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jueves, 16 de diciembre de 2010

COCINILLA IV - POLLO A LA SIDRA


Decíamos ayer… Sí, ya sé que hace tiempo que no posteo nada, pero he estado muy ocupado con actividades de la vida real, como intentar convertirme en un miembro productivo de la Sociedad (dicho así parece una mafia, ¿verdad?) mediante el conocido sistema del “concurso-oposición”. Ya os contaré en qué acaba.

También le he dedicado algo de tiempo a la fotografía, que es otra de esas cosas a las que dedico el tiempo libre. Por si os interesa, podéis ver algunas fotos –hay una galería con algunas de las que publico en el blog- aquí. Por cierto, en lo que me hago con una Nikon D3100 o Canon EOS 550D, si queréis hacerme alguna donación en forma de cámaras de película para ampliar mi colección… ¡No seré yo quien ponga pegas! XD

La receta de hoy (si, de hoy, por fin) –que también forma parte de la sección COCINILLA- está especialmente dedicada a los que vuelven a casa por Navidad. Así no tendréis excusa para liberar de la cocina a las madres (o a quien se encargue de esa tarea en vuestra casa), que bastante tienen con pensar, comprar, cocinar y limpiar todas las cenas y comidas de estas fiestas tan entrañables. Y si además son capaces de ponerle buena cara a toda la familia… ¡Encomiable!

(Ah, atención al blog, que en estos días vamos a aprender a hacer mazapán y roscón de reyes).

En fin, al lío…


POLLO A LA SIDRA

Dificultad:si puedes cantar “vuelveee, a casa vuelveee por Navidad”, puedes hacerlo.

Ingredientes (6 personas. ¡Es que lleva mucho arroz!):
  • 1 pollo troceado. Id al carnicero antes de que enloquezca por Navidad.
  • 1 botella de sidra (con la típica del gaitero -etiqueta plateada- nos vale).
  • Aceite de oliva virgen extra.
  • Sal.
  • (Para el arroz salvaje a la mantequilla)
  • 250 g. de arroz salvaje (de ese que viene mezclado con arroz largo vaporizado).
  • Mantequilla.
  • Más sal

Preparación:

1 Sazonamos el pollo con sal. Bueno, y con pimienta si queremos. Lo doramos en la sartén, con aceite de oliva. Es muy importante que quede bien dorado, porque luego lo vamos a cocer en sidra y no molaría nada que se quedase blancucho como un turista alemán recién llegado a Mallorca.

2 Calentamos la sidra en una olla. Cuando rompa a hervir, añadimos el pollo dorado y lo cocemos hasta que la salsa esté oscura y espesa. 40 minutos, aproximadamente, a fuego lento. Si no, os quedará liquida como a mí. Y miraréis con odio las fotos de vuestro pollo.

3 Arroz salvaje a la mantequilla (es más el nombre que otra cosa): cocemos el arroz en agua hirviendo con sal, Cuando esté tierno, lo colamos y lo rehogamos en un poco de mantequilla. Como el arroz salvaje y el normal son cereales distintos, tienen tiempos de cocción diferentes. Por eso es importante que uséis una mezcla de arroz salvaje con arroz vaporizado. No “preocuparse” que lo hay hasta de Mercadona.

4 Servimos el pollo en una fuente con el arroz, por ejemplo.

Podemos añadirle a la salsa un poco de nata líquida mezclada con maicena para que espese, aunque yo prefiero que lo haga por la vía de la reducción. También podemos añadirle unos frutos secos. Ah, y el pollo admite congelación. ¿Alguien da más?



lunes, 19 de julio de 2010

COCINILLA II - POLLO AL CHILINDRÓN


Pollo al chilindrón. Yo oigo estas palabras y pienso en películas españolas en blanco y negro. En concreto, en José Luis López Vázquez diciendo servilmente aquello de: "Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo". Y en Carpanta, que vivía debajo de un puente. Sería cuando en España no llovía, supongo. Este invierno el pobre Carpanta se hubiese tenido que ir a vivir al aeropuerto de Barajas. Es de esas cosas que uno asocia con algo antiguo como los muebles castellanos, los mocasines de colegio de monjas y los Guardias Civiles con mostacho.

También lo asocio con "el día de los pollos", una especie de romería culinaria que celebran en el pueblo de mi padre. No recuerdo cuál es el motivo, pero una vez al año -creo que a final del verano- los grupos de amigos se van al campo a comer gallináceas teñidas de rojo. La tradición consiste en llevar pollo con tomate (no es un chilindrón, exactamente), pero también suelen aparecer tortillas, pimientos fritos y filetes empanados. Ahora que lo pienso, no son muy imaginativos los de Las Herencias para los nombres, no.

Por cierto, aunque es de esas cosas "de toda la vida", la verdad es que esta receta lleva en mi casa poco tiempo. No me la sopló la abuela ni estaba apuntada en algún viejo cuaderno encontrado en la troje del pueblo. Salió de uno de esos muy recomendables recetarios que la revista Telva regala de vez en cuando. Fue Mme. Cocotte quien lo vio y pensó: "esto va a estar bueno". Y acertó, claro. Desde entonces se ha convertido en un fijo en casa. Y es que es fácil, barata, se congela bien... ¡Lo tiene todo para triunfar en la vida moderna!

El chilindrón es una manera de preparar el pollo -también se usa con otras carnes como el cordero, el magro de cerdo o la ternera, claro- que consiste en guisarla con tomate, cebolla y pimientos. A veces también se le añade jamón a esa salsa. Y ajo. Por lo que parece, es típico de la zona de Aragón, Navarra y el País Vasco. Chilindrón suena a maño, ¿no? Habrá que preguntar a los Gastrónomos del Ebro. De todas maneras, en internet me entero de que es muy común prepararlo para comer en Huesca por San Lorenzo, que para eso es el patrón de la ciudad.

Esta receta es un poco falsaria porque usamos tomate de bote, pero hay que facilitar las cosas. Además, con buscar uno que nos guste... Yo estoy usando ahora el de Hida que también hace un pisto estupendo (mejor que el de muchas madres, para qué engañarnos). Una idea que he visto por ahí ha sido hacerlo con pechugas de pollo. Así lo puedes llevar al parque, de paseo, sin portar armas blancas :) Ah, en esta receta se usan pimientos verdes, aunque lo habitual sería usarlos solamente rojos. A mí me gusta el sabor que da la mezcla de los dos tipos, pero no descarto hacerlo alguna vez sólo con colorados, porque tiene que quedar bien, ¿no?



POLLO AL CHILINDRÓN
Dificultad:
para cocineros novatos que quieran chuparse los dedos.

Ingredientes (6 personas. Invitad a algún amigo a comer):
  • 1 pollo de 1 kg y medio, troceado amablemente por nuestro carnicero.
  • 2 cebollas.
  • 1 pimiento rojo, gordito, jugoso... Se me hace la boca agua.
  • 3 pimientos verdes.
  • Salsa de tomate espesa al gusto (ahí está el truco).
  • Sal y pimienta.

Preparación:


1 Doramos el pollo en aceite de oliva. Cuando esté a nuestro gusto lo retiramos y lo reservamos.

2 Pelamos las cebollas y las picamos. Limpiamos los cuatro pimientos y los troceamos a nuestro gusto. En el aceite de freír el pollo, estofamos la cebolla y los pimientos. Añadimos la salsa de tomate y salpimentamos. Dependiendo de cómo de líquida queramos el chilindrón, añadiremos más o menos tomate. Dejamos cocer todo a fuego lento durante unos quince minutos.

3 Añadimos los trozos de pollo y lo cocemos todo junto durante otros veinte minutos. Después, lo servimos caliente.

Se conserva hasta dos días en la nevera y congela muy bien. Si se lo preparáis a vuestra pareja -o a quien quisiérais que lo fuese- seguro que os empieza a mirar con otros ojos ;) ¡Es el famoso poder afrodisíaco del pollo al chilindrón!