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Puente de cuerda inca

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Puente de cuerda inca

Puente Queshuachaca en Perú, el cual es renovado el primer domingo de junio de cada año
Ubicación
País Bandera de Perú Perú
Características
Tipo Puente colgante simple
Material Cuerda
Tráfico soportado Peatonal
Mantenido por Se restaura anualmente
Peaje Ninguno

Patrimonio cultural inmaterial de la Unesco
Tipo Cultural inmaterial
Identificación 00594
Región América Latina y el Caribe
Inscripción 2013 (VIII sesión)

Los puentes de cuerda incas son un tipo de puente de suspensión simple que fueron construidos por el Imperio inca con la finalidad de cruzar cañones, quebradas y ríos (pongos). Fueron denominados «de maroma» o «de hamaca» por los españoles y simppachaca (del quechua cimpa o cimpaska, cuerda, y chaca, puente) por los incas.[1]

Eran una parte integral de la red vial del Tahuantinsuyo y son un buen ejemplo del nivel de desarrollo de la ingeniería inca.[2]​ Se los construía para salvar distancias de hasta 50 o 60 m, fueron los puentes más largos que construyeron.[3]​ Los puentes de este tipo eran útiles debido a que los incas no usaban transporte sobre ruedas -el tráfico se limitaba a peatones y ganado- y eran frecuentemente utilizados por corredores chasqui que entregaban mensajes por todo el imperio.[4]

El estudio su arquitectura por parte de los ingenieros europeos durante el siglo XVIII fue importante para el desarrollo de los puentes colgantes modernos.[5]

Construcción y mantenimiento

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Los puentes se construían tejiendo fibras vegetales, siendo la más utilizada la raíz de maguey (Agave americana).[1]​ También utilizaban un arbusto que llamaban chilca (presumiblemente Baccharis fevillei) y un tipo de Ficus no identificado que denominaban chilina. Del lloque (Kageneckia lanceolata) extraían varillas.[6]​ La sujeción la realizaban sobre troncos de Schinus molle.[1]

Un método de construcción consiste en trenzar unas cuerdas delgadas y débiles a partir un tipo de hierba denominada ichu (Stipa ichu). Con treinta de dichas cuerdas se forma una soga, la cual es mucho más resistente. Con dos sogas entrelazadas se realiza la barandilla y con varias unidas se forma el suelo. La tarea se divide entre hombres y mujeres, y el puente completo debe restaurarse una vez al año.[7]​ Dicha tarea recaía en los aldeanos locales como parte la mita.[8]

Historia

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Según la tradición, el puente construido sobre el río Apurímac, cuya construcción fue ordenada por el inca Mayta Cápac (1290-1320), fue el primero de este tipo.[6][9]​ La construcción de dichos puentes fue fundamental en las campañas de expansión del imperio y, usualmente, ambas acciones estaban íntimamente ligadas.[10]​ En su época de máxima expansión, llegó a haber unos 200 puentes, entre todos sus tipos, a lo largo de los 23 000 km de caminos construidos a través de los Andes.[3]

Durante la conquista del Perú, estos puentes fueron importantes para el movimiento de tropas hacia Cuzco. Hernando Pizarro tuvo que dejar 300 hombres apostados en la defensa de uno de ellos para evitar que fuera quemado por los incas.[11]

Con el tiempo, los españoles notaron que los puentes colgantes tradicionales no siempre resistían el paso de mulas, caballos o incluso llamas, lo que obligaba a vadear los ríos y cañones con el correspondiente riesgo que esto suponía. Es por ello que, a lo largo del siglo XVII comenzaron a reemplazarlos. Al principio utilizaron puentes de arco, ya sea de madera o de piedra, pero las inundaciones derribaban los primeros y los terremotos los segundos.[12]

Entre los años 60 y 70 del siglo XX, los pobladores locales abandonaron por completo la continua restauración de los puentes que aun persistían, con la excepción del puente Queshuachaca. Y, aunque este prácticamente no se utiliza, debido a la construcción de un puente más estable justo a su lado, la continua restauración se mantiene debido principalmente a la tradición y a la creencia de que el no hacerlo enfadaría a la pachamama.[13]​ En 2013, la técnica de construcción del puente Queshuachaca fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.[3][14]

Véase también

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Referencias

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  1. a b c von Humboldt, Alexander (2006). Yudilevich Levy, David, ed. Mi viaje por el camino del Inca (1801-1802): Quito, Cuenca, Cajamarca, Trujillo, Lima (segunda edición). Santiago de Chile, Chile: Editorial Universitaria. p. 99. ISBN 9789561118423. OCLC 429696412. 
  2. Dillehay, Tom D.; Netherly, Patricia (1998). La frontera del Estado inca (segunda edición). Quito, Ecuador: Editorial Abya Yala. p. 153. ISBN 9789978049778. OCLC 1035328543. 
  3. a b c «Puentes incas en el Camino del Inca». caminoincamachupicchu.org. 31 de diciembre de 2019. Consultado el 21 de diciembre de 2020. 
  4. Brown, Dale (1992). Incas: Lords of Gold and Glory (en inglés). Nueva York, Estodos Unidos: Time-Life Books. p. 98. ISBN 9780809498703. OCLC 59647221. (requiere registro). 
  5. Ackermann (1836). El instructor. vol. 3. Universidad de Princeton. p. 51. 
  6. a b Regal Matienzo, Alberto (1972). Los puentes del antiguo Perú. Lima, Perú: Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú. pp. 143-145. OCLC 745606. 
  7. Nussbaum, Ben (2020). Puentes hechos de pasto. Huntington Beach, California, Estados Unidos: Teacher Created Materials. pp. 10-12. ISBN 9780743926980. OCLC 1119079259. 
  8. Schjellerup, Inge R. (2005). Incas y españoles en la conquista de los chachapoya. Fondo Editorial PUCP. p. 186. ISBN 9789972427282. OCLC 7380708910. 
  9. Pomposo Fernández de San Salvador, Agustín (1821). Cartas americanas dirigidas por el Conde Gian-Rinaldo Carli á su sobrino desde el año de 1777 al de 1779. Ciudad de México, México. p. 75. OCLC 504478577. 
  10. Rivarola, José Luis (2002). Comentarios reales de los incas: Estudio de José Luis Rivarola. Madrid, España: Ediciones de Cultura Hispánica. p. 34. ISBN 9788472328914. OCLC 496557896. 
  11. Fernández de Navarrete, Martín (1844). Colección de documentos inéditos para la historia de España. vol. 5. Madrid, España: La viuda de Calero. p. 331. OCLC 702693785. 
  12. Slicher van Bath, Bernard H. (2010). Hispanoamérica en torno al 1600 (Carlos Lechner, trad.). Alicante, España: Universidad de Alicante. p. 148. ISBN 9788497170598. OCLC 1055445274. 
  13. «El último puente inca se esconde en los Andes de Perú». National Geographic España. 3 de septiembre de 2018. Consultado el 21 de diciembre de 2020. 
  14. UNESCO (2013). «Conocimientos, técnicas y rituales vinculados a la renovación anual del puente Q’eswachaka». Consultado el 21 de diciembre de 2020.