Conformada entre los años 1924 y 1932, esta escuela de pensamiento continúa la línea crítica que ... more Conformada entre los años 1924 y 1932, esta escuela de pensamiento continúa la línea crítica que se inicia en Europa con la Ilustración y que caracteriza en definitiva al pensamiento europeo: la fuente del filosofar es más la incredulidad que el asombro. En el contexto del surgimiento del nazismo, representan la defensa de la razón a ultranza frente al avance del irracionalismo. Sus fuentes doctrinarias representadas por las teorías de Hegel, Marx y Freud establecen una perspectiva pesimista en relación con los fenómenos culturales que se asociaban en la primera parte del siglo XX a la masificación de las comunicaciones. Desde la publicación de La industria cultural (1947) el análisis de los fenómenos ideológicos en relación con la institucionalización económica y cultural de los medios es su principal objeto de estudio y, por consiguiente, los efectos de las industrias culturales sobre el público. El concepto de industria cultural que introdujeron Adorno y Horkheimer por primera vez en La dialéctica de Iluminismo reemplaza el concepto de " cultura de masas " (la elección del término tiene como finalidad evitar malentendidos en torno a su enfoque: su obra no implica una crítica a la cultura de masas entendida como cultura popular, es decir, la cultura surgida de las propias clases populares, sino para definir lo que hoy más genéricamente podemos denominar cultura mediática: la cultura producida y difundida por los medios masivos de comunicación). La noción de " industria cultural " da cuenta del proceso de " transformación cultural en su contrario ". La cultura concebida como mercancía (es decir, no se concibe y produce como un bien en sí mismo sino como valor de cambio) estandariza los gustos del público, les ofrece estereotipos y baja calidad, determina el consumo y elimina riesgos: como consecuencia de este dominio no declarado, el individuo es manipulado por los medios y termina por adherir de manera acrítica a los valores impuestos por el sistema imperante. Su análisis parte de la comprobación de la crisis de las instituciones que sostenían a la sociedad en la etapa preindustrial y la religión como factor unificador de las conciencias. En el siglo XX los medios masivos sustituyen como factor de uniformidad a los factores de poder que Marx, por ejemplo, definía como instrumentos de narcotización de la conciencia política. Siguiendo esta tesis, a la creciente sociedad de consumo le conviene más la cultura mediática que la religión, ya que el hedonismo que instaura es más rentable que el ascetismo de los sentidos propiciado por las religiones. Al retomar la
Conformada entre los años 1924 y 1932, esta escuela de pensamiento continúa la línea crítica que ... more Conformada entre los años 1924 y 1932, esta escuela de pensamiento continúa la línea crítica que se inicia en Europa con la Ilustración y que caracteriza en definitiva al pensamiento europeo: la fuente del filosofar es más la incredulidad que el asombro. En el contexto del surgimiento del nazismo, representan la defensa de la razón a ultranza frente al avance del irracionalismo. Sus fuentes doctrinarias representadas por las teorías de Hegel, Marx y Freud establecen una perspectiva pesimista en relación con los fenómenos culturales que se asociaban en la primera parte del siglo XX a la masificación de las comunicaciones. Desde la publicación de La industria cultural (1947) el análisis de los fenómenos ideológicos en relación con la institucionalización económica y cultural de los medios es su principal objeto de estudio y, por consiguiente, los efectos de las industrias culturales sobre el público. El concepto de industria cultural que introdujeron Adorno y Horkheimer por primera vez en La dialéctica de Iluminismo reemplaza el concepto de " cultura de masas " (la elección del término tiene como finalidad evitar malentendidos en torno a su enfoque: su obra no implica una crítica a la cultura de masas entendida como cultura popular, es decir, la cultura surgida de las propias clases populares, sino para definir lo que hoy más genéricamente podemos denominar cultura mediática: la cultura producida y difundida por los medios masivos de comunicación). La noción de " industria cultural " da cuenta del proceso de " transformación cultural en su contrario ". La cultura concebida como mercancía (es decir, no se concibe y produce como un bien en sí mismo sino como valor de cambio) estandariza los gustos del público, les ofrece estereotipos y baja calidad, determina el consumo y elimina riesgos: como consecuencia de este dominio no declarado, el individuo es manipulado por los medios y termina por adherir de manera acrítica a los valores impuestos por el sistema imperante. Su análisis parte de la comprobación de la crisis de las instituciones que sostenían a la sociedad en la etapa preindustrial y la religión como factor unificador de las conciencias. En el siglo XX los medios masivos sustituyen como factor de uniformidad a los factores de poder que Marx, por ejemplo, definía como instrumentos de narcotización de la conciencia política. Siguiendo esta tesis, a la creciente sociedad de consumo le conviene más la cultura mediática que la religión, ya que el hedonismo que instaura es más rentable que el ascetismo de los sentidos propiciado por las religiones. Al retomar la
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