En el cuerpo reside la homofobia y la transfobia
de maneras extrañas y silenciosas, a
ellas debemos temer más que a las que se expresan, estás silenciosas
formas callan pero no dejan de actuar, evadir e ignorar los cuerpos de quienes
amamos diferente, de quienes transitan el género, de quienes mandamos al carajo
los roles, los sexos, las dicotomías y nos gozamos de la extravagancia. La
homofobia y la transfobia residen de maneras extrañas y un rostro delata su
existencia, no hay cuerpos adoloridos ni almas torturadas, desaparecernos se
han propuesto.
En el cuerpo reside la homofobia y la transfobia
de maneras extrañas y silenciosas, subes las escaleras para tomar una foto y
entre la muchedumbre silenciada que observa la multitud vestida de colores, observas,
aquel rostro de quien apunta con la mirada a las personas como si estuviera
observando desperdicios, y le miras compasivo porque carece de un espejo para
ver cómo ha encarnado en su rostro su “más que desprecio”.
En el cuerpo reside la homofobia y la transfobia
de maneras extrañas y silenciosas, subes al escenario de un evento, la gente te
mira como al intruso, rostros y rostros, aprietan sus bocas, sus ojos se tornan
menos abiertos, mas semejantes a un ovalo, sus cuerpos adquieren un rigor, están
más tiesos, más tensos… en el fondo sabes cuánto desean que no estés allí… lo
siento no nos vamos a ir, nuestros cuerpos gritan… y ellos secretamente cavilan
como desaparecernos.
En el cuerpo reside la homofobia y la transfobia
de maneras extrañas y silenciosas, pero a veces se expresan, solo dicen que no
somos adecuados al que anda por allí, se suben a los buses a veces predicando,
a veces buscando la oportunidad para sentirse mejor que otros; a veces solo
quieren una silla y cuando se la das a tu pareja intentan insultarte diciendo: “¡¿será
que se lo va dar al novio?!... despreciable hecho, este rostro enfadado piensa
que poner en cuestionamiento la masculinidad de los hombres es una arma
efectiva, y replica como aún se cree que amar es un delito para las personas
homosexuales y trans, es homofobia, es transfobia, pero está estrellada, se choca
con la realidad de quien ya no debe temer quien es, porque tan solo respondes:
Si ¿Algún problema?... Y el rostro de aquel se llena de vergüenza.
En el cuerpo reside la homofobia y la transfobia
de maneras extrañas y silenciosas, te observan y vigilan así te conozcan por 4
años, siempre será un delito que te muestres accesible, no importa si es para
responder la pregunta de un estudiante; con gusto sus cuerpos te siguen para
ver qué haces, esperan, aguardan, después de todo no pueden verte como un buen
docente, solo te ven como el “pedófilo inventado”, ese del que con gusto muchos
nos acusan a pesar de ser generalmente heterosexuales los pedófilos, pero no
importa, si les preguntaras no te dirían que lo creen, pero en sus cuerpo ya se
instala esas creencias, por eso mejor
prefieres que las cámaras te vean y cuando sales caminando distraídamente,
ellos voltean sus rostros; tranquilos, allá cubiertos nadie los vio, nadie
evidenció su homofobia, su transfobia…
Rostros tensos, rostros que no ven personas,
rostros vigilantes, rostros que reclaman masculinidades heteronormativas, rostros
homofóbicos y transfobicos… de mi parte yo les entrego a Dios, he decido que me
resbalan, que de sus prisiones mentales no los voy a sacar yo, que esas
mentalidades que están más pegadas que la piel en sus cuerpos, que la vida
misma porque sobrevivirán a esos rostros, y por desgracia habitarán otras caras,
como esos demonios que tanto temen muchos cristianos… aun así le pido a Dios
que les libere, que no permita que esos rostros censuren el amor, el libre
desarrollo de la personalidad, que nos arrebaten la dignidad, que se
transformen o se unan a las voces del odio y a los dogmas e ideologías con que
nos persiguen, yo, les deseo lo mejor pero debo decirles que sus rostros los
delatan… Bendiciones a ustedes, yo no quiero que en mi siembren odio, yo quiero
sembrar paz.
Dios concédeme la paz frente a estos rostros,
amarte y amarme, y besar el rostro del amado, de la amada, de quien ame pues Tú
me lo has dado. Gloria a Dios.
Josue3475