Soy de los que le gusta estar bien informado. Normalmente me uno a los ávidos lectores de la prensa digital aunque la escrita en papel sigue siendo un elemento que juguetea entre mis dedos. Y aunque el mundo de periodismo tiene su parte buena e incluso romántica, siempre hay un lado oscuro (los compañeros que trabajan en los medios me lo confirmarán) que invita a la tristeza al comprobar como hoy día sigue existiendo la censura.
Todo sucedió en la mañana de hoy y en un medio periodístico local. No soy amigo de utilizar este contexto para difundir lo que hacen otros; no es realmente el sentido de este blog. Pero la ocasión no podía pasar por alto cuando uno se queda atónito ante lo sucedido.
La situación fue ante una noticia publicada y rublicada, se supone con las mejores intenciones, que contiene algunas erratas y algún comentario poco propicio, y en el que realizo un comentario en su edición on-line. Cual fue mi sorpresa que al volver a ver la noticia por si corrigen el texto, veo que no está mi comentario. Vuelvo a insertarlo de nuevo y lo vuelven a quitar. ¿Censura? ¿Poca estima a la humildad? Está visto que la invitación a la opinión es pura fantasía en este mundo de selección interesada.
Les dejo el enlace (mientras dure):
1) El director de este concierto será Arturo Díez Bosvovich (y no Emilio).
2) Es muy arriesgada exponer la afirmación "parece como si Chaikovsky no pudiera haberlas compuesto". Por mucho que haya de metáfora y poesía, esta expresión invita a creer en la idea de lo mediocre que puedo ser el compositor, y por tanto resucitar añejas visiones al respecto.
3) Algo básico: los títulos de las piezas musicales se colocan con algunas letras en mayúsculas y a ser posible en cursiva. Nada de "danza de..." o algo similar.
Juzguen ustedes mismos. Y por favor, sean libres de mente.
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