- Como me levanté no tan tarde, me vestí y me volví a acostar hasta que se hizo la hora de tirarme de la cama (sí, mi genio es más fuerte que yo).
- Antes de salir me incentivé a vivir estrenando el Ricci Ricci que me trajo mi vieja por haberme quedado en casa mientras arreglaban la cocina.
- Escuchando
este temazo toda apretada en el colectivo, decidí que iba a encarar la vuelta a la facu con onda y buen humor (se me viene un cuatrimestre movidiitomooovidito ♪) y seguí escuchando -y cantando- No doubt hasta entrar al aula.
- Empecé a recursar una materia que dejé el último cuatrimestre, que es un corchazo en un ojo, pero no me importa. Metodologías I: lo nuestro es personal.
- En el recreo me fui a desayunar con mis amigos, volvimos a clase más de 20 minutos tarde, y no sentí ni un poquito así de culpa.
- Ejercité mi fuerza de voluntad: "no miro-no miro-no mi...
uy...¡dale boluda!" (bueno, estoy lejos de dominarla, pero le pongo onda che).
- A la salida de la facu una chica que venía repartiendo señaladores con fotitos de Freud y publicidad sobre atención psicológica me vio cara y me eligió de entre la multitud para darme uno.