En una ocasión por ejemplo, hice una minihuerta con cajones en una terraza; o en otro caso, una superquinta para cubrir necesidades al tener que invertir mucho dinero en la compra de la vivienda actual. Hasta que salimos de la parte grosa de la deuda; tuvimos de todo, sacamos cinco bolsas de zapallo anco -o calabacita- o por ejemplo, dos kilos de chauchas dia por medio y otras verduras.
Pero fijate ésto. Hubo un tiempo en que alquilábamos una casita que disponía de un pequeño espacio de terreno. En un jaulón criábamos de a cincuenta pollos que luego salíamos a vender con un viejo auto en distintos barrios. Adela, orgullosa con su panza del tercer hijo, los limpiaba en la pileta del patio.
En un costado de la casita, teníamos una huerta bastante completa. En ese entonces estaban los dos hijos mayores, que tendrían entre tres y cuatro años. A cada uno le asigné un cuadradito de tierra de unos cincuenta centímetros de superficie.Les dí un montoncito de semillas de rabanitos -o rábanos- que son llamativas por sus variados colores y germinan enseguida. Ellos las plantaron, cuidaron y llegaron a cosecharlos, obvio que uno los seguía de cerca en el proceso...
El otro día mi hijo, que hoy tiene treinta y cinco años me mostraba orgulloso, los zapallos que plantó en el campo donde está viviendo....