En todo momento
Estás a mi lado,
como siempre has estado;
aunque tu cuerpo estuviese a miles de kilómetros
siempre estás a mi lado.
Tu cabeza descansando sobre mi pecho,
y tu pelo enredado entre mis dedos.
Con los ojos entornados,
te miro y te miro, y no dejo de mirarte.
¡ Que traicioneros estos ojos míos, tan posesivos
como enamorados !
Alguien me dijo haberte visto
en no sé qué sitio,
pero yo te sigo viendo a mi lado;
trepando por mi cuello,
saciando la sed de nuestros labios.
Apretados,
sellados nuestros vientres;
nos encontramos en la carne.
Y las paredes escuchan
las palabras que no hablamos.
©Toni Aznar
Derechos Reservados
Agosto del 2015
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