Hoy al abrir el ordenador me he encontrado con una página que me preguntaba si quería saber quién había sido en una vida anterior. Mi curiosidad ha sido más grande que la prudencia. He comprobado que no me pedían demasiados datos o datos comprometidos, tan sólo el nombre y fecha de nacimiento. Lo he intentado en varias páginas, para ser más concreta en 3; en la primera me decía que había sido una mujer de la Edad Media que había vivido en lo que más o menos corresponde con la actual Bélgica, pero las otras dos han sido más contundentes: era un hombre del Renacimiento que vivía en Italia e incluso llegaban a decir a qué me dedicaba. Lógicamente no me ha hecho mucha ilusión. Sin embargo, el creerme una mujer de la edad media ha hecho volar mi imaginación, cosa que por otro lado no resulta difícil.
¿os habéis preguntado alguna vez qué es eso de la reencarnación o si de verdad existe? Mucho se ha hablado de vidas pasadas, incluso hay religiones que se sustentan en ello. Pero, ¿es realidad o ficción? ¿tendrá algo que ver el “deja vù” con este fenómeno? Porque no digáis que en determinados momentos de vuestra vida no habéis tenido alguna situación que os parece estar viviéndola por segunda vez. A mi sinceramente me desconcierta.
¿Y los sueños? ¿son quizás retazos de nuestras vivencias? ¿o son simplemente una jugada de nuestra imaginación?
Demasiadas preguntas sin respuesta. Pero que en el fondo no me importa, ya que mi imaginación va por libre. No da cuentas a nada ni a nadie, ni siquiera a mi. Es más, en ocasiones soy yo la que la obliga a soñar. Aunque eso de “obligar” es relativo porque como he dicho mi imaginación es ama y señora de sí misma. Yo quizás puedo darle un resumen, pero es ella la que escribe la historia. ¿o quizás la “reescribe”? es posible que mis sueños imaginados sean fruto de mis recuerdos de una vida anterior. Tal vez…..o tal vez es lo que yo quiero creer. ¡qué más da! Me gusta soñar: lo que sueño y con quien sueño…..”ante mi se extiende otra vez la inmensa pradera que verdea junto a la flor del cardo. La brisa fresca azota mis cabellos sueltos. Voy a lomos de un hermoso caballo negro. Allá a lo lejos distingo la silueta de un castillo que se levanta sobre una colina. Parece querer saludar al mar. En su interior sé que me esperas, aunque siquiera tú lo sabes. A medida que me acerco mi presencia te es más notable. Decides salir a mi encuentro sin saber realmente qué o a quién buscar. De repente levantas la vista y allí me ves. No sabes muy bien cómo reaccionar. ¿seré una aparición? ¿una ilusión? Tu cuerpo reacciona y avanzas hacia mi. Yo tiemblo al verte. Tanto tiempo esperando este momento. Sonrío, aunque con cierto temor. Una punzada de dolor me atraviesa al ver que no me reconoces. Pero tranquilo, ya estoy aquí, ya estoy en casa. Y sea en esta vida o en las venideras haré que me recuerdes”