Ya llevábamos unos años con ganas de hacer una navidad distinta, en una casa rural con amigos. Y fue éste el año elegido. Unas semanas antes nos reunimos con parte de la familia previo aviso de que en navidad no estaríamos.
Habíamos quedado con unos amigos y un par de semanas antes fuimos con ellos a hacer las compras de bebidas, manteles, comidas menos perecederas, etc...: Ya esa compra fue el principio de la aventura.
Los dos-tres días previos cada familia por su cuenta cocinó lo que mejor sabía hacer o le apetecía para una vez allí descansar y no perder horas en la cocina.
Cogimos alojamiento para tres noches: La del viernes, que más que nada era para descargar coches, situarse y acomodarse; la del sábado (nochebuena) y la del domingo, que esa no la disfrutaríamos ya que el lunes tocaba trabajar, pero de ese modo comeríamos tranquilos allí el día de navidad.
El pueblo elegido fue Muneta; un pequeñísimo pueblo de Navarra con unos 40 habitantes censados, pero que según la dueña de la casa rural, habitualmente habitan solo unos 30.
El viaje el viernes fue una locura, ya que ninguno de nuestros dos GPS tenía muy claro el lugar donde se ubicaba Muneta y nos hizo dar unas terribles vueltas por gran parte de Navarra. Terminamos pasando el puerto de Urbasa más nevando casi que lloviznando.
Me consta que Urbasa es precioso, pero lo mejor que vimos fue más o menos como ésto:
Una vez llegamos la casa rural nos pareció de lo más acogedora, pero estábamos muy cansados de toda una semana de trabajo y preparativos e hicimos poco más que cenar, colocar todo y acostarnos.
No me gusta quedarme mucho por la mañana en la cama, así es que fuí el primero en levantarme y después de desayunar y al ver que la gente no se terminaba de levantar me dispuse a dar un paseo por montes de Navarra.
No muy lejos encontré un pueblo llamado Aramendia.
Me gustó encontrar un pequeño pueblo así despertando. Con muy poca gente por la calle, pero que todos saludan como si te conociesen de siempre.
Después de mi paseo el día poco a poco se fue "transformando en nochebuena": Unas compras de última hora, siestecita, risas...y antes de cenar una vueltecita por Estella para ver al "olentzero".
recordaros que es el "papá noel" vasco (para que me entendáis).
La noche en casa "Basaula" fue inmejorable. Cena excesiva, como suele ser, bebidas, juegos, risas de niños y mayores y sobre todo eso que llamamos "buen rollo".
Por la mañana descubrimos que el Olentzero nos trajo muchos más regalos de los esperados:
Ese domingo fuimos con los coches a recorrer un poco la zona.
Ha sido una navidad muy especial, que recomiendo a cualquiera que no tenga demasiadas ataduras familiares. Yo por desgracia, como ya algunos sabéis no tengo ya padre ni madre y una salida así me ha hecho en cierto modo desplazar pensamientos y recuerdos que me suelen atormentar en esos días.