Las tres gracias
Mientras preparo un taller sobre el paso (siguiendo algunos motivos) de los cuentos tradicionales, desde las lejanas cortes europeas a los libros que hay hoy en las bibliotecas escolares, voy a los hombres-tigre del ejército de Quiroga, el cuento "El herrero Miseria" (que le cuenta don Segundo Sombra al joven Ricardito en la noche de la pampa), "El adivino", cuento ruso protagonizado por un pícaro que puede vivir acá a la vuelta, "Sol, Luna y Talía", la versión napolitana de "La bella durmiente". Y así me mareo, me pierdo en rara melancolía (debe ser la altura del año) de ese mundo rico y lleno de luz. De los detalles léxicos, las inflexiones de cada pueblo que contó (cuenta) estas historias. Como dice D. Link que decía Barthes: "una voz es la superficie de contacto entre un texto y una vida".
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