Y me gusta,
su persona y todo el fuego que nos quema.
Fuego que me quema,
no me deja quedarme quieta.
Disfruto su fuego,
y así también, debo empaparme después
de los más santos pensamientos,
para no hacer de mí misma
una incesante hoguera.
Pero el fuego es tanto,
lo siento por todos lados,
me quema,
y el escozor y el ardor
me imposibilitan el quedarme quieta.
Me gusta su calor
y devolverselo todo,
todo lo que me hace llegar.
Una y otra vez,
con tanto calor los dos, ardemos,
pero su persona me hace disfrutar
el apagar el fuego
Divagando sentimientos
Cosas que pasan por aquí...
jueves, 1 de junio de 2017
Mierda
Me agrada.
Me agrada sentirlo.
Y disfrutarlo.
Me gusta cuando tratamos de saciarnos,
pero sólo conseguimos tenernos más sed.
Me agradan muchas cosas de él,
como el antes,
el durante
y el después.
Me agrada su prisa y su urgencia,
también su calma y su paciencia,
o su violencia.
Todo, así, me agrada.
Y el después, también,
porque me acaricia
y me hace gustar las caricias que nunca antes tuve
y que no sabía que podía llegar a anhelar.
Me agradan sus abrazos, y su voz y la manera en que me habla.
Me agrada, me hace reír.
Y también sus labios me agradan.
Mierda.
Me gusta.
Mierda.
Me agrada sentirlo.
Y disfrutarlo.
Me gusta cuando tratamos de saciarnos,
pero sólo conseguimos tenernos más sed.
Me agradan muchas cosas de él,
como el antes,
el durante
y el después.
Me agrada su prisa y su urgencia,
también su calma y su paciencia,
o su violencia.
Todo, así, me agrada.
Y el después, también,
porque me acaricia
y me hace gustar las caricias que nunca antes tuve
y que no sabía que podía llegar a anhelar.
Me agradan sus abrazos, y su voz y la manera en que me habla.
Me agrada, me hace reír.
Y también sus labios me agradan.
Mierda.
Me gusta.
Mierda.
martes, 25 de abril de 2017
Supervivencia
Lo que pasó
Fue lo que inevitablemente tenía que suceder.
No me ganó,
No abandoné,
No hubo knock out,
Ni pelea propiamente dicha.
Fuimos instintos encontrados
Y consumados.
Y ahora también lo fui.
Porque la vida, siempre que la creía buena,
Me dio golpes muy bajos...
Esos días,
Esos días sólo me desprendí,
Por todos lados fui a pasear
(Sin saber que me había ido).
Sólo salí de mí.
Y me perdí.
Y no volví.
Me refugié, cuál tortuga bebé,
Asustada,
Dentro de su caparazón.
No, no fue ostracismo,
Fue puro instinto de supervivencia.
Fue lo que inevitablemente tenía que suceder.
No me ganó,
No abandoné,
No hubo knock out,
Ni pelea propiamente dicha.
Fuimos instintos encontrados
Y consumados.
Y ahora también lo fui.
Porque la vida, siempre que la creía buena,
Me dio golpes muy bajos...
Esos días,
Esos días sólo me desprendí,
Por todos lados fui a pasear
(Sin saber que me había ido).
Sólo salí de mí.
Y me perdí.
Y no volví.
Me refugié, cuál tortuga bebé,
Asustada,
Dentro de su caparazón.
No, no fue ostracismo,
Fue puro instinto de supervivencia.
lunes, 10 de abril de 2017
Duele
El temblor de la mano sangrante y traicionera,
Escurriendo gotas por el tibio puñal
Que acaba de sacar
De la espalda a la que se lo acaba de clavar.
Cuando la mano que lastima,
Es amiga,
No hay dolor que duela más.
El temblor de esa mano,
Que tantas veces tomé, ayudé y felicité,
Ese temblor
Parece tan pálido y falso
A la luz de los engaños
Que van brotando en diferentes rememorandos.
La incomprensión de la traición,
Es un puñal certero que cayó en el suelo,
Retumbando y brillando,
Con colores metálicos y sanguinarios combinados.
El sonido del silencio
Y la soledad
De parte de quién amas y confías,
Sonando por los pisos, estrellados en una nada,
Helada...
Son dolores que duelen,
Y mucho.
Y cuando la verdad por todos sea dicha,
La herida ya no existirá
Pero la cicatriz
(Cuando se forme y llegue)
Allí va a estar. Recordando.
Recordándonos.
Sabiendo lo que no sabía antes,
Sabiendo la tranquilidad de mi conciencia;
Y el cansancio de la traición y de la falta de confianza,
Al fin estará relajado.
Y esos dolores,ya no doleran tanto.
Escurriendo gotas por el tibio puñal
Que acaba de sacar
De la espalda a la que se lo acaba de clavar.
Cuando la mano que lastima,
Es amiga,
No hay dolor que duela más.
El temblor de esa mano,
Que tantas veces tomé, ayudé y felicité,
Ese temblor
Parece tan pálido y falso
A la luz de los engaños
Que van brotando en diferentes rememorandos.
La incomprensión de la traición,
Es un puñal certero que cayó en el suelo,
Retumbando y brillando,
Con colores metálicos y sanguinarios combinados.
El sonido del silencio
Y la soledad
De parte de quién amas y confías,
Sonando por los pisos, estrellados en una nada,
Helada...
Son dolores que duelen,
Y mucho.
Y cuando la verdad por todos sea dicha,
La herida ya no existirá
Pero la cicatriz
(Cuando se forme y llegue)
Allí va a estar. Recordando.
Recordándonos.
Sabiendo lo que no sabía antes,
Sabiendo la tranquilidad de mi conciencia;
Y el cansancio de la traición y de la falta de confianza,
Al fin estará relajado.
Y esos dolores,ya no doleran tanto.
jueves, 16 de marzo de 2017
Jardines de arena
Iba camino a casa,
En el colectivo de siempre.
Rodeada de tanta gente, pero aislada
Con mis auriculares y un par de canciones tristes,
Con la mirada en la ventanilla,
Mi mejor confesor e incitador filosófico.
Y de golpe quise llorar.
Los ojos,
Llenos de tormentas de arena
Como la peor que pudiera tener el desierto del Sahara,
Así de secos se encontraban.
En algún momento imperfecto e inoportuno, como la vida misma,
La ira, ansiedad, frustración, el peso de la soledad y del dolor,
Se volcaron a lo opuesto .
Un rayo se cruzó, el trueno siguió
Y una gota de la nada humedeció
El arenoso jardín que había dentro de esos ojos.
De pronto, llovió.
De pronto, la tormenta de arena, comenzó a asentarse un poco.
En el colectivo de siempre.
Rodeada de tanta gente, pero aislada
Con mis auriculares y un par de canciones tristes,
Con la mirada en la ventanilla,
Mi mejor confesor e incitador filosófico.
Y de golpe quise llorar.
Los ojos,
Llenos de tormentas de arena
Como la peor que pudiera tener el desierto del Sahara,
Así de secos se encontraban.
En algún momento imperfecto e inoportuno, como la vida misma,
La ira, ansiedad, frustración, el peso de la soledad y del dolor,
Se volcaron a lo opuesto .
Un rayo se cruzó, el trueno siguió
Y una gota de la nada humedeció
El arenoso jardín que había dentro de esos ojos.
De pronto, llovió.
De pronto, la tormenta de arena, comenzó a asentarse un poco.
miércoles, 15 de marzo de 2017
Alicia postmoderna
Viaje tortuoso. Viaje maravilloso.
Cayendo y girando en un espiral
Infectado de colores deslumbrantes.
Vi colores que no sabía que existían
Y para siempre me cambió la mirada,
Me giró la perspectiva.
Me transformó en una versión postmoderna, antiheroína y apasionada de cervezas
De Alicia en el País de las Maravillas.
Porque si antes buscaba y me preocupaba un más allá,
Ahora lo busco, miro, admiro y vivo, todo acá.
Porque antes desconocía mucho.
Pero ahora conocí a las lágrimas de felicidad
Y a la responsabilidad que conllevan.
Cayendo y girando en un espiral
Infectado de colores deslumbrantes.
Vi colores que no sabía que existían
Y para siempre me cambió la mirada,
Me giró la perspectiva.
Me transformó en una versión postmoderna, antiheroína y apasionada de cervezas
De Alicia en el País de las Maravillas.
Porque si antes buscaba y me preocupaba un más allá,
Ahora lo busco, miro, admiro y vivo, todo acá.
Porque antes desconocía mucho.
Pero ahora conocí a las lágrimas de felicidad
Y a la responsabilidad que conllevan.
- Hay que hacerlas valer. Hacerlas valer muy bien.
Walter White
No, no es magia.
Sólo es el mero padecimiento de diferentes reacciones químicas.
Explosiones, para ser precisos.
(Y mejores que las vistas en Breaking Bad).
Es la única manera de explicarlo.
Y no podemos evitarlo.
No compartimos tiempo,
no nos vemos,ni nos necesitamos,
no nos hablamos.
No, ya no.
Pero a veces, sólo a veces e inesperadamente,
nos encontramos.
Entonces, todo explota.
Todas las promesas antes hechas
y todas las que no.
Hasta que llega el después
y sus arrepentimientos frustrantes del día siguiente,
mientras camino por los escombros, por los restos de lo que quedó.
Pero ni siquiera Walter White podría haber logrado la cristalina perfección y claridad que surge luego,
de entre los restos.
Esta bomba no volverá a detonarse.
No,ya no. No de nuevo...
Creo que no.
Sólo es el mero padecimiento de diferentes reacciones químicas.
Explosiones, para ser precisos.
(Y mejores que las vistas en Breaking Bad).
Es la única manera de explicarlo.
Y no podemos evitarlo.
No compartimos tiempo,
no nos vemos,ni nos necesitamos,
no nos hablamos.
No, ya no.
Pero a veces, sólo a veces e inesperadamente,
nos encontramos.
Entonces, todo explota.
Todas las promesas antes hechas
y todas las que no.
Hasta que llega el después
y sus arrepentimientos frustrantes del día siguiente,
mientras camino por los escombros, por los restos de lo que quedó.
Pero ni siquiera Walter White podría haber logrado la cristalina perfección y claridad que surge luego,
de entre los restos.
Esta bomba no volverá a detonarse.
No,ya no. No de nuevo...
Creo que no.
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