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"No es el sufrimiento en sí mismo el que hace madurar al hombre, es el hombre el que da sentido al sufrimiento."

V. Frankl


Cuando miras hacia atrás, siempre hay un instante que hace que algo dentro de ti cambie. No es el recuerdo de un hecho concreto. Es una sensación. Una necesidad que te impulsa a querer mejorar, a sentir que realmente estás aprovechando tu tiempo.
Oportunidades de continuar un camino o comenzar uno nuevo. Iniciación o perfeccionamiento bajo los que subyace, necesariamente, un sentimiento de ilusión. Bien porque se pretenda obtener la llave de nuevas puertas laborales, bien porque se trate de mantener abierta la de la vocación. O ambas, aunque no me considere demasiado partidaria de un término “autocondicionante”.

Pero quizá sean, éstos, detalles menores de un hecho común. No importa realmente cuál o cuáles sean los motivos que impulsan a una persona hacia la mejora, personal y/o laboral. Lo importante es encontrarse ante esa situación. Ser capaz de aprovecharla e iniciar un proceso de autoevaluación de intereses y capacidades.

¿Qué queremos hacer? En qué queremos convertirnos, cuál es el camino que nos lleva a nuestra meta y, sobre todo, saber si estamos dispuestos a caminarlo. Dar sentido a una situación confusa y materializarla en objetivos cumplidos.
 
Así es como alguien como yo, llega a una situación como esta. Un nuevo proyecto en el que volcar reflexiones, inquietudes... un proyecto que me permita seguir aprendiendo :)



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