Queda poco para el año.
Para los aniversarios viejos,
pero para matar razones años.
Y sentimientos, que pueden durar una eternidad adoleciendo.
Nudos sorprendentes, pero que golpean a uno para darnos a entender que tenemos dentro nuestro algo fuerte que no lo podemos sacar con nada.
Recordarnos, que hay amores para siempre, y dolores mortales.
Llorar hasta que el sol vuelva a salir.
Donde las obligaciones pesan y llaman.
Y el olvido, es la meta inalcanzable.