Angra Do Heroísmo, Ilha Terceira, 1988
Angra Do Heroísmo, Ilha Terceira, 1988
Angra Do Heroísmo, Ilha Terceira, 1988
HISTÓRICO
da Ilha Terceira
BOLETIM
HKTóRICODA
IM
VOL. XLV
TOMO I
SEDE
DO
INSTITUTO HISTÓRICO
DA
ILHA TERCEIRA
INSTITUTO HISTÓRICO DA ILHA TERCEIRA
(31 de Dezembro de 1987)
SÓCIOS EFECTIVOS:
Dr. Álvaro Pereira da Silva Leal Monjardino (Presidente)
Prof. Doutor António Manuel Bettencourt Machado Pires
Dr. António Maria de Orneias Ourique Mendes
Emanuel Félix Borges da Silva
Arqt.0 Fernando Sousa
Francisco Ernesto de Oliveira Martins
Dr. Francisco dos Reis Maduro Dias (Tesoureiro)
Governador do Castelo de São João Baptista
Dr. Helder
0
Fernando Parreira de Sousa Lima
Arqt.
a
Luís António Guizado Durão
Dr. D. Mariana dos Prazeres Júlio Miranda Mesquita (Directora da Biblioteca e Arquivo de
Angra do Heroísmo)
Padre Dr. Jacinto Monteiro da Câmara Pereira
João Dias Afonso
ftdre João Maria de Sousa Mendes
Dr. Jorge Eduardo Abreu Pamplona Forjaz (Director do Museu de Angra do Heroísmo)
Dr. José Guilherme Reis Leite (Secretário)
Dr. José Leal Armas
Dr. José Orlando Noronha da Silveira Bretão
Dr. Rafael Valadão dos Santos
Dr. Rui Ferreira Ribeiro de Meirelles
SÓCIOS HONORÁRIOS:
Dr. Agnelo Orneias Rego — Licenciado em Direito
Prof. Doutor Artur Teodoro de Matos — Prof. da Universidade Nova de Lisboa
Dr. Carlos Renato Gonçalves Pereira — Jurista
Prof. Doutor Dante de Laytano — Director do Museu do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil
Dr.a D. Elsa Brunilde Lemos de Mendonça — Professora Efectiva do Ensino Secundário
Prof. Doutor Francis Millet Rogers — Prof. Jubilado da Universidade de Harvard
Prof. Doutor Frederic Mauro — Prof. da Universidade de Paris
Comendador João Soares de Medeiros — Presidente Honorário da Casa dos Açores do Rio de Janeiro
Dr. João Bernardo de Oliveira Rodrigues — Professor Jubilado do Liceu de Ponta Delgada
Prof. Doutor Joaquim Veríssimo Serrão — Presidente da Academia Portuguesa de História
Prof. Doutor Joel Serrão — Prof. da Universidade Nova de Lisboa
Sua Ex.a Rev.ma o Sr. D. José Pedro da Silva — Bispo de Viseu
Prof. Doutor José Enes Pereira Cardoso — Prof. da Universidade dos Açores
Dr.a Manuel Coelho Baptista de Lima — Presidente Honorário do I.H.l.T.
Dr. D. Maria Olímpia da Rocha Gil — Professora Efectiva do Ensino Secundário
Prof. Doutor Walter F. Piazza — Prof. da Universidade de Santa Catarina, no Brasil
Prof. Doutor Wilhelm Giese — Prof. da Universidade de Hamburgo
INSTITUTO HISTÓRICO DA ILHA TERCEWA
BOLETIM
VOL. XLV
TOMO I
ANGRA DO HEROÍSMO
19 8 8
COMISSÃO ORGANIZADORA
Remarques introductrices
*
* *
B) Au XVe siècle
En Occident des ceux siècles sont marquês par ce que Ton a appelé
la «Révolution Atlantique». Les historiens Godechot (France) et Palmer
(USA), en lançant cette expression, prétendaient, à juste titre, montrer
que la «Révolution Française» n'était que Télément le plus important
d'un mouvement politique qui avait commencé aux Pays-Bas, donné
Findépendance aux Treize Colonies, gagné toute 1'Europe et s'était
prolongé de différentes façons bien avant dans le XIXe siècle. Nous
pouvons ajouter, car c'est bien aussi leur pensée, que cette révolution
atlantique politique s'explique à la fois par une vaste transformation
démographique, industrielle et agricole, et aussi idéologique,
philosophique, religieuse, artistique et sentimentale qui l'a provoquée,
soutenue, freinée aussi parfois, et qui a commencé dès le début du
XVIIF siècle pour se prolonger ensuite jusqu'à Torée du XXe.
Du point de vue économique on voit, dès le début du XVIIF siècle,
For brésilien venir s'ajouter à Fargent hispano-américain pour relancer
Féconomie européenne. On voit aussi le monopole colonial ibérique
en Amérique remplacé progressivement par un monopole de fait de
FAngleterre. Substitution clandestine au XVIIF siècle, à travers une
lutte des Britanniques contre la concurrence française et hollandaise.
Substitution ouverte et, peut-on dire, officielle au XIXe siècle, après
Fémancipation des colonies ibériques, mais non sans la concurrence
des Français, des Allemands maintenant aussi, et des Nord-Americains.
Ajoutons à cette révolution commerciale la révolution agricole et
industrielle qui augmente la prépondérance anglaise dans FAtlantique,
d'abord par les usines à vapeur, puis par les chemins de fer et les
navires à vapeur, révolution qui cherche son seconde souffle après 1870,
et le trouve dans une expansion vers les pays d'outre-mer, oú se créent
de nouveau des empires coloniaux. Expansion à la fois commerciale,
fmancière, démographique, technologique et culturelle.
Assez curieusement, le développement de cette économie atlantique
entraíne la renaissance des trois vieilles «méditerranées européennes»:
FEurafricaine, la Nordique et la Gaélique. Et cela dès le XVIIF
siècle, comme le montre Fhistoire des ports dans cette période, par
exemple celle du port de Marseille oú est créée, comme dans d'autres,
cet instrument nouveau d'action et de coordination qu'est une «Chambre
DA ILHA TERCEIRA 27
Conclusions
EN EL ATLÂNTICO
INTRODUCCIÓN
LA MANIOBRA POLITICA
esa isla era la isla Tercera, dei Archipiélago de las Azores, donde
nos encontramos y en torno a ella se produjo la maniobra estratégica
de más envergadura desarrollada en el Oceano Atlântico desde el Des-
cubrimiento de América hasta la Segunda Guerra Mundial.
Analicemos, pués, la importância estratégica dei Archipiélago de las
Azores y en especial de la isla Tercera, en la época imperial hispano-
-portuguesa en el Siglo XVI.
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Correntes marítimas
36 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
desplazándose casi veinte grados hacia el norte donde encontro los «con-
tralisios» dei SW que le trajeron precisamente aqui, a las Azores, a
la isla de Santa Maria, donde llegó el 18 de febrero de 1493. Colon
había descubierto no sólo un Nuevo Mundo, si no, lo que era más
importante: el camino de regreso, y ese camino de regreso, marcado
por los contralisios dei SW, pasaba por las Azores. Durante tres siglos
seria esa la ruta inevitable para cruzar el Atlântico de América a Europa
y en ella, en su punto central se encontraba el archipiélago azoriano.
Si esto ocurría en el Atlântico Norte, en el Atlântico Sur ocurría
algo parecido. Para ir de Lisboa al Cabo de Buena Esperanza, camino
de las índias Orientales, los vientos obligaban a navegar hacia el sur
hasta el ecuador y después a buscar los alisios dei NW dando un gran
rodeo hasta el Cabo. Pero en el viaje de vuelta desde el Cabo a Lisboa
era preciso navegar primero al Noroeste a favor de los contralisios
dei Sudoeste y una vez pasado el ecuador subir hacia el norte cinendo
a los alisios dei Nordeste hasta llegar, precisamente a las Azores, para
tomar los contralisios dei SW hasta Lisboa.
En resumen las Azores eran paso obligado dei camino de regreso
a la Península Ibérica, tanto desde América como desde la índia.
Sumados, o mejor dicho, multiplicados esos cinco factores de valora-
ción estratégica que hemos analizado, el resultado es que no había enton-
ces, ni tampoco hay ahora, una posición estratégica en todo el Atlân-
tico de mayor interés estratégico que las islãs Azores que podian
considerarse como «la llave» de este oceano.
Quien poseyese el Archipiélago de las Terceras, como se le llamó
en Espana, tendría en su mano el dominio dei Atlântico Norte y el
control de la navegación procedente dei Atlântico Sur. Y esto lo sabia
perfectamente Felipe II y lo sabia Don Antonio, el prior de Crato,
su tenaz rival y lo sabían Isabel de Inglaterra y Catalina de Médicis,
las interesadas aliadas de Don Antonio.
Por todo ello era forzoso que este valiosísimo Archipiélago de las
Azores se convirtiese en el objetivo principal de la maniobra estraté-
gica de Felipe II y de las contramaniobras de D. Antonio y sus aliados
ingleses y franceses.
Establecido el objetivo estratégico, veamos como se desarrolló la manio-
bra, que, para su análisis, podemos dividiria en tres fases bien definidas:
DA ILHA TERCEIRA 39
donde dominaba las islãs de San Miguel y Santa Maria. Y esa fue
la decisión de Don Felipe en parte forzado por la situación peculiar
de sus «encubiertos» enemigos: concentrar su capacidad estratégica, defen-
siva y ofensiva sobre el archipiélago de las Azores.
Si el apoyo ofrecido al Prior de Crato por Isabel de Inglaterra y
Catalina de Médicis, no era leal, tampoco fue, ni mucho menos desin-
teresado, pués tanto la una como la otra presentaron a Don Antonio
sus fabulosas exigências.
Según afirma, apoyándose en documentos de la época, el gran histo-
riador espanol, Don Cesáreo Fernández Duro, en su extensa obra «La
Conquista de las Azores», Isabel consiguió de Don Antonio la cesión
a favor de Inglaterra, nada menos que el derecho de establecerse aqui
en las Azores.
El precio que puso Catalina por su apoyo al Prior fue aún mayor,
desorbitado: Francia, en caso de salir triunfante Don Antonio y coro-
narse rey de Portugal, se quedaria con la isla de Madeira, con Guinea
y, lo que parece increible, con el Brasil y además el derecho de comer-
ciar con las islãs Orientales. Es de suponer que Don Antonio, de cuyo
amor a Portugal no se puede dudar, habría puesto coto, llegado el
caso de su triunfo, a las desmedidas exigências de Isabel y de Catalina.
Pero Don Antonio contaba con otro apoyo mucho más eficaz, mucho
más efectivo, mucho más leal y generoso, que el de esas dos interesa-
das y astutas mujeres. El apoyo de un hombre íntegro, valiente y de
una lealtad, sin limites a la causa de Don Antonio que hizo por él
más que nadie: el esforzado gobemador de esta isla Tercera Don Cipriano
de Figueiredo y Vasconcellos.
Felipe II hizo todo lo posible, y lo imposible, por atraerse a su causa
a Figueiredo, como había hecho con êxito con el gobemador de San
Miguel Ambrosio Aguiar y el de Santa Maria, a quienes conservo en
sus cargos, pués jamás Don Felipe destituyó a ninguna autoridad portu-
guesa ni coloco nunca a ningún espanol como gobemador de las pose-
siones portuguesas. Hasta el último momento porfio el rey de Espana
y Portugal por convencer a Figueiredo, llegando incluso a escribirle
una carta, en português, ofreciéndole el perdón y prometiéndole gran-
des mercedes, entre ellas, confirmarle en su cargo de gobemador de
la Tercera con todos los honores. Pero, como escribe el historiador
Alberto Telles, natural de esta isla, en su interesante y documentada,
DA ILHA TERCEIRA 41
a rv
ml
Carta atlantica de Luis Teixeira. 1600 (Biblioteca Nacional de Florência)
Portugália Monumenta Cartographica, estampa num. 360, tomo III. 1960.
S. Miguel
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APROXIMACION FRANCESA
DA ILHA TERCEIRA 49
For more than two hundred years, the Azores Islands and the United
States have been more than close neighbors: they have a shared history.
It is my purpose in this paper to explore highlights of that shared history.
My thesis or argument is that in discovering this shared history it is
best, to borrow an American figure of speech, not to lose the forest
for the trees. Put in another way, we discover in our journey that
major forces have entwined the destinies of our two peoples and nations,
forces which are larger than any individuais or their individual efforts,
or families or social class, any administration or single regime, any
56 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Bass Dabney of Boston first went to Faial in 1795 and in 1806 was
appointed by Thomas Jefferson U.S. Cônsul in the Azores, a post he
served until his death in 1826. After several Dabneys succeeded him,
the last of the Dabneys left Faial in 1892.
In those early days, there were no professional diplomats in the
fledgling United States; the few amateurs available, like Thomas Jefferson
and Benjamin Franklin, could not be spared for the Azores. Resident
businessmen naturally assumed the duties of diplomacy and made their
living in commerce. American-Azorean maritime enterprise linked New
England with the Azores, a master factor in our shared History: whaling,
fishing and shipping.
Diplomacy has provided an important link in the Azorean-American
relationship, and has done so long after the day of the Hicklings and
Dabneys. Family and friendships within diplomacy on the American
side provide an interesting framework to this story, a story which is
still unfolding. The Pells of Rhode Island are one illustration. Herbert
C. Pell, a high official in the Democratic Party when Franklin Delano
Roosevelt was re-elected President in 1936, was appointed by FDR
Minister to Lisbon in 1937 and served until 1941. His son Claibome
Pell, now the Sénior Senator from Rhode Island, visited Portugal each
summer his Father served there and in 1940 drove a convoy of medicai
aid vehicles to France as a humanitarian gesture.
It is not widely known but Herbert Pell was an ambitious American
Ambassador who envisioned an even closer relationship between the
Azores and the US than now obtains. During his service in Portugal,
he made a 10 day visit to the Azores and was warmly received. Years
after he retired, he wrote his memoirs which became part of the Columbia
University Oral History Project on record.
Regarding the Azores he wrote:
Other historians will have to determine what there was to these two
historie «might-have-beens», but it is worth suggesting here that balance
of universal evidence appears to be with a more conservative verdict:
History's wisest counsel must come to grips with what was and what
is, not what might have been. The Azores are not an American possession
and never have been. Geography, however, is more immutable than
the human notion of national sovereignty. President Franklin D.
Roosevelt, with the leadership of his generation, including Minister Pell,
fully appreciated the strategic nature of the Azores' position and
envisioned a new map of the North Atlantic. As Roosevelt stated in
his somewhat a-diplomatic speech of December 29, 1940:
«The Azores are closer to our shores in the Atlantic than Hawaii
is on the other side.» (3)
The next master human factor I will briefly examine is military and
defense activities. The necessities of defense and war in our century
accomplished two things which even a century of Yankee and Azorean
maritime enterprise in the 19th century failed to do decisively:
1. broke down the geographical and politicai isolation of the
Archipelago
2. made the United States and Portugal with the Azores important
allies during two world wars and beyond.
(2) Herbert C. Pell, Memoirs (typescript; Columbia University Oral History Project,
1951-52; copy, courtesy of Senator Claibome Pell, Wash. DC), p. 437.
(3) Cited in Letter, Ambassador Armindo Monteiro to Dr. António de Oliveira
Salazar, Jan. 15, 1941, Doe. n.0 1431, vol. VIII, [DAPE], Dez Anos de Política
Externa (1936-1947). A Nação Portuguesa e a Segunda Guerra Mundial (Lisbon, MNE-
1973), pp. 40-41.
60 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(4) C. Alice Baker, A Summer in the Azores. A Glimpse of Madeira (Boston, 1882).
(5) Francis M. Rogers, Atlantic Islanders of the Azores and Madeiras (North
Quincy, MA: 1979), p. 191.
DA ILHA TERCEIRA 61
(6) R.E. Vintras, The Portuguese Connection. The Secret History of the Azores Base
(London, 1974); Jerry K. Sweeney, «United States Policy Toward Portugal During
the Second World War», (Unpubl. Ph. D. dissertation in History, Kent State University,
Ohio, 1970); Sweeney, J.K., «Genesis of an Airbase: The United States, Portugal
and Santa Maria», Aerospace Historian (Vol. XXIV, Dec. 1977, pp. 222-227; see
also my forthcoming work, «Safe House: Lisbon's Secret World War H (1939-1945)»,
manuscript.
62 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Even before the U.S. entered the war, José Bensaúde of Casa Bensaúde
was in close contact with British Intelligence through the New York-
based organization of MI-6, BSC (British Security Co-ordination). A
family of Portuguese Jews which emigrated from Marocco in the 18th
century, the Bensaúdes of the Azores were founded, in effect, by
Abraham Bensaúde who arrived in São Miguel in 1819 and established
a small Jewish community of worship and a commercial company which
soon came to dominate the Azorean economy in agriculture, shipping,
export-import and eventually in transport and communication. By the
early 20th century they owned considerable property in the Azores and
Portugal and before World War II began José Bensaúde, born in 1893,
had established himself in business in New York City as a shipper
and export-import entrepreneur (8). A large and distinguished family
in two cultures, the Azorean and Portuguese, they also made inroads
in the United States. José Bensaúde was a representative of Portugal
in the New York WorkTs Fair of 1939 and his son, José Maria, born
in America, joined the U.S. Army and served in Intelligence in World
War II. This latter event helped link a family, diplomacy and World
War II in the Azorean-American relationship. When José Bensaúde's
son joined the U.S. Army, his Father wanted to help, too.
It was during 1940 that José Bensaúde got into contact with British
Intelligence through BSC in New York and through them with William
J. Donovan, Father of the United States' first large, multi-purpose secret
(7) Franklin Delano Roosevelt Library, Hyde Park, N.Y., Papers, World War II,
Memorandum For The President From William J. Donovan, n.0 138, January 8, 1942,
6 P.M. (2 pages). [Declassified] Courtesy of Library staff.
(8) Material on the role of Sr. José Bensaúde is OSS operations in World War II
is based in part on the following materiais: Other documents from the FDR (Presidential)
Library, Hyde Park, N.Y. of Dec. 21, 22, 26, 1941 and Jan. 22, 1942; Personal
interviews in Lisbon with Sr. Bensaúde, Nov. 7, 10, 1980; and copies of various
documents on his wartime secret service and on his Flomarcy law case.
DA ILHA TERCEIRA 63
(9) Roosevelt Library, Papers, World War II, Memorandum For The Presidem From
William J. Donovan, Dec. 21, 1941, 12.00 Noon.
64 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Bensaúde and company and the OSS by late 1942 but it was never
put into operation since the German invasion of the Azores did not
occur. Once the threat of German air attack or invasion receded, that
is, especially after the failure of the 1940-41 German air compaign
over Britain, the successful invasion of North Africa by the Allies,
November 1942 and the subsequent invasion of Italy, and the defeat
of Axis forces in North Africa, the OSS operation with Bensaúde
continued to support only certain key requirements in shipping, re-supply,
re-fuelling, Communications and air services, subordinated to major
operations in the Mediterranean and later in France. This secret structure
had other functions, still not widely known or publicized: the Bensaúde
banking assistance to the United States and Britain later in the war
to obtain foreign currencies to pay networks of resistance and espionage
in Europe, behind German Unes O0). Two major initiatives, under
Bensaúde cover and auspices, had important consequences for the well-
being of the Azores and Portugal and for the Azorean-American
relationship: the wartime establishment of an Azorean shipping Une from
the US to the Azores and to Portugal and to Africa and an Azorean
airline, for cargo and passengers, the original version of SATA.
Bensaúde's Flomarcy Company Inc. of New York played a major role
(l0) Hyde, H. Montgomery, Room 3603. The Story of the British IntelUgence Center
in New York during World War II (N.Y. 1962), pp. 190-191, see more detail on
one aspect of the secret role of hired agents on some of Bensaúde's ships in the same
authors more recent work, Secret IntelUgence Agent. British Espionage in America
and the Creation ofthe OSS (New York, 1982), p. 136. This mentions a close colleague
in wartime secret service, A.M. Ross-Smith, an Australian businessman-turned-MI-6
officer, who worked to «recruit and operate the activities of several hundred secret
agents on neutral ships trading between America, north and south, and other parts
of the world, notably Spain, Portugal and Japan. The agents were known as ships'
observers and their activities provided the British SIS[MI-6] with a wealth of secret
information, from the localing of Axis shipping and essential commodities such as
industrial diamonds and platinum destined for Germany, to the presention of the
repatriation of German technicians on Japanese vessels via the Panama Canal. Ross-
-Smith became friendly with the leading Basques and Spanish Republicans in exile
and with the wealthy Portuguese shipowner, José Bensaúde, who arranged for two
million escudos to be paid through his Lisbon office to British secret agents in occupied
Europe.» (p.136).
DA ILHA TERCEIRA 65
(") Roosevelt Library, Papers, World War II, Memorandum To The Presidem From
William J. Donovan, N.0 92, Deeember 22, 1941, 8.30 A.M. Marginal Note to doeument
in which the Azorean operation, apparently first suggested by Colonel Knox was outlined
by Donovan, «OK if agreed to by State and War FDR».
(I2) Ibid., p. 2.
66 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(O) (Sworn) Affadavit (Notarized) To Court of the State of New York, County of
New York, signed by Alban Millar Ross Smith [sic], 2 pages, dated March 6, 1958; there
is also information on Bensaúde's role in the construction of the Lajes base in 1943-44,
carried by ships of his company in the islands, «Companhia Carregadores Açoreana»;
one of his cargo vessels, the Pêro de Alenquer Corte Real was sunk by German U-
boats. From Letter to the Writer, from José Bensaúde, November 29, 1980, Lisbon.
O4) A brief version of this secret operation's failure in Portugal in 1941-42 is found
in my article, «In the Service of Order: The Portuguese Politicai Police and the British,
German and Spanish Intelligence [Services], 1932-1945», Jowmal of Contemporary History
(London), vol. 18, n.0 1, Jan. 1983, pp. 1-25.
DA ILHA TERCEIRA 67
govemment and the United States during the last two years of the war.
The Azores Islands were one point of concem, since was hesitam to
embrace and to concede ali the concessions the United States required
so quickly in 1943. In effect, much diplomacy was done under the
aegis of Britain. Two important facts confronted Lisbon: a large portion
of PortugaTs armed forces were in the Azores by early 1943, and
there was restiveness among elements of the younger officers;' two,
Pro-American senthnents among Azoreans were strong and were widely
known to the authorities in Ponta Delgada and Angra. There is a curious
tone to the report of the Ponta Delgada delegation of the politicai police
(PVDE) on January 10, 1943 (,5):
«Almost in their entirety [the people] demonstrate veneration for
America and for Americans, as happens with 90% of the population
of the Azores.»
* On the U-boat brief hijacking and evacuating of the Serpa Pinto in mid-Atlantic
in late May 1944, an act that resulted in the death of two persons, a passenger and
a crew metnber, and the kidnapping of two Portuguese-Americans of military age,
see my «The Price of Neutrality», Luso-Brazilian Review (vol. 23, n.0 1, Summer,
1986; and n.0 2, Winter, 1986-87, pp. 106-127; 97-11.
(16) National Archives, Record Group, Records of O.S.S., Research and Analysis,
«Portugal», Box 697, n.0 95840, Sept. 7, 1944, William Lournoy Jr. to Sec. of State,
American Delegate of Maritime Commission, Ponta Delgada.
(17) National Archives (Wash. DC), Record Group, O.S.S., Portugal, Office of
Naval Intelligence, report, «Confidential», n.0 25491, November 17, 1942, p. 2.
(is) i.e., Letter from A.M. Ross-Smith cited, copies of Letter to Bensaúde of 1944
from U.S. Government Despatch Agency, N.Y., dated July 1, 1944, praising his work
for U.S. in obtaining vital steamer space for shipping during wartime.
DA ILHA TERCEIRA 69
Conclusion
Alice Baker wrote these words in 1882. Patience, yes, but well-directed
and creative measured impatience also has its place in our partnership.
And from New Hampshire to Boston, from Angra do Heroísmo to
Ponta Delgada and Lisbon, let us recall the timeless wisdom of the
Roman epigram, Se monumentum requiris, circumspice. Ali of us must
work together to get our Nations moving again!
In conclusion, I want to read a short poem which sumsup for me
the poetry of our shared History's ongoing challenge. The poet deeply
appreciated the Atlantic we share: Robert Frost of New Hampshire
(1874-1963) wrote:
Much as I own I owe
The passers of the past,
Because their to and fro
Has cut this road to last...
DA I À II GUERRA MUNDIAL
14. ... o G.S.M. está pronto não só a garantir a retirada das suas
forças dos Açores no fim das hostilidades, mas também a dar
garantias quanto à manutenção da soberania portuguesa em todas
as colónias portuguesas.
O Governo da União da Africa do Sul associar-se-ia a estas garan-
tias, e que há razão para esperar que garantias semelhantes serão
prestadas por forças dos E.U.
CONCLUSÃO
INTRODUÇÃO
Se, como supomos, uma dinâmica destas foi capaz de motivar acções
colectivas, e ainda de as acompanhar com suplementos de força aní-
mica; se, como procuraremos ver, essa dinâmica impulsionou movi-
mentos de povos, e desenhou modelos de convívio entre vizinhos; se,
como nos parece, essa dinâmica ainda vem hierarquizando valores e
definindo opções de vida individual e social em mais de um lugar do
mundo; se, como afinal temos diante dos olhos (porventura sem a notar)
essa dinâmica, mesmo anónima, prossegue a aproximação dos horizon-
tes, a intercomunicação dos homens, o longo e penoso caminho da
igualdade e da liberdade moral — então estaremos perante um dos casos
mais sérios da História da Humanidade.
Se, adicionalmente, encontrarmos aqui e entre nós manifestações vivas,
palpáveis e palpitantes dessa dinâmica — então ela tem um lugar insubs-
tituível neste Colóquio, que ficaria truncado e mesmo cego sem a apre-
sentar e a discutir.
(') YVETTE CENTENO, in «Boi. do Inst. Hist. da I. Terceira», XLIII (tomo I),
27 e ss.
(2) G. GUSDORF, loc. cit., 79 e ss.
DA ILHA TERCEIRA 93
II
A IDEOLOGIA DA EXPANSÃO
III
IV
A PROJECÇÃO NA HISTÓRIA
(29) V.g. em Santa Maria, mas não só. No «compromisso» do Hospital de Angra
— supra, nota 16 — prevê-se que aconteça «algu anno de thomar o império algu
home» (loc. cit., 9).
(30) G. GUSDORF, loc. cit. in nota 2.
DA ILHA TERCEIRA 107
E é por isso que referiremos de passagem três homens, dos tais que
perduram, se agigantam no tempo, e foram tocados pela ideia do Impé-
rio em momentos diferentes da vida portuguesa. Dois, declaradamente,
são poetas. Todos foram visionários.
CONCLUSÃO
INTRODUÇÃO
1. MOTIVAÇÃO
(') Brásio, P.e António — «Monumenta...», 2.a série, vol. I, Doe. 56.
(2) Barcelos, Senna — «Subsídios para a História de Cabo Verde e Guiné», Parte I
p. 21.
(3) Lembramos que quando os primeiros franciscanos chegaram a Santiago (1466),
acharam a terra «...destituída de povos, exceptuando alguns genovezes, que mais trata-
vam de colher o algodão pelo mato». Barcelos, Senna, «Subsídios...», Parte I, p. 28.
120 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(9) Brásio, op. cit., vol. II, Doe. 14, pp. 38/39.
(10) Pereira, Daniel A., «Estudos da História de Cabo Verde», p. 21.
(n) Pereira, Daniel A., «Marcos Cronológicos da Cidade Velha», (no prelo).
DA ILHA TERCEIRA 123
Por outro lado, a Carta Régia antes referida, tendo concedido, aos
moradores da ilha de Santiago, a possibilidade de irem resgatar e comer-
ciar escravos à costa ocidental africana, na zona compreendida entre
o norte do Senegal e o limite norte da Serra Leoa, ajudou ao rápido
povoamento da Ilha com mão-de-obra escrava e Ribeira Grande
transformava-se, simultaneamente, num verdadeiro entreposto de venda
de escravos.
2. IDEOLOGIA
p2) Brásio, P.e, «Evangelização Ultramarina», D.H.P., vol. II, p. 141, coluna 2.
(13) Idem, ibidem.
(14) Idem, ibidem, p. 143, coluna 1.
124 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(2°) «Elementos para a História Económica de Portugal (séc. XII a XVII)», p. 98.
(2I) Godinho, Vitorino Magalhães, «Os Descobrimentos e a Economia Mundial»,
Vol. III, Edição África, Lisboa, 1965, p. 560.
126 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(22) Gorender, Jacob, «O Escravismo Colonial», Ed. África, 2.a ed., São Paulo,
1978, p. 70.
DA ILHA TERCEIRA 127
Frei Pedro Brandão (23), por exemplo, lutou contra a maneira como
essa escravatura era feita, numa luta que podemos considerar desigual
e em que, «existimando como certo, que os negros desta conquista
de Guiné eram injustamente cativos, querendo impedir esse contrato,
e vendo que não podia, deixou o Bispado, e se foi para esse Reino
recolher no seu cubículo» (24).
Quase nas mesmas circunstâncias, o bispo D. Frei Vitoriano Por-
tuense (25) sente-se numa situação ingrata e ameaça também abando-
nar o bispado, porque ele vê, apesar de todos os seus esforços, que
é difícil suster aquilo que é «contra a cristandade e claridade tratar
somente de desfrutar destas Almas (dos escravos) o lucro temporal,
sem atender ao seu maior bem espiritual» (26).
Sem embargo, se é indubitável que à empresa marítima e colonial
portuguesa se encontrava associado o empreendimento evangelizador,
uma das pedras-de-toque dessa mesma empresa, não nos podemos esque-
cer que na mente daqueles que impulsionaram os descobrimentos
encontrava-se subjacente uma certa ideologia mercantil a que devemos
dar seu justo valor.
Quem ler aquilo a que se pode considerar como o preâmbulo justifi-
cativo da realização do primeiro contrato de arrendamento dos tratos
e resgates da Guiné, que se firmou com Fernão Gomes entre 1468/69,
não deixará de notar uma preocupação comercial não negligenciável.
«Neste tempo (1468-1469) o negócio de Guiné andava já muito cor-
rente entre os nossos e os moradores daquelas partes; e uns com os
outros se comunicavam em as coisas do comércio com a paz e amor,
sem aquelas entradas e saltos de roubos de guerra que no princípio
houve. O que não pode ser de outra maneira, principalmente acerca
de gente tão agreste e bárbara, assim em lei e costumes, como no
uso das coisas dessa nossa Europa: a qual gente enquanto não gostou
delas sempre se mostrou mui esquiva. Pero depois que tiveram alguma
notícia da verdade pelos benefícios que recebiam assim na alma como
no entendimento, e cousas para seus usos: ficaram tão domésticos, que
(23) Chegou a Cabo Verde em 1587 tendo permanecido na diocese cinco anos.
(24) Pereira, Daniel A., «Estudos...», p. 138.
(25) Chegou a Cabo Verde em 1688 e morreu em 1705.
(26) Idem, ibidem.
128 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
não havia mais que partirem os navios deste Reino, e chegados a seus
portos concorriam muitos povos do sertão ao comércio de nossas mer-
cadorias, que davam a troco de almas almas, as quais vinham receber
salvação que cativeiro» (27).
Parece claro que os primeiros contactos entre portugueses e africanos
provocou da parte destes certas reservas, desconfianças, face à maneira
como fora feita inicialmente, filhando os escravos de forma violenta
com «entradas e saltos de roubos de guerra que no princípio houve».
Portanto, a retracção por parte dos africanos seria o corolário lógico
tendo em conta as acções empreendidas pelos portugueses, pondo em
perigo a continuação dos contactos comerciais que se desejam. Daí que
se tenha corrigido a bússola, dando uma nova orientação a esses con-
tactos que passariam a ser feitos de forma mais pacífica. Essa mudança
de estratégia, naturalmente, provocou os resultados almejados, pelo que
ultrapassadas as dificuldades iniciais, em 1468/69, «o negócio de Guiné
andava já mui corrente entre os nossos e os moradores daquelas par-
tes». Se houvera uma certa resistência em consumir os produtos euro-
peus por desconhecimento dos mesmos, posteriormente, esse estado de
coisas modificou-se completamente, intensificando-se as relações comer-
ciais entre as partes.
No que se refere à ultima parte do trecho que citámos antes, em
que os escravos comprados viriam receber «salvação que cativeiro»,
a prática corrente contrariava esse objectivo. Injustamente cativos, como
dizia D. Frei Pedro Brandão, dos escravos desfrutava-se mais o lucro
temporal do que se preocupava com o seu bem espiritual, até porque
eram capturados para que pudessem ser cristãos, o que, não se concre-
tizando, era uma ofensa a Deus.
Por consequência, trata-se de um contrasenso veicular esta ideologia
para a «Salvação das Almas» dos escravos, quando, na verdade, o que
se pretende é, via de regra, fazê-los trabalhar até lhes consumir os ossos.
São estas as ideias que queríamos deixar expressas no que concerne
à ideologia imanente à ocupação do espaço.
(27) Brásio, P.e António, «Monumenta...», 2.a serie, vol. I, Doe. 65.
DA ILHA TERCEIRA 129
3. POLÍTICA
Grande por morte do genovês e que a recebera «por ter sido o primeiro
que a dita Ilha achou e começou a povoar» (35).
E de presumir que as cartas de doação passadas a António da Noli
e a Diogo Afonso dessem a estes donatários as mesmas regalias que
a Rodrigo Afonso, que, entre outras já mencionadas, permitia-lhe «dar
por suas cartas a terra de sua capitania forra pelo foral da dita Ilha
a quem lhe prouver com tal condição que aqueles a que derem aprovei-
tem até cinquo anos, e não aproveitando que a possam dar a outrem.
E depois que aproveitada for se aleixarem por aproveitar até outros
cinquo anos que isso mesmo a possa dar a quem me prover... E mais
me praz que os vizinhos da dita ilha possam vender suas herdades
aproveitadas a quem lhe prouver, e se se quiserem de uma parte pera
outra hir sem lhe porem nenhum embargo» (36).
Por morte do donatário, infante D. Fernando, verificada cerca de
1473, a herança passou para a viúva D. Brites a quem incumbia a
tutoria dos legítimos sucessores (37).
O terceiro donatário das ilhas de Cabo Verde foi o duque de Beja,
D. Manuel, a quem D. João fez a doação, em 1489, de todas as ilhas
do arquipélago.
As razões desta doação, visto que D. Diogo era o legítimo donatário,
prendem-se com os acontecimentos verificados em Setúbal em 23 de
Agosto de 1484, dia em que D. João II matou D. Diogo, duque de
Viseu, pretenso chefe de uma conspiração contra a pessoa do rei (38).
O novo donatário partilhou com sua mãe D. Beatriz as terras recebi-
das, transmitindo-lhe a posse das ilhas de Boavista e do Maio. Barcelos
escreve, que esta donatária teria colaborado muito na sua prosperidade,
afirmação que nos parece gratuita, pois estas ilhas contavam apenas
para a criação de gado, pelas boas pastagens de que dispunham (39).
Em 1495, devido ao falecimento de D. João II, as ilhas reverteram
para a Coroa, tendo D. Manuel mantido o senhorio das mesmas. Nessa
altura a capitania de Santiago era detida por Rodrigo Afonso. Este
(40) L0pes de Lima, José Joaquim, «Ensaio sobre a Estatística das Possessões Por-
tuguesas...», Livro 1, Parte II, pp. 8/10.
(41) «Reflexões sobre o Primeiro Século da História Caboverdiana (1460-1580)»,
Curso de Extensão Universitária, Ano Lectivo 1965-1966, Lisboa, p. 76.
| t0) Sesmeiro era quem, em Cabo Verde, recebia uma terra em sesmaria ao invés
do que sucedia em Portugal, onde tal denominação era dada aos magistrados incumbi-
dos da distribuição das sesmarias.
DA ILHA TERCEIRA 133
(«) Chevalier, A., «Les lies du Cap Vert. Geographie, Biogeographie, Agriculture.
Flore de TArchipel» in Extrait de la «Revue Botanique Appliquée», tomo XV, Paris,
1935, p. 738.
(48) Parente de António de Noli, era um dos mais ricos e poderosos proprietários
da ilha e cavaleiro da Ordem de Sanflago. Barcelos, op. rir., Parte I, p. 77.
DA ILHA TERCEIRA 135
(53) Carreira, António, «As Migrações nas Ilhas de Cabo Verde», Universidade
Nova, Lisboa, 1977, p. 26.
(54) Idem, ibidem.
(55) Amaral, Ilídio de, «Santiago de Cabo Verde, a terra e os homens», JIU, Lis-
boa, 1964, p. 192.
(56) Idem, ibidem, p. 190.
(57) Carreira, António, op. cit., p. 26.
DA ILHA TERCEIRA 137
CONSIDERAÇÕES FINAIS
(62) Mariano, GABRIEL (citando João Lopes, «Do funco ao sobrado ou o mundo
que o mulato criou»), in Colóquios Caboverdianos, n." 22, JIU, Lisboa, 1959, p. 38.
(63) Idem, ibidem.
140 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
I - AÇORES
II - COLONIZAÇÃO
(3) O eminente etnólogo Professor Doutor José Leite de Vasconcelos, que viveu
de 1858 a 1941, foi investigador profundo das nossas tradições, veja-se a Etnografia
Portuguesa, vol. II, p. 547.
(4) Frei Joaquim de Santa Rosa de Viterbo, o erudito autor do Elucidário das pala-
vras que em Portugal se usaram, vol. I (A) p. 199, l.a col. da 2.a edição, onde
se pode ler «Assores» e outras de origem cartográfica e epigráfica.
(5) Em 1580 derrotou em Alcântara o exército de Dom António, prior do Crato,
e era tido como terrível até por ser autor, como general de Carlos V e depois de
Filipe II, de seu nome Fernando Alvarez de Toledo.
(6) A maioria do povo estava com Dom António, porque rejeitava a ideia de um
soberano espanhol no nosso trono, embora dualista, e via no prior do Crato o único
candidato capaz de desafiar o poderio de Filipe II, conforme bem o demonstra Oliveira
Marques, na sua História de Portugal, vol. I, p. 424.
DA ILHA TERCEIRA 149
(7) O Dr. Cipião (ou como outros indicam: Cipriano) de Figueiredo de Vasconce-
los, partidário do prior do Crato, ajudou a defender a ilha Terceira e com Dom Antó-
nio foi para França sempre como rígido militar.
(8) No parecer de abalizados historiadores, iniciou-se, entre nós, o absolutismo com
Dom João II, Dom João III, Dom José I e Dom Miguel, estes que continuaram tal
regra política, a qual terminou a partir de 1834.
150 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
III - EMIGRAÇÃO
(9) Afirma Damião Peres na História de Portugal, ed. Barcelos, vol. III, p. 651;
V, pp. 302 e 416; VI, p. 756; VII, pp. 181-183, que micaelenses recorreram à Ter-
ceira, Faial e Corvo para a emigração local; e, veja-se também a: Ilha de São Miguel,
de R. Soeiro de Brito, pp. 175/6.
(10) O Arquivo Geral de Simancas, na província de Valhadolid, frequentado por
investigadores interessados, é considerado dos mais preciosos de Espanha. Veja-se a
Filmoteca Ultramarina Portuguesa, Boi. 47, p. 92 do ano de 1986.
152 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
IV - CIVILIZAÇÃO
(12) Tem interesse a «Nautical Chart of 1424» estudada por Armando Cortesão, ed.
de Coimbra em 1954; e, também Damião Peres na sua História dos Descobrimentos
Portugueses, 2.a ed. Coimbra em 1960, pp. 73/87.
156 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
permeio, com escapes de selecção que, com o andar dos tempos, veio
a melhorar-se sempre favoravelmente no sentido de se prestigiar os
Açorianos.
As rochas sempre na crosta terrestre têm constituído, por vezes, sérios
obstáculos, pois são elas o primeiro passo para também «valorizar essa
epopeia açoriana aprendendo a ver nelas o seu destemido valor», assim
o deixou dito H.H. Read. Contudo, afirmou R. Kovack «que a com-
preensão dos sismos é ainda incompleta...» Mesmo assim, os centros
mais populosos, as ilhas de São Miguel e Terceira, com boa vontade,
revelam-nos sectogramas aproximados, embora nas diversas compara-
ções se revelem diferenças, pois o facto de o sector secundário encontrar-
-se ainda pouco desenvolvido e o primário ronda os cinquenta por cento
de população activa, isto é com diferenças conforme se calcula no resto
do arquipélago.
Na pirâmide profissional avoluma-se a falta de industrialização, abunda
a pesca, agricultura em moldes antiquados e o gado próprio das regiões,
resultando os muito novos e os velhos que são os que sobressaem e
os válidos emigrantes com alguma irregularidade segundo os gráficos
disponíveis.
Pela sua extensabilidade, São Miguel conseguiu tirar privilégio de
importância à Terceira, historicamente tão relembrada no Continente
bem como até a mais pequena em superfície, a do Corvo, no grupo
ocidental, aliás, mesmo assim, com características importantes nos seus
17,13 km2.
Arquipélago envolvido na história da Terra, há quarenta e cinco milhões
de anos, os vestígios pré-históricos e seus sofrimentos sísmicos lhe vão
dando força e coragem na luta continuada de civilização, comercializa-
ção e industrialização que caminham para o progresso.
As cristas submarinas conhecidas entre o Brasil e África verificam-se
na cordilheira que se sobrelevou na zona central do Atlântico e os
seus picos elevam-se de formação basáltica, com expressões vulcânicas
que remontam à Era Terciária e do vulcanismo expressivo, conforme
o dos Capelinhos dos nossos dias.
Os Açores, de maneira geral, agora também falados como cartaz turís-
tico, ostentam virtualidades únicas que não nos cansamos de proclamar
ao Mundo, pois sobressai, em cada ilha, certo tipismo dos aglomerados
DA ILHA TERCEIRA 159
populacionais. Da sua vida histórica, que urge ser divulgada, anda bas-
tante no esquecimento e não é justo que tal aconteça.
Em todos os sectores, que lhe são atribuíveis, opera-se a metamor-
fose que, preservando a sua identidade cultural, promete demonstrar
o seu orgulho de ser açoriano. O traço de união é o catalisador da
sua economia, conseguindo, para além da entrada de divisas, saudável
convivência cosmopolita. E assim indispensável manter os marcos váli-
dos do passado glorioso que, pode dizer-se, goza de qualidades inigua-
láveis. Evidentemente que esquecemos a crise mental do século XVIII,
que nos interrompeu a nossa incipiente digressão intelectual.
Mas falemos de assuntos agradáveis e assim com que enlevo se apre-
cia a «chama-rita», canção e bailado popular tão vulgarizado pela sua
expressividade figurativa com ritmo melodioso, cujos etnógrafos e fol-
cloristas atribuem influência da valsa continental, mas de acentuada ori-
ginalidade local até pela sua toada.
Enfim, os Açorenses são bem a nossa continuidade, mantêm os nos-
sos hábitos e tradições, o que nos faz lembrar, neste momento, o Museu
Nacional Soares dos Reis, no Porto, onde existe precioso triplico da
Escola Portuguesa do século XVI, cuja réplica poderia existir na recons-
truída Sé terceirense, representando o Pentecostes, celebrando o quin-
quagésimo dia após a Ressurreição de Cristo, quando ocorreu a visita
do Espírito Santo aos Apóstolos, erguendo-se então a Igreja para se
irradiar a todos os povos e que os fiéis açorianos solenemente
festejam (15).
CONCLUSÃO
elemento novo, isto é, parte da toponímia moderna das ilhas que cons-
tituem o arquipélago.
A ausência de visão crítica que caracteriza a obra de Bordone verifíca-
-se também nas produções de outros geógrafos italianos do século XVI,
como por exemplo em Tommaso Porcacchi. Este autor, que pratica-
mente glosa o Isolaria de Bordone, no volume L'Isole piú famose dei
mondo (25), publicado em Veneza em 1572, chega a não dedicar
espaço narrativo à descrição da Madeira e dos Açores, presentes unica-
mente na parte cartográfica que acompanha o texto, obra do incisor
Girolamo Porro. Na lâmina dedicada ao «Mondo Nuovo», Porro insere
sete das ilhas açorianas (Gratiosa, Lopico, Tercera, S. giorgio, Flores,
Faial e S. Maria) num conjunto híbrido em que aparecem também três
das clássicas ilhas fantásticas (Graze, Brasil e Maide).
Uma situação semelhante encontra-se também no volume Mondo Ele-
mentare et Celeste, publicado por Giuseppe Rosaccio em 1604 (26),
apesar da aspiração ao eruditismo que o autor patenteia no título e
na introdução da sua obra. Com efeito, a tratação reservada ao arqui-
pélago açoriano conserva e talvez acentua todos os limites identificados
no texto de Bordone, que aliás este autor utiliza amplamente. Rosaccio
continua assim a falar em «Catherides», que confunde também com
as «Isole de Bayona» e retoma os topoi de Estrabão aos quais acres-
centa uma notícia errada sobre o povoamento destas ilhas:
«Le Catheridi, se veggono nel Mar Oceano, le quali furono già habi-
tate da uomini di color fusco, che andavano vestiti, alia longa; & il
loro vitto le traevano da gli armenti: Ma hoggidi sono quasi dei tutto
abbandonate...» (27).
(25) O título completo da obra é: L 'isole piú famose dei monde descritte da Tho-
maso Porcacchi da Castiglione Aretino e Intagliate di Girolamo Porro Padovano.
(26) O título completo da obra é: Mondo Elementare et Celeste di Giuseppe Rosac-
cio Cosmógrafa et Dottore in Filosofia et Medicina. Ne, quale si tratta de monti,
et ordini delle sfere; delia grandezza de lie Terra; delTEuropa, Africa, Asia et America;
Con la descrizione de' regni, Provinde, Città, Castelli, Ville, Monti, Fiumi, Mari,
Isole, Leggi e Costumi, Co 'nomi Amichi e Modemi de luoghi, discorrendosi delle gene-
razioni che si hanno nelVaria; delia salsedine dei Mare et dei suo flusso, et riflusse
...Adomato con le tavole in disegno di geografia e con altre cose diletteuole e curiose,
Trevigi, Presso Euangelista Deuchino, 1604.
(27) Mondo Elementare et Celeste, cit. f. 38 v.0
DA ILHA TERCEIRA 173
(28) Chopia d'una lettera mandata da Giovanni da Empoli a Lionardo, suo padre,
dei viaggio di Malaccha; no cod. II.IV.347 (Magi. XXV, 564), da Biblioteca Nazio-
nale Centrale de Firenze, publicado por Marco Spallanzani, em Giovanni da Empoli,
mercante navigatore florentino, Firenze, S.P.E.S., 1984, pp. 131-185.
(29) Ibid., p. 185.
(30) Marin Sanuto, Diarii, Venezia 1879-1903, Vols. 58.
174 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(35) Pompeo Arditi, Viaggio ali 'Isola di Madera e alie Azzorre, por Trindade Coe-
lho e Guido Battelli, em «Documentos para o estudo das Relações Culturais entre
Portugal e Itália», vol. II, Firenze 1934, pp. 21-36.
(36) Cf. Gualtiero Grossi, II viaggio che fece Pompeo Ardido da Pesaro, a Teresa
Ungania il giomo che va sposa a Vincenzo Giorgi, Pesaro 1880, pp. I-XVII.
176 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
ALGUMAS CONCLUSÕES
(') Obra cit., Saudades da Terra, Ponta Delgada, 1963, pás. 11 e ses
(2) Ibidem, pág. 229.
184 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
com este capitão Jos Dutra, lhe deu o infante em casamento a capitania
da ilha do Faial e da ilha do Pico, que ainda então estavam por povoar,
mas achadas não se sabe por quem, e são vários pareceres, se por
Gonçalo Velho, comendador de Almourol, se pelo mesmo Jos Dutra,
ou por outrem.» (3)
Nós que observamos à distância de cinco séculos estes primeiros dados
da tradição, colhida um século depois, sorrimos perante esta ingenui-
dade, fruto da confusão e obscurantismo da época; e comentamos tão-
-somente a constante flamenga em descobertas e povoamento, explora-
ção e ocupação das ilhas açóricas a Ocidente. Há, portanto, aqui algo
de verdade que ficou na história; e muito de fantasia e criatividade
que já foi desmoronado.
Contactando os outros cronistas, Frei Diogo das Chagas por 1640
e Frei Agostinho de Monte Alveme em 1693, somos levados igual-
mente a indicações inseguras e mais distorcidas, mas onde o elemento
flamengo continua palpitante.
Assim, Frei Diogo das Chagas, para a ilha das Flores, contra a sua
opinião, não comprovada, afirma «que há conjecturas mui forçosas e
tradição mui justificada que seu primeiro descobridor foi Guilherme
de Brandrath (Vandaraga = corrupção de van der Haghe = Willem
van der Haghe) framengo de nação e pessoa mui ilustre e titular, que
depois povoou o Tôpo, na ilha de São Jorge» (4). Aqui depreendemos
que foi o seu primeiro explorador e habitante, como de facto.
Mas, Frei Agostinho de Monte Alveme, para a ilha do Faial vai
ao ponto de informar: «Foi esta ilha do Faial descoberta por um mate-
mático amigo de Job Dutra.» (5) Nada mais nem menos que Martin
Behaim, flamengo, ali residente por vários anos, e que lhe criou, no
seu Globo, o famigerado título de «Nova Flandria Occidentalis» ou «New
Flandern».
Como estamos a ver, a constante flamenga na tradição açoriana tomou-
-se um mito nas ilhas de Oeste. E esta onda de atribuições e de
(6) Citação «Do Contributo Flamengo nos Açores» de Martin A. J. Cunha da Sil-
veira, Angra do Heroísmo, 1967, pág. 73 e seg.
(7) Citado in «Do Contributo Flamengo nos Açores», pág. 75.
(8) Citações em «Do Contributo Flamengo nos Açores», ob. cit., pág. 73 e seg.
(9) Ibidem.
186 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Resumindo o projecto:
«Fernão Dulmo, cavaleiro, e capitão na ilha Terceira por o Duque
Dom Manuel, meu muito preçado, e amado primo, veio ora a nós
e nos disse como ele nos queria dar achada uã grande ilha, ou ilhas
ou terra firme per costa, que se presume ser a Ilha das Sete Cidades,
e esto todo à sua própria custa e despesa» (,2).
A grandeza do projecto, considerado equivalente ao de Colombo,
menos no financiamento da Coroa, está proporcionalmente garantido
pela certeza da existência de terras a Ocidente, certeza que nos vem
de 1452, com Diogo de Teive.
As despesas, com a expedição de duas caravelas equipadas, são de
tal ordem que imprimem segurança no projecto, convicção no objectivo
e devida recompensa, confirmada com toda a garantia régia em três
cartas consecutivas — «com todallas rendas e direitos» incluindo uma
ampla jurisdição criminal — «com alçada de poder enforcar, matar e
de toda outra pena».
Há a dúvida de que as «ilhas ou terra firme per costa» sejam «povoa-
das e por povoar». «E, sendo caso que se não queiram sogiguar (sujei-
tar) as ditas ilhas e terra firme, nós (o rei) mandaremos com o dito
Fernão Dulmo gentes e armadas de navios com nosso poder pera sogi-
guar as ditas ilhas e terra firme, e ele dito Fernão Dulmo irá sempre
por capitão-mor das ditas armadas, e esto reconhecendo a nós sempre
por seu rei, como nosso vassalo» (,3).
O mérito e o valor do ousado flamengo será reconhecido por Sua
Alteza Real: — «Fernão Dulmo aja o título de honra que a nós nos
parece ser de razão.»
Como se depreende e compreende da envergadura do empreendimento,
Fernão Dulmo não pode arcar com toda a responsabilidade económica
da organização — partilha pela metade com João Afonso do Estreito,
madeirense, as despesas e os direitos sobre a terra encontrada. E este
para se assegurar melhor exige uma nova carta régia que lhe confirma
a doação e administração das terras descobertas, no segundo período
(14) Ibidem.
A POLITICA DE SIGILO
(t3) Id., A Política de Segredo nos Descobrimentos, Parte Primeira, cap. II, pp. 40
e ss.
(14) Id., ibid., pp. 43-44.
(15) Id., ibid., p. 44.
DA ILHA TERCEIRA 197
(16) Obviamente, estes valores têm de ser tomados aproximadamente. V. Abel Fon-
toura da Costa, A Marinharia dos Descobrimentos, 4.a ed., Lisboa, Edições Culturais
da Marinha, 1983, Tabela XXI e pp. 211-216, e os comentários que a propósito tece-
mos in «A obra técnica do padre Fernando Oliveira (alguns aspectos)». Arquivo Histó-
rico Dominicano — Actas do III Encontro de História Dominicana, Fátima, 1986 (no
prelo). V. n.0 48.
(17) Jaime Cortesão, op. cit., pp. 136 e ss. Sobre Jaime de Maiorca, cuja identi-
dade sempre suscitou algumas dúvidas, v. Gonçalo de Reparaz Filho, «Mestre Jácome
de Malhorca, cartógrafo do Infante. Contribuição para o estudo da origem da cartogra-
fia portuguesa», Biblos, vol. 6 (1930), pp. 163-186 e 289-317, e Duarte Leite, História
dos Descobrimentos, vol. I, Lisboa, Cosmos, 1959, pp. 174 e ss. Modernamente
puseram-se de novo em causa as conclusões tradicionais àcerca da identificação do
cartógrafo maiorquino, sem se poder todavia registar quaisquer avanços significativos
no conhecimento da sua figura e obra. V. o estado da questão em Alfredo Pinheiro
Marques, «Maiorca, mestre Jaime de», in Dicionário de História dos Descobrimentos
Portugueses, vol. II, dir. de Luís de Albuquerque (em preparação no momento em
que escrevemos estas linhas).
(18) Jaime Cortesão, op. cit., pp. 46 e 52.
198 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(22 ) Id., As Origens do Plano das índias. Paris, Liv. Aillaud, 1930, p. 11.
(23) Vitorino Magalhães Godinho, «Dúvidas e problemas àcerca de algumas teses
da história da expansão», in Ensaios II, 2.a ed., Lisboa, Sá da Costa, 1978, sobretudo
as pp. 89-91.
(24) Luís de Albuquerque, op. cit., p. 228; e Os Descobrimentos Portugueses, Lis-
boa, Alfa, 1985, p. 16 em particular.
200 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(27) Pensamos em primeiro lugar no que tem por título A projecção da náutica por-
tuguesa quinhentista na Europa, Lisboa, JIU-AECA, 1972 (também in Estudos de His-
tória, vol. I, Coimbra, Acta Universitatis Conimbrigensis, 1974, pp. 199-240).
C28) Vitorino Magalhães Godinho, «Balanço de uma obra», in Duarte Leite, op. cit.,
vol. H, 1962, p. 545.
DA ILHA TERCEIRA 203
que nunca pôde terminar (41). A reconstituição dos cálculos que fez,
morosa e complicada, é pois condição sine qua non para a cabal aceita-
ção do seu produto, que de qualquer forma tem suscitado alguma con-
trovérsia entre os especialistas (42).
Carece pois de confirmação documental a hipótese da filiação dos
diversos tipos arquitectónicos das embarcações portuguesas dos séculos
XV a XVII neste diagrama geral. Por outro lado, e agora especifica-
mente em relação ao segredo que a teria envolvido, podemos invocar
três argumentos distintos a requerer contradita efectiva para justificar
esta tese.
Em primeiro lugar, há que destrinçar novamente de uma forma clara
segredo de Estado e segredo corporativo, este último uma realidade
insofismável e assumindo contornos que por vezes levam à deslocação
para o primeiro da procura de soluções explicativas que todavia qua-
dram perfeitamente no cariz específico da organização do trabalho, nesta
época e em círculos profissionais fechados.
Depois, se é certo que «os tratadistas dos séculos XVI e XVII abun-
dam na opinião de que a traça e construção das naus é feita sem conta
nem medida», é justamente isso que leva à redacção desses tratados:
a necessidade de regularização e fixação de algumas normas gerais cujo
fito é objectar à proliferação de soluções particulares (que qualquer
mestre detinha independentemente dos princípios gerais que pudesse
seguir, e até porque estes deixavam uma larga margem de opção para
o remate das estruturas dos navios). Um desses tratados, pelo menos,
(41) Teria por título Os Navios da Cruz de Cristo. V. o diagrama geral in «A nave-
gação à vela no litoral brasileiro. Parte I: os navios», in História Naval Brasileira,
1.° vol., tomo I, Rio de Janeiro, Serviço de Documentação Geral de Marinha, 1975,
pp. 58-60. A expressão geométrica do diagrama é inutilizável (p. 60), dada a pequenez
e falta de clareza da reprodução. Esperamos que possam vir a ser publicados este
e outros desenhos técnicos (de grandes dimensões e riqueza de pormenores), actual-
mente na posse de D. Maria de Lurdes Pimentel Barata. Deles se poderão provavel-
mente deduzir muitos detalhes que nos são hoje obscuros.
(42) A afirmação é fruto de contactos pessoais com estudiosos da matéria, uma vez
que não conhecemos ainda qualquer estudo crítico sobre o diagrama geral de Pimentel
Barata, cuja obra é praticamente ignorada no estrangeiro, à excepção de um círculo
restrito de especialistas, em boa parte devido à dispersão e dificuldade de obtenção
das suas publicações.
DA ILHA TERCEIRA 209
nelas se reproduzisse o que quer que fosse abaixo das ilhas de S. Tomé
e Príncipe, ordenando que as existentes fossem emendadas, servindo
o presente alvará para estender até ao rio Manicongo a permissão da
reprodução. Mais proíbe que se faça qualquer sorte de pomas.
O alvará não explica por que razão foi alargada a área susceptível
de ser cartografada. Nem tão-pouco o restringir-se essa proibição às
«cartas de marear de Guinee». O problema requer estudo aprofundado
que não cabe aqui, mas não nos coíbe de afirmar que estamos longe
da determinação de um segredo extensível a toda a cartografia. A defesa
da primazia da Rota do cabo poderá ser uma justificação para tal ati-
tude. Todavia, com base em indícios deste cariz e nos termos em que
isso tem sido feito, não se pode sustentar a existência de duas cartogra-
fias, uma secreta e outra para o público. Estas medidas têm um carác-
ter pontual, reportam-se a situações concretas (não há que esquecer
a proximidade do descobrimento do Brasil), e devem ser preferencial-
mente enquadradas numa atitude normal de protecção de vantagens adqui-
ridas, pelo sonegar de alguns conhecimentos técnicos: ninguém dá trunfos
à concorrência.
Por esta mesma razão se compreendem as medidas tendentes a recu-
perar o concurso de pilotos ou cartógrafos fugidos para o serviço de
outras potências; mas nem sempre, o que leva a pensar que as tentati-
vas de aliciamento ou em casos extremos de supressão física desses
técnicos eram selectivas. Não faltam exemplos de homens que puderam
sair livremente do Reino a oferecer os seus préstimos a outrem, como
pode ter sido o que sucedeu com Fernão de Magalhães.
Afirmou-se ainda que o mistério que rodeia o hiato existente entre
o regresso de Bartolomeu Dias e a partida da armada de Vasco da
Gama encobriria a realização de várias viagens secretas de exploração
do regime de ventos e correntes no Atlântico Sul, viagens essas que
teriam inclusive levado os navegadores portugueses a explorar a costa
oriental de África — quiçá, entre eles, Vasco da Gama (50) —, bem
como o Brasil. Dez anos quase decorreram entre a viagem de Bartolo-
meu Dias, feita com caravelas, portanto em regime de exploração, e
a saída de Vasco da Gama à frente de uma armada de naus, signifi-
(50) Cf. Armando Cortesão, O Mistério de Vasco da Gama, Coimbra, JIU, 1973.
214 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
cando isto que se conhecia já pelo menos a rota a seguir para dobrar
o cabo da Boa Esperança (5I). Que sucedeu entretanto, pois?
Retornado Bartolomeu Dias nos finais de 1488, a situação não permi-
tia a D. loão II dar de imediato o passo seguinte. Faltavam-lhe para
isso as informações que pela segunda vez tentara obter por emissários
terrestres, no caso Afonso de Paiva e Pêro da Covilhã. A preparação
da viagem requereu cuidados especiais, naturalmente longos, nomeada-
mente no tocante à construção dos navios. E antes de tudo o mais
faltava também assegurar a cobertura diplomática para o cabal sucesso
dos objectivos a que se propunha.
Recentemente, Luís de Albuquerque chamou a atenção para um aspecto
capital ao qual não se dá amiudadamente a atenção devida: no longo
processo negocial em que se envolveram as coroas ibéricas, e que viria
a culminar no convénio de Tordesilhas, foram os Reis Católicos a tomar
a iniciativa num momento decisivo. A 3 e 4 de Maio de 1493 Alexan-
dre VI promulga as bulas Eximio devotionis e Inter caetera, «nitida-
mente atentatórias da política defendida por D. João 11», no acertado
dizer do autor que vimos de citar (52). A segunda delas fixava a linha
de demarcação das duas esferas de influência 100 léguas a oeste dos
Açores e Cabo Verde, o que levou o monarca português a uma contra-
-ofensiva diplomática que lhe proporcionou obter as 370 léguas acorda-
das no ano seguinte, agora sim conducentes ao seu propósito. O Prín-
cipe Perfeito faleceu logo de seguida, em 1495, talvez de morte não
natural. Os problemas no interior do Reino sucediam-se, e não foi fácil
a governação de um rei empenhado no reforço do seu poder contra
a grande nobreza ciosa dos seus privilégios e autonomia. É de crer
que quando o duque de Beja é entronizado os preparativos já estives-
sem bem adiantados. Mas D. Manuel viveu também ele anos de con-
turbação no início do seu reinado: basta que nos recordemos da expul-
são dos judeus em 1496. E só depois foi Vasco da Gama enviado
à índia, numa altura em que se nos afigura estarem resolvidos todos
(51) Deixamos aqui de lado a discussão das razões que terão levado D. Manuel a
entregar o comando da frota a Vasco da Gama; pelos motivos que serão aduzidos
à frente, não consideramos a questão relevante para os nossos propósitos.
(52) Luís de Albuquerque, op. cit., p. 113.
DA ILHA TERCEIRA 215
(54) Moacyr Soares Pereira, Capitães, Naus e Caravelas da Armada de Cabral, Lis-
boa, JICU-CECA, 1979, pp. 50-56.
(55) Luís de Albuquerque, op. cit.
(56) Duarte Pacheco Pereira, Esmeraldo de Situ Orbis, ed. Epifânio da Silva Dias,
Lisboa, Sociedade de Geografia de Lisboa, 1975, p. 23 (reprodução anastática da ed.
de 1905).
(57) V. o documento in Abel Fontoura da Costa, Os sete únicos documentos de
1500, conservados em Lisboa, referentes à viagem de Pedro Álvares Cabral, Lisboa,
Agência Geral do Ultramar, 1940, pp. 107-108, em leitura de António Baião.
(58) Sobre o descobrimento do Brasil há que ver em primeiro lugar dois estudos
de Max Justo Guedes: O descobrimento do Brasil, s/l [Rio de Janeiro, Diretoria de
DA ILHA TERCEIRA 217
Em estudo que até agora esteve praticamente esquecido (ou que, mais
exactamente, permaneceu ignorado), Arthur Davies defendeu que o reco-
nhecimento da região norte do Amazonas foi feito em 1498-1499 por
um capitão português de nome Maranhão, antes portanto de navegado-
res como Hojeda ou Pinzón, para quem a historiografia espanhola reclama
o descobrimento do Brasil — a nosso ver também inconcludentemente.
O estudo de Davies, que aceita a tese do sigilo e se baseia numa aná-
lise cuidadosa dos testemunhos cartográficos, merece a atenção devida
e comprova o que ficou escrito atrás: há ampla margem de discussão
que não se entrevê poder ser encurtada sem o concurso de novos ele-
mentos (59).
Antes de mais, pensamos que o problema terá de ser decomposto.
Se o descobrimento pré-cabralino do Brasil foi um facto antes de 1494,
então aí, sim, é legítimo que neste particular D. João n o tivesse rodeado
do sigilo possível, a fim de resolver satisfatoriamente as diligências
diplomáticas que o levariam a Tordesilhas. É por isso que deixa de
fazer sentido ocultá-lo após essa data, porquanto, apesar das garantias
estipuladas por escrito, haveria toda a conveniência em o anunciar tão
cedo quanto possível. Tal como fez D. Manuel I, na carta que envia
aos Reis Católicos em 28 de Agosto de 1501 para dar conta de que
Pedro Álvares Cabral chegara ao Brasil í60). Missiva esta que dá bons
argumentos a quantos pretendem que antes desta data nada havia a
anunciar.
A prioridade estratégica da Coroa era a índia: qualquer dispersão
de esforços para Ocidente teria custos logísticos acrescidos, porque os
ESPAÇO DE INTERACÇÃO
NOTA PRÉVIA
(') Continua, infelizmente, a ser necessário relembrar o que já em 1968 dizia Vito-
rino Magalhães Godinho: «Não é a História conservação frigorífica do que fica para
trás no tempo, nem comemorativismo ritualista em que tantas vezes se refugia a inca-
pacidade de enfrentar os problemas da nossa época [...] Não consiste a história, de
modo algum, um mero acervo de factos, conquanto estabelecidos segundo todos os
preceitos metodológicos, nem sequer a sua apresentação com traça mais ou menos
artística. A História é, em si própria, teoria relacionadora, explicativa, utilizando toda
uma utensilagem complexa de noções operatórias e esquemas relacionais...» in «Prefá-
cio a Ensaios II, Lisboa, Sá da Costa, 1968, pp. VII/VIII.
222 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(2) «Campo de ensaio» lhe chamaram Virgínia RAU e Jorge de MACEDO no seu
O Açúcar da Madeira nos fins do Século XV, Funchal, 1962, p. 9.
(3) Sobre esta questão veja-se em síntese Alberto VIEIRA, «O Comércio Inter-Insular
nos séculos XV e XVI (Canárias, Madeira, Açores). Alguns elementos para o seu
estudo», provas de Aptidão Pedagógica e Capacidade Científica, apresentadas na Uni-
versidade dos Açores em Março de 1985, pp. 9/13. Este trabalho, de que a minha
reflexão é tributária a vários títulos, será adiante citado como VIEIRA, Comércio Inter-
Insular.
DA ILHA TERCEIRA 223
(9) Existe aqui um certo embaraço na escolha tantos são os autores... Mas, até para
mudar de sector, veja-se por exemplo António Borges COELHO, «A Colonização da
Madeira no Século XV», in Questionar a História, Lisboa, Caminho, 1983, pp. 121/130.
(10) Cf., por exemplo e em obra recente, as páginas 381/392 da História de Portu-
gal, edições Alfa, Lisboa, 1983, da autoria do seu director.
(") A maior ou menor divulgação de uma obra passa antes de mais por critérios
comerciais dos editores, o que nada tem em si de condenável. Acontece apenas que
os autores mais conhecidos são, com honrosas excepções, apenas os mais antigos...
Por acréscimo nem sempre a política editorial oficial das regiões autónomas promove,
ao 12menos no Continente, a divulgação da realidade histórica dos arquipélagos.
( ) A Historia de Espana Alfaguara, no seu volume II de Antonio DOMINGUEZ
ORTIZ, dedica apenas uma breve passagem na página 56 onde acentua da parte dos
Reis Católicos «... un gran empeno en la conservación de las Canarias, como si un
misterioso instinto les avisara dei puesto decisivo que iban a desempehar en los futuros
descubrimientos. El senorio de las islãs menores dei archipiélago pertenecía a la famí-
lia Peraza-Herrera; los reyes recabaron la soberania sobre todas las islãs y conquista-
ron las mayores...»
(13) Mesmo no caso das Canárias note-se que os Reis Católicos apenas obtêm o
direito de conquista em relação a Gran Canaria, Tenerife e La Palma, ficando as
outras ilhas, já conquistadas ou por conquistar, no senhorio de Diego Ferrera e Inés
Peraza. Ver Eduardo AZNAR VALLEJO, ob. rir., p. 43. Ver ainda, para maior deta-
lhe, a Historia General de las Islas Canarias, pp. 129/146 e 283/288.
DA ILHA TERCEIRA 225
(14) Não se ignora ter sido a doação feita por D. João II a D. Manuel apenas vita-
lícia. (Ver F. Jasmins PEREIRA, «Alguns Elementos», pp. 30/31, n.0 19.) Mas já
a doação por D. Duarte ao Infante o fora e em 1489 já a doação da Terceira e Gra-
ciosa é hereditária...
(15) Sobre Álvaro Rodrigues de AZEVEDO e a sua crítica ver por todos Fernando
Jasmins Pereira, Participação da Madeira no Pedido e Empréstimo de 1478, separata
de Resistência n.0 201/202, adiante citado como «Empréstimo de 1478», pp. 20 e
seguintes.
(16) O Arquipélago dos Açores no Século XVII. Aspectos Sócio-Económicos
(1575-1675), Castelo Branco, 1979, nomeadamente pp. 37 e seguintes.
(17) No que, como exemplo, diz respeito às relações com o concelho, pode ver-se
Miguel Jasmins RODRIGUES, «O Concelho do Funchal na segunda metade do século
XV», Actas das Jornadas de História Medieval — 1383/1385 e a Crise Geral dos Séculos
XIV/XV, Lisboa, História & Crítica, 1985, pp. 189/198.
(18) Ibéricos e não só. Vejam-se as interessantes hipóteses levantadas por Norbert
ELIAS, La Dynamique de 1'Occident, Paris, Calmann-Lévy, 1975, em especial pp. 9/86.
(19) No caso português e no que ao senhorio das Ilhas diz respeito, é de notar que,
segundo Ruy de Pina, Crónica de El-Rei D. João II, cap. XVIII, não chega quase
a haver solução de continuidade entre D. Diogo e D. Manuel... Note-se também como,
subido ao trono, D. Manuel rapidamente restaura os Bragança nos seus senhorios e títulos.
226 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
que a historiografia tradicional não soube ou não quis fazer (20), leva,
obrigatoriamente, a ver numa nova perspectiva a «Expansão Ultrama-
rina», nomeadamente nos três arquipélagos considerados, onde portu-
gueses e castelhanos se implantam no auge mesmo desse processo de
consolidação das grandes casas.
Assim, a concessão do senhorio da Madeira ou dos Açores (2') não
parece, enquanto doação de senhorio, particularmente diversa das outras
múltiplas que, no Continente, são feitas seja ao mesmo senhor e seus
herdeiros, seja a outras casas da alta nobreza e, em particular, da nobreza
titulada (22). Neste contexto, e no quadro da rivalidade entre as gran-
des casas nobres, se insere, provavelmente, também a doação das Flo-
res e Corvo ao duque de Bragança.
Repita-se, enquanto doação de senhorio a das Ilhas é perfeitamente
natural no contexto em que ocorre. E não tem sentido argumentar com
o carácter apenas vitalício das doações feitas ao infante D. Henrique.
Não só essa característica é perfeitamente vulgar no período em que
ocorre (23) como os seus herdeiros recebem também esses senho-
(20) O tópico dominante para a nossa historiografia no que diz respeito ao século
XV é o da «centralização do poder» entendida como erguendo o rei contra a nobreza
em geral e a alta nobreza em particular. A partir dessa afirmação processa-se como
que um ignorar de todos os factos que demonstram o crescimento simultâneo da Coroa
e das grandes casas... A crítica desta concepção pode encontrar-se em António HES-
PANHA, «Para uma Teoria da História Institucional do Antigo Regime», in Poder
e Instituições na Europa do Antigo Regime», Lisboa, Gulbenkian, 1984, maxime pp.
24/32. Ver igualmente Miguel Rodrigues, «A propósito de: José Mattoso Identificação
de um País», História & Crítica, n." 13, pp. 75/85, e Miguel Jasmins RODRIGUES
e Luís Filipe OLIVEIRA, art. cit., maxime pp. 1/8.
(21) O caso das Canárias é, talvez, ainda mais exemplar: em 1402 João de Betten-
court inicia a ocupação de algumas das ilhas de forma independente e só no ano seguinte
reconhece a suserania de Henrique Hl de Castela... (Vide, entre outros, de Luís de
Albuquerque o artigo «CANÁRIAS, Ilhas» no D.H.P.)
(22) Em Miguel RODRIGUES e Luís Filipe OLIVEIRA, «Titulação», Anexo, pode
encontrar-se uma primeira indicação geral.
(23) Assim, por exemplo, e para nos mantermos em gente ligada ao Infante, Álvaro
de Castro, filho de Fernando de Castro, governador da casa do Infante, é feito conde
de Monsanto a título vitalício em 1460 e só em 1464 o recebe de juro e herdade.
(Ver A. Braamcamp FREIRE Brazões da Sala de Sintra, Lisboa, IN-CM, 1973, vol. 3,
p. 280 e seg.) Nesta mesma linhagem, veja-se como o 3.° conde é apenas sobrinho
do 2.°...
DA ILHA TERCEIRA 227
(24) Note-se aliás que o duque D. Fernando já recebe as Ilhas em duas vidas e
que esgotadas estas em D. Diogo, D. João II não deixa de renovar em mais uma
vida a seu irmão D. Manuel o senhorio da Madeira e de, em 1489, lhe fazer doação
perpétua da Terceira e da Graciosa. (Ver Colecção de documentos relativos ao desco-
brimento e povoamento dos Açores, organização de Manuel Monteiro Velho ARRUDA,
Ponta Delgada, 1932, pp. 198/199.) A este respeito convém salientar o enorme peso
das tradições : Fernando Jasmins PEREIRA, autor a quem se devem alguns dos mais
sólidos trabalhos sobre a História da Madeira, diz-nos «... embora a Coroa nunca
a tenha alienado por longa duração. Na verdade, o Infante teve-a vitaliciamente e
D. Fernando em duas vidas, pelo que esta doação se extinguiria com o falecimento
de D. Diogo, e talvez não seja excessivo admitir que, doando-a vitaliciamente a D.
Manuel após lhe ter morto o irmão, D. João II o houvesse tido em conta, entre,
outras ordens de consideração». In «Participação», n.0 113.
(25) A salvaguarda de certos direitos como exclusivo régio tem, como doutrina, uma
longa tradição entre nós. José MATTOSO assinala-o devidamente (Identificação de
um Pais, Lisboa, Estampa, 1985, vol. II, p. 92 e seg.) e indica também com igual
clareza como tal não «exclui as ambiguidades a respeito do direito senhorial». Diga-se
de passagem que esta situação, no que ao século XV diz respeito, não será muito
diferente nem exclusiva do nosso país. Veja-se a este respeito A. H. de Oliveira MAR-
QUES, ob, cif., p. 241 e os autores aí indicados.
Entretanto, esta realidade não impede que a teoria historiográfica mais corrente sobre
o poder régio influencie seriamente um número expressivo de historiadores de primeiro
plano. Veja-se, por exemplo, como Joel SERRÃO caracteriza os 'capitães-donatários':
«Tratava-se, em suma, de administradores de uma empresa de carácter essencialmente
económico (da qual decorriam implicações políticas e civis), cuja direcção suprema
lhes escapava, pois pertencia ao Senhor das ilhas e, em última análise ao rei» («Na
Alvorada do Mundo Atlântico...», Das Artes e da História da Madeira, n." 31, p.
3, sublinhados nossos).
(26) Ver Miguel RODRIGUES e Luís Filipe OLIVEIRA, «Titulação», em particu-
lar, pp. 24/28.
228 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(27) Ver Veiga SIMÕES, «O Infante D. Henrique. O seu tempo e a sua acção»,
in História da Expansão Portuguesa no Mundo, Lisboa, 1937, vol. I, pp.
(28) Charles VERLINDEN, «Henri le Navigateur songea-t-il a créer un 'Etat' insu-
laire?», Revista Portuguesa de História, tomo IX, pp. 281/292. Note-se, entretanto,
que o autor, neste artigo e no «Formes féodales et domaniales de la colonisation portu-
gaise dans la Zone Atlantique aux XIV et XV siècles et spécialement sous Henri le
Navigateur», tomo XII — vol. I da mesma revista, é dos primeiros a chamar adequada-
mente a atenção para a natureza do senhorio que são as ilhas.
(29) Veja-se Luís Filipe BARRETO, Descobrimentos e Renascimento, Lisboa, IN-
-CM, 1983, em especial o «Prólogo».
(30) ver A.M. HESPANHA, ob. cit., e a bibliografia aí referenciada. Particular
destaque, talvez, para os artigos do organizador da colectânea e de J. VICENS VIVES.
Vejam-se também, para uma época mais recente, as sugestões de Norbert ELIAS,
A Sociedade de Corte, Lisboa, Estampa, 1987.
(31) Veja-se, como exemplo, nos capítulos 1 e 2 da Crónica do Felicíssimo Rei D.
Manuel, de Damião de GÓIS, a concepção do reino como senhorio que se transmite
hereditariamente ou por testamento na ausência de herdeiro legítimo directo.
(32) cf. Cortes Portuguesas — Reinado de Afonso IV (1325-1357), Lisboa, Centro
de História da FCSH-UNL, 1982, capa.
DA ILHA TERCEIRA 229
(33) Maria Olímpia da Rocha GIL, ob. cit., p. 38. Veja-se também de Luís Filipe
OLIVEIRA, «A expansão quatrocentista portuguesa: Um processo de recomposição
social da nobreza». Actas das Jornadas de História Medieval..., pp. 199/208.
(34) Sobre a expansão e o seu papel na lógica inintencional de funcionamento do
sistema vigente na Europa, veja-se Alain GUERREAU, O Feudalismo um Horizonte
teórico, Lisboa, ed. 70, 1982, nomeadamente pp. 232/244.
(35) Miguel RODRIGUES, «A propósito de: José Mattoso Identificação de um País»,
História & Crítica, n.0 13, p. 75/85.
(36) De notar que não só a existência de 'capital' na esfera da circulação remonta
à Antiguidade como ainda o facto de que «O desenvolvimento preponderante e autó-
nomo do capital comercial significaria uma produção não submetida ao capital...» Karl
Marx, O Capital, ed. portuguesa da Delfos, 2.° vol., p. 386.
(37) Sobre a importância das regras «formais» de comportamento, veja-se, para uma
época posterior mas com indicações importantes, Norbert ELIAS, A Sociedade de Corte,
Lisboa, Estampa, 1987. Veja-se também a importância que na Crónica De El-Rei
D. João II é dada à «Forma das Menageês».
230 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(38) Joel SERRÃO, «Na Alvorada do Mundo Atlântico...» assinala-o aliás com
extrema clareza quando nos diz «Demos tempo, pois, aos fidalgos para construírem,
e arrendarem quase logo a seguir, as suas 'fazendas povoadas'...», p. 3.
(39) Será juiz ordinário em 1468 e em 1472 elabora, com outros 3, o rol de «aqueles
que lhes parecessem autos para juizes e vereadores e procuradores». Veja-se Ernesto
GONÇALVES, «Os 'Homens Bons' do Concelho do Funchal em 1471», Das Artes
e da História da Madeira, n." 28, pp. 1/8 e 73/79. A indicação concreta vem a
pp. 76/77.
(40) Sobre a Lombada dos Esmeraldos e seus proprietários, veja-se Miguel Jasmins
RODRIGUES, «Os Esmeraldos da Ponta do Sol — Uma família nobre na Ilha», comu-
nicação apresentada em Agosto de 1986 ao Colóquio Internacional de História da
Madeira. Em curso de publicação.
(41) Carta de confirmação da compra em Descobrimentos Portugueses..., vol. III,
p. 143/145. De realçar a explicitação de que se «não aver filho lidimo e avendo filha
lidima que ha dita sua filha erde (...) e acertando caso elle não aver filho nem filha
lidima e temdo filhos bastardos me praxera que erde a dita capitania por seu falleci-
mento hu dos ditos seus filhos bastardos...», p. 144.
DA ILHA TERCEIRA 231
Parece assim bem claro qual o sistema vigente. Falta analisar o argu-
mento base que habitualmente se utiliza para o contestar (52): o desen-
volvimento do comércio. E a primeira coisa a fazer é, obviamente,
constatar o facto de que a colonização das ilhas se desenvolve, em
boa parte, porque nelas se implantam vantajosamente culturas facil-
mente vendáveis no continente europeu. É um facto suficientemente
Fernando Jasmins PEREIRA, Alguns Elementos, pp. 100/104 e Joel SERRÃO, «Sobre
0 'Trigo das Ilhas', nos séculos XV e XVI», in Das Artes e da História da Madeira,
n." 2, pp. 1/6, ou, na documentação impressa, o Tombo 1.° do Registo Geral da
Câmara Municipal do Funchal — 1." Parte, adiante citado como Tombo I.", publi-
cado por Luís Francisco Cardoso de Sousa Melo, in Arquivo Histórico da Madeira,
vol. XV, does. n.0 38 a 40 e 44, pp. 69/71 e 73/74.
(62) Jorge Freitas BRANCO, Camponeses da Madeira — as bases materiais do quo-
tidiano, Lisboa, D. Quixote, 1987, coloca para os séculos XVIII/XIX uma hipótese
particularmente interessante: «O cereal e o vinho são dois produtos em tomo dos quais
sempre se centrou uma rivalidade em termos de ocupação do espaço agrícola. Através
deles apercebemo-nos da cristalização das contradições entre classes sociais, neste caso,
entre os morgados monopolistas da terra e os camponeses dependentes e/ou jornalei-
ros» (p. 41). Seria adequado averiguar deste tipo de contradição para o XV final e
para o açúcar.
(63) Uma vez mais o caso da Madeira parece exemplar: o prazo para o aproveita-
mento/valorização da terra diminui de 10 anos no início para apenas 5 em 1440. Acresce
que em 40 as terras serão dadas «forras por o forall da ylha... (Silva MARQUES,
ob. cit., p. 404) o que não tem de entender-se como dispensadas de renda. Ver F.
Jasmins PEREIRA, Alguns Elementos, pp. 165/171.
í64) Incluído em Silva MARQUES, ob. cit., Suplemento ao 1.° Volume, p. 109.
(65) Grande propriedade no contexto e na escala da ilha. Como exemplo, pode ver-
-se a «Lombada dos Esmeraldos», aforrada, ainda sem desenvolvimento agrícola signi-
ficativo, por 150 000 réis anuais (Cf. Fernando Augusto da SILVA, A Lombada dos
Esmeraldos na Ilha da Madeira, Funchal, 1933). Aliás no próprio «Livro de Estimos
de 1494» (publicado por Virgínia RAU e Jorge Borges de MACEDO, O Açúcar na
Madeira nos fins do Século XV. Problemas de Produção e comércio) podem encontrar-
-se 22 produtores que produziam mais de 1 000 arrobas de açúcar cada, em média
1 613, o que para a tecnologia disponível, corresponde, na Ilha, a uma propriedade
de bom tamanho...
DA ILHA TERCEIRA 237
(70) São várias, para a Madeira, as diligências para impedir a residência perma-
nente de estrangeiros e para os impedir de arrendar terras... Cf. Jasmins Pereira,
Alguns Elementos, pp. 144/152.
(71) Esta separação, politicamente promovida, parece corresponder sobretudo aos inte-
resses da aristocracia local que pretende reservar para si o 'monopólio' da produção
e solicita mesmo que «hos arrendamentos das terras pera se fazer açuquar... se defen-
dessem asy anaturaaes como aestrangeyros» (Tombo 1." ... p. 231). Não se entende
assim como pode Joaquim Veríssimo SERRÃO (História de Portugal, Lisboa, vol.
n, 1977, p. 144) afirmar: «A fim de evitar a concorrência agrícola e comercial, D. Hen-
rique proibira a fixação daqueles mercadores [estrangeiros], assim como a carga directa
para outros países. Mas a proibição ficara letra morta (...) o que diminuía os rendi-
mentos da alfândega local "2. Tais razões levaram os procuradores a solicitar que as
mercadorias da ilha «fezessem escapolla em lisboa...» Era, até agora, desconhecida
essa proibição henriquina de exportar directamente para o «estrangeiro» e a própria
proibição de residência permanente na Ilha parecia ser posterior a D. Henrique (Ver,
uma vez mais, Fernando Jasmins PEREIRA, Alguns Elementos, pp. 139/152). Mas
o que pouco se entende é em que medida a alfândega local, dos Duques, ficaria preju-
dicada com a exportação directa nem, muito menos em que é que o pagamento dos
direitos régios «asi da entrada como do levante» devidos em Lisboa ou outros portos
do Continente poderiam beneficiar seja o duque seja os madeirenses... O documento
indicado, «u2 Visconde de Santarém, Alguns Documentos para Servirem de Prova à
Parte 2." das Memórias para a Historia e Theoria das Cortes Gerais, Lisboa 1828,
pp. 122/123.», para além de se encontrar a cem páginas de distância, em nada prova
que a «alfândega local» seja prejudicada. De realçar ainda que a resposta régia é parti-
cularmente ambígua e se reporta exclusivamente aos estrangeiros «estantes». Nem uma
palavra é dita sobre a proibição das exportações directas...
(72) São exemplo disso mesmo Simão Acciaiuolli que em 1530 produz 1 356 arro-
bas de açúcar, João de Agusta que em 1509 produz 549 arrobas, e vários outros.
Veja-se F. Jasmins PEREIRA, Estrangeiros na Madeira entre 1500 e 1537, em curso
de publicação.
DA ILHA TERCEIRA 239
lado é o facto de, para qualquer dos arquipélagos (73), a maioria dos
mercadores serem estrangeiros, com particular importância para os de
Itália e, à distância, da Flandres. Estes dados que Alberto VIEIRA
confirma para os 3 arquipélagos (74) mostram-nos como o grande
comércio está maioritariamente nas mãos de homens dos dois mais impor-
tantes centros do capital comercial: a Itália e a Flandres. Nada que
possa surpreender-nos sabida como é a existência, desde um século
XIH, de um comércio europeu para aquilo a que poderemos chamar
de 'artigos de luxo' (75). Repare-se: não existem ainda, no plano
comercial, 'espaços nacionais', mas existe, muito claramente, um 'espaço
europeu' em que, como produtores desses mesmos bens sumptuá-
rios (76) ou de produtos necessários à sua elaboração (77), participam
os arquipélagos.
Assim, neste campo, a nossa preocupação em definir o respectivo
universo espacial tem, nas suas linhas muito gerais, resposta fácil: é
a Europa ocidental e mediterrânica em rotas e circuitos preexistentes
e na sua maioria dominados por italianos e flamengos, facto que dificil-
mente se poderá considerar de grande modernidade (78).
(18) Se tivesse havido assassinato na Terceira, não teria ficado na memória das gen-
tes uma descrição mais pormenorizada? Como é que Teive iria forjar uma carta do
tio de Jácome de Burges, vinda da Flandres, em flamengo?? Então Teive dominaria
aquela língua estrangeira.
(19) «Arquivo dos Açores», vol. IV, pp. 213-215.
(20) «Arquivo dos Açores», vol. IV, pp. 158-160.
(21) Notas de José de Torres: «A doacção de Afonso V, dada em Estremoz a 28
de Janeiro de 1475, vem transcrita no Livro das Dhas a folha 5 verso com pequenas
inexactidões. As mais notáveis são: ter o copista quando fala da doacção da Ilha das
Flores como diz a Chancelaria original de D. João III, posto — as foreiras — em vez
das Flores, e na data pôs 1474, quando na Chancelaria de D. João Hl as duas partes,
Livro 14 e 70, é datada de 1475. O erro está sem contestação no Livro Vil folhas
93 de D. Afonso V onde está registada a l.a doacção, porque sendo o documento
anterior a 1475 e o posterior em 1476, não é de presumir que estivesse intercalado
um registo de 1474. Foi por acaso erro de oficial, e daqui passou para o Livro das
DA ILHA TERCEIRA 251
Ilhas. Além disso, as confirmações eram feitas com diplomas originais à vista, e nas
duas da D. João IH trazem 1475.» in «Arquivo dos Açores», vol. I, p. 28.
(22) «Arquivo dos Açores», vol. I, pp. 10 a 13. Quanto à doação de uma pequenís-
sima Dha a tão alta individualidade, como o duque de Bragança, não devemos levar
à letra, porque nesta altura Flores e Corvo eram designadas muitas vezes por «Corvis
Marinis», in Velho Arruda, ob. cit., p. CXV. Além disso, na carta de Confirmação
de venda realizada por Dona Maria de Vilhena e seu filho Ruy Teles a João da Fonseca,
252 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Eis a razão por que Teive, sem perder os seus direitos sobre as
Flores e Corvo, depois de 1452, preferiu ficar na Madeira a dirigir
o contrato feito com o Infante.
Por isso vemo-lo em 1465 vizinho e morador no Funchal desempe-
nhando ofícios na Câmara, sob o governo de Zarco (32). Quanto a esta
data, o «Arquivo Histórico da Madeira», vol. XV, 1972, não faz refe-
rência a este ano, limito-me a citar o Dr. Ernesto Gonçalves, na Revista
«Das Artes e da História da Madeira» vol. I, n.0 3, 1950, Funchal,
pág. 5.
Porém, a partir de 21 de Janeiro de 1462, vai-se dar na Madeira um
volte-face, porquanto o monopólio concedido a Teive (1452) vai desa-
parecer, visto o duque de Viseu ter dado ordem para que sejam «feytos
lagares em que todo o açúcar dessa Ilha se faça e eu tenha a metade
dele...». E, com bastante autoridade, afirma que quer que todos estes
seus mandados sejam «sem contradiçom e tardança compridos» (33).
E no documento n.0 7, o Alto donatário recorda o foral que o tio
concedera à Mia, mandando que todo o açúcar que nos seus lagares
fosse lavrado (laborado), metade era dele e a outra metade do lavra-
dor (34).
Em 17 de Agosto de 1468, D. Fernando refere-se ao alvará que
o infante D. Henrique concedera a Diogo de Teive (1452) «para fazer
em a dita Ilha um engenho de água para se em ele fazer açúcar».
Ora nessa carta, o duque de Viseu dirige-se ao capitão-donatário (João
Gonçalves) para os moradores da Ilha não pagarem nada aos enge-
nhos (").
E, em 14 de Julho de 1469, D. Fernando queixa-se da grande baixa
do preço de açúcar, devido à grande quantidade da produção e a sua
respectiva exportação para a Flandres e cidades italianas (36).
Segundo Ernesto Gonçalves, em 22 de Junho 1470, Teive fora eleito
vereador da Câmara do Funchal, cargo que não chegou a desempenhar
por ser capitão (sem dizer qual a Terra), e, em virtude da sua ausên-
cia, foi excluído do posto para que fora eleito (37).
Agora toma-se mais claro, com estes dados do «Arquivo Histórico
da Madeira», a vinda de Diogo de Teive para a Terceira, pois já não
possuía (1470) o monopólio do Açúcar e esta indústria estava a atra-
vessar lá uma grande crise.
Naturalmente lembrou-se das Flores, e como a Ilha mais desenvol-
vida e mais perto daquela era a Terceira, ou por convite como sugere
Frutuoso, ou por iniciativa própria, veio para cá. Como homem de
grande actividade, aceitou o cargo de Loco-tenente do capitão, — a tal
referência acima citada no documento — dando-se provavelmente por
esta altura as tais peripécias eivadas de fantasia que o nosso 1.° cro-
nista açoriano recolheu presumivelmente através dos inimigos de Teive.
Em 28 de Janeiro de 1474(?)-1475(?), falecera, conforme se deduz
do contrato entre Fernão Teles e João de Teive, herdeiro das Ilhas
Foreiras que «ficaram por morte do dito seu pai» (38).
Não deixa de ser estranho que no contrato de venda da capitania
das Flores e Corvo, 28 de Janeiro de 1474, não apareça o nome do
duque de Bragança como Alto-Donatário daquela Ilha (39).
Em meu entender, o motivo foi de ordem política, isto porque o
Príncipe Perfeito que nesta data já interferia nas explorações oceânicas
ocidentais, conforme aparece naquele documento: «com outorga e pra-
zimento do Príncipe meu sobretodos muyto prezado e amado filho...»,
teria feito todo o possível para excluir o 2.° duque de Bragança,
D. Fernando I, não tanto por ele, mas por ser filho de D. Afonso,
1.° duque, o grande inimigo de seu avô, o infante D. Pedro. Convi-
nha, pois, irradiar os poderosíssimos Braganças, para não açambarcarem
com sua enorme fortuna as Terras que viessem a descobrir no Novo
Mundo, pois em 28 de Janeiro de 1474 (carta de doação de D. Afonso
V a Fernão Teles), já havia provavelmente vislumbres de existirem
Ilhas e Terra-Firme. Ora, nesta altura, a Casa de Bragança possuía
nem mais nem menos do que 50 vilas, algumas cidades, castelos e outros
(37) «... por não ser aqui, seria lançado da Câmara por ser capitam», in Ernesto
Gonçalves, ob. cit., p. 7 e segs.
(38) «Arquivo dos Açores», vol. I, p. 24 e segs.
(39) «Notas de José de Torres» in «Arquivo dos Açores», vol. I, p. 28.
256 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
do Funchal? Será o mesmo que aparece nos documentos relacionados com a vida admi-
nistrativa daquela Ilha?
Para desempenhar cargos em 1470 - responde E. Gonçalves - teria o 2.° Diogo
de Teive pelo menos 20 a 25 anos. Ora, sendo assim, tendo 25 anos em 1470 é
muito provável ser o pai de Antónia de Teive, nascida em 1520. Por outro lado o
2.° Diogo de Teive não aparece a desempenhar o cargo de «capitam» na Ilha da Madeira,
nem em parte alguma. Por conseguinte — conclui E. Gonçalves — este 2.° Diogo de
Teive, certamente não teria ainda nascido em 10 de Agosto de 1470, ou então seria
ainda criança». Vide, «Das Artes e História da Madeira», Revista citada, p. 7 e segs.
Também nas «Genealogias da Ilha da Madeira» de João Agostinho Pereira D'Agrella,
tomo V, fls. 25, in Velho Arruda, ob. cit., p. CXXI, aparece «outro Diogo de Teive
filho de Diogo Vaz de Teive e de Joana Machado, e neto de Alvaro Gonçalves da
Maia e de Joana de Teive, irmã do 1.° Diogo de Teive. Este Diogo de Teive, sobrinho
neto do navegador foi Fidalgo da Casa Real e instituiu um morgadio na Ribeira Brava».
(42) Velho Arruda, ob. cit., pp. 180-181.
260 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(«) G. Frutuoso, nb. cit.. Livro III, cap. 13, pp. 123-124.
C4) G. Frutuoso, ob. cit., Livro IV, vol. O, cap. LXVII, p. 27.
(45) G. Frutuoso, ob. cit., Livro VI, cap. IX, p. 73.
(46) G. Frutuoso, ob. cit., Livro VI, cap. XLII, PP- 307-308.
Economia, Sociedade e Cultura Açorianas
(4) São, com efeito, rigorosos os elementos que D. João III remetia aos seus repre-
sentantes diplomáticos em França. Veja-se, por exemplo, a carta que envia, em 1531,
a D. António de Ataíde, in John Ford, Letters of John III King of Portugal, Cam-
bridge — Massachusetts, 1931, p. 8.
(5) A partir dos anos trinta, começam a surgir casos de afogamento das tripulações
portuguesas. Citamos apenas o que envolveu, em 1534, um navio de Tavira afundado
com todos os seus homens (A.N.T.T., Gavetas, XV, n.0 24, n.0 3, d. 3).
(6) Além da Inquirição de Guimarães, chegaram até nós a da Pederneira (idem,
C.C.I, m.0 50, d. 31) — também completa — e elementos das de Alcácer do Sal (ibi-
dem, II, m.0 168, d. 4), Buarcos (ibidem, III, m." 12, d. 105) e Braga (ibidem,
II, m.0 179, d. 105).
(7) Pelo chamado Tratado de Lyon instituía-se que juízes de ambos os países se
reunissem, alternadamente, em Fonterabia e Bayonne para julgarem as presas. Cf.
Jean Paul-Laurent, Le Projet de Traité Franco-Portugais du 14 Juillet 1536, ed. Aca-
démie des Sciences Moralas et Politiques, Paris, 1972. O documento, imprimido pela
primeira vez por F. G. Davenport in European Treaties bearing on the History of
the United States and its Dependencies to 1648, Whashington, 1917, pp. 199-204,
encontra-se arquivado na Torre do Tombo, C.C. I, m.0 57, d. 65.
DA ILHA TERCEIRA 265
(") Cf. Vitorino Magalhães Godinho, «Le Problème du Pain dans PÉconomie Por-
tugaise — XV, XVI Siècles. Blé d'Europe et des lies» in Revista de Economia, vol.
XII, fase. III, n.0 47, Lisboa, 1960, pp. 87-113 e A. H. Oliveira Marques, Introdução
à História da Agricultura em Portugal, Lisboa, 1968, pp. 247 e segs.
(12) O próprio Magalhães Godinho — autor da expressão — a considera exagerada,
dado que nunca houve monocultura de cereais. Cf. Documentos sobre a Expansão
Portuguesa, vol. III, pp. 347 e segs., p. 361 e Economia dos Descobrimentos Henri-
quinos, La ed., Lisboa, 1968, p. 168.
(13) Oliveira Marques, ob. cit., p. 251.
(14) Referindo-se à ilha Terceira, diz que «nella nace muito pastel para tingir panos
e, quanto a S. Jorge, que «nace muita urzella, acrescentando dever-se ao flamengo
«Guylelmo Berschmacher (...) ha lavoyra do pastel e partio para as outras yilhas».
In «Descrição das Ilhas do Atlântico», Colecção de Documentos Relativos ao Descobri-
mento e Povoamento dos Açores, Ponta Delgada, 1932, pp. 15-18.
(15) A respeito destas carências, escreveu no seu itinerário Jerónimo Munzer: «Nes-
sas ilhas há também laranjas, limões e outras cousas que existem em Portugal, excepto
azeite por não se dar aí bem a oliveira e vinho que é muito fraco...». Ver Itinerário
do Dr. Jerónimo Munzer, excertos publicados por Basílio de Vasconcelos, Coimbra,
1932, p. 66.
DA ILHA TERCEIRA 267
*
* *
(33) Indica-se que o navio «Vaquinqa», roubado em Abril de 1523, deveria deixar
primeiro em Lisboa cinquenta ou sessenta passageiros antes de seguir para a Inglaterra
(cf. A.N.T.T., C.C. II, m." 219, d. 94).
(34) Cf. Quadro I em anexo.
(35) Cf. nota 9. A título provisório, apresentamos, no entanto, as seguintes percen-
tagens: Vila do Conde 19,6%; Póvoa de Varzim 100%; Matosinhos 7,1%; Viana 4,8%;
Leça 33,3%.
(36) L. Febvre, Combats pour l'Histoire, Paris, 1965, p. 20.
(37) Cf. Quadro II e Gráfico 2.
DA ILHA TERCEIRA 271
QUADRO I
Navios assaltados fazendo comércio com os Açores
DATA Origem do Navio Rota
Cerca de 1521 Portimão Açores - Portimão C.C. II, m. 0
220, d. 39
idem, m.0 222, d.34
1521 Póvoa de Vrazim Açores - Lisboa C.C. n, m." 219, d. 91
Entre 1521 e 1522 Tavira Tavira - Açores C.C. n, m.0 219, d. 64
Entre 1521 e 1522 Portimão Açores - Algarve C.C. II, m." 219, d. 1
Abril 1522 Buarcos Açores - Portugal CC. m, m.0 12, d. 105
Julho 1522 Vila do Conde V. Conde - Açores C.C. II, m.0 179,
d. 105
Agosto 1522 Buarcos Buarcos - Açores C.C. III, m." 12,
d. 105
Março 1523 Buarcos Açores - Navarra -
-Buarcos
Abril 1523 Vila do Conde C.C. H, m.0 220, d. 56
Outubro 1523 Tavira Tavira - Açores C.C. I, m.0 61, d. 156
1524 Açores Tavira - Flandres Gavetas XV, m.0 24,
0
n. 3, d. 11
1524 Tavira Cabo Verde - Açores C.C. D, m." 223, d. 34
Setembro 1524 Buarcos Açores - Buarcos C.C. III, m.0 12,
d. 105
Idem Vila do Conde Açores - V. Conde Gavetas XV, m.0 24,
d. 3, n.0 1 e 11
Outubro 1524 Viana Açores - Viana Idem, n.0 1
Idem Vila do Conde Açores - Inglaterra C.C. II, m." 223,
d. 24; Gav. XV,
m.° 24, n.° 3, d. 15
Junho 1526 Buarcos Açores - Buarcos C.C. III, m." 12,
d. 105
Agosto 1526 Buarcos Idem
Outubro 1526 Vila do Conde Açores - Viana C.C. n, m.0 179,
d. 105; Gav. XV,
m." 24, n.0 3, 0d. 11;
C. Missivas, m. 4,
d. 105; Inq. de Guima-
rães
Agosto 1527 Buarcos Buarcos - Açores C.C. III, m." 12,
d. 105
274 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
QUADRO I (continuação)
.Ponte de Lima
.Braga
Rdo Varzimr .Guimarães
V. do CondeV
Matozinhos^
Tavarede
BuarcosS
i A. do Sal
mercador
profissão artesanal
escudeiro
proprietário ou mestre de navio
marinheiro
oficial régio
lavrador
profissão desconhecida
— IO
8 8 8 3
Madeira - Flandres
Rota da Madeira
I
GRÁFICO 4
para Inglaterra
à ida para os
Açores
S O N D
POPULAÇÃO, ECONOMIA E SOCIEDADE MICAELENSE
(') Cf. Joel Serrão, Fontes de Demografia Portuguesa, 1800-1862, Lisboa, ed.
Livros Horizonte, 1973, pp. 9 a 15.
(2) Cf. Ob. cit., pp. 31-35.
286 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
II
(7) Pelas informações das análises recolhidas em países com boas estatísticas demo-
gráficas, apurou-se que a relação de masculinidade dos nascimentos ronda os 105.
No entanto, em populações de reduzida dimensão, podem registar-se alguns desvios,
mesmo quando em presença de observações correctas, como consequência de flutua-
ções aleatórias dos pequenos números. Em função do número de nascimentos observa-
dos, é possível precisar o intervalo de confiança dos erros utilizando os limites de
intervalo de confiança a 95% determinados pela fórmula 0.512 + 1.96 0.512x0.488 .
(8) Cf. Quadro n." 1. n
9
( ) No original o autor apresenta os dados das freguesias da Ponta Garça, Povoa-
ção, Faial e Nordeste na sua globalidade, o que, desde logo, impediria o seu trata-
mento de forma diferenciada. Aqui residiu também a razão da nossa preferência pelas
circunscrições administrativas que as englobavam, os concelhos.
DA ILHA TERCEIRA 289
(14) Cf. Gilberta Rocha e Vítor Rodrigues, «A População dos Açores [...]», já cit.,
p. 375.
(15) Cf. Quadro n.0 4.
(16) Cf. Quadro n.0 7.
(17) Cf. Gilberta Rocha e Vítor Rodrigues, «A População dos Açores [...]», já cit.,
p. 344.
DA ILHA TERCEIRA 291
era então de 48,3 "A» (2'), revelando assim, que a tendência para a
subida, já verificada entre 1841 e 1849, era bastante anterior, remon-
tando mesmo ao início do século, para inflectir negativamente a partir
daquela data.
Julgamos, pois, tratar-se de um valor baixo, na medida em que, para
a mesma época (1788) J. Manuel Nazareth e Fernando de Sousa (22)
apuraram uma taxa de 48,15 7oo para Salvaterra de Magos. No en-
tanto, e como é referido no artigo citado, «existe uma grande diversi-
dade de situações ocasionada pelos factores como as crises e as guerras
e também por a taxa bruta ser um instrumento grosseiro de aná-
lise» (23).
No caso presente, poderemos ainda acrescentar, como bastante pro-
vável, um deficiente registo de nascimentos, já detectado nas relações
de masculinidade, e respeitando fundamentalmente ao sexo feminino,
responsável pela taxa encontrada que deveria situar-se, assim, em níveis
superiores.
Os valores mais elevados da ilha situavam-se, tal como em 1849,
no concelho da Ribeira Grande — 45,03 7», taxa que aumentava ainda
na zona rural da referida circunscrição administrativa. Seguiam-se-lhe,
por ordem decrescente, Água de Pau e Ponta Delgada com 35,49 7oo
e 34,77 7oo respectivamente, embora neste último caso se verificasse
uma maior natalidade na cidade do que na sua área rural. A Lagoa,
com 28,547» apresentava nesta altura a mais baixa taxa da ilha, atin-
gindo mesmo um número de nascimentos que podemos considerar bas-
tante reduzido, e cuja justificação podemos encontrar quer na reduzida
dimensão temporal — 3 anos, porventura não representativa —, quer
na má qualidade dos dados.
Quanto à mortalidade, situava-se, como vimos, em 27,967oo, algo
superior à apurada para o ano de 1849 — 25,5 7oo, o que parece apon-
tar para um período de maiores dificuldades no respeitante à subsistên-
(21) Cf. Gilberta Rocha e Vítor Rodrigues, «A População dos Açores [...]», já cit.,
pp. 348 a 350.
(22) J. Manuel Nazareth e Fernando de Sousa, «Aspectos Sociodemográficos de Sal-
vaterra de Magos nos finais do século XVIII», in Análise Social, vol. XVII, Lisboa,
Instituto de Ciências Sociais da Universidade de Lisboa, 1981, pp. 345-346.
(23) Idem, ibidem.
DA ILHA TERCEIRA 293
(27) Dado que para os anos de 1723 e 1772 dispúnhamos apenas dos habitantes de
confissão, e tendo em atenção que nos anos de 1793-95 a população com menos de
7 anos representava 17% do total, utilizámos a mesma percentagem para os anos atrás
referidos, numa tentativa de estimar a população total, fundamental para a elaboração
da evolução populacional apresentada no gráfico n." 1. Esta percentagem afigura-se-
-nos razoável, na medida em que já em 1849, para o distrito de Angra, se encontrava
sensivelmente o mesmo valor.
(28) Os elementos referentes aos anos constantes no gráfico n." 1 foram extraídos
da obra de Joel Serrão, Fontes de Demografia [...] já cit., p. 144, e do artigo de
Artur Teodoro de Matos, «Achegas para a História Económica e Social da Ilha de
S. Miguel no Ano de 1813», in Arquipélago, n." I, Ponta Delgada, ed. Universidade
dos Açores, 1979, pp. 164 e 165.
296 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
III
(32) Cf. Arquivo Histórico Ultramarino, Códice do Conselho Ultramarino, n.0 529,
fl. 11.
(33) Cf. A.H.U., Açores, cx. 20, doe. 27.
298 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
lhados por toda a ilha, pudemos no entanto verificar uma maior con-
centração do clero (regular e secular) na cidade e vilas, sobretudo em
Ponta Delgada e Vila Franca do Campo, onde o seu peso relativo é
mais acentuado.
Por outro lado, a distribuição dos seus efectivos pelos vários conce-
lhos revelou uma vez mais que o grosso dos seus componentes se cen-
trava em Ponta Delgada — 49,3%, e, de uma forma muito acentuada,
na cidade — 41 %. Mas também em Vila Franca do Campo (vila) e
Ribeira Grande o número de religiosos é bastante elevado (14,5%),
o que atesta o carácter urbano daqueles, e se explica pela presença
de várias congregações religiosas nesses locais.
Da análise efectuada pudemos perceber que o maior número de reli-
giosos, relativamente à população total, se situava em V. Franca do
Campo, onde para cada 100 habitantes apurámos 7,5 elementos não
laicos, dos quais 6,9 pertenciam a ordens religiosas e os restantes ao
clero secular. Esta predominância era uma constante em todos os con-
celhos da ilha, embora nalguns casos, Agua de Pau ou Lagoa, por
exemplo, as diferenças estivessem bastante atenuadas (45)-
A concentração de religiosos (regulares ou seculares — embora mais
homogénea a distribuição destes últimos registava também os seus quan-
titativos mais elevados na cidade de Ponta Delgada e em V. Franca
do Campo) nos maiores centros populacionais terá contribuído sobre-
maneira para que, através de um contacto diário com os restantes ele-
mentos da sociedade micaelense, viessem a participar activamente na
vida da sua comunidade, sendo responsáveis nalguns casos por atitudes
menos próprias e pouco dignas de quem assumira a responsabilidade
de auxiliar os seus semelhantes. A este propósito não será demais refe-
rir o episódio já aqui exposto da participação de frades franciscanos
na libertação de um preso que se encontrava debaixo da alçada policial,
episódio que não raro se repetia, cabendo àqueles o cuidado de os
esconder, desviando-se assim das mãos das autoridades.
Mas nem só por aqui se ficavam os desmandos desses clérigos, já
que em carta à Rainha, após uma visita efectuada à diocese de S. Miguel
em Setembro de 1789, o bispo Frei José se refere amargamente aos
(46) Carta do Bispo Frei José à Rainha, in A.H.U., Açores, cx. 21, doe. 15.
(47) Cf. José Guilherme Reis Leite, «Administração, Sociedade e Economia dos Aço-
res, 1766-1793», in Archivo Açoriano, vol. 16, Lisboa, ed. V.H. Forjaz, 1971, p. 333.
DA ILHA TERCEIRA 303
(55) A.H.U., Açores, cx. 21, doe. 24. Encontra-se publicado no apêndice documental
do presente trabalho.
(56) A.H.U., Açores, cx. 21, doe. 18.
306 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(57) Cf. Alberto Vieira, «A Questão Cerealífera nos Açores (...)», já cit., p. 128.
DA ILHA TERCEIRA 307
Mas, para além dos pescadores, outros havia que com este mester
se encontravam ligados, na medida em que se por um lado o desempe-
nho de tão arriscada tarefa envolvia o apoio de actividades complemen-
tares (marcenaria, carpintaria, confecção de redes, etc.), por outro depa-
ramos com o conjunto dos seus familiares que se encontravam na
dependência directa da sua actividade. E imperioso, no entanto, referir
que julgamos tratar-se de um número reduzido, razão pela qual a agri-
cultura desempenhava e continuaria a desempenhar um papel de prima-
ríssima importância no conjunto da economia da ilha, a ela se dedi-
cando a maioria da população.
Do exposto por João de M. e Borba Gato, pudemos ainda concluir
que os principais portos piscatórios ou, pelo menos, aqueles que pos-
suíam maior número de embarcações, dado que este facto não implica
necessariamente um maior número de capturas, se situava em Ponta
Delgada, Vila Franca do Campo e Lagoa (63). Seguiam-se-lhes de ime-
diato Rabo de Peixe, Ribeira Grande e Mosteiros, embora com um
número de barcos bastante inferior.
Apurámos ainda que a grande maioria das embarcações se situava
em portos a Sul e Oeste, ocorrência que se explica não só pela existên-
cia de uma costa menos abrupta e sinuosa, com melhores ancoradou-
ros, mas também porque as suas águas, bastante mais calmas, permi-
tiam o desempenho das tarefas piscatórias num maior número de dias
durante o ano e, portanto, uma maior rentabilidade económica.
Com uma indústria pouco mais que inexistente e um comércio cir-
cunscrito quase que exclusivamente ao tráfico de aguardentes e vinhos
com o Brasil e à exportação de peixe e carne em salmoura com o
Continente, para além dos cereais e de algumas, pequenas, remessas
de tecidos de fraca qualidade, esta ilha teria necessariamente que se
ressentir com a promulgação de alguns diplomas legislativos oriundos
de Lisboa que muito directamente a lesavam nos seus interesses. Estão
neste caso as leis de 20 de Março de 1736 que proibia «a navegação
de fazendas estrangeiras para o Brasil» j64) e a de 6 de Agosto de
1776 que reduzia o número de portos do Brasil em que podia ser
(67) Sobre o assunto cf. José G. Reis Leite, «Administração, Sociedade (...)», já
cit., pp. 392 a 395.
(68) A.H.U., Açores, cx. 23, doe. 5.
(69) A.H.U., Açores, cx. 23, doe. 8.
312 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
LOCAIS
TOTAL 123.4 113.9 112.4 114.9 111.8 114.0
96.6
ÁGUA DE PAU 147.1 195.5 123.8 186.6
56.8 58.9
LAGOA 116.2 163.4 102.6 164.9 100.0 158.5
67.7 67.1 70.0
PONTA DELGADA 123.3 119.0 96.0 120.0 102.1 118.9
92.6 91.8 92.6
(CIDADE) 125.6 125.7 101.1 128.2 97.0 126.0
87.7 85.9 87.4
RIBEIRA GRANDE 137.2 121.5 133.8 122.4
90.6 88.6 90.0
(VILA) 113.5 135.3 136.5 134.6
81.5 79.8 81.9
VILA FRANCA/ 111.9 126.7 106.9 126.1
/NORDESTE 87.0 86.3 87.3
(VILA FRANCA) 130.4 153.9 94.9 151.5
71.8 72.9
316 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Quadro n.0 2
A população de S. Miguel por concelhos em 1793/95
| Pop. N. Incluindo Religiosos | Religiosos | Produção
CONCELHOS
H. M. T. CL FR/FRA Total
TOTAL 24 375 30 953 35 328 320 1 360 57 008
ÁGUA DE PAU 572 702 1 274 9 13 1 296
LAGOA 1 270 1 584 2 854 18 35 2 908
PONTA DELGADA 11 081 14 634 25 715 164 665 26 544
(CIDADE) (4 194) (6 114) (10 243) (103) (586) (10 932)
RIBEIRA GRANDE 5 999 7 363 13 362 81 325 13 768
(VILA) (2 389) (3 047) (5 436) (52) (192) (5 680)
V. FRANCA/NORD. 5 453 6 670 12 123 48 322 12 492
(VILA FRANCA) (1 400) (1 842) (3 242) (21) (222) (3 485)
Quadro n.0 3
As densidades populacionais da ilha de S. Miguel, por concelho (1793-95)
CONCELHOS População Área (') Densidade km2
ÁGUA DE PAU 1 296 19,95 65
LAGOA 2 908 25,61 113,5
PONTA DELGADA 26 554 231,89 114,5
RIBEIRA GRANDE 13 768 179,50 76,7
NORDESTE/VILA FRANCA 12 492 289,81 43,1
TOTAL 57 008 746,76 76,3
(i) As áreas dos respectivos concelhos foram elaboradas com base nas informações retiradas da obra do
Departamento Regional de Estudos e Planeamento dos Açores, Açores, Divisão Administrativa, Areas e Popula-
ção, Angra do Heroísmo, ed. da Presidência do Governo, 1984, pp. 9 a 11.
DA ILHA TERCEIRA 317
Quadro n.0 4
Efectivos populacionais
dos concelhos de S. Miguel (%)
Quadro n.0 5
Distribuição da população religiosa por concelhos (%)
CONCELHOS
Clero Secular Clero Regular
ÁGUA DE PAU 2.8 1.0
LAGOA 5.6 2.6
PONTA DELGADA 51.3 48.9
(CIDADE) (32.2) (43.1)
RIBEIRA GRANDE 25.3 23.9
(VILA) (16.3) (14.1)
VILA FRANCA/NORDESTE 15.0 23.7
(VILA DE VILA FRANCA) (6.6) (16.3)
318 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Quadro n.0 6
Número de religiosos por cada 100 habitantes da ilha de S. Miguel
Quadro n.0 7
Dimensão média dos fogos nos concelhos da ilha de S. Miguel
(1793-95)
CONCELHOS Dimensão Média dos Fogos
ÁGUA DE PAU 3.41
LAGOA 3.60
PONTA DELGADA 3.94
(CIDADE) (3.89)
RIBEIRA GRANDE 3.41
(VILA) (3.64)
VILA FRANCA/NORDESTE 3.76
(VILA DE VILA FRANCA) (3.85)
TOTAL 3.73
DA ILHA TERCEIRA 319
Quadro n.0 8
Relação de masculinidade, por concelhos, no período de 1793-95
CONCELHOS R.M R.M < 7 anos R.M > 7 anos
ÁGUA DE PAU 81.48 93.75 79.15
LAGOA 80.18 102.66 76.44
PONTA DELGADA 75.72 104.46 71.12
(CIDADE) (67.53) (97.71) (63.10)
RIBEIRA GRANDE 81.48 103.81 77.32
(VILA) (78.41) (113.59) (72.33)
V. FRANCA/NORDESTE 81.75 100.79 78.37
(VILA DE V. FRANCA (76.00) (102.88) (71.88)
TOTAL 78.75 103.10 74.58
Quadro n.0 9
Taxas brutas de natalidade e mortalidade, por concelhos, em 1793-95
CONCELHOS T.B.N. 9 T.B.N. 9
ÁGUA DE PAU 35.49 25.46
LAGOA 28.54 24.76
PONTA DELGADA 34.77 27.61
(CIDADE) (39.52) (28.63)
RIBEIRA GRANDE 45.03 34.86
(VILA) (40.32) (37.50)
VILA FRANCA/NORDESTE 32.74 22.17
(VILA DE VILA FRANCA) (32.14) (21.23)
TOTAL 36.52 27.96
320 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Quadro n.® 10
Taxas brutas de mortalidade por sexos em 1793-95
CONCELHOS H. % M. %
ÁGUA DE PAU 24.5 27.1
LAGOA 25.2 25.3
PONTA DELGADA 31.2 26.5
(CIDADE) (37.3)
RIBEIRA GRANDE 35.0
(VILA) (42.3) (36.76)
V. FRANCA CAMPO/NORDESTE 23.8 22.0
VILA DE VILA FRANCA DO CAMPO (28.6) (18.5)
TOTAL 30.5 27.5
Quadro n." 11
População efectiva e população esperada no período de 1793-1795
ANOS Pop. Total TL % Pop.T.Esp.ÇP*) Tli* % Dif. (P*-P)
1793 — — — —
1794 -0.7 58 008 + 1.3 - 1 145
1795 H3íS!H + 0.03 + 0.5 - 260
Quadro n.0 12
Taxas de crescimento anual médio, por concelhos
CONCELHOS Tli % 1723/1772 Tli % 1772/1793-95
ÁGUA DE PAU
LAGOA
PONTA DELGADA
(CIDADE) + 0.5) (- 0.07)
RIBEIRA GRANDE -0.7
(VILA) (+ 0.06)
V. FRANCA/NORDESTE
(VILA DE V. FRANCA DO CAMPO (+ 0.3)
Gráfico n." 1
Evolução da população da ilha de S. Miguel de 1723 a 1849
Habitantes
100 000 -1
Gráfico n.0 2
Evolução do número de fogos de 1723 a 1849
Ponta Delgada
Ribeira Grande
Vila Franca/Nordeste
Cidade de Ponta Delgada
L. Nordestino S. Pedro
L. Achada Grande N. S, Rozario
L. Achadinha N. S. Assunção
L. dos Fenaes S. Reis Magos
L. da Maia e Div. Esp. Santo
L. do Porto Formoso N. S. Graça
(1) Estes valores não foram considerados na medida em que encontrámos pequenas diferenças relativamente aos quantitativos por nós apurados. A explicação do
autor não nos permitiu, por outro lado, perceber a razão de ser da anomalia registada.
(2) A fonte apresenta um montante de 72 homens mortos, resultado comprovadamente errado em função de totais. O resultado correcto é 62.
C) No documento encontra-se o resultado incorrecto de 2 166 visto ser menor do que a população sem frades e freiras. O resultado correcto é 2 170.
Mappa da população da ilha de S. Miguel em o anno de 1793 (continuação)
Número de Freguesias Habitaates dos Quaes I Té a Idade de 7 annos Nasdmeotos Todos os Habitantes com
Homens Mulheres Meninos Meninas
L. Ribeira Seca Sam Pedro 506 648 871 142 138 39 29 23 23 + 22
L. Rabo de Peixe Bom Jesus 641 996 •956 188 178 37 36 25 38 + 10
L. dos Fenaes N. S. da Luz 607 990 1270 176 163 47 30 14 19 + 44
L. de Sto. António Freg. Mesmo Sto. 315 450 592 123 102 19 19 18 19 +4
L. da Bretanha N. S. D'Ajuda 372 911 •841 122 119 28 27 7 8 + 23
L. dos Mosteiros N. S. da Conceiçam 173 323 383 63 67 20 13 12 33 + 10
L. dos Ginetes S. Sebastiam 336 436 637 92 103 22 19 7 11 + 15
L. da Candelaria N. S. Candeas 301 352 50 45 6 12 17 9 + 15
Lugar das Feteiras Sta. Luzia 428 490 85 39 14 11 13 12 -7
L. da Relva N. S. das Neves 463 764 1008 150 138 37 27 9 9 +7
14 13 + 37
5
TOTAL 14179 24 507 30839 ( ) 4 520 4 484 («) 1224 0994 733 0762 (') 723
(45) No documento encontra-se o resultado incorrecto de 2 271 visto ser menor do que a população sem frades e freiras. O resultado correcto é 2 315.
(6) O resultado correcto é de 4 807.
(7) O resultado correcto é de 1 125.
(8) O resultado correcto é de 993.
(9) O resultado correcto é de 760.
(10) O resultado correcto é de 725.
( ) O resultado correcto é de 330.
(") O resultado correcto é de 57 283.
Mappa da população da ilha de S. Miguel em o anuo de 1794
Número de Freguesias Habitantes dos Quaes | Té a Idade de 7 annos Todos os Habitantes com
Homens Mulheres Meninos Meninas I Homens Mulheres Clérigos | Frades Freiras
Matriz de Sam Sebastiam 75
Collegiada de S. Pedro 10 69
Collegiada de S. José 62 251
Populaçam da Cidade 11174
Lugares de Ponta Garça, Povoação, Faial
e Vila de Nordeste
Lugar de N, Sra. Dos Anjos
Lugar do Rosto de Cam S. Roque
Na. Sra. do Rozario
Collegiada de Sta. Cruz
População da Vila da Alagoa
A Mesma Villa D'Agoa de Pao
Collegiada de S. Miguel
Freguezia de S. Pedro
População de Vila Franca
L. do Nordestinho S. Pedro
L. Achada Grande N. S. do Rozario
L. Achadinha N. S. Assunção
L. dos Fenaes S. Reis Magos
L. da Maia e Div. Esp. Santo
L. do Porto Formoso N. S. Graça
Matriz N. S. da Estrella
N, S. da Conceiçam
População de Villa da R, Grande
(') Estes valores não foram considerados, na medida em que encontrámos pequenas diferenças relativamente aos quantitativos por nós apurados. A explicação do
autor não nos permitiu, por outro lado, perceber a razão de ser da anomalia registada.
(2) O resultado correcto é de 3 459.
Mappa da população da ilha de S. Miguel em o anno de 1794 (continuação)
Número de Freguesias Habitantes dos Quaes | Té a Idade de 7 annos Nascimentos Mortos Todos os Habitantes com
Mulheres Meninos Meninas Homens Molhem
L. Ribeira Seca S. Pedro 6461 871 | 142
L. de Rabo de Peixe Bom Jesus 185
L. dos Fenaes N. S. da Luz
L. Capelas N. S. Apresentaçam
L. de Sto. António Freg. mesmo Sto.
L. da Bretanha N. S. CAjuda
L. dos Mosteiros N. S. da Conceiçam
L. dos Ginetes S. Sebastiam
L. da Candelaria N. S. das Candeias
Lugar das Feteiras Sta. Luzia
L. da Relva N. S. das Neves
(') Estes valores não foram considerados, na medida em que encontrámos pequenas diferenças relativamente aos quantitativos por nós apurados. A explicação do
autor não nos permitiu, por outro lado, perceber a razão de ser da anomalia registada.
(23) O resultado correcto é de 770.
( ) O resultado correcto é de 6 702.
O O resultado correcto é de 3 499.
Mappa da população da ilha de S. Miguel em o anno de 1795
Nraera de Freguesia Habitantes dos Quaes ré a Idade de 7 annos Todos os Habilantts com
Homens Frades Freiras
Matriz de N. S. Estrella 2013 150
N. S. da Conceiçam
Populaçam da Villa da R. Grande 3 002
L. Ribeira Seca S. Pedro 843
L. de Rabo de Peixe Bom Jesus '1430
L. dos Fenaes N. S. ia Luz 1292
L. Capelas N. S. Apresentaçam 717
L. de Sto. António Freg. mesmo Sto.
L. da Bretanha N. S. D'Ajuda «
L. dos Mosteiros N. S. da Conceiçam
L dos Ginetes S. Sebastiam
L. da Candelaria N. S. das Candeias
Lugar das Feteiras Sta. Luzia
L. da Relva N. S. das Neves 470 746
TOTAL 14965 (8) 25 404
cauzas para tão grande differença, bem como em outros muitos lugares
que notamos com este signal (+): no quociente dos anos de 93 e 94
não involvemos no dividendo os religiozos, nem lhe ajuntamos o aug-
mento onde o havia, porem o fizemos no quociente de 95 que he o
meio termo de todos os 3 anos. Addimos por ultimo a caza dos barcos
que tem os differentes Portos da Ilha para dar huma ideia do numero
dos Pescadores, para mostrarmos aquilo que pode Sua Magestade tirar
para as Suas Naos em occazioens urgentes, dando 9 homens a cada
barco pelo menos, porque sendo todos os Insulanos propenços para
a maresia, estes se acharão logo aptos para bons marinheiros. Prescin-
dindo pois da contradição observada em alguns dos rois das freguezias
e de outros pequenos erros que se poderião com mais probabelidade
cometter nas listas segue-se que os fogos vão, nestes 3 anos, sempre
em augmento ainda que pequeno, e que a população com alternativas
de mais e menos (por cauzas Fizicas e Moraes que logo observaremos)
offerece por 1/2 termo dos homens 24 708, e das mulheres 30 974,
dos rapazes de 7 anos 4 669, e das raparigas 4 534; dos Nascimentos
de meninos 1 119, e de meninas 967, Mortes de homens 747, e de
mulheres 854; de todo a população 57 327, e do seu augmento.
Obervação analítica
Caverna
Siladas da Serpente
força subtrair para disciplinar estes bizonhos, que por mendigos hão-de
gafar os exercites com piolharia e lepra, e amontoar os hospitaes na
campanha, crescendo assim a despesa em lugar da força da soberana!
Ah Exmo Senhor creio e afirmo que nenhum mais forte pode haver,
e da mesma forma, e até mesmo suplico que seja a minha cabeça dece-
pada se algum dia me poluir com o que exprobo, ou por tão infame
que agora minta; mas porque seria huma temeridade política não temer
o poder ardilôzo destes Menistros, e do conloio infernal que os suborna
e tudo sucumbe, requeiro por despeza própria se lhes fação os interro-
gatórios seguintes:
Interrogatórios
1789
Mappa geral da produção do grão de toda a ilha de Sam Miguel (')
Destricto da Cidade de Ponta Delgada | Trigo | Milho Sovada Favas Feijoens
Freguezia da Matrix 46/43 137/40 189/40
Freguezia de S. Pedro 6/38 121/58 6/03 34/50
Freguezia de S. José 94/36 467/22 83/46 B5W 113/28
Lugar de Rosto de Cam 59/23 590/09 9/49 116/02 143/00
Lugar da Fajãa 57/01 406/47 WfTiW 66/00 71/46
Lugar dos Arrifes 1042/32 26/04 40/27
Lugar dos Fennaes BSW 128/18 20/27
Lugar das Cappelas 50/24 2/00 14/18 12/01
Lugar de S. António 8/08 72/17 lí 0/04 l/193/4 0/02 Ví
Lugar da Bertanha 182/56 571/37 25/35 40/55 0/47
Lugar dos Mosteiros 94/43 177/08 24/12 15/00 0/25
Lugar da Varze 62/21'A 174/14 8/46'A 0/38
Lugar dos Ginetes BEBEM 327/00 BttftW 23/09 2/04
Lugar da Candelária MiffM 21/52 2/01 1/03 0/05
Lugar das Feteiras 49/04 376/04 21/134 17/1514 1/47 3/4
Lugar da Relva 113/50 425/16 147/31 17/09 17/56
Destricto da V.a da Alagoa 1429/09 Vi 6701/14 595/22'A 716/04 34 649/22
Villa da Alagoa 185/45 759/52 47/34 125/11 170/05
V.a da Agoa de Pao e seu destricto mWMM 338/01 34/08 49/18 93/32
Freguezia da Matrix de S. Miguel BMtBM 411/01 83/02 60/22
Freg.a de São Pedro 55/10 176/54 38/03 22/45
Lugar de Ponta Garça 111/18 420/11 2/34 22/50 23/07
Lugar da Povoação 98/57 BMW 0/02 'Á 18/02 5/21
Lugar do Fayal 31/11 0/00 7/10 5/27
Lugar de Agoa Retorta 19/15 56/38 0/00 4/44 0/56
Lugar das Fumas 14/37 231/49 0/00 1/01 0/23 'A
Lugar da Axada 74/40 174/13 1/12 6/03 1/25
Lugar da Axadinha 55/23 157/58 0/46 4/50 1/58
Lomba de S. Pedro KiftM 99/07 0/31 1/52 1/42
Lomba da Maya 247/34 0/30 2/21 0/48
Lugar dos Fenaes da Ajuda 76/10 236/47 1/12 7/18 6/23
"J J A
mpw
lOíeviiíibwjiiirJMU
inej l-:Wi ip
• \S*0 ANTÓNIO NORDESTINHO
PENAIS DA AJUDA
sFENAIS DA LUZ ESTREL, íM^DR0 4; />&
\®CANDELARIA PORTO FORMOSO
CONCEIÇÃO
RABO DE PEIXE
SEBASTIÃO
iSTIAO ^ ST^^t^FAIAL DA
4. terra*
ÁGUA DE PAU S.PEpRO S. MIGUEL
PONTA GARÇA
Escala 1:260 000
Nc de embarcações
Para cada uma destas fases, em que, no seu conjunto, se foi pas-
sando sucessivamente de um liberalismo radical para um absolutismo
moderado e de um liberalismo moderado para a agitação da guerra
civil, irei indicando os vários aspectos que foram afectando o modus
vivendi da população terceirense.
II
IH
IV
a pouco se aumentou o seu valor para 100 reis, por efeito da ambição
com que o público as recebeu» (22).
Sobre este mesmo assunto, Oliveira Martins tem um pitoresco e curto
passo, que transcrevo: «Foi então que se fundiram os sinos das igrejas,
moldando-se, em areia (por não haver cunhos nem máquinas) esses
patacos a que se ficou chamando malucos, por o povo da ilha dar
tal nome aos que acreditavam na moeda» (23).
Mas esta difícil situação financeira longe de desanimar a Regência,
antes, pelo contrário, lhe vai dando ânimo para elaborar as medidas
legislativas necessárias na conjuntura que então se vivia no meio tercei-
rense. Foi o que aconteceu no ano de 1830.
A Terceira toma-se então uma ilha cada vez mais povoada por exila-
dos. O cúmulo máximo de toda essa gente vai registar-se aquando de
um acontecimento de capital importância e esse é a presença física
do próprio D. Pedro IV, que do distante Rio de Janeiro tinha vindo,
finalmente, até Angra, depois de ter renunciado ao Brasil, na pessoa
de seu filho D. Pedro de Alcântara.
Uma vez em Angra, o ex-imperador do Brasil aceita logo à chegada
a renúncia da Regência, que assim chegava ao fim do seu mandato.
Ele próprio preside ao governo que vai formar, nomeando os seus minis-
tros, entre os quais dois de grande envergadura: o marquês de Palmela
e Mouzinho da Silveira; o primeiro para a pasta do Reino e o segundo
para as da Fazenda e Justiça. O objectivo global deste novo governo
seria o de planificar o conjunto de operações militares conducentes à
reconquista da Metrópole.
Essa reconquista já não está demasiado longe. Agora, nos Açores,
a Terceira já não está sozinha na defesa da causa liberal. Com efeito,
«já as outras ilhas dos Açores tinham levantado a voz por D. Maria
II, o que era motivo de esperança para os emigrados que todos os
dias pensavam no regresso a Portugal». (24) A Portugal Continental,
acrescente-se.
Mas o papel da Terceira no triunfo dessa mesma causa foi, sem
exagero, extremamente importante.
(25) Francisco Ferreira Drummond, Anais da Ilha Terceira, IV vol., pp. 324-325.
DA ILHA TERCEIRA 369
BIBLIOGRAFIA
II
DO ARQUIPÉLAGO AO BRASIL
Introdução
Os contextos
1987: para os espanhóis era o «sí» ou «no», enquanto para os portugueses se tratava
de um «talvez», que a imprecisa cartografia da época ajudava a legitimar.
(2) In «Dicionário da História de Portugal», por Joel Serrão, entrada «Brasil e
Argentina».
(3) Conforme a obra «História Urbana de Iberoamericana, tomo 1 — La Ciudad Ibe-
roamericana Hasta 1573», por S. Bemabeu, A. Gomez-Ferrer, R. Gutierrez, J. E.
Hardoy, A. Jimenez, C. Malamud, J. A. Tineo, P. Vives. Edição do Consejo Superior
de Los Colégios de Arquitectos de Espana, Madrid, 1987.
DA ILHA TERCEIRA 373
deles desde 1617 (segundo Paiva Boléo (17) e Adolfo Varnhagem (19)
e desde 1621 (segundo Abreu e Lima (19) e Sousa Meneses (17), tendo
a região neste mesmo ano e em conjunto com o Ceará, formado um
novo estado autónomo do restante Brasil, o que faz supor uma inten-
cionalidade das levas migratórias para aí encaminhadas e uma mais
directa dependência destas áreas em relação ao poder central ibérico.
Seguem-se referências pelo último autor citado da ida de 200 casais
(também para o Rio) em 1628, da chegada de outros 200 vindos da
ilha de Santa Maria (1648), de mais 365 pessoas de São Miguel e
novamente de Santa Maria (1649), de outras 234 provindas do Faial
para o Pará (1675) e finalmente de 200 casais da Graciosa para o
Maranhão (1677). Os faialenses ajudaram ainda à formação de Belém,
com a sua ida para a cidade em 1676, levados por Pedro César de
Meneses (12).
Mais tardio é o interesse demonstrado pela colonização efectiva do
Sul, onde igualmente recorreu a Coroa aos açorianos: na fundação da
vila de Nossa Senhora do Desterro (com primeiras fixações ainda por
1670-80 (9), mas só incrementada com as idas maciças de casais desde
1748); no povoamento geral do território de Santa Catarina (desde 1692,
quando chegaram 290 casais, havendo já pároco em 1728 (17)); na
fiindação de Porto Alegre em 1742 (segundo Jorge Monjardino (20),
ou em 43 (segundo Luís da Silveira) (12); finalmente, na construção
de São Pedro do Rio Grande, em meados do século XVIII (12), onde
em 1938 persistia a festa do Espírito Santo, na ilha dos Marinheiros
(20), como de resto sucedia no próprio Rio dos anos 50 (21) e per-
siste ainda no Maranhão, em Alcântara.
Conhece-se detalhadamente o processo relativo à série de levas de
1748 a 56, que começa com uma decisão do Conselho Ultramarino
para o mesmo ano, que, justificando a medida pela fome e o superpovoa-
mento que grassaria nas ilhas, pede cerca de 4 000 pessoas. Obviamente
rões em retícula de cada lado, é uma referência ainda hoje legível nos
centros urbanos de Florianópolis e de Laguna, ou na malha proto-urbana
de Ribeirão da Ilha. Ao mesmo tempo, é o retomar da tradição geomé-
trica que um Medievalismo tardio, já eivado de referências renascentis-
tas, exprimira exactamente nos Açores, na Baixa de Angra, ou em
Lisboa, na «alta» do Bairro Alto, nos inícios do século XVII... E que
tinham tido tradução no «Plano Maleável» que em Olinda, em Salvador
da Baía ou no Rio de Janeiro definira a cidade luso-americana.
(23) «Arquitectura Popular dos Açores», estudo em fase de publicação, pelos auto-
res do presente estudo, em equipa com Ana Tostões, Filipe Jorge Silva, João Vieira
Caldas, Nuno Barcelos e Victor Mestre, edição da Associação dos Arquitectos Portu-
gueses, Lisboa.
DA ILHA TERCEIRA 381
(25) A questão da «varanda» foi também estudada por Carlos Lemos na obra «Cozi-
nhas, Etc.», editora Perspectiva, colecção Debates, São Paulo.
384 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
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Principais rota» comerciaia da região platina nas primeiras décadas do século xvn
Rotas dos portugueses na área meridional da América do Sul, nos primeiros anos
do século XVII: note-se o «triângulo» formado pelas cidades de Assunção, Buenos
Aires e Santos (São Vicente), os três principais núcleos urbanos mais cerca da
área da futura colonização açoriana. (Imagem extraída do «Dicionário da História
de Portugal», por Joel Serrão.)
Área geográfica da colonização açoriana: de norte para sul, a ilha de Santa Cata-
rina, com Florianópolis (antiga Desterro), a cidade de Laguna, a de Porto Alegre,
a de Rio Grande; frente a Buenos Aires, a Colónia de Sacramento, ponto extremo
da ocupação da zona. (Imagem extraída da obra «Grande Atlas Mundial», edição
das Selecções do Reader's Digest.)
Trono do «Divino» Espírito Santo, na casa-museu de Alcântara, estado do Mara-
nhão, Brasil — uma das regiões deste país que recebeu colonos açorianos no século
XVII.
O «continente» brasileiro (como dizem os Catarinenses) visto da ilha de Santa Cata-
rina, no estado do mesmo nome.
POVOAMENTO AÇOREANO
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Mapa da zona costeira do estado de Santa Catarina com indicação das principais
localidades fundadas por açorianos, datas de fundação e percursos dos colonos.
(Extraída do texto de Walter Piazza «A Epopeia Açoreana 1748-1756», ed. do
Conselho Estadual de Cultura, Florianópolis.)
Uma povoação na costa norte da ilha de São Miguel (Açores), e uma vista antiga
da povoação do Desterro, em Santa Catarina (Brasil) — as casas «viram as costas»
ao mar (a imagem antiga foi extraída de documentação existente na ilha).
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Casa com telheiro («meia-água») de ligação entre o corpo dos quartos e o da cozi-
nha, em Canto da Areia, ilha do Pico, Açores (imagem extraída do livro «Arqui-
tectura Popular em Portugal», ed. da Associação dos Arquitectos Portugueses, Lis-
boa, no prelo), e planta da mesma tipologia em casa existente em Veranópolis,
na zona de influência italiana do estado do Rio Grande do Sul, Brasil (imagem
extraída do livro «Arquitectura de Imigração Italiana no R.G. do S.», por Júlio
Posenato, ed. Fondazione Giovanni Agnelli EST/EDUCS) — em ambos os casos
assiste-se a um mesmo modelo da habitação em meio rural.
«Teatro» do Espírito Santo, freguesia da Almagreira, ilha de Santa Maria, Açores,
e «Casa do Divino» na Lagoa da Conceição, ilha de Santa Catarina, Brasil — uma
semelhança impressionante de dimensões e formas, para servir a mesma função.
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Casa com empena lateral alongada (com «meia-água») nas Lages, ilha das Flores,
Açores, e casa com idêntico alongamento no seu volume, nos arredores do Ribei-
rão da Ilha, Santa Catarina, Brasil.
Império do Espírito Santo na Ilha Terceira, Açores.
«Império» do Espírito Santo na ilha Terceira, Açores, e fachada de habitação na
cidade baiana de Cachoeira, Brasil — objectos prováveis do século XIX, época
propícia a testemunhos de uma possível influência dos emigrantes de «torna-viagem»,
do Brasil para os Açores, portanto da arquitectura brasileira sobre a açoriana?
Casas populares no Alto das Covas, Angra, ilha Terceira, Açores, e casas em
Laguna, estado de Santa Catarina, Brasil — uma escala análoga e aspectos for-
mais comuns (ritmo dos vãos, aberturas com o lintel em arco, faixas coloridas
em moldura).
DA ILHA TERCEIRA 385
Este texto deve ser entendido como uma primeira leitura de carácter
geral sobre as relações entre a organização do espaço urbano e arqui-
tectónico de matriz açoriana e a das áreas colonizadas por naturais
deste arquipélago no Sul do Brasil. Nele se procuram estabelecer, com as
devidas cautelas, estruturas culturais de causalidade e interdependência,
AS DIMENSÕES DA INSULARIDADE
mais sã, mais próxima dos valores pelos quais deve orientar o curso
dos seus dias.
A questão da insularidade e o problema das condições de felicidade
e realização individuais afloram várias vezes nestas cartas. Termino
com uma citação assaz longa sobre este aspecto (12/9/1906): «Muitas
e muitas vezes me tenho feito esta interrogação: Seriam vocês menos
felizes se nunca tivessem saído da posição humilde e obscura que lhes
podia dar o lugar onde nasceram?
Só Deus o sabe. O que não oferece dúvida alguma é — que a vida
não é mais que uma jornada de poucos dias. Chega-se ao fim mais
ou menos cansado, mais ou menos ferido dos espinhos que bordam
a estrada ninguém poderá dizer que seja mais feliz o que aí chegou
menos ferido.
Um exemplo frisante aí o temos em teu irmão. Pobre e obscuro
analfabeto, vegetando num sossego ininterrompido, sem aspirações a
mais elevada posição, mas também isento de cuidados, de ambições,
dessa febre de renome que, no fim de contas, bem analisada não é
mais do que uma tortura contínua.
Não quer isto dizer que me arrependi do rumo que indiquei a vocês;
quer somente que me enganei, ou melhor, que me enganaram as falsas
teorias do mundo em que vivemos.
A verdade é que te achas ao meio da vida — ma mesma época em
que Dante escreveu a Divina Comédia — cansado, amargurado, aborre-
cido, conhecendo por dolorosas experiências a vaidade e a futilidade
dos efémeros triunfos com que o mundo — sempre indiferente quando
não é ingrato — saúda de passagem os que daí a pouco deixa no esque-
cimento.
Tudo isto é verdade, mas que remédio?
Se não tivesses filhos — Deus tos conserve — o melhor partido a
seguir seria voltar ao lugar onde nasceste, e ir vivendo aqui, como
aqui se vive, com as nossas batatas e as nossas couves, sem luxo mas
sem privações. Não o podes fazer, ao menos por enquanto. É preciso
educar a tua família, prepará-la para a luta da vida. Somente depois
disso te será lícito vir repousar-te aqui das tuas longas fadigas.»
VISÃO DOS AÇORES NA CULTURA ITALIANA
(2) Franz Villier, Portugal (1961); tradução italiana de Cesare Cardini, Portogallo,
Milano, Mondadori, 1961, págs. 180-181.
(3) Fodors Portugal (1972); tradução italiana de F. Pinzauti, Firenze, Valmartina,
1979, pág. 264.
400 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(,0) E. A. D'Albertis, Crociera dei Corsaro alie Azzorre, Milano, Frantelli Treves
Editori, 1888.
DA ILHA TERCEIRA 403
(12) A. Tabucchi, Donna di Porto Pim e altre storie, Palermo, Sellerio Editore,
1983, tradução portuguesa de Maria Emília Marques Mano, sob o título Mulher de
Porto Pim e outras histórias, Lisboa, Editora Difel, s.d.
406 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
1. APRESENTAÇÃO
CAPITULO V
contendas entre Portugal e Espanha e, cativo numa nau espanhola, entre Espanha e
Inglaterra, tendo assim assistido a um renhido combate naval, de que só escapa a
capitânia espanhola, que consegue entrar no porto de Cádis bastante danificada. Preso
em Espanha, consegue entrar em Portugal e matricular-se finalmente na Universidade
de Coimbra. Virá a professar na Companhia de Jesus em 12 de Junho de 1657. Com
base no manuscrito das «Saudades da Terra», escreveu a «História Insulana das Ilhas
a Portugal sujeitas no Oceano Ocidental», ed. Lisboa, 1717 e 1866, então anotadas
na parte respeitante à Madeira pelo deão da Sé do Funchal, António Joaquim Gonçal-
ves de Andrade. Imprimiu mais obras e deixou outras manuscritas.
DA ILHA TERCEIRA 413
CAPITULO VI
(8) Cilícios eram cintos de crina ou lã áspera, a que muitas vezes se juntavam
arame, esparto e silvas, utilizados sobre a pele por mortificação. A sua designação
provém, segundo parece, da região da CUícia, na Ásia Menor, em que abunda o gado
caprino, cujo pêlo servia para tecer a fazenda de certas túnicas grosseiras utilizadas
por pastores e classes humildes. Utilizadas inicialmente como símbolo de humildade
e mortificação, passaram com o tempo à acepção activa, tecidas com puas.
422 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(') Curiosamente e ao longo dos tempos, a Igreja, por boca dos seus^ Doutores,
impõe a moderação no uso destes instrumentos, assim como de outras penitências exal-
tadas. No entanto, são aqui incentivadas exuberantemente, por certo a um ponto que
a nossa imaginação actual terá dificuldade de atingir.
DA ILHA TERCEIRA 423
CAPITULO VII
(l0) '^s quartas eram bilhas ou cântaros de barro para certos líquidos, geralmente
podendo conter a quarta parte da capacidade de um almude, assim como também quase
um almude.
(") Nota à margem: Anno de 1570. Da Comp." 31.
424 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
cartas dos tais jogos, aprovando elles a tomadia por bem feyta, e ajus-
tificada: muitas donzellas deyxarão os seos enfeytes, e ornatos vaydo-
zos, e se vestião de hum panno grosseyro, e vil dando as costas ao
mundo, e consagrando a Deos sua pureza nas Clausuras Religiozas;
outras de vida mais dissoluta tomarão pelo Caminho da penitencia, sendo
em todos muito Louvável os modos, e os meyos, que buscarão para
trazerem aos mais ao agrado, e aos olhos de Deos: official houve,
que fez contrato, e pactuou com seo Pay dar-lhe a metade de seos
ganhos, todas as vezes, que se confessasse.
Em os Mosteyros de Freyres da Cidade compuzerão também os Padres
muitas discórdias, sobre as quais tinha fulminado o Serenissimo Car-
deal Infante varias vezes censuras, e sem proveyto, ou termo.
Permitio Deos nosso Senhor, nesta terra, e Cidade alguns casos, que
se julgavão castigos daquelles, que não seguião, nem aprovavão a Dou-
trina de nossos Zelosos Jesuítas. Hum homem dos principais, e do
governo tomou por brio nada mudar do mão estilo da sua bida: conti-
nuou com seos péssimos, e escandalozos exemplos, afirmando, e pro-
testando a todos, que não consistia a Christandade em confessar-se no
Collegio, porque sem esta parte da confissão se podia ir ao Ceo, pois
muy bem sabia elle, que não era essenciais, que dizião, e assinavão
os Theologos fazer-se a confissão no Collegio, para pura, e bem feyta.
Continuava com estes, e semelhantes distérios em seos mãos exemplos,
e propósitos, quando lhe sobreveyo huma doença tão arrebatada, e repen-
tina, que o brigou a reconhecer, e confessar o seo erro; mandou cha-
mar hum de nossos sacerdotes ao Collegio, confessou-se com elle geral-
mente, e com muita miudeza, e sinal de arrependimento, e contrição
de suas culpas; e Deos, que parece só isto pretendia, o alliviou também
desta grave enfermidade, vivendo dali em diante muito diverso de si,
e do que fora.
Foy muito horroroso, e cauzou grande temor o sucesso, que aconte-
ceu a hum mancebo de bida estragada, e perdida, no qual nenhum
abalo, e commoção tinhão feyto os avizos, e exortações de nossos Padres,
nem a reforma, e mudança dos costumes, que via em toda a terra,
para que abrisse os olhos, e procurasse a emenda em suas dissoluções:
estava hum dia em certa caza disposto, e resoluto a cometter hum hor-
rendo, e gravíssimo sacrilégio, quando o assaltou de repente hum terrí-
vel, e tão universal tremor de todo o corpo, que o postrou por terra,
428 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
sem dar acordo de si; possuio tão formidável espanto, que cuidava
o arrebatavão os Demonios; destituído algum tanto a seos sentidos,
principiou a benzer-se, e a pedir a Deos Misericórdia, rezando junta-
mente os Sette Psalmos penitenciais: porem não podendo proseguillos
naquella caza, pedio o levassem para fora, e logo os pode continuar.
Chorou depois seos peccados; e indo ao Collegio se dispoz para huma
confissão geral, que fez com exemplar, e profícua contrição; com que
satisfez aos escândalos, que naquella Cidade tinha dado.
Esta mudança, e reforma de costumes no povo, e Cidade de Angra
com os Sermões e doutrinas dos nossos Jesuítas se espalhou com tal
fama por toda a Ilha, que de todas as povoações delia erão pedidos
os nossos para lá irem Missionar: sahio o Padre Pedro Gomes á Villa
da Praya, e mais villas, e Lugares; passou depois á Ilha do Fayal,
Gracioza, e S. Miguel, nas quais obrou as maravilhas, e cazos prodi-
giozos, que dirá o Capitulo Seguinte.
CAPITULO VIII
dinheyro enterrado, tendo sua caza, mulher, e filhos, bem diz, que
o não tem, porque o diabo descobrillo, a quem o vá buscar, e lho
tome. A estas palavras jurava mais o Avarento homem continuando
em dizer, que nem tinha hum tostão. Aqui lhe acrescentou o Padre:
He verdade, que o não tendes; porque o que vós Unhais enterrado
na Praya junto a huma Ermida, ja não he vosso, por que outrem o
tem. Ficou o homem assustado com tão certos, e individues sinais,
mas tenaz ainda na sua teyma affirmava, que não tinha algum dinheyro,
ao que concluio o Padre Pedro Gomes: Ja que assim he, id (sic) ver
se está aonde o tendes enterrado; e se o não acharey, vinde ter comigo,
que vos remediarey. Despedio-se, e apostado sem interpor demora
alguma, partio logo para a Praya, aonde não achando o seo dinheyro,
ficou tão confuso, e sentido, que voltando de improviso á Cidade com-
prou em huma tenda huma corda, e com ella de baixo da capa se
foy direyto ao Padre clamando a grandes, e altas vozes, que se lhe
não dava o dinheyro, se iria logo enforcar, e mostrou a corda, que
para isso trazia: socegou-o nesta fúria o Padre trazendo-lhe o dinheyro,
que ali lhe mandou contar, e dizendo lhe faltavão seis tostões, respon-
deo o Padre: Fulano volos dará; e foy assim que nem esses perdoou,
que tão mesquinho, mufino, e miserável era este Avarento.
Não diz a memoria, de que reuno este cazo, se fez este homem
mudança alguma em sua vida, mas Deos, que o livrou da morte, que
elle a si mesmo se daria, se não apparecesse o seo dinheyro, lhe teria
preparado para outra occazião ou melhor beneficio, ou também mayor
castigo.
A todos parecia este Padre no púlpito hum dos Santos Apostoles,
e tinha tal conceyto de sua virtude, e do seo modo de pregar, que
quando na Ilha Terceyra se queria dizer, de outro algum, que era grande
prégador, se explicava dizendo: He outro Padre Pedro Gomes.
Hum Bigario da Villa da Praya indo fallar, e pedir a huma pessoa
para que se amistasse com outra, com a qual estava opposta, lhe res-
pondeu a tal pessoa: Padre, não me pessa isso, que o não hey de
fazer, ainda que cá venha agora o Padre Pedro Gomes, que o não
posso mais encarecer. Era o Padre morto ja havia annos; mas o Biga-
rio como destro, ouvindo esta resposta tão desabrida, lhe dice: Ora
fazeis de conta. Senhor, que vo lo pede o Padre Pedro Gomes: ao
que respondeu logo: So pelo elle pedir, faria, o que quereis, e pode
DA ILHA TERCEIRA 431
ja tinha feyto dois termos para espirar: gritou a afflita May, lhe trou-
xessem alguma luz, para ver se este minino teria ja espirado. Desceu
Catherina Alvares aos clamores, e bendo que o menino estava agoni-
zante, disse assim: Santo Padre Pedro Gomes, não sereis servido de
rogar a Deos, dá vida a este minino, que era o meu alivio, o meu
divirtimento, e ainda o meo desenfado: dittas estas palavras, dice á
May, que lhe aplicasse o peyto, dizendo-lhe era agoa; ao que ella lhe
respondeu, que estava certa, o não tomaria, pois sempre o recusava.
Comtudo obrigada dos seos rogos lhe aplicou o peyto a bocca, e o
menino sem muitas difficuldades o aceytou primeyra, e segunda vez;
e com este alimento se foy recobrando aquella vida, como a luz da
candea, que se alenta com o azeyte; e deste modo escapou da morte.
Finalmente nas oraçoens do Padre Pedro Gomes tinha a fé desta devota
mulher o socorro, o remedio de todas suas aflições, e necessidades;
com ellas livrou da morte violenta, com que intentavão matar o seo
marido, ficando suspenso, e immovel seo agressor, que ja tinha ven-
cido com huma adaga sobre os peytos, e dizendo como de si mesmo
admirado: Alguma oração rezarão por ti, mao homem; porque me pas-
sou a bontade de te matar. Com elles conseguio de Deos lhes acres-
centasse hum alqueire de pão, como fizera ao azeyte, e depois de cuberta,
e preparada a massa, achou ter crescido tanto; que lhe deu o numero
de paens, e depurou por tanto tempo, quanto costumava durar-lhe a
amassadura de dois alqueyres.
Tinha o Corregedor da Ilha hum filho seu ainda de tenra infancia
muito mal; e o Padre Pedro Gomes o quiz ir visitar: Foy, e entrou
a tempo, que o Pay estava em audiência ouvindo, e despachando as
partes, que requerião, e acompanhado de muitos principais da terra,
e da Cidade. Levantou-se o Ministro com tal hospede, e sabendo o
que intentava, pedindo Licença por breve tempo, introduzindo dentro
o Padre, e fazendo pouca demora, veyo para a sala, aonde os mais
o esperavão, dizendo: Grande he a birtude do Padre Pedro Gomes;
e logo se calou. Não sabião, os que o ouvião, a que aludião estas
palavras admirativas; mas logo se desenganarão, por quanto dahi a pouco
virão, que entrava o menino vestido, como costumava, e com a mesma
esperteza, e galantaria, que antes em são fazia, entendendo todos, que
a bisita do Padre o tinha restituído á antiga saúde.
434 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(15) D. no texto.
DA ILHA TERCEIRA 435
CAPITULO IX
(20) Nas ilhas ainda é muito comum a designação de festeiros para os encarregados
e promotores de determinadas festividades.
DA ILHA TERCEIRA 439
tente com todas estas diligencias quiz Ser hum dos mais ouvintes, que
tivesse o Prégador, publicando, e dizendo depois do seo Sermão muitos
elogios, e sincerissimos Louvores, deixando a todos tão edificados com
Sua grande modéstia, quanto estavam offendidos da arrogancia, e desen-
voltura do outro Religiozo. Com esta brandura, e arte compunha outras
contendas, e muitos, que entre si tinhão Litígios, e demandas, e se
louvarão na Sentença, e parecer do Padre Pedro (21) Gomes; porque
sabião havia de dividir sem offender a justiça, e determinar a cada
hum, o que lhe era devido; outros desistião das acções ja postas em
juizo, porque assim o julgava este Insigne pacificador das partes, que
ordinariamente as não proseguem sem odios, discórdias, e dissenções.
Dos que assistião os Seos Sermões ouvindo-o prégar contra os odios,
se acazo Seos offensores, ou os que erão offendidos não estavão assis-
tentes na Igreja, os hião Logo buscar a Suas Cazas, ou no Lugar,
em que estavão, e lhe pedião, ou davão com muitas Lagrimas, e sinais
de arrependimento o perdão.
Entre muitos acho escritto nesta matéria hum cazo, que bem prova,
e indica a efficacia, com que este prégador penetrava os Corações de
Seos ouvintes, quando se consideravão injuriados, e movidos a tomar
vingança da Sua afronta.
Assistia a ouvir hum Seo Sermão contra as inimizades huma pessoa
grave, e nobre, a qual outro tinha descomposto em huma rua publica,
e na prezença de muito concurso, dando-lhe muitos golpes, e pancadas
com hum pao; afirmando não querer inficionar com o sangue de tal
corpo a Sua espada. Omittio o Padre o horrizar ao Seo auditório esta
Licencioza acção, e mais que insolente atrevimento, e passou a ponde-
rar o merecimento, e grandes prémios, com que Deos remunerava àquel-
les, que perdoarão Suas mayores injurias, propondo-lhes, e incitando-
-os com exemplos de David para Com as repetidas afrontas de Saul;
os do Protomartyr Santo Estevão para seos preseguidores, e com mayor
energia, e ternura o de Christo nosso Deos, e Redemptor, o qual na
mesma hora de Sua Morte, quanto mais o offendião, pedia a Seo Divino,
e Eterno Padre, para os mesmos, que, com hum entranhavel, e diabó-
lico odio o estavão crucificando.
Senhor
Receberão too grande beneficio, esmo lia, e merce, os moradores das
Ilhas, em Vossa Alteza a ellas mandar os Padres da Companhia, e
Collegio de JESUS pelo muito frutto, que nellas tem feyto Sua Dou-
trina, e principalmente em esta Cidade de Angra, aonde residem, que
he muito para dar de Louvores ao Senhor Deos, e de continuo rogar
pela vida, e estado de Vossa Alteza, por em seos tempos permitir serem
DA ILHA TERCEIRA 441
(') Deportados (por opositores ao absolutismo) então em Angra, onde tinham chegado em
26/IX-1810 na fragata 'Amazona'; tiveram acção significativa na divulgação das ideias liberais.
446 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
BIBLIOGRAFIA
Manuscritas:
«Memorias p.a a Historia da Uha Gracioza» O
Impressas:
«Apontamentos Posthumos do Padre Jeronymo Emiliano d'Andrade para servirem
de continuação à Topographia da Ilha Terceira»
Angra do Heroísmo, Imprensa de J. J. Soares, 1850
«Cathecismo Religioso Contendo os Primeiros Rudimentos da Doutrina Christã
para uso das Escolas dTnstrucção Primaria do Districto d'Angra do Heroísmo»
Angra do Heroísmo, Typographia do Angrense, 1847
«Compendio de Arithmetica Ordinária accomodado ás lições e exercícios das Escolas
de Instrucção Primaria»
Angra do Heroísmo, Officina do Terceirense, 1846
«Elementos de Rhetorica, e Poética extrahidos de Quintiliano, e Horácio, para
uso dos estudantes do Curso Oratorio»
Angra do Heroísmo, Imprensa do Governo, 1837
«Elogio Histórico da vida do insigne Sacerdote José de Andrade..., offerecido
aos amantes da Virtude»
Lisboa, Imprensa Nacional, 1821
(') Esta bibliografia não é exaustiva. Reserva-se para trabalho posterior o tratamento
do número de edições e respectivas imprensas.
(2) A editar.
458 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
«Princípios Geraes de Moral e Civilidade Christã para uso das Escolas d'Instruc-
ção Primaria do Districto d'Angra do Heroísmo»
Angra do Heroísmo, Tip. de M. J. P. Leal, 1856
(') Gaspar Frutuoso, Saudades da Terra, Livro Quarto, cap. LXXVI (na edição
do Instituto Cultural de Ponta Delgada, 1981, corresponde às pp. 341 a 349 do
vol. II).
(2) Fr. Agostinho de Monte Alveme, Crónicas da Província de S. João Evange-
lista das Ilhas dos Açores, vol. H, Ponta Delgada, Instituto Cultural, 1961, p. 252.
462 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Portugal teve sempre vida religiosa desde a fundação até hoje (3) —
edificou-se em terreno dado pelo casal Fernão de Quental e Margarida
de Matos, sendo a sua fundadora a «Capitoa Velha», Dona Filipa Cou-
tinho, viúva do 5.° capitão da ilha, Rui Gonçalves da Câmara, o segundo
do nome (4). Devia obediência aos frades do convento de S. Fran-
cisco, seu vizinho, e as suas freiras abraçaram a «primeira Regra da
Ordem Franciscana, mas pelo tempo adiante compreenderam que não
podiam viver somente das poucas esmolas diárias que lhes davam, e
pediram então a el-Rei licença para terem bens de raiz, o que lhes
foi concedido por carta de 19 de Setembro de 1545» (5). O mesmo
sucede com os restantes mosteiros de clarissas da ilha (6).
Em 1555 fúnda-se o convento de Jesus, o primeiro feminino na Ribeira
Grande, graças a D. Margarida de Bettencourt e seu marido, Pedro
Roiz da Câmara, tio-avô paterno do então capitão do donatário, o sexto,
Manuel da Câmara; as primeiras religiosas professas nele encarregadas
da «fundação do edifício do espiritual», na expressão de Gaspar Fru-
tuoso, pertencem ao convento de Jesus, na vila da Praia, ilha Terceira,
(3) Hugo Moreira, «Nótula Histórica sobre o Santuário Diocesano do Santo Cristo»
(Maio de 1976; distribuído no próprio Santuário).
(4) Fr. Agostinho de Monte Alverne, ob. cif., II, pp. 67-68.
(5) Urbano de Mendonça Dias, História das Igrejas, Conventos e Ermidas Micae-
lenses, vol. m, Vila Franca do Campo, Ed. do Autor, 1950, p. 265. O doe. aqui
referido encontra-se publicado no Arquivo dos Açores, vol. V, p. 165.
(6) G. Frutuoso é muito completo quanto às razões para tal; «São todas as de Vila
Franca da primeira Regra de Santa Clara, pela qual causa, por não terem rendas,
nem fazenda alguma em comum, nem em particular, e guardarem ao pé da letra a
pobreza da regra, tomou o dito Capitão Rui Gonçalves da Câmara cargo delas e por
sua devação as provia de todo o necessário. No qual modo de viver perseveraram
vinte anos; e por a qualidade da terra o não sofrer e passarem muitas necessidades,
por não haver na ilha quem pudesse suprir com sua fazenda o que o senhor dela
podia, por ser muito rico e poderoso, enfermavam muitas e morriam, de modo que
se temeu despovoar-se o mosteiro. Então, por conselho de letrados e homens pruden-
tes, determinaram buscar dispensação em algumas coisas, como em poderem ter renda
em comum, e em outras asperezas, com que, por serem mulheres fracas e debilitadas,
já não podiam. Mandaram então seus pais e parentes impetrar dispensação a Roma
e desta maneira vivem há mais de quarenta anos depois da dispensação, guardando
em o mais a primeira regra de Santa Clara. Com o exemplo deste convento, que
foi o primeiro das ilhas dos Açores, se fundaram depois pelas outras ilhas alguns,
todos da ordem de Santa Clara.» (ob. cit., ibidem, pp. 347-348).
DA ILHA TERCEIRA 463
(7) G. Frutuoso, ob. rir., cap. LXVin (ed. e loc. cit., vol. n, p. 211) e cap.
LXXXVI (por não se encontrar ainda publicado na edição do Instituto Cultural,
reportamo-nos à outra edição da obra, iniciada em 1922 pela Junta Geral e Câmaras
Municipais do Distrito de Ponta Delgada, onde corresponde às pp. 245 a 250 do vol.
11 do Livro Quarto, publicado em 1926; baseamo-nos aqui na p. 245).
(8) Fr. Agostinho de Monte Alveme, ob. cit., pp. 311-314.
(9) Urbano de Mendonça Dias, ob. cit., vol. III, pp. 29.
10
( ) Fr. Agostinho de Monte Alveme, ob. cit., pp. 83-92 e 443-447.
(") Idem, ibidem, pp. 121-122.
464 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(15) Constituciones Generales, para todas las monjas y Religiosas, sugetas á la obe-
diência de la Ordem de Nuestro Padre San Francisco, en esta Família Cismontana
(1639), publicadas em Madrid em 1642, cap. I.0 — «Da recepção das noviças e recém-
-professas», fl. 55v."
466 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(20) Joaquim Capela, Santa Clara de Assis, 3.a ed.. Braga, Editorial Franciscana,
1983, p. 63.
(21) Palavras do Custódio Provincial Fr. Fernando de Olivença na carta-patente
incluída num dote de 23 de Julho de 1623 ao convento de S.10 André (V.F.C.) (L.0
5.° do Tombo, fls. 186-190 v.0).
(22) Assim procederam os padroeiros do mosteiro de S.10 André (P.D.), Beátriz
Rodrigues e António de Frias, em relação a Miguel de Figueiredo de Lemos, por
exemplo. (L.0 do Tombo Velho, 1.° dote— 19 de Junho de 1576.)
DA ILHA TERCEIRA 469
(23) O exemplo aqui citado, o caso mais completo que se nos deparou, é do dote
de 1 de Outubro de 1669, Conv. de S. João (L.0 do Tombo, fls. 290 v.0-293 v.0).
(24) A grafia aqui seguida é a dum dote de 1 de Fevereiro de 1686 ao mosteiro
de N.a S.a da Conceição (Maço 5, doe. 30).
(25) Assim se expressa um dotador em 4 de Abril de 1631 (Conv. S.to André
(V.C.F.), L.0 do Tombo, fls. 1039-1043).
(26) Dote de 11 de Novembro de 1679, Conv. N.a S.a da Esperança (L.0 8.°,
fls. 599-604).
470 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(36) P.e Miguel de Oliveira, História Eclesiástica de Portugal, Lisboa, União Grá-
fica, 1940, p. 192.
(37) Todas as afirmações aqui apresentadas entre aspas são de António de Oliveira,
A vida económica e social de Coimbra (...), ob. cit., I, nota 2 da p. 365.
474 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
nando a ser religiosas professas nesse dito convento» (38). Estas atitu-
des despertam em nós a curiosidade de saber com que idade se ingressa
nos mosteiros micaelenses dos séculos XVI e XVII.
São numerosas as cartas de obrigação de dote que se referem a pupi-
las, por vezes indistintamente apresentadas também como educandas;
na sua maioria limitam-se a indicar que se trata de menores, não forne-
cendo quaisquer informações mais precisas. Não nos foi possível efec-
tuar uma pesquisa nos livros dos registos paroquiais da época de toda
a ilha para sabermos as datas de baptismo (então pouco posterior à
do nascimento) das dotadas; por enquanto, os dados de que dispomos
são unicamente os obtidos nos próprios documentos relativos ao dote,
na sua maior parte incompletos visto que para muitos não possuímos
o par carta de obrigação de dote/carta de entrega e quitação, que nos
permitiria calcular aproximadamente as idades de ingresso.
Embora a certidão de baptismo fosse um documento teoricamente
necessário para a aceitação de educandas, pupilas ou noviças, ela só
consta de 5 dos dotes analisados e, curiosamente, todos do espólio do
convento de S. João Evangelista. Por tudo isto, apenas temos elemen-
tos para 22 dotadas: três com menos de 12 anos, cinco entre os 12
e os 14, quatro dos «14 para 15» aos «15 para 16», e dez acima dos
16 anos (39). Ora estas idades só aparecem referidas quando é feita
uma obrigação de dote ou de alimentos, permanecendo por vezes a
dúvida se a contemplada se encontra no século ou se já transpôs os
muros conventuais. Além disto, decorrem por vezes vários anos desde
a aceitação até à ratificação do dote; por estes motivos, inclinamo-nos
muito para a hipótese de que serão numerosas as meninas recolhidas
em mosteiros antes dos 12 anos previstos nas Constituições, devendo
várias situar-se entre os 7 e os 10 ou 11 anos. A determinação precisa
é dificultada igualmente pelo facto de algumas falecerem antes de pro-
fessar ou até mesmo antes de serem noviças.
Afigura-se-nos, assim, mais exacto falar em «filhas colocadas em mos-
teiros» do que em «jovens que se fazem freiras», já que a opção não
existirá para grande parte destas dotadas, que desde tenra idade vivem
intramuros conventuais. «A concepção da clausura era [no século XVII]
menos estrita do que hoje em dia. Muitas vezes as freiras educaram
meninas no interior dessa clausura, destinando-as à vida religiosa quando
atingissem a idade exigida» (40). A prática aqui seguida apresenta,
pois, semelhanças com o célebre «ex-líbris» das casas de Jesuítas: «dai-
-nos os primeiros sete anos de vida de um rapaz e nós faremos dele
um homem.» É uma educação conveniente que irá formar novas e nume-
rosas vocações religiosas.
(4°) Dom Robert Lemoine, Le Monde des Religieux, vol. II de L 'Époque Modeme
(1563-1789) (Tomo XV de Histoire du Droit et des Instituiions de 1'Église en Occident
dir. por Gabriel Le Bras e Jean Gaudemet), Paris, Ed. CUJAS/C.N.R.S., 1976,
p. 11. No sentido de existir uma falta de liberdade individual se pronunciara já no
Concílio de Trento D. Frei Bartolomeu dos Mártires, ao pedir que se providenciasse
«acerca das freiras, que frequentemente são obrigadas a entrar nos conventos» (cit.
por J. S. da Silva Dias, Correntes de Sentimento Religioso em Portugal, (séculos XVI
a XVIII), tomo 1/1, Coimbra, Universidade, Instituto de Estudos Filosóficos, 1960, p. 59).
(41) Por «mosteiros micaelenses» entendemos aqui todos os anteriormente apresenta-
dos com excepção do de Jesus, na Ribeira Grande, cuja documentação não nos foi
possível estudar por ora. Dos 266 pares de pais das dotadas nas outras cinco casas,
124 (47%) não indicam a camada social e profissional a que pertencem; dos restantes,
62 intitulam-se capitães, 25 cidadãos sem outra menção, 15 fidalgos e cavaleiros das
Ordens Militares, 12 mercadores, 9 oficiais régios, 2 sapateiros, e 1 declara ser padre.
476 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(42) Assim, como «capitães» estão aqui agrupados os que se apresentam simultanea-
mente como «cidadãos» ou como «fidalgos»; já os capitães e os cidadãos que são tam-
bém «oficiais régios» ou «mercadores» se encontram referidos nestas duas últimas cate-
gorias, por serem as que, a nosso ver, traduzirão melhor a sua ocupação. Pela mesma
razão, os «cidadãos» relacionados com o Santo Ofício figuram no conjunto dos «fami-
liares», ao passo que aqueles que exercem funções de síndico do convento constam
da categoria de «cidadãos (sem outra menção)».
DA ILHA TERCEIRA Ali
í44) Esta escassez de informações é agravada por dois factos: por um lado, a não
adopção dos mesmos apelidos por parte de todos os filhos de um mesmo casal, o
que dificulta extraordinariamente a sua identificação e localização no seio de um grupo;
por outro lado, as genealogias existentes debruçam-se apenas sobre as famílias nobres,
e as mais úteis encontram-se em arquivos particulares ou aguardando publicação.
482 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(45) Constituciones (...), ob. cit., cap. 3.° — «Do Ofício Divino, oração, silêncio
e comunhão», fls. 64-64 v.0
t46) A abadessa Maria de Cristo, do convento de S. João Evangelista, pede ao Pre-
lado autorização para lançar o véu branco de noviça a sua sobrinha Maria do Espírito
Santo, que tem quase 15 anos e que foi aceite por 51 votos contra 14: doe. de 30
de Outubro de 1686 (Conv. S. João, Maço 9, doe. 21).
(47) Dom Robert Lemoine, Le Monde des Religieux, ob. cit., p. 2.
DA ILHA TERCEIRA 483
podem, ser exaustivos, pelo que deverão ser entendidos como indicado-
res e pistas para uma investigação a desenvolver e nunca como conclu-
sões generalizáveis para todas as restantes religiosas e casas.
Efectuadas estas ressalvas necessárias, vejamos as indicações forneci-
das por estes dados. Salientam-se pelo seu número os irmãos que seguem
a vida religiosa, sejam ou não licenciados, e as raparigas que casam:
num total de 35 irmãos das freiras aqui indicadas, estas duas categorias
ascendem a, respectivamente, 14 e 11 elementos. A política familiar,
se existe, parece inclinar-se para dar às jovens um marido e aos rapa-
zes um modo de vida preferencialmente religioso. Note-se igualmente
que os estudos universitários são seguidos por boa part" dos filhos,
quer pelos que se irão dedicar ao serviço da Coroa quer pelos que
se destinam a carreiras eclesiásticas.
Um autor coevo, também ele aluno da Universidade de Coimbra,
deixou-nos sobre este assunto o seu testemunho: «(...) De ordinário
os que as buscam (a estas escolas), ou são filhos segundos e terceiros
da nobreza do Reino, que, por instituição dos morgados de seus avós,
ficaram sem heranças e procuraram alcançar a sua pelas letras; ou são
filhos de homens honrados e ricos dele, que os podem sustentar com
comodidade nos estudos; ou religiosos escolhidos nas suas províncias,
por de mais habilidade e confiança para as letras.» (5I) Entenda-se: os
estudos são dispendiosos, mas compensatórios com a nova «herança»
que fornecem aos que o realizam. Constituem, como sabemos, um dos
modos mais firmes e mais rápidos de ascensão social, pois habilitam
quer ao exercício de cargos que permitem a nobilitação, no mundo
secular, quer a posições hierarquicamente muito altas, no que se refere
ao múnus religioso. Os estudos universitários equivalem, pois, à aber-
tura de uma porta de passagem para o mundo dos privilegiados, de
todos aqueles que, de um modo ou de outro, vêem reconhecido o direito
de viverem numa situação de excepção, de tanta importância nesta socie-
dade de Antigo Regime.
(51) Francisco Rodrigues Lobo, Corte na Aldeia e Noites de Inverno, 1619, Diá-
logo 16; cit. por Vitorino Magalhães Godinho, A Estrutura da Antiga Sociedade Portu-
guesa, ob. cit., p. 251.
DA ILHA TERCEIRA 485
(52) Maria Olímpia da Rocha Gil, O Arquipélago dos Açores no século XVII. Aspec-
tos sócio-económicos, Castelo Branco, Ed. da Autora, 1979, p. 159.
486 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Dentro do mesmo grupo social deverá ser recrutado o seu par. Ora
sendo a esmagadora maioria das dotadas para freiras proveniente das
camadas altas da sociedade, como concluímos, será sobre o mesmo
grupo que recairá tal missão. Apesar de ignorarmos quantas dezenas
de milhar de pessoas formam a população micaelense entre 1543 e
1700, é com segurança que afirmamos que, para a população feminina
casadoira oriunda dos grupos sociais mais importantes, os mancebos
e homens disponíveis seriam grandemente insuficientes. A esta conclu-
são nos conduzem os factos seguintes:
a) Os estudos demográficos feitos para as sociedades da época demons-
tram ser a população feminina tradicionalmente excedentária, não
só por uma maior resistência à mortalidade perinatal e infantil,
como também por uma menor exposição a guerras e outros perigos;
b) Muitos jovens ingressam em carreiras religiosas;
c) Durante este período verificam-se duas guerras — as breves lutas
entre os partidários de D. António, prior do Crato, e os de Filipe
II de Espanha, entre 1580 e 1583, e após 1640 a longa Guerra
da Restauração —, com o consequente alistamento de homens, mui-
tos dos quais falecem em combate;
d) As empresas ultramarinas absorvem grande parte da população
masculina válida, que nelas constrói as suas famílias e que fica
sujeita a várias sortes; exemplo significativo é o de um irmão
duma destas religiosas, morto pelos corsários.
(53) Diz Philippe Ariès: «Além da aprendizagem doméstica, as meninas não rece-
biam por assim dizer nenhuma educação. (...) As mulheres eram semi-analfabetas.
Criou-se o hábito de enviar as meninas a conventos que não eram destinados à educação,
onde elas acompanhavam os exercícios devotos e recebiam uma instrução exclusivamente
DA ILHA TERCEIRA 487
*
* *
(*) Dado que todos os valores foram arredondados, e que no convento de Santo André em Ponta Delgada todos os arredonda-
mentos resultaram por excesso, a soma desta casa não é exactamente de 100%.
QUADRO II
Distribuição das freiras segundo a condição social dos pais (%)
Condição Social
Sem indicação
Familiares do
Santo Ofício
Mercadores
Lavradores
Sapateiros
Licenciados
e Doutores
(sem outra
Capitães e
Fidalgos e
Cavaleiros
milicianos
dos Pais
Cidadãos
Clérigos
Oficiais
menção)
Régios
outros
Mosteiros
Santo André (V.F.C.) 28 14 — — 11 1 2 6 — — 38
a a
N. S. da Esperança (P.D.) 24 7 — 1 9 4 9 10 2 1 34
Santo André (P.D.) 41 3 — — — — — 3 — - 54
São João (P.D.) 20 21 1 3 — 4 — 8 3 — 39
a a
N. S. da Conceição (P.D.) 10 — — — — — — — 25 5 60
(*) Todos os resultados foram arredondados, pelo que em N.a S.a da Esperança e Santo André em Ponta Delgada a soma
dos valores aqui expostos ultrapassa ligeiramente os 100% e em São João não os atinge perfeitamente.
QUADRO Hl
«Ratio» do par pais/filhas freiras, por convento e por categoria social
Condição Social
Mercadores
Licenciados
e Doutores
Fidalgos e
Cavaleiros
Oficiais
Régios
=■• X
2. e "S.
S. S"s o3 pa.
S
p 2 5?' "fi. o-
S'& §'
Mosteiros
Santo André (V.F.C.) 1,7 1,6 2,1 2,0 1,5 2,3
a a
N. S. da Esperança (P.D.) 1.9 2.3 1,7 1,5 1,7 2,6
Santo André (P.D.) 1.7 1.0
São João (P.D.) 1.6 2.1
a a
N. S. da Conceição (P.D.) 2,0 2,5 1,0
QUADRO IV
Santo Andre (V.F.C N.a S.a Esp Santo Andre PD N.a S.a Cone. TOTAL
DE
Condição Social n.° Filhas CASOS
Capitães
Cidadaos □
Clérigos D
Familiares S. Of.
Fidalgos
Licenciados
Oficiais Régios D
Mercadores
Lavradores
Sapateiros □
Sem indicação □
Total 2 filhas
Total 3 filhas
Total 4 filhas
Total 5 filhas
Total 6 filhas
SUBSÍDIOS PARA O ESTUDO DAS GENTES DE NAÇÃO
Pt.a Delgada
Villa Franca
Rol das pesoas que Duarte Mendes da Costa e Luis Vas nomiaram
na Ilha do Fayal e Pico.
Ilha do Pico
Villa da Praya
Ilha Graciosa
Rol das pesoas de Naçam destas Ilhas dos Assores da refinta que
El Rey Noso Senhor mandou fazer de 228$ Reis q manda tornar a
Gaspar dias e a seu filho e neto de q cabe a cada pesoa pagar.
Rib.ra Grande
Luis Mendes foi avaliada a sua fazenda à sua parte em seiscentos mil
reis de q. lhe coube à sua parte pagar 6$570 por sua mulher ser
escusa 6$570
Manuel Mendes seu irmão morador em Rabo de Peixe termo da dita
Villa foi avaliada sua fazenda em quatro mil reis de q. lhe cabe pagar
quarenta reis por sua mulher ser escusa $040
510 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Jorge Mendes seu irmão morador na dita Villa foi avaliada sua fazenda
em 2$ reis de q. lhe coube pagar vinte reis por sua mulher ser
escusa S020
Ilha do Fayal
Ilha do Pico
Graciosa
Terceira
Luis Lopes foi avaliada sua fazenda em outo centos e oitenta mil reis
de q. lhe cabe pagar nove mil seiscentos e vinte reis por sua mulher
ser escusa 9$620 reis
Luis Dalemão foi avaliada sua fazenda em 2.600 cruzados de q. lhe
coube pagar 12.350 reis 12$350 reis
Niculao Alemão foi avaliada sua fazenda em dois mil e seiscentos
cruzados de q. lhe coube pagar doze trezentos e cinquenta reis
12$350 reis
Francisco Roiz Alemão foi avaliada sua fazenda em quarenta mil
reis de q. lhe cabe pagar quatrocentos e trinta reis por sua mulher
ser escusa $430 reis
512 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Manoel da Costa foi avaliada sua fazenda em outo mil reis de q. lhe
coube pagar 80 reis $080
O Licenciado Domingos Fernandes foi avaliada sua fazenda em vinte
mil reis de q. lhe coube pagar duzentos e quarenta reis por sua mulher
ser escusa $240
Jorge Henriques Boticário foi avaliada sua fazenda em doze mil reis
de q. lhe cabe pagar cento e trinta por sua mulher ser escusa |130
Diogo Fernandes Sirqueiro foi avaliada sua fazenda em doze mil reis
de q. lhe cabe pagar cento e trinta por sua mulher ser escusa $130
Heitor Dias foi avaliada sua fazenda em quatro mil reis de q. lhe coube
pagar quarenta reis por sua mulher ser escusa $040
Hieronimo de Eça foi avaliada sua fazenda em outo mil reis de q.
lhe cabe pagar $080
Damiam Lopes foi avaliada sua fazenda em seis mil reis de q. lhe
cabe a pagar $060
Henrique da Costa foi avaliada sua fazenda em vinte mil reis 220 por
sua mulher ser escusa
António Fernandes foi avaliada sua fazenda em cento e setenta mil
reis de q. lhe cabe pagar mil e setecentos e trinta por sua mulher
ser escusa 1$730
Villa da Praia
Cazaes de naçam
S. Miguel 17
Fayal e Pico 12
Ilha do Pico 112
Ilha Graciosa 01
Ilha Terceira 28
61
BISPO DE ANGRA
(') Obras Completas. Vol. II: O Uma. Lisboa, Livraria Sá da Costa, 1946.
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Sepulcro dos Bispos de Angra D. Pedro da Costa e D. João Pimenta de Abreu.
A lápide sepulcral é a do Bispo D. Pedro da Costa.
Este sepulcro encontra-se na capela-mor da Igreja Matriz de S. Sebastião da cidade
de Ponta Delgada.
DA ILHA TERCEIRA 521
(2) Informações colhidas no livro do Prof. Doutor Avelino de Jesus da Costa, Diogo
Bernardes e Frei Agostinho da Cruz — Notas Bio-Bibliográficas, Braga 1939, p. 102-104.
(3) Cfr. Acórdãos do Cabido, no apêndice documental n.0 I. Devo o conhecimento
destes documentos ao Senhor Professor Doutor Avelino de Jesus da Costa, a quem
agradeço tal obséquio.
(4) Cfr. José Augusto Pereira, A Diocese de Angra na História dos Seus Prelados,
Angra do Heroísmo 1950, p. 83.
522 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
O Dr. João Pimenta de Abreu foi nomeado bispo por Filipe III e
proposto ao Papa para confirmação e expedição das bulas em carta
de 4 de Abril de 1626. O seu antecessor tinha falecido em Ponta Del-
gada a 9 de Setembro de 1625, onde jaz sepultado na Matriz de S.
Sebastião. Ainda hoje se pode ver o brasão e a lápide tumular, de
que mais adiante falaremos.
Entretanto, e a requerimento do rei, o Colector Apostólico com facul-
dades de Núncio, D. João Baptista Pallotti, iniciara o processo canó-
nico acerca da vida, ciência e mais partes do indigitado bispo, no dia
7 de Fevereiro de 1626.
Temos presente uma cópia desse processo e dele vamos extrair alguns
dados interessantes sobre a vida do Dr. João Pimenta de Abreu e sobre
a cidade de Angra e diocese respectiva.
Foram chamadas a depor doze testemunhas que deviam responder
a um questionário com treze perguntas.
A primeira testemunha foi o Dr. Francisco da Motta Pessoa, proto-
notário apostólico, desembargador da Cúria de Lisboa e visitador da
diocese, indivíduo que disse ter cerca de 60 anos de idade e ser natural
de Ponte de Lima. Por este motivo conhecia bem o Dr. João Pimenta
de Abreu e também por terem estudado ambos na Universidade de
Coimbra haveria uns 35 anos. Não eram parentes. Sabia que ele era
cristão-velho e seus pais gente honesta e católica. Ele era homem hones-
tíssimo, de agradável convívio e gozava de boa fama. Todos o tinham
por pessoa grave, prudente e hábil no exercício dos cargos que exercia,
sendo também devoto na recepção dos sacramentos. A pureza da sua
fé comprovava-se, segundo a testemunha, por ter sido nomeado para
o serviço da Inquisição de Coimbra.
Atestou ainda que o candidato era doutor em Teologia e possuía a
doutrina necessária num bispo para poder ensinar os outros, isto é,
os povos açorianos. A testemunha afirmava isto porque o Dr. João
Pimenta de Abreu era «insignis litteratus et predicator et ut talis fuit
per oppositionem admissus ad regium collegium Sancti Pauli Universi-
tatis Colimbriensis». Exercera já o múnus de pároco (abade) numa paró-
quia da diocese de Braga e fora posteriormente nomeado sucessiva-
mente cónego da Sé de Lamego, de Braga e de Coimbra, onde àquele
tempo residia e onde exercia o cargo de deputado da Inquisição. Car-
gos que desempenhara com louvor, segundo era pública fama.
DA ILHA TERCEIRA 523
Ordena também que se faça uma cruz de prata com o peso de doze
marcos e um cálice de três marcos de prata, dourado por dentro e
pela borda, pois não era justo que «uma vila tão nobre como esta»
não tivesse aqueles objectos de prata.
Quanto aos fiéis, não guardavam convenientemente o repouso domi-
nical e trabalhavam como se fossem dias normais. D. João Pimenta
de Abreu impõe penas pecuniárias aos transgressores.
No tocante à administração do sacramento da penitência, ordenou
que ninguém se confessasse senão no confessionário «e à gradinha dele
sendo mulher».
1. Arquivo Distrital de Braga — Acórdãos do Cabido, Livro 1, fl. Iv, 2v, 4v,
5-5v, 22.
2. Arquivo Histórico Ultramarino — Açores, caixa 1, documento 38.
3. Arquivo Secreto do Vaticano — Processus Consistoriales, n.0 23, fl. 222r-243v.
4. Arquivo Nacional da Torre do Tombo, Gaveta 20, maço 15, n.0 110.
5. Arquivo de Angra do Heroísmo: Secção de Reservados: I-A-16-d-l: Livro de
visitas e registo de pastorais e Fábrica da Igreja Matriz de S. Sebastião da Ilha
Terceira, 1602-1745, fl. 44r-47v; I-B-10-d-l: Vila Nova-Visitas pastorais e registo
de pastorais, 1620-1708 (fragmento); I-A-l-d-1: Livro da visita da paróquia de
S. Roque do lugar dos Altares, 1622-1631, fl. 20r-28v; Pasta da Mitra do século
XVII, n." 22 e n." 24.
6. Arquivo e Biblioteca Pública de Ponta Delgada: Livro de óbitos de S. Sebastião
de Ponta Delgada (1586-1676), Livro 1, fl. 98v; Livro de óbitos da Igreja de
Nossa Senhora do Rosário da Lagoa (1594-1677), Livro 1, fl. 31r.
BIBLIOGRAFIA
por fazer o que lhe pedião aceitava pregar todos os domingos da Coresma
e dia de cinza e o Mandato e a primeira oitava da Pascoa. E o Cabido
lhe mandou dar vinte cruzados das rendas episcopaes visto ser obriga-
ção dos prelados. E por ser verdade fiz este assento eu o conego Vale-
riano d'Alfaro secretario do Cabido a sé vagante. Valeriano d'Alfaro.
(Arquivo Distrital de Braga, Acórdãos do Cabido, Livro 1,
fl. 5-5v, acordo n.0 15)
Senhor
a) Luis da Silva
b) Rui de Silveira (?)
c) Simão Soares
d) Luis Mendez Barreto
El Rey
11. An sciat eum aliquo munere aliquando functum esse vel circa
curam animarum aut regimen alterius ecclesiae se exercuisse et
quomodo in eis se gesserit tam quoad doctrinam quam quoad
prudentiam, integritatem et mores, et quae sit causa scientiae.
12. An sciat eum aliquando publicum aliquod scandalum dedisse circa
fidem, mores, sive doctrinam, vel aliquo corporis aut animi vitio
aliove canonico impedimento teneri quominus possit ad eccle-
siam cathedralem promoveri, et quae sit causa scientiae.
13. An eum idoneum existimet ad bene regendam ecclesiam cathe-
dralem et praesertim eam ad quam ipse est promovendus, an
dignum qui ad illam promoveatur et an ipsius promotionem eidem
ecclesiae utilem et proficuam futurum esse censeat, et quare ita
existimet.
(') Não transcrevemos as respostas em que a testemunha diz ter respondido atrás,
ou não saber, ou outra qualquer resposta que nada esclareça.
DA ILHA TERCEIRA 551
sive doctrina, neque aliquo corporis aut animi vitio, aliove canonico
impedimento laborare quominus ad ecclesiam cathedralem promoveri
valeat.
Ad 13 quod eum existimat valde idoneum ad regendam quamcumque
cathedralem ecclesiam et praesertim istam Angrensem cui est praefi-
ciendus et dignissimum qui ad illam promoveatur, eiusque promotio-
nem eidem utilem et proficuam fore credit et ita existimat ex supradic-
tis. Et amplius non deposuit et se subscripsit una cum praedicto
Illustrissimo Collectore. Gaspar Gallettus notarius.
D. Vincentius Nogueira
J. B. Pallotus Collector Apostolicus
Loco + sigilli.
F. Cardinalis Barberinus
Idem censeo Ego Oct. Episcopus Ostiensis Cardinalis Bandinus.
Idem censeo Ego C. presbiter Cardinalis Pius
Idem censeo Ego Ph.(?) diaconus Cardinalis (...)
7. Mandamos que em cada uma das confrarias desta igreja haja dois
Livros, um de receita em que se escreverão todas as rendas e foros
e censos da dita confraria e se farão os termos das eleições, e no
da despesa se tomarão as contas que será em cada um ano porquanto
mandamos que cada um mordomo não sirva mais de um ano. E sendo
novamente eleitos por algum justo respeito dará conta no fim de cada
um ano. E havendo nova eleição o novo mordomo eleito tomará conta
ao mordomo que acabou em presença do Reverendo Vigário, e o que
ficar devendo será logo carregado sobre o dito mordomo que sempre
assinará as receitas. E as despesas serão assinadas pelo juiz da confra-
ria ou pelo Padre Vigário. E os ditos livros outrossim serão assinados,
numerados e rubricados pelo Reverendo Vigário e no cabo de cada
qual fará seu encerramento do número das folhas. E o oficial que for
eleito não se escusará de servir o ofício em que foi eleito com pena
de cinco cruzados aplicados aos gastos da mesma confraria. E nas con-
frarias em que houver Irmandade nenhum se poderá arriscar antes será
constrangido a pagar aquilo que se obrigou. E tendo alguma lícita causa
para se poder escusar de irmão o fará saber à Irmandade junta e
parecendo-lhes tal o poderão riscar.
DA ILHA TERCEIRA 583
6.
( ) um ano no fim do qual será eleito outro mordomo a voto
do povo, o qual tomará conta ao mes desse que acabou em presença
do Reverendo Vigário que assinará no auto da conta, e ficando devendo
alguma coisa à confraria o entregará logo e será carregado em receita
ao novo mordomo eleito. E nenhum oficial que for eleito se escusará
de servir o cargo a que for eleito sob pena de dois mil réis para gastos
da dita confraria. E o mesmo se guardará na eleição da fabrica pequena
que outrossim será eleito em cada um ano e pelo Padre Vigário se
lhe dará Rol que fará em o mes de Junho com duas pessoas timoratas
e de sãs consciências, o qual mordomo com toda a diligência cobrará
o que lhe en Rol for dado, e não lho pagando por todo o mes de
Setembro na continência de nossa Constituição se dará em Rol ao mei-
rinho para que cobre na forma que por ela lhe está ordenado, o que
não guardando o Padre Vigário o havemos por condenado em mil réis
para a bula da santa Cruzada e meirinho. E constando-lhe que algum
dos mordomos deixou de cobrar dos fregueses a fabrica o constrangerá
a que a pague de sua casa.
E ficando algum mordomo servindo o mesmo cargo por alguns justos
respeitos se lhe tomará conta no cabo de cada um ano, como se tem
ordenado e sob as mesmas penas.
586 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
servirá mais de um ano e dará sua conta por fim dele, ficando devendo
alguma coisa a entregará logo e será lançada em receita ao novo mor-
domo pelo escrivão da confraria que sempre serão pessoas que bem
o saibam fazer pela confusão que há em seus livros. E as eleições
se farão a voto do povo e os oficiais eleitos se não escusarão de servi-
rem os cargos para que foram eleitos sob pena de cinco cruzados apli-
cados para os gastos da dita confraria, que o Vigário fará cumprir
sob pena de mil réis.
o que o Vigário fará cumprir com pena de mil réis aplicados para
a bula da santa Cruzada e meirinho.
5. Achei o adro desta igreja pouco limpo por entrarem animais den-
tro, por onde mando ao mordomo da fabrica que à custa dela o mande
limpar antes das procissões, e para que não entrem animais dentro o
Reverendo Vigário mandará pôr umas grades em cada uma das entra-
das dele, o que fará em termo de três meses, e antes de haver inverna-
das mandará divirtir as águas junto às paredes da igreja pela parte
do sul chegando mais terra às paredes da igreja e pondo umas lages
ao redor da mesma parede para assim se evitar a humidade da capela
e igreja, o que se fará o mais cedo que puder ser à custa da fábrica
da mesma igreja.
o que todo se cumprirá sob pena de lhe serem socrestados seus frutos.
E mandará cumprir com as missas na dita capela. E este capítulo lhe
mandará notificar o Reverendo Vigário em suas próprias pessoas, do
que se fará certidão para que a todo o tempo conste de como lhe foi
notificado.
Dada nesta freguesia de São Roque aos seis dias do mês de Outubro
sob meu sinal e selo do sobredito Senhor. Pedro Venegas secretario
da visita a fez de [1]631 anos.
Senhor
Em 23 deste mes de Agosto amanheserão a hua vista desta terra
nove navios e por noite se soube ser hua escoadra da armada Real
que vinha a dar guoarda à navetta de Cochim, e ao dia seguinte 24
a vespora entrarão neste porto dois navios que vinhão de Lisboa e
Agostinho Borges de Sousa entregou a ordem de V. Magestade para
se haverem de carregar en navios portugueses se os ouvesse e en navios
estrangeiros as fazendas da índia do Gallião Batalha para cujo effeito
se fretou hun dos ditos navios por nome a Rosa Dourada Mestre Amap
Vantresen por ser grande posto que não pode carregar todas as fazen-
das e ficão no Almazen alguns quoartos e barris e mais de noventa
fardos de canella que dizen ser do Conde Almirante.
As fazendas vão entregues a Niculao Cardozo pessoa conhesida e
do serviço do Marques de Castello Rodrigo por se entender que o
fará com cuidado e confiansa. Leva para sua ajuda dois guoardas das
naos da índia nesta Ilha. A Roque Centeno cabo da dita escoarda pedi-
mos soldados para a guoarda e defensão da dita nau. Deu trinta con
hum Alferes por cabo e vinte marinheiros para os quoais metemos 20
mosquettes com polvora, balas e murrão e hun pilloto da terra para
vigiar a guia. O dito Centeno deu os mantimentos para os trinta solda-
dos e vinte marinheiros en recompensa do que e porque de melhor
600 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
O Senhor Bispo dom João Pimenta d'Abreu faleceo aos vinte oito
dias de Dezembro em que começa o anno de seiscentos e trinta e tres.
Fez-se-lhe o officio de nove Liçoens em sua casa com as absolviçoens
do ceremonial a primeira o guardiam de S. Francisco, a 2.a Pero
Pacheco, a terceira João Lopes Munis, beneficiados mais velhos nesta
Igreja, a 4.a o Vigairo de Alagoa Agostinho Correa, a 5.a o Prior
da Graça; dice as primeiras tres liçoens Pero Barbosa, as do 2.° Noc-
turno Amaro Rodriguez, as do terceiro Nocturno João Lopez Correa.
Eu fiz o officio da sepultura o dice a missa, o que tudo fizemos grátis
por reverencia tanti Prelati. Ao terceiro dia se lhe fez outro officio
de nove Liçoens a que assistirão grande copia de clérigos e as reli-
gioens. Eu dice a missa. Está depositado na Capella mor desta igreja,
cuius anima precor omnipotens Deus sit in patria.
Monteiro
(') Obséquio do meu ex-aluno Licenciado António dos Santos Pereira, Assistente
na Universidade dos Açores, a quem renovo os meus agradecimentos.
IX
REY
Mando que lhe seja levado em conta o que lhe pela dita maneira assim
pagar cada ano.
E este alvará se assentará no livro da fazenda da dita Ordem, o
qual hei por bem que valha como carta sem embargo de qualquer pro-
visão ou regimento em contrário. Pascoal Ferreira a fez em Lisboa
a VIII de junho de VP XXXV. Gaspar de Faria Severim a fez escre-
ver.
REY
INTRODUÇÃO
FUNDAÇÃO
(2) FRUCTUOSO, P.e Gaspar, — «Livro Sexto das Saudades da Terra», edição do
Instituto Cultural de Ponta Delgada, Ponta Delgada, 1963, pág. 40.
(3) CORDEIRO, P.e António, — «História Insulana...», edição fac-símile da
S.R.E.C., Angra do Heroísmo, 1981, pág. 255.
(4) ANDRADE, P.e Jerónimo Emiliano de, — «Topographia... da Ilha Terceira»,
2. edição da Livraria Religiosa, Angra, 1891, pág. 247. Notas do P.e José Alves
a
É então que surge a ideia, como diz o P.e Cordeiro, de «... fazer
Villa a este lugar,...» por parte do capitão donatário da Praia Antão
Vaz Homem, também contemporâneo e parente dos outros fidalgos acima
referidos. Dado que a outra Capitania da Ilha tinha dois concelhos,
o de Angra e o de São Sebastião, certamente que Antão Martins Homem
gostaria de ver a sua Capitania engrandecida com dois concelhos, o
da Praia e o da Vila Nova, que se prolongaria até aos Altares, que,
como ficou dito, era o extremo da Capitania da Praia e confrontava
com o concelho de S. Sebastião da Capitania de Angra.
Esta ideia poderia ter frutificado dada a unidade familiar dos proprie-
tários das terras em causa, mas, segundo o P.e Cordeiro, o lugar da
Vila Nova — embora se passe a denominar vila (bem como Vila Nova
da Serreta), pois antes era conhecida por Espírito Santo da Agual-
va (12) — «... não o quiz este aceytar, e respondeo, que mais queria
ser o melhor lugar da Ilha, como he, do que fazerem-o Villa». Pronto,
a vontade do povo prevaleceu e a Vila Nova lá continuou a ser fregue-
sia até aos nossos dias, talvez para grande mágoa de Antão Martins
e seus companheiros fidalgos.
Tudo leva a supor que é neste contexto que aparece a ideia da funda-
ção da Misericórdia da Vila Nova, como primeiro sinal da opulência
dos seus moradores e, por outro lado, indiciadora da criação de outras
instituições que permitissem à Vila Nova vir a ser cabeça de concelho.
Finalmente, parece que a data mais indicada para a fundação desta
Misericórdia será à volta de 1533, pois no Tombo da Paroquial do
Espírito Santo existe um testamento mandado escrever por Grimaneza
Homem, neta do mencionado Heitor Álvares Homem, e mulher de Brás
Dias O3). No seu testamento, Grimaneza Homem manda que dessem
trezentos réis à Misericórdia, bem como os seus vestidos.
FONTES
BENS E RENDIMENTOS
(14) Este «Livro de Tombo da Vila Nova» está depositado na Secção de reservados
da Biblioteca e Arquivo de Angra, e feita a sua leitura paleográfica pela Dr.a Joana
Pinto Machado.
614 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(15) BPAA — «Livro de Tombo da Vila Nova» (Sec. I, Div. 10, liv. 1), fls. 89.
DA ILHA TERCEIRA 615
COMPROMISSO DA IRMANDADE
«Condições que dev'm ter os que entrarem para esta Santa Confraria
da Misericórdia na forma do Capítulo primeiro do Compromisso dela
fl. 3.
Hão-de ser de boa fama, sã consciência, honesta vida, tementes a
Deus, e guardadores de Seus mandamentos, mansos, e humildes a todo
o serviço de Deus, e da dita Confraria.»
INDULGÊNCIAS
VISITAS PASTORAIS
(30) BPAA, «Livro das Visitas Pastorais da Vila Nova», liv. 1, fls. 33.
(31) Idem, ibidem, fls. 38.
622 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
CONCLUSÃO
(5) Sobre o assunto veja-se João Bernardo de Oliveira Rodrigues «O Manuscrito ori-
ginal das Saudades da Terra» in Saudades da Terra, Livro I, edição do Instituto Cultu-
ral de Ponta Delgada, 1966, pp. CXVII a CLXII; também no livro IV, pp. XIII e
seguintes.
(6) Para conhecimento mais detalhado da doação veja-se Insulana, órgão do Insti-
tuto Cultural de Ponta Delgada, vol. VI, 1950.
628 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(7) Op. cit., Livro IV, vol. I, p. 98. Em nota de rodapé afirma-se estar no texto
original a palavra «mercador» riscada e substituída por «cidadão», o que segundo João
Arruda, Gaspar Dias nunca foi.
(8) Idem, p. 302.
(9) Fructuoso, op. cit., vol. II, p. 158.
DA ILHA TERCEIRA 629
(10) Arquivo da Casa Marquês da Praia, doe. 166, fl. 11, 18 de Março de 1623
(Documento transcrito em anexo).
(") Esta data recolhida in Apontamentos Históricos — Genealógicos sobre a famí-
lia Borges Coutinho de Medeiros e Dias, compilados pelo III Marquês da Praia, Lis-
boa, 1950, parece-nos enganada uma vez que adiante se afirma ter Gaspar Dias mor-
rido em 1623 com mais de 80 anos de idade. Ora, entre 1563 e 1623, medeiam
apenas 60 anos. Por outro lado, menciona-se na obra que Francisco Fernandes, filho
mais novo de Manuel Dias, fez testamento em 1538. Como poderia o irmão mais novo
630 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
de Manuel Dias fazer testamento antes de ter nascido? Porque não conseguimos apurar
a data exacta do nascimento, deixamos esta interrogação.
(•2) Padre António Cordeiro, História Insulam das Ilhas a Portugal sugeitas no
Mar Oceano, vol. I, tip. do Panorama, Lisboa, 1866, p. 260, § 178.
DA ILHA TERCEIRA 631
Passamos a analisar a prova que parece ser a mais cabal de ter sido
Gaspar Dias cristão-novo.
Acusado de ascendência judaica por parte da avó materna, a citada
Margarida Fernandes que se dizia ter sido sambenitada em Sevilha,
foi Gaspar Dias incluído no rol da gente de nação que em 1606, em
número 6 mil famílias, cerca de 30 mil pessoas, foram fintadas para
pagar o preço do Perdão Geral então concedido. A 23 de Agosto de
1604, o papa Clemente VIII declarara o perdão geral para crimes de
judaísmo, forçando os três tribunais portugueses a soltarem os seus
410 prisioneiros, em Janeiro de 1605. Como forma de compensar o
tesouro real pela cessação das confiscações inquisitoriais, o rei exigiu
o pagamento de 1.700.00 cruzados (21)- Pela gente de nação, descen-
dentes por via recta masculina de cristãos-novos, foi repartido, em ser-
viço ao rei, esse montante.
Segundo Ferreira de Serpa, que apresenta a relação dos que foram
sujeitos a essa finta nas ilhas dos Açores, Gaspar Dias teria pago 700
mil réis, o que provaria ser ele, sem dúvida alguma, cristão-novo (22).
(21) Veja-se a este propósito Salomon, op. cit., pp. 33, 44 e 46.
Aí se cita vária documentação e se refere terem vários mercadores portugueses emi-
grados, por medo da Inquisição, voltado a Portugal, acreditando que «the nightmare
was over».
(22) Ferreira de Serpa, op. cit., pp. 20 e 21.
634 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
da sua morte, até ao séc. XX, desta vez à sua descendência longínqua
e à aquisição e posse por parte dela do manuscrito das Saudades da
Terra (que ele não deve ter conhecido nunca), quase dois séculos pas-
sados sobre a sua morte.
Exemplo da protecção régia a Gaspar Dias é a carta de sentença
anexa, onde nos autos de embargo, apresentados por Pero Camelo de
Melo contra André Dias de Araújo, é este acusado de cristão-novo
por ser filho de Gaspar Dias e exercer indevidamente cargos vedados
a gente de tal condição, fundamentando a sua acusação no facto de
Gaspar ter sido fintado por ser cristão-novo e estar na posse e fama
desse estatuto. Os seus frágeis argumentos não são aceites pelo juiz;
sobre eles prevalecem os do embargo, igualmente frágeis — defende
ser cristão-velho, o que comprova pelos graves cargos exercidos e por
certificados de bom desempenho dos mesmos. Acaba por ser o embar-
gante condenado por danos morais e obrigado a pesada indemnização — 2
mil cruzados de injúria e degredo de 3 anos para África, pelos «calu-
niosos, maliciosos e fraudolentes» embargos serem contrários a senten-
ças anteriores. A demonstrar a segurança de André Dias está o seu
apelo no sentido do agravamento da pena, que considera suave, «em
tão pouco dinheiro e degredo», para quem difamou pessoa tão autori-
zada como ele próprio era. Por seu lado, o procurador de Pero Camelo
apela no sentido da diminuição da pena, conseguindo sentença menos
rigorosa, e o embargante acaba por ser condenado apenas nas custas
do processo que «deverão ser pagos, entregues e satisfeitos, sem min-
goa, quebra nem deminuisão alguma» a André Dias, a favor de quem
a sentença é passada. Exemplifica ainda a protecção da Coroa a André
Dias a referência nesta sentença a uma carta secreta do rei, guardada
nas mãos do juiz, onde se mandava que por ser vereador eleito, André
fosse admitido a outros ofícios.
Dom Felipe per grosa de Deus Rei de Portugal e das Algar-
ves d 'aquen e d 'alen mar em Africa Senhor da Guiné e da
Conquista, Navegação e Comersio da Ethiopia, Arabia, Pér-
sia e da índia etc a todos hos Corregedores, Ouvidores,
Juizes, Justisas, ofisiais e pessoas de meus Reinos e Senhorios
de Portugal a quen esta minha carta de sentensa for apresen-
tada e ho conhecimento delia com direito pertenser, faso vos
a saber como esta minha corte e Casa de Supliquasão farão
trazidos e nella apresentados perante mim e os meus ouvido-
res do crime que em ella andão por hum dos coais esta
pessou hus autos por appelasão crime dante Licenciado João
Nunes Cochilha, ouvidor geral em toda a ilha de São Miguel,
ordenados antre partes comvem a saber da hua como autor
Pellofsic] Camello de Mello apellante e da houtra Andre Dias
de Araujo reo apeliado, ambos moradores na dita Ilha de
São Miguel sobre // e por rezão de o apelante Pero Camello (fl. 9v)
de Mello embargar com hus embargos aaver de servir de
almotase o dito Andre Dias de Araujo apelado como de tudo
ao diante se fara mais larga expresa e declarada mensão,
os quaes autos de apellasão recontavão [sic] serem sobescri-
tos, consertados e usinados em razo por Pero Cabral tabe-
lião publico e do judicial por mim na sidade da Ponta Del-
gada e seu termo da ditta Ilha de São Miguel em os trinta e
hum dias do mes de Outubro do anno passado de mil e
seissentos e vinte e dous anos e pellos termos dos ditos autos
antre e outras couzas em elles contheudas e declaradas se
mostrava que aos vinte he sete dias do mes de Setembro do
646 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
por mim asinado o qual sendo assim junto aos hautos forão
feitos concluzos e sendo levados ao dito Juiz de Fora da
dita sidade da Ponta Delgada da Ilha de São Miguel e vistos
por elle pronunsiara por seu despacho que houvesem visto
huã e houtra parte asim do requerimento junto como dos
embargos aprezentados dizendo apartadamente a huãe hou-
tra cauza pera a tudo se deferir o qual despacho do dito
Juis sendo asim dado e publicado en comprimento de lie se
dera vista ao dito Pero Camello, embargante, o qual por
(fl. 15) huã cotta requerera e pedira nos ditos autos // lisensa pera
acrescentar os ditos embargos porcoanto estavão ainda rein-
tegra (sic) e o dito requerimento fizera Roque de Mello como
procurador do dito Pero Camello, seu tio, do que tudo outro-
sim se dera vista ao dito embargado Andre Dias d'Araujo
que por seu procurador respondera per rezois, alegando e
apontando de seu direito e justisa e com ho que asim as
ditas partes, autor e reo, diserão e rezoarão (sic) foram os
autos feitos o concluzos ao dito Juis pera deferir ao resebi-
mento dos ditos embargos e aos mais requerimentos feitos
na forma do dito seu despacho atras e sendo-lhe levados
he vistos por elle pronunsiara por sua sentensa que sem
embargo dos embargos aprezentados que não recebia visto
sua matéria e minha provizão junta e carta minha que tinha
em segredo em seu poder en que mandava que ho embar-
gado Andre Dias d'Araujo servise de almotase por ser eleito
(fl. 15v) vreador mandava que ho dito Andre Dias d 'Af/raujo fosse
admitido ao dito ofisio de almotase e se lhe entregase a
vara na forma da ordenasão sem se lhe por empedimento
algum e o embargante pagase os autos Ponta Delgada em
ho primeiro de Outubro de mil e seissentos e vinte e dous,
a qual sentensa do dito Juis sendo asim dada e por elle
publicada logo por ante elle paresera Agostinho Borges, sobri-
nho e procurador do dito embargado Andre Dias d'Araujo
e lhe disera que agravava do despacho atras e lhe requeria
lhe mandase dar a vista per intimar o que assim visto por
elle lhe mandara dar a dita vista que pedira e sendo os
sinco dias do mes de Outubro de mil e seissentos e vinte
DA ILHA TERCEIRA 651
pêra pedir vista do dito feito e correr com elle com papeis
de muita importansia e desaparesera o navio em que vinha
o dito Roque de Mello e não avia novas delles e fora elle
(fl. 22) suplicante a caza // do escrivão saber do feito e achara
que corria ha reveria e que hia conduzo e porque elle supli-
cante queria dizer de sua justisa da parte loguo em breve
termo pedia-lhe mandase dar vista dando fiansa com causão
de rapto e reseberia merse, segundo que assim se continha na
dita petisão a qual sendo-me apresentada e vista por mim
com ho meu desembargador juis do direito feito por esta pas-
sou pronunsiei nella por despacho que bestando em termos
houvese vista como pedia dando a causão que hoferecia,
Lisboa honze de Marso seissentos e vinte e tres por ben do
coal despacho logo pelo dito suplicante Simão Tavares de
Souza fora dado por fiador a dita causão de rapto Manoel
Pires sapateiro e morador nesta sidade a calsada de São
Francisco o qual se obrigara a pagar as custas dos autos por
parte do dito Roque de Melo procurador do apelante Pero
(fl. 22v) Camelo, seu tio de que se fizera termo que o ditto // Manoel
Pires fiador asinara, e tomado asin o dito termo de fiansa
e causão de rapto o dito suplicante Simão Tavares de Sousa
fizera nos ditos autos procurasão por virtude da coal se dera
vista o seu procurador o qual por parte do dito apelante
Pero Camello de Mello dissera e razoara de seu direito e
justisa e com ho que assim es ditas partes, apellante e ape-
lado diserão, alegarão e apontarão forão os autos feitos con-
cluzos em final e sendo-me levados e vistos por mim em
relasão com os do meu desembargo.
Acordei etc. que bem julgado he pello Juis e Ouvidor em
mandaren que ao embargado Andre Dias de Araujo se lhe
entregue a vara de almotace de que se trata sem embargo
dos embargos do embargante Pero Camello de Mello que
não são postos pera mais que pera infamar o embargado
segundo consta dos autos, provizões minhas e sentensas que
concluen o contrario, mas en o ouvidor condenar en dinheiro
e en degredo ao conteúdo en sua sentensa não foi por elle
(fl. 23) ben julgado enmen//dando en parte sua sentensa vistos os
DA ILHA TERCEIRA 657
Comiguo Concertado
Francisco Sarrão Pero Cabral
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AS VISITAÇÕES DA INQUISIÇÃO À ILHA TERCEIRA
EM 1575 E 1619 *
(5) Livro 791: «Livro das Confições e Reconciliações da uisitação de sancto officio
das Ilhas da Madeira e Angra», 11. 1.
(6) Francisco Drummond, Anais da Ilha Terceira, Reimpressão fac-similada, 1982.
DA ILHA TERCEIRA 667
2. O ESPAÇO E O TEMPO
(15) Ibidem.
DA ILHA TERCEIRA 671
3. OS ELEMENTOS HUMANOS
4. AS DENÚNCIAS
5. CONCLUSÃO
I I
1575 1619 1575 1619 1575 1619 1575 1619 1575 1619 1575 1619 1575 1619
Solteiros Casados S/Ind. Casadas Viúvas
HOMENS MULHERES
Origem Religiosa
HOMENS MULHERES
Denun- Reconci- Denun- Reconci- Total
ciados liados ciadas liadas
Cristãos-novos 43 0 43
Cristãos-velhos 14 0 14
Sem Indicação 36 7 43
Cristãos-novos 34 78 0 78
Cristãos-velhos 0 0 11 11 1619
Sem Indicação 26* 11 0 11
* Inclui os estrangeiros.
31
DEFUNTOS
■OTi
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O "OW o 73w m 5o~
w .2g ,§u« .2b l> -fo
^ n '53 S i 2 '2
1619
I
Reconciliados
8
1 I Denunciados
7
IL
Denunciantes (%)
1575 ■ 1619
Homens Mulheres 1 Homens Mulheres
Cristãos-Novos ■ 5 0
Cristãos-Velhos 1 57,5 17,5
Sem Indicação
Solteiros
Casados
Viúvos
Sem Indicação
Denúncias: Tipo e Praticantes
A — Proposições heréticas
B Judaísmo
C — Pecados de carne
D — Pecado nefando
E — Livros proibidos
F — Anglicanismo
G — Contra o Santo Ofício
H — Bigamia
I — Feitiçaria
CRISTAOS-NOVOS CRISTAS-NOVAS
HOMENS MULHERES
A MENTALIDADE AÇORIANA
E A ESPIRITUALIDADE FRANCISCANA
INTRODUÇÃO
Ora, palavras como santo ou santa, Nossa Senhora e Cruz, com que
as populações dos séculos XV, XVI, XVII, XVIII baptizaram as suas
povoações e lugares, bem como os acidentes geográficos, têm a ver
com a religião e com a Igreja, neste caso com a Igreja Católica, pelo
que parece poder inferir-se que a componente religião ocupou e ainda
ocupa um lugar destacado no léxico do povo, na cultura e na
personalidade-modal do Açoriano.
A preocupação de conhecer melhor o fenómeno e entender um pouco
o processo e suas coordenadas levou-nos ao levantamento actual das
igrejas, capelas e ermidas e seus oragos, mais propriamente as que
têm por patronos Nossa Senhora, a Terceira Pessoa da Santíssima Trin-
dade, Jesus Cristo e a Cruz. O nome de Maria aparece titulando 171
igrejas, capelas e ermidas, o da Terceira Pessoa 8, o de Cristo 9 e
o da Cruz simplesmente 1. Cerca de metade das igrejas, capelas e
ermidas das 150 freguesias dos Açores têm por patrono Nossa Senhora,
o que torna evidente e universal, em termos regionais, uma faceta do
culto mariano (4).
II
(9) «Saudades da Terra», Gaspar Fructuoso, Livro IV, vol. II, pp. 286/288.
( ) Escreve o P.e Jacinto Monteiro («A Primitiva Igreja Açoriana», P.c Jacinto Mon-
10
teiro, in «Atlântida», vol. XXX, Angra do Heroísmo, 1985, 1.° Semestre, pp. 191/215)
que até ao terramoto de 1522 em todas as ilhas houve abundância de bens materiais,
dissolução dos costumes e quase nula prática religiosa. Esta situação, quanto a nós,
é geradora de pobreza, que é silenciada.
(") As Ordens Religiosas que se fixaram e de maior influência foram: Francisca-
nos, Jesuítas, Agostinhos, Gracianos e Capuchinhos. (Reportamo-nos só às Ordens de
Religiosos.)
692 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(12 ) «Anais da Ilha Terceira», Francisco Ferreira Drummond, I vol., pp. 100.
(13) «Etnografia Arte e Vida Antiga dos Açores», Luís Bernardo Leite de Ataíde,
Coimbra, 1973, pp. 73/80.
DA ILHA TERCEIRA 693
(,4) «Memórias sobre as Festas do Espírito Santo na ilha Terceira dos Açores», in
Boletim do Instituto Histórico da Ilha Terceira, 1957, pp. 131.
(,5) Entre 1421 e 1886, o Padroado Português criou as seguintes dioceses:
1421 — Ceuta; 1468 — Tânger; 1487 - Safun; 1514 - Funchal; 1533 — Cabo Verde
e Goa; 1534 — Angra e S. Tomé e a do Funchal é elevada a Arquidiocese; 1551 —
Baía; 1555 — Etiópia; 1557 — Malaca, Cochim e Goa passa a Arquidiocese; 1575 —
Macau; 1588 — Funai (Japão); 1597 — Angola e Congo; 1599 — Cranganor (índia);
694 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
1606 — Meliapor; 1676 — Olinda (Brasil); Rio de Janeiro; 1677 — Maranhão; 1690 —
Nanquim e Pequim; 1720 — Pará; 1745 — Mariana (Brasil); São Paulo; 1781 — Goiás
(prelazia); Moçambique (prelazia); 1782 — Cuiabá (Brasil); 1886 — Damão. (Ver «His-
tória Eclesiástica de Portugal» P.e Miguel de Oliveira.)
(16) «O Culto Eucarístico na iniciação do Povoamento das Ilhas do Atlântico e suas
constantes, no Arquipélago das Ilhas dos Açores», P.e Júlio da Rosa. Angra do
Heroísmo, 1975, pp. 179.
(17) Ver bibliografia sobre «A Açorianidade», sobretudo «Subsídios para um Ensaio
sobre Açorianidade», Luís da Silva Ribeiro in Obras II, História. Angra do Heroísmo,
1983, pp. 515/564.
(18) Quem estuda a História do Padroado Português do Oriente ou a História das
Missões no Brasil não pode deixar de se surpreender pela acção levada a efeito pelos
Jesuítas, sem paralelo com a sua prática na Europa e nestas ilhas atlânticas. Junto
DA ILHA TERCEIRA 695
Eu sou o Março,
Que sempre marcejo,
Farto as terras
De água a desejo.
Eu sou o Abril,
Sou o mês das flores;
Cantam as aves,
Desperto os amores.
Eu sou o Julho,
Que encho o paul,
Que farto cidades,
Aldeias e tudo.
DA ILHA TERCEIRA 701
Eu sou o Dezembro,
Engordo o meu porco,
E como torresmos,
Regalo o meu corpo.» (2I)
IV
OUTRA BIBLIOGRAFIA
LIBERAL
(4) «Cette analyse et cette critique constantes, érigées en institution, des décisions
(...) et des résolutions (...) transforment la nature du pouvoir, appelé désormais à
comparaitre devant le fórum public (...). Lévolution de la sphère public se mesure
dès lors à fé tal de la discussion entre la Presse et TÉtat qui s'est déroulée tout au
long du siècle» (Jurgen Habermas, L'Espace Public..., p. 70).
(5) Sentinela Constitucional nos Açores, N.0 16 de 30 de Junho de 1835. Nos tex-
tos citados, de qualquer dos periódicos, foram actualizadas a ortografia e a pontuação.
(6) Cfr. P. Rosanvallon, La crise de 1'État — providence, Paris, Seuil, 1981, pp.
127-128.
(7) Cfr. Idem, «Libéralisme de droite, libéralisme de gaúche», in Intervention 9,
Maio-Junho, 1984, p. 9.
710 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
C9) «...declamações vagas e (...) correspondência satírica, mas individuais ainda que
encobertas debaixo de nomes supostos e imaginários e que são mais próprias para
despiques particulares que para promover o bem público» (Idem, ibidem).
(20) Cfr. Michel Maffezoli, «Diálogo e Socialidade», in Revista de Comunicação e
Linguagens, N.0 1, Março, 1985, p. 123.
(21) Idem, ibidem, pp. 124-125.
(22) Idem, ibidem.
DA ILHA TERCEIRA 713
(23) «... Tégalité et la 'liberté' bourgeoises, conservent ici encore un lien vivant
avec le contexte cToíi ils ont surgit: Tusage public que la bourgeoisie (...) faisait du
raisonnement (...). Ces régies considerées comme universelles, garantissaient Tindivi-
duation; objectives, elles permettaient le développment de la subjectivité; abstraites,
elles se portaient garantes du monde concret. Tout ce qui, dans telles conditions, résul-
tait de cet usage public du raisonnement développait en même temps une exigence
de rationalité. Suivant sa propre conception (...) cette rationalité (...) cherchait à attein-
dre Tunité de la justesse et de la justice (...). La compréhension de la sphère public
politiquement orientée a d'elle même (...) cherche (...) à se réaliser intérieurement
dans Tamour, la liberté et la culture, bref, en tant qu'humanité» (Jiirgen Habermas,
L'Espace Public..., pp. 64-65).
(24) «a Nação Portuguesa gemeu curvada sob o poder de um tirano pelo longo
espaço de quase seis anos» (Sentinela Constitucional nos Açores, N." 1 de 16 de Março
de 1835).
714 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(29) Idem, N.0 16 de 30 de Junho de 1835. «Ce modèle de la sphère publique poli-
tiquement orientée, et qui prétend réaliser Tadéquation de ropinion publique à la rai-
son, suppose qu'il est objeetivement possible, puisquMl existe à ses yeux un ordre
naturel, ou, ce qui revient au même, puisque Torganization de la société obéit rigou-
reusement à Tintérêt générale, de réduire au strict minimum les conflits d'intérêts et
les interventions de la bureaucratie, et de soumettre ces décisions administratives, qui
sont néanmoins inévitables, aux critères fiables du jugement public (Jiirgen Habermas,
L'Espace Public..., p. 139).
(3°) «Le príncipe de la sphère publique réclame (...) Textension des droits politi-
ques égaux pour tous» (Júrgen Habermas, L'Espace Public..., p. 141).
716 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
Igualdade
(33) Cfr. Paul Ricoeur, «Liberté», in Enciclopaedia Universalis, vol. 9, Paris, 1980,
p. 983.
(34) O Liberal, N." 32 de 1 de Novembro de 1835.
(35) Cfr. Juan Mozzicafredo, op. cit, p. 62.
(36) Cfr. supra nota 30.
718 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(37) «ÉGALITÉ NATURELLE est celle qui entre nous les hommes par la constitu-
tion de leur nature seulement. Cette égalité est le príncipe et le fondement de la liberté
(...). Cependant, qu'on ne me fasse pas le tort de supposer que par un esprit de
fanatisme j'approuvasse dans un État cette chimère de Tégalité absolue, que peut à
peine enfanter une république idéale; je ne parle lei que de Végalité naturelle des
hommes...» (Égalité Naturelle, de Jaucourt, in Textes Choisis de 1'Encyclopédie, intro-
dução e notas por Alberto Souboul, Paris, Éditions Sociales, 1962, pp. 85-86).
(-18) Sentinela Constitucional nos Açores, N.0 10 de 19 de Maio de 1835.
(39) «Égalité donc dans le droit à la liberté, dans le droit ou le pouvoir de se dis-
tinguer et de mettre en oeuvre les différences individuelles, elle laisse intacte et même
confirme la volonté de puissance des individus et légitime leur droit à recevoir à la
suite de la compétition vitale les récompenses qui les partagent» (André Vachet, Lldéo-
logie Libéral — llndividu et sa propriété. Paris, Anthropos, s.d., p. 212).
DA ILHA TERCEIRA 719
son expression dans la parfaite réciprocité des relations entre les honunes, selon la
nature» (Raymond Polin, La Politique Morale de John Locke, Paris, P.U.F., 1960,
p. 272).
(43) «Ainsi se trouve suprimé le statut privilégié reconnu à certaines catégories socia-
les (...) d'autant plus scandaleuses qu'elles ne représentaient aucunement la contrepar-
tie de services rendus à la communauté» (Georges Gusdorf, La Conscience Révolution-
naire — Les Idéologues, Paris, Payot, 1978, p. 219). Decorre deste extracto de O
Liberal uma nova ordem, ou seja, o poder paralelo da antiga sociedade de ordens
deixou de ter raiz legal; é a exigência de uma sociedade integrada que substitui uma
sociedade atomizada no longo processo de significação da ideia de Estado e a «ideia
de outra legitimidade do Poder que não (...) a emanada do direito histórico, e de
outra estrutura de sociedade ou de Estado que não (...) a sedimentada pelos séculos»
(Graça e J.S. da Silva Dias, Os Primórdios da Maçonaria em Portugal, vol. I, tomo
II, Lisboa, I.N.I.C., 1980, p. 589).
(44) O Liberal, N." 32 de 1 de Novembro de 1835.
DA ILHA TERCEIRA 721
Liberdade de imprensa
Debaixo dos textos centrados sobre a opinião pública corre com toda
a clareza a dialéctica da liberdade, da imprensa e da «esfera pública».
Assegurando a sua unidade, não só põem ênfase no cidadão, como
envolvem toda a sociedade num projecto global, delineando uma nova
ordem.
Educação
(69) Veja-se a este propósito os vários artigos de opinião publicados nos N.0! 2,
3, 5, 6, 10, 19, 25 e 35 do ano de 1834 e os N.05 5, 7, 9, 13, 15, 19, 21, 22
e 24 do ano de 1835. Saliente-se ainda a divulgação que faz dos conhecimentos úteis,
à qual se associam O Liberal e a Sentinela, o que é um outro modo, não menos
eficaz, de corporizar a «esfera pública».
C0) Cfr. Chronica... N." 15 de 9 de Abril de 1835 e N.0 24 de 11 de Junho
de 1835.
(71) Cfr. Cornélius Castoriadis, L 'Institution Imaginaire de la Société, Paris, Seuil,
1975, p. 203.
732 BOLETIM DO INSTITUTO HISTÓRICO
(72) Cfr. Ernesto Rebello, Notas Açorianas, Ponta Delgada, Typ. do Archivo dos
Açores, 1885, pp. 29-30.
Este Tomo I do Volume XLV
do Boletim do Instituto Histórico da Ilha Terceira,
foi composto e impresso por
Serafim Silva - Artes Gráficas
Dezembro 1988
Tiragem: 700 exemplares