Reseña: Sangre azul (Vampire Academy #2), de Richelle Mead

Frostbite, de Richelle Mead.

Vampire Academy #2

Editorial: Alfaguara | Número de páginas: 335

Precio: 5.95€ 

Rose Hathaway tiene un serio problema. Su guapísimo tutor Dimitri se está fijando en otra, su amigo Mason está colado por ella y el vínculo telepático que tiene con su mejor amiga… la vuelve loca cuando ésta se enrolla con su novio.

Entonces un gran ataque strigoi pone a la Academia en alerta y deciden poner a salvo a los alumnos en la elegante estación de Idaho. Pero la impresión de seguridad es falsa. Esta vez, Rose - y su corazón - correrá un peligro mayor de lo que imaginaba.

- Puede contener spoilers de su primera parte -

Vampire Academy fue una lectura bastante buena, entretenida y que me gustó mucho. Pero no fue más allá. No me pareció el libro del año ni se coló entre mis favoritos del 2013, año en el que lo leí. Después de buscar y rebuscar por esta segunda parte, por fin pude hacerme con ella, y en mi opinión, supera con creces a la primera parte de la saga. 

Sangre Azul retoma la historia en la que nos quedamos al terminar Vampire Academy. Lissa y Christian están mejor que nunca, Mason sigue con el tira y afloja con Rose, y Dimitri, bueno, sigue siendo igual de misterioso que siempre. Rose se tiene que presentar a un examen para evaluar su condición futura como guardiana, pero sucede algo que cambia totalmente sus planes: un ataque de strigois.

Esta segunda parte está cargada de acción, de intriga, de suspense, de no saber qué va a pasar y de no poder despegar la vista del libro. Si bien la primera parte se desarrolla mayoritariamente en la Academa St. Vladimir, en este libro la acción está centrada fuera de ella, donde la seguridad es bastante más inferior y tienen que andar con mil ojos para no cruzarse con un strigoi. 

Rose es el mejor personaje femenino del que he leído nunca. Es fuerte, valiente, tiene las cosas claras y evoluciona de una manera espectacular. Tiene unos momentos espectaculares. Tiene sus más y sus menos, pero hay que tener en cuenta que es una adolescente, pero aún así, sus emociones están muy equilibradas. Sabe como reaccionar en cualquier momento y no exagera las cosas; hace lo que siente y aunque a veces le pierden las formas, estoy totalmente enamorada de su personalidad.

Su relación con Dimitri está estancada por las razones que ambos intentan creer que no les dejan estar juntos: aparte de la edad, el hecho de que ambos serán guardianes de Lissa. Y entrará en escena un personaje que despierta en Rose sentimientos encontrados: Tasha Ozzera, la tía de Christian. Mia también hace acto de presencia en la historia, y conoceremos a Adrian, un personaje un tanto extraño al que no sé si he acabado de entender. También en esta parte destaca mucho la relación de Rose con Lissa. Desde que está con Christian se siente desplazada por su mejor amiga y la echa mucho de menos. El vínculo entre ambas no cambia, pero quiera o no Rose, su relación ha cambiado. 

Dimitri. Ay, Dimitri. Es tan misterioso y tan intrigante que no puedo dejar de querer saber de él y de adorarle. Me encanta su forma de ser; es un personaje fuerte que intenta mantener para él sus emociones y no perder el control. Si en la primera parte me encantó, en esta me ha enamorado.

Y ese final. Aún no me he recuperado, sigo por los suelos.

En definitiva, Sangre Azul es la segunda parte de una saga que aunque no empezó (en mi opinión) con buen pie, ha conseguido engancharme por completo a su historia. Necesito más.