jueves, 8 de enero de 2009
Trenes Doraemon: actualizado
lunes, 12 de febrero de 2007
Doraemon IV
Aunque estoy seguro de que muchos amantes de la serie apreciarán esta historieta en su justa medida, soy consciente de que puede entristecer a otros. Con el fin de alegrarles un poco voy a volver sobre lo anunciado y, a riesgo de que me acusen de mentiroso o inconstante, mostrarles esta imagen de Shizuka en la bañera (encontrada en un blog japonés del que no entiendo ni una palabra, pero miro los dibujos).
Si algún parroquiano sabe japonés y puede aportar alguna información sobre el contexto se lo agradeceríamos enormemente.
En la próxima entrada dejaremos la historieta por los senderos, más prestigiosos, de la literatura. Hasta entonces, disfruten.
martes, 9 de enero de 2007
Doraemon ¿y III?: Doraemon cuento de hadas
Propp identificó treinta y una funciones (unidades irreductibles que forman los cuentos populares) y también los modelos prototípicos de los personajes: los elementos de la trama y los personajes de Doraemon se identifican con los propuestos por el formalista ruso: Pueden consultar la lista completa de las funciones y compararlas con la estructura de Doraemon que vimos hace unos días:
Muchos héroes de cuentos de hadas, al principio del cuento, son demasiado pequeños, tontos o débiles, como Nobita. Más tarde, con la ayuda de un objeto mágico que le da un donante (aquí el gato, claro) puede enfrentarse a su misión. También hay en estos cuentos una prohibición que el héroe invariablemente infringe. Hasta aquí toda la estructura de un capítulo clásico de Doraemon encaja. Sin embargo el final es diferente; en los cuentos el héroe, inepto al principio (según Bruno Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de hadas, esto incita a sentirse al niño identificado con el héroe, ya que se siente a menudo menos fuerte o importante que los otros) pero a medida que avanza la acción va siendo capaz de superar obstáculos, llegando finalmente a un estado superior de evolución (según Bettelheim esto tiene un efecto terapéutico en el niño). Nobita el pobre, se queda siempre como al principio. Si los niños (en realidad todos los espectadores) se sienten identificados con Nobita por tener los mismos deseos, al cabo de un rato se llega a la conclusión de que es demasiado inútil y que no queremos ser tan comilones y vagos como él, cumpliendo así cierta función pedagógica.
La involución de Nobita tiene otra explicación, que procede de la naturaleza del medio: en muchas series es necesario que en cada capítulo se restablezca la situación inicial para poder tomar en el mismo punto el capítulo siguiente, pudiendo darse la evolución sólo en el último. En una de las ficciones de fan que encontramos el la red conocida como «La de las pilas» se propone un último capítulo que concuerda con los cuentos, ya que, ante la imposibilidad técnica de recargar las baterías al gato sin borrarle la memoria, Nobita llega a ser, tras años de estudio, un gran experto en robótica para ayudar a su amigo.
La idea de una evolución futura se sugiere, sin embargo, en varios capítulos, donde se nos informa (generalmente con viajes al futuro) de que Nobita obtiene lo que en los cuentos es el símbolo de la realización suprema; el matrimonio con la princesa, es este caso, por supuesto, Shizuka ¿Acaso se pensaban que no la iba a mencionar hoy?
miércoles, 27 de diciembre de 2006
Doraemon II: Freud Vs. Shizuka cosplay
Insecto
Meido
sábado, 23 de diciembre de 2006
Doraemon I: estructura
Aquí comienza una serie sobre el gato robot del s. xxii favorito de todos, porque ¿quién no ha querido tener un gato que le saque las castañas del fuego como lleva haciendo Doraemon a Nobita desde hace más de treinta años?
Por el momento he proyectado cuatro entradas para fechas próximas: «Doraemon y el formalismo», «Doraemon y el psicoanálisis», «Shizuka cosplay» y «¡Dame dorayaki!», pero no os preocupéis, que habrá más.
Esta vez nos limitaremos a establecer la estructura de un capítulo clásico del Gato cósmico, que era casi fija; más tarde, con el paso de los lustros, se fueron explotando otras posibilidades narrativas, pero en los análisis que vendrán me referiré a la estructura de capítulos como este:
He aquí el esquema de dicha estructura:
1.Conflicto: Las motivaciones de Nobita son limitadas: dormir o leer tebeos en lugar de hacer los deberes, comer, jugar con Shizuka, protegerse de las agresiones de Gigante o envidar un juguete de Suneo. En nuestro ejemplo el conflicto es que no quiere estudiar para un examen.
2.Dōgu: Nobita pide al gato un invento para solucionar el conflicto, éste accede tras algunas súplicas.
3.Prohibición: Nobita recibe instrucciones de cómo usar debidamente el dōgu.
4.Uso y abuso: todo va bien hasta que Nobita, llevado por sus bajos instintos, es incapaz de usar el chisme como debe ser. Aquí hemos visto que fracasa por glotón.
5. Crisis: la situación se vuelve insostenible.
6. Desenlace: vuelve el gato a arreglar las cosas.
Una de las variaciones de este esquema más común es que la transgresión no proceda de Nobita, sino de otro personaje, otra es que quede el final abierto, sin que sepamos cómo saldrán del atolladero.
El fenómeno de las series de esquema fijo es en sí fascinante y más común de lo que parece a primera vista: recordemos por ejemplo El equipo A, Se ha escrito un crimen, Vacaciones en el mar, Colombo o, según nos recordó Remo recientemente, House. Sin duda nos ocuparemos de esto en el futuro, pero por ahora conformémonos con el esquema de Doraemon, que será útil en dos de los próximos post sobre el Gato Cósmico.