Foederati
Con la palabra latina foederatus (plural foederati) se denominaba en los primeros tiempos de la historia de la antigua República romana a cualquier tribu que, habiendo suscrito un tratado (foedus), no era considerada colonia romana ni se le había concedido la ciudadanía romana, pero de la que se esperaba que proporcionara un contingente de soldados cuando Roma lo necesitara. Se consideraba a los latini aliados de sangre de los romanos, pero el resto eran federados o socii. Procede pues de la palabra latina foedus, que designa a un tratado solemne y vinculante de asistencia mutua a perpetuidad entre Roma y otra nación. A su vez, la palabra ha pasado a las lenguas romances actuales, en las voces federación y sus derivados, como por ejemplo federalismo. == República ==ciudadanía condujeron a una guerra social entre los romanos, con pocos aliados cercanos, y estos socii desafectos. Una ley el año [[90 a. C.|90 a. C.]lia) ofreció la ciudadanía romana a los estados federados que aceptaran las condiciones. No todas las ciudadesmplo, Heraclea y Nápoles) estaban preparadas para incorporarse a la res publica romana en calidad de cera de la península itálica existían otros muchos foederati, como Gades, Ebusus y [[Massalia]
Imperio
Posteriormente, ya en la plenitud del Imperio romano, a partir del siglo III, el término foederati se extendió por la costumbre romana de subvencionar a s bárbaras -que incluían a los attacotti, francos, vándalos, alanos, y los más conocidos, los visigodos- a cambio de que proporcionasen soldados para luchar en el ejército romano. Así, por ejemplo, Alarico I empezó su carrera liderando una banda de foederati godos.
Al principio, el subsidio romano se concedía en forma de dinero o de alimentos, pero cuando los ingresos por impuestos disminuyeron en los siglos IV y V, los foederati de los pueblos germánicos fueron emplazados en haciendas locales, lo que acabó siendo lo mismo que establecerse en territorio romano. Con el tiempo, los grandes terratenientes locales que vivían en provincias fronterizas distantes (marcas), en villae extensas y prácticamente autosuficientes, vieron su lealtad al poder central comprometida en estas situaciones. Entonces, cuando las lealtades empezaron a fraccionarse y a volverse más locales, el Imperio comenzó a desmenuzarse en territorios cada vez más pequeños.
En el 376 los visigodos solicitaron al emperador Valente instalarse en la zona meridional del río Danubio, y fueron aceptados en el imperio como foederati. Dos años más tarde los visigodos se rebelaron y derrotaron a los romanos en la batalla de Adrianópolis. La elevada pérdida de mano de obra militar forzó al Imperio romano a confiar más en los foederati.
Para el siglo V, la fuerza militar romana se basaba casi totalmente en unidades de foederati. En el 451, el huno Atila sólo pudo ser derrotado con la ayuda de los foederati (que incluían a visigodos y alanos). Los foederati dieron el golpe de gracia al moribundo Imperio romano en el 476 cuando su caudillo Odoacro depuso al último emperador romano, Rómulo Augústulo.