Picarona, 2014
Título original: The Haunted House
Macmillan Children's Books, 2008
(Edición Reino Unido)
Editado en EE.UU. bajo el título Ghosts in the House, por Roaring Brook Press, también en 2008.
Incluido en la lista anual de los diez libros infantiles mejor ilustrados del New York Times en 2008.
Haz clic arriba para escuchar cómo leemos nosotros La casa encantada (en inglés).
La casa encantada, en su edición inglesa (The Haunted House) fue uno de los muchos libros que sacamos prestados de la biblioteca del pueblecito de Anstruther en Fife (Escocia) durante nuestra estancia de dos semanas el pasado verano, y el único que sacamos dos veces a petición (insistente) de mi hijo. Es un cuento de fantasmas muy sencillo y ni siquiera mínimamente "de miedo", con un atractivo inmediato, gracias en gran parte a los grabados en linóleo, impactantes y distintivos de Kazuno Kohara.
Descrito por Gregory Cowles en el New York Times como 'insistentemente no-irónico', La casa encantada no puede ser, formalmente, más tradicional, pero el modo en que aborda los fantasmas y el miedo es novedoso y bastante divertido.
El texto
Cuando una niña y su gato llegan con su maleta a la vieja casa al borde de la ciudad adonde van a mudarse, el lugar parece estupendo, pero pronto descubren un pequeño problema. 'La casa está ... (pasamos la página)... ¡ENCANTADA!' Pero este aparente contratiempo no es tal para nuestra heroína, que da la casualidad que es una bruja y su gato, un gato de bruja, y a los dos se les da realmente bien cazar fantasmas y domarlos de un modo un tanto particular.
Enseguida se ponen manos a la obra, se enfundan sus elegantes conjuntos de bruja y gato de bruja y emprenden la caza de fantasmas. Los van metiendo todos en una cesta de la colada, los llevan a la lavadora, los lavan con un ciclo especial de suavizado de fantasmas y salen, listos para ser colgados para secar y luego asumir diversos papeles como cortinas, manteles y los dos últimos, ya al final del día y del cuento, como sábanas calentitas. Y vivieron felices y comieron perdices.
Las ilustraciones
Las ilustraciones de Kazuno Kohara son grabaciones en linóleo con mucha fuerza expresiva, en un rojo anaranjado intenso, un negro oscurísimo y un blanco traslúcido fantasmagórico intrigante (no lo puedo confirmar, pero veo que diversas fuentes afirman que el blanco traslúcido lo consigue Kohara con papel de arroz aplicado a modo de collage sobre el grabado).
La historia se cuenta en su totalidad mediante las ilustraciones (el texto no añade nada a la historia en sí, más bien sirve de acompañamiento amable).
Las ilustraciones realmente hablan por sí mismas:
La niña y su gato llegando a la casa |
¡Qué susto! (atención a la expresión del fantasma, casi más aterrada que la de la niña o el gato). |
Empieza la caza de fantasmas, con sus atuendos de bruja y de gato de bruja puestos |
¡Al menos uno de los fantasmas parece bastante contento dentro de la lavadora! |
La nueva función de los fantasmas, como cortinas |
Vamos a comer algo en nuestro mantelito fantasmagórico |
Sábana-fantasmas, niña y gato felices. |
(en inglés)
Como he dicho en la sección de las Ilustraciones, el texto de La casa encantada es un acompañamiento al cuento contado a la perfección en la secuencia de imágenes. Así que una parte importante de la lectura en voz alta es señalar cosas en las ilustraciones.
Leer en voz alta este libro es tan sencillo que casi se lee solo, y es perfecto para prelectores que empiezan a jugar a leer en voz alta.
Tiene un "efecto especial" de lectura en voz alta, con el suspense creado mediante la frase cortada entre la primera doble página y la segunda: 'La casa estaba... ¡ENCANTADA!' (una forma muy muy sencilla pero muy muy eficaz de crear suspense para niños muy pequeños, y que hará que griten "¡encantada!" a partir de la segunda lectura).
Es otro cuento perfecto para leer antes de irse a dormir, con todos yéndose a la cama y viviendo felices y comiendo perdices al final.
Qué nos gusta de La casa encantada
Somos muy muy fans de los conjuntos de bruja y de gato de bruja. Pero muy fans. Creo que es lo primero que señaló mi hijo.
Nos gusta mucho la idea de que lo que necesitan los fantasmas para dar un poco menos de miedo es un buen lavado y una función decente en la vida.
También nos gusta la idea de que lo que debemos hacer con nuestros temores es mirarlos a la cara, domarlos y no tomarlos demasiado en serio.
Mi hijo presta mucha atención al gato y a cómo ayuda a la bruja o cómo se asoma por encima de su hombro cuando ella está leyendo.
¿He dicho ya que nos encantan sus conjuntitos?
(c) de todas las ilustraciones de este post, Kazuno Kohara, 2008.