Este jueves relato: "Ensalada de pimientos"-"Piquillos del infierno"
"Piquillos del infierno"
La forma perfecta que recubría sus paredes, envolvía con delicadeza el exquisito relleno que lo revestía. Su color rojo intenso me recordaba el sabor de sus carnosos labios pintados de un ardiente rojo carmesí. Su forma triangular con una punta incisiva ligeramente curvada lo hacían seducir los sentidos que recorrían cada detalle de su figura, sabrosos, suculentos, dulces con un toque ligero de picante. Ella era así, su descripción encuadraba a la perfección con aquel platillo que probé aquella noche, mi paladar flotó por la nebulosa de los sabores, me perdí allí y no quería volver de aquel viaje astral, porque entrar en la pulpa de sus apetecibles labios femeninos era entrar en un torbellino de emociones cruzadas, de éxtasis y placeres carnales.
Ella se movía al ritmo de la música mientras tomaba un vino espumante, no podía dejar de mirarla, de reojo para disimular ante las miradas de los demás, llevábamos tiempo con indirectas. En un momento de la noche la vi alejarse hacia el jardín para perderse en la oscuridad, entonces la seguí. Fumaba un cigarrillo en las sombras, sonrió al ver que me acercaba a su encuentro. Me convido y acepté, hablábamos de la vida, la fiesta y de pronto cuando quise darme cuenta me beso casi por impulso y se alejó apenas unos milímetros de mi boca mientras me miraba con sus bellos ojos azules, esperando una respuesta a su acción. El beso me encendió de inmediato, había imaginado muchas veces como sería el contacto con sus exquisitos y suaves labios, pero al entrar en contacto con ellos me consumí al instante y la avance ya sin dudas ni remordimientos. Parecía que nuestras bocas se comían una a la otra, el calor de los cuerpos empezó a brotar como pimientos asados y sin darme cuenta mis manos se deslizaron para tocar sus pechos, que erguidos sus pezones mostraban la excitación que estaba surgiendo en el ambiente. Sus dedos jugaban con mis pectorales y bajaron lentamente por debajo de mis pantalones, mi miembro se puso erecto al instante, sentí que ya no había vuelta atrás, me hundía en lo profundo de las olas, ella poco a poco me envolvía para arrastrarme en la inmensidad de su sabrosa locura.
Me agarró de la mano y me dijo al oído:
“Ven, quiero presentarte a alguien”.
Aturdido y sin saber que decir, simplemente la seguí. Me llevó hasta una habitación oscura y perdida de la inmensa casa y tras pasar unos segundos entró otro hombre en la habitación. Entendí a la perfección el juego que pretendía llevar a cabo, estaba poseído por su lujuria así que me dejé llevar por sus fogosas caderas que me seducían a su antojo.
Ella se desnudó, de un extremo estaba yo, del otro extremo el otro sujeto, cuan imanes nos movíamos sacudiendo de pasión aquel cuerpo que nos arrasaba con su delicada piel, sabrosa, tierna, dulce con un toque de picante como aquellos pimientos de piquillo que había saboreado un momento antes. Aquella noche que de pronto se prendió fuego, nos dejamos seducir para arder en el delito de sus exquisitos pechos que sabían a fresas al probarlos, su voluminosa y abrasadora parte trasera que encendía los motores de una manera que no hubiera podido imaginar y sus suculentos labios ocultos que pedían con fuerza que los penetráramos una y otra vez mientras ella le cantaba con devoción una melodía de gemidos a la luna llena, que se asomaba con timidez por aquella ventana, siendo testigo de aquel encuentro que me dejaría sin aliento. Lo demás se tornó confuso en mi mente, recuerdo verla envuelta de la magia de nuestros fluidos y luego despertar desnudo en aquel cuarto que fue testigo de una noche suculenta y llena de seducción sin dudas. No había nadie en la habitación, me fui del lugar casi a hurtadillas, como escondiéndome de aquel pecado cometido con devoción.
Hablando con los invitados días después supimos que la anfitriona había puesto un alucinógeno en los pimientos de piquillo rellenos sin querer, confundiendo los frascos en su casa. Los que habíamos probado aquella delicia, habíamos entrado en un viaje astral de las emociones a flor de piel. Me entró la duda entonces si mi experiencia había sido real o todo producto de mi imaginación... Le envié un mensaje para tantear el asunto con delicadeza, esperaba, pasaban los minutos, el teléfono sonó, era ella...
11/01/2024 Mariana Pussó.
14 comentarios:
Hola Mari, madre mía cuánto llegó a despertar la ensalada de pimientos del piquillo, por algo están riquísimos. Un abrazo
Jajaja Peligroso cuando los condimentos se confunden... Ahora quedará la duda si fue real o fue producto del efecto de los piquillos del infierno...jajaja Besos por ahí!
Que intensa experiencia con esa mujer.
Lástima que fue alucinógena.
¿Realidad o visión? Mejor quedarse con la duda que desilusionarse.
Besos.
Si jajajaja Creo q mejor ni preguntar...🤣 Pero bueno real o no, el la vivió como real y eso vale mucho... Besos por ahí!
Hola Mari, me encanta tu relato, como para fiarse después del alucinógeno, jajaja, muy original.
Un abrazo!
Gracias Dakota, me alegro que te gustará! Con esas cosas nunca se sabe... Jajaja Besos por ahí!
Vamos, esto fue una cena erótica en toda regla ajajja. No creo que nadie se quejará de tal descuido, ya se ve que algunos disfrutaron de lo lindo.
Por otra parte, observar alguien comer pude producir un placer inimaginable.
Un besote, muy feliz domingo.
Me inclino por pensar que todo fue real, lo de la droga, una velada excusa para difuminar las consecuencias de un momento que jamás nunca repitan. Muy erotico tu aporte, Mari. Ya creía que no aportarían a tu propia convocatoria jaja. Un abrazo
P.d según lis pies, el trío retratado lo conformarían dos féminas y un hombre, según creo interpretar jaja. En tu relato se daría lo opuesto 😂
Sin dudas el descuido de la cocinera dejo a varios muy satisfechos.
Buena historia, un abrazo.
PATRICIA F.
Jajajaja Tal descuido vino bien, ya fuera real o no se lo paso bien sin dudas... 🤭 Besos por ahí!
Si jajaja Tal vez sin el efecto de la droga nunca se hubiera dado... Si fue real o no, no sabremos pero de todos modos se lo paso exquisito jaja Besos por ahí!
Jajaja A veces esos descuidos vienen muy bien...🤭 Besos por ahí!
Jajaja Estaba difícil encontrar una imagen así, la idea era captar la esencia aunque sea...jajaja
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