Eladia Montesino-Espartero Averly
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El termómetro marca bajo cero
El termómetro marca bajo cero
y el aire de la Sierra sopla helado,
Madrid sufre su aliento congelado,
y al Guadarrama increpa: “¡Traicionero¡”.
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A mamá, el frío le acobarda fiero,
y su bata de invierno ha descolgado,
sus mullidas chancletas se ha calzado,
y un vaso de coñac se bebió entero…
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¿Un vaso de coñac? ¡Mamá, cuidado¡
No sea que, si quieres calentarte,
sin querer…te calientes demasiado.
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Mamá es joven, rubia y primorosa;
se da a los suyos con amor sin tasa,
resuelve los conflictos de su casa,
con una mano suave y poderosa.
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Tiene unos sueños de color de rosa
y en el amor de su deber se abrasa,
pero el frío la encoge y la traspasa
y la pone del todo temblorosa.
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Ha encendido la estufa presurosa,
Ha encendido la estufa presurosa,
tiembla de frío, mas, por ver si pasa,
escancia otro vasito…y a otra cosa.
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¡No entra en calor, se siente acobardada¡
¡No entra en calor, se siente acobardada¡
Un rayito de sol de Primavera
a través del cristal, sentir quisiera,
hoy empañado por la triste helada.
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Se abre la puerta e irrumpen en bandada
Se abre la puerta e irrumpen en bandada
todos los hijos que el Señor la diera;
alegre turbamulta vocinglera
por la que presto se encontró sitiada.
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Y… ¡oh prodigio feliz! ¡quién lo dijera!
Y… ¡oh prodigio feliz! ¡quién lo dijera!
al calor de los besos de sus hijos,
¡mamá creyó que estaba en Primavera!
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Eladia M-E.A.
(mi madre
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