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domingo, 5 de septiembre de 2021

 

Zarpando con viento fresco.


Siento que  mi vida está  raída,

como una sábana vieja, tras mucho uso,

pero donde aún existen instantes sin estrenar.

Cuando pienso en los días perdidos,

nublados,  sin puestas de sol,

una nueva rotura crea su eco en mi mente;

lo mismo sucede con el instante

de charlas y risas, de café 

degustado junto a un pedazo de historia

que se construye por instantes,

como un puzle a medio hacer.

Soy un espantapájaros de viejas ropas, 

mugrientas,  que danzan al son del viento.


Siento que mi vida está  raída,

rompiéndose en los pedazos no vividos,

las esperas de lo que no tuvo intención de ser,

los instantes de amor no correspondidos,

 —pero donde brotó el más fuerte, el amor propio—,

los miedos que ya no tienen su razón de ser,

los sueños que nunca llegaron a ser metas

y esas metas, moribundas,  que necesitan 

el carburante del ahora para poder “ser”.


Sigo viviendo un hoy de viejos retales,

donde con la aguja de la constancia

remiendo las velas de mi barca

que ya zarpa en busca de un mañana

a la medida de las sendas transitadas,

donde plantar un sueño cuyo fruto

será la meta que siempre postergué.

 

© Inma Flores.

Imágenes de autor desconocido, sacadas de internet.

viernes, 20 de septiembre de 2019

El poder de los silencios

(Imagen tomada de internet. Autor desconocido)


Sí, tienen el poder de abatir el alma,
romper un corazón en mil pedazos,
llenar el día de la noche más oscura,
hacer añicos el sueño más hermoso,
fustigar una espalda, cansada del peso,
crear un abismo entre dos bocas,
ensordecer  el canto de las aves en primavera,
caer como la lluvia de verano en plena playa,
convertir  la sonrisa en campo de otoño,
helar tus ilusiones como tímpano invernal,
pues nunca nos unieron los silencios  
y eran realmente las miradas.
Tus silencios sepulcran mi alegría,
entristecen los ahora,
teniendo ya el mañana su fecha de caducidad.
Sigue siendo el dueño de tus silencios,
que yo sembraré mi confianza en otros prados.

Inma Flores ©

jueves, 19 de septiembre de 2019

Nosotros


 (Imagen tomada de internet, autor desconocido)


A veces las tristezas se apoderan
del alma ilusionada.
Deseas volar, pones el empeño,
las fuerzas,  y te asomas al abismo.
Incluso,  lo que más deseas
se aleja, paso a paso, mientras respiras miedos
y descubres que tus  alas están mojadas.
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

Hoy, noche de humedad, salitre y penas,
cansada de remar a la deriva,
veo cómo  ya tu barca va sin velas,
recordando otro mares
mientras sueñas los viejos puertos.
En la ciénaga se ahogan mis tristezas.
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

No soy la esposa que sumisa
aguarda cariñosa entre brillos de corales,
no soy la que calla y otorga,
no soy la que aguanta y se oprime,
no soy, no…
Ni tú el ser generoso que su tiempo me obsequia,
intentado encontrar el sentido a mi mundo,
compartiendo su instante…
Agua y aceite somos,
tú no apagas mi sed
yo no te sacio.

El orgullo nos puede, asesina los sueños,
y sin sueños no somos nada, ni hoy, ni mañana…
Sigue tu senda, pues un día el deseo de amar
nos nubló la cordura.
Ninguno ha de pagar el precio
de dejar de ser
agua o aceite;
tú no apagas mi sed,
yo no te sacio.


Inma Flores ©

lunes, 9 de septiembre de 2019

El dolor de Frida




Imagen de Antonio Cerpa, de la exposición  exposición "RetrAtados", junto a Felipe Juan, en la ciudad de Arucas, Gran Canaria, durante el mes de agosto de 2019



Me entenderás cuando te duela
como a mí me duele,
pues no hay peor dolor que un alma rota,
la espera de un amor que nunca llega,
 y el ser compartida: una derrota.

Me entenderás cuando te duela
como a mí me duelen
vacíos matutinos en la almohada,
pensarte, detenido, en otras bocas,
dudar si ya surgió la encrucijada.

Me entenderás cuando te duela
como a mí me duelen
los  huesos de cristal y las costuras
ancladas al colchón donde no llegas.
Ya  se ausentan de ti viejas ternuras.

Me entenderás cuando te duela
como a mí me duelen
los ácidos colores de tu boca
con palabras hirientes en mi espalda.
Mis pinceles son luz, dolor revoca.

Inma Flores © 2018




miércoles, 28 de agosto de 2019

Lo sé




Yo sé que no me olvidas
que sueñas con mis besos cada noche
con mis manos tejiendo auroras
en las miles de estrellas de tu espalda.

Mientras, cierras tus párpados,
inspiras vida buscando mi aliento
 junto a tu boca; labios prietos
hambrientos de tu fuerza y tu poder.

Tú me sueñas, lo sé,
no pierdes la esperanza del mañana,
de un instante perpetuo que nos una,
de tus dedos y los míos entrelazados
con rumbo a ese otro cielo
que sólo de tu mano he de llegar.  

Inma Flores ©