ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES.
“Revolución en la casa, en la cama y en la plaza”
20 000 mujeres marchan por su derecho a decidir sobre sus cuerpos, piden aborto legal, seguro y gratuito.
En el acto de apertura, hay una estrella indiscutible: ¡Super Lesbiana!, alias Ivana Viatto.
Ella es irreverente, cordobesa, divertida, activista. Se cuelga la bandera del arco iris y posa en la plaza donde se venden imanes con besos de mujeres y las mujeres se besan frente a la Catedral donde la policía protege a los feligreses que rezan demonizando a las mujeres que se aman, se rozan y saltan entre tanta marcha.
Frente a ella, monseñor Héctor Luis Villalba, obispo, se entristeció: "Lamentablemente, algunas veces, la lucha por la emancipación de la mujer llega a la violencia y a desconcertantes exigencias, como ser el derecho al aborto, al amor libre y a la homosexualidad".
"La familia es el santuario de la vida porque la vida es la base de todos los derechos humanos", dijo el obispo, en la tierra del ex dictador Antonio Bussi –electo gobernador en 1995– y actualmente preso por genocidio, con el beneficio de la cárcel domiciliaria en un exclusivo country.
Super Lesbiana confiesa: "Muchas mujeres que no son lesbianas esperan el Encuentro para tener experiencias con otras mujeres. Y muchas salen del closet acá. O se animan a ponerse un prendedor y a definirse como lesbianas en la marcha. Y hay mucho más levante de lo que se habla y se piensa. Las hormonas están a full y las lesbianas empiezan a mirar. Imaginate: tenes para hacer dulce con 20.000 mujeres… algún beso vas a robar".
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