DE AQUEL VERDE QUE ES CIUDAD
Azota el aire con sus alas, de viaje
Descansando en ese manto que agoniza
Y vuela, recordando sus vivencias
Allí donde reposa, tendido, su ropaje
Quedan plumas atadas al pasado
Que despiden a su cuerpo al 'caminar'
En la danza de una noria que fue ave
Del que marcha fue su escudo protector
Y éste sigue conquistando las alturas
Siente pena de aquel verde que es ciudad
Todos huyen, no se encuentra diferente
Suena música antes clara y hoy oscura…
Y cierra los ojos, ya no escucha nada
-“Que me atraviese el ojo del humano”;
Y rasga el aire el estruendo de sus manos
Esas que rompen y empapan la mirada
[Seguimos cargándonos el Planeta]
miércoles, marzo 26, 2008
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