martes, 7 de octubre de 2008

-En alguna calle de la Ciudad-

siguiendo aquellos pasos...La calle de la ciudad es el doble filo que da la soledad, el besa el miedo para el dolor, la frágil forma sutil de amar, la ingenua fuerza para aguantar. La incierta forma de ir creciendo, lo poco que hay en la oscuridad, en ese vació marcado por la soledad, es solo un poco de lo que esta calle da. Vale que tengas tiempo para soñar, Vale que tengas tiempo para sentirte feliz. Vale que tengas tiempo para sentirte infeliz; Porque la vida es así. Y mas vale que tengas tiempo para caminar por los callejones de esta calle Que viene de la noche y van a ninguna parte, cuando precisamente en esta calle yo te vi partir y observe detalladamente tus pasos al andar...Por mi parte, no te diré adiós ni te daré una mirada con ojos humedecidos; tan solo escucharé tus pasos, aquellos que se pierden en la oscuridad y los cobija la soledad, empujándolos a la calle del olvido. Puerta y aire que me asfixio, que no se trata del lado que quieras caminar, que estar de un lado o echarte al otro, da lo mismo. Esto no cambia el rumbo de la calle, ni mucho menos te muda a una nueva ciudad, pues recuerda que... La calle de la ciudad es el doble filo que da la soledad. Y nunca hay caminos, solo calles que hacen los caminos.
Mildred PortugaL