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27 de marzo de 2008

Susa. Madre adoptiva de Diego

Uno de los blogs que más frecuento, “El Toque Mactas”, publicó un espacio donde discutir sobre las relaciones iniciadas en internet, llamado Relaciones Peligrosas.

(http://weblogs.clarin.com/eltoquemactas/archives/2008/03/relaciones_peligrosas.html). 

Debo considerarlo un homenaje a Diego Sotocornolla, personaje imprescindible en este blog.

Susa, una amiga de “Lo más importante se quedó afuera”, tal vez una de las más entristecidas “viudas” de Diego Sotocornolla, dejó una reflexión en esa oportunidad.

Gracias, Susa, por tu comentario:


Estamos en duelo. Yo, por lo menos, sigo en ese estado. Sin saber bien qué ha ocurrido, tomamos café y conversamos. Sólo hay una tremenda realidad. Alguien, mas o menos querido por cada uno de nosotros, tomó una desición sin retorno.

Y estamos aquí, frente a su ausencia, preguntándonos por qué y dando respuestas como quien da palos al agua.

Cuando alguien “con la vida por delante” decide terminarla, lo decide de una manera “no natural”. No es valentía ni cobardía. Es la caída en un pozo oscuro de melancolía sin esperanza. Eso no le ocurre a cualquiera. Eso que acabo de escribir, no significa nada. Hay seres sensibles. Alguien habla por allí de depresión. Yo me animo a decir melancolía. Hay seres que por ser sensibles, pueden derrochar optimismo hoy y caer en el espiral melancólico mañana. Es su naturaleza. Esos seres suelen ser interesantes en la vida. Generalmente se atren mutuamente.

El temperamento.

La capacidad de ser conmovido.

La capacidad de tener fuerza para conmover.

Conmover en lugares hondos, profundos del ser.

Las necesidades de ser completado, poseído, sometido, el deseo de poseer el alma del otro...

Cuando se tiene ese tipo de temperamento, se es vulnerable. Esa vulnerabilidad puede traer consigo una resiliencia, o no. Resiliencia es es capacidad que tienen algunas personas de salir airosas de la adversidad.

A veces se manifiesta como frialdad, pero no sé, tengo mis dudas. Los fríos son mas bien mentales, cognitivos, intelectuales. Poca pasión y mucha lógica.

Nada es mejor o peor. Hay gente para todo.

Paulaval dice alg muy interesante: describe a un temperamental deprimido, melancólico. De la pasión de un encuentro idealizado al dolor de no ser correspondido hasta caer en el oscuro hueco de lamelancolía. Alienarse en un dolor interminable.

No soy amiga del dolor, y mucho menos, enemiga de la euforia.

Alguno que ha escrito por aquí, en este velatorio donde todos lloramos, que “todos vamos a morir”... sólo me doy vuelta y dejo demirar el cajón para decirle “pelotudo, rajá de este lugar con tus tesis demostradas hasta el hartazgo, llorá si podés, y si no, volá a escribir pelotudeces e internet... que te ayudan a disfrutar el día”

Y ya está.

Deprimirse.

¿quién nunca se deprime?

Ver todo negro, el futuro, el pasado, el presente y hasta al pluscuamperfecto.

Consultar a tiempo.

Hay personas tan intensas que nunca hacen nada a tiempo.

Amemos a nuestro pequeño amigo, Diego. Diego es un apasionado, un intenso amante de las mujeres, de su madre, de Mery, de todas y de esa, esa que quizá estaba ciega, como ciega es muxa gente que se cruza con estas almas.

Pero no de mí. Yo me emocioné tremendamente cuando Diego jugó el tema de nuestra relación Madre/Hijo. Me emocioné cuando inmensidad imploraba a las yocastas.

Es que creo que Diego era intenso. Todas estábamos locas por él, locasamigas,locashermanas,locasmadres... Diego exaltaba nuestra feminidad. Honraba la de su madre.

Por eso creo, queridos compañeros, que una mujer, queriéndolo o sin querer,terminó con su vida.

Porque Diego se entregaba a los brazos femeninos. Es que tenía una gran madre.

No creo que soportase la falsedad y la mentira.

Tenía una madre dulce.

Diego era frágil.

Pero podía enfrentarse a torombolo de una manera fuerte, porque Toro es XY (para hombre le falta).

Diego era Diego. Se melancolizó por algo. Nadie, ni su familia,ni los que elteníamos cariño, nos dimos cuenta. Es que era inteligente y libre.

Por eso logró irse de aquí.

En los velatorios pasan cosas extrañas.

Estoy un poco borracha.

Susa

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte de Diego impacto demasiado,me quede con caricias agolpadas en la mano,y palabras enredadas en el alma...no soporto mas la muerte de la gente que amo.

Daniel Os dijo...

Los que tienen a todos sus seres amados vivos afirman sin arte que la muerte es parte de la vida. ¡Cómo me desconsuelan esas palabras con vocación de consuelo!

María dijo...

Nadie tiene vivos a "todos" sus seres amados.

Al menos, nadie que haya tenido la precaución de hacer depositario de sus mejores sentimientos a algo que no sean las piedras.

Supongo que el cinismo tendrá lo suyo (para quien tiene la económica frialdad de ejercerlo en estas circunstancias, claro).

Daniel: un acierto, el rescate de las palabras de Susa.
Enormísimo acierto.

Saludos a ambos.

Daniel Os dijo...

Una manera miserable de no tener ningún ser amado muerto es no tener seres amados. Pero sin deliberar sobre qué clase de vida es la ayuna de amor, me da por insistir en que el amor es un posible antídoto contra la muerte. Me muero de ganas de tener razón, no para derrotar a la muerte (no la deseo ni quisiera que jamás llegara) sino para convencerme de que amar al ausente es no permitirle ausentarse.

Anónimo dijo...

Es así Daniel. Es más, muchas veces la ausencia del amado nos hace ver más claramente la dimensión de ese amor. Y también muchas veces, está mucho más presente que lo que estaba en su vida cotidiana, en nuestros pensamientos, en nuestro corazón.
Saludos,

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