En la soledad del cielo, sin nadie y sin nada, sin puertas ni ventanas, sin alma, sin cuerpo, sin brisas ni alas; tomo con mis manos, manos y manos de recuerdos que no son nada; y me ato fuerte a la baranda que pende del firmamento para asomarme a su paisaje de cumbre emboscada.
No hay gente, no hay nada, no hay recuerdos ni se sienten frías las miradas. No hay paisajes, ni sueño hay ni almohada...
El ciclo se ha cerrado y el cielo se siente solo si el corazón no dice nada.
Baja pues junto al calor de mi mirada, que mis manos te sabrán tejer un corazón nuevo con las viejas hebras de tu coraza.
Muy bello amiga Alfmega. Saludos :)
ResponderEliminarHola, Eric. Muchas gracias, amigo. Sabes que aquí está tu casa. Saluditos
EliminarPrecioso y triste, me encantó
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Inma. Besos
EliminarMe encanta! Saludos :)
ResponderEliminarHola, Inguma, me alegra verte por aquí. Gracias
EliminarProfundo texto, un abrazo.
ResponderEliminarMi muy queridísima Alfmega, un enorme abrazo, que alegría volverte a leer, una hermosura de poema, soy Carmen la que marchó al otro lado del río y cuando regresé me abrazaste en bálsamo que jamás olvidare.
ResponderEliminarHola, Carmen!!! Cómo me alegro de saber de tí... Te envío un abrazo muy grande y quiero que sepas que saber que estás bien me llena de felicidad. Saluditos, guapa
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