Ponerle al año un broche de oro
un cierre, un piolín,
atarlo con alambre, coserlo,
pegarlo con plasticola,
engancharle un clip
y archivarlo así, ¡sin balance!
¿Quién dijo que el 31 de diciembre
hay que llegar a un saldo
como si la vida fuera una empresa
que tributa ante la AFIP?
¿Habrá sido Facebook
con su algoritmo selector de lo importante
y gurú
de lo que debiera recordar?
¡O Julio César
que decidió dónde cerrar!
Cerrar feliz.
Cerrar y punto.
Cerrar siguiendo.