Papers by Miguel Angel García Hernández
Locus Amoenus, 2016
Entre 1793 y 1794, durante el llamado «Gran Terror», los retratos de los «mártires revolucionario... more Entre 1793 y 1794, durante el llamado «Gran Terror», los retratos de los «mártires revolucionarios» de Jacques-Louis David han desarticulado las bases de la pintura de historia, eliminando la narración y el espacio de la perspectiva tal y como habían sido concebidos desde el Renacimiento. Este artículo indaga en este proceso a través del entramado político, social y religioso que se puso en marcha durante la República jacobina.
Boletin De La Institucion Libre De Ensenanza, 2003
... El artista es una puerta. Autores: Miguel Angel García Hernández; Localización: Parartistas: ... more ... El artista es una puerta. Autores: Miguel Angel García Hernández; Localización: Parartistas: una aproximación a la creación parartística en La Rioja, 2009, ISBN 978-84-89583-46-7 , págs. 37-48. Fundación Dialnet. Acceso de usuarios registrados. ...
Curso de Verano (UNED), Complejo Cultural El Águila (Madrid): 26-28 de junio de 2017.
Dirección: ... more Curso de Verano (UNED), Complejo Cultural El Águila (Madrid): 26-28 de junio de 2017.
Dirección: Miguel Ángel García Hernández
Coordinación: Constanza Nieto Yusta
Entre 1793 y 1794, durante el llamado «Gran Terror», los retratos de los «mártires revolucionario... more Entre 1793 y 1794, durante el llamado «Gran Terror», los retratos de los «mártires revolucionarios» de Jacques-Louis David han desarticulado las bases de la pintura de historia, eliminando la narración y el espacio de la perspectiva tal y como habían sido concebidos desde el Renacimiento. Este artículo indaga en este proceso a través del entramado político, social y religioso que se puso en marcha durante la República jacobina.
Decía Gauguin, a la desesperada, que "un kilo de verde es más verde que medio kilo". Esa asociaci... more Decía Gauguin, a la desesperada, que "un kilo de verde es más verde que medio kilo". Esa asociación entre intensidad y peso le parecía la última posibilidad de experimentar la presencia del color. Su presencia, verdaderamente, pues no fue lo bastante arrojado para abrir las puertas de su existencia, como Cézanne. "El color está vivo, es lo único que vuelve vivas las cosas", le dice a Gasquet frente a la montaña SainteVictoire. Vivas, las cosas se van: pesan y flotan a la vez. ¿Quién podría pesar a una paseante al vuelo? "Todo lo que vemos, se dispersa, se va", le sigue diciendo. El conflicto de Gauguin se ha resuelto en manos de Cézanne en otro sobre intensidad y aire. Si la pintura de Cézanne se desmorona continuamente y eso es lo que nos atrae de ella no es por ningún acierto o imposibilidad con la forma, como dijeron las vanguardias, sino por esa inestable vivacidad del color que busca sin cesar au plein air, entre los pinos húmedos y calientes. Cézanne ha abierto su cuerpo a la pintura de Tiziano: el color, piel de Marsias siempre, no es representación ni presencia de MARTES, 1 de mayo de 2007 ARCHIVO EDICIÓN IMPRESA
@ de las reproducciones autorizadas: VEGAP, Madrid 1997 ARIE Y PARTE es una publicación de sditlo... more @ de las reproducciones autorizadas: VEGAP, Madrid 1997 ARIE Y PARTE es una publicación de sditlones del limún Publicidad y suscripciones : Calle del limón,22 -2e C.28015 Madrid Tel: 91-542 l0 58 Fax: 9l-541 6l 83 e-mai I : artcypar@ rntti l.sotltlatlct.cs ISSN: lli(r.r.(XX¡ l)lI' l'{i,\l I M l0l{\ l')r)fi IA SOIEDAD DEI ARTT ESPA]IO] ElenaVozmediano JUAII HIDAIGO: "El ortistq es (ono un niño pobre" José María Parreño tllROSlAW BAIKA: "lu ideo de los obrqs es pregunldr qué hqy en la o¡¡uridod"
Book Reviews by Miguel Angel García Hernández
Goya. Revista de Arte, 2014, nº 346, pp. 89-92
Books by Miguel Angel García Hernández
Ahora, sin embargo, Goethe ha cerrado los ojos para que el ojo se posea a sí m¡smo. Y es que el p... more Ahora, sin embargo, Goethe ha cerrado los ojos para que el ojo se posea a sí m¡smo. Y es que el parpadeo, como elvisfazo, son las nuevas armas del art¡sta moderno, que ha comenzado no sólo por ut¡lizar nuevos aparatos de visión, s¡no, ante lodo, nuevos modos de uso de sus órgános sensoriales. En elagujero de sentido que abren los párpados de Goethe, Laocoonte enmudece: nada d¡ce ya de su v¡eja historia, Se presenta desnudo de narrac¡ón, s¡n pasado, Tan sólo, ahora, un <relámpago ¡nmovil¡zado>, una <ola petrificada en el momento en que afluye a la orilla>. Lo vis¡ble llega a Goethe como pura energía, nafuraleza sin relato, rílm¡ca presencia que se presenta porque se repite: relámpago, ola. <Relámpago ¡nmovil¡zado>... ¿Se podria decir mejor lo que nunca se ha dicho, lo que fodavía Lessing ¡ntenta desesperadamente no decir en su ¿aocoorfe?Y lo que no se ha dicho siempre es lo mismo: lo que el ojo ve, que es aqlello que el lenguaje, desde el Renac¡m¡ento, no puede nombrar, el auténtico ¡r¡nomb¡able que Becketi ha recreado en muchas de sus obras y que ha l¡jado magníf¡camente en F¡7m. Recordemos cómo se inicia El¡nnonbrablei (¿Dónde ahora? ¿Cuándo ahora? ¿Quién ahora? Sin preguntármelo. Decir yo. S¡n pensarlo). Y en efecto: ésa es, justamente, la descripción más prec¡sa de cómo func¡ona el ojo del Renacimiento: un ojo que dice <yo>, sujeto, punto de vista, para así poder dejar de pensar a su vez el dónde, el cuándo y el quién del ojo: su ahora, como rítm¡camente d¡ce
Ahora, sin embargo, Goethe ha cerrado los ojos para que el ojo se posea a sí m¡smo. Y es que el p... more Ahora, sin embargo, Goethe ha cerrado los ojos para que el ojo se posea a sí m¡smo. Y es que el parpadeo, como elvisfazo, son las nuevas armas del art¡sta moderno, que ha comenzado no sólo por ut¡lizar nuevos aparatos de visión, s¡no, ante lodo, nuevos modos de uso de sus órgános sensoriales. En elagujero de sentido que abren los párpados de Goethe, Laocoonte enmudece: nada d¡ce ya de su v¡eja historia, Se presenta desnudo de narrac¡ón, s¡n pasado, Tan sólo, ahora, un <relámpago ¡nmovil¡zado>, una <ola petrificada en el momento en que afluye a la orilla>. Lo vis¡ble llega a Goethe como pura energía, nafuraleza sin relato, rílm¡ca presencia que se presenta porque se repite: relámpago, ola. <Relámpago ¡nmovil¡zado>... ¿Se podria decir mejor lo que nunca se ha dicho, lo que fodavía Lessing ¡ntenta desesperadamente no decir en su ¿aocoorfe?Y lo que no se ha dicho siempre es lo mismo: lo que el ojo ve, que es aqlello que el lenguaje, desde el Renac¡m¡ento, no puede nombrar, el auténtico ¡r¡nomb¡able que Becketi ha recreado en muchas de sus obras y que ha l¡jado magníf¡camente en F¡7m. Recordemos cómo se inicia El¡nnonbrablei (¿Dónde ahora? ¿Cuándo ahora? ¿Quién ahora? Sin preguntármelo. Decir yo. S¡n pensarlo). Y en efecto: ésa es, justamente, la descripción más prec¡sa de cómo func¡ona el ojo del Renacimiento: un ojo que dice <yo>, sujeto, punto de vista, para así poder dejar de pensar a su vez el dónde, el cuándo y el quién del ojo: su ahora, como rítm¡camente d¡ce
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