No creo en el amor.
No creo en la definición
ni en los reglamentos
ni en la institución
ni en el paradigma.
No creo en los bombones
que huelen a cohecho;
ni en la firma del juez de paz
o la marca "Mariposas
catorce de febrero".
Yo solo creo en el delirio
que me estremece hasta el pelo
cuando escucho tu voz.
Llamalo
como
quieras.
Raquel Nieto, 11-nov-2015