianzas
Observaciones
Fuente: Elaboración propia a partir de los debates del grupo de investigación.
Tal como se desprende de la lectura de la ficha, las
dimensiones y subdimensiones cuantificables y cualitativas
se corresponden con términos que integran el siguiente
glosario de utilidad para comprender qué información concreta requirió ser completada:
N° de Ficha: Se coloca el número en forma secuencial
y corresponde a cada protesta. Es decir, se registra cada
evento independientemente de que el mismo se suceda a lo
largo de varios días. En tal caso, todos los datos que ofrece
la noticia periodística se consignan en la misma ficha.
Año, Mes y Día: Se consigna la cronología de la protesta
y es diferente a la fecha en que el diario da a conocer la
noticia.
Extensión: Se indica desde la cantidad de horas que dura
la protesta a la totalidad de días, en tal caso.
36 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Contexto: Remite al entorno de la protesta constituido
por las condiciones generales desde el punto de vista social,
económico, político y cultural, que sirven de marco de referencia para situar el evento contencioso en su coordenada
temporal y en el espacio nacional y subnacional.
Escala: Es el espacio geográfico donde se genera la protesta (ciudad, ámbito rural o periurbano), sin desconocer su
articulación con otras escalas (subnacional y global).
Lugar: Es donde efectivamente se desenvuelve la protesta: (la plaza, el barrio, la ruta, la fábrica, etc.).
Acontecimiento que desencadena la protesta: es el episodio
que el diario registra y que se puede asociar con la decisión
de ir a la protesta.
Actor: Es el colectivo que protagoniza el evento.
Autoidentificación: Son los términos empleados por el
actor protestatario mediante los cuales se define a sí mismo.
Identidad atribuida por la prensa: Son los términos utilizados por la prensa para definir al actor de la protesta.
Organización: Define las formas organizativas que los
actores emplean para llevar a cabo la protesta, que pueden
ser institucionalizadas o más bien espontáneas y autoconvocadas.
Alianzas: Son los vínculos y las relaciones de cooperación que construyen quienes protestan con otros adherentes; apoyos que pueden provenir de la misma escala o bien
de otros espacios.
Demanda: Es lo que solicita el actor, el objetivo que
moviliza a la acción
Satisfacción de la demanda: Indica si el actor ha conseguido obtener alguna respuesta a su demanda.
Repertorio: Es el formato de la protesta y describe el
modo que los actores escogen para dar visibilidad a su
reclamo (manifestación, huelga, corte, toma, piquete, lockout, escrache, acampe, cacerolazo, etc.).
Recursos: son los elementos materiales asignados a la
protesta (financiamiento, tecnología, afiches, etc.).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 37
Demandados: es el actor ante quien se dirige la demanda
(Estado, gobierno local, el gobierno provincial, empresarios, etc.).
Adversarios: es el antagonista. Suele no aparecer de
manera explícita en el diario (multinacionales, capitalismo
financiero, monopolios, modelo neoliberal, etc.)
Observaciones: Se anota aquí la existencia de imágenes
que acompañan la noticia, también si es portada del diario
o cualquier otro dato de relevancia.
Este capítulo inicial reviste el carácter de introductorio; por eso, se ha desarrollado la arquitectura conceptual
y metodológica de la obra mientras en los siguientes se
trabajarán los períodos delimitados entre los años 1989 a
2003. Cabe aclarar, finalmente, que la delimitación de esos
momentos de la historia social de las protestas sea en bienios (1994–1996; 1998–2000) y trienios (1989–1991; 2001
–2003), se hizo sobre la base de acontecimientos que signaron la historia nacional o bien subnacional. En el primer
sentido se explica que las fechas iniciales y terminales del
relevamiento (1989 y 2003), además del 2001, coincidan con
momentos claves de la historia nacional, en tanto las restantes se corresponden con sucesos que marcaron el devenir
de la provincia de Córdoba y de la localidad del sur. Es una
combinación cronológica que muestra, pues, la importancia
de indagar en la escala local sin soslayar su articulación con
el nivel nacional y subnacional.
Procesamiento y análisis de la información
Debido a que las dimensiones y subdimensiones revisten un
nivel abstracto del proceso de operacionalización y no es
posible medirlas de manera directa, se elaboraron un conjunto de categorías operables para cada una de ellas para
poder, de ese modo, facilitar la tabulación de los datos. Así,
procedemos a mostrar aquí la selección emprendida para el
38 • Protestas sociales en la Argentina reciente
posterior análisis empírico que se explaya en cada capítulo de este libro. Consideramos, entonces, la dimensión del
actor (concretamente la identificación y la organización); y
la dimensión de movilización (particularmente demandas y
repertorios).
En primer lugar, para la subdimensión identificación
(en el marco de la dimensión del actor arriba citada) se
eligieron los indicadores siguientes: a. trabajadores y trabajadoras, entendida como toda aquella persona que desempeña
un trabajo o una actividad regular dentro de una sociedad
y de la cual recibe una contribución monetaria (generalmente salario, paga). A su vez, distinguimos trabajadores/as
de la salud, de la administración pública, de la educación,
de servicios, de comercio, de industria, por cuenta propia
y jubilados o jubiladas6; b. empresarios y empresarias, quienes
cuentan con la propiedad de los medios de producción,
comercialización y/o servicios y, en general, tienen empleados a su cargo. También los subdividimos en empresariado
del agro, de servicios, de comercio, de industria; c. desocupados y desocupadas, todas aquellas personas pertenecientes
a la población económicamente activa que se encuentran en
condición de desempleo, es decir, que están disponibles para
trabajar y quieren hacerlo, pero no consiguen una fuente
laboral; d. estudiantes, alude a quienes cursan de manera
regular alguno de los niveles del sistema educativo formal;
e. ciudadanos y ciudadanas, quienes se nuclean y movilizan a
partir de reconocerse como miembros de una misma comunidad política; f. vecinos y vecinas, designa a quienes habitan
en proximidad de morada con otros, y se nuclean y movilizan en torno a la cuestión territorial barrial; y, g. familiares y
amistades de.., hace alusión a quienes se nuclean y movilizan
6
Por jubilados/as se define a los y las trabajadoras en condición pasiva, quienes cumplieron un ciclo laboral y/o de cuidado y en la actualidad pasaron a
retiro. Cabe destacar que lo incluimos en la variable trabajadores, pues un
porcentaje importante sigue de manera parcial o total vinculado al mercado
de trabajo más allá de ser considerado como parte de la población económicamente pasiva.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 39
por la cercanía (de sangre o afinidad) con la víctima de un
perjuicio.
En segunda instancia, para la subdimensión de organización (también en el marco de la dimensión del actor),
trabajamos con: a. institucionalizada, en tanto modalidad
organizativa que surge y se desarrolla siguiendo las iniciativas y propuestas de alguna institución, asociación o
entidad en particular; incluimos las variantes sindical/gremial; empresarial; partidaria; religiosa; estudiantil; territorial, entre otras; b. autoconvocada, organización que surge y
se desarrolla de modo espontáneo, siguiendo la propia iniciativa y voluntad de sus miembros; c. multisectorial, modalidad organizativa mixta caracterizada por reunir la iniciativa
y participación mancomunada de diversos sectores, tanto
institucionalizados como no.
En tercer lugar, para la subdimensión de la demanda (ya en el marco de la dimensión de movilización), se
construyeron como indicadores, a. vivienda; b. educación;
c. justicia; d. salarial; e. derechos humanos; f. trabajo, la cual
definimos como los reclamos derivados de las condiciones
de acceso al mercado de trabajo por parte de los actores a
nivel macroeconómico y social, pero no se refiere al pedido
de mejora en las remuneraciones (porque ello remite a la
demanda salarial) ni al incumplimiento del régimen laboral
o a las condiciones de trabajo (ya que éstas pertenecen a la
demanda laboral); g. laboral, demanda que se refiere al trabajo en lo concerniente a sus aspectos jurídicos legales y las
condiciones generales de su desarrollo; h. seguridad, alude al
reclamo dirigido al Estado y sus organismos estatales con
el fin de “resguardar la libertad, la vida, el patrimonio, los
derechos y garantías de las personas y la plena vigencia de
las instituciones” (Ley de Seguridad Interior, año 1992); i.
seguridad social, remite al conjunto de demandas referidas a
las obras sociales y al funcionamiento del régimen previsional a nivel nacional y/o provincial. Dentro de este último se
destacan, por ejemplo, el aumento de jubilaciones y/o pensiones, el seguro por desempleo, por maternidad, ejercicio
40 • Protestas sociales en la Argentina reciente
del derecho jubilatorio. Complementan este universo de
indicadores de las demandas, las denominadas j. Gobierno
y k. política económica. La primera apunta a los reclamos
planteados por los actores a la política gubernamental en su
conjunto, ya sea en su dimensión administrativa de lo público como a la representación republicana. En relación a la
primera se incluyen reclamos sobre el mal desempeño de las
funciones inherentes a un cargo político y a la clase política
(críticas del accionar de los funcionarios por corrupción,
nepotismo, exceso de sus atribuciones, incumplimiento de
sus obligaciones, entre otras). En cuanto a los reclamos por
representación republicana se alude a aquellos relacionados
con el régimen de gobierno republicano democrático como,
por ejemplo, el modo de acceso y/o ejercicio referido a la
participación pública y representación política, así como al
proceso de toma de decisiones (reforma política, presupuesto participativo, impugnación de elecciones). También se
deben incluir en este ítem a los pedidos de consulta popular y a las exigencias de recambios en los representantes y
expresiones del tipo “que se vayan todos”.
Por política económica entendemos al conjunto de
demandas planteadas por los actores en contra del modelo
económico en general, como también en rechazo a medidas
concretas que son tomadas y ejecutadas por las autoridades en los diferentes niveles y ámbitos de la política sobre
materia económica. Se incluyen manifestaciones contra las
privatizaciones o las estatizaciones, contra el ajuste, contra
la desregulación económica, la presión fiscal, la derogación
o aparición de nuevos impuestos, contra los organismos
financieros internacionales, es decir, en reacción de aquello
que perjudica a los actores en materia económica y que
es percibido como un daño a su patrimonio y/o bienestar
económico.
Finalmente, para el repertorio de la protesta (también
dentro de la dimensión de movilización) se utilizaron los
siguientes indicadores: a. corte de vía pública; b. caravana de
automóviles; c. saqueos; d. petitorios; e. toma, la cual hemos
Protestas sociales en la Argentina reciente • 41
definido como una medida de acción directa que está asociada a la ocupación de un lugar o espacio de propiedad
pública o privada; f. movilización, entendemos aquellas manifestaciones consistentes en la concentración de un grupo o
grupos de personas que circulan y/o se reúnen en el espacio
público, procurando alcanzar amplia visibilidad y reivindicar alguna demanda o demandas en particular; g. huelga, que
es un repertorio consistente en la abstención (total o parcial) de realizar las actividades laborales que regularmente
se desarrollan. Bajo este repertorio incluimos modalidades
diversas como el paro, abandono de tareas, quita de colaboración, entre otras; h. cacerolazo, entendida como la expresión de un grupo/s de personas que se reúnen con cacerolas
o cualquier utensilio de metal para producir el mayor ruido
posible en pos de visibilizar una demanda; i. asamblea, designa una reunión de individuos pertenecientes a un colectivo
o varios, que es convocada de modo reglamentario, con el
propósito de decidir sobre asuntos comunes y eventualmente adoptar decisiones. Caracteriza este repertorio el
tipo de vínculos horizontales que mantienen sus miembros
y resulta acorde con el modo de representación directa que
los identifica; y j. paro empresarial, la definimos como una
medida consistente en la paralización total o parcial de las
actividades de uno o varios establecimientos o actividades
económicas, por decisión de la patronal, quien puede proceder del ámbito agrario, comercial y/o industrial.
Vale reiterar que esta operacionalización, pensando en
la tabulación de los datos, fue el resultado de un proceso
reflexivo entre la unidad de análisis (protestas que conforman un ciclo) y la fuente de información utilizada (diario
Puntal). De ese modo, el procesamiento y posterior análisis
de la información sobre las protestas requirió de un abordaje cuantitativo descriptivo, pero sin descuidar algunas consideraciones cualitativas; pues la complejidad del estudio
de los ciclos de protesta requiere diversas aproximaciones,
tanto teóricas como metodológicas y empíricas.
42 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Consideraciones finales
A lo largo de este capítulo basal para el resto de las presentaciones, se ha trabajado con una categoría construida desde
una perspectiva interdisciplinar y multidimensional: la de
protestas sociales, para luego demostrar su abordaje metodológico en un registro de ciclos de acciones contenciosas
que adquirieron visibilidad en la ciudad de Río Cuarto.
Partimos de exponer el diseño de la investigación,
apoyada en dimensiones, subdimensiones y categorías de
análisis. Así, se abordaron los años 1989 a 1991, 1994 a
1996, 1998 a 2000 y 2001 a 2003; de ese modo, pudo presentarse un panorama abarcador del conjunto de actores,
movilizaciones, demandas y alteridades que se expresaron
en contextos signados por cambios notables en el panorama
de las políticas públicas adoptadas. A su vez, la visibilidad
de las acciones colectivas contenciosas, a través del estudio
del diario Puntal, permitió su abordaje en la escala local (la
ciudad de Río Cuarto) a partir del reconocimiento de diferentes elementos clave (actores, repertorios, formatos organizativos, periodización, entre otros) que otorgan a cada
protesta y a cada ciclo una impronta particular.
Por su parte, la propuesta teórica revisita los referentes
clásicos y actuales sobre protesta social y elabora una formulación propia del equipo de investigación (una entre las
muchas posibles) y sustentada en un conjunto de nociones
a partir de las cuales aquella categoría pudo ser analizada
o trabajada empíricamente. Así, la intención es mostrar,
a lo largo de los capítulos siguientes, las particularidades
de esos ciclos de acciones contenciosas en la escala local,
su carácter dinámico, heterogéneo y procesual conforme
se iban modificando los contextos, nacional y provincial.
Fue ese accionar colectivo el que permitió visibilizar problemáticas sociales, traducir conflictos y conflictividades y
mostrar tensiones emergentes de los contextos. Y, a la vez,
fueron esas condiciones del entorno las que incentivaron
Protestas sociales en la Argentina reciente • 43
las diversas iniciativas de los colectivos sociales locales en
sus disputas cotidianas.
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Dinámica sociohistórica de un ciclo
de protestas sociales situadas
Río Cuarto, 1989-1991
CELIA BASCONZUELO
Resumen
Este primer capítulo que encabeza la obra analiza desde una
perspectiva socio histórica el ciclo de protestas acontecido
en esos años 1989 a 1991, con especial atención de su dinámica. En concordancia con dicho enfoque se caracterizará,
por un lado, la trayectoria de la protesta situada, es decir, su
devenir durante el período temporal escogido, valiéndonos
para ello de las nociones de ciclo, ola y frecuencia. Luego,
se relacionará el derrotero contencioso local con el entorno
contextual que lo enmarcaba y finalmente se analizará la
acción contenciosa en sí misma con sus actores, demandas,
repertorios y formas organizativas.
Se demostrará que entre 1989 y 1991 hubo en Río
Cuarto un ciclo histórico álgido de protestas, con una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales en
conexión con una coyuntura crítica que se desenvolvía en
todo el territorio nacional. Así, destacarán trabajadoras y
trabajadores públicos (docentes y empleados estatales), de
transportes y servicios, en lugar de los sectores obreros
industriales. Junto con las y los trabajadores municipales
expresarían en y desde lo local algunas notas peculiares de esa
conflictividad. Mediante esta hipótesis se espera contribuir
a la historia social de las protestas en la Argentina reciente, particularmente en un momento de implementación del
49
50 • Protestas sociales en la Argentina reciente
modelo neoliberal y, a la vez, reflexionar acerca de los
matices que presentó la escala local de estudio respecto del
conjunto nacional.
Introducción
El estudio de la protesta social en Argentina se ha ido consolidando como un campo de análisis específico en las últimas
décadas en sintonía con renovadas tesis que comenzaron a
discutir el supuesto de una ciudadanía apática tras el fervor
participativo que fue tan notable en la sociedad argentina al
recuperarse la vida democrática. Entre algunos momentos
destacables de la historia reciente que simbolizan precisamente la manifestación de estallidos sociales puede mencionarse el año 1989, cuando miles de ciudadanos afectados
por la pérdida de poder adquisitivo, desabastecimiento de
alimentos junto con el rebrote hiperinflacionario, expresaron su malestar en el espacio público. Cabe acotar, que
la actividad huelguística había sido intensa también en los
años precedentes1
En ese momento ejercía la presidencia de la Nación
Raúl Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical y primer
mandatario de la democracia recuperada, quien no consiguió sortear las presiones de los poderosos grupos económicos y tampoco contó con fuertes bases de apoyo en el
arco político partidario opositor. Su renuncia el 12 de junio
de 1989 y la entrega anticipada del mando a Carlos Saúl
Menem, candidato del Frente Justicialista de Unidad Popular (FREJUPO)2, reiteraba así algunas dificultades formales
del régimen democrático argentino, a la par de los persistentes problemas económicos que, en este contexto, asestaban
1
2
Véase el trabajo de Santella y Scodeller (2012) para todo el país.
Menem había sido electo el 14 de mayo reuniendo un 47 % de los votos,
frente al 37 % que obtuvo el candidato oficialista Eduardo Angeloz, por
entonces gobernador de la provincia de Córdoba.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 51
un duro golpe al Plan Primavera de 1988, del mismo modo
que ocurrió con su antecesor más cercano, el Plan Austral
de 19853. Así, la devaluación de la moneda, el alza descomunal de los precios y la apreciación incontenible del dólar
arrastró consigo tres ministros de economía en un breve
lapso de tiempo (de febrero a mayo), contextualizó la elección presidencial y finalmente marcó un ambiente sumamente complejo para el traspaso del poder. En términos de
Capoccia y Kelemen (2007) era una “coyuntura crítica”4.
Allí comenzaron a desplegarse decisiones políticas.
Entre finales del año 1989 y el año 1990 se sancionaron dos
reformas: la Ley de Emergencia Económica (Nº 23.696) y
la de Reforma del Estado Nº 23.6975. Con posterioridad, el
27 de marzo de 1991, se acordó la ley de Convertibilidad
N° 23.928, según la cual las reservas de libre disponibilidad del Banco Central en oro y divisas extranjeras serían
equivalentes al ciento por ciento de la base monetaria. La
administración pública en su conjunto era así foco de una
histórica reforma estructural por medio de leyes y decretos
(Blutman, 1994), señalizando el final de un ciclo político y
3
4
5
El Plan Austral fue un programa de estabilización monetaria, ideado por el
ministro de economía, Juan Vital Sourrouille, que –entre otras medidas–
significó reemplazar el peso argentino por una nueva moneda, cuya denominación fue “Austral”. Si bien se contuvo la inflación, el efecto fue transitorio y tres años más tarde debió ser reemplazado por el Plan Primavera que,
ante la evidente recesión económica, buscó combinar medidas de apertura
de la economía con la privatización de empresas estatales. La bibliografía
sobre ambos planes es abundante, del mismo modo que las discusiones
relacionadas. En línea con este capítulo véanse Massano (2018) y Rossi
(2022) por cuanto plantean la conexión entre el Plan Austral y las reformas
estructurales.
Según los autores, las coyunturas críticas se caracterizan por una situación
en que las influencias estructurales (económicas, culturales, ideológicas,
organizativas) pueden agudizarse durante un período relativamente corto y
la contingencia se vuelve primordial (p. 344).
En un brevísimo lapso de tiempo (agosto y septiembre) se redactaron, legislaron y sancionaron ambas leyes, cuyas implicancias y alcances fueron diferentes, aunque complementarios ya que, si la primera modificaba el anterior
sistema de protección industrial y desregulaba la economía, la segunda abría
las puertas para el ajuste junto con la reestructuración y privatización de las
empresas estatales nacionales.
52 • Protestas sociales en la Argentina reciente
económico (Svampa, 2005) y del modelo de Estado de Bienestar (Barbeito y Lo Vuolo, 1995).
Esa coyuntura crítica y la mística reformista contextualizaron la conflictividad social, siendo las protestas una
de sus expresiones. Hacia este plano de análisis se orienta el
presente capítulo cuyo objetivo es abordar desde una perspectiva socio histórica el ciclo de protestas acontecido en
esos años 1989 a 1991, con especial atención de su dinámica.
Esta dimensión que se desprende del propósito historicista
adoptado y en concordancia con él se caracterizará, por un
lado, la trayectoria de la protesta situada, es decir, su devenir
durante el período temporal escogido, valiéndonos para ello
de las nociones de ciclo, ola y frecuencia. Luego, se relacionará el derrotero contencioso local con el entorno contextual
que lo enmarcaba y finalmente se analizará la acción contenciosa en sí misma con sus actores, demandas, repertorios y
formas organizativas.
Resulta oportuno precisar por qué se escogió la ciudad
de Río Cuarto. La importancia de esta ciudad en el conjunto provincial se sustenta en varios aspectos. A la vez que
representa el segundo conglomerado poblacional luego de
la capital provincial, se ha constituido a lo largo de su historia en un polo de desarrollo en el marco regional y nudo
comunicacional y de transporte en las conexiones entre la
capital del país hacia Cuyo, así como desde el norte hacia
el sur. Es sede de la universidad nacional desde 1971 y se
distingue, además de esta actividad académica y científica,
por el comercio y los servicios, mientras la producción
agropecuaria se localiza en la región correspondiente a la
Pampa húmeda. Por esos años ochenta y noventa, la industria se asentaba en el rubro alimentos y bebidas y productos
metálicos. Otra explicación resulta igualmente plausible . Es
nuestra intención subrayar que lo acontecido en Río Cuarto
plantea nuevas aproximaciones para comprender la importancia de las escalas locales, en tanto partícipes de los espacios subnacionales, cuando sus colectivos sociales expresan
el malestar reinante, de modo que la protesta se convierte
Protestas sociales en la Argentina reciente • 53
en una dimensión analítica para comprender qué sucedió
en distintos espacios y temporalidades específicas.
La mirada sobre ese ciclo histórico de protestas se halla
presente en una sugerente literatura sociológica e histórica.
Una vertiente de estudios se interesó por interpretar la tipología de los eventos, aunque distanciándose en su clasificación. Así, mientras Carrera y Cotarelo (2001) consideraron
que los acontecimientos de mayo–julio de 1989 y febrero
–marzo de 1990, deberían interpretarse como “revueltas”,
ya que supuso un choque entre particulares” (p. 2), Schuster (2006) planteó unos años después la conveniencia de
emplear la noción de “protesta social”, siendo su objeto de
estudio entre 1989 y 1998, con base en fuentes periodísticas
nacionales.
Un segundo grupo de trabajos subrayó la problemática
de la conflictividad y los repertorios predominantes. En esta
línea pueden reconocerse aportes que sentaron una periodización con alcance territorial nacional, identificando los
años 1989 y 1990 como los momentos más críticos (Gómez,
1997) y advirtiendo acerca de la innovación que significaban algunas acciones como los saqueos y ollas populares,
pero reflejando esas protestas en las ciudades metropolitanas (Neufeld y Cravino, 2007; Lobato, 2012). Otros autores
señalaron que los años ochenta fueron de intensa actividad
huelguística y, sin embargo, no se tradujeron en una mayor
confrontación antagonista en el sistema social (Santella y
Scodeller, 2012). Por el contrario, otros estudios, focalizados en la clase obrera industrial sostuvieron que la tendencia fue la disminución de la cantidad de conflictos protagonizados por los trabajadores asalariados, mientras la fase
ascendente se habría iniciado en 1992 (Piva, 2006, p. 29).
Finalmente, pretendemos recuperar las investigaciones
llevadas a cabo en los espacios subnacionales y las tesis
que interpelaban los resultados precedentes o bien añadían
matices a partir de los nuevos estudios de caso. Así, Norma
Giarraca (2001, 2003) notó un proceso de desterritorialización por cuanto los centros urbanos no industrializados se
54 • Protestas sociales en la Argentina reciente
sumaron a los escenarios del conflicto. Otros autores, profundizaron en los emblemáticos estallidos de 1993 como
el Santiagazo (Gamallo, 2020; Retamozo y Trujillo, 2018);
o los episodios de rebelión de 1991 que se desataron en el
noreste chubutense (Pérez Álvarez, 2008), o los que se registraron en Neuquén (Aiziczon, 2005). En Córdoba, otro de
los escenarios, la conflictividad habría sido muy intensa en
los años 1990 y 1991, destacándose las protestas de sectores
sindicales estatales, no estatales y comunitarios (Gordillo,
2012).
En vistas de dichos antecedentes resulta pertinente
preguntarse si las tendencias protestatarias observadas en
otras escalas se replicaron de modo similar en una ciudad
intermedia como es Río Cuarto, configurando así un mapa
relativamente homogéneo de la confrontación o bien, si es
posible detectar sensibles o significativas diferencias, por
cuanto se trata sobre todo de un espacio donde el sector
industrial y trabajadores y trabajadoras afines no predominaban en la composición socio económica, y sí, en cambio,
los insertos en actividades terciarias y de servicios.
En línea con esta problemática, este capítulo mostrará
que entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico álgido de protestas, a la vez que una sistemática e intensa
movilización de colectivos sociales articulando sus protestas con otras sucedidas en el territorio nacional, mientras
expresaban en y desde lo local algunas notas peculiares de la
conflictividad. Esta hipótesis torna relevante el abordaje del
tema por cuanto contribuye a la historia social de las protestas en la Argentina reciente y a la vez reflexiona acerca de
los matices que imprimen las escalas locales en el conjunto
nacional.
Respecto del criterio metodológico, la investigación
plantea un diseño de tipo flexible, se basa en un estudio
de caso, de base empírica y alcance descriptivo explicativo.
Para ello se escogen criterios de análisis cualitativos que
resultan válidos para el tratamiento de las dimensiones de
la protesta, así como también cuantitativos que aplican para
Protestas sociales en la Argentina reciente • 55
estudiar las tendencias acerca de la temporalidad de las
protestas, los actores movilizados, los tipos de demandas y
repertorios, así como las formas organizativas. La principal
fuente ha sido el diario Puntal, localizado en el Archivo
Histórico Municipal, según ya se indicó en el capítulo precedente. Se relevaron todas las protestas publicadas entre
1989 y 1991, de acuerdo con una ficha hemerográfica. La
información obtenida fue sistematizada a través de una
tabla Excel y graficada mediante un histograma confeccionado para cada dimensión, como podrá observarse en las
figuras que acompañan el texto.
En consideración con los propósitos señalados, el capítulo se organizó en tres partes. El primer apartado trabaja la
trayectoria de la protesta riocuartense y, como tal, se analiza
su temporalidad teniendo en cuenta como subdimensiones
constitutivas, el ciclo, la ola y la frecuencia de los múltiples eventos. El segundo acápite hace particular hincapié en
el entorno situado que enmarcan las protestas, examinando
para ello las condiciones económicas y sociales imperantes
en el plano nacional, provincial y local, para dar paso luego
a la última sección que se ocupa de la acción contenciosa,
respecto de la cual se considerarán: a) los colectivos movilizados; b) sus demandas; c) los repertorios y d) las formas
organizativas. Finalmente, en las conclusiones, se retoman
las principales ideas expuestas a lo largo del trabajo.
Trayectoria de una protesta situada
Entiendo por tal concepto el curso o devenir de una acción
contenciosa a lo largo del tiempo, pudiendo describir en
su desplazamiento fases ascendentes o descendentes, intensas variaciones, retracciones y/o amesetamientos6. Si se
6
La definición se inspira en el estudio de las relaciones entre la acción del
tiempo, las prácticas y los ciclos según Bourdieu (2013). Véase el capítulo 6.
56 • Protestas sociales en la Argentina reciente
considera el ciclo de protesta comprendido entre 1989 y los
años noventa puede notarse claramente cómo se describe
una trayectoria con flujos y reflujos. Sin embargo, según se
observa en el histograma siguiente (Ver Gráfico 1), los dos
años más intensos fueron 1989 y 1990, con una intensificación en 1995, no obstante, el proceso se conformó con un
registro menor de protestas7.
Gráfico 1. Evolución histórica del ciclo de protestas situadas. 1989–2003
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
Esas fluctuaciones que describen las protestas también
pueden ser conceptualizadas. Se denominan olas de protesta
(Koopmans, 1993), las cuales se tornan visibles cuando su
comienzo está indicado por un incremento significativo en
la actividad de protesta, luego seguido por un repliegue que
puede continuarse con un nuevo ascenso o bien con un
estancamiento. Un ciclo puede así presentar varias olas de
7
El año 1995 fue sumamente conflictivo en Córdoba desde el punto de vista
social y político. Transcurría la tercera gestión de Angeloz al frente del
poder ejecutivo provincial en medio de una crisis financiera y la denuncia
de hechos de corrupción interna, junto con una crecida ola de protestas que
incluyeron la quema de la Casa Radical. El 12 de julio renunció, sucediéndole Ramón B. Mestre, por el mismo partido radical, quien había resultado
electo en mayo. Fue durante su mandato cuando, según M. Gordillo (2012)
se inició una “rígida política de ajuste en la provincia” (p. 15).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 57
protesta (Inclán Oseguera, 2017). A su vez, al interior de
un ciclo pueden contabilizarse los eventos que transcurren
a lo largo de un año y en cada uno de los meses que lo
componen. Es la frecuencia de la protesta (Quiroga y Biaggini,
2020, p. 70).
Estos conceptos aplicados al ciclo 1989–1991 posibilitaron estudiar en sus magnitudes esenciales la cantidad
de protestas y su comportamiento. Una vez consultado el
periódico, se relevaron 241 protestas, y si se tiene en cuenta
el total del período hasta 2003, puede concluirse que los
correspondientes al ciclo particularmente elegido, representaron el 38,3% del total. Los tres años seleccionados
describen una intensa ola interanual de protestas, cuya frecuencia no volvería a registrarse durante los años siguientes, ni siquiera durante el crítico año 2001.
¿Qué características presentó la trayectoria del ciclo? Si
se observa el Gráfico 2 puede inferirse una imagen general,
de acuerdo con la cual hubo fluctuaciones permanentes sin
que desapareciera totalmente el accionar contencioso, y por
otro, una en particular que se desprende de las frecuencias
mensuales y anuales. El año 1989 inició con una ola de
protestas en mayo para luego decrecer en junio y julio y
mantener oscilaciones, siendo críticos los meses de agosto
y noviembre, para descender hacia el final. Las acciones de
protestas volvieron a mostrarse entre febrero y marzo de
1990, siendo menos intensas en el segundo trimestre para
recuperar un fuerte ritmo entre junio y setiembre, decayendo en el último trimestre del año. 1991 fue un año en
que las movilizaciones se debilitaron, aunque no desaparecieron. En general, se mantuvo un número promedio de 15
protestas por mes.
58 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 2. Frecuencia de una ola de protestas situadas
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
La propensión que muestra esta trayectoria local es
similar a la observada por M. Gómez (1997) y F. Schuster
(2006) para todo el país. Ya en el espacio subnacional cordobés se constituye en un aporte relevante que complementa
el estudio y los datos recolectados por Mónica Gordillo
(2012) puesto que la autora y su equipo no se detienen en
el año 1989 como así tampoco en la escala riocuartense. En
otro orden, la frecuencia local de 1990 muestra semejanza
con el conjunto provincial cordobés y la correspondiente a
1991 se distingue pues la ola de protestas no solo remitió
al mes de junio (tal como se vio en Córdoba capital) sino
prácticamente en gran parte de todo el año8.
Precisamente, esa trayectoria sostenida, aunque fluctuante de la protesta situada riocuartense, fue seguida desde las páginas del diario capitalino La Voz del Interior9. Del
8
9
Los años 1994 y 1995 también fueron de intensa protesta riocuartense. Ello
permite complementar lo estudiado por M. Gordillo (2012) a nivel provincial, pues considera que la conflictividad decayó en el interior luego de 1990
hasta 1992, para luego amesetarse hasta el año 2000 (p. 69).
Véase La Voz del Interior, sobre todo los meses de enero a marzo de 1990;
luego junio a octubre de 1990. Para el caso de Río Cuarto, véase el período
Protestas sociales en la Argentina reciente • 59
mismo modo, es llamativa en relación a otra ciudad de similar rango urbano como es Villa María10. Ahora bien, ¿cómo
explicar el inicio de esa ola de protestas y la frecuencia
intensa entre los años 1989 y 1990 para luego perder potencia e iniciar un amesetamiento más claro hacia 1991? En
torno de esta pregunta se desarrolla el acápite siguiente.
El entorno de las protestas
Al considerar esta dimensión de análisis que nos sitúa frente
al contexto en el cual tienen lugar las protestas, ubicándonos inclusive en el clásico debate acerca de las interacciones
entre agencia y estructura, cabe una digresión. Coincidimos
con Schuster (2005) cuando el autor señala que la acción
colectiva no es un mero reflejo de las condiciones estructurales, es producto de la acción humana, por lo cual confluyen aspectos intencionales y no intencionales; de manera
entonces que toda protesta se constituye en una muestra
de la contingencia, es decir, de la posibilidad de una acción
colectiva sin fundamento. “La protesta puede irrumpir de la
nada” (p. 46). El criterio es cálido por cierto al tratarse de
la consideración teórica de “una protesta”. Sin embargo, la
sucesión de este tipo de eventos y su reiteración, como se
vio, invita a replantear en parte aquel supuesto y evaluar la
incidencia del contexto (y sus respectivas escalas) como una
dimensión explicativa de la trayectoria de las protestas.
10
abril–julio y particularmente el relato de los saqueos, ocurridos el 28 de
mayo de 1989.
Si bien no es objeto particular de este estudio remitir al caso villamariense,
mientras en Río Cuarto sucedieron 88 protestas en 1989 y 117 en 1990, en
aquella ciudad hubo 47 y 72 movilizaciones respectivamente, de acuerdo
con los datos obtenidos del periódico local, El Diario. Véase nuestro proyecto “Hacia un mapeo de la protesta social en ciudades intermedias y agro–
universitarias de la provincia de Córdoba. Río Cuarto y Villa María en
coyunturas históricas recientes y conflictivas (1989–2003)”, subsidiado por
el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Provincia de Córdoba, Mincyt,
2017–2019.
60 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Para la descripción y el análisis del contexto que vivió
el país, la provincia y la ciudad de Río Cuarto durante el
ciclo histórico de protesta 1989–1991 nos apoyaremos en
los trabajos que, desde las ciencias sociales, han estudiado
ese momento, con un énfasis principalmente en la agenda de
políticas públicas implementadas en torno de la cual se produjo
y reprodujo el deterioro de las condiciones que afectaron a
trabajadores y trabajadoras del sur cordobés.
La escala nacional y provincial
Desde inicios del año 1989 la economía argentina se vio
abrumada por las turbulencias financieras11, a lo cual se
añadía el endeble consenso político sobre el cual se sustentaba el gabinete alfonsinista12, siendo que se avecinaban
las elecciones presidenciales para el mes de mayo. Precisamente, en este contexto la situación se agravó y fue un mes
intenso de protestas. Parecía muy difícil controlar el mercado de divisas, fijar un único tipo de cambio, como tampoco
sentar pauta alguna en relación con el precio de alimentos y
combustibles. Las fotos incluidas en las portadas del diario
Puntal ilustraban el humor de los inversionistas y su perplejidad frente a las pizarras de las casas de cambio, donde
se anunciaba que la moneda estadounidense había trepado
11
12
En febrero cayeron las reservas del Banco Central, según las portadas del
diario Puntal, mientras el dólar aumentó alrededor del 40% con respecto
al austral argentino. Por su parte, el Banco Mundial recortó los préstamos
acordados en 1988.
En menos de dos meses hubo sucesivos reemplazos áreas de la administración de la macro economía, como en el ministerio homónimo (Juan Carlos
Pugliese por Juan V. Sourrouille), en la secretaría de comercio exterior,
Banco Central y Hacienda). A ello se sumaban las fuertes críticas por parte del cordobés y radical Eduardo C. Angeloz, por entonces candidato a
presidente, respecto de la conducción económica. Sus propuestas incluían
privatizar, lograr la estabilidad económica e implementar una política social
a los sectores más perjudicados por el contexto económico (Puntal. 11/5/
1989, p. 6).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 61
en su valor desde marzo (17,70 australes por dólar) a 170
en mayo, mientras las tasas de interés eran llevadas al 127%
y la inflación subía de manera incontenible al 78,5%. Los
diarios nacionales, de los cuales se hacía eco la prensa local,
hablaban de “una crisis sin precedentes”, al tiempo que los
bancos asistían al retiro masivo de depósitos. Los grandes
grupos económicos eran blanco de las acusaciones por parte del oficialismo, que aludía a un “terrorismo económico”
(Puntal. 2/5/1989, p. 7)13.
Aun así, hubo elecciones. El 14 de mayo participó un
total de 17.091.620 votantes sobre una población por entonces de 32.263.559. El partido denominado FREJUPO con la
postulación de Carlos Menem en la presidencia y Eduardo
Duhalde como vice, se aseguró una mayoría absoluta, pues
obtuvo el 47,36% de los votos, reuniendo 310 electores, en
tanto Angeloz conseguía el 37,7% lo que significaba 211.
Cabe recordar que todavía se mantenía el sistema indirecto
para elección del ejecutivo nacional. El triunfo peronista
también se logró en Córdoba, inclusive en la ciudad de Río
Cuarto14.
Mientras tanto, la fragilidad de la economía argentina
se acentuaba día a día. El plan de emergencia que prometía
castigar a los especuladores resultó ineficaz y tampoco se
consiguieron grandes resultados a pesar de la suba de retenciones a las exportaciones agropecuarias (en un 30%), a las
industriales (en un 20%), y el control de precios. Muy por el
contrario, comenzó a reconocerse la escasez de productos,
mientras las remarcaciones de precios se transformaban en
práctica cotidiana. El diario local tituló en su portada del 28
13
14
Alrededor de treinta empresas aparecían en el foco de las críticas. Entre
ellas, Cargill, Siderca, FACA, IBM, Molinos Río de la Plata, Swift, Armour,
Polisur, Propulsora Siderúrgica, Acindar, Indupa, Dreyfus, Alpargatas, Safra,
Renault, Sancor, Frigorífico Meatex, Frigorífico Rioplatense.
En el conjunto de la provincia, el peronismo obtuvo 44,65% de votos para
electores y el radicalismo el 42,32%, mientras en la ciudad del sur cordobés
el FREJUPO recogió el 46,4 % (particularmente se impuso en los circuitos
Alberdi y Banda Norte), mientras la UCR contabilizó el 32,4% de los votos,
sobre todo en el circuito centro (Puntal. 15/5/1989, p. 7).
62 • Protestas sociales en la Argentina reciente
de mayo “Caos social en el país” (Puntal. 28/5/1989), mientras estallaba un proceso hiperinflacionario sin precedentes
(Krikorian, 2010) y, simultáneamente, se sucedían saqueos a
supermercados y comercios en los grandes conglomerados
urbanos: Rosario, Gran Buenos Aires, Mendoza, Tucumán
y Salta. Ante ello, el estado de sitio se decretó en todo el país
y comenzó a circular la versión de una entrega anticipada
del poder (Puntal. 21/5/1989, p. 6; 22/5/1989, p. 3), hecho
que se concretó en la noche del 12 de junio cuando Alfonsín anunció su renuncia, efectivizándose el día 30, es decir,
cinco meses antes de que concluyera su mandato.
En el mes de agosto, nuevamente los trabajadores y trabajadoras riocuartenses ocuparon el espacio público. ¿Cómo
explicar este movimiento ascendente? Ya había iniciado la
presidencia de Menem (8 de julio de 1989)15 y rápidamente
avanzaron las primeras leyes de reforma estatal16, siendo
acompañadas con medidas de ajuste económico y un plan
de privatización de empresas públicas que comenzaría con
la empresa de telecomunicaciones ENTel (Puntal. 28/7/
1989; 17/8/1989; 13/9/1989). Setiembre también repitió el
ritmo fuerte protestatario, en ocasión de sancionarse la Ley
de Emergencia Económica, Nº 23.696 (Puntal. 1/9/1989, p.
3) y acordarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
(Puntal. 21/9/1989).
Noviembre despuntó nuevamente con protestas, aun
luego de que el gobierno nacional otorgase un incremento
salarial para la administración pública y para los privados,
mientras se anunciaba que el FMI y el Banco Mundial (BM)
desembolsarían un préstamo por 400 millones de dólares
(Puntal. 1/11/1989). Ya en diciembre se decidió aplicar el
denominado “Plan Año Nuevo”, el cual consistía en un ajuste de tarifas públicas, libre convertibilidad de australes en
15
16
Su permanencia en el poder duró diez años, desde el 8 de julio de 1989 hasta
el 10 de diciembre de 1999 en que asumió su sucesor, Fernando de la Rúa.
En agosto la reforma del Estado fue ley (Nº 23.697) (Puntal. 10/8/1989; 18/
8/1989).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 63
dólares, paridad cambiaria, paritarias sin techo y un piso
de salario mínimo vital y móvil, junto con una baja en los
aranceles de importación y la ratificación de la libertad de
precios. Para entonces, se hallaba muy avanzado el proceso de reestructuración de empresas públicas, un área donde los trabajadores y trabajadoras riocuartenses resultarían
afectados (Puntal. 30/12/1989). Paradójicamente, muy atrás
habían quedado los contenidos fuertes del discurso menemista de campaña que agitaba como banderas el salariazo y
la revolución productiva, mientras el ministerio de economía en manos de Erman González confirmaba una alianza
entre el gobierno y el grupo Bunge y Born (Puntal. 16/12/
1989).
En Córdoba, la provincia gobernada desde 1983 por
el radicalismo con su ejecutivo en manos Eduardo Angeloz17, avanzaban reformas, aunque bajo un tono gradualista
y “manteniendo elementos de la matriz del Estado benefactor” (Gordillo, Arriaga, 2012, p. 16). El 24 de octubre de
1989 se sancionó la Ley de Emergencia Económica y a inicios de noviembre se aprobó la Reforma del Estado provincial (Puntal. 4/11/1989; 24/11/1989) que redefinía sus funciones e inclusive promovía en algunas áreas del desarrollo
provincial la incorporación de capitales privados, pero sin
que ello implicara abrirse a los capitales internacionales,
marcando así una pauta diferencial con las políticas públicas nacionales (Gordillo, Arriaga, 2012, pp. 32 y 35).
Otra nueva ola de protestas se tornó visible entre febrero y marzo de 1990, en paralelo a las fuertes decisiones que
emanaban del ministerio de economía. La racionalización
de organismos estatales implicaba privatizar empresas, y
ENTel se contó entre las primeras afectadas (Puntal. 6/1/
17
Eduardo Angeloz llegó a la gobernación de Córdoba el 30 de octubre de
1983, en consonancia con el partido que también ganaba en la escala
nacional. En 1987 se reformó la Constitución de la provincia que permitió
la reelección del gobernador y la modificación del régimen municipal. Es
así como Angeloz resultó reelecto, con un tercer mandato que se prolongó
hasta 1995.
64 • Protestas sociales en la Argentina reciente
1990)18, al tiempo que se avanzó sobre las entidades bancarias, interviniendo el BANADE, cerrando el Banco Hipotecario Nacional y la Caja de Ahorro (Puntal. 5/3/1990).
Simultáneamente, se decidió un nuevo ajuste tarifario aplicable a los transportes y combustibles (Puntal. 6/2/1990;
18/2/1990).
Quedaba claro entonces la decisión del elenco gubernamental nacional de trazar una política económica conforme lo sugerido por el Consenso de Washington, es decir,
disciplina fiscal, reducción del gasto público, liberalización
comercial, privatización, desregulación y seguridad jurídica
a la propiedad. El peronismo se volvía “contra el Estado”
(Sidicaro, 2002, p. 143) y se construía “una nueva hegemonía” (Bonnet, 2007). El discurso político oficial, por su parte, acompañaba esas tendencias instalando una imagen de
ineficiencia del Estado frente a las bondades del mercado
(Barros, 2002). No es de extrañar entonces que esa primera
mitad del año 1990 estuviese marcada por reiteradas alusiones al FMI, precisamente cuando en abril aprobó la carta
de intención con el propósito de destrabar un crédito inicialmente pactado de 1.400 millones de dólares (Puntal. 7/
4/1990; 26/5/1990) y en agosto haciendo lo propio el BM
mediante un crédito por 150 millones de dólares (Puntal.
10/8/1990).
Entre junio y setiembre los trabajadores y trabajadoras
riocuartenses volvieron a ganar la calle. Justamente, en esos
meses ENTel dejó de pertenecer al Estado nacional (Puntal. 28/6/1990), Aerolíneas Argentinas fue adquirida por
el consorcio Iberia (Puntal. 13/7/1990) y se firmaron los
decretos para la licitación de Obras Sanitarias, ENCOTEL,
Gas del Estado, YPF, SEGBA y la administración general
de puertos. La medida comprendió también la red ferroviaria y los servicios de la Casa de La Moneda, además de
18
El nombre de María Julia Alzogaray como interventora de la empresa nacional de telecomunicaciones era un claro indicador del avance partidario de
los liberales, cuyas ideas representaba.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 65
concesiones de las rutas nacionales. Paralelamente incidía
un proceso que alcanzaba a los espacios municipales, como
era la descentralización del Estado (Puntal. 11/7/1990).
Llama la atención, sin embargo, que octubre no haya
sido aquí un mes álgido de protestas cuando en otros puntos del territorio nacional en cambio sí resultaban crecientes. Tal el caso del “Chubutazo” (Puntal. 18/10/1990) y las
manifestaciones respectivas en Jujuy, Santa Fe y Tucumán
(23/10/1990; 31/10/1990; 6/11/1990), lo que prueba que
las redes de la protesta a veces seguían un comportamiento
sincrónico y en otros diacrónico; pauta que requeriría de
un estudio en particular.
Claramente el repliegue de los eventos contenciosos llegó en 1991 cuando el Plan de Convertibilidad diseñado por
el economista Domingo Cavallo y su equipo de tecnócratas
de la Fundación Mediterránea comenzó a arrojar resultados
en apariencia muy alentadores, como el incremento del PBI
y el control de la inflación junto con una paridad cambiaria
según la cual un peso era equivalente a un dólar. Esa ecuación, en términos de política económica, recibió el respaldo
tanto del arco partidario propio y opositor como por parte
de la ciudadanía. Sin embargo, encerraba enormes costos
sociales que los años siguientes pondrían de relieve, particularmente al promediar la década en coincidencia con la
reelección de Menem.
La escala local
De acuerdo con el censo nacional de 1980, el departamento Río Cuarto contabilizaba 191.006 habitantes, mientras la provincia de Córdoba registraba una población de
2.407.75419; residiendo en nuestra ciudad 113.190 habitan-
19
De acuerdo con el censo anterior, de 1970, su población era de 169.510
habitantes.
66 • Protestas sociales en la Argentina reciente
tes. Para 1991, los riocuartenses eran 134.355 y 217.876 los
habitantes en todo el departamento. La población femenina
superaba en seis puntos a la masculina en ambos momentos
censales. Además, es de destacar que la ciudad había crecido
poblacionalmente “a un ritmo más acelerado del que lo hizo
el departamento en su conjunto en el período 1970–1990”
(Baronio, 2005, p. 43).
¿Cuál es el marco socio económico de la ciudad de
Río Cuarto en el cual se inscribe la dinámica contenciosa
situada? El diario local se ocupó de reflejar en sus portadas
del mes de mayo de 1989 con cuánta intensidad la aguda
crisis económico financiera que azotaba al país se dejaba
sentir también aquí. Así, el índice de precios llegó al 54%
entre abril y mayo (Puntal. 6/5/1989, p. 5; 30/5/1989, p. 7).
Inclusive se propagó a la región donde comenzó a notarse el
cierre de los comercios, como en Huinca Renancó, Berrotarán, Laboulaye, General Cabrera, La Carlota y Villa Valeria
(Puntal. 31/5/1989, p. 12). En octubre, otro mes álgido de
protestas como ya se dijo, el costo de vida en Río Cuarto
había aumentado el 9,4% respecto del mes anterior (Puntal.
7/10/1989).
Algunos indicadores socio económicos despertaron
una atención más sistemática por parte de los periodistas y
así se dio a conocer en la portada de Puntal del 9 de julio de
1989 que el número de desocupados en este conglomerado sureño cordobés ascendía a 2.000 personas, en tanto, se
estimaba la cifra de 10.000 familias carenciadas. Una situación que merecía (en palabras de sus editores) ser descripta
como “un cuadro desolador que no reconoce anales de la
crónica ciudadana local” (Puntal. 9/6/1989, p. 8). Por otro
lado, y si bien se notaba una preocupación por reflejar el
cuadro de la pobreza, el subempleo y el aumento de la marginalidad, las cifras correspondían al panorama nacional y
no local (Puntal. 6/3/1990; 28/11/1990; 3/12/1990), por lo
que esta fuente si bien es indicativa de tales problemáticas
resulta insuficiente para un análisis al respecto y abre, por
lo tanto, la inquietud por un estudio más en profundidad.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 67
En esta línea iniciamos una valoración de tales indicadores a partir de los censos de población y vivienda,
así como la encuesta permanente de hogares que elaboró
el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos),
correspondientes a los años de nuestro estudio (INDEC,
2001). En otro trabajo (Basconzuelo, 2022) hemos demostrado que durante el lapso 1980–1991 los porcentajes de
tres indicadores del bienestar de la población (necesidades
básicas insatisfechas20, viviendas con características deficitarias y precariedad habitacional), mejoraron en el marco
del departamento Río Cuarto21. Sin embargo, la tasa de
empleo que en 1991 se hallaba dentro del promedio de la
provincia (86.455 trabajadores y trabajadoras), disminuyó
siete puntos cuatro años después, según se observa en la
Tabla 1; en tanto la desocupación se quintuplicó durante
igual período, alcanzando a 12.774 personas, mientras tanto
aparecía como dato novedoso los subocupados. Es de destacar que el porcentaje de desocupados se hallaba muy por
encima en comparación de los restantes departamentos del
sur cordobés.
20
21
Es un indicador introducido por la CEPAL para estudiar principalmente la
situación de pobreza. Se refiere a los hogares que presentan hacinamiento,
vivienda precaria, ausencia de artefactos sanitarios, inasistencia escolar de
los menores de edad y con escasa capacidad de subsistencia.
Sobre un total de 7.149 hogares el porcentaje disminuyó del 20.1% al 11,5%.
Una tendencia similar pudo observarse en otros distritos pertenecientes a
la misma región del sur de Córdoba, a diferencia de los departamentos del
noroeste donde las cifras se elevaron del 53% al 64%. Las viviendas con
algunos déficits habitacionales pasaron de un 28,0% al 20,0%, en tanto las
precarias pasaron de 5,3 al 2,0 (INDEC, 2001, pp. 37 y 44).
68 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Tabla 1. Indicadores laborales. Departamento Río Cuarto, 1991–1995
Años censales
Tasa de empleo22
Tasa de
desocupación23
Tasa de
subocupación24
1991
53.9
4.9
s/d
1995
40.8
20.1
14.2
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados de INDEC,
2001, pp. 96, 97, 102 y 104.
Por otro lado, consideramos la evolución de las dos actividades más dinámicas que caracterizaban a la ciudad por
esos años ochenta y noventa. La industria se asentaba en el
rubro alimentos y bebidas y productos metálicos, por lo que
la clase obrera totalizaba (según el primer censo industrial
de 1997) unas 4.865 personas ocupadas en relación con 587
empresas25. Por su parte, el comercio se hallaba representado en todo el departamento Río Cuarto con 6007 establecimientos que ocupaban a 16.981 personas. Es de notar, sin
embargo, que se había producido una involución en el sector entre los años 1974 a 1994, de acuerdo con los datos de
los censos nacionales económicos ya que, si en la primera
fecha había 5.655 negocios con 14.013 personas empleadas,
en 1985 esa cifra ascendió a 7.008 con 18.727 trabajadores y
trabajadoras, pero en 1994 el número de comercio descendió a 6.007 y el personal también lo hizo en 16.981. Como
se aprecia la dinámica comercial revestía mayor fortaleza
que la industria, y del mismo modo su sector trabajador,
viéndose fuertemente afectados en el transcurso de los años
22
23
24
25
Esta tasa representa el porcentaje de la población ocupada con respecto a la
población total.
Dicha tasa corresponde al porcentaje de la población desocupada con respecto al total de la población económicamente activa.
Expresa el porcentaje de ocupados que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias con respecto a la población económicamente
activa.
Véanse estos datos en Baronio (2005, p. 198).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 69
de nuestro estudio. Así, pues, el comercio se resintió y de
igual modo el mercado laboral.
Sin embargo, estos datos dejan abierto un interrogante
pertinente pues no fueron precisamente esos sectores mercantiles los que encabezaron las protestas. Veremos seguidamente que los mayores colectivos movilizados se reclutaron
en relación con el área de servicios y del Estado. Entendemos entonces que el análisis de los marcos contextuales en
sus respectivas escalas constituye una variable explicativa,
de modo suficiente, aunque no exhaustivamente en orden a
interpretar por qué la gente protesta en el espacio público o
en su lugar de trabajo.
La acción contenciosa26
Esta dimensión condensa un cuerpo de conceptos ya trabajados en el capítulo 1, por lo que las subsecciones siguientes
les confieren un tratamiento específico a partir del análisis
empírico local.
Los actores
La fuente periodística consultada permitió computar para
la ciudad de Río Cuarto un total de 241 protestas entre
1989 y 1991. Un importante colectivo social, los trabajadores y trabajadoras de la educación en sus tres niveles,
protagonizaron 129 eventos (53,9%). En efecto, las fuentes
periodísticas mostraban muy activos a los y las docentes
agrupados en UEPC y CTERA con 81 protestas, en tanto,
el personal de escuelas técnicas aportó 5 protestas y los
docentes de institutos terciarios de la provincia, 3. Por su
parte, los y las docentes de la Universidad Nacional de Río
26
Este apartado es una versión revisada y ampliada de un trabajo precedente.
Véase Basconzuelo (2022).
70 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Cuarto (UNRC) organizaron 26 eventos mientras el personal no docente, 14.
Luego, un 18,2% aglutinó a trabajadores y trabajadoras de
servicios quienes emprendieron 44 protestas. Aquí, los bancarios27 se movilizaron en 16 oportunidades28, los empleados y
empleadas del correo totalizaron 6 protestas, los de obras sanitarias de la nación 6, los telefónicos un total de 6 eventos y los
ferroviarios 3 huelgas; los empleados de la empresa provincial
de energía (EPEC) con 4 protestas y trabajadores del servicio penitenciario de la provincia con 3. En orden siguiente y
completando 31 protestas (12,8%) se encontraban los empleados y empleadas de la administración pública provincial quienes emprendieron 24 eventos29. Por su parte, los trabajadores
y trabajadoras del municipio protagonizaron 7 protestas. Los
empleados y empleadas en el área de salud también participaron. Eran los médicos y personal de enfermería de los hospitales públicos mayormente quienes emprendieron 29 protestas
(12,0%). Finalmente, un total de 8 protestas (3,3%) podría subdividirse entre los obreros de empresas industriales (metalúrgicos) quienes estuvieron presentes en 3 protestas; los vecinos
y vecinas de los barrios llevaron a cabo 2 protestas, del mismo
modo que los empresarios del agro (2), mientras los jubilados y
jubiladas se movilizaron en 1 oportunidad.
27
28
29
Me refiero a quienes prestaban sus servicios en Banco de la Provincia de Córdoba
y Banco Social, así como aquellos que trabajaban en entidades nacionales (Banco
Nación, Banco Hipotecario Nacional, Banco Nacional de Desarrollo, Banco Central,CajaNacionaldeAhorroySeguro).
Noescasualeldatoyaqueelsectorfinancieroenlosnoventa,aldecirdeR.Sidicaro
(2002), “sufrió un doble proceso de concentración y extranjerización”, las cuales si
en 1991 eran 213 llegaron a 119 para el final de la década cuando existían tan solo
“dosbancosestatales yunbancoprivadolocal”(p.188).
Nuestro período de estudio se corresponde con una etapa donde se instrumentaron propuestas para reestructurar la administración pública, de acuerdo con un
nuevo perfil estatal que se vio debilitado en áreas como salud, educación, promoción social, las cuales tradicionalmente habían canalizado los intereses públicos
colectivos; en cambio, se fortaleció en áreas administrativas de carácter represivo
que acrecentaron el gasto público de carácter político en el Ministerio de Economía, de Defensa, Interior y Presidencia, tal como ha mostrado el trabajo de López,
CorradoyOuviña(2005).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 71
Gráfico 3. Los colectivos sociales movilizados y cantidad de protestas,
1989–1991
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
Ahora bien, de todo ese complejo y abigarrado colectivo
social y si se consideran los grupos mayormente movilizados (educación, servicios y administración pública) se advierte
que del total general 233 acciones contenciosas, equivalente al
96,6,7% fue protagonizada por los trabajadores y trabajadoras
estatales, es decir, pertenecientes a los tres niveles del Estado:
nacional, provincial y también municipal.
Cabe aclarar que no se han contabilizado los 2 eventos de
saqueos que se produjeron en los últimos días del mes de mayo,
pues en razón de sus características propias no correspondería
clasificarlos como protestas sociales30.
A la luz de estos hallazgos cabe establecer una relación con
los sectores más dinámicos de la ciudad, pues como ya se dijo en
30
Véanse para el análisis teórico e histórico de este tipo de acción colectiva, Pérez y
Rebón (2012) y Di Meglio y Serulnikov (2017), respectivamente. Ramírez y Vigura
(2006) tampoco los consideran formas de protesta sino “une réaction désespérée
dessecteurslesplusvulnérables delasociété”(p.64).
72 • Protestas sociales en la Argentina reciente
1991 el número de empleados y empleadas era 86.455, pero de
ese total el 15.1% pertenecía al sector público mientras el 33.4%
al privado y un 26.5% eran trabajadores y trabajadoras por
cuenta propia. Es decir, que si la movilización se realizó mayormente dentro del sector público y éste representaba un tercio
del total de los asalariados y asalariadas es importante resaltar
la participación de este colectivo, pequeño por su composición
dentro del total, aunque fuertemente gravitante en las luchas
sociales.
Entonces, si bien la ciudad giraba en torno principalmente
de las actividades comerciales y de servicios, fueron los trabajadores y trabajadoras afectados a la amplia cadena de servicios
quienes llevaron a cabo las protestas en esta ciudad del sur
cordobés y aquí se hace necesario conectar la acción colectiva
con el contexto reinante para entrever cómo la privatización
de los servicios pertenecientes a la órbita nacional, la descentralización, la transferencia de los establecimientos nacionales
a la órbita provincial, los recortes presupuestarios en la educación conformaban un cuadro de situación crítica para los
actores involucrados. De manera muy semejante se presenta la
composición de los sectores movilizados en otras ciudades del
país, pudiendo inferirse así la prevalencia de un modelo de terciarización de la dinámica contenciosa (Gómez, 1997). Pero, si
bien ello resulta correcto, el caso riocuartense se perfila todavía
bajo una fina peculiaridad: las dirigencias sindicales nucleadas
en UEPC, AGD (Asociación Gremial Docente de la UNRC)
y FATUN (Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales) no solo articularon sus luchas con las
entidades representativas sino también participaron de sus respectivos cuadros directivos31.
31
VéaseestatesisylasentrevistasrealizadasaOscarOlmedo,JorgeCardelliyEduardoTelloenBasconzuelo (2022).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 73
Las demandas sociales
Según los datos recolectados en la fuente periodística, el
requerimiento salarial fue predominante, luchando por la
recomposición, lo cual significaba actualizar los montos,
o bien solicitar aumentos. Según muestra el Gráfico 4, de
las 241 protestas contabilizadas, 188 se hicieron tras este
reclamo (78%). Se trata de un indicador clave en materia
de ingresos familiares que resultaba fuertemente afectado a
causa de la hiperinflación y estuvo presente en la mayoría
de las protestas nacionales.
En orden siguiente, la gente se movilizó cuando el proceso privatizador avanzó en la ciudad como una réplica de
lo que sucedía en la Nación y en la provincia. Entonces 24
protestas (9,95%) expresaron el malestar contra el rumbo de
las políticas públicas cuando en Córdoba el gobierno angelocista intentó desmembrar la EPOS, (empresa provincial
de obras sanitarias), privatizar los servicios y transferirlos a
los municipios. También se encuadraron en dichas reivindicaciones los empleados/as públicos de la provincia, de luz
y fuerza, bancarios/as y ferroviarios. Este grupo de colectivos sociales es muy importante destacarlos ya que, gracias
a la intensa y sostenida ola de protestas particularmente la
bancaria, así como la de luz y fuerza y de agua, se consiguió
evitar por esos años el desmantelamiento de las empresas
involucradas en el territorio provincial.
Luego, los actores de la educación sumaron 15 reclamos
fuertes (6,2 %) a favor de mayores recursos, mejoramiento
de las condiciones edilicias de las escuelas, incremento del
presupuesto para los establecimientos y para la Universidad pública. Significaba también la “defensa irrestricta” de
la escuela nacional y popular. Luego, entre fines de 1990
y principios del año siguiente, las demandas integraron el
cuestionamiento a la aplicación de la Ley Federal de Educación, la cual entre otros efectos provocaría la desaparición
de las escuelas técnicas.
74 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Asimismo, la lucha por mejorar las condiciones laborales, concertar con el Estado o bien con los empresarios
para evitar despidos y cesantías estuvo presente en 7 jornadas de lucha (2,90%) siendo sus portavoces los empleados
y empleadas públicos, bancarios, bancarias y obreros metalúrgicos. A ellas se sumaron 2 eventos que reclamaron por
mantener el trabajo.
Las demandas por política social (2) fueron planteadas
cuando se movilizaron actores comunitarios (vecinos y vecinas de los barrios), en este caso por la asistencia más regular
en los centros de salud municipal y provisión de alimentos
cuando sucedió el pico hiperinflacionario, con el propósito
de que se implementasen ferias francas controladas por las
comisiones vecinales. Por su parte, los empresarios agrarios
sentaron 3 demandas exigiendo la rebaja de retenciones.
Gráfico 4. Composición de las demandas en el total de las protestas
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 75
Es importante aclarar que en repetidas ocasiones las
demandas se combinaron. Por ejemplo, los educadores y
educadoras al mismo tiempo que luchaban por mejoras
salariales se expresaban contra la orientación de la política educativa, por mejoras en las condiciones de trabajo
no solo en referencia a las escuelas urbanas sino también
rurales, por su obra social y aportes previsionales. En sentido similar, los empleados y empleadas del sector público
se pronunciaron contra los despidos y simultáneamente en
rechazo a la reforma administrativa del Estado.
Este análisis empírico sobre los reclamos amerita un
contraste con algunos estudios previos. En este sentido,
Schuster (2006) observó que no existe siempre “una relación directa entre crisis económica y cantidad de protestas”.
Sin embargo, la escala riocuartense mostraría que sí hubo
una correspondencia entre proceso hiperinflacionario y las
protestas, sino en la totalidad de ellas al menos en buena
parte. En este sentido, varios autores han relevado una serie
de indicadores socio económicos y laborales para mostrar
cómo desde mediados de la década del setenta fueron configurando un panorama sumamente inestable y de progresivo
deterioro en términos generales que afectó a la capa de trabajadores y trabajadoras argentinos (Kessler y Di Virgilio,
2008; Del Cueto y Luzzi, 2013; Pereyra, 2016; Retamozo y
Trujillo, 2018). Por eso, coincidimos por una parte con Norma Giarracca (2003), cuando afirma que se trató de protestas de defensa ya que “las demandas estuvieron fuertemente
orientadas a preservar derechos sociales adquiridos durante el siglo XX”, entre ellos, las condiciones de trabajo, salarios dignos, educación pública, etc. (p. 260). No obstante, es
importante recalcar, algunas demandas (en el caso de los y
las docentes y empleadas y empleados bancarios y de EPEC)
que sentaban su crítica al modelo económico.
Cabe agregar, finalmente, que tanto en unas como en
otras acciones gran parte de los trabajadores y trabajadoras
76 • Protestas sociales en la Argentina reciente
que hicieron visible su descontento en el espacio público urbano pertenecían a la clase media, cuyo proceso de
empobrecimiento (analizado por varios especialistas ya) se
acentuó durante esos años; constituyéndose en otra problemática que sería importante profundizar.
Las formas de la lucha social y el Estado en el foco
de la interpelación
En Río Cuarto, y tal como puede deducirse del Gráfico 5
hubo en buena parte de las protestas una persistencia de
los repertorios clásicos, ya que los colectivos movilizados
emplearon como medio de acción predominante la huelga (197 eventos), manteniendo su modalidad convocante y
caracterizando a casi todas las organizaciones sindicales.
No obstante, solía combinarse con otras estrategias y así es
como hubo movilizaciones (17), asambleas (14) y petitorios
(4). Por ejemplo, los trabajadores y trabajadoras de la educación, así como las personas que pertenecían al área de salud
y los bancarios decidían ir a la huelga, con previa discusión
en asambleas; de manera similar actuaron los empleados y
empleadas de la administración pública, quienes solían añadir a esas medidas, las movilizaciones.
A su vez, hubo colectivos que mostraron innovaciones
en las formas de reclamar, tal como ocurrió con los trabajadores y trabajadoras municipales que organizaron 2 ollas
populares, además de solicitadas (3). Asimismo, se relevaron 2 tomas, concretadas por el personal de la salud pública
provincial y municipal. Finalmente, los empresarios rurales
quienes fueron responsables de 2 acciones calificadas como
“paro agrario”, de acuerdo con la expresión de Puntal.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 77
Gráfico 5. Los repertorios predominantes
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
Respecto del principal actor institucional y político que
resultaba depositario de gran parte de las demandas, identificamos al Estado en sus tres niveles. Así, quien había obrado
durante los cuarenta años precedentes como referente articulador de los derechos sociales, era el foco central de las demandas,
en razón precisamente de la amplia refuncionalización que era
objeto, mientras un fino discurso oficial subraya su ineficiencia
y el final de un ciclo. De la lectura atenta de la crónica periodística también se pudo inferir que, frente al repertorio confrontativo
por parte de la sociedad civil, el Estado opuso (tal como ocurrió en
1989) un repertorio de contención del conflicto que incluyó desde
la represión a la mediación, constituyéndose en estrategias que
ameritan estudios de mayor profundidad.
Las estrategias organizativas
Resulta insoslayable resaltar la vitalidad que mantenían varias
organizaciones sindicales tradicionales durante esos años, cuyo
78 • Protestas sociales en la Argentina reciente
alcance nacional les permitía conservar una importante representatividad en los respectivos gremios. En este caso, mientras
algunas se mostraron muy combativas32, otras actuaron desde
un modesto segundo plano33.
En cuanto a los gremios con presencia en el espacio subnacional cordobés podrían destacarse tres con gran fortaleza
organizativa y movilizadora: la Unión de Educadores de la
Provincia de Córdoba (UEPC), la Empresa Provincial de Obras
Sanitarias (EPOS) y los Empleados Públicos de la Provincia
(SEP).
Por otro lado, desde la Universidad cobraron fuerte protagonismo tanto la entidad que nucleaba al personal docente
(AGD) como no docente (ATURC), destacándose en ambos
casos la articulación que promovieron sus respectivas dirigencias con las entidades que actuaban en la escala nacional, es
decir, con CTERA y CONADU, por un lado, y FATUN, por
el otro.
De acuerdo con el Gráfico 6 fueron las organizaciones institucionalizadas las que mayormente movilizaron a los colectivos sociales. De ellas los sindicatos ocuparon un rol clave,
pues impulsaron el 98% de las protestas, en tanto las entidades
empresariales agrarias y las asociaciones territoriales (vecinales) desarrollaron el 2% restante, respectivamente. Una modalidad autoconvocada es la que reunió a los jubilados y jubiladas
perfilándose como una novedosa estrategia de descontento
ciudadano.
32
33
Me refiero a la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República
Argentina (CTERA), Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Federación
Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales (FATUN), Asociación Argentina de Telegrafistas, Radiotelegrafistas y Afines (AATRA) y FOECyT (Federación Obrera de
Empleados de Correos y Telecomunicaciones), Asociación Obrera de la Industria
del Transporte Automotor (AOITA), Unión Empleados de la Justicia de la Nación
(UEJN), Federación Obrero de Empleados Telefónicos de la República Argentina
(FOETRA).
En referencia a la UOCRA (Unión de Obreros de la Construcción de la República
Argentina)ylaUTA(UniónTranviariosAutomotor).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 79
Los resultados de esas sistemáticas movilizaciones fueron
disímiles y así mientras quedó claro que los representantes de
trabajadores y trabajadoras vinculados a empresas nacionales
que se privatizaron (ferroviarios y telefónicos) protagonizaron
fuertes derrotas, los bancarios y bancarias consiguieron presentar y triunfar momentáneamente con un frente de resistencia. En tanto, el gremialismo docente (en sus distintos niveles)
exhibió capacidad movilizadora y relieve dirigencial; configurándose este patrón en dos aspectos significativos que merecen
una indagación más profunda por sugerir, entonces, que no
solo las dimensiones contextuales podrían explicar la dinámica
protestataria sino además las tradiciones organizativas sindicales, todavía muy activas y ciertamente portadoras de estrategias clásicas y novedosas de resistencia, algunas34, que supieron
confrontar con el embate neoliberal de esos años.
Gráfico 6. Las organizaciones movilizadas
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos relevados en diario
Puntal.
34
En alusión, por ejemplo, a la “Carpa Blanca” que llevaron a cabo los docentes de
todo el país con su acampe en Plaza de Mayo entre 1997 y 1999, constituyéndose
enunadelasprotestasmásextensasdeladécadadelnoventa.
80 • Protestas sociales en la Argentina reciente
A modo de conclusión
A lo largo de estas páginas, se expuso una mirada analítica
sobre la protesta social situada, aquella que aconteció en
Río Cuarto, en medio del contexto hiperinflacionario que
vivió todo el país en 1989 y avanzó, luego de la llegada al
poder de Carlos Menem, hacia una profunda reforma cuyos
contornos bien nítidos se advirtieron entre 1990 y 1991.
El objetivo central fue examinar la dinámica de esas
protestas. Para ello, se tuvo en consideración primeramente
la trayectoria que describieron, es decir, su devenir durante
el período temporal escogido para abordar luego el contexto en que esos eventos se desarrollaron, haciendo referencia
a las condiciones que regían en la escala nacional, provincial
y local, para recalar finalmente en algunos componentes de
la acción contenciosa situada.
Esas tres dimensiones de análisis mostraron cómo se
expresaron los ciudadanos en esta escala del sur cordobés. Sus protestas describen una vigorosa ola interanual de
eventos (1989 y 1990), cuya frecuencia decreció en los años
siguientes de la Convertibilidad hasta 1994–1995. Y si bien
no volverían a registrarse con tanta fuerza, ni siquiera en el
crítico año 2001, el horizonte de la confrontación no desapareció. Ello nos llevó a pensar en la agenda de políticas
públicas que se implementaron en la escala nacional y, sobre
todo, subnacional, así como la incidencia de indicadores
estructurales que se acentuaron ante la coyuntura crítica de
esos años iniciales de neoliberalismo en la Nación, mientras algunas bases del Estado bienestarista cordobés aún se
conservaban. Actores, repertorios y formas organizativas
mostraron cómo se hallaba permeada esa escala local por
un proceso desenvuelto en el espacio nacional y subnacional que lleva a suponer conexiones sincrónicas con otros
colectivos que apelaban a estrategias de resistencia, resignificaciones y reconfiguraciones cuyo estudio en profundidad
merecería emprenderse.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 81
Por su parte, el conjunto de protestas situadas presenta
algunas notas compartidas con otras escalas, como ser la
reconfiguración de la frecuencia de las protestas, por cuanto oscilan para disminuir significativamente hacia 1994,
así como es de destacar la fragmentación de los colectivos
movilizados con prevalencia de los trabajadores y trabajadoras estatales. Algo similar ocurre con la fuerte demanda
salarial y el predominio excluyente de las organizaciones
sindicales con su repertorio huelguístico. Otros aspectos,
en cambio, resultan distintivos de la escala local, como ser
las protestas de los trabajadores/as municipales que introdujeron como nuevo repertorio de lucha las ollas populares
y mostraban los desafíos de la profunda reforma administrativa del Estado y en paralelo su descentralización. Así
también puede destacarse las intensas movilizaciones que
encabezaron los trabajadores y trabajadoras docentes en los
tres niveles de la educación pública, con dirigencias muy
vigorosas, como el caso de la UEPC y de quienes representaban tanto a los docentes como no docentes de la universidad nacional. También en este sentido, el trabajo abre
nuevas y promisorias aristas de indagación para esta escala
del sur cordobés.
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86 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Fuente periodística
Puntal. Archivo Histórico Municipal de la Ciudad de Río
Cuarto. Años 1989–1991.
El ciclo de protesta 1994-1996
Las reformas estructurales
desde los espacios subnacionales
MARCELA SUSANA BRIZZIO
Resumen
Los inicios de la década de 1990 para Argentina significaron una época de cambios. En la búsqueda de soluciones
a la crisis económica se irán implementando políticas de
reforma estructural de corte neoliberal. Dichas políticas (y
posteriormente su fracaso) tuvieron fuertes y regresivos
impactos sociales que llevaron al aumento de la conflictividad social, tomando diversos ribetes tanto a escala nacional
como local.
Este capítulo pretende retratar la conflictividad ciudadana riocuartense entre los años 1994–1996, tomando
en consideración algunas dimensiones implicadas en la
categoría “protesta social”: actores, demandas, repertorios,
formas de organización. Al estudio cuantitativo se suman
consideraciones analíticas respecto de las particularidades
que asume la conflictividad social en espacios subnacionales. Asimismo, el capítulo avanza en la reconstrucción de
la coyuntura histórica, tanto local como provincial y nacional, para aportar elementos explicativos con la pretensión
de demostrar que ya al promediar la década de 1990 se
comenzaban a notar los efectos regresivos de las “reformas
estructurales” llevadas a cabo por el Ejecutivo Nacional, que
dichas reformas impactaron primeramente en los ámbitos
87
88 • Protestas sociales en la Argentina reciente
subnacionales, y activaron tempranamente la protesta social
ciudadana.
Introducción
Desde el año 1983, Argentina inicia un proceso de recuperación de la democracia y del Estado de Derecho. Las
esperanzas estaban puestas en la reorganización del sistema
político y de la economía. Si bien, desde entonces, el Estado
de derecho no ha conocido profundas alteraciones (ello en
la medida que la crisis del 2001 pudo ser resuelta institucionalmente), no podemos decir lo mismo del desempeño económico. La recuperación de la economía estuvo condicionada por la crisis de endeudamiento externo y la inflación
incontrolable. En la búsqueda de soluciones a estos problemas se dio paso progresivamente a la configuración de una
economía neoliberal (Arriaga et al. 2012). La implementación de políticas de cambio estructural (y posteriormente su
fracaso) tuvieron fuertes y regresivos impactos sociales, que
llevaron al aumento de la conflictividad social, tomando
diversos ribetes tanto a escala nacional como local.
Este capítulo analiza un ciclo de protesta en la ciudad de Río Cuarto que corresponde a los años 1994–1996.
En las páginas que siguen trataremos de dar cuenta de las
diferentes acciones colectivas de protesta, los actores y sus
repertorios, sus principales demandas, teniendo como base
documental el periódico riocuartense Puntal1. Cabe aclarar
que en esta instancia el periódico se constituyó como fuente principal para identificar las protestas sociales. Hemos
tomado en consideración que su utilización implica algunas limitaciones, en tanto la realidad es mediada por la
1
El periódico local Puntal se edita desde la década de 1980 y es la fuente utilizada para el registro de las acciones de protesta. Los ejemplares consultados se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río
Cuarto.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 89
construcción discursiva y el posicionamiento ideológico
que subyace al periódico2. A pesar de esta limitación entendimos que es un inicio importante para acercarnos a un
mapeo y sistematización de la protesta social en la ciudad de
Río Cuarto, que fue el objetivo general de la investigación.
En sus aspectos cuantitativos la indagación periodística arrojó una serie estadística que mostró un incremento
notable de protestas durante el año 1995, llegando a 103, a
diferencia del año 1994 que contabilizó 45, o de 1996 que lo
hizo con 24. Más específicamente el primer semestre de ese
año registró el 48% de las acciones de todo el período relevado. Asimismo, se visibilizaron como actores principales
las trabajadoras y los trabajadores llegando en el año 1995
a realizar el 85% de las acciones contenciosas; muchos de
ellos eran empleados públicos provinciales (de la educación,
de la salud, de la administración), quienes se presentaban
con un alto nivel de organización gremial y que hacían oír
sus reclamos (principal pero no solamente salariales) a partir de una combinación de repertorios más tradicionales,
como la huelga, con otros más novedosos como ollas populares o manifestaciones. Ello nos motivó a preguntarnos el
porqué de ese momento crítico en 1995, conociendo de
antemano que el entonces presidente Carlos Menem había
sido reelecto con un alto porcentaje de aprobación, especialmente por sus visibles logros macroeconómicos. ¿Qué
relación podrían tener el incremento de la conflictividad en
la ciudad de Río Cuarto con el modelo político económico
implementado a nivel nacional? ¿Cuál era la situación cordobesa que hizo a sus trabajadores y trabajadoras del sector
público activar el descontento social? ¿Qué particularidades
nos presenta el ámbito riocuartense respecto de la “protesta
social” a escala nacional? ¿Qué cambios o continuidades hay
2
Gordillo et al. (2012) y Scribano (2003), nos advierten sobre las limitaciones
y riesgos que existe para hacer investigación a partir de periódicos, pero, a
su vez, legitiman esta fuente y remarcan la reflexividad del investigador en
el proceso de investigación como un reaseguro para la construcción de la
información.
90 • Protestas sociales en la Argentina reciente
en los actores, repertorios, demandas entre el conflictivo
año 1995 y los años 1994 y 1996?
Para dar respuesta a estos interrogantes y a partir de
los postulados teóricos sostenidos por el equipo de investigación3, se inició una búsqueda que nos permitió avanzar
en una reconstrucción de la coyuntura histórica en que
sucedía la protesta. A partir tanto de fuentes primarias (en
este caso una de ellas es el periódico Puntal) como secundarias, bibliográficas, pudimos establecer aspectos clave de la
situación política y socio económica nacional, provincial y
local. Este capítulo se inicia entonces, cumpliendo ese primer objetivo: en la primera parte nos abocamos a hacer una
breve descripción de la política, la economía y la situación
social en las escalas local, provincial y nacional durante el
período. Seguidamente, presentaremos los datos relevados
del accionar contencioso en la ciudad de Río Cuarto. Allí,
junto a la descripción y cuantificación de algunas de las
dimensiones implicadas en la categoría “protesta social”,
bosquejaremos un retrato de la conflictividad ciudadana
riocuartense, las similitudes o diferencias que presenta respecto de otras escalas y algunos elementos que nos permitan
entender sus particularidades. Para concluir, el capítulo se
cierra con algunas consideraciones que aportan elementos
explicativos para demostrar que ya al promediar la década
de 1990 se comenzaban a notar los efectos regresivos de
las “reformas estructurales” llevadas a cabo por el Ejecutivo Nacional a cargo del presidente Carlos Menem (1989–
1998) que, impactando primeramente en los ámbitos subnacionales, activaron la protesta social ciudadana.
3
Para las precisiones teóricas y conceptuales véase Basconzuelo, Quiroga, et
al. (2022).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 91
Política y economía entre los años 1994 y 1996
El ciclo de protesta se enmarca dentro de los últimos años
de la primera presidencia de Carlos Saúl Menem y los
inicios del segundo mandato producto de la reforma de la
Constitución Nacional del año 1994. La implementación
del programa de reformas estructurales de cuño neoliberal
(privatizaciones, liberalización de los mercados productivos, comerciales y financieros, desregulación económica,
descentralizaciones y reducción del aparato del Estado,
entre otras) y del plan de convertibilidad, como programa
de estabilización, fueron los hitos de estos años de gestión.
La provincia de Córdoba estaba gobernada por el Partido Radical bajo el liderazgo del gobernador Eduardo César
Angeloz. Era su tercer período desde que comenzó en 1983
y planteó a Córdoba como la “Isla de Bienestar” (Gordillo,
2012, p. 15). Inclusive había participado de la batalla electoral por la presidencia en 1989, con un discurso a favor de
las reformas estructurales, y si bien fue coherente con él, la
reforma provincial se fue implementando de manera gradual y adoptando características propias del “modelo cordobés” (Gordillo, 2012, p. 16 y Arriaga, et. al, 2012, p. 26).
Una de ellas es el carácter particular que introdujo el
gobierno provincial incorporando instancias de negociación y participación de los grupos de intereses sociales y
de la burocracia estatal con el fin de que los problemas
planteados no excedieran el radio de acción de los recursos
disponibles (Arriaga, et al., 2012, p. 28). Dicho formato se
vehiculizó en espacios institucionalizados y jerarquizados
de concertación4 con grupos de poder y en donde el Estado
se reservaba la última palabra5. El supuesto programático
del gobierno radical era de una democracia política con
4
5
Por ejemplo, la Mesa de Concertación de Políticas Sociales, el Consejo de
Partidos Políticos y el Consejo Económico y Social.
Carlos La Serna (1997) considera a esta modalidad de legitimación como
Neocorporativista.
92 • Protestas sociales en la Argentina reciente
contenido social, de sesgo social demócrata, con una fiscalidad progresista, cobertura en salud y educación amplia y de
tendencia universalista, altos salarios, jubilaciones también
altas (La Serna,1997, pp. 104–105).
Respecto de los cambios operados en el Estado cordobés, el marco regulatorio fue la Ley N° 7850 de Reforma
Administrativa del Estado Provincial del año 1989. La norma preveía la reestructuración administrativa, privatizaciones parciales, descentralización, desregulación y desmonopolización de algunas actividades, entre otras. No todas las
iniciativas en relación a dichos temas fueron sostenidas en
el tiempo; además, fueron muy graduales. Dada la política
de negociación encarada por Angeloz antes citada, diversos
sectores se movilizaron ofensivamente para sostener sus
demandas (Arriaga, et al, 2012, p. 35).
Su gobierno culminó en julio de 1995 cuando Ramón
Bautista Mestre asumió anticipadamente. En sus primeros
meses de gestión se obtuvieron créditos y financiamiento,
se emitió el CECOR (un bono de cancelación de deuda) que
actuó como cuasi moneda y permitió al Estado provincial
pagar salarios y gastos corrientes adeudados, superando así
la crisis financiera y recuperando cierta calma social. En
el mediano plazo se comenzaron a implementar reformas
de racionalización administrativa, al tiempo que también se
producía un cambio en el tipo de intervención y un modo
de construcción política distinta a la gestión anterior, centralizando las decisiones y dejando de lado la participación
de actores interesados6.
A nivel general, en materia económica cuatro eran los
sectores típicos que componían (y componen actualmente)
la mayor parte de la actividad en la provincia: agricultura,
6
A lo largo de su gobierno (1995–1999) Mestre efectivizó buena parte del
ajuste y la reestructuración del Estado provincial realizando algunas privatizaciones como la de DIPAS (Agua), reduciendo la estructura administrativa fusionando ministerios, reduciendo personal y salarios, llevando a cabo
estrategias de descentralización (en salud, por ejemplo), por lo que algunos
autores consideran a esta gestión como Post Bienestarista (La Serna,1997).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 93
industria, comercio y actividades inmobiliarias. El norte y
oeste son las regiones más pobres de Córdoba y tienen una
economía con poca actividad productora de bienes y escasa
diversificación. En el centro y este provincial la estructura
es más amplia; en varios departamentos hay preponderancia de actividad industrial y un reparto más balanceado en
el resto de los rubros. Capital es el departamento con mayor
diversificación productiva, junto con Río Cuarto y San Justo, además de tener el peso más elevado en la economía
provincial. En tanto, el sur y el sudeste también tienen una
estructura poco diversificada, pero son predominantemente agropecuarios y con los mayores niveles de riqueza de la
provincia (Valdemarca, et al. 2017).
Desde mediados del siglo XX, en pleno auge de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI), Córdoba capital ocupaba un papel importante como productora
de bienes industriales destacándose en las ramas metalmecánica y automotriz. Los efectos del nuevo régimen social
de acumulación dan cuenta de una notoria reducción en
las industrias manufactureras y un pronunciado deterioro
de las condiciones de empleo de los trabajadores y trabajadoras. En términos generales, en el período 1983–2001,
con las políticas de apertura económica y la eliminación
de barreras arancelarias a las importaciones, la industria
sufrió un fuerte reacomodo: se produjo un cierre masivo
de pequeños y medianos establecimientos fabriles y, consecuentemente, el desempleo de un considerable número de
trabajadores (Arriaga, et al. 2012, pp. 455–458).
En las zonas agropecuarias desde mediados de la década
de 1990 se hizo evidente un nuevo patrón socio productivo,
el agronegocio. En líneas generales, supuso una penetración
masiva del capital financiero en la actividad agropecuaria
y el despliegue de una lógica de tipo empresarial donde el
conocimiento de las nuevas tecnologías y saberes ocupó un
lugar central. Una de las aristas más visibles de las transformaciones que trajo aparejadas el modelo del agronegocio
fue la asombrosa expansión del cultivo de soja, lo que sirvió
94 • Protestas sociales en la Argentina reciente
para caracterizar al proceso bajo la denominación de sojización (Arriaga, et al. 2012, p. 458).
La ciudad de Río Cuarto está situada en la zona sur
de la provincia, rodeada por un cinturón rural de producción agropecuaria. Siempre se caracterizó por ser un centro
comercial, financiero y de servicios; además de un polo
educativo en tanto contaba desde los años setenta con una
Universidad Nacional (actualmente además hay Universidades privadas). La mayor cantidad de empresas y empleo
se concentran entonces en dichas ramas.
Era intendente el contador Benigno Antonio Rins, del
mismo partido político que el gobernador Angeloz (Unión
Cívica Radical), acercándose ideológicamente a la línea
Córdoba (más liberal), pero a su vez contó con el apoyo del
Movimiento de Renovación y Cambio (de tinte alfonsinista). Ganó la intendencia en el año 1991, siendo reelegido
en 1995. Desde el inicio de su gestión avanzó en una racionalización y modernización del aparato estatal municipal,
llevando adelante un nuevo formato de gestión financiera,
sobre todo en la realización de obras públicas. A tono con
los tiempos y con su propuesta de gestión, favoreció la descentralización de servicios municipales (riego, desmalezado,
prestación de atención primaria de salud, salas maternales)
en las vecinales7; la conformación de un ente descentralizado para la provisión de agua potable y cloacas (EMOS),
de un ente de control municipal (EDITSA, hoy EDECOM),
asimismo optó por la licitación y concesión privada de
algunos servicios (la recolección de residuos pasó a manos
de la Empresa Aseo y el alumbrado público a la empresa
Siemmens). Durante su mandato se impulsó la convocatoria a una Convención Constituyente para la sanción de la
7
Las vecinales son asociaciones de vecinos de un determinado barrio, que
por lo general cuentan con personería jurídica y un sistema organizativo
y atienden problemáticas vinculadas al sector urbano en el que se afincan.
Fueron adquiriendo mayores funciones en la década del 90 y estuvieron
fuertemente vinculadas a la gestión municipal en tanto el financiamiento
para la prestación de los servicios provenía de la municipalidad.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 95
Carta Orgánica Municipal (habilitada por la reforma constitucional de 1994, la carta orgánica se sancionará en el
año 1995)8. La presencia del municipio en la prestación de
servicios de salud y asistencia social aparecen como otros
aspectos relevantes en la gestión, sobre todo en los años
1995 y 1996, que como se verá más adelante, demandaron
la presencia activa del Estado municipal frente a la crisis
socioeconómica reinante.
La situación económico-social y el ciclo de protesta
En los años considerados, y tras los hechos de protesta de
diciembre de 1993 ocurridos en La Rioja y Santiago del
Estero, se van a desarrollar una serie de protestas9 en contra
de la aplicación de políticas de ajuste en distintas provincias
del país.
Casi todos los Estados provinciales parecieron colapsar
en medio de millonarios déficits presupuestarios (agravados
en el caso de Córdoba en 1995 por los efectos de la crisis
del Tequila mexicano) que llevaron a atrasos en el pago a sus
proveedores y a los asalariados estatales, al pago de salarios
con bonos provinciales, a reducciones salariales y pago en
cuotas, a rescindir contratos de los trabajadores, a la modificación del régimen de licencias, así como al traspaso de las
cajas jubilatorias provinciales a la Nación, privatizaciones
de empresas públicas de electricidad y agua, bancos provinciales (Cotarelo, 2016, p. 197).
8
9
Es importante destacar la relevancia de contar con Carta Orgánica Municipal, en tanto brinda al municipio un formato jurídico y una autonomía
mayor que la asignada por la Ley Orgánica de Municipalidades.
Por ejemplo: Jujuy: marzo y abril de 1994 y agosto y octubre de 1995; Tucumán: septiembre y octubre de 1995; Salta: abril de 1994 y agosto de 1995;
San Juan: julio y diciembre de 1995; Mendoza: octubre de 1995; Chaco
octubre de 1994; Córdoba: marzo a julio de 1995; Río Negro: abril y octubre de 1995.
96 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Un hecho destacable en el mes de julio de 1994 fue la
denominada Marcha Federal, convocada por gremios, partidos políticos, organizaciones sociales y empresarias, contra el plan económico del gobierno. Las columnas partieron
desde el interior del país, confluyendo en la Capital Federal,
en Plaza de Mayo, el día 6 de julio y reunió a más de 45.000
manifestantes.
Los inicios del año 1995 estuvieron marcados por la
campaña electoral para la renovación de autoridades tanto
nacionales, como provinciales y municipales. El tema económico saliente fueron los efectos de la “crisis Tequila”10. En
los primeros meses del año 1995 se produjo una reducción
de las inversiones, crisis en los mercados, bajas en la Bolsa de
Comercio de un 35%, acentuando los problemas de liquidez
financiera del Estado nacional y sobre todo de los Estados
provinciales. Desde el gobierno nacional se implementó un
paquete de medidas de ajuste, especialmente una reducción
del gasto público y un aumento en la recaudación, en el mes
de marzo el IVA (Impuesto al Valor Agregado) se elevó al
21%. No es de extrañar entonces que el 72 % de los hechos
de protesta a nivel nacional en el año 1995 fueron llevados
a cabo por trabajadores y trabajadoras estatales (Cotarelo,
2016, p. 201), aunque en algunos momentos el apoyo de la
ciudadanía por los reclamos y la participación activa en las
acciones propuestas llegó a desbordar los límites sindicales
y transformarse en estallidos sociales.
La reducción del presupuesto universitario, conjuntamente con el tratamiento y la aprobación en la cámara de
diputados el 8 de junio y en senadores el 21 de julio, de
10
La Crisis Tequila fue una crisis de liquidez del Estado mexicano, iniciada en
diciembre de 1994, por la falta de reservas internacionales causando la devaluación del peso. El “Efecto Tequila” impactó más directamente a Argentina
ya que la percepción que tenían los agentes económicos sobre países emergentes hizo que se observara a Argentina en similitud a México. Este efecto
contagio de la crisis mexicana trajo para inicios de 1995 una enorme fuga
de capitales en el país.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 97
la Ley de Educación Superior favoreció las protestas estudiantiles y docentes universitarias a nivel nacional.
Durante el año 1996, si bien la crisis económica había
sido controlada y se habían recuperado algunos índices
macroeconómicos, una serie de disputas y escándalos, llevan a la salida en julio del ministro de economía Domingo
Cavallo y su reemplazo por Roque Fernández, quien avanzó en un paquete de medidas de ajuste, entre las que se
contó una “Segunda Reforma del Estado”11. Aunque el tema
saliente era la propuesta de profundización de la Flexibilización Laboral12, buena parte de los conflictos (tres huelgas
generales) provenían del debate en torno a ella. Debemos
aclarar que, desde años anteriores, la Confederación General del Trabajo (CGT) había sufrido escisiones. Por un lado,
una CGT oficialista propensa a negociar con el presidente
de la Nación algunas cuotas de poder; por otro, el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), liderado por
sindicatos importantes como el de transporte; y, finalmente,
el Congreso de Trabajadores Argentinos (CTA) abiertamente crítico tanto de la política socio–económica del gobierno
como del modelo sindical vigente.
Por último, recordemos que en junio de 1996 se produjo el primer corte de ruta en Neuquén en las localidades de
Cutral Có y Plaza Huincul, que dará inicio a la movilización
de trabajadores y trabajadoras desocupados, movimiento
que tendrá preeminencia en la conflictividad social en años
posteriores.
Respecto de la situación social en los primeros meses
del año 1994 a nivel nacional se produjo el aumento de los
11
12
La segunda reforma del Estado buscaba profundizar las reformas estructurales, reduciendo el déficit fiscal, el gasto público, incrementando las descentralizaciones y privatizaciones pendientes.
La primera reforma laboral se dio en 1991 con la Ley Nacional de Empleo.
En el año 1995 se dieron dos nuevas leyes flexibilizadoras: un nuevo régimen de contrato de trabajo y un régimen laboral diferencial para las Pymes.
En 1996 se firmaron tres decretos que flexibilizaban las relaciones laborales,
que afectaron los convenios colectivos de trabajo y reducían las atribuciones
de las centrales sindicales.
98 • Protestas sociales en la Argentina reciente
índices de pobreza y de desocupación (Puntal, 10/2/1994;
3/4/1994). Mientras que en enero de 1995 la desocupación
ascendía al 12%; y se esperaba que para el mes de junio de
ese mismo año aumentara al 14%, el ministerio de trabajo
en el Boletín de Estadísticas Laborales registró oficialmente
una tasa de desempleo abierto del 17,5% para ese año13. Un
año más tarde la desocupación a nivel nacional se mantenía
en esos guarismos. Muchos de los desocupados y desocupadas eran jóvenes14.
En lo atinente a los índices de pobreza, en 1995 por
ejemplo, el 19,5% de la población del país era pobre según
un informe de un relevamiento realizado por el Centro de
Estudios para la Nueva Mayoría (Puntal, 7/7/1995). Varios
autores consultados coinciden en que los índices de pobreza se habían reducido en los tres primeros años de la década
del noventa, rondando cerca del 16%, y que va a ser a partir
de 1995 cuando los índices crezcan, llegando en el año 2002
a cifras que rondaban el 45%.
Respecto de la situación socio económica cordobesa si
bien en febrero del año 1994 Córdoba era una de las provincias con menor índice de pobreza del país (alrededor del
10,4%), según cifras dadas a conocer por el gobierno nacional; la situación empeoró y a finales de ese mismo año, la
ciudad capital cordobesa era la cuarta con mayor índice de
pobreza del país según la Encuesta Permanente de Hogares
(Puntal, 19/11/1994). Para el año 1995 y a partir de un relevamiento privado realizado a nivel nacional, la población
con necesidades básicas insatisfechas en Córdoba ascendía
al 12,4% de la población (Puntal, 7/7/1995). En el período
histórico analizado, la desocupación crecía, paulatina, pero
sostenidamente, tanto en la capital cordobesa como en el
13
14
Véase http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/Bel/historico.asp
El diario Puntal, en su edición del 8 de enero de 1995, informaba que alrededor de un 50% eran jóvenes, alrededor de 800.000 estaban con problemas
de empleo.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 99
resto de la provincia15. La problemática se transparentó
en numerosas ediciones del diario Puntal, en las cuales se
informó de despidos en numerosas empresas privadas tanto
industriales como de servicios, en la capital cordobesa (Puntal, 3/2/1995, 24/3/1995, 2/8/1995,6/8/1995, 4/1/1996).
Por último, cabe mencionar que la Encuesta Permanente de
Hogares (onda mayo de 1996) estableció la desocupación en
el Gran Córdoba en un 17,2%.
Dentro de la coyuntura local el periódico advirtió que
el desempleo era un problema central. Hacia finales de 1994
se informó que “10.000 riocuartenses tienen problemas de
trabajo (esto es 1 de cada 4 y medio riocuartense), que 5000
están desocupados y 5000 sub ocupados”; en el mismo editorial se planteó que los desocupados provenían tanto de
la estructura estatal, de industrias que cerraron sus puertas,
como de comercios locales que cerraron por la baja de las
ventas por la crisis del sector agrícola ganadero (Puntal, 27/
11/1994). En los primeros meses del año 1995 recrudeció la
crisis social. Un indicador de la situación la brindó el diario
al advertir que cada vez más gente concurría a los dispensarios municipales en búsqueda de prestaciones de salud
(Puntal, 19/4/1995), mientras que los círculos vecinales se
transformaban en vectores de la ayuda para la solución de
necesidades básicas. En el mes de julio de 1995 se detectó
casos de desnutrición (Puntal 19/7/1995). Tanto la iglesia
católica en voz de su obispo diocesano como la CGT Regional manifestaron su preocupación por un posible desborde
social lo cual puso de manifiesto el grado de incidencia
de la crisis (Puntal, 23/4/1995). En diciembre de 1995 se
dieron a conocer los datos de la Primera Encuesta Permanente de Hogares realizada en la ciudad y a octubre de ese
año la desocupación en Río Cuarto era del 20,2%, ocupando el tercer puesto entre las ciudades con mayor índice
15
En el gran Córdoba el desempleo abierto creció del 7,8% en mayo de 1994
al 17,2% en el mismo mes de 1996. Véase http://www.trabajo.gob.ar/estadisticas/Bel/historico.asp
100 • Protestas sociales en la Argentina reciente
de desocupación, mientras que la subocupación rondaba el
14%. Una medida que reflejó la complejidad de la situación
social fue que en el mes de noviembre la Municipalidad
otorgó 23.000 “carnets de carecientes”, como forma de organizar la prestación de servicios asistenciales. La situación
social se agravó durante el año 1996, si bien la desocupación y la subocupación descendieron al 18% la primera y al
13% la segunda, para octubre de 1996 el periódico informó
que la pobreza “golpea al 37% de los hogares riocuartenses”
(Puntal, 6/10/1996), siendo el 22% de ellos nuevos pobres.
Mientras que los carnets de carecientes alcanzan al 28% de
la población, en número absoluto, esto es 39.000 carnets
(Puntal, 6/10/1996).
El período comprendido entre los años 1994 y 1996
puede ser caracterizado entonces como una etapa en la cual
comenzaron a notarse los regresivos efectos económicos y
sociales de las políticas neoliberales encaradas por el ejecutivo nacional. Ellos se hicieron sentir duramente en los
espacios subnacionales, alimentaron las protestas de diversos actores sociales quienes se movilizaron a lo largo y
ancho del país. En ese marco, la provincia de Córdoba y la
ciudad de Río Cuarto en particular, como caso bajo estudio,
no serán excepciones, aunque las acciones colectivas, sus
modalidades, demandas y formas cobraron peculiaridad en
función de su propia trayectoria socio histórica.
Retratando la protesta social en la ciudad de Río
Cuarto
Los datos obtenidos durante la investigación permiten
esbozar el entramado de la situación riocuartense y de la
conflictividad. Este apartado pretende bosquejar tanto los
aspectos cuantitativos como algunos cualitativos del accionar contencioso de la ciudadanía; sus demandas (muchas de
ellas surgidas de situaciones puntuales que trataremos de
Protestas sociales en la Argentina reciente • 101
explicar) sus repertorios y formatos de organización, y las
particularidades que presenta el espacio local en relación a
las dimensiones de análisis.
El relevamiento realizado a partir de la fuente periodística muestra que en el año 1994 en la ciudad de Río Cuarto
se registraron un total de 45 protestas, mientras que en 1995
el total fue de 103 acciones y en 1996 fueron 24. Estos datos
permiten afirmar que dentro del ciclo podemos apreciar un
incremento notable de las protestas en el año 1995.
Gráfico 1. El ciclo de protestas 1994–1996
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
En el año 1994 hubo dos ciclos de protesta: uno corresponde a los meses de abril y mayo (con 17 acciones) y el otro
a agosto y septiembre (con 12). Respecto del año 1995, que
caracterizamos como un año de fuerte conflictividad social,
el número de protestas se duplicó sobradamente respecto
del año anterior. Un total de 83 protestas, es decir el 80,58%
102 • Protestas sociales en la Argentina reciente
se dieron entre marzo y julio de ese año y coincide con la
crisis financiera del Estado provincial.
Para el año 1996 podemos apreciar que, del total de 24
protestas, los meses de agosto (con 6) y noviembre diciembre (con 9) registraron la mayor cantidad de acciones de
protesta. Estos últimos meses acumularon el 37,5% del total
de las mismas.
Es preciso hacer una breve digresión e introducir aquí
algunas explicaciones sobre la crisis de 1995 y por qué el
“modelo cordobés” concluyó a mediados de la década. La
crisis financiera internacional de ese año “puso fin al tipo de
financiamiento sobre el que se sustentaba la gestión angelocista (créditos internacionales negociados por la banca
provincial)” (Arriaga, et al, 2012, p. 38). La demora o abiertamente la negativa, por un lado, de la Banca internacional
en el otorgamiento de créditos16 y por el otro, del gobierno
nacional a salir en socorro de la provincia (en tanto se consideraba que no hacía los ajustes que el PEN solicitaba) llevó a la crisis financiera del Estado cordobés. La escasez de
recursos hizo que la administración no pagara a sus proveedores y definiera casi diariamente el cronograma de pagos
a jubiladas y jubilados y empleadas y empleados estatales
(Puntal, 7/2/1995). A mediados de año, el Estado provincial
adeudaba salarios, en algunos casos de hasta 3 meses. En
la capital cordobesa desde marzo se sucedieron casi diariamente marchas y movilizaciones por las calles céntricas.
En junio de 1995, la provincia impulsó un duro paquete de
medidas económicas que se debatió en la legislatura provincial y dio como resultado la Ley de Emergencia Económica,
Financiera y Previsional del sector público provincial (N°
8472), sancionada el 22 de junio. Un día después se produjo
en la capital un estallido social que incluyó la quema de la
Casa Radical (Puntal, 24/6/1995). La ola de protestas que se
16
La provincia gestionó a fines de junio y primeros días de julio un crédito, a
través de la colocación de títulos, con el Banco neoyorquino Dillon Read,
que fracasó (Puntal, 30/6/1995 y 6/7/1995).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 103
había iniciado en marzo recrudeció. La situación política en
el ejecutivo provincial era compleja, ya que en esos meses se
estaba produciendo la transición para la entrega del poder
y la asunción del gobernador electo Ramón Bautista Mestre
(también de la UCR). Las intensas protestas que se dieron
sobre todo en la capital profundizaron la crisis que llevó a
la renuncia anticipada de Eduardo Angeloz el 6 de julio de
1995 y a la asunción de Ramón Mestre la semana siguiente.
Esta breve explicación nos permite entender los datos
relevados respecto de la dimensión de los actores, es decir,
los colectivos sociales que llevan adelante las protestas. El
82% fueron protagonizadas por trabajadoras y trabajadores
(de todas las subcategorías desglosadas)17. De ese total, el
66% correspondió a las empleadas y los empleados públicos
de los diferentes niveles del Estado y de las diversas áreas,
salud, administración, aunque prima los conflictos laborales
con docentes. Por los resultados obtenidos advertimos que
quienes más llevaron adelante acciones de protesta fueron
las trabajadoras y los trabajadores en relación de dependencia y dentro de ellos, los estatales, que como se expuso más
arriba y a raíz de la crisis financiera provincial se vieron
impedidos de cobrar sus salarios en tiempo y forma. Aunque hay que aclarar que también tomaron protagonismo en
1995 otros actores vinculados con la problemática salarial
como fueron jubiladas y jubilados provinciales. Y en el caso
de jubiladas y jubilados nacionales el reclamo se centró en
la crisis de la Obra Social PAMI, que los afectó en el año
1996.18
Las y los estudiantes también aumentan su participación.
Mientras en 1994 las acciones estudiantiles fueron 2, y en 1996
fueron 3, en el año 1995 se incrementaron a 7, tanto efectuadas
por estudiantes secundarios como universitarios.
17
18
Me refiero a las subcategorías: educación, salud, administración pública,
servicios, comercio, industria, autónomos y jubilados.
En este caso convergen con las acciones desarrolladas por las empleadas y
los empleados de la Obra Social.
104 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 2. Protestas de 1994 y 1995 por actor social
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 105
Gráfico 3. Protestas de 1996 por actor social
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
En relación a las demandas, el 61% de las protestas reclamaban por la cuestión salarial. Ello se explica en razón de
la demora en el pago de salarios y jubilaciones del Estado
provincial, que como fue dicho, en algunos casos llegó a
3 meses.
Asimismo, se visibilizaron reivindicaciones por educación y salud; y políticas económicas generales y sectoriales. Se llevaron a cabo tres marchas en reclamo de justicia
y seguridad, una de ellas respondiendo a la convocatoria
nacional de repudio por el Atentado a la AMIA (Asociación
Mutual Israelita Argentina) ocurrido en Buenos Aires, el 18
de julio de 1994.
En el caso de estudiantes secundarios, la principal
demanda tuvo que ver con la incertidumbre por el dictado
de clases durante el primer semestre de 1995 y la aplicación
de la Reforma Educativa Provincial en 1996 que estimulará
el descontento tanto en la población educativa (docentes,
alumnos, padres) como en la población en general. La sanción de la Ley de Educación Superior ampliamente rechazada por las y los estudiantes de la Universidad Nacional de
Río Cuarto fue la principal demanda de dicho colectivo.
106 • Protestas sociales en la Argentina reciente
La preocupación por la política económica desarrollada por el ejecutivo nacional a cargo del presidente Carlos
Menem, irá cobrando protagonismo. Proporcionalmente,
mientras que en el año 1994 las acciones que tenían como
principal demanda la “política económica” representaron el
6.6 % del total de protestas y en el año 1995 el índice asciende al 11,6%, en el año 1996 dicho porcentaje se incrementó
hasta alcanzar un 25% del total de las mismas.
Una acción de la ciudadanía en general que tuvo como
principal demanda esta última cuestión fue el apagón general de 5 minutos impulsado por 40 organizaciones riocuartenses y a nivel nacional por el FREPASO (Frente País Solidario) que se llevó a cabo el día 12 de septiembre de 1996,
cabe acotar que el periódico registró un elevado acatamiento de la ciudadanía a la medida (Diario Puntal, 1/9/1996).
Gráfico 4. Protestas de 1994 por demanda
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 107
Gráfico 5. Protestas de 1995 por demanda
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Gráfico 6. Protestas de 1996 por demanda
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
108 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Dentro de los repertorios, la huelga fue primordial con
casi el 53% aunque hubo modalidades novedosas. Un ejemplo fueron las acciones de las trabajadoras y los trabajadores
del poder judicial en 1995 quienes optaron por la modalidad de “trabajo a desgano”, transformándose luego, y por
dos meses en “abandono de tareas”, esto es, el personal completaba la ficha de asistencia y luego se retiraba del lugar de
trabajo. En el caso de docentes provinciales, combinaron el
paro sin asistencia a los lugares de trabajo con la modalidad
“retención de tareas”. La visibilización en el espacio público
de la problemática salarial, educativa y de salud, fue una
constante durante el ciclo de protesta. Por ello, es dable
apreciar la combinación de repertorios con asambleas, petitorios y movilizaciones. La Marcha de la Tristeza realizada
el 3 de abril de 1995, por docentes de la DEMES, culminó en
el obispado de Río Cuarto, oportunidad en la cual su titular
leyó un telegrama que elevó al gobierno provincial reclamando por el no pago de los haberes del mes de febrero.
La asamblea en los lugares de trabajo fue un repertorio
muy utilizado por docentes de nivel primario y secundario,
ello implicaba la suspensión de clases en dos horas del turno.
Las marchas y movilizaciones por las calles céntricas como
repertorio principal se emplearon en el 22% de las protestas. En 1994 se registró un paro patronal agrario, de alcance
nacional (cese de comercialización tranqueras afuera, que
tuvo impacto en diversos sectores de la ciudad de Río Cuarto) y un repertorio bastante novedoso como fue el apagón
de vidrieras de los comerciantes, repertorio que se repetirá
en años posteriores19. En el primer caso, el adversario fue
el Estado nacional y el principal reclamo eran las políticas
agropecuarias. En el segundo caso, también el adversario
fue el Estado nacional y la principal demanda fue de carácter impositivo, esta acción contó con el apoyo de Fedecámaras (Federación de Cámaras y Centros Comerciales de la
19
Los comerciantes protagonizaron dos apagones de vidrieras, los días 9 y 22
de septiembre de 1994. Véase Puntal en ambas fechas.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 109
República Argentina), a nivel provincial y la Sociedad Rural
de Río Cuarto a nivel local.
La realización de ollas populares fue un repertorio
utilizado por el personal de salud del Hospital Central en
una calle de alta circulación como es la Avenida Sabattini.
Cabe aclarar que en ese momento el Hospital Central se
encontraba en la zona sur de la ciudad y a cinco cuadras
de la avenida en la que se registró la protesta, por lo tanto,
trasladar la olla popular de mate cocido de las puertas del
nosocomio a una arteria más transitada le otorgó visibilidad
pública al reclamo. Otro repertorio novedoso fue la toma de
instalaciones. En la mayoría de los casos correspondieron
a edificios públicos. Se producen 5 tomas en total, como
repertorio principal. Son tres las acciones estudiantiles: dos
llevadas a cabo por estudiantes en la Universidad Nacional
de Río Cuarto, en el marco del plan de lucha contra la sanción de la Ley de Educación Superior, y una por el Centro
de Estudiantes del IPET N°33.
Respecto de los espacios privados: una toma se realizó
en el Instituto de Servicios Sociales Bancarios por parte de
sus trabajadores en repudio a la liquidación del mismo, y
otra la llevaron adelante trabajadores de la SATCRC (Sociedad Anónima de Transporte de la Ciudad de Río Cuarto),
quienes además efectuaron un paro por 24 horas en demanda de la reincorporación de trabajadores despedidos, así
como el pago de indemnización correspondiente a aquellos
que fueran cesanteados. Asimismo, cabe resaltar la toma de
la Zona Sanitaria N° 7 que fue desarrollada por los trabajadores y trabajadoras de la salud en el marco de un plan de
lucha que llevaron adelante durante cinco días en el mes de
junio de 1995.
110 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 7. Protestas de 1994 por repertorio
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Gráfico 8. Protestas de 1995 por repertorio
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 111
Gráfico 9. Protestas de 1996 por repertorio
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Respecto de las formas organizativas, las distintas protestas fueron llevadas a cabo mayoritariamente desde las
agrupaciones sindicales. La articulación entre organizaciones gremiales y otros actores sociales (referentes religiosos
como el obispo diocesano y políticos como el intendente municipal y concejales, padres de alumnos, vecinalistas)
pone de relevancia las redes construidas en un año particularmente conflictivo como fue 199520. En relación a los
aliados y mediadores, la fuente resalta la figura del obispo diocesano, monseñor Ramón Artemio Staffolani y del
intendente municipal, Benigno Antonio Rins.
20
Por ejemplo, los días 4 y 5 de abril, los/as docentes de escuelas públicas provinciales y escuelas privadas desarrollaron acciones conjuntas, cuyas demandas en un principio salariales se tornaron prontamente en reivindicaciones
en la defensa de la educación. Esas articulaciones se repetirán el 19 de mayo,
el 20 de junio y el 5 de julio. El día 4 de abril se realizó una Marcha hacia el
Concejo Deliberante convocada por la UEPC (Unión de Educadores de la
Provincia de Córdoba) y padres y docentes autoconvocados, con el objetivo
de poner de manifiesto la problemática educativa. Fueron recibidos por los
concejales, quienes prometieron tratar la problemática, hecho que se concretó en la sesión especial del 6 de abril.
112 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Consideramos oportuno introducir la idea que, en ciudades intermedias como Río Cuarto, las demandas que
tenían como principal adversario a instancias estatales
nacionales o provinciales, solían ser canalizadas por instituciones relevantes del espacio local, ya sea la iglesia católica
o el poder político comunal. La cercanía territorial permitió este tipo de articulaciones. La repercusión de acciones
de protesta a nivel nacional fue fluctuante en la ciudad. En
el año 1995 se realizaron dos paros nacionales generales
(21 de abril y 6 de septiembre) convocados por los gremios
opositores (CTA MTA); en ambos el acatamiento fue dispar
en la ciudad de Río Cuarto (según lo rescata la fuente consultada). La fragmentación de las centrales sindicales quedó
puesta de relieve en el hecho que el mismo 21 de abril la
CGT Regional Río Cuarto convoca a un paro y movilización
contra el plan económico nacional, pero la fuente se encargó de aclarar que se realizó al margen del convocado por
las centrales sindicales nacionales. Sí tuvo mayor adhesión
el paro provincial decretado el día 10 de agosto de 1995 por
gremios del sector público provincial y de la actividad privada, contando con numerosos adherentes sindicales como
CGT Regional, gremios nacionales como UTA, Metalúrgicos, Gremio de la Carne; y partidos políticos como el Frente
Grande.
Es importante destacar que el periódico registró para
el año 1996 tres paros generales decretados por la CGT a
los que se sumaron la CTA y el MTA (Puntal del 8/8/ 1996,
27/9/1996 y 26/12/1996); desarrollándose el 8 de agosto,
el 26 de septiembre (de 36 horas) y el 26 de diciembre. En
todos ellos dos fueron los temas salientes: la política socio
económica del gobierno y la flexibilización laboral. Recordemos que en el mes de julio de 1996 asumió como nuevo
ministro de economía, Roque Fernández impulsando una
segunda reforma del Estado y modificaciones en las relaciones laborales y gremiales. El ataque frontal a los convenios
colectivos y a los formatos de negociación, que implicaban
también una arremetida contra el poder sindical, fueron
Protestas sociales en la Argentina reciente • 113
respondidos por los líderes gremiales con medidas de fuerza contundentes. En dos de ellos se registró una “masiva
adhesión” como así también articulaciones entre la CGT
Regional, partidos políticos, agrupaciones de desocupados,
autoridades municipales y religiosas. El paro general de
36 horas que incluyó movilización y misa en la Catedral
local fue caracterizado por el periódico como “mayor protesta nacional contra el gobierno menemista” (Puntal, 27/
9/1996).
El devenir de la sociedad local durante el ciclo
de protesta
Esta breve descripción de los datos obtenidos del período
bajo estudio, que consideramos fue un mapeo general, nos
permitió delinear a grandes trazos el devenir de la sociedad
riocuartense en una de sus aristas, a saber, las acciones y
reacciones de la ciudadanía frente a la situación socio política y económica por la que atravesaba ante el cambio de
paradigma de acumulación social y el modelo estatal consecuente. La misma muestra un momento álgido a inicios del
año 1995.
La duplicación de acciones en el año 1995 respecto
del año 1994 (en el año 1994 se registraron un total de 45
protestas, mientras que en 1995 el total fue de 103 protestas y en 1996 fueron 24), tuvo directa relación con la crisis
financiera provincial y el retraso en el pago de salarios por
parte del Estado cordobés. Como sucedió a nivel nacional,
en Río Cuarto, el mayor número de hechos contenciosos en
el ciclo aquí expuesto, fueron llevadas a cabo por las trabajadoras y los trabajadores; y en un porcentaje importante
por empleadas y empleados públicos provinciales tanto de
la Educación y la Salud como de la administración en general, respondiendo según cada año a una coyuntura particular. Si bien, podemos apreciar que el principal reclamo fue
114 • Protestas sociales en la Argentina reciente
salarial, los datos muestran una ampliación de las demandas, avanzando hacia otras relativas a políticas sectoriales y
de financiamiento de todo el sistema de salud y educación
(tanto provincial como nacional), servicios que eran considerados nodales por la comunidad toda; a políticas económicas aplicadas desde los Estados nacional y provincial y
sus consecuencias, tanto en lo relativo al ámbito del trabajo
(desempleo, flexibilización laboral) como empresarial (desregulación, carga impositiva). Asimismo, de una lucha en
principio sectorial, donde las asociaciones gremiales (estudiantiles, empresariales, de trabajadores) tuvieron fuerte
protagonismo en las convocatorias, se pasó a un reclamo
que involucró a la sociedad en su conjunto. Esta aseveración
se comprueba tanto en la articulación entre diversos actores
(por ejemplo, docentes, padres, estudiantes, directivos de
escuelas privadas), como en las alianzas estratégicas forjadas
al calor de los sucesos (obispo diocesano y concejales).
El incremento de la conflictividad en el espacio local
puede tener como primera explicación el impacto de la
transferencia de responsabilidades jurisdiccionales (y sus
modalidades) desde el Estado nacional a espacios subnacionales, otorgando mayor protagonismo a los niveles provinciales y locales (en servicios como Salud y Educación) que
incrementó el peso del empleo público provincial (Oszlak,
2003, p. 3). Si bien la descentralización se había iniciado
en el último gobierno de facto, la gestión menemista en los
años 90, a través de la Ley de Reforma del Estado, va a
completar ese proceso.
En segundo lugar, se puede argumentar la vulnerabilidad de la economía y las finanzas (tanto nacionales como
provinciales) frente a los vaivenes económicos internacionales (por ejemplo, el efecto tequila). Mientras que la vulnerabilidad externa (tanto por ingresos de capitales productivos o especulativos externos como por deudas contraídas
por el Estado o los particulares) es una cuestión recurrente
en la historia económica argentina, va a ser también en esos
Protestas sociales en la Argentina reciente • 115
años que tiende a incrementar su peso por las políticas de
liberalización de la década (Bellini y Korol, 2012, p. 255). En
este aspecto y para el caso de Córdoba habría que añadirle
el formato de financiamiento por el que había optado la
administración Angeloz de solicitar préstamos a corto plazo negociados en el mercado financiero internacional por
la banca pública provincial (Bancos Social y de la Provincia
de Córdoba), lo cual tornaba más vulnerable las finanzas
provinciales. Más allá del éxito del plan de convertibilidad en controlar la inflación, el ajuste estructural, en sus
sucesivas aplicaciones y la recesión posterior a la crisis del
tequila tendrá impactos negativos sobre la producción y el
empleo a escala nacional. La búsqueda de una solución en
la flexibilidad laboral que hiciera más atractivas las inversiones va a estimular como vimos algunas acciones durante
el año 1996. Respecto de Córdoba, la gestión mestrista con
su dosis de cambios estructurales también está en la base
explicativa de las reacciones ciudadanas.
Una tercera explicación que podemos presentar y que
complementa a la ya expuesta, es la tesis que presenta
Mónica Gordillo (2012, p. 16), respecto del formato político que habría desarrollado la administración del entonces
gobernador Angeloz (de negociación en espacios institucionalizados y jerarquizados, características de la matriz estado céntrica) y que habría dado lugar al empoderamiento
de las trabajadoras y los trabajadores públicos (entre otros
actores) incrementando su accionar ofensivo derivado del
mantenimiento de estructuras, prácticas y discursos propios de dicha matriz. Ese accionar ofensivo registra una
modalidad privilegiada como es la huelga y una primacía
de la forma sindical institucionalizada en los formatos de
organización. Los datos ofrecidos para el año 1995 en la
ciudad de Río Cuarto así lo corroboran. Si bien ello tuvo un
cambio durante la gestión Mestre, el poder gremial siguió
siendo importante en todo el período analizado.
116 • Protestas sociales en la Argentina reciente
A modo de conclusión
Las acciones contenciosas de la ciudadanía riocuartense
entre 1994 y 1996 fueron nuestro objeto de estudio. Avanzamos en la presentación de algunos datos relevados a partir de la prensa local. Tomamos especialmente en cuenta,
dentro de las dimensiones establecidas, los actores implicados, sus demandas, formas organizativas y repertorios de
acción, así como la situación histórica nacional, provincial
y local.
Aún quedan muchas cuestiones por responder. Sólo
para dar un esbozo de otras problemáticas nos preguntamos: ¿Qué identidad portaban esos actores? ¿Cómo fue el
proceso de su construcción? ¿Se articularon alianzas? ¿Se
construyeron redes? ¿Se conformó un espacio político y de
acción política conjunta? Si fue así, ¿cuáles persistieron a lo
largo del tiempo y qué impacto tuvieron en las identidades
particulares de los actores? Para dar respuesta a algunas
de ellas la investigación deberá avanzar hacia otras fuentes
de información. Las voces de los participantes deberían ser
un instrumento privilegiado. Poner en primera persona la
dinámica social, sacar el filtro que los medios de comunicación suponen, quizás nos permita ir coloreando el retrato
del conflicto social en la ciudad de Río Cuarto.
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1998-2000: entre la resistencia
a la reforma estatal
y el reclamo por trabajo
Una mirada comunicacional a las dinámicas
de la protesta social en Río Cuarto
CLAUDIA KENBEL Y MARÍA EUGENIA ISIDRO
Resumen
Los resabios de la década del 90 continúan en este ciclo de
protestas que va desde 1998 hasta el año 2000. El período se destaca por la presencia de distintos signos políticos
a nivel nacional, provincial y local, lo que traerá cambios
en políticas públicas, sobre todo de tipo económicas, con
repercusión en servicios a cargo del Estado como la educación, la salud y el trabajo en dependencias públicas. Como
respuestas a estas políticas, el sector trabajador organizado
en sindicatos sale a la calle, realiza paros y movilizaciones,
aunque a medida que nos acercamos al 2000, toma preeminencia un actor que será protagonista en el estallido del
2001 a nivel nacional: el colectivo de trabajadores desocupados. Las demandas de las protestas ya no ponen el foco
solo en mejoras laborales, sino en el acceso al trabajo con
originales repertorios de acción que incluyen a ciudadanos
y ciudadanas con demandas básicas insatisfechas como el
alimento.
Desde una perspectiva comunicacional, buscamos dar
cuenta de los datos más significativos de este período,
destacando los actores, qué demandan, cómo lo hacen y
119
120 • Protestas sociales en la Argentina reciente
de qué modo se organizan, así como el contexto en que
ocurren.
Introducción
Aportes para pensar las protestas sociales
desde la comunicación
La protesta social es quizás, en los últimos tiempos, la
acción directa más popular y eficaz con la que cuentan los
ciudadanos y ciudadanas para hacer visibles sus demandas
y reclamos, hacer escuchar su voz y ejercer la ciudadanía.
En consecuencia, también se ha convertido en un fenómeno ampliamente abordado por las Ciencias Sociales desde diversas disciplinas, principalmente, la Ciencia Política
y la Sociología, y desde diferentes perspectivas teóricas y
metodológicas. En este capítulo continuamos con el mapeo
socio histórico de la protesta social en la ciudad de Río
Cuarto que nos propusimos realizar en el marco de esta
investigación, específicamente nos centramos en el ciclo
comprendido entre 1998 y 2000, es decir, la antesala del
estallido social del 2001. Sin embargo, antes de comenzar
nos resulta oportuno señalar dos perspectivas de abordaje
desde las Ciencias de la Comunicación, ámbito disciplinar
de las autoras, que entendemos, pueden aportar al estudio
de las protestas sociales.
Por un lado, el reconocimiento de la comunicación
como “ámbito de debate socio político cultural, también
económico y tecnológico donde los sujetos organizan sus
vincularidades en función de objetivos y propósitos” (Uranga y Thompson, 2016, p. 39) está estrechamente vinculada a
la noción de ciudadanía en tanto “modo específico de aparición de los individuos en el espacio público, caracterizado
por su capacidad de constituirse como sujetos de demanda
y proposición en diversos ámbitos vinculados con su experiencia” (Mata, 2002, p. 67). Se asocia al “reconocimiento
Protestas sociales en la Argentina reciente • 121
recíproco”, es decir, “al derecho a hablar y ser escuchado,
imprescindible para poder participar en las decisiones que
conciernen a la colectividad” (Martín–Barbero, 2010, p. 47).
En este sentido, la comunicación posibilita poner en circulación sentidos y generar espacios de confrontación de
ideas, tan necesarios para el ejercicio ciudadano y la vida en
democracia.
Y de manera complementaria, la comunicación, vía los
medios masivos, “dota de existencia pública a los individuos visibilizándonos ante los demás y permitiendo verse
representarse a sí mismos” (Martín–Barbero, 2010, p. 68).
Los medios cobran una gran relevancia en torno a las protestas sociales en tanto permiten ampliar la visibilidad de
los reclamos, condición existencial para que las acciones
colectivas no sólo sean visibles por aquellos que ocasionalmente pasan por el lugar, sino también por los demandados
y la sociedad en general, sin embargo, “las voces de quienes
protestan van a pasar necesariamente por el filtro que les
imponen los medios, por lo tanto el mensaje ya no será el
de quienes protestan sino el que los medios dicen que los
que protestan dicen” (Berti y Cantú, 2020, p. 46). Es decir,
el tratamiento que los medios hacen está condicionado por
la manera en que enfocan la información, por aquello que
visibilizan y lo que ocultan. Se enfatiza así la “necesidad de
distinguir entre la protesta como hecho y su construcción
como acontecimiento mediático y la importancia que revisten los procesos de significación como otro aspecto a tener
en cuenta en el estudio de las acciones colectivas” (Berti y
Cantú, 2020, p. 37). Pues “la lucha no se libra tan solo en
el campo social (a través de prácticas específicas) sino que
tiene lugar también en (o se da a través de) las no menos
importantes disputas por las significaciones que encuentran
en los medios un lugar privilegiado” (p. 38). Si aceptamos
esta aserción, prosiguen las autoras, estudiar la protesta
supone atender el cruce entre los abordajes de índole más
sociológica y política con aquellos que los estudios sobre
medios nos pueden ofrecer.
122 • Protestas sociales en la Argentina reciente
En definitiva, desde el campo comunicacional hay, al
menos, dos cuestiones que nos resultan relevantes en el
marco de este capítulo. Por un lado, entender que las construcciones discursivas que hacen los medios de comunicación suponen perspectivas parciales sobre las protestas que
visibilizan que no necesariamente son todas las que acontecieron1. Por otro lado, y de manera complementaria, el
aspecto vincular de la comunicación en la construcción de
colectivos y movimientos sociales, así como de disputa de
sentidos en el espacio público y en el marco de la ampliación
de derechos ciudadanos, cuestión susceptible de ser abordada en estudios posteriores a la presente investigación.
Ahora sí, hecha esta primera aproximación al abordaje
que proponemos, nos adentramos en las protestas del ciclo
1998–2000. Protagonizadas principalmente por trabajadores y trabajadoras organizados en instituciones sindicales
que reclaman en contra de las políticas económicas de
recorte presupuestario y las reformas estatales tendientes
a la privatización tanto a nivel nacional como provincial.
En este periodo se contabilizaron 115 protestas que tuvieron lugar en la ciudad de Río Cuarto según el registro del
diario Puntal2. Al interior del ciclo, así como se identifica
un crecimiento progresivo de la cantidad de protestas a lo
largo de los años (34 fueron relevadas en 1998, 37 en 1999
y 44 aparecen retratadas en el 2000), también observamos
el aumento progresivo de aquellas cuyos actores centrales
son los ciudadanos y ciudadanas desocupados que reclaman
el acceso a un trabajo, muestra del correlato local de la
creciente conflictividad social que se vivió por entonces a
nivel nacional en la antesala de la crisis económica, social y
político institucional que estalla en Argentina en el 20013.
1
2
3
Para ampliar, consultar el capítulo 1.
Es importante destacar que este relevamiento se hizo sobre los diarios disponibles en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río Cuarto y
que para el ciclo en cuestión se detectó el faltante de algunos ejemplares.
Sobre esto ahondaremos en el capítulo siguiente.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 123
Los invitamos a recorrer más en profundidad las protestas
de fin de siglo.
Dimensión situada. El neoliberalismo en el corazón
del país
El ciclo 1998–2000 se explica en buena medida por los
impactos del modelo neoliberal que se instaura desde inicios de la década del ‘90 en el país y la región. En este
apartado reconstruimos las principales coordenadas de ese
proceso para situar las acciones de protesta identificadas.
Retomamos materiales secundarios provenientes de investigaciones que se han interesado especialmente por lo que
sucedió durante el ciclo analizado en la provincia de Córdoba y la ciudad de Río Cuarto, escenario de la investigación.
Veamos.
Las secuelas del proceso iniciado en 1976 con la última
dictadura cívico militar se ponen de manifiesto en los años
siguientes a la recuperación de la democracia. A partir de
la segunda mitad del gobierno de Alfonsín (1983–1989) se
produce un deterioro de la situación económica y social,
agravándose la calidad de vida de los sectores medios y
bajos, escenario que se profundiza más aún con el programa
económico neoliberal implementado por Carlos Menem,
quien gobernó Argentina durante una década (1989–1999).
De acuerdo a Retamozo (2011),
en el marco del Consenso de Washington4, las recomendaciones de liberalización comercial, privatizaciones, apertura
4
El Consenso de Washington consiste en un corpus de ideas neoliberales que,
a inicios de los años noventa, devino hegemónico para la mayoría de los
Estados latinoamericanos. En Argentina implicó una reestructuración económica que, a partir de la implementación de un paquete de leyes (entre ellas
la ley de Reforma del Estado y la de Emergencia Económica), se plantearon
una serie de reformas en la que se destacó la privatización de las empresas
del Estado (Duarte, 2002).
124 • Protestas sociales en la Argentina reciente
y desregulación del mercado y ajuste estructural fueron en
gran parte seguidas por la administración de Carlos Menem
por lo que el país se convirtió en un ejemplo de las políticas
impulsadas por los organismos internacionales. (p. 4)
Esto trajo como consecuencia la precarización del
empleo, la flexibilidad laboral y una alta concentración
económica que contribuyó al aumento de las desigualdades
sociales y a una desocupación sin precedentes.
La provincia de Córdoba no estuvo al margen de estas
políticas acogidas a nivel nacional. Según reconstruye Carlos Reynoso (2017), Eduardo Angeloz, entonces gobernador
de la provincia de Córdoba, por la fuerza política Unión
Cívica Radical (en adelante UCR) y opositor al modelo
del Ejecutivo Nacional, proyectó a la provincia “como una
alternativa (posible)” (p. 54), buscando colocarla como un
“modelo a seguir”, distinto de lo que pasaba a nivel central.
La preeminencia del partido político radical (primero con
Angeloz y luego con su sucesor Ramón Mestre) desde la
vuelta a la democracia, se vio interrumpida por el triunfo
del peronismo cordobés de José Manuel de la Sota en 1999,
cuya fuerza política gobierna hasta la actualidad (2022)5. Lo
mismo sucederá a nivel nacional, a los 10 años del gobierno
peronista de Carlos Menem (1989–1999), le siguió el triunfo
5
La ex alianza “Unión por Córdoba” (UpC) y hoy “Hacemos por Córdoba”
(HpC) hegemonizó la política cordobesa enhebrando triunfos consecutivos
en las elecciones de 2003, en donde De la Sota (51,84%) doblegó al radical
Oscar Aguad (37,23%); en 2007 con la polémica victoria de Schiaretti sobre
Luis Juez; en 2011, con la amplia victoria de De la Sota (42,60%) sobre el
mismo Juez (29,58%) y sobre el radical Oscar Aguad (22,91%); en 2015, con
la victoria de Schiaretti (39,99%) sobre la alianza “Cambiemos” encabezada
nuevamente por Oscar Aguad (33,74%) y sobre la fórmula de “Córdoba
Podemos”, conformada por Eduardo Acastello y Luis “Cacho” Buenaventura
(17,7%); y finalmente en 2019, con la contundente reelección de Schiaretti
(57,38%) ante las fórmulas de Mario Negri y Héctor Baldassi de “Córdoba
Cambia” (18,85% ) y de Ramón Javier Mestre y Carlos Brinner por la UCR
(11,60%). Véase https://revistas.unc.edu.ar/index.php/CuadernosConyuntura/article/view/38848/38961
Protestas sociales en la Argentina reciente • 125
del gobierno de la Alianza (UCR FREPASO) con la presidencia de Fernando de la Rúa y Carlos Álvarez.
En síntesis, en relación a las coordenadas políticas del
ciclo que analizamos (1998–2000), a nivel nacional sucedieron dos gobiernos de distinto signo político, Carlos Menem
hasta 1999 y luego Fernando de la Rúa. A nivel provincial,
ocurrió un proceso similar, de Mestre (UCR, 1995–1999) a
José Manuel de la Sota (PJ) que retomó el poder en 1999 y
gobernó la provincia en tres oportunidades no consecutivas
(1999–2007 y 2011–2015).
De acuerdo a Arriaga, Franco, Medina y Natalucci
(2012), la perspectiva provincial con la que se encontró
Ramón Mestre en 1995 no era “prometedora”, ya que “la
provincia se encontraba sin financiamiento y con una grave
crisis social y política” (p. 39). Los autores señalan que ese
período “se constituyó como un gobierno de transición: de
desarticulación del Estado de bienestar y de su reorganización bajo postulados neoliberales y también de transformación de los modos de participación y construcción política
precedentes” (Arriaga, et al., 2012, p. 48).
Como sostiene Reynoso (2017), la gestión de Mestre
se caracterizó por “una búsqueda de reordenamiento administrativo y financiero” (p. 57) y lo hizo a partir de leyes
nodulares que marcarían su impronta de gobernabilidad. A
decir de Arriaga (2012), estas normas se expresaron en la
reducción de personal y de salarios. A su vez, se estableció
un límite al derecho a huelga de los trabajadores estatales,
“por el cual una vez llamada la conciliación obligatoria ni
aquellos ni las entidades gremiales podían disponer de una
medida de fuerza que afectara la prestación del servicio
público, bajo la advertencia de aplicar descuentos en sus
remuneraciones” (p. 43).
Según Reynoso (2017), la reducción del personal del
Estado fue uno de los datos más significativos durante el
gobierno de Mestre. El cambio de paradigma de la administración pública, la racionalización del gasto público y la falta
de articulación con sectores sociales y políticos tuvo como
126 • Protestas sociales en la Argentina reciente
correlato la movilización de diferentes sectores estatales y
no estatales. En síntesis, la gestión de Mestre significó un
desmantelamiento del Estado interventor en áreas sociales
y coincidentes con los principios del gobierno nacional,
modificó no sólo las estructuras burocráticas y administrativas del Estado, sino que transformó los niveles de participación y de consenso que caracterizaban al gobierno de
Angeloz (p. 58).
A nivel local, durante el ciclo de protesta analizado, se
sucedieron las intendencias de Antonio Rins por la Unión
Cívica Radical (1991–1999) y de Alberto Cantero (1999–
2004) por el Partido Justicialista. Nótese que se presenta la
misma situación que a nivel nacional y provincial de signos
políticos opuestos que se suceden en los años analizados.
En términos socio económicos, la cifra de desempleo
en Río Cuarto, que por entonces contaba con unos 156.800
habitantes, promedió el 12%6 en los años analizados, dado
que la crisis que atravesaba el país y que fuera reseñada
anteriormente, afectó sus actividades económicas centrales7 puesto que la ciudad actúa como centro de comercio
y servicios en una región con predominio de la actividad
agropecuaria.
Según un informe especial publicado por el diario
Puntal8, hacia 1998 el 52% de la actividad económica local
estaba concentrada en lo comercial y de servicios; el 34%
al sector agropecuario y el 14% a la actividad industrial.
En este sentido, Río Cuarto puede ser caracterizada como
una agrociudad (Carniglia, 2015) en tanto en la ciudad funcionan comercios proveedores de insumos, casas matrices
de empresas agropecuarias nacionales y regionales, bancos
6
7
8
Dato extraído de la Encuesta Permanente de Hogares. Disponible en:
https://www.indec.gob.ar/indec/web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6
“En Río Cuarto se están sintiendo los primeros síntomas de la crisis”. Diario
Puntal, 4/10/98, p. 29.
“Los números de Río Cuarto. Informe especial”. Diario Puntal, 8/11/98, p.
33.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 127
que ofrecen servicios financieros para el ámbito agropecuario, instituciones públicas y privadas vinculadas a la
actividad, industrias transformadoras de productos agropecuarios, entre otros. Al mismo tiempo, dada esta dinámica
económica, la ciudad brinda otros servicios que completan
las necesidades comerciales de las empresas, tales como:
numerosas plazas hoteleras, servicios de gastronomía, salones de reuniones y eventos, entre otros (Maldonado y Finola, 2017).
Con este breve racconto de coordenadas, empezamos
a desandar los datos más significativos del ciclo 1998–2000
agrupados en tres aristas de análisis: los actores, las demandas y los repertorios de acción de las protestas sociales.
Los trabajadores y trabajadoras, históricos
protagonistas de las protestas sociales
El actor colectivo9 más movilizado en el ciclo 1998/2000 de
acuerdo a las notas periodísticas del diario Puntal fue el de
los trabajadores y trabajadoras, de los que se destaca su pertenencia a los siguientes sectores: educación (26)10, servicios
(13), administración pública (11), en general (11) y salud (8).
Estos números se integran a la lectura general del período
analizado (1989/2003) y muestran el amplio protagonismo
de este actor colectivo como movilizador de acciones de
protesta a nivel local.
Los actores que siguen de acuerdo a las notas periodísticas son los ciudadanos y ciudadanas (11), los estudiantes
9
10
Resulta importante destacar que las maneras en las que nombramos a los
actores colectivos (trabajadores, ciudadanos, vecinos, etc.) surge de la forma
en la que el diario Puntal refiere a ellos en el marco de las noticias relevadas.
A lo largo de este capítulo consignaremos entre paréntesis la cantidad de
notas periodísticas relevadas referidas a las dimensiones o subdimensiones
que estemos desarrollando.
128 • Protestas sociales en la Argentina reciente
(9), los desocupados y desocupadas (8) y los familiares y
amigos (7).
Gráfico 1. Actores de las protestas sociales ciclo 1998–2000
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal.
Dentro del grupo trabajadores y trabajadoras, las diferencias más notorias se vinculan a los rubros de pertenencia. Mientras los vinculados a la educación aparecen como
constantes en los tres años relevados, los relacionados a servicios se destacan en el año 2000. Más adelante en este capítulo analizamos el vínculo de los actores con las demandas
que los agrupan y motivan la visibilidad de las protestas.
Otro dato que interesa relevar se refiere a la forma
organizativa con la cual los actores se manifiestan públicamente. En el gráfico 2 se muestran los resultados.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 129
Gráfico 2. Formas organizativas de los protagonistas de las protestas
sociales en el ciclo 1998–2000
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal.
Al igual que en el período total analizado (1989/2003),
puede apreciarse una tendencia que privilegia ampliamente
los formatos de carácter institucionalizado (principalmente
la acción sindical gremial) en los tres años que constituyen
el ciclo de protesta (1998/2000) con un total de 61 notas
sobre 115 relevadas; luego siguen las iniciativas de tipo
autoconvocadas (20), y las protagonizadas por multisectoriales (11). Completan el gráfico las formas organizativas de
tipo institucionalizada territorial (7), estudiantil (3), otras
(2)11 y empresarial (1).
Si realizamos una lectura integrada acerca de los actores de las protestas sociales, podemos observar la relación
directa entre las formas organizativas institucionalizadas,
por caso, en sindicatos y gremios, con quienes se han
11
En la denominación “Otras” agrupamos aquellas protestas que no hemos
podido agrupar en las formas organizativas precedentes por no contar
con información precisa a partir de la reconstrucción noticiosa que hace
la prensa.
130 • Protestas sociales en la Argentina reciente
movilizado. De esta forma, los trabajadores y trabajadoras de la educación agrupados principalmente en gremios
(UEPC, SADOP, AGD), así como en organizaciones de
segundo grado, caso confederaciones (CTERA, CONADU),
encabezan las movilizaciones en el período 1998/2000. Por
ejemplo, en abril de 1999 UEPC y SADOP congregados en
la CTERA llamaron a la realización de un paro sin asistencia
a los lugares de trabajo para demandar al gobierno nacional
el cobro del incentivo docente en el marco de un pedido
generalizado por mejoras salariales y laborales. En septiembre del año 2000, días previos a la conmemoración del Día
del Maestro, se realizaron lecturas de cartas en los actos de
los colegios con fuertes críticas al gobierno nacional y a los
intentos de “tercerizar” la educación, lo que al entender de
los gremios ponía en peligro la calidad educativa y generaba
precarización laboral12. Lo que variará luego en los acontecimientos retratados por el diario es cómo ha resultado la
convocatoria a nivel local dependiendo, por ejemplo, si a los
y las docentes les descuentan o no la ausencia.
Ejemplos de protestas protagonizadas por trabajadores
y trabajadoras vinculados a la administración pública son
las que han realizado los bancarios en 1998 ante la inminente “fusión de bancos (social y provincia de Córdoba)” y
la “posible privatización del Banco Nación a nivel nacional”,
lo cual representa un caso con seguimiento por parte de la
prensa por varios meses por las consecuencias del hecho y
la centralidad de las organizaciones en cuestión13.
En torno a trabajadores relacionados a servicios, se
pueden mencionar las movilizaciones protagonizadas por
12
13
“Carta de los maestros a los padres”, sección Información General. Puntal 8
de septiembre de 2000.
“Bancarios postergaron el paro”, p. 11, 17/01/1998; “Al Banco ‘le sobra’ personal. Las autoridades de la entidad crediticia provincial admitieron la
posibilidad de despidos", p. 12, 22/01/1998; “Mestre negó cesantías masivas
en el Banco”, p. 12, 23/01/1998; “Bancarios, en gira por los festivales”, p. 12,
27/01/1998; “Adhesión al reclamo bancario”, p. 16, 11/02/1998; “Preocupación por el futuro de los bancarios”, p. 14, 04/05/1998.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 131
taxistas y remiseros para pedir mayor seguridad en el trabajo o mejoras en las tarifas de sus prestaciones. En todos
los casos prevalecen las formas organizativas institucionalizadas tipo gremios/sindicatos y la formación de multisectoriales con aliados en general institucionalizados.
Por su parte, las modalidades organizativas autoconvocadas han sido mayoritariamente protagonizadas por actores colectivos agrupados en las categorías vecinos y vecinas,
ciudadanos y ciudadanas, estudiantes, familiares y amigos y
desocupados y desocupadas. Ejemplos que podemos mencionar los constituyen protestas vinculadas a hechos de violencia o accidentes de tránsito que motivan la movilización
de familiares y amigos para pedir justicia y celeridad en las
causas. Estudiantes del Colegio Normal que en noviembre
del año 2000 hicieron una sentada frente al edificio para
pedir mejoras edilicias ante la presencia de murciélagos. Un
grupo de vecinos y vecinas pidió la reincorporación de un
médico contratado por el Municipio en un dispensario y
que fuera despedido por “irregularidades administrativas”14.
Protestas frente a hipermercados de la ciudad por parte de
familias de desocupados y desocupadas para pedir alimentos15, así como también medidas de fuerza protagonizadas
por “comercios ligados al sector agropecuario” y un “grupo
de empresarios de la zona sur de la ciudad” en apoyo a un
paro convocado por entidades agropecuarias durante una
semana en abril de 1999.
Finalmente, en torno a las formas organizativas multisectoriales, mencionamos algunos ejemplos: en 1998, una
convocada por el CECIS y contribuyentes individuales para
manifestar su desacuerdo ante un impuesto inmobiliario
urbano que se implementó sin previos avisos, medida que
contó con aliados institucionalizados tales como el Defensor
14
15
“Movilización de vecinos en Bimaco”. Diario Puntal, 26/03/98, p. 16.
Nota en tapa “Marchan a un hipermercado para pedir alimentos”. La nota
completa está en Sección Locales, p. 13, acompaña una fotografía de la
concentración de vecinos afuera del supermercado VEA de Banda Norte.
Diario 02/04/99.
132 • Protestas sociales en la Argentina reciente
del Pueblo, dirigentes vecinalistas, el CECIS y legisladores
opositores al gobierno provincial. En el 2000, una multisectorial formada por “los universitarios” se manifestó en
contra del recorte presupuestario anunciado para la educación superior, con focos en Salta, La Plata y en un contexto
de “pobreza” y “falta de alimentos”. Hicieron parte del paro
sin asistencia a los lugares de trabajo y de la realización de
una marcha, las federaciones que agrupan a la comunidad
universitaria y sus distintos estamentos: CONADU por el
personal docente, FATUN por los no docentes y la FURC
por los estudiantes.
Dimensión de la movilización. Demandas y repertorios
en el espacio público
Como ya se ha reseñado en capítulos anteriores, la movilización refiere a la acción contenciosa en sí misma, es decir,
la dinámica concreta de la protesta a través de la irrupción
en un tiempo determinado y explicitando una demanda
que se manifiesta por un/os canal/es específico/s. Para su
abordaje interesan el estudio de las demandas (el para qué
de la protesta), los repertorios de acción (las formas en
que se visibilizan las protestas), los recursos organizativos
a los cuales recurren los actores colectivos para concretar
las demandas y la cronología de las protestas (surgimiento
y duración).
Mientras que referirnos a los actores explora quiénes protestan y de qué forma se organizan, la movilización hace referencia al por qué o para qué, al cómo, con qué y cuándo esos
actores se hacen visibles. Toda acción colectiva tiene que cumplir con la condición necesaria de la visibilidad, es decir ser visibles no sólo por aquellos que ocasionalmente pasan por el lugar
de la protesta sino también por los demandados y la sociedad
en general (Schuster y Pereyra, 2001). Se trata de una condición
Protestas sociales en la Argentina reciente • 133
existencial que deben cumplir las acciones colectivas para ser
escuchadas y lograr instalarse en la agenda mediática y pública.
En este sentido, el espacio público es fundamental para hacer
valer la ciudadanía pues es allí donde “los ciudadanos pueden
expresarse, peticionar, deliberar, exigir el cumplimiento de sus
derechos y garantías básicas”, en definitiva, “alcanzar el reconocimiento como sujetos de una construcción social” (Schuster,
2005, p. 74). Espacio público y ciudadanía son, para el autor, dos
conceptos que se necesitan mutuamente por sus implicancias
en términos de derechos. Actualmente, según sostiene Schuster
(2005) esa articulación se da en forma
problemática y conflictiva, en tanto los derechos no son
necesariamente garantizados de modo universal por todos
los estados a todos los ciudadanos y, por otra parte, las necesidades y demandas se extienden y transforman al punto de
que el espacio público es el lugar de redefinición de derechos
y garantías. (p. 72)
En este escenario y, siguiendo a Carlosena (2017), la comunicación puede ser entendida como
un derecho ciudadano, como proceso de interacción que
favorece los intercambios de experiencias y proyectos, como
constructora de vínculos y propulsora de acciones colectivas
transformadoras, facilitadora de los diálogos para conocer lo
que pasa en la sociedad, visibilizadora de las demandas, de los
sueños y propuestas. (p. 80)
Asumida de este modo, es la puerta para la asunción de
otros derechos civiles, políticos, sociales y económicos. Permite además argumentar y dotar de sentido a la movilización
colectiva ya no solo en términos de demandas y reclamos, sino
de propuestas surgidas de las experiencias y las utopías de los
movimientos sociales. Veamos entonces qué demandas y recursos fueron puestos en el espacio público por los actores de las
protestas sociales en el ciclo 1998–2000.
134 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Demandas
Las protestas se articularon fundamentalmente en torno a
demandas vinculadas a la política económica (35) y a cuestiones
laborales (16), sumando entre ambas el 44% sobre el total de las
acciones registradas. Otras demandas que se destacan en este
periodo son las salariales (11), las vinculadas a los derechos humanos (9), la educación (9), el trabajo (7), la seguridad (7) y la justicia (7).
En un número más bajo se encuentran protestas que tuvieron
como foco de reclamo a la salud (5), la política social (5), el gobierno
(3) y la seguridad social (1). En el gráfico 3, podemos observar más
detalladamente la distribución porcentual de las demandas.
Gráfico 3. Porcentaje de demandas sobre el total de protestas del ciclo
1998–2000
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 135
En relación a las demandas vinculadas a la política económica, en 1998, 9 protestas la tuvieron como protagonista
compartiendo la cima con la demanda laboral; en 1999 el
número asciende a 15 y en el 2000, si bien baja a 11, sigue
ocupando el primer lugar por delante de las demás. Estos
números evidencian el nivel de descontento social hacia las
decisiones gubernamentales, tanto a escala nacional como
provincial, en lo que respecta a lo económico con afectaciones a nivel presupuestario y que repercutieron directamente
en la calidad de los servicios públicos y de áreas prioritarias
como la salud y la educación.
La demanda laboral desciende considerablemente de
1998 a 1999 registrándose nueve protestas en el primer año
y solo una en el segundo. En el 2000 ocupa el tercer lugar
con 6 casos, apenas por debajo de la demanda por educación
que tiene su pico más alto durante este año (9).
El reclamo salarial disminuye progresivamente (pasa
de 5 en 1998, a 4 en 1999 hasta llegar a 2 en 2000) mientras
la demanda por trabajo aumenta de 2 en 1998 a 4 en el año
2000. Para entender por qué sucedió esto es importante
tener en cuenta quiénes son los actores de estas protestas.
En el año 2000, de las cuatro protestas que tuvieron como
foco de demanda al trabajo, tres fueron protagonizadas
por desocupados y desocupadas, es decir, el reclamo ya no
era sólo por tener mejores condiciones laborales o salarios
más altos sino, principalmente, por acceder a puestos de
trabajo16.
16
En relación a esto, es importante destacar que el colectivo de trabajadores
desocupados de la ciudad de Río Cuarto, además de trabajo, continuidad
de planes y la aceleración de trámites para la conformación de cooperativas
obreras, también reclamaban por bolsones de comida y subsidios que les
permitieran mejorar sus condiciones de vida. Más allá de las lógicas coyunturales de lo que sucedía en el ámbito local, esta diversidad de objetivos
tiene su correlato con lo que sucediera en otras ciudades del país con este
colectivo de actores que constituyen movimientos de trabajadores desocupados (Artese, 2011).
136 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 4. Demandas del ciclo 1998–2000 por año
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal.
Como podemos observar en el gráfico 4, con el correr
de los años se diversifican las demandas y se amplía el
espectro de las mismas. En 1998, las protestas se centraron en ocho demandas diferentes (laboral, política económica,
derechos humanos, seguridad, trabajo, salud, salarial y educación)
y luego se agregan dos por año (en 1999, justicia y política
social y en el 2000, seguridad social y gobierno). La demanda
por los derechos humanos se mantiene relativamente constante en los dos primeros años (entre 4 y 5) y en el 2000 no
se contabiliza ninguna protesta de acuerdo a los registros
revisados.
Repertorios
Con respecto a los repertorios, los tres más recurrentes son:
huelga en 45 ocasiones, movilización en 29 y la asamblea en 15
oportunidades lo que significa el 77% de las protestas visibilizadas por Puntal en el ciclo 1998–2000. Por otro lado,
el corte de ruta fue implementado en 6 protestas mientras
Protestas sociales en la Argentina reciente • 137
que la entrega de petitorios, en 5. En el gráfico 4 podemos
observar la categoría otros que en este caso incluye todos
aquellos repertorios que se implementaron menos de cinco
veces durante el ciclo, por ejemplo, los escraches, tomas,
caravanas, apagones, cortes de ruta, radios abiertas, entre
otros tantos.
Gráfico 5. Porcentajes de cada repertorio sobre el total de protesta
del ciclo 1998– 2000
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos recolectados en diario Puntal.
El alto número de protestas en las que se utiliza las huelgas y asambleas como repertorios podemos comprenderlo a
la luz de los actores, pues son los trabajadores y trabajadoras
quienes adquieren mayor protagonismo durante este ciclo.
Estas dos metodologías implementadas les permiten hacer
visibles sus reclamos, no asistiendo a sus lugares de trabajos
o bien manteniendo reuniones asamblearias, cualquiera sea
138 • Protestas sociales en la Argentina reciente
el caso, ponen un alto a su jornada laboral y llaman la atención de sus demandados. Así como estos repertorios son
una herramienta para trabajadores y trabajadoras, la movilización se convierte en un repertorio al que la ciudadanía
en general o grupos específicos como empresarios, familiares y amigos o estudiantes acude para hacer visibles sus
reclamos.
Veamos ahora qué sucede al interior del ciclo con los
repertorios más implementados. La huelga se mantiene en
el primer lugar durante los tres años: en 1998, 13 protestas
usaron este repertorio; mientras que en 1999 y 2000, se
implementó en 16 oportunidades cada año. Por ejemplo, en
el año 1998 varias de las acciones de protesta protagonizadas por el personal bancario en reclamo por la unificación
de entidades en el Banco Social y el planteo de la desafectación de trabajadores y trabajadoras y su traslado a otras
dependencias públicas provinciales sin reconocimiento de
la antigüedad, motivó huelgas y asambleas en los lugares de
trabajo y en zonas céntricas como la Plaza Roca para visibilizar la demanda.
En abril de 1999 y durante tres días se produjo un paro
convocado por entidades gremiales del sector agropecuario
(Federación Agraria Argentina, Sociedad Rural Argentina,
Confederación Rural Argentina y Coninagro) que produjo
la “no comercialización de productos ni actividades comerciales y bancarias”. El hecho que desencadena la protesta
es la “insuficiencia de las respuestas dadas por el gobierno
nacional a los requerimientos del sector”, en un contexto en
que el secretario de Agricultura, Pesca y Alimentación era
el sucesor del riocuartense Gumersindo Alonso. La medida
fue acompañada por “entidades del comercio y la industria,
transportistas, acopiadores y consignatarios”17.
Otro ejemplo del año 2000 es con los empleados y
empleadas vinculados al Poder Judicial de la provincia que
17
“El campo cierra sus tranqueras”, sección Economía, p. 14. Diario Puntal,
19/04/99.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 139
mediante asamblea decidieron ceses de actividades para
reclamar la inclusión de partidas relacionadas a ascensos
y movilidad de la planta laboral en el presupuesto 2001 y
poner en la agenda pública “el estado de emergencia en que
se encuentra la justicia”18.
La movilización, por su parte, pasó de ser utilizada en 5
ocasiones al inicio del ciclo a un pico de 14 en 1999, hasta
llegar a 10 en el 2000. A este repertorio acuden fundamentalmente aquellos actores cuyas formas organizativas son
autoconvocadas como los casos de desocupados y desocupadas, ciudadanos y ciudadanas que reclaman justicia ante
hechos de violencia o accidentes, organizaciones de derechos humanos, entre otras. Por ejemplo, el 30 de noviembre
de 1999, familiares y amigos de dos jóvenes que protagonizaron un accidente en la vía pública, se movilizaron ante la
liberación de uno de los imputados tras el pago de la fianza.
En la ocasión se exhibieron “carteles con los rostros de los
demandados y el pedido de justicia”19.
Este tipo de repertorios también es utilizado por las
multisectoriales para mostrar la correlación de fuerzas, tal
el caso del sector educativo universitario que en noviembre
de 2000 marcha por las calles de la ciudad en reclamo de
la deuda que el gobierno nacional mantiene con las universidades y en contra de los anuncios a posibles recortes
presupuestarios20, (Nota Puntal, 7 de noviembre de 2000).
El repertorio asambleario tuvo su pico más alto en
1998 cuando se efectuaron 7 protestas con este formato,
luego descendió a 2 y hacia finales de ciclo volvió a tomar
fuerza ya que en el año 2000 se usó en 6 oportunidades. Se
trata de una metodología de protesta que prevalece entre
18
19
20
“Los empleados judiciales pararon por una hora”, sección Información
General, p. 18. Diario Puntal 01/08/2000.
“Marcharon por Rita y Milena”, sección Información General, p.15. Diario
Puntal, 22/10/99.
“La Universidad cierra sus puertas para reclamar por el presupuesto”, sección Información General, p. 15 y “No al recorte”, foto y nota en tapa, p. 1,
Diario Puntal de los días 7 y 8 de noviembre de 2000.
140 • Protestas sociales en la Argentina reciente
las trabajadoras y los trabajadores de los más diversos sectores (educación, salud, etc.) pues de las 15 asambleas realizadas en el ciclo, 12 fueron efectuadas por estos actores,
lo que equivale al 80% de las mismas, un porcentaje considerablemente alto. En dos ocasiones fueron empleadas por
estudiantes y en un solo caso, por ciudadanos y ciudadanas.
Un hecho que amerita que nos detengamos es el incremento del número de cortes de ruta o calles de la ciudad hacia
el año 2000. Mientras que en 1998 y 1999 sólo se contabiliza una protesta por año con este formato, hacia inicios del
nuevo siglo, fueron 4 en las que se implanta esta modalidad
para hacer visibles los reclamos. Esto podría interpretarse
en correlato con lo que sucede a nivel nacional donde también se observa el crecimiento de este tipo de formato en
las protestas de este periodo debido a que son trabajadores
y trabajadoras desocupados quienes empiezan a ganar las
calles haciendo visibles sus reclamos. Sin embargo, esto no
sucede en la ciudad de Río Cuarto. De los 6 cortes de la vía
pública que se registran en este ciclo, solo uno es protagonizado por estos actores (específicamente, en 1998) mientras que los cinco restantes fueron realizados en cada caso
por un actor diferente (estudiantes, trabajadores, empresarios del agro, etc.). Esto significa que, a partir de los datos
relevados, no podemos encontrar una relación directa entre
el aumento del uso de este repertorio y el incremento de
notoriedad que van ganando los desocupados y las desocupadas en la esfera pública local. Aunque resulta interesante
la creatividad de los formatos empleados por estos actores
que van desde tomas de espacios públicos como la catedral
hasta mateadas con los funcionarios.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 141
Cómo se comunica el conflicto en la prensa gráfica.
Una lectura integrada
Antes de pasar a las Consideraciones Finales de este capítulo, queremos destacar en este apartado algunas reflexiones
a modo de integración de las distintas dimensiones de análisis que se tuvieron en cuenta para identificar las protestas
sociales, particularmente en el ciclo 1998–2000.
En relación a los actores protagonistas de las acciones de protestas del ciclo 1998–2000, decíamos que son
los trabajadores y trabajadoras quienes “ganan” el espacio
público con repertorios diversos, combinando la asistencia
a los lugares de trabajo, con la realización de asambleas,
con paros de actividades en períodos variables y con movilizaciones para visibilizar y darle más legitimidad a los
reclamos. Varias de las protestas analizadas se movilizan no
solo para pedir mejoras en las condiciones laborales de los
protagonistas, sino que las demandas son más amplias: más
presupuesto, mejor educación, sistema de salud, o justicia,
reducción de la pobreza, y trabajo. Puede decirse que los
trabajadores y las trabajadoras en relación de dependencia,
así como aquellos desocupados y desocupadas que demandan en el espacio público por comida y trabajo, amplían
el espectro de las protestas, poniendo de relieve las tramas
políticas, económicas y sociales de acontecimientos protagonizados por actores institucionales en distintos niveles y
con afectación en áreas sensibles para la población.
Las formas organizativas institucionalizadas mediante
sindicatos, gremios y multisectoriales fueron a su vez las
predominantes en el ciclo analizado. Los actores agrupados
fueron parte de las voces protagonistas, realizando acciones de protestas a través de varios repertorios de acción y
convocando a su vez a aliados institucionales de relevancia
como concejales, cúpulas policiales, legisladores provinciales, intendentes, secretarios o rectores.
Si consideramos los factores de valor noticioso, aquellas protestas que se realizaron en la ciudad de Río Cuarto,
142 • Protestas sociales en la Argentina reciente
ganan el protagonismo en la cobertura que el medio Puntal realiza. Sea a través de fotografías, de la aparición de
los anticipos en tapa, de los testimonios relevados, o a través de los seguimientos informativos por varios días, y de
las repercusiones de las acciones en distintos ámbitos de
la cotidianeidad citadina. Este protagonismo en ocasiones
coincide con acciones de protesta que suceden a nivel provincial y/o nacional, y que son mencionadas en las notas
periodísticas para situar lo que acontece a nivel local.
En relación al despliegue del contenido, la mayoría de
las notas identificadas forman parte de la sección que el
medio menciona como de “Información general”. Es decir,
más allá de que las demandas sean por cuestiones laborales,
en defensa de la educación o de la salud, en reclamo al Estado por mejores condiciones para la prestación de servicios,
las notas se ubican mayoritariamente en la sección mencionada. Una diferencia en tal sentido puede encontrarse con
aquellas notas de demandas de justicia ante hechos delictivos o accidentes, que se ubican en la sección de Policiales.
Lo anterior, de algún modo, abona a la idea de que es
tan importante estudiar la protesta en sí, sus componentes
y repercusiones, como el modo en que se la tematiza y
encuadra a través de la prensa gráfica en la investigación
que realizamos, aspecto que no fue parte de los objetivos de
conocimiento, y que requeriría otras entradas y análisis en
trabajos posteriores.
Consideraciones finales
Este ejercicio de análisis del ciclo 1998–2000 nos ha permitido arribar a algunas reflexiones en torno a la producción de sentidos acerca de las acciones colectivas, objeto de
interés. Cuestión que quizás no aparece con tanta fuerza en
el planteo inicial del proyecto y en el enfoque propuesto,
centrado directamente en las protestas sociales del período
Protestas sociales en la Argentina reciente • 143
1989–2003, dando por sentada esa construcción que realiza el medio de comunicación. Siguiendo los planteos de
Berti y Cantú mencionados con anterioridad podríamos
decir que el proyecto está enfocado en la protesta y su articulación con los movimientos sociales y no en el circuito
comunicacional que construye ese hecho en acontecimiento
noticioso. Creemos que una mirada transversal que permita
encontrar elementos de análisis en tal sentido enriquecería
el enfoque sobre las acciones colectivas. Por caso, nos gustaría compartir a modo de notas finales, algunos de tales
indicios sobre los cuales sería interesante indagar.
Si nos focalizamos en la dimensión situada, es decir
en el encuadre de las acciones de protesta, el ejercicio de
análisis podría ir en la línea de cotejar cuáles han sido los
acontecimientos que a mayores escalas se han registrado, si
se encuentran en secciones cercanas (en el caso de la prensa)
o no a las que contienen a las protestas. Es decir, si le permiten al lector o a la lectora un ejercicio de relacionamiento
o de contextualización de las acciones colectivas.
Si nos enfocamos en la dimensión de los actores, nos
puede interesar, como de hecho ocurre en el relevamiento
del que participamos, cuál es la denominación con que aparecen en los medios, cómo se visibilizan las alianzas que se
van tejiendo, si los elementos gráficos (tales como las fotografías) retratan otorgándole rostros a quienes participan
de las protestas. Así mismo resultaría interesante analizar
el modo en que aparece asociado el concepto de “protesta”
en las notas periodísticas, si a los actores que participan,
las demandas o los repertorios empleados. Esto último se
podría traducir en la pregunta: ¿a qué dimensión de los
estudios sobre protestas sociales se le otorga mayor valor
noticioso o se valora a los fines de convertir a la protesta en
hecho noticioso?
Finalmente, si vamos por el lado de la movilización,
es decir de las acciones en sí mismas, de los repertorios
empleados aquí también nos puede interesar cómo se construyen tales elementos relacionados a la movilización en
144 • Protestas sociales en la Argentina reciente
términos del hecho periodístico, si aparecen elementos gráficos que acompañan, qué se destaca de esta dimensión21.
Es decir, consideramos que una problematización sobre
las construcciones de sentidos para los estudios acerca de
las protestas sociales a partir de hechos noticiosos podría
resultar un aporte significativo para enriquecer y problematizar la mirada pública sobre las acciones colectivas.
Referencias
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ante el embate neoliberal. En M. Gordillo, A. Arriaga,
M. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. Solis. (Comps.),
La protesta frente a las reformas neoliberales en la Córdoba
de fin de siglo (pp. 25–63). Córdoba, Argentina: Ferreyra
Editor.
Artese, M. (2012). Violencia política y protesta social en
la Argentina de fin de siglo. Un estudio aplicado a los
cortes de ruta. Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad,
XIX(52), 171 – 193. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/espiral/v19n54/v19n54a6.pdf.
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Reflexiones sobre la mediatización de la protesta. Revista de Investigación Cronía, 16, 37–49. Recuperado de
http://www2.hum.unrc.edu.ar/ojs/index.php/cronia
Carlosena, M. (2017). Organizaciones sociales, comunicación y aportes al desarrollo local. Un recorrido histórico. Revista Perspectivas, I (VII), 67–84.
Carniglia, E. (2015). Rurbanity and mediatization. A case
study of TV consumption on an Argentine agro–town”.
Journal of Latin America Communication Research, 5(2).
Traducción del autor.
21
Estamos pensando por caso en movilizaciones en el espacio público asociadas a las problemáticas del tránsito y no necesariamente al repertorio en sí
ni las demandas.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 145
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2001-2003: ribetes de la multicrisis
y las protestas sociales situadas
MARÍA VIRGINIA QUIROGA E IVÁN BAGGINI
Resumen
El ciclo 2001–2003 resulta especialmente significativo en
la historia argentina reciente porque constituyó un hito en
las luchas sociales contemporáneas y marcó una inflexión
en las lógicas neoliberales predominantes desde la última
dictadura cívico militar en adelante. Se trató de una etapa
de profunda conflictividad, con numerosas protestas sociales portadoras de demandas que hacían eco del rechazo a
las medidas de ajuste económico y a las instancias y canales
tradicionales de representación y participación política.
En ese marco, el presente capítulo recoge la pretensión de extender la mirada e interpretación de los hechos
ocurridos en las grandes urbes, principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hacia espacios locales de
la provincia de Córdoba: concretamente la ciudad de Río
Cuarto. En esa senda, se procura dar cuenta de algunas de
las dimensiones implicadas en las protestas, a saber: la frecuencia de las acciones colectivas, los actores sociales que se
movilizaron, las formas de organización, los repertorios de
la acción contenciosa y las demandas que se plantearon, en
miras a construir una aproximación “situada” de los ribetes
de la multicrisis en la escala local.
147
148 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Introducción
El ciclo 2001–2003 resulta especialmente significativo en
la historia argentina reciente porque constituyó un hito en
las luchas sociales contemporáneas y marcó una inflexión
en las lógicas neoliberales predominantes desde la última
dictadura cívico militar en adelante. Entendemos, entonces,
a este período como una multicrisis generalizada (Calderón,
2012) que desestabiliza el orden social, político y económico vigente; es decir, no sólo se trataría de un desequilibrio
económico y financiero, sino también de lesivas consecuencias sociales y profundas dificultades de orden político institucional. En ese sentido, cabe destacar que, entre los meses
de agosto de 2001 y febrero de 2002, la conflictividad social
se reveló con especial notoriedad. Durante ese lapso se desencadenaron fuertes cuestionamientos y denuncias por la
compleja situación macroeconómica del país y también se
visibilizaron las problemáticas cotidianas que, a lo largo y
ancho del territorio nacional, atravesaban distintas familias
para satisfacer sus necesidades básicas.
En vinculación con ello, esta coyuntura mostró la
extensión de diversas protestas sociales con un heterogéneo
abanico de repertorios de acción y demandas de transformación. Las mismas hacían eco del rechazo a las medidas
de ajuste económico y a las instancias y canales tradicionales de representación y participación política. ¡Ya Basta!,
¡Que se vayan todos!, ¡Bancos y políticos corruptos!, Neoliberalismo, ¡nunca más!… eran algunas de las consignas que
resonaban con vehemencia en las sucesivas movilizaciones,
piquetes y asambleas barriales de aquellos meses.
Por su parte, entre julio de 2002 y abril de 2003, advertimos, en general, un amesetamiento en la frecuencia de las
acciones colectivas. Si bien fue en enero de 2002 que se
logró confirmar a un nuevo presidente (Eduardo Duhalde,
designado por el Congreso para culminar el mandato de
Fernando de la Rúa), fue recién, a partir de mediados de ese
año, que amainó la crispación social. Tal como se analiza
Protestas sociales en la Argentina reciente • 149
en apartados siguientes, ello se vincularía con un amplio
abanico de estrategias de contención (desde iniciativas en
favor de recuperar la “normalidad” económico institucional, hasta la represión y criminalización de las protestas,
y la masificación de los programas sociales). Vale recordar
que, en mayo de 2003, asumió el nuevo presidente, Néstor
Kirchner, electo por voto popular, dando paso a una nueva
etapa de gestión estatal.
Nos interesa destacar, además, la existencia de una profusa producción académica sobre la etapa bajo estudio, que,
si bien focaliza en aspectos diferenciales (la economía, el
proceso histórico, la crisis de representación, la dinámica de
la movilización, entre otros tópicos), tiende a coincidir en la
desestructuración a la que aludíamos. Es decir, la mayoría
de las investigaciones sostiene que la multicrisis del 2001
marcó un hecho histórico a nivel estructural, como también
en la dinámica de las prácticas sociales y en la subjetividad
de múltiples ciudadanos y ciudadanas de Argentina.
A su vez, resulta notorio que dicha prolífera producción tiende a centrar la mirada en las áreas metropolitanas
y capitalinas. En consonancia con ello, son escasos los análisis del devenir de la crisis y las reacciones que suscita en
las ciudades intermedias del interior del país, especialmente
en aquellas que conservan un perfil agropecuario y de servicios. Al respecto, la investigadora Mónica Gordillo (2010)
advierte sobre la necesidad de rastrear la historicidad y
la multiescalaridad de los acontecimientos del período; es
decir, reconstruir las huellas anteriores que incidieron en
las jornadas épicas del 19 y 20 de diciembre del 2001 y, asimismo, procurar dar cuenta de las conexiones y tensiones a
lo largo y ancho del país.
El presente capítulo recoge, entonces, la pretensión de
extender la mirada e interpretación de los hechos ocurridos
en las grandes urbes, principalmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hacia espacios locales de la provincia
de Córdoba: concretamente la ciudad de Río Cuarto. En esa
senda, se procura dar cuenta de algunas de las dimensiones
150 • Protestas sociales en la Argentina reciente
implicadas en las protestas, a saber: la frecuencia de las
acciones colectivas, los actores sociales que se movilizaron,
las formas de organización, los repertorios de la acción
contenciosa y las demandas que se plantearon, en miras a
construir una aproximación “situada” de los ribetes de la
multicrisis en la escala local. Así, analizar la protesta, nos
conduce al desafío de, por un lado, considerar los procesos
nacionales y provinciales de manera relacional y conectada
con el contexto local y, por el otro, reconocer aquellas singularidades que tuvo la acción contenciosa en las dimensiones elegidas para su estudio.
En cuanto a la organización del texto, el primer apartado se dedica a la contextualización general de la coyuntura
crítica asociada a la crisis del 2001, hasta reparar en los
aspectos específicos que atañen a la ciudad de Río Cuarto. A
su vez, se hace especial hincapié en la particular frecuencia
de las protestas en la escala local, atendiendo a sus posibles vinculaciones con el entorno. En una segunda parte, se
caracteriza a los actores movilizados y sus formas predominantes de organización. En el tercer apartado, se exhiben
los principales repertorios de acción y las demandas planteadas. Por último, se incluyen algunas reflexiones finales,
enfatizando los hallazgos centrales y las líneas futuras de
indagación.
Momento histórico y emergencia de las protestas
Al caracterizar el contexto bajo estudio, partimos de remarcar
su relevancia para la historia argentina reciente. Tal como anticipábamos, se trata de un período de multicrisis (Calderón, 2012)
en el que emergieron diversos cuestionamientos acerca de las
relaciones políticas, los patrones institucionales y los modelos
de desarrollo que parecían haberse normalizado y estabilizado
a lo largo del tiempo (Capoccia y Kelemen, 2007). Esta multicrisis marcó, justamente, una inflexión en el predominio del orden
Protestas sociales en la Argentina reciente • 151
neoliberal (Pérez, 2010; Magrini y Quiroga, 2012; Pucciarelli y
Castellani, 2014).
A nivel nacional, desde 1999, gobernaba la coalición política denominada “Alianza” (conformada por los partidos Unión
Cívica Radical y Frente País Solidario). El presidente Fernando de la Rúa había sostenido, durante su campaña, un discurso sumamente crítico con el gobierno anterior (de Carlos
Menem); no obstante, en lo sustancial, el discurso neoliberal
siguió articulando la formación política. En armonía con las
recomendaciones de los organismos financieros internacionales, se aplicaron distintas medidas de ajuste, las cuales implicaron congelamiento del gasto público, reducción de salarios,
recortes al presupuesto educativo, entre otras. Ello profundizó
el deterioro de las condiciones socio económicas de diversos
sectores sociales.
En la provincia de Córdoba, el año 1999 había significado
un corte con la hegemonía política de la Unión Cívica Radical
(UCR) imperante desde 1983, a través de la elección de José
Manuel de la Sota en el marco de la coalición peronista Unión
por Córdoba (UpC). La gestión delasotista se había caracterizado por profundos cambios en las estructuras y funciones del
Estado, a partir de un conjunto de disposiciones legales con la
finalidad de introducir un modelo gerencial en la administración pública en alianza con el capital privado. Esta política se
plasmó en la privatización de empresas estatales, la participación de sectores productivos en la gestión pública, entre otras
acciones gubernamentales, acompañadas de algunas medidas
sociales destinadas a mitigar la problemática del desempleo
como el Plan Primer Paso y el Volver al Trabajo, entre otras
(Arriaga et al., 2012). Es preciso advertir aquí que estos lineamientos, identificados con el discurso neoliberal, permitieron
reconocer consonancias entre las medidas del Ejecutivo Nacional (tanto con Menem, como con De la Rúa) y el proyecto político del gobernador de Córdoba (Arriaga et al., 2012; Reynares,
2014). No obstante, más allá del clima general de inestabilidad
política, económica y social; no hubo un desplazamiento de la
elite gobernante en el nivel provincial. La coalición UpC y el
152 • Protestas sociales en la Argentina reciente
sector privado mantuvieron su hegemonía en el juego político
y continuaron pregonando la introducción del Estado en una
lógica empresarial de mercado (Reynares, 2014).
En sintonía con la provincia, la ciudad de Río Cuarto también había vivenciado, en 1999, el recambio de fuerzas políticas
en la intendencia, que pasó de la UCR1 a UpC bajo gestión
del intendente Alberto Cantero (1999–2003). Particularmente,
Río Cuarto no estaba exenta de las problemáticas que atravesaba la Argentina en ese entonces. Según el Censo Nacional
de Población, Hogares y Vivienda del año 2001, la cantidad
de habitantes del Departamento Río Cuarto con necesidades
básicas insatisfechas correspondía al 11,1% (25.402 personas
de un total de 227.877 censados); mientras que la población en
condición de desempleo representaba el 23,50% (equivalente a
23.576 habitantes). En esa misma línea, diversas noticias en el
periódico local (Diario Puntal) advertían sobre el crecimiento
de la pobreza2, el desempleo3, la desigualdad social4 y la recesión económica5. A su vez, algunos testimonios de funcionarios
1
2
3
4
5
Desde el retorno a la democracia la ciudad fue gobernada por Miguel Ángel Abella
(1983–1991) y Benigno Antonio Rins (1991–1999) ambos por la UCR, cumplimentando cada uno dos mandatos. En 1999 tuvo lugar el triunfo de Alberto
Cantero,poreljusticialismo cordobés,conunsolomandatohasta2004.
Durante el primer semestre del 2001 encontramos notas del periódico que apuntan a la creciente demanda de ayuda social al Municipio (por ejemplo: “31% de la
población, es decir, 50.000 personas del total de los habitantes perciben algún tipo
de ayuda social municipal” Puntal, 16/05/2001). Hacia fines del 2001, el diario
destaca el crecimiento de los indicadores de pobreza que alcanzarían al 30% de los
riocuartenses (Puntal11/12/2001).
En diciembre de 2001 el periódico Puntal alude a un crecimiento del 35% en los
índices de desempleo; además, registra los numerosos pedidos de seguros en
ANSES y las solicitudes masivas en el marco del programa nacional nuevo empleo
(Puntal,edicionesdeenerode2002).
“Los ricos ganan 23 veces más que los pobres en Río Cuarto” (Puntal, 06/09/2001).
“En Río Cuarto los ricos ganan 38 veces más que los pobres”, citando estimaciones
delINDEC(Puntal,22/05/2002).
LasedicionesdePuntaldemediadosdel2001registranlascaídasenlarecaudación
municipal producto de los recortes a nivel nacional y provincial. También se habla
del “cierre de cincuenta empresas en un año” (Puntal, 15/06/2001) y “caídas del
ordendel5porcientoenlasventasdelcomercio” (Puntal,24/06/2001).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 153
locales y referentes territoriales6 trazaron un diagnóstico crítico de la situación económica y política durante aquella coyuntura: fuerte incremento de la deuda externa, achicamiento del
gasto público, recesión, desocupación, ampliación de la brecha
social, crisis de representación, entre otras problemáticas.
Ante este panorama, las reacciones sociales no tardaron
en visibilizarse en todo el país. Como hitos conflictivos del
período cabe destacar las manifestaciones, en diversas localidades, en contra del plan de ajuste anunciado por el flamante ministro de Economía Ricardo López Murphy (marzo 2001); las huelgas y marchas en oposición a los recortes
en los salarios públicos implementados por el nuevo ministro Domingo Cavallo (agosto 2001); los altos porcentajes de
abstencionismo electoral y el protagonismo del “voto bronca” en ocasión de las elecciones legislativas (octubre 2001)7;
y, finalmente, los fuertes rechazos a la medida conocida
como “corralito”8 (diciembre 2001).
Vale recordar que el día 13 de diciembre de 2001, las
confederaciones de trabajadores declararon un paro general, con alto acatamiento en todo el territorio nacional. A su
vez, se vivían jornadas de movilización permanente en repudio al Gobierno de De la Rúa y al modelo de ajuste vigente.
El Ejecutivo respondió declarando el Estado de Sitio, lo que
aumentó el descontento popular y culminó con una masiva
marcha hacia los lugares símbolos del poder político durante los días 19 y 20, especialmente en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Como consecuencia, el presidente De la Rúa
6
7
8
Dichas expresiones formaron parte de la actividad “Ciclo de Conversatorios en
Red: El 2001 en las miradas locales”, desarrollada en noviembre de 2021 entre la
UNVMylaUNRC.Almismotiempo,serecuperaronenunciacionesvertidasenel
DiarioPuntal(edicionesdediciembrede2021)a20añosdelossucesosdel2001.
En la provincia de Córdoba “los votos nulos, blancos o recurridos, definidos
como “voto protesta”, alcanzaron el 18.5%” (Gordillo et al., 2012, p.154,
comillas originales); por su parte, en Río Cuarto el voto negativo fue del
17% (Puntal, 15/10/2001).
El corralito remitía a un virtual congelamiento de los depósitos bancarios
afectando tanto las cuentas de ahorros como la libre disposición del dinero
de los salarios.
154 • Protestas sociales en la Argentina reciente
abandonó el cargo y se sucedieron “los locos diez últimos
días de diciembre de 2001”9 (Ansaldi, 2004, p.27).
En este marco contextual es posible situar la emergencia de protestas sociales que, en la escala local, pretendían
visibilizar la gravedad de la crisis y pugnar por opciones
de transformación (de diversa magnitud y sentido). Según
el diario Puntal, en Río Cuarto se registraron 100 protestas
entre enero de 2001 y mayo de 2003 (46 en el 2001, 40 en el
2002, y 14 en el lapso enero mayo de 2003).
Gráfico 1. Cantidad de protestas por año y por meses
9
Dicha frase alude al frenético ritmo en que se desarrollaron los cambios en
el ejecutivo nacional. Al no haber vicepresidente en funciones (ya que
Carlos Álvarez había renunciado en octubre del año 2000), el cargo quedó
interinamente en manos de Ramón Puerta (en su condición de presidente
de la Cámara de Senadores); luego, el Congreso nombró a Adolfo Rodríguez
Saá (entonces gobernador de la provincia de San Luis), quien unos días más
tarde fue reemplazado por Eduardo Camaño (en calidad de presidente de
la Cámara de Diputados). Finalmente, el 2 de enero de 2002, se nombró al
senador Eduardo Duhalde con mandato hasta diciembre de 2003.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 155
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Al respecto podemos notar que los picos en la frecuencia de la movilización social correspondieron, en primer
lugar, a los meses de agosto y diciembre del año 2001, con
9 y 10 protestas respectivamente. En agosto, las acciones
colectivas acompañaron el rechazo nacional a los recortes
en los salarios públicos, de allí que resultaron mayormente protagonizadas por trabajadores y trabajadoras estatales
en el marco de sus sindicatos. En diciembre, destacó la
confluencia de varias iniciativas a lo largo de diferentes
espacios de la ciudad, con protagonismo de los citados
actores además de la ciudadanía autoconvocada, y empresarios y empresarias del agro y el comercio. Cabe resaltar
las caravanas y movilizaciones durante la jornada del 19 de
diciembre, los cacerolazos del día 20 e, incluso, los primeros intentos de saqueos en dos supermercados10. A diferencia de lo que sucedía en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, no se registraron enfrentamientos ni hechos de violencia (Giarracca et al., 2007). La dirigencia local respondió
con un reforzamiento de las partidas sociales y se mostró
abierta a las demandas y reclamos que, hasta ese momento,
10
Hablamos de “intentos” porque dichas iniciativas no lograron consumarse.
Tanto los relatos de funcionarios locales, como las noticias en diario Puntal,
refieren al reforzamiento de las partidas sociales para evitar saqueos. “El
Municipio anunció la entrega de 5 mil cajas con mercadería, con la colaboración de la Provincia y de algunos hipermercados” (Puntal, 7/12/2021).
156 • Protestas sociales en la Argentina reciente
se centraban primordialmente en el orden nacional: “Contra la recesión y el empobrecimiento” (Puntal,19/12/2001);
“Basta”, “Fuera Cavallo”, “políticos corruptos” “Río Cuarto
unido” (Puntal, 20/12/2001).
Durante enero y febrero de 2002, persistió el clima
de movilización permanente y “la tensión social llegó a su
nivel más elevado” (Puntal, 7/12/2021). Por aquel entonces se desarrollaron las iniciativas de mayor intensidad en
la ciudad, principalmente manifestaciones y cacerolazos en
contra del intendente Alberto Cantero y los concejales, e,
inclusive, se impulsaron algunos escraches frente a reparticiones públicas y viviendas de referentes partidarios.
En esta línea, destacamos los sucesos del 17 de enero,
ocasión en que el Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios (CECIS) organizó una masiva marcha
que derivó en un brote de violencia inusitada para Río
Cuarto11. La sede del poder legislativo fue el epicentro de
las protestas: “Los manifestantes causaron destrozos y pintadas (…) Algunos concejales tuvieron que retirarse por la
puerta secundaria del recinto para evitar ser alcanzados por
los vecinos” (Puntal, 9/12/2021). Tal como relata el entonces presidente del Concejo Deliberante: “Fue una situación
dura e imprevisible, ya que en Río Cuarto no percibíamos
el clima social que a uno le llegaba a través de los medios,
algo que comenzó con la renuncia de De la Rúa” (Puntal, 9/
12/2021).
Para atenuar el malestar, el conjunto de ediles acordó
recortar sus dietas a la mitad12 y el intendente se comprometió a
una reforma política que pretendía reducir concejales, tribunos,
sesionar todo el año y la elección directa del defensor o defensora del pueblo. No obstante, la conflictividad no cesó y durante
las jornadas del 25 de enero y el 14 de febrero se desarrollaron
11
12
Como saldo se registraron 14 detenidos y 7 policías heridos (Puntal, 18/1/
2002).
Las protestas frente al Concejo Deliberante iniciaron con la presentación de un
petitorio (que, entre otras cuestiones, planteaba justamente que los concejales y las
concejalasganaranlomismoqueundirectorodirectoradeescuelaprimaria).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 157
nuevas movilizaciones y cacerolazos, aunque sin incidentes y
en sintonía con convocatorias nacionales (Puntal, 26/1/2002 y
Puntal, 15/2/2002).
El clima contencioso de enero, febrero y mayo de 2002 fue
aminorando. En este último mes, el empresariado agropecuario fue el sector que se mostró activo, en reacción a la medida
nacional que reintrodujo las retenciones a las exportaciones de
productos primarios (en el caso de Río Cuarto llevaron adelante
siete protestas con diferentes repertorios).
Desde junio de 2002 hasta finales de año, es posible reconocer un amesetamiento de las acciones colectivas; en el caso
de nuestra ciudad solo contabilizamos dos o tres protestas
mensuales13. Ello podría vincularse con el paulatino proceso de
recomposición del sistema político argentino, que respondería
a tres factores clave: el disciplinamiento económico y fiscal; la
masiva distribución de planes sociales; y el aumento de la represión de los conflictos y movilizaciones sociales (Ansaldi, 2003;
Burkart et al., 2008; Quiroga, 2017). En el nivel local, algunos
funcionarios de la época destacan sobremanera la asistencia a
los sectores más desfavorecidos como una vía eficaz para contener las protestas14.
Hacia el año 2003 la frecuencia de las protestas locales continuó con bajos registros, salvo durante el mes de marzo (con
varias iniciativas protagonizadas por trabajadores y trabajadoras de la educación). Tratándose de un año electoral, la mirada
recayó en las urnas: en mayo, Néstor Kirchner fue proclamado
presidente (tras no presentarse Menem al ballotage) y, en junio,
De la Sota resultó reelecto como gobernador. Si bien éste no
logró apoyo en sus aspiraciones presidenciales, sí se consolidó
13
14
El pico de protestas durante ese lapso se registra con tres iniciativas en junio, en
sintonía con el nivel nacional. Se trataba del repudio a la represión en Puente
Pueyrredón (que une la ciudad de Buenas Aires con la localidad de Avellaneda),
que se cobró las vidas de los militantes Kosteki y Santillán en manos de las fuerzas
policiales.
Resultan ilustrativas las palabras del entonces subsecretario de promoción social:
“LasmedidasquesetomarondesdeeliniciodelagestióndeCanterosirvieronpara
atenuarelimpactodelestallido dediciembrede2001”(Puntal,8/12/2001).
158 • Protestas sociales en la Argentina reciente
en la gobernación con la mayoría de los votos en la primera
vuelta electoral. En el ámbito local, la contienda por la intendencia llegará recién en el 2004, ocasión en la que el intendente
Cantero no logró ser reelegido y el radicalismo retornó al poder
municipal.
Actores sociales movilizados y formas predominantes
de organización
Teniendo presente que el actor colectivo dinamiza de manera contenciosa la protesta y es su principal protagonista, se
destacan durante este período a los trabajadores y las trabajadoras con 49 protestas y, luego, a ciudadanos y ciudadanas
con 21 iniciativas, y vecinos y vecinas con 11, incrementándose estos últimos dos a lo largo del año 2002. Le siguen
en orden decreciente la protesta de empresarios y empresarias con 7, estudiantes con 6 y personas desocupadas, por
un lado, y familiares y amistades, por otro, con 3 acciones
conflictivas cada uno de ellos.
Gráfico 2. Principales actores protagonistas de las protestas 2001–2003
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
En conjunto se puede afirmar que los actores que más
protestaron fueron trabajadores y trabajadoras, ciudadanos
Protestas sociales en la Argentina reciente • 159
y ciudadanas, vecinos y vecinas con un total de 81 iniciativas, seguidos por un segundo grupo integrado por empresarios y empresarias, estudiantes, desocupados y desocupadas,
familiares y amistades que totalizaron 19 protestas. Resulta
interesante señalar que los trabajadores y las trabajadoras
siguen siendo el actor más contencioso durante todo este
ciclo concentrando el 49% del protagonismo, lo que denota
las consecuencias de la crisis a nivel local durante esos años.
Una mención especial dentro de estos últimos lo tuvieron los docentes y no docentes de la Universidad Nacional
de Río Cuarto (UNRC), quienes conjuntamente con los
estudiantes desarrollaron un activo plan de lucha en defensa del presupuesto universitario ante los ajustes anunciados
en marzo de 2001 por el entonces ministro de Economía
Ricardo López Murphy que afectaban directamente al sistema público educativo. En varias oportunidades esas iniciativas contaron con el apoyo de la ciudadanía en general,
y desplegaron sus reclamos por diversos espacios de la ciudad. Luego, las acciones colectivas a nivel país y provincia
se intensificaron en el segundo semestre, acompañando el
rechazo al “déficit cero” del nuevo mandatario de economía,
Domingo Cavallo, y los recortes salariales. En consonancia
con lo que registra Gordillo (2010) para la ciudad de Córdoba, en los álgidos meses de agosto a diciembre de 2001,
Río Cuarto destaca por diversas protestas de trabajadores y
trabajadoras, principalmente en el marco de sus sindicatos.
Se puede ilustrar este clima de malestar económico y
social generalizado con la convocatoria a una caravana de
protesta, para el día 19 de diciembre de 2001, por parte del
Centro Empresario, Comercial, Industrial y de Servicios
(CECIS) y personas autoconvocadas del sector comercial
(Puntal, 13/12/2001), a la que se sumaron, como organizadores, la Sociedad Rural Argentina (SRA) y productores
y productoras del agro. Durante enero y febrero de 2002
persistió la participación de los empresarios y empresarias
de la rama agropecuaria y del comercio que se agrupaban en el CECIS (Puntal, 17/01/2002), quienes pretendían
160 • Protestas sociales en la Argentina reciente
diferenciar sus iniciativas de aquellas protagonizadas por
los y las comerciantes independientes y la ciudadanía autoconvocada.15 Particularmente, el empresariado agropecuario se mostró activo entre abril y mayo de 2002, en reacción
a la medida nacional que reintrodujo las retenciones a las
exportaciones de productos primarios.
Por su parte y según lo señala Reynoso (2017), las
acciones de protesta que venían desarrollando los y las
comerciantes autoconvocados y autoconvocadas desde el
año 2000 en disidencia con la política del CECIS, contribuyó a que la crisis del año siguiente nucleara a su alrededor a un conjunto amplio de representantes de la sociedad
civil no vinculados exclusivamente a la actividad mercantil,
dando nacimiento a los ciudadanos autoconvocados de Río
Cuarto. Emergió, de ese modo, un actor colectivo que tuvo
un protagonismo relevante durante el ciclo de protesta; el
cual, conjuntamente con el movimiento de vecinos y vecinas, interpeló las formas institucionales clásicas de hacer
política y desarrolló, a través de las asambleas, una dinámica de participación social que fue inédita en la vida política
argentina.
La forma en que los citados actores organizaron su protesta es otra dimensión de análisis que no debe soslayarse. A
partir del relevamiento y procesamiento de la información
periodística puede apreciarse (tal como muestra el gráfico 4)
tendencias similares a lo largo de los años analizados, aunque con un notorio cambio en el año 2003. En el transcurso
del 2001, la mayoría de las protestas fueron de carácter
institucionalizado (19), principalmente del subtipo sindical
laboral (18); en cercanía numérica se ubicaron las iniciativas
15
Para el 17 de enero, por ejemplo, el CECIS organizó una marcha que contó
con una participación masiva, y tuvo un desborde de violencia inusitada
para la ciudad. Como saldo se registraron 14 detenidos y 7 policías heridos
(Puntal, 18/1/2002). Al tiempo que comenzaron a visualizarse diferencias
entre los actores movilizados, así el CECIS buscó distanciarse rápidamente
de la protesta de los ciudadanos autoconvocados, y afirmó que hubo “infiltrados” para causar los actos de violencia (Puntal, 18/1/2002).
Protestas sociales en la Argentina reciente • 161
de tipo autoconvocadas (17) y, luego, multisectoriales (9).
Durante 2002, la forma predominante de organización fue
autoconvocada (18); luego, institucionalizada (15, de las
cuales 8 son del subtipo sindical laboral y las otras 7 responden a nuevas variantes como religiosa y empresarial); y,
en tercer lugar, aparecen las acciones multisectoriales (8).
En el 2003, de las 14 protestas registradas por la prensa, 10
tuvieron una organización institucionalizada con predominio de la sindical laboral (10), seguido de la autoconvocada
con 2 casos y la multisectorial con la misma cantidad.
Gráfico 3. Principales formas de organización de los actores movilizados
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Como puede observarse en el gráfico 3, la forma de
organización de la protesta fue similar entre los años 2001
y 2002 en lo atinente al comportamiento general de la
dimensión. Mientras que, en el año 2001, la modalidad institucionalizada tiene 19 expresiones, en el 2002 disminuye
a 15 y aumenta en uno la autoconvocada (de 17 en 2001
se incrementa a 18 en el 2002). Mientras tanto, la multisectorial solo registra una unidad de aumento (de 9 en el
2001 a 8 en el 2002). Lo notorio se advierte si comparamos
con los datos del año 2003 en donde predomina la forma
162 • Protestas sociales en la Argentina reciente
de protesta institucionalizada (10 casos) frente al quiebre
significativo de la autoconvocada y multisectorial con dos
casos cada una. ¿Por qué se produce ese abrupto cambio en
la organización de la protesta? Varios factores convergen,
a nuestro parecer, para esbozar una respuesta posible a la
pregunta. La vigencia de la legitimidad de los canales y formas tradicionales de protesta, en especial la laboral sindical
ampliamente utilizada por los empleados y empleadas de
la Administración Pública, trabajadores y trabajadoras de
la Salud, Educación y Servicios, que continuaron con una
lógica contenciosa expresada de manera institucionalizada.
Diferente fue la posición de quienes apelaron al formato
autoconvocado (asambleas), postura que se evidenció en la
ciudadanía, vecinos y vecinas, familiares y amistades quienes optaron por canales no institucionalizados para expresar sus reclamos de manera unánime y sostenida en el tiempo; aunque la frecuencia fuera disminuyendo hacia inicios
del año 2003 de manera considerable ya sea por la falta
de sostenimiento de la participación política directa en el
espacio público de los y las asambleístas, la reorganización
de la estructura de gobierno que provocó el cierre de las
oportunidades políticas16, entre otros factores.
Se puede sostener, de este modo, una correlación entre
las dimensiones analizadas, actores colectivos contenciosos y formas de expresión de su reclamo a partir de la
articulación que entabló cada colectivo con un formato
predominante de protesta: así, aquellos actores que tenían
trayectoria consolidada colectivamente de reclamo a través
de los sindicatos y/o entidades corporativas (empresarios y
empresarias del agro, CECIS) siguieron apelando a modalidades tradicionales y fueron poco permeables a innovar en
16
Entendemos por oportunidades políticas a las condiciones del contexto
marco que influyen en el devenir de la acción colectiva. Con fines analíticos
y metodológicos McAdam et al. (1999) desagregaron el concepto señalando
que puede hacer referencia tanto al grado de apertura del sistema político,
como a la estabilidad/inestabilidad en las alineaciones entre las elites; e
incluso a la capacidad represiva del Estado.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 163
nuevos formatos. Es más, los y las representantes del CECIS
se deslindaron del grupo de comerciantes autoconvocados
que recurrieron a otras instancias de representación como
la asamblea. Estos últimos, al igual que la ciudadanía autoconvocada y otros actores introdujeron a nivel local la dinámica de participación y organización no institucionalizada
que emergió como resultado de la crisis de representatividad que atravesaba a todos los actores en aquel momento. El
ejercicio directo del poder de representación, la toma colectiva de decisiones, la no mediación social para expresar las
demandas fueron acciones que cambiaron la forma de protestar y que, a nivel local, tuvieron su auge en los años 2001
y 2002 para luego entrar en un declive significativo. Estos
cambios, además, nos ayudan a pensar la complejidad de la
protesta en términos de las otras dimensiones seleccionadas
como el repertorio y las demandas de los actores.
Demandas planteadas y repertorios de acción
En cuanto a las demandas manifiestas en las protestas, cabe
advertir que se articularon alrededor de dos motivos específicos vinculados con temas políticos y económicos17.
De manera igualitaria, se ubican las exigencias al
Gobierno en su dimensión administrativa o de representación republicana (19 protestas presentan como demanda
principal cambios en medidas puntuales o modificaciones
en sus representantes) y la mejora inmediata de la política económica (19 protestas expresan esa demanda como
la principal reivindicación) y, en vinculación con ello, aparece, en segundo lugar, la solicitud de aumento salarial
(18 protestas). Un grupo importante de demandas estaba
17
Aclaramos que se tuvo en cuenta la principal demanda de la protesta que
señala la prensa para confeccionar el gráfico; es decir, el motivo original por
el cual se convoca a la protesta, pues en su desarrollo se pueden sumar otras
demandas complementarias.
164 • Protestas sociales en la Argentina reciente
encabezado por el respeto y defensa a los Derechos Humanos (10 protestas se desencadenaron por ese motivo), educación (7) y trabajo (5). Finalmente, un último conjunto de
demandas las encabeza vivienda con 4 protestas; laboral y
justicia con 3; reclamos agrarios, seguridad y salud con 2, y
políticas sociales y defensa ambiental con 1. De esta manera,
entendemos que la necesidad de lograr estabilidad económica y gubernamental era prioritaria para los riocuartenses
en aquellos momentos.
Gráfico 4. Principales demandas de las protestas
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Durante las jornadas álgidas de diciembre 2001, las
demandas arriba mencionadas se expresaron claramente
articuladas. Los actores movilizados convocaban a protestar en rechazo del modelo económico y el Gobierno de
la Alianza, y sostenían la consigna “Contra la recesión y
el empobrecimiento” (Puntal,19/12/2001). Según la fuente
relevada, de las caravanas del 19 de diciembre participaron “más de 500 vehículos y cientos de caminantes”, bajo
Protestas sociales en la Argentina reciente • 165
consignas tales como: “Basta”, “Fuera Cavallo”, “políticos
corruptos” “Río Cuarto unido” (Puntal, 20/12/2001). También, de acuerdo al periódico local, los días siguientes y los
primeros meses posteriores a la salida de De la Rúa, evidenciaron la persistencia de las protestas en la ciudad, las cuales
portaban fuertes exigencias al Estado por asistencia social y
reiteradas manifestaciones de descontento para con la clase
política.
En la sub etapa de diciembre 2001 a febrero 2002,
las consignas de las protestas locales aludían, en general, a
la “construcción de un nuevo edificio social” y al impulso
de una “política que reactive la economía y mejore la calidad de vida”, en contra de los “representantes políticos que
no hacen causa común con el pueblo” (Puntal, 22/2/2002).
A ello, durante los meses posteriores, se sumaron algunas demandas de política económica en directa vinculación
con la política agraria y la cuestión salarial. La intención
de reconstruir un nuevo contrato político social subyace
a todas las demandas de la sociedad civil y obligó a los
dirigentes políticos a implementar medidas urgentes que
tendieran a satisfacer los reclamos.
Para que las peticiones sean visibles ante la opinión
pública es importante el formato a través del cual se ejerce
la protesta, es decir, el repertorio de la acción colectiva. La
movilización y la huelga se registraron como las modalidades predominantes y más recurrentes de la etapa estudiada
(se apela a la movilización en 42 protestas, y a la huelga en
19 oportunidades); luego corte (12) y cacerolazo (7). En ese
sentido, vale destacar que casi nunca se trataba de una sola
iniciativa, sino que se combinaron dos o más formatos de
acción. Esta cuestión resulta más visible, incluso, a partir de
diciembre de 2001 y durante los primeros meses del 2002,
cuando aparecen formatos “nuevos” (como el cacerolazo, la
caravana y el escrache), que vienen a complementar a otros
ya existentes (huelga, toma, corte, entre otros).
166 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 5. Principales repertorios de las protestas
Fuente: elaboración propia a partir del registro hemerográfico.
Los cacerolazos, por ejemplo, resultaron un repertorio
privilegiado durante la jornada del 20 de diciembre del
2001, replicándose masivamente en los espacios públicos
del centro de la ciudad. Tal formato de acción también se
utilizó para acompañar la movilización del día 15 de enero
de 2002, instancia en que apareció por primera vez la modalidad del escrache dirigida a algunos políticos locales: “marchaban mientras crecía la violencia de sus reclamos. Fueron
a las casas de algunos políticos y, mientras insultaban, tiraban huevos contra las viviendas” (Puntal, 26/01/2002).
El 16 de enero de 2002 el Ejecutivo Municipal y el
Concejo Deliberante invitaron a una asamblea popular en
el Salón Blanco de la municipalidad de Río Cuarto para
buscar alternativas a la crisis en la escala local. Ese mismo
día, el CECIS organizó una marcha y cacerolazo para la
jornada del 17 de enero, que también fue acompañada de
escraches con huevos, tarros de pinturas, aerosoles, rotura de vidrieras y frentes de entidades bancarias, destrozos
generalizados y enfrentamientos con la policía.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 167
Pensadas en conjunto, estas dimensiones retratan un
panorama social que se caracterizó por la urgente necesidad de satisfacer las demandas vinculadas a la política
económica, salarial y estabilidad gubernamental, a través
de repertorios variados, pero con predominio de la movilización y el corte de la vía pública; es decir, formatos ya
institucionalizados por los actores a lo largo del tiempo.
La emergencia de nuevos repertorios (cacerolazo, escrache,
caravana, entre otros) fue muy lenta en el ámbito local y no
llegó a consolidarse en ese momento coyuntural a pesar de
que forma parte de los recursos materiales y simbólicos a
los que apelan quienes protestan en la actualidad.
Conclusiones
La ciudad de Río Cuarto evidenció un arco diverso de
protestas sociales durante la etapa 2001–2003, las cuales
alcanzaron especial magnitud en la coyuntura crítica de
diciembre 2001 a febrero de 2002. En ese sentido, se trata de tres meses álgidos de conflictividad, con iniciativas
contenciosas que formaron parte del escenario cotidiano.
Cabe destacar que la frecuencia de las protestas fue disminuyendo de diciembre a febrero (de 10 a 6), mientras que
su intensidad fue en aumento registrándose las acciones de
mayor virulencia hacia mediados de enero.
Tal como relatábamos a lo largo del texto, los efectos
de la multicrisis de 2001 impactaron en los cambios en
la conducción política a nivel del Ejecutivo Nacional, con
la salida de De la Rúa y la asunción de Eduardo Duhalde
como presidente provisional. Mientras Duhalde procuraba recomponer la estabilidad institucional y económica, y
contener el malestar social; en la provincia de Córdoba continuó gobernando De la Sota (incluso reelecto en el 2003),
preservando los principales lineamientos de un modelo
gerencial de Estado. En la ciudad de Río Cuarto, tampoco
168 • Protestas sociales en la Argentina reciente
se registraron modificaciones en el arco político, ya que
el entonces intendente se mantuvo en el cargo (aunque no
logró la reelección en 2004) y no se advirtieron cambios
sustantivos en los modos de vinculación entre ciudadanía y
política, o en el diseño e implementación de buena parte de
las políticas públicas municipales.
Este escenario de relativa recomposición político institucional y medidas tendientes a mitigar los impactos socio
económicos de la crisis (especialmente programas sociales),
repercutió en una disminución en la frecuencia protestataria. En la escala local, las fuentes consultadas enfatizaron el
fuerte accionar de la Iglesia Católica y el municipio en el
reparto de bolsones de alimentos como vía para contener
los reclamos y evitar su radicalización; como así también, la
implementación de nuevos programas sociales y la extensión de su alcance. Justamente esa intervención directa de
actores mediadores ante la protesta social puede mostrarse
como un rasgo particular del devenir de la conflictividad en
localidades de tamaño intermedio, como la ciudad de Río
Cuarto.
Otra nota peculiar que, de alguna manera cuestiona
la reconstrucción nacional metropolitana de los sucesos
del 2001, remite a que ciertamente las jornadas épicas del
estallido social del 19 y 20 de diciembre no alcanzaron tal
magnitud en nuestra localidad. Si bien se registraron diferentes acciones colectivas, no lograron total articulación ni
un carácter fuertemente disruptivo.
Las dificultades para construir identidades mancomunadas entre actores sociales diversos también es un rasgo
discordante con lo que se ha señalado a nivel nacional, a lo
que se suma la escasa o nula presencia de personas desocupadas organizadas colectivamente (según permite inferir la
fuente consultada). Entretanto, los sectores que muestran
mayor protagonismo, además de los trabajadores y trabajadoras, se vinculan con las actividades de servicios y del
agro, acorde con el perfil socio económico de la ciudad.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 169
Es significativo pensar, por otra parte, los cruces analíticos que pueden desarrollarse entre las citadas dimensiones
para mostrar la complejidad que tuvo la protesta situada.
Así, una aseveración que podemos realizar es la existencia
de una relación estrecha entre actor, demanda, repertorio, según la forma en que los primeros organizaron la
protesta distinguiéndose dos grandes grupos: sectores que
contaban con una trayectoria de militancia y que hicieron
de la movilización y huelga su principal formato de acción
contenciosa para reclamar aumento salarial y mejoras en la
política económica, y actores sin experiencia de militancia
sindical política que expresaron su malestar ante la crítica
situación social y económica a través de asambleas y cacerolazos, es decir, procedimientos no institucionalizados de
organización.
Este hecho nos anima a considerar que el ciclo de protesta fue protagonizado por actores fragmentados, ya que
hubo muy pocas instancias, según la prensa, donde la manifestación incluyó a un colectivo que superara los intereses
sectoriales o corporativos. El carácter segmentado de los
actores se transluce en las otras dimensiones de análisis
mostrando una protesta que se caracteriza por reproducir
prácticas institucionalizadas e instituidas. No obstante, el
movimiento asambleario mostró que también se pudo instalar una práctica política instituyente en el cual las decisiones estuvieran cercanas a un ideal de democracia directa;
expresión que fue ampliamente celebrada por la sociedad
civil en su momento.
A veinte años de los hechos estudiados y partiendo
del convencimiento que los temas de investigación pueden
revisarse a partir de nuevos interrogantes, nos preguntamos: ¿cuál fue el impacto en la política y en lo político
de este ciclo de protestas, es decir, con su performatividad?, ¿qué sucedió con el espíritu no representativo de
las asambleas?, ¿se transformaron los diferentes repertorios
de acción y formas de organización en patrimonio de las
170 • Protestas sociales en la Argentina reciente
futuras protestas?, ¿qué rol desempeñaron los mediadores
en la protesta, como la Iglesia Católica, los partidos políticos
y las organizaciones territoriales barriales? Respuestas que,
sin dudas, inauguran nuevas líneas de investigación sobre la
protesta social situada.
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172 • Protestas sociales en la Argentina reciente
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15/10/2001; 8/12/2001; 11/12/2001; 19/12/2001; 20/
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01/2002; 30/01/2002; 15/02/2002; 22/05/2002; 7/12/
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https://www.indec.gob.ar
Epílogo
Situar(nos) para comprender. Recorrido
transversal por las protestas sociales
en Río Cuarto entre 1989 y 2003
MARCELA BRIZZIO, MARÍA EUGENIA ISIDRO Y CLAUDIA KENBEL
Introducción
La historia reciente de la Ciudad de Río Cuarto que hemos
transitado en este libro a partir de la problemática de la
“protesta social” no estaría completa sin una mirada de conjunto al ciclo histórico 1989–2003.
Como ya se expresó, el período comprendido representa
un pasado cercano en cuyo transcurso se asiste, en todo el país,
a la recuperación y reconstrucción democrática con sus tensiones sociales, económicas y políticas que complejizan la agenda
de la historia nacional y sub nacional. Coincide con un momento de fuertes cambios en la sociedad argentina: el reemplazo de
un modelo de acumulación mercado internista y de su correlato socio político (matriz Estado céntrica), por un modelo de
acumulación centrado en el cambio del rol del Estado y la liberalización de las variables macroeconómicas (matriz mercado
céntrica) (Cavarozzi, 2010). La etapa bajo estudio se cierra en
2003, tras la crisis económica, social y política que hizo eclosión
en diciembre de 2001, con la asunción de un nuevo gobierno
elegido democráticamente que avanzó en una serie de reformas, buscando recomponer el orden político, devolver cierta
calma social y mejorar la situación económica. En ese lapso se
vivenciaron coyunturas especialmente críticas, como la hiperinflación de 1989 y el colapso de 2001, sumado a los contextos
173
174 • Protestas sociales en la Argentina reciente
específicos de crisis como la financiera provincial en 1995.
Abordar este estudio desde Río Cuarto nos permitió visualizar
algunas particularidades del ámbito local en relación a aspectos
estructurales que acontecían a nivel nacional y provincial.
En cuanto a las coordenadas políticas del período que analizamos, en la esfera nacional se sucedieron gobiernos de distinto signo político. Se inicia con la presidencia de Raúl Alfonsín de
la Unión Cívica Radical (1983–1989), a quién lo sucede Carlos
Menem del Partido Justicialista (1989–1999) y luego Fernando
de la Rúa (1999–2001), por la Alianza UCR–Frepaso. En la
provincia ocurrió un proceso similar. Pasamos de un período
de predominio de la UCR con las gobernaciones de Eduardo
Angeloz (1983–1995) y Ramón Mestre (1995–1999) a la hegemonía del PJ desde que asume José Manuel de la Sota en 1999.
Dicha alternancia va a ocasionar tensiones en las relaciones
entre la Nación y la provincia de Córdoba y, en consecuencia,
generará, a nivel local, situaciones de conflictividad.
La particular coyuntura socio económica y política que
atravesaron los riocuartenses en el período también ha sido
explicitada. Los vaivenes de una economía centrada sobre todo
en los servicios (agropecuarios, bancarios, educativos, de salud,
comercial) llevó a una inestabilidad tanto para el empresariado
como, y más profundamente, para el sector trabajador. Paulatina, pero sostenidamente, el ajuste estructural, el cambio en el
rol del Estado, las privatizaciones, los salarios insuficientes, la
desocupación y la pobreza van mostrando a lo largo del período
su cara más cruel, al mismo tiempo que se van activando las
acciones de la ciudadanía.
La dinámica temporal de la protesta social que los estudios
empíricos muestran, con sus patrones de flujos y reflujos, serán
abordados en la primera parte de este epílogo. A continuación,
avanzaremos en la presentación de algunas aristas (a saber:
actores, formas de organización, demandas y repertorios) de
las dimensiones implicadas en la noción de protesta social que
fueran presentadas y desagregadas en el capítulo 1 de este libro.
La selección y el recorte propuesto nos permitirán desandar
la trama de las luchas sociales en una larga década de cambios
Protestas sociales en la Argentina reciente • 175
para la sociedad argentina, en general, y la riocuartense, en
particular.
Cambios y continuidades en las protestas sociales
locales
Durante el período histórico analizado y según lo registrado
por el diario local Puntal, se contabilizaron 628 acciones de
protesta. En una mirada de conjunto podemos apreciar que la
acción contenciosa presentó momentos o fases ascendentes y
descendentes, flujos y reflujos, amesetamientos, sin que desapareciera por completo.
Gráfico 1. Protesta por año
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Entre 1989 y 1991 hubo en Río Cuarto un ciclo histórico
álgido de protestas, a la vez que una sistemática e intensa movilización de colectivos sociales en conexión con una coyuntura
176 • Protestas sociales en la Argentina reciente
crítica1 que se desenvuelve en todo el territorio nacional, mientras expresaban en y desde lo local algunas notas peculiares
de esa conflictividad. Esta doble característica de las protestas
sociales, es decir, localización y conexión con el marco epocal,
también integra la trama de las acciones contenciosas que se
estudian en los períodos consecutivos. Así, mientras en el año
1995 la situación de emergencia financiera provincial estuvo
en la base del incremento de las protestas, la multicrisis2 del
año 2001 desatada a escala nacional se dejó sentir con fuerza en
la ciudad de Río Cuarto al igual que en los principales centros
urbanos del país.
Dentro de cada ciclo relevado3 se visualizó una tendencia al
incremento del número de protestas en algunos meses del año,
a saber: mayo, junio, julio y agosto. Sin embargo, es importante
destacar que, en coyunturas específicas, se apreciaron “olas de
protestas” en otros meses del año, como por ejemplo en 1989,
sucedió con los meses de agosto y noviembre, o los meses de
febrero y marzo de 1990. En el año 1995 la ola de protestas
inició en marzo y se cerró en julio, momento que coincidió con
la emergencia financiera provincial. Y en la coyuntura crítica
de los años 2001 y 2002, la conflictividad social se reveló con
especial notoriedad entre los meses de agosto de 2001 y febrero
de 2002.
Protagonistas de las protestas locales
Entre 1989 y 1995 los principales actores de la conflictividad
social fueron las trabajadoras y los trabajadores. Luego de ese
período entraron en escena otros como vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos, comenzando a cobrar mayor relevancia, al
mismo tiempo que se diversificaron tanto las demandas como
1
2
3
ConceptoutilizadoydefinidoporBasconzuelo enelcapítulo2.
ConceptoutilizadoydefinidoporQuirogayBagginienelcapítulo5.
Recordemos que los ciclos que consideramos en el marco de nuestro estudio fueron:1989–1991,1994–1996,1998–2000y2001–2003.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 177
los formatos de las protestas. 1999 fue un año particularmente
conflictivo para el sector empresarial, mientras que el colectivo
estudiantil tanto de los secundarios como de la Universidad que
habían aparecido como actores protestatarios en 1994, conservó un importante protagonismo durante todo el período con
pequeñas oscilaciones.
Hay que destacar que las desocupadas y los desocupados aparecieron en los registros periodísticos a partir de 1998. Si tomamos este dato en referencia a la esfera nacional, la situación se
da de manera tardía en el ámbito local, a pesar de que la ciudad de Río Cuarto presentó durante el período altos índices de
desocupación que promediaron el 16%4.
Gráfico 2. Porcentaje de protestas por año, por actor social
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
4
Estedatofueestablecido apartirdelainformaciónrecogidaenlaEncuestaPermanente de Hogares que puede ser consultada en: https://www.indec.gob.ar/indec/
web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6
178 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Entre las trabajadoras y los trabajadores señalados por el
diario local con más apariciones públicas por las acciones
de protesta desplegadas, se destacan los vinculados a la
educación (ver gráfico 3), que comprende tanto a docentes primarios y secundarios, ambos dependientes del estado provincial, como así también a docentes universitarios,
dependientes del Estado nacional. Si a ello sumamos el personal de salud (quienes en su mayoría prestan servicios en
el área pública) y a quienes trabajaban en la administración,
vemos que las empleadas y los empleados del Estado (en sus
diferentes niveles) tuvieron un accionar contencioso destacado. Podemos interpretar que las reformas pro mercado
que incluyeron la reducción de funciones, tamaño y presupuesto de servicios estatales (tanto a nivel nacional como
provincial), conjuntamente con la fortaleza y organización
gremial de las empleadas y los empleados públicos, abonaron a la preeminencia de estos actores.
Gráfico 3. Porcentaje de Protestas por actor principal
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 179
En lo referido a las formas organizativas, coincidentemente con los principales actores movilizados (las trabajadoras y los trabajadores), éstas se caracterizan por ser
predominantemente de tipo institucionalizadas, a través de
sindicatos o gremios. En el gráfico 4 vemos que del total de
protestas durante los años 1989–2003 más de las tres cuartas partes corresponden a este formato. Es decir, la mayoría
de las protestas eran convocadas, organizadas y llevadas a
cabo por sindicatos y asociaciones de tipo gremial corporativo, tanto de representantes de los intereses de trabajadoras y trabajadores, como en el caso de estudiantes o el
sector empresarial. Ello demostraría que las organizaciones
sindicales exhibían por estos años una vitalidad notoria.
Es importante recalcar que aquellos actores que tenían
trayectoria de reclamo consolidada colectivamente a través
de los sindicatos y/o entidades corporativas siguieron apelando a modalidades tradicionales como paros con y sin
asistencia a los lugares de trabajo, movilizaciones, etc.
Hacia finales del período (entre los años 2000 y 2003)
podemos apreciar que las desocupadas y los desocupados
apelaron en forma mayoritaria a formas organizativas de
tipo institucionalizada territorial, mientras jubiladas y jubilados, vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos en general
recurrieron a otras instancias de representación: autoconvocadas y multisectoriales. Estos actores introdujeron a nivel
local la dinámica de participación y organización no institucionalizada que emergió como resultado de la crisis de
representatividad que caracterizaba aquel momento.
180 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 4. Porcentaje de protesta según forma de organización
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Las principales demandas y repertorios de acción
El gráfico 5 muestra que el requerimiento salarial fue la
demanda predominante entre los años 1989–2003, según
la fuente periodística consultada. Sin embargo, las protestas
que cuestionaban la política educativa y la económica también
integraron, aunque en una proporción menor, los reclamos
en estos años.
La preocupación por la política económica llevada adelante por el ejecutivo nacional a cargo del presidente Carlos
Menem y su sucesor Fernando de la Rúa, así como las
implementadas por los sucesivos gobiernos provinciales,
irá cobrando cada vez mayor protagonismo. Así, mientras
que en el año 1994 las acciones que tenían como principal
demanda la política económica representó el 6,6% del total
de protestas, ya en el año 1995 el índice ascendió al 11,6%
y, en el año 1996, dicho porcentaje se incrementó hasta
Protestas sociales en la Argentina reciente • 181
alcanzar un 25% del total de las mismas. En el ciclo 1998–
2000 el porcentaje se eleva a un 30%, mostrando un pico en
el año 1999.
Gráfico 5. Porcentaje de protestas según demandas
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Aunque ya en el año 2000 se realizaron protestas cuya
demanda se encontraba bajo la categoría gobierno, fue en el
ciclo 2001–2003 donde este reclamo cobró mayor importancia compartiendo protagonismo con la reivindicación
por la mejora inmediata de la política económica, relegando
lo salarial a un segundo plano. Esto lo podemos ver en los
guarismos que arrojó el período: el 19% de las protestas
se realizaron exigiendo al gobierno modificaciones en su
dimensión administrativa o de representación republicana;
otro 19% reclamaba por cambios en la política económica;
mientras que el 18% se centraba en lo salarial.
Por último, nos parece oportuno remarcar un dato
relevante en cuanto a la demanda por el trabajo. Si bien es
en 1995 y 1996 que se aprecian los índices más altos de
182 • Protestas sociales en la Argentina reciente
desempleo en la ciudad, valor que ronda el 20%5, las protestas sociales de esos años no tienen como demanda principal dicho reclamo. Sin embargo, y esto es lo que llama la
atención, mientras que el índice de desempleo baja considerablemente con el correr de los años (estableciéndose en
torno al 12% en 1998), comienzan a aparecer protestas cuyo
reclamo principal es el trabajo, así como también surgen
organizaciones que nuclean a trabajadoras desocupadas y
trabajadores desocupados.
La relación entre quienes fueron los colectivos protestatarios y cuáles las demandas que los impulsaron en sus
acciones contenciosas nos permiten visualizar la compleja
articulación entre los intereses y problemáticas sectoriales
y aquellas que afectan a la comunidad toda.
Si bien la demanda principal de las trabajadoras y los
trabajadores tuvo directa vinculación con sus intereses particulares (lo salarial y laboral), en numerosas oportunidades,
y como muestra el gráfico 6, trascendieron las mismas hacia
otras temáticas relevantes para el conjunto social. Por ejemplo, las y los docentes van a luchar mancomunadamente
por un mayor presupuesto educativo con las y los estudiantes, mientras que el sector bancario y demás trabajadoras y
trabajadores de servicios lo harán en contra de las políticas
de privatización.
Las vecinas y los vecinos se movilizaron por un variado
núcleo de demandas que fueron desde la vivienda a las políticas económicas y sociales y un aspecto importante como
fue la temática ambiental que aparece en la crónica periodística al finalizar el período estudiado. Por su parte, desde
el ámbito empresarial se movilizaron por intereses específicos relativos a su rubro (comercial, agrario, etc.) pero,
al mismo tiempo, por políticas económicas generales. En
5
Los datos de la desocupación en Río Cuarto fueron extraídos de la Encuesta
Permanente de Hogares. Disponible en: https://www.indec.gob.ar/indec/
web/Institucional–Indec–InformacionDeArchivo–6
Protestas sociales en la Argentina reciente • 183
cuanto a las ciudadanas y los ciudadanos frecuentemente se
movilizan por consignas que agrupamos bajo las leyendas
“gobierno, derechos humanos y política económica”, como
se explicó en el Capítulo 1.
Gráfico 6. Porcentaje de protestas según demanda por año
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
184 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Gráfico 7. Porcentaje de protestas según demanda por actor social
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Ahora bien, los actores apelaron a una variedad de
repertorios para expresar sus demandas y hacerlas visibles
en el espacio público. En el gráfico 8 se presentan en valores
absolutos los diversos repertorios utilizados durante todo
el período analizado.
Protestas sociales en la Argentina reciente • 185
Gráfico 8. Protestas por repertorio
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos recolectados en
diario Puntal.
Si el mayor número de protestas fue llevado a cabo por
las trabajadoras y los trabajadores, convocadas y organizadas por las asociaciones gremiales, no llama la atención que
el principal repertorio haya sido la huelga. En muchos casos
este repertorio clásico se combinó con otros como movilizaciones y marchas, entrega de petitorios, asambleas; incluso los cacerolazos, ollas populares, caravanas, escraches,
cortes o tomas pasaron a formar parte de las modalidades
de protesta utilizadas.
La movilización como repertorio principal cobró fuerza a
fines del período. Esta modalidad de protesta fue implementada, fundamentalmente, por aquellos actores cuyas formas
organizativas eran autoconvocadas como las desocupadas y
los desocupados que reclaman trabajo, las ciudadanas y los
ciudadanos que como vimos tuvieron un amplio abanico de
demandas; las organizaciones de derechos humanos, entre
otros.
186 • Protestas sociales en la Argentina reciente
Hacia fines de siglo se produce un incremento del
número de cortes de vía pública (rutas y calles). Mientras que
en 1998 y 1999, sólo se contabiliza una protesta por año
con este formato, en el año 2000 fueron 4 en las que se utilizó esta modalidad, mientras que en el ciclo 2001–2003 se
contabilizan 12. A este repertorio apelaron diversos actores
sociales desde trabajadoras y trabajadores, vecinas y vecinos, empresarias y empresarios, desocupadas y desocupados para hacer visibles una amplia variedad de reclamos.
Otra innovación que se manifiesta en el recodo entre
ambos siglos en la dimensión repertorios es la emergencia
de los cacerolazos y los escraches como vehículo social para
exteriorizar la conflictividad del momento. El incremento
del malestar ciudadano, que cobró en algunos casos ribetes
de violencia, se materializó en distintas jornadas, tal como
fuera descrito en capítulos precedentes. Por ejemplo, los
cacerolazos resultaron un repertorio privilegiado durante las
álgidas jornadas de diciembre del 2001, replicándose masivamente en los espacios públicos del centro de la ciudad.
A modo de cierre
A lo largo del epílogo realizamos un recorrido, sin pretensión de exhaustividad, de las principales aristas de la protesta social haciendo foco en los cambios y continuidades
entre ciclos relevados, apelando a criterios de transversalidad en el análisis propuesto.
Las acciones contenciosas de la ciudadanía riocuartense frente a la situación socio política y económica por la
que atravesaba, fueron contextualizadas a partir de lo que
sucediera también en la escala nacional y en la provincial.
La crisis hiperinflacionaria cierra el gobierno de Raúl
Alfonsín, quién entregó anticipadamente el poder al electo
Carlos Menem. Éste inició una serie de reformas estructurales (Ley de Reforma del Estado, Ley de Emergencia
Protestas sociales en la Argentina reciente • 187
Económica, Leyes y Decretos modificando las relaciones
laborales) y un programa de estabilización (Ley de Convertibilidad), que trascendió su mandato, ya que “el modelo”6 se
mantuvo durante la presidencia de Fernando de la Rúa.
En la escala subnacional de la provincia de Córdoba,
la implementación de políticas públicas de ajustes y cambio
estructural presentan tiempos diferentes. Algunas bases del
Estado bienestarista se conservaron hasta mediados de la
década, ya que “el gobernador de Córdoba marcó la diferencia y legitimó su acción de gobierno mediante la metáfora de la «isla de bienestar», para referirse a la situación
de la provincia como una que aplicaría un modelo propio
de reforma donde subsistieron los parámetros del anterior
Estado benefactor” (Gordillo, 2012, p. 15). La coyuntura crítica de 1995 dio pie para que las gobernaciones de Ramón
Mestre primero y José Manuel de la Sota después, emprendiesen una serie de reformas y replanteos en el rol del Estado en consonancia con las llevadas a cabo por el Ejecutivo
nacional (La Serna, 2001; Moreira Slepoy y Romero, 2022;
Arriaga, et al., 2012).
En la escala local, Miguel Ángel Abella culminó su intendencia en 1991, dando paso a las dos gestiones de Benigno
Antonio Rins, quien en 1999 fue sucedido por Alberto Cantero. Progresivamente el municipio fue adoptando políticas
de cambio, aggiornando la gestión municipal, efectuando
procesos de descentralización, apoyándose en las empresas
privadas, impulsando la gestión mixta para la provisión de
servicios públicos, etc. más a tono con los tiempos liberales
que se vivían.
Las consecuencias de la adopción del paradigma neoliberal y del plan de Convertibilidad aparecieron bien
temprano en el horizonte. Entre las económicas podemos mencionar un retroceso y desarticulación del sector
6
Con esta denominación numerosos autores (Sidicaro, 2003; Novaro, 2011)
dan cuenta de la imbricación de todas las variables implicadas y la imposibilidad de alterar algunas de ellas sin alterar la estabilidad macroeconómica.
188 • Protestas sociales en la Argentina reciente
manufacturero, una nueva modalidad en el agro pampeano,
incremento del endeudamiento externo, peso cada vez
mayor de los sectores financieros y de servicios (muchos
de ellos extranjerizados) en el conjunto económico. Entre
los efectos sociales se acentuó la distribución regresiva del
ingreso, el deterioro de los salarios reales al tiempo que
aumentaban el desempleo, la pobreza y la marginalidad
social. Todas estas consecuencias estuvieron en la base de
las protestas y movilizaciones sociales que se realizaron en
todo el país y durante todo el período.
El estudio de los hechos contenciosos que se ha presentado en este libro muestra particularmente quiénes fueron
los actores de las protestas, cómo efectuaron sus reclamos y
porqué se movilizaron en el espacio público.
Como mirada de conjunto podemos decir que, entre
1989 y 2003, las dinámicas de las protestas locales, según
fueran registradas por la prensa local, mostraron una diversificación en lo relativo a los actores, sus formas de organización, demandas y repertorios de acción. Al inicio y de
manera sostenida las trabajadoras y los trabajadores fueron
los mayores actores protestatarios, organizados en sindicatos, emplearon la huelga como principal repertorio para
manifestar el reclamo salarial como su demanda central.
Mientras que hacia el final del período y por impacto del
modelo de políticas económicas y sociales adoptadas, perdieron su preeminencia que empezó a ser compartida con
otros actores sociales (vecinas y vecinos, ciudadanas y ciudadanos, desocupadas y desocupados), con otras formas de
organización (territoriales, multisectoriales, autoconvocadas), con otros repertorios (movilizaciones, ollas populares,
cortes de ruta) y demandas (políticas económicas, gobierno,
trabajo).
A lo largo de esta investigación pudimos apreciar una
doble y simultánea conexión con las coyunturas provincial
y nacional; y, al mismo tiempo, cuánto tuvo de particular y
resignificante el accionar protestatario local. En ese sentido,
destacamos algunas cuestiones que marcan distanciamientos
Protestas sociales en la Argentina reciente • 189
respecto de la reconstrucción histórica que suele realizarse
desde una mirada nacional o metropolitana. Por un lado,
resulta relevante resaltar lo que ocurría con el colectivo de
trabajadores desocupados y los repertorios que utilizaron
para manifestarse pues a diferencia de lo que sucedió en
las grandes urbes como Buenos Aires o Córdoba, en Río
Cuarto entre 1998 y 2003, estos actores además de realizar
cortes de calles o rutas como metodología para visibilizar
sus reclamos, en cambio emplearon un variado y creativo
abanico de repertorios7. Otra particularidad que marca la
diferencia con lo acontecido en otras escalas remite a las
jornadas de diciembre del 2001, donde las acciones colectivas no alcanzaron gran magnitud ni tuvieron un carácter
fuertemente disruptivo8.
En otro orden, un rasgo particular del devenir de la
conflictividad en localidades intermedias como Río Cuarto
fue la intervención directa de actores mediadores, como la
Iglesia Católica en la voz de su obispo diocesano o el poder
político comunal, quienes resultaron cruciales a la hora de
evitar desbordes sociales en coyunturas críticas como los
años 1995 y 2001, momentos en los cuales las demandas
referenciaban como adversario a instancias estatales provinciales o nacionales.
Concluida la investigación que da lugar a este libro,
los caminos se han diversificado a razón de los resultados
aquí presentados. Gran parte del equipo de investigación
continúa sus trabajos, profundizando en aquellos datos que
aquí se muestran por primera vez como, por ejemplo, aquellas instancias mediadoras que han cobrado notoriedad en
diversas acciones de protesta9. Otra parte del equipo se
interesa por problemáticas contemporáneas que comienzan a gestarse hacia finales del 2001. Nos referimos a los
7
8
9
Para ampliar puede revisarse el capítulo 4 de este libro.
Para ampliar puede revisarse el capítulo 5 de este libro.
Basconzuelo, C. Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. PICT 2020….
190 • Protestas sociales en la Argentina reciente
trabajadores y las trabajadoras referenciados por entonces
como “desocupados” en el medio local y cuya trayectoria
puede comprenderse desde la economía popular10. Se trata
de aquellos trabajadores que se ganan la vida con diversas
actividades, no asalariadas y que enfrentan condiciones de
desigualdad en su validación social y en el reconocimiento
por parte del Estado, cualquiera sea su nivel.
A la pregunta ¿cómo puede caracterizarse la protesta
social local en el período 1989–2003? Hemos buscado responder destacando sus rasgos más significativos, prestando
atención a cómo diversos actores sociales han intentado
visibilizar sus demandas, ocupar los espacios públicos, tejer
alianzas, leer el contexto para encontrar momentos favorecedores de visibilización de las acciones contenciosas y
saber también cómo legitimarlas socialmente. La constante
en el período analizado muestra características de la movilización ciudadana que hoy podríamos leer bajo el lente de
los movimientos sociales. Antes o después nuestra preocupación no es sólo de generación de conocimiento, sino
también la de contribuir a la construcción de una historia
reciente local con diversos protagonismos, leída y comprendida desde las demandas y las conflictividades sociales.
Aún queda por indagar y profundizar, en ese camino sinuoso nos encontramos, desde la educación pública de una
universidad nacional en el interior cordobés.
Referencias
Arriaga, A., Franco, M. J., Medina, L. y Natalucci, A. (2012).
Un Estado en transición: Córdoba ante el embate
10
Proyecto IMPACTAR “Estudio interdisciplinario de la economía popular en
la provincia de Córdoba: generación de conocimiento y herramientas de
intervención orientadas al ámbito público”, Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Disponible en https://idacor.conicet.gov.ar/proyecto–
impact–ar–en–economia–popular–cordoba/
Protestas sociales en la Argentina reciente • 191
neoliberal. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L.
Medina, A. Natalucci y A. C. Solís. (Comps.), La protesta
social frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de
fin de siglo (pp. 25–64). Córdoba, Argentina: Ferreyra
Editor.
Cavarozzi, M. (2010). Autoritarismo y Democracia. Buenos
Aires, Argentina: Eudeba.
Gordillo, M. (2012). Introducción. En M. Gordillo, A. Arriaga, M. J. Franco, L. Medina, A. Natalucci y A. C. Solís.
(Comps.), La protesta social frente a las reformas neoliberales en la Córdoba de fin de siglo (pp. 9–24). Córdoba,
Argentina: Ferreyra Editor.
La Serna, C. (2001). Reforma y Democracia: el caso del
Estado de la provincia de Córdoba en el periodo 1995–
1997. Administración pública y sociedad, 14, 87–107. Córdoba, Argentina: IIFAP.
Moreira Slepoy, J. y Romero, J. (2022). Una cartografía del cordobesismo. Algunas lecturas y
una agenda pendiente: Sección Perspectiva. Cuadernos de coyuntura, 7 (Núm. Continuo), 1–17. Recuperado de https://revistas.unc.edu.ar/index.php/CuadernosConyuntura/article/view/38848
Novaro, M. (2011). Historia de la Argentina.1955–2010. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.
Sidicaro, R. (2003). Los tres peronismos. Estado y poder económico 1946–55/1973–76/1989–99. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.
Notas sobre las autoras y los autores
Celia Cristina BASCONZUELO
Es Doctora en Historia (UNCu), Magister en Partidos Políticos (CEA–UNC) y Posdoctor en Ciencias Sociales (CEA
–UNC) con título de grado en Historia. Actualmente es
Investigadora Independiente en el ISTE (Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas, dependiente del CONICET). Es Profesora Titular en la Facultad de
Ciencias Humanas de la UNRC (Departamento de Ciencias
Jurídicas, Políticas y Sociales y Departamento de Historia).
Es Miembro de Número de la Junta Provincial de Historia de Córdoba y directora del Centro de Estudios y de
Gestión en Redes Académicas (CEGRA–Fac. Cs. Hs). Dirige
los siguientes proyectos de investigación Actores y prácticas
mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos
en perspectiva conectada local/nacional. 1989–2001 (Agencia);
La configuración de lo político en protestas sociales localizadas
(SECYT–UNRC). Desarrolla su experticia actual en la configuración de actores colectivos y particularmente de sus
prácticas de protesta en la escala local.
E–Mail:
[email protected]
María Virginia QUIROGA
Doctora en Estudios Sociales de América Latina (CEA–
UNC); Licenciada en Ciencia Política (UNRC). Actualmente Investigadora Adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con lugar de
trabajo en el Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (ISTE), con temas relativos a la protesta social, las identidades colectivas y el contexto político
193
194 • Protestas sociales en la Argentina reciente
suramericano. Es, además, Profesora Adjunta de la carrera
Lic. en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas
(UNRC). Dirige el Proyecto de Investigación: Movilización
social y articulaciones político territoriales. Una mirada de la
ciudad de Río Cuarto en el contexto de la Argentina reciente;
financiado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
UNRC. Ha publicado diversos artículos en revistas nacionales e internacionales, capítulos de libros y presentaciones
en jornadas y congresos, sobre temas referidos a la acción
colectiva, las identidades políticas, el Estado, el populismo,
entre otros tópicos.
E–Mail:
[email protected]
Iván BAGGINI
Es Doctor de Investigación en Ciencias Sociales con mención en Sociología y Maestro en Ciencias Sociales (FLACSO
–México). Cuenta con un Posdoctorado en Ciencias Sociales (CEA–FCS–UNC) y es Profesor y Licenciado en Historia por la UNRC. Ex profesor en la BUAP (México) y en
la UNVM (Argentina) y actualmente es Profesor Adjunto
en la Facultad de Ciencias Humanas (Deptos. De Ciencias
Jurídicas, Políticas y Sociales y Trabajo Social). Desarrolla
tareas de investigación en el ISTE (Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas, dependiente del
CONICET y la UNRC) e integra los proyectos de investigación Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva conectada local/nacional. 1989–2001 (Agencia) y La configuración
de lo político en protestas sociales localizadas (SECYT–
UNRC). El área temática de investigación es los aspectos
culturales de la acción colectiva, los movimientos sociales y
la protesta además de la metodología cualitativa.
E–Mail:
[email protected]
Protestas sociales en la Argentina reciente • 195
Marcela BRIZZIO
Es Profesora en Historia por la Universidad Nacional de
Río Cuarto. Ha cursado trayectos de Posgrado sobre Políticas Sociales y Partidos Políticos. Actualmente es Docente
en las áreas de Historia Americana y Argentina Contemporánea para los Departamentos de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales y de Historia de la Facultad de Ciencias
Humanas de la UNRC. En los últimos años se ha abocado al estudio de protestas, actores sociales y articulaciones
políticas en momentos de conflictividad social en el espacio
local (Ciudad de Río Cuarto). Participa de los proyectos de
investigación Actores y prácticas mediadoras de las protestas sociales. Revisitando dos ciclos críticos en perspectiva
conectada local/nacional. 1989–20001 (Agencia) y “Movilización social y articulaciones políticas socioterritoriales.
Una mirada de la ciudad de Río Cuarto en el contexto de la
Argentina Reciente” (SECYT–UNRC)
E–Mail:
[email protected]
Claudia KENBEL
Es Doctora en Comunicación Social (UNR) y Licenciada
en Ciencias de la Comunicación (UNRC). Investigadora
Adjunta del Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (CONICET, UNRC), docente del Depto.
De Cs. de la Comunicación (FCH UNRC) y Coordinadora
Adjunta del Doctorado en Ciencias Sociales (FCH– UNRC).
Integra la Asociación Latinoamericana de Investigadores
en Comunicación y la Red de Investigación Acción sobre
Residuos. Dirige el PICT “Mediaciones y articulaciones de
y entre sectores vulnerables. Un estudio acerca de los diálogos, las expectativas y las proyecciones de cambio social de
las poblaciones rurbanas entre sí y con otros actores sociales de intervención en el territorio (FONCYT) y participa
del Proyecto ImpaCT.AR “Estudio interdisciplinario de la
economía popular en la provincia de Córdoba: generación
196 • Protestas sociales en la Argentina reciente
de conocimiento y herramientas de intervención orientadas
al ámbito público” (Ministerio de Ciencia y Tecnología de
la Nación). Sus temas de interés se dirigen hacia problemáticas de comunicación y desarrollo social.
E–Mail:
[email protected]
María Eugenia ISIDRO
Es Comunicadora Social y Licenciada en Ciencias de la
Comunicación por la Universidad Nacional de Río Cuarto
(UNRC). En el marco de su formación de posgrado cursa el
Doctorado en Ciencias Sociales (UNRC). Forma parte del
Instituto de Investigaciones Sociales, Territoriales y Educativas (ISTE), instituto de doble dependencia entre la UNRC
y el CONICET. Sus investigaciones se centran en la conflictividad socioambiental y en los movimientos socioterritoriales que resisten al agronegocio. Participa de proyectos
de investigación sobre protesta social y transformaciones
socioterritoriales.
E–Mail:
[email protected]