martes, 28 de diciembre de 2021

CUARENTA Y SIETE parte 2

Hoy vuelvo a usar la egolatría en mis palabras , aunque aún me queda por soltar de lo que ha sido este año, de lo que me ha quitado o me ha dado en muchos aspectos... eso es lo que quiero resaltar en esta ocasión, lo que me ha dado, que  aprendizaje me he llevado y en qué modo me ha cambiado estos 365 latigazos que han sido este 2021.
Me he  dado  cuenta, que si ya era irascible, se me ha potenciado a unos niveles que desearía calmar, puesto que en la mayoría de los casos, es desproporcionada la actitud para la acción que quiero reivindicar y no mido el nivel de las palabras que pueden herir al receptor de estas. Estoy enfadado con el mundo y resentido con la vida y eso creí que lo había dominado en el transcurso de los años en cicatrices pasadas, antiguas heridas ya sanadas, entendidas y canalizadas. 
Más estas,  de este año, han sido atroces y no por ello debo culpar ni atacar  a nadie, con o sin culpa, puesto que a los que la tienen se les puede hacer sufrir de manera más afable aunque tan aleccionadora, que con violencia y despropósito.
Asique yo mismo me propongo esta enmienda  a mis formas  y a mis modos, aunque si no se me "hinchara" la vena del  cuello a veces, no sería Maxko o Angel.
Me dice uno de mis superiores, desde siempre, que le pongo el lado "malo" o problemas a ciertas situaciones, pero siempre aporto la solución a ese posible o probable problema... y en eso quiero seguir en el trabajo y en la vida, ser optimista no va conmigo, pero si realista a las situaciones con  sus posibles vías para que el proyecto llegue a buen puerto.
No soy abogado de pleitos pobres, pero por puntualizar no me cambierte en enemigo ni amigo de ninguna causa y si se tiene que decir se dice, pero como he citado en mi propósito de  enmienda, debo ser más suave y pertinente en mi forma de exponer.
Las traiciones es me han dolido tanto este año, aunque  al final me he tenido que tragar la rabia, ser más dialogante para no perder amistades o posiciones concretas que me pudieran dañar, confieso que si me dio un ataque de rabia (por una implantada de cojones de un rencoroso), que pudo haber acabado en violentamente, pero felizmente calmado mordiendo un  hierro y con cuatro palabrotas, no me gusta verme así y por ello volví a tirar de enseñanzas pasadas para canalizar la ira.
Por eso y muchas cosas más  de  este año, quiero redimirme y ser más "zen", más tranquilo en mis  acciones.
La otra parte de este texto de autoayuda, como siempre ha sido este Blog, es agradecer a todos los que aquí seguís con este ser efervescente que soy.
A los que en los peores momentos han estado para apoyarme o apoyar  a mis padres, mis sobrinos, cuñada primos y tíos que han venido desde lejos, para hacer piña que es mi familia en lo de mi hermano, mi tío Emilio o en su día mi tío Santiago.
Los que parecian lejados o ya enfriadas relaciones y han estado a la altura de la situaciones, con un abrazo, un beso, una charla, un paseo por las afueras o un café en los adentros del alma.
Un wassap, una llamada, un aliento por las redes sociales, en el momento justo en las formas  adecuada.
Un favor, cubrirme en momentos de bajón o de debilidad puntual.
Todos , todos habéis estado en momentos que se necesitaban.
Nunca llegaré a agradecer los que estuvieron y los que  están siempre, gracias de corazón.
Difícil  viene el futuro y más "palos" me seguirán llegando, como a todos nos están llegando.
En lo que a mi se refiere deseo asimilarlo más calmado, sin empeorar situaciones y aportando soluciones o moderación a esos momentos que vendrán aunque me  he sorprendido  también por lo duro y sosegado que he tenido que ser en lo peor.
Gracias a lola por todo, a mi hijo por enseñarme que puede llegar, mis padres por ser de hierro, acercarse y mantenernos abrazados y todos en la familia.
Buenas noches y buena suerte a quién la merezca.... 47 ya, 47 y ...  no quiero llorar más 


sábado, 11 de diciembre de 2021

Cuarenta y siete, seguimos mirando al frente

Un año, uno más que parece cualquiera de los que he vivido, pero tan distinto, tan doloroso,  tan crucial para la vida de tanta gente que tengo al lado.Que mi pesar, mi pasar y mi penar es insignificante si se compara a los que amo y tengo a mi lado.
Un año que empezó  mal con muchas restricciones, con pandemias y deshumanizaciones, que nos hacían más humanos de los que se hacen llamar " más humanos".
Con decisiones dolorosas, con vivencias escabrosas, con pérdidas irremplazables.
Sin mesura, ni meditaciones... sin medias tintas, ni tiempo de pensar en verdaderas acciones.
Este año como todos he reafirmado:
Que por mucho que te duela lo material, la salud es la supremacía real en una vida.
Que si tienes que estar para poder abarcar, tienes que dosificar la mesura de tus preferencias y eso lo consigues con quien tienes apoyándote.
Que antes de ser ideologicamente de un extremo, tienes que ser persona.
Que la vida es una mierda, que te quita más que te da y que duele más ver a tus queridos sufrir, que una patada en los huevos con unas espuelas de montar.
Que como todos los años he aprendido en ocasiones con dolor:
A sacar buenas sensaciones de las malas situaciones.
Que es demasiado duro perder a alguien que para ti era un dios real.
Que es demasiado duro ver a tus padres quedar noqueados por lo duro que es la realidad.
Que no alcanzan tus manos,  ni tus "hechos" a poder aliviar el  dolor y la cercenación que ha sufrido mis sobrinos y mi hermanica, por la ausencia de mi héroe,  de su pilar familiar.
Que no se si sabré reponerme de este golpe, que esperaba y que creía estar acorazado, pero no, nunca se está preparado para que se vaya tu hermano... un pedazo de tu vida encarnado.
Que se lo que significa para todos pero no se como sobrellevar y acompañar que todos sigáis caminando ... ya nos lo dijo, "hay que seguir levantadose".
Y en estas, dar gracias y seguir sin glaquear.
Que tener una mujer ejemplar de amor y de trabajo, es quien más te llena a diario... te quiero lola.
Que tener un hijo, que le falta por cuajar, pero que me llena de besos a reemplazos y a sus abuelos a diario.
Que tener unos padres muy grandes, que este trauma, a ellos me ha acercado y sobre todo demandan de mi mil abrazos.
Que tengo una tita y unos primos que siempre están, aunque ellos perdieron mucho más con la partida de mi tito Santiago.
Tener un puesto en una en una gran empresa, pero sobre todo, eres querido y respetado por tus compañeros más cercanos.
Que sigues teniendo aún ya viejo, amor por tu bajo, el instrumento que te ha dejado sacar sentimiento a tus bloqueos mal gestionados.
Pido perdón por mis malas acciones, mis momentos de mal fario, de mis subidones de vena inchada o de mis odios a lo que creo extraño.
Cuarenta y siete cumplo ya, cuarenta y siete sin mi hermano.
"Buenas noches y buena suerte a quién la merezca " ... no soy de esos agraciados.