CADERNOS DE ASTRONOMIA – vol. 4, n◦ 1 (2023)
Seção Temática - Buracos Negros
Agujeros negros
Gustavo Dotti
Universidad Nacional de Córdoba
Resumo
Se presenta una introducción a los fundamentos de la Relatividad General y la noción de Agujeros Negros de
una manera elemental, asumiendo conocimientos básicos de Física, y relegando a notas al pie de página aquellas
acotaciones técnicas que requieran mayores conocimientos. Se da además una breve introdución histórica del
concepto de agujero negro, y se mencionan los notables avances recientes en el campo experimental: la detección
en 2015 de ondas gravitacionales en LIGO y las imágenes obtenidas por el Event Horizon Telescope.
Abstract
An elementary introduction to General Relativity and the concept of Black Holes is given assuming a basic
knowledge of Physics, and leaving as footnotes any advanced technical comment. A brief historical introduction
of the black hole concept is given, and the notable recent experimental advances are commented: the detection
of gravitational waves by LIGO in 2015 and the recently disclosed Event Horizon Telescope images.
Palavras-chave: Relatividad General, Agujeros Negros
Keywords: General Relativity, Black Holes
DOI: 10.47456/Cad.Astro.v4n1.40266
1 Las estrellas oscuras de John Michell
La historia del concepto de agujero negro es, en
alguna medida, circular. En 1783, el reverendo
John Michell le envió a su amigo Henry Cavendish una carta en la que proponía, basándose en
la teoría corpuscular de la luz entonces vigente,
medir masas y distancias de estrellas a partir de la
disminución de la velocidad de la luz que emanaban, disminución causada por su propia atracción
gravitatoria [1–3]. La primera prueba de que la
luz no se propaga instantáneamente, y la determinación del orden de magnitud de su velocidad
c, se debe al astrónomo danés Ole Rømer, quien
en 1676 obtuvo el valor c = 220000 km/s basándose en las observaciones de las emergencias del
satélite Io de Júpiter de la sombra proyectada por
el planeta. Si las observaciones de los eclipses de
Io por Júpiter se hacían en el período del año
en que la Tierra se alejaba de Júpiter, el tiempo
entre emergencias consecutivas no era siempre el
mismo, como se supondría de la regularidad de la
órbita del satélite, sino que crecía. Rømer entendió, correctamente, que eso se debía a que la luz
reflejada en Io debía desplazarse distancias cada
vez mayores para alcanzar la Tierra. Cuando Michell propuso su idea, se disponía de mediciones
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más precisas de c que la de Rømer: James Bradley había medido c = 301000 km/s en 1729 [4].1
Si la luz se comporta como un haz de corpúsculos de masa m –razonó Michell– al alejarse del
centro (r = 0) de una distribución esférica de
masa M , dado que se conserva la energía mecánica total E
E = 12 mv 2 −
GM m
,
r
(1)
la velocidad v de los corpúsculos disminuirá al
crecer r. El modo en que v disminuye con la distancia r es, como puede inferirse de (1), independiente de la masa m. Esta característica esencial
de la gravitación nos libra del problema de estimar la masa de los hipotéticos corpúsculos de luz,
y nos permite además introducir el concepto de
velocidad de escape ve de una estrella o planeta:
si la masa de la estrella (supuesta esférica) es M
y su radio es R, un objeto podrá alejarse indefinidamente (r → ∞) sólo si abandona la superficie
1
John Michell fue también quien diseñó el experimento
de la balance de torsión para medir la constante de Newton G y la masa de la Tierra, experimento que, tras su
fallecimiento, llevó a cabo Cavendish.
67
Agujeros negros
(r = R) con una velocidad superior a
r
2GM
.
ve =
R
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(2)
Michell dedujo entonces que si la velocidad de la
luz fuese menor que ve , esto es, si
r
2GM
c<
,
(3)
R
un haz de luz no podría alejarse indefinidamente:
retornaría a la superficie de la estrella del mismo
modo que una pelota arrojada verticalmente vuelve al piso. La estrella, entonces, no sería visible
desde lejos. Fue usando este modelo que Michell
estimó, con notable precisión que “si existieran
objetos con densidad no menor a la solar y diámetro 500 veces el del Sol, dado que su luz no nos
llegaría [...], no tendríamos información visual;
pero si ocurriera que otros objetos luminosos lo
orbitaran podríamos, quizás, inferir la existencia
del objeto central.” [1]. En esta simple oración Michael introdujo dos ideas fundamentales: el concepto de “estrella oscura”, aquella que atrapa toda
la luz que emite y por lo tanto es invisible desde
lejos, y la posibilidad de detectar a estas estrellas oscuras por la existencia de objetos visibles
que las orbiten. Más de doscientos años después,
las observaciones de Michell tienen una vigencia
asombrosa.
En su libro Exposition du Système du Monde
(Paris, 1796), Laplace llega a la misma conclusión que Michell y agrega que los cuerpos más
grandes del Universo podrían ser invisibles. En
la carta de Michell a Cavendish, la suposición de
la existencia de estrellas oscuras es un tema marginal: un subproducto de las elaboraciones centrales, destinadas a medir masa y distancia de
estrellas. Tampoco en el libro de Laplace el concepto recibe mayor atención.
La determinación de que la luz es un fenómeno ondulatorio, más precisamente, ondas electromagnéticas, derribó la teoría corpuscular y,
como consecuencia, las ideas de John Michell y
Laplace sobre estrellas oscuras. La circularidad
histórica mencionada más arriba es la siguiente:
en 1915 Albert Einstein presentó la teoría de la
Relatividad General, según la cual la geometría
del espacio-tiempo no es plana y está determinada por la distribución de materia y energía.
Dado que la geometría del espacio-tiempo determina a su vez cómo se propagan las ondas (en
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particular, las ondas electromagnéticas, y entonces la luz), tendremos que la masa de las estrellas
afecta la propagación de la luz que emiten. En
otras palabras: aunque la luz no sea un haz de
partículas materiales, su propagación, su trayectoria, resulta afectada por la masa del objeto emisor. En particular, es posible que una estrella
suficientemente masiva y pequeña curve el espacio circundante de manera tal que la luz emitida
permanezca restringida a una región cercana a estrella: a esa llamamos agujero negro. Un agujero
negro se diferencia en varios aspectos de las estrellas oscuras de Michell. El más importante es
que hoy sabemos (éste es uno de los postulados de
la teoría de Einstein) que la velocidad de la luz c
es máxima: ningún objeto puede viajar a una velocidad mayor. De manera que el confinamiento
que produce un agujero negro no se limita a la luz:
un agujero negro es una región de no-escape, nada
puede abandonar esta región. La frontera de esta
región se llama horizonte del agujero negro. La
manera indirecta de advertir la presencia de un
agujero negro es por aquellas estrellas que lo orbitan y que están fuera del horizonte (de manera
que su luz sí nos llega). Esta es precisamente la
idea propuesta por Michell para detectar “estrellas oscuras”. Un ejemplo notable [5] es el agujero
negro en el centro de nuestra galaxia, llamado
Sgr A*: en la Figura 1 se reproduce la órbita de
seis estrellas alrededor de este agujero negro. La
agencia ESO (European Southern Observatory)
ha compilado imágenes a lo largo de dos décadas
que muestran la evolución en sus órbitas de estrellas cercanas a este enorme objeto invisible [6].
2 De Newton a Einstein
En cursos elementales de Física estudiamos el
movimiento de una partícula en una dimensión
y graficamos su función de movimiento x(t): la
coordenada x del punto que ocupa la partícula
al tiempo t. El plano de coordenadas (t, x) en
que hacemos estos gráficos constituye la representación más simple del espacio-tiempo. Como
todo concepto primario usado en la elaboración
de ideas complejas, el de espacio-tiempo se define
de manera intuitiva: un evento es algo que ocurre
rápidamente en un espacio muy reducido, de manera que puede caracterizarse por su posición y
el instante en que ocurre. El espacio-tiempo es
el conjunto de todos los eventos (ocurridos y por
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Agujeros negros
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que se debe a la existencia de la velocidad límite
c, como explicaremos ahora. Las líneas mundos
de las partículas están restringidas: para movimientos sobre el eje X, la derivada dx/dt debe
satisfacer |dx/dt| < c, sólo los haces de luz pueden dejar trazas con pendiente dx/dt = ±c. Más
en general, para movimientos arbitrarios en el espacio, la velocidad
dx dy dz
, ,
(4)
⃗v =
dt dt dt
de una partícula debe satisfacer ⃗v · ⃗v < c2
. Equivalentemente, dados dos puntos infinitesimalmente próximos en su línea-mundo, las
variaciones, dt, dx, dy, dz satisfarán la condición
ds2M < 0, donde
Figura 1: Órbitas de seis estrellas cercanas al agujero
negro Sgr A* en el centro de nuestra galaxia. Los ejes
corresponden al apartamiento de Sgr A* en ascensión recta
y declinación. S2 completa una órbita cada 16 años. Esta
figura reproduce la publicada en [5]
ocurrir). De manera que, si confiamos en los conceptos newtonianos y galileanos, podemos pensar al espacio-tiempo como el espacio euclídeo 4dimensional R4 : sus puntos son arreglos ordenados (t, x, y, z) donde (x, y, z) son las coordenadas
cartesianas del evento en un sistema inercial y t el
tiempo en que ocurre el evento. Al evolucionar,
toda partícula trazará una curva en el espaciotiempo, esta curva es su línea-mundo. Los gráficos de funciones de movimiento que hacemos en
cursos elementales de Mecánica muestran la líneamundo de la partícula en el espacio-tiempo. En el
contexto de Relatividad es común que estos gráficos se exhiban con el eje t en la dirección vertical.
2.1 Relatividad especial
La Relatividad Especial (Einstein, 1905) mantiene la existencia de sistemas inerciales postulados
por Newton: aquellos en los que todo objeto libre de fuerzas se mueve en movimiento rectilíneo
uniforme, pero postula que hay una velocidad límite: la velocidad de la luz c (esto es, de las
ondas electromagnéticas en vacío). El espaciotiempo, llamado espacio-tiempo de Minkowski, es
R4 = {(t, x, y, z)}, con (x, y, z) coordenadas cartesianas en un sistema inercial. Se diferencia del
galileano en el hecho de que viene equipado con
una estructura adicional que llamamos métrica, y
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ds2M = −c2 dt2 + dx2 + dy 2 + dz 2 .
(5)
La ecuación (5) define el elemento de línea o
intervalo del espacio-tiempo de Minkowski. Notemos que ds2M no es el cuadrado de ninguna cantidad, el lado derecho de (5) puede resultar de cualquier signo, la notación ds2 obedece a razones
históricas. Si llamamos x0 = ct, x1 = x, x2 =
y, x3 = z, e introducimos la métrica de Minkowski
−1 0 0 0
0 1 0 0
M
gab
=
(6)
0 0 1 0 ,
0 0 0 1
podemos escribir (5) de la forma
ds2M = gab dxa dxb ,
(7)
donde hemos adoptado la convención de Einstein:
si un índice aparece repetido en una ecuación, se
sobrentiende que debe sumarse en todo su rango,
de manera que gab dxa dxb significa
3 X
3
X
gab dxa dxb .
a=0 b=0
Si xa (u) es la línea mundo de una partícula (u
es un parámetro arbitrario), tendremos que, para
M ẋa ẋb < 0, donde ẋa ≡
todo u, se cumple que gab
a
dx /du es el vector tangente a la línea mundo.
Para un haz de luz, en cambio, gab ẋa ẋb = 0. Esta
condición para vectores tangentes ẋa a un punto
P de coordenadas xa (u) define el cono de luz de
P , que denotaremos CP :
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Figura 2: El espacio-tiempo de Minkowski (suprimiendo
una dimensión espacial). Se muestra la línea mundo de
una partícula material y el cono de luz CP de uno de sus
puntos.
CP = {ẋa | − c2 ṫ2 + ẋ2 + ẏ 2 + ż 2 = 0} (8)
El cono de luz (8) contiene al semicono futuro:
p
(9)
CP+ = {ẋa | cṫ = ẋ2 + ẏ 2 + ż 2 }
y al semicono pasado
CP− = {ẋa | cṫ = −
p
ẋ2 + ẏ 2 + ż 2 }
(10)
esto es
Z
uf
r
c2
ui
dt 2
du
−
Si notamos la semejanza de esta expresión con la
de la longitud ℓ de una curva ⃗r(u) en el espacio:
Z uf q
dx 2
dz 2
dz 2
ℓ=
+ du
+ du
du
(12)
du
ui
La Figura 2 representa el espacio-tiempo de Minkowski (suprimiendo el eje Z) y el cono de luz del
evento P . La curva representa la línea-mundo de
una partícula material. La línea-mundo de cualquier partícula que pasa por el evento P , debe
ingresar por el semicono pasado y salir por el futuro, y una señal electromagnética emitida en P
se propagará por CP+ .
La métrica de Minkowski determina el tiempo
propio transcurrido para un observador cuya línea
mundo es (x0 (u), x1 (u), x2 (u), x3 (u)). El tiempo
propio medido por este observador entre los eventos correspondientes a u = ui y u = uf , esto es,
el que transcurre en un reloj forzado a moverse
por su línea mundo, está dado por
r
Z
b
a
1 uf
M dx dx du,
τ=
(11)
−gab
c ui
du du
1
τ=
c
Figura 3: El caso de los hermanos mellizos, las unidades
en el eje t son años y en el eje x años luz. La “longitud”
(tiempo propio) de la línea mundo azul (que corresponde
al hermano que permanece en x = 0) es 10 años, mientras
que la de su hermano, que se alejó 1 año luz y luego regresó
(en rojo), es 9.75 años.
dx 2
du
−
dy
du
2
−
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dz 2
du
.
no nos sorprenderá saber que, para dos líneasmundo que se cruzan primero en el evento P1 y
luego en P2 , el tiempo propio transcurrido entre
P1 y P2 será, en general, distinto: esto es completamente análogo al hecho de que, dadas dos
curvas en el espacio que se cruzan en los puntos
P1 y P2 , los segmentos de curvas entre estos dos
puntos tienen, en general, longitudes diferentes.
Esta es la llamada “paradoja” de los mellizos (que
no es en absoluto una paradoja): si uno de dos
hermanos mellizos permanece en el origen de un
sistema de coordenadas inercial, mientras el otro
se aleja en la dirección X y luego regresa, encontrarán que el tiempo transcurrido entre los dos
encuentros será distinto para cada uno de ellos,
siendo menor para el que se alejó.2 En la Figura
3 damos un ejemplo numérico concreto.
En el espacio-tiempo de Minkowski, podríamos usar coordenadas diferentes de (t, x, y, z).
2
La (aparente) paradoja se basa en la (aparente) simetría del problema que no es tal: sólo uno de los mellizos
describe un movimiento acelerado.
70
Agujeros negros
G. Dotti
Por ejemplo, si introducimos coordenadas esféricas x = r senθ cos ϕ, y = r senθ senϕ, z =
r cos θ, podremos comprobar, partiendo de dx =
dr senθ cos ϕ+dθ r cos θ senϕ−dϕ r senθ senϕ, etc,
que (5) resulta equivalente a
ds2M = −c2 dt2 + dr2 + r2 (dθ2 + sen2 θ dϕ2 ). (13)
Si ahora definimos v = ct + r, tendremos dv =
cdt + dr y
ds2M = −dv 2 +2dv dr+r2 (dθ2 + sen2 θ dϕ2 ). (14)
Algunas coordenadas pueden ser más adecuadas
que otras en el planteo de un problema concreto.
En coordenadas xa = (v, r, θ, ϕ), por ejemplo, la
métrica de Minkowski no es una matriz constante,
sino que depende de r y de θ. En efecto, si queremos escribir (14) como ds2M = gab dxa dxb resultará:
−1 1 0
0
1 0 0
0
M
gab
=
(15)
0 0 r2
0
0 0 0 r2 sen2 (θ)
Es interesante determinar cómo se ven los conos de luz en un diagrama (v, r). La condición
M ẋa ẋb = 0 en estas coordenadas:
gab
0 = −v̇ 2 + 2v̇ ṙ + r2 (θ̇2 + sen2 θϕ̇2 )
(16)
equivale a
−v̇ 2 + 2v̇ ṙ = −r2 (θ̇2 + sen2 θϕ̇2 )
(17)
Dado que el término de la derecha en esta ecuación es manifiestamente no positivo, la proyección
del cono sobre el plano (v, r) satisfará −v̇ 2 +2v̇ ṙ ≤
0, y los bordes de este conjunto (que corresponden a curvas radiales, esto es, con θ̇ = ϕ̇ = 0)
cumplirán la condición v̇(−v̇ + 2ṙ) = 0, esto es,
o bien v̇ = 0, o bien v̇ = 2ṙ (es fácil ver que el
semicono futuro corresponde al caso v̇ ≥ 0 y el
pasado a v̇ < 0). En la Figura 4 se muestra un
diagrama (v, r) de Minkowski.3 Hemos trazado
algunos rayos de luz (en negro los que satisfacen
v̇ = 0, que evolucionan hacia r = 0, y en azul
los que cumplen v̇ = 2ṙ, que evolucionan con v y
r creciendo). Los arcos celestes señalan algunos
semi conos de luz futuros.
Figura 4: Diagrama (v, r) del espacio-tiempo de Minkowski. Las curvas dibujadas (v = constante, en negro, y
v = 2r + constante en azul) corresponden a rayos de luz
radiales (θ̇ = 0 = φ̇). Éstos definen los semi conos de luz
futuros (trazados como un arco celeste).
2.2 Relatividad general
En Geometría se estudian objetos llamados variedades riemannianas cuya dimensión, esto es,
el número mínimo de coordenadas xa requeridas
para especificar sus puntos, es, en principio, arbitraria, y que están equipados con una métrica
gab (x). Los ejemplos más sencillos son las superficies en R3 , que tienen dimensión 2. En el caso
de una esfera de radio R, por ejemplo, podemos
especificar sus puntos usando las coordenadas angulares xa = (θ, ϕ) (colatitud y azimut). Estas
coordenadas sólo fallan en los polos θ = 0, π.4
La métrica de la esfera de radio R, expresada
en coordenadas (θ, ϕ), es diagonal, con entradas
g11 = R y g22 = R sen2 θ. Equivalentemente,
el elemento de línea es ds2 = gab (x)dxa dxb =
R2 dθ2 + R2 sen2 θdϕ2 .
En variedades riemannianas con métricas definidas positivas, como la esfera, la métrica se usa
para medir la longitud de curvas xa (u) a partir
de la fórmula
Z uf r
dxa dxb
ℓ=
gab
du.
(18)
du du
ui
que generaliza (12). En el caso de la esfera, por
3
Debe tenerse en cuenta que, al haberse suprimido las
coordenadas (θ, φ), el punto de coordenadas (vo , ro ) en
este diagrama representa en realidad una esfera de área
4πro2 .
Cadernos de Astronomia, vol. 4, n◦ 1, 67-77 (2023)
4
Cuando θ = 0 o θ = π, todos los valores de φ señalan
el mismo punto; esto es un ejemplo de lo que llamamos
singularidad de coordenadas.
71
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G. Dotti
ejemplo, aplicando (18) resulta
ℓ=
Z
uf
ui
s
R2
dθ
du
2
+
R2
sen2 (θ(u))
dϕ
du
2
du,
y en el caso de R3 , cuyo elemento de línea en coordenadas cartesianas es ds2 = dx2 + dy 2 + dz 2 ,
obtenemos (12). Aquellas curvas estacionarias,
esto es, las que ante variaciones de primer orden xa (u) + δxa (u) que mantengan los extremos
fijos (δxa (ui ) = δxa (uf ) = 0) cumplan la condición extremal δℓ = 0, se llaman geodésicas.5
Puede probarse que estas curvas son de longitud
mínima. Las geodésicas en la esfera, por ejemplo,
son aquellas curvas que se obtienen intersectando
la esfera con un plano que pasa por su centro.
Dado que minimizan distancia, estas son las curvas que conviene seguir en navegación aérea para
ahorrar tiempo y combustible.
La Relatividad General (RG) se formula
usando variedades riemannianas de dimensión 4
cuya métrica no es definida positiva, como en la
esfera, sino lorentziana. Esto significa que tiene
tres direcciones positivas o espaciales y una negativa o temporal.6 Un caso particular es el espacio
tiempo de Minkowski: aquí la variedad es R4 y
la métrica, en coordenadas xa = (ct, x, y, s), es
la dada en (6). La forma explícita de la métrica
depende de las coordenadas con que trabajemos.
En coordenadas xa = (v, r, θ, ϕ), por ejemplo, la
métrica de Minkowski asume la forma (15).
La revolución de la Relatividad General es
mayúscula: Einstein propone que el espaciotiempo es una variedad lorentziana de dimensión
4, y que su geometría (codificada en la métrica
gab ) está determinada por la distribución de materia y energía. Esta última está representada
por el tensor energía-momento, también una matriz 4 × 4, denotada Tab , que generaliza el tensor
de tensiones usado en mecánica de medios continuos. Este sofisticación es el costo que hay que
pagar para conjugar la gravitación con el postulado de velocidad máxima c. La condición de que
la velocidad de una partícula (medida en el encuentro con un observador) sea inferior a c, se
expresa en RG como en Relatividad Especial: la
5
Determinar la condición de geodésica es un problema
variacional que conduce a ecuaciones
de Euler-Lagrange
p
para la lagrangiana L(xa , ẋb ) = gab ẋa ẋb .
6
En algunos libros a las variedades con métrica no definidas positivas se las llama semi-riemannianas o también
seudo-riemannianas.
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línea mundo xa (u) de una partícula es una curva
en el espacio tiempo que debe satisfacer la condición gab (x(u))ẋa ẋb < 0, donde el punto significa
derivada respecto del parámetro u. A las curvas
xa (u) que satisfacen esta condición las llamamos
temporales. Las ondas electromagnéticas se propagan de manera tal que las líneas xa (u) ortogonales a los frentes de onda satisfacen7
gab (x(u))ẋa ẋb = 0.
(19)
A estas curvas las llamamos nulas. La condición
(19) define el cono de luz del punto P cuyas coordenadas son xa (u): si la línea mundo de una
partícula contiene a P , la partícula debe llegar a
P por dentro de su cono pasado, y emerger por
dentro del cono futuro. La noción de cono de luz
y esta última afirmación generalizan lo enunciado
para Relatividad Especial en el espacio-tiempo de
Minkowski, también los conceptos siguientes. La
métrica se usa para medir el tiempo propio de
una línea mundo temporal, τ está dado por la
M (la
ecuación (11) donde debe reemplazarse gab
métrica de Minkowski) por la métrica del espaciotiempo correspondiente. Aquellas curvas temporales extremales, esto es, las que ante pequeñas
variaciones (manteniendo los extremos fijos) satisfagan δτ = 0 corresponden a líneas-mundo de
partículas no aceleradas. En el caso de variedades lorentzianas las curvas temporales extremas
maximizan el tiempo propio τ . Recordemos que
para métricas definidas positivas las curvas extremales minimizan longitud. La diferencia entre
uno y otro caso es consecuencia del signo menos –
dentro de la raíz cuadrada– que distingue (18) de
(11). En cualquier caso, a las curvas extremales
se las llama geodésicas. En el caso del espaciotiempo de Minkowski y de las curvas dadas en la
Figura 3, la línea-mundo azul es geodésica, por
eso el tiempo propio entre los dos encuentros es
mayor que el que se mide a lo largo de la líneamundo roja, que no es geodésica.
Dado que la atracción gravitatoria es inevitable
(todo objeto está sujeto a ella), no existen partículas “sobre los que no actúa ninguna fuerza” (recordemos que estas partículas son necesarias para
testear que un observador sea inercial). En el mejor de los casos, tendremos partículas en caída libre, esto es, sujetas sólo a la gravitación. Einstein
7
Estrictamente, esto ocurre en la aproximación eikonal. Para soluciones exactas debemos mirar la función de
Green, y ésta tiene soporte en el cono de luz y también en
su interior.
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Agujeros negros
G. Dotti
postula que éstas se mueven siguiendo geodésicas
del espacio-tiempo, esto es líneas mundo que maximizan el tiempo propio (11) entre los eventos
inicial y final.
Las ecuaciones de Einstein tienen por incógnita
a la métrica gab (x) del espacio-tiempo y admiten
la siguiente escritura minimalista:
Gab =
8πG
Tab
c2
(20)
La matriz 4 × 4 de la izquierda, Gab , es el llamado tensor de Einstein. Se construye usando
gab (x) y sus dos primeras derivadas parciales respecto de las coordenadas (de una forma no-lineal
y complicada cuya fórmula omitiremos). El tensor energía-momento Tab es también una matriz
4 × 4 que depende de las coordenadas. El lado izquierdo de la ecuación es puramente geométrico:
las ecuaciones de Einstein permiten determinar la
geometría del espacio-tiempo (enteramente codificada en la métrica gab que se usa para construir
Gab ) a partir de la distribución de materia Tab .
La presencia de la constantes fundamentales G y
c en el lado derecho nos asegura que estamos tratando con una teoría de gravitación (por eso aparece la constante de Newton G), que además es
relativista (por eso aparece la velocidad de la luz
c). Si desplegáramos Gab y Tab en expresiones explícitas, veríamos que estas ecuaciones no-lineales
en derivadas de gab (x) son tan complejas que parece imposible obtener soluciones exactas. Sin
embargo, bajo suposiciones muy idealizadas de simetrías, pueden obtenerse soluciones exactas de
interés. La primera de ellas, de hecho, fue obtenida por Karl Schwarzschild pocos meses después
de presentar Einstein su teoría [7]. Schwarzschild
se propuso modelar el espacio tiempo asociado a
una estrella estática idealizada, en la que la distribución de materia tiene simetría esférica. Para
simplificar el problema, se restringió a estudiar
el exterior de la estrella, donde hay vacío y entonces Tab = 0. Su solución tiene un aspecto
relativamente simple: la métrica se ve como una
deformación de la de Minkowski. De las tres versiones dadas de la métrica de Minkowski (o equivalentemente, su elemento de línea, ver (5), (13)
y (14)), la que resulta más adecuada para comparar es (14). Expresada en coordenadas (v, r, θ, ϕ)
análogas a las usadas para Minkowski en (14), la
métrica de Schwarzschild es
ds2S = −f (r)dv 2 + 2dv dr
+ r2 (dθ2 + sen2 θ dϕ2 ),
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donde
rS
.
(22)
r
En esta ecuación rS es el llamado radio de
Schwarzschild, una constante con unidades de
longitud, proporcional a la masa M del objeto
central:
2GM
rS =
.
(23)
c2
La matriz métrica en estas coordenadas puede inferirse de (21):
−f (r) 1 0
0
1 0 0
0
M
(24)
gab
=
2
0 0 r
0
2
2
0 0 0 r sen (θ)
f (r) = 1 −
Es interesante compararla con la métrica de Minkowski en estas coordenadas, ecuación (15).
3 El agujero negro de Schwarzschild
¿Cuánto difiere la métrica de Schwarzschild
dada en (24) de la de Minkowski en (15)? La pregunta se reduce a cuánto difiere f = 1−rS /r de la
unidad. Claramente, si r ≫ rS tendremos f ≃ 1
y las métricas serán semejantes. Para estimar lo
que significa esta condición necesitamos calcular
el radio de Schwarzschild del objeto central. Este
radio, dado en (23), es minúsculo para objetos astronómicos usuales: para un objeto de la masa del
Sol, por ejemplo, tendremos rS ≃ 3 km, y para
la masa de la Tierra resulta rS ≃ 9 mm. Dado
que la métrica de Schwarzschild es la solución de
las ecuaciones de Einstein (20) estática, esféricamente simétrica y de vacío,8 podemos usarla para
modelar el sistema solar sólo fuera de la superficie
del Sol, tratando a los planetas como pequeñas
partículas –esto es, con una contribución irrelevante en Tab –. La expresión (24) de la métrica
será válida para r > rSol ≃ 7 × 105 km, rango
en el que 0.99999 < f (r) < 1. Si reemplazamos
r =distancia Tierra-Sol resulta f ≃ 0.999999999.
Podemos concluir entonces que la métrica del
espacio-tiempo en nuestros alrededores es muy similar a la de Minkowski.
Los efectos de mayor deformación geométrica
se advertirán en aquellas regiones donde r ≃ rS
pero, dado que esta métrica sólo es válida fuera
de la estrella central, sólo tiene sentido evaluarla
8
(21)
Puede probarse que es la única solución de vació esféricamente simétrica (teorema de Birkhoff).
73
Agujeros negros
Figura 5:
Diagrama (v, r) del espacio-tiempo de
Schwarzschild para rS = 2. Las curvas dibujadas corresponden a rayos de luz radiales (θ̇ = 0 = φ̇). Éstos definen
los semi conos de luz futuros (arcos celestes). En rojo se
muestra el horizonte de eventos (ver la explicación en el
texto).
en r ≃ rS si el radio de la estrella es inferior a rS ,
lo que requiere densidades extremas: imaginemos
al Sol comprimido a un radio menor de 3 km, o
a la Tierra comprimido a un radio de menos de
9 mm; o bien masas enormes. ¿Cuáles serían los
efectos más notables de la curvatura del espaciotiempo en el caso de objetos cuyo radio no excede
el de Schwarzschild?
Para responder esta pregunta, analizaremos los
conos de luz del espacio-tiempo de Schwarzschild.
Para esto, procederemos como hicimos con Minkowski en el desarrollo que comprende a las ecuaciones (15)-(17), pero usando la métrica (24).
El resultado es que el borde del cono de luz en
un punto del plano (v, r) está dado por vectores
(v̇, ṙ) que satisfagan v̇(−f (r)v̇+2ṙ) = 0, esto es, o
bien v̇ = 0, o bien f (r)v̇ = 2ṙ. En la Figura 5 damos una representación (v, r) del espacio-tiempo
de Schwarzschild. Las unidades fueron elegidas
de manera que rS = 2. Las líneas-mundo que
satisfacen v̇ = 0 están dadas en negro y las que
satisfacen f (r)v̇ = 2ṙ están dadas en azul, excepto la vertical en rojo, que pasa por los puntos
donde f (r) = 0. Todas estas líneas corresponden
a rayos de luz radiales, esto es, con θ̇ = 0 = ϕ̇. Al
evolucionar en el tiempo, los rayos de luz horizonCadernos de Astronomia, vol. 4, n◦ 1, 67-77 (2023)
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tales (en negro) se desarrollan hacia la izquierda
(r disminuye), mientras que los azules y el rojo
lo hacen hacia arriba (v aumenta). Las direcciones tangentes a estas líneas en sus intersección
determinan los conos de luz. Algunos de los semiconos de luz futuros se señalan en la figura con
un arco celeste. Los semiconos de luz pasados –no
indicados– son los opuestos por el vértice. Recordemos que toda línea mundo temporal (esto es,
de una partícula con masa) que pase por un punto
dado, lo hace ingresando por el semicono pasado
y emergiendo por semicono el futuro. Una inspección de la figura nos dice entonces que estas
líneas-mundo sólo podrían satisfacer ṙ > 0, esto
es, dirigirse hacia regiones de mayor r, si están
fuera del horizonte r = rS (r = 2 en el ejemplo de la figura) –esto, ciertamente no ocurre en
el espacio-tiempo de Minkowski, como se advierte tras una simple inspección a la Figura 4–. Si
una línea-mundo entra en la región r < rS (que
llamamos agujero negro), dada la configuración
de los semiconos futuros, tendrá desde ese momento en adelante ṙ < 0 y no podrá regresar a
la zona r > rS (que llamamos dominio exterior ).
Toda línea mundo temporal (partículas con masa)
o nula (señales luminosas) dentro del agujero negro, acabará en r = 0.9 Desde el agujero negro
es imposible enviar señales luminosas o partículas
hacia el dominio exterior. El horizonte funciona
como una membrana que sólo permite el paso en
la dirección ṙ < 0.
La solución de Schwarzschild, como hemos dicho, modela el vacío exterior de un objeto central de masa M . ¿Cómo podemos construir un
agujero negro más realista, cubriendo también la
materia de la estrella que le da origen? Supongamos una estrella no rotante, de manera que la
métrica del espacio-tiempo pueda tener simetría
esférica.10 Supongamos que la estrella colapsa
-esféricamente- de manera tal que su superficie
se comprime a un radio menor que el radio de
Schwarzschild correspondiente a su masa. Durante el colapso, los puntos de la superficie describen una línea-mundo temporal (con θ̇ = 0 = ϕ̇)
que podemos representar en el plano (v, r). La
9
r = 0 corresponde a una divergencia en la curvatura
del espacio-tiempo. Esta divergencia indica un borde del
espacio-tiempo de Schwarzschild: el espacio-tiempo se restringe a la región r > 0, v arbitrario.
10
Si la estrella rota, el eje de rotación señala una dirección privilegiada y la métrica no podría tener simetría
esférica.
74
Agujeros negros
métrica del espacio-tiempo coincide con la de
Schwarzschild para puntos fuera de esa línea (que
es la región de vacío), de manera que podemos
aprovechar parte del diagrama dado en la Figura
5, y reemplazar la porción correspondiente al interior de la estrella por lo que arroje la solución
dinámica y esféricamente simétrica de las ecuaciones de Einstein (20) con Tab ̸= 0 representando la
materia de la estrella. El resultado es el diagrama
de la Figura 6. Dado que obtener la métrica en el
interior de la estrella (región gris en la figura) es
un problema complejo que podemos, a los efectos
de este análisis, omitir, nos limitamos a utilizar la
información de la que ya disponemos: el exterior
de la estrella está modelado por la métrica de
Schwarzschild, de manera que las líneas-mundo
de los rayos de luz, y los semiconos futuros son
aquéllos de la Figura 5. La región indicada AN
es el agujero negro: es una zona de no-escape,
desde allí es imposible ir al dominio exterior DE.
El horizonte (en rojo) actúa como una membrana
unidireccional, como hemos dicho. La forma en
que los rayos de luz dibujados y el horizonte se
continúan dentro de la estrella es algo que dependerá de la métrica dentro de la estrella y, por lo
tanto, de cómo sea su contenido de materia Tab .
La primera solución completa de las ecuaciones
de Einstein (esto es, incluyendo la métrica en el
interior de la estrella) que se ajusta a la figura
6. fue obtenida por Oppenheimer y Snyder en
1939 [8].
Hacemos, finalmente, una observación: fuera
de la estrella, la región de no-escape está definida
por el radio de Schwarzschild: ninguna partícula,
tampoco ninguna señal luminosa, podrá alejarse
de la estrella si el radio de la estrella es R < rS .
Notemos (ver (23)) que esta es exactamente la
condición (3) obtenida por John Michell para sus
“estrellas oscuras” basándose en un modelo que
de ninguna manera involucra la sofisticación de
la Relatividad General. “Subtle is the Lord, but
malicious he is not”, dijo Einstein en una visita a
Princeton en 1921.
4 Desde Schwarzschild hasta hoy
Interpretar una solución de las ecuaciones de
Einstein es a veces un problema de una dificultad
comparable a la obtener la solución. El caso de
la solución de Schwarzschild es un buen ejemplo:
Schwarzschild no obtuvo su solución en la forma
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G. Dotti
Figura 6: Diagrama (v, r) del espacio-tiempo de un colapso esférico que conduce a la formación de un agujero
negro. La superficie de la estrella que colapsa está representada por la línea-mundo negra gruesa. En el interior de
la estrella (en gris) la métrica no es la de Schwarzschild.
Se indican el agujero negro (AN) y el dominio exterior
(DE). La línea en forma de serrucho (r = 0 dentro del
agujero negro) indica una divergencia de la curvatura, es
un borde del espacio-tiempo.
(21) (24), sino que trabajó con un conjunto de
coordenadas que resultaban singulares en el horizonte (del mismo modo que las coordenadas (θ, ϕ)
de una esfera son singulares en los polos de la esfera). La solución que obtuvo Schwarzschild podía usarse para r > rS 11 y entonces velaba la característica más notable de esta métrica: la existencia de un horizonte que separa un agujero negro del dominio exterior. De todos modos, dado
que rS resultaba tan pequeño para el problema de
interés más urgente (modelar la métrica del sistema solar fuera del sol, despreciando la masa de
los planetas y tratándolos como partículas de prueba, esto es, sin incidencia en Tab ), la solución de
Schwarzschild, tal como él la obtuvo, fue extremadamente importante para comprobar que, tanto
las mediciones de la precesión del perihelio de
Mercurio, como las del efecto en la propagación
de la luz causado por la curvatura del espaciotiempo provocada por Sol, coincidieran con las
predicciones de la teoría. Estas fueron, de hecho,
las primeras comprobaciones experimentales de la
RG [9]. La métrica en la forma dada en este artículo fue obtenida de manera independiente por
Eddington en 1924 [10] y Finkelstein en 1958 [11].
11
Estrictamente, también para 0 < r < rS , pero no para
un abierto que contuviera a la hipersuperficie r = rS .
75
Agujeros negros
La interpretación del horizonte en r = rS como
una membrana que permite el paso de partículas
y señales electromagnéticas sólo en una dirección
fue tardía. Einstein, por su parte, no creía en
la posibilidad de que los agujeros negros existieran realmente [9]. Por otra parte, las estrellas
rotan, y nuestra intuición newtoniana nos indica
que rotarán con mayor velocidad angular a medida que se contraigan, de manera que un agujero negro realista, resultante del colapso de una
estrella, debería rotar. La solución correspondiente a un agujero negro rotante fue encontrada
por Roy Kerr recién en 1963 [12]. El análisis de
su geometría es fascinante, pero su dificultad excede las posibilidades de este artículo introductorio. Sí es interesante remarcar su unicidad: la
solución de Kerr es la única solución estacionaria
de agujero negro rotante. Todo colapso estelar,
toda coalescencia de agujeros negros se estabiliza, eventualmente, en un agujero negro de Kerr,
y esta métrica sólo depende de dos parámetros,
la masa M y el momento angular J del agujero
negro. Dicho de otro modo, si sucesos dinámicos -de cualquier clase- dan origen a la formación
de un agujero negro, la parte “superior” (tiempos
futuros) del diagrama de espacio-tiempo estará
modelada por la métrica de Kerr.
La década del ‘60 (y principios de la del ‘70)
se conoce como la edad dorada de la investigación
teórica de agujeros negros. Destacan las contribuciones de Roger Penrose, quien prueba que dentro
del horizonte de eventos se oculta una singularidad, y que es posible extraer enormes cantidades
de energía de agujeros negros rotantes a costa de
disminuir su momento angular, y las aplicaciones
de teoría cuántica de campos de Stephen Hawking, con las que probó que los agujeros negros
irradian con un espectro de cuerpo negro [9].
La última década, por su parte, puede considerarse como la edad dorada de la Relatividad experimental: el 14 de septiembre de 2015 se detectó
la primera onda gravitacional: una alteración de
la geometría del espacio-tiempo en nuestras inmediaciones causada por la coalescencia de dos agujeros negros de aproximadamente 36 y 29 masas
solares [13]. Llegar a este resultado demandó un
enorme esfuerzo: el proyecto de detector de ondas gravitacionales LIGO (concebido en los ‘60)
fue finalmente aprobado para su construcción en
1990, y el detector con la sensibilidad adecuada
(advanced LIGO) entró en funciones poco antes
Cadernos de Astronomia, vol. 4, n◦ 1, 67-77 (2023)
G. Dotti
de la detección de este primer evento. El modelado computacional de la coalescencia de dos
agujeros negros (y la formación de un único agujero negro final), para cotejar con las señales detectadas en LIGO, supuso un desafío (llamado
The binary black hole Grand Challenge Project)
que involucró a decenas de investigadores durante
casi una década. Otro notable éxito experimental
de los últimos años fue la obtención de las primeras “imágenes” de un agujero negro [14]: señales
de radio del gas que circunda al agujero negro
súper masivo M87, alteradas por la presencia del
agujero negro central. Esto requirió la sincronización de un arreglo de radiotelescopios en distintos
lugares del planeta, con un consecuente notable
aumento de la capacidad de resolución.
Una vez más, hemos usado la vieja idea de John
Michell: la posibilidad de detectar estrellas oscuras por la existencia de objetos visibles que las
orbiten.
Agradecimentos
Agradezco a Alan Velásquez-Toribio y a Júlio
Fabris por su invitación a contribuir a este volumen de los Cadernos de Astronomia.
Sobre o autor
Gustavo Dotti (
[email protected]) es
profesor de física en la Universidad Nacional de
Córdoba (UNC) e investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Argentina. Es especialista en el área de la gravitación, habiéndose
dedicado a temas como estabilidad de agujeros
negros, singularidades desnudas y teorías gauge.
Referências
[1] J. Michell, VII. On the means of discovering the distance, magnitude, &c. of the fixed
stars, in consequence of the diminution of the
velocity of their light, in case such a diminution should be found to take place in any of
them, and such other data should be procured
from observations, as would be farther necessary for that purpose. By the Rev. John Michell, B.D. F.R.S. In a letter to Henry Cavendish, Esq. F.R.S. and A.S, Philosophical
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Agujeros negros
G. Dotti
Transactions of the Royal Society of London
74, 35 (1784).
Königlich Preussischen Akademie der
Wissenschaften 189–196 (1916).
[2] November 27, 1783: John Michell anticipates black holes, American Physical
Society News, vol. 18(10), sección This
month in hystory (2009), disponible en
https://www.aps.org/publications/
apsnews/200911/physicshistory.cfm,
acesso en feb. 2023.
[8] J. R. Oppenheimer e H. Snyder, On continued gravitational contraction, Physical Review 56(5), 455 (1939).
[3] C. Montgomery, W. Orchiston e I. Whittingham, Michell, Laplace and the origin of
the black hole concept, Journal of Astronomical History and Heritage 12(02), 90 (2009).
[4] J. Bradley, IV. A letter from the Reverend
Mr. James Bradley Savilian Professor of Astronomy at Oxford, and F. R. S. to Dr.
Edmond Halley Astronom. Reg. &c. giving
an account of a new discovered motion of
the fix’d stars, Philosophical Transactions
of the Royal Society of London 35(406),
637 (1728).
[5] F. Eisenhauer et al., SINFONI in the galactic center: Young stars and infrared flares
in the central light-month, The Astrophysical Journal 628(1), 246 (2005).
[6] Ver El Sitio De and Eso: https://www.eso.
org/public/videos/eso0226a/.
[7] K. Schwarzschild, Über das Gravitationsfeld eines Massenpunktes nach der Einsteinschen Theorie, Sitzungsberichte der
Cadernos de Astronomia, vol. 4, n◦ 1, 67-77 (2023)
[9] K. Thorne, Black Holes and Time Warps:
Einstein’s Outrageous Legacy (Commonwealth Fund Book Program, 1995).
[10] A. S. Eddington, A comparison of whitehead’s and einstein’s formulæ, Nature
113(2832), 192 (1924).
[11] D. Finkelstein, Past-future asymmetry of the
gravitational field of a point particle, Physical Review 110(4), 965 (1958).
[12] R. P. Kerr, Gravitational field of a spinning mass as an example of algebraically special metrics, Physical Review Letters 11(5),
237 (1963).
[13] B. P. Abbott et al., Observation of gravitational waves from a binary black hole
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061102 (2016).
[14] S. Doelman, The Astrophysical Journal
Letters
(2019), disponible en https:
//iopscience.iop.org/journal/20418205/page/Focus_on_EHT, acesso en feb.
2023.
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