Leningrado, 1941: la guerra parece lejana en esta ciudad de antigua grandeza, donde dos hermanas, Tatiana y Dasha Metanov, comparten un minúsculo apartamento con su familia. La vida bajo el gobierno de Stalin es dura, pero las privaciones que les aguardan ni siquiera son imaginables: el ejército de Hitler está a punto de invadir su querida patria. Bajo el terror y la dificultad se esconden la belleza y la esperanza: Tatiana ha conocido a Alexandr, un joven oficial del Ejército Rojo de misterioso y turbulento pasado. Mientras  el ejército alemán y el duro invierno cercan la ciudad, los amantes se ven abocados a un amor imposible que puede desgarrar la familia de Tatiana y ser, para Alexandr, tan destructivo como la guerra. Entretanto, la corriente de la historia arrasa a su paso el mundo tal y como ellos lo han conocido y amenaza con cambiarlos para siempre.

En esta ocasión no escribiré resumen, la sinopsis dice bastante.

¿Qué puedo decir de esta historia?

Muchas cosas.

Bastante.

¿Cómo podría definirla en unas pocas palabras?

Intensa. Apasionada. Destructiva, dice mi interior más sincero.

Desde que empecé a leer El Jinete de Bronce la sensación que tuve fue muy bonita. Un joven soldado se enamora perdidamente de una jovencita apenas unas horas antes de que Rusia se declarara en guerra.

Luego vino lo demás:

Dasha, Dimitri, la familia, el ejército… Cada uno de ellos puso su granito de arena para darle el toque imposible a la inocente relación que se encendía como la llama de una vela. Claro, hubieron otros motivos muy fuertes y peligrosos que hicieron que la relación tambaleara pero eso ya no me corresponde decirlo.

Con esta historia viví momentos en los que no entendía los chistes ni las conversaciones, otros momentos en los que estaba  sorprendida por las descripciones desoladoras y decadentes que la autora, Paullina, plasmó a la perfección en la historia de una Rusia en la que nunca imaginé que fuera así hacía años atrás. Otros momentos en el que me sentía totalmente abrumada para, al final de todo, dejarme una mañana entera llorando como una magdalena.

No lo entiendo: ¿cómo alguien puede escribir de esa manera y jugar con los sentimientos del lector?

¿Cómo Simons? ¡Dímelo!

Respuesta:


Es una historia que tanto odié como la amé y me sorprendió porque no pensaba leer el siguiente libro que es más fascinante incluso que el primero (Literatura psico emocional figuro yo)

Personalmente hay que dedicarle tiempo a esta historia. No se lee en cualquier momento.
Hay demasiados sentimientos que pululan  y pueden hacernos muy sensibles. Aunque acabaremos igual de
todas formas.