Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
7 de enero de 2012
Plañidera en crisis.
La última alma humana por la que lloré fue hace cuarenta años, gané doce reales. Ahora daría todo el oro del mundo por poder derramar tan sólo una lágrima. Seguro que se dan cuenta, sobre todo mi yerno, que es muy listo; me mira raro, como si hubiese visto a la muerte tras de mí. Y yo… sin poder quitarme siquiera la cara de satisfacción de ver a mi Antonio muerto. Sufrió tanto el pobre, que ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes, cuando aún me quedaban lágrimas y mis gritos de dolor no resonaban a carcajadas.
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Henry, me gusta tu micro de la última alma humana. Esta mujer, plañidera de profesión antigua, no tiene precio con el pensamiento que nos expones, y esa carita de satisfacción que sólo el yerno observa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando escribí el micro en mi mente habían más personajes, pero tuve que cortar a 100 palabras. Un día de estos lo amplío. Y cuento como el yerno tapa los ojos a su hija (la nieta) para que no vea a la abuela fuera de sí... en fin...
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