“Todos los caminos conducen a
los Ramones”,
escuchado por ahí.
Yo conozco a los Ramones desde el 89, fue en una de sus venidas a España
cuando empezaron a llamarme la atención. Sin embargo, tengo la impresión de saber
del grupo a salto de mata. He escuchado mil veces sus canciones más conocidas
pero el resto de su discografía la tengo cogida con pinzas, apenas sé sobre sus
discos y conozco muy poco de la historia de la mítica banda. Para mí son el
grupo con un look de eterna elegancia punk que se puede lucir perfectamente en
cualquier década y que no dudo que se podrá llevar en el futuro tan ricamente. Los
que intentan racionalizarlo todo hablan de futurismo y minimalismo en su
planteamiento artístico. Yo sólo pienso en dejarme llevar cuando los escucho. Y
en ello he estado enfrascada durante unos días.
La culpable de este repaso discográfico es «Danny Says», una canción
mortal, triste como pocas. Según cuenta la historia, fue escrita por
Joey en el Hotel Tropicana de Los Angeles, al parecer inspirado por su entonces
novia, Linda Daniele. Ella le abandonó en 1982 por el guitarrista de la banda,
Johnny Ramone, hecho que inspiró nuevas canciones, todo tipo de rumores y fue
una de las causas (no la única), que enemistó para siempre a los dos compañeros
de banda. También se dice que, cuando preguntaban a Joey por su canción
favorita de cuantas había compuesto, «Danny Says» siempre era una de las
mencionadas. La canción y la mitología que la rodea me dan la idea de comenzar
una apasionante empresa, escuchar por orden toda la discografía del grupo.
Y así el 20 de febrero de 2019 comienzo mi propósito de ponerme al día
con la música de Ramones. En realidad había empezado la tarea escuchando entero
el “End of the century”, el disco de 1980 en el que aparece «Danny Says», el
tema que ha desencadenado esta deliciosa revisión. Se trata del disco de
Ramones producido por ese personaje inclasificable que es Phil Spector. Una
vuelta de tuerca al sonido de la banda con temas más producidos y más largos,
buscando ese éxito comercial que siempre les fue esquivo. Spector amaba al
grupo y Joey era admirador de Spector. El resto, algo menos. Un disco donde se
sacaron (o no) pistolas y que Dee Dee vivió a su manera en su realidad
paralela. En mi opinión Spector es un personaje capaz de lo mejor y de lo puto
peor, aunque es indudable que se trata de un personaje imprescindible en la
historia de la música de los últimos cincuenta años.
Por culpa del «Danny Says» me da por leer sobre Linda
Ramone y claro, sale a colación la maravillosa «The KKK Took My Baby Away», una
canción del “Pleasant Dreams” de 1981. A esas alturas me han entrado
muchas ganas de leer “Commando. Autobiografía de Johnny Ramone”. Busco en la biblioteca de mi barrio
pero no lo tienen. Me ofrecen prestármelo. Lo acepto encantada. Sin embargo,
aún no he llegado a ese disco, no adelanto acontecimientos.
Mi intención con este repaso es escribir
sobre lo que me vayan sugiriendo los discos, pasando de crítica especializada. Y así el 20 de febrero
comienzo también la escucha del primer disco de la banda, “Ramones”, publicado en abril de 1976. Un álbum que costó poco más
de 6.000 dólares y que se grabó en siete días. La foto de cubierta, que incluye
a los cuatro de pie apoyados en una pared de ladrillo mirando a la cámara con
rostros inexpresivos, influyó en otras portadas y fotos de la banda. Mención
aparte merece el conocidísimo logo diseñado por el mexicano Arturo
Vega y convertido en todo un icono de la cultura punk. Con canciones como «Blitzkrieg
Bop», composición de Tommy Ramone; «Beat on the Brat» o «I Wanna Be Your
Boyfriend», una de esos temas de amor que borda Joey. Destaco canciones de Dee
Dee, el otro gran compositor de la banda, como «Loudmouth», «Havana Affair» o «53rd
& 3rd», en la que hace referencia a un lugar muy conocido por la prostitución
masculina en Nueva York, la confluencia de la 3ra avenida con la 53, y donde
parece que él mismo se situó alguna vez para conseguir dinero para droga. Para
cerrar el disco, la estupenda «Today
Your Love, Tomorrow The World».
A estas alturas ya estoy decidida a escuchar completa y por orden toda
la discografía de los Ramones. Quiero volver a esa sensación de escuchar discos
enteros y por orden, como hacíamos antes. Así, el 21 de febrero completo el
segundo álbum, “Leave Home”, publicado
en 1977. Incluye catorce trallazos con clásicos indiscutibles como «Gimme Gimme
Shock Treatment», «Suzy Is a Headbanger», la maravillosa «Pinhead» (Gabba gabba
we accept you). Mi canción del disco es sin duda «Commando», una canción con
letra inenarrable, compuesta por Dee Dee y Johnny. Y la anécdota la protagoniza
«Carbona Not Glue», que tuvieron que quitar del disco por probable sugerencia
de la compañía Carbona, fabricante de un potente disolvente a quienes no
pareció hacerles mucha gracia su posible asociación con los colocones. La
portada incluye una foto en tonos azules de la banda situada en lo que aparece
una azotea, realizada por Moshe Brakha; el artwork corre a cargo de Arturo
Vega.
Otra cosa no sé, pero Ramones fueron tela de trabajadores. El 21 de
febrero empiezo también el tercer disco de la banda “Rocket to Russia”, sacado también en 1977 y uno de sus más
populares. De este disco me gusta especialmente «Cretin Hop». Incluye dos versiones maravillosas, «Surfin'
Bird» de The Trashmen y «Do You Wanna Dance?» de Bobby Freeman, con la que nos entran todas las
ganas de bailar “under the moonlight” con nuestro chico ramone preferido. Otras
canciones famosísimas de este disco son «Rockaway Beach» y «Sheena Is a Punk
Rocker», según Joey “la primera canción surf-punk-rock de rebelión adolescente”.
La portada es una foto en blanco y negro de la banda con el nombre en letras
rosas, apoyados sobre la pared de la puerta trasera del mítico y desaparecido
CBGB’S, situada en un pequeño callejón. El dibujo de la contra corrió a cargo
de John Holmstrom, editor e ilustrador de la revista “Punk”. En él vemos a un
punk vestido con una camiseta de Ramones y subido a un cohete que lleva el
escudo de la banda, lanzado entre los “United States y Russia”.
El 22 de febrero es un viernes de Ramones, en el que completo muy
ricamente el “Road to ruin”, cuarto
álbum en estudio de los Ramones, publicado en 1978. Con versiones maravillosas
como «Needles and Pins», en la que Joey demuestra lo bien que se le daba el rollo
tierno en palabras que le dedica Santa Suki en Twitter. También destaco clasicazos
como «I Wanna Be Sedated» y preciosidades como «Don't Come Close». Disco de inolvidable
portada diseñada por el editor de la revista Punk, John Holmstrom, en la que los
Ramones, dibujados, aparecen situados entre dos enormes altavoces y con los
rascacielos de Nueva York a sus espaldas. Es el primer disco con Marky a la
batería. José Luis Zapatero me comenta en Facebook que el “Road to ruin” fue el
primer vinilo que tuvo de Ramones, lo compró poco antes de ir a verlos en
directo por primera vez.
El 26 de febrero retomo mi propósito Ramones. Toca el “End of the century”, su quinto álbum
de estudio, producido por Phil Spector en 1980, un intento de Joey de alcanzar
éxito en esas listas de discos que tanto se les resistían. Johnny “se tragó su
orgullo” en busca de ese pelotazo que anheló toda su vida y transigió con
canciones más largas y con mayor producción, marca Spector. “Pocas veces llegaron a superar «Danny
Says»... aunque la Yihad Ramonera lo tenga en la lista de discos prohibidos, a
mí me parece una joya”, me dice Monje sobre el que fue su primer disco de
los Ramones.
A los temas ya mencionados anteriormente, del “End of the
century” también me gustan mucho «I'm Affected» con una espléndida línea de bajo en el inicio, y
«Chinese Rock», compuesta por Dee Dee y Richard Hell (ex Television y líder de
la banda de la primera ola del punk de EEUU, The Voidoids) y que hace
referencia a un tipo de heroína muy adictivo. Y por supuesto la versión de
«Baby, I Love You», una dulce canción de amor que da ganas de cantar y
bailar, ¡y la grabaron esos chicos con chupas!, me dice Santa Suki. Esta
canción ya la habían grabado en 1963 las Ronettes (grupo de Ronnie Spector, la
esposa del productor) y no estuvo exenta de polémica, ya que se contaba que,
excepto Joey, ninguno de los otros Ramones participó en su grabación. «I Can't
Make It on Time» y «This Ain't Havana» son otros de mis temas del disco con
colorida portada en la que aparece un plano medio de los cuatro Ramones. A
mí es un disco que me gustó mucho aunque quizás después de conocer toda la
intrahistoria pienso que tendría que haber sido una grabación para Joey y su
acercamiento a la música pop, rock and roll y soul más clásico. Una pena
porque fue un gran intento de los Ramones por hacer algo muy especial, me
comenta Emilio López Sith. Definitivamente es un álbum que no acaba de
convencer a algunos seguidores del grupo. En esa línea me comenta en Twitter
Joseph Mellor: “El primer álbum 'flojo' de Ramones. Claro que son opiniones.
Pero yo creo que la producción de Phil Spector les hizo más mal que bien. Buenas
canciones, mala producción y mal sonido”. Por el contrario, Aurora Camacho comenta que, aunque todos los
discos de Ramones la enamoran, Este es pelín especial... y me pone mucho. Y
con «Danny Says» hasta se me saltan
los lagrimones, y mira que estaré harta de escucharlos. Un disco para mí magnífico,
que casi cuarenta años después no ha perdido frescura ni encanto y en el que se
alternan canciones “más punk” con temas más pop, con influencias surferas.
Estoy siguiendo el orden de los álbumes de
estudio pero llegados a este punto Monje me avisa de que me he saltado el “It's Alive”, un disco “imprescindible para
entender por qué un concierto de los Ramones te dejaba con la lengua fuera.
Personalmente es mi directo favorito de ellos y uno de los mejores de cualquier
grupo que haya escuchado en mi vida...”, me dice. Así que me voy al primer
álbum en directo de la banda, publicado en 1979 a partir de un concierto
grabado en el Rainbow Theatre en Londres el 31 de diciembre de 1977. Recoge
temas de sus tres primeros discos: “Ramones”, “Leave Home” y “Rocket to Russia”,
con canciones que no llegan a tres minutos en ningún caso, sin apenas pausa
entre los temas, enlazados por el famoso “onetwothreefour” con el que Dee Dee
introducía las canciones. Un verdadero ataque sonoro que deja sin resuello al
escuchante. Muy brutal. Está considerado como uno de los mejores álbumes en
directo de la historia. Y con toda la razón.
Una vez completado el “It´s alive”, el martes 26 de febrero comienzo
el “Pleasant Dreams”. Sexto álbum de
la banda, lanzado en 1981, es el primer disco donde en la portada no aparece
una imagen del grupo, sustituida por la sombra de un hombre con sombrero y
gabán sobre el que se proyecta un haz de luz, con el nombre de la banda a dos
colores, amarillo y rojo. La cubierta fue diseñada por Guy Juke. Se trata de otro
disco donde se combina el punk con el pop, lo que disgustó a algunos seguidores
que lo encontraron “menos rápido” que los primeros discos de la banda, en un
nuevo intento de ser más comerciales. Otro que no quedó muy conforme con la
producción del disco, a cargo de Graham Gouldman, fue Johnny, quien cuenta que
el productor preguntó qué era aquello que zumbaba. “Era mi guitarra, como
sonaba siempre. Me dijo que la ajustara y ya supe que las cosas no iban a salir
bien”.
“Pleasant Dreams” es el primer disco que no lleva ninguna versión y
todas las composiciones van firmadas por Joey o por Dee Dee, ya no se indica el
nombre de la banda al completo como compositores. Es el disco en el que se
completa la ruptura personal y musical entre Joey y Johnny, una relación que
jamás se volverá a recomponer. «We Want the Airwaves», «Don't Go», una de esas maravillosas canciones
de desamor de Joey, «All Quiet On The Eastern Front», que haría moverse hasta a
un ninot, «This Business Is Killing Me» o «You Sound Like You're Sick»
ohohohhh. Y por supuesto «The KKK Took My Baby Away», una canción redonda;
una lectura rápida convierte al conservador Johnny en el KKK del título, aunque
otras versiones hablan de una novia negra que tuvo Joey en su juventud y de la
que le separaron a la fuerza. Más allá del morbo, una canción inolvidable. Iban Gorriti, me comenta que el
“Pleasant Dreams” es su disco favorito de los Ramones. De hecho, tocábamos
«Don´Go».
El 27 de febrero voy con el “Subterranean Jungle”, séptimo disco de
la banda. Un disco no muy valorado por crítica y seguidores. Publicado en 1983,
pasaban por momentos delicados, con la relación de Joey y Johnny ya rota para
siempre y Dee Dee y Marky sumidos en graves problemas de adicciones. Marky fue
expulsado de la banda durante la grabación, ocupando su lugar Richie Ramone. Un
disco que incluye mayoría de canciones de Dee Dee y tres versiones, comienza
con una muy del gusto de Joey, «Little Bit O' Soul». Destaco «Psycho Therapy», uno
de sus clásicos, compuesto por Dee Dee y Johnny, y «Outsider» de Dee Dee.
Portada dentro de un vagón de metro cubierto de graffitti para un disco que no
me ha dejado mucha huella.
Y ese mismo día comienzo la escucha de “Too Tough to Die”, octavo disco de
Ramones del que se dice que es el más claramente hardcore punk. Lanzado en
1984, la portada corrió a cargo del fotógrafo George Dubose, y en ella aparecen
los cuatro Ramones cubiertos por una helada luz azul. De este disco conozco «Mama's
Boy» y destaco «Wart Hog», un tema muy potente cantado por Dee Dee, una canción
para la que al parecer la compañía discográfica no permitió que se imprimieran
las letras por considerarlas ofensivas. Me encuentro con la agradable sorpresa
del «Howling At The Moon (Sha- La- La)», una canción que escuché un montón en
mi juventud y cuyo video grabé de la tele, con los Ramones metidos en una caja
de madera situada sobre un camión; destaco además el gran trabajo de guitarra
de Johnny en «Planet Earth 1988», una canción de Dee Dee. También aparece en
este álbum el instrumental «Durango 95» que, si no me equivoco, es el primero
que me encuentro en este repaso. A estas alturas el empeño se me está haciendo
algo más pesado. Atravieso unos discos que me gustan menos que los primeros y
de los que no conozco apenas canciones.
Pero como no me gusta dejar las cosas a
medias, sigo adelante. Y así el 28 de febrero acometo la escucha del “Animal Boy”, noveno álbum del grupo,
lanzado en 1986. Portada naranja con fotos del grupo entre rejas y rodeados de
monos, con las letras de su nombre en azul turquesa. Reconozco «Somebody Put
Something in My Drink», escrita por el que entonces era batería del grupo
Richie Ramone. Destaco
también entre los temas de este disco «Love Kills», compuesta y cantada por Dee Dee
Ramone y dedicada a su amigo Sid Vicious, bajista de Sex Pistols, fallecido en Nueva
York en 1979. Se trata de un disco “menos melódico”, con
vuelta a las canciones crudas y rápidas, más punk, que caracterizaron su
primera etapa. Y sin olvidar la estupenda «Bonzo Goes To Bitburg (My Brain Is Hanging Upside Down)», escrita por Dee Dee como reacción a la visita del presidente norteamericano Ronald Reagan a un cementerio militar nazi en Bitburgo, en Alemania Occidental. La escucha del disco se me ha hecho bastante grata.
Retomo mi escucha de la discografía de
Ramones el lunes 4 de marzo con “Halfway
to Sanity”, décimo álbum de la banda, lanzado en 1987. Un disco que no tuvo
las ventas esperadas y no fue muy valorado por la crítica. Se trata de un álbum
en el que se abandonó definitivamente el sonido pop que aparecía en varias
canciones de álbumes anteriores y se apostó por un sonido más duro y oscuro. Me
han gustado mucho «I Wanna Live», un tema de Dee Dee, «Bop 'Til You Drop» compuesta
por Dee Dee y Johnny, «I Lost My Mind», un desquiciado tema de Dee Dee cantado
por él, o «Garden of Serenity», un enorme tema compuesto también por Dee Dee. La
diversión se queda para la pegadiza «Go Lil' Camaro Go» de Joey, con coros de
la maravillosa Debbie Harry. Lo cierto es que he encontrado en la red numerosos
comentarios de fans a los que este disco les gusta, y mucho. “Un plástico estupendo e
infravalorado”, leo.
Como curiosidad, se trata del último álbum en
el que participó el batería Richie Ramone, que además escribió dos canciones
del disco. Richie estuvo en la banda de 1983 a 1987. Según cuenta George
Dubose, uno de los fotógrafos oficiales de los Ramones, Richie dejó la banda
cuando los otros se negaron a compartir con él “el 25% de las ventas por ser un una cuarta parte de la
banda”. Su abandono se produjo cuando iban a comenzar la gira y fue
sustituido por Clem Burke, batería de Blondie. Adoptó el nombre de Elvis
Ramone, pero apenas aguantó dos conciertos porque su estilo no se adaptaba al del
resto. Como un “desastre” calificó Johnny la experiencia. El grupo aparece en
la portada frente a lo que parece la entrada de un garito.
Y el 5 de marzo comienzo el undécimo disco
de Ramones, por el que los conocí, el estupendo “Brain Drain” publicado en mayo de 1989. Por aquellos días la banda
venía a tocar de nuevo en directo a España y a base de videos, reportajes y
noticias en periódicos, revistas y suplementos el grupo me empezó a llamar la
atención. Vamos con un disco clave por muchos motivos: es el último donde
participa Dee Dee, supuso el regreso de Marky al grupo y es el último álbum que
lanzan con Sire Records. La portada es un trabajo del ilustrador Matt Mahurin,
con un dibujo en tonos marrones de un ser desesperado al que le estalla la
cabeza. Durante la grabación al ambiente fue aún peor de lo habitual, siendo
despedido Dee Dee incluso antes de finalizar el disco.
Mis dos temas preferidos de entonces son
los más conocidos, «I Believe in Miracles» y «Pet Sematary», los dos compuestos
por Dee Dee. Descubro en esta escucha «Zero Zero UFO», con batería a máxima
potencia, «Don't Bust My Chops», pegadizo tema de Dee Dee, «Palisades Park» que
fue la versión incluida en este disco, o «Come Back, Baby», una de esas
deliciosas y pegadizas canciones de Joey.
El 5 de marzo comienzo además la escucha
del decimosegundo álbum de estudio de la banda, “Mondo Bizarro”, publicado en 1992, disco del que de antemano no me
sonaba ninguna canción. En este disco entró como bajista de la banda el joven
C.J. Ramone para reemplazar a Dee Dee, que empezó una poco exitosa carrera en
el rap bajo el nombre de Dee Dee King. “Mondo Bizarro” devolvió a la banda al
punk enérgico de sus inicios. Portada de nuevo diseñada por George DuBose, con
foto distorsionada de la banda sobre un fondo rojo brillante y letras en rosa y
amarillo. C.J. me resulta una sorpresa, Ponerse los zapatos de Dee Dee es
complicado, pero C.J. está sobresaliente cum laude... además tiene un par de
discos en solitario muy dignos (y un gran directo...), me comenta Monje.
Dee Dee, a pesar de estar fuera de la banda,
escribió tres temas «Poison Heart», «Main Man», y «Strength To Endure». Cedió
los derechos de autor de las canciones como pago a la banda por sacarle de la
cárcel. Como curiosidad, «Poison Heart» salió como single apareciendo en los
créditos en la película “Cementerio de animales 2” de Stephen King. De las
canciones compuestas por Joey destaco «I Won't Let It Happen», uno de sus
bonitos medios tiempos, que me recuerda a los Beatles, y «Censorshit», una
canción sobre la censura a álbumes de rock y rap; Joey se la dedicó a la ex
senadora Tipper Gore, esposa del político demócrata Al Gore y co-fundadora el
Parents Music Resource Cent, lo que le valió las críticas de músicos como
Zappa, Jello Biafra o nuestro Joey. En este disco los Ramones se marcan una versión
superchula de «Take It as It Comes» de los Doors, con Joe McGinty de Psychedelic
Furs a los teclados y con Joey haciendo un gran trabajo vocal. En el disco
interviene con un solo de guitarra en «Cabbies on Crack» Vernon Reid (Living
Colour), una banda que pegaba muchísimo en aquellos días, ¿os acordáis de aquel
«Cult Of Personality» de 1988? Y como curiosidad aparecería como bonus track en
la versión en CD una versión del tema central de la serie de dibujos animados
de Spiderman. Grabaron la canción a sugerencia de C.J. El disco se cierra con «Touring»,
uno de esos trallazos de punk surf de Joey, que recuerda a otros éxitos de los
Ramones. Un disco que me ha sorprendido y me ha gustado especialmente. Es un
álbum que también ha recibido elogios de quienes me han comentado en las redes.
Como McHolvix, De los 90 tempranos... Yo tuve el casette. ¡Muy bueno! ¡Es la
vuelta a los inicios!, afirma. Fernando Ballesteros me dice que es El
primero que viví a tiempo real y el que sirvió para verles en directo...mucho
cariño a ese disco. @sanfreebird72 cuenta que Con ese disco pude
saludarles uno a uno en la desparecida Virgin Megastore de Barna. Recuerdo la
mano rugosa de Joey Ramone... parecía un muñeco de cera todo él... quedé muy
impresionado. Parecían sacados de una peli de serie B. Me llevaré ese recuerdo
a la tumba.
Me voy acercando al final de esta aventura.
El 7 de marzo comienzo la escucha del “Acid
Eaters”, decimotercero y penúltimo álbum de estudio de Ramones, lanzado en
1994. Como he ido apreciando en este recorrido, los Ramones fueron una banda
que solían incluir canciones de otros grupos en sus discos, consiguiendo
versiones realmente brillantes, algunas incluso mejores que los temas
originales. Así que era natural sacar un disco compuesto enteramente de covers
de sus bandas favoritas, de las que más influenciaron su música. Ha sido un
verdadero placer escuchar este delicioso disco, con portada “ácida” de Mique
Willmott, al estilo de aquellas portadas y carteles psicodélicos, pasada por el
tamiz punk ramonero. Willmott también ha realizado portadas para Black Crowes,
Faster Pussycat o Skid Row. Lazy Stardust me dice en Twitter que lo tiene en
cinta original, ¡Y es una maravilla! ¡Lo habré oído cientos de veces! ¡De
los mejores discos de covers! No lo hubiera imaginado de Los Ramones.
El ramillete de versiones es de lujo. Así
podemos escuchar «Journey to the Center of the Mind» magnífica versión de un
grupo de juventud de Ted Nugent, cantada por el gran C.J.; una energética
versión de «Substitute» con el mismísimo Pete Townshend a los coros; me vuelve
loca la versión de «Out of Time» de los Rolling Stones, qué bonita; otra muy
preferida, «Somebody to Love» de mis adorados Jefferson Airplane, el «Have You
Ever Seen the Rain?» de la Creedence Clearwater Revival y las surferas «Surf
City de Jan and Dean más «Surfin' Safari» de The Beach Boys, incluida como
bonus track en el CD; también aparecen versiones de The Animals, Love, The
Troggs o incluso Bob Dylan. mec ⚡, de
Twitter se declara fan del disco, Que nadie me linche peerooo... los
dos álbumes que más disfruto de la discografía de Ramones son: Mondo Bizarro y
Acid Eaters.
Y entre el 7 y el 8 de marzo completo la
escucha de “¡Adiós Amigos!”,
decimocuarto y último álbum de estudio de la banda, publicado en 1995 y
considerado uno de los mejores discos de su carrera. Ciertamente es magnífico y
yo no acabo de entender por qué rompieron en un momento de forma tan bueno, y
con el aire fresco que supuso para la banda la incorporación de C.J. A las
voces se vuelven a alternar Joey y C.J., que compuso dos de las canciones.
También aparecen temas compuestos por Dee Dee quien, como curiosidad, aparece
cantando una estrofa en alemán a través de un teléfono en «Born to Die in
Berlin».
“¡Adiós Amigos!” continúa la senda
energética recuperada con “Mondo Bizarro”, en especial en las canciones que
canta C.J. Destaco «I Don't Want to Grow Up», versión de un tema de Tom Waits,
para la que se hizo un video que mezcla al grupo con imágenes y fondos
animados; el magnífico tema de Dee Dee cantado por C.J. «Makin Monsters for My
Friends»; «Cretin Family», de nuevo un potente tema de Dee Dee interpretado por
C.J. La portada del álbum corrió a cargo del artista multidisciplinar Marcos
Kostabi; se trata de una recreación de una pintura suya llamada Enasaurs. En la
contra los Ramones aparecen maniatados frente a un pelotón de fusilamiento.
Llegado el final de esta aventura me
apetece resumir algunas anécdotas que me han ido contando durante el recorrido.
Adolfo Ballesteros me cuenta que la vendedora de una tienda de discos le
preguntó cuando entró a comprar el “Road to ruin”, si los Ramones “eran
españoles o extranjeros”. Fernando Íñiguez me cuenta que vio el mítico
concierto de los Ramones en septiembre de 1980 en Vista Alegre, con Nacha Pop
como teloneros. Fernando consiguió las entradas por haber estado pegando
durante semanas los bonitos y vistosos carteles del concierto. Había
dos tamaños. Uno normal, y uno grandote de dos piezas que había que empalmar.
No pegamos todos los que nos encargaron, y el último día el sobrante lo tiramos
por las alcantarilla y al Manzanares, hoy sé que valdrían millones. Eran
preciosos, rememora. También recuerda la canción de Pistones “Yo jamás te
hubiera conocido, Si no llega a ser por los Ramones”, basada en una anécdota
eral que le sucedió al cantante de la banda, Ricardo Chirinos. Otro concierto
bastante señalado fue el que Ramones ofrecieron en el Palacio de los Deportes
de Riazor en noviembre de 1981, teloneados por unos jovencísimos Los Suaves,
del que me habla megustamiolor. Más conciertos inolvidables, Fernando
Ballesteros y Miguel Ángel Heras recuerdan una actuación de Ramones en la Sala Canciller en marzo de 1993. Rapdelrape me recuerda en Twitter que los Ramones fueron
teloneros en Madrid de U2 en mayo de 1993 en el Vicente Calderón durante la
gira Zoo TV. Recuerda muy bien que el pitido de oídos duró días. Ambas bandas no me pegan nada juntas, cosas de los promotores. Rapdelrape me descubre
también el museo dedicado a los Ramones en Berlín El único museo dedicado a
Los Ramones en el mundo. La entrada cuesta tomarte una cerveza, explica.
Hay más gente que hace estos ejercicios
de escuchar discografías enteras de principio a fin, casi siempre en orden
cronológico, como Rockologia o Tikiboy. Aunque la modernidad del streaming
nos ha quitado muchas cosas, al mismo tiempo nos proporcionan la oportunidad
de hacer ejercicios como esos de un modo muy sencillo. Marcos me dice que Es
la única manera de sumergirse en una banda y no quedarse en la superficie con
algunos “hits”. Leo Kiron me propone que cambie de ciudad De New York a
Detroit; la discografía completa de Iggy Pop & The Stooges e Iggy en solitario.
Marino Masazucra me habla de una gira de Ramones por Europa que se
suspendió un año antes de su separación y con alguna extraña conexión con Tomelloso, que no acabamos de ubicar. Mi camino por la senda de Ramones también ha servido
para que Jesús Carnerero haya vuelto a escuchar a la banda. Jonás Muz me
recomienda leer el "Por favor, mátame" para situar la escena del
NY underground; es un libro que me regalaron recientemente y que debo releer ahora que he
profundizado en la carrera del grupo.
El repaso a la carrera de los Ramones ha resultado de lo más grato,
pudiendo apreciar la evolución de la banda, desde el sonido crudo de los
primeros discos, a la elaboración de los últimos álbumes. He contado además con
bastante participación y opinión en redes. También me ha servido para corregir mi
percepción, errónea, de que los Ramones tocaban mal y puedo responder a los que
afirman eso tan manido de que tocaban siempre la misma canción, Eso es un
tópico qué escuché siempre y ¡me resulta tan injusto! ¡Anda que no tiene mérito
su capacidad para crear esos batidos de punk y pop perfecto!, afirma Lazy
Stardust. He aprendido que Dee Dee fue quien compuso más canciones; escribía
sobre todo acerca de movidas con drogas, problemas mentales, delirios
militares, historias de los chicos de la calle que no piensan demasiado en el
amor. He descubierto la importancia del productor Daniel Rey en la carrera de
Ramones, como coautor de muchos éxitos de la banda, normalmente junto con Dee
Dee. Y he ahondado en la personalidad musical de cada uno de los miembros de la
banda. Joey con sus preferencias de pop, surf y grupos vocales de chicas y su
conmovedora y melancólica forma de cantar los temas de amor; Johnny, de ideas
ultraconservadoras, mucho mejor guitarrista de lo que yo pensaba, con
poca facilidad para componer pero mucha para organizar y para manejar las
cuentas del grupo; Dee Dee, una explosión creativa en medio del caos
autodestructivo que fue su vida; los diferentes baterías: Tommy, Marky, Richie
y el fugaz Elvis; o la última incorporación, el gran C.J., “little Ramone”, jovencísimo
fan de la banda cuando se unió a ellos y que cumplió su cometido con mucho más
que brillantez.
En definitiva he quedado muy satisfecha con la chula experiencia de escuchar
la discografía entera de Ramones, disco por disco, canción a canción, como
hacíamos antes de que el mundo se volviera irremediablemente digital. Que viva
esa “happy” y disfuncional familia. Y, para llevar la contraria a TRANCE, "Ya tengo derecho a llevar una camiseta de Ramones".