Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
Jorge Y Gonzales Lara, llego a Estados Unidos en la década de los 90, (1989) como turista, a la gran Manzana New York, y fue fascinado por su gente por su diversidad de inmigrantes y lenguas, y se inspiró para escribir “La Historia de Nueva York”, “… Quiero ser parte de ella, New York, New York, y despertarme en la ciudad que nunca duerme”, cantaba Frank Sinatra en esa canción que es un himno a la ‘Gran Manzana’. Central Park, Grand Central y Times Square, son las primeras imágenes que afloran en nuestra mente cuando pensamos en Nueva York. Puede que algunos visitantes la idealicen, al extremo de enamorarse de esta ciudad en cuanto pone un pie en ella. Llegue a New York en febrero 1979, exactamente a la ciudad de Brooklyn, y mi primera impresión fue la diversidad de gentes, culturas, y lenguas que se hablaban, siendo el inglés la lengua principal de comunicación. En las Diásporas, o comunidades migrantes, la gente se comunicaba entre sí en castellano, aquí le llaman español lo cual es válido, y en sus lenguas nativas .New York es una ciudad en la que es difícil aburrirse, podemos visitar el Museo Americano de Historia Natural o el de Bellas Artes y, si somos propensos a paseos y caminatas, podemos dar un largo y fructífero paseo por el Central Park, un bello pulmón de 846 Acres que alberga dos lagunas, un anfiteatro y un zoológico; un lujo que no sólo los neoyorquinos pueden darse.”
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara, sociólogo, escritor e investigador, graduado con un Máster en Marketing de la Universidad de San Ignacio University de Miami. candidato al doctorado Management in Hospitality. Graduado de Hunter College en New York en la especialidad de estudios hispanoamericanos, continuos estudios y se Graduado del OTI-Outreach Training Institute, como clínico especialista en droga, alcohol y tabaco. Se desempeño como consejero en el abuso a las drogas, alcohol y violencia domestica para la agencia Familia in Children en Long Island. Trabajo como especialista en inmigración para la agencia CARECEN en Long Island, igualmente en como BIA acreditado por la Corte de Apelaciones de New York en a la agencia Safe Horizon representando inmigrantes en la corte de inmigración de New York.
Escritor y fundador del blog de la revista La Diáspora, y ensayista de la revista de escritores latinoamericanos Letrillas. Fue director y fundador de la revista Informativo y autor del primer Máster for Exhibe sobre asilo político para el Perú.
Se desempeñó como Oficial de Inmigración y Naturalización en el CIS / DHS en Nueva York. Obtuvo una Maestría en Marketing de la Universidad San Ignacio en Miami. Fue fundador y creador de la Revista La Diáspora, creada como un especio de peruanidad en la diáspora peruana que inicialmente se creó en New York y se ha extendido a Miami.
Actualmente es un profesional consultor en inmigración, marketing, escritor, editor, publicitas y autor de numerosos ensayos y libros entre ellos.
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara, sociólogo, escritor e investigador, graduado con un Máster en Marketing de la Universidad de San Ignacio University de Miami. candidato al doctorado Management in Hospitality. Graduado de Hunter College en New York en la especialidad de estudios hispanoamericanos, continuos estudios y se Graduado del OTI-Outreach Training Institute, como clínico especialista en droga, alcohol y tabaco. Se desempeño como consejero en el abuso a las drogas, alcohol y violencia domestica para la agencia Familia in Children en Long Island. Trabajo como especialista en inmigración para la agencia CARECEN en Long Island, igualmente en como BIA acreditado por la Corte de Apelaciones de New York en a la agencia Safe Horizon representando inmigrantes en la corte de inmigración de New York.
Escritor y fundador del blog de la revista La Diáspora, y ensayista de la revista de escritores latinoamericanos Letrillas. Fue director y fundador de la revista Informativo y autor del primer Máster for Exhibe sobre asilo político para el Perú.
Se desempeñó como Oficial de Inmigración y Naturalización en el CIS / DHS en Nueva York. Obtuvo una Maestría en Marketing de la Universidad San Ignacio en Miami. Fue fundador y creador de la Revista La Diáspora, creada como un especio de peruanidad en la diáspora peruana que inicialmente se creó en New York y se ha extendido a Miami.
Actualmente es un profesional consultor en inmigración, marketing, escritor, editor, publicitas y autor de numerosos ensayos y libros entre ellos.
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Papers by Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
Political Ambition: Between Idealism and Reality
"A Thousand Times I Want to Be a Candidate" symbolizes a desire for change, but it also exposes a recurring phenomenon in Latin America: political personalism. According to Max Weber, charismatic legitimacy can mobilize masses, but also destabilize institutions if the leader becomes the absolute center of power. On the other hand, Antonio Gramsci highlights the role of organic intellectuals in articulating popular demands. The tension between these approaches reflects the complexity of leaderships that oscillate between collective representation and individual protagonism.
The reiteration of candidacies in Latin America, often justified by a supposed mission of social transformation, can be interpreted as an instrumentalization of democracy rather than as a commitment to it. In Peru, figures such as Keiko Fujimori, César Acuña and Verónika Mendoza illustrate how personalism and the lack of political renewal dominate the electoral landscape. The fact that there are more than 35 political organizations competing for the presidency is not a sign of plurality, but of fragmentation and a crisis of legitimacy. This reality reflects the absence of a vision of the country as a nation of citizens that requires development, technology and education for a globally competitive future.
La Ambición Política: Entre el Idealismo y la Realidad
“Mil veces quiero ser candidato” simboliza un deseo de cambio, pero también expone un fenómeno recurrente en América Latina: el personalismo político. Según Max Weber, la legitimidad carismática puede movilizar masas, pero también desestabilizar las instituciones si el líder se convierte en el centro absoluto del poder. Por otro lado, Antonio Gramsci destaca el papel de los intelectuales orgánicos para articular las demandas populares. La tensión entre estos enfoques refleja la complejidad de liderazgos que oscilan entre la representación colectiva y el protagonismo individual.
La reiteración de candidaturas en América Latina, a menudo justificada por una supuesta misión de transformación social, puede interpretarse como una instrumentalización de la democracia más que como un compromiso con ella. En Perú, figuras como Keiko Fujimori, César Acuña y Verónika Mendoza ilustran cómo el personalismo y la falta de renovación política dominan el panorama electoral. El hecho de que existan más de 35 organizaciones políticas compitiendo por la presidencia no es un signo de pluralidad, sino de fragmentación y crisis de legitimidad. Esta realidad refleja la ausencia de una visión de país como una nación de ciudadanos que requiere desarrollo, tecnología y educación para un futuro globalmente competitivo.
Este ensayo profundiza en el fascinante papel de la gastronomía como un puente cultural que facilita el intercambio y la preservación de identidades en un mundo globalizado. A través del concepto de transnacionalismo, se explora cómo los flujos migratorios y comerciales, como los originados por la histórica Ruta de la Seda, han dejado una huella indeleble en las tradiciones culinarias de América Latina, especialmente en la cocina peruana.
Desde el punto de vista histórico, se traza la difusión de ingredientes y técnicas culinarias, que viajaron de Asia a Europa y luego a América Latina, primero a través de la colonización y, posteriormente, por migraciones significativas. El ensayo muestra cómo estos elementos foráneos, al integrarse con los ingredientes y costumbres autóctonas, dieron lugar a nuevas formas de expresión gastronómica que enriquecieron la diversidad cultural de la región. Además, se resalta el rol esencial de las comunidades migrantes en la adaptación y preservación de sus tradiciones culinarias en un contexto extranjero, utilizando la comida como una herramienta para mantener sus identidades culturales y fomentar la interculturalidad.
Mediante un enfoque cualitativo que incluye estudios de caso y análisis etnográficos, se presenta una visión detallada de cómo la globalización ha impactado la gastronomía latinoamericana, convirtiéndola en un espacio de fusión y diálogo entre diferentes culturas. La gastronomía, más allá de ser un acto de consumo, se argumenta aquí como un símbolo de resistencia cultural y un testimonio de la capacidad humana para encontrar puntos de encuentro a través de la comida.
En este contexto, la influencia de la Ruta de la Seda se presenta no solo como una vía de intercambio comercial entre Oriente y Occidente, sino como un canal gastronómico que transformó las cocinas del mundo, incluida la latinoamericana y, particularmente, la peruana. A lo largo de siglos de interacción, sabores, técnicas y productos cruzaron continentes, enriqueciendo el patrimonio alimentario de diversas regiones.
Un Canal de Sabores y Conexiones
La Ruta de la Seda, al conectar China, India, Persia, el mundo árabe y Europa, facilitó la circulación de especias, frutas, cereales y técnicas culinarias que transformaron las cocinas del mundo. Ingredientes como el jengibre, la canela y el clavo de olor llegaron desde Asia para enriquecer la gastronomía global. Este comercio no solo marcó el inicio de una globalización temprana, sino que también influyó de manera significativa en los hábitos culinarios de las culturas conectadas por esta vasta red de intercambios.
El Impacto en América Latina y la Cocina Peruana
Con la llegada de los europeos a América Latina, muchos de los productos que habían cruzado la Ruta de la Seda encontraron un nuevo espacio para integrarse y evolucionar. Las especias asiáticas se fusionaron con ingredientes autóctonos como el maíz, los ajíes y las papas, dando lugar a una nueva amalgama de sabores que definió las cocinas regionales. La influencia asiática se consolidó aún más con las migraciones de chinos y japoneses hacia países como Perú, México y Brasil en los siglos XIX y XX.
La gastronomía peruana es un ejemplo paradigmático de este mestizaje culinario. La llegada de inmigrantes chinos en el siglo XIX y de japoneses a inicios del siglo XX dio pie a la creación de nuevos estilos culinarios, como la chifa y el nikkei. La chifa, por ejemplo, fusiona las técnicas chinas con productos peruanos, como el ají amarillo en el arroz chaufa. El nikkei, por su parte, adapta las técnicas japonesas del sushi con ingredientes locales, como el ceviche con toques de shoyu y kion (jengibre). Estos ejemplos evidencian cómo los productos e ideas provenientes de la Ruta de la Seda no solo llegaron a Perú, sino que también se adaptaron y transformaron, fusionándose con la biodiversidad del país y las tradiciones prehispánicas.
El Legado de la Ruta de la Seda en la Cocina Contemporánea
Hoy en día, la influencia de la Ruta de la Seda sigue viva en las mesas de América Latina y Perú. La cocina peruana, ampliamente reconocida por su diversidad, continúa integrando técnicas y sabores que remiten a este intercambio histórico. El uso de ingredientes como la soya, el kion y los fideos en la gastronomía peruana moderna es un legado directo de este diálogo intercultural. Además, movimientos culinarios contemporáneos, como el uso sostenible de ingredientes y la revalorización de productos nativos, reflejan una conexión con este pasado histórico, demostrando cómo el encuentro de culturas sigue redefiniendo lo que consumimos y cómo lo hacemos.
Reflexión
El viaje de la Ruta de la Seda a las mesas de América Latina y Perú revela el poder transformador de la gastronomía como puente cultural, que trasciende fronteras. Este intercambio no solo modificó ingredientes y técnicas, sino que también contribuyó a la creación de identidades gastronómicas que reflejan una rica historia de mestizaje y globalización. La cocina, al igual que la Ruta de la Seda, sigue siendo un espacio de encuentro y creación donde lo local y lo global se entrelazan para dar forma a nuevas expresiones culturales.
Contexto de la Batalla de Ayacucho
La independencia del Perú, proclamada en 1821 por José de San Martín, enfrentó numerosos desafíos. Las fuerzas realistas, apoyadas por tropas provenientes de otras colonias, mantenían un control significativo en los Andes y en otros territorios estratégicos. En este contexto, la Batalla de Ayacucho se erigió como el enfrentamiento decisivo de las guerras de independencia hispanoamericanas.
El término Migrapolis, que da nombre a esta obra, trasciende las nociones tradicionales de ciudadanía y pertenencia. Representa una comunidad transnacional y dinámica, donde las fronteras geográficas dejan de ser barreras inamovibles para convertirse en espacios de interacción, encuentro y cambio. En esta polis migrante, la identidad no se define por el lugar de origen, sino por las redes y las contribuciones que los individuos construyen en sus múltiples territorios de acción: tanto en el país que dejaron atrás como en el que ahora habitan. El voto transmigracional, como ejercicio de los derechos políticos de los migrantes, refleja esta conceptualización, reconociendo la complejidad del fenómeno migratorio y destacando cómo los migrantes desdibujan las categorías de nación, Estado y ciudadanía. Migrapolis no es un espacio estático; es un sistema en movimiento continuo, construido desde las trayectorias de millones de vidas que conectan, reconfiguran y transforman las realidades locales y globales.
Migrapolis I está estructurada en torno a tres coordenadas fundamentales:
1. Trayectorias migratorias: Se analiza cómo las experiencias de movilidad redefinen no solo las vidas de quienes migran, sino también las comunidades y naciones que tocan.
2. Transformaciones jurídicas y políticas: El texto examina los marcos legales y políticas públicas que han surgido en respuesta—o resistencia—a la movilidad humana, desde el voto en el extranjero hasta las reformas que buscan incluir a los migrantes en la vida cívica y política.
3. Ciudadanía transfronteriza: En este eje se explora cómo el ejercicio de la ciudadanía trasciende las fronteras, con migrantes que se convierten en actores clave en debates sobre democracia, derechos humanos e inclusión social.
Estos ejes no solo permiten comprender la migración como fenómeno social, sino también como un campo de disputa y creación, donde los migrantes luchan por su dignidad y derechos fundamentales. Desde los exilios políticos hasta las caravanas migrantes y las luchas por la inclusión social, esta obra documenta las estrategias y resistencias que han desafiado los paradigmas tradicionales de pertenencia y nacionalidad.
Uno de los grandes méritos de Migrapolis es visibilizar las tensiones entre inclusión y exclusión. Algunas naciones han dado pasos significativos al reconocer derechos políticos para sus diásporas; otras, sin embargo, perpetúan estructuras que excluyen a quienes no comparten el privilegio de haber nacido dentro de sus fronteras. Este nacionalismo metodológico, que limita los derechos de los migrantes, contrasta con las demandas transnacionales de estas comunidades, las cuales desafían las categorías rígidas y proponen nuevas formas de participación global.
Más que un libro, Migrapolis es una invitación a repensar la ciudadanía desde la experiencia migrante. En sus páginas, resuena la voz de exiliados, refugiados, emigrantes y migrantes populares que, enfrentando adversidades, han transformado el desarraigo en acción colectiva. Celebramos aquí su capacidad de imaginar y construir futuros más justos, reimaginando las fronteras como espacios de solidaridad y resistencia. Es también un homenaje a quienes han hecho de la migración una herramienta para reconfigurar la ciudadanía y fortalecer la democracia. En un momento histórico donde la movilidad humana redefine la política y la cultura global, Migrapolis destaca como un testimonio de la vitalidad y relevancia de las comunidades migrantes en la construcción de un mundo más inclusivo y justo.
En particular, subraya el impacto del neoliberalismo, implementado a partir de los años 70, en la desigualdad y pobreza extrema que han impulsado grandes flujos migratorios. La migración no solo redefine los vínculos de los migrantes con sus países de origen y destino, sino también cómo desafía las estructuras rígidas del Estado-nación y su concepto tradicional de ciudadanía, especialmente en términos de participación política. Se aborda cómo las personas migrantes han usado el activismo y la participación electoral como herramientas para ser visibles y exigir derechos tanto en los lugares donde residen como en sus países de origen. Las tensiones entre la inclusión y la exclusión en los sistemas políticos de la región, así como las contradicciones entre los avances en derechos transnacionales y las resistencias nacionalistas que limitan la representación política. Entender que los procesos políticos de América Latina requieren integrar la migración como un eje central para interpretar los cambios históricos, sociales y políticos del continente.
Los destacados autores que contribuyeron a Migrapolis: Alejandra León Rojas, Ana Paula Penchaszadeh, Angélica Víctor Martínez, Athos Gallaghan Gutiérrez García, Carlos Emigdio Quintero Castellanos, Edilma de Jesús Desiderio, Gabriela Molina Galindo, Jesús Aguilar López, Jesús Pérez Tagle, Jessica Pernía, Jorge Durand, José Antonio Carrera Barroso, José Carlos Luque Brazán, Julio Santiago Hernández, Kenya Hernández Vinalay, Leticia Calderón Chelius, Luis Roniger, Manuel Ruiz, Mariana Mendívil Alba y María Eugenia.
Este elenco interdisciplinario fortalece la obra con perspectivas diversas y un análisis profundo, contribuyendo a repensar los paradigmas migratorios y su impacto en América Latina.
En el Perú, como en muchos otros países de América Latina, la historia de la conquista ha sido simplificada y distorsionada a lo largo del tiempo. Una creencia común es que la conquista de los territorios indígenas fue realizada por una "España" ya consolidada, cuando en realidad fue el Reino de Castilla, y no una nación unificada como la entendemos hoy, el principal actor en la expansión hacia el Nuevo Mundo. Este malentendido perpetúa una visión errónea de los eventos históricos que marcaron el destino de las civilizaciones precolombinas en el continente.
Además, los profesionales altamente calificados, conocidos como migrantes de conocimientos y habilidades, buscan oportunidades que se alineen con sus aspiraciones laborales en economías más avanzadas. Junto a ellos, los refugiados y solicitantes de asilo—que huyen de la violencia, la persecución política y las crisis económicas—representan un grupo en constante crecimiento. Finalmente, los migrantes ambientales, desplazados por desastres naturales y el cambio climático, son una categoría emergente que subraya la urgencia de repensar las respuestas globales al desplazamiento forzado.
El caso de las migraciones peruanas es, para mí, un espejo de las múltiples fuerzas que impulsan a las personas a dejar su tierra natal, reflejando la resiliencia y la capacidad de adaptación de quienes, a pesar de estar lejos de su país, mantienen una conexión profunda con sus raíces culturales. Estas comunidades transnacionales no solo preservan sus tradiciones, sino que también contribuyen al desarrollo económico y social tanto de Perú como de los países que las acogen. Con más de tres millones de peruanos viviendo en el extranjero—representando cerca del 10% de la población total del país—la diáspora peruana es un fenómeno de gran relevancia, con un impacto significativo en la configuración de identidades y la creación de imaginarios transnacionales.
En este contexto, las identidades latinoamericanas y centroamericanas juegan un papel fundamental. Las historias compartidas, los lazos culturales y las experiencias colectivas de los migrantes de América Latina y Centroamérica fomentan un sentido de unidad y solidaridad. Los migrantes de estas regiones suelen enfrentar desafíos similares—ya sean económicos, sociales o políticos—que moldean sus trayectorias y la forma en que negocian sus identidades en tierras nuevas. Llevan consigo una rica diversidad de tradiciones culturales, lenguas y valores que no solo fortalecen sus identidades individuales y comunitarias, sino que también contribuyen a la diversidad multicultural de los países que los reciben.
Desde mi perspectiva, la historia de las migraciones internacionales peruanas es, esencialmente, una historia de búsqueda, resistencia y reinvención. Desde los primeros movimientos migratorios en 1968 hasta las complejas redes globales que se han tejido en 2020, los peruanos y sus contrapartes latinoamericanas y centroamericanas han trazado rutas hacia nuevos horizontes en busca de seguridad y oportunidades. Este proceso migratorio va más allá del simple desplazamiento físico; ha transformado identidades, fortalecido los vínculos transnacionales y reconfigurado las nociones de ciudadanía en un mundo cada vez más interconectado.
Es en este contexto donde el concepto de ciudadanía transnacional o transmigracional cobra un valor fundamental. A diferencia de la ciudadanía tradicional, que se vincula exclusivamente a un solo Estado y territorio, la ciudadanía transnacional reconoce que los migrantes mantienen derechos y responsabilidades en más de un país. Esta ciudadanía flexible permite que los individuos continúen participando en los asuntos públicos, económicos y culturales de su país de origen, a la vez que se integran y contribuyen a su país de residencia. Este modelo no solo trasciende las fronteras geográficas, sino que redefine la pertenencia y participación en una escala global, permitiendo que los migrantes peruanos, latinoamericanos y centroamericanos se conviertan en ciudadanos activos de un mundo interconectado.
Las distintas olas migratorias peruanas reflejan, desde mi análisis, las profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que ha vivido el país en las últimas cinco décadas. Desde las reformas agrarias del gobierno de Juan Velasco Alvarado, pasando por la violencia interna y la crisis económica de los años 80, hasta las políticas neoliberales de los 90 y los desafíos del nuevo milenio, cada etapa ha dejado una huella indeleble en las decisiones migratorias de los peruanos.
Desde la sociología de las migraciones y el transnacionalismo, mi análisis de Migraciones Globales y Peruanas y la Ciudadanía Transnacional en el Siglo XXI: La Construcción de Identidades y el Imaginario de las Diásporas explora cómo los migrantes peruanos navegan entre múltiples esferas de identidad y pertenencia. La ciudadanía transnacional, en mi comprensión, desafía las concepciones tradicionales de ciudadanía, que generalmente se asocian a un territorio específico. En el contexto de las migraciones peruanas, latinoamericanas y centroamericanas, este concepto se manifiesta en la participación política de los migrantes, como el voto en elecciones nacionales, y en la formación de redes que conectan a los migrantes con sus países de origen a través de vínculos económicos, culturales y sociales.
La construcción de identidades en las diásporas refleja cómo los migrantes negocian y redefinen sus identidades culturales en respuesta a su entorno nuevo. Para los peruanos y sus contrapartes latinoamericanas y centroamericanas en el extranjero, esto puede significar una reconfiguración de su identidad nacional, la integración de elementos culturales del país receptor y la preservación de prácticas y tradiciones nativas. Esta identidad no es estática; se adapta a las experiencias migratorias y a las interacciones con otros grupos y culturas.
El imaginario de las diásporas, tal como lo entiendo, abarca las ideas, expectativas y representaciones que los migrantes tienen sobre su experiencia migratoria y su identidad en el contexto de la diáspora. Este imaginario incluye aspiraciones de éxito económico, percepciones de estabilidad y seguridad, y el deseo de mantener una conexión cultural y emocional con el país de origen. Además, influye en cómo los migrantes se organizan, forman redes y participan en la vida social y política en sus nuevos países.
En conjunto, estos conceptos me permiten una comprensión integral de cómo los migrantes peruanos, latinoamericanos y centroamericanos en el siglo XXI están moldeando y siendo moldeados por sus experiencias transnacionales. A través de la ciudadanía transnacional, la construcción dinámica de identidades y el imaginario de las diásporas, se revela cómo los migrantes de estas regiones mantienen conexiones con sus países de origen, influyendo en la formación de identidades y la construcción de comunidades en la diáspora.
El transnacionalismo es fundamental para comprender estas dinámicas, ya que permite a los migrantes mantener vínculos sociales y políticos tanto con sus países de origen como con sus países de residencia. Estas conexiones reflejan una nueva visión de la ciudadanía social, más flexible y adaptativa, que responde a las realidades de un mundo globalizado e interconectado. La participación política desde el extranjero —como el voto transnacional—, la lucha por los derechos sociales en múltiples contextos y la construcción de identidades híbridas son algunos de los aspectos clave de esta nueva forma de ciudadanía. Los migrantes no solo redefinen sus vínculos con un solo Estado, sino que negocian sus derechos y deberes en múltiples escenarios, participando activamente en las sociedades en las que residen y en sus países de origen.
Las migraciones internacionales contemporáneas, además, han transformado la relación entre el individuo y el Estado. A diferencia del concepto tradicional de ciudadanía, que está atado a la pertenencia exclusiva a un territorio, la ciudadanía social transnacional permite a los migrantes ejercer derechos y responsabilidades en más de un país, creando una ciudadanía multifocal o múltiple. Este proceso de ciudadanía transnacional no implica la renuncia a los derechos adquiridos en el país de origen, sino que extiende la posibilidad de ejercerlos en otros contextos. Los migrantes, por tanto, se convierten en actores multifocales, que construyen identidades, reclaman derechos y asumen responsabilidades en diferentes Estados, superando los límites territoriales que tradicionalmente definían la ciudadanía.
The concept of transnational social citizenship, addressed in this essay, redefines the relationship between migrants and nation-states. Through new forms of political participation, such as voting from abroad, and the vindication of social rights in multiple contexts, twenty-first-century migrants are positioning themselves as global citizens, capable of exercising their rights and duties in an increasingly interconnected environment. Citizenship ceases to be exclusive to a territory and expands towards a flexible model that responds to the dynamics of a world where borders, although they continue to exist, are increasingly permeable.
This essay seeks to analyze how contemporary migrations, and the transnationalism that accompanies them, have generated a paradigm shift in our conception of citizenship. We will explore how migrants not only retain ties to their country of origin, but also develop new hybrid identities, participate in politics from abroad, and reconfigure their relationship with the state, demanding recognition, and rights in various territories. Thus, transnational social citizenship not only forces us to rethink the boundaries of the nation, but also to imagine a new kind of participation and belonging in the globalized world.
I draw a line that connects the diffusion of ingredients and culinary techniques from Asia to Europe, and their subsequent arrival in Latin America through colonization and migration. I highlight how these foreign elements have been integrated and transformed into new gastronomic expressions, enriching the cultural diversity of the region. In addition, I underline the crucial role of migrant communities in adapting and preserving their culinary traditions abroad, using cuisine to maintain their cultural identity and foster interculturality.
Through a qualitative approach that includes case studies and ethnographic analysis, I offer a detailed vision of how globalization has impacted Latin American gastronomy, turning it into a space for fusion and dialogue between cultures. I argue that gastronomy, beyond being a simple act of consumption, is a powerful symbol of cultural resistance and a testimony of the human capacity to find common ground through food.
In conclusion, this essay highlights the importance of gastronomy in the construction of transnational identities and in the promotion of interculturality in an increasingly interconnected world, using cuisine as a space for meeting and mutual understanding between diverse cultures.
Kamala Harris y Donald Trump
Las campañas presidenciales de Kamala Harris y Donald Trump ilustran cómo las teorías de la conspiración pueden ser empleadas para movilizar apoyo y manipular la opinión pública. Kamala Harris, la primera mujer de ascendencia india y jamaicana en ser nominada a la vicepresidencia de los Estados Unidos, fue blanco de múltiples teorías de conspiración. Estas narrativas, enraizadas en estereotipos racistas y xenófobos, cuestionaban su elegibilidad y legitimidad, intentando deslegitimar su posición en la arena política. Una de las teorías más prominentes fue la duda sobre su elegibilidad para ser vicepresidenta o presidenta debido a su lugar de nacimiento y la nacionalidad de sus padres. A pesar de que Harris nació en Oakland, California, lo que la convierte en ciudadana estadounidense por nacimiento, algunos detractores intentaron argumentar que no cumplía con los requisitos constitucionales, una teoría infundada y ampliamente desacreditada por expertos legales y constitucionales.
Por otro lado, Donald Trump, durante su presidencia y campaña, se destacó por promover teorías de conspiración que iban desde el "fraude electoral" hasta la existencia de un "Deep State" que supuestamente conspiraba para socavar su administración. Estas narrativas han tenido un impacto duradero, fomentando la desconfianza en el sistema electoral y en las instituciones democráticas de Estados Unidos, y han polarizado aún más a la sociedad. El concepto del "Deep State" se popularizó en parte de los teóricos como Steve Bannon, Alex Jones, y figuras asociadas con el movimiento QAnon, así como a la retórica de Trump. Estas narrativas se construyen a partir de la desconfianza en las instituciones, la manipulación de hechos y la propaganda, y tienen el potencial de polarizar la política, erosionar la confianza en el sistema y fomentar el extremismo. Combatir estos efectos requiere una mayor alfabetización mediática y un compromiso con el diálogo informado y basado en hechos.
SEGURIDAD MUNDIAL EN JAQUE
La rivalidad entre Israel e Irán ha sido una constante en la geopolítica del Medio Oriente. Sin embargo, una guerra abierta entre estos dos países llevaría la tensión a un nivel sin precedentes. El reciente ataque aéreo sin precedentes de Irán contra Israel ha intensificado aún más la situación. En respuesta, el presidente de los Estados Unidos., Joe Biden, ha coordinado con aliados y socios, incluidos los países del G7, así como con líderes bipartidistas en el Congreso, una respuesta integral. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, destacó en un comunicado que, en los próximos días, Estados Unidos impondrá nuevas sanciones dirigidas contra Irán, pero no contra Israel, incluyendo su programa de misiles y drones, y contra entidades vinculadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y al Ministerio de Defensa de Irán. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, añadió que las sanciones buscan interrumpir la actividad desestabilizadora del régimen iraní. Además de las nuevas sanciones, el Gobierno de los Estados Unidos. trabajará a través del Departamento de Defensa y el Mando Central para fortalecer y ampliar la integración de la defensa aérea y antimisiles y los sistemas de alerta temprana en todo Medio Oriente, fortificando al gobierno sionista de Israel, con el fin de erosionar la eficacia de las capacidades de misiles y vehículos aéreos no tripulados de Irán.
El uso potencial de armas de destrucción masiva ya sea convencionales o nucleares, incrementaría exponencialmente el riesgo para la seguridad mundial, por mayor responsabilidad del Estado norteamericano. La comunidad internacional, incluyendo potencias como Rusia y China, se vería obligada a intervenir de alguna manera, lo que podría desencadenar un conflicto de proporciones globales.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras entidades multilaterales enfrentarían uno de sus mayores desafíos para prevenir una catástrofe humanitaria y política; también hay que advertir de que los Estados Unidos, en los hechos desconozca el papel de la ONU, como sucedió en la invasión de Irak, llevando tras de sí a Inglaterra y España; instándole a no instalar armas pesadas y misiles en Europa y particularmente en Israel.
IMPACTO EN LOS MERCADOS INTERNACIONALES
La economía global está intrínsecamente vinculada a la estabilidad en el Medio Oriente, una región rica en materias primas y recursos energéticos, necesarios para la gran industria de los países desarrollados. Un conflicto entre Israel e Irán podría provocar una interrupción significativa en la producción y distribución de petróleo, lo que a su vez impactaría los precios a nivel mundial. La incertidumbre y la volatilidad del mercado energético tendrían efectos en cadena, afectando a diversas industrias y elevando los costos para consumidores y empresas.
Además, las sanciones económicas y comerciales que probablemente se impondrían a las partes involucradas en el conflicto generarían una disrupción en las cadenas de suministro globales. La inflación, la escasez de productos y la pérdida de confianza en los mercados internacionales podrían llevar a una recesión económica que afectaría tanto a economías desarrolladas como en desarrollo.
Observado desde lejos, los estrategas estadounidenses sobre China se pueden dividir en tres escuelas. La primera podría llamarse los Nuevos Guerreros Fríos. Las personas en este grupo creen que la rivalidad entre Estados Unidos y China es un juego de suma cero y que Washington y Beijing están involucrados en una guerra fría que requiere tácticas aún más agresivas por parte de Estados Unidos. Como argumentaron el exasesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Matt Pottinger, y el excongresista Mike Gallagher en Foreign Affairs, la competencia con China “debe ganarse, no gestionarse”. Al hacer este argumento, ellos y otros han recurrido al ejemplo del presidente Ronald Reagan de establecer la amenaza soviética como una prioridad máxima, para perseguir la victoria en la Guerra Fría.
La segunda escuela podría describirse como los Gestores de la Competencia. Contrariamente a los Nuevos Guerreros Fríos, los de este campamento sostienen que la rivalidad entre Estados Unidos y China no es un juego de suma cero y, en consecuencia, que es esencial tener una estrategia para coexistir con China. Los orígenes intelectuales de este enfoque se pueden rastrear hasta un artículo que Kurt Campbell y Jake Sullivan escribieron para Foreign Affairs en 2019, antes de unirse a la administración Biden. Como argumentaron, el concurso con China es “una condición a ser gestionada en lugar de un problema a ser resuelto”. Junto con Rush Doshi, quien fue subdirector principal para Asuntos de China y Taiwán en el Consejo de Seguridad Nacional, de 2021 a principios de 2024, y otros, sugieren que el mejor enfoque de Washington hacia China es liderar con la competencia, seguido de ofertas de cooperación.
El tercero podría llamarse los Acomodacionistas. Aunque comparten el desagrado por el sistema político de China y su influencia global con las otras escuelas, tienden a estar más preocupados que sus contrapartes de que la competencia pueda degenerar en confrontación. Como figuras prominentes en este campamento, los académicos de relaciones internacionales Jessica Chen Weiss y James Steinberg están en contra de librar una guerra fría con China porque las guerras frías son inherentemente peligrosas. En su opinión, Pottinger y Gallagher ofrecen un atractivo ilusorio a la victoria, porque “los esfuerzos de Estados Unidos por lograr cambios mediante la presión tienen tantas probabilidades de consolidar el gobierno autoritario como de socavarlo”. Weiss y Steinberg argumentan que, por lo tanto, es del interés de tanto Beijing como Washington reducir el riesgo de guerra y cooperar en temas de interés mutuo, como el cambio climático y la salud pública.
A pesar de esta diversidad de opiniones, las tres escuelas coinciden en que China representa un desafío significativo para Estados Unidos. También coinciden en que la política estadounidense hacia China necesita bases bipartidistas para tener éxito. Sin embargo, no parece haber una visión predominante en Washington sobre qué enfoque es el mejor o sobre qué aspecto del desafío político, militar, económico o de gobernanza global es el más serio. Para Beijing, este debate no resuelto ha significado que es crucial entender cómo estos diferentes enfoques están influyendo en las políticas estadounidenses y, específicamente, cómo podrían moldear la administración estadounidense entrante.
Impacto en la Literatura y la Cultura
El impacto de Arguedas se ha extendido más allá de la literatura hacia otros campos, incluyendo los estudios sociales y antropológicos. Su concepto del "Perú profundo", que se refiere a las regiones rurales y a menudo olvidadas del país donde las culturas indígenas continúan viviendo, ha sido fundamental para repensar las narrativas históricas y sociales de la nación. La idea de Arguedas ha inspirado a académicos y activistas a estudiar y valorar las culturas indígenas, así como a abogar por sus derechos y reconocimiento en la sociedad peruana.
En los estudios de ciencias sociales, el "fenómeno Arguediano" se refiere a la influencia duradera de las ideas y la visión de Arguedas en la comprensión académica y popular del Perú y de América Latina en su conjunto. Su enfoque interdisciplinario, que abarcaba la literatura, la antropología y la sociología, sigue siendo relevante para abordar las complejidades culturales y sociales de la región. La vigencia política y literaria de José María Arguedas en el Perú contemporáneo es innegable y duradera. Su legado sigue siendo una fuente de inspiración y reflexión no solo para la literatura y la cultura, sino también para los estudios sociales y antropológicos que buscan comprender y transformar las realidades de América Latina.
Contribuciones a la Identidad y Diversidad Étnico-Cultural
Es cierto que el fenómeno Arguediano y la obra de José María Arguedas no resuelven directamente los problemas de identidad y diversidad étnico-cultural en el Perú ni impactan de manera directa en las costumbres alimenticias. Sin embargo, Arguedas sí contribuyó significativamente a la valoración y el reconocimiento de las culturas indígenas y tradicionales del país, lo cual ha tenido efectos en diversos aspectos de la vida cultural y social peruana. En términos de identidad y diversidad étnico-cultural, la obra de Arguedas ayudó a visibilizar las realidades de las comunidades indígenas y a promover un mayor respeto por sus tradiciones y formas de vida. Aunque no resuelve por sí sola los problemas sociales y políticos relacionados con la identidad, su impacto se refleja en un mayor interés por parte de la sociedad en reconocer y preservar la diversidad cultural del país.
Political Ambition: Between Idealism and Reality
"A Thousand Times I Want to Be a Candidate" symbolizes a desire for change, but it also exposes a recurring phenomenon in Latin America: political personalism. According to Max Weber, charismatic legitimacy can mobilize masses, but also destabilize institutions if the leader becomes the absolute center of power. On the other hand, Antonio Gramsci highlights the role of organic intellectuals in articulating popular demands. The tension between these approaches reflects the complexity of leaderships that oscillate between collective representation and individual protagonism.
The reiteration of candidacies in Latin America, often justified by a supposed mission of social transformation, can be interpreted as an instrumentalization of democracy rather than as a commitment to it. In Peru, figures such as Keiko Fujimori, César Acuña and Verónika Mendoza illustrate how personalism and the lack of political renewal dominate the electoral landscape. The fact that there are more than 35 political organizations competing for the presidency is not a sign of plurality, but of fragmentation and a crisis of legitimacy. This reality reflects the absence of a vision of the country as a nation of citizens that requires development, technology and education for a globally competitive future.
La Ambición Política: Entre el Idealismo y la Realidad
“Mil veces quiero ser candidato” simboliza un deseo de cambio, pero también expone un fenómeno recurrente en América Latina: el personalismo político. Según Max Weber, la legitimidad carismática puede movilizar masas, pero también desestabilizar las instituciones si el líder se convierte en el centro absoluto del poder. Por otro lado, Antonio Gramsci destaca el papel de los intelectuales orgánicos para articular las demandas populares. La tensión entre estos enfoques refleja la complejidad de liderazgos que oscilan entre la representación colectiva y el protagonismo individual.
La reiteración de candidaturas en América Latina, a menudo justificada por una supuesta misión de transformación social, puede interpretarse como una instrumentalización de la democracia más que como un compromiso con ella. En Perú, figuras como Keiko Fujimori, César Acuña y Verónika Mendoza ilustran cómo el personalismo y la falta de renovación política dominan el panorama electoral. El hecho de que existan más de 35 organizaciones políticas compitiendo por la presidencia no es un signo de pluralidad, sino de fragmentación y crisis de legitimidad. Esta realidad refleja la ausencia de una visión de país como una nación de ciudadanos que requiere desarrollo, tecnología y educación para un futuro globalmente competitivo.
Este ensayo profundiza en el fascinante papel de la gastronomía como un puente cultural que facilita el intercambio y la preservación de identidades en un mundo globalizado. A través del concepto de transnacionalismo, se explora cómo los flujos migratorios y comerciales, como los originados por la histórica Ruta de la Seda, han dejado una huella indeleble en las tradiciones culinarias de América Latina, especialmente en la cocina peruana.
Desde el punto de vista histórico, se traza la difusión de ingredientes y técnicas culinarias, que viajaron de Asia a Europa y luego a América Latina, primero a través de la colonización y, posteriormente, por migraciones significativas. El ensayo muestra cómo estos elementos foráneos, al integrarse con los ingredientes y costumbres autóctonas, dieron lugar a nuevas formas de expresión gastronómica que enriquecieron la diversidad cultural de la región. Además, se resalta el rol esencial de las comunidades migrantes en la adaptación y preservación de sus tradiciones culinarias en un contexto extranjero, utilizando la comida como una herramienta para mantener sus identidades culturales y fomentar la interculturalidad.
Mediante un enfoque cualitativo que incluye estudios de caso y análisis etnográficos, se presenta una visión detallada de cómo la globalización ha impactado la gastronomía latinoamericana, convirtiéndola en un espacio de fusión y diálogo entre diferentes culturas. La gastronomía, más allá de ser un acto de consumo, se argumenta aquí como un símbolo de resistencia cultural y un testimonio de la capacidad humana para encontrar puntos de encuentro a través de la comida.
En este contexto, la influencia de la Ruta de la Seda se presenta no solo como una vía de intercambio comercial entre Oriente y Occidente, sino como un canal gastronómico que transformó las cocinas del mundo, incluida la latinoamericana y, particularmente, la peruana. A lo largo de siglos de interacción, sabores, técnicas y productos cruzaron continentes, enriqueciendo el patrimonio alimentario de diversas regiones.
Un Canal de Sabores y Conexiones
La Ruta de la Seda, al conectar China, India, Persia, el mundo árabe y Europa, facilitó la circulación de especias, frutas, cereales y técnicas culinarias que transformaron las cocinas del mundo. Ingredientes como el jengibre, la canela y el clavo de olor llegaron desde Asia para enriquecer la gastronomía global. Este comercio no solo marcó el inicio de una globalización temprana, sino que también influyó de manera significativa en los hábitos culinarios de las culturas conectadas por esta vasta red de intercambios.
El Impacto en América Latina y la Cocina Peruana
Con la llegada de los europeos a América Latina, muchos de los productos que habían cruzado la Ruta de la Seda encontraron un nuevo espacio para integrarse y evolucionar. Las especias asiáticas se fusionaron con ingredientes autóctonos como el maíz, los ajíes y las papas, dando lugar a una nueva amalgama de sabores que definió las cocinas regionales. La influencia asiática se consolidó aún más con las migraciones de chinos y japoneses hacia países como Perú, México y Brasil en los siglos XIX y XX.
La gastronomía peruana es un ejemplo paradigmático de este mestizaje culinario. La llegada de inmigrantes chinos en el siglo XIX y de japoneses a inicios del siglo XX dio pie a la creación de nuevos estilos culinarios, como la chifa y el nikkei. La chifa, por ejemplo, fusiona las técnicas chinas con productos peruanos, como el ají amarillo en el arroz chaufa. El nikkei, por su parte, adapta las técnicas japonesas del sushi con ingredientes locales, como el ceviche con toques de shoyu y kion (jengibre). Estos ejemplos evidencian cómo los productos e ideas provenientes de la Ruta de la Seda no solo llegaron a Perú, sino que también se adaptaron y transformaron, fusionándose con la biodiversidad del país y las tradiciones prehispánicas.
El Legado de la Ruta de la Seda en la Cocina Contemporánea
Hoy en día, la influencia de la Ruta de la Seda sigue viva en las mesas de América Latina y Perú. La cocina peruana, ampliamente reconocida por su diversidad, continúa integrando técnicas y sabores que remiten a este intercambio histórico. El uso de ingredientes como la soya, el kion y los fideos en la gastronomía peruana moderna es un legado directo de este diálogo intercultural. Además, movimientos culinarios contemporáneos, como el uso sostenible de ingredientes y la revalorización de productos nativos, reflejan una conexión con este pasado histórico, demostrando cómo el encuentro de culturas sigue redefiniendo lo que consumimos y cómo lo hacemos.
Reflexión
El viaje de la Ruta de la Seda a las mesas de América Latina y Perú revela el poder transformador de la gastronomía como puente cultural, que trasciende fronteras. Este intercambio no solo modificó ingredientes y técnicas, sino que también contribuyó a la creación de identidades gastronómicas que reflejan una rica historia de mestizaje y globalización. La cocina, al igual que la Ruta de la Seda, sigue siendo un espacio de encuentro y creación donde lo local y lo global se entrelazan para dar forma a nuevas expresiones culturales.
Contexto de la Batalla de Ayacucho
La independencia del Perú, proclamada en 1821 por José de San Martín, enfrentó numerosos desafíos. Las fuerzas realistas, apoyadas por tropas provenientes de otras colonias, mantenían un control significativo en los Andes y en otros territorios estratégicos. En este contexto, la Batalla de Ayacucho se erigió como el enfrentamiento decisivo de las guerras de independencia hispanoamericanas.
El término Migrapolis, que da nombre a esta obra, trasciende las nociones tradicionales de ciudadanía y pertenencia. Representa una comunidad transnacional y dinámica, donde las fronteras geográficas dejan de ser barreras inamovibles para convertirse en espacios de interacción, encuentro y cambio. En esta polis migrante, la identidad no se define por el lugar de origen, sino por las redes y las contribuciones que los individuos construyen en sus múltiples territorios de acción: tanto en el país que dejaron atrás como en el que ahora habitan. El voto transmigracional, como ejercicio de los derechos políticos de los migrantes, refleja esta conceptualización, reconociendo la complejidad del fenómeno migratorio y destacando cómo los migrantes desdibujan las categorías de nación, Estado y ciudadanía. Migrapolis no es un espacio estático; es un sistema en movimiento continuo, construido desde las trayectorias de millones de vidas que conectan, reconfiguran y transforman las realidades locales y globales.
Migrapolis I está estructurada en torno a tres coordenadas fundamentales:
1. Trayectorias migratorias: Se analiza cómo las experiencias de movilidad redefinen no solo las vidas de quienes migran, sino también las comunidades y naciones que tocan.
2. Transformaciones jurídicas y políticas: El texto examina los marcos legales y políticas públicas que han surgido en respuesta—o resistencia—a la movilidad humana, desde el voto en el extranjero hasta las reformas que buscan incluir a los migrantes en la vida cívica y política.
3. Ciudadanía transfronteriza: En este eje se explora cómo el ejercicio de la ciudadanía trasciende las fronteras, con migrantes que se convierten en actores clave en debates sobre democracia, derechos humanos e inclusión social.
Estos ejes no solo permiten comprender la migración como fenómeno social, sino también como un campo de disputa y creación, donde los migrantes luchan por su dignidad y derechos fundamentales. Desde los exilios políticos hasta las caravanas migrantes y las luchas por la inclusión social, esta obra documenta las estrategias y resistencias que han desafiado los paradigmas tradicionales de pertenencia y nacionalidad.
Uno de los grandes méritos de Migrapolis es visibilizar las tensiones entre inclusión y exclusión. Algunas naciones han dado pasos significativos al reconocer derechos políticos para sus diásporas; otras, sin embargo, perpetúan estructuras que excluyen a quienes no comparten el privilegio de haber nacido dentro de sus fronteras. Este nacionalismo metodológico, que limita los derechos de los migrantes, contrasta con las demandas transnacionales de estas comunidades, las cuales desafían las categorías rígidas y proponen nuevas formas de participación global.
Más que un libro, Migrapolis es una invitación a repensar la ciudadanía desde la experiencia migrante. En sus páginas, resuena la voz de exiliados, refugiados, emigrantes y migrantes populares que, enfrentando adversidades, han transformado el desarraigo en acción colectiva. Celebramos aquí su capacidad de imaginar y construir futuros más justos, reimaginando las fronteras como espacios de solidaridad y resistencia. Es también un homenaje a quienes han hecho de la migración una herramienta para reconfigurar la ciudadanía y fortalecer la democracia. En un momento histórico donde la movilidad humana redefine la política y la cultura global, Migrapolis destaca como un testimonio de la vitalidad y relevancia de las comunidades migrantes en la construcción de un mundo más inclusivo y justo.
En particular, subraya el impacto del neoliberalismo, implementado a partir de los años 70, en la desigualdad y pobreza extrema que han impulsado grandes flujos migratorios. La migración no solo redefine los vínculos de los migrantes con sus países de origen y destino, sino también cómo desafía las estructuras rígidas del Estado-nación y su concepto tradicional de ciudadanía, especialmente en términos de participación política. Se aborda cómo las personas migrantes han usado el activismo y la participación electoral como herramientas para ser visibles y exigir derechos tanto en los lugares donde residen como en sus países de origen. Las tensiones entre la inclusión y la exclusión en los sistemas políticos de la región, así como las contradicciones entre los avances en derechos transnacionales y las resistencias nacionalistas que limitan la representación política. Entender que los procesos políticos de América Latina requieren integrar la migración como un eje central para interpretar los cambios históricos, sociales y políticos del continente.
Los destacados autores que contribuyeron a Migrapolis: Alejandra León Rojas, Ana Paula Penchaszadeh, Angélica Víctor Martínez, Athos Gallaghan Gutiérrez García, Carlos Emigdio Quintero Castellanos, Edilma de Jesús Desiderio, Gabriela Molina Galindo, Jesús Aguilar López, Jesús Pérez Tagle, Jessica Pernía, Jorge Durand, José Antonio Carrera Barroso, José Carlos Luque Brazán, Julio Santiago Hernández, Kenya Hernández Vinalay, Leticia Calderón Chelius, Luis Roniger, Manuel Ruiz, Mariana Mendívil Alba y María Eugenia.
Este elenco interdisciplinario fortalece la obra con perspectivas diversas y un análisis profundo, contribuyendo a repensar los paradigmas migratorios y su impacto en América Latina.
En el Perú, como en muchos otros países de América Latina, la historia de la conquista ha sido simplificada y distorsionada a lo largo del tiempo. Una creencia común es que la conquista de los territorios indígenas fue realizada por una "España" ya consolidada, cuando en realidad fue el Reino de Castilla, y no una nación unificada como la entendemos hoy, el principal actor en la expansión hacia el Nuevo Mundo. Este malentendido perpetúa una visión errónea de los eventos históricos que marcaron el destino de las civilizaciones precolombinas en el continente.
Además, los profesionales altamente calificados, conocidos como migrantes de conocimientos y habilidades, buscan oportunidades que se alineen con sus aspiraciones laborales en economías más avanzadas. Junto a ellos, los refugiados y solicitantes de asilo—que huyen de la violencia, la persecución política y las crisis económicas—representan un grupo en constante crecimiento. Finalmente, los migrantes ambientales, desplazados por desastres naturales y el cambio climático, son una categoría emergente que subraya la urgencia de repensar las respuestas globales al desplazamiento forzado.
El caso de las migraciones peruanas es, para mí, un espejo de las múltiples fuerzas que impulsan a las personas a dejar su tierra natal, reflejando la resiliencia y la capacidad de adaptación de quienes, a pesar de estar lejos de su país, mantienen una conexión profunda con sus raíces culturales. Estas comunidades transnacionales no solo preservan sus tradiciones, sino que también contribuyen al desarrollo económico y social tanto de Perú como de los países que las acogen. Con más de tres millones de peruanos viviendo en el extranjero—representando cerca del 10% de la población total del país—la diáspora peruana es un fenómeno de gran relevancia, con un impacto significativo en la configuración de identidades y la creación de imaginarios transnacionales.
En este contexto, las identidades latinoamericanas y centroamericanas juegan un papel fundamental. Las historias compartidas, los lazos culturales y las experiencias colectivas de los migrantes de América Latina y Centroamérica fomentan un sentido de unidad y solidaridad. Los migrantes de estas regiones suelen enfrentar desafíos similares—ya sean económicos, sociales o políticos—que moldean sus trayectorias y la forma en que negocian sus identidades en tierras nuevas. Llevan consigo una rica diversidad de tradiciones culturales, lenguas y valores que no solo fortalecen sus identidades individuales y comunitarias, sino que también contribuyen a la diversidad multicultural de los países que los reciben.
Desde mi perspectiva, la historia de las migraciones internacionales peruanas es, esencialmente, una historia de búsqueda, resistencia y reinvención. Desde los primeros movimientos migratorios en 1968 hasta las complejas redes globales que se han tejido en 2020, los peruanos y sus contrapartes latinoamericanas y centroamericanas han trazado rutas hacia nuevos horizontes en busca de seguridad y oportunidades. Este proceso migratorio va más allá del simple desplazamiento físico; ha transformado identidades, fortalecido los vínculos transnacionales y reconfigurado las nociones de ciudadanía en un mundo cada vez más interconectado.
Es en este contexto donde el concepto de ciudadanía transnacional o transmigracional cobra un valor fundamental. A diferencia de la ciudadanía tradicional, que se vincula exclusivamente a un solo Estado y territorio, la ciudadanía transnacional reconoce que los migrantes mantienen derechos y responsabilidades en más de un país. Esta ciudadanía flexible permite que los individuos continúen participando en los asuntos públicos, económicos y culturales de su país de origen, a la vez que se integran y contribuyen a su país de residencia. Este modelo no solo trasciende las fronteras geográficas, sino que redefine la pertenencia y participación en una escala global, permitiendo que los migrantes peruanos, latinoamericanos y centroamericanos se conviertan en ciudadanos activos de un mundo interconectado.
Las distintas olas migratorias peruanas reflejan, desde mi análisis, las profundas transformaciones políticas, sociales y económicas que ha vivido el país en las últimas cinco décadas. Desde las reformas agrarias del gobierno de Juan Velasco Alvarado, pasando por la violencia interna y la crisis económica de los años 80, hasta las políticas neoliberales de los 90 y los desafíos del nuevo milenio, cada etapa ha dejado una huella indeleble en las decisiones migratorias de los peruanos.
Desde la sociología de las migraciones y el transnacionalismo, mi análisis de Migraciones Globales y Peruanas y la Ciudadanía Transnacional en el Siglo XXI: La Construcción de Identidades y el Imaginario de las Diásporas explora cómo los migrantes peruanos navegan entre múltiples esferas de identidad y pertenencia. La ciudadanía transnacional, en mi comprensión, desafía las concepciones tradicionales de ciudadanía, que generalmente se asocian a un territorio específico. En el contexto de las migraciones peruanas, latinoamericanas y centroamericanas, este concepto se manifiesta en la participación política de los migrantes, como el voto en elecciones nacionales, y en la formación de redes que conectan a los migrantes con sus países de origen a través de vínculos económicos, culturales y sociales.
La construcción de identidades en las diásporas refleja cómo los migrantes negocian y redefinen sus identidades culturales en respuesta a su entorno nuevo. Para los peruanos y sus contrapartes latinoamericanas y centroamericanas en el extranjero, esto puede significar una reconfiguración de su identidad nacional, la integración de elementos culturales del país receptor y la preservación de prácticas y tradiciones nativas. Esta identidad no es estática; se adapta a las experiencias migratorias y a las interacciones con otros grupos y culturas.
El imaginario de las diásporas, tal como lo entiendo, abarca las ideas, expectativas y representaciones que los migrantes tienen sobre su experiencia migratoria y su identidad en el contexto de la diáspora. Este imaginario incluye aspiraciones de éxito económico, percepciones de estabilidad y seguridad, y el deseo de mantener una conexión cultural y emocional con el país de origen. Además, influye en cómo los migrantes se organizan, forman redes y participan en la vida social y política en sus nuevos países.
En conjunto, estos conceptos me permiten una comprensión integral de cómo los migrantes peruanos, latinoamericanos y centroamericanos en el siglo XXI están moldeando y siendo moldeados por sus experiencias transnacionales. A través de la ciudadanía transnacional, la construcción dinámica de identidades y el imaginario de las diásporas, se revela cómo los migrantes de estas regiones mantienen conexiones con sus países de origen, influyendo en la formación de identidades y la construcción de comunidades en la diáspora.
El transnacionalismo es fundamental para comprender estas dinámicas, ya que permite a los migrantes mantener vínculos sociales y políticos tanto con sus países de origen como con sus países de residencia. Estas conexiones reflejan una nueva visión de la ciudadanía social, más flexible y adaptativa, que responde a las realidades de un mundo globalizado e interconectado. La participación política desde el extranjero —como el voto transnacional—, la lucha por los derechos sociales en múltiples contextos y la construcción de identidades híbridas son algunos de los aspectos clave de esta nueva forma de ciudadanía. Los migrantes no solo redefinen sus vínculos con un solo Estado, sino que negocian sus derechos y deberes en múltiples escenarios, participando activamente en las sociedades en las que residen y en sus países de origen.
Las migraciones internacionales contemporáneas, además, han transformado la relación entre el individuo y el Estado. A diferencia del concepto tradicional de ciudadanía, que está atado a la pertenencia exclusiva a un territorio, la ciudadanía social transnacional permite a los migrantes ejercer derechos y responsabilidades en más de un país, creando una ciudadanía multifocal o múltiple. Este proceso de ciudadanía transnacional no implica la renuncia a los derechos adquiridos en el país de origen, sino que extiende la posibilidad de ejercerlos en otros contextos. Los migrantes, por tanto, se convierten en actores multifocales, que construyen identidades, reclaman derechos y asumen responsabilidades en diferentes Estados, superando los límites territoriales que tradicionalmente definían la ciudadanía.
The concept of transnational social citizenship, addressed in this essay, redefines the relationship between migrants and nation-states. Through new forms of political participation, such as voting from abroad, and the vindication of social rights in multiple contexts, twenty-first-century migrants are positioning themselves as global citizens, capable of exercising their rights and duties in an increasingly interconnected environment. Citizenship ceases to be exclusive to a territory and expands towards a flexible model that responds to the dynamics of a world where borders, although they continue to exist, are increasingly permeable.
This essay seeks to analyze how contemporary migrations, and the transnationalism that accompanies them, have generated a paradigm shift in our conception of citizenship. We will explore how migrants not only retain ties to their country of origin, but also develop new hybrid identities, participate in politics from abroad, and reconfigure their relationship with the state, demanding recognition, and rights in various territories. Thus, transnational social citizenship not only forces us to rethink the boundaries of the nation, but also to imagine a new kind of participation and belonging in the globalized world.
I draw a line that connects the diffusion of ingredients and culinary techniques from Asia to Europe, and their subsequent arrival in Latin America through colonization and migration. I highlight how these foreign elements have been integrated and transformed into new gastronomic expressions, enriching the cultural diversity of the region. In addition, I underline the crucial role of migrant communities in adapting and preserving their culinary traditions abroad, using cuisine to maintain their cultural identity and foster interculturality.
Through a qualitative approach that includes case studies and ethnographic analysis, I offer a detailed vision of how globalization has impacted Latin American gastronomy, turning it into a space for fusion and dialogue between cultures. I argue that gastronomy, beyond being a simple act of consumption, is a powerful symbol of cultural resistance and a testimony of the human capacity to find common ground through food.
In conclusion, this essay highlights the importance of gastronomy in the construction of transnational identities and in the promotion of interculturality in an increasingly interconnected world, using cuisine as a space for meeting and mutual understanding between diverse cultures.
Kamala Harris y Donald Trump
Las campañas presidenciales de Kamala Harris y Donald Trump ilustran cómo las teorías de la conspiración pueden ser empleadas para movilizar apoyo y manipular la opinión pública. Kamala Harris, la primera mujer de ascendencia india y jamaicana en ser nominada a la vicepresidencia de los Estados Unidos, fue blanco de múltiples teorías de conspiración. Estas narrativas, enraizadas en estereotipos racistas y xenófobos, cuestionaban su elegibilidad y legitimidad, intentando deslegitimar su posición en la arena política. Una de las teorías más prominentes fue la duda sobre su elegibilidad para ser vicepresidenta o presidenta debido a su lugar de nacimiento y la nacionalidad de sus padres. A pesar de que Harris nació en Oakland, California, lo que la convierte en ciudadana estadounidense por nacimiento, algunos detractores intentaron argumentar que no cumplía con los requisitos constitucionales, una teoría infundada y ampliamente desacreditada por expertos legales y constitucionales.
Por otro lado, Donald Trump, durante su presidencia y campaña, se destacó por promover teorías de conspiración que iban desde el "fraude electoral" hasta la existencia de un "Deep State" que supuestamente conspiraba para socavar su administración. Estas narrativas han tenido un impacto duradero, fomentando la desconfianza en el sistema electoral y en las instituciones democráticas de Estados Unidos, y han polarizado aún más a la sociedad. El concepto del "Deep State" se popularizó en parte de los teóricos como Steve Bannon, Alex Jones, y figuras asociadas con el movimiento QAnon, así como a la retórica de Trump. Estas narrativas se construyen a partir de la desconfianza en las instituciones, la manipulación de hechos y la propaganda, y tienen el potencial de polarizar la política, erosionar la confianza en el sistema y fomentar el extremismo. Combatir estos efectos requiere una mayor alfabetización mediática y un compromiso con el diálogo informado y basado en hechos.
SEGURIDAD MUNDIAL EN JAQUE
La rivalidad entre Israel e Irán ha sido una constante en la geopolítica del Medio Oriente. Sin embargo, una guerra abierta entre estos dos países llevaría la tensión a un nivel sin precedentes. El reciente ataque aéreo sin precedentes de Irán contra Israel ha intensificado aún más la situación. En respuesta, el presidente de los Estados Unidos., Joe Biden, ha coordinado con aliados y socios, incluidos los países del G7, así como con líderes bipartidistas en el Congreso, una respuesta integral. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, destacó en un comunicado que, en los próximos días, Estados Unidos impondrá nuevas sanciones dirigidas contra Irán, pero no contra Israel, incluyendo su programa de misiles y drones, y contra entidades vinculadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y al Ministerio de Defensa de Irán. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, añadió que las sanciones buscan interrumpir la actividad desestabilizadora del régimen iraní. Además de las nuevas sanciones, el Gobierno de los Estados Unidos. trabajará a través del Departamento de Defensa y el Mando Central para fortalecer y ampliar la integración de la defensa aérea y antimisiles y los sistemas de alerta temprana en todo Medio Oriente, fortificando al gobierno sionista de Israel, con el fin de erosionar la eficacia de las capacidades de misiles y vehículos aéreos no tripulados de Irán.
El uso potencial de armas de destrucción masiva ya sea convencionales o nucleares, incrementaría exponencialmente el riesgo para la seguridad mundial, por mayor responsabilidad del Estado norteamericano. La comunidad internacional, incluyendo potencias como Rusia y China, se vería obligada a intervenir de alguna manera, lo que podría desencadenar un conflicto de proporciones globales.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras entidades multilaterales enfrentarían uno de sus mayores desafíos para prevenir una catástrofe humanitaria y política; también hay que advertir de que los Estados Unidos, en los hechos desconozca el papel de la ONU, como sucedió en la invasión de Irak, llevando tras de sí a Inglaterra y España; instándole a no instalar armas pesadas y misiles en Europa y particularmente en Israel.
IMPACTO EN LOS MERCADOS INTERNACIONALES
La economía global está intrínsecamente vinculada a la estabilidad en el Medio Oriente, una región rica en materias primas y recursos energéticos, necesarios para la gran industria de los países desarrollados. Un conflicto entre Israel e Irán podría provocar una interrupción significativa en la producción y distribución de petróleo, lo que a su vez impactaría los precios a nivel mundial. La incertidumbre y la volatilidad del mercado energético tendrían efectos en cadena, afectando a diversas industrias y elevando los costos para consumidores y empresas.
Además, las sanciones económicas y comerciales que probablemente se impondrían a las partes involucradas en el conflicto generarían una disrupción en las cadenas de suministro globales. La inflación, la escasez de productos y la pérdida de confianza en los mercados internacionales podrían llevar a una recesión económica que afectaría tanto a economías desarrolladas como en desarrollo.
Observado desde lejos, los estrategas estadounidenses sobre China se pueden dividir en tres escuelas. La primera podría llamarse los Nuevos Guerreros Fríos. Las personas en este grupo creen que la rivalidad entre Estados Unidos y China es un juego de suma cero y que Washington y Beijing están involucrados en una guerra fría que requiere tácticas aún más agresivas por parte de Estados Unidos. Como argumentaron el exasesor adjunto de seguridad nacional de Estados Unidos, Matt Pottinger, y el excongresista Mike Gallagher en Foreign Affairs, la competencia con China “debe ganarse, no gestionarse”. Al hacer este argumento, ellos y otros han recurrido al ejemplo del presidente Ronald Reagan de establecer la amenaza soviética como una prioridad máxima, para perseguir la victoria en la Guerra Fría.
La segunda escuela podría describirse como los Gestores de la Competencia. Contrariamente a los Nuevos Guerreros Fríos, los de este campamento sostienen que la rivalidad entre Estados Unidos y China no es un juego de suma cero y, en consecuencia, que es esencial tener una estrategia para coexistir con China. Los orígenes intelectuales de este enfoque se pueden rastrear hasta un artículo que Kurt Campbell y Jake Sullivan escribieron para Foreign Affairs en 2019, antes de unirse a la administración Biden. Como argumentaron, el concurso con China es “una condición a ser gestionada en lugar de un problema a ser resuelto”. Junto con Rush Doshi, quien fue subdirector principal para Asuntos de China y Taiwán en el Consejo de Seguridad Nacional, de 2021 a principios de 2024, y otros, sugieren que el mejor enfoque de Washington hacia China es liderar con la competencia, seguido de ofertas de cooperación.
El tercero podría llamarse los Acomodacionistas. Aunque comparten el desagrado por el sistema político de China y su influencia global con las otras escuelas, tienden a estar más preocupados que sus contrapartes de que la competencia pueda degenerar en confrontación. Como figuras prominentes en este campamento, los académicos de relaciones internacionales Jessica Chen Weiss y James Steinberg están en contra de librar una guerra fría con China porque las guerras frías son inherentemente peligrosas. En su opinión, Pottinger y Gallagher ofrecen un atractivo ilusorio a la victoria, porque “los esfuerzos de Estados Unidos por lograr cambios mediante la presión tienen tantas probabilidades de consolidar el gobierno autoritario como de socavarlo”. Weiss y Steinberg argumentan que, por lo tanto, es del interés de tanto Beijing como Washington reducir el riesgo de guerra y cooperar en temas de interés mutuo, como el cambio climático y la salud pública.
A pesar de esta diversidad de opiniones, las tres escuelas coinciden en que China representa un desafío significativo para Estados Unidos. También coinciden en que la política estadounidense hacia China necesita bases bipartidistas para tener éxito. Sin embargo, no parece haber una visión predominante en Washington sobre qué enfoque es el mejor o sobre qué aspecto del desafío político, militar, económico o de gobernanza global es el más serio. Para Beijing, este debate no resuelto ha significado que es crucial entender cómo estos diferentes enfoques están influyendo en las políticas estadounidenses y, específicamente, cómo podrían moldear la administración estadounidense entrante.
Impacto en la Literatura y la Cultura
El impacto de Arguedas se ha extendido más allá de la literatura hacia otros campos, incluyendo los estudios sociales y antropológicos. Su concepto del "Perú profundo", que se refiere a las regiones rurales y a menudo olvidadas del país donde las culturas indígenas continúan viviendo, ha sido fundamental para repensar las narrativas históricas y sociales de la nación. La idea de Arguedas ha inspirado a académicos y activistas a estudiar y valorar las culturas indígenas, así como a abogar por sus derechos y reconocimiento en la sociedad peruana.
En los estudios de ciencias sociales, el "fenómeno Arguediano" se refiere a la influencia duradera de las ideas y la visión de Arguedas en la comprensión académica y popular del Perú y de América Latina en su conjunto. Su enfoque interdisciplinario, que abarcaba la literatura, la antropología y la sociología, sigue siendo relevante para abordar las complejidades culturales y sociales de la región. La vigencia política y literaria de José María Arguedas en el Perú contemporáneo es innegable y duradera. Su legado sigue siendo una fuente de inspiración y reflexión no solo para la literatura y la cultura, sino también para los estudios sociales y antropológicos que buscan comprender y transformar las realidades de América Latina.
Contribuciones a la Identidad y Diversidad Étnico-Cultural
Es cierto que el fenómeno Arguediano y la obra de José María Arguedas no resuelven directamente los problemas de identidad y diversidad étnico-cultural en el Perú ni impactan de manera directa en las costumbres alimenticias. Sin embargo, Arguedas sí contribuyó significativamente a la valoración y el reconocimiento de las culturas indígenas y tradicionales del país, lo cual ha tenido efectos en diversos aspectos de la vida cultural y social peruana. En términos de identidad y diversidad étnico-cultural, la obra de Arguedas ayudó a visibilizar las realidades de las comunidades indígenas y a promover un mayor respeto por sus tradiciones y formas de vida. Aunque no resuelve por sí sola los problemas sociales y políticos relacionados con la identidad, su impacto se refleja en un mayor interés por parte de la sociedad en reconocer y preservar la diversidad cultural del país.
primero con Kenya Hernández Vinalay y los otros dos con Moisés Rojas Ramos. El Covid-19, generó una pandemia que clausuró el mundo por varios meses y dejó al desnudo el desastre de la ciudadanía social en el Perú. Un dato, el sistema de salud público peruano, fue el único en el mundo con 6,500 fallecidos por cada millón de habitantes (Expansión, 2022), además, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), señaló que la informalidad laboral fue del 74,3% sobre el total de la población económicamente activa (PEA). Los datos duros nos muestran el desastre en el que se encuentran los derechos sociales en el Perú
producto del despliegue del neoliberalismo y la mercantilización
de la ciudadanía social desde 1993.
Las cinco crónicas, que recorren los últimos 74 años de la vida
política peruana, parten del golpe de Estado de Odría en 1948 y
terminan en el 2022, arco de tiempo, en el que relacionamos categorías como ciudadanía social, neoliberalismo, migración, informalidad, globalización y neopopulismo con el propósito de describir la destrucción de los derechos sociales en este país andino y su reemplazo por una simulación institucional que no supo enfrentar una catástrofe social. En esta dirección, la metáfora del hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, ubicado en Lima es aleccionadora, está obra impulsada, construida e inaugurada por el Presidente Odría en 1956, fue el centro neurálgico de combate a la pandemia Covid-19. En cambio, la infraestructura médica desarrollada desde 1993, en adelante no sirvió de nada porque sencillamente no existía. La mal llamada economía social de
mercado de la constitución del Presidente Fujimori expresa con claridad este conjunto de contradicciones que han modelado la relación entre neoliberalismo y la ciudadanía social precaria en el Perú contemporáneo.
México, Octubre 27, 2022
La música, al igual que una religión, es conducida y modificada por el efecto de las particularidades e interrelaciones sociales. El entorno de las dos está muy ligado a lo estético y a la exteriorización de acciones o sentimientos, aspiraciones o aversiones y cada una de ellas convoca colectivos en torno a aspectos comunes conscientes o inconscientes.
La procesión del Señor de los Milagros es el santo de los inmigrantes en las diásporas. El Cristo morado es una manifestación popular que los inmigrantes peruanos han llevado a decenas de ciudades en el mundo.
El Cristo morado es una manifestación popular, un rito pre-hispano donde las personas esperan del Cristo morado por la fe cosas absolutamente disimiles, como el saneamiento de una dolencia, conseguir un trabajo, la paz espiritual, el curar una enfermedad, la abundancia económica, y la posibilidad de atraeré al ser amado y unificar la familia en la travesía migratoria.
De la música sabemos sus causas y efectos, pero no de su esencia. Desde luego la música consiste en una sucesión de sonidos, producidos por vibraciones, que tienen altura y timbre, pero carece de cuerpo, como la escultura, y de color, como la pintura. El cajón es un instrumento musical de origen afroperuano que se ha popularizado en todo el mundo gracias al jazz moderno, el nuevo flamenco y la música afrolatina-caribeña. las "calabazas" o "chacombos" han empleados simultáneamente a los orígenes del cajón.
El vals peruano es la expresión de la identidad urbana costeña del Perú por lo tanto representa a un gran número de peruanos que sienten que la región de la costa es su espacio de creación. Se pueden mencionar algunas facetas religiosas de la música.
Chabuca Granda registró como la fecha final de su obra, LA FLOR DE LA CANELA el 7 de enero de 1950. Esta canción fue la que la lanzó a la popularidad, pero fue grabada por primera vez en el invierno de 1953 por el trío Los Morochucos. Aunque se desconoce el origen del nombre La Flor de la Canela, se sabe que esta es una expresión en desuso que se utilizaba para ponderar la exquisitez o la excelencia. Sobre ella, ya en 1611 Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española dice lo siguiente: "Para encarecer una cosa excelente solemos decir que es la flor de la canela" o "Flor de la canela, lo muy perfecto". En la historia de la música peruana, existe el huayno La Flor de la Canela, grabado por Domingo Núñez y Mariano Escobedo en 1913, y la marinera La Peruana, compuesto por Rosa Mercedes Ayarza antes de 1938. El vals está inspirado en Victoria Angulo Castillo, una mujer afroperuana vecina del distrito limeño del Rímac. Granda conoció a Angulo en la casa barranquina de la escritora María Isabel Sánchez-Concha de Pinilla y estrenó el vals el 21 de julio de 1950, día de su cumpleaños.
El ser humano se procura alivios a los posible sinsentidos de su existencia y de esa misma manera acude a la música y a la religión como una manera de abrigo y aunque no obtiene respuestas palpables de ambas obtiene una insinuación que de todas maneras le reconforta y acompaña.
Dado que el aire en circulación es necesario para que todos los sistemas y órganos vitales puedan existir y que el sonido es un resultado de toda especie de fricción, que tiene lugar desde el mismo escenario íntimo del átomo, entonces se puede afirmar que en donde haya materia habrá sonido y en donde haya vida habrá música.
Es muy prudente afirmar que no se pueden clasificar las religiones buenas o malas como tampoco hay músicas buenas o malas. Para unos las mayores experiencias de éxtasis espiritual suceden en complicidad con el rito y la música y para otros la verdadera paz radica en el silencio que no es más que la disposición a vibrar con los sonidos sutiles.
El contenido de esta obra pone en valor la cultura gastronómica. El sociólogo Hernán J. Gonzales Espinoza, nos presenta un recorrido histórico sociológico de las cocinas del Perú en sus ambiente y regiones.
La gastronomía también ha evolucionado con el paso del tiempo hasta convertirse en un importante capital que ha puesto los ojos del mundo en el Perú bicentenario. La gastronomía peruana, con sus sabores, fusiones y colores, es una fortaleza indiscutible que nos acompaña en estos 200 años de vida republicana y que sigue sorprendiendo al mundo. Hernán González Espinoza, nos destaca en este libro que la gastronomía peruana posee esa “La versatilidad alcanzada tiene capacidad de anudar las culturas locales, migrantes e inmigracioncitas y está vinculado en más de 200 años a diversas personalidades, manuscritos y recetas; ahora esta nueva recreación nos hace destacar al Chef peruano Gastón Acurio, quien es reconocida celebridad de la gastronomía contemporánea , hoy es un gran investigador, empresario “En este París, aprendí todo lo que luego apliqué a mi cocina: el amor al terruño”, se refiere al lugar donde fue formado y su identidad con la peruanidad, también destaca al cocinero Javier Wong Chong y el despliegue de innumerables y destacados maestros(as) en diversos programas televisivos.
En el libro el sociólogo e investigador Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara, remarca que la sociología gastronómica busca estudiar el encuentro cultural con la alimentación dentro del contexto histórico-sociocultural en que se desarrollan. El ensayo sobre la historia del Tacu-Tacu y la diáspora africana que se estableció forzadamente en el Perú y trajo consigo sus lenguas aborígenes entre que denominaron algunos alimentos como Fufú, Tontón, Tuntún, Plan-Plan, en referencia a la palabra Tacu-Tacu, podemos decir que es una creación de la lengua africana angoleña y el castellano de la época. Tacu-Tacu significa, en la lengua efik, la palabra n’tak significa algo que deja. La presencia de las lenguas africanas en el Perú, el swahili fue una de las lenguas que la diáspora africana mantuvo como identidad propia para comunicarse entre sí, a pesar de las prohibiciones la Inquisición de Lima. En el ensayo de la historia de pollo a las brasa, se destacada, los orígenes y la particular cocción del pollo a las brasas y la preparación realizada por una cocinera bajo la sombra de los molles arboles de pimienta de una huerta en la hacienda de Santa Clara en Chaclacayo se dio origen al Pollo a las Brasa. La cocinera ensartaba de lado a lado los pollos bebes en una barra de metal de un metro de largo, para luego hacerlos girar manualmente sobre la brasa de leña. La receta del pollo a la brasa fue preparada por una cocinera de Santa Clara, utilizando ingredientes producidos de la zona: romero, huacatay, ají panca y pimienta en distintas proporciones.
Esperamos que disfruten la lectura y el diálogo como instrumento de cultura para el desarrollo, y la innovación tecnológica.
Unos de los retos de la diáspora peruana es lograr la representación política en los Estados Unidos en los estados de mayor presencia de peruanos. Esta representación se puede lograr a través de representantes políticos, comunitarios y profesionales para lograr liderazgo político que represente a la diáspora peruana en los Estados Unidos como lo han alcanzado la diáspora dominicana,
Años Peruanos
2017 679,128.00
2015 651,128.00
2010 609,360.00
2000 248,050.00
colombiana, venezolana entre otras comunidades. La comunidad peruana en los estados de Florida, California y New Jersey ha crecido significativamente que requiere la presentación política. Este es un nuevo reto para las nuevas generaciones de peruanos nacidos en los Estados Unidos y de los peruanos nacionalizados estadounidenses. Involúcranos en los retos de la sociedad en que residimos por ser contribuyentes culturales, económicos y contribuyentes fiscales a través del pago de impuestos. La participación también requiere ser parte en la toma decisiones, por ser parte de las políticas públicas de nuestras ciudades y condados.
Los peruanos representan la undécima población de origen hispano que vive en los Estados Unidos, representando alrededor del 1% de la población hispana de los Estados Unidos entre 2017 -2020. Desde 2000, la población de origen peruano ha tenido un crecimiento de 174%. Entre el periodo de 2017 a 2020 la población de origen peruano creció de 248.000 a 679.000 en el período.
La población peruana nacida en el Perú que vive en los Estados Unidos creció un 120%, de 193.000 en 2000 a 423.000 en 2017.
La población de peruanos en los Estados Unidos según al reciente estudio de PEW Research Center, el perfil demográfico de los peruanos en Estados Unidos durante el periodo de 2000 al 2017 alcanzo a 679,129 peruanos, representando la undécima población de origen hispano en los Estados Unidos. Entre el periodo de 2010 de 609,360 peruanos al 2017 se incrementó a 679,128 lo que represento un incremento porcentual.
Los tres estados, Florida, California y New Jersey, donde la presencia de la comunidad peruana se ha concentrado mayoritariamente. Esta concentración se debe a la preferencia que estos estados tradicionalmente han concentrado inmigrantes de origen hispano, la movilidad social a través de la lengua español, mejores oportunidades de empleo, más faciales accesos a la educación, escuelas y universidades, y mejores posibilidades de emprender un negocio, empresa y desarrollo profesional, y acceso a la vivienda y propiedades.
Cabe señalar que la representación política de latinos en esto tres estados, Florida, California y New Jersey constituyen también un atractivo para los latinos participen en las políticas públicas a nivel local, estatal y federal. El empoderamiento político de latinos en los últimos 20 años ha sido un detonante, aunque es minoritario comparado con otras comunidades de inmigrantes. Pero hay una presencia política de los tinos a nivel local y estatal a través de representantes de origen hispano. Pero una ausencia de representantes de origen peruanos en el gobierno local y estatal.
De un total de 679,128 peruanos en los Estados Unidos el 129,034 reside en la Florida que representan 19% de origen peruano. California 108,660 el 16% de origen peruanos que representan 16 % de origen peruano y el Estado de New Jersey 95,078 que representan 14% de origen peruano.
Las cosas mejoraron un poco después de la normalización de las relaciones comerciales entre los Estados Unidos y Vietnam en 2000, que abrió el mercado vietnamita para los inversores estadounidenses en sectores clave como las telecomunicaciones y los servicios financieros.
Las medidas son tomadas por el gobierno desde 1990 para transformar Vietnam en una economía de libre mercado con precios estables; política fiscal, política monetaria, política cambiaria, comercio internacional de Vietnam y política de inversión, en un enfoque para comprender los factores que permitieron la adopción de una nueva economía
A principios del año 1990, las políticas Doi Moi en Vietnam habían acercado su economía a la estructura de otros países en desarrollo, de modo que sus políticas ofrecían lecciones para el desarrollo.
La principal característica de este modelo económico son las industrias básicas y sectores regulados como las telecomunicaciones o el sector bancario, en su mayoría propiedad del Estado, pero compuestos entre ellos en un sistema de precios establecido por el mercado. En contraste, otras concepciones del socialismo de mercado del Estado no interfieren rutinariamente para establecer precios o favorecer a las empresas establecidas sobre las empresas privadas. Vietnam ha adoptado el modelo chino: gran liberalización económica y control del control político.
Las empresas estatales ocupan una gran cantidad de capital nacional, pero operan de manera ineficaz, falta de transparencia, corrupción y muchas pérdidas debido a problemas de gestión. El Estado no está bien controlado, lo que significa que el Estado no utiliza las empresas estatales para industrializar y guiar la economía. A pesar de muchos esfuerzos para construir grandes grupos económicos, el sector económico estatal todavía no puede promover su papel de liderazgo.
La situación de grave corrupción y despilfarro con manifestaciones cada vez más sofisticadas y complicadas, han causado frustración en la sociedad, esto coloca a Vietnam en el grupo de países con grave corrupción.
Vietnam ha identificado: este es un modelo de autoconstrucción, no hay un modelo específico, por lo que, en el proceso de construcción, es inevitable que estas deficiencias se identifiquen y ajusten claramente en cada fase. El modelo de economía de mercado de orientación socialista seguirá perfeccionándose para adaptarse a la nueva tendencia de los tiempos, en línea con las aspiraciones, expectativas de la gente. Al mismo tiempo, criticando las opiniones de algunas personas de que la economía vietnamita actual "no se parece a nadie", "el socialismo por fuera, pero por dentro es capitalista"
Limitaciones: desde atraer talento, cómo compararnos con el mundo, experimentar con políticas valientes, innovar y mejorar continuamente, escuchar a las personas, cuando se eleva nuestra capacidad de aprendizaje, cuando la estrategia de desarrollo económico se planifica con precisión y a fondo, el país se levantará".
De acuerdo con el proyecto Polaris el tráfico humano y la explotación sexual comercial de menores además de ser la industria criminal de más rápido crecimiento es uno de los crímenes con más ganancias monetarias para el crimen organizado mundialmente con un lucro anual entre 32 a 36 billones de dólares.
Según el TIP (trafficking in person report), reporte de tráfico de personas a 25 millones de personas se le niega su derecho fundamental de libertad forzándolo a vivir en esclavitud para el beneficio financiero de sus explotadores.
La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Si bien la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos Cabe mencionar el uso de las redes sociales en línea que es usado por depredadores sexuales y traficantes de personas para capturar nuevas víctimas.
Perú está considerado como un país de origen, tránsito y destino de la trata internacional, sin embargo, la mayor incidencia de la trata se presenta al interior del país. Las zonas de mayor incidencia de casos son: Lima, Cusco, Iquitos, Arequipa, Puno, y Piura. Asimismo, se han identificado casos de peruanas llevadas a países de América del Sur; Europa Occidental, especialmente España e Italia; Japón y Estados Unidos. El mayor número de casos tienen lugar dentro de las fronteras del país donde miles de personas son víctimas de trata con fines de explotación sexual y laboral en actividades como la minería, la tala, la agricultura o el trabajo doméstico, entre otras formas.
La trata de personas constituye un fenómeno delictivo complejo y una de las más graves violaciones a los derechos humanos. Consiste en captar, retener o trasladar a personas de un lugar a otro dentro de las fronteras de un mismo país o hacia el exterior con fines de explotación, en su mayoría explotación sexual y laboral; haciendo uso de diversos medios como la amenaza, el engaño o el abuso de poder.
Cada día, cientos de personas son explotadas por redes de crimen organizado transnacional en todo el mundo. El actual contexto de crisis sanitaria y económica por la covid-19 ha incrementado o visibilizado la situación de vulnerabilidad de las personas, sobre todo de los grupos de especial protección como personas migrantes, personas con discapacidad, población LGTB, entre otras.
En el mundo, por cada 10 víctimas, cinco son mujeres adultas y dos son niñas. El porcentaje de niños, mayormente utilizados para trabajos o servicios forzados, pasó del 3% al 15%; y en el caso de las niñas, tratadas con fines de explotación sexual, pasó del 10% al 19%, en el caso del Perú.
El protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, más conocido como Protocolo de Palermo (2000), plantea una serie de recomendaciones y medidas para prevenir la trata de personas, sancionar a los tratantes y proteger a las víctimas, en particular, amparando los derechos humanos internacionalmente reconocidos y comprometiendo a los Estados firmantes. El libro analiza y describe las modalidades de la trata de personas especialmente en las personas más vulnerables que son niñas y jóvenes. El libro presenta fotografías como el testimonio visual con el propósito de sensibilizar e incitar a la reflexión, en que cada ciudadano del Perú y en el mundo a cambiar esta situación en la que más de 3 millones de niños, niñas y jóvenes son víctimas de la explotación infantil y trata de personas. Finalmente, recomendaciones para la lucha, prevención y educación dentro la perspectiva integrada con los países que afronta la lucha contra el tráfico humano.
La voces de las victimas marcan el camino