(Bogotá, 1964) Se licenció en Letras en Bogotá y se graduó en Literatura hispanoamericana en la Fundación José Ortega y Gasset Toledo. Es autor de 17 novelas y ensayos entre las que se destacan Satanás (Seix Barral, 2002), galardonada con el Premio Biblioteca Breve; La travesía del vidente, Premio Nacional de Literatura del Instituto Distrital de Cultura Turismo de Bogotá en 1995; Diario del fin del mundo (2018); El libro de las revelaciones y La importancia de morir a tiempo. Acaba de terminar la saga juvenil El mensajero de Agartha, que incluye otros diez títulos. Es colaborador habitual de diversos diarios y revistas.
jueves, 28 de febrero de 2019
martes, 26 de febrero de 2019
sábado, 23 de febrero de 2019
Conspiradores
Las viejas costumbres son muy difíciles de cambiar, dice el
de rostro abotagado y lustroso de sudor que deja escapar un ruidoso bostezo. En
donde nos educaron a usted y a mí, se forjó la cultura del país. Es cierto,
apuntó el otro, es por es0 que el rey nos hace sentir como los más
insignificantes seres del reino, concluyó mientras le lustra las botas.©Guillermo
A. Castillo.
viernes, 15 de febrero de 2019
Uno de mi calle me ha dicho, 2a edición
Ante el clamor de mi gran público: amigos, colegas, familiares y vecinos de hacerles llegar personalmente mi libro Uno de mi calle me ha dicho, tomamos la decisión de hacer una segunda edición.
Por lo anterior, hoy les adelanto la caratula del que próximamente irá a todas las manos interesadas, gracias a la acogida que me ha dado el poeta Hernán Vargascarreño de Ediciones Exilio en Bogotá.
A todos ellos, muchas gracias por las expectativas e impresiones manifestadas.
viernes, 8 de febrero de 2019
Biografía imaginada
El gimnosofista Harleyb, durante una noche de
insomnio, y no teniendo qué hacer, imaginó la vida de un personaje al que llamó
Williamson por su vida dedicada al estudio de la genealogía vikinga. Escribió acerca de
su nacimiento en Borlänge, su infancia y adolescencia en el condado de
Dalecarlia, en la Suecia central. Escribió sobre su fracaso escolar motivado
por el ansia precoz de estar junto a su novia todo el tiempo, de su trabajo sin paga alguna en
oficios varios. Con lujo de detalles mecanografió esa larga noche. No omitió su
segunda “pelea” callejera al salir del colegio, pelea que Williamson nunca
olvidaría gracias a que nunca supo por qué su compañero, sin más ni más, lo
instó hacerlo y él tan solo se quedó paralizado por el miedo causado por los dos primeros
puñetazos que recibió. Describió su nuevo puesto como botones en un motel en las
afueras del área urbana; y sobre su enlace con una de las más solicitadas hijas
del administrador del hotel de alegres luces rojas, que le proporcionó un
desahogo económico gracias al cual pudo hacer realidad su sueño infantil de
viajar desde allí hasta donde pocos se aventuran: al desierto
sahariano, la derretida antártica, la selva amazónica, los legendarios desiertos en las
antípodas y las alta cumbre de Nepal. En el Techo del mundo, encontró una
muerte gloriosa al despeñarse cientos de metros en un intento de ayudar a un
alpinista con quien se hundió entre los sonidos del silencio y la enceguecedora luz
de una verdad que allí nunca estuvo como le aseguraron en muchas agencias de
viajes. Fue encontrado por uno de los sherpas de las montañas nepalesas, quien
lo inhumó en el cementerio de su aldea y puso una fría lápida que decía: “Aquí yace
el hombre que nunca lo paralizó el miedo”.
El gimnosofista escribió su “Vida del errante
Williamson” en aquella única noche y la publicó en las redes sociales que
apenas conocía. El escribano cobró cierto éxito de la crítica especializada y, por
supuesto, en ventas. Tiempo después, durante otra de sus noches de insomnio,
recibió una visita sorprendente: un desconocido que dijo llamarse Williamson, que
al verlo se paralizó al encontrarlo a esa hora en su villa, y le preguntó acerca de las fuentes
de su libro. Harleyb solo atinó a responderle que todo el texto era fruto de su
imaginación nocturna y que siendo él su personaje, no le debía nada. El visitante
respondió que todo el compendio era su biografía exacta y que en aquel momento
se encontraba inmerso en la preparación de una expedición a la Hindú
Kush-Himalaya (HKH). Que estando en los preparativos había leído el libro de un gimnosofista único de su clase y que se encontraba turbado. Esa fue la única vez que se vieron los
dos hombres porque el escalador falleció en aquella montaña intentando ayudar a
un gimnosofista que había fracasado en su intento de ser un auténtico escalador.
Harleyb sigue padeciendo insomnio y sigue creando semblanzas imaginarias pero ya no las escribe, me contrató a mí
como su escribiente en ciernes.©Guillermo A. Castillo
viernes, 1 de febrero de 2019
HAYKUS bajo el bonsai
Tirita
el calor,
el
viento solo sopla
sueltas
cenizas.
Vuelan
palomas,
atronador
silencio,
hojas
en blanco.
Apasionada
dijo:
te amaré siempre;
duele
el olvido.
Sobre
su pecho
llegan
vicisitudes,
la
sueño menos.
早く
Sus
manos la atraen,
repique
del temporal
sobre
su cuerpo.
©Guillermo A. Castillo
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