El primer asentamiento de Porcuna

Ipolca íbera, Obulco romana, aunque tras la Batalla de Munda se le otorgó el título de Urbs Victrix Nobilis (Victoriosa Noble Ciudad) con la que accedió a su ciudadanía. Un territorio este que, desde sus orígenes, siempre fue concebido como asentamiento estable y próspero debido a la enorme riqueza que proporcionaban sus tierras. A lo largo del tiempo llegarían otras civilizaciones, otras culturas, que modificarían la suya propia y su forma de nombrarla: Obolcón visigoda, Bulkuna árabe y, por último, Porcuna cristiana. Pero lo que debemos de tener siempre presente es que la historia de este asentamiento se inició con el poblado prehistórico de Los Alcores (Porcuna, Jaén)

El inicio de su ocupación queda datado en la mismísima Edad del Cobre, manteniéndose ésta casi de forma continuada a lo largo de los siglos. Como testimonio de los primeros pobladores se ha localizado, y estudiado, un recinto doblemente amurallado con fortificaciones correspondientes a diferentes periodos. Por ejemplo, encontraremos bastiones de la Edad de Cobre y torres circulares de la Edad de Bronce.

Sin lugar a dudas nos estamos refiriendo al Yacimiento del Poblado Prehistórico de Los Alcores, un enclave situado sobre la cima de un cerro amesetado y definido a través de pronunciadas laderas naturales. Desde su posición se controlaba el trasiego humano que tenía lugar por el arroyo próximo; un riachuelo, vía natural de comunicación y paso, que cruzaba todo el valle donde se insertaba el mencionado poblado.

Ya en el III milenio a.C. (Edad de Cobre), el lugar se convirtió en centro neurálgico de todo el territorio colindante. Sus causas, se piensan o intuyen, fueron varias: riqueza de las tierras y explotación agropecuaria y, por tanto, beneficios en las producciones obtenidas; eje de comunicaciones donde quedó establecido y al comercio del que pudo beneficiarse; o, inclusive, a ambos motivos conjuntamente.

El recinto fortificado albergaría una aglomeración urbanística irregular de cabañas diseñadas con plantas circulares y cubiertas por techumbres de materiales perecederos, propias de este periodo.

Entre los siglos VII y VI a.C. se constituye la cultura ibérica. Con ella aparecerán nuevas formas de ordenamiento urbano, bajo un tipo distinto de organización social. Como elemento más característico, en este último caso, presentaba viviendas de planta rectangular con paredes de adobe; incluso algunas fueron estucadas con barro. Aún en este último periodo citado, la zona mantendría su condición de gran centro de la campiña.

Existe otro yacimiento en Andalucía donde se atestigua una ocupación del territorio en el mismo tiempo, con clara definición de estructuras urbanísticas. Se trata del yacimiento Los Millares en la provincia de Almería, cuyo asentamiento humano sufrirá un despoblamiento y abandono definitivo del espacio ocupado. En cambio, esto no sucederá en Los Alcores, donde sus habitantes consiguieron mantenerse protegidos detrás de las murallas y sin cambiar de emplazamiento en la transición de un periodo histórico a otro.

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